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¿Un "Uber" para casi todo? (la "involución" disruptiva)




Enviado por Ricardo Lomoro



Partes: 1, 2, 3, 4, 5

Monografía destacada

  1. Inconvenientes, alertas y sospechas sobre Uber (u otros servicios "asociativos")
  2. Echando la vista atrás (todo este "tinglado" -o gran parte-, ya estaba inventado)
  3. La danza de los enanos (y los "pendejos" multimillonarios)
  4. ¿Qué se puede hacer ante el fenómeno de la "uberización? (prohibir o liberalizar)
  5. Y al final, todos calvos (la nube de pedo se disipa y solo queda el último "memo")
  6. Anexo (I) – Bajemos al quiosco (qué dice la prensa sobre la economía compartida)
  7. Anexo II – Que se puede encontrar en "San Google" sobre economía asociativa, disruptiva, compartida?
  8. Referencias

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Inconvenientes, alertas y sospechas sobre Uber (u otros servicios "asociativos")

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(Lista de "reclamaciones": sin establecer un orden de importancia o cronológico)

Antes, señalemos las "ventajas" del servicio Uber, AirBnB… (o aplicaciones similares): es cómodo, práctico, barato, eficaz, aprovecha recursos subutilizados, defiende los principios de la libre competencia… (según sus usuarios). Son tecnologías "disruptivas": cuya aplicación rompe con la que existía hasta el momento. Es el sueño de los ecologistas, los consumidores moderados y la gente de pocos recursos.

Y ahora, veamos las desventajas de la "uberización" de la economía, la "servitización" de la economía, la economíageek, la economía "compartida", la economía "persona a persona" (peer to peer o P2P), la economía "colaborativa", la economía "bajo demanda", la economía "de acceso"… (en mi -humilde- opinión, y dejando claro que no soy "usuario" de estas modalidades de demanda).

1 – ¿La economía colaborativa es una "nueva economía" o una economía del "trueque" (medieval) y/o una economía de la "miseria" (consecuencia de la crisis del 2008)?

2 – Monetización de la onda tecnológica (iPhones, apps…)

3 – Aprovechamiento de la nomofobia (moda, frivolidad, estupidez…)

4 – Competencia desleal (sector regulado vs. sector no regulado)

5 – Alta valoración incierta (burbuja especulativa)

6 – Sector no controlado (problemas de confianza, seguridad, calidad…)

7 – Suplen "asalariados" con "asociados" (inestabilidad, privatización…)

8 – Precarización del empleo, degradación del servicio, pérdida de ingresos fiscales, desatención de los mercados poco rentables, persecución descarnada del lucro, competencia desleal…

9 – Refugio temporal de usuarios (demanda) y proveedores (oferta), por falta de oportunidades (ingresos) en la economía real (productiva)

10 – Internet es el nuevo "Gran Hermano" (usuarios y proveedores geolocalizados, espiados, manipulados, sin intimidad, cautivos de algoritmos peligrosos…)

11 – Falsificación del sentido de la economía colaborativa, codicia insaciable, enriquecimiento desmedido

12 – No pueden convivir (competir) en igualdad de condiciones un sector regulado (taxis, hoteles…) con otro desregulado (Uber, AirBnB…), uno que paga impuestos (taxis, hoteles…) con otro que no paga impuestos (Uber, AirBnB)

13 – La economía compartida genera pocos empleos

14 – No se mejora el sistema económico (modelo) sustituyendo "monopolios" por "oligopolios" (con vocación de monopolios futuros)

15 – ¿Será la "economía colaborativa" una evolución o una involución del capitalismo?

16 – No se crean nuevos sectores económicos (servicios, productos), sino que se absorben sectores ya existentes (competencia desleal: rapaces "ladrones de nidos")

17 – La revolución digital nos obliga a vivir como nuestros tatarabuelos: en un mundo sin trabajo

18 – A los prestadores del servicio (oferta) ¿les alcanza lo que ganan para vivir? ¿cuentan con suficiente protección social en su empleo temporario o a destajo?

19 – ¿Quién es el "propietario" de los datos personales y del acceso a ellos (información personal, localización en tiempo real, y pagos móviles)?

20 – Son empresas que se sitúan en el limbo legal y perjudican al sector regulado

21 – Hay "aplicaciones" que resultan un escenario ideal para estafas y actividades ilegales de todo tipo (incidentes masivos de fraude y robo de datos)

22 – "Engorda" la economía sumergida

23 – Lo que nos obliga a "confiar" y "compartir" es la crisis económica que se vive desde el año 2008

24 – No hay lugar para "personas anónimas" en el futuro de la economía compartida

25 – El 42% de los propietarios que utilizan AirBnB emplean lo que ganan en cubrir gastos

26 – Gente interconectada (smartphones) que necesita dinero

27 – Una economía de "bolos" (gig economy); una constelación de "minitrabajos" para ir tirando

28 – Transfiere gran parte del riesgo a los trabajadores, con toda la inestabilidad económica que ello implica ("on-demand job")

29 – La "uberización" de la economía en cinco claves: 1) transformación digital, 2) valores muy reducidos, 3) personalización, 4) rapidez, 5) productos de bolsillo

30 Los cuatro riesgos principales de la "ubereconomía": 1) el tecnológico, 2) la ejecución de la idea, 3) la regulación, 4) el mercado al que se enfrentan

Echando la vista atrás (todo este "tinglado" -o gran parte-, ya estaba inventado)

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Siempre digo que ser "viejo" (como es mi caso) es "lamentable", pero que ser viejo y "boludo" (en argentino) o "gilipollas" (en español) es "patético" (espero y deseo que no me pongan en ese "casillero"). Y de ser así, con un clic piadoso ahórrenme el bochorno.

