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Hacia la transformación de la institución escolar pública (Colombia) (página 10)




Enviado por JUSTO AMAYA



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  • 148 Neus Sanmartí ( 2010 ), especialista en Didáctica de las Ciencias Naturales, presenta una experiencia sobre el tema, cuyas conclusiones resultan particularmente esclarecedores. Según esta autora, existe una falsa y muy difundida creencia entre los docentes: suponer que la comprensión de un tema y su correcta comunicación son dos procesos diferentes. Esta creencia desconoce que todo aprendizaje, para poder considerarse como tal, debe poderse verbalizar o escribir correctamente.

  • 149 En la referencia anotada, la exposición como discurso del maestro, tiene que ver con la intervención educativa del enseñante, en forma de diálogo, de lectura y discusión, por medio de una película y de las inferencias respectivas, etc. y no como un monólogo o conferencia, a no ser que las circunstancias así lo exijan, es decir accidentalmente.

  • 150 Lo dicho se resume en: Es en este sentido que, particularmente, los maestros y las maestras deben ser sujetos totalmente comprometidos con su propia práctica, pues no es posible separar la teoría de la praxis ni el ser del deber ser. El adulto-niño, el docente-discente actual, deben conocer y enfrentar diariamente la problemática social en su interrelación lenguaje-imaginarios, sobre la cual han de plantear propuestas de solución consultando el interés general. Colegios públicos de excelencia para Bogotá (2007). Series Cuadernos de Currículo. Orientaciones curriculares para el campo del pensamiento, Henry Charry Alvarez, Subsecretaría Académica, Bogotá, pg. 4 y sgtes.

  • dicho curso escolar. Naturalmente, aquí se ofrece, a manera de ejemplo, esta agenda académica, sin embargo, el maestro, y según su creatividad, debe plantear para cada clase o semana laboral, una gran diversidad de programaciones, en orden lineal o en simultáneo, de acuerdo con su estilo de enseñanza.

    • El maestro escolar como investigador educativo

    Uno de los requisitos medulares para que el "Licenciado" adquiera el carácter de profesional en educación, atañe a exhibir una sólida formación en investigación educativa, y que la pueda desarrollar en su desempeño pedagógico. A propósito de la investigación pedagógica, el profesor Jurado ( 2009 ) plantea lo siguiente:

    La experiencia nos ha mostrado que la reticencia de los maestros a elaborar un proyecto (de investigación), cuando se invoca la importancia de hacer investigación en el aula, tienen su origen, entre otros factores, en el tono de cientificidad que caracteriza al discurso académico y a los formatos elaborados para tal fin. Se trata de un lado de una actitud que es coherente con el tipo de formación que hemos recibido desde la escuela, en donde siempre estuvo ausente la pregunta y la exploración, porque la ciencia nos fue mostrada como algo acabado y definitivo de la cual habría que repetir fórmulas y definiciones para su memorización…es decir, cómo hacer para que el problema objeto de investigación … se construya a partir de la competencia cognitiva (lo que el sujeto pedagógico realmente sabe), de la exploración auténtica y de los obstáculos percibidos cotidianamente en el desempeño de un trabajo, el desempeño pedagógico, por ejemplo151.

    La función exploratoria del maestro, por lo tanto, estribaen el desarrollo permanente de una competencia pedagógica, instalada en la dialéctica social de la educación. Para que esto suceda es preciso:

    • (1) Que el mediador despliegue la sensibilidad de indagación desde su cognición, con la intención de reconocer intuitiva y naturalmente aquellos sucesos de aprendizaje disciplinares, sociales, ciudadanos, o políticos, que ameritan ser examinados, desde su tarea pedagógica diaria, en el camino de construir un proyecto institucional de lectura, educativo y pertinente, y…

    • (2) Modificar su enseñanza, según los resultados de los procesos de investigación acción educativa y así sucesivamente.

    Con el objetivo de que la primera intención tenga éxito, es indispensable que su transcurso investigativo, describa, analice y problematice el contexto social y cultural en donde se encuentra inmerso el escolar y además que tal proceso sea colectivo y consensuado por la comunidad educativa, con el ideal de buscar un compromiso de todos los estamentos institucionales y así fortalecer el contexto de la asignatura que se enseña. Para gestionar la segunda, es preciso, que el maestro se convierta en un autocrítico de su propia labor aplicando los instrumentos de inspección del caso, dirigidos a averiguar los desaciertos y certezas de su desempeño socio-educativo. El procedimiento enunciado además de proyectar un pensamiento resolutivo, se efectúa desde el ámbito de los proyectos de aula, lo que conduce a una I.A.E. (investigación acción educativa).

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    • 151 Jurado, Fabio (S.F.). Investigación y escritura en el quehacer de los maestros. http://www.pedagogica.edu.co /storage/ps/ artículos/ pedysab06 _05arti.

    Pdf, consulta 07-06-2014.

    La cultura de la investigación

    Es necesario, entonces, desarrollar en la Institución Educativa, la cultura de la investigación, aplicando una política orientada a asignarle horas a la modalidad que nos ocupa152 y a la producción intelectual de los maestros, con el objetivo de transformar el sentido de su labor, desde la enseñanza, hasta la de asumir el rol de investigador cualitativo, lo cual debe confluir en el desempeño que le incumbe a un administrador de proyectos pedagógicos, para que sus clases pasen de ser una simple repetición de uno o varios libros, a una dialéctica educativa que recicle y transforme el trabajo pedagógico, con la finalidad de construir comunitariamente el conocimiento. Véase la siguiente cita textual, que complementa la exposición registrada:

    Pienso que sí es posible avanzar hacia la formación de una actitud investigativa en la escuela, por ejemplo, a través de la consolidación de comunidades académicas de docentes; tal vez esa sea una vía más efectiva que la oferta de cursos de capacitación, que de por sí, tiene implícita una mirada deficitaria sobre el docente. La vía de la formación de actitud investigativa, necesariamente conduce a la actualización y la formación permanente, pues cuando la realidad efectivamente se convierte en problemática, se requiere buscar una salida.153

    No obstante, la formación permanente en el escenario de la investigación pedagógica, es una tarea que se debe fomentar en el campo laboral contando con la asesoría de entidades ocupadas en el tema de la referencia, en particular la Universidad Nacional, Los Andes o el IDEP, dinámica en la que es relevante la autonomía del docente, y la fundación de una comunidad académica de la que habla el inciso anterior.

    El hecho de que el docente fundamente su práctica pedagógica en la investigación, implica una oportunidad para conocer el perfil cultural de los escolares a su cargo, con la perspectiva de diseñar un programa de lectura pertinente, relacionado con el medio familiar y urbano de los lectores, lo que inaugura la realización de las actividades orales colectivas respectivas. Es allí, en donde mediante una observación rigurosa, el maestro encontrará los referentes teóricos, útiles en la labor de aproximar el contenido disciplinar al contexto social del colegio. Para que lo dicho se cumpla, es recomendable que el actor mencionado, desde la licenciatura, se vincule a la Institución Educativa de Secundaria, a partir de los primeros semestres, pensando en adelantar una investigación socio- pedagógica, que irá nutriendo con el marco epistemológico de las asignaturas que cursa en la facultad. En conclusión, es prioritario terminar con la idea romántica y escolástica, articulada con que el maestro trabaja únicamente por vocación, y en calidad de informador o instructor. Al contrario, se necesita un estado que reconozca en él a un profesional que con un ingreso digno, investiga, se actualiza, y transforma la sociedad.

    • El docente usuario de las TIC

    Algunos datos incorporados en la EDB (Encuesta a los Docentes de Bogotá, 2009, IDEP: 83) aporta los siguientes resultados:154

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    • 152 Además, para facilitar la intervención de un docente- investigador en la Institución Escolar, y como hemos advertido antes, se requiere una legislación educativa que permita validar las horas de investigación, en la asignación de su carga académica. Aparece aquí , nuestra tesis respecto a que el desarrollo de la lectura, es decir educar para el ejercicio pleno de la democracia, tiene como primer paso la voluntad política de los gobernantes, a quienes igual, se les pide sean personas suficientemente leídas y educadas.

    • 153 De Zubiría (S.F.). Ensayos sobre docencia, educación y pedagogía. Instituto Alberto Merani, pg. 85.

    • 154 Es posible que en la actualidad (2016) esta situación esté cambiando positivamente. Sin embargo, el porcentaje de maestros licenciados menores de 30 años y pertenecientes al decreto 1278 y aquellos procedentes de otras profesiones, arriben y laboren en los colegios oficiales en el marco del dominio aceptable de las competencias digitales y virtuales, en una forma relativamente más avanzada que las experticias en este campo, de los docentes provenientes del decreto 2277. Sin embargo las instituciones escolares no pasan de maquillar su desarrollo tecnológico subutilizando televisores y computadores personales

    • El 11,1% de los docentes reportan que no tienen computador para su uso en el hogar y el 22,7% no tienen Internet en el hogar.

