INTRODUCCIÓN
Filosofar es nadar contra la corriente trillada,
galopantemente niveladora, superficial, trivial y frívola,
impuesta por el neoliberalismo consumista, materialista,
globalizante en economía, excluyente en las relaciones
humanas y promotora del apartheid. Para nadar río arriba
es necesario retornar a las fuentes primigenias del filosofar, no
para quedarse en el ayer, sino para examinar el ahora y construir
la civilización de la vida para todos.
Las clases universitarias, en el filosofar, son una
invitación a la meditación y al examen de uno mismo
y, luego de la mentalidad existencial de la comunidad humana; el
diagnóstico filosófico no es para hundirnos en la
tristeza y la angustia, sino para encontrar la alegría y
el gozo por hacer una existencia a??? e? ?a , porque la
verdad nos hace libres. Razón por la cual, el presente
ensayo lo dividimos en seis temas:
Primero, recuperamos el sentido primigenio del averiguar
filosófico, del compromiso heroico y valiente.
Segundo, explicamos el paso del mito a la racionalidad,
afianzando no tanto en la historia, sino en el
porqué de la necesidad del filosofar.
Tercero, profundizamos en las características del
filosofar
Cuarto, exponemos brevemente el contenido de las
disciplinas filosóficas
Quinto, formulamos las disciplinas filosóficas
mixtas
Sexto, respondemos a la pregunta ¿para qué
filosofar?
El ensayo se completa con un anexo de lecturas para que
los estudiantes tengan la oportunidad de dialogar con los
clásicos del filosofar, así han de iniciarse en el
pensar por sí mismos y contribuir en la
construcción de la civilización de la
vida.
PABLO A. DE LA CRUZ MAYHUAY
I
ET
IMOLOGÍA DEL TÉRM INO
"FILOSOFÍA"
1.1.- El nombre
primigenio
Es el mejor invento, genial y desafiante, añejo y
hodierno, atractivo y fascinante. Nunca envejece, siempre es
juvenil, imanta y cautiva a los talentos de todos los tiempos y
lugares. El filósofo es el que abre las puertas para que
irradie la luz de los entes desde su intimidad, en su pureza e
inocencia.
José Ortega y Gasset, con mucha brillantez
precisa la faena primigenia, inmortal y desafiante de los a???
e? ?? ?
? ? ?? e? a (verdad) averiguación
debió ser el nombre perdurable de la filosofía. Sin
embargo, solo se la llamó así en su primer
instante, es decir, cuando aún la "cosa misma"- en este
caso, el filosofar- era una ocupación nueva, que las
gentes no conocían aún, que no tenía
todavía existencia pública y no podía ser
vista desde fuera.
Era el nombre auténtico, sincero que el
filósofo primigenio da en su intimidad a eso que se
sorprendió haciendo y que para él mismo no
existía antes. Está él solo con la realidad
– "su filosofar"- delante, en estado de gracia frente a
ella, y le da sin precaución social ninguna,
inocentemente, su verdadero nombre como haría el poeta
"terrible" que es un niño.
Más, tan pronto como el filosofar es un
acontecimiento que se repite, es una ocupación que empieza
a ser algo habitual y la gente empieza a verla desde fuera que es
como la gente ve siempre todo, la situación varía.
Ya el filósofo no está solo con la cosa en la
intimidad de su filosofar sino que además es, como tal
filósofo, una figura pública lo mismo que el
magistrado, el sacerdote, el médico, el mercader, el
soldado, el juglar, el verdugo. El irresponsable e impersonal
personaje que es el contorno social, el monstruo de n+1 cabezas
que es la gente, comienza a recobrar ante esa nueva realidad: el
"averiguador", es decir, el filósofo. Y como el ser de
este – su filosofar- es una faena humana mucho más
íntima que todos aquellos otros oficios, el choque entre
la publicidad de su figurar social y la intimidad de su
condición es mayor. Entonces la palabra
"aletheia", "averiguación" tan ingenua,
tan exacta, tan trémula y niña aún de su
reciente nacimiento, empiezan a "pasarle cosas". Las palabras, al
fin y al cabo modos de vivir humano, tienen ellas también
su "modo de vivir". Y cuando todo vivir es "pasarle a alguien
cosas", un vocablo, apenas nacido, entra hasta su
desaparición y muerte en la más arriscada serie de
aventura, unas favorables y otras adversas.
