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La educación secundaria en la modalidad de la educación hospitalaria: España y Argentina (página 2)



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Hasta el momento, no existe formación inicial en relación con el campo de la Educación Hospitalaria desde el ámbito universitario (Gallardo y Tayara, 2009b). En la actualidad no hay en la educación universitaria o terciaria ninguna asignatura relacionada específicamente con el sector. Tampoco la materia de Educación Especial abarca contenidos del área; lo único que existe son pasantías (por parte del Gobierno de la Ciudad) que se pueden realizar por elección voluntaria del estudiante con formación de base en Educación, así como prácticas docentes y estudios de campo6. El perfil del docente en este área es fundamental y específico, con condiciones particulares que (si bien no se recogen en la normativa oficial) son indispensables para las buenas prácticas docentes y el desempeño del trabajo en general.

  • FORMACIÓN PERMANENTE DEL PROFESORADO EN LA EDUCACIÓN HOSPITALARIA

La formación continua es fundamental en el área de las Escuelas Hospitalarias, al constituir ésta una realidad muy cambiante con pluralidad de situaciones irrepetibles y gran variedad de casuística (Gallardo y Tayara, 2009a). Para la actualización profesional en Educación Hospitalaria, existe formación en los profesorados terciarios no universitarios y en institutos de formación docente, así como otros cursos ofrecidos por médicos del hospital a los docentes de cada servicio, una vez que ya ingresaron al cuerpo de la Escuela Hospitalaria, para que conozcan las cuestiones concretas inherentes a las diferentes enfermedades. También se ofrecen cursos por parte del Gobierno de la Ciudad, de los gremios, de las facultades y universidades como la Universidad de Buenos Aires (UBA), de la Fundación Telefónica y Chicos. net, de la universidad FLACSO y de CEPA que promueve posgrados. Existen cursos virtuales desde otros países, como España. En 2009, por ejemplo, se impartió un curso en Educared, por Telefónica, de forma gratuita.

En ocasiones existieron iniciativas de las Escuelas, como de la Escuela N° 2 que propuso jornadas de estudio, sin embargo no autorizadas por el Ministerio. Los docentes no cuentan con incentivos ni remuneración económica por su actualización, lo que claramente constituye un inconveniente al fin de dedicar horas extras al reciclaje de la formación. La ausencia de formación específica en la actualización lleva a iniciativas de menor categoría e importancia por parte de las propias Escuelas y centros docentes para no caer en el riesgo del ostracismo, como las charlas, conferencias (como las jornadas de la Semana de Educación Especial) y jornadas que aportan información puntual y cuya organización puede ser más escasa al tener que resultar autodeterminada.

En los cursos de capacitación en servicio actuales se pretende fomentar cada vez más el desarrollo del criterio del docente como profesional reflexivo. Es indiscutible la inherente especificidad de situaciones particulares en las Escuelas Hospitalarias que nunca acaba, puesto que siempre se mantiene la novedad de casos. La preparación y revisión de casos prácticos es fundamental, puesto que presentan al docente realidades de diversa índole, a veces duras y también controvertidas, ante las cuales éste puede adquirir una visión eminentemente crítica y aproximada de la fuerte implicación y carácter social de este trabajo (Gallardo y Tayara, 2009b).

Algunos Ministerios de Educación provinciales han comenzado a dar oportunidades de capacitación no solamente a nivel de formación docente sino también al de los maestros que trabajan en la actualidad. Tal vez en la Ciudad de Buenos Aires hay más movilización, sistematización y reflexión histórica sobre la cuestión, y esto también está condicionado por cantidad de docentes que hay en cada Escuela. De este modo, surge en Buenos Aires una fuerte necesidad desde el Ministerio del Gobierno de la Ciudad de formar profesionales.

La formación de los docentes en cada Escuela Hospitalaria toma la impronta del Director de cada una de ellas. Cuanto más inserto esté el Director en el área y más conocimiento y actualización tenga (lo cual está íntimamente ligado a su larga experiencia), mayor cantidad es el número de propuestas de acción formativa que puede ofrecer a los docentes, al haber establecido por lo general más lazos comunes con distintas Escuelas y centros de capacitación, así como con otros servicios de carácter profesional distinto dentro del hospital.