Pero la única "ventaja" (si se puede llamar así), de haber vivido muchos años (tengo 72), son los recuerdos, la memoria, la experiencia acumulada, la historia vivida.

Del baúl de los recuerdos (y con la ayuda de "San Google"), voy a sacar algunos relatos (del día a día) para demostrar que muchos de los "servicios" ofrecidos por estos "listillos" tecnológicos ya existían desde hace muchos años y siempre han sido a consecuencia de la pobreza, la miseria y la desesperación de la gente humilde.

Un viaje al fondo de la "pantomima"

– Película The Apartment (Año1960)

Director: Billy Wilder – Reparto: Jack Lemmon, Shirley MacLaine, Fred MacMurray…

Género: Comedia dramática

Sinopsis: C.C. Baxter (Jack Lemmon) es un modesto pero ambicioso empleado de una compañía de seguros de Manhattan. Está soltero y vive solo en un discreto apartamento que presta ocasionalmente a sus superiores para sus citas amorosas. Tiene la esperanza de que estos favores le sirvan para mejorar su posición en la empresa. Pero la situación cambia cuando se enamora de una ascensorista (Shirley MacLaine) que resulta ser la amante de uno de los jefes que usan su apartamento (Fred MacMurray).

Premios 1960: 5 Oscars incluyendo mejor película, director y guión original. 3 Globos de Oro, incluyendo Mejor película – Premios BAFTA: Mejor película, actor extranjero y actriz extranjera – Sindicato de Directores (DGA): Mejor director – Sindicato de Guionistas (WGA): Mejor guión comedia – Festival de Venecia: Mejor actriz (Shirley MacLaine).

Podríamos decir que Baxter (Jack Lemmon) ha sido un pionero de AirBnB.

– El "patrón" de la vereda (acera) (Año 1950)

Cuando era pequeño (en la falaz, fugaz, y entonces rica, Argentina), solíamos asumir el rol de patrón de la "vereda" ("acera", en español). Definíamos un área, que en general coincidía con el frente de nuestra casa y todo aquel amigo (compañero de juegos) que quería pasar por ella, debía pagar algún tributo. En general, ese canon consistía en dejarnos jugar el próximo partido de fútbol en el puesto que eligiéramos, o darnos una "figurita" (cromo) que no tuviéramos en nuestra colección, o unos dulces, u otra cosa. En la mayoría de los casos los demás niños "respetábamos" la vereda de cada uno y aceptábamos el pago por el peaje correspondiente.

Una forma de "privatización" (imaginaria) de un bien público, sin oficio pero con beneficio. Cobrar por nada y con la "conformidad" de los niños del barrio.

– Las sobras de comida en Río de Janeiro (Año 1979)

De regreso de nuestro primer viaje a Europa (un circuito de 60 días), en la época del "deme dos" de los argentinos, subvencionados por el dólar barato del gobierno del "proceso" (gran artífice de la "deuda externa y eterna"), culminamos el recorrido, tomando el sol en las playas de Río de Janeiro (primera visita a Brasil).

Al anochecer salimos a cenar en uno de los restaurantes de Copacabana. Nos sentamos en la terraza y luego que nos sirvieron la comida, observamos a unos niños que "revoloteaban" por los alrededores y eran espantados (una y otra vez) por los camareros.

Esos chicos estaban esperando que algún comensal dejara algunas sobras en la bandeja (patatas fritas, ensalada, farofa, picaña, lombinho de porco, feijão-preto…), y antes que los camareros las retiraran pedían permiso a los clientes para llevarse los restos.

Cuando entendimos el "juego" y comprobamos la desesperación de los críos por hacerse de una ración, nuestro apetito se esfumo y nuestra velada se arruinó.

Antes de marcharnos, mi esposa me hizo prometer que nunca más volveríamos a Brasil para ser cómplices (por acción u omisión) de la miseria y el hambre infantil.

Los "meninos da rua" podrían calificarse de grandes "asociacionistas" y eficaces, "aprovechadores recursos subutilizados". O sea.

– La "distribuidora" de Avon toca a su puerta

Avon Products, Inc., conocida popularmente como Avon, es una empresa estadounidense de cosméticos, perfumes, juguetes, joyería de fantasía y productos para el hogar. Fue fundada en Nueva York en el año 1886 por David H. McConnell. La marca está presente en más de 135 países del mundo y cuenta con 6 millones de distribuidoras a nivel global.

