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Aprendamos de nuevo a amar




    El arte de amar y ser amado. Aprendamos de nuevo a amar – Monografias.com

    ¡Aprendamos de nuevo a amar! Este es el nombre de un maravilloso libro del fitoterapeuta francés Maurice Messegué(*), cuyas curas para problemas afectivos, con ayuda de las plantas, son famosas en el mundo entero. Aprovechamos la ocasión para reproducir algunas de sus ideas más representativas:

    • "Nos equivocamos, si para amar, decidimos esperar circunstancias más propicias, momentos más privilegiados. El paraíso está a nuestro alcance hoy. Basta que sepamos forjarlo. Una pareja debe contar, por lo menos con eso, el amor, para hacer frente a la vida. El amor no es un gasto de felicidad y sí un cargamento de venturas. Hablamos no solo del amor sexual, que tanto interés tenemos en prolongar; pensamos en ese clima amoroso, lleno de ternura en el cual todas las comuniones posibles hacen vibrar el aire".

    • Creo en Dios y pienso que Él nos dio la vida para que la transformásemos en Amor. En sus formas más hermosas. Nunca dijo a nadie, Él, que creó los dos sexos, que se debería castrar a partir de cierta edad. Jamás ordenó que fuésemos ciegos para el amor en determinada época de nuestra existencia. Creo comprender que Él ha querido solamente que vivamos, y en todas las etapas aprovechamos las mejores cualidades de la vida. Diríamos que eso nos llevará, fatalmente, a procurar las máximas cualidades del alma (Aquí se refiere, obviamente a las restricciones sexuales y amatorias en la llamada tercera edad).

    • "Un feliz entendimiento sexual alimenta el amor de al misma forma que una buena lluvia de primavera beneficia las plantas".

    • "Si, aprendamos de nuevo a amar. Y, además, hagámoslo "a la francesa" ¿Qué pareja, después de tres años de matrimonio, es capaz de iniciar la caricia de una mejilla, teniendo conciencia de su gesto? ¿Cómo saborear de nuevo la dulzura de la palma de la mano? ¿Quién es capaz de ver como la mirada de nuestra compañera se vuelve dulce, se turba? ¿Y qué decir del intercambio de una sonrisa? ¿Cuántas parejas sienten la necesidad de sonreír? De repente, dos seres humanos que habían olvidado con las complicaciones de la vida cotidiana, de compartir el mundo, se miran y se sonríen, cómplices. Es algo arrebatador. Tenemos que saber tomar la mano de nuestra amada y retenerla así, por nada especial… ¿Hace falta para llegar a eso, tiempo, dinero, belleza, juventud o una exaltación especial?

    • "Considero que la mirada y la sonrisa son las conquistas más formidables de la Humanidad. Entonces ¿por qué perderlas? Y más aún cuando conocemos perfectamente sus sortilegios".

    • "Hombres y mujeres deben tomarse mutuamente su tiempo para soñar. Es algo que hace parte del amor. ¿Por qué no contemplar, juntos, íntimamente enternecidos, el caprichoso juego de las llamas, un lujo hoy día? Es posible que él tome una de las manos de su acompañante. Puede ser que ella entienda la canción del fuego. Tal vez los dos se dispongan a saborear un vino caliente, con canela o cilantro. Si donde se encuentra esta pareja hay un par de pieles y algunos almohadones, ¿por qué no distribuirlos por el suelo para tener un lecho improvisado, en una escena de película? ¿Dejarán pasar, indiferentes, esta ocasión que les permite ser poéticamente eróticos?"

    • "El matrimonio debe ser tratado de la misma manera que cuidábamos de nuestras hogueras, cuando éramos niños. Tenemos que saber encender el fuego, y después mantenerlo, procurando hacer con que dé llamas vivas y después brasas ardientes. Tenemos que saber lanzar en él las astillas que lo hacen cantar, las hojas de pino que lo hacen chispear, las ramas de romero que hacen del aire un bálsamo. Es necesario saber reavivar el fuego, desplazar oportunamente los troncos, aumentar el combustible… Inclusive es preciso saber contemplarlo y mostrarse, ante su vista, propicio a los sueños".

