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La batalla de Ituzaingo, ambas versiones (página 2)



Partes: 1, 2

En tales momentos, estaba situado a la altura del batallón N°5. (Ubicado, a la derecha del centro de la línea) Sus posiciones fueron cobrando solidez, con la llegada de nuevos cuerpos. Desde tal ubicación, pudo advertir que la división de Callado, estaba separada por un espacio considerable de la de Barreto. Visto lo cual, se le ofrecía, una inmejorable oportunidad para sacar partido de inmediato, y con tal movimiento, simplificar parte de su plan de batalla, es decir, aislar a la izquierda imperial, y además quedar ambas divisiones con los flancos vulnerables. El mando imperial percibió tamaña grieta posicional, y, en consecuencia, ordenó a Callado que moviera rápidamente sus tropas a fin de dar cohesión a su línea. Para dar cumplimiento a la orden dio comienzo su marcha flanco de unos 1800 metros. La maniobra era audaz y peligrosa, por cuanto vulneraba, con tal flagrante transgresión, una regla fundamental de la táctica, según la cual, no debe desfilarse por el flanco al alcance del fuego, o de los sables enemigos. Alvear se dirigió a la carrera hacia la derecha y ordenó a Lavalleja que cargase en masa sobre la división enemiga agregando en alta voz (1) "Que esa carga iba a asegurar el éxito de la jornada" El caudillo uruguayo contestó que estaba pronto a obedecer, pero necesitaba se le pusiese una reserva "por lo que pudiera suceder". Observación justa, si se hubiera tratado de la solución de un problema táctico en una academia, pero anti militar en el campo de la acción, sobre todo, en aquellos momentos preciosos. El general insistió en la orden y dispuso que los lanceros del regimiento N°16 (Olavarría) y el N°8 de Zufriátegui ambos del Segundo Cuerpo, se trasladaran del centro a la derecha para sostener a Lavalleja que se mantuvo inactivo. Cuando llegaron a su campo los dos regimientos, ya Callado había completado su maniobra, recorriendo impunemente esa distancia de flanco, y … ¡a tiro de fusil de la división de Lavalleja! Esa brillante oportunidad, no volvería a presentarse en todo el transcurso de la acción, al jefe uruguayo. (2)

1) Según nos lo cuenta el comandante Antonio Díaz, testigo del diálogo.

2) V. López, "Historia de la República Argentina…"

3) "Los orientales eran valientes, pero no soldados, tampoco tenían buenos jefes, pero ni medianos como individuos de un ejército regular. Buenos para "partidarios", cuanto más como montoneros" Iriarte p.14

4) (Del 5to reg. de la 4ta. brigada).

Imperiales

Sector izquierdo de la línea (Brigadier Callado)

"Un aventajado discípulo de la escuela inglesa …"

Para reorganizar su línea: "Fui conducido por el cuartel maestre general en dirección a un collado como a 1800 metros de distancia de mi primera posición, se me mando después que formase más unido a la derecha del ejército (1), lo que ejecuté, quedando más a la izquierda 560 hombres a las órdenes del mariscal Abreu y dos piezas de artillería a la derecha (entre las dos divisiones) Posteriormente se le entregó otra pieza al mariscal Abreu. Recibiendo yo, la orden de defender la izquierda del ejército. Principió el fuego de artillería de nuestra derecha alrededor de las 7 y media de la mañana.

A las 9, ambos comandantes preparan sus movimientos inmediatos. El imperial tenía como objetivo al 3° cuerpo argentino (Soler, izquierda de la línea a la cual deseaba romper. El republicano, apuntaba a la izquierda enemiga (Callado) a la que deseaba hendir en cuña, y envolverla por derecha e izquierda, arrojarla fuera del campo, caer sobre sus bagajes a retaguardia, y luego, atacar al flanco izquierdo de la división de Barreto, previamente debilitada por los fuegos de la artillería. En síntesis: Del lado brasileño, un ataque de su derecha contra nuestra izquierda, que representaba el núcleo sólido de la línea republicana. Y de republicano, un ataque general, sobre toda la línea imperial, incluyendo a sus dos divisiones, previa derrota o conmoción de su izquierda (Callado-Abreu)

Republicanos:

… Superado el episodio mencionado; Alvear le ordenó luego, (A Lavalleja) que cargara con su división a la izquierda enemiga con la consigna de "Vencer o morir". Ni venció ni murió. Fue completamente deshecho, pese al reconocido denuedo de su gente (3) De modo que al lanzar Lavalleja sus hombres de frente y sin maniobrar (como lo hacía la caballería regular) la infantería enemiga la abrasó con sus fuegos de fusil y de cañón. Una gran parte de los escuadrones orientales, tuvieron que correrse sobre su derecha, llevándose envueltas a los del N°9 al mando de Ignacio Oribe, que ese día había pasado del segundo cuerpo al primero, chocaba con las bayonetas de la infantería enemiga, sufriendo la metralla, que los detenían y los desorganizan, en vano vuelven una y otra vez, contra el enemigo, que los barrían implacablemente, en aquel temerario ataque frontal.

Es cargado a su vez, por un brioso contrataque ejecutado por la caballería imperial que lo terminan dispersando; pasando sus rotas unidades a reorganizarse al amparo del resto del primer cuerpo

Poco antes de las 10, se incorporan finalmente a la línea republicana las últimas unidades de infantería y artillería, con lo cual queda conformado su dispositivo.

Imperiales:

Secuencias registradas en la izquierda de la línea: Callado.

