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Partidos políticos en Honduras (1870-1911)




Enviado por Darío Izaguirre



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6

Monografía destacada

  1. Prefacio
  2. Introducción
  3. La modernización del Estado y la conformación del Partido Liberal
  4. 1880, un año crucial en la vida política de Honduras
  5. Características específicas de los procesos electorales
  6. ¿Partidos de clase o partidos de patronazgo?
  7. Caudillismo y guerra civil (1883-1907)
  8. Capitalismo enclave y partidos políticos
  9. Conclusión
  10. Fuentes y bibliografía
  11. Apéndices

Ficha bibliográfica:

Izaguirre, Darío:

En torno a los orígenes de los partidos políticos en Honduras (1870-1911)

Primera edición, Editorial Plumas, 2017,

Rouyn-Noranda, Québec, Canadá

(Partidos políticos, Honduras, historia, partido liberal, partido nacional, enclave, minería, bananos, guerra, facciones, caudillismo, Marco A. Soto, Ramón Rosa, Policarpo Bonilla, Céleo Arias, Luis Bográn)

IZAGUIRRE

Diseño de portada:

Arriza

Primera edición, 2017

OL Libre de todo derecho de acuerdo a

la ley del conocimiento popular Recuerde: Citar no es plagiar Compilado en Canadá con ayuda del programa opensource LaTex

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Siglas utilizadas

A. N .H.: Archivo Nacional de Honduras.

S. B. U. N. A. H. – C.H.: Sistema Bibliotecario de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras- Colección Hondureña.

  • C. D. C. H.: Centro de Documentación de la Carrera de Historia.

  • D. I.: Darío Izaguirre ( Para enlace en algunas citas bibliográficas). I. T. A. F.: Instituto Técnico Alejandro Flores.

Prefacio

Este trabajo constituye una versión revisada de mi tesis de Licenciatura en historia. En el momento en que fue escrita esa tesis, la Universidad estaba pasando por un período de reformas que no obligaban a los estudiantes con un índice académico alto (más de 85 %) a presentar un trabajo de investigación. Al momento de las reformas, mi tesis estaba casi ter- minada y mi espíritu rebelde me obligó a negarme a obtener un título gratis. Desde mi punto de vista, un índice académico no demuestra las capacidades investigativas de un historiador y, además, consideraba como una obligación ética el presentar un trabajo de investigación que reflejase los conocimientos adquiridos en seis años de universidad. En esa situación ter- miné mi tesis y la presenté ante las autoridades del antiguo Centro Universitario de Estudios Generales (CUEG) y fue aceptada por ellas.

El fin de la redacción de mi trabajo de investigación coincidió también con mi partida de Honduras hacia Canadá, dejando un apoderado legal para hacer los trámites de obtención del Título. Casi un año después de mi partida de Honduras en 1994, la Universidad decidió que mi tesis no estaba completa, según las nuevas disposiciones, a mi monografía (porque la tesis fue degradada al rango de monografía) le faltaban anexos y recomendaciones.

En ese momento mi rabia fue extrema, además de bajar el nivel de exigencia para la obtención de títulos universitarios la Universidad, gobernada por un grupo de aduladores de las medidas de reajuste económico neoliberales, se permite juzgar trabajos que estaban lejos de constituir un simple informe de actividades.

Pero la necesidad de obtener un diploma para continuar mis estudios de Maestría, me llevó a darle gusto a las autoridades universitarias redactando el texto que a continuación expongo.

Aunque, a mi modo de pensar no es común la inclusión de recomendaciones en un trabajo de investigación teórica, porque generalmente se trata de llegar a una conclusión después de haber sometido a la experiencia las hipótesis propuestas, en esta ocasión tengo que cumplir con una disposición oficial que obliga a escribir recomendaciones a un trabajo que, por sus características, no las necesita. Creo que las recomendaciones que aquí se enumerarán no tienen nada de nuevo y se pueden encontrar en cualquier informe de taller de investigación de la carrera de Historia. Digo esto porque siempre se hacen recomendaciones que jamás son tomadas en cuenta por la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, tal vez por razones presupuestarias o por considerarse esta demasiado ambiciosas a los ojos de las autoridades universitarias.

Recomendaciones

No se puede dar recomendaciones sin antes hablar de las limitâtes que obstaculizaron el proceso de investigación en los diferentes niveles. Así para el caso, las fuentes para esta investigación están constituidas fundamentalmente de materiales escritos encontrados en los archivos a los cuales tuve acceso y que son citados en la bibliografía. Sin embargo, para lograr obtener la información necesaria, muchas veces me vi limitado por el problema de acceso directo a las fuentes.

