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Zoonosis de impacto en la salud pública



Partes: 1, 2

Monografía destacada

  1. Contraportada
  2. Resumen
  3. Introducción
  4. Importancia de las zoonosis para la salud pública
  5. Tenencia de animales y salud pública
  6. La salud animal en el contexto urbano
  7. Criterios para la definición de las zoonosis
  8. Enfermedades zoonósicas de mayor incidencia en el país
  9. Algunas de las enfermedades zoonósicas no reportadas en Cuba
  10. Relación de animal hombre en países subdesarrollados y desarrollados
  11. Bibliografía

Contraportada

En este documento se describen algunos de los factores determinantes para que surjan enfermedades zoonósicas, se demuestra la importancia de la creciente interfaz entre el hombre, la fauna doméstica y la salvaje, se pasa revista a una serie de importantes enfermedades zoonósicas bacterianas, virales y parasitarias y a algunas de sus cambiantes características principales, se examina algunas consecuencias que esas enfermedades tienen para el hombre, se insisten en la necesidad de nuevos instrumentos científicos para lograr una mayor divulgación de todos estos problemas. La información que ofrece el documento pudiera ser de utilidad a médicos y técnicos en la rama veterinaria; productores y estudiantes de la carrera de las Ciencias Agropecuarias

Resumen

Las zoonosis que son típicamente endémicas ocurren en forma natural, sin embargo los cambios ecológicos y meteorológicos pueden promover una expansión de las mismas. Su distribución, forma de transmisión y difusión hacen que las medidas a tomar contra estos flagelos sean mucho más complejas que las que se toman contra las enfermedades infecciosas no zoonóticas. Estas estrategias no pueden ser solo tomadas aisladamente sino que debe involucrar a profesionales especialistas en la materia, procurando brindar la infraestructura necesaria para poder cumplimentar con el control y erradicación de este tipo de enfermedades .En este documento se describen algunos de los factores determinantes para que surjan enfermedades zoonósicas, se demuestra la importancia de la creciente interfaz entre el hombre, la fauna doméstica y la salvaje, se pasa revista a una serie de importantes enfermedades zoonósicas bacterianas, virales y parasitarias y a algunas de sus cambiantes características principales, se examina algunas consecuencias que esas enfermedades tienen para el hombre, se insisten en la necesidad de nuevos instrumentos científicos para lograr una mayor divulgación de todos estos problemas.

También se ponen de manifiesto el carácter mundial de las zoonosis y el alcance y la magnitud, mayores que nunca, de su influencia en la salud humana y sanidad animal.

Palabras claves:zoonosis,saludenfermedades emergentes publica,

Introducción

Hoy en día, las zoonosis representan un gran porcentaje de las enfermedades descritas en numerosos países. Ellas constituyen el origen de pérdidas económicas considerables debido a los altos costos que producen a nivel de la salud humana y animal.

Las zoonosis son enfermedades poco conocidas por la población. Hay desconocimiento y confusión acerca de lo que son en realidad estas enfermedades, sus mecanismos de transmisión, los efectos en el ser humano y las medidas de prevención.

El término zoonosis se relaciona con las raíces griegas zoos, animal y gnosis, enfermedad. Su origen se atribuye a Rudolf Virchow, quien en el siglo XIX aplicó este vocablo para aquellas enfermedades compartidas entre el hombre y los animales (Schwalbe 1969).

El concepto de zoonosis es definido por la OMS en 1956, como aplicable a cualquier enfermedad que de manera natural es transmisible de los animales vertebrados al hombre, siendo modificado en 1959 por el comité de expertos de la OMS, para denominar así a las enfermedades que se transmiten entre los animales y el hombre, con ello se pretendió adjudicarle un sentido más amplio (Schwalbe 1969 y Britain 1988).

Las zoonosis que son típicamente endémicas ocurren en forma natural, sin embargo los cambios ecológicos y meteorológicos pueden promover una expansión de las mismas. Su distribución, forma de transmisión y difusión hacen que las medidas a tomar contra estos flagelos sean mucho más complejas que las que se toman contra las enfermedades infecciosas no zoonóticas. Estas estrategias no pueden ser solo tomadas aisladamente sino que debe involucrar a profesionales especialistas en la materia, procurando brindar la infraestructura necesaria para poder cumplimentar con el control y erradicación de este tipo de enfermedades (Gil et al. 2000).

La estrecha convivencia con los animales y los riesgos que ésta implica desde el punto de vista sanitario y zoosanitario, son eventos que solo a través de un acercamiento sistemático y sensible, permitirá su identificación, en ese sentido las técnicas de observación, en relación con los patrones implícitos en la tenencia y manutención de los animales por parte de la comunidad, son sin duda alguna, un excelente recurso metodológico para conocer las prácticas cotidianas que definen estos riesgos.

Una zoonosis, más que un caso de enfermedad transmisible, requiere ser visto como la manifestación de un complejo, en el que la enfermedad es solo la resultante de un proceso en el que convergen diversos factores, relacionados con las variables epidemiológicas de tiempo, espacio y población, pero también con las de carácter económico, social y específicas de orden cultural.