    • "La sensualidad es una arma del amor, que se está perdiendo. Sin embargo, es ella que hace renacer la ternura, la atracción entre dos seres que se aman, a cada momento. La sensualidad es, según mi parecer, una palabra preciosa, saturada de poesía. "Olía" a pecado, ahora exhala, un olor, un perfume, de gran calidad. ¿Quién es que no desearía poseer plenamente el poder de explorar ese dominio un poco mágico, en el cual se mezclan los cinco sentidos? Aprendamos de nuevo a amar".

    ¡Cuanta razón tiene el ilustre Mességué! ¡Debemos aprender a amar nuevamente! El ser humano, perdido en las complejidades, en las exigencias y en las frivolidades del mundo moderno, ha reducido muchas veces el amor a un acto mecánico genital, despojándolo así de toda su fuerza, toda su ternura, de toda su poesía.

    Para quien está en la senda cautivante de la realización afectiva, la máxima atención debe ser dispensada a estos aspectos. ¿Usted sueña con amar y ser amado? Su sueño se podrá volver realidad, pero no duerma en la parada del ómnibus, porque éste puede pasar y dejarlo a pié. Por el contrario, esté bien despierto, vigilante y amoroso. Fecunde la realidad de su sueño, consolidándolo para todo el futuro en abierto. No se conforme con un cohete iridiscente atravesando el cielo como una chispa mágica. Trabaje para crear un fuego perpetuo, una hoguera olímpica, una luz eterna. Reavive en su corazón, las brasas incandescentes del amor, transpire la emoción de su belleza sin par y sienta en su piel, su cálido y aterciopelado contacto.

    ¡Aprendamos de nuevo a amar! Acunemos en nuestra mente los sueños más refulgentes, las ideas más elevadas, los sentimientos más altruistas. Cincelemos con nuestras manos las caricias más tiernas, los toques más amorosos, los contactos más insinuantes. Transmitamos con nuestra mirada, los mensajes más expresivos, las señales más armónicas, las declaraciones más apasionadas. Modelemos con nuestra sonrisa el convite más atractivo al beso, el aura más delicada de simpatía, la forma más graciosa de decir todo sin hablar., las más dulces palabras, los más emocionantes suspiros, los más excitantes besos. Arrullemos nuestro corazón con los cantares más bellos, con las músicas más sonoras, con las vibraciones más sutiles. Encendamos nuestros cuerpos con la más ardiente llama de la pasión, con la atracción magnética del cuerpo del sexo opuesto, con el más alucinado delirio de emociones en un clímax polícromo de excitados murmullos.

    ¡Aprendamos de nuevo a amar! Y haciéndolo acabaremos con las luchas insensatas del hombre contra sí mismo, del hombre con la Naturaleza, de los hombres con los hombres, de los pueblos con los pueblos, del mundo con el mundo. Amando, crearemos una nueva y magnífica sociedad, impregnada de bellos y solidarios sentimientos. Hagamos realidad las enseñanzas del Maestro, diseminando por la Tierra, cálidos rayos de armonía, paz y alegría.

    ¡Aprendamos de nuevo a amar! Y haciéndolo, transformaremos la faz de la Tierra y los hombres que en ella viven. Formemos una corriente amorosa y llevemos a aquellos que sufren, las buenas nuevas del mundo. Dios nos hizo, entre otras cosas, para que lo auxiliemos a distribuir su Amor Divino: seamos, pues, buenos mensajeros y distribuyamos su sagrado polen por todos los confines del Planeta.

    ¡Aprendamos de nuevo a amar! Así haciendo, formaremos un muro contra la agresividad, el odio y la violencia. Amando, crearemos una atmósfera renovada, exenta de contaminaciones. En ella se incubará el mundo del futuro, lleno de esperanzas magnificas, impregnado de luz deslumbrante, acunado en el soplo creador del Ser Supremo y cimentado en las inmutables bases de la fe, de la perseverancia y del coraje.

