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Decalogo – Hugo Edgar Ruiz Monroy




    Decálogo – Monografias.com

    Nada es más escandaloso, perverso y desafortunado que vivir la vida; sin una supervisión adecuada.

    La especie sapiens, sapiens; está dotada por evolución de mecanismos de defensa y de agresión tan poderosos; que a medida que aumenta en número se van haciendo letales y están estos, en las emociones; y no existe una sola legislación que pueda controlarlos, hemos de acceder a una legislación sobre la cultura humana, porqué aún con fe, y norma evangélica; desaparecerá de la faz de la tierra para siempre.

    La especie no puede ser juzgada solamente por la cognición, ni por absolutismos radicales; el cerebro humano evoluciono bajo estas dos contingencias, dejemos de lado las historias emociónales, y encaminémonos hacia un proyecto especie; sin abandonar el concepto de naturaleza que la asiste, si nos rendimos a la fe derretida en el tiempo; desapareceremos sin hacerle falta a nadie, y si somos absolutamente racionales; terminamos matando todo aquello por lo que merece la pena vivir.

    La especie siempre ha necesitado de Dios, de alma, de norma y de poder, empero hoy; necesitamos de poder, norma, alma y Dios. La biopolitica contemporánea; no desconoce la importancia de la fe; en el desarrollo de la cultura humana, además, sabe que esta; promueve los más altos valores en la especie, no obstante; la especie, debe reconocer que la fe, sin límites; nos hace numerosos, primitivos, alucinantes y barbaros, hemos de actualizarla.

    La sociedad mejor adaptada es la que sobrevive; y no es la sociedad más desarrollada y tecnificada; si bien los adelantos tecnológicos son muy importantes, también; es sabido que limitan la supervivencia porque sus miembros; no sobreviven a las contingencias que demandan creatividad. La tecnología supera necesidades; empero, limita las bases simples que demanda la supervivencia en condiciones delimitadas. No sobrevive el más fuerte sino el que mejor se adapta al entorno, las circunstancias serán más favorables para aquellos que piensen en la conservación de los espacios verdes y acuosos, la lucha por la vida; dará como resultado una nueva cultura humana; mejor adaptada y menos presumida; en ese orden la selección será; hombre vs humano, muy pronto será una necesidad global hacer gala de humanidad.

    Para enfrentar la catástrofe de la especie; hemos de actualizar nuestros discursos, y revisar las evidencias que demuestran la desaparición de algunas culturas por la depredación de sus entornos; lo peor es que, estamos haciendo exactamente lo mismo, el crecimiento ingente de la especie nos llevara más pronto que tarde a olvidar el computador y a reconocer el azadón.

    El medioambiente es la empresa más poderosa que existe; ella sostiene a todas las especies. Debemos darnos cuenta de los cambios graduales que se están dando; no esperemos la catástrofe que se cierne como hecatombe. Liberemos de pecado y de Dios algunos adefesios y concretemos una nueva ideología; donde el poder y la norma sean deseables, aceptables; que se imponga el cambio de mentalidad que precisamos. Innovemos, por pequeñas que sean las reformas; pueden redundar en mayor probabilidad de éxito para la especie, y pueden, además, propagarse y hacerse propias en cualquier latitud. La cultura humana no puede permanecer inmutable en un entorno social continuamente variable; debe innovar para sobrevivir, debe modificar las normas evangélicas, debe controlar el estado ingente de la especie, debe acceder a nuevos estatutos, debe ser mejor.

    Tenemos si deseamos; mucho que ofrecer a la humanidad en estos tiempos convulsionados, somos criaturas primitivas y en esa condición buena es la fe, tan poderosa es la fe que sirve para dispensar las emociones humanas. Pobre de aquellos que juzgan sin piedad a sus hermanos de especie, paren sin descanso, viven de la llaga; luego con plegaria abundante esperan lo que nadie les debe, y además, creen en la pureza de sus obras. Pobre de aquel que desprecia el poder y se aleja de la norma; cosechara la miseria y la inmundicia de este mundo; no habrá suficiente misericordia ni le vendrá bien ningún paraíso. El día del juicio final, -es decir- cuando descubramos el impacto que causa una especie convertida en plaga; sabremos que, valdrá más un alma sola, estéril, altruista, que haya tenido éxito en la vida; que aquella alma; egoísta, mezquina, y además, con descendencia numerosa, menesterosa, y más.

    Bienaventurados los hijos de (Adán and Eva), herederos del paraíso, habitaran las otras mansiones; no conocerán las penas, empero esos otros, horrendos; los hijos de (Ardí and Lucy) –la miseria pobre, el homo sacer- conocerán la hambruna, el desprecio, la sequía, el anarquismo, la desocupación, la tiranía, las multitudes repugnantes y abyectas, el rechazo y demás adefesios producto de sus carnes inmundas y horrorosas no les será ajeno, beberán el vino del odio y de la envidia, su cosecha pútrida y numerosa será explosiva y terrorífica, se despedazaran a dentelladas; nada les ofrecerá piedad, sus ruegos no serán tenidos en cuenta, ningún sacrificio les será útil; nada les será suficiente, salvo; la muerte.

