Crítica al proyecto político de marcas colectivas del SAPI (página 3)

Las huelgas con ocupación de fábricas, una de las más recientes manifestaciones de esta iniciativa, rebasan los límites del régimen capitalista normal. Independientemente de las reivindicaciones de los huelguistas, la ocupación temporaria de las empresas asesta un golpe al ídolo de la propiedad capitalista. Toda huelga de ocupación plantea prácticamente el problema de saber quién es el dueño de la fábrica: el capitalista o los obreros.

(…) Los primeros objetivos del control obrero consisten en aclarar cuales son las ganancias y gastos de la sociedad, empezando por la empresa aislada, determinar la verdadera parte del capitalismo aislado y de los capitalistas en conjunto en la renta nacional, desenmascarar las combinaciones de pasillo y las estafas de los bancos y de los trusts; revelar, en fin, ante la sociedad el derroche espantoso de trabajo humano que resulta de la anarquía del capitalismo y de la exclusiva persecución de la ganancia.

(…) La elaboración de un plan económico, así sea el más elemental, desde el punto de vista de los intereses de los trabajadores y no de los explotadores, es inconcebible sin control obrero, sin que la mirada de los obreros penetre a través de los resortes aparentes y ocultos de la economía capitalista. Los comités de las diversas empresas deben elegir, en reuniones oportunas, comités de trusts, de ramas de la industria, de regiones económicas, en fin, de toda la industria nacional, en conjunto. En esa forma, el control obrero pasará a ser la escuela de la economía planificada. Por la experiencia del control, el proletariado se preparará para dirigir directamente la industria nacionalizada cuando la hora haya sonado.38 El control obrero es esencial para la democracia obrera y para cortar las alas de la burocracia. Colocar funcionarios del gobierno para gestionar la fábrica que no son elegidos por los obreros, que reciben salarios mucho más altos, que no necesitan hacer el trabajo arduo de la fábrica, que quedan en sus oficinas confortables y que no necesitan de la aprobación o se reportar a los obreros es el camino de la degeneración burocrática y estalinista.

Con el control obrero de la industria empiezan una lucha que va mucho más allá que una simple huelga económica, coloca en jaque la propiedad privada sobre los medios de producción y golpea en el cerne el capitalismo. Por más esto coloca en pauta no sólo en control obrero sobre una fábrica, más sobre todas la producción y toda la sociedad, o que es un punto clave para que la revolución va hasta el fin, con la expropiación de la burguesía, de la banca, de los terratenientes y la abolición del Estado burgués y todo su maquinaria estatal para substituirla por un Estado obrero completamente distinto y para defender la clase obrera.

En el periodo revolucionario que vivimos hoy, mientras que la Revolución aún no ha llegado a su conclusión, que incluye la abolición del Estado Burgués y de todo su aparato, los trabajadores de SAPI pueden ayudar las fábricas nacionalizadas y bajo control obrero expropiando tecnologías, pueden continuar negando patentes de medicamentos y participando activamente de toda lucha política de la clase obrera, en las manifestaciones políticas, en las elecciones etc. Estas serian grandes contribuciones para la revolución Venezolana por partes de estos trabajadores, pero tiendo siempre claro que es la clase obrera, los trabajadores que producen materialmente, quien tienen el verdadero potencial revolucionario.

Conclusión

El capitalismo está en su última fase, el imperialismo, donde todas sus características progresistas se tornaran en su contrario y hoy lleva la humanidad a un paso de la barbarie; el camino no es la reforma o un capitalismo con rostro humano, pero sí a destrucción del capitalismo y la construcción, a partir de sus ruinas, de una sociedad socialista.

La Revolución socialista en Venezuela es el punto más avanzado en el mundo de una revolución socialista y puede lograr completar la Revolución, expropiando la burguesía y los terratenientes; el Estado Burgués debe ser abolido por la revolución, junto con su burocracia y substituido por un Estado Obrero, completamente distinto de la vieja maquinaria estatal burguesa.

La propiedad intelectual es una institución capitalista que debe ser abolida por la Revolución, los conocimientos industriales deben ser utilizados libremente por la industria nacionalizada y bajo control obrero y los autores y científicos deben recibir por su trabajo el salario de un obrero especializado.

Las marcas comerciales son signos de distinción necesarios para el capitalismo en razón de su anarquía de mercado. La economía planificada socialista no necesita de marcas y ellas dejarán de existir; marcas colectivas es el signo de distinción con múltiplos titulares reunidos en una asociación para regular el uso de la marca.

El proyecto político de Marcas Colectivas de SAPI tiene el objetivo de incentivar que cooperativas y pequeñas empresas críen estas marcas colectivas para ayudarlas a competir en el mercado; esto no contribuye para la revolución socialista en Venezuela, por esto, no logra los objetivos que interesan la clase obrera y las cooperativas no son la salida para combatir el capitalismo, el camino es la expropiación de la burguesía y sus monopolios.

La nacionalización y el control obrero es el verdadero programa marxista para la revolución, sin esto caería en los desvíos y degeneraciones reformistas y burocráticas.

Recomendaciones

Como ya fue afirmado, en la lucha de clases hay los principios, el programa revolucionario socialista y hay campañas de lucha. Los programas y principios no se abandonan, pero una campañas de lucha son cosas menores que vienen y se van. Si la campaña no cumple con los objetivos se hace la autocrítica, se abandona esta campaña y empieza otra. En razón de esto se hace las siguientes recomendaciones:

El proyecto de SAPI de incentivo a formación de marcas colectivas debe ser encerrado. Se debe discutir con los trabajadores de SAPI y buscar convencerlos de las razones por la cual está equivocado y empezar una nueva campaña política de SAPI.

La campaña recomendada, que puede ser muy prometedora, es de defensa de la no patentabilidad de medicamentos, que está en vigor desde 12 de septiembre de 2008. Con una campaña abierta, buscando el apoyo de los trabajadores, se puede lograr mantener la no patentabilidad de los medicamentos en Venezuela y empezar a divulgar esto en otros países para que en estos también empiecen luchas políticas para excluir de la patentabilidad los medicamentos.

Esto seria una campaña verdaderamente con fines socialistas, que colocaría en la orden del día, la lucha contra la propiedad sobre lo conocimiento. Incluso, en el desarrollar de esta campaña, va quedar evidente la necesidad de expropiar las industrias farmacéuticas y utilizar su capacidad productiva y su capacidad de desarrollo de nuevos fármacos para los fines socialistas, pasando de una simples campaña para una lucha revolucionaria por la expropiación de la burguesía.

Se esta campaña logra expropiar todas las industrias farmacéuticas instaladas en Venezuela, de la misma forma que se logro nacionalizar todas las empresas cementeras, seria un enorme avance de la Revolución, colocando los trabajadores aún más cerca del desenlace final de la Revolución Socialista en Venezuela.

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Oficina Cubana de Propiedad Intelectual.

Crítica al proyecto político de Marcas Colectivas del SAPI.

Apuntes críticos a la campaña política del SAPI de incentivo a las Marcas Colectivas y incentivo las cooperativas pequeñas y medianas empresas.

Monografía para optar por el titulo de especialista en Gestión de la Propiedad Intelectual.

Caracas, Venezuela, 2008.

Autor:

André Filipe de Moura Ferro.

CY 105478