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La revolucion permanente en Rusia y China (página 3)




Enviado por Rafael Herrera Robles



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En el capítulo "1789, 1848 y 1905" de su libro mencionado (Balance y Perspectivas), Trotsky analiza el papel de la burguesía y clases explotadas en esos años revolucionarios en Francia (1789), Alemania (1848) y Rusia (1905).

Según Trotsky, la revolución francesa de 1789 fue "la poderosa unidad de la nación que se subleva contra el despotismo feudal", acaudillado por una burguesía "ilustrada", cuya "conciencia era al mismo tiempo la conciencia de la sociedad entera", porque no tenía detrás suyo una clase que promueva otra alternativa al no existir su antagonista, la clase obrera.

En la revolución rusa de 1905, la burguesía, débil y temerosa, no puede cumplir un rol revolucionario, siendo la clase obrera en alianza con los campesinos sobre todo pobres, quien tiene toda iniciativa, comenzando de las reivindicaciones democráticas más amplias.

Las revoluciones europeas occidentales de 1848, entre ellas la alemana, están al intermedio, entre 1789 y 1905, con una clase obrera incipiente que se iniciaba a la vida política, aunque sin organización y falto de experiencia. Temerosa de la presencia obrera, la burguesía (alemana), "en vez de "hacer" la revolución, se separa de ella" (y) "…las instituciones democráticas se presentaban no como un objetivo de su lucha, sino como un peligro para su bienestar".

En Francia de 1789 y Alemania de 1848 la burguesía promovió la formación de milicias (guarda nacional) contra la reacción porque además le servía para reprimir a las fuerzas plebeyas y a los abusos del proletariado. En Rusia de 1905 la burguesía teme armar a las milicias porque era armar a los obreros cuyas reivindicaciones apuntaban al socialismo.

Sobre el (supuesto) papel "liberador" al conjunto de explotados, comenzando de los campesinos, que asigna a la burguesía francesa en "1789", Trotsky se retracta –se autocritica- después, calificándolo de "leyenda oficial francesa que ejerció en su tiempo gran influencia, incluso sobre Marx. En realidad, la burguesía, en el sentido propio de la palabra, se oponía con todas sus fuerzas a la revolución campesina49a".

Debemos entender que la crisis de la feudalidad europea es también la crisis de una forma de entender el mundo basado en la religión oficial, en la "verdad revelada" que se debe acatar sin dudas ni murmuraciones, contra de lo cual surgen movimientos culturales "racionalistas" –entre ellos renacimiento y reforma (religiosa)- y clases sociales desde campesinos que intentaban crear el paraíso bíblico en la tierra hasta burgueses, entrando a la contienda en el sigo diecinueve la clase obrera, cada cual con sus propios objetivos, pero, por su posición de clase originada, enriquecida e ilustrada en el seno de la feudalidad, apropiándose de los grandes medios de vida (tierra, industria, banca), es la burguesía que lograr vertebrar un sistema social de acuerdo a sus intereses, subordinando, marginando o reprimiendo a las demás clases. Ya entonces se delimitaba con claridad que la burguesía representa la vertiente conservadora y siniestra de la modernidad, opuesta a la vertiente libertaria de los socialismos, cuya expresión más coherente es el marxismo.

En este contexto la revolución francesa iniciada en 1789 fue desbordada por las luchas plebeyas del campo y las ciudades, que en parte encontraron sus representantes en los jacobinos de izquierda como Dantón, Robespierre, Marat y Babeuf, intentando promover una sociedad fraterna e igualitaria que contradecía los intereses de la burguesía, por lo que el advenimiento del capitalismo y del orden burgués vino con el termidor y el exterminio de los jacobinos de izquierda, incluso pactando con las fuerzas del pasado.

Contrariamente a la opinión de Gramsci que lo presenta como "adivino", a inicios del siglo veinte Trotsky tenía una interpretación cabal del proceso social ruso como parte del sistema mundial para promover su estrategia de revolución permanente, y en 1929, polemizando con sus detractores, reelabora su teoría en su libro titulado "La revolución permanente" generalizando su estrategia al ámbito mundial, criticando a Stalin por negar valor a las peculiaridades nacionales, a las que presentaba como secundarias en la estrategia revolucionaria. Trotsky dijo que gracias a sus peculiaridades nacionales la clase obrera rusa condujo la revolución a la victoria antes que el proletariado de las naciones de las naciones europeas de occidente más desarrollas en el capitalismo.

El pensamiento de Lenin sobre el devenir de Rusia abarca aspectos de la economía y la política en desmedro de la cultura y literatura, lo que no resta mérito a su oposición, conjuntamente con Trotsky, a oficializar determinada corriente de arte (y ciencia) como la única "revolucionaria" compatible con el socialismo, como lo haría Stalin después.

Lenin no entendía los movimientos artísticos culturales, menos a las emergentes vanguardias artísticas, entre ellas al futurismo de Vladimiro Mayakovski. En una carta (6 de mayo de 1921) dirigida al Comisario de Educación Anatolio Lunacharski, -al que le unía entrañable amistad– escribe:

"¡Como no se avergüenza de votar a favor de la edición de 150"000.000 de Mayakovski, con una tirada de 5,000 ejemplares!".

"Es absurdo, estúpido, es una tontería rematada y una presunción".

"A mi juicio, deben imprimirse 1 de cada 10 cosas de esas y con una tirada de no más de 1,500 ejemplares para las bibliotecas y los extravagantes".

Lenin terminaba su carta con una broma:

"Y a Lunacharski, darle los azotes por el futurismo49b".

El pensamiento de Trotsky es más completo, abarcando también a la literatura y al proceso cultural en la transición al socialismo, de insoslayable referencia en toda discusión sobre el tema. Por algo Mariátegui –además de elogiar el liderazgo de Lenin- decía que Trotsky es el filósofo de la revolución en filosofía y arte.

En un caso único dentro del marxismo de su época, en una serie de escritos –reunidos en su libro "problemas de la vida cotidiana50a"- Trotsky se preocupó de la vida cotidiana del pueblo ruso, comenzando del instrumento más intrínseco, más íntimo y sensible de la naturaleza humana: el uso del lenguaje, pasando por la familia con sus ceremonias (matrimonio, festividades, etc.), la opresión a la mujer, el alcohol, la burocracia, la iglesia, el cine, la civilidad y cortesía…, y a partir de ellos, promover un cambio radical en la personalidad humana.

Después del triunfo revolucionario, para la reedición de su obra "Balance y perspectivas", Trotsky agrega un texto sobre las tres concepciones sobre la revolución rusa (desde 1905 hasta 1917), advirtiendo que se cumplió la estrategia de la revolución permanente. No recibió ninguna crítica de los bolcheviques, menos de Lenin, que en lugar de revolución permanente, utilizaba el término revolución ininterrumpida.

Trotsky –reivindicando las especificidades nacionales dentro del sistema mundial- es ajeno al papel que le asigna Gramsci de extender el "modelo" de estrategia aplicada a Rusia a diferentes contextos y también es ajeno al ultraizquierdismo, que el mismo Gramsci profesaba al llegar como uno de los representantes de los comunistas italianos a Rusia en 1922 y fue Trotsky quien contribuyó a su cambio. "Según Trank Rosengarten, Trotsky presionó a Gramsci en la reunión de la comisión italiana el 15 de noviembre de 1922, acerca de la necesidad de adoptar la tesis del frente único contra la negativa de Amadeo Bordiga. Según un testigo del debate, Giuseppe Berti –miembro de la Federación Juvenil Comunista de Italia– afirmó que la lucha política implacable que realizó Trotsky contra este, tuvo directa influencia en Gramsci, quién adoptó una actitud crítica hacia Bordiga50b".

Gramsci, además de apoyar las tesis sobre el frente único redactadas por Trotsky, escribió un artículo sobre el futurismo italiano que fue incorporado en el libro de Trotsky "Literatura y revolución" (publicado el año 1923).

Gramsci no sustenta su crítica a la estrategia de Trotsky, menos puede anteponerlo a Lenin, que Gramsci reconoce que no pudo dar coherencia a su estrategia. Si Trotsky –como dice Gramsci en lenguaje lapidario- sólo hubiese "adivinado" (al margen del proceso real), la estrategia revolucionaria que condujo a la victoria en 1917, Lenin no lo hubiera reconocido como el principal estratega de la revolución proponiendo que presida la naciente república, a lo cual Trotsky se negó y por unanimidad Lenin ocupó ese lugar. A Trotsky se le asignó el cargo de comisario de relaciones exteriores y luego, como forjador del Ejército Rojo, llegó a comandar cinco millones de combatientes que repelieron a fuerzas contra revolucionarias apoyadas por catorce naciones extranjeras. Además, fue encargado de redactar los textos de los cuatro primeros congresos de la tercera Internacional (entre 1919 a 1922), de la misma que, en su Tercer congreso, Lenin y Trotsky fueron nombrados miembros honorarios. Es conocido que Lenin en sus últimos años estaba empeñado en destituir a Stalin del cargo de secretario general del partido y de encargado de las nacionalidades no rusas. Y en una de sus últimas cartas al partido bolchevique dijo que Trotsky es el "bolchevique más capaz", recomendando no recordar su pasado no bolchevique.

