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Aprendizaje y educación. La solución de conflictos. La consumación de anhelos




Enviado por Luis Humberto Russo



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6

Monografía destacada

  1. Introducción
  2. El Proceso libertario
  3. Bibliografía

Introducción

Observando lo que se nos manifiesta evidente, surge un proceso insoslayable que nos somete y nos provee.

En consecuencia, emerge, igual de evidente, la necesidad de que el aprendizaje y la educación del hombre se constituyan coherentemente con este proceso para solucionar todos los conflictos y consumar todos los anhelos, tanto individuales como institucionales.

Así se construirán bienestares individuales e institucionales que, consecuentemente, construirán y sostendrán el bienestar general.

El Proceso libertario

Evidentemente el hombre está obligado a comportarse, desde que es un bebé, o antes, desde que se considera que existe. No puede evitar comportarse: contundente y palmariamente está comportándose de forma continua.

Asimismo, distinguimos que, además de la obligación de comportarnos continua y permanentemente, somos libres de crear el comportamiento que queramos, pero, simultáneamente, esa libertad de comportarnos como queramos, si deseamos conducirnos a los resultados que anhelamos, nos obliga a aprender los comportamientos (cosas) sobre las cuales vamos a incidir con nuestro comportamiento.

Se manifiesta claramente evidente en nuestro ser un insoslayable proceso que nos rige y nos provee, que podemos llamar proceso libertario, dado que nos rige y provee de la libertad para ser creadores y conductores de nuestros obligatorios comportamientos.

Emerge evidente e imperiosa la necesidad de aprender este proceso que, como originario y regidor de nuestro ser, nos somete y nos provee para existir, desarrollarnos y trascender.

Este insoslayable proceso libertario que nos rige y provee
se nos manifiesta evidente en:

Naciste, eres, existes, estás, eres espíritu,
fantasía, real, irreal y así la consideración de
evidencia, sospecha o cualquier otra que desees determinar sobre lo que eres,
consecuente e inevitablemente eres una parte, una cosa, constantemente deberás
comportarte.

El proceso libertario comienza con la evidente obligación que tienen todas las cosas, entre ellas, el hombre, de comportarse continuada y permanentemente.

Es evidente que todas las cosas van de un comportamiento en otro sin que puedan evitarlo.

Igual de evidente resulta que eres libre de crear el comportamiento que quieras.

Asimismo, resulta evidente que, para crear el comportamiento que quieras, estás obligado a aprender para crear conducentemente tu comportamiento a lo que quieres comportar, incidiendo como deseas en los demás comportamientos de las cosas donde intervendrás con tus creaciones de comportamientos, los que a su vez inciden en el comportamiento que creas y comportas.

Igual de evidente es que solo puedes aprender comportamientos (cosas) por ser lo único que existe, las cosas que se comportan.

Es evidente que a cada cosa le corresponde un comportamiento y cada comportamiento es una cosa.

Es evidente que solo existen comportamientos sistemáticos, permanentes y continuos, unos tras otros, circunscriptos en extensión y profundidad, concatenados entre sí y sometidos al insoslayable proceso libertario que los origina, rige y provee.

Así, palmaria, evidente e insoslayable, la libertad se te manifiesta como parte esencial que constituye tu ser y el de todas las cosas, como el proceso libertario que te obliga a comportarte, y te provee para obligarte a aprender para la libre creación conducente de tus comportamientos, de los que serás siempre responsable frente al ineludible juicio de la libertad.

No tienes nada, nada trajiste, nada te llevarás, solo por tu comportamiento existirás y serás juzgado, estas obligado a comportarte y a responsabilizarte de tus comportamientos.

El hombre, como todas las cosas, es solo su comportamiento.

Concluyente, como esclavo de la libertad, el hombre está obligado a comportarse y a responsabilizarse de su comportamiento, y por el mismo proceso libertario, como hombre que goza de la generosidad de la libertad, puede aprender para crear y conducir su comportamiento para así asumir la responsabilidad de las incidencias de su comportamiento obligatorio.

La libertad nos provee del proceso para conducir nuestro comportamiento y de este modo ser libres y construir, sostener y pertenecer al bienestar general que la libertad de todas las cosas constituye, es decir, ser parte de la libertad de todas las cosas.

Ergo, eres parte (hombre), por proceso libertario del comportamiento de las partes (cuerpo, mente, espíritu y otras más) que te constituyen.

Luego, eres una cosa, producto del proceso de la libertad de tus partes que se comportan, eres producto de ese proceso.

Eres cosa, eres parte, eres producto del proceso libertario y puedes ser parte del proceso libertario.

Claro y evidente se le manifiesta al hombre que puede aprender hasta la construcción del conocimiento para crear comportamientos conducentes a su felicidad, e igual de claro y evidente le resulta que su felicidad es aprender hasta la construcción del conocimiento para crear comportamientos conducentes al bienestar general.

