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Historia de la hipnosis




Enviado por Axel Persello



  1. El primer libro en la historia de la hipnosis
  2. La mitología griega en la historia de la hipnosis
  3. La hipnosis en Europa central
  4. El mesmerismo en la historia de la hipnosis
  5. La Teoría del magnetismo de Mesmer
  6. La cubeta de la salud en la historia de la hipnosis
  7. Los discípulos de Mesmer
  8. Historia de la hipnosis: el árbol de Puysegur
  9. La aparición de Di Faria
  10. Aparición de la palabra hipnosis
  11. Historia de la hipnosis: Dr. Liebeault
  12. Los aportes de Charcot
  13. La nueva escuela
  14. La historia de la hipnosis llega a Colombia
  15. Los aportes de Schultz
  16. Las dos corrientes en la historia de la hipnosis
  17. Los grandes aportes de Milton Erickson

La historia de la hipnosis es extensa y controversial. Aquí mostramos los sucesos más relevantes de la historia de la hipnosis, y los personajes que realizaron aportes más significativos. Tuvimos que resolver la dicotomía entre ser breves pero claros, y para ser claros en algunos puntos tuvimos que extendernos.

Esperamos que el lector pueda interiorizarse para comprender un poco más cómo llega la hipnosis al día de hoy a través de su historia.

ORÍGENES DEL TÉRMINO "HIPNOSIS"

Las palabras hipnotismo e hipnosis son derivadas del griego, a partir del verbo "hipnos" que significa dormir o soñar. El término fue acuñado por el neurocirujano escocés, James Braid en 1842. El término propuesto inicialmente por Braid era un compuesto: neuro-hypnotism y él mismo propuso abreviarlo en hypnotism.

Se considera que el término emergió como un adjetivo: hipnótico, al que se dotó de un sufijo: ismo, que indica un estado o proceso; es decir que etimológicamente hipnotismo significaría: proceso para producir un estado hipnótico.

LA HISTORIA DE LA HIPNOSIS: SURJE EL HIPNOTISMO

En 1855 se intentó sustituir el término hipnotismo por hipnosis. Esto da lugar a cierta confusión ya que el sufijo osis está asociado a procesos patológicos, y de hecho se emplea en medicina con tal significancia (neurosis, artrosis, osteoporosis, etc.). Sin embargo, originalmente, el sufijo osis está compuesto por "o" que se usa para formar verbos y que indica un proceso y "sis" que se emplea para formar nombres abstractos.

De manera que el valor originario del término está asociado al significado del proceso. En la actualidad conviven ambos términos con significados semejantes.

El primer libro en la historia de la hipnosis

Braid escribió una pequeña monografía en 1842, Satanic Agency and Mesmerism Reviewed, y en 1843 desarrolló con mayor amplitud esas ideas en un libro denominado Neurypnology.

Ahí fue donde propuso el término Hipnotism, para definir lo que Braid llamaba "sueño nervioso", como "un estado peculiar del sistema nervioso que se puede provocar artificialmente por atención fija y abstraída del ojo mental y visual en un objeto que no sea excitante por su naturaleza".

Braid era consciente de que no se trataba de un estado de sueño propiamente dicho, sino algo muy distinto. Así, con el pasar del tiempo y las investigaciones, el término en su referencia etimológica: sueño; ha quedado obsoleto. De cualquier forma, se conserva en la actualidad como referencia.

En los MeSh (Medical Subject Headings of the National Library of Medicine) se define: "estado de receptividad incrementada por la sugestión y dirección inicialmente inducida por la influencia de otra persona". En el Dorland´s Medical Dictionary en su versión electrónica de 2007 dice: "estado de conciencia alterada, usualmente inducida artificialmente, en donde hay una focalización de la atención y mayor respuesta a sugestiones y comandos". Contrariamente a la creencia popular, la hipnosis no es sueño sino más bien una intensa concentración.

Los estudios de Braid tuvieron como antecedente directo a Franz Mesmer,
que creía que estos estados especiales no estaban relacionados con el
sueño sino que eran producidos por una fuerza oculta que él llamaba
"magnetismo animal", término que aparece en el título
de la monografía de Braid.