    ¡Aprendamos de nuevo a amar! Y, sabiendo amar, divulguemos su secreto al mundo. Abramos escuelas, colegios y Universidades del Amor. Diplomemos el mundo todo, transmitiendo maravillosas enseñanzas que harán de la Tierra, ahora sí, un reluciente paraíso. Pidamos al Creador inspiración y a los ángeles su belleza impar, para crear canciones, sinfonías e himnos que glorifiquen el Amor, de modo que este éxtasis dure siglos, milenios y edades insondables. Arranquemos de los instrumentos musicales, los más maravillosos sonidos y armonicémonos con el Ser Supremo para oír la música de las esferas.

    ¡Aprendamos de nuevo a amar! E inmediatamente pidamos ayuda a la Naturaleza para divulgar nuestra ciencia. Pidamos a las flores que se abran con sus espléndidos pétalos, que estallen en maravillosos colores, que irradien sus perfumes embriagadores, que adornen sus corolas con suaves terciopelos y que ofrezcan gotas mágicas de rocío, a los pájaros y a los insectos. Pidamos a los ruiseñores que nos deleiten con sus cantos, a las palomas que nos emocionen con sus arrullos, a los colibríes que nos deslumbren con sus bellos e increíbles movimientos y a las mariposas que nos hechicen con sus alas multicolores. Con la ayuda de la Naturaleza y de sus hijos amorosos, podremos crear aquel mundo con el cual soñamos.

    ¡Aprendamos de nuevo a amar! Y con el corazón exultante de alegría, convoquemos las rutilantes estrellas, el brillo luminoso del sol, las fuerzas cósmicas de los astros y planetas, la maravillosa luz de la luna, los alados caballeros del viento, las suaves nereidas del agua, las hadas, los elfos, los silfos y las incandescentes salamandras del fuego. Seamos el sagrado imán que congrega todas estas formidables energías y orientemos su rumbo en dirección a todos aquellos que sufren por la falta de amor. Seamos la flecha misteriosa que, empapada en bálsamo bendito, alivia la carga de los corazones abatidos. Seamos el espléndido ruiseñor, que trae en su garganta el mensaje de la esperanza, el cantar del romance, la melodía de una nueva ilusión.

    ¡Aprendamos de nuevo a amar! Y pidamos a los Poderes Superiores para irradiar su belleza impar por el carente mundo de la Humanidad. Pidamos auxilio a los bienaventurados Maestros Cósmicos, a los bellísimos Ángeles y hasta a los propios Arcángeles, para que hagan circular dentro de nosotros, sus excelsas energías, sus increíbles poderes, sus amantísimos influjos. Así siendo, seremos maravillosos canales, por donde el Esplendor Divino fluirá hasta la Tierra, consolando a los sufrientes y alentándolos a través de la esperanza renovada para una vida mejor y de todo lo que es bueno, lo que es bello, lo que es amoroso.

    ¡Aprendamos de nuevo a amar! Y así haciendo, subamos el último peldaño de la escalera y cara a cara con el Ser Supremo, pidamos a Él, su emanación sagrada, su energía inconmensurable, su infinita Omnipotencia, de modo que, a través de los átomos de su Luz Divina, la Tierra quede cubierta de flores policromas, de fulgurantes luciérnagas y de bellísimas aves del paraíso, todos ellos irradiando Amor inmarcesible en todas las direcciones, planos, niveles y puntos cardinales.

    En definitivo: Aprendamos de nuevo a amar y el mundo mezquino, egoísta y triste será transformado en una poesía permanente, en un moderno Cantar de los Cantares, en un deslumbrante farol de luz iluminando todos los corazones con las sublimes gracias del Cielo: Paz, Amor, Alegría y Armonía.

    ¿Desea acompañarnos en este rutilante viaje, en este fascinante crucero, en esta fulgurante aventura? ¿Verdad que sí?