La mayor parte de la información de primera mano se encuentra en el Archivo Nacional de Honduras, el cual, debido a problemas de presupuesto, no podía brin- dar un servicio óptimo a los investigadores y muchas veces, ciertos documentos citados por escritores de la década de los años 1940 o 1950 ya no se pueden encontrar en el Archivo Nacional estos están perdidos, mal clasificados o devorados por la acción del tiempo.

Los índices del referido archivo carecían de la tecnología necesaria para facilitar la investigación. La carencia de equipo y muchas veces el estado de deterioro de los periódicos, documentos y libros es tal, que es casi imposible, aun, tomar notas de la fuente.

En tal sentido, para el Archivo Nacional (Apud eundem), recomendé que la universidad y el gobierno de Honduras pongan como objetivo y meta la organización y modernización del Archivo Nacional para facilitar el trabajo a los investigadores y así poder hacer investigaciones aún más apegadas a la realidad histórico- documental como tal, sin tener que citar copias de fuentes de segunda mano.

Otro lugar donde tuve acceso a fuentes de primera mano lo constituye la Co- lección Hondureña de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. En este archivo, el nivel de clasificación de fuentes es mucho mayor, sin embargo, en nuestro caso, presentó algunas limitantes. Al momento de la recolección de in- formación estaba en proceso la organización de una sección dentro de la Colección Hondureña que se llama Libros Raros. Aunque tuve acceso a algún material de esta sección, creo que no pude consultar su mayoría. Esto debido a que para ello era necesaria la autorización del encargado de la Colección, que muchas veces no coincidíamos con nuestros horarios. En tal sentido, los empleados no tenían autorización de poner al servicio del usuario un material tan valioso y tan delicado. Les damos la razón.

En el caso de la Colección Hondureña, recomendé directamente a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras crear disposiciones especiales para facilitar el acceso a los sistemas bibliotecarios a los investigadores (Historiadores, antropólogos, sociólogos, etc.) a través del acceso directo y supervisado a las fuentes o agilizando los trabajos de organización de archivos, importando tecnología apropiada (máquinas microfilmadoras-ya obsoletas pero útiles-, ordenadores, scanners, ficheros suficientemente amplios y organizados para la facilitación del trabajo de investigación, etc.).

El Centro de Documentación de la Carrera de Historia fue otro lugar donde tuvimos acceso a información muy valiosa. Aunque el C.D.C.H. no es una biblioteca ni pretende serlo, allí se puede encontrar muy buena información sobre dife- rentes tópicos de la vida histórica de Honduras. Empero, este centro estaba en proceso de organización al momento de llevar a cabo esta investigación y como tal tenía muchas limitantes, fundamentalmente económicas, de espacio y de personal. Aunque tenía una persona encargada, esta no es suficiente para todo el trabajo del centro. En tal sentido, se recomendó a la U.N.A.H. prestar todo el apoyo económico requerido por el centro, a fin de que todos los investigadores podamos tener un banco de datos lo suficiente amplio en lo que concierne al acontecer histórico de Honduras.

El último tipo de fuentes lo componen las fuentes bibliográficas. En su mayoría constituidas por libros y revistas a los cuales se tuvo acceso tanto en las bibliotecas públicas como en bibliotecas particulares, presentan muchas veces limitaciones relacionadas con dos factores fundamentales:

  • 1. La escasez o la particularidad de cierto tipo de documentos o libros a los cuales los investigadores no tienen acceso.

  • 2. Limitaciones de idioma.

Tomando en cuenta estos dos aspectos, se recomendó:

A.- Buscar los medios para que los investigadores particulares, al igual que los de las F.F.A.A., tengan acceso a los libros y documentos que están bajo la custodia de la dirección de historia militar y de otras dependencias del Estado que restringen la divulgación de información netamente de carácter histórico.

B.- Mucha de la información escrita sobre Honduras se encuentra en idiomas extranjeros como el inglés o el francés. En tal sentido, se recomienda a los futuros profesionales de la historia, procurarse el dominio por lo menos del inglés aunque sea en la lectura.

C.- A los centros de documentación y archivos, se recomienda que procuren la obtención de traducciones libres y/o oficiales de documentos y libros que puedan colaborar al desarrollo de la ciencia histórica de Honduras.

También en cuanto al mismo idioma español, y tomando en cuenta mi experiencia personal, se recomienda, a la Universidad en general, la puesta en aplicación de cursos de de redacción y de perfeccionamiento del idioma, para llegar a tener trabajos verdaderamente profesionales.