De Avon a Mary Kay: así funcionan las empresas de venta directa

¿Cómo funciona este método? Se trata de un sistema construido en torno a una red de comerciales que venden los productos de una empresa directamente a los consumidores. Básicamente, las empresas venden su mercancía al por mayor a los vendedores y después estos la revenden a un coste superior a sus clientes. Todos los beneficios que obtienen se derivan de la venta de los productos.

"A priori", este modelo de negocio suele ser presentado como una gran oportunidad de obtener dinero a corto plazo, a lo que hay que sumar que las compañías suelen dulcificar las condiciones de ingreso al subrayar la oportunidad de negocio, la flexibilidad de horarios y la posibilidad de contar con asesoramiento profesional. Un aparente negocio perfecto que arrasa entre aquellas personas que buscan unos ingresos extra.

¿Cómo se puede ingresar en su red? "Tras firmar un acuerdo con la empresa, las consultoras deben comprar un lote de productos valorado en 25 o 100 euros", explican desde Mary Kay. "Además de los productos, se les proporciona material escrito con consejos de venta".

En su página web, Avon explica que sus vendedoras pueden beneficiarse de comisiones que se mueven en una horquilla que va desde el 25% hasta el 42%, además de recibir otros incentivos como "bonos, vacaciones pagadas o regalos de empresas". Aunque la empresa indica que no hay que pagar nada por entrar, desde su web señalan que al inscribirte puedes hacerte con un "kit de bienvenida por 12 euros" que incluye muestras de productos. Respecto al tiempo de permanencia, ambas empresas señalan que no hay penalizaciones si se decide abandonar la compañía.

¿Se puede perder dinero? Definitivamente, sí. Como en cualquier negocio, cuando los comerciales adquieren los productos que van a distribuir, nadie les puede asegurar que los vayan a vender -de hacerlo, las empresas incurrirían en un delito de publicidad ilícita-, por lo que podría darse el supuesto de que el comercial no recuperase ni siquiera la inversión inicial.

Respecto a este supuesto, desde Mary Kay señalan que en ningún caso se hacen promesas de ingresos a sus comerciales. "Cada consultora controla cuánto dinero gana", señalan. Además, la empresa garantiza una recompra del 90% si la consultora no vendiese todos los productos adquiridos.

¿Empresas de venta directa o sistema piramidal?

Dado que las empresas de venta directa y los sistemas piramidales guardan cierto parecido, es posible confundir ambos modelos empresariales. La venta piramidal es un sistema empresarial según el cual los trabajadores -en este caso, vendedores o comerciales- pagan una cuota de admisión y se les ofrece una comisión por los productos que vendan y por los nuevos trabajadores que logren atraer. Fuentes jurídicas sostienen que es ahí, en el lucro obtenido por captar nuevos vendedores, "donde reside la ilegalidad de este método".

"Las empresas piramidales son opacas. La finalidad oculta es ganar dinero a través del reclutamiento de nuevos agentes y no de la venta de productos", explican esas mismas fuentes. "Muchas veces se confunden. Los comerciales de las empresas de venta directa solo generan beneficios a través de la venta de productos".

Al igual que muchas otras personas, María (nombre figurado) vio en la venta directa una oportunidad de obtener unos ingresos extra. "Me inscribí en una empresa de venta directa", explica esta joven que prefiere no revelar para qué compañía trabajó. "No es una estafa. Sí se puede ganar dinero, pero es complicado".

María explica que el sistema de comisiones por la venta de productos le reportaba un beneficio que, a su juicio, era pequeño. "Un 15% aproximadamente", señala. Ella, como muchas personas, compaginaba esta actividad con sus estudios universitarios. Según datos de la Asociación de Empresas de Venta Directa (AVD), el 89% de este tipo de comerciales lo hace a tiempo parcial, frente a un 11% que se dedica a ello de forma exclusiva.

En España hay un total de 164.212 personas que trabajan como comerciales, según datos de la AVD. De ellas, el 68% son mujeres. Aunque la edad media de las vendedoras está estimada en torno a los 43-44 años, el informe señala el progresivo aumento de nuevos perfiles más jóvenes y con una mayor formación.

La AVD explica que, dada la elevada tasa de paro juvenil del país, muchos jóvenes han encontrado en este modelo de negocio una forma de emprender y de labrarse un futuro.

Queda por saber: ¿el ejército de vendedores está o no en relación de dependencia con la empresa? ¿quién paga (o debería pagar) las cargas sociales? ¿cómo declaran los beneficios obtenidos, si están dadas de alta en la Seguridad Social o si cuentan con un contrato laboral?

¿Alguna semejanza con Uber (y sus "autónomos"), o AirBnb (y sus "cama caliente")?

– Los remises en Buenos Aires (desde los años 90)

Crisis urbana y transporte alternativo: la opción remise. En el ámbito metropolitano de Buenos Aires, así como en otras ciudades del país y de América Latina, se ha verificado en los últimos años una notable captación de viajes urbanos por modos alternativos al sistema ortodoxo de transporte público. Dos versiones los tipifican: los charters (servicios contratados, prestados por ómnibus de diverso tamaño, vans o combis), y los remises.