    Muchas de las viejas tradiciones e ideas a las que la humanidad se ha adherido; han dejado de ser relevantes ante las circunstancias actuales y perspectivas futuras. Necesitamos renovar el pensamiento; si queremos hacer frente a la sociedad global que está emergiendo. Renovar el pensamiento es precisamente el sello distintivo del humanismo actual; en el incluimos todos los temas que tienen que ver o engloban el aspecto circunstancial humano, y dentro de ellos aparece la necesidad de preservación de la especie por lo menos (100) años más. El humanismo puede contribuir a un diálogo entre los diferentes puntos de vista culturales, políticos, económicos, religiosos y ambientales globales, hemos de partir de los principios y los valores comunes que compartimos como especie; para modificar nuestras visiones a la luz de los nuevos conocimientos, de las circunstancias cambiantes y de los problemas imprevistos que vayan surgiendo a medida que vallamos evolucionando en un nuevo contexto como especie socio-emocional. No esperemos que se agoten los espacios y las especies para ponernos de acuerdo; en que la desaparición de lo humano es inminente; es real, solo haciendo modificaciones podemos continuar con nuestras tristes o alegres historias de vida.

    Los ciclos de adversidad climática y estado ingente de la especie, no pueden "seguir" tomándonos por sorpresa; contrario es lo que está pasando en el mundo entero y sabemos lo que vendrá o sabemos lo que nos espera; empero, no es más que todo lo que hemos orquestado, no hay redención, no hay glorificación, no hay perdón, tampoco hay salvación; solo hay un gran caos que degenera en perversión las emociones humanas; las cuales serán el azote de la institucionalidad humana si no accedemos a nuevas normas de control.

    Tenemos que ocuparnos de las circunstancias adversas que afectan a toda la especie; que aún con fe, y plegaria abundante; desaparecerá de la faz de la tierra, estamos en los tiempos de la fe perversa; en donde concursan todas las emociones ladinas e intenciones malas de la humanidad; lo peor es que pueden manifestarse en cualquier parte del mundo; siendo un llamado feroz a la solidaridad neurótica, a la guerra y a la tiranía, el concepto de justicia y derecho tendrá un papel fundamental en el devenir de las futuras atrocidades. Si no hacemos correctivos ahora que aún contamos con tiempo; será más fácil combatir que discernir.

    La fe mal entendida puede desaparecer al hombre de la faz de la tierra, la fe justifica las atrocidades de algunos hombres cuya motivación está en una chispa divina, y la fe que no va más allá del hombre mismo; también, es horrorosa y cruenta. Todo en justa medida y justa correspondencia, un cerebro sin norma accede con facilidad a mundos insospechados y a la brutalidad con facilidad.

    Las crisis son buenas; brindan oportunidades para que adoptemos nuevas conductas económicas, y reproductivas, debemos guiar los pasos de los hombres en estos tiempos imprecisos, y caóticos, necesitamos de una norma que nos permita; no desaparecer tan pronto en la escala evolutiva; aunque para una especie presumida, perversa y devoradora como la nuestra; los tiempos siempre serán de incertidumbre. La respuesta estará determinada por nuestra perspectiva de futuro; en dónde nuestro enfoque pragmático acerca de la familia humana; estará determinado por lo que decidamos todos como especie, y no lo que decidan las ideas emocionales pretéritas enraizadas en el inconsciente de la colectividad humanan.

    La fe debe tener límites; hay un sin número de cosas que jamás podremos tener; aunque nos ahoguemos en plagaría y en fe, nada de lo que necesitemos está previsto, nada garantiza un futuro exitoso máxime cuando estamos asfixiados por el número, descubrimos sin asombro que nada es suficiente cuando faltan los espacios, el trabajo, la vivienda, un poco de vanidad, la seguridad, en fin…, sigamos orando con fe, y esperando lo que nadie nos debe, y esperando al que no ha de venir jamás, dejémosle la preservación de la humanidad a la fe, y santas pascuas.

    Centrémonos en la satisfacción de las necesidades de la especie, y en resolver de alguna forma los problemas ambientales que nos agobian, estos tiempos difíciles deben ser el medio para la disciplina, el reordenamiento, la biopolitica, la nueva norma, el hábitat, el compromiso con la vida futura, etc.

    Que puede ser lo más importante en estos tiempos de dificultades; si estamos asistiendo a la perdida de lo humano, a la perdida de lo razonable para la especie, en todo el mundo estamos en crisis reproductiva por exceso, la miseria es cada día más evidente con su secuela de segregación, todo en este mundo tiene precio, control y medida; mas no así la reproducción. Que antropología de referencia he de utilizar para hacer entender estas breves líneas; que si bien resultan crudas; no significan de forma alguna una apostasía para la especie a la cual pertenezco.

    ¿Qué es lo que acusa al intelecto de estos tiempos difíciles? ¿Cuál es el discurso para la preservación? ¿Necesitamos control poblacional? ¿Necesitamos normas globales nuevas?, y si fuere así, ¿Para cuándo?

