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Los conflictos en el ámbito educativo: La violencia en el aula desde la disrupción (página 2)




Enviado por Lidia Duschatzky



Partes: 1, 2

Marco
teórico

Disrupción

La disrupción es un fenómeno
que según Isabel Fernández (2001) presenta las
siguientes características:

"Se refiere a un conglomerado de conductas
inapropiadas dentro del aula, tales como levantarse a destiempo,
hablar cuando explica el profesor, etc.

Supone que los objetivos educativos
de las diferentes personas en el aula no convergen en un punto
común
; es decir, los propósitos educativos
iniciales del profesor no son compartidos y asumidos por todos
los alumnos. Retarda y en algunos casos impide el proceso de
enseñanza y aprendizaje.

Se convierte en un problema
académico, pues no permite ampliar, ni reforzar los
conocimientos debidos. Se interpreta como un
problema de disciplina o mejor dicho de indisciplina en el
aula.

Su repercusión excede a los
individuos sobre los que se centra la acción
(alumno-profesor), porque produce mayor fracaso escolar en el
grupo clase. Propicia un clima de aula tenso donde se crean malas
relaciones interpersonales, tanto entre profesores y alumnos como
entre los propios alumnos. Proporciona un campo
abonado para la aparición y aumento del maltrato entre
alumnos.

Separa emocionalmente hablando a profesores y alumnos
impidiendo en muchos casos planteamientos didácticos
innovadores En suma son un sinfín de actos
menores que provocan desazón y una grave dificultad para
proseguir la marcha de la clase. Esta
perturbación de la marcha de la vida escolar es claramente
recurrente y se sitúa en el aula como lugar
privilegiado.

Los alumnos actúan así por diferentes
razones. En algunos casos por aburrimiento o por necesidad de
diversión, en otros como consecuencia de la
sensación de fracaso y la dificultad de seguir la marcha
de aprendizaje del grupo, lo que a veces acarrea una
sensación de vacío y sin sentido que produce una
falta de motivación. En otras ocasiones puede
ocurrir para llamar la atención del profesor o de sus
propios compañeros, o por múltiples causas. Cada
caso y circunstancia suelen ser un producto multifactorial de
elementos personales, grupales y
sociales."3

En resumen los propósitos del alumn@ disruptiv@,
siguiendo a Isabel Fernández, son los
siguientes:

o deseo de atención,

o obtención de poder: reta
constantemente al docente por la posesión del
poder,

o deseo de venganza: al sentirse herido
busca restituir su imagen social hiriendo a su vez,

o incapacidad asumida: se siente reconocido
cuando convence a los demás que no se puede esperar mucho
de él.

Análisis
interdisciplinario

Como ya se explicó la disrupción es un
fenómeno multicausal y multifactorial. A
continuación analizaremos las distintas teorías
que, a nuestro entender, explican esta realidad en la
actualidad.

Los Centros Educativos son un importante componente de
la sociedad y como tal ven reflejados en su seno las distintas
realidades sociales. Debido a la actual crisis social y familiar,
las instituciones educativas se ven obligadas a cumplir muchos
otros roles, además de los específicos como
transmitir

conocimientos y ofrecer una formación como
persona y como ciudadanos. No podemos olvidar que uno de los
objetivos prioritarios de la escuela es la formación del
individuo de manera integral para que se desenvuelva en la
sociedad a la que pertenece como ser bio-psico-social.

Actualmente l@s alumn@s no asocian el estudio a una
posibilidad concreta de progreso social. Si bien la Teoría
del Capital Humano sigue vigente, su cumplimiento no es hoy tan
estricto.

Según Schltz el capital humano supone: "el
conjunto de habilidades, talentos y conocimientos de un
individuo. La adquisición de estas capacidades implica
ciertos procesos comunes: la educación formal, el
entrenamiento en el trabajo y la experiencia
laboral."4

Actualmente la globalización5, los avances
tecnológicos, las crisis económicas mundiales y
regionales han traído como consecuencia la inestabilidad
económica y social.

También se debe tener en cuenta que la
democratización de la matrícula educativa trajo
aparejada que sean muchos más los que egresan como
bachilleres o universitarios, y esto en conjunto con la
diversificación de las carreras ha generado nuevas
condiciones en el mercado de trabajo respecto a la estabilidad
ocupacional.

