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Impacto del cambio climático en la transmisión de enfermedades vectoriales (página 2)



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El Efecto Invernadero

La razón de esta discrepancia de temperatura, es que la atmósfera es casi transparente a la radiación de onda corta, pero absorbe la mayor parte de la radiación de onda larga emitida por la superficie terrestre. Varios componentes atmosféricos, tales como el vapor de agua, el dióxido de carbono, tienen frecuencias moleculares vibratorias en el rango espectral de la radiación terrestre emitida. Estos gases de invernadero absorben y reemiten la radiación de onda larga, devolviéndola a la superficie terrestre, causando el aumento de temperatura, fenómeno denominado Efecto Invernadero (GCCIP, 1997).

El vidrio de un invernadero similar a la atmósfera es transparente a la luz solar y opaca a la radiación terrestre, pero confina el aire a su interior, evitando que se pueda escapar el aire caliente (McIlveen, 1986; Anderson et al, 1987). Por ello, en realidad, el proceso involucrado es distinto y el nombre es bastante engañador, el interior de un invernadero se mantiene tibio, pues el vidrio inhibe la pérdida de calor a través de convección hacia el aire que lo rodea. Por ello, el fenómeno atmosférico se basa en un proceso distinto al de un invernadero, pero el término se ha popularizado tanto, que ya no hay forma de establecer un término más exacto.

Una de las muchas amenazas a los sistemas de sostén de la vida, resulta directamente de un aumento en el uso de los recursos. La quema de combustibles fósiles y la tala y quema de bosques, liberan dióxido de carbono. La acumulación de este gas, junto con otros, atrapa la radiación solar cerca de la superficie terrestre, causando un calentamiento global. Esto podría en los próximos 45 años, aumentar el nivel del mar lo suficiente como para inundar ciudades costeras en zonas bajas y deltas de ríos. También alteraría drásticamente la producción agricultural internacional y los sistemas de intercambio (WMO, 1986).

Predicción de los cambios climáticos para el siglo XXI

Queda claro que la previsión de cambios en los próximos 100 a 150 años, se basan íntegramente en modelos de simulación. Comprensiblemente la gran mayoría de los modelos se han concentrado sobre los efectos de la contaminación antrópica de la atmósfera por gases invernadero, y en menor grado, en los aerosoles atmosféricos. La mayor preocupación presente, es determinar cuánto se entibiará la Tierra en un futuro cercano.

En la última década, varios modelos complejos de circulación general , han intentado simular los cambios climáticos antropogénicos futuros. Han llegado a las siguientes conclusiones:

  • Un calentamiento global promedio, de entre 1,5 y 4,5 °C ocurrirá, siendo la mejor estimación 2,5 °C .

  • La estratosfera se enfriará significativamente.

  • El entibiamiento superficial será mayor en las altas latitudes en invierno, pero menores durante el verano.

  • La precipitación global aumentará entre 3 y 15%.

  • Habrá un aumento en todo el año de las precipitaciones en las altas latitudes, mientras que algunas áreas tropicales, experimentarán pequeñas disminuciones.

Modelos más recientes dependientes del tiempo, que acoplan los componentes oceánicos y atmosféricos, han entregado estimaciones más confiables, los resultados más significativos indican:

  • Un calentamiento global promedio de 0,3 °C por década, asumiendo políticas no intervencionistas.

  • Una variabilidad natural de aproximadamente 0,3 °C en temperaturas aéreas superficiales globales, en una escala de décadas.

  • Cambios en los patrones regionales de temperatura y precipitaciones similares a los experimentos de equilibrio.

.Usando las sensibilidades de "mejor estimación", se generan escenarios que dan un rango de calentamiento entre 1,5 y 3,5 °C para el año 2100. Bajo condiciones sin intervención, la temperatura superficial global promedio, se estima aumentaría entre 2 y 4 °C , en los próximos

100 años. Hasta las proyecciones más optimistas de acumulación de gases invernadero, no pueden prevenir un cambio significativo en el clima global del próximo siglo. En los peores escenarios, la temperatura superficial global promedio, podría aumentar en 6 °C para el año 2100.

Como conclusión, la temperatura global promedio podría aumentar entre 2 y 4 °C para el año 2100, si el desarrollo global continúa a los ritmos actuales. Si se incorpora la influencia de los aerosoles atmosféricos al modelo, el calentamiento disminuye a aproximadamente 0,2 °C por década, en los próximos 100 años. Esta tasa de cambio climático, aun así, es más rápido que en cualquier otro momento de la historia de la Tierra. Si las naciones no actúan, el mundo podrá experimentar numerosos impactos adversos como resultado del calentamiento global futuro.