Rotundamente evidente le resulta al hombre que no puede comportarte solo para su bienestar individual, dado que, por ser parte del proceso libertario que lo somete, le permite ser feliz individualmente solo cuando crea comportamientos conducentes al bienestar general, único bienestar que admite el régimen libertario, el bienestar es general, de todos, o no es bienestar.

Si tomamos, por ejemplo, el tránsito, como representante de todos los comportamientos de las personas e instituciones que constituyen la sociedad, el bienestar de cualquier constituyente sería aprender para crear el comportamiento de trasladarse de un lugar a otro sin conflictos. Pero esto solo es posible si se aprende, crea y comporta el traslado de un lugar a otro con un comportamiento que, sin conflictos, favorezca la creación de comportamientos para el traslado también sin conflictos de todos los demás.

Evidentemente si todos y cada uno se traslada de un lugar a otro aprendiendo y creando comportamientos que favorecen y garantizan el traslado de los demás, todos estarán construyendo el bienestar general, que en este caso, como ejemplo, es "trasladarse de un lugar a otro de la ciudad sin conflictos" (evidente es que o lo comportan todos o generan conflictos), este comportamiento es la finalidad de la institución social tránsito, pero evidencia la esencia, por extensión y continuidad, de todas las instituciones de todas las sociedades y del universo de todas las cosas.

Es evidente que el hombre solo se puede trasladar individualmente, sin conflictos, de un lugar a otro, si todos los demás pueden trasladarse, también sin conflictos, de un lugar a otro, constituyendo la institución tránsito. Igual de evidente es que el hombre solo puede gozar del bienestar individual si todos y cada uno de los hombres gozan tambien del bienestar individual, constituyendo el bienestar general, único bienestar posible.

Luego es evidente la necesidad de que el hombre aprenda y se eduque coherentemente con el insoslayable proceso libertario que nos rige y provee. Así todos aprendemos para crear nuestros comportamientos conducentes a nuestro bienestar individual, pero favoreciendo el aprender para crear comportamientos igualmente conducentes al bienestar de todos los demás, construyendo y sosteniendo el bienestar general. Solo así constituiremos una sociedad que solucione todos los conflictos, consuma todos los anhelos.

Luego, si todos y cada uno, usufructuando el insoslayable proceso libertario, se comportan aprendiendo y creado comportamientos individuales (por ejemplo, trasladarse un lugar a otro de la ciudad, trabajar, componer, estudiar, comunicar, divertir y así todos los comportamientos que quieran crear) que sin conflictos incidan favoreciendo la misma libertad de aprender y crear comportamientos sin conflictos de los demás, estarán participando como protagonistas de la construcción del bienestar individual propio y del ineludiblemente simultáneo bienestar general propio de toda la sociedad.

Por consiguiente, es evidente que la finalidad del insoslayable proceso libertario que nos rige y provee a todas y cada una de las cosas es aprender para construir comportamientos conducentes al bienestar general y pertenecer al bienestar general que la libertad de todas las cosas constituye.

El proceso de conducir el comportamiento propio, es decir, el proceso libertario que nos rige y provee, constituye la institución insoslayable y básica para la estructura social, constituyente del bienestar general, de todas las cosas, hombres e instituciones, constituyentes de la sociedad.

Es constitución insoslayable de las relaciones entre las cosas. Es la estructura del gobierno universal de todas las cosas.

Todas las cosas están constituidas y sometidas a este proceso libertario.

Es la ley estructural constituyente del régimen de la libertad de todas las cosas, del bienestar general.

Es el más palmario evidente proceso al que están sometidas y del que gozan con regocijo todas las cosas: es evidente que estás obligado a comportarte, es evidente que estás obligado a aprender para crear y conducir tu comportamiento, es evidente que lo único divertido es aprender (sentir las cosas por la comunicación de sus comportamientos) crear y comunicarte (crear comportamiento y comportarlo haciéndote sentir comportándolo), es evidente el insoslayable proceso libertario que rige y provee a todas las cosas.

En resumen, es evidente que solo eres comportamiento y que lo único divertido, regocijante y gozoso que existe es usufructuarlo para aprender, crear y comportarse conducente al bienestar general.

En otras palabras, y como ejemplo de cualquier cosa que disfrutes o sufras, si te gusta el fútbol, no es que la pelota entre en el arco rival, si así fuera tendrías un arco lleno de pelotas y te sentirías divertido todo el tiempo, pero lo que evidentemente te gustan son los comportamientos de los jugadores con la pelota y que termine una jugada, y continúen creando otra jugada (comportamiento) más linda aún, que se comporten haciéndote sentir (aprender) el cambio del comportamiento creado, para tú crear y comunicar (comportarte incidiendo) sea aplaudiendo, cantando, gritando bravo, ole, gol o un comentario, siendo parte del comportamiento de los jugadores y la pelota, entre el resto de la naturaleza interviniente, y así puedes indagar para aprender, crear y conducir tu comportamiento, encontrando en cada cosa la evidencia contundentemente clara del sistema insoslayable del proceso libertario.