El contexto del Hospital Garrahan es distinto ya que la Fundación Garrahan, inserta en el propio hospital, tiene una relación muy directa con la Escuela, y a su vez ésta tiene dependencia de aquella. La Escuela ha mantenido sucesivos proyectos con la Fundación a lo largo del tiempo, regentando dicha Fundación uno de los cursos formativos realmente específicos (impartido por expertos que han trabajado en las Escuelas Hospitalarias durante mucho tiempo) dentro del área que nos ocupa, mientras que el curso habilitador obligatorio del CEPA ofrece formación impartida por especialistas de Educación Especial en general. Además, el curso de la Fundación tiene una modalidad virtual implantada recientemente. Este último curso imparte contenidos sobre educación y salud durante 752 horas de duración, teniendo por título "Educación y salud: el abordaje pedagógico del niño hospitalizado"7. Las herramientas metodológicas son siete módulos con los ejes temáticos propuestos; los ejes en torno a los que gira la formación son dos: uno procedimental y otro reflexivo. El curso cuenta con auspicios del Ministerio Nacional de Educación, del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, de la Dirección General de Educación de Gestión Privada del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, de UNESCO y de las provincias de Santa Fe, San Juan, Entre Ríos, Río Negro, Neuquén y Mendoza.

Para los cursos de actualización, existen varias sedes en la capital. El docente elige alguno que quiera realizar por iniciativa propia y tienen una puntuación máxima, como 0,25 ó 0,50 centésimas. En el año natural se pueden hacer cursos hasta un máximo de 0,60 puntos. También existen las Jornadas de Educación Hospitalaria y Domiciliaria a nivel nacional, que tienen lugar cada dos años, así como las Jornadas Multidisciplinares organizadas por los distintos Hospitales. Ambas constituyen una formación permanente actualizada y de calidad para los docentes, con participación de profesionales insertos en el sector. Estas Jornadas de carácter nacional tienen localización física en el Hospital Garrahan.

La concepción de la formación inicial específica en la actualidad, a pesar de los cursos existentes, no resulta suficiente ya que su brevedad impide conocer la realidad de los niños hospitalizados. Un factor beneficioso de cambio lo supondría la selección de muestras representativas acerca de situaciones problemáticas vividas, para lo que se contaría con la experiencia de las personas experimentadas en la docencia hospitalaria, y también ofrecimiento de anexos sobre la dinámica de estas situaciones a los alumnos de los cursos de capacitación. Quizás esto llegue a producir una comprensión más global del trabajo desarrollado en este sector. Siempre y cuando la formación inicial no mejore, la formación permanente puede amortiguar las lagunas docentes; de ahí, su radical importancia una vez que el docente accedió al puesto. El maestro requiere la conexión íntima con el equipo sanitario ya que no recibió formación médica antes de acceder al puesto; es el equipo médico quien le puede ayudar a conocer las situaciones de los niños y quien tiene recursos médicos en caso de accidentes o crisis.

Numerosos maestros postulan lo imprescindible de la actualización docente para el trabajo interdisciplinario con los diversos profesionales en los hospitales; es decir, la indiscutible importancia de una buena puesta a punto personal para que se llegue a ofrecer una buena imagen profesional al resto de personas, para seguir siendo docentes reflexivos y, al mismo tiempo, para lograr un mayor alcance y repercusión del trabajo compartido. Educar es transformar, y en esta línea, también la actualización y autoeducación de los docentes nunca debe terminar. Como se observa, existe capacitación para las áreas con dinámicas distintas para maestros de grado y curriculares, en cuanto que tienen lugar en espacios diferentes (unos se producen en el exterior del hospital y otros no).

A veces pueden observarse las controversias y disparidades que hay entre la norma y la necesidad para una determinada institución. Los docentes inciden en que, a veces, la perspectiva no está en lo que es más importante para la profesión; así, la puntuación es otorgada, en ocasiones, a cursos cuya formación no revierte tanta mejora a la formación profesional docente a diferencia de cursos mucho más sustanciosos pero sin reconocimiento.

