Toda persona tiene el
derecho a buscar y recibir
información, expresar
opiniones y divulgarlas
libremente. Nadie puede
restringir o negar estos
derechos
El asesinato, el terrorismo, el secuestro,
las presiones, la intimidación, la
prisión injusta de los periodistas, la
destrucción material de los medios de
comunicación, la violencia de cualquier
tipo y la impunidad de los agresores,
coartan severamente la libertad de
expresión y de prensa. Estos actos deben
ser investigados con prontitud y
sancionados con severidad.
Las autoridades deben estar
legalmente obligadas a poner a
disposición de los ciudadanos, en
forma oportuna y equitativa, la
información generada por el
sector público. No podrá
obligarse a ningún periodista a
revelar sus fuentes de
información.
El asesinato, el terrorismo, el
secuestro, las presiones, la
intimidación, la prisión injusta de los
periodistas, la destrucción material de
los medios de comunicación, la
violencia de cualquier tipo y la
impunidad de los agresores, coartan
severamente la libertad de expresión y
de prensa. Estos actos deben ser
investigados con prontitud y
sancionados con severidad.
Los medios de
comunicación y los
periodistas no deben ser
objeto de discriminaciones
o favores en razón de lo
que escriban o digan.
Las políticas arancelarias y
cambiarias, las licencias para
la importación de papel o
equipo periodístico, el
otorgamiento de frecuencias de
radio y televisión y la concesión
o supresión de publicidad
estatal, no deben aplicarse para
premiar o castigar a medios o
periodistas
El carácter colegiado de
periodistas, su incorporación a
asociaciones profesionales o
gremiales y la afiliación de los
medios de comunicación a
cámaras empresariales, deben
ser estrictamente voluntarios
La credibilidad de la prensa está ligada
al compromiso con la verdad, a la
búsqueda de precisión, imparcialidad y
equidad, y a la clara diferenciación entre
los mensajes periodísticos y los
comerciales. El logro de estos fines y la
observancia de los valores éticos y
profesionales no deben ser impuestos. Son
responsabilidad exclusiva de periodistas y
medios. En una sociedad libre la opinión
pública premia o castiga.
Ningún medio de comunicación o
periodista debe ser sancionado
por difundir la verdad o formular
críticas o denuncias contra el
poder público. La lucha por la
libertad de expresión y de prensa,
por cualquier medio, no es tarea
de un día; es afán permanente. Se
trata de una causa esencial para
la democracia y la civilización en
nuestro hemisferio.
No sólo es baluarte y antídoto
contra todo abuso de autoridad:
es el aliento cívico de una
sociedad. Defenderla día a día es
honrar a nuestra historia y
dominar nuestro destino. Nos
comprometemos con estos
principios.
P.D
No se acepta corrupción, ni
clientelismo político, Peor un
Marketing venenoso
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