    El Cantar de los Cantares

    El valor de lo poético, de lo romántico, de lo delicado, es fundamental en el Amor, es aquello que en verdad le da vida y esplendor. Por este motivo, no podríamos dar por terminado este capítulo sin colocar aquí algunos fragmentos del más maravilloso poema de amor de todos los tiempos: el Cantar de los Cantares, por lo que parece, escrito hace unos 3000 años, en el cual se relata en verdad, no una historia y sí un flujo de sentimientos entre dos amantes legendarios: el rey Salomón y la reina de Saba(*).

    El Cantar de los Cantares es uno de los libros sagrados de la Biblia, contrastando muchos de sus versículos – clara y deliciosamente eróticos – con las enseñanzas represivas sobre el amor y el sexo que fueron dictadas varios siglos después, y en algunos casos hasta el presente, por varias religiones auto-tituladas de cristianas.

    Esta obra es uno de los libros más cortos de la Biblia, apenas cinco páginas(**) y solamente 117 versículos, en los cuales hablan intercaladamente los dos personajes.

    Veamos algunos fragmentos seleccionados:

    • Ella: ¡Oh, si él me besara con los besos de su boca! Porque mejores son tus amores que el vino"… "Mi amado es para mí un manojito de mirra que reposa entre mi pechos"… "Racimo de flores de alheña en las viñas de En-gadi es para mí, mi amado"… "Yo soy la rosa de Sarón y el lirio de los valles" … "He aquí que tú eres hermoso, amado mío y dulce nuestro lecho de flores"… "Como el manzano entre los árboles silvestres así es mi amado entre los jóvenes, bajo la sombra del deseado me senté y su fruto fue dulce a mi paladar".

    • El: "He aquí que tú eres hermosa, amiga mía; he aquí que eres bella, tus ojos son como palomas" … "Como el lirio entre los espinos, así es mi amiga entre las doncellas" … "La higuera ha echado sus higos y las vides en ciernes dieron olor; levántate, oh amiga mía, hermosa mía y viene" … "Paloma mía, que estás en los agujeros de la peña, en lo escondido de escarpados parajes, muéstrame tu rostro, hazme oír tu voz, porque dulce es la voz tuya y hermoso tu aspecto".

    • Ella: "Yo dormía, pero mi corazón velaba; es la voz de mi amado que me llama; ábreme hermana mía, amiga mía, paloma mía, perfecta mía, porque mi cabeza está llena de rocío, mis cabellos de las gotas de la noche"… "Mi amado metió la mano por la ventanilla y mi corazón se conmovió dentro de mi"… "Yo me levanté para abrir a mi amado y mis manos, gotearon mirra que corría sobre la manecilla del cerrojo (Véase de que manera deliciosamente delicada se habla de la relación sexual entre ellos y de los sentimientos de la mujer en ese maravilloso momento. Debemos agregar que la versión portuguesa es más poética aún que la española; por ejemplo en la parte que dice: "mi corazón se conmovió dentro de mi", en aquella versión, traducida literalmente, se puede leer: "mis entrañas se estremecieron de amor por él". Nos parece que en este último caso, queda mucho más claramente expresado el hecho de que las palabras, aunque veladas, se refieren al contacto sexual entre los dos amantes).

    • El: "Tus ojos entre tus guedejas como de paloma; tu cabello como manadas de ovejas trasquiladas que suben del lavadero, todas con crías gemelas y ninguna entre ellas es estéril"… "Tus labios como hilo de grana y tu habla hermosa"… "Tus dos pechos como gemelos de gacela, que se apacientan entre lirios"… "Toda tú eres hermosa, amiga mía y en ti no hay mancha"… "!Cuán hermosos son tus amores, hermana mía, esposa mía; Cuanto mejores que el vino son tus amores! ¡Y el olor de tus ungüentos, que todas las especias aromáticas! Como panal de miel destilan tus labios ¡oh esposa! Miel y leche hay debajo de tu lengua y el olor de tus vestidos como el olor del Líbano"… "Tus renuevos son paraíso de granados, con frutos suaves, de flores de alheña y nardos; nardo y azafrán, caña aromática y canela, con todos los árboles de incienso, mirra y áloes, con todas las principales especias aromáticas"… "Eres la fuente de huertos, pozo de aguas vivas que corren del Líbano".