El legado de Gramsci está en el terreno de crítica cultural, inmerso en ello, su empeño en descifrar la lucha por la hegemonía política cultural en la sociedad civil de "occidente" (Europa Occidental). A él pertenece el término "bloque histórico", aunque no logró cohesionarlo. En la sociedad, dice Gramsci, todos son "filósofos", que se interrogan y dan respuestas sobre la vida y el devenir, en gran parte por mediación de la religión, el sentido común y el folklore, que en diversas formas y dosis están inmersos en todos los estratos (dominantes y dominados) de la sociedad; pero existe una filosofía (política) elaborada por los grandes intelectuales "orgánicos" a una clase que logra hegemonizar, permeando al conjunto de su concepción.

Por lo fragmentario de algunos de sus escritos, se suele presentar como una "cualidad" el enfoque (supuestamente) "superestructural" de la sociedad civil que hace Gramsci, anteponiéndolo al enfoque (supuestamente) "económico" de Marx, lo que no tiene sentido, porque, para el marxismo, la economía no se reduce al mundo de las cosas (en el caso del capitalismo, mercancías, dinero, capital), sino que es una de las formas de interacción del hombre con la naturaleza basado en las relaciones sociales. Relaciones, al inicio tribales y comunales, y luego surgen las relaciones entre clases dominantes y dominadas (autócratas y comuneros, amos y esclavos, señores y siervos, capitalistas y obreros…) entretejidas en un sistema que va desde los conocimientos técnicos científicos aplicados al proceso productivo hasta las ideas político sociales. Cuanto más precaria es la existencia social con mayor fuerza la economía se entrelaza con el conjunto de modos de vida e instituciones "públicas" y privadas.

De Acuerdo al Prólogo de la Contribución a la Crítica de la Economía Política (enero 1859) de Marx, los hombres adquieren conciencia de su devenir en el terreno de las ideologías, que no son meros "reflejos" de la economía, menos están al margen de la acción de los hombres, sino elaboraciones inmersas en el conjunto de las contradicciones económico sociales que Hegel –siguiendo el precedente de franceses e ingleses del siglo XVIII- dio el nombre de "sociedad civil", que Marx lo explica así: "…en la producción material de su vida los hombres contraen determinadas relaciones sociales necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción, que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forman la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponde determinadas formas de conciencia social (…) Al llegar a una determinada fase de su desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, o, lo que no es más que la expresión jurídica de esta, con las relaciones de propiedad dentro del cual se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas. Y se abre así una época de revolución social51".

Esta visión de totalidad desde la economía, la cultura, la política, la vida cotidiana (con imaginarios múltiples) y las artes, en que se manifiesta la "sociedad civil" de determinada época, es donde se constituye lo que podemos llamar el "poder de facto" de las clases dominantes, fundamental para la producción y reproducción de un régimen social. Puede existir crisis de gobierno. Los gobernantes (reyes, príncipes, políticos) pueden ser cambiados, incluso la crisis en las alturas puede conducir al vacío de poder político donde ninguna fuerza se hace del gobierno, pero, no obstante el deterioro de las instituciones y de la ideología de la clase dominante que ha perdido legitimidad, su poder de "facto" en la resquebrajada sociedad (civil) prosigue, en tanto no exista una nueva clase para desplazarla.

La "relación justa" entre estado y sociedad civil que pretende encontrar Gramsci en Europa Occidental lo evidencia en el aspecto de la "hegemonía" político cultural de la clase burguesa. Si bien reivindica para su análisis el texto anteriormente citado de Marx (Prólogo de la Contribución…), no expone con claridad la posición que ocupa Europa Occidental en la estructura del sistema mundial de desigualdades y combinaciones, con la opresión y dominio sobre otros pueblos (colonias semicolonias), que permite, en épocas de normalidad, la solidez democrática, otorgando reivindicaciones económicas sociales a la clase obrera y sectores populares que, -sumado al carácter "natural" que aparentan las relaciones sociales entre dominantes y dominados, -es entendido por las mayorías como dádiva del gobierno, que coadyuva a legitimar el orden y dominio (o hegemonía) de la burguesía. Es decir, la "relación (supuestamente) justa" entre sociedad civil y estado en Europa Occidental se debe principalmente al papel dominante que ocupa en el sistema mundial.

Libres de potencias que puedan avasallarlas o colonizarlas, Estados Unidos y Europa Occidental llegan al capitalismo de la gran industria y al imperialismo del capital financiero y de las transnacionales luego de una serie de fases concatenadas de acumulación de riqueza material paralela a la formación de una estructura social piramidal con una base amplia de clases populares que termina con un vértice de las minorías más privilegiadas. Esto, aunado al papel de la burguesía en el proceso de formación de la unidad nacional y defensa de la patria o liberación nacional, acentúa su legitimación.

No se puede soslayar –como lo hace Gramsci- la importancia de la sociedad civil en sociedades rezagadas donde las clases dominantes por su papel subordinado (colonizado) en la estructura de la economía mundial no pueden hacer concesiones a las clases populares, a lo cual se suma –en zonas como América latina– que se extreme el carácter rebelde contestatario de las manifestaciones artísticos culturales, que posibilita a las representaciones políticas de las clases dominadas adquirir mayor protagonismo a los ojos del conjunto de la sociedad, en desmedro de las clases dominantes.

Se suele decir que la cultura de determinada sociedad es la cultura de la clase dominante. Pero esto no es enteramente cierto. Los intereses particulares de una clase social dominante –por muy progresiva y revolucionaria sea-, jamás coincide o confluye con el conjunto de la cultura. Más preciso es hablar de la "cultura oficial" de las clases dominantes que imponen o intentan imponer y reproducir comenzando de la familia y sus instituciones educativas, religiosas (oficiales), militares, políticas, medios de comunicación, etc. Esa "cultura oficial", en parte promueve y en parte estropea los logros libertarios humanos. Cuando la clase dominante deviene clase al margen de la historia porque sus intereses particulares no coinciden con los intereses de la sociedad, llega atentar contra los derechos fundamentales de la especie humana. El poder político de las clases dominantes no siempre se relaciona con el avance cultural. Se suele decir que el antiguo imperio romano conquistó con las armas a Grecia, pero Grecia lo conquistó con su cultura. Desde la conquista, en los territorios andinos las clases dominantes son retrasadas respecto a las conquistas culturales que han sido y son obra de movimientos contestatarios.

La cultura oficial que promovía la Rusia monárquica feudal zarista estaba rezagada respecto al potencial cultural del conjunto de la sociedad que dominaba. Al margen y hasta en contra de la cultura oficial emerge una cultura –incluso "liberal"- que trasciende los intereses monárquicos. Sólo así se explica el surgimiento de científicos de talla universal en todas las ramas del saber, y también su literatura que a partir de Gogol se torna nacional, alcanzando raigambre universal, sobresaliendo en el siglo veinte, Tolstoy, Dostoyevski y Máximo Gorky. En la lingüística formal tenemos a Jacobson. Y como expresión de las luchas sociales, surgen demócratas enciclopédicos como Chernichevski, anarquistas de la talla de Bakunin o Kropotkine y marxistas como Lenin o Trotsky. Sus obras, sin perder raíces nacionales, emergieron como parte de una cultura europea universal. Esto obliga a no desdeñar a la "la sociedad civil" en "oriente" o los territorios rezagados, menos en un territorio como el de Rusia zarista que se erigió dominante y opresor en la parte oriental de Europa y en parte de Asia, con un estado arcaico que, ha pesar de resaltar su papel policíaco represivo, en modo alguno se reduce a instituciones administrativas y a organismos represivos.

En tal sentido, anticipándose a Gramsci y otros marxistas posteriores, Trotsky escribía en 1905: "El estado no es un fin en sí. Es solamente una máquina entre las manos de las fuerzas sociales dominantes. Como toda máquina tiene sus mecanismos: un mecanismo motor, un mecanismo de trasmisión y un mecanismo de ejecución. La fuerza motriz del estado es el interés de clase. Su mecanismo motor, la agitación, la prensa, la propaganda mediante la iglesia y la enseñanza, los partidos, los mítines en la calle, las peticiones y los motines. Su mecanismo de trasmisión, es la organización legislativa de los intereses de casta, dinastía, estamento o clase, que se atribuyan el papel de Dios (absolutismo) o voluntad de la nación (parlamentarismo). Por último el mecanismo ejecutivo es la administración con su policía, los tribunales con sus cárceles y ejército52a".

El hecho de que la sociedad civil sea débil y el dominio zarista privilegiara la coacción, no significa que los revolucionarios se hayan propuesto en todo momento una lucha frontal –en palabras de Gramsci una "guerra de maniobra"- para conquistar el poder. Existieron periodos "normales" y periodos revolucionarios o, si se quiere en otras palabras, periodos de flujo y reflujo revolucionario. En 1905 estalló una revolución obrera popular que fue derrotada, luego de la cual advino un periodo de repliegue del movimiento revolucionario, que en medio de la represión, procura mantener y acrecentar sus fuerzas, organizándose, polemizando y difundiendo sus ideas y su literatura, hasta que estalla la primera guerra mundial abriéndose en el mundo un periodo revolucionario en el cual se produce la victoria en 1917. En ese lapso, -de 1905 a 1917- en la discusión sobre el devenir de Rusia (y Europa Oriental) por marxistas rusos y de Europa Occidental, la teoría revolucionaria alcanzó su etapa de realización de sus máximos postulados expresado en la victoria de 1917.