Es evidente que las zoonosis son solo la manifestación de un problema que más que de salud animal, es de Salud Pública, que no pueden ser delimitadas al organismo de un animal doméstico o silvestre, pero que en cambio, como fenómeno que atañe a la salud, solo puede ser cabalmente contextualizadas en una perspectiva ambiental.

Resulta de fundamental importancia que la Salud Pública Veterinaria, que es la parte de la Salud Pública a la que corresponde la atención de las zoonosis plantee y aborde el tema, ya no desde la perspectiva biológica, sino desde una perspectiva ambiental, en donde también quedan incluidos los aportes de las ciencias sociales.

Es un hecho bastante claro que el estudio de las zoonosis está en alza y en los últimos años ha ido ocupando poco a poco el lugar que sin duda le corresponde.

En este trabajo, se describen algunos de los factores determinantes para que surjan enfermedades zoonósicas, se demuestra la importancia de la creciente interfaz entre el hombre, la fauna doméstica y la salvaje, se pasa revista a una serie de importantes enfermedades zoonósicas bacterianas, virales y parasitarias y a algunas de sus cambiantes características principales, se examina algunas consecuencias que esas enfermedades tienen para el hombre, se insisten en la necesidad de nuevos instrumentos científicos para lograr una mayor divulgación de todos estos problemas.

También se ponen de manifiesto el carácter mundial de las zoonosis y el alcance y la magnitud, mayores que nunca, de su influencia en la salud humana y sanidad animal.

La notable convergencia entre salud humana y sanidad animal ha abierto nuevas oportunidades y desafíos a la profesión veterinaria. Ésta, además, tiene ahí un recordatorio permanente de que salvaguardar la salud de los animales es también un elemento básico para proteger la de los hombres.

Importancia de las zoonosis para la salud pública

Las enfermedades infecciosas han influido considerablemente en el curso de la historia del hombre y, según todos los indicios, seguirán haciéndolo a escala planetaria. Hay una serie de fuerzas motrices y cambios sociales que están generando una coyuntura inédita y muy propicia a la extensión e incluso aceleración de un subconjunto de esas enfermedades que denominamos zoonosis emergentes o reemergentes. (Vallat 2004).

El ser humano ha adoptado nuevos comportamientos y modos de vida, y al hacerlo ha incrementado el riesgo de verse expuesto a patógenos zoonóticos. Entre los factores que han favorecido la aparición y persistencia de esos microorganismos figuran la evolución de la medicina y la industria, el envejecimiento de la población, un mayor número de individuos inmunodeficientes, el auge de la urbanización en el mundo entre otras (Vallat 2004).

Según Vallat (2004) las zoonosis emergentes pueden surgir en cualquier lugar del mundo y acarrear graves consecuencias. La interdependencia de personas y animales y los numerosos factores que condicionan esa relación se han combinado para crear un terreno propicio a la aparición de patógenos zoonóticos. Las recientes epidemias de SRAS, virus "West Nile" o influenza aviar demuestran la importancia de las enfermedades emergentes en todo el mundo y el relevante papel de los servicios veterinarios a la hora de prevenir, detectar, diagnosticar, vigilar y atajar esas enfermedades y llevar a cabo la labor de investigación necesaria para hacerles frente. Por otra parte, las zoonosis emergentes de importancia para la salud pública también encierran un aleccionador mensaje sobre los estragos socioeconómicos y comerciales que las enfermedades de este tipo pueden causar. Para hacer una evaluación global de las zoonosis se debe considerar primero la calidad de la información, que debe ser completa y actualizada, aspecto que mucho depende de las posibilidades técnicas y de los recursos de que dispone la entidad que la genera, así como también de las condiciones sociales y políticas que existen en el ámbito del que proviene.

Existe entre la salud animal y la salud humana una estrecha relación, en esta interacción hay que tener en cuenta el panorama epidemiológico y el componente epizootiológico, tanto de los animales domésticos como de la fauna silvestre. De igual manera es importante considerar que el daño a la salud que las zoonosis representan, no corresponde únicamente a la que se conoce a través de los casos que clínicamente y por laboratorio se diagnostican, es de suponer que algunos de los casos de zoonosis, pueden cursar de manera subclínica y como consecuencia nunca ser diagnosticados, seria difícil determinar objetivamente cual es la carga microbiológica y parasitaria que las zoonosis representan en el desequilibrio del sistema inmune, como predisponente de otras muchas enfermedades no zoonóticas, sobre todo en la población infantil considerada como de alto riesgo en este rubro infectológico (Vallat 2004).

Se puede considerar que, un elemento útil y disponible para conformar un panorama de la situación que las zoonosis representan para la Salud Pública, son los informes que la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud (1990, 1994 y 1998) ofrecen a través de:"Las Condiciones de Salud en las Américas", que las zoonosis de mayor importancia en América, y más específicamente para América Latina, están referidas a Rabia, Brucelosis y la Tuberculosis Bovina. Todo ello en un marco de trascendencia económica para el sector pecuario por las pérdidas económicas que representan para su industria, y en forma concomitante, como un factor de impacto para la salud pública.