Al tiempo, descendieron las fuerzas de la caballería enemiga (División. Lavalleja) a atacar nuestros flancos, y entonces me preparé a resistirlas, formando mi cuarta brigada de caballería en columna de escuadrones a la izquierda para proteger al señor mariscal Abreu, y rechazar al enemigo; y mandé a la segunda de infantería que formase cuadro, al que hice reunir en los ángulos, dos piezas de artillería (las que estaban ubicadas originariamente en la derecha de su división. Atacaron cuatro escuadrones enemigos a las fuerzas del mariscal Abreu, que yo sostenía con la 4ta. Brigada de caballería y a esta por el cuadro de la 2da. de infantería, estando la tercera brigada de caballería en reserva, para defender y observar mi derecha, centro del ejército: desgraciadamente, la gente del señor Abreu, no recibe la carga (huye a la desbandada) del enemigo, retirase, abandona la pieza de artillería, atropella al 5to de caballería, que se hallaba en columna, y cae una fuerza desordenada sobre mi cuadro. Grito al mariscal Abreu que se detenga; mas no soy oído ni atendido, quizás, porque su S.E. venía ya herido. Mi caballo cae muerto y yo grito con furor al cuadro que haga fuego para que no lo rompan, luego, envío al 5to. regimiento de mi 4ta brigada que se hiciera fuerte; ante la embestida del enemigo; disposiciones que permitieron auyentar al enemigo. El 5to. regimiento volvió luego a su línea, y mandé tomar la pieza perdida por la gente de Abreu, (José dos Santos Abreu, barón de Cerro Largo)

El brigadier Callado (Joao Crisóstomo Calado) Manejó sus tropas, con la habilidad de un experto artesano de la guerra. En todo momento, mantuvo inconmovible su presencia de ánimo, ante las sucesivas cargas de la caballería enemiga. Y como se verá, salvó luego a su división de una segura destrucción (2)

1)Instancia que fue desaprovechada por indecisión del general Lavalleja.

2)Había formado parte del ejército del duque de Wellington en la guerra de la independencia española, en función de tal experiencia, demostró en Ituzaingó, ser un aventajado discípulo de la escuela inglesa por el buen uso del cuadro en la infantería.

Imperiales:

Secuencias registradas en la derecha de su línea: (Barreto)

"A la 3ra. brigada de caballería se la ubicó a retaguardia de nuestro flanco derecho, a fin de respaldar nuestro ataque …"

El mariscal Brown (1) que estaba dirigiendo las operaciones del sector derecho (2) de su línea, vio afianzada la posición de su ejército al observar el completo descalabro de Lavalleja; y "ante la posibilidad que el enemigo tratara de envolver nuestro flanco, situación que le hubiera dejado en posición de adueñarse de las alturas de nuestra retaguardia, procedió entonces a lanzar un ataque sobre la izquierda de la línea republicana para lo cual ordenó al Brigadier Barreto (Sebastiao Barreto Pereira Pinto) que aprontara a la caballería de la primera división en dos líneas: la primera compuesta por el regimiento 4° y del escuadrón de lanceros alemanes, brigada mandada por el coronel Miguel Pereira y por el regimiento Lunarejo, mandado por el coronel José Rodríguez Barbosa. La segunda línea, compuesta del primer regimiento mandado por el mayor Calmón, y el 24° mandado por el mayor Juan Severino. Más, habiendo observado que, durante estos preparativos, el enemigo continuaba a destacar fuerzas por su izquierda, (ataque de la brigada al mando de Cnel. Lavalle) en lo que no tenía tener otro fin sino tomar el flanco derecho de nuestro dispositivo, y suponiendo, como era natural, haber debilitado mucho por esto su centro (3) fiándose en su artillería, se dio orden al coronel Pita, comandante de la tercera brigada de caballería compuesta del regimiento 6°, y de escuadrones del Bahía, y el regimiento 20° (4), que se ubicase en retaguardia del flanco derecho, con el fin de respaldar nuestro ataque, y atacar al enemigo en su eventual retirada. Para recibir los ataques de la caballería, se puso en marcha la primera brigada de infantería compuesta de los batallones, 43 y 27, mandada por el coronel Leitao Bandeira. Esta pequeña fuerza (No tan pequeña, eran dos brigadas de caballería y tres regimientos de infantería, dos piezas de artillería volante y una brigada de caballería en reserva (la 3ra.) algo más de tres mil efectivos, Fue el ataque mejor concebido de la batalla). venció todos los obstáculos, avanzando en el mejor orden, siendo amagada repetidamente por cargas de caballería, y sufriendo un vivísimo fuego de artillería y de su infantería. Pese a lo cual, siguió avanzando causando grandes pérdidas al enemigo, por sus bien dirigidas descargas de fusilería, con que recibió las cargas de caballería enemiga, matándole muchos de sus mejores oficiales (5)

  • 1) Gustav Henrich Von Brown, oficial prusiano, que hizo su carrera en el ejército inglés, había combatido bajo las órdenes de Wellington en la guerra contra las tropas de Napoleón, terminada aquella fue contratado en Londres, para prestar servicios en Brasil. Asumió el comando operativo del ejército imperial en la batalla de Ituzaingó.

  • 2) En rigor, solo las de ese sector, ya que, por lo que se vio, las órdenes de la división ubicada a la izquierda de la línea imperial, las impartía el brigadier Callado; queda claro que la dirección del ejército imperial fue dual.

  • 3)  El lector recordará que Alvear debilito su centro a causa de que los regimientos 8° y 16° fueron destinados a reforzar el abortado ataque inicial de Lavalleja.