    • Ella: "Mi amado es blanco y bello, señalado entre diez mil"… "Su cabeza como oro finísimo, sus cabellos crespos, negros como el cuervo"… "Sus ojos como palomas junto a los arroyos de las aguas, que se lavan con leche, y a la perfección colocados"… "Sus mejillas como una era de especias aromáticas, como fragantes flores"… "Sus labios como lirios que destilan mirra fragante"… "Sus manos como anillos de oro, engastados en jacintos"… "Su cuerpo (en la versión portuguesa dice "su vientre"), como claro marfil cubierto de zafiros"… "Sus piernas como columnas de mármol fundadas sobre bases de oro fino"… "Su paladar, dulcísimo y todo él, codiciable"… "Tal es mi amado, tal es mi amigo, oh doncellas de Jerusalén".

    • El: "!Cuán hermosos son tus pies en las sandalias, oh hija de príncipe!" … "Los contornos de tus muslos son como joyas, obra de la mano de excelente maestro"… "Tu vientre como una taza redonda que no le falta bebida"… "Tu vientre como montón de trigo cercado de lirios"… "tus dos pechos como gemelos de gacela"… "tu cuello como torre de marfil, tus ojos como los estanques de Hesbón, tu nariz como la torre del Líbano que mira hacia Damasco"… "Tu cabeza encima de ti, como el Monte Carmelo y el cabello de tu cabeza como la púrpura del rey suspendida en los corredores" (la versión portuguesa es, nuevamente, mucho más expresiva que la española diciendo así en traducción literal: "los cabellos de tu cabeza son como la púrpura; el rey está preso por sus trenzas", lo cual tiene un significado bien más comprensible y también mucho más bonito). "

    • ! Que hermosa eres y cuán suave, oh amor deleitoso!… Tu estatura es semejante a la palmera y tus pechos a los racimos. Yo dije: subiré a la palmera, asiré sus ramas; deja (entonces) que tus pechos sean como racimos de vid y el olor de tu boca como de manzanas y tu paladar como el buen vino" (Los pechos de la mujer amada siempre fueron motivo de intensa atracción para los hombres, pero poquísimos se animaron a incluirlos en el arte poético; tal vez el peso del puritanismo y el temor de ser acusados de pornográficos haya impedido que la inspiración pasase al papel; con todo Salomón, consiguió hacerlo hace treinta siglos con una pureza de sentimientos inigualable).

    • Ella: "Yo soy de mi amado y conmigo tiene contentamiento"… "Ven, oh amado mío, salgamos al campo, moremos en las aldeas, levantémonos de mañana (para ir) a las viñas, veamos si brotan las vides, si están en ciernes, si han florecido los gramados, allí te daré mis amores"… "Las mandrágoras han dado olor, y a nuestras puertas hay toda suerte de dulces frutas, nuevas y añejas, que para tí, oh amado mío, he guardado" (Naturalmente son las "frutas" del amor)… "Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo; porque fuerte como la muerte es el amor; duros como el Seol los celos; sus brasas, brasas de fuego, fuerte llama"… "Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos"… "Si diese el hombre todos los bienes de su casa por este amor, de cierto lo menospreciarían" (Y la verdad es que en estos 3.000 años hemos progresado poco en términos de maduración interior: los "bienes" continúan siendo cada vez más importantes que el amor).