    Sabemos que el discurso ha de ser sencillamente la preservación; nada, ni nadie garantiza (100) años más de supervivencia humana, sin ir muy lejos la supervivencia laboral, habitacional, alimentaria, etc., están en crisis, están totalmente colapsadas; siendo peores para un futuro cercano –que hemos de hacer- vivir una vida moderada no es suficiente, a fuerza de depredar y consumir; devastamos la tierra prometida para nadie, en estos tiempos inciertos no podemos ignorar la fe, hemos de fortalecerla con nuevo contenido para que cada ser humano tenga la capacidad de gozar el hecho de estar vivo, y aporte algo más que especie, y además, promover el éxito debe ser un haber institucional a nivel global, todo ser humano que se acoja a la nueva norma; será protegido por el régimen; siendo cual fuere, y su éxito ha de ser innegable aunque hubiere de ser inducido por la fe y la nueva norma.

    Si la norma evangélica hubiese enseñado a los hombres que el día del juicio final tendrá mayor valor un alma sola; que haya tenido éxito en la vida; que aquella menesterosa con numerosa descendencia; existirían en el mundo (1800) millones de almas; todas con infinita capacidad de disfrutar el hecho de estar vivas. No existe mayor felicidad en el mundo; que tener para la compra; hasta mi gata (rayo de luna) danza de la felicidad cuando le compro su comida favorita, cuan feliz hace a los niños la satisfacción de sus necesidades; empezando por el afecto, y además, el respeto que no tienen precio; sino valor duradero, cuanto dolor, miseria y sufrimiento les ahorramos; al no tenerlos.

    No parirás hijos que serán presa del hambre, y la miseria; parirás en abundancia o no parirás, y punto, palabra de Dios.

    Somos la única especie que aún en condiciones de sequía, y hambruna; tenemos descendencia; mostrando poco o ningún respeto por la condición humana.

    La conservación global es necesaria e inaplazable, el mundo biológico, el mundo geológico, el mundo antropológico-emocional; deben ir de la mano, las consecuencias de la proliferación sin control, el consumo, la depredación de la biota a nivel global; empeoran y afectan notablemente el clima planetario, al humanizar y emocional-izar todos los lugares; se deterioran los espacios de las especies y tienden a desaparecer; por la presión de nuestra especie llena de necesidades impuestas que ocasionan la perdida de servicios ambientales y económicos para la sociedad. Recursos tan importantes como el agua, tierras fértiles, biomasa, alimentos de todo tipo, además de la pesca; entran en regresión patológica desestabilizando todo el planeta; sin desconocer los recursos culturales y paisajistas de incalculable valor para la cultura humana, no es solamente reducir el CO2 y reducir la petro-dependencia y –producir energías limpias- la necesidad de un nuevo orden mundial es inaplazable, se hace imprescindible nutrir la norma, y la fe; con contenido nuevo.

    La biopolitica debe brindar protección eficaz a los hábitat naturales, y proponer un alto a la reproducción humana; las demás especies necesitan espacios interconectados planetariamente para su intercambio genético, de seguir aumentando la especie dominante; será inevitable la invasión de complejos espacios que deberían ser protegidos para la salud de todos, hemos de pensar en todo el mundo (África, América, Asia y los Océanos) son cuna de tesoros vivos; y los estamos matando y envenenando por la expansión de nuestra especie sobre sus espacios; inclusive la misma estratosfera la hemos llenado de desechos.

    El argumento que fundamenta la posición que reclama una nueva valoración del tema emocional sobre el mundo natural; se da en función del humanismo y del personalismo en relación con los temas ambientales, biopolíticos y tecnológicos, si bien; no podemos dejar todo a la técnica; tampoco podemos dejárselo a discursos y a emociones que atrasan la toma de decisiones globales; que nos conduzcan a un mejor y más loable porvenir.

    No quiero pensar que me meto en camisón de once varas al plantear como tema primordial el estado ingente de la especie; el cual ocasiona el gran deterior ambiental que enfrentamos, -por el consumo y la invasión de los espacios para las demás especies- no desconozco que existen toda suerte de temas que bien merecen la pena tenerse como prioritarios, y si resultare cierto; entonces abordémoslo todos a la vez, y no desconozcamos las enormes posibilidades que nos ofrece la globalización; sin abandonar desde luego la perspectiva humanista, no sé; dé un solo tema donde la preocupación fundamental no sea el hábitat del hombre, todo saber actual debe girar en la órbita hombre-ambiente, claro que puedo afirmar que; podemos estar completamente seguros que el planeta seguirá existiendo sin el recurso humano, luego la preocupación fundamental ha de ser la preservación y la transformación de la cognición; o de lo contrario no tendría sentido mediana preocupación.

    -estamos matando todo aquello por lo que merece la pena vivir-

    Estamos dejando morir el planeta sencillamente porque resulta más fácil doblar la rodilla; que poner el pecho, y enfrentar las exigencia que el hoy nos plantea, y mediante discursos arrogantes; desviamos la atención de lo que es verdaderamente importante y restamos importancia a los discursos que plantean la toma de decisiones a nivel global frente al deterioro ambiental. Es la cuestión ideológica la que imposibilita hablar del control de la especie; además, son temas abominables para las morales primitivas, y cualquier idea que proponga cambios resulta ser perversa.

    De cualquier modo; no podemos dejar en manos de profetas "bien" intencionados; la dirección que hemos de tomar, el poder ha de estar por encima del bienestar individual y al nivel de una norma evangélica actualizada, y la razón es simple; el medioambiente no distingue unos de los otros, solo somos una especie convertida en plaga, lo peor es que; todos queremos tener y en ese afán creamos un impacto con características de desastre, y una gran mayoría de miembros de la especie ni siquiera tiene; la capacidad de disfrutar el hecho de estar vivos por las circunstancias ingentes y económicas a que se ve enfrentado, necesitamos un discurso que nos persuada de la procreación, y nos aproxime a la realización; es así de simple y feroz.

