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Tiempos de Jorge Ubico en Guatemala y el mundo (Reseña de libro)




Enviado por Ariel Batres V.




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    Tiempos de Jorge Ubico en Guatemala y
    el mundo (Reseña de libro)

    En julio de 2013 fue publicado el libro del
    sociólogo argentino Carlos Sabino, radicado en Guatemala,
    el cual tiene un sugestivo título: Tiempos de Jorge
    Ubico en Guatemala y el mundo.
    Guatemala : Fondo de Cultura
    Económica, 2013.

    El doctor Sabino califica el texto como el "tomo cero"
    de los anteriores de su autoría: Guatemala, la
    historia silenciada (1944-1989
    ). Tomo I, Revolución y
    liberación (2007); y, Tomo II, El dominó que no
    cayó (2008). Los dos volúmenes fueron impresos en
    Guatemala por el Fondo de Cultura
    Económica.

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    Dicha obra describe en su primera parte lo que fue "el
    mundo de entreguerras", explicando en cinco capítulos los
    antecedentes políticos y económicos de la llegada
    al poder del general Jorge Ubico Castañeda (1878-1946),
    situando al lector en lo que ocurrió en el mundo,
    especialmente la Primera Guerra Mundial y el reparto que los
    Aliados hicieron después de que concluyera en
    1918, la conocida como gran depresión de 1929, así
    como algo de los gobiernos de Manuel Estrada Cabrera (1898-1920),
    Carlos Herrera (1920-1921), José María
    Orellana (1921-1926), Lázaro Chacón (1926-1930), la
    caída de Baudilio Palma (1930), el interregno de dos meses
    en que Manuel Orellana ocupara la presidencia para
    entregársela el 14 de febrero de 1931 al citado
    general.

    Y como Ubico tenía cierto gusto por las cinco
    letras que formaban su nombre y su apellido, de ahí la
    formación de grupos o células de cinco personas
    para realizar su campaña política en 1926 (la que
    perdió frente a Lázaro Chacón), y
    después ya en el solio presidencial en cada sector de la
    ciudad y en los municipios también existían equipos
    de espías formados también por cinco miembros, el
    autor de esta obra aporta otros cinco capítulos en
    la segunda parte para analizar el régimen que
    instauró el dictador Ubico durante sus "13
    años, 4 meses y 17 días" como
    presidente (1931-1944).

    Al final incluye un epílogo lanzando un mensaje a
    la generación de hoy, instándola a que no piense en
    que puede haber un regreso a los tiempos de Ubico,
    añoranza que solo se explica por el deseo de que haya
    seguridad, que cese la violencia y la delincuencia sea
    también detenida, pues la tecnología y prioridades
    de hoy en día son totalmente distintas. Aunque muchos
    quisieran que hubiese una mano dura que controlara los asesinatos
    que suman más de una docena diariamente y aproximadamente
    5500 anuales (en 1935 se reportaron solamente 52 en todo el
    año), y que la corrupción se eliminara, ya no es
    factible regresar al pasado, ni siquiera al futuro toda vez que
    este es incierto, sobre todo por la falta de un caudillo que
    aglutine a la población y logre que esta acepte un estilo
    de gobierno abusivo, déspota y tirano, aunque
    no totalitarista y fascista, términos que el autor explica
    que no definían a Ubico, por más que se le tilde
    como tal.

    No se trata de una obra literaria que pretenda mancillar
    el nombre del otrora hombre fuerte de Guatemala, aunque debe
    indicarse que no obstante que el autor trata de efectuar un
    balance objetivo de la gestión del gobernante en los
    aspectos económicos, de infraestructura y obras
    públicas, en la educación y salud, en algunos
    detalles prácticamente justifica su actuar, especialmente
    en materia de seguridad y justicia, indicando que la
    temida "ley fuga" solo la aplicó contra delincuentes
    y no se la recetó a sus opositores
    políticos, o bien que si bien es cierto en materia
    de educación no incrementó el número
    de maestros y la educación del nivel
    secundario ocupó un plano también secundario, fue
    porque le interesaba alfabetizar a la población y por ello
    dio prioridad a la educación primaria. Dicho general, a
    decir de Sabino, tenía un concepto de la política
    social en el sentido de que de nada valía construir
    hospitales y escuelas, si no existían buenas carreteras y
    vías de comunicación, mismas que
    conllevarían el incremento de la producción y por
    ende el desarrollo económico, detrás del cual
    vendrían en forma automática los beneficios
    sociales.

    Claro que se trata de un punto de vista, discutible por
    cierto, pero es necesario convenir con el autor que los tiempos
    de Ubico no volverán, se vive una situación
    distinta que no es aquel país idílico que algunos
    pintan, casi que una arcadia, siendo que en tal época si
    bien es cierto existía paz, esta era la de los
    cementerios, donde a decir del poeta Alfonso Orantes, los
    guatemaltecos tenían tres caminos: encierro, destierro o
    entierro.