En cuanto a las publicaciones, necesarias para la concesión de puntuación, el Ministerio también propuso en el pasado documentos con participación de la Dirección de Educación Especial que, aun habiéndose comenzado, por inconstancia y abandono de los promotores, se dejaron de lado y olvidaron, como unos Anales sobre Educación Especial y Educación Hospitalaria. A este tipo de cuestiones administrativas, se une el inconveniente de que los maestros históricamente no recibieron a lo largo de su formación una capacitación tendente a la investigación. En Argentina, la cuestión de ser investigador siendo docente tiene un reconocimiento muy difícil, ya que no se va a recibir un incentivo por investigar. Muchos docentes destacan asimismo la dificultad de seguir en la formación continua cuando los maestros regentan dos o más lugares de trabajo, entre otras condiciones laborales adversas. Por tanto, la investigación por parte de los docentes se ha realizado predominantemente cuando era imprescindible para su participación en jornadas, congresos, seminarios y reuniones de carácter interno o externo, o por voluntad expresa de la Directora de alguna de las Escuelas. De este modo, la dificultad que supone la vertiginosidad del trabajo docente queda de manifiesto en numerosas ocasiones.

Se ha instaurado una necesidad de sistematización de la investigación. En las Escuelas hubo varios intentos al respecto, pero se interrumpieron. La tarea es dura porque no hay compensación económica y lleva tiempo. En la actualidad, la Escuela adolece de una falta de documentación de las experiencias, que se pierden si no se escriben, y que ayudarían a entender otros casos infantiles en el futuro. Asimismo, no se han defendido tesis doctorales sobre Escuelas Hospitalarias en Argentina, a pesar de los numerosos beneficios que supondrían las investigaciones a distintos niveles en este campo de existencia tan antigua.

Sería loable en opinión de algunos profesionales que la Dirección de Educación Especial, conjuntamente con la Supervisión de Escuelas Hospitalarias y Domiciliarias, prevenga la desaparición de documentos mediante la creación de un registro y catalogación de archivos.

En el presente y mediano plazo, la representación de la modalidad Hospitalaria y Domiciliaria en el Ministerio de la Nación prevé trabajo en materia de políticas de formación docente para esta modalidad, mediante el Consejo Federal de Educación en concordancia con el Instituto Nacional de Formación Docente (INFOD).

  • ACCESO A LA PROFESIÓN DOCENTE EN LA EDUCACIÓN HOSPITALARIA

El acceso a las Escuelas Hospitalarias tiene lugar por medio de la posesión del título de maestro común normal regular (en los docentes antiguos, maestro normal nacional) en cualquiera de sus especialidades, más la formación inicial específica y habilitadora en el área. Hay formación terciaria universitaria y no universitaria para conseguir este título. Es importante destacar que, en las Escuelas Hospitalarias argentinas, los nombramientos no vienen asociados al número de camas, sino que vienen motivados por la presentación de Proyectos por la Escuela que requieren un determinado número de profesionales para llevarlos a cabo. Por ello, la Dirección de cada una de las Escuelas Hospitalarias es la que realiza peticiones para recabar un número óptimo de plazas para docentes que desarrollen los proyectos, por medio de la comunicación con la Administración. Otro aspecto clave es que, con el acceso, se obtiene plaza interina en el sector hospitalario; no se trata de una comisión de servicios con plaza definitiva en centros ordinarios.

Los docentes dependen del Ministerio de Educación de cada jurisdicción provincial o del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que establece los concursos. Existe una Junta de Clasificación mediante la cual los maestros son evaluados por títulos, por sección y antigüedad, y todo ello está contemplado en el Estatuto del Docente. Existen diversas Juntas de acuerdo con los distintos sectores educativos. La Junta de Clasificación depende del antiguo Secretario de Educación (hoy, Ministro de Educación). Las labores de la Junta de Clasificación son otorgar la puntuación (a su vez, la Comisión de Títulos califica los cursos y títulos), elaborar listados con las calificaciones de la Comisión de Títulos, examinar los cursos y títulos presentados, clasificar uno por uno a los docentes y elaborar las listas; finalmente, la Junta llama a concurso en base a los órdenes de méritos.