    Los acontecimientos actuales cambian la comprensión que tenemos de nosotros mismos, de los demás, de la sociedad y del mundo en general, debemos motivar el imaginario colectivo y hacer usó del potencial que tienen las normas evangélicas, basta con una sola voz autorizada que pregone unas nuevas normas, un cambio conductual, y sobre ello; construir un nuevo orden donde el ecosistema sean fundamental, -todo está en peligro de desaparecer-, en el nuevo orden; la vida sigue siendo una condición fundamental para todos los organismos, y la posibilidad de disfrutarla tiene que ser general. En ningún momento y discurso cabe la posibilidad de que quede debilitada la condición humana, sin esta; todo principio y asignación; carecen de sentido y utilidad.

    Reconozcamos las dificultades que tienen los países individualmente para gestionar nuevas situaciones políticas -necesitamos de un rector- y el mundo entero debe estar a la altura de los desafíos, de las nuevas normas y dispositivos; entendiendo que existen fuerzas y discursos poderosos que nos siguen enfrentando; aun así, es fácil pensar que la moral y la norma; son más poderosas que las pretensiones individuales, un organismo orientado tiene la posibilidad de disfrutar el hecho de estar vivo, y hacer aportes a la especia a la cual pertenece, además; puede proponer cambios en la conducta.

    La norma evangélica debe proponer cambios sustanciales para la preservación; nada aparte de la moral causa mayor impacto a la cognición; que cree tener por dentro una chispa divina; hagamos uso de ese componente ideológico y propongamos un alto a la multiplicación de la especie; y más sabiendo que no hay elegidos, todos seremos pasto del mismo tormento; a mayores demandas menos ofertas.

    Humanismo es siempre respeto hacia otro, otro sin rostro y sin voz, empero, con norma. Las generaciones futuras se hallan en una situación completamente abandonada; condición distinta de la nuestra, no están representadas por nadie ni tienen voz; están sujetas a discursos "bien" intencionados y sobre eso vale preguntar ¿qué de la dignidad del hombre que nacerá en cincuenta años; o más?, debe ese hombre estar sujeto a nuestra depredación y abandono, o por el contrario; ha de ser responsabilidad nuestra.

    Seguimos obrando de tal forma que la vida del futuro no tenga posibilidad, ¿debemos dedicarle tiempo a las generaciones futuras?, es una obligación pensar que tenemos un deber inaplazable con el futuro de la especie sobre el planeta; sin que nos deba nada, tenemos la obligación de reconocer los derechos de cuantos vendrán detrás nuestro sin importar la latitud.

    La ética del futuro debe basarse en la responsabilidad de hoy; lo cual implica, no devastar la vida sobre el planeta, y dejar espacios donde la vida siendo cual fuere; pueda ser disfrutada. Ciertamente deseable es; ser admirables dentro de doscientos años y más, es indispensable hablar de esto, y ¿por qué a nosotros?, es sencillo, asistimos hoy a la más grande extinción de todos los tiempos, nos reprodujimos como plaga y agotamos todos los recursos y espacios planetarios, además, amparados en unas normas evangélicas que superan los dos mil años; depredamos y nacimos sin control alguno, y como si fuera poco; con discursos "bien" intencionados prometemos un final feliz con solo sentarnos a esperar lo que nadie nos debe, somos una especie con plegaria abundante; y con escasa coherencia.

    Debemos participar todos de la tarea en común; en donde la cosmología del hombre y la moción mística puedan darse la mano.

    DECALOGO

    (1)El hombre sin norma no puede comprenderse; ni realizarse, nada le sabe, nada le aprovecha; ni siquiera con plegaria abundante su descendencia menesterosa prospera exitosamente; empero, si nutre la tierra con sus carnes inmundas heredara el paraíso, y algo más, de no ser así, los ejércitos de Dios les destriparan, trituraran; y les arrastraran al paraíso al cual pertenecen, además; existirá un muro para que nadie escape, ¿existen acaso mejor final para los infieles que se reproducen sin control, y arrasan el mundo con su miseria?

    (2)El poder y la norma; lejos están de lesionar las buenas actitudes, más bien; promueven los proyectos nobles, realizables. La más grande realización de un ser humano está en no reproducirse, y además morir a tiempo es deber deseable, este ser; corre el riesgo de ser hipado, y recordado con gratitud. Oh; la plegaria que me hace olvidar la maldad de mis actos, y la podredumbre que sale de mi boca; me acerca al paraíso sin importar a cuantos destruya con mi odio y envidia; siempre seré bendito sin importar cuan gusano sea; así es la norma evangélica de más de dos mil años.

    (3)La lucha por el poder es legítima; lo que no es legítimo; es el poder de la corrupción uniforme y el enriquecimiento a costas del que trabaja con decoro. No tiene ningún decoro hablar con palabra santa; para asaltar la buena fe de nuestros hermanos de especie, y mucho más terrible presumir de santo cuando pesan sobre nosotros actos demoniacos.