4)Se refiere a las cargas de los regimientos 2° y 3° Paz y Brandsen, a la artillería de Iriarte

4) Regimiento que en su origen formaba parte de la segunda división (Callado)

5) La sentidas bajas del coronel Federico de Brandsen, del teniente coronel Manuel Besares y del teniente Joaquín Lavalle entre otros

Hasta pasada la media mañana, el ejército imperial había tenido más éxito en el curso de las operaciones, sin embargo, la batalla estaba aún indecisa.

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Filisberto Brant de Pontes, marqués de Barbacena 1772-1842

Comandante en jefe del ejército imperial

De las 10 a12hs.

En este lapso, se producen los movimientos decisivos de la batalla.

Republicanos:

… "Se estrella a pesar de su brioso empuje contra una batería de …"

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Coronel Federico de Brandsen 1885-1927

"La infantería enemiga se vino sobre nuestra línea a paso de carga con la intención de romperla …" (1)

Para frenar dicho ataque, le sale al encuentro el 5° de Olazábal, que desplegó al punto, destacando del mismo, la compañía de voltígeros (2) la cual rompió el fuego de mosquetería, contra los tiradores del 27° de alemanes, que llevaba la cabeza del ataque, y sostenido por los disparos de dos piezas de artillería al mando del teniente Mallet, que acompañaron el avance de su infantería. Mientras tanto, las otras piezas que debían acompañar en su avance, se inmovilizaron a causa de los zanjones y baches, del terreno, y/o, por indecisión de sus jefes, aunque sin dejar de cañonear a la caballería argentina de la izquierda. (brigadas de Paz y Lavalle)

Tres, de las cuatro baterías argentinas, (3) teniendo a sus flancos los batallones 1°; 2° y 3° abrieron sus fuegos sobre los infantes imperiales, secundados eficazmente por el fuego de fusilería de los tres cuerpos …

1) Cnel. Iriarte, Memorias. Este ataque demuestra la inconsistencia del plan original de batalla de Alvear. Donde queda demostrado que la caballería republicana no pudo ni embolsar ni aislar a la primera división del ejército imperial (Ver antecedentes en página 17).

2) (Cuerpo de infantería ligera, preparado para desplegar en guerrillas)

3) Cada batería estaba compuesta de cuatro cañones

De las 12 a las 14hs.

Imperiales:

Secuencias registradas en el sector derecho de la línea.

Brown-Barreto

"Los batallones de Leitao Bandeira marchan briosamente para romper la línea republicana …"

Entre tanto, observando el mariscal Brown, que se había debilitado el centro republicano por el envío de tropas a las dos alas de la línea, pensó que era llegado el momento de llevar un ataque decisivo y a fondo sobre la artillería, e infantería argentina, (izquierda de la línea) y prevenir el que gestaba su enemigo y a cargo de la caballería (de ese extremo (brigada de Lavalle) de la cual sospechaba, que iba a caer sobre su flanco derecho. Para cubrir tal posibilidad, Brown pidió a Callado "que lo reforzara con una brigada de caballería (1) para ubicarla a retaguardia de las unidades destinadas a tal operativo, Lanzó el ataque con los batallones: 3°,4° y 27° (alemanes) seguidos por la artillería divisionaria y apoyados en la 1ª y 2ª. brigadas de caballería de Barreto, enfilaron en dirección del tercer cuerpo del ejército republicano, conformado por artillería e infantería. Los batallones imperiales mandados por el coronel Bandeira (Manuel Antonio Leitao Bandeira) marcharon briosamente para romper la línea republicana. sostenidos por los disparos de dos piezas que al mando del teniente Mallet, el resto de la artillería que debía acompañar ese avance, se inmovilizaron a causa de los zanjones y baches, sin dejar de cañonear a la caballería argentina d e la izquierda. Brigada al comando de Cnel. Lavalle (Juan) (2)

Nuestra fuerza de ataque sobre la izquierda enemiga,avanza venciendo todos los obstáculos en el mejor orden, fue amagada repetidamente por cargas de caballería, (De Paz y Lavalle) y un vivísimo fuego de artillería e infantería. A su vez, el fuego de nuestra artillería y fusilería, causa grandes pérdidas al enemigo, y con las que se repelió las cargas del enemigo, matándole muchos de sus mejores oficiales (Brandzen, Federico, Besares (Manuel) y Lavalle (Ignacio) entre otros) Llegando nuestra caballería al otro lado del valle, cayó sobre la caballería enemiga haciéndole muchos estragos y algunos prisioneros, (3) obligándola a refugiarse bajo los fuegos de su artillería Esta fuerza hubiera continuado avanzando, si el ejército imperial hubiera tenido fuerzas para reforzar, y en tal caso, no hubiera quedado dudosa ni por un momento, la victoria del ejército de su majestad imperial y la completa derrota del enemigo". (4)

1) Para lo cual, Callado cedió su 3ra. brigada de caballería.

2) Seguramente para inmovilizarla y evitar que ésta la atacara de flanco.

3) Se refiere a la caballería dispersa de la división de Lavalleja.

4) El mariscal Brown, omite mencionar las razones del fracaso del ataque de esa división sobre la izquierda republicana.