Como los docentes han aportado, destaca la dureza del trabajo donde existen compañeros que son representantes políticos con intereses diferentes a los de la práctica educativa. Al mismo tiempo, la constitución y forma de trabajo descritas en la Junta deja entrever que en ocasiones se ha buscado la concesión de mayor número de licencias a efecto de obtener comodidades laborales para algunas personas. En la actualidad, el ingreso a la docencia se produce por antecedentes, pero para formar parte del equipo directivo se requiere un número de antecedentes más una oposición, es decir, estar en los mejores lugares de la lista y concursar. En el caso del acceso a la Dirección, se debe ascender en el orden de méritos por título y por antigüedad, además de aprobar un concurso-oposición con tres exámenes. Suelen ser muchos los candidatos que se presentan a este concurso. El concurso-oposición cuenta con tres fases: una teórica, una con observación de clase y otra de carácter oral, donde se examina al docente acerca de la resolución de situaciones concretas.

ALGUNAS CONSIDERACIONES COMPARATIVAS

  • SOBRE LA UBICACIÓN Y ORGANIZACIÓN DEL SERVICIO DE EDUCACIÓN HOSPITALARIA

En Madrid, la Educación Hospitalaria pertenece al área de "Atención Educativa al Alumnado Enfermo", la cual comprende los servicios de Aulas Hospitalarias (AA. HH.), Centros Educativo-Terapéuticos (C.E.T.) y Servicio de Apoyo Educativo Domiciliario (S.A.E.D.). En Buenos Aires, las Escuelas se ubican en el área de "Escuelas Hospitalarias y Domiciliarias", que actualmente es una modalidad transversal a todos los niveles educativos, uno de los cuales sería la Educación Especial. De este modo podemos concluir que en los dos países no hay un área exclusiva para la Educación Hospitalaria, siendo frecuente que se englobe en un solo área con otros tipos de educación al niño enfermo o convaleciente.

La legislación más específica en Madrid correspondería a las Instrucciones de la Dirección General de Educación Infantil y Primaria para el funcionamiento de las Unidades Escolares de Apoyo en Instituciones Hospitalarias de la Comunidad de Madrid, de diciembre de 2010, que englobarían tanto la Educación Hospitalaria de la D.A.T. Madrid-Capital como de la D.A.T. Madrid-Sur; el organismo responsable de las Escuelas es la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid. Sin embargo, en Buenos Aires se cuenta con una versión preliminar de Lineamientos Curriculares sobre la Modalidad Hospitalaria y Domiciliaria, que son específicos para el sector, desde diciembre de 2010; la Ley de Educación Nacional prevé la existencia de este área en una modalidad particular fuera de la Educación Especial.

Si estudiamos comparadamente el número y tipo de hospitales con servicio de Escuela Hospitalaria en las dos ciudades, podemos determinar que Madrid cuenta con seis hospitales, siendo uno de ellos pediátrico y el resto generales con camas pediátricas; Buenos Aires cuenta con tres hospitales pediátricos, aunque el resto de hospitales (generales) tienen atención educativa desde la modalidad de Educación Domiciliaria debido a que no siempre cuentan con gran cantidad de niños enfermos. Buenos Aires es la capital que más pediátricos tiene (tres), mientras que Madrid tiene sólo uno.

Una vez expuestas la cantidad de hospitales y de sus Escuelas, conviene aclarar que en España y Argentina la Educación Hospitalaria se entiende como un servicio educativo que presta atención a niños con patologías físicas o somáticas y psiquiátricas. En concreto, las Escuelas Hospitalarias madrileñas ofertan educación a distintas especialidades, entre las que se encuentra la de Psiquiatría como una más. En Buenos Aires, la Escuela Hospitalaria atiende a todos los niños hospitalizados, que pueden tener afecciones psiquiátricas, aunque habitualmente estos niños suelen solicitar atención a las Escuelas de recuperación, centros educativos para niños con trastornos emocionales severos (CENTES) y otros; conviene destacar que no existen rupturas tan nítidas entre lo físico y lo psíquico dentro de la Educación Hospitalaria.

