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Toxicología Medicolegal (página 2)



Partes: 1, 2, 3

(1.500 a.c.), citas que se pueden
relacionar con tóxicos de origen natural y aún
referencias más antiguas se hacen en papiros egipcios que
datan de 1.700 a.c, se advierte el uso de Cannabis indicus y de
Papaver Somniferum y aún se hace referencia a
intoxicaciones por el elemento plomo. En la medicina hindú
sobresale Veda ( 900 a.c.); en la griega Hipócrates (400
a.c.) quienes ya mencionaron varios venenos en sus escritos, y
Theofrastus ( 370- 286 a.C.) estudia los venenos
vegetales.

La historia de la humanidad contempla casos
como los de Sócrates que utiliza sus conocimientos sobre
Cicuta y el de Cleopatra que se vale de la serpiente cobra para
poner fin a sus vidas en forma menos tormentosa. En la Edad Media
se abre el primer centro que se tenga conocimiento para atender
exclusivamente a pacientes intoxicados, por la célebre
epidemia de ergotismo que se presenta al sur de Francia y
estará a cargo de la orden religiosa de los hermanos
Antonisti. Además en esta época la historia del
veneno constituye en cierta forma la savia de la vida
política y cortesana durante largas etapas. La
"pócima" fue factor determinante en la elección y
deceso de algunos gobernantes. Aparecen nombres de mujeres tan
famosas como Madame Toffana, Lucrecia Borgia, Catalina de
Médicis, etc. quienes han pasado a la historia de la
Toxicología por su profesión de envenenadoras. En
1493 nace Felipe Aureolo Teofrasto Bombast de Hohemheim,
posteriormente llamado Paracelso, como médico
alemán profesor de la Universidad de Basile e importante
estudioso de la Toxicología, expresó la famosa
sentencia "Todo es veneno y nada es veneno, la dosis sola hace el
veneno" una frase que en su intrínseco significado es
incontrovertible.

La Toxicología como ciencia aparece
en Holanda (1945), con el primer centro de información
bajo el comando de la Real Sociedad Holandesa para el Progreso de
la Farmacia, y como tal, se dedicaba a la información de
los farmacéuticos mediante un fichero. En ese mismo
año en Dinamarca aparece un centro especializado en
reanimación, con especial énfasis en intentos de
suicidio y sobredosis de medicamentos. En Inglaterra (1950), el
hospital de Leeds abre el primer centro "completo" de
información y tratamiento. Luego aparecen Bolín y
Cheinisse (1969), quienes refuerzan la historia de la
toxicología diciendo: " y el toxicólogo de guardia
de un centro de información, sentado en su despacho entre
sus fichas, su biblioteca y sus teléfonos, jamás
olvidaba que era médico y con mucha frecuencia
procedía espontáneamente a misiones de urgencia
sobre el terreno que se salían de los limites
teóricos de su comedia". En 1975 se abre en París
el primer centro francés. En 1953 en EE.UU. la Academia
Americana de Pediatría abre en Chicago uno de los primeros
centros estadounidenses. Para 1965 ya existían en Estados
Unidos cerca de 600 centros en el siglo XXI. (Ariens, 1978,
p.334).

2.- Nociones Sobre
Venenos

Se llama veneno a cualquier sustancia que
produce enfermedad, lesión tisular, o que interrumpe los
procesos vitales naturales al entrar en contacto con el
organismo. La mayoría de los venenos tomados en cantidades
suficientes son mortales. Una sustancia venenosa puede ser de
origen mineral, vegetal o animal, y puede asumir la forma de un
sólido, un líquido o un gas. Dependiendo del tipo
de veneno ejercerá su acción sobre la superficie
corporal o, de forma más grave, sobre los órganos
internos o el sistema nervioso.

Para el desarrollo eficiente de este
apartado, es necesario realizar una serie de consultas sobre los
venenos, por tanto se tiene que:

En general se entiende por venenos o
tóxicos, aquellas sustancias que introducidas en el
organismo, a determinadas dosis, en general muy pequeñas,
causan un efecto nocivo en él, consistente en la
alteración temporal o definitiva de la estructura
química de la materia viviente… a diferencia de los
agentes lesivos de orden físico, los venenos actúan
a través de un mecanismo físico-químico o
bioquímico que modifica la sustancia viviente.

El mecanismo químico de nocividad de
los venenos es relativamente simple (reducciones (6), oxidaciones
(7), hidrataciones (8), etc.); pero en cambio, el mecanismo
bioquímico es muy complejo y a veces oscuro… en
razón de los conocimientos todavía incompletos
sobre la íntima naturaleza del protoplasma viviente.
Dentro de las numerosas determinaciones descriptivas de los
venenos que se han dado, en las cuales se aprecian y concretan
sus peculiares modos de actuar…

1.- que al ser introducido en el organismo
ocasionan la muerte en un tiempo más o menos
corto.

2.- o que por localización en
ciertos órganos determine una alternación aguda o
crónica de su función y provoque fenómenos
degenerativos, reversibles o no.

3.- o que provoque simplemente
exageración de las funciones fisiológicas normales
de los tejidos o la inhibición de los mismos, temporal o
permanente.

4.- que no obren mecánicamente. 5.-
que sean agentes químicos.

6.- que no se reproduzcan (con ello se
eliminan los gérmenes).

7.- que obren en virtud de su
naturaleza.

8.- que actúen a dosis relativamente
bajas, y,

9.- que necesiten ser introducidos en el
organismo. (Humberto Giugni, 1972, p 633).

Un veneno es cualquier sustancia
tóxica, ya sea sólida, líquida o gaseosa,
que puede producir una enfermedad, lesión, o que altera
las funciones del organismo cuando entra en contacto con un ser
vivo, incluso provocando la muerte. Los venenos son sustancias
que bloquean o inhiben una reacción química,
uniéndose a un catalizador o enzima más fuertemente
que el reactivo normal. Esta definición descarta
fenómenos físicos como el calor, la
radiación, la presión… que también pueden
provocar lesiones en los organismos.

Según Theophrastus Bombastus von
Hohenheim, llamado Paracelso; Alle Dinge sind ein Gift und nichts
ist ohne Gift. Allein die Dosis macht, daß ein Ding kein
Gift ist. ("Todo es veneno, nada es sin veneno. Sólo la
dosis hace el veneno"). Según la observación de
Paracelso, todas las sustancias son tóxicas a dosis altas,
como el agua, el oxígeno y las vitaminas. Los venenos son
sustancias nocivas a dosis o concentraciones muy bajas. La
diferencia entre un veneno y un fármaco es la dosis
administrada o acumulada en el cuerpo, pero generalmente un
veneno es mortal a una determinada dosis y sin ninguna
función terapéutica.

Giugni también agrega en su apartado
nociones de los venenos lo siguiente:

Resulta de gran relevancia en la
valoración toxicología del veneno, la
determinación de la cantidad susceptible de producir
efectos lesivos o mortales. En este sentido se pueden distinguir
las dosis inocuas, las dosis mínimas toxicas y las dosis
mínimas mortales. Tales dosis, lógicamente, deben
referirse siempre al tiempo y al peso del cuerpo. Es preciso
indicar que no existe para cada veneno una dosis mínima
toxica y una dosis mínima letal, en tal sentido absoluto y
balido para cada especie animal, pues los efectos nocivos de un
veneno no dependen solamente de su naturaleza y de su dosis, sino
también de muchas otras circunstancias, como la edad, el
sexo, el estado menstrual, la gravidez, la repleción o
vacuidad del estómago (condiciones fisiológicas).
En este sentido, la edad de la persona, tiene una señalada
importancia, siendo bien conocida la sensibilidad de los
niños respecto de los opiáceos (10) y de los
ancianos por la belladona (11).

Por lo demás, existen condiciones
contingentes, diferentes a las fisiológicas, como la
idiosincrasia en algunos sujetos y la excepcional resistencia
presentada por otros, en casos de acción de ciertas
sustancias venenosas. Pueden citarse también casos de
defensa orgánica contra los venenos que comienzan a
ingerirse en dosis inocuas hasta alcanzar dosis progresivamente
crecientes sin que se presenten reacciones importantes, tales son
los casos de acostumbramiento o habituación, que llevan
aparejada una mayor resistencia del organismo, como ocurre con el
alcohol, el tabaco y los estupefacientes. Es conocido
también el fenómeno denominado mitridatismo
consistente en una relativa refractariedad a la acción de
determinadas sustancias venenosas, posiblemente ligada al poder
de absorción del organismo. Abundando en la
valoración de los efectos de las sustancias
tóxicas, cabe agregar, que los estados patológicos
hacen en general más susceptible el organismo a la
acción nociva del veneno, lo mismo que las deficiencias
orgánico-funcionales como la fatiga, la inanición,
etc. De modo especial las deficiencias de naturaleza hepato-renal
inciden negativamente sobre los procesos de neutralización
y eliminación de los tóxicos, por cuanto en los
mecanismos de defensa del organismo contra los venenos, el
hígado y los riñones desempeñan un papel muy
importante.