Antes la inversión en estudio y
capacitación era garantía de ascenso en la escala
socioeconómica, generaba certezas.

Hoy a la Teoría del Capital Humano se la debe
analizar bajo la perspectiva de la vulnerabilidad y
transversalizada por la Teoría del Capital
Social.

Es decir que personas con capitales humanos similares,
pero con carencias en capital social o en situaciones de
vulnerabilidad social no tendrán las mismas oportunidades
en el mercado de trabajo. Todo esto lleva a que se reproduzca la
vulnerabilidad y pobreza, sin dejar de tener en cuenta la
resiliencia. Entendiendo por tal la capacidad que tiene un ser
humano de sobreponerse a las condiciones adversas que le toca
vivir en su entorno social y familiar.

Por otro lado la vulnerabilidad es: "La incapacidad de
una persona o de un hogar para aprovechar las oportunidades,
disponibles en distintos ámbitos socio-económicos,
para mejorar su situación de bienestar o impedir su
deterioro. Como el desaprovechamiento de oportunidades implica un
debilitamiento del proceso de acumulación de activos, las
situaciones de vulnerabilidad suelen desencadenar sinergias
negativas que tienden a un agravamiento
progresivo"6

Según Katzman: "El Capital Social de una persona
es su capacidad para movilizar la voluntad de otras personas en
su beneficio sin recurrir a la fuerza o a la amenaza de
fuerza"6

"(…) las teorías de la reproducción
se enfocan en cómo el poder es usado para mediar entre las
escuelas y los intereses del capital. Dejando de lado la
perspectiva oficial de la escolarización, esas
teorías enfocan su análisis en cómo las
escuelas utilizan sus recursos materiales e ideológicos
para reproducir las relaciones sociales y las actitudes
necesarias para sostener las divisiones sociales de trabajo, que
se requieren para la existencia de relaciones de
producción."7.

De hecho, hoy en día, el estudiar incluso una
carrera universitaria no significa obtener un empleo y mejorar su
situación respecto a personas que no tienen
estudios.

Esta realidad, se ve aún más distorsionada
cuando los medios de comunicación muestran jóvenes
que por su participación en un programa de
televisión ("Gran Hermano", "Operación Triunfo",
"El Bar", entre otros reality shows) han adquirido un estatus
social y económico que a través del estudio
difícilmente lo conseguirían. La sociedad ofrece
una imagen de que podemos conseguirlo todo sin esfuerzo ni
tenacidad, y que otras cosas que nada tienen que ver con la
preparación y el estudio nos darán más
éxito social y económico instantáneamente y
casi sin esfuerzo.

Otro de los factores que influyen indiscutiblemente en
los comportamientos disruptivos de l@s alumn@s es la falta o
dilución de los límites en el seno familiar. Hay
mucho gris entre lo que está bien y lo que está
mal, se han relativizado los valores de la sociedad.

Hoy en día parece que l@s jóvenes
actúan con más descaro, sin intentar ocultar la
situación. Es como si no les importara el castigo que
pudieran recibir, motivado en gran parte por la falta de
autoridad de sus adultos referentes que nada podrán o
estarán dispuestos a hacer cuando se enteren de lo
ocurrido.

La causa más profunda de estas conductas la
podemos encontrar siguiendo el análisis de Barone, donde
asevera: "El modelo propuesto por esta sociedad es la
exaltación de la juventud. Se vive en una "perpetua
adolescencia", es decir en un estado donde resulta difícil
tomar decisiones, se asumen pautas de comportamiento
irresponsable, a la vez que aumenta el egoísmo y la
ansiedad junto con un marcado
narcisismo…"8. Si los adultos
viven en una "perpetua adolescencia" serán incapaces de
jugar su rol adulto y por lo tanto poner límites a sus
hijos realmente adolescentes.

Para tener en cuenta otros factores citamos a Obiols,
"Poner en marcha la clase implica conseguir atención,
atención que aparece con características
particulares, del tipo "televisivo", ya que se logra por espacios
de 10 o 15 minutos y luego se pierde, para volverse a lograr al
cabo de unos minutos de intervalo (¿la tanda
publicitaria?). La atención tiene otra
característica, suele ser dispersa, es decir que no
adquiere casi nunca cualidades de concentración en un
punto.