    • Pero siguen siendo cifras preocupantes, si se tiene en cuenta que a través de Internet cada vez se puede acceder a más información y conocimiento que no están disponibles por otros medios, y que los niños y jóvenes están "conectados" virtualmente.

    • Es probable que este porcentaje significativo de docentes desconozcan en un alto grado o no puedan comprender los intereses y lenguajes de sus estudiantes, y que tampoco promuevan el uso por parte de éstos de las tecnologías de la información y la comunicación.

    Aunque no se presenta la evidencia respecto a que "los niños y jóvenes están conectados virtualmente"155, sí hay un síntoma acerca de la brecha entre magisterio y alumnado, en cuanto al acceso a la tecnología, lo que implica la tercera deducción que manifiesta la referencia que ahora suscita nuestra atención.

    Es indispensable, por consiguiente, que el profesor de cualquier área sea un conocedor de las TIC, aplicadas al proceso de aprendizaje- enseñanza de su disciplina, o proyecto pedagógico transversal al que esté inscrito. Como promotor avezado de las TIC, el motivador debe cumplir los siguientes requisitos, entre otros:

    • Editar un blog, con el propósito de publicar sus ensayos, circulares, artículos periodísticos, proyectos de aula, cronogramas, mapas conceptuales, etc. o para recibir los informes o reseñas del alumnado. Es muy frecuente, que los blogs dispongan de una lista de enlaces a otros webblogs, o a páginas para ampliar información.

    • Utilizar el correo electrónico para intercambiar con los alumnos (especialmente con los "problema") clips, postales, canciones, crónicas, informes culturales, videos históricos, o deportivos, video juegos, todo lo anterior bajo una orientación educativa, en un marco crítico y problémico. Igual, para enviarles mensajes a los educandos, como oportunidad para informar, recordar, reconvenir, explicar, recomendar, etc.

    • Preparar las clases empleando los buscadores web, con la intención de consultar información actualizada y además, acerca de herramientas didácticas y pedagogías pertinentes.

    • Planear y efectuar sub-proyectos colaborativos de aprendizaje, coordinados a través del correo electrónico, o las redes sociales. En este caso, los colaboradores son otros docentes o los estudiantes y el gestor de los proyectos, el maestro.

    • Programar consultorías o tutorías telemáticas de recuperación a estudiantes con logros reprobados en la disciplina correspondiente. Para llevar a cabo este procedimiento se acude al Messenger, Instagram, o a las redes sociales dispuestas en Internet

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    (con permanente deterioro), sin que exista una normatividad sistemática gestionada desde una voluntad social, instalada en la transformación política y pedagógica de la Institución Escolar.

    • 155 Aunque es cierto que varias estadísticas comprueban la estratificación de los escolares distritales por lo bajo (1 al 3), también lo es que no hay estudios experimentales que determinen los sesgos en la afirmación anterior. El hecho de encontrar colegios localizados en diversas localidades, implica que no sólo existe una diversidad cultural, sino también social. Igual para el equipo de maestros o directivos que laboran en cada uno de ellos. Por otra parte al interior de cada Institución Escolar también se encuentra una notable heterogeneidad social, pues mientras algunos alumnos exhiben una presentación personal deficiente, pues sus padres no tienen dinero para comprarles un nuevo uniforme, otros además de asistir con un uniforme reciente, portan celulares de alta gama y tecnología.

    • Preparar videoconferencias con la participación directa de los alumnos, como resultado de un trabajo inter-grupal con los fundamentos de investigación social, o de acción participativa.

    Este postulado implica que los participantes no sean sólo consumidores del conocimiento, sino productores del mismo.

    El siguiente esquema abrevia lo expuesto, acerca del docente investigador y como usuario de las TIC:

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    Esquema No. 6: El docente investigador y usuario de las TIC

    • Ámbito social del docente pedagogo

    Existe la creencia respecto a que la pedagogía es un recurso para fungir, únicamente, como un profesor de calidad, en el salón de clases. No obstante, hay también otros escenarios en donde el maestro debe demostrar su conciencia y experticia pedagógica: en el plano político según lo explicamos antes, en el colegio de puertas hacia afuera del aula, en la comunidad circundante a la escuela y en la familia o ciudad donde habita y labora. Es decir, en este horizonte la ontología pedagógica se asimila a la de educador, sentido que connota un criterio y un estilo de vida. De esta manera, cuando el Alcalde Mockus ( 1997) conjugó la pedagogía con la política, al implementar el programa de la "Cultura Ciudadana", dio a entender que la ciudad se podía asimilar a un amplio salón de clases en donde el profesor- alcalde implementa y aplica unas políticas concretas que permiten una sana convivencia e impulsan la civilidad y ciudadanía. En definitiva, se es educador para toda la vida y ello se demuestra en cada una de sus actividades diarias, de acuerdo con una filosofía personal. Esta tesis significa que, por ejemplo, en familia él o ella estarán enseñando con el ejemplo. En seguida, examinamos las actuaciones pedagógicas (en un marco político) del profesor en la Institución Educativa, dentro y fuera del recinto de clases.

    • Apertura al conocimiento

    El docente de español o el maestro con vocación lectora de otra asignatura, como motivador y ejecutor del Proyecto Institucional de Lectura y actor en el escenario de la virtualidad y la educación a partir de un marco ético, como lo hemos reiterado en el presente compendio, debe colaborar en implementar la "apertura", como política institucional dentro de la visión misión del PEI. La "apertura" se relaciona con el cambio pedagógico del imaginario individualista del profesor, al colectivo del mismo. Para que esto suceda y como lo menciona Morín (2000) tenemos que desarrollar "la capacidad de reconocer nuestras insuficiencias", con el fin de fomentar la coevaluación. Se trata de democratizar el conocimiento para convertirlo en una construcción social, que busque la participación real de la comunidad educativa. Sin embargo, esta contrucción encuentra escollos que se pueden superar. Algunos de ellos son los siguientes:

    • El individualismo cultural

    En la Institución Escolar actual subsisten aún prácticas, que como el individualismo cultural (celo profesional), obstaculizan un verdadero trabajo en equipo, estrategia medular en una educación por ciclos, en el ámbito de la aldea global del conocimiento y desde el concepto de la integralidad en la formación de las personas. Así se afirma, por ejemplo, que:

    Los ambientes de aprendizaje son dinámicas que no pueden concebirse por fuera de las prácticas sociales que privilegien el trabajo en equipo y el trabajo colaborativo, como formas de interacción de los sujetos, y que permitan poner en juego destrezas, talentos, habilidades y capacidades…156

    El individualismo se patentiza de dos maneras. La primera, mediante el "discurso ortodoxo", en donde el enunciador es el único depositario de la verdad, actitud que desdeña las opiniones de los demás, sin otra razón que la de una emotividad egoísta fundada en una débil argumentación. Se

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    • 156 Ambientes de Aprendizaje. Reorganización curricular por ciclos (S.F.). Vol. 1, Secretaría de Educación del Distrito. Texto Universidad Grancolombia. Orientación Pedagógica Henry Charry Alvarez, Imprenta Nacional. http://www. redacademica. edu.co/ archivos/redacademica/ colegios/currículo/ final_ cartilla_volum, consulta, 23-07-2014, pg.19.

    verifica, concretamente, en el Consejo Académico, o en una reunión de área, escenario favorable para la discusión respetuosa y la intención comunitaria de conducir a la escuela a la calidad y excelencia educativa, en el marco las normas reguladoras de la convivencia escolar. Para esta situación, se recomienda que los circunstantes se refieran al hecho y no a las personas, pues así es fácil implementar una ética que favorezca la sana discusión, evitando rivalidades que no contribuyen a la construcción de un ambiente educativo conveniente. La segunda, y que merece punto aparte se refiere a:

    Es una disfunción que se desprende del individualismo cultural, y se manifiesta cuando el aula, el curso (sexto, séptimo) o la materia, le "pertenece" a determinado profesor que defiende el territorio mencionado, a manera de arcadia heredada, con argumentos como el de su antigüedad en la Institución Escolar, o el de su absoluta sapiencia intelectual o empírica, olvidando que si es una institución oficial los bienes son públicos y así su existencia conduce al uso y cuidado de la comunidad educativa. Esta situación social tiene su origen en la evolución del sistema educativo, en donde van quedando concepciones que, reproducen esquemas sedentarios anclados en la sociedad agraria latifundista del siglo XVIII. El colegio, pues, reclama un profesor con apertura al cambio en sus diversas manifestaciones, ya que el proceso educativo al ser eminentemente social se debe desarrollar a la par de los demás sectores del mundo global: de la economía, la tecnología, pero ante todo de las nuevas formas de comunicación y convivencia comunitaria.