Todas las circunstancias antes mencionadas
que influyen sobre la forma de actuar de los venenos, podemos
llamarlas endógenas, a diferencia de la exógenas,
como serian el estado de conservación del toxico, la
naturaleza del vehículo en e3l cual se encuentra el veneno
y los denominados sinergismos farmacológicos, que
consisten en la exaltación del efecto de una sustancia por
otra. De otra parte, el efecto toxico de la sustancia venenosa,
puede variar de acuerdo con la vía de introducción
de la misma… por ejemplo, que los venenos de algunos
reptiles introducidos al organismo por vía
hipodérmica pueden ser mortales y si los mismos se
introducen por vía oral son inocuos.

En relación con las vías de
introducción del veneno, ellas pueden ser de la más
variada naturaleza: cutánea, hipodérmica, oral,
rectal, genital, nasal, respiratoria, intramuscular, intravenosa,
parentereral, etc. Una vez absorbidos los venenos, algunos pasan
a la sangre y se combinan con sus componentes, son los
denominados venenos hemáticos, como el óxido de
carbono, en que el tóxico desplaza el oxígeno y
forma un compuesto, la carboxihemoglobina, no apto para la
función respiratoria, otros dejan rápidamente la
sangre, pasando a determinados órganos por los cuales
tienen una acción electiva, como los barbitúricos
que se fijan sobre todo en los centro nerviosos.

Respecto a las vías de
eliminación del veneno, estas son la renal, la intestinal,
biliar, pulmonar, salival, conjuntiva, muco-nasal y glandular
(como en el caso de las glándulas mamarias). Pero una
parte del veneno permanece en el organismo, casi siempre,
sufriendo un proceso de eliminación muy lento, lo que
determina cuadros específicos en el orden
anatomopatológico. (1978, p.635).

2.1.- Origen:

Los venenos pueden tener un
origen:

• Mineral: Como el arsénico, el
mercurio.

• Vegetal: Como algunas "plantas
venenosas". La mayoría de las plantas medicinales
contienen sustancias tóxicas que son venenos a
determinadas concentraciones, como por ejemplo, la
cicuta.

• Animal: Como el veneno de las
serpientes, de las abejas.

• Artificial: Como muchas de las
sustancias sintetizadas por el hombre en la industria.
(Enciclopedia Libre Wikipedia).

2.2.- Tipos de venenos

Para desarrollar los tipos de venenos, la
Enciclopedia Encarta establece lo siguiente:

En los seres humanos los venenos se suelen
clasificar según sus efectos en corrosivos, irritantes, o
narcóticos; estos últimos también se conocen
como venenos sistémicos o nerviosos.

Los venenos corrosivos: incluyen los
ácidos o álcalis fuertes, que producen
destrucción tisular externa o interna, es decir, abrasan
la piel o la mucosa gástrica. Los vómitos se
desencadenan de inmediato y están mezclados con sangre.
Los venenos habituales, llamados agentes corrosivos, incluyen el
ácido clorhídrico, el ácido
carbónico, el bicloruro de mercurio y el
amoniaco.

Los irritantes, como el arsénico, el
mercurio, el yodo y los laxantes, actúan directamente
sobre la membrana mucosa provocando irritación o
inflamación gastrointestinal acompañada de dolor y
vómitos. Los venenos corrosivos diluidos también
tienen estos efectos. Los irritantes incluyen venenos
acumulativos, aquellas sustancias que se absorben poco a poco sin
provocar lesión aparente hasta que de forma repentina
producen su efecto.

Los venenos narcóticos actúan
sobre el sistema nervioso central o sobre órganos como el
corazón, el hígado, los pulmones o los
riñones hasta que afectan los sistemas respiratorio y
circulatorio. Estos venenos pueden producir coma, convulsiones, o
delirio. Los venenos narcóticos incluyen alcohol, opio y
sus derivados, belladona, trementina, cianuro potásico,
cloroformo y estricnina. En esta categoría también
se incluye uno de los venenos más peligrosos que se
conocen, la toxina botulínica, una potente toxina
bacteriana causa de intoxicación alimentaria aguda
(botulismo). El envenenamiento de la sangre, también de
naturaleza bacteriana, se produce cuando un microorganismo
virulento invade la circulación sanguínea a
través de una herida o una infección. Los
síntomas incluyen escalofríos, fiebre,
postración, y con frecuencia, infecciones o abscesos
secundarios en varios órganos. La mayoría de los
venenos gaseosos también afectan a la sangre. Debido a que
estos gases restringen la capacidad del organismo de absorber
oxígeno, suelen incluirse en la categoría de los
asfixiantes, grupo al que pertenece el conocido monóxido
de carbono. Sin embargo, hay también venenos gaseosos
corrosivos o irritantes.

Cerca del 50% de todos los casos de
envenenamiento humano en el mundo occidental se deben a
fármacos o productos domésticos habituales como
aspirinas, barbitúricos, insecticidas, y
cosméticos. Debido a que los barbitúricos son
accesibles con facilidad, los efectos tóxicos que derivan
de su mal uso no son infrecuentes. El envenenamiento agudo puede
deberse a una sobredosis o una interacción con otros
fármacos, en especial el alcohol. La víctima de un
envenenamiento agudo por barbitúricos experimenta
agitación y náuseas, o entra en un sueño
profundo marcado por una respiración cada vez más
superficial cuyo posible fin es el coma y el fallo cardiaco. El
envenenamiento crónico por barbitúricos, causado
por el uso prolongado de estos fármacos, se caracteriza
por irritación gastrointestinal, pérdida de apetito
y anemia. En estados avanzados de envenenamiento crónico
por barbitúricos la víctima sufre confusión
mental. (2007).

3.- Diversas Clases
de Intoxicaciones

3.1.- Intoxicación y
Envenenamiento:

…los términos
intoxicación y envenenamiento se usan en el lenguaje
corriente como sinónimos, incluso en muchas ocasiones, se
emplean indistintamente en el campo meramente clínico;
pero desde el punto de vista médico legal, debe hacerse
una diferenciación de cierta importancia por cuanto la Ley
cuando se refiere a la acción intencional dirigida a
ocasionar un efecto nocivo mediante un veneno, emplea normalmente
la expresión envenenamiento… y por el contrario,
cuando se trata de una acción fortuita o accidental
tóxico, utiliza la palabra intoxicación…
Pasando ahora a la consideración relativa a la
etiología de las intoxicaciones, destaca en primer lugar
que ella depende, en cada país, de diversos factores de
índole cultural, económico, social, sanitario,
etc., en cuanto concierne a los índices arrojados por las
estadísticas correspondientes; incluso en un mismo
país, existen sensibles variaciones, de región
según se trate, por ejemplo, de zonas rurales, urbanas,
industriales, mineras, etc. (Humberto Giugni, 1972, p
636).

Los tóxicos, en general,
actúan sobre sistemas biológicos
específicos, de tal manera que el daño y la
sintomatología resultante siempre serán los
mismos.

3.2.- intoxicaciones
Accidentales:

Generalmente el intoxicado es el causante
del episodio, confundiendo un producto químico toxico con
una sustancia comestible, o una medicina con otra mal rotulada o
de similar apariencia. En ocasiones la victima adquiere un
producto medicinal en una farmacia, donde le suministran una
sustancia toxica por un error de etiquetamiento.

Puede acontecer también, que algunos
tóxicos volátiles sean inhalados por la
víctima sin darse cuenta, como cuando un extintor de
incendios pierde bromuro de metilo; o la estufa defectuosa
desprende oxido de carbono. Otras veces, se ingieren semillas o
frutas cuyas propiedades toxicas se ignoran; o se toman alimentos
cocinados en un recipiente que desprenda sales de
plomo.

Cada vez es mayor el número de
productos tóxicos que ingresan al hogar bajo formas de
detergentes, cosméticos, punturas, medicamentos,
ácidos, álcalis, que estando al alcance de los
niños pueden ocasionar serios accidente, e incluso hasta
en los adultos.