    (4)El poder debe estar totalmente lejos de los ineptos, y menesterosos; porque en sus manos todo es legítimo, y si tienen el aval de Dios, -peor-, esta verdad debe permanecer oculta; empero, es un deber no callarla. Resulta lamentable que todo aquel que presume de amar a Dios; se tome libertades y arrebate algunos derechos; y además decida sobre la dignidad de sus hermanos.

    (5)Humanismo es todo aquello a lo que hemos de acceder; incluso al poder, nada le aprovecha más a la humanidad que las ideologías actualizadas. Pobre de aquellos que se alejan de Dios, y descuidad el alma. Pariendo sin descanso llenamos la iglesia de los pobres; para beneficio de unos pocos ricos. Pobre de aquellos que condenan la fortuna de sus hermanos de especie; seres inmundos, envidiosos, cochinos, horrorosos, abominables e infames, -¡adoradles!- es por ellos que no morimos de hambre.

    (6)La psicopatizacion de la especie es el primer síntoma; a examinar de cerca porque existe, es real, y reclama norma, y poder. Pobres de aquellos que emocional-izan la norma y el poder; en esa condición legitiman la tiranía. Ha de llegar el momento y el día en que la fe, la felicidad, la norma, la realización, el número, etc., serán inducidas por mandato divino en un laboratorio.

    (7)El mantener a la población en constante reproducción; es una aceptada brutalidad; es la primera violación a los derechos humanos, es delirante, grotesco e inhumano que algunos adefesios sigan cargados de pecado. Por fortuna y para bien nuestro; Dios sirve para todo, inclusive legitimamos la miseria y las barbaries en su nombre. Abrid los ojos; insensatos, mirad más allá de vuestras narices; no más norma derretida en el tiempo, -temedle a vuestra libertad, temedle a vuestra fe; llena de maldad, y envidia; gentes horrorosas; temedle a vuestra lengua pútrida-, pobre de aquellos que no tienen el mínimo respeto por la dignidad humana y hacen de sus almas cualquier letrina.

    (8)Los grandes avances comienzan con cosas pequeñas; hemos tenido grandes retos; pero la –actualidad- es el más grande que existe, tanto así que; nos llevara al abismo y al final de la humanidad para siempre. La fe y la norma evangélica son tan poderosas que desaparecerán a toda la humanidad. Desventurados seres nosotros que no tenemos la capacidad, o mejor; las ganas de pensar en otras opciones y es por puro miedo a la condena del alma, fatua, horrenda, pútrida; en eso la hemos transformado.

    (9)La conmiseración resulta bárbara; cuando por ella legitímanos la miseria, y más bárbaro resulta; desconocer el poder que hay en la fe; sabiendo que por ella cometemos toda suerte de desmanes. Dios, no permitas que desaparezca nuestra necedad -elimínanos, perdón; ilumínanos-, tomad la tierra y haced con ella la posta que os parezca; solo no permitáis que la humanidad desaparezca; amen.

    (10)El obstáculo más difícil de superar esta en la norma evangélica; en ella encontramos amores pérfidos, brutalidades, aberraciones, envidias y cuanta justificación necesitemos, empero; aun así, seguimos amando a Dios, y odiando a la humanidad; que gran bendición. amaos los unos a los otros, empero –así también-, pobre de aquellas almas que bajo su brazo llevan la palabra santa y en su corazón el odio y la venganza, nada les será perdonado; hasta su limosna pútrida es tomada como mal habida.

    A todos los sapiens, sapiens; que me son muy simpáticos, y lindos, además.

    Amad la abundancia así esta; esté, en manos de vuestro vecino.

    A los hombres justos y limpios de corazón Dios les
    concede fortuna, razón y abundancia; todo se les ve hermoso y adorable;
    son impecables. A los hombres impíos de corazón pútrido;
    les abunda la envidia y el odio, además, están dotados de lengua
    mentirosa y carnes inmundas, la podredumbre de este mundo ha de ser su más
    preciado banquete, jamás suplirán sus necesidades; básteles
    un hoyo en la tierra para sus carnes pútridas.

    La misericordia será para aquel que la merece, no se extraviara la recompensa de los obedientes. La recompensa en esta vida será para quienes creen en la norma, y son temerosos del poder. Nada garantiza una vida paradisiaca a aquellos infractores; pobres fatuos que prefirieron la lastima antes que el trabajo, la conmiseración antes que el decoro, el orgullo de especie no les viene bien a estos infractores; asociadores de mentiras y vejámenes; horrendo final para aquellos que decidieron vivir de la llaga antes que del trabajo.

    Volveréis a la norma ¡Temedle a vuestra libertad! ¡Cumplidle al poder! No estéis con los asociadores que encienden la norma evangélica y forman sectas que pregonan el amor a Dios y el odio a sus hermanos de especie, pútridos oportunistas que capitalizan con la miseria de sus hermanos y en lugar de libéralos les cuelgan una cadena y les conceden una condena. No hay salvadores, tampoco hay salvados; habéis sido siempre la misma cosa; la misma hacienda. Cada miembro de la especie se debe alegrar de lo que tiene, de lo que se ha procurado; porque no está lejano el día en que tendrá que rendir cuentas, y sobrevivir de su haber o de su miseria, no habrá paraíso para aquellos que decidieron reproducirse sin control, sin norma y sin para la compra; horroroso destino para su descendencia que será vejada y seleccionada.