Montréal, julio 1993

Esas son a grandes rasgos las recomendaciones hechas. Ahora, más de 20 años después, y con la invasión masiva de nuevas tecnologías, esperemos que los nuevos historiadores puedan acceder a más fuentes de primera mano. Haciendo la actualización de este volumen me di cuenta de la cantidad de libros que en lenguas, otras que el español, existen en el mundo sobre la historia de Honduras. Es de hacer notar que en la actualidad algunos repositorios públicos ofrecen copias digitales de documentos originales y con derechos de autor caducos. Entre estos repositorios se recomiendan Internet archive y la Biblioteca Digital Miguel de Cervantes que ofrecen una cantidad impresionante de documentación de todo tipo y en todo tipo de lenguas sin tener que pasar por la útil y no siempre fiable Wikipedia.

Introducción

En la investigación presentada en esta ocasión, a pesar de todas las limitantes del caso, se intenta hacer una interpretación teórica del surgimiento de los partidos políticos en Honduras, desde el punto de vista político, tratando al máximo de no caer en la narración de fechas y hechos ya suficientemente repetidos y analizados por muchos autores. Desde nuestro punto de vista seguir la línea de interpretación teórica es el mejor camino para la comprensión de la realidad histórica política de Honduras. No se niegan en ningún momento los hechos, pero el hecho histórico como tal puede convertirse en un asunto insignificante si no se analiza en su contexto social, económico, político, etc.

Metodológicamente hablando, para la realización de esta investigación se trató de aplicar el método hipotético deductivo. Se comenzó por la elaboración de un proyecto de investiga- ción, la propuesta de hipótesis y su posterior verificación sometiéndolas al contraste con las fuentes históricas disponibles. El método aplicado es, a mi modo de ver, el más óptimo para la investigación de temas históricos, puesto que, el buen uso de los pasos del método científico puede llevar a la culminación satisfactoria del trabajo de investigación.

En tal sentido, después de dos años de cursos, seminarios e investigación en los archivos y bibliotecas hondureñas, esta investigación constituye la respuesta a una inquietud que bregaba en mi desde hace mucho tiempo. Al analizar los discursos de los líderes de los partidos tradicionales de Honduras (Partido Nacional de Honduras y Partido liberal de Honduras) desde principios del siglo XX, no se observa ninguna diferencia entre ellos. Sea ésta política o de acción. De esta forma y tomando como base los antecedentes de la formación de estas organizaciones que, según muchos autores, remonta a los intentos organizativos de fines del siglo XIX, nos propusimos ver cuáles eran sus fundamentos teóricos y politico-ideológicos.

Varios conceptos forman la base teórica de esta investigación. Así a lo largo de la lectura de este texto se podrán encontrar referencias a conceptos tales como: Partido político, Partido de clase, Partido estamental, Partido de patronazgo, Facción, Política, Guerra, Enclave, Imperialismo, Reforma Liberal, Liberalismo, Caudillismo y otros. Estos conceptos forman la piedra angular de la investigación y alrededor de ellos se tratará de comprender y contextualizar la emergencia y la degeneración de los partidos políticos incipientes en Honduras en lo que va de 1876 a 1911.

Siguiendo este enfoque, cuando en la actualidad analizamos el acontecer político de Honduras, observamos que la lucha política se centró, hasta la primera década del siglo XXI, en dos partidos tradicionales que no presentan aun en la actualidad ningún tipo de contradicciones ideológicas. En ese sentido, se presenta entonces la interrogante ¿Dónde tienen los orígenes estos dos partidos?

Me propongo, en estos apuntes teóricos, escudriñar el surgimiento de los partidos políticos en Honduras, tomando como punto de partida el año 1870, unos años antes del inicio la reforma liberal incentivada por Marco A. Soto en 1876. A partir de allí seguir la evolución de esas organizaciones hasta 1911. Para esta fecha termina, a mi modo de ver, la lucha por el poder entre los caudillos de las dos tendencias liberales surgidas en el siglo XIX. A partir de 1911 son las compañías transnacionales las que ponen y quitan mandatarios en Honduras. Es también en ese año donde la crisis financiera de Hondura es flagrante y es cuando la presencia militar de los estados unidos en Centroamérica es casi permanente.

La investigación esta dividida en varios capítulos en donde en el principio, se busca ver como la modernización del Estado, a partir de la reforma liberal, tratara de crear las condiciones necesarias para la formación de un Estado Nación y para la emergencia de partidos políticos, los cuales, al ser creados, pasarían a formar parte de los aparatos de Estado.

A pesar de las reformas, la modernización del Estado no logró crear una clase social dominante fuerte que entrara en antagonismo con otra clase social. No se da en Honduras un proceso de industrialización o de proletarizacion del campo, como se ve en el salvador 1, por ejemplo. Esto impide la formación de partidos de clase y el resurgimiento del caudillismo. Siguiendo ese orden, en el tercer capítulo se analizará como la inexistencia de conflictos ideológicos en el sentido estricto de la palabra, hace que las organizaciones partidarias se conviertan en facciones de una misma corriente ideológica, quienes, en nuestro caso buscarán alcanzar el poder a través de la guerra.