Impacto del cambio climático en las enfermedades transmitidas por vectores en algunas regiones de las Américas.

En América del Sur, el paludismo, la leishmaniasis, el dengue, la enfermedad de Chagas y la esquistosomiasis son las principales enfermedades de transmisión vectorial sensibles al clima en lo que respecta al número de personas afectadas. En la tabla 1 se indica el número de casos de esas enfermedades notificados a la Organización Panamericana de la Salud en 1996 (51). En los últimos años, el número de nuevos casos de leishmaniasis cutánea ha ido desde 250 por año en Bolivia (1975–1991) a 24 600 en el Brasil (1992), y en 1992 hubo alrededor de 9200 casos de oncocercosis en varios países, entre ellos Colombia, Guatemala y Venezuela (52).

Otras enfermedades de transmisión´ vectorial, de las que se dan pocos casos cada año y que pueden ser sensibles al cambio climático, son la fiebre amarilla (522 casos en 1995), la peste (55 casos en 1996), la encefalitis equina de Venezuela (25 546 casos en 1995) y otras infecciones arbovirales (51). Hasta 1991, solo en la región de la Amazonia brasileña se aislaron 183 tipos distintos de arbovirus, y se sabe que 34 de ellos causan enfermedades humanas, a veces en forma de epidemias virulentas. Una de ellas, la fiebre de Oropouche, se produce en ciclos asociados con el comienzo de la estación lluviosa (53).

En América del Sur, el paludismo es la más extendida y grave de las enfermedades de transmisión vectorial sensibles al clima. Los estudios realizados han puesto de manifiesto que unas condiciones desusadamente secas (por ejemplo las provocadas por el tiempo relacionado con el fenómeno El Niño/ Oscilación Austral en la zona norte del continente) van acompañadas o seguidas de un aumento de la incidencia de la enfermedad. Este hecho se ha documentado en Colombia (54, 55) y Venezuela (56). Las observaciones preliminares efectuadas en el norte del Brasil indicaron una tendencia a la disminución de la prevalencia del paludismo durante el primer año de El Niño/Oscilación Austral (0)

Las fuertes lluvias asociadas con El Niño/ Oscilación Austral de 1991–1992 estuvieron vinculadas a la propagación de los vectores del paludismo desde zonas endémicas del Paraguay a la Argentina

Tabla 1. Distribución de los casos de enfermedades de transmisión vectorial en America del Sur notificados a la Organización Panamericana de la Salud en 1996

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El número de casos de la enfermedad de Chagas se ha calculado a partir del número de personas expuestas En el nordeste de América del Sur, una región que sufre sequias periódicas, se ha observado el resurgimiento de la leishmaniasis visceral (kala-azar), por ejemplo, en algunas zonas urbanas del Brasil (66, 67). La explicación más plausible de esos aumentos es la migración humana debida a la sequía. En el caso de los brotes de kala- azar, la población´ emigro´ de las zonas rurales endémicas a las ciudades en busca de empleo o de ayudas del Gobierno, debido al desplome de la agricultura, mientras que en el caso del aumento del paludismo importado, los inmigrantes se desplazaron a la vecina Amazonia, una zona endémica, para encontrar trabajo temporal; luego, al terminar la sequía, llevaron consigo nuevas formas de la enfermedad a sus lugares de origen.

No existe apenas información´ acerca de los posibles efectos del cambio climático sobre los bosques tropicales de la Amazonia, la fuente natural de docenas de infecciones arbovirales selváticas conocidas, restringidas en su mayor parte a la selva tropical, y probablemente muchas infecciones están todavía por descubrir. Los modelos recientes de interacción entre el clima y la cubierta terrestre han puesto de manifiesto que la deforestación´ de la región amazónica podría tener repercusiones importantes en la dinámica del clima regional (68–70). El aumento de la temperatura a nivel local debido a la deforestación en la Amazonia puede ser incluso superior al que predicen los modelos del cambio climático mundial a partir de una duplicación de las emisiones de dióxido de carbono. Se prevé que de continuar la deforestación habrá una mayor sequía que influirá en la dinámica de las enfermedades infecciosas, especialmente de las asociadas a reservorios y vectores forestales, como el paludismo, la leishmaniasis y las infecciones arbovirales. Los cambios en las condiciones físicas que determinan la supervivencia de los vectores (humedad y criaderos) y las influencias en los depredadores de los insectos y los reservorios de vertebrados son los posibles mecanismos de esa interferencia (71).