Según Calabrese, citado por
Giugni:

…la toxicología desborda la
lista de venenos clásicos para extenderse al
kerosén, aspirina, sedantes y numerosos productos
más, al punto de hacer obligatorio su registro en los
centros de información toxicológica, pues su
complejidad vuelve poco menos que imposible el conocimiento
completo de sus presentaciones comerciales y su adecuado
tratamiento. (p 638).

En las intoxicaciones accidentales de la
infancia es común que el agente causal se encuentre en el
sitio en el que el niño se expuso: presencia de
medicamentos, frascos de refresco conteniendo petróleo,
recipientes con sosa cáustica o anafres en sitios
cerrados, en cuyo caso la combustión incompleta del
carbón produce monóxido de carbono que se concentra
e intoxica a varios o todos los miembros de una
familia.

3.3.- Intoxicaciones
Iatrógenas:

(Del griego: iatris, médico; genos,
producir). Su nombre deriva de la circunstancia de que la propia
víctima se automedica o prescribe medicinas a sus
familiares, ignorando incompatibilidad y tolerancia que luego
producen peligrosas intoxicaciones. Así un supositorio
antitusígeno, a base de codeína, puede servir para
un niño de cierta edad; y si se aplica a un lactante puede
ocasionar su intoxicación; la misma aspirina, suministrada
a larga mano, puede intoxicar sobre todo a un
niño.

El sulfato de magnesia usado como purgante,
ignorando que se absorbe hasta el 40%, puede ocasionar a
través del ión magnesio graves problemas. (Humberto
Giugni, 1972, p.638).

Las intoxicaciones iatrógenas
usualmente son fáciles de demostrar por el antecedente de
una consulta médica previa y el tener a la mano las
recetas con los medicamentos responsables. No es así en
las intoxicaciones por administración de medicamentos por
los familiares o en el Síndrome de Munchausen1 por poder,
en los que los adultos, por temor a las consecuencias o por
sentimientos de culpa, lo usual es que soslayen o nieguen estos
mecanismos de exposición.

3.4.- Intoxicaciones
Endémicas:

Giugni (1972), p 638:

Constituyen en ocasiones verdaderos
problemas sanitarios. En Argentina, comenta Moya Pueyo, el
profesor Calabrese describió el hidroarsenicismo regional
crónico o endémico, que se debe a la
contaminación geológica de las capas
subterráneas, de tal suerte que el agua que pasa por ellas
sale con más de 0.10 miligramos de arsénico por
litro.

La presencia de determinados elementos en
el medio ambiente puede traer como consecuencia la
presentación de intoxicaciones. Son crónicas y
están producidas por fenómenos
naturales.

3.5.- Intoxicaciones
Sociales:

Algunas costumbres sociales y religiosas
llevan al uso y abuso de muchas sustancias como alcohol, tabaco,
marihuana, y yagué2. Estas sustancias tienen como
característica su influencia sobre grandes masas de
población y su progresiva aceptación por la
sociedad. "Las más importantes son las
toxicomanías, que pueden causar grandes perjuicios a la
salud colectiva, estirpes taradas y complejos problemas sociales,
específicamente de orden crimino genético"
(Humberto Giugni, 1972, p.638).

3.6.- Intoxicaciones de Causas
Genéticas:

Se dan en ciertas personas o grupos
étnicos, por fallas previas en sus mecanismos
enzimáticos. Por ejemplo, el déficit de glucosa
fosfato de hidrogenasa en los glóbulos rojos, facilita la
destrucción de estos ante múltiples factores
extrínsecos, principalmente drogas y metales como el
plomo, a la misma causa se debe la intolerancia a la anestesia y
muchas otras formas de idiosincrasia, como a ciertas clases de
vitaminas o a los antibióticos. (Humberto Giugni, 1972,
p.639).

3.7.- Intoxicaciones
Rurales:

"Son producidas por los plaguicidas
agrícolas y constituyen un problema de toxicología
sanitaria; incluso pueden extenderse a las zonas urbanas con el
consumo de plantas o frutas rociadas con los insecticidas de alto
poder toxico". (Humberto Giugni, 1972, p.639).

3.8.- Intoxicaciones
Ambientales:

Son originadas por los humos y gases en
zonas de gran densidad industrial, los cuales provocan la
contaminación atmosférica con los serios peligros
que ello lleva aparejados. Se han conocido verdaderas epidemias
de intoxicación plúmbica por las cenizas
diseminadas por las chimeneas de fábricas; lo mismo que
con la formación de bolsas atmosféricas, de
anhídrido sulfuroso. Por lo demás, es ampliamente
conocido el problema mundial de lo que se ha dado en llamar el
smok, que preocupa a los sanitaristas de todos los países
desarrollados. (Humberto Giugni, 1972, p.639).

3.9.- Intoxicaciones
Profesionales:

Forman un grupo cada vez más
frecuente, por el gran desarrollo industrial y la consiguiente
manipulación de sustancias tóxicas, o su prolongado
contacto con ellas, en el estado actual de desarrollo
económico, pese a las numerosas previsiones de
índole legal para la prevención de estas
intoxicaciones.

El desarrollo incesante de la industria
lleva implícita la necesidad de que sean cada día
más numerosos lo productos químicos que se manejan
a través de los procesos industriales.

Estos productos por lo regular, al contacto
esporádico, no producen consecuencias nocivas, pero al
estar en contacto permanente o prolongado con los trabajadores,
en el ambiente de trabajo, les acarrea o puede acarrear
intoxicaciones.

Naturalmente, que siempre que sea posible,
se sustituye una sustancia nociva por otra inocua, en las cuales
resulta forzoso el empleo de productos tóxicos, como
ocurre en las fábricas de insecticidas. En la industria,
las sustancias toxicas pueden empelarse como materias primas,
pero también pueden aparecer como productos intermedios en
el proceso de elaboración y
transformación.

La actuación del toxico se ve
favorecida por una serie de condiciones que facilitan su
acción en que influyen, tanto en el mecanismo de
intoxicación como en la sensibilidad o
predisposición para cometerla, tales como al falta de
higiene general en los talleres, falta o deficiencia en los
equipos de protección individual, deficiencias en las
instalaciones y plantas de producción, como serian la
falta de campanas recolectoras de gases nocivos en los ambientes
en que estos gases tóxicos se desprenden y difunden, falta
de vigilancia en el control médico, deficiente
educación sanitaria del trabajador y la violación
de las normas sobre higiene y seguridad industrial particular.
(Humberto Giugni, 1972, p.640).

3.10.- Intoxicaciones
Culposas:

Con frecuencia están vinculadas a
responsabilidad profesional del facultativo o del
farmacéutico, por prescripciones contraindicadas en
ciertos casos, o por errores en la preparación de
fórmulas o en el despacho de productos medicinales…
en el caso de intoxicaciones accidentales, el cual podría
verse también como un caso culposo en el supuesto de
negligencia o imprudencia por parte del regente o del dependiente
de la farmacia que suministro equivocadamente el producto
toxico.

Finalmente, no son escasos en nuestro
medio, los casos de intoxicaciones culposas, provocadas por
yerbateros, empíricos y brujos, y hasta por estudiantes de
medicina y auxiliares de farmacia. Por lo demás, las
denominadas intoxicaciones iatrógenas son evidentemente de
carácter culposo cuando es un familiar quien prescribe
medicinas con efectos tóxicos para el paciente. (Humberto
Giugni, 1972, p.640).

3.11.- Intoxicaciones
Alimenticias:

Se presentan en la práctica con
bastante frecuencia y pueden ser de tres clases diferentes: las
intoxicaciones por vía alimenticia, producidas por venenos
exógenos que contaminan a la sustancia alimenticia (plomo,
arsénico, cobre, bario, ácido cianhídrico,
etc.); las intoxicaciones (toxiinfecciones) producidas por
sustancias tóxicas derivadas de las alternación y
de la desnaturalización del alimento (toxinas); y las
intoxicaciones pseudoalimenticias, producidas por el
ingestión de sustancias venenosas del reino animal,
vegetal o mineral, erróneamente tenidas por alimentos
(hongos y peces venenosos). (Humberto Giugni, 1972,
p.641).

Las intoxicaciones alimenticias usualmente
se manifiestan con síntomas del aparato digestivo, a
saber: nauseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal.
Frecuentemente se acompañan de dolores musculares, fiebre,
dolor de cabeza, escalofríos y malestar general.3.12.-
Clasificación de los Tóxicos:

Los tóxicos pueden clasificarse por
su origen, estado físico, órgano blanco,
composición química y mecanismo de
acción.