Republicanos:

¡Que se pasan … ni qué cara …! ¡coronel: rompa usted el fuego en el acto" (sic) Memorias de Iriarte p. 16 (1)

… de infantería. 12hs: Pese al fuego que soportaban, los infantes imperiales continuaron su avance frontal. En tales momentos, el general Alvear, notando que una batería no secundaba a las restantes, acudió a gran galope a ese punto de su línea para averiguar el extraño silencio de sus cañones. Había ocurrido que, el general Soler, había confundiendo a un batallón enemigo con el 5° de infantería, (1) que había recibido órdenes de Alvear de replegarse a su línea para dar lugar a que la brigada del coronel Brandzen que cargase a los batallones imperiales. Soler había ordenado al coronel Iriarte que no hiciera fuego a esa masa de infantes. Acude Alvear y saca de su error a Soler (2) y ordenando que la batería obrase al punto. En tanto, se preparaban las cargas de Brandzen, Paz y Zufriátegui, para operar sobre aquella fuerza. Eran los momentos decisivos de la acción. Si la infantería enemiga lograba romper la línea republicana el triunfo quedaría en manos de los imperiales.

Secuencias registradas entre las 12 y las 14 horas.

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Referencias:

  • 1) Paso del Rosario

  • 2) Desfiladero

  • 3) Línea Republicana

  • 4) Ubicación de la vanguardia (Lavalleja)

  • 5) Avance de toda la división Barreto a fin de quebrar la línea republicana.

  • 6) Brigada de Bentos Manuel

  • 7) La misma en dispersión

  • 8)  Brigada al mando del coronel Lavalle

  • 9)  Carga de regimiento de Brandzen para contener el avance imperial

  • 10) Batallón N°5 quien con sus fuegos intenta contener la ofensiva imperial, Luego retoma a su línea para posibilitar el desplazamiento de los regimientos de caballería.

  • 11) El regimiento N°1 retorna a la línea republicana.

  • 12) Cargan dos regimientos orientales y consiguen penetrar tras la linéa imperial.

  • 13) Carga de los regimientos 8° y 16°, los que también consiguen flanquear la línea imperial. Una vez en retaguardia queman los pastos a fin de hostigar al enemigo

  • 14) Dispersos dela brigada del mariscal Abreu

  • 15) Sanja

  • 16) Pastos incendiados

  • 17) Camino que vincula a San Gabriel con el Paso del Rosario

Los fuegos de la artillería cesan al punto, para posibilitar la carga de Brandzen Este hizo observar respetuosamente al general, que su carga de frente se encontraría con el zanjón central, que dividía el campo de batalla, obstáculo que habría de desordenar a sus jinetes, con estéril sacrificio de éstos. Alvear refiriéndose a él le dice: -"Coronel Brandzen – "cuando el emperador Napoleón daba una orden sobre el campo de batalla, ninguno de sus jefes la observaba, aun cuando supiera que iba a morir" (a)

"General está bien, sé que voy a morir, pero cumpliré la orden" (sic) Y marchó a ocupar su puesto al costado de dirección del segundo escuadrón. Alvear espada en mano le sigue dispuesto a cargar también, le ruega que se detenga, pues, lo ve con pesar ocupando un puesto que él creía poder llenar con honor. Ante lo cual, el general noblemente emocionado sofrena su caballo. Pese a su empuje la carga fracasa, los infantes protegidos por la zanja resultan invulnerables. El coronel Brandzen tal como él lo suponía, yace en el campo de honor en cumplimiento de su misión. (3) Los enemigos vuelven a la carga. La artillería era el último obstáculo que separaba a los atacantes de lograr su objetivo La columna quedó perfectamente descubierta, Y la artillería empezó a jugar sobre ella. Los primeros tiros fueron desacertados. Unos altos, otros muy bajos. Yo dije para mí, la acción se pierde y mi regimiento y yo habremos perdido el crédito para siempre. La columna enemiga quedó perfectamente descubierta y la artillería empezó a jugar sobre ella. Los primeros tiros fueron desacertados, unos altos, otros muy bajos (estos no eran del todo perdidos) Yo dije para mí: La acción se pierde y mi regimiento y yo, habremos perdido el crédito para siempre. Recomendé que se rectificasen las punterías, y la bala rasa empezó a abrir grandes claros en los batallones enemigos que venían a retaguardia (eran dos de alemanes) Pero seguían avanzando on denuedo, no obstante, las granadas, balas y metrallas que llovían sobre sus cabezas y aclaraban sus filas. Se oían los gritos de los oficiales, las imprecaciones contra los soldados que vacilaban. "Filho do mal, filho da p…" y se veían los cintarazos que les pegaban con sus espadas para que continuasen avanzando. Al fin tuvieron que dar media vuelta. Se retiraron, siempre sufriendo nuestros bien dirigidos fuegos de artillería y cubriéndose en una lomada que hacía el terreno, donde, sin embargo, los perseguían nuestros fuegos curvos. Se reformaron y volvieron otra vez al paso de carga; pero se repitió la misma escena. Fueron rechazados con gran pérdida y se retiraron para no volver más.

Simultáneamente, el coronel Lavalle recibe órdenes de atacar la brigada de Bentos Manuel que cubría la extrema derecha de la línea brasileña y luego flanquear el ala desprotegida de la línea brasileña Cumple exitosamente la primera parte de tal cometido; luego se ocupa exclusivamente en perseguir a los dispersos … (4) Algunos testimonios injustos y calumniosos afirman que el general Alvear ordenó una carga inoportuna y sacrificó inútilmente a Brandzen, tales comentarios, solo se explican por un profundo resentimiento hacia su persona o por ignorancia sobre lo que realmente ocurrió. El historiador Fregeiro (Clemente) sostiene, basándose en un testimonio de Pacheco que Alvear exigió a Branden que cargara en línea, partiendo de la base que no era ocasión apropiada para hacerlo de tal forma. No es creíble, ya que el mismo (Alvear) había escrito que la mejor forma para cargar la infantería era en escalones. Viene al caso lo expresado por el capitán del ejército imperial Lima e Silva, que como oficial del batallón N°3 recibió el embate de los jinetes republicanos, quien aseguró que "todas as cargas de cavalaría que fazia o inimigo eran em colunas e ñao em linha".