Inventado el nombre "aletheia" para
uso íntimo, era un nombre en que no están previstos
los ataques del prójimo y, por lo tanto, indefenso. Mas
apenas supo la gente que había filósofos,
"averiguadores", comenzó a atacarlos, a malentenderlos, a
confundirlos con otros oficios equívocos, y ellos tuvieron
que abandonar aquel nombre, tan maravilloso como ingenuo, y
aceptar otro, de generación espontánea,
infinitamente peor, pero … más
"práctico", es decir, más estúpidos,
más vil, más cauteloso. Ya no se trataba de nombrar
la realidad desnuda "filosofar", en la soledad del pensador con
ella. Entre ella y el pensador se
interponen los prójimos y la gente – personajes
pavorosos- y el nombre tiene que prevenir dos frentes, mirar a
dos lados – la realidad y los otros hombres, nombrar la
cosa no solo para uno sino también para los demás.
Pero mirar a dos lados es bizquear1
Los dioses corruptibles y las masas ante la luz radiante
de los a??? e? ?? ? , se enfurecieron y en la profundidad
de sus intimidades decidieron acabar con la ? ?
?? e? a . Nadie quiere mirarse ante el espejo de los f?
te? ?? ? , es decir, ante la brillantez radiante, ¿por
qué razones? Descubren su fealdad y maldad. Los
dueños del mundo y de las vidas, al ser descubiertos por
los investigadores, se volvieron agresivos y violentos,
eliminaron al aletheico Sócrates, obligaron a huir de
Atenas a Anaxágoras de Clazomenes y
Aristóteles.
Consagrarse a la ? ? ??e? a y promover la
existencia a??? e? ?a , es ir río arriba, es
desafiar y rebelarse ante el sistema deshumanizador del status
quo, de lo cotidiano y trillado, de aquello que se ha hecho
normal y natural. Es pelar contra Goliat y el Leviatán,
empedernidos en la malicia y la maldad.
¿Quiénes quieren hacer actos valiosos y
valerosos, en un mundo de confort y placer sin
límites?
Vivimos sumergidos en la cotidianidad de la uniformidad;
se dan cuenta que existimos y nos realizamos en la normalidad del
tener y del hacer, prima el imperialismo de la mayoría,
¿Por qué? Los dueños del mundo, moldean las
conciencias y los corazones, a su medida y, todo aquel que se
opone es visto como un peligro y, hacerse aletheico es ir contra
la corriente, pensando por uno mismo, buscándose a
sí mismo, dedicándose a la meditación y al
silencio, no para quedarse en la soledad hermética, sino
para asumir el espíritu eliático y adquirir la
fuerza necesaria y suficiente para derribar el altar de los
baales, tal como lo hizo Elías en tiempos de Jezabel (1
Re. 18, 16-40), la respuesta eterna de los dioses mortales es:
que los dioses me hagan esto y me añadan esto otro si
mañana a estas horas no he puesto tu alma igual que el
alma de uno de ellos (1 Re 19, 22) y ante la amenaza hay que
responder como Sócrates:
Si aun me dijeseis: ¡oh
Sócrates¡, no consentimos en lo quiere Anito, y te
dejamos en libertad, pero con la condición de que no
emplees más tu tiempo en hacer esas investigaciones y que
no filosofes más; de lo contrario, si te sorprendemos
nuevamente, morirás; si, como digo, me dejaseis en
libertad, pero de acuerdo a ese pacto, yo os diría: mis
queridos atenienses, os saludo, pero obedeceré más
bien a Dios, que no a vosotros, y hasta que yo tenga aliento y
fuerzas, no dejaré de filosofar y de haceros advertencias
y daros consejos, a vosotros y a quien se llegue hasta mí,
diciéndole como me es habitual ya: ¡Oh,, hombre
óptimo¡ … ¿no te da vergüenza de
preocuparte de tus riquezas con el fin de que se multipliquen
hasta lo que sea posible, y de la reputación y el honor, y
no cuidar y tener solicitud de la sabiduría, de la verdad
y del alma, con el objeto de que llegue a ser tan buena como es
posible? Y si alguno de vosotros me responde que él se
preocupa de ello, no lo dejaré en seguida; no lo
abandonaré, sino que lo interrogaré, lo
examinaré y escrutaré. Y si me parece que no posee
la virtud, aunque él lo afirma, lo reprenderé, pues
considera vil lo que es valiosísimo
y le atribuye valor a lo que es sumamente vil. Y esto lo hago con
jóvenes y viejos, y en cualquier parte que me encuentre,
con forasteros y ciudadanos… (Platón.