• Por Su Origen:

i. Tóxicos de origen
mineral.

ii. Tóxico de origen
botánico.

iii. Tóxico de origen
animal.

iv. Tóxico de origen
sintético.

• Por Su Estado
Físico:

i. Tóxicos
Líquidos.

ii. Tóxicos
Sólidos.

iii. Tóxicos
Pulvelurentos.

iv. Tóxicos Gaseosos.

• Por El Órgano
Blanco:

i. Hepatotóxicos.

ii. Nefrotóxicos.

iii. Hematotóxicos

iv. Etc..

• Por Su Composición
Química

i. Amenas Aromáticas.

ii. Hidrocarburos Halogenados

iii. Por Su Mecanismo De
Acción:

iv. Inhibidores del
Sulhídricos.

v. Inhibidores de la
Colinesterasa.

vi. Productores de
metaemaglobinemia.

vii. Etc…

En palabras de Loomis "No existe una sola
clasificación que sea aplicable para todo el espectro de
agentes tóxicos". En el contexto de un libro de medicina
legal y de Derecho como en el presente, no limitaremos a los
principales tóxicos cáusticos, volátiles,
metálicos, de abuso y plaguicidas.

Los psicoactivos se clasifican de diversas
maneras, entre ellas la podemos clasificar por su grado de
pureza, por las dosis, por su accesibilidad, por sus
efectos.

No existe mayor diferencia en una
prelación lógica entre drogas, fármacos y
medicinas, si lo vemos desde un punto de vista etimológico
el termino pharmacon se utilizaba para asociar medicamentos y
venenos, aun cuando en la actualidad este concepto es desasociado
nos podemos percatar de que el principio es el mismo, se entiende
que las medicinas alivian el sufrimiento y que las drogas son
malas, podríamos considerar en dado caso que el agua puede
actuar como un veneno cuando se introducen al cuerpo de 3 a 4
litros en los menores o 20 litros en una persona adulta, la
retención del cloro ocasionaría la muerte y la
deshidratación celular. Recordemos que el óxido
nitroso y muchas otras drogas nos han dado los anestésicos
y medicinas que hoy tenemos.

Por tanto se puede inferir que no hay
diferencia entre fármaco, medicina y droga, y que la
única cosa que puede dividir esto es las circunstancias
del uso.

Podemos diferenciar el uso de los
psicoactivos más comunes, y son:

• Drogas anestesistas.

• Drogas de diseño.

• Drogas
psiquiátricas.

Cocaína.

• Opiáceos

• Inhalantes.

• Plantas.

• Alcaloides.

Los fármacos con mayor capacidad
adictiva de esta categoría son los barbitúricos,
utilizados desde principios de siglo en el tratamiento de la
ansiedad y como inductores del sueño. En medicina
también se emplean en el tratamiento de la epilepsia.
Algunos adictos consumen grandes cantidades diarias de
barbitúricos sin presentar signos de intoxicación.
Otros consumidores buscan un efecto similar a la borrachera
alcohólica y otros potenciar los efectos de la
heroína. Gran parte de los consumidores de
barbitúricos, sobre todo los del primer grupo, obtienen el
fármaco de recetas médicas.

Los barbitúricos, además de
tener efectos semejantes al alcohol, también producen,
como éste, una intensa dependencia física. Su
supresión abrupta produce síntomas similares a la
supresión del alcohol: temblores, insomnio, ansiedad y en
ocasiones, convulsiones y delirio después de su retirada.
Puede sobrevenir la muerte si se suspende bruscamente su
administración. Las dosis tóxicas son sólo
levemente superiores a las que producen intoxicación y,
por tanto, no es infrecuente que se alcancen de manera
accidental. La combinación de los barbitúricos con
el alcohol es muy peligrosa.

Otros fármacos
hipnótico-sedantes son las benzodiacepinas, cuya
denominación comercial más habitual es el Valium.
Estos se incluyen en el grupo de los tranquilizantes menores que
se utilizan en el tratamiento de la ansiedad, el insomnio o la
epilepsia. Como grupo, son más seguros que los
barbitúricos ya que no tienen tanta tendencia a producir
depresión respiratoria y están sustituyendo a
éstos últimos. Por contrapartida, la
adicción a los tranquilizantes se está convirtiendo
en un problema cada vez más frecuente. La adicción
al fármaco Halción, del grupo de las
benzodiacepinas, ha obligado a autoridades de varios
países a retirarlo del mercado.

En la antigüedad la tentativa de
suprimir el dolor y el movimiento corporal llegaba a la
administración de dosis narcóticas, y no sino hasta
1844 cuando Horacio Welss usó el cloroformo como
anestésico empleando poco después el éter
implementando los anestésicos que inhiben o interfieren
con la percepción sensorial. En 1915 con la
introducción de la procaína se utiliza para
anestesiar las membranas mucosas, en 1930 se lanzan ciertos
barbitúricos como el triopental, posteriormente para
relajar los músculos abdominales, y en 1965 la ketamina
por Park & Davis. Estas drogas las podemos conocer como
anestésicos generales y bloquean todo tipo de sensaciones,
presentan efectos subjetivos que han resultado atractivos para
muchas personas. (Fernanda Cuadra).

4.- Envenenamiento
Suicida y Homicida

4.1.- Envenenamientos
Suicidas:

Es uno de los grupos más numerosos y
generalmente está en segundo lugar en las
estadísticas toxicológicas modernas. Los suicidas
utilizan de preferencia los hipnóticos, el monóxido
de carbono, los compuestos fosforados, los ácidos y los
insecticidas.

La asistencia médica, comenta Moya
Pueyo, no termina en estos casos con la recuperación
física del enfermo, sino que cede paso al estudio socio-
psicodinámico, para buscar las verdaderas raíces
del episodio. Por ello, las tentativas de suicidio se
considerarán, no como un episodio tóxico aislado,
sino como una entidad nosológica más amplia, en la
que la tentativa es solo una manifestación. (Humberto
Giugni, 1972, p.639).

4.2.- Envenenamientos
Homicidas

Los romanos utilizaban el vocablo venenum
para designar las sustancias que, incorporadas al cuerpo humano,
transformaban la naturaleza biológica del mismo.
Así realizaban una diferencia ente lo que llamaban veneno
malo, que perjudicaba la salud, y veneno bueno que la mejoraba.
De ésta manera se entendía que el envenenamiento
era el homicidio cometido con veneno malo.

Sin embargo, hoy se sabe que ésta
clasificación no tiene la misma relevancia que
tenía en el antiguo Derecho romano. Pues una mismo
sustancia puede ser proporcionada para curar o para matar
dependiendo de la dosis, la edad y las enfermedades que padezca
la víctima. La manera más insidiosa de matar es a
través del veneno.

En las estadísticas más
recientes, aparecen en franco proceso de retroceso y representan
un pequeño número de las intoxicaciones en general.
En relación con los suicidios, se supone que existe un
homicidio de esta clase, por cada cincuenta suicidios.

Los motivos más frecuentes son el
propósito de sucesión hereditaria, la pasión
amorosa y la venganza. Pero no pueden pasar inadvertidos los
casos de intoxicación mortal, producidos en algunos
abortos, cuando se usan sustancias toxicas supuestamente
abortivas.

Se calcula que el 70% de los homicidios por
envenenamiento son mujeres y que existe una preponderancia del
medio rural sobre el urbano. Las sustancias más empleadas
son el ácido arsénico, el talio, el fluosilicato
sódico y diversos preparados ciánicos. (Humberto
Giugni, 1972, p.640).

4.2.a.-
Toxicología:

Diferentes sustancias pueden actuar como
veneno en la salud de las personas, así por ejemplo las
siguientes: morfina, heroína, codeína. Pero cuando
el veneno es proporcionado por una persona para la muerte de
otra, ello viene a constituir el elemento agravante del
homicidio. (López Hugo).

Tradicionalmente el veneno he sido
utilizado por el hombre para producir la muerte. Sin embargo esta
situación ha dejado de tener la gravedad que el uso que el
veneno generaba a raíz de la aparición de la
toxicología.

Con esta ciencia se ha logrado salvar
muchas vidas que en determinadas situaciones se encontraban
terminadas, analizando los efectos del veneno en el cuerpo humano
y desarrollando contravenenos para la neutralización de
los efectos nocivos.