Evidentemente, la única felicidad es "andar por la vida" sintiendo (aprendiendo) cómo las cosas (comportamientos de cosas –hombres incluidos–, Messi, Favaloro, el sol, y de todas las cosas) crean y se comportan, para crear conducentemente comportamientos que, incidiendo en esos comportamientos, participen como parte que haciéndose sentir favorece la construcción y sostenimiento del bienestar general, para regocijo propio y de todas las cosas.

Es rotundamente evidente que, al constituir el aprendizaje individual y la educación de todos, coherentes con el insoslayable proceso libertario que nos somete y nos provee, construimos y sostenemos el bienestar individual de todos y cada uno, que consecuentemente construye y sostiene el bienestar general.

Es el aprender en lo individual, y la educación en lo institucional, para crear y conducir los comportamientos responsablemente al bienestar general.

Es el comunicarse en lo individual, y constituir la institución comunicación en lo institucional, para sentir los comportamientos de la cosas para su aprendizaje.

Es el evaluarse, juzgando cómo incide nuestro comportamiento individual, y constituir la institución justicia para la observación, concatenada con la comunicación y el aprendizaje, con precisión y detalles de todos los comportamientos resultantes (sea que generen conflicto, solucionen conflicto o consuman anhelo), institucionales e individuales de una sociedad para la educación.

Palmariamente evidente se manifiestan las tres partes de un único e insoslayable proceso libertario.

En lo individual, son, coherentemente constituidos con el insoslayable proceso libertario, aprender; crear comportamiento y comportarlo comunicándose por hacerse sentir; y evaluar el comportamiento (cosa) resultante.

Y en lo institucional son, coherentemente constituidas con el insoslayable proceso libertario, la institución educación, la institución comunicación y la institución justicia, constituidas como una única e integral institución núcleo de la red de ámbitos de aprendizaje de todas y cada una de las instituciones de una sociedad.

Repito, constituidas y estructuradas, coherentes, tanto en lo individual como en lo institucional, con el insoslayable proceso libertario que constituye, somete y provee para aprender, crear y construir el bienestar general, por solucionar conflictos y consumar anhelos, protagonizando y perteneciendo a la libertad de todas las cosas.

Concluyentemente, el proceso insoslayable que nos impone y provee la libertad de todas las cosas es el proceso libertario de:

Aprender, crear y comunicar comportamiento conducentemente, y juzgarlo aprendiendo la incidencia para continuar creando y comportando (comunicando) soluciones de conflictos y consumaciones de anhelos.

Así, las partes del evidente e insoslayable proceso libertario con el que la libertad nos somete y nos provee son:

  • Obligación de comportarse en forma continua y sistemática.

  • Obligación de aprender para crear y conducir comportamientos.

  • Libertad para crear comportamientos conducentes a las finalidades deseadas.

  • Libertad de comportar (comunicar) el comportamiento creado.

  • Recepción inevitable de la consecuente incidencia del comportamiento comportado.

  • Aprender lo incidido (juzgar el comportamiento resultante) para continuar aprendiendo, para crear y comportarse conducentemente.

Con un escueto ejemplo de una conocida narración, adaptándola, intentaré comunicar cómo se manifiesta evidente e integralmente en el hombre el insoslayable proceso libertario que nos provee y nos rige:

Supongamos una situación que abarca a un padre, con su hija de 17 años y a un señor prestamista.

El padre por distintas circunstancias le solicita un préstamo al Sr. prestamista, con una finalidad de progreso, la cual, también por distintas circunstancias, no se desarrolla como lo esperaba, por lo cual, el padre se ve obligado a no cumplir con los pagos del crédito, lo que provoca una reunión entre el Sr. prestamista y el Sr. padre de la hija de 17 años.

Luego de conversar y concluir que voluntad de pago no falta, lo que falta es con qué pagar, el prestamista le propone olvidar la deuda si acepta que su hija se case con él, pero, como posibilidad de salvarse, le propone que la hija saque una piedra de una bolsa en la que colocará una piedra negra y una blanca.

Si la piedra que saca es la blanca, entonces, se perdona la deuda y la niña no estará obligada a casarse; si saca la piedra negra, la deuda también es perdonada, pero ella deberá casarse con el prestamista. (Los colores podrían ser variados sin que cambie el ejemplo)

Luego de enterarse de la propuesta, la niña, contradiciendo al padre, la acepta y los tres acuerdan reunirse en el parque del prestamista para hacer el evento con la bolsa y las dos piedras, una blanca y una negra.

Consiguientemente se encontraron, el padre, su hija y el prestamista, una tarde en el gran parque cuyo camino serpenteaba los floridos y arbolados canteros del gran jardín y que estaba construido por abundantes y desordenadas piedras en su mayoría blancas y negras.

