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Vida y Obra del Guitarrista Paraguayo Agustín Barrios Mangoré (página 2)




Enviado por Rafael Poleo P.



Partes: 1, 2

Mangoré el
Hombre

En el segundo libro del registro de Bautismos de la
Parroquia de San Juan de las Misiones, se conservan los datos de
su nacimiento, consignados por el Rvdo. Padre Nicolás
Pésole: "El veintitrés de Mayo de 1885, yo, el
infrascrito Cura de esta parroquia de San Ignacio de las
Misiones, bauticé solemnemente a AGUSTIN PIO que
nació el cinco del corriente, hijo legítimo de
Doroteo Barrios y de Martina Ferreira. Fue padrino Ceferino
Leguizamón de que doy fe". Este es uno de los tantos
documentos de valor rescatados de los registros paraguayos, cuya
publicación en su momento, permitió aclarar acerca
de la nacionalidad de Agustín Barrios.

Su padre Doroteo, era un aficionado de la guitarra,
además de contar con una vasta biblioteca que era visitada
por los lugareños. Su madre, Doña Martina se
desempeñaba como educadora en una escuela de niñas,
además de ser aficionada al teatro. Por estas razones, no
es difícil deducir de donde le viene a pequeño
Agustín su interés por la música y otras
disciplinas, que veremos más adelante. En efecto, algunos
testimonios afirman que desde los siete años ya
improvisaba melodías en la guitarra. Se dice
también que cada uno de sus 7 hermanos tocaba un
instrumento musical.

A los 13 años fue discípulo
del maestro argentino Gustavo Sosa Escalada (1877-

1943), quien desde el comienzo vio en su joven alumno al
genio que trascendería muy pronto la vida cultural
paraguaya. Sosa Escalada lo inicia entonces, en las
técnicas de Fernando Sor y Dionisio Aguado; en poco tiempo
ya estaba interpretando piezas de Francisco Tárrega. Los
vaticinios de Sosa Escalada y la legítima
consagración que hizo de los méritos de su alumno
genial, fueron confirmados e incluso ampliados. Pronto es
reconocido como niño prodigio y recibe una beca del
Colegio Nacional en Asunción, donde además de
música se destacaría en matemáticas,
periodismo y literatura.

Barrios también estudia caligrafía, siendo
además un talentoso artista gráfico; amaba la
cultura, diciendo una vez: "Una persona no puede ser un
guitarrista sin haberse bañado en la fuente de la
cultura". Además de español, hablaba
Guaraní, la lengua nativa de Paraguay, entendía
francés, inglés y alemán.

En estos primeros tiempos su virtuosismo
contribuyó a mantener en segundo plano su condición
de compositor. Andrés Segovia, contemporáneo de
Agustín Barrios, fue su admirador, comentador y amigo;
aunque algunos historiadores insisten en afirmar que entre ellos
existía una rivalidad y enfrentamiento, jamás
existieron según lo prueban las cartas del propio maestro
español a su colega paraguayo. Sus virtudes de gran
observador, su espíritu analítico y reflexivo y la
enorme facilidad que tuvo para adquirir conocimientos lo llevaron
a atesorar sabiduría y otras habilidades. Aparte de la
música, gustaba de la literatura, la ópera y el
teatro. Su cultura le hacía dar calidad y universalidad al
verso. Así en ellos, cantó a la mujer amada, a la
patria, a la madre, a la niña de ojos azules, a la
guitarra y a tantos motivos propios de esa América de sus
sueños. Baste leer uno de sus trabajos
poéticos:

EL BOHEMIO

Cuán raudo es mi girar! Yo soy
veleta Que moviéndose a impulsos del destino Va danzando
en loco torbellino

Hacia los cuatro vientos del
planeta.

Llevo en mí el plasma de una vida
inquieta

Y en mi vagar incierto, peregrino, El Arte
va alumbrando mi camino Cual si fuera un fantástico
cometa.

Yo soy hermano en gloria y en dolores De
aquellos medievales trovadores Que sufrieron romántica
locura.

Como ellos, también, cuando haya
muerto,

! Dios solo sabe en qué lejano
puerto

Iré a encontrar mi tosca
sepultura!

También realizaba caricaturas con la
espontaneidad y la perfección con las que tocaba la
guitarra.