4.2.b.- Fundamento de la
Calificación:

La calificación del delito en este
aspecto tiene fundamento en lo desprevenido en que la
víctima se encuentra en la generalidad de los casos cuando
ingiere el veneno a raíz de la confianza brindada al
homicida. La víctima se encuentra en un mayor estado de
indefensión, al consumir comida o bebida con veneno, sin
conocer la mortal contaminación.

En todos los tiempos, el homicidio cometido
con veneno ha sido severamente penado. Así los egipcios
condenaban con pena de muerte la sola tenencia de la sustancia
mortal.

Los romanos consideraban lo siguiente:
"Plus est hominen extinguere veneno quan accidere gledio" (es
peor matar a un hombre por medio del veneno que darle muerte por
la espalda). Por su parte el Código toscano asimilaba el
envenenamiento al homicidio con premeditación, pues los
juristas de la época consideraban que era imposible la
existencia del envenenamiento son
premeditación.

El envenenamiento como causal de homicidio
calificado debe pertenecer a la esfera dolosa, pues si el veneno
es propiciado por negligencia, estaremos sólo ante un
homicidio culposo en los términos del artículo 84
del Código penal. (López Hugo).

5.- La
Drogadicción

La drogadicción es una enfermedad
que consiste en la dependencia de sustancias que afectan el
sistema nervioso central y las funciones cerebrales, produciendo
alteraciones en el comportamiento, la percepción, el
juicio y las emociones. Los efectos de las drogas son diversos,
dependiendo del tipo de droga y la cantidad o frecuencia con la
que se consume. Pueden producir alucinaciones, intensificar o
entorpecer los sentidos, provocar sensaciones de euforia o
desesperación. Algunas drogas pueden incluso llevar a la
locura o la muerte.

La dependencia producida por las drogas
puede ser de dos tipos:

– Dependencia física: El organismo
se vuelve necesitado de las drogas, tal es así que cuando
se interrumpe el consumo sobrevienen fuertes trastornos
fisiológicos, lo que se conoce como síndrome de
abstinencia.

– Dependencia psíquica: Es el estado
de euforia que se siente cuando se consume droga, y que lleva a
buscar nuevamente el consumo para evitar el malestar u obtener
placer. El individuo siente una imperiosa necesidad de consumir
droga, y experimenta un desplome emocional cuando no la
consigue.

Algunas drogas producen tolerancia, que
lleva al drogadicto a consumir mayor cantidad de droga cada vez,
puesto que el organismo se adapta al consumo y necesita una mayor
cantidad de sustancia para conseguir el mismo efecto.

La dependencia, psíquica o
física, producida por las drogas puede llegar a ser muy
fuerte, esclavizando la voluntad y desplazando otras necesidades
básicas, como comer o dormir. La necesidad de droga es
más fuerte. La persona pierde todo concepto de moralidad y
hace cosas que, de no estar bajo el influjo de la droga, no
haría, como mentir, robar, prostituirse e incluso matar.
La droga se convierte en el centro de la vida del drogadicto,
llegando a afectarla en todos los aspectos: en el trabajo, en las
relaciones familiares e interpersonales, en los estudios, etc.
(ACIPRENSA).

5.1.- Toxicomanía:

Constituye el estado psicológico y
en ocasiones físico caracterizado por la necesidad
compulsiva de consumir una droga para experimentar sus efectos
psicológicos. La adicción es una forma grave de
dependencia en la que suele haber además una acusada
dependencia física. Esto significa que el tóxico ha
provocado ciertas alteraciones fisiológicas en el
organismo, como demuestra la aparición del fenómeno
de tolerancia (cuando son necesarias dosis cada vez más
elevadas para conseguir el mismo efecto), o del síndrome
de abstinencia al desaparecer los efectos.

El síndrome de abstinencia se
manifiesta por la aparición de náuseas, diarrea o
dolor; estos síntomas son variables según el
tóxico consumido. La dependencia psicológica, o
habituación, consiste en una fuerte compulsión
hacia el consumo de la sustancia, aunque no se desarrolle
síndrome de abstinencia. Los científicos utilizan
con frecuencia las pruebas en animales de laboratorio para
intentar deducir la capacidad adictiva de los tóxicos: los
que el animal se auto administra repetidamente son considerados
como sustancias con alto poder adictivo, ya que tienen
propiedades de refuerzo positivo. Entre éstos están
algunos de los tóxicos de mayor consumo: el opio, el
alcohol, la cocaína y los barbitúricos. Otras
drogas como la marihuana y los psicofármacos, producen
hábito en los seres humanos a pesar de no tener
propiedades de refuerzo positivo en los animales de
experimentación.

Los tóxicos de uso más
frecuente, con excepción del alcohol y del tabaco, se
clasifican en seis categorías principales: opioides u
opiáceos, hipnótico- sedantes, estimulantes,
alucinógenos, Cannabis e inhalantes.

a.- Opiáceos

La categoría de los opiáceos
incluye a los derivados del opio, como la morfina, la
heroína y los sustitutos sintéticos, como la
metadona. Desde el punto de vista médico, la morfina es
uno de los analgésicos más potentes que se conocen:
de hecho se toma como referencia para valorar la potencia de
otros analgésicos. Tanto el opio como sus derivados
alivian la tos, disminuyen los movimientos intestinales (frenando
así los procesos diarreicos) y producen un estado
psicológico de indiferencia al medio. La heroína,
un preparado sintetizado a partir de la morfina, fue introducida
en 1898 como tratamiento para la tos y como sustituto no adictivo
de la morfina. Sin embargo pronto se descubrió la intensa
capacidad adictiva de la heroína, que se prohibió
en muchos países incluso con fines médicos. Los
consumidores refieren que la heroína produce un estado de
embriaguez casi instantáneo tras su consumo.

Los opiáceos tienen efectos
variables en diferentes circunstancias. En su efecto influyen las
experiencias previas del consumidor y sus expectativas,
así como la vía de administración
(intravenosa, oral o por inhalación). Los síntomas
de abstinencia comprenden temblor de piernas, ansiedad, insomnio,
náuseas, sudoración, calambres, vómitos,
diarrea y fiebre. Durante la década de 1970 los
científicos aislaron unas sustancias que denominaron
encefalinas que son opiáceos naturales presentes en el
cerebro. Muchos los consideran responsables del fenómeno
de dependencia física a opiáceos aduciendo que
éstos imitarían la acción natural de las
encefalinas.

b.- Hipnótico-
sedantes:

Los fármacos con mayor capacidad
adictiva de esta categoría son los barbitúricos,
utilizados desde principios de siglo en el tratamiento de la
ansiedad y como inductores del sueño. En medicina
también se emplean en el tratamiento de la epilepsia.
Algunos adictos consumen grandes cantidades diarias de
barbitúricos sin presentar signos de intoxicación.
Otros consumidores buscan un efecto similar a la borrachera
alcohólica y otros potenciar los efectos de la
heroína. Gran parte de los consumidores de
barbitúricos, sobre todo los del primer grupo, obtienen el
fármaco de recetas médicas.

c.- Los
barbitúricos:

Además de tener efectos semejantes
al alcohol, también producen, como éste, una
intensa dependencia física. Su supresión abrupta
produce síntomas similares a la supresión del
alcohol: temblores, insomnio, ansiedad y en ocasiones,
convulsiones y delirio después de su retirada. Puede
sobrevenir la muerte si se suspende bruscamente su
administración. Las dosis tóxicas son sólo
levemente superiores a las que producen intoxicación y,
por tanto, no es infrecuente que se alcancen de manera
accidental. La combinación de los barbitúricos con
el alcohol es muy peligrosa. Otros fármacos
hipnótico- sedantes son las benzodiacepinas, cuya
denominación comercial más habitual es el Valium.
Estos se incluyen en el grupo de los tranquilizantes menores que
se utilizan en el tratamiento de la ansiedad, el insomnio o la
epilepsia. Como grupo, son más seguros que los
barbitúricos ya que no tienen tanta tendencia a producir
depresión respiratoria y están sustituyendo a
éstos últimos. Por contrapartida, la
adicción a los tranquilizantes se está convirtiendo
en un problema cada vez más frecuente.