El remise (automóvil de alquiler, con chofer y sin taxímetro), existe en el esquema circulatorio urbano nacional desde hace décadas, pero su uso se veía restringido a viajes de lujo, ocasionales y especiales, en tanto que hoy se utiliza preferentemente para la realización de desplazamientos ocasionales cortos, y menos frecuentemente de media distancia, en reemplazo del automóvil particular y el taxímetro. En los últimos años se advierte asimismo la proliferación de su uso también en sustitución del transporte masivo, al que supera en comodidad y rapidez, cuando no en precio, ya que -como el taxi- se abona por viaje, independientemente del número de pasajeros. Llamativamente, su demanda resulta ser independiente, tanto del grado de accesibilidad, como del nivel socioeconómico de los usuarios. El surgimiento explosivo de prestadores, entre los que se registra importante proporción de ilegales, se dio fundamentalmente durante los '90, abonada por el incremento de la desocupación, el simultáneo auge del cuentapropismo y la génesis de nuevas demanda de viajes, surgidos de la combinación entre deterioro de la accesibilidad mediante transporte masivo y aumento de la inseguridad urbana. A ello debemos sumar un esquema de control altamente permeable a conductas corruptas, cuya investigación y erradicación se impone a priori de cualquier intervención en pos de depurar el servicio de prestadores al margen de leyes y normativas.

Según lo anterior se podría sostener que los "remises" han sido los precursores de Uber.

– Los paseadores de perros en Buenos Aires

Pasear perros para ganarse la vida es más que simplemente jalar una correa o hacer algo de ejercicio. Tendrás que ser un amante de los perros que esté en sintonía con las formas caninas y estar listo para dirigir un negocio. No obstante, puede ser un trabajo gratificante para una persona dedicada que sea bien organizada, profesional, humana y orientada a los clientes peludos. Aquí te presentamos algunas sugerencias sobre cómo empezar tu carrera profesional como paseador de perros.

Pensando en los pros y los contras de este curioso oficio.

Ventajas: Trabajas al aire libre – Estás en contacto con los animalillos – Los perros te quieren más a ti que a sus dueños – Haces ejercicio. Porque estirar de la correa de 10 perros no es una minucia y menos aún si son perros de presa – Puedes ligar con otras paseadoras de perros.

Desventajas: Tienes que lidiar con las peleas entre "machitos" – La gente te mira raro – Cuando llueve es un engorro – Si te pones malo, los intestinos de los pobres perros lo sufren – ¡Y lo peor! Ahora vivimos en una sociedad que quiere tener sus calles limpias, así que tienes que limpiar las caquitas de una docena de perros a diario. Y por lo que vimos… no suelen ser caniches.

Y todo esto antes que surgieran las "apps". ¿Fueron los argentinos unos precursores del "minijob" (toma nota Merkel) y del "asociacionismo" (confiar y compartir), o solo unos "sobrevivientes" desesperados (devastados -y desquiciados- por la crisis)?

– Los "delivery" de cualquier cosa en Buenos Aires

Uno de los barrios con más deliverys, en el mundo, es Palermo. No creo que haya una ciudad con tanto delivery y con tanta variedad como Buenos Aires. Porque pedir un pizza, bueno en cualquier lado, pero allí se puede comer desde las variedades más típicas hasta las más alocadas o excéntricas que se puedan imaginar. Por ejemplo, si quieres "empanada tucumana", hay delivery en Palermo. Sí, tampoco es nada raro o del otro mundo. Qué hay de "cocina mexicana". Tampoco. Ahora, de "comida marroquí". Sí, ahí ya estamos entrando en las extravagancias o de "comida afrodisíaca" para tener una velada más que inolvidable. Y sí, todo es está nada más y nada menos de delivery en Palermo. Lo que a uno se le ocurra está en Palermo. De delivery y de diseño, es un barrio muy chic, también uno de los más chic del país. Ojo, no de dinero, excéntrico. Bah, de todo. Está lleno de gente joven, de estudiantes, pero también de familias. Pero al estar lleno de gente joven entonces los deliverys en Palermo salen como el agua. O como una minuta. Entonces si se les antoja una pizza a la napolitana con papas fritas, bueno en Palermo les llega en quince minutos. Y a no creerse que sea caro el delivery, por el contrario, hay tanta variedad que se puede encontrar de todo. Incluso hay unas milanesas que vienen en caja de pizza, son milanesas a la napolitana gigantes que sirven para cuatro personas y nadie se quedará con hambre, incluso los del buen comer. Y si no son de buen apetito entonces lo más probable es que sobre y que quede para los días próximos.

¿Es el "delivey" cool, fashion o consecuencia de la miseria y la competencia salvaje?

– El "trueque" en Argentina ¿Estrategia eficiente en tiempos de crisis?

Durante la desastrosa crisis económica que sufrió la Argentina, millones buscaron una salida en los clubes de trueque. A pesar del considerable éxito que tuvo este sistema hubo también varios problemas que al fin y al cabo lo llevaron al fracaso.