Apología, XVI, 29-30)
1.2.- El nombre
diplomático
Sustituyeron el nombre maravilloso, lúcido y
claro por la denominación diplomática, inofensiva,
amable y sin compromiso, F? ? ?s?f? a
Palabra compuesta que viene del griego F? ? ? a :
amistad, alianza y pacto entre iguales. ¿Quién
conserva la amistad inmortal, sin faltar ni quebrantar? El griego
es sumamente pragmático y considera que las corporalidades
bellas producen amor, es decir, eros ( ): amor pasional y sensual
hacia lo visible y palpable. ¿Quién se resiste ante
la atracción de las corporalidades de las beldades? Nadie.
La belleza física, voluptuosa, hace perder la sensatez,
como le sucedió a Sansón ante Dalila; David ante
Betsabé, Gaius Julius Caesar ante Cleopatra, Herodes ante
Salomé. La hermosura visible es tan fascinante, pero es
muy fugaz y desaparece en un abrir y cerrar de ojos.
¿Dónde encontrar la amistad inmortal, la
que nunca falla ni abandona? En la S?f?
a Platón, discípulo de
Sócrates, utilizando un lenguaje mitológico expresa
la densidad y la intencionalidad de quehacer filosófico;
presenta la escena dialógica y filosófica en un
banquete. Escuchemos al Maestro con mucha
atención:
Cuando nació Afrodita, los dioses celebraron
un banquete, y entre ellos estaba también el hijo de Metis
(la Prudencia), Poro (el Recurso).Una vez que terminaron de
comer, se presentó a mendigar, como era natural al
celebrarse un festín, Penía (la Pobreza) y quedose
a la puerta. Por, entre tanto, como estaba embriago de
néctar – aún no existía el vino-
Penetró en el huerto de Zeus y en el sopor de la
embriaguez se puso a dormir. Penía, entonces, tramando,
movida por su escasez de recursos, hacerse un hijo de Poro, del
Recurso, se acostó a su lado y concibió el
Amor.
Por esta razón el Amor es acólito y
escudero de Afrodita, por haber sido engendrado en su natalicio,
y a la vez enamorado por naturaleza de lo bello, por ser Afrodita
también bella. Pero, como hijo de Poro y de Penía,
el Amor quedó en la situación siguiente: en primer
lugar, es siempre pobre y está muy lejos de ser delicado y
bello, como le supone el vulgo; por el contrario, es rudo y
escuálido, anda descalzo y carece de hogar, duerme siempre
en el suelo y sin lecho, acostándose al sereno en las
puertas y en los caminos, pues por tener la condición de
su madre, es siempre compañero inseparable de la
pobreza.
Mas por otra parte, según la condición
de su padre, acecha a los bellos y a los buenos, es valeroso,
intrépido y diligente cazador temible, que siempre urde
alguna trama; es apasionado por la sabiduría y
fértil en recursos; filosofa a lo largo de toda su vida y
es un charlatán terrible, un embelesador y un sofista. Por
su naturaleza no es inmortal ni mortal, sino que en un mismo
día a ratos florece y vive, si tiene abundancia de
recursos, a ratos muere y de nuevo vuelve a revivir gracias a la
naturaleza de su padre. Pero lo que se procura, siempre se
desliza de sus manos, de manera que no es pobre jamás el
Amor, ni tampoco es rico. Se encuentra en el
término medio entre la sabiduría y la
ignorancia. Pues he aquí lo que sucede: ninguno de los
dioses filosofa ni desea hacerse sabio, porque ya lo es, ni
filosofa todo aquel que sea sabio. Pero a su vez, los ignorantes
ni filosofan ni desean hacerse sabios, pues en esto estriba el
mal de la ignorancia: en no ser ni noble, ni bueno, ni sabio y
tener la ilusión de serlo en grado suficiente. Así,
el que no cree estar falto de nada no siente deseo de lo que no
cree necesitar.
Entonces, ¿quiénes son los que
filosofan, Diotima- le dije yo-, si no son los sabios ni los
ignorantes?
Claro es ya incluso para un niño –
respondió, que son los intermedios entre los unos
y los otros, entre los cuales estará
también el Amor. Pues es la sabiduría una de las
cosas más bellas y el Amor es amor respecto de lo bello,
de suerte que es necesario que el Amor sea filósofo, y por
ser filósofo, algo intermedio entre el sabio y el
ignorante. Y la causa de estas tendencias ingénitas en
él es su origen, pues es hijo de un padre sabio y rico en
recursos y de una madre que no es sabia y carece de
ellos3
El filósofo es el romántico empedernido de
la S?f? a. La Sophia es la belleza atractiva y fascinante,
es la que imanta al filósofo en todo instante y le invita
a buscarla de día y de noche, a tiempo y a destiempo;
cuando estás disfrutándola, te das cuenta que no
está en tus brazos ni está contigo; está
lejos y te mira con delicadeza haciéndote señas
para que siga el camino; pero, tienes que dejar todo lo trillado
y las ataduras del mundo, éstas te enajenan la mente y
ennegrecen tu conciencia. El que opta por la S?f? a debe
liberarse de todas las esclavitudes y andar por el desierto,
vivir en perpetuo éxodo; así, vislumbrar, en toda
su magnificencia, a la ? ? ??e? a y hacerse un f? te???