En el otro extremo de la línea, Alvear ordena al comandante Servando Gómez, y al de igual clase A. Medina que atacasen a fondo a la caballería interpuesta entre su infantería y la división Barreto; de modo que ésta y sus tres piezas quedasen aislados. Y luego, pasar a retaguardia del enemigo (5) por el claro que abriesen; simultáneamente(derecha) ordenó al coronel Olavarría que marchase con el 16° a su mando y que flanquease el lado opuesto de la infantería enemiga(izquierda) que había quedado descubierta por la huida, y dispersión de la caballería del mariscal Abreu.

Gómez y Medina ejecutaron con rapidez exitosamente la operación poniéndose en actitud de amenazar el flanco derecho de la división Barreto. En tanto Olavarría (Ver croquis N°2) se lanzaba sobre el flanco izquierdo de la brigada, arrollaba y lanceaba con denuedo al escuadrón imperial que quiso oponérsele, y vuelto sobre el batallón, lo conmovió de tal modo poniéndolo en la situación más riesgosa de toda la acción y apoderándose de las tres piezas que el enemigo tuvo que abandonar. (6)

  • a) Con todo respeto, sería razonable preguntar ¿Por qué Alvear, no dejó que la infantería enemiga, traspusiera la zanja, para no exponer a Brandzen a enfrentar ese obstáculo?

El general Sucre, en Ayacucho, ordenó el ataque de su caballería justo, cuando la infantería española, estaba cruzando indefensa, sin la protección del cuadro) la gran grieta que dividía el campo, (o sea, los resultados de esta carga fueron concluyentes, la infantería realista del centro quedó neutralizada. Ver en www.monografías.com "La Batalla de Ayacucho"

1) Soler no era ni daltónico ni miope, ocurre que el campo estaba cubierto por una densa cortina humo y los uniformes se parecían mucho. Ocurre que Alvear tenía desde la altura del morro una visión de panorama más amplia. Soler estaba ubicado al lado de la artillería o sea abajo. Imposible soslayar el minucioso relato que el coronel Iriarte efectúa sobre uno de los momentos cruciales de la batalla en sus Memorias, por haber sido testigo y actor principal del episodio: "La infantería enemiga se vino sobre nuestra línea para romperla a paso de carga, y su dirección bien marcada era sobre nuestras baterías, todavía estas no habían roto el fuego, yo me encontraba a muy pocos pasos de la primera batería.(Este episodio recuerda lo ocurrido en la batalla de Bailén, cuyos protagonistas fueron la infantería francesa (general Dupont) y la artillería española (general Castaños), en la cual ésta definió la acción) Había salido a recibir al general Soler, que recién llegaba. "General -le dije-, sin perder tiempo voy a romper el fuego" Era esto en el instante en que los enemigos rompían su movimiento de avanzar de frente y estaban ya a un poco más de la distancia de punto en blanco.

"¿Y, sobre quien – me contestó el general Soler – va usted a hacer fuego" "Sobre esas columnas de infantería que marchan sobre nosotros" "¡¡ Bah!! Pues ¿no ve usted, coronel, que es nuestro 5° batallón?" "Pero general, el quinto batallón no tiene tanta fuerza. ¿Usted ha dado orden al quinto batallón para que haga ese movimiento?" "No" "Bien, pues entonces no puede ser el quinto batallón, son los enemigos y voy a romper el fuego" "Se lo prohíbo a usted. Pero hombre ¿está usted ciego, no conoce usted la bandera del quinto batallón?" Efectivamente, la bandera del quinto batallón, que era la argentina, podía bien confundirse con la que flameaba en aquella columna que no cesaba de avanzar, bien que sus colores fuesen verde y amarillo. Pero el humo y la fuerte refracción del sol hacían que el general Soler equivocase el amarillo y verde con el blanco u azul de nuestra bandera. El general Soler miró con su anteojo y repitió "Es nuestro quinto batallón" Me entregó el anteojo y yo, que había empezado a vacilar, me cercioré que eran los enemigos "General -le dije-son los enemigos y voy a hacer fuego. Por Dios, general, nos perdemos, son los enemigos. "Coronel, no haga usted fuego, y se lo mando." Le di mi anteojo, que era mejor que el suyo, y con el que yo había visto, y repitió "No me queda duda que es el 5°. Yo estaba desesperado, con las piezas cargadas, apuntadas, el lanzafuego encendido y sin poder dar la voz de fuego. Todo había pasado con rapidez y la columna enemiga seguía avanzando. Mi ansiedad era grande. Mis exclamaciones las más vehementes, pero soler me mandaba que no hiciera fuego. Estaba ya a punto de desobedecerle, cuando el general Alvear llegó a todo galope, gritando: "¡coronel!": ¿Qué es esto? ¿Por qué no rompe el fuego?" " – General: me lo impide el general Sole, "Dice que es el quinto batallón" "Que quinto batallón! Son los enemigos" "¡Los enemigos que se pasan "-Dijo Soler- "¡Que se pasan ni que c…! ¡coronel: rompa usted el fuego en el acto!" Pero ya no era posible. Los orientales en su fuga, se habían interpuesto entre la columna enemiga y nuestra artillería, mientras el enemigo seguía avanzando "General -le dije a Alvear- Si rompo el fuego será sobre los orientales (yo lo habría hecho sin ceremonia, porque el trance era crítico y los momentos preciosos) ¡Porque no manda usted a alguno de sus ayudantes a prevenir a los orientales que se corran sobre un flanco para poder descubrir la columna enemiga? Mando, efectivamente, a su ayudante Visillac, que salió a escape con la orden, pero yo calculé que aquella multitud desordenada que fluctuaba con oleadas en distintas direcciones no sabría tomar una determinada para despejar nuestro frente y, que el tiempo que tardase el ayudante lo pasaríamos en la inacción en momentos tan críticos, y mandé disparar un cañón a bala rasa, con riesgo de ofender a los orientales, pero como un medio más seguro, para que evitasen el frente de la batería. Fue acertada mi previsión. Al silbido de la bala, que pasó muy rasante, si es que no dejó al paso tendidos algunos orientales, estos dejaron precipitadamente aquel terreno.