    Con relación a este punto, se ha observado que el maestro gestor de una clase realmente ágil y variada, desplegada a través de actividades orales colectivas o literarias (muy bien organizadas y disciplinadas), lo acusan ante el rector por no "dictar clase"157. Lo anterior, nos permite deducir que para los maestros que así piensan, la función pedagógica del educador se debe centrar en implantar su autoridad, con base en el temor que les provoca a los alumnos, lo cual fundamenta en la potestad de la nota, en la exposición complicada y confusa del tema, y en la amenaza discreta y o aparente. Desde esta inferencia es conveniente enfatizar en que el "homo ludens" se torna en una dimensión integral de la persona y este tipo de enseñanza no se puede descartar de una programación académica. Como resultante, y para que ello sea posible, en estas páginas exaltamos una autoridad y el mantenimiento de una disciplina consciente, argumentada, conciliada, comprometida, que cumpla con el conducto regular y el debido proceso, pues una clase sin estos requisitos se convierte en un desorden y anarquía, que finalmente vulnera el derecho a la educación del alumnado. Para que este procedimiento sea eficiente, se necesita un buen nivel argumentativo del profesor.

    De otra manera, y a partir de los estudios de Bernstein (1977) y Apple W. A. (1982), el problema de la autoridad magisterial, a través del discurso pedagógico, en el salón de clases, se sitúa en el terreno de una lucha de clases y en el posicionamiento y emulación de un poder social, que generalmente viene a

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    • 157 Es oportuno aclarar que aquí nos referimos a un plano metodológico (actividades orales) y a otro para humanizar como es el caso de la Literatura. Ambos planos se ven como ejes transversales que recorren el pensum escolar. En este horizonte, no sería extraño observar un debate dirigido sobre la utilización bélica de los drones en clase de Física, a partir de la lectura de una antología de artículos periodísticos, proporcionados por el profesor. Igualmente, un foro sobre la lectura efectuada y análisis temático y léxico de la obra "20.000 leguas de viaje submarino" de Julio Verne, para inferir desde el contexto de la obra la fauna y la vegetación marina que allí se menciona en el marco pedagógico dedicado a una clase de Biología. Esta modalidad didáctica se podría articular con la información sobre la carrera universitaria de Biología Marina, lo que promociona una pedagogía realmente activa y pragmática.

    fraccionar la enseñanza, y conduce, tanto a escolares como maestros, a una rivalidad histórica que deja el conocimiento significativo y la formación integral de los estudiantes, en un compartimento herméticamente sellado. En el horizonte referido intervienen otras circunstancias que originan el problema planteado: el interés y la motivación difundida, la metodología, la planeación y pertinencia de la clase, la incidencia de los padres de familia, el tipo de grupo o el perfil cultural de los aprendices. En este sentido, es necesario partir de acuerdos procedimentales, orientados a concienciar a los docentes de su misión eminentemente educativa, a los padres de familia de sus obligaciones legales y a los alumnos de sus responsabilidades y cumplimiento del Manual de Convivencia, a través de las herramientas que proporciona la pedagogía y el marco legal. Adicionalmente, es preciso adecuar y facilitar los canales de comunicación entre las personas aquí comprometidas, para lo cual la contribución del rector y coordinadores es medular. La indisciplina escolar

    • La indisciplina en clase tiene varias tendencias y causas:

    Primero, como expresión de protesta contra la didáctica, explicación confusa, antipatía personal o comunicación incoherente del maestro.

    Segundo, y entre adolescentes, como una actitud para llamar la atención del sexo opuesto, más con la risa, locución particular de esta edad o como burla frente al semblante, dicción, o manera de desplazarse del maestro. Ello como proyección de la falta de respeto a los adultos (mayores) de la familia, y de un desprecio por su edad.

    Tercero, como ademán de una motivación excesiva en su participación en un debate, o en la respuesta a una pregunta pertinente del maestro de acuerdo con un tema interesante.

    Cuarto, en respuesta a una cultura escolar conectada con un proteccionismo del estudiantado, excesivo y anómalo, por parte de los directivos docentes y padres de familia, en contra de los maestros responsables y exigentes con su labor educativa. Esta asunción contiene una laxitud y "encubrimiento" de los padres y la falta de cumplimiento del Manual de Convivencia.

    Quinto, debido a que el alumno no se separa de su contexto exterior, matizado por el chat, el reggaetón, el rap, el rock, que escucha por los audífonos, y que traslada al colegio, con sus tradiciones, lenguajes, y comportamientos.

    Sexto, la indisciplina también obedece al grupo de amigos que están en ese curso y hablan de sus proezas, amores, programas de tv o cine, de la familia y de la ropa, menos del tema de la clase.

    Séptimo, a manera de respuesta por una falta de planeación de la clase por parte del maestro, o en otras palabras, la indisciplina depende de una improvisación reiterada del profesor, lo que implica una falta de dominio grupal.

    Octavo, como una proyección de la incidencia y de la interacción con la gran diversidad de los medios de comunicación electrónica y virtual, o de la ausencia de unas normas mínimas de convivencia en el hogar, a lo que ha contribuido una educación precaria de los padres de familia.

    Los puntos anteriores deben conducir al profesor a conciliar con los padres y alumnos, para elaborar colectivamente un acta, con los compromisos en torno a unas políticas determinadas, tendientes a resolver los actos de indisciplina que es necesario verlos como oportunidades valiosas para educar al alumnado. Una de estas políticas corresponde al tipo de comunicación acordado entre el animador del aprendizaje y los educandos, escenario de enseñanza favorable en la intención de que el maestro vea en el escolar a una persona con quien es indispensable conversar, con el objetivo de conocer sus expectativas, intereses y formas de ver el mundo, para desde este territorio, empezar a formar a su discípulo, todo ello en un marco de respeto, y colaboración mutua, para que el proceso pedagógico salga adelante. Esta propuesta conduce el análisis actual a registrar las diversas formas de comunicación pedagógica, entre el docente y los estudiantes, subrayando el sistema dialógico como el más conveniente para formar al alumnado actual.

    No obstante, con base en observaciones llevadas a cabo durante varios años, se puede concluir que hay una conexión palpable entre los escolares indisciplinados e irrespetuosos, con conflictos familiares, como los de la separación de los padres, las rivalidades entre los hermanos, los maltratos y abusos en la familia, el abandono parcial o definitivo, razones que en ocasiones conducen al consumo de sustancias psicoactivas que ingresan sin permiso a la Institución Escolar.

    De manera distinta, hay otra serie de motivos generados por un proyecto de vida incierto y una incidencia de los medios de comunicación social, en donde en telenovelas, noticieros y "realities" se exhibe una imagen lánguida de la disciplina como recurso relevante para conseguir una carrera profesional que determine una movilidad social y cognitiva inherente a un ciudadano demócrata, digno y sobre todo con una integridad de vida inobjetable. Esta circunstancia procede de la honda disparidad manifiesta en la estratificación social en el país connotada por el acceso también estratificado a una educación de calidad, y se erige como una de las causas principales de la indisciplina escolar articulada con que a numerosos aprendices les da igual aprobar o reprobar un año lectivo, y lo que esto contiene: competencias ciudadanas deficientes, inteligencia emocional subdesarrollada, baja autonomía social, etc. En este sentido, es tal el desconocimiento de las normas evaluativas que hay un grupo de escolares quienes no reconocen su incompetencia estudiantil y al obtener una nota deficiente reclaman agresivamente sobre la culpabilidad del maestro y también sobre su "derecho" a aprobar la asignatura sin cumplir los mínimos requisitos. Dicho de otra manera, piensan que por el sólo hecho de asistir a las clases a faltarle al respeto al profesor, y de paso vulnerando el derecho a la educación del colectivo, los habilita para superar la materia. Es preciso resaltar, entonces, que una educación ínfima recibida en el hogar, debida a una falta de oportunidades laborales de los padres, o a una historia familiar conflictiva y sin recursos, son otros estimuladores de las actitudes irresponsables e indecentes del alumnado.

    • El respeto

    Es claro, que la apertura sea cimentada por el desarrollo de conceptos como el del respeto en la Institución Educativa, con el fin de que no existan confusiones o equívocos. Este concepto, se fundamenta en el acato y cumplimiento de los derechos humanos y la normatividad concordante vigente, sobre todo en lo referente a la libertad, autonomía, dignidad, honra y buen nombre de las personas (Art. 15 de la Constitución Nacional). En dicha línea, es obligatorio que los miembros de la comunidad educativa apliquen el conducto regular a todas sus actuaciones sociales y académicas, v.gr. cuando los alumnos efectúan un reclamo de un maestro, dirigido al director de grupo. Lo primero que este debe hacer es comunicarse personalmente con el docente involucrado en el reclamo, invocando la debida sinceridad e intención colaborativa. Así, el respectivo director de grupo demostrará no sólo su formación familiar y ciudadana, sino su identidad y lealtad con la profesión que le otorga la posibilidad de desempeñar un trabajo, o sea, de revestirse con la dignidad que le brinda tal labor.