? : resplandeciente radiante, luz que no se apaga y permite
la iluminación interior y a la conciencia, ayuda a los
hombres adquirir mayor densidad ontológica y
trascendencia.
II
DEL MITO AL
LOGOS
2.1.- El mito
Las personas son amantes y creadoras de los mitos.
Inventarlos es poseer la audacia de roturar lo establecido, es ir
más allá de las capacidades normales del hombre, es
trascender el origen y el fin; el mitólogo vislumbra
soluciones a los problemas radicales de la vida humana que
está temporalizándose en la hodiernidad.
La palabra mito, expresión del sustantivo griego
µ?? ? ? , tiene múltiples significados:
dicho, agudeza, sentencia, discurso; narración, relato
legendario de dioses (as) o héroes, fábula; voz,
grito; noticia, novedad, conversación, coloquio, objeto
del cual se habla; deliberación, propósito,
entendimiento, querer; etc., 4 El
mito es la respuesta narrativa, aguda, novedosa e intencional a
la pregunta vital del destino histórico de la
humanidad.
Los mitólogos utilizando un lenguaje
poético, imaginario y fantástico nos relatan acerca
de la vida de los dioses y diosas, de la formación del
cosmos y de la existencia de los hombres, vivencia humana que se
hilvana entre la vida y la muerte, el amor y el odio, la paz y la
guerra, el bien y el mal.
La aspiración de todo hombre es la inmortalidad,
razón por la cual se aferra a la vida y surge la
búsqueda de la eterna juventud, antesala de la existencia
del más allá, de la vida feliz en toda su
dimensión y plenitud.
Los hombres de todas las culturas son muy aficionados y
dados a los mitos, a través de la cuales revelan sus
más profundas convicciones sobre el génesis de la
vida humana, no desde el ayer, sino desde el hoy, hace una
relectura de su pasado y entrevé su destino; se interesa
por el cosmos y la divinidad. A modo de ilustración
presentamos dos mitos añejos y críticos del sistema
político:
El mito de ATRAHASIS. Es un relato del
próximo oriente que narra los actos de los dioses que se
rebelan por la culpa del trabajo y la diosa MAMI decide crear al
hombre para que las divinidades disfruten del ocio y del placer.
Proclama con solemnidad la sentencia de la sustitución de
la faena:
Me ordenasteis una faena y la he
terminado. Degollasteis a un dios con su
inteligencia.
Suprimí vuestro trabajo tan pesado y vuestra
dura tarea al hombre se la he
impuesto.
Habéis cedido el peso a la
humanidad.
Os he liberado del yugo y he establecido la
libertad.
Los dioses se matan y de la sangre divina,
mezclada con la terreneidad se ha formado al hombre, no se hace a
la persona para que sea feliz, sino para ser
servidor de los dioses y de las diosas, aquellos que
humedecieron el cielo con la sangre del dios
degollado.
Pasando lo narrado, descubrimos el hecho
dramático de las degollaciones humanas para hacerse del
poder político y determinar la libertad de unos y la
esclavitud de otros5, la vida y la muerte de los hombres, lo
deciden los poderosos en combate fiero; no en los
orígenes, sino en plena época de la sociedad del
conocimiento.
El mito de PROMETEO, hijo de TITÁN,
rebelde a Zeus. Maravillosa explicación del principio del
universo, del hombre y de la técnica, dado por los griegos
a la humanidad.
Al comienzo todo es Caos, los entes están sin
forma ni materia, es el reino de la arbitrariedad y de lo
impensable. Millones y millones de tiempo transcurren, pronto
surge GEA (la Tierra), amplias espaldas y espléndidos
senos, curvas fascinantes, asiento inmortal del Olimpo, hogar y
tumba de los mortales. Parió a URANO (cielo estrellado),
EREBO (Oscuridad), NIX (Noche) y EROS (Amor), la MONTAÑA
(Santuario de la frescura pura para las Ninfas), al MAR, que
acaricia tiernamente a la rivera de los Andes, pero golpea a los
peñascos y a los soberbios. El OCEANO, hijo del abrazo y
del beso inmortal, en profundidad y altura, que se dieron GEA y
URANO.