La cantidad de docentes actuales de las Escuelas Hospitalarias es de: once en Madrid incluyendo los del S.A.E.D., ya que éstos se encuentran adscritos al Aula Hospitalaria y deben dar clase en el hospital si no tienen alumnos convalecientes en su domicilio; sesenta en Buenos Aires. Las rotaciones de los docentes por las distintas especialidades atendidas por la Escuela no existen en Madrid, pero sí en Buenos Aires donde éstas se fomentan por la Dirección Escolar cada curso académico con el fin de que todos los docentes de la Escuela Hospitalaria conozcan todas las áreas en que desarrolla su tarea la atención educativa, por lo que en Buenos Aires los docentes conocen de modo más integral la atención de la Escuela en el hospital.

Las especialidades de los maestros en las diversas Escuelas Hospitalarias son divergentes. En Madrid, sólo son maestros de Educación Primaria o de Educación Especial, puesto que la ley no determina una trayectoria concreta; las plazas no están creadas, por lo que los maestros generalistas asumen las materias de los especialistas; asimismo, hay maestros de Educación Secundaria no obligatoria, uno para cada ámbito, que atienden exclusivamente en Psiquiatría. Buenos Aires cuenta con diversidad de maestros especialistas: maestros de jardín de infantes, maestros de grado, maestros de Educación Secundaria, maestros curriculares de Música, Plástica, Tecnología, Educación Especial y Educación Física, así como un maestro para cada una de las áreas de ajedrez, teatro, inglés y computación; en Argentina, los cargos se denominan "cargos sala múltiple" debido a que cada maestro debe ser responsable de todos los saberes escolares de los niños ingresados en una zona concreta y asignada del hospital; junto a los maestros, hay Estimuladores Tempranos y Estimuladora Visual.

La atención de los alumnos de Educación Secundaria queda a cargo en España de docentes de Educación Secundaria que atienden sólo en Psiquiatría desde 3º de E.S.O. hasta 2º de Bachillerato, al tiempo que una docente de Educación Primaria se encarga de 1º y 2º de E.S.O. en Psiquiatría (los últimos dos cursos de la antigua E.G.B.); la atención a alumnos de 1º a 4º de E.S.O. en el resto de especialidades médicas se lleva a cabo por todo el resto de docentes del Aula, que son de Educación Primaria o Especial. En Argentina, la atención a toda la Educación Media (Educación Secundaria) hasta los 18 años es obligatoria para toda la población, encontrándose a cargo de docentes que dependen de la Dirección de Educación Especial y distintos de los del resto de la Escuela Hospitalaria; los profesores contratados para atender la franja de Educación Secundaria imparten bloques de materias relacionadas; conviene destacar además la controversia existente en Argentina debido a los sistemas educativos diferentes de las jurisdicciones provinciales, que dificultan la atención educativa cuando los niños se trasladan de una a otra.

  • FORMACIÓN DEL PROFESORADO Y ACCESO A LA PROFESIÓN DOCENTE EN LA EDUCACIÓN HOSPITALARIA

Podemos afirmar que existen cursos de formación inicial en los contextos español y argentino, si bien en el español dicha formación tiene lugar tras el acceso del docente a la plaza en la Escuela Hospitalaria, mientras que en el argentino se realiza previamente. Destaca la ausencia de formación docente específica para el nivel secundario en ambos casos. Además, en los dos contextos, la toma del curso de formación es obligatoria, aprobándose éste mediante la realización de trabajos, a cargo de centros de formación de profesorado independientes de las universidades. La formación de los dos cursos es más teórica que práctica y con más profesionales de Educación Especial o especialistas que de las propias Escuelas Hospitalarias en el contexto argentino. El curso es presencial en ambos países y para su realización es obligatorio poseer un título de tres años o más en Educación. Sólo existe una asignatura universitaria ligada al campo de la Educación Hospitalaria en Madrid, aunque en ambas ciudades hay trabajos prácticos y de investigación. Otras diferencias serían la gratuidad del sistema educativo superior en Argentina y la formación adicional para plazas especializadas, como las de Estimulación Temprana.

