Uso del smartphone en el campo educativo. El smartphone influye o no en la labor educativa
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El Smartphone influye o no en la labor educativa
"El Smartphone perjudica seriamente el rendimiento académico de
los estudiantes del nivel superior".
Según un estudio de Futuro Labs (2014), los jóvenes entre 20
y 29 años (18% de la población peruana), rango de edad en el que
generalmente se encuentran los estudiantes de Educación superior, universitaria
y no universitara, hacen uso del smartphone, en mayor porcentaje (85%), para
acceder a redes sociales. En la Universidad de Baja California, México
(Organista, Serrano, McAnally y Lavigne, 2013), muestran que los estudiantes
universitarios, usuarios de smartphones, alcanzan un 97%. En otro estudio llevado
a cabo en la Universidad de Colorado (Dean, 2010) se encuentra que el 53% de
los encuestados posee un smartphone, que es usado principalmente para mensajería
corta y por e-mail y, en segundo lugar, como un dispositivo para leer noticias
y observar videos en internet.
El "celular inteligente", junto a otros dispositivos móviles
forma parte de la tecnología de la información y comunicación
con la que interactuamos diariamente en la sociedad actual.
Dispositivos como el Smartphone o "teléfono inteligente" facilitan
el acceso a internet desde cualquier contexto en donde uno se halle. Entre los
primordiales conceptos sobre este singular dispositivo que hoy nos ocupa, Quicios,
Sevillano & Ortega (2013) afirman que se trata de un teléfono móvil
que cuenta con un sistema de gestión de la información y características
técnicas similares a una laptop; Yu & Conway (2012) manifiestan que un
dispositivo móvil como el smartphone tiene las funciones básicas
de un teléfono y las mismas capacidades de un computador, con el agregado
de la movilidad; por su parte, Brazuelo & Gallego (2012) aseveran que el smartphone
es un dispositivo que cuenta con un terminal inteligente con conexión
a internet (a través de wifi, 3G o 4G); Por último, Organista,
Serrano, MacAnally & Lavinge (2013) indican que el smartphone es un celular
convencional que tiene conectividad avanzada (wifi, 3G/4G) y capacidad para
ejecutar aplicaciones.
Si tenemos en cuenta las múltiples investigaciones realizadas por grandes
estudiosos del ramo, se puede remarcar literalmente que el Smartphone es un
dispositivo móvil que cuenta con las funciones básicas de un teléfono
convencional (mensajería de texto, llamadas de voz, etc.); sus variados
multiusos, permite ingresar a internet y ejecutar aplicaciones, en tanto cuenta
con un procesador y un sistema operativo que puede ser Android, iOS, Windows,
Firefox OS u otro; además, el smartphone tiene capacidades similares
a una computadora, con la ventaja de ser portátil y portable.
El surgimiento de nuevas tecnologías, siempre traen consigo cambios
en la actitud de las personas. La inesperada llegada del Smartphone no ha sido
la excepción puesto que, ha revolucionado los diversos sectores de la
sociedad, en especial el educativo, en este; ha incrementado su dependencia
y es que el uso de los celulares, conectados a internet brindan excelentes y
mayores servicios al usuario, logra así; convertirse en agente indispensable
para innumerables personas.
Pero, ¿Qué tan importantes son en realidad
estas herramientas móviles? ¿Contribuyen a mejorar las interrelaciones
sociales, interpersonales, profesionales y culturales en la sociedad, o contrariamente
están creando bayas en los procesos comunicativos? En las clases de comunicación
que imparto, en un prestigioso instituto de formación no universitaria;
cada dos minutos estaba solicitando a los o a las estudiantes que presten atención
a mis explicaciones y créanme que daban la impresión de que lo
hacían, sin embargo; sus manos no están visibles porque las tienen
sobre las teclas de su celular, debajo de la mesa, chateando o enviando mensajes,
elogié tal habilidad y decidí cambiar la clase planificada para
ese día y remplazarla por otra que consistía en la tildación
de palabras de dudosa escritura y que por cierto los estudiantes en ella, presentan
muchas falencias, así convertimos esta herramienta móvil en un
recurso educativo de suma utilidad. Personalmente considero que el Smartphone
si bien, permite la comunicación rápida y directa, con los hijos
que asisten a su proceso de formación en instituciones educativas, o
con familiares que tengan la necesidad de proporcionar noticias de algún
deceso, accidente o una emergencia de cualquier otra índole, que Ayuda
en el Aprendizaje al estudiante, pues este tiene la facilidad de acceder a diversas
aplicaciones diseñadas exclusivamente para potenciar el aprendizaje individual
de los discentes y que esto es posible gracias a los programas similares con
que cuenta un ordenador portátil o de escritorio. En el celular inteligente
el estudiante es capaz de gestionar y organizar velozmente, biografías,
significado de términos desconocidos, ubicar direcciones, localizar datos
estadísticos, en el Internet. Si un estudiante requiere apoyo con una
tarea en clase y no dispone de una computadora, un teléfono inteligente
puede utilizarse muy bien para tal fin.