La familia se fue multiplicando: GEA, diosa dela
fecundidad; TEMIS, diosa del orden y de la ley; YAPETO (el
Titán), padre de Prometeo.
GEA y URANO se unieron, nacieron: Cronos y los
Cíclopes; el primero sutil y zorro; los segundos rebeldes
a su padre, críticos y desafiantes, siempre exigían
razones. Nada de obediencia ciega y servil. URANO, en intimidad
de su corazón decidió sepultarlos en la profundidad
del mar y de la tierra, así les privó de las
delicias de la luz y de las flores. GEA, sufría
intensamente en el alma y el corazón, por la desdicha que
le ocasionaba su cruel esposo, inventó el hierro, arma de
la victoria y de la muerte. Un día les habló a sus
hijos:
Queridos hijos, vástagos de un padre
culpable, si queréis obedecer, tomaremos venganza de la
acción injusta que realiza vuestro padre, porque fue
él quien primero meditó en designios
crueles.
Los hijos callaron y se miraron sorprendidos en hondura
de la intimidad, en la que uno mismo se escucha y decide;
quedaron en perplejidad entre el permitir y evitar, entre el amor
filial y la venganza, entre el decidir la vida y la muerte.
CRONOS, habló con seriedad y frialdad:
¡Madre¡ en verdad te prometo que
llevaré a cabo la venganza. Si el padre hiere
injustamente, el silencio de los hijos es complicidad; si el
padre olvida que es padre, los hijos no deben recordar que son
hijos6
Así, habló, Cronos y los hermanos
sintieron estupor y GEA se recogió en su corazón
satisfecho y puso en manos del hijo rebelde una hoz de cortantes
dientes.
Al llegar la noche, Urano se tendió sobre Gea por
entero, animado de un gran deseo de amor, oportunidad aprovechada
por Cronos para cercenarle los órganos genitales y
destruir la fuerza procreadora, razón de su propia vida y
poder.
GEA lloró ante la desgracia y gozó con la
liberación de sus hijos. Triunfo el amor de madre sobre el
afecto conyugal. La esposa recoge la sangre, lo cuida y
más tarde dio a luz gigantes. El resto de los genitales
fue arrojado al mar, que se transformaron en blancas espumas,
para constituir a la sensual AFRODITA, diosa del amor y de la
fecundidad.
CRONOS se hace del poder, pero es inducido por los
titanes a devorar a sus hijos que le daba REA, su esposa; pero
ella le engañó cierto día y ofreció a
su voracidad una piedra envuelta en pañales, salvando al
recién nacido ZEUS (el que lanza el rayo). Creció
en Creta, se hizo del poder divino y puso fin al ciego imperio de
los monstruos.
El poder es la mayor tentación de los hombres y
de los dioses, se sacrifican los afectos, se olvidan los favores
recibidos y todos los medios son permitidos para conquistarlos o
conservarlos.
ZEUS, en combate bravío derrota a los gigantes:
BRIAREO, COTO y GYAS. Vive feliz en el Olimpo, está
rodeado de amores y bellezas, las delicias de la vista y del
corazón son plenas, posee el poder de la decisión y
de la soberanía. El dios Zeus, como todos los dioses y
diosas, poderosos y poderosas, exigen adoración sin
límites, los hombres fallan y son destruidos;
volvió a crearlos para que sean más serviles y sin
inteligencia. Vio que su obra estaba mal, envió el diluvio
para aniquilarlos.
DECALIÓN y TEMIS, salvaron en un arca una pareja.
ZEUS los aniquila, vuelve a formarlos con más inteligencia
y devoción a la divinidad; apaga el fuego de la
sabiduría en los hogares y desaparece la inteligencia de
los hombres y de las comunidades humanas. PROMETEO decide
proteger a los humanos y darle las armas para luchar contra la
arbitrariedad de los dioses. Zeus al enterarse, habló a
PROMETEO:
¡Yapetiónida¡ más sagaz
que ninguno, más osado que nadie. Te alegras de haber
hurtado el fuego sagrado de los dioses y de haber engañado
mi espíritu; estas contento de haber alborotado a los
hombres alentando su rebeldía y su saber, pero todo esto
constituirá una desgracia para ti y para los seres de un
día que proteges.
Desencadenaré sobre ti los sufrimientos
más atroces que puedan aplacar mi cólera y
enviaré sobre los mortales un mal del que quedarán
encantados y así abrazarán su propio azote para
siempre7
Prometeo fue encadenado en un peñasco del
Cáucaso, donde un águila le devoraría el
hígado eternamente. Nunca se arrepintió del bien
que hizo a los hombres; nos enseña a rebelarnos ante la
arbitrariedad y la injustica de los dioses o de los dueños
del poder.