Las oscilaciones climáticas pueden afectar a la dinámica de la fiebre del dengue (72), transmitida por el mosquito Aedes aegypti, una especie predominantemente urbana. En América Latina, aproximadamente el 78% de la población, unos 81 millones de personas, viven en núcleos urbanos, y la enfermedad ha aumentado durante el último decenio (51).

En resumen, los intensos efectos de El Niño en la region ecuatorial de América del Sur intensificaran probablemente la transmisión del paludismo y de la fiebre del dengue. La emigración humana por efecto de la sequía y la degradación´ del medio ambiente, así´ como por motivos económicos, podría propagar la enfermedad de formas inesperadas, y la pobreza creciente de las zonas urbanas y la deforestación y degradación´ ambiental en las zonas rurales podrían hacer aparecer nuevos lugares de reproducción de los vectores. El cambio climático potenciara´ esos efectos.

America del Norte

En el vecino Estados Unidos, el promedio de las temperaturas diarias ha aumentado aproximadamente en un 0,4 oC, concentrándose la mayor parte de ese aumento en los últimos

30 años (74). Estudios recientes indican que se está´ modificando el ciclo hidrológico, con un aumento del manto nuboso y de las precipitaciones (75). También ha cambiado la distribución de los valores pluviales extremos, con una mayor frecuencia de las precipitaciones intensas y una disminución de las precipitaciones ligeras (74,76). Cada vez es más patente que se están produciendo cambios cuantificables en las tendencias climáticas (77).

Los riesgos para la salud derivados de esos cambios climáticos serán distintos en unos y otros países, en función de la infraestructura sanitaria. En el Canadá´ y los Estados Unidos, la existencia de programas adecuados de vigilancia y lucha anti- vectorial limitan la transmisión endémica de enfermedades como el paludismo y el dengue. La infraestructura sanitaria de México y otros países menos desarrollados no es tan eficaz. Incluso en algunos países desarrollados, la intensificación´ de los viajes internacionales y la falta de notificación documentada ponen de manifiesto la existencia de un riesgo permanente y la necesidad de una vigilancia estricta (78).

En 1999, se introdujo la encefalitis viral del Nilo occidental en la zona de Nueva York, siendo esta la primera vez que se detectaba este virus en América del Norte (79). Se ignora todavía si la extrema sequía, sin precedentes, que afecto´ a la costa este durante el verano influyo´ en las poblaciones de mosquitos Culex que pueden ser portadores del virus. Las aves son los huéspedes naturales del virus del Nilo occidental. La garrapata Ixodes scapularis transmite Borrelia burgdorferis, una espiroqueta que es el agente causante de la enfermedad de Lyme, la dolencia de transmisión vectorial más común en los Estados Unidos, con 15 934 casos en 1998. Otras enfermedades transmitidas por garrapatas son la fiebre maculosa de las Montañas Rocosas y la ehrlichiosis, que fue detectada por primera vez a mediados de los años ochenta. Las poblaciones de garrapatas y mamíferos huéspedes implicadas están influidas por el uso de la tierra/ cubierta terrestre, el tipo de suelo, la altitud y el momento, duración e intensidad del cambio de los regímenes de temperaturas y precipitaciones (80, 81). Se ha comprobado experimentalmente, en estudios de campo y de laboratorio, la existencia de una relación entre los parámetros de las fases de la vida del vector y las condiciones climáticas (80). Según un estudio de modelización, la fiebre maculosa de las Montan˜ as Rocosas podría disminuir en el sur de los Estados Unidos por la intolerancia de las garrapatas a las altas temperaturas y la menor humedad (82).