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1Ver: Manlio. Tirado. La crisis política en El Salvador: reportaje documental y testimonial. Ediciones Quinto Sol, 1980 y Roque. Dalton. El Salvador: (monografía). Colección Debate. UCA Editores, 1989

Para concluir el análisis, se visualiza como la combinación de la modernización a medias del Estado, de la inexistencia de conflictos ideológicos entre los políticos tradicionales, el caudillismo y del fenómeno de la guerra civil hicieron del Estado de Honduras una presa fácil de la política económica de enclave del capital transnacional, al punto que las bases de la economía nacional son socavadas en favor de un grupo reducido de nacionales y de extranjeros.

Esta es, a grandes rasgos, la estructura general de esta investigación, que como cualquier otra estuvo condicionada por las condiciones propias del caso y, como todo escrito, queda sujeta a la crítica del lector

CapÍtulo 1

La modernización del Estado y la conformación del Partido Liberal

Plataforma ideolÓgica y polÍtica de la modernizaciÓn del Estado de Honduras (1876-1883)

Siempre que se escribe sobre los partidos políticos en Honduras, no se valora el carácter de instituciones que estos tienen y como desempeñan el papel de aparatos de Estado. En tal sentido, los autores se limitan únicamente a narrar hechos relevantes en la vida de los partidos mismos y en la de sus gestores, mirando de soslayo el carácter institucional de los mismos.

Este apartado tratará de establecer los fundamentos teóricos que contribuyeron al surgimiento de instituciones políticas organizadas en Honduras, sobre la base a los rasgos evidentes de la modernización que sufre el Estado a partir de la llegada del Dr. Marco A. Soto al poder de la nación. Además, tratará otras especificidades de los antecedentes de la modernización del Estado, o de la formación del Estado Nacional como lo denominan otros autores y del surgimiento de los partidos políticos.

¿Qué entendemos por modernización del Estado? Empíricamente se le puede dar respuesta a esta pregunta diciendo que la modernización implica la remoción de viejas estructuras, la reorganización y la reorientación de las políticas estatales, es decir la oposición tradición- modernidad que

"…implica la presencia de un cambio cualitativo a medida que las sociedades avanzan desde un extremo del continuo hacia el otro, aunque nunca esta claro el punto exacto en que las sociedades se vuelven modernas… Para entrar en la modernidad las sociedades… deben superar las normas tradicionales, abriendo camino para las transformaciones sociales, económicas y políticas… La fuente primordial del cambio se examina en términos de las innovaciones, es decir, del rechazo de los procedimientos relacionados con las instituciones tradicionales, aunado a la adopción de ideas, técnicas, valores y organizaciones nuevas."1

En el período que nos ocupa, la modernización estará orientada hacia la transformación de la realidad en la que se desenvolvía Honduras después de la ruptura con la corona española, Como se sabe tal ruptura no condujo a cambios estructurales que llevaran a los países antes miembros del reino Guatemala a formar verdaderas naciones. Por el contrario, el arraigo a formas de producción propios del régimen colonial se mantiene y la persistencia de lo clerical ante lo laico es notoria en todos los ámbitos del engranaje administrativo de los nuevos países centroamericanos. Sin embargo, la lucha por construir Estados nacionales también es latente en estos países que, por no tener bien definido su carácter político y social, atravesarán en esa lucha grandes obstáculos.

La construcción de Estados nacionales en América Latina, es un problema complejo y mu- chas veces tiene sus antecedentes en los procesos sociales que se gestan en Europa. Edelberto Torres Rivas apunta al respecto:

"En América Latina el proceso nacionalitario (sic) es coetáneo con fenómenos similares que suceden en algunas regiones de Europa, aunque la aurora burguesa despunta más rápido y firmemente en esta última que en aquella y por lo tanto, las formas nacionales de nuestra experiencia tienen características diversas…Sin embargo, el hecho nacional que precede y facilita la emergencia del proyecto estatal nacional en América Latina tiene su origen e inspiración en la historia europea…"2.

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1Departamento de Ciencias Sociales, Lecturas de Sociología N° 1, U.N.A.H. Tegucigalpa, 1985, págs. 122-125.

2Edelberto Torres Rivas y Julio César Pinto Soria. Problemas para la formación del Estado Nacional en Centro América. San José: ICAP, 1983, págs. 41-42.

Ésta marcada influencia eurocéntrica en el surgimiento de los Estados nacionales en Amé- rica, también tiene su relación con el advenimiento de la fase expansionista del capitalismo, el cual, una vez constituidos los mercados nacionales en sus potencias gestoras, buscará espacios no capitalistas en donde sus mercancías y, porque no decirlo, sus modelos políticos y económicos, tengan cabida. Todo esto con el fin de buscar la universalización de sus relaciones de producción.