La mitología griega en la historia de la hipnosis

El origen del término nos lleva necesariamente al contexto de la mitología griega donde la palabra hipnotismo hace referencia a una deidad menor, Hypnos, que en la cultura griega personificaba el sueño. Hypnos era hermano gemelo de Tanathos, (tanatología) quien personificaba a la muerte no violenta. Ambos eran hijos de Nix (la noche).

Hay quienes aseguran que Nix concibió a Hypnos y a Tanathos, sin la intervención de un varón, pero otros dicen que el padre de los tales dioses fue Erebo, la sombra u oscuridad. Tanto Hypnos como Tanathos pertenecían a las oscuridades subterráneas, por eso vivían en una cueva, cerca de su madre Nix, y en la entrada de su lúgubre morada crecían plantas de efectos somníferos como la amapola, la adormidera y el borrachero; de las flores de este último se extrae la escopolamina, comúnmente conocida como burundanga.

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Cabeza de Bronce de Hypnos – Museo Británico

Hypnos se casó con una de las Gracias, Pasitea, y con ella tuvo mil hijos, llamados genéricamente Oniros u Oneiros,, porque todos heredaron del padre la misma vocación, es decir, lo relacionado con los sueños; pero de ellos solo tres son destacados: Morfeo, encargado de inducir sueños en que aparecían formas (morphé) de seres humanos (morfología y morfina derivan de morfeo); Fobetor (que espanta), generaba sueños en que aparecían todo tipo de animales; y Fantasos o Phantasos, (fantasìa), que controlaba los sueños con seres inanimados como árboles, rocas, torrentes de agua, etc.

En este contexto de la visión antigua griega de los procesos psíquicos y la interpretación de las fuerzas de la naturaleza, fue donde se generó la terminología que se usa actualmente.

Sin embargo, los procedimientos para generar un estado vinculado a lo que denominamos hipnosis o hipnotismo, se remontan a las civilizaciones más antiguas conocidas ya que se ha encontrado pruebas de su utilización en culturas, además de la griega, como: la egipcia, romana, caldea, babilónica, persa, hindú, china, maya y aztecas.

La mayoría utilizaban la hipnosis como medio de curación o en ceremonias esotérico-religiosas. Se ha encontrado que en Egipto se usaban procedimientos hipnóticos muy similares a los actuales, desde hace más de 3 mil años.

El documento escrito más antiguo del que se dispone que nos narra cómo la hipnosis era utilizada en tiempos remotos es El Papiro de Harris, también llamado Papiro Mágico o Papiro de Ebers.

Escrito en lengua egipcia hierática cerca del 3.000 antes de Cristo y traducido por Chabas en 1860, expone técnicas de inducción hipnótica muy similares a las actuales y que, si se siguen fielmente, llevan al sujeto a un estado de profunda somnolencia. Describe cómo los adivinos egipcios empleaban métodos hipnóticos muy parecidos a los practicados actualmente. En Grecia, el Dios Asclepio, Esculapio en Roma, Dios de la Medicina, tenía en sus templos habitaciones, santuarios del sueño, en las cuales los enfermos se entregaban al sueño, donde el dios les curaría.

La hipnosis en Europa central

En Europa Central se encuentran referencias a los procesos hipnóticos en Paracelso, Philippus Aureolus Bompast Von Hohenheim , alias Teofrasto Paracelso (1493-1541), alquimista, filosofo, teólogo y médico suizo que fue durante el siglo XVI una figura importante dentro del campo de la hipnosis. La idea central de la concepción de Paracelso, fue la correspondencia oculta entre el universo (el macrocosmos) y el hombre (microcosmos).

En su concepción, el hombre mismo estaba compuesto de fuego, aire, agua y tierra, ya que tenía la necesidad de calor, debe respirar, beber y alimentarse.

Si estas relaciones íntimas que mantienen con el universo se ven alteradas surgen las enfermedades que corresponde a uno u otro elemento: por lo tanto, admitía como causas de enfermedad a los trastornos de los humores, los traumatismos y las influencias astrales. Paracelso llamo a su método curativo "curación por simpatía magnética". (García, 1995).

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Teofrasto Paracelso (1493-1541)

También Heinrich Corneluis (1486-1535) afirmaba que las emociones fluctuantes de la psique originadas en la fantasía no solo influyen en nuestro cuerpo sino también tienen un efecto intenso sobre otros.