Casi todos los teléfonos celulares poseen una cámara hoy
en día, en este sentido; los jóvenes pueden utilizar esta valiosa
herramienta para tomar fotografías o imágenes de lo que les interesa
en clase. Esto es fenomenal para una clase demostrativa o la elaboración
de videos que deben ser observados por jefes o superiores, para detectar las
fallas en la metodología que se está utilizando con miras a mejorarla.
El calendario es otra magnífica ayuda que nos brinda el celular
inteligente, es muy útil para aquellas personas que presentan problemas
de retención relacionados con la memorización de fechas cívicas,
de presentación de exámenes, cumpleaños de familiares,
amigos, de vencimiento de algún pago o cancelación, donde prima
el tiempo. Al colocar estos datos en un organizador del celular y asignarle
una alarma jamás olvidaremos estas responsabilidades.
Los celulares también nos hacen más fácil y rápida
el seguimiento de una determinada labor a través de la toma de notas
de voz, que conlleva a la anotación de información relevante y
útil. Al seguimiento o localización por parte de los padres de
familia o maestros que deseen saber el paradero de algún estudiante dado
por desaparecido. Se puede almacenar asimismo; información de contactos,
útiles en caso de enfermedad, de localizar a los familiares cercanos
en sus centros de trabajo, consultorios médicos, emergencias, bomberos,
policía nacional.
Es evidente que los celulares inteligentes nos permiten la comunicación,
en todo momento y lugar, en un contexto de movilidad de los estudiantes, es
adecuado para el trabajo en equipo, solicitar apoyos en caso de dudas o emergencias,
para acceder a información vía internet y descargar aplicaciones
diversas, sin embargo; considero también; que potencia una realidad virtual
que parcela o promueve el aislamiento total de quienes se dejan arrastrar por
este fenómeno que acrecienta y consolida hábitos de participación
inadecuados, una vida social paupérrima e irreal, decrecimiento en el
uso correcto y adecuado del lenguaje. Ajustándome a la verdad y desde
mi perspectiva los Smartphone son más perjudiciales que beneficiosos
para nuestros jóvenes, pues los distraen puesto que no pueden prestar
atención a más de una actividad, lo más que pueden hacer
es simultanear tareas cuando ambas requieren bajas dosis de atención,
además; los convierte en antisociales, los desconecta del mundo real
disminuyendo su capacidad para reflexionar y comunicarse normal y eficientemente
Para muchos jóvenes cuando están en aula, su meta no es
aprender. Son fácilmente distraídos de sus estudios al recibir
mensajes o llamadas en sus móviles, que hacen que pierdan por completo
la concentración durante la labor académica. Si por exis motivos
la docente les da la espalda, ellos cogen su teléfono celular ya sea
para chatear, revisar mensajes o noticias en el en Facebook o Twitter, perdiéndose
la oportunidad de absorber el conocimiento y construir su aprendizaje significativo.