No es extraño entonces que las reformas impulsadas en Honduras prioricen sobre el hecho de darle límites concretos al espacio geográfico que constituía el nuevo país. De esa forma en todas las constituciones de la época postindependentista, reza que formará el territorio hondureño el que le correspondía a la provincia de Honduras durante el dominio colonial 3. En tal sentido, el sustento geográfico nacional es débil puesto, que la definición misma de los límites de la provincia de Honduras no es necesariamente claros. Así, esta falta de claridad limítrofe llevará a Honduras a conflictos armados y diplomáticos desde el inicio de su vida independiente hasta tarde en el siglo XX. Sin embargo, hubo durante el período de anarquía algunos intentos por construir un Estado nacional o, por lo menos, partiendo de tesis importadas, modernizar el Estado y ponerlo a la altura del nuevo orden mundial, aunque fuera en competencia desventajosa.

Después de la lucha antifilibustera en la que Honduras tuvo un papel determinante y que finaliza con el fusilamiento de William Walker en 1860, José Santos Guardiola, presidente de Honduras, logra que Inglaterra le reconozca "soberanía sobre la Mosquitia y las Islas de la Bahía, el 22 de abril de 1861"4, lo que le reafirma el carácter de nación a Honduras. Empero, hace falta un proyecto económico y político más claro para que el Honduras llegue a constituir un verdadero Estado nacional.

Desde esta óptica, el país necesita, en primer lugar, la constitución de su mercado interno, en segundo lugar, la constitución de una clase dominante y su oponente y por último, el surgimiento del Estado centralizado como expresión de la clase en el poder, cosas que no se logran sino posteriormente y a medias con el advenimiento de la reforma liberal.

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3Ver apéndice B

4Guillermo Molina Chocano. Ciencia y política. Compilación de G.M.C. Tegucigalpa: Nuevo Continente, 1980, pág. 151.

José María Medina, mandatario de Honduras desde 1863 a 1872, introduce algunas re- formas que dan visos de la modernización del Estado. Él dictará leyes que conducen a la protección de algunos productos que generaban ingresos al erario público. Además, estableció empréstitos para la construcción del ferrocarril interoceánico, aspiración que había sido concebida mucho antes pero que se vuelve objetiva con Medina. Este ferrocarril vendría a generar la integración del territorio nacional a partir del intercambio mercantil entre las zonas interiores y los principales puertos del país5.

Las luces de modernidad estatal del gobierno de Medina darán su destello, además, en otras leyes y decretos secundarios, como la ley de protección a la producción de tabaco en Santa Rosa de Copán y la ley producción de licor6 que incluye la reglamentación para la producción y exportación del tabaco y licor, así como penas drásticas para la producción y comercialización ilegal de alcohol y tabaco en todo el territorio hondureño. Además, promulga una ley de elecciones7, de corte censal,8 pero de mucha importancia para la vida política del país, pues pone las reglas de la justas eleccionarias próximas a realizarse y de las cuales Medina salió electo en febrero de 1866,9.

El General Medina, según nuestra opinión, extravió el método para la aplicación de políticas liberales que condujeran al país a una verdadera reforma estatal. Sus efímeras y pequeñas reformas sucumbieron ante su autoritarismo, que le granjeó el odio de nacionales al orde- nar y dirigir la matanza de Olancho y al restituir los diezmos y otras garantías a la iglesia. Además, se granjeó el odio de extranjeros al invadir El Salvador y colaborar con Guatemala, específicamente con Rafael Carrera, a detener la revolución liberal que se gestaba en allí. Con todos los extravíos y su soberbia caudillista fue derrocado en 1872, asumiendo el poder de la república el liberal Céleo Arias10.

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5Ver en ese sentido: Alfred. Neymarck. Le Honduras: son chemin de fer, son avenir industriel et commercial (Extrait du journal politique et financier Le Rentier. Paris: E. Dentu, 1872 – Ephraim George Squier. Chemin de fer interocéanique de Honduras. Rapport. Paris: Simon Baçon et comp., 1855 – Gustave de Belot. La vérité sur le Honduras: étude historique, géographique, politique et commerciale sur l"Amérique Centrale. Paris: au Bureau du Journal des Consulats, 1869

6Gobierno de Honduras. "Ley para la producción ilegal de licores". En: Boletín Legislativo y Oficial serie III.N°3 (febrero de 1866), pág. 4.

7Gobierno de Honduras. "Ley electoral". En: Boletín Legislativo y Oficial serie III.N°3 (febrero de 1866),

pág. 10.