Marx y Engels, en la segunda mitad del siglo diecinueve, decían que en Rusia se concentran de modo simultáneo todas las contradicciones sociales, del pasado y del presente. La explicación lo encontramos en el desenvolvimiento desigual y combinado. Junto al naciente industrialismo con la tecnología más avanzada originando bolsones de clase obrera moderna y a fases de acumulación de capital (cooperación simple, manufactura) que –avasalladas por el capital extranjero- no llegan a cristalizarse en gran industria (como en algunos países de Europa Occidental), existen las relaciones de trabajo precapitalistas más degradantes (básicamente feudales o semifeudales) y el legado de cooperación de sociedades comunales.

En esas condiciones, que en gran parte se prolongan al siglo veinte, en tanto capitalismo y precapitalismo coexistían y/o se combinaban, el estado –el "poder oficial" arcaico- no penetraba (en igualdad de condiciones) todo el tejido social y por tanto no podía "ser todo" frente a la débil sociedad civil, fenómeno que aún se observa en los territorios más "atrasados" del sistema mundial. El poder central (oficial) en la Rusia zarista se extendía o coexistía con los "poderes" –relativamente autónomos- de los grandes propietarios rurales y otros sectores donde está "ausente" el estado (la ley oficial). Esto –la "ausencia" del estado- puede empeorar o mejorar las condiciones de vida. En la coyuntura del proceso revolucionario ruso facilitó el "desborde" campesino.

En las repúblicas andinas de América del Sur, –Ecuador, Perú y Bolivia-, por falta de una clase dominante solida, la "ausencia del estado" fue más que evidente a partir de la llamada independencia. Para cubrir el vacío, surge el militarismo. A pesar de la expansión capitalista a lo largo del siglo veinte en todos los territorios, por razones de "seguridad nacional", las clases dominantes se preocupan por la "ausencia" del estado en zonas apartadas porque es aprovechado por los "subversivos". En este contexto las vías de comunicación que promueven a esas zonas, más que a un sentido de progreso social, -del que carecen desde sus orígenes con la conquista- se debe a razones de "seguridad nacional", para permitir en casos de emergencia, que las fuerzas represivas acudan con mayor rapidez.

El historiador Jorge Basadre52b hablaba del Perú oficial de las clases dominantes amparadas por el estado y del Perú real de las mayorías. El Perú oficial articulado en torno al estado es "artificial". Los momentos decisivos en el devenir lo han marcado las multitudes, con la esperanza -que denominó "promesa de la vida peruana"- de un cambio radical, de un nuevo Perú por construir.

3.- Perry Anderson y Gramsci

El historiador británico Perry Anderson, además de elogiar el aporte de Gramsci a la discusión sobre la estrategia revolucionaria para Europa Occidental, en un concienzudo estudio titulado: "Las antinomias de Antonio Gramsci53", expone la falta de coherencia de algunas de sus propuestas, demostrando además, que sus críticas a Trotsky contraponiéndolo a Lenin carecen de fundamento, reconociendo la similitud de pensamiento en ambos revolucionarios y con el mismo Gramsci.

En efecto, luego de 1917 no se conocen divergencias fundamentales entre Lenin y Trotsky. El frente único –que Gramsci presenta ajeno a Trotsky- fue propuesto para superar el periodo ultraizquierdista iniciado en 1917 y enarbolado por la Tercera Internacional desde su fundación en 1919. Lenin había escrito un opúsculo presentando al ultraizquierdismo como "enfermedad infantil" del comunismo y poco después, Trotsky escribió las tesis sobre el frente único proletario54 que fue aprobado con gran resistencia en 1922. Los críticos (ultraizquierdistas) señalaban las infinitas traiciones y crimines de los reformistas en el seno del movimiento obrero, a lo cual Trotsky replicaba que es cierto, pero el deber de los revolucionarios es desenmascararlos, comprometiéndolos a la lucha por reivindicaciones concretas bajo el frente único, en el que cada organización mantiene su independencia orgánica y política, para que llegada la ocasión, cuando los revolucionarios en la acción logren ascendencia comenzando de los sectores más conscientes, enrumben la lucha al socialismo.

Lenin muere en 1924 y Stalin se consolida en el poder. Para frenar el ascenso del nazi fascismo, Trotsky, a finales de la década del veinte, –ya marginado del comunismo ruso y de la internacional- propuso ampliar el frente único incluso a sectores burgueses, manteniendo la autonomía orgánica y política de cada organización, sin renunciar a la meta que es el socialismo. Stalin, al contrario, -de 1928 a 1933- con el membrete de "leninismo", promovió una política ultraizquierdista, denominando a toda organización que no sea comunista, de fascista o socialfascista. Stalin puso en un mismo costal a fascistas, reformistas (entre ellos la socialdemocracia que aún se reclamaba marxista), liberales burgueses, organizaciones religiosas, intelectuales, periodistas, etc., con lo cual los comunistas se aislaron de la mayoría de la "sociedad civil", entre ellos, de los obreros sindicalizados (controlados por la socialdemocracia) coadyuvando al ascenso de Hitler al poder en Alemania. A partir de 1933 el "leninismo" de Stalin, con los frentes populares, pasó al extremo opuesto, a una política derechista, renunciando abiertamente al socialismo, subordinándose a las burguesías liberales y a las organizaciones reformistas que en el periodo anterior llamaron "socialfascistas", conduciendo a la derrota a la revolución española (1936-1939).

Una cosa es la unidad con diversidad de organizaciones –incluso burguesas- sobre reivindicaciones concretas manteniendo la independencia orgánica y política, para poder, según las coyunturas, enrumbar la lucha al socialismo; y otra cosa es la subordinación a organizaciones burguesas o pequeño burguesas renunciando al socialismo, como en los frentes populares europeos donde los comunistas (estalinistas) pueden llegar al poder del estado, pero sólo administran y defienden el orden burgués, incluso reprimiendo y asesinando a los revolucionarios.

Para Perry Anderson el argumento de Gramsci sobre el contraste entre la sociedad civil en Europa Occidental y en Rusia es equivocado porque coloca en la "misma temporalidad" al estado feudal absolutista del zar, retrasado en siglos a las monarquías feudales de occidente que ya sucumbieron superadas por los estados capitalistas de democracia parlamentaria.

La "verdadera naturaleza" que distingue a Oriente y Occidente para Anderson, lo expuso Amadeo Bordiga, por ese entonces "aislado y sospechoso dentro de su propio partido" (comunista de Italia), en su intervención en el Sexto Pleno del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista (febrero marzo 1926), -enfrentándose a Stalin y Bujarin- en la que precisó: "En la Internacional sólo tenemos un partido que haya conseguido la victoria revolucionaria: el partido bolchevique. Ellos dicen que, por lo tanto, debemos tomar el camino que llevó al partido ruso al éxito. Esto es completamente cierto, pero sigue siendo insuficiente. El hecho es que el partido ruso luchó bajo condiciones especiales en un país en que la revolución burguesa liberal aún no se había llevado a cabo y la aristocracia feudal todavía no había sido derrotada por la burguesía capitalista. Entre la caída de la autocracia feudal y la toma del poder por la clase obrera hay un período demasiado corto para que pueda compararse con el desarrollo que el proletariado tendrá que llevar a cabo en otros países. Porque no hubo tiempo para construir un aparato de estado burgués sobre las ruinas del aparato feudal zarista. El desarrollo ruso no nos proporciona una experiencia de cómo el proletariado puede derrocar un estado capitalista liberal-parlamentario que ha existido durante muchos años y posee la capacidad para autodefenderse. Sin embargo, nosotros debemos saber cómo atacar un estado democrático-burgués moderno que, por un lado, tiene sus propios medios para movilizar y corromper ideológicamente al proletariado, y, por el otro, puede defenderse a sí mismo en el terreno de la lucha armada con mayor eficacia que la autocracia zarista. Este problema nunca surgió en la historia del partido comunista ruso".

"Aquí aparece claramente y sin ambigüedad -comenta Anderson- la verdadera oposición entre Rusia y Occidente: autocracia feudal contra democracia burguesa. La precisión de la formulación de Bordiga le permitió captar el doble carácter esencial del estado capitalista: era más fuerte que el estado zarista, porque descansaba no sólo en el consenso de las masas, sino también en un aparato represivo superior".

A esto debemos agregar que el estado en Europa Occidental tiene presencia en el conjunto social, al contrario de Rusia y los territorios atrasados donde existen lugares donde el poder del estado es débil y hasta ausente.

Conforme expusimos en páginas anteriores, Mariátegui también hacía la distinción entre el dominio democrático parlamentario de Europa Occidental capitalista burguesa y el dominio de la monarquía feudal en Rusia derribada por los bolcheviques en 1917.

Además, Mariátegui dirige su mirada a pueblos "orientales" donde la sobrevivencia de clases dominantes y elites gobernantes nativas con la misma cultura de sus pueblos, permite que en determinadas coyunturas puedan acaudillar movimientos antiimperialistas en los que se mezclan reivindicaciones progresivas y reaccionarias (India, China, etc.). Al contrario, en los territorios andinos de América del Sur, los Incas y sus descendientes fueron exterminados.

Partiendo de lo anterior podemos decir que el dominio de clase en esos pueblos (de "oriente") no se basa solo en la coacción sino también en un amplio consenso "espiritual" donde la religión, la "verdad revelada", sigue ocupando un lugar fundamental, a diferencia de Europa Occidental donde tiende a primar el "racionalismo", sin desmerecer el papel de la religión que goza de gran autonomía. Contrariamente a la idea de separación de la religión y la política (estado) en "occidente", existe estrecha unidad. Por algo los gobernantes democráticos legalizan o promueven una religión oficial, indispensable en la legitimación del sistema porque llega a todos los estratos sociales como costumbre, como acto de fe espiritual y como labor educativa escolarizada y no escolarizada.