La actividad en el edificio de la CTA en Belgrano, barrio de Buenos Aires, se parece a un mercadillo común y corriente. En pequeñas mesas se ofrecen libros, alimentos, zapatillas o productos cosméticos. Lo que es distinto en esta feria, es que los productos no se pagan con pesos argentinos, sino con tiquets de trueque, los llamados "créditos". El sistema de trueque es muy fácil. Sus miembros producen y consumen a la vez y por eso se llaman prosumidores. Cada persona tiene que ofrecer productos o servicios en los clubes de trueque para obtener créditos con los cuales puede ir a trocar los productos de otros prosumidores. Los nuevos miembros reciben 50 créditos para poder empezar. Por lo tanto, el nombre trueque no es tan correcto porque el sistema dispone de una moneda propia y por eso se trata de un sistema mercantil.

Hasta el estallido del sistema de trueque a finales del 2002 se pudo conseguir casi todo en los clubes de trueque que por tanto fue una estrategia de supervivencia real y necesaria para mucha gente que no tenía algo muy importante: plata.

Experimentos como el trueque argentino con moneda propia ya existían y existen en todo el mundo. Sobre todo en tiempos de crisis tenían sus auges y lograron respetables éxitos. Ya durante la crisis económica mundial en los años 30 la municipalidad del pequeño lugar austriaco Woergl introdujo una moneda local con la cual la alta tasa de desempleo se pudo reducir un 25% en menos de un año. En Alemania, durante los primeros años después de la Segunda Guerra Mundial se fundaron varios clubes de trueque sobre todo en el sur del país. Ellos practicaron el trueque directo o también a través de tiquets y contribuyeron a mejorar la situación de la población participante. Sin embargo, el trueque argentino es hasta ahora el fenómeno más grande a nivel mundial.

En este desastre de la crisis económica el sistema de trueque vivió un crecimiento explosivo y resultó cada vez más importante para millones de argentinos excluidos, desempleados y con necesidades elementales insatisfechas. Creció la cantidad de nodos y de personas involucradas. Este crecimiento inmenso se explica principalmente por la falta de liquidez en la economía regular.

¿Hasta qué punto pudo ser el trueque una alternativa para los excluidos de la economía formal? ¿Cuáles fueron los problemas que tuvo esta economía paralela y que la llevaron al fracaso justamente en el peor momento de crisis?

Ya saben, Argentina (y su involución permanente), líder de la economía "compartida".

– Los "coleros" en Buenos Aires (Argentina y el corralito verde)

Se trataba de gente de bajos recursos que se ganaba $ 100 por día por prestar su documento para hacer la operación. Varias financieras tenían un ejército de 1.000 coleros dedicados a la compra de billetes.

Pero ahora el negocio cambió por completo. Los financistas reclutan a un máximo de 100 coleros sofisticados, que llegan a ellos a través de referidos. Se trata de gente de clase media que trabaja en relación de dependencia en comercios, tiendas o supermercados y que ganan alrededor de $ 4.000 por mes en blanco.

Con la ayuda de contadores especializados en este metier, les arman un monotributo y distintos certificados de ingresos para que la AFIP les aumente el límite y les permita comprar la mayor cantidad de dólares posibles.

Y en caso de no recibir la autorización para la cantidad de billetes que ellos planean, se van hasta la agencia correspondiente del organismo recaudador para presentar todos los papeles y que así los habiliten por una cifra superior.

El financista que pone la plata comparte su ganancia en 50% con el colero de cuello blanco, que se gana $ 3.000 mensuales, con lo cual obtiene casi un salario más gracias a esta changa, que sólo realiza una vez al mes.

Como la brecha entre el dólar oficial y el blue es grande, el negocio vale la pena. Es que compran el billete en Banco Nación, que suele tener la mejor cotización, a $ 4,33 y los venden en el mercado negro a $ 4,85.

Por otra parte, estos financistas también compran los dólares de las personas que tenían en una caja de ahorro o en un plazo fijo en el banco y ahora los venden para, con esos pesos, hacer un plazo fijo en moneda nacional a una tasa mucho más competitiva, ya que no hay una gran expectativa de devaluación. El otro punto de abastecimiento de dólares son los mandos medios o empresarios que pueden justificar la compra de dólares pero que no necesitan tenerlos, entonces lo hacen solamente para venderlos luego en el mercado negro.

Este mismo mecanismo se da en todas las provincias, con la particularidad de que fuera de Buenos Aires el blue trepa a $ 4,95. En Salta, por ejemplo, usan a la gran población boliviana que vive en la provincia para que vayan a comprar dólares, ya que el límite para ellos, al ser extranjeros, es por un monto mayor. Incluso, el negocio es más rentable cuando los dólares se trasladan hasta la frontera con Bolivia, donde se pagan $ 5,10.

Y podríamos seguir: los arbolitos (cambistas ambulantes), los cartoneros (recuperadores de residuos), las medicinas en raciones (dosis unitarias), las tarjetas para trucar el acceso al fútbol por la televisión de pago, los trapitos (que limpian parabrisas en los semáforos), los cuidadores de automóviles (en el aparcamiento callejero), los vendedores de clínex (en los semáforos), los actores callejeros (en las aceras, metro, tren, bus, semáforos), los demás coleros (gente que alquila su tiempo para hacer cola por otros -espectáculos, oficinas públicas, tramites varios-)… Un surrealismo patético.