8 El censo es un requisito que limita la oportunidad del ciudadano para elegir y ser electo "para gozar del derecho del sufragio, había que poseer cierta fortuna en bienes o dinero… para obtener el censo residencial, el elector debía residir durante cierto tiempo en la circunscripción correspondiente…"A. Efimov, I. Galkine, L. Zoubokand y col. Historia moderna. México: Grijalbo, 1986, pág. 49.

9Molina Chocano, óp.cit., pág. 152.

10Ángel Zúñiga Huete. Presidentes de Honduras vol. I. Tegucigalpa: Graficentro, 1986.

No se trata aquí de juzgar la persona de José María Medina, sino de establecer los ante- cedentes inmediatos del proceso de transformación del Estado hondureño. Teóricamente, la modernización de que es objeto el Estado de Honduras tendrá su fundamento en los principios del liberalismo europeo, que profesa, como la raíz del termino lo indica, la libertad y además, en el campo económico y político promueve "… la protección de los intereses de la propiedad privada, la seguridad de la libre empresa, la instauración de los principios de la democracia, el constitucionalismo y la forma republicana de gobierno."11 Todos estos principios son la bandera de los políticos y economistas burgueses de la Europa del siglo XIX y los que, por consiguiente, influirán en la mentalidad de sus homólogos en los países de América Latina.

Con la evolución que sufre el capitalismo en la segunda mitad del siglo XIX, hacia su fase monopólica, el Estado cobrará un papel de reformador social, de interventor en los asuntos económicos, asunto que será evidente en los gobiernos liberales de Centroamérica. A la par del papel protector del Estado, el liberalismo será una filosofía de progreso indivisible e irreversible; progreso técnico, progreso de bienestar, progreso intelectual y progreso moral. Pero también el liberalismo se puede encontrar fraccionado y se podrá distinguir, hacia finales de 1890, un liberalismo dinámico que acepta la máquina y favorece la industria, y un liberalismo económicamente conservador y proteccionista12.

Los países de Centroamérica, después de su proceso de separación del dominio español, pasarán por un proceso que estudiosos como Tulio Halperin Donghi13 y Edelberto Torres Rivas14 denominan período de anarquía; precisamente porque es uno de búsqueda constante de soluciones, búsqueda que redunda en el espontaneidad y el desorden, fenómenos que conducen a estos países al desangramiento, al empobrecimiento y al sometimiento a naciones extranjeras económicamente poderosas. En este panorama sombrío de guerras civiles, de asesinatos políticos y miseria, aparecerá la luz de ese liberalismo europeo que influirá para que se implanten regímenes que se apoyan en esa filosofía, tal vez anacrónica para el resto del mundo, pero para sus precursores, en el caso de Centroamérica, era lo más avanzado.

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11Irina Blauberg. Diccionario de Filosofía.
Octava reimpresión. México: Ediciones Quinto Sol, 2007, pág.
203.

12Jean Touchard. Historia de las ideas políticas. Madrid: Tecnos, 1986, pág. 401.

13Tulio Halperín Donghi. Historia contemporánea de América Latina. México: Alianza, 1987.

14Edelberto Torres Rivas. Interpretación del desarrollo social de Centro América. San José: FLACSO, 1989.

Con la caída de Rafael Carrera en Guatemala y el ascenso de Barrios al gobierno de esa nación, comenzará el período de las reformas liberales en Centroamérica, aunque, a criterio del historiador hondureño Medardo Mejía, este período comenzará antes en Honduras, con la llegada al poder del Dr. Céleo Arias.15 En Guatemala y El Salvador, estos procesos serán producto de cruentas guerras civiles, al contrario de Honduras, donde tal proceso es consecuencia de la influencia directa de gobiernos extranjeros en asuntos nacionales, situación que es evidente en la firma del "convenio de El Chingo, en el cual Marco Aurelio Soto, Justo Rufino Barrios y Andrés Valle se comprometen a aportar cada uno mil hombres a disposición de Soto con el fin de sojuzgar la revuelta recientemente iniciada en Honduras."16

Ese tratado, firmado el 15 de febrero de 187617, fructificará con la llegada al poder del Dr. Marco A. Soto y la implantación de un régimen reformista apegado en gran parte a los principios del liberalismo, con variantes propias de la época. Esos principios se verán plasmados en las constituciones subsiguientes a la de 1873, en donde la idea de libertad a todos los ni- veles es evidente. Así por ejemplo, "la idea de que el liberalismo es una corriente ideológica distinta del mercantilismo, que se basa en la idea de que el Estado debe apoyar la iniciativa privada y no interferir ni poner barreras de ninguna especie al desarrollo capitalista…"18 es notoria durante el gobierno de Soto, que busca la expansión de relaciones de producción de corte capitalista a partir de la inversión de capital en la industria, el comercio y la agricultura, es decir, se busca bregar por la libertad económica, industrial y comercial como condición necesaria par el crecimiento del Estado y la nación. Sin embargo, estos planteamientos del liberalismo clásico se aplican en Honduras durante una época en que el capitalismo está entrando en otra fase, en donde el "laissez faire; laissez passer" es superado por la corriente monopólica del capital.