A Perry Anderson lo faltó precisar que por filogénesis la feudalidad antecede al capitalismo. En este sentido su "temporalidad" –su espacio tiempo histórico- es diferente al capitalismo que surge en Europa Occidental del seno de esa feudalidad para superarlo. Sin embargo, la feudalidad rusa es coetánea del occidente avanzado en el desarrollo capitalista al que en parte se subordina, por lo que, no obstante conservar gran autonomía, -la monarquía zarista y la democracia burguesa de Europa Occidental- forman parte del sistema mundial de desigualdades y combinaciones, en el cual lo "adelantado" y "atrasado" son partes de un mismo proceso, por lo que los espacios tiempos históricos de culturas diferentes convergen de las formas más heterogéneas y, conservando cada cual sus diferencias, pueden gravitar sobre el conjunto. En este sentido Marx y Engels en la segunda mitad del siglo diecinueve veían a la atrasada Rusia de los zares como el gendarme de la reacción europea. La feudalidad (forma rezagada de sociedad) gravitaba en forma negativa sobre lo avanzado, pero al mismo tiempo las formas comunales inmersas en la feudalidad rusa, supervivientes de épocas anteriores, podían gravitar coadyuvando a la revolución socialista.

La feudalidad rusa inmersa en el sistema mundial, surge de sus contradicciones internas, aunque enlazada a potencias europeas más avanzadas. Su desenvolvimiento capitalista en gran parte promovido desde el exterior, se apropia de las mejores fuentes de riqueza, creando una clase obrera moderna, reducida numéricamente pero vigorosa, en desmedro de una burguesía nacional débil que, impotente en competir con los capitales extranjeros y temerosa de la joven clase obrera, se inclina a la protección de la monarquía, por lo que –por el desenvolvimiento desigual y combinado- en Rusia no es la burguesía la que se contrapone a la monarquía feudal, sino la clase obrera que, aliándose con los campesinos pobres y demás sectores explotados y oprimidos, hegemoniza las luchas democrático burguesas para proyectarse al socialismo. Tal es el fundamento que dio origen a la teoría de la revolución permanente de Trotsky expresado en el triunfo de 1917.

4.- Modos de producción coloniales.- En Asia, Africa e Indoamérica, los invasores colonialistas–desvirtúan- diversas formas de vida autóctonos para adecuarlos a sus intereses o imponen otros modos de producción y de vida como el caso de la esclavitud en el sur de Estados Unidos, territorios de las Antillas o Brasil, y la feudalidad, básicamente en Méjico y los territorios andinos de América del Sur (Ecuador, Perú y Bolivia). Son modos de producción coloniales que no surgen del libre desenlace de sus contradicciones internas, sino que, en lo fundamental, tienen origen en la imposición extranjera.

La feudalidad colonial andina (con rasgos de esclavitud), empleando palabras de Mariátegui, es un tanto "artificial" por no surgir de sus contradicciones internas sino que fue impuesta por los conquistadores, reproduciendo los vicios pero no las virtudes de la decaída metrópoli; y según un intelectual de la oligarquía, Víctor Andrés Belaunde, es una feudalidad sin religión, sin poesía y sin gloria. Con esto Mariátegui y Belaunde (el último, de modo inconsciente), aludieron a la pobreza de la cultural oficial que trajeron los conquistadores.

Marx decía que -en Europa- cuando los propietarios aristocráticos se arruinan por deudas, su propiedad pasa a poder de los prestamistas (los nuevos ricos) que pueden ostentar títulos nobiliarios comprados por el dinero, pero, empujados por el ansia de acumular capital y ajenos a la tradición de vida y dominio patriarcal, empeoran las condiciones de explotación del trabajo y deterioran las relaciones sociales en su conjunto.

El "espíritu capitalista" (de ganancia) no necesariamente conduce en el tiempo inmediato a la superación de formas precapitalistas de explotación del trabajo sino que puede ser todo lo contrario como en el caso Europa Oriental donde la inversión de capital empeora el trabajo servil conduciendo a lo que Engels llamó en el siglo diecinueve a la "segunda feudalidad". Esto se patentiza con mayor fuerza en colonias y neocolonias.

Los conquistadores, –provenientes en gran parte de sectores lumpen de la sociedad europea- que en América se ufanaban de sus títulos de nobleza, además de legitimarse ideológicamente en base a las vertiente más reaccionarias de la cultura europea, dentro de ello, de la religión oficial, lo hacen con una nueva ideología: el racismo, haciendo más brutal la dominación, por lo que en territorios andinos, según Mariátegui, surge la dualidad racial cultural. A la explotación de clase se agrega la opresión racial cultural.

En tanto las clases o elites gobernantes descendientes de los Incas fueron exterminadas, se impusieron clases dominantes foráneas – que las denominamos "inorgánicas" porque no se originaron de las contradicciones internas de la sociedad- cuyos intereses, ni en el terreno económico, menos en el cultural, han logrado confluir con los intereses de las mayorías, constituyéndose en clases sociales al margen de la historia, legado sobre el cual se funda la república "independiente", al margen y en contra de las mayorías.

5.- Rusia y "oriente".- El término "oriente" en los estudios académicos "occidentales" desborda la connotación geográfica para hacer referencia a una construcción mental (cultural), -sin faltar connotación eurocéntrica-, entre cuyas características está el "atraso" designado comúnmente como "despotismo asiático".

A inicios del siglo veinte los marxistas europeos occidentales podían ver a la Rusia zarista como "oriente" mientras que para el marxismo ruso, "oriente" se refería a culturas "atrasadas" de Asia. Se entiende que Trotsky dijera que Rusia esta enclavada entre Europa y Asia no sólo geográficamente sino socialmente, diferenciándose de uno y otro, "aunque se acercase a uno u otro continente en los distintos momentos de su historia,…. El oriente aportó el yugo tártaro, elemento importantísimo en la formación y estructura del estado ruso. El occidente era un enemigo mucho más temible; pero al mismo tiempo un maestro. Rusia no podía asimilarse a las formas de oriente, compelida como se hallaba a plegarse constantemente a la presión económica y militar de Occidente55a".

En Gramsci no se encuentra esta distinción, error que lo lleva a poner en el mismo lugar socio cultural a Rusia y los pueblos o civilizaciones consideradas de "oriente" (de Asia y Africa).

El sistema mundial integra diversos procesos –que pueden gravitar sobre el conjunto- imposibles de encuadrarlos en los términos oriente y occidente. Latino América se reclama de "occidente", pero si bien es notoria la diferencia con "oriente" (China, India, Japón, Egipto, etc.), se diferencia sustancialmente de Europa y Estados Unidos. Las "neocolonias" o "semicolonias" de Asia, Africa y América difieren sustancialmente entre sí; y en Sud América, los territorios andinos difieren sustancialmente de los demás territorios.

Sin negar similitudes en sectores del sistema mundial, más preciso es reivindicar para el análisis –como lo hizo Trotsky- las peculiaridades o particularidades de los procesos nacionales inmersos en el sistema mundial de desigualdades y combinaciones.

6.- La democracia burguesa y el sistema parlamentario

Cuando la sociedad burguesa se estabiliza, la democracia representativa es el medio para dirimir la supremacía política de las clases dominantes por el control del aparato del estado, cuyo mejor ejemplo es Europa Occidental. A diferencia de sociedades pre capitalistas en las cuales las clases dominantes se auto representaban políticamente, sin esconder su procedencia y su interés de clase, en la sociedad capitalista, la burguesía "delega" su representación a políticos profesionales que –para esconder que el gobierno y el estado responden a intereses de la burguesía- se proclaman autónomos y libres de todo interés de clase. Cada facción de las clases dominantes intenta copar por medio de sus representantes las instituciones públicas y presidir el gobierno, mejor, si es con mayoría parlamentaria. Las leyes promulgadas bajo determinados intereses de clase pueden confluir en mayor o menor grado con los intereses de la sociedad.

En Europa, por siglos, convivieron, coexistieron, la burguesía emergente, primero en su forma comercial y bancaria, luego industrial, con la feudalidad, bajo la forma política de las monarquías, que en gran parte confluían con intereses burgueses, buscando la unidad nacional contra el particularismo de los poderes feudales, con excepción de España, Rusia y Alemania que se inclinaron más hacia la feudalidad.

Bajo las monarquías, que aún se legitimaban ideológicamente por la gracia de Dios y la "sangre noble", la burguesía de Europa Occidental fue adquiriendo poder económico y cultural, en gran parte al margen de la ley, de modo "informal", bajo diversas modalidades, incluso delictivas, minando el poder oficial, legitimándose, "formalizándose", por medio de normas y leyes, primero arrancadas en forma de reivindicaciones subordinadas o coexistentes al poder feudal, luego en franca lucha por desplazarlo del poder político, estallando revoluciones que en parte iban más allá de los intereses burgueses por presión de sectores plebeyos de las ciudades que intentaban construir una sociedad igualitaria, o por campesinos que intentaban construir el paraíso bíblico en la tierra. Sin embargo, por su poder económico y social, fue la burguesía la principal usufructuaria y la que se hizo del poder, creando su propia legalidad, defendiendo el orden de enemigos externos e internos, revolucionarios o contra revolucionarios.