El dengue y la fiebre hemorrágica dengue están aumentando en las Américas (85, 86). En Puerto Rico se registran 10 000 casos de fiebre del dengue anualmente, y la enfermedad se manifiesta ahora en casi todos los países del Caribe y en México, y ha sido periódicamente endémica en Texas durante los dos últimos decenios-

La mayor parte de los casos de encefalitis notificados en los Estados Unidos son transmitidos por mosquitos. La encefalitis de Saint Louis es la que presenta una mayor prevalencia (91); también se presenta la encefalomielitis equina del oeste, del este y de Venezuela. Aunque la longevidad de los mosquitos disminuye cuando aumenta la temperatura, los índices de transmisión viral (al igual que en la fiebre del dengue) aumentan notablemente a mayores temperaturas (92–94). A partir de estudios sobre el terreno realizados en California, los investigadores predicen que un aumento de 3–5 oC causara´ un importante desplazamiento hacia el norte de los brotes de fiebre equina del oeste y de la encefalitis de Saint Louis, así´ como la desaparición de la encefalitis equina del oeste de Venezuela en las regiones endémicas del sur (94). Los brotes de encefalitis de Saint Louis en humanos están relacionados con periodos de varios días en que la temperatura supera los 30 oC (95), como ocurrió´ en la epidemia de California de 1984. Los análisis por ordenador de los datos climáticos mensuales han demostrado que los brotes suelen estar precedidos de una lluvia excesiva en enero y febrero, unida a unas condiciones de sequía en julio (96). Ese modelo de inviernos cálidos y húmedos seguidos de veranos calurosos y secos coincide con las proyecciones del modelo de circulación general relativas al cambio climático en gran parte de los Estados Unidos (97,98).

Se cree que la epidemia de hantavirus pulmonar que se registro´ en el suroeste de los Estados Unidos se debió´ a un incremento de las poblaciones de roedores relacionado con las condiciones climáticas y ecológicas (100, 101); en 1993, seis años de sequía seguidos de lluvias primaverales muy intensas hicieron que se multiplicara´ por 10 la población de ratones ciervo, que pueden ser portadores del virus. Se ha establecido una vinculación geográfica entre algunos agrupamientos de la enfermedad y las zonas con mayores precipitaciones y vegetación´ tras el fenómeno El Niño (102). De igual modo, se ha asociado la incidencia de la peste transmitida por las pulgas con periodos anteriores de precipitaciones intensas en la región (103).

En América Central, se ha asociado la leptospirosis, de la que son portadores los roedores, con las inundaciones. Por ejemplo, en Nicaragua, un estudio de casos y testigos de la epidemia de 1995 descubrió´ que el riesgo de contraer la enfermedad era 15 veces mayor cuando se caminaba por zonas anegadas (104). Rara vez se notifican casos de esta enfermedad en los Estados Unidos, pero hay que tener en cuenta que esta´ subdiagnosticada (105).

La enfermedad de Lyme y la encefalitis serán una amenaza cada vez mayor para la salud pública en los Estados Unidos a medida que sean más propicias las condiciones para su transmisión. No obstante, a medida que se vayan conociendo mejor los vínculos entre el clima y esas enfermedades y que aumente la precisión de las predicciones climáticas, mejorarán los métodos para prevenir los brotes, p. ej., mediante la información´ de salud pública. Aunque la enfermedad de Lyme puede ser tratada, sigue siendo difícil de diagnosticar. Las pruebas de laboratorio de que se dispone actualmente no son totalmente satisfactorias porque no tienen la sensibilidad y especificidad necesarias y no están bien normalizadas. El subdiagnóstico es un problema en algunas zonas de los Estados Unidos donde la enfermedad no es endémica o es poco habitual. La población de ratones y de ciervos existente en una región determinada influye en el número de garrapatas..

Principales acuerdos adoptados en la conferencia celebrada en París en diciembre de 2015 de las partes de la convención marco de las Naciones Unidas sobre cambio climático

Tras varios días de sesiones en la capital francesa, los representantes de 195 países asistentes a la cita aprobaron el acuerdo dirigido a limitar el alza de la temperatura por debajo de los dos grados centígrados y realizar esfuerzo en aras de situar ese aumento en 1,5 grados

Los acuerdos de Paris son el punto para una nueva etapa en el enfrentamiento al cambio climático donde se destaco como un aspecto fundamental que en los países más vulnerables y pequeñas islas hay mucho todavía por hacer. Los países subdesarrollados lo primero que tiene que resolver la pobreza y las desigualdades, por lo tanto el camino es enorme y la solución será a largo plazo.

La directora general de la Unesco Irina Bokova expreso que el evento celebrado en Paris puso de relieve la existencia de una nueva conciencia global y de un compromiso sin precedentes de proteger al planeta mediante la solidaridad y la acción común. También preciso que la visión de la UNESCO es clara: hemos de cambiar las mentalidades y no el clima, utilizando la educación, la cooperación científica, el pensamiento crítico y el debate

CARTA OCULTA DE LA CIENCIA

PUBLICACIONES RECIENTES SEÑALAN QUE LOS CIENTIFICOS CLIMATICOS DAVID KEITH Y FRANK KEUTSCH DE LA UNIVERSIDAD DE HARVARD ESTAN PREPARANDO EXPERIMENTOS ATMOSFERICOS A PEQUEÑA ESCALA SOBRE LA VIABILIDAD Y LAS DESVENTAJAS DE ALTERAR EL CLIMA.

