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Crecimiento económico y desarrollo humano en América latina (página 2)



Partes: 1, 2

a) La ampliación de la educación primaria
aumenta la productividad de los trabajadores urbanos y rurales,
por ejemplo en la agricultura además que contribuye en la
capacidad técnica y al cambio tecnológico en la
industria. A su vez que esto conduce a una distribución
más equitativa del ingreso, y estos a su vez indican que
la distribución más equitativa de bienes e ingresos
contribuye al crecimiento económico.

b) El mejoramiento de la salud y de la nutrición
influye directamente en la productividad de la mano de obra,
especialmente entre las personas más pobres, por ejemplo
en África.

c) La enseñanza secundaria, incluso la
técnico profesional, facilita la adquisición de
destreza y la capacidad de gestión.

d) La enseñanza terciaría contribuye al
desarrollo de la ciencia básica, a la selección
adecuada de las importaciones de tecnología, a su
adaptación y al desarrollo de tecnologías
autóctonas

e) Los dos anteriores son elementos fundamentales para
el desarrollo de instituciones claves para el desarrollo
económico de un país.

f) Varios estudios empíricos han mostrado que la
educación tiene efectos positivos en el crecimiento a
nivel macroeconómico, los que varían según
el grado de instrucción y el modelo de crecimiento
macroeconómico elegido.

g) La educación afecta la naturaleza y el
crecimiento de las exportaciones que, a su vez, influyen en la
tasa global de crecimiento. Hay estudios que han demostrado que
el incremento de las exportaciones de manufacturas está
directamente relacionado con el crecimiento del Producto Interno
Bruto (PIB).

h) Muchos estudios han mostrado que la escolaridad
femenina está inversamente relacionada con la fecundidad,
esto puede influir en el incremento del ingreso per cápita
a través de sus efectos en el denominador, esto es, en la
disminución de la población.

Como se observa en la cadena A, en la cadena B la
solidez de los diversos eslabones es variable y no hay una
conexión automática entre el mayor grado de
desarrollo humano y el incremento del PIB per cápita.
Naturalmente la educación, la salud y la nutrición
no pueden por sí solas transformar la economía. El
volumen y calidad de la inversión interna y externa, junto
con el entorno general de políticas, son también
factores importantes que determinan el desempeño
económico. Tal como en la cadena A, en la cadena B la
distribución del ingreso parece ser importante.

Resultados
Empíricos

Se utilizaron regresiones comparadas que abarcaron entre
35 y 76 países en desarrollo, según los datos
disponibles sobre determinadas variables para el período
1960-1992. Se puso a prueba las hipótesis que
se indican a continuación, derivadas del
análisis de la cadena A.

El desarrollo humano sería mayor:
A1: A mayor crecimiento económico;

A2: Si es menor la proporción de la
población que se encuentra por debajo de la línea
de la Pobreza; para un determinado nivel de PIB per
cápita, esto significaría que el desarrollo humano
sería mayor si la distribución de ingresos fuera
más equitativa.

A3: Si más ingresos destinaran los hogares al
desarrollo humano en un determinado nivel de Ingresos. Esto puede
relacionarse a la vez con la escolaridad de las mujeres y con el
grado de control que ellas ejercieran sobre los ingresos del
hogar;

A4: Si mayor fuera la proporción del
PIB que el gobierno destinara al gasto social.

Utilizando como variable dependiente para el
período 1970-1992 la variación del desarrollo
humano, representada por la reducción del déficit
de esperanza de vida, en el caso de la cadena A
encontramos que:

a) El crecimiento del PBI per cápita
resultó ser significativo y bastante sólido en
todas las ecuaciones, y el mayor crecimiento del ingreso per
cápita se convirtió en mejor comportamiento del
desarrollo humano. En una de estas ecuaciones se estimó
que el aumento de un punto porcentual en la tasa media de
crecimiento del PIB per cápita reducía
en más de tres puntos porcentuales el déficit de
esperanza de vida en ese periodo.

b) La proporción de recursos nacionales
destinados a gasto social casi siempre resultó ser
significativamente positiva. Por cada punto porcentual de
incremento de la proporción media del PIB invertida en
salud y educación (retrasada), el déficit de
esperanza de vida disminuyó alrededor de 1.75 puntos
porcentuales.

c) La tasa inicial de matrícula femenina en la
enseñanza primaria tuvo un efecto significativo pero
pequeño en la tasa de mejoramiento de la esperanza de vida
registrada posteriormente.

d) Contrariamente a lo previsto, la
distribución más equitativa del ingreso no
pareció influir en el desarrollo humano.