(…) la profesión docente no está
jerarquizada socialmente, sea desde su retribución
económica como desde la valoración general que se
le adjudica a su tarea. El alumno (…) sabe que ese
profesor corre de un lado a otro muchas horas por día para
lograr sobrevivir más o menos dignamente con su trabajo y
ese mismo alumno, cuando está sentado ante el televisor,
ve pasar por él figuras extremadamente poderosas y
atractivas por el éxito que los rodea con las cuales no
hay competencia posible. Pero no es sólo el mismo
adolescente el que devalúa la imagen de su docente. Los
padres lo hacen también de
entrecasa"9, ya que no asignan mayor
importancia a la currícula escolar.

"En la medida en que el colegio y los profesores no son
la pantalla preferida, la consecuencia es el
aburrimiento"10

¿Cómo podríamos encontrarnos con
otro tipo de alumn@s si ést@s no pueden concentrar su
atención, ni valorar a la/el docente ni lo que
éste/a puede aportarles?

Además de todos los análisis anteriormente
expuestos, se debe tener en cuenta, cómo nuestra actitud
como docentes puede contribuir o impedir estos comportamientos en
nuestr@s estudiantes. Siendo este factor el más importante
desde nuestro punto de vista, ya que es sobre el que podemos
influir en forma directa.

Como docentes debemos tener un enfoque
pedagógico-didáctico que guíe el proceso de
enseñanza-aprendizaje, éste nos permite tener claro
qué deseamos de nuestr@s alumn@s y determina el aporte que
como educadores podemos realizar hacia la sociedad y las
personas.

Es por este motivo que incluiremos un sucinto comentario
sobre algunos de los enfoques básicos en
educación.

a) Conductismo

El alumn@ es un sujeto cuyo desempeño y
aprendizaje escolar puede ser arreglado desde el exterior (la
situación instruccional, los métodos, los
contenidos, etc.), basta con programar adecuadamente los insumos
educativos, para que se logre el aprendizaje de conductas
académicas deseables. De acuerdo a la teoría
herbatiana el alumn@ es como si fuera una tabla rasa, que el
docente va moldeando a su gusto y antojo, no teniendo en cuenta
la particularidad y la individualidad de cada educando. El
docente debe planificar una serie de tareas para reforzar y
controlar los estímulos que permitirán
enseñar.

b) Constructivismo

En este enfoque se parte de un proceso de
enseñanza-aprendizaje basado en la reflexión de las
personas. El educando construye su propio conocimiento partiendo
de lo que ya trae y enriqueciéndolo con la
internalización de los resultados de las nuevas
experiencias aúlicas.

Para ello tiene en cuenta: descubrimiento a
través de investigaciones y experimentaciones,
manipulación de material concreto, interacción
social por medio de trabajos en grupo y estimulación de
todos los sentidos utilizando diversas
metodologías.

c) Educación liberadora

Este enfoque se fundamenta en la teoría
pedagógica de Paulo Freire, quien entiende que no puede
existir una práctica sin una teoría
pedagógica que la sustente. Ésta debe ser una
práctica histórica concreta donde el conocimiento
surge a través de un continuo proceso
dialéctico.

Freire pensó y buscó la realidad como el
camino que traspasó y transformó la
concepción del mismo ser humano y del mundo, entre la
teoría y la práctica, entre el texto y el contexto
y entre el educador y el educando. Tal como proponía
Freire "ayudar al ser humano a ser humano".

Resumiendo el concepto de la educación
liberadora: "Ya nadie educa a nadie, así como tampoco
nadie se educa a sí mismo, los hombres se educan en
común mediatizados por el
mundo"11.

Otro enfoque que no podemos dejar de tener en cuenta es
el de Edgar Morin, que podemos resumir a través de los
siete saberes:

1) Una educación que cure la ceguera del
conocimiento
: la primera e ineludible tarea de la
educación es enseñar un conocimiento capaz de
criticar el propio conocimiento; dotar a los alumnos de la
capacidad para detectar y subsanar los errores e ilusiones del
conocimiento y, al mismo tiempo, enseñarles a convivir con
sus ideas sin ser destruidos por ellas. La búsqueda de la
verdad exige reflexión, crítica y corrección
de errores.

2) Una educación que garantice el
conocimiento pertinente
: ante el exceso de
información (por ejemplo a través de Internet) es
necesario discernir cuál es clave. La educación
debe promover una "inteligencia general" apta para referirse al
contexto, a lo global, a lo multidimensional y a la
interacción compleja de los elementos.