    Bellísimos fragmentos ¿no es verdad? ¿Pero percibieron una cosa? Lo que las más inteligentes feministas de final del siglo veinte (no las otras, que apenas quieren equiparación con las deformaciones y taras que los hombres hemos heredado a través de los siglos y de los milenios) levantan como ideal supremo, o sea la igualdad de auto-expresión, la igualdad en lo relativo al desarrollo y florecimiento de la personalidad, la igualdad en lo referente a la iniciativa amorosa, el equilibrio entre el amor dado y el amor recibido, la armonía esencial entre los sentimientos de los hombres y los sentimientos de las mujeres, ya era vivenciado por el rey Salomón y la reina de Saba, tres mil años atrás. Él era el esposo, el amante, el amigo, el hermano; ella era esposa, la amante, la amiga, la hermana. Los dos se fundían en uno solo, como el grano de polen y él óvulo lo hacen, en el transcendente misterio de la fecundación, transformándose después en la vibrante realidad que es el fruto.

    Hombres y mujeres del siglo XXI: seamos como aquellos antepasados gloriosos. Hagamos de cada pareja un nido espléndido, adornado con los cedros del Líbano, la rosa de Sarón y el lirio de los valles. Y sobre todo, obedezcamos al Maestro: "Amaos el uno al otro".Seamos los representantes del Creador en la Tierra.

    Ejercicio de aplicación

    Los fantasmas del miedo y del desánimo, cabalgan por el desierto, pero su corazón está calmo, sereno, en paz, porque está protegido por la sombra del Altísimo. Usted comprendió y aprendió que la realización afectiva, no es un golpe de suerte: ella es, esto sí, un resultado, una consecuencia de alguna causa primera. Y esa causa reside en usted y no en otro lugar.

    Si su mundo interior está impregnado de energías elevadas, de deseos altruistas, de sentimientos amorosos, de pensamientos constructivos, usted se constituye en una causa positiva. Pero aquel que satura su mundo interior con mezquindad, envidia, celos, odio y resentimiento, creará una causa negativa. La primera conducirá al amor correspondido, a la realización afectiva; la segunda, al desajuste, al sufrimiento y al fracaso sentimental.

    Mességué nos estimula a aprender a amar de nuevo, o sea, sacar todo el barniz artificial que la abrumadora vida moderna nos colocó encima. Él sugiere volver a una relación más tierna, más cálida, más profunda y más atenta para los pequeños detalles que hacen vibrar el alma humana. Un simple toque, una leve caricia, una mirada especial, una sonrisa radiante, pueden hacer más maravillas que un millón de palabras o una docena de libros especializados.

    Aprendamos de nuevo a amar es la nueva y maravillosa clave. Tentemos hacerlo lo mejor posible.

    Ejercicio No 6

    Durante la próxima semana, hacer lo siguiente:

    • a) Esté bien calmo, relajado y en un lugar aislado.

    • b) Haga un bello cuadro mental, donde todo sea bonito, agradable, armónico y radiante de amor.

    • c) Coloque dentro del cuadro alguien que represente su compañero (real o esperado).

    • d) Entre usted mismo en el cuadro mental.

    • e) Críe escenas tiernas, impregnadas de cariño, compañerismo y amor entre los dos.

    • f) SIENTA profundamente estas escenas, como si estuvieran aconteciendo (o sea, usted no debe sentir como si estuviera mirando una película y sí como si usted fuera el actor principal realmente representando en ella).

    • g) Demore cuanto desee, en su proceso de imaginación creadora y ¡desarrolle nuevos y rutilantes modos de amar!

    • h) Pare con la representación. Deje su mente en blanco, pasiva, por algunos minutos. Después levántese y dedíquese a sus actividades de rutina.

    • i) Observación: Las Monografías de este Gran Tema (Afectividad Humana), deben ser consideradas como un estímulo, una inyección de luz y esperanza para las personas que sufren de problemas afectivos. El autor, dentro de sus posibilidades, está dispuesto a enviarles, de forma totalmente gratuita, el libro completo, titulado "El Arte de Amar y Ser Amado", a todos aquellos y aquellas, que demuestren interés en los mensajes ofrecidos, a través de comentarios simples, enviados directamente a cualquiera de los contactos siguientes:,

     

     

    Autor:

    Prof. José A. Bonilla

    (Universidad de la República, Uruguay; Universidad Nacional de Tucumán, Argentina ,

    Universidad Federal de Minas Gerais, Brasil)

     

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