Se agregan a este panorama la Teniasis y la Cisticercosis, la Hidatidosis la Encefalitis Equina, Leptospirosis, la Triquinosis. Sin embargo, habrá de tomarse en cuenta que la Organización Panamericana de la Salud (1992), refiere más de 200 enfermedades conocidas que son transmisibles entre animales y humanos, involucrando diferentes vías: contacto directo, mordedura, arañazos, inhalación, contaminación de alimentos, agua, leche, contacto con orina o heces o por vectores artrópodos, además de las zoonosis antes señaladas, debe considerarse la posibilidad de la presencia de otras que también afectan, aunque en menor monto, a la población animal y concomitantemente a la humana.

Tenencia de animales y salud pública

Se establece para la transmisión de una zoonosis de un animal a un humano, que ésta puede ser por vía directa o indirecta. La relación directa se da cuando se convive circunstancial o sistemáticamente con los animales, caso que se aplica principalmente a las mascotas o animales de compañía como perros y gatos, pero que también puede tratarse de otras especies domésticas como aves canoras o de ornato, aves de corral, cerdos, bovinos, equinos, y eventualmente otras menos típicas como primates, roedores, reptiles, aves y mamíferos silvestres, especies todas que representan potencialmente, fuentes de contagio para el hombre de una gama amplia de zoonosis. Este tipo de zoonosis, se relaciona con quienes por una afición o por una necesidad enmarcada en una determinante social, económica o cultural, conviven con los animales y el ámbito común es el medio urbano y en muchos casos el doméstico (Nuñez 1992).

Una gran parte de las zoonosis más conocidas corresponden a este tipo, particularizándose en las de etiología viral como la Rabia, Fiebre Hemorrágica; bacterianas como algunas stafilococosis y clostridiasis; micosis y riquetsiosis como la dermatofitosis y la psitacosis; sin exceptuar a las parasitarias como la Toxoplasmosis y la Sarna (Acha y Szyfres 1986 y Núñez 1992).

La relación de carácter indirecto es atribuible a aquellas zoonosis, cuyo ciclo de transmisión debe integrarse a través de la intervención de diferentes elementos del medio ambiente como suelo, agua, alimentos, materia orgánica proveniente de los animales y vectores que intermedian el contacto, que de acuerdo con lo que previamente ha sido establecido corresponden indistintamente a las categorías de metazoonosis, saprozoonosis o ciclozoonosis, Schwalbe (1969). Estas son abundantes en etiología y versátiles en su forma de transmisión como la Leptospirosis, Brucelosis, Hidatidosis, Encefalitis Equina, Filariasis, Chagas, Hidatidosis, Dipilidiasis, etc. (Acha y Szyfres 1986).

Por último, debe considerarse el caso de aquellas otras zoonosis que pueden ser transmitidas, lo mismo de manera directa que indirecta, incluidas en ellas varias de las mencionadas anteriormente (Schwalbe 1969, Acha y Szyfres 1986).

De las potenciales situaciones de contagio, derivadas de la presencia de los animales en un medio común para animales y humanos, se puede diferenciar entonces aquel contacto que de manera voluntaria se establece, como es el caso de quienes poseen animales como resultado de un interés solo estimativo, y que se ejemplifica en las mascotas o, por una circunstancia en la que media el interés económico y de servicio, correspondiendo ésta a animales de trabajo, guardia o proveedores de algún producto de consumo. Debe hacerse énfasis en la circunstancia que implica el contacto involuntario e ignorado, resultado de la convivencia con los animales por vecindad o por el uso de espacios comunes, como sucede en patios, calles y los parques públicos, en donde el suelo, al agua y hasta el aire, sirven para hacer posible este contagio. Un ejemplo típico de estos casos son las ascaridiasis atribuibles a Toxocara canis (Schantz y Glickman 1983 y Zárate – López 1990).

Se establece que las zoonosis se pueden transmitir a partir de los mismos animales, otras formas de vida o bien, a través de vehículos y materia inerte, el riesgo de contraer una zoonosis no está definido por la posesión o no de los animales, simplemente se refiere a un hecho epidemiológico de carácter ambiental y por lo tanto, a un evento definible como riesgo, que adquiere características particulares en el contexto urbano (Schantz y Glickman 1983 y Zárate – López 1990).

La salud animal en el contexto urbano

La disponibilidad de agua, de alternativas para la disposición de los desechos, de ventilación, espacio e infraestructura de alojamiento, son requerimientos que no se satisfacen o están severamente limitados en las ciudades, lo mismo que la posibilidad de producir o disponer de alimentos adecuados para los animales, que generalmente tienden a ser más escasos y más caros en el medio urbano. Todos estos hechos en su conjunto, se traducen en condiciones desfavorables que propician un aumento en la susceptibilidad de los animales para desarrollar y para transmitir, diversas enfermedades zoonóticas y no zoonóticas, muchas de las cuales no se presentan con la misma frecuencia e intensidad en el campo (Schantz y Glickman 1983).