Lamentablemente los argentinos cayeron en una trampa económica que parece no tener fin… y de allí esa "siniestra" y "desesperada" (¿perversa?) creatividad miserable.

Ahora ustedes (pacientes lectores), pueden calificarlos de "disruptivos", "asociativos", "confiar y compartir", "economía de bolos", "minitrabajos" para ir tirando, "emprendedores", "autónomos"… (¿víctimas o verdugos?).

Luego llegó:

  • La economía "low cost" (Ryanair, Easyjet, Airlingus…)

  • El comercio "on line" (Amazon, Alibaba…)

  • La economía de la estupidez (redes sociales: Facebook, Youtube, Snapchat…)

Y al final, nos "invadieron" las "apps" (con Pokemon Go y el circo de tres pistas).

Entonces como diría Mafalda: fue "el acabose del terminose".

Nunca hubo empresas menos obstaculizadas por su conciencia (y mira que ha llovido…), porque tienen muchas: la de anteayer, la de ayer, la de hoy, la de mañana, la de pasado mañana…

Epítomes de la "depravación empresarial", siempre llevan "la miel en los labios y la navaja en la cintura".

"Un trabajo bien hecho, las cosas son así"… Admirados al contemplar el lugar de los hechos, desvalijado metódica y esmeradamente por estos ladrones (depredadores). No hay que realizar ningún esfuerzo intelectual o sentir responsabilidad moral, donde no hay que preguntarse a quién o en nombre de quién (reclutas apasionados) "tragarse" todo este engaño. Una vez dentro, ya no se dispone (dispondrá) de la libertad para preguntarse cómo, por qué, y para qué estaba uno allí en realidad. Hay que seguir adelante (?) con la cabeza bien alta. Qué importan unas víctimas de más o de menos…

El "asociacionismo" es un "estado de felicidad". No cabe la menor duda.

¿Quién puede negar que la felicidad consista en todo esto? ¿Quién puede negar que en el carácter del ser humano haya algo que prácticamente está pidiendo esto a gritos, algo a lo que en la vida diaria, apacible y civil rara vez se hace justicia?

Una masa de clase inferior, irreflexiva y despreocupada. Que es de lo que se trata.

La danza de los enanos (y los "pendejos" multimillonarios)

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El fundador de Uber, Travis Kalanick

Del listado (anterior) de Inconvenientes, alertas y sospechas sobre Uber (u otros servicios "asociativos"), voy a comentar los más significativos (solo diez sobre treinta).

1 – Competencia desleal (sector regulado vs. sector no regulado)

Resulta imposible que compitan en igualdad de condiciones un sector regulado (taxis, hoteles, pisos en alquiler…), con otro desregulado (Uber, Cabify, AirBnB…).

Empresas que se sitúan en un "limbo legal" y perjudican al sector regulado. Eso no es "igualar el terreno" (la tierra es plana -sic-), es una malversación de la libertad de empresa. Es una hipocresía y un cinismo. Unos liberales que resultan ser liberticidas.

2 – No pueden competir (convivir) un sector que paga impuestos (taxis, hoteles…), con otro que no paga impuestos (Uber, AirBnB).

Además del perjuicio fiscal (recaudatorio) general, la carga impositiva de unos y la evasión fiscal de los otros, produce una distorsión en la relación costo/beneficio insalvable para los oferentes regulados que pagan impuestos.

Una economía sumergida (desregulada y evasora) que compite con una economía real (regulada y fiscalizada), es a toda vista injusta, desleal, distorsionante y delictiva.

3 – Precarización del empleo, degradación del servicio, desatención de los mercados poco rentables…

Una prestación realizada por agentes transitorios, precarios y sin vinculación legal con la empresa promotora puede llevar a una degradación del servicio, problemas de seguridad, continuidad de la oferta, desatención de clientes o áreas específicas.

4 – Refugio temporal de usuarios (demanda) y proveedores (oferta), por falta de oportunidades (ingresos) en la economía real (productiva)

Es muy posible que el usuario de Uber o AirBnB, esté buscando hacer una economía de gasto de transporte o alquiler temporal a consecuencia de la crisis económica actual. Ahorrar unos pocos dólares o euros, para "intentar seguir viviendo por encima de sus posibilidades". Una ficción económica que hace ricos a pocos y empobrece a muchos.

También los proveedores, en muchos casos resultan ser unas víctimas de la crisis que intentan conseguir unos ingresos extras con los que "seguir empujando la soga".

En definitiva "dos borrachos" que se sostienen mutuamente para no caerse. Víctimas de la crisis que se dejan cautivar por unas serpientes encantadoras de hombres (Uber, AirBnB…). Tontos útiles, que se sienten "menos pobres" por un día.