Mientras caminaban y conversaban, el prestamista, que tenía la bolsa completamente opaca que impedía ver su interior, procedió a colocar las dos piedras en la bolsa haciendo ver que colocaba una negra y otra blanca, pero, con gran habilidad, coloco las dos negras, esto pasó desapercibido para el padre, pero no para la hija, la que sin decir palabra, angustiada, pensaba "Estoy perdida, sacaré seguramente una piedra negra". "¿Qué puedo hacer?", se preguntaba.

Hasta que en un momento sintió un gran alivio, no solo había creado un comportamiento solución, sino que ahora tenía la seguridad de que no se casaría con el prestamista, gracias a que en la bolsa hay dos piedras negras. Había aprendido los comportamientos de la naturaleza interviniente y había creado un comportamiento conducente.

Entonces, dijo, dirigiéndose al prestamista: "Permítame sacar la piedra". Introdujo la mano, extrajo una piedra y rápidamente, sin dar tiempo a verla, la arrojó unos metros adelante entre las piedras del camino, por lo cual se confundió con todas las piedras que allí había. Mientras sacaba la piedra restante, dijo: "Veamos cuál quedó en la bolsa, así sabremos el color de la que saqué en suerte". Por supuesto, la restante era negra, a lo que el padre exclamó: "¡Sacó la blanca! Estamos salvados".

Sin evaluar el grado de conducencia al bienestar general de todas las cosas, de los comportamientos involucrados, podemos distinguir las características del proceso libertario de aprender, crear y comunicar comportándose conducentemente, que comunica la niña.

Es esto ¿inteligencia?, ¿ciencia?, ¿dónde se estudia?, es quizás matemática, física, sociología, ¿la niña fue más ladina que el prestamista? Y así podríamos seguir porque son todos los fraccionamientos que se quieran considerar, los habidos y por haber, y más, hasta alcanzar la totalidad de todas las posibles parcialidades integrándolas, porque es el aprendizaje integral e insoslayable del hombre, el de aprender comportamientos integrales de las cosas respecto de un comportamiento integral al hombre (niña) en creación del que aprende, único aprendizaje posible, las parcializaciones (hoy propuestas por la mayoría de los sistemas educativos) exigen y exigirán siempre, inevitablemente, la integración para consumar el aprendizaje.

Es el usufructo integral del insoslayable proceso libertario que nos rige y provee para aprender, impone, ineludiblemente, el aprendizaje y creación de comportamientos integrales del hombre y las instituciones. Consecuentemente, todo intento de aprender y educar con parcializaciones sumergen en conflictos hasta impedir el aprendizaje y, consiguientemente, la educación.

Solo se pueden aprender y educar comportamientos integrales al hombre y las instituciones, respecto de comportamientos en creación del que aprende.

Es el proceso de:

  • -Aprender: solo es posible aprender lo que existe en la naturaleza interviniente, los comportamientos íntegros de las cosas, circunscribiéndolas en comportamientos en extensión (todas las cosas que se comportan) y comportamientos en profundidad internos de las cosas, respecto de un comportamiento en creación del que aprende.

Simplificando la naturaleza interviniente del ejemplo, una bolsa, dos piedras negras, y la niña que debe sacar una piedra (obligación de comportarse), se "salva" con la piedra de color blanca, que no está en la bolsa, pero que se dice (comunicación) que sí está, el camino lleno de desordenadas piedras blancas y negras, y así más de la naturaleza interviniente (conjuntos de cosas (comportamientos) sobre los que incidirá el comportamiento en creación de la niña).

  • -Crear el comportamiento: solo es posible crear un comportamiento que incida conducentemente (que resulte en lo que se desea) sobre la naturaleza interviniente que es la circunscripción de cosas (comportamientos), variándo dichos comportamientos en extensión y profundidad, recíprocamente, hasta la construcción del conocimiento que hace obvia la creación de un comportamiento conducente.

El proceso libertario que rige el aprender para crear conducentemente provee al hombre, en este caso a la niña, de la libertad de variar el comportamiento en creación en función de la variación que realiza también libremente de la circunscripción de la naturaleza interviniente, y recíprocamente, provee la libertad de variar la circunscripción de la naturaleza interviniente (conjunto de cosas que se comportan) en función de la libre variación del comportamiento en creación.

Evidentemente, el hombre está provisto por el insoslayable proceso libertario para crea comportamientos para aprender.

Así el hombre va creando comportamiento respecto de una circunscripción de naturaleza interviniente (conjunto de comportamientos sobres los que incidirá e incidirán en él) y circunscribiendo naturaleza interviniente en función del comportamiento en creación.

Esto es recíproco entre el comportamiento en creación del que aprende y la circunscripción en extensión y profundidad de las cosas (comportamientos que aprende), y se conduce y conduce a una condición esencial del aprendizaje y consecuentemente de la institución educación. El hombre solo puede aprender, no puede enseñar. Y solamente puede aprender los comportamientos de las cosas respecto de un comportamiento en creación del que aprende.