    Vendrá el día en que cada alma tendrá que argüir en su defensa, en que cada alma será recompensada por lo que hizo o dejo de hacer, y no serán vejados aquellos que se destacaron de entre muchos y obedecieron la norma, el medioambiente será para aquellos que lo merecen; he ahí el paraíso que ha sido prometido; serán las mansiones que compartiréis con todos aquellos a quienes amáis, bienaventurados los que hereden la tierra, y el agua. Dios ama a todo el que bien ama, a los pútridos, numerosos y horrendos nadie los; ama.

    Pobre de aquella madre que pario sin descanso, y permitió que sus hijos anduvieran descalzos, con azote generoso y desprecio manifiesto; pervirtieron la decencia de sus hijos; bien le vendría la hoguera; se volverán contra ella con reclamos justos; argüirá, los tuve en mi vientre, ¿para qué?, eso no fue suficiente; bástele a la vaca un potrero para su ternero, bástele; sin saber comprar y sin saber de afecto, y luego con llanto recurrente se pregunta; Dios, que monstros he parido. Muy pronto sabréis definir el concepto suficiente; bástele al hombre; el respeto, el buen nombre y una descendencia poca o ninguna, la recompensa de la otra vida; será para quienes lo sobrevivan, empero, han de valorar el entorno, y cuidar del paraíso. Haragán todo aquel que desaprovecha su vida y espera sentado lo que nadie le debe; aún con suficiente plegaria se encamina a la ruina. Bienaventurado todo aquel que aún sin trabajo y sin plegaria; goza de bonita vida; bendecido es por la fortuna, su noble cuna ha sido elegida, oda a estos hermanos de especie; siendo de la confesión que fueren; porque sobre ellos se tiende la mano de la abundancia y la generosidad del cosmos, bendita sea la condición esplendida; de estos hermanos de especie.

    Pobre de aquel hombre que no trabaja, empero; tiene inagotable plegaria, aún con pruebas manifiesta se niega aceptar su necedad; horrorosa criatura que aún en la miseria producto de su reproducción sin control, de sus tretas y pereza; se cree una estrella, horrorosa criatura heredera de la hambruna y la contaminación emocional y ambiental, además, habla de igualdad, como si fuere la igualdad tener todos de lo mismo y ser lo mismo; pobres fatuos, la igualdad consiste en tener todos acceso a lo mismo; -que no es lo mismo-, a mayor reproducción menor acceso; así de feroz es la realidad. Para este hombre; hemos fundido el hierro y hemos hecho la balanza, además, lejos está de la conmiseración y de la corrupción; la nueva disposición. Pobre de aquellos hombres libres; que se encadenan ellos mismos, y arrastran su descendencia desde la condición de inocencia. Has de llevar una vida llena de satisfacciones, de viajes, motivaciones, amores, fortuna, playas y montañas; el mundo es tuyo, ve por él; no has de parir; si quieres ver cómo se materializan estas maravillas.

    Para la equidad disponemos del poder y de la norma; hay una gran utilidad en estos compendios, además, el día del juicio final no será tenido en cuenta por el poder; aquel que haya violado la norma, nada le será suficiente. A ningún hombre le es concedido conocer su destino; empero, si puede -construirlo o destruirlo-, todo aquello que demande abnegación y norma; tiene valides, ciertamente deseable es que haya lugar y espacio para todos; empero, ha de informarse al hombre nuevo, se acabaron los lugares y los espacios; a si es la realidad que asiste al hombre de tiempos luminosos y entendimiento global, no obstante, no es suficiente para la supervivencia gozar de entendimiento generoso; tendrá que obrar y someterse a la norma, -no prosperarás ni te multiplicaras; ni poblaras la tierra, no aumentaras la miseria de vuestros hermanos de especie-

    Bienaventurado todo aquel que muere sin hijos y deja abundante herencia; sus haberes serán concedidos a todo aquel que observe la norma; empero, además, si su plegaria es instruida por la nueva norma; tendrá más. Pobre de aquellos que ignoren el decreto, horroroso todo aquel que vive como homo-parasito, desperdicia su vida y extiende la mano; en esa condición bueno es el descanso eterno, pobre de aquellos que utilizan a Dios para odiar, y denigrar a sus hermanos; el tormento emocional les acompaña permanentemente; esa es la condición infernal, y si murieren a tiempo; serán tenidos por altruistas en el nuevo orden; así no lo fueren.

    A la comunidad humana se le concedió la tierra; empero, no para combatir sobre ella, no obstante; fue convertida en campo de batalla para la supervivencia, horrorosas criaturas que se reproducen sin control, sin norma y aumenta la miseria sobre el paraíso ofrecido. Pobres de aquellos que no tienen garantizado el sustento, los azotara el viento, los azotara la tierra, hoy no operan los milagros, ni sirve la limosna y mucho menos poderosa resulta la plagaría; cuán insignificantes son los profetas en estos tiempos de consumo, desolación y miseria. La naturaleza no ignora lo que hacemos, no podemos seguir obrando de acuerdo a nuestra necedad, hemos de ser condescendientes con el destino de la tierra y sus descendencias, tristeza profunda ocasiona la infelicidad de nuestros hermanos de especie que decidieron vivir de la conmiseración, y de la reproducción sin control, nauseabunda resulta la reproducción cuando no hay sustento adecuado, y sí; muchos deseos y necesidades, cuán deshonestos somos al negarles la compra y el disfrute de estar vivos, cuán despreciables cuando los mantenemos en reproducción constante; negándoles un proyecto de vida que no sea reproductivo.