5 – Internet es el nuevo "Gran Hermano" (usuarios y proveedores geolocalizados, espiados, manipulados, sin intimidad, cautivos de algoritmos peligrosos…)

Información personal, localización en tiempo real, pagos móviles… ¿quién es el "propietario" de los datos personales y el acceso a ellos?

No hay lugar para "personas anónimas" en el futuro de la economía compartida.

Hay aplicaciones que resultan un escenario ideal para estafas y actividades ilegales de todo tipo. Se han registrado con mayor frecuencia de la razonable (deseada) incidentes masivos de fraude y robo de datos.

6 – Falsificación del sentido de la economía colaborativa, codicia insaciable, lucro desmedido

Aprovechando la transformación digital y ofreciendo servicios (productos) de valores muy reducidos, que se pueden personalizar, que pueden ser provistos rápidamente, que pueden considerarse productos de bolsillo, estos "despabilados" (listillos) de Silicon Valley inventan, un día sí y otro también, unos "gadgets" con los que seguir "arreando a la manada" (sic).

Gente interconectada (smartphones) que quiere ser "cool", estar a la moda, ir por delante, descubrir cosas nuevas, "mear más lejos que nadie"… y otros, también interconectados que necesitan hacer dinero y que están dispuestos a hacer de choferes de los "cool" o alquilarles la cama a los "modernos", para que "los meen en la cabeza y les digan que es lluvia".

Esto no es "economía colaborativa". Esto es una burda "falsificación" del asociacionismo y la economía compartida, que está haciendo ricos (muy ricos) a unos pocos (muy pocos), exprimiendo recursos subutilizados, y haciendo vivir a muchos (demasiados) como en la edad media.

7 – No se crean nuevos sectores económicos (servicios, productos), sino que se absorben sectores ya existentes (competencia desleal: rapaces "ladrones de nidos")

Economía bajo demanda, economía de acceso, economía persona a persona… la economía compartida genera pocos empleos, transfiere gran parte del riesgo a los trabajadores, con toda la inestabilidad económica que ello implica.

No se resuelve el sistema (modelo) económico sustituyendo los "monopolios" por "oligopolios" (con vocación de monopolios futuros).

8 – La revolución digital nos obliga a vivir como nuestros tatarabuelos: en un mundo sin trabajo

Business as usual: los tontos y los malvados, los empobrecidos y los aprovechados, las ovejas y los lobos… este presente oscuro solo se atenúa ante la perspectiva de un futuro negro. Pobreza, melancolía, libertades restringidas, y la promesa de que no es posible nada mejor.

Una espera paralizada a que ocurra lo inevitable, mientras se alberga no obstante, hasta el último momento, la esperanza de poder evitarlo.

9 – Una economía de "bolos" (gig economy); una constelación de "minitrabajos" para ir tirando

Uberización: la antítesis de una economía inteligente.

¿Cómo es posible que todo sea tan distinto de la economía de nuestros padres? ¿Tal vez sea precisamente porque todos estamos seguros de que no puede ser de otro modo? ¿Y confiamos (nos resignamos) tanto en ello, que no nos proponemos hace nada para evitar que, en el peor (mejor) de los casos ocurra lo contrario?

10 – Transfiere gran parte del riesgo a los trabajadores, con toda la inestabilidad económica que ello implica ("on-demand job")

¿Quién pone el vehículo? ¿Quién pone la vivienda? ¿Quién asume la responsabilidad legal y fiscal?… el propietario del vehículo o la vivienda (un siervo de la gleba).

¿Quién se queda con más del 15% del precio del servicio, sin propiedad de ningún bien, sin responsabilidad legal o fiscal? ¿Quién es el "comisionista" de la servidumbre? ¿Quién levantara vuelo abandonando el "nido robado" en busca de nuevas presas?… las "apps", los "facilitadores", los "desarrolladores", los "unicornios", los "Hamelin".

Entonces, no solo quedarán tendidos en la playa los restos del naufragio de los "proveedores" del servicio (tiempo, dinero e ilusiones perdidas), sino también los "inversores" que habrán comprado acciones de las "startup" (unicornios), y verán esfumado su dinero en la "nube de pedo", creada por estos "funambulistas", "trileros", "listillos", "aprovechados", y "gorrones" de ocasión.

¿En qué consiste la auténtica realidad? ¿Quién está haciendo el ridículo en verdad?

¿Contra quién va dirigida la irónica situación?

¿Es Uber un modelo económico de posverdad?

Hechos realizados a "trancas y barrancas", sin posibilidad de avanzar, miseria diaria asfixiante y tormentosa (sin fuerzas para eso).

Con nostalgia (¿lo contrario de la experiencia?), a falta de algún éxito, debemos aceptar (comprender) que con tener razón no basta. En este juego de triunfar y sobrevivir, quienes pierden son los que caminan en línea recta.

Nunca deben olvidarlo (más que una advertencia, es una percepción), siendo "uberadictos" se acepta participar en el juego (al menos como material útil para los "ubericidas"). Un Uber para casi todo: el "absolutismo" de mercado considerado como una virtud.