Respecto de la cadena B, se probaron las
siguientes hipótesis:

El crecimiento del PIB sería
mayor:

B1: Mientras mayor fuera el desarrollo
humano; B2: Mientras mayor fuera la tasa de
inversión;

B3: Mientras más equitativa fuera la
distribución del ingreso.

Considerando como variable dependiente el
PIB per cápita en el período 1970 – 1992 en el caso
de la cadena B se encontró que:

a) Las medidas del grado inicial de desarrollo humano
eran invariablemente significativas, aunque con coeficientes
bajos.

b) Con una sola excepción, la variación de
la esperanza de vida (1962-1982) era positiva y
significativa.

c) La tasa de inversión interna era siempre
significativa, salvo cuando se incluyeron las variables ficticias
regionales.

d) Casi todas las variables retrasadas de la
distribución del ingreso dieron resultados del signo
esperado (esto es, la distribución más equitativa
del ingreso iba unida a un mayor crecimiento económico) y
casi en todos los casos eran significativas, salvo cuando se
incluyeron las variables ficticias regionales.

e) Las variables ficticias regionales correspondientes a
América Latina resultaron significativamente negativas en
todos los casos, y sucedió lo mismo en un caso
correspondiente a África.

En síntesis, ambas cadenas mostraron que el
crecimiento económico tenía efectos positivos
significativos en el desarrollo humano y que, por su parte, este
último tenía un efecto significativamente positivo
en el crecimiento económico.

Ciclo Virtuoso,
Ciclo Vicioso Y Desarrollo Asimétrico

En consecuencia, los resultados que se obtuvo respaldan
la existencia de dos cadenas que vinculan el desarrollo humano
con el crecimiento económico. Esto significa que una
economía puede encontrarse en una espiral ascendente de
desarrollo humano y crecimiento económico que se refuerzan
mutuamente, con niveles altos de desarrollo humano que llevan a
un crecimiento elevado, y un alto crecimiento económico
que a su vez estimula aún más el desarrollo humano.
A la inversa, si el desarrollo humano es precario, puede que
conduzca a un crecimiento bajo y, en consecuencia, a un escaso
avance hacia el mejoramiento del desarrollo humano.

De esta manera clasificamos el desempeño de los
países en cuatro categorías: la de ciclo virtuoso,
la de ciclo vicioso y dos categorías de desarrollo
asimétrico, una con sesgo pro desarrollo humano (esto es,
con fuerte desarrollo humano y escaso crecimiento
económico) y otra con sesgo pro crecimiento
económico (es decir, con escaso desarrollo humano y
marcado crecimiento económico).

En conclusión lo más interesante de este
trabajo es que de los países que comenzaron con un sesgo
pro desarrollo económico pudieron pasar de allí a
un ciclo virtuoso; todos ellos volvieron a caer en el ciclo
vicioso (desarrollo humano deficiente, escaso crecimiento
económico). En consecuencia, el análisis anterior
de alcance mundial reveló que no se puede avanzar a un
ciclo virtuoso si hay sesgo en favor del crecimiento
económico, ya que ello conduce a un punto muerto, en
cambio, algunos países que comenzaron con un sesgo pro
desarrollo humano efectivamente lograron avanzar hasta situarse
en el grupo de ciclo virtuoso.

El panorama
latinoamericano

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En el panorama mundial, al período 1960-2000,
presente en el gráfico donde Línea divisoria
vertical representa la reducción media del déficit
del desarrollo humano en su conjunto. Mientras que la horizontal
representa la tasa media de crecimiento del PIB per
cápita.

Además al realizar la
comparación entre países latinoamericanos en el
decenio de 1980, se observa que el crecimiento es
negativo.

Al comparar entre países de América Latina
en 1960-2000, clasificados únicamente en relación
con el desempeño medio, la cual se observa en el cuadro
siguiente.

Los Cuatro países que aparecen en la
categoría de ciclo virtuoso son: Chile, Costa Rica,
México y Panamá.