En Inglaterra, el tránsito del feudalismo al capitalismo fue gradual y la burguesía, que iba adueñándose paulatinamente de la economía, -conforme lo advirtió Engels-, utilizó a la aristocracia para la administración del estado bajo la forma de monarquía constitucional. Hemos visto que con el correr del tiempo la aristocracia fue marginada de la administración del estado para cumplir un papel simbólico al servicio de la ideología burguesa perpetuando la mentalidad de un orden de dominio armonioso y jerárquico (incluso propagado en cine y TV con películas de reinas y piratas). En Francia, bajo otras condiciones, las fuerzas populares barrieron con la monarquía en la revolución iniciada en 1879, obligando a la burguesía ir más allá de sus intereses, instaurando un gobierno popular (jacobino) que intentaba implantar el igualitarismo, fracasando, adviniendo la reacción termidoriana que promueve el capitalismo. En 1917 en Rusia, una revolución socialista acabó con los vestigios feudales y su expresión política "semifeudal" presidido por los zares. En España la monarquía sobrevivió en el siglo veinte gracias a la derrota de la revolución española (1936-1939).

La monarquía absolutista rusa surge con retraso a sus pares de occidente, y en el siglo veinte existía un parlamento –servil y corrupto- hecho a la medida de esa monarquía, por debilidad de la burguesía y del liberalismo.

El parlamento adquiere carácter progresivo como parte de movimientos plebeyos populares contra regímenes arcaicos del pasado, pero pierde ese carácter cuando adviene el orden capitalista burgués, adocenándose y corrompiéndose. Es usual que los partidos políticos burgueses reciban dinero de las grandes corporaciones para solventar gastos cotidianos y sobre todo para sus campañas electorales y también es usual que los parlamentarios (congresistas) electos reciban dádivas (incluyendo dinero) de grupos de poder, práctica conocida desde los inicios del parlamentarismo burgués.

La burguesía para legitimarse, además de las relaciones sociales (entre capital y trabajo) entendidas por las mayorías como "naturales", y del control del sistema educativo, de la iglesia oficial, editoriales, etc., tiene a su disposición a los grandes medios de comunicación como la prensa (periódicos, revistas radio y televisión, etc.) y el cine, que se han constituido además, en una gran industria.

Cada facción de las clases dominantes tiene sus portavoces. Para el caso de la prensa escrita (teniendo de referencia Italia en la década del veinte), Mariátegui55b lo dividía en prensa "informativa" y prensa de "partido". "El periódico de partido tiene una limitación inevitable: la de un público y un elenco propios. Para los lectores extraños a su política, no tiene generalmente sino un interés polémico. Este hecho favorece a una prensa industrial que mientras se titula de prensa de información y, por ende, neutral, en realidad es la más eficaz e insidiosa propagandista de las ideas y hechos conservadores y la más irresponsable mistificadora de las ideas y hechos revolucionarios".

La prensa burguesa se presenta "neutral", "objetiva", generalmente bajo el membrete de prensa "informativa". En los grandes diarios burgueses, los columnistas pueden representar al orden burgués en su conjunto o a determinada facción, presentándose todos como "neutrales", haciendo creer que sus opiniones y propuestas son en bien de la sociedad en su conjunto. Cosa distinta es que los intereses de determinada facción de las clases dominantes puedan confluir más que otras con las aspiraciones de las mayorías.

En el campo de la izquierda revolucionaria, que no esconde su interés de clase, también encontramos a la prensa de "doctrinaria" que representa a los ideales libertarios (anticapitalistas) como conjunto, y la prensa de partido que es de facción, de agitación, aunque en una y otra prensa se pueda hacer agitación y a la vez difundir ideas doctrinarias. Mariátegui funda la revista "Amauta" (1926) como órgano de doctrina y debate de los grandes problemas nacionales y mundiales, y el quincenario "Labor", está dirigido a un público más amplio de trabajadores, sin por eso dejar de lado la difusión doctrinaria.

En referencia al inicio del parlamentarismo inglés, reivindicado como modelo de democracia capitalista, Maurice Duverger escribe: "Durante mucho tiempo los ministros ingleses se aseguran sólidas mejoras comprando los votos, sino las conciencias de los diputados. Esto era casi oficial: existía en la cámara misma una taquilla donde los parlamentarios iban a cobrar el precio de su voto en el momento del escrutinio. En 1714 se estableció el puesto de secretario político de la tesorería para asumir esas operaciones financieras; dicho secretario fue llamado muy pronto Ge patronage secretary porque disponía la nominación de los empleos del gobierno a título de corrupción. Distribuyendo así el maná gubernamental a los diputados de la mayoría, el patronage secretary vigilaba de cerca sus votos y sus discursos: se convertía para ellos en el hombre del látigo. the whip (etimológicamente whip significa "látigo"; en lenguaje de cacería, designa a los monteros provistos de látigo que dirigen a la jauria hacia donde está la bestia perseguida) ". (Los whips, advierte el autor, han "sobrevivido a las razones que las habían hecho nacer")55c.

La "transparencia" de la democracia británica de esa época se debe a que su parlamento se sustentaba en la transacción (o combinación) entre el régimen medieval que resalta –es decir, no oculta- la existencia de estamentos y castas incluso en su representación política, y el naciente capitalismo con una burguesía cuyo racionalismo evolucionista busca la transacción como medio de enriquecerse desarrollando paulatinamente, paso a paso, el capitalismo y la sociedad burguesa. La tesorería para tramitar coimas en el parlamento es parte de ese mecanismo. Posteriormente, cuando el racionalismo de una burguesía más poderosa se sacude de los "lastres" mentales de estamentos y castas, el interés de clase, de la mano con la corrupción, tienen mil formas de camuflarse, aparentando, además de neutralidad, por encima de la lucha de clases, honorabilidad, de todo lo cual no hay de qué asombrarse. El sistema capitalista se sustenta en la mentira y el engaño más groseros.

Los "sobornos" son normales en el desenvolvimiento capitalista, camuflados de diversas formas. Sus leyes lo prohíben, pero, sobre todo empresas ligadas a las grandes potencias, son las primeras en violar su propia legalidad. Cada gran empresa y hasta cada estado (sobre todo los imperialistas), tienen en su registro contable un rubro (bajo diversas denominaciones) dedicado a estos menesteres que según la ocasión, puede corromper a los más altos dignatarios políticos, los grandes medios de comunicación…, hasta la compra de dirigentes sindicales para que traicionen las luchas sociales. En caso no ser propietarios ni accionistas de los grandes medios de comunicación, sobornan a sus propietarios en forma directa mediante coimas, o "indirectas", por medio de los avisos publicitarios que condicionan su línea editorial, aunque a menudo las grandes corporaciones promueven en forma directa como accionistas mayoritarios a los grandes medios de comunicación.

En los últimos años asistimos al escándalo de sobornos a políticos de diversos países ubicados al sur de Estados Unidos por parte de la empresa brasileña Odebrecht, ligada principalmente a la construcción.

Desde los inicios del sistema mundial con las conquistas y el coloniaje tradicional, los actos de rapiña de las grandes potencias –que se precian "civilizadas"- están por encima de leyes divinas y terrenales. Desde esos años, por la división internacional del trabajo, las colonias son condenadas a exportar materias primas para el mercado internacional, impidiendo el desarrollo integral de su economía y su industrialización.

Con la llamada independencia (o "descolonización"), adviene el "neocolonialismo", en el cual no es necesaria la presencia de ejércitos de ocupación para succionar la riqueza como en el colonialismo tradicional, sino clases dominantes "nativas", estados y gobiernos supeditados a intereses de las grandes potencias y de las transnacionales, que en competencia por invertir sus capitales y colocar sus mercancías, recurren a diversas practicas dolosas que van desde los sobornos hasta la destitución de presidentes por medios "pacíficos" o violentos, con la ayuda de los grandes medios de comunicación de masas escritos y hablados, tan o más eficaces que los ejércitos invasores del pasado.

Uno de los mejores testimonios de esto es el libro de Eduardo Galeano "Las venas abiertas de América Latina", en cuyas primeras líneas se lee: "La división internacional del trabajo consiste en que unos países se especializan en ganar y otros en perder. Nuestra comarca del mundo que llamamos América latina, fue precoz: se especializó en perder desde los remotos tiempos en que los europeos del Renacimiento se abalanzaron a través del mar y le hundieron los dientes en la garganta55d…".

A los "ganadores", entre ellos, Europa Occidental, a la que pronto se suma Estados Unidos, ningún gobierno los puede juzgar. Ellos, los principales promotores del hambre, las guerras y el deterioro del medio ambiente, se presentan como los "civilizados" y defensores de los derechos humanos que juzgan o presionan para juzgar a sus rivales débiles que consideran ajenos a sus intereses, con mayor saña, si son del "tercer mundo".

Por su poder económico político, tienen impunidad para violar todas las leyes escritas y no escritas. Son socios contra los movimientos libertarios y son adversarios en la competencia por colocar sus capitales y mercancías utilizando todas las armas, lícitas e ilícitas, llegando a las guerras –incluso mundiales en el continente (Europa) que se ufana de ser el más "civilizado"- ocasionando millones de muertos.