La adicción al fármaco
Halción, del grupo de las benzodiacepinas, ha obligado a
autoridades de varios países a retirarlo del
mercado.

d.- Estimulantes:

Una droga de diseño, el 3, 4-
metilen dioxianfetamina, también conocido como
"éxtasis" produce en el consumidor una intensa
sensación de bienestar, de afecto hacia las personas de su
entorno, de aumento de energía, y en ocasiones,
alucinaciones. Los efectos adversos que provoca su consumo
incluyen sensación de malestar general, pérdida de
control sobre uno mismo, deshidratación, pérdida de
peso y pérdida de memoria. Se han comunicado casos de
muerte relacionados con el consumo incontrolado de éxtasis
y otras drogas relacionadas. Otros estimulantes cuyo abuso
está muy extendido son la cocaína y la familia de
las anfetaminas. La cocaína, un polvo blanco y cristalino
de sabor ligeramente amargo, se extrae de las hojas del arbusto
de la coca, que se encuentra en América del Sur. En
medicina se emplea como anestésico en cirugía de la
nariz y de la garganta, y como vasoconstrictor para disminuir el
sangrado en las intervenciones quirúrgicas. El abuso de
estas sustancias creció mucho en la década de 1970
y es responsable de un gran número de alteraciones
fisiológicas y psicológicas. El crack es un tipo de
cocaína sintética muy adictiva que surgió en
la década de los años ochenta.

Las anfetaminas aparecieron durante la
década de 1930 como tratamiento de los catarros y la
fiebre del heno, y más tarde se conoció su
acción sobre el sistema nervioso. Durante cierto tiempo se
emplearon como adelgazantes. Su única aplicación
médica hoy es el tratamiento de la narcolepsia, una
alteración del sueño caracterizada por episodios
diurnos de sueño incontrolables por el paciente y en el
tratamiento de la hiperactividad infantil, situación en la
que las anfetaminas tienen un efecto calmante paradójico.
En los adultos, sin embargo, tienen un efecto acelerador que les
ha valido la denominación anglosajona de speed. Las
anfetaminas mantienen al consumidor despierto, mejoran su estado
de ánimo y disminuyen el cansancio y la necesidad de
dormir, pero a menudo la persona se vuelve más irritable y
habladora. Tanto la cocaína como las anfetaminas
consumidas durante periodos prolongados, pueden producir una
psicosis similar a la esquizofrenia aguda. La tolerancia a los
efectos euforizantes y anorexígenos (supresores del
apetito) de las anfetaminas y de la cocaína aparece al
poco tiempo. La interrupción del consumo de anfetaminas,
sobre todo cuando se inyectan por vía intravenosa, produce
una depresión tan profunda que el consumidor se ve en la
necesidad de volver a consumirlas hasta llegar a situaciones
límite.

e.- Alucinógenos:

Los alucinógenos no tienen
aplicación médica en la mayor parte de los
países salvo quizás para el tratamiento de los
pacientes agonizantes, pacientes con trastornos mentales,
drogodependientes y alcohólicos. Entre los
alucinógenos más utilizados en la década de
1960 destacan el ácido lisérgico de dietilamida, o
LSD, y la mescalina, un derivado del cactus del peyote. La
tolerancia hacia estas sustancias se desarrolla con rapidez, pero
no aparece síndrome de abstinencia cuando dejan de
consumirse.

La fenciclidina, o PCP, cuyo nombre vulgar
es "polvo de ángel", no tiene aplicación
práctica en los seres humanos, pero los cirujanos
veterinarios lo emplean en ocasiones como anestésico y
sedante para los animales. A finales de la década de 1970
se extendió su consumo humano, en parte por culpa de la
facilidad con la que se sintetiza en laboratorio. Sus efectos
difieren de los demás alucinógenos. El LSD, por
ejemplo, produce distanciamiento y euforia, intensifica la
visión, y produce el fenómeno conocido como cruce
de los sentidos (los colores se "oyen" y los sonidos se "ven").
El PCP sin embargo produce distanciamiento y disminución
de la sensibilidad para el dolor; también provoca en
ocasiones un "estallido", o ataque, o una situación
clínica tan semejante a un brote de esquizofrenia aguda
que confundiría incluso a un psiquiatra. La
combinación de este brote con la indiferencia al dolor
lleva en ocasiones a alteraciones del pensamiento que pueden
traducirse en violentos comportamientos destructivos.

e.- Cannabis:

De la planta Cannabis sativa derivan tanto
la marihuana como el hachís. La marihuana se obtiene
triturando las hojas, las ramas y las flores, y el hachís
es la resina concentrada. La forma más habitual de consumo
es fumarlos. Tienen efectos semejantes: producen
relajación, aceleración del ritmo cardiaco,
alteración de la percepción del tiempo (que
transcurre más despacio) y agudización de los
sentidos (oído, tacto, gusto y olfato). Los efectos
varían en función de la dosis consumida y de las
circunstancias que rodean a su consumo. La marihuana y el
hachís no producen dependencia psicológica. No
obstante, su uso puede ser peligroso, sobre todo si se conduce
bajo sus efectos. Aunque se desconocen los efectos a largo plazo,
es muy probable que la marihuana sea nociva para los pulmones de
la misma manera que lo es el tabaco.

El consumo de estas sustancias por parte de
los niños y adolescentes es preocupante, ya que la
intoxicación altera el pensamiento e interfiere con el
aprendizaje. Sobre este punto existe unidad de criterios por
parte de médicos y educadores en que el consumo es
pernicioso y puede interferir con el desarrollo
psicológico e incluso físico. La planta Cannabis ha
sido empleada como remedio popular durante siglos, pero hoy
carece de aplicación médica. Hay ciertos trabajos
experimentales en los que se ha utilizado su principio activo, el
delta- 9- tetrahydrocannabinol (THC), para el tratamiento del
alcoholismo, la epilepsia, las náuseas provocadas por los
fármacos anticancerosos (quimioterapia) y el glaucoma. Su
efectividad en el tratamiento de los pacientes con glaucoma
parece indudable, pero sus efectos desorientadores hacen inviable
su aplicación en los pacientes con
cáncer.

f.- Inhalantes

Dentro de la categoría de los
inhalantes se encuentran ciertas sustancias que no son
consideradas drogas, como el pegamento, los disolventes y los
aerosoles (productos de limpieza, por ejemplo). La mayoría
de las sustancias inhaladas (esnifadas) con intención de
conseguir un efecto psicológico tienen una acción
depresora sobre el sistema nervioso central. En dosis bajas
pueden tener un leve efecto euforizante, pero en dosis superiores
el consumidor pierde el control o la conciencia. Los efectos
aparecen en el acto y pueden permanecer hasta 45 minutos. El
dolor de cabeza, náuseas y mareo vienen a
continuación. La inhalación de estas sustancias es
nociva para la visión, el pensamiento y el control de los
músculos y de los reflejos. A veces se producen lesiones
permanentes y algunos aerosoles concentrados pueden producir la
muerte.

Aunque no es probable que se desarrolle
dependencia física, sí aparece tolerancia en
ocasiones. Otros productos cuya generalización ha alarmado
a las autoridades sanitarias son los denominados poppers, de
supuesto efecto afrodisiaco, como el nitrato de isoamilo, que se
emplea en medicina como dilatador de los vasos sanguíneos.
La inhalación prolongada de estas sustancias puede
lesionar el sistema circulatorio y tener efectos nocivos
relacionados con ese sistema.

g.- Tratamiento:

Excepto en el caso de la dependencia a
opiáceos, las prestaciones médicas más
habituales en el contexto de las toxicomanías se limitan
casi siempre al manejo de los problemas de sobre
dosificación, reacciones adversas a la ingesta de
tóxicos o las eventuales complicaciones derivadas del
consumo de drogas, como la malnutrición o las enfermedades
provocadas por el uso de jeringuillas sin esterilizar. Los
consumidores de barbitúricos o anfetaminas pueden precisar
ingreso en un centro de desintoxicación como en el caso de
los alcohólicos. Cualquiera que sea el tóxico
responsable de la dependencia, el objetivo de la mayor parte de
los programas de tratamiento es la abstinencia. Los programas de
deshabituación a opiáceos son sobre todo de dos
tipos. La filosofía de las comunidades terapéuticas
es implicar al toxicómano en la resolución de su
problema. Se le considera una persona inmadura emocionalmente a
la que debe ofrecerse una segunda oportunidad para desarrollarse.
Las situaciones conflictivas con otros miembros de la comunidad
son muy frecuentes. El apoyo mutuo, el mejorar de
categoría dentro de la comunidad y ciertas recompensas son
los estímulos al buen comportamiento. La otra forma de
deshabituación a opiáceos consiste en la
administración de sustitutos de la heroína. Uno de
ellos es la metadona, que tiene un efecto más retardado
que ésta, pero también crea adicción. Se
trata de ir abandonando el consumo de heroína mientras se
elimina la necesidad de tener que conseguir la droga "en la
calle". Otra sustancia más reciente es la naltrexona, que
no es adictiva y que bloquea el estado de embriaguez que se
percibe con el uso de la heroína. Como contrapartida, no
puede emplearse en pacientes con problemas de hígado,
frecuentes entre los toxicómanos.

h.- Tranquilizante:

Nombre que se aplica a un tipo de
fármacos que se emplea para tratar la ansiedad y el
insomnio. Al principio, el término comprendía dos
grupos: los tranquilizantes mayores —las fenotiazinas, como
la clorpromazina— útiles en el tratamiento de los
pacientes con enfermedad mental aguda y los tranquilizantes
menores —las benzodiazepinas, como el diazepan
(Valium)—. Debido al uso, el término se refiere en
la actualidad sólo al segundo grupo de fármacos. A
principios de la década de 1980, estos tranquilizantes
menores eran los medicamentos más utilizados en todo el
mundo. Aunque son útiles para disminuir la ansiedad y el
insomnio de forma temporal, desde 1979, se considera que no son
eficaces para periodos superiores a dos semanas.