    Es distinto cuando el citado director de grupo quiere ganar reconocimiento, al transgredir el conducto regular y trasmitirle la queja al directivo docente, o directamente a los padres de familia, con el propósito soterrado de que agredan de palabra y a veces de obra al maestro acusado. Igual sucede cuando un maestro o directivo docente, se gana la confianza de los estudiantes, en el camino de conducirlos en contra de algún docente, con la clara pretensión de desprestigiarlo, debido a conflictos personales, o académicos. A todas luces, la irregularidad precedente adquiere la denotación de falta disciplinaria de respeto que atenta contra la Constitución Nacional (Arts. 15 y 21) y legislación concomitante, lo que autoriza al profesor desacreditado a interponer los recursos legales que le otorga el marco jurídico.

    Por otra parte, es preciso especificar una definición operativa del respeto, pues es palpable que cuando se trata de calificar objetivamente a una persona (alumno, maestro, directivo, padre de familia), señalándole con pertinencia, decencia y ánimo constructor, sus falencias sobre el cumplimiento de las funciones incorporadas a su compromiso, con la idea de cambiar o mejorar, el sujeto de inmediato exige respeto, situación que detiene el desarrollo educativo de la institución. En consecuencia, el respeto pretende que una de las políticas institucionales se encarrile a fomentar la crítica asertiva, personal y bienintencionada, mediante razones veraces, imbuida de un espíritu colaborativo y fraterno, sin vulnerar la integridad del sujeto. Por ejemplo, llamarle la atención a un alumno por su reiterada impuntualidad, no es faltarle al respeto, lo que sí sucedería, en el caso de que el profesor no cumpla a cabalidad con su labor asignada158, puesto que una enseñanza ineficiente equivale a desconocer el derecho a una educación de calidad del alumnado.

    En este punto, es indispensable resolver la falsa creencia acerca de que el maestro demandante de un aprendizaje calificado, es sensible a que se le acuse por faltar al respeto a los escolares, siendo que su intencionalidad estriba en transformar la calidad de vida de sus discípulos. Este hecho, sí sucedería en la circunstancia de incumplir con el Manual de Convivencia y leyes concurrentes, que protegen los derechos de los alumnos, y menores de edad. Es preciso, entonces, saber diferenciar lo uno, de lo otro.

    Recapitulando, un clima institucional basado en una adecuada escenificación de la apertura o socialización, y respeto, son las claves para echar a andar un proyecto educativo transformador de las mentes estudiantiles y así de la calidad de vida, local y nacional.

    La clase actual, necesariamente se localiza en una variedad visible de las intencionalidades pedagógicas del profesor, tejidas en los discursos que expresa y orienta en su tarea educativa. Los más significativos son los siguientes:

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    • 158 En este punto es indispensable que el alumnado entienda y por ende valide o reflexione sobre la eficiencia, responsabilidad, nivel de exigencias de sus profesores. Es esencial hacerles ver que de su apoyo a los maestros que cumplen los anteriores requisitos, depende en gran medida su futuro profesional y personal. Una pedagogía basada en la falta de compromiso del maestro, consigo mismo y con la sociedad, de acuerdo con su ser político e identidad gremial y profesional, conduce a una imagen pobre de la educación y por lo tanto a que tenga una graduación socio-económico de tercera categoría.

    • Discurso disciplinar

    Es el que se articula con las explicaciones que despliega el maestro, en virtud del marco epistemológico de su asignatura, y que relaciona con la lectura anterior a la clase, para avivar los conocimientos previos del escolar y de esta manera conectarlos con el tema desarrollado en clase. Toda labor pedagógica busca seducir, es decir, hacer interesar hacia cierto campo de conocimiento. Para lograrlo, el profesor tiene que mostrar sus dominios cognitivos y sus competencias comunicativas en el ámbito del aula: saber transferir, o sea colocar en otro contexto los códigos de una ciencia. Este es un paso definitivo y decisivo para ayudar a que los estudiantes lean adecuadamente los códigos de las disciplinas, y sepan usarlos en las situaciones de sus actuaciones: intuir que no es la ciencia lo que está allí, en el habla del profesor, sino una representación sobre la ciencia (cfr. Bernstein, 1981). Obviamente el género discursivo de la referencia matiza su verbalización cuando el enseñante se auxilia de las ayudas audiovisuales correspondientes.

    • Discurso pedagógico

    Una visión axiológica La propuesta de Martínez M.C (1997), relativa a que: "El trabajo pedagógico se inscribe en una pedagogía interactiva de carácter dialógico; pedagogía que parte de la consideración de que todo hablante nativo ha aprendido a significar el mundo natural y social a través del discurso que se construye en la dualidad de la interacción comunicativa, en la relación intersubjetiva." (1997:22, cit. por Leal A, 2009: 55)159, nos permite determinar que la visión axiológica del discurso se dirige a la enunciación pedagógica que proyecta el docente en sus clases, y que se produce a partir de la promoción de las competencias axiológicas, desde el horizonte institucional, y que argumentan la impronta educativa del colegio.

    El discurso pedagógico, entonces, se refiere, particularmente, a desarrollar valores como el de la puntualidad, la responsabilidad, la veracidad, la civilidad, el aseo160, la eficiencia, la eficacia, la perseverancia, la tolerancia, etc.; todo lo anterior, en consonancia con la estrategia de leer, opinar por escrito y expresar oralmente, con el objetivo de formar los ciudadanos críticos que solicita el país. Sin embargo, es prioritario resolver los valores registrados, en todas las esferas de la Institución Escolar: de los profesores, directivos, estudiantes, sector administrativo y las relaciones que de aquí surgen, ya que concretamente el buen trato en una entidad dedicada a la educación, se convierte en una política vertebral de las reciprocidades sociales, y académicas de los actores aludidos. No es posible que un rector o coordinador que manifiesta en sus actuaciones un comportamiento contrario a su calidad intrínseca de educador, sea el ciudadano indicado para gestionar un Centro de Enseñanza, o para requerir un tratamiento cortés de los demás integrantes de la comunidad educativa. Este mismo postulado, se le atribuiría a los docentes, y por extensión a los padres de familia.

    Es oportuno manifestar que el discurso pedagógico no se circunscribe sólo a la exposición o acto de habla del orientador, sino a todo comportamiento en una esfera ética o moral, tipos de lenguaje, gesto, mirada,

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    • 159 Horizontes Educacionales, Vol. 14, N° 1: 51-63, 2009, http://www.redalyc.org/pdf/979/97912444004.pdf, consulta 07-15-2015.

    • 160 Desde este vocablo, es oportuno examinar una clase mediada por una sabia explicación del tema previsto, efectuada por el profesor, en un salón lleno de basura, producto de la clase anterior y de la sesión académica actual, en donde inclusive, algunos alumnos siguen consumiendo parte de los alimentos del desayuno, sin que haya pronunciamiento alguno por parte del motivador. La primera pregunta, que surge, es, si: ¿ El sujeto de la situación antes planteada, es buen comunicador y enseñante, únicamente por la explicación acertada del tema?. O si, por el contrario, ¿ El profesor debe repensar su labor, pues su misión como educador, quedó retenida en los capítulos que leyó en la licenciatura?.

    forma de vestir, recursos utilizados, silencios, actitudes, tono altos, grados de confianza, sinceridad, comunicación subyacente, falsedades conscientes, desplazamiento, organización de la clase, modos y exigencias evaluativas, tipos de tareas, clase de textos empleados, eficiencia, etc. En definitiva, la lista aquí efectuada, entre otros factores, contiene los significantes que le dan el sentido ético al discurso pedagógico.

    Los planteamientos de Bernstein

    De acuerdo con lo dicho antes (cfr. 1.3.1. y 2.2.2), los planteamientos de Bernstein son quizá los más propositivos, pero al mismo tiempo, críticos en el estudio del discurso, dentro del campo de la pedagogía. Debido a esto, su teoría es medular en el escenario educativo. Por lo tanto, a continuación se examinan más a fondo, algunos criterios del pensador británico, pues resultan coherentes con el tema de la presente obra. En esta consideración, el filósofo inglés, concibe el discurso como un recurso para el control simbólico, entendido como un medio, por el cual se le asigna a un interlocutor, una conciencia determinada. Es decir que una distribución dada del poder es trasmitida a esa conciencia (la del maestro), a través de estrategias comunicativas, difundidas por las agencias económicas o políticas que ostentan dicho poder, así como por las categorías culturales dominantes. A su vez, esa misma distribución de dominio, es recibida por el alumno, desde la herencia de la humanidad o contexto social respectivo, y así sucesivamente.