    Mira las aves del cielo; no ciegan, no cosechan ni recogen en graneros; el señor las alimenta; si amable lector, el señor las alimenta; el señor que tiene siempre su parcela sembrada y goza de alguna comodidad y esto sucederá mientras la cochina envidia de sus hermanos de especie no lo acuchillen por humano.

    Las pasiones humanas son poderosamente destructivas; más que la bomba atómica, y sí; a eso, le sumamos una fe mal entendida; horrorosos serán los tiempos venideros. Si se reuniesen todos los hombres y los genios de la tierra para controlar el número de miembros de la especie, y construir una nueva norma evangélica; no podrían, basta con uno, o dos poderosos que propongan un cambio para que este sea universal. Pobre de aquel hombre que prescinde de la norma; sin ella no hay cognición coherente, lo que si podemos hacer es modificar la norma gradualmente, y que el cielo espere por los pútridos y los horrorosos; que lugar más esplendido para aquellos que solo saben odiar, y denigrar a sus hermanos de especie.

    Las almas que no saben porque odian, empero; saben a quién odian; no tiene cabida en ningún paraíso, y ninguna falta les será perdonada; ni suficiente será su fe; ni la plegaria de sus iguales le vendrá bien, engendros pútridos.

    Pobre de aquellas almas que se embarazan para asegurar dadivas y carnes hermosas; porque en estos tiempos; las dadivas, y las carnes hermosas; en breve se hacen pútridas, y asquerosas.

    Por las almas altruistas espera el paraíso; porque el altruismo, no solo es genético, también es; psicosocial, toda aquella alma que se prive de descendencia; y adopte seres en condición de inocencia; tiene asegurado el éxito; nada le será negado; ¡oh! cuán hermosos porvenir; le espera aquel que fuere llamado a convertir los niños simples en príncipes o princesas. En el nuevo orden y en la nueva norma; serán tenidas en cuenta las almas de conductas generosas, y castigadas sin piedad; las almas de lenguas mentirosas y conductas pútridas. Ningún hombre tendrá a menos el servicio, y la obediencia; a la norma, y al poder del nuevo orden.

    Pobre de aquel que perpetua el odio y la envidia con su descendencia; cosechara la miseria, y la crueldad de este mundo. Aquel que embellece el mal de sus acciones, además tiene su maldad por hermosa y justa; Dios lo extravía, a todo aquel que quiere bien; lo conduce por la senda recta, no es sano derramar lamentaciones por engendro tal, Dios conoce perfectamente lo que hace; ni siquiera es digno de limosna. Todo aquel ser embrutecido por el odio, la envidia y demás males; bien le vendría el descansa eterno, a Dios no le engañamos jamás, odia a todo aquel con plegaria mentirosa, abundante y conducta reprochable; ni siquiera la limosna generosa le aprovecha, pútrido, repugnante resulta un ser así, jamás tendrá cabida en el paraíso, y mucho menos en el nuevo orden, nada es más importante que la norma; he ahí los nuevos derechos, y la nueva dignidad que darán como resultado; la nueva libertad.

    No exageréis con vuestra fe, y vuestro Dios; porque de nada os servirá; sino es coherente y compatible con la nueva norma, nada será más valioso o estará por encima de lo comprobable, nada ni nadie; podrá despojarte de vuestra fe, y de vuestro Dios mientras sean privados y no sean una amenaza o punitivos para los demás, ningún hombre ha tenido a menos ser servidor de Dios, empero, en el nuevo orden, Dios ha de someterse a la norma so pena de desaparecer para siempre, no me llamen fatuo; Dios es cuestión de inducción y nada más, el día que podamos hacer que Dios; no condene el éxito, y respete a la especie; todo será diferente. El paraíso no es para todos; es para los elegidos, es para quienes son mejores que uno, no tuvieron hijos y no tuvieron odios, envidias, ni hermanos asquerosos, ni padres brutales, ni los ejércitos de Dios con su cochina envidia los atormentaron.

    Para los cristianos Dios tuvo un hijo; para las demás confesiones ninguno; cuanta sabiduría hay en esta inocencia, jamás entendimos bendito mensaje.

    Al escogido Dios le da a elegir su tormento; a los impíos no, Dios a todos nos jode; -palabra de Dios-. Dios no obliga a ningún alma; solo la atormenta hasta que esta; supera su capacidad adaptativa; de ahí, los suicidios, homicidios, envidias, odios, venganzas, matanzas, en fin…, Dios nos provee de cuanto odio necesitemos y de cuenta necedad haga falta, jamás deja a un hombre en paz; cuando este tiene algo lo obliga, lo condena y como si fuera poco; le hace rodear de la cochina envidia y esta le hace perder todo lo que haya adquirido, además, le reprocha; las buenas obras diciendo pudiste dar más, y ninguna fe le es suficiente, en pocas palabras; siempre estamos debiéndole.