En la misma medida en que aumenta el riesgo para la salud humana, aumenta consecuentemente el riesgo para la salud animal, fenómeno este último que se revierte hacia la población en un plano de consideración eminentemente ambiental de incumbencia para la Salud Pública Veterinaria, considerando que no es necesario convivir con un animal para estar en riesgo de contraer una zoonosis, puesto que son condiciones dependientes del ambiente las que definen este riesgo, el mismo puede estar referido a una, o a varias zoonosis diferentes, dependiendo de la especie animal y de la forma en que ésta se transmita (Schantz y Glickman 1983).

Criterios para la definición de las zoonosis

Zoonosis (del griego zoon: animal, son enfermedades infecciosas transmisibles desde animales vertebrados al ser humano bajo condiciones naturales. Los agentes infecciosos involucrados incluyen bacterias, virus, parásitos, hongos y rickettsias, entre otros. Estas infecciones, según su ciclo, pueden ser clasificadas como sinantrópicas cuando tienen un ciclo urbano o exoantrópicas, cuando el ciclo es selvático. Algunas zoonosis pueden presentar ambos ciclos como por ejemplo la enfermedad de Chagas (Dabanch 2003).

El Diccionario Terminológico de Ciencias Médicas (1984) define la zoonosis como el estado morboso producido por parásitos animales.

Según Schwalbe (1969), una mejor definición incluso en una perspectiva operativo- administrativa sería la siguiente: "Las zoonosis son aquellas infecciones e infestaciones que en la naturaleza comparten el hombre y otros animales vertebrados inferiores".

Las zoonosis se pueden clasificar atendiendo a distintos criterios, quizá la clasificación más conocida se realiza según la frecuencia y la gravedad de la enfermedad en el hombre. Zoonosis Mayores: son aquellas zoonosis que se caracterizan por ser las más frecuentes o bien las más graves, por ejemplo la rabia y la tuberculosis. Zoonosis Menores: generalmente se caracterizan por ser raras o bien por presentar un proceso clínico en el hombre de tipo benigno: fiebre Aftosa y enfermedad de Newcastle. Zoonosis Excepcionales: se presentan de forma esporádica como la encefalitis B. (Martínez – Conde 1975).

De acuerdo con Gil y Samartino (2000) las Zoonosis se clasifican en:

Zoonosis directa: no significa que sea de transmisión directa. Para su mantenimiento sólo hace falta una especie de vertebrado. Ej: rabia (no quiere decir que sólo afecte a una especie). Se puede transmitir de forma indirecta (Leptospirosis) o directa (rabia). Puede haber más de un huésped, pero con uno es suficiente, Otras: fiebre Q, Ántrax, Brucelosis, campilobacteriosis, Salmonelosis, toxiinfección por C. perfringens, virus de meningitis linfocitaria, fiebre lassa, psitacosis, enfermedad de Marburg, influenza, síndrome renal con fiebre hemorrágica. Ej: Fiebre Q es importante en humanos, no en veterinaria y a la inversa en la enfermedad de Newcasttle.

Ciclozoonosis: Necesita al menos 2 especies de vertebrados. La mayoría son cestodosis. Es un grupo que recoge menos enfermedades. Ej: quiste hidatídico. Hay que aclarar que el hombre es un paso obligatorio (Tenia Saginata) y en las que no es obligatorio su paso por el hombre.

Metazoonosis: Implica una especie de invertebrado y un vertebrado. Según el número de invertebrados y vertebrados hay una subclasificación.

  • 1 especie vertebrada y una invertebrada ej: Fiebre Amarilla para mantener el ciclo. 2 especies invertebradas y una vertebrada ej: Paragoniniasis.

  • 2 especies vertebradas y 1invertebrada ej: Clonorquiasis.

Saprozoonosis: Está presente un medio inanimado en el ciclo propagativo de la enfermedad o infección. Ej: Fasciolosis.

Grupos expuestos a la zoonosis.

Grupo 1: (Agricultura). Agricultores y otras personas en estrecho contacto con el ganado y sus productos

Grupo 2: (Manufactura de productos). Todo personal de mataderos y de las plantas procesadores y de productos y subproductos animales.

Grupo 3: (Silvicultura, campo).Personas que frecuentan el hábitat silvestre por motivos profesionales o recreativos.

Grupo 4: (Recreo). Personas que están en contacto con animales de compañía o silvestres en el medio urbano.

Grupo 5: (Clínicas y laboratorios). Personal de salud que ha de ocuparse de pacientes y trabajadores de salud (inclusive personal de laboratorio) que manejan muestras cadáveres o partes de estos.

Grupo 6: (Epidemiología). Profesionales de salud pública que realizan investigaciones de campo.

Grupo 7: (Emergencia). Personal en situaciones de catástrofes, refugiados o que viven en el temporalmente en condiciones de hacinamiento y de gran tensión (HSE 1993).

Enfermedades zoonósicas de mayor incidencia en el país

De acuerdo con el Informe oficial de la Asociación Americana de la salud (1986). Nuestro contacto personal con los especialistas de la región, seleccionamos una lista primaria de zoonosis a considerar, la cual incluye:

Brucelosis. Criptosporidiosis. Teniasis (Cisticercosis). Salmonelosis.