La mayoria de los países latinos se
sitúa en el cuadrante de ciclo vicioso, y un número
reducido en los cuadrantes de sesgo pro desarrollo humano o pro
crecimiento económico.

Una vez más es muy
importantísimo examinar los movimientos de los
países en el tiempo. En el cuadro siguiente se muestra las
posiciones de los países latinoamericanos.

América Latina:
Clasificación de los países según las
variaciones del desarrollo humano (DH) y el crecimiento
económico (CE), 1960-2000

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Que son clasificados según su crecimiento y la
reducción del déficit del HDI* en cuadrantes de
ciclo vicioso, de ciclo virtuoso, de sesgo pro desarrollo humano
y de sesgo pro crecimiento económico, y la forma en que
los países cambian de categoría de un decenio a
otro. Estas transiciones que se determinan por el
desempeño de estos países en relación con el
promedio de América Latina, no del mundo.

Los países de América Latinos entran y
salen de las categorías de desempeño virtuoso y
vicioso con mayor frecuencia. Y esto se debe en parte a la
existencia de menor número menor de países y que la
semejanza entre ellos es mayor, lo que significa que las
variaciones leves pueden conducir a cambios de
categoría

Veamos el caso de la cadena A.
(FIG.01)

Examinando las reducciones del déficit de la
esperanza de vida y del déficit en disminuir la mortalidad
infantil; como posibles variables dependientes (columnas 1 y 2
del cuadro).

Columna 1:

Se observa una relación positiva no significativa
entre la tasa de crecimiento y un mejor HDI en el
período 1960-2000; donde el avance del desarrollo humano
se mide por:

La disminución del
déficit de la esperanza de vida.

El gasto público en educación
como proporción del PIB al comienzo de cada decenio
resultó positivo, y significativamente relacionado con la
reducción de dicho déficit.

Columna 2:

la matrícula femenina en la
enseñanza primaria tiene efectos positivos y
significativos en la reducción del déficit en
materia de disminución de la mortalidad
infantil.

cadena A: Evidencia recogida de la
experiencia de América latina,1960-200ab

(mínimos cuadrados
ordinarios(MCO):cambio en desarrollo humano en un decenio como
variable dependiente)

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El caso de la cadena B.
(FIG.02)

Encontramos dos medidas diferentes de los
logros en materia de desarrollo humano. Al comienzo de cada
período

la tasa de alfabetismo.

el logaritmo de la esperanza de
vida.

Estaban positiva y significativamente
relacionadas con el crecimiento del ingreso per.
cápita.

En conclusión; en el contexto
latinoamericano la cadena A parece más débil que la
cadena

B; esto es:

Si bien es mayor el desarrollo
humano, conduce a más crecimiento,

Las tasas de crecimiento en América
Latina no están significativamente relacionadas con las
variaciones en materia de desarrollo humano (Esto puede deberse
en parte al gran peso que tuvieron en América Latina en
comparación con nuestros resultados a nivel mundial la
crisis de la deuda y los ajustes consiguientes, que a menudo se
hicieron a expensas de los gastos en desarrollo
humano).

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IV.- ÉXITOS Y FRACASOS EN
CUANTO A DESARROLLO HUMANO

Y A CRECIMIENTO ECONÓMICO:
CASOS DE PAÍSES

Chile.- Se desempeño bien durante los
cuarenta años considerados, a pesar de los cambios
radicales en su régimen político y la
orientación de sus políticas. Desde comienzos del
siglo veinte, asumió un fuerte compromiso con el
desarrollo humano. Para 1930, tres cuartas partes de la
población adulta sabían leer y escribir. En los 60,
y primeros años de los 70, durante el gobierno de Allende,
se mantuvieron estos avances gracias a las grandes inversiones
estatales en educación y salud. Para fines de los 60, el
gasto social ascendía a un 20% del PIB; la
matrícula en la primaria abarcaba un 95% de los
niños de 6 a 14 años de edad, y un 81% de los
partos eran atendidos por profesionales. El incremento del
ingreso per cápita fue poco (1.6% anual), e igualitario en
relación con América Latina en su conjunto, el cual
dio lugar a una evolución sesgada en pro del desarrollo
humano. Para