Con respecto al hechizamiento y la fascinación estableció claramente: "tal como un hombre quien ha reforzado grandemente su psique en sus poderes naturales y en la gracia celestial, puede cautivar almas más débiles y convertirlas en sirvientes obedientes y admiradores, en la misma forma puede reducirlas a la esclavitud y a la enfermedad: pero también inducirlos hacia la autoseguridad, confianza, amor, respeto, docilidad y convicción.

El mesmerismo en la historia de la hipnosis

No fue sino hasta los tiempos de Franz Antón Mesmer (1734-1815) cuando se mostró un gran interés y se intentó dar una explicación natural a los fenómenos hipnóticos. Mesmer se recibió de médico en 1766 en la facultad de Viena, presentando una tesis titulada "La influencia de los planetas". Allí plantea su teoría donde postula que existe un fluido universal, una especie de gas invisible e impalpable dentro del cual todos los cuerpos están inmersos.

Este fluido tenia propiedades como las de un magneto y podía ser retirado por la voluntad humana desde un punto y concentrado en otro.

Si el fluido se bloqueaba, la consecuencia era una enfermedad; pero si el fluido era dirigido convenientemente la cura se realizaba, Mesmer sostenía que las enfermedades resultaban cuando el flujo y reflujo normal del fluido era interrumpido.

Por tanto, creyó que la salud podía restaurarse produciendo en el paciente crisis convulsivas, facilitando así que el bloqueo pudiera superarse y el fluido actuara adecuadamente, y de esa manera el sujeto estaría nuevamente en concordancia con la naturaleza. Por lo tanto, la salud se alcanzaba por el establecimiento armónico de los fluidos magnéticos.

La clave del mesmerismo parecía ser el poder de la imaginación.

Otra explicación ofrecida al fenómeno fue la compresión; ciertos pases mesméricos que incluían la aplicación de las manos sobre el estómago y servían para irritar y comprimir el estómago; el diafragma y el útero, lo que provocaba algunas crisis.

La Teoría del magnetismo de Mesmer

La teoría del magnetismo, tal como la presenta Mesmer, adquirió tal prestigio en Francia que el gobierno en 1784 nombró dos comisiones de investigación formada por los más prestigiosos médicos de la época.

El intento de Mesmer de que se reconociese como disciplina médica el magnetismo hizo que Luis XVIII encargase esas comisiones de investigación oficial sobre sus descubrimientos al colegio de médicos de París.

Las comisiones, en las que participaron figuras tan relevantes para la ciencia como el químico Lavoisier y el físico norteamericano Benjamín Franklin, así como el Ingeniero Guillotín (sí, el creador de la guillotina), fallaron en sus conclusiones que las sesiones de magnetismo carecían de todo efecto útil, y que frecuentemente se producían situaciones de gran promiscuidad sexual.

Si bien admitieron los hechos, negaron la existencia del fluido magnético, sin preocuparse de investigar posteriormente las causas de las curaciones

Con estas conclusiones el magnetismo cayó en el descrédito, y los adeptos comenzaron a abandonar la clínica magnética. No obstante, las teorías de Mesmer continuaron a través de varios discípulos.

Mesmer, como mencionamos, era un médico alemán, nacido el 23 de mayo de 1734 en Radolfzell (Iznang, Suabia) y muerto en Meersburg. Era hijo de un guardabosques del obispo de Constanza. Estudió teología, filosofía, derecho y, por fin, obtuvo el título de doctor en medicina en Viena, en 1764, con una tesis sobre La influencia de los planetas en el cuerpo humano, que debiera calificarse más como una recopilación ocultista que como un estudio médico.

Se casó con la madura y rica viuda de van Bosch, quien poseía, en el extrarradio de Viena, un lujoso palacio que sería el escenario de su vida y obra, y cuya fortuna le permitió vivir el resto de sus días sin preocupaciones económicas.

En el verano de 1774 tuvo conocimiento de que una dama inglesa llevaba siempre consigo un imán con el que se aliviaba totalmente de los violentos calambres que padecía en el estómago. Mesmer se hizo construir un imán semejante, el cual aplicó a varios enfermos con idénticos resultados.

Sobre esta base, escribió e introdujo un sistema propio de curación de las enfermedades, basado en métodos que él denominaba "magnéticos", y que en realidad eran sugestivos. Elaboró su doctrina del magnetismo animal, basada en la hipótesis de que cada organismo poseía un fluido magnético que podía ser transmitido a los demás.