El espionaje, sobre todo entre "amigos" o socios, es condenado públicamente por la "moral" y las leyes, pero cuando se comprueba lo que todos saben –gracias a Jukian Lassange con los WikiLeaks- que Estados Unidos espía sin discriminar a los socios de los enemigos, el escándalo no pasó de titulares en los medios de comunicación, porque el sistema conforme lo han reconocido sus ideólogos, es una guerra de todos contra todos. Los socios sólo balbucearon algunas frases. Los actos repudiables de terrorismo el 11 de setiembre del año 2001 contra las torres gemelas de Estados Unidos son recordados todos los años y la prensa "democrática" de todos los países, clama no sólo justicia contra los agresores, sino también venganza, pero esa misma prensa no clama justicia –entre otros actos criminales y genocidas- por el derrocamiento del gobierno socialista de Salvador Allende en Chile el 11 de setiembre de 1973 promovido por el gobierno democrático de Estados Unidos.

El caso Odebrecht trasciende los fueros meramente judiciales. Fue suficiente que el Departamento de "justicia" de Estados unidos revelara una investigación contra esa empresa para que se agilizara las denuncias en diversos países. Igualmente, con gran celeridad, el Departamento de "justicia" de ese país extraditó y encarceló a dirigentes de Futbol de varios países de Centro y Sud América, acusados de corrupción, por recibir sobornos para que den su voto en contra de la realización –de una de las empresas más rentables- del mundial de Futbol del año 2022 en ese país, demostrando que Estados Unidos sigue gravitando como primera potencia del sistema capitalista en declive, sobre todo, en su "patio trasero" formado por neocolonias (o semi colonias) de América Latina.

Desde hace algún tiempo Brasil es presentado (o auto presentado) como el "gigante sudamericano" que por el volumen de su producción sería la séptima potencia mundial. Lo real es que un ínfimo porcentaje de su población vive en la opulencia, rodeado por los cuatro costados de la pobreza e indigencia material y espiritual de las mayorías, con una criminalidad grande y pequeña enquistada en todos los estratos sociales.

En tanto los intereses foráneos imperialistas restringen su industrialización (porque los hacen la competencia), en los países del tercer mundo el negocio de la construcción es refugio preferido de grandes masas de capitales en los procesos de urbanización por la migración del campo a la ciudad y por la urgencia de grandes vías de comunicación.

Odebrecht, al igual que toda empresa, busca apoyo político para enriquecerse, que por la coyuntura de los últimos años, Brasil es gobernado por la (mal) llamada "izquierda" que más preciso sería denominarlo reformismo de derecha (o reformismo burgués) que intenta paliar la pobreza en base a la asistencia social promovido por el estado (seguridad social, salud, educación, subvención a artículos de primera necesidad…), con inversiones en infraestructura (carreteras, viviendas, hospitales escuelas, etc.), para masificar el empleo. Esta política, -cuyo principal promotor en la primera mitad del siglo veinte fue Jhon Maynard keynes– es una de las estrategias para la producción y reproducción del capitalismo. En Europa y Estados Unidos forma parte de lo que se conoce como "economía del bienestar", que los ultraderechistas critican.

El proceso a Odebrecht tiene ribetes económicos y políticos, demostrando que Brasil es un país del tercer mundo con una burguesía atada por mil lazos a la estructura de dominio imperialista extranjero. Además de poner en el banquillo a una transnacional de la construcción (del tercer mundo), se busca desprestigiar a la (mal) llamada "izquierda", evitando incluir a políticos "derechistas", por lo que en forma visible, los acusadores son peores que los acusados.

Parafraseando la letra de una canción popular, de invertirse los papeles, "si el norte fuera el sur"; el "sur", entre ellos Brasil, pondría en el banquillo de los acusados a los gobiernos del "norte" y sus empresas que "coimean", corrompen, utilizan el chantaje, las armas, sus medios de comunicación, para doblegar y destruir a regímenes que consideran ajenos a sus intereses.

La corrupción está institucionalizada en el sistema mundial desde sus orígenes, agravada en la época de declinación actual, con una clase dominante capitalista burguesa que para sobrevivir libra una guerra contra toda expresión progresista y libertaria del pasado y del presente, incluyendo contra la prédica de amor a los semejantes (en tanto "hijos de Dios") de las religiones, porque es corrosivo al sistema. Cuando una civilización llega a su decadencia, ser honesto y honrado convierten a una persona en subversiva.

Dentro del sistema mundial en descomposición, la (supuesta) lucha contra la corrupción adquiere características de lucha entre bandos donde gana el más cercano a los intereses de los grandes empresarios y de las transnacionales, el que tiene más tentáculos en el sistema judicial y mayor apoyo de los grandes medios de comunicación.

LA REVOLUCION CHINA

1.- Los bolcheviques (Unión Soviética) y China

En 1919, bajo el influjo de la revolución rusa, se funda la Tercera Internacional con el objetivo de promover la revolución mundial. La cadena del sistema mundial imperialista se podía romper –en palabras de Lenin- en el eslabón más débil, que por esos años se extendía al corazón del sistema, a Europa, particularmente Alemania, pero una y otra revolución fracasaron, a partir de 1924, con la complicidad del estalinismo empeñado en construir el "socialismo en un solo país". Toda una época iniciada en 1914 con la primera guerra mundial y le revolución rusa (1917) termina con los fracasos de la revolución en Europa occidental, el fascismo, el estalinismo y la segunda guerra mundial. Con el triunfo de la revolución China en 1949 se da inicio a las revoluciones socialistas en el mundo colonial y neocolonial.

Luego de la derrota de la insurrección alemana en 1919, con sus líderes Rosa Luxemburgo y Leo Jogiches encarcelados y asesinados, a lo que se suma la derrota de 1923, los bolcheviques pensaron en la revolución en las colonias, por vía de "oriente", particularmente China. En realidad, el mundo entero estaba convulsionado, poniendo en tela de juicio el dominio burgués imperialista, pero, por razones estratégicas ("geopolíticas"), limitaba con la unión Soviética y era adversaria del militarismo japonés, a lo cual se agrega la ebullición antiimperialista, China ocupaba más su atención. A diferencia de la Segunda Internacional que delimitaba la revolución socialista a Europa, la Tercera Internacional no hacia esa distinción. En palabras de su presidente Gregorio Zinoviev citadas por Mariátegui: "La Segunda Internacional estaba limitada a los hombres de color blanco; la Tercera Internacional no divide a los hombres según el color. Si vosotros queréis una revolución mundial, si vosotros queréis liberar al proletariado de las cadenas del capitalismo, no debéis pensar solamente en Europa. Debéis dirigir vuestras miradas también al Asia56…"

Por esa época, década del veinte, Indoamérica no ocupaba un lugar importante en los planes de la Tercera Internacional. En su sexto congreso (agosto de 1928) -bajo dirección estalinista- realizado en Moscú, sus dirigentes mencionaron que el movimiento comunista había tocado por primera vez América Latina. Lacerda, representante de Brasil, responde: "no es el movimiento comunista el que ha tocado por primera vez América Latina; es la Internacional Comunista la que, por primera vez, se ha interesado por el movimiento Comunista en América Latina57". Recordaba que desde 1920 existen partidos comunistas en Méjico, Brasil, Argentina, Uruguay, Chile y Guatemala.

2.- Chen Tu-hsiu y el surgimiento del marxismo en China. La derrota de la revolución (1925-1927)

Cuando a inicios de la década del veinte el marxismo comienza a enraizar en territorio chino, existía el poderoso movimiento antiimperialista del Kuomintang dirigido por Sun Yat Sen que en 1911 había derrotado a la última dinastía y proclamado la república, pero la mayor parte del territorio aún quedaba en poder de terratenientes feudales, caudillos guerreros y los imperialismos de occidente. El Partido Comunista, bajo inspiración de Chen Tu-hsiu (1880-1942) y Li Ta-chau, celebra su congreso de fundación en 1921, con 57 miembros.

Lenin y Trotsky, en nombre de la Tercera Internacional, aconsejan a los comunistas chinos hacer la unidad en la acción con el Kuomintang manteniendo la independencia orgánica y política, para que puedan hacer avanzar la revolución de las reivindicaciones democrático burguesas al socialismo. Pero Sun Yat Sen no acepta e impone su criterio de que los comunistas se deben supeditar a su mando, es decir, a los "principios" del Kuomintang. Según Isaac Deutscher58, Ioffe, a nombre de la Internacional se excedió en sus atribuciones firmando el pacto.

Sun Yat Sen en su juventud había simpatizado con ideas anarquistas y marxistas. Por su iniciativa, el Manifiesto Comunista fue traducido y publicado en China en 190659. Además, hasta su muerte en 1925 se consideraba "socialista". Su liderazgo en la década del veinte se basa en tres principios: unidad con Rusia revolucionaria, unidad con los comunistas chinos y democracia y apoyo a las reivindicaciones del pueblo. En lucha contra los imperialismos había entablado relaciones con Rusia soviética que le asistía con asesores militares para organizar su ejército. Con el pacto de unidad con el naciente comunismo chino, se incorporan como miembros plenos al Comité Ejecutivo del Kuomintang nueve comunistas: tres miembros plenos y seis suplentes. Entre los últimos, estaba Mao Tse Tung60.

Sun Yat Sen muere en 1925 siendo reemplazado en la jefatura por Chiang kai Shek.

Los sectores derechistas del Kuomintang intentaban frenar las reivindicaciones de obreros, campesinos y estudiantes, mientras los comunistas dirigidos por Chen Tu-hsiu apoyaban toda reivindicación popular y, excediéndose en lo pactado, se organizan con relativa autonomía, ganándose el reconocimiento popular. Según Guillermaz, en 1921, año de su fundación, contaban con 57 miembros, en 1922 con 123, en 1923 con 342, en 1925 llegan a diez mil, más 9 mil de las juventudes, en 1926 cuentan con 30 mil y en abril de 1927 con 57,963, más 35 mil de las juventudes. Se entiende que el número es de los miembros formalmente afiliados.