3) Enseñar la condición humana:
la educación deberá mostrar el destino individual,
social, global de todos los seres humanos y nuestro arraigamiento
como ciudadanos de la Tierra. Éste será el
núcleo esencial formativo del futuro.

4) Enseñar la identidad terrenal: es
necesario introducir en la educación una noción
mundial más poderosa que el desarrollo económico:
el desarrollo intelectual, afectivo y moral a escala terrestre.
La perspectiva planetaria es imprescindible en la
educación. Es necesario construir a nivel planetario una
misma conciencia antropológica, ecológica,
cívica y espiritual.

5) Enfrentar las incertidumbres: la
educación debe hacer suyo el principio de incertidumbre,
porque ésta no versa sólo sobre el futuro sino
también sobre la validez del conocimiento, sobretodo
derivada de nuestras propias decisiones. Nos hemos educado
aceptablemente bien en un sistema de certezas, pero nuestra
educación para la incertidumbre es deficiente. "Existen
algunos núcleos de certeza, pero son muy reducidos.
Navegamos en un océano de incertidumbres en el que hay
algunos archipiélagos de certezas, no
viceversa."12

6) Enseñar la comprensión: debe
ser entendida en dos sentidos: interpersonal e intergrupal y a
escala planetaria. Enseñar la comprensión significa
enseñar a no reducir al ser humano a una o varias de sus
cualidades que son múltiples y complejas (ej.: no marcar
un grupo con etiquetas, como ser: sucios o prolijos, planchas o
chetos, malos o buenos estudiantes). Las posibilidades de mejorar
la comprensión se dan a través de la apertura
empática hacia los demás y la tolerancia hacia las
ideas y formas diferentes de ser y actuar, mientras no atenten
contra la dignidad humana. Todo esto es posible únicamente
en sociedades democráticas.

7) Ética del género humano: la
enseñanza de una ética válida para todo el
género humano es una exigencia de nuestro tiempo.
Ésta implica consensos y aceptación de reglas
democráticas, como también necesita diversidades y
antagonismos. La humanidad dejó de ser una noción
abstracta y lejana, para convertirse en algo concreto y cercano
con interacciones y compromisos a escala terrestre.

Morin se dedicó a postular cambios concretos en
el sistema educativo desde primaria hasta la universidad: la no
fragmentación de los saberes, la reflexión sobre lo
que se enseña y la elaboración de un paradigma de
relación circular entre las partes y el todo, lo simple y
lo complejo.

Reflexión
sobre las prácticas docentes

Como lo hemos expuesto anteriormente existen
múltiples situaciones y explicaciones a las realidades
descriptas, sin embargo desde nuestro rol docente, coincidiendo
con la Prof. Luz Torres, no debemos "(…) claudicar,
siempre debemos creer que es posible "enseñar" por eso se
espera de un docente el "obstinamiento
pedagógico" aunque todo se presente en contra del
aprendizaje (…)"13.

¿Cuál es el modelo docente que actualmente
aplicamos y cuál debemos adoptar para prevenir las
conductas disruptivas?

Entendemos que nuestra actual práctica docente se
acerca a una simbiosis de los estilos conductista y
constructivista. Es indudable que debemos apostar a un fuerte
cambio en nuestra forma de actuar dentro del aula
aventurándonos a llegar a tener un estilo docente que
adopte las ideas de Paulo Freire y Edgar Morin, entre otros
pedagogos contemporáneos.

Basándonos en el trabajo de Torrego y
Fernández, el profes@r debe tener el liderazgo en el aula,
ya que es quien marca el ritmo, los contenidos, organiza el
espacio y el tiempo, y supervisa el buen funcionamiento de la
actividad.

Hay actitudes, comportamientos y destrezas
de l@s profesores que actúan de elemento disuasorio ante
la disrupción, o por el contrario pueden favorecer la
actitud hostil e indisciplinada de cierto alumnado.

Estos factores están directamente relacionados
con: la personalidad y forma de abordar la clase, su estilo de
control y manejo del aula, su estilo docente y las interacciones
que se producen en los procesos de aula.