Mangoré el
Artista

Para muchos sociólogos, el arte tiene el deber
social de captar y dar salida a las tensiones y angustias de una
colectividad a través de los mitos y de los
símbolos. El artista que no albergue en el fondo de su
corazón los sentimientos de su época no puede, en
rigor, ser considerado como tal. El artista es siempre un
intérprete, un mediador de estas pulsaciones colectivas,
un creador de las formas simbólicas (llámense
música, pintura o escultura, por ejemplo) que se condensan
y vibran en el corazón de la realidad. El arte es la
realidad misma y el artista contribuye al enriquecimiento y
densificación de la cultura.

Mangoré supo imantar las cuerdas de acero de su
guitarra para identificar con su obra el destino de su pueblo.
Agustín Barrios fue ese artista en su máxima
expresión: un hechicero de la guitarra, un profeta, un
precursor, cuyo arte brotó y cautivó innumerables
guitarristas produciendo sucesores dignos de su herencia singular
y de su inspiración.

La trayectoria de Agustín Barrios siguió
un rumbo que llevó al mundo la imagen del Paraguay. Era
todo un personaje, pero al margen de sus extravagancias
personales y de la curiosidad de que tocara la guitarra con
cuerdas de metal, es considerado como el mejor compositor de la
primera mitad del siglo XX. Musicalmente era un gran improvisador
y un gran virtuoso que combinaba con deliciosa creatividad la
finura de las composiciones barrocas, románticas y
clásicas con la música popular paraguaya y
latinoamericana. Según varias historias se dice que muchas
piezas las improvisaba de manera espontánea, a veces en
pleno concierto. Compuso más de 300 obras para guitarra;
lamentablemente muchos de los manuscritos se han perdido. En su
música podemos apreciar una gran creatividad e
inspiración combinada con un gran conocimiento
técnico de la capacidad armónica de la guitarra.
Gran parte de su música se caracteriza por ser de
carácter folclórico, imitativo y religioso. Compuso
preludios, estudios, valses, mazurcas, tarantelas, romanzas, etc.
y muchas piezas onomatopéyicas. Barrios también
interpretaba gran cantidad de música popular, y muchas de
sus composiciones se basan en cantos y danzas de toda
América Latina como: la cueca, el choro, la milonga, el
pericón, tangos, zambas y zapateados.

Entre sus obras más importantes en orden
cronológico encontramos: Souvenir d"un
Revé
(Un Sueño en la Floresta) (1918),
Romanza en imitación al violonchelo (Pagina
d"Album) (1919), Mazurca Apassionata (1919), La
Catedral
(1921), Preludio en Sol (1921), Valses
Op. 8
(1923), Danza Paraguaya (1924), Choro de
Saudade
(1929), Julia Florida (1938), Una
Limosna por Amor a Dios
(1944).

Para Cayo Sila Godoy1 (1919- ), Barrios no fue solamente
un afortunado intérprete de la música
clásica. La parte más importante de su personalidad
de artista radica en el hecho de que supo sentir y expresar la
peculiaridad íntima de la música americana sin
recurrir a fáciles recursos de efectos o de postura.
Augusto Roa Bastos, de la revista Exégesis de Paraguay,
recuerda en su artículo Agustín Barrios, el
Precursor
, las palabras escritas por Cayo Silva
Godoy:

Monografias.com1 En el rescate de la obra
de Mangoré, el maestro Cayo Sila Godoy fue pionero
incansable, a la vez que reivindicador de su memoria.

En su instrumento resonaba ciertamente la
expresión de lo que la guitarra trae vivo desde su remoto
origen por el cauce más nuevo de la sangre
española. Era pasmosa su facilidad de captación
folclórica. Barrios nunca quiso ni pudo disimular la
nostalgia que en sus andanzas sentía por su tierra. Y esta
nostalgia fue quizás una de las más dolorosas
compañías de su vida.2

Además de Paraguay, Barrios vivió en
Argentina, Uruguay, Brasil, Venezuela, Costa Rica, y El Salvador.
Dio continuamente conciertos en Chile, México, Guatemala,
Honduras, Panamá, Colombia, Cuba, Haití,
República Dominicana y Trinidad, desde

1906 hasta su muerte. Entre los años 1934-1936
viajó a Europa, tocando en Bélgica, Alemania,
España e Inglaterra. En 1932 estando en Venezuela, un
amigo le escribe el nombre al revés: Nitsuga; Barrios le
gusta la idea y lo combina con Mangoré. Empezó
entonces a llamarse "Nitsuga Mangoré", el Paginini de la
guitarra de las selvas del Paraguay. Nitsuga (Agustín
escrito al revés) y Mangoré por un legendario jefe
Guaraní que peleó ante la conquista
española.