Los tranquilizantes menores son seguros
cuando se emplean solos, pero cuando se mezclan con alcohol en
dosis suficientes pueden producir coma e incluso la muerte. La
administración a largo plazo de benzodiazepinas a dosis
mayores de las habituales puede producir dependencia
física, con síntomas de abstinencia
característicos, desde pesadillas nocturnas hasta
convulsiones cuando se interrumpe la administración del
fármaco.

i.- Antídoto:

Fármaco o tratamiento que
contrarresta el efecto de un veneno. El antídoto puede
neutralizar químicamente al veneno, como el bicarbonato
neutraliza a un veneno ácido; puede hacerlo insoluble y
por tanto inocuo, como hace el sulfato de magnesio hidratado con
el plomo; puede absorber el veneno, como actúa el
carbón vegetal con los alcaloides, o puede recubrir la
mucosa gástrica bloqueando la absorción, como el
aceite de oliva en las intoxicaciones por amoniaco.

j.- Dietilamida Del Ácido
Lisérgico (Lsd):

Fármaco alucinógeno potente,
también llamado compuesto psicodélico o
psicofármaco, sintetizado por primera vez en Suiza en 1938
a partir del ácido lisérgico. El ácido
lisérgico es un componente del moho del cornezuelo del
centeno, un hongo que crece sobre el grano del centeno. Este
fármaco produce cambios oníricos en el humor y el
pensamiento, y altera la percepción del tiempo y del
espacio.

El LSD induce alteraciones transitorias del
pensamiento, del tipo de una sensación de omnipotencia o
un estado de paranoia agudo. También se han descrito
reacciones a largo plazo como psicosis persistente,
depresión prolongada, o alteración del juicio,
aunque no se ha podido establecer si éstas son resultado
directo de su consumo. Respecto a sus efectos físicos, el
LSD puede producir lesiones cromosómicas de las
células de la serie blanca de la sangre; sin embargo no
existe una evidencia firme de que origine defectos
genéticos en los hijos de los consumidores.

El LSD no produce dependencia
física. En la década de 1960 su empleo se
extendió entre quienes buscaban alterar e intensificar sus
sentidos, alcanzar la integración con el universo, la
naturaleza y ellos mismos, e intensificar los lazos emocionales
con los demás. Este fármaco ha sido probado en el
tratamiento del autismo infantil, el alcoholismo, y para acelerar
la psicoterapia, pero no se ha establecido ninguna
indicación médica. Su empleo fuera de la medicina
es ilegal en la mayoría de los países del
hemisferio occidental.

k.- Estimulante:

Se llama estimulante a cualquiera de las
sustancias que producen excitación del sistema nervioso
central, aumentan el estado alerta y disminuyen la
sensación de fatiga. La cafeína, la sustancia
más aceptada y quizá la más utilizada, es el
estimulante más importante. La cocaína y las
anfetaminas producen sensaciones de euforia más intensas.
Las anfetaminas, conocidas como píldoras adelgazantes,
también disminuyen el apetito.

La cafeína se encuentra en la misma
proporción en el café y el té (entre 100 y
150 mg por taza) y en el cacao y bebidas de cola (unos 50 mg por
taza). Aunque se trata de un estimulante muy suave, una
sobredosis de cafeína puede producir estimulación
excesiva, palpitaciones e insomnio.

La cocaína, un polvo blanco derivado
de las hojas de coca es inhalada o, fumada como crack, una forma
más concentrada, se utiliza como euforizante. Aunque no
produce dependencia física, sí da lugar a
dependencia psicológica y produce adicción. Las
anfetaminas son estimulantes sintéticos que tienen un
efecto similar a la adrenalina sobre el sistema nervioso central.
Desde 1960 se ha producido un abuso de éstas, como drogas
de dispensación libre para suprimir el apetito. La
fenilpropanolamina, un supresor del apetito, ha sido retirado del
mercado porque produce crisis de hipertensión.

m.- Antitoxina:

Anticuerpo (gammaglobulina) producido por
un organismo animal como respuesta a una toxina bacteriana o a un
veneno. La antitoxina neutraliza el efecto de la toxina. En 1890
el médico alemán Emil Adolph von Behring fue el
primero en demostrar la existencia de las antitoxinas: los
animales inmunes a la difteria presentan en su suero
sanguíneo sustancias que neutralizan la toxina bacteriana
del Corynebacterium diphteriae. El primer uso terapéutico
de estas sustancias lo efectuó el bacteriólogo
francés Pierre Paul Émile Roux en 1894. Hoy se
utilizan con fines terapéuticos las gammaglobulinas
(antitoxinas) específicas para las toxinas del
tétanos y del botulismo. Las antitoxinas para uso humano
se obtienen de suero caballar y caprino; se inyectan al animal
dosis progresivas de la toxina y su sistema inmunológico
produce los correspondientes anticuerpos. Se extrae sangre del
animal y se procesa para fines terapéuticos. Se puede
utilizar al mismo animal para producir sueros durante años
sin que éste sufra ningún daño
orgánico aparente. (Mariana Pucciarelli).

6.- Experticias
Toxicológicas

6.1.- Cuestiones
Medicolegales:

Aunque los envenenamientos de
carácter criminal no son frecuentes, el interés
medicolegal de las intoxicaciones y de los envenenamientos es
relevante, habida consideración del creciente aumento y
difusión de fármacos y de productos industriales de
alto poder tóxico, lo cual incide en el aumento de las
intoxicaciones de naturaleza culposa, accidental, profesional y
suicida.

En los envenenamientos dolosos, las
intervenciones médico-legales se desenvuelven hoy
día como mayor orientación hacia actuaciones
tendientes a desvirtuar un supuesto envenenamiento en casos
sospechosos, como en los de muerte súbita o en
circunstancias de falsas denuncias. Además en materia de
aborto provocado, la substancia tóxica que pueda haber
sido empleada al efecto de interrumpir el embarazo, es
susceptible de ocasionar un envenenamiento general en la gestante
que amerita un planteamiento de carácter
toxicológico lesivo o letal.

La participación del médico
legista, es muy corriente en materia de intoxicaciones culposas
por causas muy variadas que van desde la falta de custodia o de
rotulación de los venenos por las personas que
están obligadas a hacerlo, en razón de su oficio o
cargo, hasta los errores de prescripción y
aplicación terapéutica por parte de médicos,
enfermeros, comadronas, etc.

En materia de envenenamientos suicidas la
actuación pericial es muy frecuente, dado el gran
número de casos de esta naturaleza que en la
práctica se presentan; pero el médico legista debe
ser muy cauto en ciertas circunstancias de presuntos
propósitos suicidas, en los cuales existe sólo un
seudoenvenenamiento, con fines de impresionar por ciertos
motivos, sin una deliberada intención de ocasionarse la
muerte.

Finamente la participación del
médico legista es de excepcional importancia en los casos
de enfermedades profesionales tóxicas, adquiridas por el
trabajador en ambientes industriales donde está en
permanente contacto con sustancias tóxicas. (Humberto
Giugni, 1972, p 646).