Existen estudios realizados sobre los estilos de
interacción de los profesores con sus estudiantes
(Brekelman, Levy y Rodríguez, 1993), de los que
surgió una clasificación que consta de ocho modelos
de comportamiento docente según dos parámetros: la
proximidad entre profesor y alumno, y la gestión de la
influencia al enseñar. La proximidad se basa en el grado
de cooperación y relación interpersonal que
establecen con l@s alumn@s, y la influencia refleja quién
y cómo controla la comunicación en el
aula.

Esta tipificación es la siguiente: estricto, con
autoridad, tolerante y con autoridad, tolerante,
inseguro/tolerante, inseguro/agresivo, aguantador y finalmente
represivo.

Desde nuestro punto de vista el modelo que
deberíamos adoptar coincidiendo con Marchena (2005) es el
de un/a docente tolerante.

En este estilo de interacción l@s alumn@s tienen
más libertad que en otros y el ambiente es agradable
brindándole apoyo a cada uno. A l@s estudiantes
les

gusta la clase, aprecian al profesor/a por sus esfuerzos
por compaginar sus distintos estilos de aprendizaje con la
asignatura. Suelen trabajar a su ritmo por lo que a veces provoca
que se perciba el ambiente como desordenado.
14

El docente que queremos ser tiene el siguiente
perfil:

agente de cambio y formador de las generaciones
futuras
: ser capaz de facilitar la transformación de
l@s alumn@s en seres críticos, reflexivos y que se adapten
a los cambios permanentes de la "sociedad planetaria".

modelo de aprendiz: enseñar a aprender a
ser, aprender a conocer, aprender a aprender y aprender a
convivir juntos, según la propuesta de la UNESCO sobre los
pilares fundamentales para la educación.

líder: enseñar a dialogar y encabezar
soluciones a los problemas cotidianos. Enseñando con
autoridad moral basado en su propio ejemplo y revalorizando la
función social del docente.

escucha activa: atender sin prejuicios lo que l@s
alumn@s tienen para comunicar y favorecer ese mismo
comportamiento de su parte.

cuestionador e investigador: crear el conflicto
cognitivo con los educandos.

traductor pragmático de lo abstracto: llevar
a ejemplos concretos el pensamiento formal, atendiendo a los
distintos estadios cognitivos a los que han accedido los alumnos,
de acuerdo a la teoría de Jean Piaget.

visionario: favorecer a una verdadera
comprensión de los hechos más allá de la
visión simplificadora o deformada, que a veces dan los
medios de comunicación, ayudando a cada cual a convertirse
un poco en ciudadano de este mundo turbulento y cambiante.

maestro de la vida: ayudar a que l@s alumn@s se
desarrollen como seres integrales.

Estrategias para
prevenir la disrupción desde el aula

"La disrupción en el aula es un fenómeno
complejo que a pesar de interpretarse en muchos casos como un
hecho que recae en una serie de individuos, alumnos, es sin
embargo un fenómeno interactivo. Así encontramos
que en la búsqueda de mejoras del clima de aula hay que
valorar y revisar aspectos referentes a la
organización del aula, las estrategias de
comunicación que se dan con cada profesor y grupo, los
vínculos relacionales que se establecen entre los mismos,
el ajuste curricular y las adaptaciones curriculares, las normas
del aula y las rutinas que utiliza cada profesor en sus procesos
de aula. " 15

Lo antedicho se podrá llevar a la práctica
desde el modelo docente al que se aspira, explicitado en el
apartado anterior, con las siguientes estrategias
áulicas:

? Definir explícitamente al comenzar el
año lectivo los métodos de evaluación y
nuestras expectativas respecto del grupo.

? Realizar un diagnóstico inicial del grupo para
conocer expectativas, intereses y características de cada
uno.

? Acordar con los alumnos un código de
convivencia con derechos y obligaciones para cada una de las
partes, que incluya entre otras el respeto a los horarios, la
higiene del aula, las formas de comunicación; responsables
del control del cumplimiento del código y sanciones
acordes. Debe quedar claramente establecido que no se
tolerará el bullying (maltrato entre compañer@s).
Dicho código deberá ser revisado y actualizado
periódicamente.

Estos tres puntos permiten desde el inicio del curso que
tod@s tengamos las reglas claras tanto en lo que se refiere a lo
curricular como a las interrelaciones de los distintos actores
dentro del aula.

? Cuidar la justicia: reaccionar de igual forma ante
alumnos diferentes. No etiquetar.

? Evitar las ironías, altibajos,
agresividad, ansiedad (autocontrol).