Los dioses y diosa son retratos del quehacer
político, de los gobernantes y dueños del mundo.
Aquellos que están en el poder se hacen endiosar y
determinar el destino de los hombres, los que cuestionan las
decisiones injustas de las autoridades son eliminados en todos
los tiempos. La madre tierra se humedece por la sangre divina de
los hombres, causados por los dueños del poder y de la
vida.
La filosofía asume la profesión de fe de
Prometeo: Yo tengo odio a todos los dioses. A todos los dioses
del cielo y de la tierra que no reconocen el valor de la vida
humana, a los derechos del niño y del adolescente, a los
derechos humanos, civiles y políticos, económicos,
sociales y culturales, a los derechos ecológicos. Ayer
como en la actualidad, los dueños de las vidas y de los
bienes económicos, contaminan el medio ambiente y
lentamente, con cinismo incontrolable, eliminan al hombre y viven
en la impunidad.
El filósofo hace suya la respuesta de Prometeo a
Hermes:
Jamás, puedes estar bien cierto,
cambiaría yo mi suerte miserable por tu servidumbre, pues
yo doy más valor a estar clavado a esta roca que a ser
criado fiel y el mensajero del padre Júpiter8 y del
Presidente injusto de la República.
¿Cuántas veces las personas nos vendemos
por unos dólares? Los dueños del poder en el
país, como en el mundo, con naturalidad compran y venden
conciencias. Muchos se venden a sí mismos, otros se
hipotecan de por vida, algunos van cambiando al compás de
la paga. Ser personas firmes y de convicciones, en la sociedad
postmoderna, es una ilusión, un espejismo; se obedece el
imperativo: guiarte por el dólar y el euro, por el dinero
y el tener; el hombre vale por lo que tiene y no por lo que es,
visión que se siembra desde la concepción hasta la
sepultura. La audacia del a??? e? ?? es afirmar: el hombre
vale por lo que es y no por lo que tiene.
2.2.- ¿Por qué
filosofar?
2.2.1.- Platón, filósofo ateniense,
discípulo de Sócrates y maestro de
Aristóteles; se filosofa por la capacidad de
asombrarse:
Nuestros ojos nos hacen ser partícipes del
espectáculo de las estrellas, del sol y de la
bóveda celeste. Este espectáculo nos "ha dado el
impulso de investigar el universo. De aquí brotó
para nosotros los filósofos, el mayor de los bienes
deparados por los dioses a la raza de los
mortales9
Los niños poseen la facultad maravillosa de
asombrarse ante las realidades desconocidas, con la sonrisa y la
mirada tierna, preguntan con solemnidad: ¿Qué es
esto? ¿Por qué es? ¿Para qué es?
Exige la respuesta auténtica y veraz para seguir
interrogando. Hay que recuperar el talento de la niñez
para seguir asombrándose ante las realidades desconocidas
y continuar filosofando. Aquel que no se hace como los
niños, deja de filosofar, es decir, pierde la
condición de homo sapiens.
2.2.2.- Aristóteles.
Filósofo de Estagira, pupilo de Platón, maestro
eximio de Alejandro Magno, precisa las razones del
filosofar:
Fue la admiración lo que inicialmente
empujó a los hombres a filosofar. De entre aquellas cosas
que admiraban y de las que no sabían darse la
razón, se aplicaron primero a las que estaban más a
su alcance. Luego, avanzando poco a poco, aplicaron su
espíritu inquisitivo a fenómenos de mayor monta,
como, por ejemplo, las fases de la Luna, el curso del Sol y de
las estrellas, y, por último, la formación del
Universo. Buscar una explicación de las cosas, admirarse
de ellas es reconocer que se las ignora; por esta razón el
filósofo es, hasta cierto punto, un hombre aficionado a
los mitos, porque el mito se construye sobre asuntos
maravillosos10
Quien es incapaz de admirarse, tampoco se pregunta ni
interroga a los demás. La conquista de los primeros
principios y causas últimas, es lo que hace diferente y
digno de respeto al filósofo:
No es decoroso que al filósofo se le impongan
criterios, antes debe ser él quien gobierne el criterio de
los demás, ni debe estar él sujeto a la voluntad de
otro, sino que debe obedecerle a él el que es menos
filósofo11
La belleza es una invitación a la
admiración gozosa. Por cierto, el filósofo se
maravilla por la belleza inmortal, por aquella que no se marchita
ni se envejece, sino que está floreciendo e irradiando
brillantez en el Universo, el hombre y la divinidad.