Monografias.com

La historia de MANGORÉ es la siguiente:
según cuenta la tradición, Mangoré era el
cacique de los timbués. Se enamoró perdidamente de
Lucía Miranda, esposa de Sebastián Hurtado. Para
conquistarla Mangoré atacó a los españoles,
perdiendo la vida en la acción. Siripo, hermano de
Mangoré, para vengar su muerte, raptó a
Lucía a quien no pudo doblegar. Hurtado, el esposo, a su
vez efectuó una acción de castigo, con mala suerte,
pues cayó prisionero de los timbués. Siripo le
perdonó la vida a instancias de Lucía, con la
condición de que ésta se case con él y
Hurtado con cualquier india. Así sucedió. Pero un
día una vieja los pilló juntos y Lucía fue
quemada viva y Hurtado asaetado.

Monografias.com2 ROA BASTOS, Augusto.
Agustín Barrios, el Precursor. Revista Exégesis.
Consultado el 19 de enero de
2005.
http://cuhwww.upr.clu.edu/exegesis/ano9/v26/a24.htm

Barrios fue el primer artista en grabar música
para guitarra de forma comercial en discos de 78 r.p.m. Muchas de
sus obras sólo sobreviven en estas grabaciones que datan
de años anteriores a 1910 y otros cuantos entre 1912 y
mediados de 1920. Entre 1922 a 1929 grabó para el sello
Odeón, hoy EMI, de Buenos Aires y de San Pablo. El
catálogo incluye temas como Danza Paraguaya, Acomquija
de la suite andina, Madrigal,
y la hermosa melodía de
La Catedral. También abordó a grandes
clásicos como el Minueto de Beethoven, el
Capricho Árabe de Francisco Tárrega y
Traumerei de Robert Schumann.

Mangoré y
la música de J.S. Bach

Agustín Barrios (1885-1944) fue un gran admirador
de la obra de J. S. Bach, y a su paso por Berlín, como
prueba directa de ello se convirtió en el primer
concertista de guitarra que interpretó una suite completa
de Bach en una trascripción propia del laúd para la
guitarra: la Suite para Laúd Nº 1. Esta labor lo
lleva a un mejor entendimiento de la función
armónica-contrapuntística y a una gran habilidad
técnico- compositiva del estilo barroco a través
del lenguaje personal de Bach. El dominio del contrapunto
adquirido a través de los modelos bachianos se palpa
claramente en su obra La Catedral, una de sus más
logradas creaciones; también podemos encontrar la
influencia del barroco bachiano en sus Preludios en do
menor
y en el Op. 5 No. 1 en sol menor.

Mangoré en
Venezuela

"Por aquellos días pasó por Venezuela
Mangoré, hizo un programa de radio y lo escuché y
no llegué a creer nunca que aquello fuera una guitarra,
porque yo creía que la guitarra era solamente para hacer
esto (rasguea la guitarra), nada más que eso, cuando
escuché las posibilidades del instrumento, la belleza de
su sonido, de su timbre, etc., pregunté
"¿qué instrumento es ese. . .?" Me dijeron "eso es
una guitarra y ese es Mangoré", entonces me
enamoró…"

Estas palabras pertenecieron a nuestro insigne
guitarrista y compositor, Antonio Lauro (1917-1986), en una
entrevista concedida al periodista y escritor mexicano, Juan
Helguera en la ciudad de La Habana, Cuba en 1978, con
ocasión de celebrarse en esa ciudad el Primer Encuentro
de Guitarristas de América Latina y del
Caribe.

Lauro confiesa que inicialmente se había inscrito
en clases de piano con uno de los mejores formadores de pianistas
de Venezuela de aquella época, Salvador Llamosas. "Lo que
me pasó a mí al escuchar a Mangoré es lo que
debe haberle pasado a muchos compositores que querían
dedicarse a la composición de gran orquesta; al escuchar
la guitarra deben haberse sentido atraídos por ella, y una
vez, que uno entra en el mundo de la guitarra es difícil
salirse".