1973 cuando Pinochet toma el poder esto fue indicador de
cambios radicales especialmente en: política
económica, hubo un notable giro hacia la apertura y
reducción del papel del Estado. En los 10 años
siguientes, esto se tradujo en el estancamiento del ingreso (tras
un alza inicial) y en un creciente desempleo, que de 6% en los 60
se elevó a más de 16% a comienzos de los 80. Aun
así, parte de estos efectos en cuanto a desarrollo humano
se contrarrestó con grandes programas de empleo. La
distribución del ingreso empeoró, al punto que en
Santiago el coeficiente de Gini se elevó de 0.47 en los
años 60 a 0.51 en el período
1978-1982. A partir de 1986, la economía se
expandió rápidamente (la tasa de crecimiento
alcanzó los niveles más altos de toda
América Latina), en gran medida estimulada por el
incremento de las exportaciones de productos básicos no
tradicionales.

Desde los años 60 Chile contaba con un amplio
conjunto de programas estatales de asistencia social en los
campos de la seguridad social, la salud y la educación.
Además, de acceso universal a los servicios médicos
curativos y a programas de atención preventiva para todas
las embarazadas, recién nacidos y niños menores de
6 años que no tenían acceso a servicios de salud.
En general, estos programas se mantuvieron pese a fuertes
reducciones del gasto social global, que entre 1975 y 1990
cayó de 4% a 2% del PIB. Pese a esto, en general el
desarrollo humano de este país siguió mejorando,
sobre todo gracias a una mejor focalización, en parte
lograda por descentralización de los servicios. En el
campo de la educación, el gasto público se
centró en la enseñanza primaria y secundaria y se
apartó de la terciaria; de hecho, en esta última
bajó de 38% del gasto público total en
educación en 1980, a 19% en 1990. Además, el
gobierno creó una serie de programas y subsidios
especiales destinados a proteger a los miembros más
vulnerables de la sociedad, en especial madres e hijos. Entre
ellos cabe mencionar el subsidio familiar al grupo de pobreza
extrema, un programa complementario de alimentación para
las madres y los preescolares, así como programas para los
niños con déficit nutricional, y un programa de
alimentación escolar que tenía por objeto reducir
la deserción escolar y la tasa de repetición
(Raczynski, 1987). En las escuelas públicas, la tasa de
deserción escolar bajó de 7% en 1977 a
5% en 1984. La entrega de los servicios de salud a los municipios
significó tener que destinar el menor
presupuesto a la prevención de las enfermedades y no a la
medicina curativa. La mortalidad infantil se redujo de 73 por
cada mil nacidos vivos en 1972 a 17 en
1989.

En consecuencia, los diez primeros años del
período de Pinochet no fueron exitosos en lo que se
refiere a crecimiento económico. En los últimos
años del régimen se reanudó el crecimiento
económico y el país avanzó hacia un ciclo
virtuoso. La aplicación de políticas
económicas más eficaces, unida a mayores niveles de
desarrollo humano, facilitó la expansión sostenida
del PIB per cápita. En los años sesenta y setenta
el crecimiento fue bastante bueno (5% a 6% al año). Un
amplio sistema de prestaciones sociales tuvo cobertura casi
universal.

Costa Rica.- Invirtió casi el 6% del PIB
en educación. Se alcanzó la matrícula
universal en la enseñanza primaria, mientras que en la
secundaria se elevó a cerca de dos tercios; un
20% de los jóvenes de 20 a 24 años de edad
asistía a la educación superior, y la
matrícula masculina y la femenina eran
relativamente equivalentes. En los años 60, el
analfabetismo de adultos se redujo en un 8%; en 1980, sólo
el 13% de los costarricenses mayores de diez años eran
analfabetos, y en 1999 esa proporción había bajado
a 4.5%. En los años sesenta los avances en salud fueron
relativamente lentos, pero más adelante se aceleraron. En
1960, el país destinaba alrededor de 3% del PIB a gasto en
la salud pública, cifra que a fines de los años
noventa se había elevado a más de 5%, en gran parte
a fines del período. Mientras que en 1960 la esperanza de
vida era de 67 años, en 1980 se elevó a 73
años, y a 76 años en el período 1995-2000.
Durante los años sesenta, la mortalidad infantil se
mantuvo en un nivel bastante elevado: 68 por mil en 1960 y una
leve caída a 62 por mil en 1970. Después
bajó significativamente a 19 por mil en 1980 y a 12 por
mil en 1999. Las reducciones de que fue objeto el gasto en el
sector social costarricense durante la primera mitad del decenio
de 1980 afectaron principalmente a las áreas
prioritarias, de modo que la proporción del gasto
en educación que se destinaba al 40% de los hogares
situados en el tramo inferior de ingreso bajó de 42% en
1980 a 36% en 1986 .Por otra parte, el salario mínimo se
mantuvo, la distribución del ingreso no empeoró y
se reanudaron los avances en materia de desarrollo social. Como
resultado, el país pudo mantenerse en un ciclo
virtuoso.