Respecto a los cursos de formación, puede decirse que en los dos contextos son ofrecidos por organismos de capacitación no universitarios, como el C.R.I.F. (Madrid) y el Gobierno de la Ciudad o el CEPA (Buenos Aires); en todos ellos se otorga puntuación. La formación continua en universidades tiene lugar en Buenos Aires mediante cursos de Educación Especial en general, sin vínculo específico con la Educación Hospitalaria (con excepciones como la del curso de la Fundación Garrahan). En todos los países los respectivos hospitales imparten cursos de formación continua o actualización, mediante Jornadas Médicas (Madrid), Jornadas Multidisciplinares de los hospitales (Buenos Aires) y otras actuaciones; es importante destacar que los Departamentos de Psiquiatría suelen ofrecer en todas las ciudades, debido a las particulares condiciones de algunos de sus alumnos, formación especializada a los docentes que trabajan en ellos, constituyendo estos Departamentos los que más relación tienen con la parte educativa de cada hospital. En ambas ciudades se organizan reuniones de especialistas para el intercambio de experiencias, siendo el Congreso Nacional de Pedagogía Hospitalaria bianual en Madrid y las Jornadas Nacionales de Educación Hospitalaria y Domiciliaria de carácter bianual en Buenos Aires. En general, falta carácter científico en la formación continua otorgada, ya que no se considera la investigación como una parte imprescindible de la docencia. Conviene aclarar que el contexto argentino no cuenta con ninguna Tesis Doctoral defendida; sin embargo, España tiene trece Tesis, aunque muchas veces éstas se centraron en aspectos médicos o psicológicos.

En cuanto al acceso a la profesión, España exige un título de maestro sin concreción clara de una especialidad para el acceso a las plazas de la Escuela Hospitalaria, lo que no sucede en Argentina, donde se especifica qué tipo de especialista se precisa. Mientras en España se prefiere formación adicional en Educación Especial de los docentes, en Argentina se requiere, además del título de maestro, el curso habilitador para la Educación Hospitalaria. En España exclusivamente se requiere una oposición docente aprobada de ingreso en el sistema educativo público, ligada al nivel del sistema exigido. Además, en este país, se requiere tener bastante puntuación y acceder de forma voluntaria; en el contexto porteño, la Junta de Clasificación y la Comisión de Títulos evalúan y puntúan las trayectorias de los candidatos. En el contexto español, el carácter de las plazas es en Comisión de Servicios, asociándose los nombramientos al número de camas; en Argentina, los nombramientos se asocian a las plazas necesarias para cubrir todos los proyectos escolares. Finalmente, los equipos directivos que toman poder en la Escuela Hospitalaria argentina tienen relación previa con el área de las Escuelas Hospitalarias, lo que no sucede en España. El sistema más estricto desde un punto de vista objetivo es el argentino, donde se necesitan aprobar los exámenes selectivos.

A MODO DE CIERRE

Podemos concluir el artículo indicando que la Educación Hospitalaria de nivel secundario todavía no se ha instalado completamente en ninguno de los dos países seleccionados para este trabajo, faltando cierto desarrollo en lo que atañe a la especificidad de su alumnado: los adolescentes hospitalizados. A pesar de constituir uno de los niveles educativos más reformados en las últimas décadas, dichas transformaciones sistémicas no han alcanzado aún a esta modalidad educativa (Molinari y Ruiz, 2009). Ciertamente, la organización de la educación hospitalaria secundaria con entidad institucional y organización específica repercutirá en la formación de los docentes así como también en los regímenes de supervisión del servicio por parte de las autoridades educativas. Ello repercutirá en las propuestas curriculares implementadas en el Aula y en la Escuela Hospitalarias, algo que parece que aún no se abordó de manera sistémica en ninguno de los dos casos analizados. Lo cual supone nuevos desafíos académicos y para la formación de los docentes de los jóvenes que asisten a la Educación Hospitalaria de nivel secundario en el mediano plazo.

1 El listado de las Tesis defendidas en orden cronológico es el siguiente: Del Pozo, 1991; Lizasoáin, 1991; Ochoa, 1996; D"Angelo, 1997; Fernández, 1999; Alcaide, 2001; Serradas, 2002; González, 2002; Calvo, 2002; Ávila, 2005; Carrasco, 2008; Albar, 2010; Castillo, 2011; García Álvarez, 2012, autor del presente artículo.