    ¡Oh! que Dios más horroroso nos hizo amar; la vieja norma evangélica, modifiquémosla; y todo aquel hermano de especie que desee habitar la mansión de Dios; es licito ayudarle a alcanzar su sueño; liberándolo del pecado, y de cargas agobiantes, delirantes. –Todos- cordero de Dios que aumentas los pecados de este mundo; ten piedad de nosotros, y danos la guerra; porque en paz, siempre hemos vivido.

    La peor tortura emocional es la deuda que adquirimos con Dios; mediada por una norma evangélica derretida en el tiempo, cuantas cosas valiosas hemos perdido, y de cuantas experiencias enriquecedoras nos hemos privado; por el miedo al disfrute que nos heredó la norma evangélica, -no te rías porque algo feo y malo te puede pasar-

    Cuando Dios; sea, –casa y no; estado- volveré a la casa del padre; ciertamente deseable, es. A los hombres; nobles, limpios, justos e impecables; se los lleva el diablo, a los pútridos, horrorosos, envidiosos, abyectos y cochinos; se los lleva Dios; con todo y sus carnes inmundas, la casa del padre ha de estar llena de bellacos, y bellacas; que lucen de manera generosa y grosera sus carnes inmundas, pútridas; sus lenguas inmundas y hediondas pues son las alfombras de los impíos.

    Siempre perdona a los que se llevan cosas que son nuestras, a los que nos hacen daño los hace felices, y como si fuera poco nos carga de culpa por tener algo, a los que se exceden teniendo hijos nos toca ayudarles a mantenerlos, a los que pregonan su fe con mentiras, y tormentos; les premia con dinero, a todo aquel que decide vivir de la llaga lo bendice y maldice todo aquel que no le da, y todo ser que se dota de cuchillo o de pistola para sobrevivir; lo hace proteger de la ley de los hombres, y –amen-, además; sabe que, nada garantiza la piedad de los actos de los profesionales a quienes les confiamos nuestra humanidad y no hace nada, no obstante, la fe; mueve montañas –de dinero-

    Querido Dios, ten un poco de misericordia; pues bastante miserable es la vida que nos enviaste a vivir, y miserable también es la norma; que hemos observado durante los últimos dos mil años.

    Ya para terminar:

    Querido hermano sapiens, sapiens; no le abras tu corazón a Dios, pues corres el riesgo de que se burle de tu decencia, y además; te condene por alguna pendejada, lo que si debes hacer sin falta, es; honrar a tus muertos y no olvidar la historia hereditaria que agobia, y que existe.

    Nada le hace más daño a la cognición y a la cultura humana; que la fe oportunista; esta perdona todas las faltas y atrocidades, además, da por elegido a cualquier pútrido engendro.

    Amable lector; busque profesionales para abrir su corazón, en fin…

    Todo aquello que puedas hacer mañana; hazlo mañana, y disfruta más bien del hoy y del hecho de estar vivo, y que Dios, y el cielo; esperen.

    Dios está por encima de ti para aplastarte, debajo de ti para tragarte, delante de ti para estorbarte, y detrás de ti para blasfemarte; ten paciencia y se fuerte; jamás te dejara en paz, así de bello es el amor de Dios.

    Nada le hace más daño a la cultura humana que la fe sin coherencia, y sin prueba manifiesta. Dios tiene un ejército de gentes envidiosas, y llenas de odio detrás de ti, empero, son sus elegidos, pon cuidado; donde te metes, y con quien te metes. Alejaos de todo aquel o aquella de palabra santa, y conducta demoniaca; porque su lengua pútrida; solo conduce al infierno.

    Nada le aporta más a la cultura humana que el convencimiento coherente, los límites, las normas y el poder.

    Con un gran reconocimiento:

    A mi querida amiga, Catalina; quien deserto del convento; no aguanto tan santo y adorable tormento, ¡oh! cuán amarga y repugnante; resulta la carne del cordero de Dios, y si la tragaras entera sin tomarle sabor; te destrozaría las entrañas y la defecarías entera; provocándote un gran dolor, y escozor por toda la eternidad; fuere mejor tener por cena un zapato. La carne del cordero de Dios; no la digiere ni el mismo satanás, sé que estas afirmaciones desafían mi elemental intelecto pero puedo aseguran que; el demonio, tiene en sus entrañas; ácidos tan poderosos capaces de disolver la humanidad entera con todo y fe.

    A todos aquellos que oran por la gente que padece hambre, miseria y guerra; he de decirles, parad; el hambre, la miseria y la guerra; cesaron.

    Oda a las almas nobles que decidieron no poblar la tierra, y adoptaron el planeta; de ellas será el paraíso, la abundancia de este mundo les corresponde por derecho propio.

    Respetad a vuestra pareja siendo del género que fuere, y no transites provocando; ni buscando carnes inmundas; porque ciertamente es, el camino más corto al infierno y al dolor emocional, (luego no andes diciendo que no lo sabias).

    A las pobres almas que desprecian las carnes hermosas que les aman; bien les vendría un tumor en el cerebro; porque como están las cosas en el mundo, la soledad es lo más cercano a las personas.

    BIBLIOGRAFIA

    Alzados en almas. HERM

    Psicobioetica, la ética de la especie. HERM

    En nuevo orden moral. HERM

    Humanismo y terrorismo. HERM

    Humanismo y biopolítica. HERM

    HERM

     

     

    Autor:

    Hugo Edgar Ruiz Monroy

    Psicoterapeuta

    Octubre 2016

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