Debemos evitar el siguiente mensaje
implícito: "Haz lo que yo digo, pero no lo que yo
hago".

? Ejercer una autoridad directiva (liderazgo) no
autoritarismo. Con el autoritarismo se puede "vencer pero no
convencer". Frente a una situación conflictiva debemos dar
razones de todo; quedarnos a hablar un momento con el/l@s
alumn@/s en privado una vez terminada la clase (cuidar las
relaciones personales).

? Trabajar los elementos afectivos en la relación
educador-educando (sin entrar en el amiguismo), ya que ayudan a
mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje. "No estoy
contra uds., sino con uds.; quiero que aprendan y me preocupa que
lo hagan".

? Cuando nos referimos a la conducta de un alumno
utilizar el verbo "estar" y no "ser" (efecto Pigmalión),
ya que sino facilitamos las profecías de
autorrealización16. Los llamados de atención deben
particularizarse, ser cortos y directos, hacer hincapié en
la tarea que se está realizando y en las normas
consensuadas al inicio del curso. Intentar no referirse a
incidentes anteriores y no hacer comparaciones.

? Prestar atención individualizada a l@s alumn@s
que tienen requerimientos especiales (ya sea de conducta o de
aprendizaje) o derivarlos a los profesionales
adecuados.

? Mantener nuestra autoestima en alto y buscar
permanentemente la colaboración con los pares.

? Planificar detalladamente las clases, considerando
objetivos, teniendo en cuenta la utilización de diferentes
metodologías, materiales, evaluación, entre otros.
Además se debe tener en cuenta lo siguiente:

o Al principio de la clase: saludar, supervisar
entrada; ocupar un lugar central, mantener contacto visual, hacer
comentarios precisos; utilizar el lenguaje verbal y no verbal,
estar relajado y con confianza; utilizar el "nosotros"; usar los
nombres propios de nuestros alumnos; no pasar lista al principio
de la clase, sino en otro momento como elemento de
distensión.

o Al empezar la tarea: Comenzar la clase con
vigor, frescura y transmitiendo entusiasmo por el tema y la tarea
a realizar. Comenzar con una tarea individual de mesa: dando
alguna instrucción para sacar el material y centrarse.
Mostrar cómo los contenidos de hoy tienen algo que ver con
lo que ya saben l@s alumn@s y, si es posible, con algo curioso o
de cierto interés para ell@s. Clarificar la tarea con
precisión, ya sea un trabajo en grupos pequeños (de
tres o cuatro integrantes) o individual.

Organizar y planificar movimientos de l@s alumn@s
(quién, qué, por qué, dónde,
cuándo), dar avisos de cambios, recordar las normas.
Incluir variedad de actitudes y actividades: mirar, escuchar,
hablar, escribir, preguntar y contestar. Valorar las
contribuciones inesperadas, incorporarlas si se puede. No
permitir que un grupo o una persona monopolice nuestra
atención. Distribuir dicha atención hacia tod@s l@s
alumn@s (un alumn@ pregunta algo oportuno, generalizarlo a toda
la clase o lanzarlo a otr@ que está distraíd@).
Mantener una supervisión continua, demostrar que no se nos
escapa nada: aconsejar, anotar, organizar, reprender, leer y
escuchar lo más simultáneamente posible. Mantener
un ritmo, intentar que los cambios se den sin sobresaltos, ya que
las transiciones traen mucha disrupción. No dejar una
actividad y después volver a ella abruptamente
después de comenzar otra. No interrumpir el fluir de la
clase innecesariamente. No estar demasiado tiempo en un mismo
tema, estar permanentemente atentos a las reacciones de nuestr@s
alumn@s. Regularmente poner notas, halagar, motivar, dar
retroalimentación de atención individualizada
cercana. Ser consciente del espacio: delante, entre los pupitres,
al final o movilizándonos para ver tareas de l@s alumn@s,
estar siempre potencialmente móvil para la
exposición.

o Al finalizar la clase: debemos prever el
final de la clase para darle el cierre correspondiente y no
permitir que el timbre nos sorprenda, ni demorar a l@s alumn@s en
su tiempo de recreo; resumir lo que se ha hecho y conectarlo con
los planes para el futuro. Una salida tranquila con un profesor
sonriente y relajado minimiza problemas y es un preludio
favorable para el siguiente encuentro. La salida también
nos permite unas breves palabras con aquéll@s que no hayan
colaborado.