México.- En 1960, más de un tercio
de su población adulta seguía siendo analfabeta.
Por ejemplo, al finalizar el período indicado, la
esperanza de vida era de 67 años, esto es, poco
menor que el promedio de América Latina (69
años) y muy inferior a los 75 años alcanzados en
Chile y los 77 años logrados en Costa Rica Hasta 1970,
durante el gobierno de Echeverría, México
disfrutó de lo que se denominó "crecimiento con
estabilidad", y también avanzó en materia de
desarrollo humano.

La economía tuvo un comportamiento vigoroso a
fines de los 60 y en los 70, cuando el PIB aumentó en
promedio 7% a nivel global (3% per cápita), y el sector
manufacturero, que era el de mayor crecimiento del país,
atrajo un volumen apreciable de inversión extranjera. La
pobreza extrema declinó de 76% en 1960 a 45% en 1981,
aunque la distribución del ingreso siguió siendo
insatisfactoria. En los 70, el gasto en educación
ascendió a un promedio aproximado de 18% del gasto
público total, mientras que el gasto medio en salud fue de
5%. Como resultado, entre 1960 y 1980 el desarrollo humano
mejoró significativamente; la esperanza de vida
aumentó de 59 a 66 años; la mortalidad infantil
declinó de 74 a 53 por mil nacidos vivos; el alfabetismo
adulto se elevó de 66% a 83%; y la
matrícula escolar bruta casi se duplicó
(subió de 106% a 120% en la enseñanza
primaria, de 23% a 49% en la secundaria y de 5% a 14% en la
terciaria). Entre 1983 y 1988 el número de maestros y
alumnos por escuela se redujo, y otro tanto sucedió con el
número de consultorios médicos, camas de hospital y
médicos per cápita. Sin embargo, pese a sus
deficientes resultados en materia de crecimiento económico
y desarrollo humano. En la década de 1990, en su conjunto,
la tasa media de crecimiento fue de 1.25% al año (en los
años ochenta había sido negativa). En la primera
parte de los años noventa se elevó la
proporción del PIB destinada a los sectores sociales.
Entre 1989 y 1993, el gasto en educación aumentó
90% y, en salud 79%.

En resumen, México estuvo en la
categoría de ciclo virtuoso en los años sesenta
y setenta debido a su crecimiento económico y
gasto social. Otro elemento que ha reforzado el desarrollo humano
en el país ha sido el mejoramiento de las funciones de
género gracias a la mayor institucionalización de
los derechos de la mujer.

Jamaica.- En 1970, la esperanza de vida era de 68
años y la tasa de alfabetización de 86%, ambas muy
superiores al promedio regional. Sin embargo, graves problemas
económicos y la consiguiente aplicación de
programas de ajuste duros se tradujeron en un deterioro de
los resultados en el campo del desarrollo humano y
empujaron a Jamaica hacia un ciclo vicioso por gran parte del
resto del período.

La economía Jamaiquina en el periodo 1986-1990 el
PIB per cápita aumento 2.4% al año. Sin embargo a
comienzos de los años noventa dicho gasto se
recuperó al punto que en 1995 el gasto en salud
pública se elevo a 3.2% del PIB y en educación
pública llego a 5.4%.

En los años 90, la economía del
país seguía teniendo resultados mediocres. El
crecimiento medio del PIB per cápita fue negativo
(alrededor de -0.6% al año entre 1990 y 1999,
comparado con 1.2% en el decenio anterior) pese a lo cual los
indicadores de desarrollo humano mejoraron
sustancialmente, lo que podría augurar un mejor
desempeño futuro en materia de crecimiento
económico. Hacia fines del decenio, la esperanza de vida
del país era de unos 75 años, la tasa de
alfabetismo de adultos de 86%, la tasa bruta de matricula en la
enseñanza primaria del 98% y en la enseñanza
secundaria de 90%. La mortalidad infantil bajo a 20 por 1000
nacidos vivos.