Durante algunos años, su milagroso procedimiento de sanación por el magnetismo hizo que los enfermos, anhelosos de curación, se agolpasen en torno a su mansión hasta que, por encargo de la emperatriz María Eugenia, trató de curar de ceguera a una joven música ciega, muy querida de toda la ciudad, y protegida de la propia emperatriz.

La joven, llamada María Teresa Paradies, se trasladó, por deseo de Mesmer, a vivir a su residencia; allí, y tras largos meses de estancia, Mesmer hizo publicar en los periódicos que la joven estaba recuperando la visión notablemente. Cuando se demostró que las noticias eran un fraude, Mesmer cayó en descrédito, vendió sus posesiones y regresó a Suabia.

Rechazado por los médicos austriacos, se marchó a París, donde obtuvo un éxito tan extraordinario que los nobles se disputaban sus favores, y le entregaron cuantiosas sumas de dinero.

La cubeta de la salud en la historia de la hipnosis

Uno de sus pacientes (M. Bregase) abrió una suscripción de 100 Luises para reunir el dinero para la apertura de una clínica, a condición de revelar a los suscriptores los secretos del "magnetismo animal". Mesmer abrió una sala de tratamiento en el hotel Bouillon, hábilmente montada: semioscuridad, perfumes orientales, música exótica, ambiente recargado de misterio.

La sala tenía en el centro la famosa "cubeta de la salud", llena con agua sulfurosa. Mesmer hacía que un grupo de curiosos voluntarios formaran un círculo, permaneciendo sentados, tomándose de las manos y formando una cadena humana, en cuyos extremos, dos de los asistentes introducían sendas barras metálicas en diferentes soluciones hidroelectrolíticas, de manera que hacían circular por sus cuerpos una suave corriente eléctrica.

Ésta trasmitía al sistema nervioso cierta clase de sensaciones, producto de la propia corriente y de los cambios provocados en la propia composición electrolítica de los fluidos corporales).

Los pacientes se sentaban alrededor de la cubeta, tocándose las manos o rozando unos cordones conectados con los líquidos en la cubeta, con el fin de hacer circular el "fluido". Mesmer se vestía con una majestuosa túnica y les tocaba de tanto en tanto en la frente o los rozaba con una varilla. Muchos de los pacientes entraban en trance y se supone que otros tantos eran contratados por el mismo Mesmer para imitar estos trances y crear sugestión general.

Así se hizo el hombre de moda del París de su tiempo y tenía largas listas de espera para la consulta.

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Cubeta de Mesmer

EL FINAL DE MESMER

Una vez investigado por el rey y sus comisiones, las conclusiones sobre su trabajo fueron negativos y se distribuyeron 20000 ejemplares del informe de la comisión donde su trabajo fue considerado una superchería con agregados inmorales, como la "sala de las crisis" donde Mesmer supuestamente curaba bellas damas con una varilla natural.

Habiendo sido rechazado, Mesmer volvió a Alemania, llevándose el dinero de sus suscriptores, a quienes nunca reveló el secreto de sus poderes.

En plena Revolución Francesa. Mesmer malvendió sus posesiones y se trasladó a Suiza, e intentó en vano abrir una clínica en la próxima Viena, donde todavía estaba proscrito por la policía que le expulsó del país.

Los discípulos de Mesmer

Aunque en Francia la Revolución hizo olvidar la fiebre por el mesmerismo, no ocurrió lo mismo en Alemania, en donde aparecieron una pléyade de magnetizadores y visionarios, entre los que debía contarse el propio Goethe, quien, mientras trabajaba en la redacción de su primera parte de Fausto, experimentaba con la telepatía y el hipnotismo.

En la Prusia de Federico Guillermo II, el magnetismo mesmeriano se fundió con toda una serie de prácticas ocultistas, entre ellas el espiritismo y las invocaciones a los muertos, especialmente en los "Círculos de la Armonía".

El propio canciller de Prusia Hardember y los académicos de la universidad de Berlín se rindieron a la moda, y llegaron incluso a invitar a Mesmer a dirigir las investigaciones que sobre el magnetismo pretendía establecer la universidad.

A la vez que crecían la moda y el entusiasmo, también se alzaron numerosas voces que calificaban de absurdo y engaño todos los fenómenos de ocultismo en los que muchas veces se escondían verdaderas orgías sexuales.

