Modelo de consultoría ampliado para el estudio de la división del trabajo
El milagro de la existencia de las organizaciones, se
caracteriza por la unión de dos o más personas con
propósitos compartidos, que dividen el total del trabajo
entre sus integrantes, para poder desempeñarlo más
eficientemente.
Allí radica la importancia del estudio y
análisis de la división del trabajo, pues en
definitiva, todo lo que se hace en una organización – de
una u otra forma – es trabajo (funciones, actividades, procesos,
tareas, operaciones, entre otras). Entonces, porqué no
estudiar como funcionan y se estructuran las organizaciones, a
través de cómo desempeñan estos distintos
niveles de trabajo.
El modelo que se plantea en el presente trabajo, propone
una herramienta de consultoría para el estudio de la
división del trabajo, dirigido al análisis,
diseño y rediseño organizacional que permite
trabajar tanto a nivel operativo como estructural, siendo
principalmente adecuado para el estudio de organizaciones de
volumen reducido o medio.
Sus dos primeros niveles de aplicabilidad, no son
herramientas idóneas para el empleo en grandes
organizaciones, a menos que se aplique por grupos organizativos
dependientes o relacionados; estos dos primeros niveles forman
parte de una técnica preexistente de "gráfica o
cuadro de la distribución del trabajo", utilizada desde el
fin de la Segunda Guerra Mundial y difundida ampliamente por
organismos internacionales (Alianza para el Progreso) en las
décadas de 1950 y 1960.
En la mencionada técnica es destacable el trabajo
realizado por la Cra. Isabel A. Palamarchuk en su manual "Cuadro
de Distribución del Trabajo", (Editorial Técnica
– Montevideo 1991), ya que en el mismo planteó una
metodología de aplicación (correlacionando
actividades, tareas y puestos) que uniformizó la
técnica de análisis de dicha herramienta, cosa que
el medio carecía anteriormente y que no permitía un
aprovechamiento estandarizado. A ese trabajo remitimos al lector,
para obtener los conocimientos básicos –para operar
el 2do. nivel de aplicabilidad y poder luego abordar los niveles
posteriores que propone el presente modelo ampliado.
A partir del 3er. nivel de aplicabilidad –
punto de partida de este nuevo modelo de
consultoría – es adecuado para organizaciones de
cualquier tamaño.
El modelo que se propone consta de varios instrumentos,
aparte del que menciona la citada autora en dicho manual.
Constituye un medio de muy bajo costo, aplicable en ondas cortas
–lo que disminuye los costos de consultoría-,
potente en su concepción técnica y
fácilmente aplicable.
1er. Nivel de
aplicabilidad
Se representa una columna para cada puesto (coincidente
con la cantidad de empleados) existente en la unidad
estudiada.
Para cada tarea que se cumpla dentro del órgano
se utiliza una fila horizontal.
El primer nivel de análisis es útil para
el relevamiento y clasificación de aspectos operativos que
se realizan en los distintos órganos de la empresa, se
utiliza con un sistema de análisis similar al que plantea
dicha autora para el siguiente nivel, y permite correlacionar los
aspectos operacionales que se efectúan de la unidad bajo
estudio.
Instrumentos de relevamiento previo:
• Listas de tareas que se cumplen
dentro del órgano en estudio
• Listas de operaciones que realizan
los empleados de dicha unidad.
Para el diseño de dichos instrumentos se proponen
la adaptación de las listas de actividades y de tareas
propuestas en la publicación de la Cra.
Palamarchuk.
Maneja también tiempos de trabajo en unidades
sexagesimales o en términos porcentuales al igual que el
segundo nivel de aplicabilidad.
Es un instrumento que sirve además para
reconstruir los procedimientos a partir de las correspondientes
operaciones que se ejecutan en ese órgano y en los previos
y subsiguientes. Su eficiencia es pobre – o casi nula
– como instrumento de análisis. Actualmente no se
utiliza, su uso se discontinuó desde fines de los
60.
De ninguna forma sustituye el uso de instrumentos de
modelado y análisis de procedimientos.
2do. Nivel de
aplicabilidad
Se representa una columna para cada puesto
(coincidente con la cantidad de empleados) existente en la unidad
estudiada.
Para cada actividad que se cumpla dentro
del órgano se utiliza una fila horizontal.
Corresponde este nivel al usual que se
viene empleado desde décadas y propuesto también en
la publicación citada.
Instrumentos de relevamiento
previo:
• Listas de las actividades del
órgano en estudio
• Listas de las tareas que realizan
los empleados de la unidad estudiada.
Maneja también tiempos de trabajo en
unidades sexagesimales o en términos porcentuales al igual
que el primer nivel de aplicabilidad.
Desde el punto de vista estructural permite analizar
alguna violación a principios determinantes como por
ejemplo la unidad de mando o el alcance del control en lo
referente a puestos, afinidad de actividades, entre
otros.
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