Guyana.- Este caso se asemeja al de Jamaica, solo
que más desfavorable, puesto que en los años 60 la
precariedad del comportamiento económico influyo
negativamente al desarrollo humano, lo que después se
agravo debido a programas de ajuste que incluyeron reducciones de
gasto social. En los 90 hubo un leve repunte económico,
pero este no se acompaño de una mejora importante del
desarrollo humano.

Al comienzo del periodo tomado como referencia, la
esperanza de vida del país era relativamente baja, de
aproximadamente 60 años y la mortalidad infantil elevada,
de cerca de 99 por 1000. Tras su independencia en 1966 hubo un
periodo inicial en que el PIB y el gasto social aumentaron de
manera significativa. Por ejemplo, en el periodo 1970-1975 el
gasto en educación creció más de 60% y en
salud más de 40%. La tasa de matricula de enseñanza
primaria de la enseñanza secundaria se elevaron. En los
años 70, el gobierno amplio sustancialmente su control de
la economía, estimándose que dominaba un 80% del
sector formal. La expansión inicial se dio paso a una
crisis económica casi permanente, originada por una
combinación de factores externos. Entre 1975 y 1983 la
caída del PIB fue mayor que su expansión anterior a
lo largo de los años 70 el crecimiento del PIB per
cápita promedió un 0.7% al año.
En los años 80 persistieron las crisis externas y la
inadecuada gestión interna. El racionamiento de las
divisas y el control de las importaciones desembocaron una
escasez de insumos productivos. En los años 80 se
mostró un retroceso en el ingreso per cápita, se
redujo a 3.9% al año. Durante el decenio de 1980, el PIB
acumuló una caída de 28%.

En los 90 se modificó la política
macroeconómica cuando el gobierno liberalizó las
normas aplicables a las divisas; esto dio lugar a una racha de
crecimiento entre 1990 y 1999 el PIB per cápita
creció una tasa media anual de 4.2% (muy por encima del
promedio regional). Hacia 1990 el gasto público en salud y
educación comenzó a mostrar alguna mejora y al
finalizar la década el primero se situaba entorno al 9%
del PIB y el segundo se había elevado al 8% del gasto
público total.

Nicaragua.- Se distinguen tres periodos
diferentes: la era de Somoza, que abarco entre los años 60
y 70; la revolución Sandinista (guerra civil); y el
periodo de post guerra de los años 90.
Nicaragua fue uno de los últimos países de
América latina en lograr algún avance sustancial en
materia de desarrollo humano. En 1996 más de la mitad de
la población adulta era analfabeta y la esperanza de vida
llegaba solo a 47 años.

Durante la era de Somoza se registraron altas tasas de
crecimiento. Pero su distribución fue muy desigual. Los
propios Somoza eran dueños o tenían el control
del 60% de la actividad económica del
país. El gasto social estaba desigualmente
distribuido, era bajo. Hacia fines de los 70, solo
un 65% de los niños en edad escolar estaban matriculados
en la escuela y tres cuartas partes de la población rural
era analfabeta. La tasa de mortalidad infantil bordeaba los 100
por cada mil nacidos vivos.

Entre 1965 y 1975 se duplico el número de
niños menores de 5 años que padecía de mal
nutrición.

El crecimiento económico se altero notablemente
con la revolución de 1979, año en que el PIB se
contrajo a un 25%. En los primeros años del
régimen, en 1980 y 1981, el PIB se elevó 5% y hubo
una gran expansión del gasto social y de la cobertura de
los servicios sociales. Se duplico la proporción del PIB
destinada a la enseñanza primaria y secundaria y el
analfabetismo de adultos se redujo de 50% a 23%.

El sector salud también mostró una fuerte
expansión y se hizo hincapié en la atención
preventiva y primaria, mediante la focalización de los
servicios en las principales causas de la mortalidad materno
– infantil.