Federico Guillermo III, que en contra de su antecesor sentía pavor por los círculos magnéticos, mandó contra ellos las fuerzas policiales, y en pocos meses la sociedad prusiana recobró el sentido.

Poco después, en 1815, Mesmer fallecía en su retiro de Messburg (Suabia), donde había pasado sus últimos años, alejado de la fama mientras ejercía como médico rural. Pese a sus falacias, su método fue precursor e inspirador de futuras investigaciones y aplicaciones en el campo de la psicosomática.

Historia de la hipnosis: el árbol de Puysegur

Uno de los alumnos de Mesmer fue Armando Marie Jacques de Chastened, Marqués de Puysegur (1751-1825). Militar y físico francés. Entusiasta partidario de Mesmer, cuyas doctrinas no sólo propagó, sino que trató de ampliar convirtiendo su residencia particular en un verdadero hospital donde encontraban asilo todos los enfermos que se presentaban a someterse a su original tratamiento: magnetizando un árbol de su jardín alrededor del cual se sentaban los enfermos que debían ser hipnotizados.

Puysegur demostró que para hipnotizar no era necesario el uso de magnetizadores y bastaba con un gesto o una mirada.

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Método de Puysegur

Mesmer no trataba de inducir un trance inicial como ahora se hace, este procedimiento hipnótico fue descubierto accidentalmente por Puysegur cuando inicio su práctica.

Puysegur observó tres hechos que ocurrían en el hipnotismo, entonces llamado mesmerismo. Notó que el sujeto "magnetizado" podía escuchar, que aceptaba las sugestiones sin replicar, y que no recordaba nada de los eventos ocurridos.

Habiendo demostrado finalmente mediante experimentación, que la imaginación sin magnetismo produce convulsiones, y que el magnetismo sin la imaginación no produce nada, llegó a la conclusión con respecto a la existencia y utilidad del flujo animal que tal fluido no existe, por tanto, no puede ser útil y que los efectos observados en pacientes bajo tratamiento se deben al contacto, a la excitación de la imaginación y a la imitación mecánica que involuntariamente los impulsa a repetir tales hechos durante el trance, cuando se establecía la conciencia normal.

Puységur experimentó con el trance a partir de una extraña experiencia con un paciente llamado Victor Race, un campesino que cayó en un trance sonambulístico sin mediar los métodos mesméricos. Por eso es que Puységur llamaba a su método, o al resultado del mismo, sonambulismo artificial.

La aparición de Di Faria

En 1815, el Abad Jose Futodio Di Faria, quien nació en Goa, Portugal en 1755 y murió en 1819 publicó su libro "Sobre las causas del sueño lúcido" Faria había llegado a Paris en 1813 llevando consigo el conocimiento del hipnotismo practicado en oriente. Su pensamiento era muy adelantado a su época y explicó que el fenómeno no se debía a efectos magnéticos sino a efectos psíquicos.

Él denominó al magnetista "el concentrador" y al paciente magnetizado "el que se concentra" y al proceso magnético concentración o "sueño lúcido".

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Goa, Portugal: Estatua de Abad Faria practicando hipnosis

Faria innovó los procedimientos de inducción y reemplazó los elaborados rituales de los mesmeristas con métodos magnetistas más simples; solicitaba al sujeto que cerrara los ojos y fijara su atención en el sueño, después de un corto periodo le decía al sujeto: "duerme".

En contraposición a los magnetistas, quienes creían que el fenómeno hipnótico dependía casi exclusivamente de la habilidad del magnetizador, se interesó en el papel de la sugestión en el ámbito clínico.

Sentó bases firmes para considerar la hipnosis o "sueño lúcido" principalmente como un fenómeno psíquico, que era efectivo por los poderes de concentración del sujeto, otorgándole al terapeuta el papel de guía del paciente y despojándole de los poderes personales que en algunas ocasiones se la habían atribuido.

Volviendo entonces al Dr. James Braid, éste era médico de una compañía minera y oftalmólogo, nacido en Inglaterra en 1795 y muerto en 1860, era escéptico a la influencia magnética del mesmerismo, pero estaba interesado en el proceso y sus resultados.