    El discurso pedagógico, entonces, se produce y se reproduce por sujetos especializados ( los profesores o alumnos161), en contextos demarcados jerárquicamente y que dependen de la ubicación de los sujetos en la estructura social, la cual determina las relaciones de autoridad, entre dominantes y dominados. Así lo enuncia el Sociólogo nombrado: "…se hace claro que la diferencia en los sitios constitutivos de la conciencia entre los agentes del control simbólico, como los maestros, etc. y la clase obrera puede conducir a desconfianza y a fracasos mutuos en la comprensión, cuando no, bajo ciertas condiciones, oposición o resistencia pedagógica de parte de algunos alumnos de la clase obrera…En esta forma tenemos una imagen de la marginalidad y del aislamiento estructural de la educación y de sus agentes afines , por una parte, y de la especialización de su conciencia fuertemente clasificada, por la otra"(Bernstein, 2001: 52) En breves palabras, el maestro reproduce una ideología dominante, heredada de su tránsito social desde el nacimiento o aún antes y la trasmite a los estudiantes, quienes fungen como una clase dominada por el acervo de doctrinas aludidas, que a la postre son semejantes o a veces disímiles, a las que el escolar ha incorporado a su conciencia según se explicó en el parágrafo precedente. A continuación, los alumnos asumen el rol de dominantes de aquellos individuos que son analfabetas funcionales, es decir, que escasamente saben deletrear las palabras sin reconocer sus sentidos culturales. Sin embargo, en esta red conceptual es preciso deliberar y enfatizar en que el rol del educador no es el de un autómata, que reproduce mediante los discursos que implementa, la herencia de la humanidad o, con referencia alumno, de lo que prescriben las grandes agencias del poder político y económico, sino

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    • 161 Aquí nos referimos al caso asociado con que el alumnado y los padres de familia, exigen una educación enmarcada en sus privilegios de clase. Esto sucede, primordialmente, en las instituciones de carácter privado, en donde se establecen objetivos implícitos claramente de corte capitalista y liberal o empresarial. En el contexto anterior, el maestro eclipsa su identidad ciudadana, antropológica y política en aras de reproducir el sistema imperante, sin que medie crítica alguna, con la intención predominante de conservar su salario, encaminado a poder continuar con su proyecto material de vida. Por otra parte, en las entidades públicas, los maestros vinculados mediante la aplicación del decreto 1278, están conminados a vivir una situación semejante.

    en forma diferente, el docente se constituye en un mediador inteligente, crítico, divergente o creativo, que interpela la historia de la humanidad, en sus variados campos: filosófico, sociológico, tecnológico, científico, a través de una propuesta pedagógica coherente.

    Puntualmente, si el docente de Matemáticas debe enseñar el sistema métrico decimal implantado por la 1ª. Conferencia General de Pesos y Medidas, llevada a cabo en París en 1889; adquiere el compromiso de situar este tema en el contexto discursivo del poder, y, por lo tanto, tiene que acudir a los textos expositivos sociales y de análisis crítico que circulan en la actualidad, acerca de la historia económica, científica, comercial, etc. del tema relacionado con el sistema métrico aludido. En breves palabras, aquí es donde se instala el verdadero sentido educativo del enseñante. En este orden de ideas, la lectura señalada, es más significativa que la simple explicación matemática de los pesos, las medidas y sus equivalencias, lo que conforma el sustento mecánico del asunto; sin embargo, lo que le da sentido al tema nombrado es la discursividad en contexto. Siguiendo al mismo autor, las agencias que operan en el campo del control simbólico tienen como función básica la producción de códigos y normas, explícitas para la ley, la salud, la administración y la educación, entre otros campos, y desde luego se orientan hacia la legitimación de la producción y reproducción de tales discursos. Esto significa que el control simbólico se ejerce desde los sujetos que controlan los medios, contextos y posibilidades de los recursos discursivos, a través de corporaciones especializadas. Por consiguiente, mediante el análisis del discurso pedagógico es posible determinar las estructuras de poder, los tipos de relaciones sociales y las formas de conciencia y prácticas que caracterizan a una sociedad determinada.

    Las reflexiones del pensador británico nos permiten establecer que la labor relevante del maestro, en el ámbito de su discurso pedagógico, se debe remitir a incidir en la cultura de sus interlocutores, para que ellos tomen conciencia acerca de las estructuras de poder que subyacen en los discursos sociales que caracterizan los diversos canales de la comunicación. Para lograr esta intencionalidad es preciso disponer de la capacidad problémica, cognitiva, enciclopédica (como lo enuncia Eco) y creativa del maestro.

    La condición anterior depende del grado de conciencia política magisterial, en cuanto a revisar, deconstruir y buscar nuevas rutas de conocimiento, respecto a las teorías y prácticas que manifiestan su labor pedagógica. Es cierto, que los maestros son los encargados de transmitir el legado cultural de la humanidad, pero su tarea fundamental según lo hemos afirmado no se ciñe sólo a eso; se dirige a que, además de producir conocimiento, eduque para la libertad, la conciencia crítica y los nobles ideales de la sociedad. Por eso, y lo enfatizamos, es básicamente un mediador educativo. Lo expuesto hasta aquí, se sintetiza en el siguiente cuadro:

    ITEM

    BERNSTEIN

    DISCUSION

    Noción de discurso

    Recurso para el control simbólico

    Desarrollo de las competencias axiológicas

    Profesor

    Trasmisor de las culturas dominantes o herencia social de la humanidad

    Educar para la libertad y la conciencia crítica

    Comunicación

    Entre dominantes y dominados

    El maestro mediador que interpela los discursos dominantes para que sus discípulos tomen conciencia acerca de las estructuras de poder que subyacen en los discursos sociales.

    Códigos

    Producción de códigos y normas explicitas para la ley

    Labor docente analítica y re?exiva basada en su conciencia política magisterial.

    Cuadro No.6: El discurso pedagógico

    • Discurso cultural

    Se articula con el espacio que se destina en cada asignatura, o proyecto, para que el maestro despliegue temas de interés, en conexión con el tipo de población a su cargo, de acuerdo con su edad, intereses y características, en el ámbito social de la comunidad correspondiente. Esta estrategia debe vincular, mediante la lecto-escritura, en sus diversas modalidades y contextos, los temas de la disciplina con los aspectos culturales elegidos. La premisa denotada resuelve de manera suficiente la perspectiva de una didáctica basada en la palabra magisterial:

    La escuela separa la palabra del objeto y destruye el realismo verbal al presentar por primera vez una situación en la que las palabras están ahí sistemática y continuamente sin sus referentes…Por tanto la separación entre las palabras y el objeto requiere la noción de que las palabras están en la cabeza de las personas y no en sus referentes.162

    Un ejemplo, es el del problema de las basuras en la localidad donde se localiza el colegio, hecho que motiva la crónica en la clase de Español; el manejo político, en la clase de Sociales; la gestión del presupuesto en la de Matemáticas; su descomposición y la implicación en la salud pública, en la de Ciencias; etc. Este procedimiento se debe apoyar en las prácticas de la escritura y la lectura, en donde los escolares construyen su propio aprendizaje, con la ayuda de una modalidad de enseñanza que considera relacionar hechos con temas disciplinares, de acuerdo con sus conocimientos y experiencias previas.

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    • 162 Bruner Jeromi (1988). Desarrollos cognitivos y educación. Madrid, Morata, pg. 168

    La clase, entonces, trasciende de la formulación de una serie de conceptos inherentes a la asignatura, sin conexión alguna con la realidad circundante, a la creación de un ambiente social, en donde el maestro, más que un trasmisor de contenidos, es un animador, motivador, creador de ambientes de aprendizaje, convirtiendo su espacio académico en una comunidad democrática, con el centro de atención en las variadas actividades didácticas, que desde un diálogo formativo, inducen al respeto, al saber escuchar, a ser decente, a la instrucción cívica, a ser preciso, crítico y a ir construyendo una ideología política, o un proyecto de vida. Otras cuestiones que complementan el procedimiento antes descrito apuntan al cuidado de los animales domésticos y los callejeros, el uso del espacio público o los vendedores ambulantes, el aprovechamiento del tiempo libre, los lenguajes agresivos o irrespetuosos en las redes sociales, las tradiciones de las tribus urbanas, la composición familiar de los alumnos problema, etc163.

    Los momentos educativos de la clase

    Los discursos docentes recorridos antes, nos permiten establecer, en un contexto educativo, los momentos de una clase actual, ofrecido como un esquema proyectivo de la programación dedicada a los momentos de una clase de Español y que fue presentado previamente. Aquí se ordenan de una manera secuencial, pero el profesor de acuerdo con sus intereses pedagógicos los puede organizar de manera distinta, lineal o simultánea, en el salón de clase o en la red, de acuerdo con la infraestructura tecnológica de la escuela o fuera de ella, si hay horas dispuestas para tal efecto.

    Una clase de hoy en día debe estar recorrida por la fase pedagógica (ontológica, el ser de la persona), didáctica (la estructura del espacio académico), la disciplinar (el contenido básico), la cultural (aproximar lo anterior a la vida y circunstancias del alumno). En este punto de vista, es necesario acentuar que: "el trabajo sobre el lenguaje y la oralidad desborda los propósitos académicos y adquiere claramente una dimensión política y social"164. Complementariamente, no hay que olvidar que la exposición del docente se caracteriza por el nivel del código elaborado, o simbólico que utilice, lo que se convierte en una oportunidad para que el maestro ejerza su personalidad crítica y política165.