¿Qué se puede hacer ante el fenómeno de la "uberización? (prohibir o liberalizar)

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Por mucho que me pese, debo aceptar, que en el mundo interconectado de hoy, la "disrupción" parece inevitable. La pregunta es si vamos a crear economías marginalizadas, descontentas y dependientes, o si seremos capaces de crear poderosos motores de crecimiento y dinamismo, que alcancen a la mayor parte de la población.

Pero con tanto en juego y tan limitados medios para cambiar las políticas, ¿qué más se puede hacer?

¿Falta voluntad política para regular el transporte privado?

¿Falta voluntad política para regular el alquiler vacacional?

¿No hay diferencia entre impredecibilidad e incoherencia?

¿Es posible compaginar el interés general y el empresarial, en la economía compartida?

Da la impresión de que la política económica no se hace evaluando cuidadosamente una situación, estimando varias opciones, valorando los costes y beneficios, y eligiendo un camino. En lugar de eso, parece una sucesión de reflejos que responden de forma instintiva a la crisis del día.

O "todos dentro" (regulados, controlados y fiscalizados) o "todos fuera" (desregulados, liberalizados, privatizados y desgravados). Ustedes (consumidores, empresarios contribuyentes, autoridades políticas) eligen. Lo que no se puede, es negar la evidencia.

¿Cómo funciona el modelo?

El consumo de colaboración permite que los dueños de artículos que no usan los pongan en renta a aquellos que lo necesitan por un tiempo limitado, desde un automóvil hasta una casa o bicicleta. Esta clase de servicios  se conocen también como Peer to Peer (P2P), que traduce "de igual a igual".  Empresas de este perfil facilitan reviews y comentarios que permiten que ambas partes involucradas tengan suficiente confianza en el otro para generar la transacción.

En términos sencillos, la también conocida como economía colaborativa, es un mecanismo que responde a la necesidad del consumidor de encontrar un mecanismo por fuera del tradicional empresa-cliente. Esto nos permite definir la economía compartida como la base más primitiva del comercio, basada en la relación persona a persona, que surge ante la necesidad de los humanos de tener acceso a bienes que no estaban a su alcance ofreciendo a cambio aquellos a los que sí.

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El día de la "víctima"

Los profesionales del taxi claman en las calles contra Uber. Son las víctimas más visibles de la nueva economía. Y hay más…

Los empresarios de la hotelería y el turismo reclaman al sector público por el intrusismo de los propietarios de viviendas que ofrecen habitaciones a través de AirBnB.

Sin embargo, las ventajas para ciertos consumidores (de menores recursos o innovadores) de este fenómeno son, aparentemente, claras.

¿Quiénes son "los disruptores"? ¿Están haciendo lo que deberían hacer?

En la era del "big data" y los "algoritmos", las empresas de "aplicaciones" (desarrolladoras) deben asumir la responsabilidad legal por los incumplimientos en que incurren los proveedores del servicio (registro, fiscalidad, seguridad…), en todos sus niveles. Para lograr el permiso de operación en un determinado país (región o ciudad) Uber, AirBnB (o similares) deben "comprometerse" ante las autoridades, y "garantizar" el cumplimiento de todas las obligaciones operativas, legales y fiscales de sus agentes.

Debe ser el "portal" que ofrece el servicio (transporte, alojamiento…) el que asuma las sanciones en caso de incumplimiento. Para ellos se deben constituir los avales y garantías correspondientes por unidad operativa dada de alta.

Asimismo, las empresas de "aplicaciones" deberán tributar en el país por el monto de la operación (facturación) realizada en el mismo, independientemente del lugar de radicación de la sede principal de la firma. Tampoco se aceptarán facturaciones cruzadas, o de servicios internos, por encima de los habituales en el sector.

Para que la "competitividad" quede restablecida, al sector regulado (taxis, hoteles, viviendas turísticas…) se le permitirá operar en las mismas condiciones que al sector no regulado. Se "desregularán" todas las actividades expuestas a la economía compartida.

A los propietarios del servicio reglamentado que hayan pagado un canon, matrícula, patente, permiso o autorización, se les devolverá el importe de la misma o se deducirá de la siguiente declaración de la renta.

Así se podrá sostener -sin hipocresía- que ha quedado "aplanado" el mercado y la competencia se desarrollará en plena igualdad de oportunidades.

A partir de ello, que "cada santo aguante su vela".

Con Uber o sin Uber, con AirBnB o sin AirBnb, "a quien Dios se la dé, que San Pedro se la bendiga". Todos contra todos, y que gane "el más mejor". O sea.

No creo que los "liberales" puedan estar disgustados con esta propuesta. Más libertad de mercado, imposible. Aunque tampoco creo que Uber y a AirBnB (o similares) estén por la labor. Sospecho que cuando tengan que asumir la responsabilidad legal, fiscal y de calidad del servicio, vuelen del nido ("robado"), buscando otros "business as usual".

Mucho me temo que estos "peer to peer" salgan por piernas, en cuanto tengan que asumir los costos y costas del "invento". Lo único que quedará del "asociacionismo" y la "uberización" será el "P2" (una nube de "pedos", en toda regla).

Partes: 1, 2, 3, 4, 5

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