Braid asistió en una ocasión a una exhibición del magnetizador francés La Fontaine en Manchester, Braid tenía la intención de descubrir y mostrar el fraude pero no encontró nada específico. Sí observó que en la inducción los sujetos tenían temblores en los párpados, que los globos oculares giraban hacia arriba y que luego finalmente dormían. Influido por su práctica como oftalmólogo buscó la naturaleza del magnetismo animal en la fatiga del ojo interno o psíquico, como le llamó.

Aparición de la palabra hipnosis

Braid introdujo entonces una terminología nueva para todos aquellos fenómenos que antes se habían conocido como "mesmerismo", "magnetismo animal" y otros nuevos términos como los introducidos por Puysegur "sonambulismo artificial" o Faria "sueño lúcido".

Este nuevo término fue HIPNOSIS basado en la palabra griega Hypnos que significa sueño, como vimos al principio. Braid desarrolló una técnica especial para inducir el trance, un método que aún se usa. Éste consistía en la fijación de la vista, también conocido como braidismo.

Cuando comenzaba pedía a sus pacientes que vieran un corcho que tenía puesto sobre la frente y con la experiencia fue desarrollando sus procedimientos hasta que posteriormente hacía que sus pacientes vieran fijamente un objeto brillante, el objeto podía ser una vela, su estuche de bisturí, un cristal que reflejaba una luz; el objeto se colocaba cerca y ligeramente arriba de los ojos en tal forma que los músculos oculares padecían cierta tensión hasta que los ojos por si solos se fatigaban.

Sus técnicas finalmente se combinaron con sugestiones verbales, aunque al principio las desdeñó, y finalmente vio la importancia que jugaban en el proceso.

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James Braid, considerado el padre de la hipnosis

Los conceptos de Faria y luego de Braid de que en el hipnotismo no había una fuerza especial o magnética; sino que la causa determinante estaba en el mismo sujeto, penetró en Francia por medio del Dr. Eduardo Azam y su amigo el Dr. August Liebeault (1823-1904) y que continuó la herencia de Faria y Braid con su orientación psicológica de la hipnosis considerándola principalmente causada por la influencia psíquica o sugestión.

Historia de la hipnosis: Dr. Liebeault

Liebeault fue un médico humilde quien empezó su práctica en el campo en 1850, iniciando su estudio del hipnotismo en 1860 rechazando totalmente la teoría del fluido magnético. Luego se estableció en Nancy en 1864, practicando el hipnotismo entre los pacientes pobres que asistían a su clínica.

Poco después de llegar a Nancy, empezó a escribir un libro sobre hipnosis "El sueño y el estado análogo: consideraciones especiales de la acción de la moral en la psique".

Hypolyte Bernheim (1840-1919) un profesor en la escuela de medicina de Nancy trató durante seis meses sin éxito un caso de ciática la cual tenía seis años de duración.

El paciente fue rápidamente curado por hipnosis administrada por Liebeault. Esta sorprendente cura condujo a Bernheim a investigar "el nuevo método" de tratamiento y su incredulidad inicial se transformó rápidamente en entusiasmo y admiración.

Bernheim consideró la hipnosis como cambios fisiológicos que conducen a un decremento en la participación del yo, considerando la hipnosis como un estado de conciencia alterado y al mismo tiempo como una manifestación normal.

APARECE LA PRIMERA ESCUELA DE HIPNOSIS

Gracias a la coincidencia de la relación Liebeault – Bernheim y a los trabajos que continuaron elaborando en Nancy nació la primera escuela de hipnosis, considerándola como un método oficial de tratamiento en la clínica general, y, en neurología, facilitando el desarrollo de una forma simple de psicoterapia. Los logros de Liebeault- Bernheim y la constitución de la Escuela de hipnosis de Nancy atrajeron poderosamente la atención otros investigadores de su época.

Bernheim, en 1880, se convirtió en uno de los líderes de la investigación en hipnosis e integrante fundador de la Escuela de Nancy. La influencia de la Escuela de Nancy se propagó a Alemania por medio de Albert Moll (1862-1939).

Bernheim tuvo una influencia significativa sobre Freud quien le visitó en 1889 y se mostró impresionado por sus experimentos con los pacientes de hospital.

Los aportes de Charcot

Jean Martín Charcot (1825-1893) desde que era estudiante de medicina de la escuela de Salpetriere siempre se interesó en el pabellón de enfermedades nerviosas, y con el paso del tiempo se convirtió en un gran neurólogo, llegando a ser el director del pabellón de su especialidad.