La ampliación de la cobertura y el logro de una
mayor participación de la comunidad. En consecuencia,
tanto en salud como en educación los coeficientes de
prioridad fueron favorables. El desempeño de ambos
sectores registro mejoras; en 1980, la esperanza de vida se
había elevado a aproximadamente a 59 años (desde 47
años en 1970)

Con el tiempo el colapso económico y los
trastornos causados por la guerra terminaron por debilitar los
sectores sociales, pese a los esfuerzos de los
sandinistas.

En el periodo de posguerra en los años 90
predominaron los problemas de la deuda y el ajuste, y
también causados por los desastres naturales, como una
sequía y un huracán. Nunca se inicio una
recuperación económica y que el gasto social se
redujo.

En Resumen, los años de Somoza
ilustran hasta que punto un crecimiento
económico favorable puede no traducirse en
desarrollo humano cuando es inequitativo, cuando la
distribución del ingreso y los bienes son desiguales, y
cuando el gasto social es bajo y se acompaña de un
coeficiente de prioridad desfavorable.

Conclusiones

Haciendo una comparación lo que
ocurrió en América latina en el periodo de
1960- 2000 se ha caracterizado por niveles
relativamente altos de desarrollo humano y de avances en este. A
comienzos de 1960 la esperanza de vida de América latina
era superior a la del resto del mundo en desarrollo. Al mismo
tiempo, entre las regiones fue latinoamericana la que registro la
mayor desigualdad en la distribución del ingreso
(Berry,1998).

Se aprecia que el crecimiento económico y el
desarrollo humano varían más en América
latina que a nivel mundial. El coeficiente de gasto social no es
muy cuestionable, pero el crecimiento del PIB no siempre se
tradujo en una mejora significativa del desarrollo
humano.

Los casos de países analizados
ilustran de que manera las circunstancias concretas
influyeron en la solidez de los diversos eslabones de las
cadenas A y B. el estudio abarco tres países (Chile, Costa
Rica, México) situados en el cuadrante de desempeño
virtuoso; y tres que cayeron en el, desempeño vicioso
(Guyana, Jamaica, y Nicaragua)

En caso de los países exitosos, el crecimiento
alto acompañado de un elevado coeficiente de gasto social
se tradujo en mejoras del desarrollo humano (México en los
años 60 y 70, y Chile en los 60).

En el periodo intermedio 1975-1990, Chile
mostró un tercer camino para llegar
aléxito, que se caracteriza por gasto social
bien focalizado.

En Nicaragua durante el periodo de Somoza el crecimiento
y la distribución del ingreso privado y servicios sociales
eran deficientes.

En los años 80 el comportamiento era
relativamente deficiente del desarrollo humano para Jamaica y
durante gran parte del periodo de estudio para Guyana y en los
años 90 para Nicaragua.

En los años 80, la guerra y el embargo comercial
trajeron a disminuir las mejoras en desarrollo humano de
Nicaragua y por los desastres naturales que se produjeron durante
todas las décadas. La elevada deuda externa como
consecuencia de la guerra en caso de Nicaragua.

Se menciona que es preciso promover el
desarrollo humano para poder situarse en un Ciclo
virtuoso de crecimiento económico y mejoramiento del
desarrollo humano; ningún país de América
Latina logró pasar de un comportamiento sesgado a favor
del crecimiento económico al ciclo virtuoso. Esto es que
aumentado el desarrollo humano efectivamente se mejorará
el crecimiento económico.

· Crecimiento económico y
desarrollo humano en América Latina

Gustav Ranis y Francés Stewart;
REVISTA CEPAL 78 (Diciembre 2002); Pág. 7 –
23.

DEDICATORIA

Este trabajo esta dedicada a todas las personas
especiales que aportaron para su exposición en pleno y con
éxito del mismo en las clases expositoras.

Y Deseo agradecer a los alumnos de los interesantes
comentarios que hicieron en el desarrollo de las clases. Asimismo
a los que aportaron valiosas sugerencias, del Departamento de
Ingeniería de Sistemas informática de la
Universidad de ANCASH.

 

Autor:

ARANIBAR REGALADO,
Nelson.

ASCENCIOS SILVA, Kelly.

GUERRA CALDERÓN,
Lenin.

JULCA OLIVERA, Ivonne.

MINAYA SALINAS, Segundo.

VEGA RODRÍGUEZ,
Manuel.

Partes: 1, 2
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