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    10 de noviembre de 1943:
    inauguración del Palacio Nacional. El Presidente de la
    República, General Jorge Ubico,
    acompañado de miembros de su gabinete, hace su
    ingreso. 1

    "De frente con el presidente" en su
    "despacho presidencial" 2

    Ubico gustaba ser fotografiado luciendo
    cual si fuera Napoleón, engolfándose cuando sus
    serviles aduladores le decían que se parecía mucho
    a este. 3

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    Supuestamente en tiempos de Ubico la gente
    podía dejar abierta la puerta de su casa sin temor a que
    se entraran los ladrones. Los delitos contra la propiedad bajaron
    de 3252 computados en 1932, a 1198 en 1934.
    4

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    Frases del doctor Sabino podría ser
    que suscitaran encono en más de algún lector, pero
    deben examinarse en su contexto, como por ejemplo:
    5

    "[…] a Ubico se lo critica y se lo alaba, muchas
    veces, por las razones equivocadas, porque no se conoce bien el
    entorno en que se desenvolvió ni la obra que
    realizó, porque se pierde de vista el contexto en el que
    es necesario situarlo." (Página 13).

    "[…] líder admirado o el dictador odiado
    cuya sombra, para bien o para mal, se proyecta aún hasta
    nuestros días" (Página 102).

    "No dudó, por eso, en tomar medidas
    drásticas, algunas impensables hoy en día, pero que
    resultaron de una enorme eficiencia: disminuyó el
    número de funcionarios del estado, redujo los sueldos de
    los empleados públicos hasta en un 30% e hizo aprobar una
    Ley de Probidad que permitía controlar el enriquecimiento
    de los funcionarios, mientras vigilaba los gastos
    del fisco hasta el último centavo, como era su costumbre.
    Los afectados por la medida no protestaron y, más bien, la
    aceptaron con alivio, pues era mejor recibir puntualmente sueldos
    menores que vivir en la incertidumbre de las postergaciones y los
    vales que día a día perdían su valor."
    (Página 125).

    "Ubico puso a cargo de la Policía Nacional al
    general Roderico Anzueto quien […] en poco tiempo
    consolidó en todo el país una red de agentes e
    informantes que lo mantenían al día respecto a los
    más ínfimos sucesos. De este modo tanto él
    como el presidente eran capaces de conocer todo lo que
    ocurría en Guatemala" (Página 131).

    "[…] se hizo cargo del poder judicial, lo que
    significó a la postre que la mayoría de los jueces
    seguían su estilo de mano dura contra toda forma de
    criminalidad, y, por supuesto, de apoyo a su liderazgo personal."
    (Página 131).

    "[…] Su política exterior, por eso, fue
    sensata y prudente: estuvo encaminada a mejorar la
    posición de Guatemala en el mundo, pero sin arriesgarla en
    aventuras que pudieran poner en riesgo su situación en el
    concierto internacional." (Página 133).

    "Hay, en este comienzo del siglo XXI, quienes critican
    su labor por no haber dedicado más esfuerzo a los temas
    sociales, a la expansión de la educación, a los
    gastos públicos en el ramo de lo que hoy se denomina, algo
    vagamente, como política social. […] no era propio
    de la época dedicar amplias sumas del
    presupuesto a esas ayudas o subsidios directos que, a
    nuestro juicio, son tan poco relevantes para combatir de verdad
    la pobreza." (Página 157).

    "Esto no excusa, por cierto, lo que puede ser
    considerado como un cierto descuido de la educación, a la
    que Ubico dotó de escuelas pero sin gastar lo
    correspondiente en maestros, u otras fallas que hoy
    podrían detectarse en la forma en que encaró los
    gastos del estado. Se trata en todo caso de decisiones
    políticas, de establecer un orden de
    prioridades y de entender que los criterios de la década
    de los treinta del siglo pasado no pueden ser
    semejantes a los actuales." (Página 158).

    "[…] Ese era el estilo de Jorge Ubico, un hombre
    preocupado por los destinos de la nación que gobernaba,
    que se sentía como el primero de sus ciudadanos y no
    deseaba resignar ni la mínima cuota del poder que
    poseía." (Página 165).

    "La política caminera de la época estuvo
    por eso dirigida a establecer la comunicación
    básica entre las ciudades, pueblos y aldeas del
    país de modo de quebrar el aislamiento en que
    vivían, estimular el comercio entre ellos y generar
    así una mayor actividad económica, garantizando la
    prestación de los servicios más
    elementales para quienes hasta entonces vivían como
    apartados del mundo, en una existencia rural
    caracterizada por la pobreza y la carencia." (Página
    171).