Evidente e inevitablemente los contenidos educativos solo pueden ser comportamientos. Por ser lo único que existe, comportamientos integrales que circunscriptos constituyen una cosa.

Comportamientos integrales de las cosas y no parcialidades. Esta evidencia del proceso de aprender del hombre es la que le exige a la institución educativa una didáctica y una pedagogía evidente y manifiestamente coherentes con el insoslayable proceso libertario.

Evidentemente así se disfruta vivir, coherentemente con el insoslayable proceso libertario, evitando entrar en conflicto con su inevitable sometimiento, sintiendo cuando conducentemente comporta el aprendizaje que lo lleva al conocimiento, que recíprocamente con la variación hasta sentir el comportamiento creado, como el conducente a sus estados de posturas de conocimientos.

No existe goce superior al de aprender para crear y comunicar comportamientos conducentes al bienestar general.

Así el hombre, es este caso, la niña, siente que conducentemente conforma una cosa entre la naturaleza interviniente aprendida y el acto creado que devendrá con su comportamiento en naturaleza intervenida conducentemente, lo siente como cosa que se comporta y comunica en su proceso recíproco de comportarse para aprender y crear el comportamiento conducente.

Así de evidente es el usufructo del proceso libertario que nos rige, así de evidente es el aprendizaje del hombre y así de evidente es la educación institucional. Hoy, la llamada institución educación, sistemática, organizada y propuesta por la sociedad, no resulta coherente con la institución educación que exige el insoslayable proceso libertario que somete y rige todas las cosas. Asimismo, actualmente, tampoco resultan coherentes con el insoslayable proceso libertario la institución comunicación y la institución justicia consecuentemente, por inconducentes, las tres son generadoras de conflictos.

Es evidente que resulta inevitablemente necesario constituir las tres instituciones educación, comunicación y justicia, integradas en estructura y funcionamiento, coherentes con el insoslayable proceso libertario para la construcción y sostenimiento del bienestar general, solucionando conflictos y consumando anhelos.

El goce del hombre integrado en el usufructo del proceso libertario se constituye y se manifiesta al construir el hombre el sentido conocimiento de los comportamientos de la naturaleza interviniente, que le hace sentir la creación del obvio comportamiento conducente al bienestar general.

Evidentemente surge con claridad el comportarse, coherentemente con el insoslayable proceso libertario, para aprender integralmente, única forma y fondo de aprender, sintiendo la naturaleza interviniente (comportamiento integral de las cosas), circunscribiendo las cosas en extensión y profundidad, para conformar las sentidas razones, con las cuales, y posturas mediante, construir el conocimiento para crear y comunicar el comportamiento conducentemente a la solución de conflictos y consumación de anhelos, construyendo y sosteniendo el bienestar general.

Así, como efímero ejemplo dentro del simple ejemplo, podemos decir que la niña sintió la naturaleza interviniente de la bolsa con las dos piedras negras respecto del comportamiento de sacar una y mostrarla, una postura o razón circunscripta que al variar el comportamiento de sacar una piedra, tirarla para que no se vea su color y mostrar la restante varió el sentimiento respecto de la misma cosa, en este caso, la bolsa con dos piedras negras. En el primer caso, sentía la angustia de sentirse perdida frente al comportamiento emergente de la sola opinión (razón) de "si son dos piedras negras, luego solo podré sacar una piedra negra". En el segundo, sentía la seguridad de que, gracias a que en la bolsa las dos piedras son negras, se aseguraba que haría ver que sacó la blanca. Así, con el comportamiento, la niña creaba conducentemente, podía elegir (conducirse) casarse o no, gracias al aprendizaje hasta la construcción del conocimiento, que es el aprendizaje cuya circunscripción incluye el comportamiento en creación, en el ejemplo "sacar una piedra blanca", y que en la bolsa estaban dos piedras negras y que en el camino había varias piedras de color negro y blanco, y demás naturaleza interviniente, podía crear conducentemente. Si quería casarse, sacaba una piedra que sería negra y la mostraba y se casaba, y si no quería casarse, sacaba una piedra, la tiraba y mostraba la restante y no se casaba.

Por haber aprendido, más allá de la opinión, hasta construir el conocimiento de la naturaleza interviniente (construcción del conocimiento que consiste en aprender los comportamientos intervinientes, en extensión y profundidad, hasta incluir el comportamiento en creación del que aprende), podía crear conducentemente su comportamiento obligatorio.

Esto, como muy escueto ejemplo, dentro del limitado ejemplo de la narración, pone en evidencia cómo rige el proceso libertario la ineludible relación recíproca entre el aprender sintiendo la naturaleza interviniente respecto del comportamiento en creación, no deteniendo el aprendizaje en la mera opinión (sentimientos circunscriptos como razón), sino continuar aprendiendo, respecto al recíproco comportamiento hasta construir el conocimiento que hace obvio el comportamiento conducente al bienestar general, ya que la niña aprendió y podía crear el comportamiento conducente a casarse o no casarse.