Esta anécdota, por demás interesante ha
sido traída a colación porque es una de las tantas
que se pueden contar de Agustín Barrios a su paso por
Venezuela, donde también vivió un tiempo. En 1936
regresando de Europa, viene directamente a Venezuela, donde da
más de veinte conciertos, éxitos que no ha sido
superado hasta hoy por otro guitarrista. Su influencia entre
guitarristas venezolanos también tocó al poeta
Andrés Eloy Blanco (1897-1955) quien le dedicó el
poema que dibuja el significado de Agustín Barrios
Mangoré para la guitarra, para Paraguay, para
América.

Qué poeta mataron en Estero
Bellaco

O en Lomas Valentinas, Qué hondo
poeta davídico, Para haber transmigrado así A las
manos de este indio?

Qué diría ese joven guerrero
guaraní

Cuando encontró en unas
breñas

Por lados de Guaté,

Una guitarra abandonada?

Cómo le dio vueltas en sus
manos,

Sin saber lo que era aquella cosa desnuda? Qué
voz le llamó al fin del hueco de la caja Y cómo se
le hizo música entre los dedos?

Buena réplica, la mejor

Réplica que se dado a la Conquista:
Mangoré:

Por todo lo que España le
quitó a

Monctezuma,

Por todo lo que quitó a Atahualpa,
El Guca Mangoré

Le ha quitado a España la Guitarra Y
ha hecho de ella una península De su
corazón

Una colonia de su alma.

Qué suena allá bajo? Guerra?
Guerra? Paraguay? Bolivia?

Se van a matar los hombres por la tierra?
De quién es el Chaco Boreal?

Oh, Guerreros,

El Chaco, vasto y sonoro y
profundo

Y en Ñe´embuku y el Orinoco y
el Vichada Y toda la conciencia india del Continente Son de este
indio que los tiene

En el hueco de su guitarra.

No preguntéis de quiénes son
las tierras

De América,

Hacedlas vuestras como este
indio

Las hizo suyas sin tocarlas

Y gozad del milagro del que pudo
meter

A toda América en el corazón
de una guitarra.

En una de sus giras musicales por el estado
Lara, Mangoré toca en la ciudad de

Carora. Por aquella época el guitarrista y
compositor larense Rodrigo Riera (1923-

1999) era un niño que limpiaba zapatos en Barrio
Nuevo. Riera se jactaba de haberle limpiado los zapatos al gran
Mangoré, y haber escuchado uno de sus famosos conciertos,
aunque lo hizo a través de las puertas del teatro, pues no
tuvo el dinero suficiente para pagar la entrada.

La muerte de
Mangoré

Dentro de su genialidad, pareciera que los grandes
creadores presienten su muerte. Francisco Tárrega
escribió 16 compases maravillosos de la obra titulada
Oremus, quince días antes de su muerte, los
cuales como Mozart con el Réquiem, nunca
ejecutó. Y Mangoré dejó su última
composición sin nombre alguno, pero con la plena
conciencia de que era una de sus más excelsas creaciones:
El Gran Trémolo.

Uno de sus más delicados escritos son los
trémolos. Trabajados a la perfección como en Un
sueño en la floresta
, o en
Contemplación, Barrios buscando dar aún
mayor variedad a ese estilo de composición, introdujo
pausas en la ejecución del trémolo.

Lo más novedoso en esta pieza es el manejo
temático del bajo en las bordonas, como una fórmula
rítmica repetida constantemente, mientras se suceden
insensibles y bellas modulaciones. Esta pieza es única por
su grandeza melódica y armónica. Esta obra es
también mal conocida como Una limosna por el amor de
Dios
, y fue compuesta en junio de 1944 (dos meses antes de
su muerte), y es considerado un verdadero réquiem de un
genio que veía cercano su fin, y lo expresó
diciendo: "La inspiración de esta obra nació libre
de la influencia de este mundo."

El 7 de agosto de 1944, Agustín Barrios
Mangoré reclama la presencia de un sacerdote, con quien
habla largamente, mientras en la casa se hacía
música de guitarra. Barrios entonces les dice: "No temo al
pasado, pero no sé, si podré superar el misterio de
la noche". Al promediar la tarde deja de latir su corazón
y rodeado de sus alumnos y su esposa Gloria, muere uno de los
más grandes artistas que tuvo América.