    "[…] La mano de obra no podía ser pagada
    por el gobierno, pues eso hubiese significado una carga desmedida
    para el presupuesto, por lo que se recurrió entonces a la
    ley de vialidad, ya comentada en páginas precedentes.
    Miles de trabajadores rurales que no podían pagar el
    quetzal semanal a que obligaba dicha ley pasaron a
    engrosar las filas de los peones camineros; el gobierno no
    tenía siquiera que ocuparse de su alimentación,
    pues ellos no eran considerados como asalariados sino como
    ciudadanos que pagaban, con sus servicios, el impuesto requerido.
    No se trataba de servidumbre ni de trabajo forzoso, como algunos
    lo han querido calificar, sino de un pago de impuestos en
    especie, que además duraba apenas dos semanas al
    año y no desarticulaba por eso la vida del
    campesino." (Página 175).

    De los edificios y obra pública que
    construyó "[…] Se ha alegado que representaron un
    gasto injustificable en vista de la pobreza del país, que
    los recursos empleados podrían haber sido dedicados a
    fines sociales, que muestran la megalomanía de un
    gobernante personalista y autoritario que anteponía estos
    signos de grandeza a las necesidades más
    urgentes de la nación.

    En descargo de Ubico, sin embargo, pueden apuntarse dos
    hechos importantes: el primero es que el general concebía
    lo que hoy llamamos „política social? de un modo
    diferente al que prevalece en tiempos actuales; la pobreza
    debía combatirse, según esta concepción,
    favoreciendo el desarrollo económico que traería
    el comercio, la aceleración de los contactos
    entre las poblaciones apartadas y los gastos básicos en
    salud ambiental y educación, por lo que el esfuerzo
    debía concentrarse en la red de carreteras que creó
    y en las construcciones más elementales destinadas a crear
    una mínima infraestructura, como los puentes, los
    servicios de agua, las cloacas y los edificios para hospitales,
    escuelas, mercados y rastros. El segundo punto a tener en cuenta
    es que dichas obras fueron realizadas con suma austeridad, sin
    afectar el presupuesto nacional y sin contraer endeudamiento
    alguno; al contrario, mientras se pagaba la deuda preexistente y
    se mantenía el equilibrio de las cuentas
    públicas." (Página 179).

    "[…] El general no compartía la
    visión –frecuente durante el iluminismo y muy
    marcada en los pensadores positivistas– de que la
    educación de las masas constituyese un punto de apoyo
    básico para el crecimiento económico y la
    consolidación de la república: él
    pensaba más en términos de activación del
    comercio y obras de infraestructura […] Desconfiaba por
    otra parte de los intelectuales y los académicos, recelaba
    de sus proyectos y aceptaba de muy mal grado la crítica."
    (Página189).

    "De acuerdo con las orientaciones del gobierno la
    escuela secundaria, en su conjunto, quedó relegada a una
    especie de segundo plano […] porque se pensaba, con
    bastante lógica, que el estado debía concentrar sus
    recursos financieros en la población de más escasa
    instrucción." (Página 191).

    "[…] Es indudable que Ubico era un gobernante
    autoritario que no toleraba oposición alguna y que no
    permitía el funcionamiento de partidos de
    oposición, ni siquiera sindicatos; se aferraba al poder,
    un poder de tipo netamente personal que no admitía el
    menor desafío. Tenía lo que han llamado una
    obsesión contra los comunistas y
    tendía a eliminar cualquier brote de lo que él
    consideraba como posibles amenazas de la izquierda. Pero nada de
    esto, por sí solo, alcanza para calificarlo como fascista,
    y menos como nazi o nacionalsocialista." (Página
    205).

    "[…] Ubico puede haber simpatizado con todos los
    gobiernos autoritarios –menos los de origen bolchevique,
    claro está– pero nos parece una torpe
    exageración considerarlo como fascista, nacionalsocialista
    o simpatizante de Hitler, a quien de paso
    consideraba como un simple cabo, tosco y sin refinamiento alguno,
    que se había apropiado con malas artes del poder."
    (Página 207).

    "Es cierto que en el régimen que construyó
    Ubico la policía vigilaba con celo a todos los habitantes
    y que era una dictadura en el pleno sentido del término,
    que se inmiscuía –como vimos– en las conductas
    privadas de los habitantes y cortaba de raíz cualquier
    tipo de oposición, ya fuera política, sindical o
    inclusive intelectual.

    Pero este tipo de dictadura no encaja, a nuestro juicio,
    con la idea que tenemos del totalitarismo, al menos en el sentido
    en que el término se difundió en el siglo XX a
    partir de unas célebres palabras de Mussolini. En
    Guatemala no existía el férreo control
    ideológico que impusieron por ejemplo los comunistas o los
    nazis –sin duda auténticos
    totalitarios– sino una relativa amplitud en cuanto a ideas
    o propuestas, salvo en el caso de lo relativo a la
    persona del propio general Ubico o a algunos
    aspectos de su obra." (Página 218).