Aunque parezca contradictorio, el proceso de reforma liberal en Honduras tomará tintes híbridos. Por una parte, se da al traste con la concepción tradicional del gobierno de simple administrador a la deriva de la Cosa Pública y se le induce al papel de vigilante de los intereses de un grupo económico emergente de nuevos ricos, pero además, toma tintes que le perfilan como testaferro del sistema capitalista en su fase monopólica al permitir concesiones desventajosas al naciente Estado hondureño.

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15Medardo Mejía. Historia de Honduras, vol. V. Tegucigalpa: Unversitaria, 1989.

16Juan Arancibia. Honduras ¿Un Estado Nacional? Tegucigalpa: Guaymuras, 1991, pág. 28.

17Guadalupe Rodríguez de Ita. Guía del Archivo Guerras Centroamericanas, 1827-1912. Archivo histórico di- plomático mexicano. Secretaría de Relaciones Exteriores, 1995, pág. 17.

18Ismael Colmenares Maguregui, Arturo Delgado y col. De la Prehistoria a la historia. México: Quinto Sol, 1988, pág. 259.

Tal hecho queda plasmado en la concesión que el gobierno de Honduras hace a la New York and Honduras Company para la explotación de "an area of some 2,250 square miles, or 1,440,000 acres. In extent it is something larger than the State of Delaware"19

Así, la intervención del Estado es notoria y la encontramos a todos los niveles. Esa característica de Estado interventor es peculiar del capitalismo monopólico, en donde el Estado

"de un simple aparato de control político que era, se convierte además en un interventor directo de la economía… a las funciones tradicionales de administración de justicia ha añadido otras cada vez más complejas, especialmente en el campo económico… se vio además como un imperativo la intervención gubernamental a través de la construcción de obras públicas, subsidios, rearme y militarización, centralización de finanzas y control del crédito para reactivar el aparato económico."20.

Todas esas características las tendrá de una u otra manera el gobierno de Soto. Habrá así, decretos estatales para el fomento de la agricultura y la ganadería, decretos para la promoción de instrucción pública, decretos para la creación de milicia, etc., además de medidas que regularán la situación tributaria del país. Todo esto con el fin de incorporar a Honduras al mercado capitalista mundial, cosa que se logra bajo la tutela del capital transnacional. Pero en definitiva el fundamento teórico del régimen reformista era el liberalismo europeo – que para el momento de su implantación en Centroamérica ya había sido un tanto superado por los primeros brotes obreros en Inglaterra y Francia – mezclado con elementos propios del capitalismo monopólico.

Soto tomará el poder de la república y, como dijimos antes, su preocupación será el desarrollo económico del país. Sin embargo, Soto no fue un buen analista de la situación económica objetiva del país, pasando a la historia como el iniciador de la intervención económica extranjera (política de enclave) en Honduras, Puesto que en su gobierno se dan varias concesiones ventajosas para la explotación de los recursos naturales en Honduras, situación que es producto de la inmadurez económica de los grupos dominantes del país, de los que el mismo Soto forma parte, incapaces de conducir la nación por el camino correcto.

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19Roderico Toledo, William B. Sipes y Hobart L. Hotchkiss. The New York And Honduras Company. Incorporated Under the Laws of Connecticut. New York: Beadle & Broun. Stationers, 1879, pág. 4.

20Colmenares Maguregui, Delgado y col., óp.cit., págs. 350-381.

Pese a todos los errores que se hayan cometido en sus administraciones, el aporte de su gobierno fue fundamental y decisorio para la vida nacional. Rodeado de gente valiosa como el padre Antonio Ramón Vallejo, Ramón Rosa, y otros, logró acaparar la atención de nacionales y extranjeros y, algo fundamental, logró mantener la paz en el territorio aunque esta paz fuera al estilo pax romana, es decir, a través de la coacción física en contra de sus oponentes. Este ambiente de relativa paz permitió el desarrollo y la apertura de espacios a la intelectualidad tanto nacional como internacional. Así, Honduras será el refugio predilecto de los precursores de la independencia cubana, resaltando entre estas figuras las personalidades de Máximo Gómez, Tomás Estrada Palma, José Joaquín Palma (iniciador de la poesía romántica hondureña), Antonio Maceo, Enrique Loynos del Castillo, Carlos Roloff, Francisco de Paula y Flores (fundador del colegio La Fraternidad de Juticalpa) y otros más21. La mayor parte de estos señores llegaron a ocupar puestos cimeros en la administración de Soto. Además, in- fluyeron en la experiencia organizacional de los hondureños que bregaban por construir un

Estado nacional.