? Pedir y devolver las tareas domiciliarias
con los comentarios correspondientes en tiempo y
forma.

? Ser supervisores de toda la actividad de la clase.
Utilizar gestos, miradas, invasión de territorio,
proximidad, un ligero toque o una invitación a participar,
muchas veces evita la distracción.

? Pasear, vigilando silenciosamente y ayudando al que le
cuesta la tarea, marcar presencia dentro de toda el
aula.

? Ignorar en la medida de lo posible los comportamientos
poco problemáticos (efecto "extintor"). Evitando
interrumpir continuamente el ritmo de la clase.

? Intentar "enganchar" con alguna tarea, dentro de sus
posibilidades, al alumn@ que no participa de la clase.

? Reconocer ante nuestr@s alumn@s que no somos
invulnerables ante el error y pedir las disculpas del caso,
cuando corresponda.

? Ser asertiv@17
pero no agresiv@.

? Tener en cuenta el propósito último del
alumn@ disruptiv@, para no reforzar la conducta indeseada y
siempre actuar de forma calma y precisa:

o deseo de atención: debemos ignorar en
lo posible el comportamiento y darle atención y apoyo
sólo cuando actúa correctamente.

o obtención de poder: debemos cortar la
situación antes de que llegue a "mayores" y fijar un
momento de encuentro a solas con el alumn@ y no reaccionar
agresivamente en dicho momento.

o deseo de venganza: debemos buscar las
cualidades del alumn@ y promover su autoestima, ya que en ese
caso éste tendrá menos necesidad de molestar a los
demás.

o incapacidad asumida: debemos asegurarnos que
la tarea es adecuada y posible para ese educando en esa
situación.

? Centrarnos en el/la líder del
grupo disruptivo; el resto "entrará en
razón".

? Valernos del sistema de control establecido en el
código de convivencia, para que l@s propi@s alumn@s
intervengan frente a situaciones individuales que interrumpan
reiteradamente la clase.

? No debemos hablar de "castigos", sino de las
"consecuencias naturales de las acciones". Por ejemplo, frente a
un/a alumn@ que no atendió durante la clase indicarle una
tarea domiciliaria sobre ese tema, proporcionándole la
bibliografía adecuada; este tipo de "sanción"
debería estar incluida en el código de convivencia.
También es importante tener en cuenta las propuestas del
alumn@ en lo referente a la reparación de su
acción.

? Si en un caso extremo debemos expulsar un alumn@ de la
clase, explicitar las condiciones concretas y posibles para su
vuelta.

Reflexiones
finales

Todas las estrategias planteadas anteriormente fueron
elaboradas tomando en cuenta la relación docente-alumn@s
en el aula como un ente aislado del resto de la comunidad
educativa. Esto responde al análisis realizado sobre
nuestras propias prácticas y la reflexión sobre los
cambios que debemos introducir en las mismas.

Sin lugar a dudas las soluciones al problema planteado
deben además involucrar a todos los actores dentro y fuera
de la institución que están vinculados a
ésta.

Nos referiremos a las acciones posibles teniendo en
cuenta: personal docente, de dirección, de
administración, de servicio, alumn@s y sus familias, y
diferentes organizaciones comunitarias con las que debemos
aprender a trabajar en red.

Para crear un clima institucional que desaliente
conductas indeseables y que nos permita cumplir con los objetivos
pedagógicos, es necesario instaurar un entramado social
que favorezca las buenas conductas, el respeto mutuo, la
disciplina, el autocontrol, la responsabilidad y la
corresponsabilidad. Para que todo esto sea posible, deben existir
instancias donde participen todos los actores anteriormente
nombrados para reflexionar juntos y llegar a acuerdos
mínimos, entre otros:

? Acordar entre los docentes pautas comunes en nuestras
formas de actuar (debemos tener todos un "mismo discurso"). La
convivencia es una acción en sí misma, que
estructura actitudes y valores.

? Cada grupo debe confeccionar un código de
convivencia de la clase, tal como fue detallado anteriormente.
Pero a su vez toda la institución debe contar con un
código general creado en forma democrática,
compartida y negociada, que nunca se podrá contradecir con
las normativas generales y legales vigentes.