Como expresión de su avance, en el segundo congreso del Kuomintang del año 1926, los comunistas dominaron ampliamente las sesiones, logrando 7 miembros plenos en el Comité Ejecutivo Central, más 24 suplentes61. Pero Chiang Kai Shek margina a los comunistas.

Chen Tu-hsiu, -partícipe de la fundación de la república china en 1911- desde joven promovió la difusión de literatura revolucionaria, que se acrecienta en la década del veinte, con la propagación de sus propias ideas, simientes para la nueva generación de revolucionarios. Denunciaba que China ha sido dominada por las principales potencias imperialistas. A él se debe la reivindicación de una forma tradicional china de impartir normas y principios en forma de decálogos, facilitando su difusión y comprensión, lo mismo que la visión internacionalista de la revolución. Entre sus máximas tenemos: "Sed independientes y no serviles" y "Sed internacionalistas y no aislacionistas", impartiendo el criterio de que la revolución china es parte de la revolución socialista mundial.

Según Robert Payne62, uno de los primeros biógrafos europeos de Mao Tse Tung, Chen Tu-siu, a los cuarenta años, estaba entre los cuatro personajes más influyentes de China y conceptos como "nueva democracia" surgieron de su pluma, que luego sería retomado por Mao Tse Tung en la década del cuarenta. (Es probable que también el término "burguesía compradora", utilizado en los primeros congresos de la Tercera Internacional, tenga origen en el comunismo chino. Trotsky lo usaba en sus escritos y en una ocasión sindicó a Stalin de candidato para hacer el papel de "comprador" en una restauración capitalista en Rusia. Para Mao Tse Tung es un término clave en sus análisis de la sociedad china. El estalinismo dejó de usar el término en deferencia a las burguesías nacionales que a su entender eran "revolucionarias" en colonias y semicolonias).

En enero de 1924 muere Lenin en Rusia, sucediéndole Stalin.

Chen Tu-siu intentaba promover una estrategia para que la revolución democrática burguesa marche en forma permanente (o ininterrumpida) al socialismo para lo cual los comunistas deben lograr su autonomía organizativa y política, pero se deja doblegar por los emisarios estalinistas que imponen su criterio de que la revolución china sólo debe ser democrática burguesa con dirección burguesa, para desarrollar el capitalismo.

Previendo un enfrentamiento al interior del Kuomintang, Chen Tu-siu intenta obtener para los revolucionarios 5,000 fusiles enviados desde Moscú sin pasar por la cúpula del Kuomintang, para entregarlos a los campesinos sublevados de Kwantung, pero los emisarios soviéticos, -dice Deutscher63- se niegan, acrecentando la subordinación de los comunistas a la dirección burguesa. A iniciativa de Stalin, en 1926, en pleno ascenso revolucionario, el Kuomintang es designado "partido asociado" de la Tercera Internacional y su principal líder Chiang Kay Shek nombrado "miembro honorario" de la misma. En Rusia Trotsky se opuso a esta designación y, -según el historiador maoísta Ho kan-chih citado por Deutscher- Mao Tse Tung en China votó en contra de la elección de Chiang Kai Shek.

Entre 1926 a 1927 en una exitosa campaña al norte contra la administración reaccionaria de Chang Tso-lin, lugar donde pasaban los ejércitos del Kuomintang eran recibidos como liberadores, despertando el fervor popular. Los comunistas, apoyando las reivindicaciones populares contra los señores feudales, los altos arriendos y los usureros, ganan prestigio. En marzo, Shanghai, el principal puerto comercial de China, es escenario de una insurrección obrera popular. Cinco mil milicianos se apoderan de la ciudad, destituyendo a los administradores extranjeros. Desde Moscú se ordena capitular y desarmar a los milicianos entregando las armas a Chiang kai Shek, el mismo que tres semanas después, el 12 de abril, asesina a decenas de miles de revolucionarios desarmados64. La nueva orden de Moscú era someterse al "ala izquierdista" del Kuomintang, que pronto desaparece. En medio de la derrota, en vez de promover las reivindicaciones más amplias para defenderse, el estalinismo, con una política ultra izquierdista, ordena la toma del poder, consumando la derrota del pueblo.

Chen Tu-hsiu, por ese entonces principal dirigente, informó que la derrota se debió a las erradas orientaciones de Moscú, por lo que fue expulsado del partido y de la internacional. Se adhiere al trotskismo pero fue detenido y encarcelado por el Kuomintang. En 1937 al iniciarse la lucha de resistencia contra la invasión japonesa y formarse el pacto de los comunistas con el Kuomintang se le concede "libertad vigilada". Fallece en 1942.

En Rusia, Trotsky criticaba la política estalinista en China como causante de la derrota, porque en época de ascenso revolucionario se aplica una política derechista de subordinación a la burguesía enquistada en la cúpula del Kuomintang, y luego de la derrota, cuando los revolucionarios huyendo de la persecución del "miembro honorario" (Chang Kay Shek) intentan sobrevivir, cuando lo lógico era luchar bajo consignas democráticas burguesas más amplias para atraer a más sectores, Stalin llama a tomar el poder con reivindicaciones ultraizquierdistas65.

Las diferencias entre los comunistas chinos en el Kuomintang y los comunistas europeos en los frentes populares de Europa son grandes. Si bien en China el Kuomintang también era un frente de clases que iba desde burgueses hasta obreros, campesinos y capas medias, era depositaria del legado de las fuerzas revolucionarias que en 1911 derrocaron a la última dinastía para proclamar la república y no obstante la vaguedad y ambivalencia de sus postulados, se distancia de las clases conservadoras y reaccionarias para solidarizarse con la revolución rusa y con las reivindicaciones populares, por lo que, hasta inicios de 1927, hegemoniza la lucha contra los imperialismos y contra los sectores feudales. Los comunistas en su seno, presionados por los sectores populares organizados de obreros campesinos, estudiantes y demás capas medias radicalizadas, formaban una oposición revolucionaria de facto, incluso cogobernando entre 1924 a 1927 –no importa si en papel de subordinados- un inmenso territorio, organizándose, logrando reconocimiento popular y disputando el liderazgo al interior del Kuomintang a la burguesía, pero se dejaron presionar por el estalinismo y fueron derrotados en 1927. En Europa los comunistas con dirigentes adocenados, se sometieron por completo a la dirección burguesa, dando como resultado la derrota de la revolución española (1936-1939). Sus acciones se limitaron a defender el orden burgués, renunciando al socialismo. La oposición de izquierda a esta política vino de pequeñas agrupaciones de trotskistas y anarquistas que intentaron hacer que la revolución trascienda las reivindicaciones democráticas burguesas para enrumbar al socialismo, siendo reprimidos por el gobierno de los frentes populares estalinistas, creando desconcierto en los combatientes contra el fascismo que se preguntaban si vale la pena entregar la vida para salvaguardar el dominio de la burguesía y del capitalismo.

Trotski66, durante su exilio en Méjico, decía que el APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana) liderada por Víctor Raúl haya de la Torre (1895, 1979), que hasta la década del cuarenta actuaba a la izquierda del estalinismo, era una organización pluriclasista semejante al Kuomintang chino pero organizado en partido, instando a sus seguidores privilegiar un frente común sobre acciones concretas con esta organización. En realidad, la ideología primigenia aprista era más radical que del Kuomintang, porque desechaba a la burguesía nacional del frente único antiimperialista y sus bases populares –por encima de la ambivalencia ideológica y práctica de sus máximos líderes- luchaban contra el orden establecido como en la revolución de Trujillo el año 1932 siendo derrotados por falta de orientación política. Hasta mediados de 1938 los apristas criticaban a los frentes populares estalinistas para luego someterse a la política del "buen vecino" del presidente norteamericano Franklin D. Roosevelt.

3.- 1929-1935: ¿Qué hacer?

Derrotada la revolución en 1925-1927, Mao Tse Tung y Chu Te, con sobrevivientes de sus ejércitos, se encuentran en abril de 1928 en las montañas Chingkanshan, dando nacimiento al ejército rojo, cuyo comando recae en Chu Teh (1886-1976) que fue Comandante en Jefe del Ejército Rojo (Ejército Popular de Liberación) hasta 1954. En 1955 fue promovido a mariscal. Mao Tse Tung tenía el mando político. Ambos -recuerda Mao67- acuerdan crear un régimen soviético "para estabilizar y consolidar gradualmente el poder comunista" y luego extenderse, en contra de las directivas del partido que "preferían una expansión rápida" con las conquistas de las ciudades. Comenzaba una nueva atapa en el marxismo chino. Constituían solo una pequeña fracción de las fuerzas revolucionarias que paulatinamente se fue imponiendo.

En 1931 cuando Japón invade regiones costeras chinas ocupando Manchuria, Mao Tse Tung, a nombre de la República Soviética, declara la guerra llamando a la unidad nacional más amplia –incluyendo al Kuomintang- contra los invasores, manteniendo la independencia orgánica y política. Los comunistas –cercados por el Kuomintang- no tenían la menor posibilidad material de hacer la guerra a los japoneses. La iniciativa fue política, para demostrar que además de luchar por el bienestar del pueblo, luchan por la unificación de China y el fin de la guerra interna, al contrario del Kuomintang al que acusaban de promover la guerra civil.