    En 1943, con la segunda guerra mundial en marcha,
    "Ubico, político realista, no podía ignorar el peso
    de los alemanes en Guatemala ni la importancia de los lazos
    económicos que existían con el Reich, pero tampoco
    podía permitir que se utilizara al país como base
    de apoyo para crear organizaciones políticas que escaparan
    de sucontrol y comprometieran a Guatemala en un
    conflicto en el que nada podía ganar. […] Por eso
    el general trató, en todo momento, de equilibrar de
    algún modo las presiones que directa o indirectamente
    recibía: proteger a los alemanes que aceptasen integrarse
    por completo a Guatemala, vigilar estrechamente y controlar a
    quienes respondían a la voluntad de una potencia
    extranjera y, en lo posible, ir reorientando el comercio
    internacional hacia el gran vecino del norte, con el que el
    país tenía lazos geopolíticos imposibles de
    ignorar. Esta actitud prudente, dictada ante todo
    por una visión nacionalista, desmiente la imagen de un
    Ubico pro-nazi que todavía algunas personas se
    empeñan en dibujar y que asumieron también algunos
    funcionarios del Departamento de Estado, quienes percibían
    con recelo la importancia de la comunidad alemana en el
    país." (Página 226).

    "[…] Los arrestos, las ejecuciones y la
    aplicación de la llamada ley fuga se realizaban para
    controlar la delincuencia común, aunque no puede
    descartarse que sirvieran también propósitos
    políticos –eliminar posibles críticos–
    o simplemente intimidatorios: el régimen quería
    mostrar su fortaleza, disuadir a sus opositores
    –cada vez más activos en el extranjero–
    y mantener incólume la paz interior, uno de
    sus mayores logros." (Página 230).

    El 25 de junio de 1944 "[…] El incidente en el
    que murió María Chinchilla fue, en verdad, bastante
    confuso, por lo que no puede descartarse la versión
    oficial. Porque si es cierto que los soldados dispararon,
    también es fácil deducir que no lo hicieron
    directamente sobre el grupo manifestante, pues en ese caso se
    hubiesen registrado muchas más víctimas y heridas
    más severas en mayor cantidad de personas."
    (Páginas 246-7).

    "[…] Falleció a los 67 años de
    edad, solitario y en el exilio, dejando un rico y complejo legado
    que todavía la posteridad se afana por valorar en sus
    justas dimensiones." (Página 257).

    Lo recomendable es estudiar completo el libro de Sabino,
    para determinar si su exposición es objetiva o esconde una
    admiración por el dictador Ubico, solapada en frases como:
    ese era su estilo, así eran esos tiempos, él fue
    producto de la época, etc.

    La posición crítica de quien esto escribe
    con respecto al personaje y su obra, fue expuesta desde
    septiembre de 2010 en:

    · http://ca-bi.com/blackbox/?p=4221

    ·
    http://diariodelgallo.wordpress.com/2010/09/26/jorge-ubico-redivivo-por-ariel-batres-
    villagran/

    NOTAS:

    1 Imagen tomada de: Oficina de
    Conservación y Restauración del Palacio Nacional,
    citada en
    http://html.rincondelvago.com/palacio-nacional-de-guatemala.html

    2 Imagen tomada de:
    http://www.literaturaguatemalteca.org/ubico.jpg

    3 Imagen tomada de:
    https://lh3.googleusercontent.com/-8I8jDfgJrPA/TWuuZ300GII/AAAAAAAASl0/IUV47a42OOg/s320/revolucionDSC05916.JPG

    4 Datos estadísticos en Sabino,
    página 132. Imagen tomada de:
    https://www.google.com.gt/search?q=

    Tiempos+de+Jorge+Ubico+en+Guatemala+y+el+mundo&tbm=isch&tb
    o=u&source=univ&sa=X&ei=

    kCodUpCzHYro2QXJpYGIBw&ved=0CFEQsAQ&biw=1366&bih=643&sei=tSsdUv-8B8jj2AWZoIGYCA

    #facrc=_&imgdii=_&imgrc=yG_mK_yKTwucxM%3A%3B0g0tPlFdfpnR9M%3Bhttp

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    -y- encontrado%252F%3B600%3B661.

    5 Todas las frases que se transcriben han
    sido tomadas de Sabino, Carlos; Tiempos de Jorge
    Ubico en Guatemala y el mundo. Guatemala : Fondo de
    Cultura Económica, 2013.

     

     

    Autor:

    Ariel Batres
    Villagrán

    Guatemala, 27 de agosto de 2013

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