    El siguiente esquema resume las etapas de un espacio académico:

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    • 163 En el presente caso, uno de los recursos viables, se relaciona con utilizar los periódicos del día (locales o nacionales) con el propósito de configurar los ambientes sociales de aprendizaje, propicios para adelantar actividades didácticas de carácter cultural.

    • 164 IBID, pg.25

    • 165 La validez del presente transcurso de enseñanza se fundamenta en una visión pragmasemiótica y cultural del lenguaje, así como en una concepción inferencial y constructivista de la pedagogía. De todas maneras un trabajo autónomo guiado por el mediador es una oportunidad para formar el ciudadano de hoy.

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    Esquema No.7: Momentos educativos de una clase.

    • Las exposiciones del profesor

    No obstante, la explicación precedente acerca del rol docente como creador de ambientes de aprendizaje, es conveniente evocar la exposición magisterial desde dos perspectivas: la procedimental y la significativa, en el evento de mirar la función directiva del maestro, que si bien es tradicional y usual en los salones de clase, necesita modificarse en aras de cumplir con el fondo educativo, cultural y político de la pedagogía.

    • Exposición procedimental

    Esta opción de enseñanza conlleva una función directivaapoyadaen laautonomía del alumnado, contando con el antecedente encaminado a que la enseñanza vaya ligada al estudio o aprendizaje. Ciertamente, los procesos de enseñanza-aprendizaje no pueden independizarse de los transcursos de comprensión y producción de los textos propios de cada disciplina. Cada ciencia emplea géneros textuales particulares para construir, registrar y circular sus saberes; los sociólogos, por ejemplo, emplean formas discursivas diferentes a aquellas que usan los biólogos, o los matemáticos. En este sentido, podemos afirmar que el dominio de los saberes disciplinares, equivale a manejar con propiedad los géneros propios de cada campo del saber y, desde esta perspectiva, los docentes pueden verse como mediadores, entre los estudiantes y los textos propios de cada rama del saber, (Pérez, Mauricio y Roa, Catalina, 2010). Al criterio referido le agregamos: "como mediadores que interpelan cada uno de los agentes de la comunicación, tanto los del enunciador que prodiga los saberes del discurso, como los del lector- escolar".

    En este marco, la exposición procedimental se cataloga como las instrucciones de aprendizaje que ofrece el motivador, a partir del proceso pedagógico de la clase. Así surge la explicación del orientador, a manera de introducciónmotivación de un tema, método que se sigue para resolver el taller de lectura y comprensión textual o la guía de clase, aclaración en el planteamiento de un problema, presentación del testimonio del profesor, explicación brindada como oportunidad para educar a los circunstantes, la normalización y aseo del salón de clase, el cuidado de los implementos tecnológicos seleccionados, seguimiento permanente de la didáctica aplicada, los procedimientos y estrategias, la evaluación de los logros y las competencias desplegadas por los escolares, etc. Es recomendable que el listado efectuado, aparezca en el cuaderno de apuntes del estudiante o en su ausencia en la guía de clase correspondiente. Es decir, que la guía trascendería del esquema: objetivo, actividades, evaluación, a un programa más amplio de acuerdo con las necesidades del curso respectivo. Subtítulos como normalización del salón, serán frecuentes en esta clase de guías didácticas que se proyectan no sólo al contenido disciplinar, sino también al formativo y pedagógico.

    En este orden de ideas, la labor principal del maestro se localiza más en el plano de la metodología de la clase, en la preparación del material educativo y en su posterior evaluación, que en pensar en el desarrollo tradicional de un contenido. En consonancia con esta aseveración, un comentario oportuno plantea que: "La clase en este sentido tiene momentos rituales, donde se preparan los elementos y un introductorio, donde se exponen los objetivos, las tareas y donde se convoca a pensarnos como sujetos de aprendizaje para transformar la condición de vida desde la palabra"166.

    • Exposición significativa

    Según lo hemos manifestado antes, la exposición tradicional del maestro de una ínfima utilidad para el desarrollo cognitivo, social, laboral y axiológico de los alumnos, se debe reformular e implementar a

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    • 166 Secretaría de Educación IDEP(2001).Educación en lectura y escritura. Investigaciones e innovaciones del IDEP. Cooperativa Editorial Magisterio.

    Bogotá, pg.99.

    partir de la lectura del contenido de la clase167, es decir de la discursividad. Para realizar este postulado es necesario resolver la confusión entre conferencia y exposición- didáctica. En la primera prevalece la explicación de un tema, con la oportunidad de que al final se formulen preguntas del auditorio y en la segunda predomina un proceso, en donde los recursos y ambientes de aprendizaje son nucleares y que además, dicho proceso continúa en las siguientes sesiones de clase.

    En no pocas ocasiones, el maestro focaliza su propuesta pedagógica en que además de ser el centro del aprendizaje, funge como un conferencista informador de un conocimiento: las competencias inferenciales, propositivas y críticas, de los escolares, quedan relegadas a un segundo plano, pues se subordinan a lo que dice el expositor (un prestidigitador o mago que invoca una ciencia terminada), a manera de verdad revelada, pues como plantea Tedesco (2002) ,"el peso de la historia está presente no sólo en las dimensiones materiales del sistema educativo republicano- los edificios, las aulas, los textos escolares, los recursos didácticos, etc.- sino que también está en los agentes, es decir en las mentalidades de los maestros, sus identidades y sus prácticas".168 ¿Este hecho, a todas luces con un origen macro- estructural (empezando por las facultades de educación), será una de las causas para que nuestros alumnos sigan obteniendo los últimos puestos en las pruebas internacionales de Matemáticas, Ciencias, Lenguaje y Gestión Financiera? El postulado dado al inicio del presente parágrafo ha sido ampliamente abordado por investigadores educativos como por ejemplo el profesor Rafael Flórez quien en su prólogo al libro de la referencia presenta un panorama desalentador de la pedagogía escolar, sin embargo, no se remite a una discusión que examine el problema desde un enfoque holístico, causal e inductivo, con el fin de encontrar las razones de la situación que allí expresa:

    Los rasgos pedagógicos observados durante varios años en diversos grupos poblacionales de educadores nos permiten caracterizar su pensamiento como eminentemente tradicionalista, por ser en esencia autoritario en la relación maestro-alumno, repetitivo, memorístico, y formalista en la metodología de enseñanza y transmisor de contenidos ya hechos y acabados que el alumno debe almacenar pasivamente.169

    La exposición significativa

    No descartamos las explicaciones del maestro, ni se puede desconocer que esta es una de las estrategias más usuales tanto a nivel escolar como universitario. Lo que se debe reformar es el procedimiento que aplica el expositor, alejado como ya lo advertimos de su verdadera misión educativa. Por consiguiente, y tomando como meta inicial la teoría pedagógica del aprendizaje significativo de Ausubel (1970), el de la zona de desarrollo próximo (Vigotski, 1966) o el constructivismo tradicional, es indispensable que el maestro desde su discurso, cuestione el conocimiento, reconozca en el enunciatario a una persona (para ser "humanizada"), inteligente y autónoma, que a través de la disertación del docente se está formando como ciudadano crítico e integral y quien por ende posee las capacidades para producir textos originales junto con el maestro, conformando un equipo de gestores y constructores del saber, desde el marco

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    • 167 Antes lo precisamos: los textos auténticos de las ciencias son de obligatoria lectura: hay que beber de las fuentes originales. Particularmente un discurso de la metafísica de Kant (escrito por el filósofo alemán), o uno de la dialéctica trascendental (escrito por Marx) , no sólo exigen un conocimiento de la construcción pragmática, y de la enunciación, sino también del dominio de una deontología discursiva, más esta labor corre por cuenta del maestro: aclarar las dudas desde los pre-saberes del lector, pero no, según lo que hemos venido diciendo, a partir de una postura ortodoxa y sapiencial; sino de una humana y conciliadora. Por lo tanto, es necesario no replicar un esquema anodino de comunicación en el que el sabio le enseña al ignorante, de donde se sigue que el segundo se empeñe en no entender a aquel. Por lo tanto, cuando se menciona el vocablo "confuso", nos referimos más a un vacío pedagógico, que a uno epistemológico.

    • 168 UNESCO, Tedesco Juan C. et.al (2002). Nuevos tiempos y nuevos docentes, http:// unesdoc. unesco.org/images/ 0013/001346/ 134675so. pdf, consulta, 04-06-2015

    • 169 Flórez, Rafael, et. al.( 1987). Modelo pedagógicos y formación de maestros, Educación y cultura, No. 7, Fecode, Bogotá, pg. 6. Cit. en Flórez, R (1994).