6.2.- Diagnóstico Medicolegal de
las Intoxicaciones:

La experticia relativa a estas diagnosis no
pueden ser puramente químico – analíticas,
pues al lado del químico, aun en mayor calificación
científica, debe estar el médico legista, ya que es
necesario coordinar múltiples elementos de juicio que
están al margen del problema específicamente
químico toxicológico. En razón de ello
afirma Canuto que el médico legista no solo tiene una
parte esencial en las operaciones a cumplirse sobre el
cadáver, porque la pericia química no puede ser
más que un anillo en la cadena de hechos que deben
conducir a la diagnosis en casos de envenenamientos.

En relación con el diagnostico, no
existe un cuadro sintomático general de las
intoxicaciones, pues cada toxico tiene el suyo. (Humberto Giugni,
1972, p 647).

6.3.- Formas Sintomatológicas de
la Intoxicación:

En sentido general, la intoxicación,
sintomatológicamente hablando adopta, tres formas:
sobreaguda, aguda y crónica. La primera es fulminante y la
explosión sintomática muy aparatosa sucede a la
penetración del toxico y lleva en escaso tiempo a la
muerte. En la aguda la absorción de una gran dosis de
veneno es sucedida por los primeros síntomas en tiempo muy
cercano; y en la crónica, producida por dosis
pequeñas y repetidas de tóxicos, los
síntomas unas veces están muy apagados, pero por
momentos se agudizan en relación con nuevas aplicaciones
del tóxico o coincidiendo con fases de debilidad
orgánica.

La sintomatología clónica
toxicológica, por lo demás, es muy compleja y
está ligada a síntomas inespecíficos
(síndrome general de adaptación de Selye y
síndrome imitativo neurovegetativo de Reilly) y a
síntomas específicos del veneno. (Humberto Giugni,
1972, p 647).

6.4.- Síndromes Indicativos de un
Envenenamiento:

Existen grandes síndromes
indicativos de un envenenamiento, como los siguientes:
síndrome gastrointestinal (toxiinfecciones alimenticias,
arsénico, mercurio, cobre, acido, oxálico, etc.);
síndrome hepato-renal (plomo, fósforo,
arsénico, cloroformo, tetracloruro de carbono, etc.);
síndrome hepático (cloroformo, arsenobenzoles,
fósforo, naftalina, etc.); síndrome
polineurítico (alcohol, plomo, arsénico, sulfuro de
carbono, etc.); síndrome ocular (botulismo, alcohol
metílico, atropina, etc.); síndrome
encefalopático (barbitúricos, estupefacientes,
manganeso, tetracloruro de carbono, benzeno, etc.);
síndrome respiratorio o pulmonar de carbono, anilina,
clorato de potasio, nitrobenzeno, plomo, etc.); síndrome
cutáneo (yodo, bromo, cloro, sales de cromo, plomo,
ácido cianhídrico, fósforo, arsénico,
barbitúricos, etc.) (Humberto Giugni, 1972, p
648).

6.5.- Alcance de las
Experticias:

Dentro del criterio clínico, el
perito deberá tomar en consideración todos los
datos que resulten de las actas procesales, los relativos a los
antecedentes de la víctima, a su ambiente social y a sus
hábitos, teniendo en cuanta, en caso de envenenamiento
criminal,, la personalidad del imputado. Tendrá en cuanta,
también el tiempo y modo de presentarse los trastornos
acusados por la víctima, los síndromes
prevalecientes en el caso, en curso del estado morboso, la
sintomatología agónica y el tipo de
muerte.

Si se tratare de envenenamiento por
sustancias de peso atómico elevado, como el plomo,
mercurio, arsénico, plata, etc., una investigación
radiológica puede revelar la presencia de trazas del
veneno en el tubo digestivo.

Si se trata de una diagnosis puramente
necroscópica, los datos anatomopatológicos e
histopatológicos en muchos casos pueden tener un valor
definitivo, y en otros, pueden ser conducentes a la
investigación de un grupo determinando de venenos y a la
exclusión de otros. No debe pasarse por alto que hay casos
en que la autopsia puede tener resultados negativos, a pesar de
haberse producido la muerte por envenenamiento, cuando se trata
por ejemplo de alcaloides, por la posible confusión entre
estos y las ptomaínas putrefactivas.

En un examen necroscópico, se
procederá además, al examen minucioso de las
vísceras, a una detallada inspección de aspecto del
cadáver, a la valoración de eventuales olores
característicos (olor de almendras amargas en el
envenenamiento por ácido cianhídrico; olor
aliáceo en envenenamiento por el fósforo); a
establecer el color de la piel, de las mucosas y de las
hipóstasis (color rojo cereza en el envenenamiento por el
óxido de carbono; color azulado en el envenenamiento por
el clorato de potasio y otras sustancias metahemoglobinizantes);
de eventuales causticaciones mucosas o cutáneas, de
huellas de recientes inyecciones, etc.

De acuerdo con el criterio químico
toxicológico, se procederá en dos fases a la
investigación de toxico:

1.- Al aislamiento del tóxico
y

2.- A su identificación por medio
del análisis cualitativo y cuantitativo, para establecer
la cantidad porcentual del veneno en los tejidos o
líquidos orgánicos en examen.

Debe dejarse constancia de que en los
modernos laboratorios toxicológicos se dispone de recursos
técnicos de análisis mucho más eficientes y
precisos en sus resultados. Así para investigar la
presencia de una sustancia desconocida (situación que
acarrea grandes problemas mediante los métodos
tradicionales) se utilizan equipos de espectrografía y
cromatografía. Otros métodos actualizados para la
dosificación de un determinado veneno, son los de la
polarografía y de la colorimetría, con la ventaja
de que se puede proceder simultáneamente, mediante su
empleo, al análisis cualitativo y cuantitativo.

Finalmente en tales laboratorios se puede
prestar y en efecto se presta, fuera de los casos
típicamente de carácter medicolegal, un inestimable
concurso a la toxicología clínica, sobre todo en
los casos de intoxicaciones accidentales, pudiendo así
salvarse muchas vidas. Humberto Giugni, 1972, p 649).

6.6.- Alteraciones
Anatomopatológicas Producidas por los Principales
Venenos:

– Piel:

Hipóstasis Cadavérica: de
color rosáceo: ácido cianhídrico; rojo
cereza: óxido de carbono; color azulado: venenos
metahemoglobinizantes.

Color Ictérico: Fósforo,
arsénico. Caída de los Cabellos: Talio.

Escaras en los labios: Venenos corrosivos o
cáusticos.

– Estómago:

Olor Aliáceo: Fósforo;
almendras amargas: cianuro, nitrobenzeno; de alcohol.

Color de la Mucosa: Blanco grisáceo:
Mercurio, sales de plomo, ácidos minerales, ácido
oxálico, lisol; amarillo oscuro: cromatos, amoniaco,
ácido nítrico, ácido pícrico, formol;
pardo oscuro: ácidos minerales, ácido
fórmico, ácido oxálico, lisos; rojo:
pastillas de sublimado; verdoso: sales de cobre; lactescente:
arsénico.

Intensa Congestión de la Mucosa con
o sin Equimosis: plomo, sublimado, arsénico,
fósforo, oxido y sulfuro de carbono, ácido
cianhídrico, ácidos minerales, ácidos
oxálico, amoniaco, alcohol etílico y
metílico, quinina, estricnina, nicotina, opio, atropina,
digitalina, botulismo.

Erosiones y Ulceraciones: Sales de plomo,
de mercurio, de cobre, de plata, de zinc, arsénico,
fósforo, sulfuro de carbono, ácidos minerales,
ácidos crómico, fórmico, oxálico y
pícrico, formol, amoniaco, gas nitroso, hidrato de clorar,
atropina, estricnina, digitalina, botulismo, envenenamientos
crónicos de alcohol y de morfina.

– Intestino Delgado:

Congestión: Sales de mercurio,
arsénico, óxido de carbono, ácido
cianhídrico, ácidos minerales, ácido
acético, amoníaco, alcohol, tetracloroetano, benzol
alcaloides, botulismo.

Erosiones y Ulceraciones: Mercurio, plomo,
bismuto, sales de cobre, de zinc, arsénico fósforo,
ácido sulfúrico y fórmico, amoniaco,
cloroformo, morfina, atropina, botulismo, etilismo
crónico. En el envenenamiento por mercurio se notan
ulceraciones de color amarillo bilis en los pliegues del
intestino grueso.

– Hígado:

Congestión: Sublimado, alcohol,
lisol.

Equimosis: Sublimado, arsénico,
plomo, fósforo, amoniaco, formol, cloroformo, benzol,
anilina, estricnina.

Partes: 1, 2, 3
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