Asimismo debemos llevar adelante acciones concretas que
involucren a todos, como ser:

? Crear instancias atractivas que permitan el
acercamiento de las familias de los estudiantes a la
institución escolar, como ser: talleres, cenas,
loterías, bailes, entre otras; para crear un sentido de
pertenencia que revierta la valoración negativa que muchas
veces éstas tienen sobre nuestra institución y que
inculcan conciente o inconscientemente a sus hij@s.

? Generar proyectos comunitarios, ya sea por clase,
nivel o de toda la institución, que apunten a fortalecer
el compromiso social de l@s alumn@s. Las actividades de
participación colectiva favorecen el desarrollo y la
competencia social de l@s jóvenes y con ellas apostamos a
modificar la actual cultura "zombie" o "light" que tanta
influencia tiene en el desaliento y el desinterés que
presentan nuestr@s jóvenes.

Aspiramos a "un niño creativo [que] pregunte,
cuestione, exija aclaraciones y plantee hipótesis
novedosas. Tendrá, según Torrance, las siguientes
características: 1) curiosidad, formula preguntas de
manera constante; 2) flexibilidad, sino encuentra solución
busca enseguida otra; 3) sensibilidad ante los problemas,
encuentra las lagunas en la información, las excepciones;
4) redefinición, descubre significados ocultos en lo
obvio, nuevos usos para objetos comunes; 5) conciencia de
sí mismo, se maneja de manera autónoma;

6) originalidad, tiene ideas poco comunes; 7) capacidad
de percepción, accede fácilmente a esferas mentales
que otros sólo manifiestan en
sueño."18

Nuestro proyecto docente no se ve paralizado por las
incertidumbres que se plantean en la "aldea global", ni por las
carencias que hacen más vulnerables a determinados
sectores de la sociedad mientras que otros concentran el poder.
Muy por el contrario esta realidad impulsa nuestro deseo de ser y
aprender a ser aquel docente que definimos como ideal,
invirtiendo un gran "derroche pedagógico" en nuestra
diaria tarea, educando para la incertidumbre.

Bibliografía:

1. Pedagogía del oprimido de Paulo
Freire, 1970. Editorial Siglo
XXI.México.

2. Educar en la era planetaria, Edgar
Morin. Editorial Gedisa, 2003.

3. Adolescencia, posmodernidad y escuela secundaria. La
crisis de la educación media, Guillermo Obiols. Kapelusz
Editora SA, Buenos Aires Argentina, 1993.

4. Prevención de la violencia y
resolución de conflictos, Isabel Fernández.
Editorial Narcea, 1998. España.

5. El legado pedagógico del Siglo XX
para la escuela del Siglo XXI, Trilla J. Editorial
Grao, Barcelona, España, 2001.

6. Los vínculos del adolescente en
la era posmoderna, Cecilia Barone. Edición,
1ª ed. Publicación, Buenos Aires : Paulinas,
1997

7. Poder, derecho y clases sociales, Pierre
Bordieu. Editorial Desclée de Brouwer.
Bilbao, España, 2000.

8. Teoría del Capital humano,
Alejandra Capocasale Bruno, 1994.

9. Psicología del niño, Jean Piaget y
Bärbel Inhelder. Ediciones Morata, S.L., Madrid,
España, 13ª Edición.

10. Vigotsky y el aprendizaje escolar,
Baquero R, Editorial Aique, Buenos Aires, Argentina,
1997.

11. Teorías de la globalización:
"Metáforas de la globalización", Ianni, Octavio
(1998), México, Siglo XXI.

12. Los siete saberes necesarios para la
educación del futuro, Edgar Morin. Editorial
Paidós, 2001.

Otras fuentes

1. Las prácticas docentes y la exclusión
de la participación como generadora de violencia en las
instituciones educativas. Luz Marina Torres de
Chargoñia.

2. Proyecto Atlántida Protocolos de Convivencia
Democrática: Juan Carlos Torrego e Isabel
Fernández. Gobierno de Canarias – Conserjería
de Educación Cultura y Deportes.

3. http://www.down21.org

4. Curso de Autoayuda de Habilidades
Sociales, Portal Solidario, España: http://www.portalsolidario.net

5. Notas sobre la medición de la
vulnerabilidad social, Rubén Kaztman, CEPAL.

 

 

Autor:

Duschatzky Lidia García Cristian
Morandi Marta

Colonia, República Oriental del
Uruguay, Febrero de 2008

Partes: 1, 2
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