¿Qué es la luz eterna? Es la verdad del
ente. ¿Quién capta la verdad del ente? El que
está purificado, el limpio de los prejuicios y de lo
rutinario, el que abandona el mundo de las habladurías.
¿Eres capaz de dejar todo lo que te ata al siglo de la
moda y del night club?
2.2.3.- Renato Descartes,
filósofo francés, padre del
racionalismo.
Las enseñanzas y aprendizajes, como en los
tiempos de Cartesius, están llenos de máscaras
mentales. ¿Qué son las teorías?
Fabricaciones de los hombres y portadores de la falibilidad, el
camino está lleno de escollos y el hombre tiene que
problematizarse, es decir, dudar.
Deseando Yo en esta ocasión ocuparme tan
sólo de indagar la verdad, pensé que debió
hacer lo contrario y rechazar como absolutamente falso todo
aquello en que pudiera imaginar la menor duda, con el fin de ver
si, después de hecho esto, no quedaría en mi
creencia algo que fuera enteramente indudable.
1.- Así, pues los sentidos nos
engañan, a las veces, quise suponer que no hay cosa alguna
que sea tal y como ellos nos la presentan en la
imaginación.
2.- Y puesto que hay hombres que yerran
al razonar, aun acerca de los más simples asuntos de
geometría, y cometen paralogismo, juzgué que
yo estaba expuesto al error como otro
cualquiera, y rechacé como falsas
todas las razones que anteriormente había tenido
por demostrativa.
3.- Y, en fin, considerando que todos los
pensamientos que nos vienen estando despiertos pueden
también ocurrírsenos durante el sueño, sin
que ninguno entonces sea verdadero, resolví fingir que
todas las cosas, que hasta entonces había entrado en mi
espíritu, no eran más verdaderas que las ilusiones
de mis sueños.
4.- Pero advertí luego que, queriendo yo
pensar, que lo pensaba, fuese alguna cosa; y observando que esta
verdad: YO PIENSO, luego SOY, era tan firme y segura que las
más extravagantes suposiciones de los escépticos no
son capaces de conmoverla, juzgué que podía
recibirla sin escrúpulo, como el primer principio de la
filosofía que andaba buscando12
Los sentidos en muchas oportunidades nos inducen al
error, como ejemplo, están los espejismos, no hay que
confiar ciegamente en los sentidos, sino examinarlo. Los mejores
talentos se equivocan y los científicos son falibles por
ser hombres. La duda nos lleva a poner en tela de juicio los
aprendizajes, pero no para quedarse en la perplejidad, sino para
investigar y llegar a la verdad apodíctica. Aquellos que
dudan filosofan, investigan.
2.2.4.- Carlos Jaspers, filósofo
germano y existencialista.
En los tiempos difíciles las personas humanas
filosofan sin saberlo, se interrogan y buscan caminos de
solución, unos con esperanza y otros en
desesperación. Carlos Jaspers, por la vivencia y la
observación de la tragedia de los enfermos en los
hospitales y de la barbarie de los nazis, infiere que las
personas filosofan con hondura en Situación
límite:
Quiere decirse que son situaciones de las que no
podemos salir y que no podemos alterar. La conciencia de estas
situaciones límites es después del asombro y de la
duda el origen, más profundo aún, de la
filosofía. En la vida corriente huimos frecuentemente ante
ellas cerrando los ojos y haciendo como si no existiera.
Olvidamos que tenemos que morir, olvidamos nuestro ser culpables
y nuestro estar entregados al acaso. Entonces sólo tenemos
que habérnoslas con las situaciones concretas, que
manejamos a nuestro gusto y a las que reaccionamos actuando
según planes en el mundo, impulsados por nuestros
intereses vitales. A las situaciones límites reaccionamos,
en cambio, ya velándolas, ya, cuando nos damos cuenta
realmente de ellas, con la desesperación y con la
reconstitución: llegamos a ser nosotros mismos en una
transformación de la conciencia de nuestro
ser.
Pongámonos en claro nuestra humana
situación de otro modo, como la desconfianza que merece
todo ser mundanal.
Nuestra ingenuidad toma el mundo por el ser pura y
simplemente. Mientras somos felices, estamos jubilosos de nuestra
fuerza, tenemos una confianza irreflexiva, no sabemos de otras
cosas que las de nuestra inmediata
circunstancia. En el dolor, en la flaqueza, en la
impotencia nos desesperamos. Y una vez que
hemos salido del trance y seguimos viviendo,
nos dejamos deslizar de nuevo, olvidando de nosotros
mismos, por la pendiente de la vida feliz.
Pero el hombre se vuelva prudente con semejante
experiencias. Las amenazas le empujan a asegurarse. La
dominación de la naturaleza y la sociedad humana deben
garantizar la existencia.