Los comunistas en las regiones rurales, bajo jefatura de Mao Tse Tung y Chu-teh habían logrado comandar a 300.000 combatientes, pero cinco expediciones de cerco y aniquilamiento los reducen a noventa mil, que en 1934 huyen, originando la larga marcha, al inicio, sin un plan preciso. Cuando a Mao lo preguntan a dónde se dirigían, responde: "Si se refiere a si teníamos planes exactos, la respuesta es que no la teníamos. Nuestra intención era romper el encierro y unirnos a los otros soviets. Más allá de esto existía un gran deseo de situarnos en un lugar desde el cual pudiéramos luchar contra los japoneses68".

La posibilidad -de una retirada estratégica al noreste- había sido acariciada en momentos difíciles, tanto por Chen Tu-siu cuando era máximo dirigente del comunismo y por el fundador del Kuomintang Sun Yat-sen: "Chen Tu-hsiu apreciaba una marcha al noroeste por la razón de que los centros urbanos en donde el imperialismo y la burguesía china eran más fuertes la revolución china no hubiera podido desarrollarse: así él elaboró una idea que Sun Yat-sen había acariciado en horas particularmente difíciles y que, diez años más tarde, sería retomada por Mao, aunque luego de una derrota definida claramente como tal y en una situación en la que una retirada hacia el noroeste podía combinarse con un contra ataque contra la invasión japonesa69".

Bajo el mando militar de Chu Teh, secundado por Pen Te huay, recorren diez mil kilómetros, según Mao, enseñando a su paso –en once provincias- que la única posibilidad para liberar y unificar China es la revolución. A Lin Piao se le ordena abrir y cerrar la larga marcha. De los noventa mil que inician la marcha según Mao, sobrevivieron un poco más de veinte mil combatientes que con los nuevos contingentes que se sumaron en el camino, llegaron a treinta mil.

Mao Tse Tung elogió la estrategia militar de Chu Teh: "De estratega militar puro y manejo táctico de un gran ejército, nada se ha visto en China que pueda compararse con la espléndida capacidad de Chu Teh en la gran marcha70".

El reconocimiento de estratega militar a Chu teh alcanzó ribetes de leyenda. Una periodista norteamericana que visitó China durante la guerra contra Japón escribió: "¡El héroe de quien se cuentan tantas leyendas. Quien puede ver a la distancia de cien lí en todas direcciones, quien enfrenta al enemigo agitando simplemente un abanico en frente suyo, quien lanza los grandes vientos, quien muere y retorna a la vida!71".

Muchos pensaban que Chu Te y Mao eran una sola persona conforme al testimonio de viejos combatientes recogidos por Jan Myrdal en la década del sesenta: "también se hablaba de alguien llamado Chu Mao. Decían que es un general que estaba en el sur. Nosotros creíamos que se trataba de una misma persona72".

4.- El maoísmo

a) La estrategia de la revolución china.- Los comunistas, reducidos a su mínima expresión luego de la larga marcha, son objeto de campañas de cerco y aniquilamiento del Kuomintang. Mao reconoce que el interés de Japón –que desde 1931 se había apoderado de algunas provincias- de invadir toda china en 1935 los salvó del exterminio, porque en esas condiciones los comunistas llaman a la unidad nacional contra los invasores recibiendo el apoyo de bastos sectores democráticos y patriotas, incluyendo del seno del Kuomintang dirigido por Chiang kai Shek.

Contrariamente a sus "seguidores" escolásticos que lo presentan infalible desde el inicio de la revolución –incluso desde la década del veinte-, en 1962 Mao reconoce que recién desde 1935, van tomando conciencia de la estrategia que seguiría la revolución: "Hablando en general, somos nosotros los chinos los que hemos logrado conocer el mundo objetivo de China y no los camaradas de la Internacional Comunista encargados de los problemas de China. Esos camaradas no conocían, o no conocían perfectamente, la sociedad china, la nación china y la revolución china. Si incluso nosotros mismos estuvimos durante largo tiempo sin conocer bien el mundo objetivo de China, ¿qué decir de los camaradas extranjeros?".

"Fue en el periodo de la Guerra de Resistencia contra el Japón cuando elaboramos una línea general del Partido y una serie completa de políticas específicas que se ajustaban a la situación real" (…) "Si alguien afirmara que tal o cual camarada, digamos, un camarada del Comité Central o yo mismo, ya conoce desde un comienzo las leyes de la revolución china en su totalidad, creo que sería una exageración, a la cual ustedes no deben darle crédito en modo alguno, pues no hay tal73".

Sin embargo, debemos precisar que si antes de 1935 no existía coherencia estratégica y táctica definida para la revolución, ya Mao Tse Tung había visto la insurgencia radical de los campesinos y el surgimiento del poder rojo en el campo.

Los comunistas luego de la gran marcha, acorralados por el Kuomintang, llaman a la unidad nacional contra los invasores japoneses, propuesta desechada por Chiang kay Shek (caudillo del Kuomintang) que siempre los trató de "bandidos". Sin embargo, el pedido de unidad nacional tuvo eco al interior del Kuomintang. El 12 de diciembre de 1935, -ante la negativa de Chiang kai Shek de hacer un frente con los comunistas para luchar contra los invasores japoneses-, sus subordinados dentro del Kuomintang, el General Chang Süe-liang Comandante del Ejército del Nordeste y el General Yang Ju-cheng, Comandante del XVII Ejército, lo arrestan y estuvo a punto de ser fusilado. Los emisarios de Moscú interceden y salvan su vida por mediación de los comunistas. Según Guillermaz74, intentando escapar, Chiang kai Shek se lesionó la columna.

Este episodio, que apenas es mencionado en las Obras Escogidas de Mao Tse Tung, se conoce como "incidente de Sian". Los emisarios de Moscú piden castigo para los que arrestaron a Chang kai Shek porque (supuestamente) están al servicio de traidores chinos que apoyan a los invasores. Mao Tse Tung75 también "explica" que detrás del incidente están los aliados de Japón que con la muerte del jefe del Kuomintang intentaban sembrar el caos en China facilitando la labor a los invasores. Sin embargo, califica a los generales que lo apresaron intentando fusilarlo, como patriotas. Es decir, -contra todo razonamiento lógico-, según Mao, los traidores chinos se valieron de generales patriotas para arrestar e intentar fusilarlo al más encarnizado enemigo de los comunistas.

Queda para la discusión lo que hubiera sucedido de ser fusilado Chiang kai Shek en diciembre de 1935 dejando al Kuomintang sin liderazgo, con luchas internas entre patriotas y reaccionarios en su seno. Es cierto que los comunistas estaban debilitados orgánica y militarmente, pero la explicación del incidente por parte de Mao Tse Tung no es coherente, si recordamos que siempre consideró a Chiang kai Shek –incluso cuando formaron el frente anti japonés- como enemigo de los comunistas y del pueblo chino.

A cambio de su vida, el jefe del Kuomintang se compromete no seguir reprimiendo a los comunistas y hacer un pacto de unidad con ellos para luchar contra los invasores. Al inicio retira sus ejércitos de algunas provincias dando un respiro a los comunistas, para luego volver a su antigua política anticomunista.

b.- La revolución china parte de la revolución socialista mundial.- Desde su época fundacional con el liderazgo de Chen Tu-hsiu, el comunismo chino reivindica la consigna internacionalista de que la revolución china es parte de la revolución socialista mundial y de que la revolución debe transitar en forma ininterrumpida de la fase democráticas burguesa al socialismo, que es legado de los cuatro primeros congresos de la Tercera Internacional (entre 1919 a 1922).

El maoísmo hizo suyo estos principios. Mao Tse Tung en su "autobiografía" contada al periodista norteamericano Edgar Snow en 1937, reconoció que Chen Tu-hsiu "es posible que haya tenido más influencia sobre mí que ninguna otra persona76". Recuerda que junto a Li Ta Chao, (en palabras de Mao) "ambos considerados entre los intelectuales más brillantes de China", lo inclinaron hacia el marxismo. Relata que en un viaje a Shanghai discutió con Chen Tu-hsiu sobre algunos libros marxistas. "Sus profesiones de fe me habían impresionado profundamente". Entre las críticas de Mao a Chen Tu-hsiu, fue que en 1926-27 no supo valorar la insurgencia radical de los campesinos. Li Ta Chao fue asesinado por una de las facciones reaccionarias en 1927. La entrevista en la que el líder chino cuenta su vida fue en 1937 cuando en Moscú, acusados de traidores, se enjuiciaba y condenaba a muerte a la plana mayor bolchevique. Trotsky, reo ausente, fue el acusado principal.

El escrito de Mao fechado en marzo de 1926: "Análisis de las clases en la sociedad china77", es un esquema sobre las clases revolucionarias y reaccionarias para saber quienes son los amigos y quiénes los enemigos. Los terratenientes y la burguesía compradora, aliados a los imperialismos que entre sí compiten para apoderase de China son los principales enemigos. La burguesía media (o nacional) que expresa el desarrollo capitalista en las ciudades y el campo, a la vez que oprimidos por el imperialismo, tienen temor a las luchas populares. Una parte se pliega a la los reaccionarios y otra parte a la revolución. La pequeña burguesía está formada por "los campesinos propietarios, los artesanos propietarios de talleres, las capas inferiores de la intelectualidad -estudiantes, maestros de enseñanza primaria y secundaria, funcionarios subalternos, oficinistas, tinterillos- y los pequeños comerciantes". Parte de ellos, se aproxima a la burguesía media y otra parte, la mayoría, a los proletarios. Son importantes para la revolución.

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