2) La visión de Soler se veía obstruida por la humareda del fuego de fusilería y artillería, más la proveniente del incendio de los pastizales de que estaba cubierto el campo.

"3) En su carga llega al zanjón, que su primer escalón salva, aunque desordenado por el obstáculo que detiene el impulso de la carga. Siguen, el cuadro espera. A una treintena de metros, el cuadro alza sus fusiles …" "detenidos los caballos por el torrente de fuego cargados a su vez por la caballería imperial, remolinean, retroceden, los caballeros del primer escalón, no sostenidos, por los otros dos, los que, no encontrando paso a su frente en el zanjón, han debido buscarlo a sus costados. Vuelven caras los primeros, arrastrados por Brandzen con el segundo escalón y el tercero. Retumban las descargas que abaten en tierra a jinetes y caballos. Brandzen mortalmente herido retrocede con sus heroicos soldados; los reorganiza sobre el borde mismo de la zanja fatal, recibe nuevas heridas que lo abaten definitivamente al lado mismo de su ayudante el teniente Joaquín Lavalle acallado por las primeras descargas. Dan una tercera carga, pero ya sin cohesión.

4)Chismes le llegaron al general Alvear -él lo dice- de que el Cnel. Lavalle se había puesto a salvo con ese comportamiento, de que lo hiciese matar, como al coronel Brandzen: suerte fatal de que, por casualidad, se había salvado el coronel Paz. A ese cargo contesta el general en jefe, que, si expuso a todos esos oficiales, había sido exponiéndose el mismo, como jefe inmediato del segundo cuerpo, porque la composición de su ejército lo había obligado a emplear caballería en esas operaciones, desde que tenía apenas la infantería y la artillería necesarias para defender el centro de su línea. Vicente López, Historia de la República Argentina T. V. P. 421

5) "Algunos escuadrones de estas fuerzas se adueñaron de la retaguardia enemiga, incendiando los campos y adueñándose de sus bagajes. Aislando completamente a la división Callado de la derecha del ejército imperial. Hecho del cual, da fe el brigadier ingeniero Francisco José de Souza Soares de Andrea en su parte, quien en su recorrida por el campo advirtió la presencia de dos escuadrones enemigos sobre la retaguardia de nuestra posición, gritando ¡Viva la Patria! A lo que respondía toda la división ¡Viva el Emperador! conservándose nuestra caballería sin atacarles, ya que un cuerpo designado para atacarlos de flanco no llegaba a su lugar, luego los escuadrones enemigos fueron a unirse a unos mil hombres de caballería que estaban en nuestra retaguardia".

6) "Y los bravos lanceros, maniobrando como en un día de parada, sobre aquel campo cubierto de cadáveres, rompieron al enemigo, lo lancearon y lo persiguieron hasta una batería de tres piezas, que también tomaron. El coronel Olavarría sostuvo allí la reputación que había adquirido en Junín y en Ayacucho". López Vicente, ídem, p.418

A esa altura de la batalla, el área se había convertido en un infierno dantesco, el estrépito de clarines, el redoble de tambores, el tronar de los cañones, y el estampido de la fusilería, el quejido de los heridos. El incendio de los pastos, producía una densa humareda que envolvía todo el campo, tan acentuada, que hasta perturbaba la clara visión de los beligerantes, entrampados en las consecuencias de vestir los uniforme de la época, diferenciados solo en detalles de forma.

Secuencias registradas en el sector izquierdo de su línea. Callado.

El brigadier Callado toma acertadas disposiciones para repeler otro de los ataques enemigos esta vez con diez escuadrones de caballería formados en dos líneas. (cargas de Olavarría por izquierda y Medina y Gómez por la derecha) En ese mismo momento recibo orden para marchar con mi división hacia la derecha, dado el caso que estuviese desembarazado, le mostré el estado (suma emergencia) en que me hallaba ante lo cual se canceló la misma.

Al ser amenazada mi infantería; pasé entonces la caballería a retaguardia del cuadro, formado por mi 2da. brigada de infantería. (Batallones 13° y 18°) El enemigo intenta romperlo, (Carga … y a más de 20 pasos de distancia, mando hacerle fuego, y se retiran en desorden. (Carga de Olavarría y otros que, sin embargo, penetran por los flancos de la infantería y llegan a su retaguardia incendiando los pastos) Salgo del cuadro, y ordeno al 5° de caballería que le persiguiesen, así lo hacen, conducidos valientemente por su comandante, acompañándole yo, para obligar a los soldados a lanzarse a la carga, ya que se hallaban fatigados y con poca confianza en sus caballos, muy cansados.