DE ACUERDO A DECLARACIONES POR PARTE DE ESTOS INVESTIGADORES DEBERAN LANZAR EL PROXIMO AÑO UN GLOBO DE GRAN ALTITUD ATADO A UNA GONDOLA CON HELICES Y SENSORES, DESDE UNAS INSTALACIONES DE ARIZONA (EE.UU.) .

EL DISPOSITIVO, LLAMADO STRATO CRUISER, ROCIARIA UN FINO VAPOR DE DIOXIDO SULFURICO, ALUMINA Y CARBONATO DE CALCIO PARA AUMENTAR EL NIVEL DE REFLECTIVIDAD DE LAS PARTICULAS, MEDIR EL GRADO AL CUAL SE DISPERSAN O SE FUSIONAN CON OTROS COMPUESTOS DENTRO DE LA ATMOSFERA, Y PROBAR SI LOGRAN SU COMETIDO : REFLEJAR LOS RAYOS DEL SOL HACIA EL ESPACIO, Y CON ELLO REVERTIR EL EFECTO DEL CALENTAMIENTO ATMOSFERICO, UNO DE LOS MAYORES PROBLEMAS DE NUESTRO PLANETA.

LA IDEA NO ES UN INTENTO AISLADO. LLEGA DE LA MANO DE UNA RAMA CIENTIFICA QUE SE PROPONE LA MISION SUPERHEROICA DE REVERTIR EL CAOS PROVOCADO POR EL CAMBIO CLIMATICO, LA GEOINGENIERIA. SIN EMBARGO, HASTA HOY SUS PROPUESTAS NUNCA HAN TRASCENDIDO LOS LABORATORIOS CONTROLADOS Y LA TEORIA.

LA GEOINGENIERIA ES LA RAMA DE LA INGENIERIA QUE PARECE SER CAPAZ DE REVERTIR LOS EFECTOS DEL CAMBIO CLIMATICO A TRAVES DE LA MANIPULACION TECNOLOGICA DEL MEDIO AMBIENTE.AL MENOS EN TEORIA Y EN PEQUEÑA ESCALA.

LA GEOINGENIERIA ENTONCES, SE ERIGE CON TINTES DE SALVACION, COMO UNA ESPECIE DE REMIENDO DEL DESASTRE.

SUS PROPUESTAS SON SIN DUDA ESPECTACULARES. DESDE LA IRRIGACION DE AGUA EN EL ARTICO PARA RECUPERAR EL GROSOR DEL HIELO, HASTA VERTER PARTICULAS DE HIERRO A LOS OCEANOS PARA ESTIMULAR EL FLORECIMIENTO DEL PLANCTON, BOMBARDEAR LAS NUBES CON YODURO DE PLATA PARA PROVOCAR LLUVIA O MODIFICAR GENETICAMENTE CIERTOS CULTIVOS PARA QUE SU FOLLAJE PUEDA AUMENTAR EL ALBEDO TERRESTRE .

BASICAMENTE LOS INVESTIGADORES DE ESTAS OPCIONES SE CONCENTRAN EN TRES DIRECCIONES: MANEJO DE LA RADIACION SOLAR, REMOCION DE GASES DE EFECTO INVERNADERO Y MODIFICACION CLIMATICA. Y A PARTIR DE AHÍ, UN TODO VALE EN EL USO Y MANIPULACION DE CUANTA TECNOLOGIA TENGAMOS A MANO, CON UN BUEN FIN ECOLOGICO.

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Autor:

Omelio Cepero Rodriguez

Elsa Pimienta Rodriguez

Carlos Andreu Rodriguez

Jorge Orlay Serrano Torres

Manuel Agustin Perez de Corcho Rodriguez

Curriculum Omelio Cepero Rodriguez

Doctor en Ciencias Veterinarias.. Especialista en Epizootiologia. Profesor Titular. Tiene publicado 202 trabajos en revistas Nacionales e Internacionales. Autor de catorce libros. Ha participado en más de 100 eventos Nacionales, Internacionales.

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