Listeriosis. Rabia.

Toxoplasmosis.

Miasis cochiomya homini.

E. coli (E. coli HUS, E-coli O157-H7). No se ha reportado sin embargo representa un riesgo dado por los cuenta propistas.

Principales zoonosis en Cuba.

Leptospirosis Rabia

Brucelosis Fasciolosis Toxoplasmosis Teniasis Salmonelosis

Leptospirosis:

El agente etiológico de la Leptospirosis pertenece al orden Sprirochaetales, familia Leptospiraceae y género Leptospira, que comprende 2 especies: L. interrogans, patógena para los animales y el hombre y L. biflexa, que es de vida libre (Pumarola y Jiménez 2002, Braselli 2003).

Es una zoonosis de distribución mundial, que afecta a mamíferos salvajes y domésticos. El hombre se infecta por contacto directo o indirecto con animales infectados. Afecta a adultos jóvenes y la incidencia pico es en verano. El contacto indirecto con animales infectados, a través del agua o el suelo contaminados con orina infectada, es la causa más común de infección humana que el contacto animal directo. La exposición ocupacional (trabajadores agrícolas, veterinarios, trabajadores de mataderos) y la exposición recreativa al entrar en contacto con agua dulce estancada contaminada (excursionistas, nadadores) son frecuentes. En todo el mundo, las ratas constituyen la fuente más común de infección humana, seguidos por los perros, ganado, roedores, mamíferos salvajes y gatos (Filippini et al. 2002).

Si se confirma la Leptospirosis en un animal doméstico o mascota, las medidas a tomar dependerán de la naturaleza de los contactos de la familia con el animal, se debe evitar el contacto directo o indirecto con la orina, sangre y otros tejidos durante el período de infección. Por ejemplo, ayudar un parto es una actividad de alto riesgo en caso de tratarse de una hembra infectada. De acuerdo con las características de la enfermedad, se deben tomar las siguientes acciones: Combatir las ratas en los domicilios y alrededores, drenaje de aguas estancadas, no entrar en contacto con la orina de los animales domésticos, mantener los patios libres de basura, escombros, malezas y todo aquellos que pueda servir de refugio a los roedores, utilizar guantes o botas de goma para desratizar, la inmunización de animales domésticos minimiza los riesgos de infección (OPS y OMS 2001).

Rabia

Según la Enciclopedia Médica en Español (2004). La rabia es una zoonosis de origen vírico debida a un Rabdovirus neurotropo que ataca a algunos animales, especialmente el perro y se transmite por vía de saliva en las mordeduras del perro y el gato. Es una enfermedad de sacrificio obligatorio y declaración obligatoria. Son receptivos a ella todos los animales homeotermos. Produce una encefalomielitis pura con síntomas muy diversos: trastornos del comportamiento, modificaciones de la voz, hiperestesia, ataques de furor, parálisis de la mandíbula y laringe, paraplejia, etc, la muerte se produce entre los 2-10 días.

Para prevenir la enfermedad se debe llevar un control de los perros callejeros y animales sin dueños. Vacunación preventiva de todos los perros y gatos, detención y observación clínica durante 7 a 10 días de los perros u otros animales domésticos que se sepa hayan mordido a una persona o presentan los síntomas sospechosos. No se debe matar ningún animal que posea cierto valor hasta que no se determine razonablemente la presencia de rabia por la presencia de los síntomas clínicos. Los animales salvajes sospechosos deben ser sacrificados para examinar el cerebro en busca de evidencias de la rabia. Se deben enviar de inmediato la cabeza intacta a un laboratorio, mantenida en hielo (no congelada) de animales sospechosos de haber muerto con rabia. Sacrificio de inmediato de perros o gatos no vacunados mordidos por un animal confirmado, si este no ha sido confirmado, entonces se observaran los animales mordidos (aislados), estos serán vacunados cuando se aíslen y al salir. Después de que el animal muerde, la prevención de la rabia se basa en la eliminación física del virus mediante el tratamiento adecuado de la herida y en los procedimientos inmunológicos específicos (Enciclopedia Médica en Español 2004).

Brucelosis

La Brucelosis, también conocida como Fiebre de malta, fiebres ondulantes y enfermedad del golpe, es una enfermedad infecto contagiosa producida por bacteria del género Brucellas, siendo considerada por los organismos internacionales como la zoonosis mas difundida en el mundo. La gran importancia de la Brucelosis radica primariamente en afectar la salud humana ya sea por contagio directo con placentas, fetos o secreciones uterinas o por consumir leche y sus derivados contaminantes (Enciclopedia Médica 2004).

La mayoría de las personas se contagian de Brucelosis por consumir productos de ganado enfermo, particularmente por la leche sin pasteurizar de vacas infectadas. Es más probable que las personas que trabajan cuidando animales contraigan la brucelosis por entrar en contacto con la sangre o la orina de perros infectados, animales salvajes o animales de finca. Los microorganismos del género Brucella pueden entrar al torrente sanguíneo a través de cortadas en la piel, contacto con las membranas mucosas, inhalación o ingestión (López – Merino et al. 1992).