Los escuadrones enemigos no cejan, y avanzan decididos sobre mi flanco derecho para cortar al 5° regimiento de mi caballería (Carga del 2° de caballería al mando del Cnel. Paz) hace fuego el cuadro, a la voz del comandante de la brigada de mi división, tan felizmente que el enemigo dejó sobre el campo entre 16 a 20 hombres de su primer escuadrón, el segundo se desbandó. (1) Eran ya, las dos de la tarde y me avisan que la derecha del ejército se retiraba. A partir de lo cual comenzó mi retirada al igual que la 1ª. división, llevando mi infantería en cuadro, y el resto en columna en el frente siendo yo perseguido constantemente por el enemigo, encuentro en el camino la mayor parte de nuestra artillería dispersa, algunos carros de municiones, la yeguada y el ganado y todo lo llevo a mi frente y en guardia; sosteniendo un continuo fuego contra mis perseguidores, que había incendiado el pasto, transformando a todo el campo en un volcán, en que estábamos obligados a abrirnos paso. Solo a media noche me fue dado reunirme con V.E (Se refiere al marqués de Barbacena) (2)

  • 1) Carga del regimiento N°2 del Cnel. Paz, que había atacado al 5° regimiento imperial de caballería el cual, retrocediendo ante el empuje de los republicanos trata de buscar protegerse detrás de la línea de su infantería, Pasan juntos detrás del cuadro y la infantería rompe el fuego sobre ambos. Los jinetes argentinos salen de su encierro con pocas bajas, luego de irrumpir exitosamente detrás de la infantería enemiga.

(2) Parte del brigadier Callado, Baldrich. P. 253

"Las noticias que recibía Barbacena eran cada vez peores. Ambas divisiones estaban separadas, sin posibilidad de reunirse, sus flancos se hallaban expuestos, gran parte de su caballería se había dispersado. Su retaguardia estaba amenazada por el fuego y el enemigo se había apoderado de sus bagajes y municiones. Según Lima e silva "o nosso exército nao tinha mais recursos, senão buscar uma retirada". (1)

14hs.: El ejército brasileño se retira dejando el campo a merced del vencedor.

De 14 a 17 horas.

La retirada de las tropas imperiales, su persecución. Divergentes opiniones.

  • a) "La batalla de Ituzaingó pudo ser un triunfo mucho mayor para los argentinos. Alvear dejó que los imperiales recogiesen tranquilamente su artillería antes de emprender su movimiento retrógrado. Iriarte y otros generales aconsejaron a Alvear que persiguiese a los fugitivos; pero el general en jefe se enfureció, dijo que él sabía lo que tenía que hacer y no dio un paso. Lavalleja y Lavalle, persiguieron un tanto a los brasileños y les incendiaron los campos que atravesaban, para hacer más penosa su fuga; Los enemigos continuaron su retirada sin que nadie los molestase, pero Alvear ordenó su contramarcha. Es por esta razón que el triunfo de Ituzaingó es considerado por los historiadores brasileños como una batalla equilibrada, empatada, sin consecuencias graves para el imperio. Alvear pudo aniquilar el ejército imperial y lo dejó escapar …" Memorias del general Iriarte, Selección y comentarios a cargo de Enrique de Gandía.

Era necesario perseguirlos en espera de otear alguna oportunidad favorable. Vana fue su tarea, percibieron que, a esas tropas, solo podría haberlas hecho claudicar el agotamiento extremo, no fue así, se mantuvieron firmes, tal vez el hecho de ser acosadas los hizo estrechar filas ante la adversidad. Lo cierto es que su marcha, pese a sus desventuras, se realizó en buen orden. Resulta muy difícil de creer, que nuestra caballería, con animales cansados, hubiera podido irrumpir en sus filas y abatirlos. Por otra parte, nuestras carabinas, tenían menos alcance que los fusiles de la infantería imperial. Ni acercarse habrán podido. El magro botín consistió solo en levantar algunos dispersos, desertores y heridos. A.P.R.

"En realidad, no solo hubo, sino que, además, esta continuo por casi una semana. Que esto ocurrió el día de la batalla está confirmado por los partes y testimonios de los oficiales brasileños. En el informe que envió al gobierno después de la batalla, Barbacena afirmó que "os cinco batalhones de infantería fizeram prodigios de valor, e a eles se debe salvarse o exercito na retirada a despeito de perseguicao do inimigo. El brigadier Callado confirmó en su parte de batalla que luego de ordenar la retirada de su división, fue perseguido constantemente pelo inimigo. Seweloh afirmó que "o enimigo comencou a expedir maiores colunas para acossar a nossa retirada…" El repliegue de las tropas vencedoras al Paso del Rosario al anochecer del 20 de febrero fue uma decisión correcta y, además, de acuerdo con las prácticas militares de la época. Emilio Ocampo, Ituzaingó: La batalla de las desobediencias Entre la fábulaylahistoria.tumblr.com