En algunas ocasiones descubrí a más de un estudiante, en
actitud tramposa, escribían mensajes de textos desde los servicios higiénicos,
después de excusarse para ir a ellos. Desde el aula los textos eran enviados
de manera muy discreta. Es importante mencionar que debido a las mejoras y avances
de la tecnología, los estudiantes buscan con una rapidez sorprendente
las respuestas de las pruebas escritas en línea, promoviendo así
la deshonestidad académica. Esta modalidad y posibilidad de hacer trampa
y plagiar literalmente está presente cuando los discentes tienen consigo
un celular de las características aquí mencionadas. Los jóvenes
al buscar competitividad entre sus amigos, no escatiman esfuerzos por adueñarse
de uno de estos costosos bebés, que son adquiridos por los padres, para
los hijos que envían al instituto. Fomentan sin proponérselo el
robo como antivalor social.
La cámara digital incorporada en casi todos los celulares, actualmente
se convierte en un dispositivo sumamente peligroso al ser utilizada para tomar
fotografías de situaciones comprometedoras. Esta toma es de fácil
realización y pueden tomarse fotos de personas que ni siquiera pueden
darse cuenta y que terminan publicadas y compartidas mediante internet, lo que
acarrea graves problemas. El empleo de celulares de alta gama en ocasiones marcan
el estatus social entre los estudiantes, en muchas instituciones educativas
los jóvenes que portan celulares costosos o de último modelo en
el mercado, son los más privilegiados y opacan a aquellos discentes que
poseen móviles de gama baja, estos muchas veces se convierten en amargados,
resentidos, envidiosos, celosos y fomentan un clima poco afectivo y propicio
para el aprendizaje. Las salas de chat, las redes sociales y otros sitios web,
son lugares oportunos para que los llamados depredadores asechen a los estudiantes
que utilizan el Internet o acceden a los sitios de medios sociales sin supervisión
de los maestros o de los padres y los conviertan en presa fácil.
Los jóvenes de hoy en día proporcionan más tiempo
a sus amistades de las redes sociales que a ellos mismos, a sus tareas académicas,
a sus familiares cercanos y lejanos o a sus verdaderos amigos, cotidianamente
observamos en el kiosco del instituto a muchos jóvenes reunidos que no
dialogan, tan solo teclecan como orates en su centro de reposo. El manejo de
contenidos multimedia y la facilidad para integrarse a redes inalámbricas
priman ante la persona que tienen delante. Ya nadie se disculpa o pide permiso
para atender una llamada que interrumpe, una clase, una conversación,
o cualquier otra actividad que se esté realizando, ahora lo más
común y natural es dejar al interlocutor con la palabra en la boca para
leer la última publicación de una amiga en el Facebook. Esta situación
entorpece y perjudica las interrelaciones personales y deteriora claramente
la comunicación entre nuestros semejantes.
Para nada se consideran o reverencian los ámbitos sociales. Las
instituciones educativas, los centros de esparcimiento y hasta la iglesia son
espacios donde observamos cómo frecuentemente suenan señales acústicas
o se encienden luces que indican que el dueño del aparato está,
disimuladamente, atendiendo alguna llamada urgente o no. Lo conveniente del
Smartphone como lo manifestaba líneas arriba es que nos permite estar
localizados, poder comunicarse en caso de emergencia o recurrir a un patrullero
si nos hemos perdido, como ven no son tan necesarios como pueden parecer. En
tiempos pasados, cuando no existía google maps tomábamos un teléfono
público o indagábamos a otras personas por los lugares y direcciones
a donde queríamos acudir. Así era jóvenes, hubo un tiempo
en el que preguntar por la calle cortésmente a una persona desconocida
por direcciones y otros asuntos era lo habitual.
Psicólogos, sociólogos e incluso asociaciones responsables
de tratar adicciones muy severas están de acuerdo con la teoría
que plantean otros estudiosos y que afirman que el Smartphone es hoy en día
un gran problema para miles de jóvenes quienes muchas veces llegan a
presentar trastornos físicos que se manifiestan incluso como crisis de
ansiedad si por casualidad dejan olvidado en casa su celular. Las visiones dantescas,
desde lo más académico de Stone (1992) a lo más divulgativo
de Carr (2010). Se centran en reseñar innumerables peligros, desde algunos
físicos y más bien irracionales, como la obesidad creciente o
el desgaste visual por trabajar con la máquina, hasta peligros psicológicos
mucho más comprensibles, como la carencia de atención (Stone:
2002), las dificultades para retener información, la pérdida de
tiempo al dedicarlo a mensajes superficiales, la poca concentración en
tareas complejas o la tendencia a las gratificaciones instantáneas propias
de la inmadurez. El retraimiento social completa la lista, llegándose
a hablar de nuevas adicciones, incluso de sociópatas, como el síndrome
de Asperger, que se dan con mucha más frecuencia o intensidad por culpa
del uso incontrolable de las tecnologías.