De acuerdo con las características de la enfermedad se deben tomar las siguientes medidas para prevenirla: lavarse las manos frecuentemente, especialmente después de tocar o asear animales y antes de manipular comida, comer o fumar, mantener cubiertas las cortadas, rasguños y otras lesiones, especialmente mientras asea los animales, utilizar guantes de látex al manipular aves y reptiles, desinfectar las manos y la piel expuesta que pueda entrar en contacto con heces de animales, entre otras (López – Merino et al. 1992).

Fasciolosis.

La Fasciolosis es una enfermedad parasitaria producida por un tremátodo Fasciola hepática. La importancia de este parásito radica en las grandes pérdidas económicas que produce en el ganado bovino, ovino etc., a los cuales infecta con relativa frecuencia, trayendo como consecuencia menor producción y en ocasiones la muerte del animal (Lapag 1971 y Fredes 2004).

La Fasciola hepática es un parásito natural de los ovinos, bovinos y otros animales afines en todo el mundo. Los síntomas pueden aparecer durante el primer período de la invasión del parénquima o después de la emigración a los conductos billares que pueden causar cólico e ictericia. La infección se adquiere al consumir plantas infectadas por los huevos expulsados en las heces. Al hombre lo infecta de manera ocasional, produciendo daño principalmente al hígado y vías biliares, lo que se traduce en enfermedad que va desde leve hasta la muerte del paciente; esto último depende del número de parásitos que infecta a un individuo (Sotolongo et al. 1988 y Fredes 2004).

El mecanismo de transmisión fundamental por medio del cual el hombre adquiere la infección por F. hepática, es mediante la ingestión de plantas como los berros y otras hortalizas y que contengan metacercarias del parásito. Las principales medidas profilácticas son el lavado y cocción adecuada de las plantas acuáticas comestibles. En países, donde se ha demostrado que la fasciolosis es un problema de salud pública importante, se emplean molusquicidas para interrumpir el ciclo biológico del parásito (Espaine et al. 1981, Náquira 2000 y Fredes 2004).

Toxoplasmosis.

La Toxoplasmosis es una enfermedad producida por un parásito de la familia de los coccídios llamado Toxoplasma gondii, puede afectar a todos los animales de sangre caliente inclusive al ser humano y es de distribución mundial. Los animales de importancia epidemiológica son los de consumo, las aves y los insectos (moscas, cucarachas, etc.) que pueden ser diseminadores del parásito. Los felinos son los hospedadores definitivos y los únicos animales donde el parásito produce huevos, en el resto, hospedadores intermediarios, el parásito no produce huevos, pudiendo permanecer por período de un año en su materia fecal desde donde es eliminado periódicamente y contagia al hombre. Otra fuente de infección es al ingerir carne vacuna o porcina cruda o poco cocida, ya que puede contener formas quísticas del parásito (Velazco – Castrejón et al. 1992 y López et al. 1996)

La enfermedad puede ser contraída directamente por el contacto con gatos, limpiar los sitios donde duermen o defecan o más indirectamente incluso sin tener animales al ingerir verduras crudas contaminadas. El hombre puede contagiarse al manipular la carne cruda o al ingerirla mal cocida. Estas dos últimas formas de contagio son las más frecuentes y peligrosas. En el ser humano, el Toxoplasma causa quistes en la musculatura, el sistema nervioso y en mujeres embarazadas puede afectar al feto (Gaite 2003).

Teniasis (Cisticercosis).

Se trata de una zoonosis parasitaria cosmopolita, producida por la Tenia Saginata, es un platelminto de la clase Céstoda, cuyos adultos se desarrollan en el intestino del ser humano que actúa como único huésped definitivo, y los estadios larvarios o cisticercos en los tejidos de los animales vacunos. La infección humana se produce por transferencia directa de los huevos en las heces fecales de una persona que alberga los vermes adultos a su propia boca o a las demás personas, o indirectamente por ingestión de agua o alimentos contaminados por huevos, dando lugar a la cisticercosis somática. La ingestión de carne de cerdo infectada cruda o insuficientemente cocida, con el consecuente desarrollo del verme adulto en el intestino va seguida de infección humana (Sarti 1986).

El comportamiento humano resulta fundamental para su persistencia, ya que la contaminación con heces humanas de los terrenos posibilita la infección de los animales, y el hábito de ingerir carne cruda de vacunos cierra el ciclo permitiendo la infección humana por tenias adultas (Programa de prevención y control del complejo teníasis cisticercosis 1991 y Larralde et al. 1992).

Las principales medidas preventivas son la identificación inmediata e institución de precauciones para las personas que albergan T. Solium; se debe evitar consumir alimentos que no estén lavados o cocidos y siempre se deben lavar bien las frutas y verduras. Los huevos de T. solium son infectantes inmediatamente después de dejar al huésped y pueden producir una enfermedad humana grave e incurable; por eso son necesarios las medidas apropiadas para proteger al paciente así como a sus contactos (Parsons 2002).