Aprendió hipnosis de un hipnotizador de teatro llamado Donato, quien le describió la técnica, paso a paso, en un cuadernillo. Las demostraciones que daba en la Salpetriere a fines del siglo XIX, consistían en inducir a las pacientes un estado de trance hipnótico en el que revivían sus ataques de "gran histeria" convulsionando en un escenario, frente a médicos visitantes y estudiantes.

Las observaciones de Charcot están totalmente en contraposición a los hallazgos de la escuela de Nancy. En 1882 Charcot declaró, ante la academia francesa de ciencias, que la hipnosis era evidencia de anormalidad, de patología, que solo se presentaba en las histerias. Tampoco creía que la hipnosis se debiera a la influencia psíquica. (Darnot, 1968)

Provocado por las declaraciones de la Salpetriere representada por Charcot, Bernheim publicó un libro basado en la experimentación con 700 pacientes y más de 6000 tratamientos efectuados por Liebeault donde se demostraba la falsedad de las declaraciones de Charcot con respecto a la anormalidad de la hipnosis.

Finalmente, el conflicto sobre la hipnosis estaba resuelto, se cristalizaron e incluso continuaron las ideas de Nancy cambiando y modificándose en algunos aspectos, pero manteniendo los conceptos primordiales, eso fue lo que sucedió en lo que se conoció como la escuela de "Neo Nancy". Esta escuela la desarrolló Emile Coué (1857-1926), quien empezó a estudiar la carrera de medicina; pero por problemas económicos nunca la terminó, trabajando solo como farmacéutico. Coué fue amigo de Liebeault, por tal razón se inició en el estudio de la práctica de la hipnosis en 1910.

La nueva escuela

La diferencia esencial con la escuela de Neo Nancy fue que su método consistía en la autosugestión, en cambio el método de Nancy no se enfocaba esencialmente a la autosugestión, sino lo que podía llamarse heterosugestión; sugestiones o influencia psíquica hecha por el terapeuta donde también podría caber la del paciente.

En 1913 Coué fundó la Sociedad de Psicología Aplicada de Lorraine. Introdujo un nuevo método, el auto-comienzo de la autosugestión consciente, del cual escribió un libro. Modificó la teoría de Abate Faria proponiendo que para que la autosugestión fluyera de la mente, uno tenía que alimentarla primero: repitiendo palabras o imágenes como autosugestión para la mente subconsciente uno puede condicionar su mente.

Después, la mente condicionada es capaz de producir un comando autogenerado cuando la situación lo requiera. Su muy conocido mantra, "Día tras día, en todos los aspectos, me va mejor y mejor" o "todos los días, desde todo punto de vista, las cosas van mejor, y mejor, y mejor" es conocido como Couéismo, o el método de Coué, y depende en gran parte de la repetición de la fórmula.

La historia de la hipnosis llega a Colombia

Más adelante, Alfonso Caycedo Lozano (Bogotá 1932) un neurólogo y psiquiatra colombiano, a partir de las bases teóricas y experimentales de la hipnosis, y su experiencia estudiando métodos de concentración en Oriente, crea la Sofrología, escuela científica que tiene como objetivo el estudio de la consciencia y la conquista de los valores existenciales del ser para tratar problemas de salud mental y emocional el establecer el equilibrio cuerpo – mente mediante técnicas de relajación y control de los estados de conciencia,

Etimológicamente, sofrología significa el estudio de la consciencia en equilibrio, y las raíces del término son griegas: Sos (s?f) que significa quietud, serenidad o armonía, Phron (f???): cerebro o mente y logos o logía (????a): ciencia, conocimiento o estudio. El término se propuso y fue aceptado en una reunión mundial de psiquiatría en Viena en 1960.

Derivaciones importantes de la experimentación y práctica médica hipnótica fueron las escuelas que pusieron énfasis en la relajación como punto de partida para promover el equilibrio, la restauración natural de las funciones físicas y psíquicas.

Los aportes de Schultz

J. H. Schultz (1884-1970) desarrolló, en la misma época donde Sigmund Freud creó el psicoanálisis, un método de ajuste por mediación del tono que llamó Entrenamiento Autógeno.

Su sistema se forjó en base a las experiencias observadas en los procesos de hipnosis y con influencias de sistemas de Yoga y meditación y el uso de fórmulas verbales.