    Hacia una pedagogía del conocimiento. XIV, prólogo, Bogotá.

    cultural tanto del colegio, como de la cultura escolar, y a partir del desarrollo de las competencias cognitivas correspondientes.

    Esta consideración motiva la tesis acerca de que "el verdadero aprendizaje humano es una construcción de cada alumno que logra modificar su estructura mental y alcanzar un mayor nivel de diversidad, de complejidad y de integración; es decir, el verdadero aprendizaje es aquel que contribuye al desarrollo de la persona"(Flórez, 1994: 235)…en comunidad, lo cual implica que el conocimiento adquiera un sentido social a través de los discursos promocionados en un espacio académico. Es por esta razón que el maestro además de ser un especialista en su campo de enseñanza debe ser un experto en el análisis del discurso, sustrato sustancial de un aprendizaje instalado en la comprensión de un conocimiento global, cada vez más interdisciplinario170. Aquí radica la exposición significativa del maestro.

    Problematizar el conocimiento

    En este orden de ideas y desde una exposición significativa del maestro, la primera cuestión que surge es ¿cómo ingresar o profundizar en el saber de una disciplina, que como en la Química, "Fe" representa al hierro o H2SO4 al ácido sulfúrico?. La respuesta es obvia y ya la hemos tejido previamente: por medio del discurso, el estudio o sea la lecto-escritura, en contexto. Para cumplir con esta intención es preciso acudir, principalmente, a las herramientas pedagógicas del discurso tales como los procedimientos metacognitivos que nos ofrece: el análisis, la comparación cultural, la inferencia, la síntesis, la complementación, la argumentación, la ejemplificación, etc.

    Volviendo al ejemplo anterior, el ácido sulfúrico debe aparecer en un marco social o histórico, con el fin de que tenga un sentido (sea significativo) para el lector. En segundo lugar, y lo reiteramos, es indispensable que la enseñanza de la Química transite desde un proyecto pedagógico, o lo que es aún más importante y educativo. A este panorama, habría que sumarle la resolución de problemas, en tanto, se conecten a una situación determinada de la industria, o que una consulta textual permita,v.gr.,determinar la hipótesis relacionada con que de los procesos bio-químicos del hierro, depende el aumento del cociente intelectual y el nivel de abstracción o despliegue lógico y formal de la mente del estudiante lector.

    Concretamente, entre dictarle al estudiante una definición, por ejemplo del verbo y enseñarle a construir su propia definición con base en unas herramientas dadas, hay una gran y trascendente distancia, que es idéntica a la que aparece entre exponerle el referente de la clase y llevarle tal saber por escrito, si es posible redactado por el maestro, para que el estudiante lo lea. Entonces, la clase tiene un giro importante cuando el animador da instrucciones del estilo de: ahora dé su propio ejemplo; contra-argumente el pensamiento de Kant; diga si este tema le sirve para la vida, en qué y cómo; invente un teorema según el principio de…; lea lo que piensan Marx, Goethe, y Sábato, sobre el trabajo y dé su opinión; aplique la teoría de conjuntos a una oración compuesta; escriba acerca de la gramática del amor; ¿lo que hemos expuesto cómo aparece en un rap del Chojin o de Porta?; explique la gramática inmersa en "Jesús es Verbo y no Sustantivo" de Arjona; en qué se semejan la distribución de los lugares que aparecen en el mito de…., con el espacio figurado o geográfico localizado en la película "Alicia en el País de las Maravillas"… etc.

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    • 170 En este punto es indispensable aprovechar el conocimiento disciplinar acumulado, p.ej. por el maestro de Matemáticas. Sin embargo, es preciso que los docentes de Ciencias se asomen desde un enfoque crítico a la Semiótica del Discurso, en compañía de los maestros de lenguaje y en el marco de un proyecto interdisciplinario pertinente.

    La lista efectuada implica un horizonte didáctico que supera las instrucciones que potencian las habilidades literales o memorísticas, asociadas con: ¿qué dije?, ahora desarrolle los ejercicios sobre lo que le expliqué, despeje la ecuación de tercer grado (en cambio de: invente un problema en donde se aplique la ecuación de tercer grado), qué es la célula (en oposición a compare la célula biológica con la familia como célula de la sociedad), diga la corriente literaria de Pablo Neruda (instrucción contraria a: escriba o represente una escena teatral a partir del poema 20 de Pablo Neruda), etc. Por lo tanto, de esta manera, la exposición del maestro adquiere el matiz significativo, pues recopila el saber, por ejemplo, acerca del marco referencial de un poema y apunta a la cultura del escolar, en particular cuando de forma interdisciplinar se le encauza a que musicalice dicha poesía. Igualmente este saber sirve para desarrollar las competencias superiores, como la propositiva; y finalmente, es una oportunidad para educar en la responsabilidad, la eficiencia laboral, el método de trabajo, etc.

    En conclusión, es indispensable que el maestro cambie su punto de vista de enseñanza y se traslade desde la teoría a la metodología de la clase, pues lo primero depende de lo segundo, a partir de un enfoque didáctico funcional, pragmático, significativo y cultural, opciones estratégicas más ajustadas a la realidad del estudiante de esta época. En este orden de ideas, la polifonía (la voz del maestro, alumnado y de los discursos en sus variadas formas) es conveniente en el espacio académico de hoy.

    Indudablemente, los matices de aprendizaje señalados antes, descansan sobre un plano social, oportunidad para recoger una gran muestra, con el propósito de clasificar los insumos indispensables y así construir sistemas de investigación pedagógica, con la idea de establecer un modelo educativo para Colombia, así como lo han efectuado países avanzados en educación: China, Finlandia, Japón o Canadá.

    • La comunicación del profesor

    La comunicación del maestro se da en un ámbito pragmático y depende del género discursivo, lugar e ideario educativo del motivador, desde unos imaginarios que sirven de sustrato ideológico al marco registrado entes. En esta razón, cada quien comunica su personalidad laboral, y cumple con un rol determinado.

    • Los imaginarios del docente

    En el ámbito laboral, el maestro ingresa a un salón de clase revestido de una visión pedagógica, que ha forjado desde su formación familiar, escolar, social y universitaria, mediante la cual enfatiza, alguno de los siguientes criterios:

    • (1) Un mediador, que incentiva las TIC y la autonomía del alumno.

    • (2) Un líder que escucha y aconseja con argumentos171.

    • (3) Un estricto expositor de su disciplina, digno de respeto, pues su sabiduría así lo exige.

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    • 171 Se trata, entonces, de aprender a escuchar a los niños y adolescentes para descubrir lo que tratan de decir (algo que no siempre ellos manifiestan con palabras). Será, entonces, necesario partir de sus consumos culturales: escuchar sus músicas, leer sus historietas, observar sus vestimentas, conocer sus películas y saber de sus emisiones televisivas. (Barbero, 2003), pg.25

    • (4) Un populista que le interesa tener "contentos" a los estudiantes, y de paso manipular para crear situaciones anti-sociales.

    • (5) Un anarquista, promotor del "leceferismo"( dejar hacer), sin normativa alguna.

    • (6) Un activista, cuya clase favorece el desarrollo de una serie de actividades, desde el hacer- ser –conocer. O en su defecto, un enseñante que manifiesta una combinación de las características listadas antes.

    Sin embargo, vale el interrogante sobre la actitud o imaginario sobresaliente de un maestro: la praxis (enseñar hasta donde los alumnos permitan), la vocación (ofrecerles una educación en valores), la disciplinar (centrar la clase en el contenido, sin salirse de tal zona) o finalmente la oportunista (brindarles compañía y entretenerlos con una lúdica, sin importar el aprendizaje o la asistencia).

    Cada uno de los criterios, o imaginarios anteriores obedecen a una motivación magisterial diversa, por ejemplo, generada por un factor político, cultural, social, etc. (Fundación Compartir, 2014: cap. 5º.; IDEP, 2011: 263). Indudablemente, a la serie transcrita es acertado añadir el proyecto de vida del profesorado actual, limitado por un reconocimiento social y una asignación salarial baja, como ya se ha demostrado ampliamente, pero que no justifica una labor ineficiente. En certeza, los incisos incluidos en la lista inicial (4,5), proyectan creencias que deben ser erradicadas del contexto escolar, pues de tales modalidades de enseñanza es que surgen los transgresores de cuello blanco, los funcionarios irresponsables e ineficientes, y los inconstantes en el trabajo diario. En contraste, los numerales 1,2,6 contienen acciones positivas para un perfil docente gestor, constructor y transformador de su práctica pedagógica, en el marco de la educación y la ética. La No. 3 ya se ha discutido, en cuanto al contraste entre exposición significativa vs. conferencia.