Cabe significar que la conducción del comportamiento de la niña para casarse o no casarse es solo un ejemplo de cómo se crea un comportamiento conducente, y se manifiesta evidentemente como reducido ejemplo conducente al bienestar de todas las cosas, luego el ejemplo expone el proceso libertario en cuanto a su funcionamiento y no en cuanto a su conducción a la felicidad de construir el bienestar general.

Lo que intento comunicar en este efímero ejemplo es la participación integral del hombre en el usufructo del proceso libertario, en cuanto está necesariamente obligado por la evidencia que solo puede aprender comportamientos variables en extensión y profundidad y recíprocamente solo puede aprenderlos respecto de un comportamiento en creación igualmente variable.

Ergo, el que aprende es único y total conductor de su proceso de aprendizaje, consiguientemente también conduce su participación en el proceso institucional de su educación.

En el escueto ejemplo, el comportamiento en creación de la niña era "sacar una piedra blanca de la bolsa" si se quedaba con el parcial aprendizaje que no incluía el comportamiento en creación "sacar una piedra blanca", solo podía sacar una piedra negra, pero amplió en extensión, incluyó el parque entre otras cosas, y asimismo amplió en profundidad e incluyó las abundantes piedras del camino la mayoría negras y blancas, entre otras. Asi circunscribió los comportamientos de la naturaleza interviniente hasta construir el conocimiento que es el conjunto de comportamientos que incluía el comportamiento en creación de "sacar una piedra blanca", exponiendo contundemente evidente que el hombre solo puede aprender comportamientos integrales de las cosas, circunscriptos por el comportamiento integral en creación del hombre que esta aprendiendo.

Luego, el aprendizaje y la educación deben ser igualmente integrales y coherentes con el insoslayable proceso libertario, por consecuencia, contundente y evidentemente los contenidos educativos solo pueden ser comportamientos integrales de las cosas, del hombre y de las instituciones de la sociedad y no pueden ser fracciones de comportamientos de las cosas. Igualmente contundente y evidente surge que el aprendizaje solo y únicamente puede ser un insoslayable comportamiento integral, creación de variable y libre conducción del que aprende.

Consecuentemente, si el aprendizaje es un comportamiento integral, insoslayable y propio del hombre, luego la educación es un comportamiento institucional integral, insoslayable y propio de la sociedad, de todas las instituciones e individuos de la sociedad.

Obviamente, la educación, si pretende educar, no puede ser incoherente con el evidente e insoslayable proceso libertario, no puede ser fraccionaria, no puede ser dividida en ciencias, prácticas y demás partes inconducentes al comportamiento institucional en creación de educar.

Evidentemente mientras el niño por sí solo y con el recurso de la institución familia, si esta coherentemente constituida con el insoslayable proceso libertario, se educa por comportamientos integrales al hombre, a la institución familiar y a todas las demás instituciones, coherentes con el insoslayable proceso libertario, para comportarse integralmente en saludar, dar las gracias, ceder el asiento, no decir groserías, ser limpio, responsable, respetar a los semejantes, aprender y trabajar responsable y eficientemente, no robar, no mentir, cuidar las propiedades propias y ajenas, ser correcto, organizado, utilizar correctamente cubiertos, cepillo de dientes, y así muchos más comportamientos en creación de los integrantes constituyentes y participantes de la educación familiar, como parte insoslayable de la institución familiar, emerge con contundente evidencia que la educación social necesita ser una continuidad coherentemente estructurada con el insoslayable proceso libertario, afianzando y desarrollando como contenidos los comportamientos integrales de las cosas (trabajo, familia, solidaridad y así todos los anhelos individuales, familiares y sociales) respecto del comportamiento integral en creación y conducción del que aprende, favoreciendo su comportamiento de aprendizaje, proveyéndolo de un docente integrado a la institución educación que participa del aprendizaje del alumno, si este se lo permite.

Pero en una supuesta educación donde se pretende educar, aislando el ámbito de aprendizaje familiar, intentando enseñar fraccionamientos de comportamientos, como matemáticas, física, química, todas autodefinidas como parciales, diferentes y aisladas en objetos, operaciones, propiedades y métodos, y otras parcialidades más, del comportamiento integral del hombre y las cosas, que es el único contenido que se puede aprender, pero como evidentemente en esta inconducente institución educación, también se aprenden comportamientos por estar sometidos al único e insoslayable proceso libertario que rige todas las cosas, consecuentemente los alumnos aprenden el comportamiento de alumnos para satisfacer los comportamientos de docentes, de directivos y demás, para aprobar materias y graduarse, y docentes (muchos intentan participar del aprendizaje del alumno), directivos y demás se comportan para tomar exámenes sobre los contenidos incoherentes y dictaminados en las aulas, constituyendo una institución educativa generadora de conflictos sumiendo en sufridos e inconducentes comportamientos a alumnos, docentes, directivos y sociedad, quienes recurrentemente reclaman, ante la evidente inconducencia educativa con manifiesta evidencia de ineficiencia y más, en la solución de conflictos y consumación de anhelos, la obviamente exigida integración de los incoherente fraccionamientos de contenidos, prácticas y demás, inventando transversalidades, interdisciplinas y demás intentos de integrar lo fraccionado, generando una mayor maraña de conflictos.