Para 1880, el gobierno liberal de Soto estaba ya consolidado y muchos de sus proyectos de integración nacional estaban ya en marcha. Proyectos como la carretera que conduce de Tegucigalpa a la costa pacífica de Honduras, la organización del correo, el cable submarino, el telégrafo, la introducción del café como principal producto de exportación y otros logros eran ya una realidad.

Toda la información antes mencionada se recoge de las memorias de hacienda, crédito público y guerra; fomento y agricultura y la de la situación de la agricultura en el país. Un resumen detallado de estas se encuentra en la obra de Héctor Pérez Brignoli.22

Tanto Soto como su sucesor Ramón Rosa creían que su sistema de gobierno era el más indicado para gobernar Honduras. Para mantener la estabilidad de su régimen, era necesario la organización de aparatos que asegurasen la prolongación del sistema de gobierno. Estos aparatos son concebidos como "cierto número de realidades que se presentan al observador bajo formas de instituciones precisas y especializadas que tienen por función la de reforzar el sistema imperante de dominación, es decir, reproducir las condiciones de producción…"23

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21Rafael Leiva Vivas. Presencia de Máximo Gómez en Honduras. Tegucigalpa: Universitaria, 1978, pág. 10.

22Héctor Pérez B. "Economía y sociedad en Honduras durante el siglo XIX". En: Revista de Estudios sociales centroamericanos (septiembre de 1973), págs. 32-39.

23Colmenares Maguregui, Delgado y col., óp.cit., págs. 64-65.

Además, "… estos aparatos de Estado tienen como contenido principal mantener la unidad y la cohesión de una formación social, concentrando y consagrando la dominación de clase y reproducir así las relaciones sociales… las relaciones políticas y las ideológicas que se materializan y se encarnan como prácticas materiales en los aparatos de Estado.

Estos aparatos comprenden de una parte el aparato represivo del Estado en el sentido estricto, y sus ramas: ejército, policía, prisiones, magistratura, administración, de otra parte, los aparatos ideológicos del Estado: el aparato sindical de colaboración de clase y los partidos políticos…"24

La necesidad de Soto de poner a Honduras en un nivel de desarrollo superior al que había vivido durante el período de anarquía se reflejará, como ya dijimos, en la incorporación de elementos nuevos en la tarea de administrar la nación. Así, durante su gobierno, se re- fuerza el aparato represivo del Estado y se funda la academia militar, bajo la dirección del francés Héctor Galinier.25 También se abastece de armamentos procedentes de Alemania por intermedio de la compañía francesa Gaubert Frères et Co. radicada en Puerto Cortés. Esta adquisición tuvo un monto de 27,104.68 pesos,26 que fueron pagados a la compañía anterior. Esta compra colaboró a la reorganización de las plazas militares en todo el país.

Por otra parte, se reorganiza la hacienda pública, los tribunales de justicia y la policía. Luego, construyó cárceles e instauró un sistema educativo laico, a la vez que habían legiones diplomáticas en los países de Centroamérica, Estados Unidos, América del Sur y Europa.27

Observando con detenimiento todos los elementos planteados anteriormente, se deduce que los fundamentos teóricos y prácticos para la construcción de un Estado fuera de lo tradicional están dados. Sin embargo, los avances en el campo político organizativo son cortos y esporádicos debido a que el gobierno de Soto no promovió directamente la formación de partidos políticos, los cuales su ministro general Ramón Rosa creía necesarios, como lo plantea en su obra "La Constitución social de Honduras" en 1880.

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24Nicos Poulantzas. Las clases sociales en el capetalismo actual. México: Siglo XXI, 1980, págs. 24-26.

25Jesús Evelio Inestroza. Génesis y evolución de las escuelas militares del ejército. Tegucigalpa: Litografía Ló- pez, 1990, pág. 20.

26A. N. H. – Gobierno de Honduras. "Factura de Compra de Armas por el General Bográn, Junio 18 de 1879, 5 hojas útiles." Tegucigalpa, 1879.

27Mejía, óp.cit., págs. 24-26.

1880, un año crucial en la vida política de Honduras

Antes de continuar con el análisis de nuestro tema, quiero hacer una aclaración oportuna. En alguna parte de este trabajo nos encontramos con el manejo de términos que pueden inducir a la confusión, es decir, cuando hablo del liberalismo, me refiero a la filosofía liberal en su conjunto y no al uso despectivo que hacen de este término los políticos de oficio.

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