La inspección de bovinos y cerdos sacrificados podrá descubrir la carne infectada en la mayoría de los casos; en los bovinos puede haber pocos cisticercos. Deben destruirse las reses muertas infectadas. No debe permitirse el acceso de los cerdos a las letrinas ni a las heces humanas; en las zonas de desarrollo, hay que persuadir a los que crían cerdos, de que no dejen sueltos a los animales. Es importante la desparasitación periódica de los perros y gatos, evitar que ingieran vísceras (principalmente hígado y pulmón). Se debe prohibir el acceso de los perros y gatos a los mataderos (Malagón 1989 y Gutiérrez 2000).

Salmonelosis:

Es una enfermedad causada por bacterias del género Salmonella. Afecta generalmente la zona intestinal y de vez en cuando la circulación sanguínea. Puede causar brotes de intoxicación con comida contaminada. Cualquier persona puede contraer salmonelosis, se reconoce más a menudo en lactantes y niños (Bofill et al. 1988).

Las bacterias de la Salmonelosis contaminan a menudo las carnes sin procesar, incluyendo pollo, huevos, y los productos sin pasteurizar de la leche y del queso. Estas bacterias también se encuentran en las heces (excreta) de personas infectadas o de animales domésticos infectados tales como reptiles, pollitos, perros y gatos. La bacteria puede ser trasmitida comiendo alimentos contaminados (especialmente huevos y aves de corral poco cocinados) o al beber agua contaminada. Las personas infectadas pueden trasmitir la bacteria por no lavarse las manos después de ir al sanitario y manipular alimentos que la gente comerá. Otra manera de contraer esta enfermedad es teniendo contacto directo con heces de una persona o animal infectado y transfiriendo las bacterias de las manos a la boca. Los síntomas más comunes son diarrea leve o severa, fiebre, dolor abdominal, dolor de cabeza, y de vez en cuando vómito. Las infecciones de la sangre pueden ser realmente serias, especialmente en adolescentes (De los Ríos et al. 1981 y Bofill et al. 1988).

La enfermedad se puede prevenir no consumiendo alimentos de origen animal crudos o mal cocinados; esto incluye leche sin pasteurizar y salsas que contengan huevos crudos, y carnes semicrudas. Manteniendo refrigerados los productos de origen animal. Se deben descartar los huevos con cáscaras rotas. Lavar exhaustivamente las frutas y hortalizas antes de consumirlas. Lavarse las manos antes de comer o preparar alimentos. Evitar la contaminación indirecta de los alimentos cocinados, impidiendo su contacto con carnes crudas, manos o cuchillos contaminados. Además, lavar todo lo que haya estado en contacto con productos crudos (Saravia 2001).

Criptococosis

Infección micótica rara, causada por la inhalación del hongo Cryptococcus neoformans. El criptococo habita en los suelos de los lugares contaminados con excrementos de palomas. Se replica en el interior del tubo digestivo de las aves, sin provocarles enfermedad y sale al exterior con las heces fecales. Se trasmite al hombre y otros mamíferos por vía inhalatoria (vías respiratorias) y con menor frecuencia, se cree, que a través de la piel y mucosas. No existe evidencia de transmisión de hombre a hombre ni de animal a hombre. (De la Osa 2005)

Una vez que se instala en los pulmones, la infección por criptococos puede curarse por sí sola, permanecer localizada, o diseminarse por todo el cuerpo. En la mayoría de los casos se presenta en personas con inmunidad comprometida, dosis altas de corticoesteroides. El germen criptococo tiene afinidad por el cerebro. Una vez que el cerebro es infectado, los síntomas neurológicos aparecen de manera gradual. La mayoría de los pacientes presentan meningoencefalitis en el momento del diagnóstico (Baró et al. 1999).

Dentro de las medidas a tomar tenemos: evitar en lo posible la cría de palomas en zonas urbanas, la reducción del número de palomas y la limpieza adecuada de los sitios de cría, evitando sobre todo la diseminación de las heces fecales y usando sustancias alcalinas para la descontaminación (Warren y Hazen 1999 y De la Osa 2005).

Listeriosis.

La Listeriosis es una enfermedad causada por la Listeria monocytogenes, estas bacterias se encuentran en suelo, alimentos, agua, fango y ensilaje, pueden también vivir en ciertos mamíferos domésticos y salvajes, aves y personas. Es una patología transmitida por alimentos contaminados, que evoluciona en forma de casos esporádicos que a veces se incrementan en pequeños brotes y aún hasta en verdaderas epidemias. Entre las medidas para prevenir la enfermedad se encuentran no tomar leche cruda (sin pasteurizar) o alimentos preparados con leche cruda, evitar consumir carnes frías y la pasta de carne. Se debe cocinar muy bien toda la carne de res, pollo, cerdo, mariscos y pescados, lavar bien las frutas y los vegetales, lavarse muy bien las manos después de tocar o cortar carne de pollo, cerdo o pescados crudos, mantener limpios los sitios donde se prepara comidas, los recipientes donde los guarda y el interior del refrigerador entre otras. (Oficina de Epidemiología 2004)

Algunas de las enfermedades zoonósicas no reportadas en Cuba

Bartonellosis (Enfermedad del Rasguño del Gato).