No es que esté totalmente en desacuerdo con el uso del celular
inteligente en clase, he dejado claro que tiene sus ventajas, estoy en contra
del uso irresponsable que hacen los jóvenes de esta herramienta, del
poco tino de los padres y madres de familia de obsequiar a sus hijos un móvil
tan valioso y exponerlos incluso a la muerte porque por menos del costo de estos
aparatos, los delincuentes asesinan. He aquí entonces la gran importancia
del rol protagónico que deben jugar los progenitores al momento de seleccionar
la edad y el momento en que consideren que sus hijos deben portar un celular.
Las instituciones educativas también deben crear políticas que
busquen consensos sobre el uso del celular en clase y darlas a conocer a los
familiares.
De permitirse el uso del celular, la institución estaría
en la obligación de considerar estrategias pertinentes en los documentos
de gestión como es el PEI, el PCI, para que a partir de ellos los docentes
puedan planificar sus actividades en el sílabo y sesiones. Al margen
de lo manifestado, considero que el más grande reto que debemos asumir
los docentes, si queremos estar a la par de las innovaciones o de los avances
tecnológicos y no seguir sufriendo los contratiempos explicitados en
las aulas, es competir por lograr la atención de nuestros estudiantes
con computadoras portátiles y teléfonos inteligentes, enseñar
a los jóvenes a utilizar correctamente los móviles, a que ellos
mismos elaboren las normas de convivencia donde se comprometan a colocar en
vibrador o en silencio su celular mientras duren sus clases o necesiten estar
concentrados.
Por experiencia aseguro que esto es bastante difícil y complicado
de comprender si se considera que han nacido conectados a la tecnología
y que no conciben que pueda vivirse sin esta conexión, no entienden que
prescindir de ella, no es el fin del universo. En lo personal, fue la motivación
la que me permitió llegar a propuestas y consensos, así algunos
propusieron el decomiso del celular, el restar puntos en las calificaciones
o evaluaciones de comportamiento o conducta, otros anotaciones en el registro
diario de los estudiantes, otros elaborar una caja de madera con varios compartimentos
donde se colocara el celular, estos debían llevar el nombre de cada uno
de los estudiantes. Estos planteamientos los desechamos porque nos parecieron
medidas extremas, nos podían acarrear problemas de seguridad, restaba
mucho tiempo y es el que más nos hace falta a los docentes que trabajamos
a conciencia.
Asumimos por tanto una segunda alternativa; la de pautar silenciar
los celulares con la mayor predisposición de tal modo que no represente
ninguna incomodidad para nadie y convencidos que era lo mejor para nuestro aprendizaje
y rendimiento académico. Los utilizaríamos solo cuando tengamos
la urgente necesidad de hacerlo. También sería interesante asumir
otras soluciones como cortar la señal de internet a nivel institucional
para que nadie pueda conectarse aun contando con megas. Evaluación
para todos es otra buena medida para paliar el uso del celular en clase,
consiste en que si se sorprende a unos de los aprendices en plena manipulación
de su móvil, todos deben dar un examen escrito, lo que por cierto detestan;
esta medida ayuda a ejercer vigilancia sobre los demás.
Si me comprometo, es una medida que podemos poner en práctica
los docentes si queremos evitar la copia de los estudiantes en los exámenes,
consiste en firmar un compromiso al reverso del examen, asumiendo la expulsión
temporal o definitiva si se les encuentra usando el celular para obtener las
respuestas. Esta medida tranquiliza hasta a los más inquietos.
Puntos a tu favor, es una estrategia que nunca falla. A los jóvenes
les encanta que les aumenten puntos para ir asegurando según ellos el
área, así que debemos sacar provecho de esta debilidad y ofrecer
algunos puntos adicionales, con el propósito de que no hagan uso de sus
celulares, durante los días y lapsos que duren nuestras clases.