2 Es decir, poseen su cargo permanente/regular.

3 De acuerdo con los documentos institucionales de la Escuela Hospitalaria número 2, los talleres son Lineamientos pedagógicos que integran el arte en la educación, promoviéndose la creatividad y la metodología del encuentro entre la educación y el juego.

4 En 2009, las áreas que se abordan son: Lengua y Literatura, Ciencias Exactas, Ciencias Sociales, Ciencias Naturales, Contable y Artística.

5 Este servicio de enseñanza secundaria pasó a depender en 2010-2011 de las dos Escuelas Domiciliarias existentes en la Ciudad (la número 1 y número 2), formando parte del mismo 20 profesionales por cada Escuela: 17 profesores de Educación Secundaria, 2 asesores psicopedagógicos y 1 coordinador psicopedagógico. Para el ejercicio 2012, se solicitaron 10 nuevos cargos de profesores de Educación Secundaria para cada una de las dos Escuelas Domiciliarias.

6 Sin embargo, con la aprobación de la Ley de Educación Nacional en 2006, se dispuso que cada una de las modalidades del sistema educativo tuviese Lineamientos Curriculares nacionales para la formación de profesorado respectiva. Al ser la Educación Hospitalaria y Domiciliaria una de las ocho modalidades dispuestas por esta Ley, se encuentran en elaboración los Lineamientos Curriculares nacionales para la formación de profesores en esta especialidad, habiéndose publicado una versión preliminar.

7 El curso de capacitación del Hospital Garrahan surge como respuesta a las nuevas demandas del personal docente: falta de tiempo para asistir a cursos, gastos por los mismos y problemas en relación con la búsqueda de bibliografía (Gallardo y Tayara, 2009b). Así, se ha flexibilizado enormemente el sistema de educación.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Gallardo, M. T. y Tayara, G. (2009b), Pedagogía Hospitalaria. Manual del curso sobre Pedagogía Hospitalaria. Buenos Aires: Fundación Garrahan.

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Molinari, A. y Ruiz, G. (2006). Políticas Educativas y estructura académica del sistema educativo. Su organización inicial. Trabajo presentado en el VIII Congreso Iberoamericano de Historia de la Educación Latinoamericana. Contactos, cruces y luchas en la historia de la educación latinoamericana, celebrado en Buenos Aires, 30 de octubre a 2 de noviembre.

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Trilla, J. (1998). La educación fuera de la escuela. Ámbitos no formales y educación social. Barcelona: Ariel. Viñao, A. (2002). Sistemas educativos, culturas escolares y reformas. Madrid: Morata.

 

 

Autor:

Antonio García Álvarez

Su formación de Posgrado comprende un Doctorado en Educación con Mención Internacional (UAM, 2012) calificado de Apto Cum Laude (por Unanimidad) y un Master en Calidad y Mejora de la Educación (UAM, 2008), habiendo realizado a lo largo de dicho proceso diversas estancias de investigación en Argentina, Australia, Suecia, Reino Unido y Alemania. A lo largo de su formación previa ha obtenido los títulos de Licenciado en Psicopedagogía (UAM, 2007), Diplomado en Educación Musical (UAM, 2004).

Desarrolla labores de investigación en un Grupo de Investigación Consolidado de la Universidad de Buenos Aires; ha estado vinculado como Investigador contratado FPU en la Universidad Autónoma de Madrid, al tiempo que desempeña tareas docentes en diversas materias del área de Didáctica y Organización Escolar en el Departamento de Didáctica y Teoría de la Educación. Trabaja en líneas de investigación ligadas tanto a la Educación Comparada como a la Educación Especial. Algunos de los temas clave en su formación son: Derecho a Educación, Atención a la Diversidad, Escuelas Hospitalarias y Perspectivas Internacionales y Comparadas.

Revista Latinoamericana de Educación Comparada. RELEC. ISSN 1853-3744 Sociedad Argentina de Estudios Comparados en Educación (SAECE)

Universidad de Buenos Aires, Argentina

Universidad Autónoma de Madrid, España

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