    • Comunicación proteccionista:

    El maestro (a) asume la función de papá o mamá de los alumnos ( a partir del ciclo 2), a quienes se refiere como hijos o hijas. En esta modalidad, los estudiantes son los buenos (en su calidad de hijos) y los profesores (exigentes) son los agresores a quienes es necesario confrontar. Esta relación se manifiesta marcadamente cuando el maestro es el director de grupo. Cabe decir, que el proteccionismo es perjudicial pues a veces conduce a que el profesor o director de grupo encubra las faltas estudiantiles al Manual de Convivencia. Además, es del caso recalcar que quienes así piensan, deben tener presente que la escuela escenifica el ingreso crítico al mundo digital y electrónico y al universo global del conocimiento.

    Igualmente, los padres de familia reciben la denominación de "papitos o mamitas", lo que no es retribuido por los mismos, salvo algunas excepciones, al considerar la figura docente, como la única responsable del fracaso académico de los estudiantes. Aquí se escenifica también el tipo de lenguaje utilizado por el maestro, con el que pretende mostrar una frescura y jovialidad en la comunicación con los escolares, que supera los cánones de su rol, en el ámbito del ciclo 4 ó 5.

    Así que no otorgar al alumnado el trato según su edad biológica y mental, conlleva una respuesta que no corresponde al grado de madurez atinente al desarrollo cognitivo del sujeto. Este hecho es semejante a cuando el adulto le habla a media-lengua al niño, con la secuela de que él o ella puedan asumir actitudes pre- infantiles, inclusive en la adolescencia.

    La exigencia del docente

    Para resolver un marco proteccionista, es indispensable que el maestro se sitúe en el plano pedagógico de una exigencia razonable. La exigencia docente, en una senda auto-crítica, se fundamenta en que esa cualidad empiece por el (la) mismo (a) docente. Es decir, que se distinga por demostrar la ética educativa del trabajo pedagógico: responsabilidad, puntualidad, respeto con los alumnos y comunidad educativa, enseñar con el testimonio y la autenticidad, ser un educador y una persona integral. Como contraparte, puede solicitar las cualidades equivalentes en sus alumnos, en un clima de comprensión y cumplimiento de la palabra dada, con la intención de formar a los escolares en las diversas dimensiones del ser humano, tratando en lo posible de dignificar al alumnado a través de una evaluación primero cualitativa y luego cuantitativa (Amaya J., 2006; García Hoz, V., 1988; Parra M. C., 1992).

    Es absurdo pensar que la exigencia de un profesor sea proporcional al número de alumnos que reprueban su asignatura. Esta afirmación obedece a la creencia asociada con que un buen maestro es aquel que ejerce un autoritarismo injustificado, con base en una evaluación hegemónica, que según el punto de vista precedente, debería iniciar por el mismo profesor a manera de auto- evaluación, en el contexto de la didáctica que promociona.

    • Cultural y tribal

    El profesor se desempeña y comunica como un alumno más. En este estilo profesoral, los escolares fungen como sus amigos en un clan escolar, y a veces en la red o socialmente en el barrio o la localidad. Cumplen con algunos ritos, por ejemplo, el saludo es muy cercano y mediante la mímica y el lenguaje de los adolescentes, su conversación es fluida, la confianza es palpable todo ello caracterizado por una confusión entre amiguismo y desempeño educativo del docente.

    Es tangible que en el plano social señalado el concepto de autoridad queda diluido, pues una de las condiciones subyacentes del alumno es que el maestro siga ejerciendo el papel de igual en la clase respectiva, por consiguiente, sea comprensivo y laxo respecto al cumplimiento de los deberes académicos del discente, quien, de esta manera, acrecienta su irresponsabilidad y deficiente rendimiento escolar. Además, en el esquema comunicativo esbozado el amiguismo se extiende a las redes sociales y al chat, con el inconveniente relacionado con que el educador pierde su privacidad, en virtud de una popularidad poco provechosa. En el presente horizonte, indudablemente, existe una subordinación de la profesión docente, por lo cual los demás maestros quedan estigmatizados y aquel que piense en exigirles responsabilidad o imprimirle calidad al aprendizaje, será objeto de acusaciones sin fundamento, por parte del alumnado y los padres de familia172.

    La situación expuesta, con contadas omisiones, también se presenta con la Orientación Escolar, en donde el criterio prevaleciente es el de asumir la defensa sesgada y parcializada del menor, sin considerar los derechos de los maestros. Adicionalmente, dichos funcionarios se convierten en burócratas, que confunden sus funciones con las del rector o coordinadores, olvidando que una de sus misiones sustanciales se localiza también en los salones de clase (dirigir conversatorios, según la problemática específica). El sentido de la burocracia refuerza la consideración acerca de la descalificación académica y social de la

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    • 172 El maestro en su rol de amigo del alumno debe optar por una amistad respetuosa, educadora y exigente; criterios precisos que no permitirían menoscabar la dignidad estudiantil y la autoridad magisterial.

    pedagogía173. Suscintamente, en esta oficina, la tarea predominante del orientador será la vinculada con el apoyo escolar encaminado a promover la conciliación entre el padre de familia, el maestro y el estudiante, favoreciendo sustancialmente la calidad de la educación, desde un punto de vista psico- pedagógico o legal.

    • Directiva o aislacionista

    En este tipo de comunicación el profesor da órdenes e instrucciones, y ocupa un lugar distante de los alumnos. Aquí sobresalen los conceptos de la cátedra, la asignatura, la disciplina y el auditorio. En el ambiente descrito, no hay lugar para establecer un diálogo sincero y colaborativo, en un marco de mutuo respeto, y la clase se congrega en la enseñanza, y en desarrollar la programación. Si bien es cierto, que este tipo de comunicación es conveniente para el perfil de algunos alumnos actuales, también lo es que el maestro debe admitir una mayor apertura comunicativa con sus discípulos, puesto que es en esos espacios en los que puede ejercer su verdadera misión educativa, a propósito de gestionar los tipos de discursos docentes en clase.

    Ahora bien, en el ámbito descrito y cuando se presenten contravenciones al Manual de Convivencia, es recomendable aplicar el conducto regular, en el sentido de primero hablar con el adolescente, más como consejero, que con la imagen de autoridad. Un segundo paso, consiste en acudir a dejar el registro respectivo en el Observador del Alumno, en donde es importante incorporar el compromiso escrito del estudiante. En el caso de existir una tercera falta, es oportuno citar al padre de familia, quien como representante legal, debe apoyar en todo momento el desarrollo educativo del alumno.

    • Asertiva y personal

    En la presente modalidad comunicativa el docente plantea un diálogo asertivo o cordial, pero a la vez formativo con el alumnado y los ve como personas capaces y ciudadanos potenciales, por lo tanto, les brinda un trato de acuerdo con su edad (sin necesidad de volverse un infante con los niños), pero observando ganarse la deferencia de los escolares a través de su decencia y labor pedagógica planeada y sustentada en los recursos tecnológicos dirigidos a incorporar en la clase la cultura de los alumnos. Al mismo tiempo, es claro en dar desde el principio del curso, las políticas educativas de la asignatura, a partir del Manual de Convivencia, de cumplimiento riguroso para todos los circunstantes. La siguiente referencia sintetiza este punto, que de paso es el tipo de comunicación que recomendamos:

    Los estudiantes van descubriendo las ventajas de contar con un espacio donde su voz puede tener un lugar, van descubriendo las ventajas de la cortesía y el respeto. El sistema de reglas se trabaja día a día hasta que se convierte en la "cultura" del centro educativo.174

    • El maestro mediador

    La mediación del profesor pretende lograr que: "Los cambios que tienen lugar en ambos planos (cultural y el cognitivo), se intercomuniquen y constituyan en realidad un proceso único de formación biológico-

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    • 173 Nuestro punto de vista sobre el estilo de comunicación cultural en su acepción de tribal, tampoco acude a extremismos, lo que conduciría a afirmar que entonces el maestro debe convertirse en un autoritario inconsciente. Esta premisa, nos permite reafirmar que en la actualidad el maestro se debe desplazar por el sendero de la escucha, el consejo, el diálogo constructivo, la colaboración social, etc. pero todo ello, guardando el debido respeto y rol que le corresponde, tanto al niño, adolescente o joven, como al profesor.

    • 174 Universidad Javeriana, (2010). Referentes didácticos. Procesos de sistematización y formación que se adelanta en el grupo de investigación en pedagogía de la lectura y la escritura. Pérez, Mauricio y Roa, Catalina. Herramienta para la vida / Mauricio Pérez y Catalina Roa. – Bogotá: Secretaría de Educación del Distrito – SED, pg. 63.

    social de la personalidad del niño, sustentados por la dimensión ética"175. Este enunciado nos permite precisar desde una óptica metodológica que una de las tareas principales del maestro en el transcurso de la enseñanza, corresponde a desempeñar la tarea de mediador, en tanto asume la gestión de las dinámicas que desarrollan las dimensiones culturales, éticas y cognitivas de los alumnos a su cargo, ubicándose entre estas, el texto, el contexto y el autor, de acuerdo con una acción educativa. A continuación, se caracterizan las tres dimensiones mencionadas, a partir la referencia seleccionada.

    Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14
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