Es evidente que el insoslayable proceso libertario expone cómo la educación con contenidos fraccionados y aislados constituye un bloqueo educativo y simultáneamente una institución generadora de conflictos.

Lo que surge evidente y coherente con el insoslayable proceso libertario es que la educación social necesita ser una continuidad, desde el aprendizaje individual del bebé o antes, inmerso en la educación familiar, coherentemente constituida con el insoslayable proceso libertario, con la educación social, igualmente coherentemente constituida con el insoslayable proceso libertario, desarrollando las habilidades del usufructo del proceso libertario para aprender a aprender comportamientos respecto del comportamiento en creación del que aprende, para crear comportamientos solución de conflictos y consumación de anhelos.

Igualmente evidente y coherente con el insoslayable proceso libertario es que nadie puede enseñar, nadie puede hacer nada para que en el otro surja un conocimiento, solo se puede participar del único aprendizaje posible, el comportamiento de aprendizaje decidido y conducido por el que aprende.

Así pues el hombre, en usufructo del proceso libertario, aprende integralmente. Desde su estado de sentimiento va generando razones que conforman posturas y construyen conocimiento. Comportando la circunscripción variable de la naturaleza interviniente, en el sentido proceso de aprendizaje en relación recíproca con la variabilidad del sentido proceso de creación del comportamiento y que, cuando se constituye en cosa la naturaleza interviniente circunscripta respecto al comportamiento creado, se siente palmariamente en la integridad de todo el ser hombre cómo la naturaleza intervenida que resultará con su comportamiento constituye la solución del conflicto o la consumación del anhelo construyendo y sosteniendo el bienestar general.

Surge, evidentemente, que así como es en lo individual, lo es en lo institucional, también se siente cuando se va aprendiendo y recíprocamente creando comportamiento y se siente cuando se arriba al conocimiento que consuma la creación del acto solución del conflicto institucional.

Concluyente evidencia: así como se aprende individualmente, se educa institucionalmente.

Luego, no son los acuerdos, ni las mayorías, ni el ceder, ni aceptar, ni el someterse a opiniones, ni las luchas, ni los intereses, ni modelos, ni conjunto de ideas, ni gobierno, ni oposición, ni líderes, ni liderados, ni poderes, ni inversiones, ni la competencia, ni ninguna otra que pretende sustituir el usufructo conducente del insoslayable proceso libertario.

Son los comportamientos de todos y cada hombre que individual e institucionalmente aprenden y crean comportamientos conducentes, satisfactorios a la integridad del hombre y consiguientemente a la integridad de las instituciones que constituyen la integridad de las sociedades, y consecuentemente creaciones que solucionan conflictos individuales y sociales, o consuman anhelos individuales y sociales.

Luego, evidentemente, si los integrantes de la naturaleza interviniente que comportan un conflicto, individual o social, sienten que quieren comportar la solución, necesitan construir la estructura que constituye la institución educación, coherente con el evidente e insoslayable proceso libertario.

Evidentemente, cuando hablamos de "la gente" todos hacemos referencia a las personas que usufructúan el, evidente e insoslayable para todos, proceso libertario y por lo tanto todos "sabemos" cómo se comporta "la gente".

Consecuentemente evidente, toda persona que se comporta conducente al bienestar general es "gente" y por consiguiente, todos y cada uno "sabe" que todos deberíamos ser "gente". Luego, es evidente que todos "sabemos" comportarnos "como la gente".

Igual de evidente es cuando hacemos referencia al "sentido común" y a "la gente" nos referimos a nosotros y a los demás comportando "lo correcto", que es el usufructo del evidente e insoslayable proceso libertario de aprender para crear comportamiento conducente al bienestar de todos.

Así pues funciona el evidente e insoslayable proceso libertario, el proceso que rige y provee a todos y cada uno de los hombres (cosas), tanto en lo individual como en lo institucional.

Beneficios y contexto general

Los beneficios de aprender y educar al hombre coherentemente con el proceso libertario emergen abundantes y con contundentes evidencias que se propagan en todos los comportamiento individuales e institucionales del hombre, solucionando todos los conflictos y consumando todos los anhelos, tantos individuales como sociales.

Con clara evidencia se observa la concatenación del aprendizaje, la comunicación y la evaluación de la cosa resultante. Estableciendo la correlativa, necesaria, armónica y fundacional unificación de las instituciones educación, comunicación y justicia, las que exigen constituirse en esencia y forma social, coherente con el insoslayable proceso libertario que rige a todas las cosas.