Bartonellosis, usualmente llamada enfermedad del rasguño del gato, es una enfermedad adquirida por los humanos y asociada con los gatos. La causa de la enfermedad del rasguño del gato es una bacteria descubierta recientemente, Bartonella henselae (formalmente llamada Rochalimaea henselae). Inicialmente, las víctimas desarrollan una pequeña lesión parecida a un grano en el sitio del rasguño o mordedura. Los síntomas incluyen, nódulos linfáticos inflamados, fiebre, fatiga, pérdida de apetito y dolor de cabeza (Calvo 2004).

En casos extremos, las personas infectadas pueden desarrollar encefalitis y deben ser hospitalizadas; otros sufren los síntomas por años. Debido a que los síntomas se parecen a los signos de enfermedades más serias como el cáncer y la tuberculosis. Los investigadores creen que algunas personas pueden crear inmunidad contra la enfermedad (Enciclopedia Médica 2004 y Calvo 2004).

En la mayoría de los casos, la enfermedad no necesita de un tratamiento y desaparece por sí sola. Los médicos tratan con antibiótico los pacientes que presentan fiebres prolongadas, el hígado y el bazo están inflamados existiendo hinchazón severa de los nódulos linfáticos. Los gatos son asintomáticos incluso cuando se diagnóstica B. Henselae en la sangre. Para prevenir la enfermedad se debe evitar el contacto con gatos. Cuando esto no sea posible, lavarse bien las manos después de jugar con el animal, evitar rasguños, mordeduras y el contacto con la saliva disminuyen el riesgo de infección (Enciclopedia Médica 2004).

Hidatidosis (Equinococosis):

La Hidatidosis es una zoonosis producida por la fase larvaria de la Tenia echinococcus. De las cuatro especies existentes, las E. granulosus (perro) y E. multilocularis (perro y gato), son las de mayor trascendencia. Las especies del género Echinococcus poseen un ciclo biológico indirecto con la participación de huéspedes definitivos e intermediarios. En el ciclo doméstico intervienen fundamentalmente el perro y el ganado ovino. El perro adquiere el parásito tras la ingestión de las vísceras con estos quistes (Amelung 1997).

El hombre, mujer y niños al tocar el perro o dejarse lamer, se infectan directamente. En otros casos, la infección llega por agua o alimentos contaminados. La enfermedad en el ser humano se produce por el desarrollo de quistes, fundamentalmente a nivel hepático o pulmonar. Estos quistes pueden, al romperse, dar síntomas directamente, como es la conocida "vómica" pulmonar (violento acceso de tos y salida de líquido) o pueden desencadenar reacciones de hipersensibilidad que lleguen hasta el shock anafiláctico (Sánchez et al. 1997).

Muchas veces se plantean problemas de diagnósticos clínicos al no ser sospechada esta enfermedad, pudiendo confundirse con abscesos o neoplasias, demorándose el diagnóstico. La prevención consiste en no dar nunca de comer al perro o gato vísceras crudas, los quistes hidatídicos se destruyen en la cocción. Desparasitar al perro o gato con un tenicida. Lavar abundantemente con agua las verduras y frutas de consumo en crudo, pues pueden ser portadoras de huevos de Echinococus y educación sanitaria de la población (Amelung 1997).

Ascariasis

Producida por Nematodos de Géneros Ascaris, Toxascaris, Toxacara. Los vermes redondos grandes de los perros y los gatos se observan comúnmente en individuos jóvenes. La especie más importante Toxocara canis, puede causar enfermedad grave en estos animales además de poder infestar al hombre. La transmisión es directa de animal a animal o de animal a hombre o a través del suelo, agua, verduras, u objetos donde existan huevos. En el hombre afecta más a los niños. En los perros y gatos también es más frecuente en los cachorros (Enciclopedia Médica 2005).

Los animales infestados presentan falta de crecimiento acompañado de diarreas, cólicos, vómitos, a veces de parásitos, llegando a la obstrucción intestinal y afección pulmonar. Si los huevos eliminados por el perro o gato son ingeridos por el hombre puede ocurrir una migración larvaria hacia diferentes tejidos (hígado, ojo, riñones, cerebro) lo que se conoce como larva migrans visceral, dando sintomatología según el órgano afectado, aunque la mayoría de los procesos en las personas son asintomáticos, puede haber fiebre y eosinofilia (Enciclopedia Médica 2005).

Como medidas preventivas se aconseja desparasitar cada 4-6 meses con productos de amplio espectro, vía oral, que incluyan pirantel, febantel, mebendazol, lavado de verduras y frutas con agua abundante, lavado de ropa de vestir y de cama, eliminación de los areneros de los patios, además de la educación sanitaria (Gaite 2003).

Psitacosis.

Según la Enciclopedia Médica en español (2005) la neumonía clamidial u ornitosis es una infección causada por la bacteria Clamidia psittaci, que se encuentra en los excrementos de los pájaros de la familia de los loros, los pavos y las palomas, se transmite de las aves a los humanos, y causa síntomas sistémicos (en todo el cuerpo) y neumonía.

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