El método es rigurosamente científico y sistematizado y si bien es simple requiere entrenamiento y perseverancia para volverse una herramienta eficaz.

Las dos corrientes en la historia de la hipnosis

Históricamente a partir de finales del siglo XIX se distinguieron dos corrientes fundamentales dentro del campo de la hipnosis: la Clásica, que tuvo su fundamente en la escuela de Salpetriere, y la Moderna que se basó en los principios de la escuela de Nancy.

En la hipnosis clásica lo que se buscaba era bloquear la consciencia, el juicio crítico y la resistencia del sujeto, a través de un ritual formal de concentración y fatiga de la atención con el fin de aumentar la receptividad y susceptibilidad a sugestiones directas que hace el hipnotizador.

Una parte importante del trabajo está dirigido a profundizar el trance, entendiendo por esto mantener el bloqueo.

Los grandes aportes de Milton Erickson

Se presentó una revolución al respecto en las décadas de 1940 y 1950 cuando Milton H Erickson promovió una apertura hacia lo que hoy se conoce como Hipnosis Moderna, misma que se desarrolló a partir de la Hipnosis Clásica.

Milton Erickson después de estudiar las bases neurofisiológicas de los estados de trance hipnótico, de trabajar con ellos clínicamente y en la investigación experimental, retomó los trabajos que se habían desarrollado en la escuela de Nancy y empezó a provocar en sus pacientes estados de hipnosis despierta, que él llamó naturalista, puesto que no se perdía el estado de alerta.

Milton H. Erickson (1901-1980) introduce nuevos conceptos sobre la hipnosis. Desarrolla la hipótesis naturalista, concibiendo el estado hipnótico como una conducta que se presenta en el sujeto de modo natural; implementa nuevas técnicas de inducción y profundización y orienta la terapia desde el enfoque de utilización de los recursos del paciente y la sugestión indirecta.

La hipnosis moderna es un estado especial de conciencia en el que todas las personas experimentamos a diario, pues existe en el cerebro una relación dinámica y complementaria donde se produce una alternancia natural en el predominio de un hemisferio y otro dentro de patrones establecidos biológicamente, llamados ritmos biológicos.

Éste es un mecanismo de equilibrio que según Álvarez en Robles (2005) obedece a la ley de economía y que permite al sistema nervioso realizar los ajustes para su mejor funcionamiento.

Estas alternancias se traducen orgánica y mentalmente en estados alternos de conciencia. Así, en un momento dado dentro de un periodo de 60 a 90 minutos, el cerebro categórico (dominante) cede el cargo de manera natural al cerebro representacional (no dominante), con lo que la mente lógica deja el cargo a la mente creativa y holística. A este ciclo por su frecuencia (más de dos veces), en un lapso de 24 Horas, se le llama ultradiano y se le considera el marco biológico para los estados alternos de conciencia.

El estado hipnótico, es un estado amplificado de conciencia donde se pueden percibir cosas que antes no se percibían, es un estado de internalización hacia la información guardada; sin embargo, cuando de pronto las personas se ensimisman en su mundo interno o se concentran en un aspecto del mundo externo, se disocian del resto que los rodea para entrar en un nuevo estado asociado de experiencia y se puede estar focalizado en algo preciso o algo difuso.

Por ejemplo, mientras lee lo que está escrito, probablemente no es consciente de los ruidos del medio ambiente, esto significa que está disociado de los demás estímulos existentes para asociarse a las palabras escritas o (no se da cuenta de su respiración hasta el momento en que se le es mencionado), parece que desaparece esa información, pero no es así, esa parte que no está poniendo atención a toda esa información conservada se la llama igual "sabiduría inconsciente".

LA BASE DEL MÉTODO MILTON ERICKSON

El Método Milton consiste en el uso de la palabra con la finalidad de establecer contacto con los recursos de la persona y generar un proceso útil en ésta, utilizando su mapa del mundo y su lenguaje, con la finalidad de permitirle poner en marcha sus propios recursos para lograr lo que quiere, visitando el pasado para buscar recursos, y dejar los problemas ya resueltos ahí para que el cambio opere en el presente y se continué en el futuro.

Se trata entonces de co-construir realidades internas que después se den automáticamente en el afuera. Esto es a lo que se conoce como cortar la terapia a la medida del paciente.

 

 

 

Autor:

Axel Persello

 

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