Evidentemente el hombre en lo individual y en lo institucional, cuando ya aprendió el usufructo del insoslayable proceso libertario, aprende, a poco de usufructuar conducentemente el proceso libertario, a enmendar sus errores, pero, esencialmente, a no cometer errores de comportarse por aprender simples opiniones, pues aprende a corregir los errores sin comportarlos, aprendiendo a construir conocimientos, tanto en lo individual como en lo institucional. Es la prevención de todas las prevenciones anheladas.

Contundentemente evidente se manifiesta que, a medida que utiliza coherentemente el proceso libertario, y a pesar de comenzar a utilizarlo desde los más elementales errores de simples opiniones, va aprendiendo a comportarse respecto de circunscripciones más abarcadoras, hasta construir conocimientos para la creación de comportamiento conducentes a la solución de conflictos y a la consumación de anhelos.

No se trata de evolución de comportamientos, se trata de creación de comportamientos para el aprendizaje hasta la construcción del conocimiento.

Se manifiesta evidente que el aprender a aprender para usufructuar el proceso libertario conduce al hombre a crear comportamiento para aprender hasta construir el conocimiento de la naturaleza interviniente que se hace sentir recíprocamente con la creación del, que también se hace sentir, comportamiento que incidirá sobre esa naturaleza interviniente conocida, consumando la conducción integral del hombre, tanto en lo individual como en lo institucional, para la solución de conflictos o consumación de anhelos.

Todo lo cual hace a la institución educación, para que el hombre se eduque para y por usufructuar en la institución educación el proceso libertario de aprender respecto de comportamientos en creación.

Esto hace al comportamiento individual, donde palmariamente se aprende que las jerarquías individuales no existen, los individuos son individuos y sus comportamiento son de individuos, ni más, ni menos, por más que se los nominen con títulos institucionales, tales como regidores, majestades, líderes, dirigentes, ídolos, genios, conductores, y demás.

En lo institucional, es lo mismo, aprendiendo institucionalmente en un ámbito de aprendizaje institucional, para aprender hasta construir el conocimiento institucional del conflicto o anhelo y crear comportamiento institucional solución del conflicto o consumación del anhelo.

Un intercambio de aprendizajes generando posturas institucionales y recíprocamente comportamiento institucionales es, por ejemplo, el siguiente:

En una reunión del consorcio de un edificio de varios propietarios e inquilinos, donde la reunión en sí constituye ámbito de aprendizaje, pero si las personas comportan comportamientos comunicacionales por opinión, por ejemplo, con la primera opinión que les "viene en mente, sienten o escuchan" se pueden generar no solo comportamientos institucionales inconducentes emanados de aprendizajes de opiniones, sino que alcanzan comportamiento comunicacionales inconducentes que hacen inconducentes las reuniones para solucionar conflictos y consumar comportamientos de mejor convivencia. Por ejemplo: "Reunidos aquí tratamos el tema de los ruidos molestos", y comienza uno diciéndole a alguien: "Ud. está destruyendo el edificio con su equipo de música" A lo que el otro responde: "Qué voy a destruir yo, es Ud. la que se cree dueña de todo cuando su hija viene con el novio y se queda cantando con el amplificador al máximo y desafinando como perros, hasta la madrugada" U otro podría decirle a otro: "Entiendo que Ud. está cocinado, pero su procesadora hace más ruido que 100 lobos aullando, además cocina todos los días durante horas" Los ejemplos, aquí muy escasos, son solo para llamar a la imaginación o memoria de las cosas que se comunican en reuniones supuestamente institucionales de consorcio y demás instituciones de una sociedad. Sería interminable ejemplificar cómo las personas crean comportamientos inconducentes en la vida diaria y comportan comunicaciones inconducentes en la reunión de consorcio y por extensión en la sociedad, en ambos sin aprender más allá de la simple opinión respecto del causar una molestia o malestar en el otro, comportando conflictos por educación inconducente por su incoherencia con el insoslayable proceso libertario.

Así el ejemplo de la reunión de consorcio se puede considerar como reunión para la convivencia incluyendo constituciones de ámbitos institucionales donde se pretende crear comportamientos de convivencia, u otros importantes, y bien expresadas finalidades institucionales, pero estos ámbitos de aprendizaje conforman una batalla de comportamiento comunicacionales (cuando no físicos, violentos, judiciales y demás conflictos) por opiniones de opiniones que responden a comportamientos comunicacionales de opiniones con comportamiento comunicacionales que responden a las opiniones, como cosa comportada, la reunión para solucionar y o crear comportamiento de convivencia, no se constituye como ámbito de aprendizaje conducente, conforma una embestida de comunicaciones inconducentes, con consecuencias tan inconducentes como las comunicaciones que puedan crearse.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6

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