"Se ve que el general Alvear no estaba en condiciones de sacar fruto absoluto a su victoria y que obro con cordura, a abstenerse en tentar un esfuerzo aventurado, este fruto vendría después y lo habría alcanzado el general, si hubiera sido reforzado con tropas y recursos que no llegaron, porque el estado del país, con sus complicaciones internas que trajeron la caída de Rivadavia, lo impidieron. Entre tanto, la batalla de Ituzaingó tuvo otras consecuencias morales y materiales. El ejército imperial arrojado al norte, al otro lado del Jacuhy, se vio imposibilitado de volver sobre San Gabriel, donde había dejado al marchar sobre el Paso del Rosario un gran parque de 20 carretas, con municiones de guerra y boca, equipo, armamento de repuesto, uniformes etc. Por valor de 350.000 pesos del que se apoderó Alvear el 28 de febrero, mientras Barbacena, solicitando angustiosamente refuerzos, municiones, víveres y ropas a su gobierno, sintetizaba así su situación". Amadeo Baldrich, Historia de la Guerra del Brasil, p.278 . "Lavalleja y Lavalle no hacían más que acompañarlos, flanqueando a gran distancia los dos costados de la columna enemiga, pero sin aproximarse a hostilizarla ni era prudente hacerlo porque los fusiles imperiales, (a) tenían más alcance que nuestras carabinas; todo lo que hicieron nuestros escuadrones perseguidores, fue llevar los enemigos a la vista y de paso quemar el campo para hacer más penosa su marcha con el humo y los peligros del fuego"Isidoro Ruiz Moreno, Campañas militares argentinas. Emecé P.412

a) Fusiles con bayoneta de uso de la infantería y las carabinas para la caballería. Eran de Avant carga. El "Brown Bess" y el "Baker", eran las armas más utilizados por los dos ejércitos, ambas marcas de procedencia inglesa,

VII- Los despojos de la batalla

"Las infernales chinas, verdaderos marimachos, cruzaban entre las balas para entregarse al saqueo y despojaban inhumanamente a los heridos …"

La batalla había llegado a su fin.

Tres días después: "Pasamos por el campo, donde se había librado la acción. Ofrecía este un espectáculo horrible. El fuego, alimentado por la paja seca del campo, ardió en una gran extensión, dejándolo todo cubierto de cenizas y vegetales carbonizados. Los cadáveres estaban tan negros como el más oscuro natural de Guinea. Estaban hinchados putrefactos y tan desfigurados que nadie habría podido reconocer al hermano y al enemigo. Muchos heridos imposibilitados de andar quedaron en el campo abandonados y fueron devorados por las llamas. Otros habían perecido a manos de las implacables chinas, que los ultimaban para saquearlos. Los que dejaban vivos, los imposibilitaban de oponer la menor resistencia porque antes de registrarlos, les habían atado las manos con jirones de la misma camisa. Así su fin era infalible. Cuando el fuego los alcanzaba, los imposibilitaba moverse del lugar. Esos valientes, merecían mejor suerte! ¡Que malvadas mujeres! Entre esas víctimas, se encontraban indistintamente argentinos y brasileños. Era una escena de horror y de escándalo ¡Que malvadas mujeres! También, tuve ocasión de cerciorarme del gran estrago que había hecho nuestra artillería en las filas de la infantería enemiga. Fue tan certera, que todo el ejército vio once cadáveres brasileños, tendidos en línea de los cuales diez estaban sin piernas. Marchaba yo a la cabeza de mi regimiento, y un edecán del general en jefe, me pidió cuatro soldados para enterrar el cadáver del heroico coronel Brandsen. Se los facilité al momento y quise presidir por mí mismo la operación. Su cadáver estaba desconocido, como todos los demás, negro e hinchado …"

1) Los despojos de los muertos fueron escarnecidos y vandalizados en todo tiempo y lugar. Es sabido que al culminar la batalla de Waterloo, (18 de junio de 1815) un enjambre de despiadados saqueadores, munidos de tenazas extraían los dientes a los cadáveres, para luego venderlos a los dentistas, con los cuales éstos reparaban dentaduras.

Epílogo

La historia universal es testigo de las pretensiones y pretextos de muchos gobernantes, y de su incontrolable deseo de expansión territorial. Dicen … los que saben: "Inevitables ciclos en la evolución de los países". Debe ser así, aunque no tengo conocimiento que alguno de ellos, haya hecho catarsis por el costo de sus beneficios.

Alberto Pereira Ríos. junio de 2017

Monografias.com

Obras Consultadas

Baldrich, Amadeo Cnel.: Historia de la Guerra del Brasil

Beruti, Juan Manuel, Memorias Curiosas. Emecé. Bs. As. 2001

Best, Félix: Historia de las guerras argentinas. Péuser

Beverina, Juan: La Guerra contra el imperio de Brasil; Biblioteca del Oficial

Correa Luna, La Campaña de Brasil y la Batalla de Ituzaingó.

Documentos del Archivo Gral. De La Nación

Fregeiro, Clemente. La Batalla de Ituzaingó. Jesús Menéndez Editor, Bs. As. 1919

Iriarte, Tomás de Memorias,

López, Vicente: Historia de la República Argentina. Sopena T. V.

Luna, Félix La Guerra con el Brasil, Planeta 1996

Ocampo Emilio: Alvear y la guerra con el Imperio de Brasil.

Ruiz Moreno, Isidoro: Campañas Militares Argentinas. Tomo I, Emecé.

Saldías, Adolfo: Historia de La Confederación Argentina. Tomo I, Editorial Sudamericana.

Suárez, Martín, Cnel. Alas Histórico Militar Argentino. Círculo Militar Biblioteca Del Oficial. Bs.As. 1974

Sun Tzu: El Arte de la Guerra.

Von Clausewicz, Carlos: De La Guerra. Tomo III. Círculo Militar de Buenos Aires. Volumen 602, 1966.

Wright, Ione S. y Nekhon, Lisa N. Diccionario Histórico Argentino

 

 

 

Autor:

Alberto Pereira Rios.

Partes: 1, 2

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