Reitero una vez más; que no es pertinente apelar al celular cada
minuto y arrojar por la borda, de esa forma, el gobierno de nuestra existencia
para verificar qué ha propalado la fulana o mengana en sus redes y apartarnos,
de algún modo, de las personas que están a nuestro arrabal. Sigo
convencida que el Teléfono inteligente, si constituye un distractor para
el estudiante al instante de impartir una clase. Esto debido a que en plena
disertación el móvil suena y distrae no solo al dueño,
sino a la clase en su totalidad. Por ello, insisto en que las instituciones
de formación, establezcan reglas que dejen bien en claro el uso de esta
herramienta tecnológica, debido a que contar con la presencia de estos
artilugios perjudica tanto al estudiante como a los docentes al distraerlos
de sus obligaciones y negarles la gran oportunidad de que capten los contenidos
propios de las áreas que se les imparte.
Además, también crea gran incomodidad y molestia a quien
enseña; porque el uso de un celular en el aula ocasiona ''incordio''
y un alto nivel de desinterés de parte del estudiante. Al margen de esto
se tipifica como un acto de mala educación; afirmaría con razón,
que las personas que usan un aparato en lugares que no deben, es señal
que en casa no se les orientó o aleccionó con las reglas básicas
de urbanidad. Hacer uso del celular en clase inclusive perjudica enormemente
hasta a los más excelentes estudiantes, ellos; muchas veces la pasan
muy mal cuando usan el internet con fines no pedagógicos. Internet es
más absorbente que una multitarea normal, señalan los investigadores.
Conectarse a ella durante el desarrollo de una sesión de clase, contrarresta
seriamente el rendimiento académico tanto de los estudiantes menos capaces
de atender varias cosas a la vez, así como a los que son más diestros
con la diversidad de tareas asignadas. Investigadores estadounidenses así
lo afirman al manifestar y comprobar que Internet es un tipo especial y más
avasallador que las multitareas.
Les invito a visitar el enlace (I fagot my pone) para que por
sí mismos puedan corroborar la información proporcionadas por
expertos en la materia que observan, como lo hago yo, que en pleno siglo XXI
el teléfono puede ser muy nocivo para un cupo cada vez más amplio
de los grupos humanos."
Finalmente, puedo reafirmar por todo lo anteladamete manifestado que
el uso del Smartphone está generando adicción por el abuso que
hace de él la mayoría de la juventud. Es, precisamente el uso
inadecuado e irresponsable de este aparato móvil lo que genera desconfianza
en quienes consideremos que las utilidades que puede brindarnos se relegan a
un segundo plano ante los perjuicios que causan como lo he demostrado en este
ensayo.
El uso del Smartphone genera superficialidad en cuanto al proceso cognitivo,
aspecto que por cierto nos preocupa mucho; si se considera que nuestros jóvenes,
habituados a un régimen cognitivo misérrimo, en cortas y raudas
cuotas, van a perder capacidades sobre aspectos tan relevantes como el proceso
profundo o el análisis crítico reflexivo de la información
que los rodea.
Conectarse a Internet durante el desarrollo de una sesión de clase
contrarresta seriamente el rendimiento académico y por tanto las calificaciones
no solo de los menos capacitados sino a sobresalientes o excelentes estudiantes.
El Smartphone obligará a los jóvenes a realizar selecciones
someras, carencia de paciencia y tiempo, serían algunas consecuencias
habituales del uso continuo de tan pobre sustento.
Los estudiantes de todos los niveles intelectuales deben ser responsables
de no dejarse distraer por el uso de Internet", los que más pierden
en este caso son ellos mismos. Pierden la oportunidad de aprender a aprender
y a decostruir permanentemente.
Instituciones de formación y docentes, deben incluir en la currícula,
actividades tendientes al empleo efectivo de las nuevas tecnologías e
innovar acciones que motiven a los estudiantes en las aulas de clase.
El reto más grande que debe asumir el maestro del siglo XXI es
competir con el uso de computadoras, celulares inteligentes y concienciarlos
a sus discentes para que aprendan a utilizar de manera correcta y oportuna los
Smartphone o teléfonos inteligentes.
Imágenes tomadas de internet.
Autor:
Mg. Digna Isabel Rosales Farfán