Conclusiones

Revisemos algunas frases pronunciadas
acerca de la figura de Agustín Pío Barrios, el
Indio Mangoré.

"Agustín Pío Barrios fue el más
grande compositor de guitarra de todos los tiempos". Estas
palabras fueron pronunciadas por John Williams a quien
Andrés Segovia llamaba "El Príncipe de la
Guitarra".

En su biografía "Seis rayos de plata: vida y
tiempo de Agustín Barrios Mangoré", Richard D.
Stover especula que Segovia debió sentir lástima de
Barrios. Quince años más tarde, en Santiago de
Compostela, Segovia declararía a un grupo de estudiantes
que "Barrios era un hombre que trataba de destruirse a sí
mismo, pero no podía a causa de su genio". Lo que Segovia
ignoraba es que Barrios inspiraba fervor en sus seguidores y una
reciprocidad amorosa por parte de su público. Al
día siguiente de su muerte, que ocurrió el 7 de
agosto de 1944, "la gente del Mercado Central de San Salvador
detuvo sus actividades en silencioso homenaje a Mangoré"
cuando vio pasar la procesión funeraria.

Se dice que Mangoré escribió la pieza
El sueño de la muñequita estando en Costa
Rica; se supone que Barrios se encontraba en la habitación
de un hotel estudiando, cuando de pronto una niña toca la
puerta y le dice que por favor haga silencio porque va a
despertar a su muñeca; Mangoré le dijo que no se
preocupara, que él haría silencio… Minutos
después el maestro de maestros compuso ese maravilloso
vals.3

Monografias.com3 Sabías
que… Curiosidades. [Homepage]. Consultado el 12 de enero
de 2005
http://www.iespana.es/guitarreando/curiosidades.htm

José Antonio Galeano4 en un artículo
titulado Barrios popular, de la revista Punto de
Encuentro, dice: "Barrios demuestra que para los creadores
auténticos, para los patriotas genuinos, no son necesarios
versos encendidos y nacionalistas, muchas veces
lisonjeros y, por obvios, pocos felices".

A modo de epílogo se puede decir que
Mangoré se mantuvo a espaldas de las vanguardias
musicales, no le interesaron el impresionismo ni el serialismo,
tampoco incursionó en la composición orquestal,
¿Qué resultados tendríamos, si Barrios
hubiera estudiado a Debussy o a Schonberg? ¿Cuál
sería la sorpresa, si hubiera encarado la
orquestación? Estas interrogantes no tienen respuestas
pues Agustín Barrios Mangoré fue un guitarrista a
tiempo completo y es por ello que extendió las
técnicas de ese toro de seis cuernos como decía
García Lorca al referirse a la guitarra, y es en esta
faceta que podemos encontrar sus aportaciones
originales.

Monografias.com4 GALEANO, José A.
Barrios popular. Punto de Encuentro. Editorial Verbo Divino.
Bolivia

Bibliografía

BOETTNER, Dr. Juan Max. (1956).
Música y músicos de Paraguay. Por
Autores

Paraguayos Asociados (APA). 296.
Pág. (Extracto).

GALEANO, José A. "Barrios popular".
Punto de Encuentro. Editorial Verbo Divino. Bolivia

Sabías que. Curiosidades.
[Homepage]. Consultado el 12 de enero de 2005 http://

www.iespana.es/guitarreando/curiosidades.htm

ROA BASTOS, Augusto. Agustín
Barrios, el Precursor. Revista Exégesis. Consultado
el

19 de
enero de 2005.
http://cuhwww.upr.clu.edu/exegesis/ano9/v26/a24.htm

Breve Recordación. FA-RE-MI, Revista
Artística Paraguaya [Homepage]. http://www.
musicaparaguaya.org.py/breve.html.

Agustín Barrios Mangoré. El
Poder de La Palabra. [Homepage]. http://www.epdlp.com

/compclasico.php?id=952

Agustín BARRIOS MANGORÉ.
WWW.DELCAMP.NET.
[Homepage]. http://www.
delcamp.net/auteurs/es/5_moderne/barrios_es.html

Cátedra:Historia de la
Música Latinoamericana

Alumnos:Rafael Poleo P.

C.I. No. 639.253

VIII semestre

Febrero 2005

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE
VENEZUELA

FUNDACIÓN CONSERVATORIO VICENTE
EMILIO SOJO BARQUISIMETO

Partes: 1, 2
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