Las situaciones límites – la muerte, el
acaso, la culpa y la desconfianza que despierta el mundo- me
enseñan lo que es fracasar. ¿Qué haré
en vista de este fracaso absoluto, a la visión del cual no
puedo sustraerme cuando me represento las cosas
honradamente?13
Los momentos cumbres de la vida que nos permiten
filosofar: la hora de la declaración del amor y la
respuesta; aunque la sociedad consumista está
transformando al amor en comercio y banalidad. La elección
de la carrera profesional y la decisión de acceder a los
centros superiores; las desgracias y los fracasos; la enfermedad
y la muerte. Realidades que permiten filosofar.
2.2.5.- Problemas
humanos.
Las personas humanas somos problemáticos por
naturaleza y pasamos la vida haciendo problemas. Tú y Yo
vivimos inventando escollos, unas veces con fruición
sensata y otras con amargura maligna y sonrisa deshumanizadora.
Interrogarse con seriedad y en profundidad es preguntarse:
¿El universo tuvo un principio y tendrá un fin?
¿Cuál es el origen y la meta última de las
personas? ¿Quién es la persona humana y
cuáles son sus atributos eviternos? Si todos los entes son
buenos en sí mismos, ¿por qué existen los
malos y los delincuentes? ¿Por qué los malvados y
los delincuentes son victoriosos y viven en el placer?
¿Vale todavía ser bueno y vivir en la bondad, en un
mundo donde todos hacen trampas?
Los problemas humanos nos impulsan a la
investigación y a la reflexión filosófica.
La búsqueda de la respuesta es el principio del pensar
filosófico; pensar es aprehender la riqueza y patentizar
la intimidad de los entes, es exhibir la aletheia del ente, es
decir, la luz que lleva al ascenso en densidad ontológica.
Ascender es hallar más problemas que nos orientan al
filosofar en el dialogo, es decir, encontrar respuestas en
equipo, solidariamente. Filosofar es aprehender y comunicar la
? ? ?? e? a del ??
III
CARACTERÍSTICAS DEL PENSAMIENTO
FILOSÓFICO
3.1.- Racionalidad crítica como
liberación de los ídolos
La razón formada en las ciencias regionales
(razón científica) y en las ciencias universales
(razón filosófica), examina los saberes adquiridos
por la humanidad, no tanto para repetirlas, sino para corregir,
enriquecer y hacer progresar el patrimonio humano. Faena que se
hace a través de la crítica que lleva a la
construcción, no a la destrucción ni al
nihilismo.
Criticar es escoger, elegir, por lo tanto juzgar, juzgar
el valor de una cosa en función de una regla o un ideal,
por ejemplo. El filósofo es la persona que busca pensar
por cuenta propia, el que mide sus conocimientos por la realidad,
por aquello que es el ser en tanto ente.
La auténtica crítica intenta aquilatar
nuestro conocimiento para que se conforme mejor con el
ser.
Francisco Bacón, filósofo empirista
de Inglaterra, sostenía que el hombre tiene que liberarse
de los prejuicios (ídolos) que ocultan la verdad. Los
ídolos son cuatro:
Ø Idola tribus. Son los prejuicios de la
tribu, de la especie humana, inherentes a su naturaleza: las
falacias de los sentidos.
Ø Idola specus. Son los prejuicios de la
caverna en que cada hombre se encuentra (Platón hablaba
del mito de la caverna, el hombre solamente ve las sombras,
proyecciones de la realidad, ilusiones)
Ø Idola fori. Son los ídolos de la
plaza, de la sociedad humana y del mismo lenguaje de que nos
servimos
Ø Idola theatri. Son los prejuicios de
autoridad, fundados en el prestigio de que algunos gozan en el
escenario público14
José Ingenieros (1877-1925),
filósofo positivista argentino, retrata al hombre que no
es crítico constructivo, sino mediocre y destructivo; los
estigmas de la mediocridad intelectual:
En el verdadero hombre mediocre la cabeza es un
simple adorno del cuerpo. Si nos oye decir que sirve para pensar,
cree que estamos locos. Diría que lo estuvo Pascal si
leyera sus palabras decisivas: "Puedo concebir un hombre sin
manos, sin pies; llegaría hasta concebirlo sin cabeza, si
la experiencia no me ensañara que por ella piensa. Es el
pensamiento lo que caracteriza al hombre; sin él no
podemos concebirlo" (Pensées, XXIII). Si de esto
dedujéramos que quien no piensa no existe, la
conclusión le desternillaría de
risa…
La mediocridad intelectual hace al hombre solemne,
modesto indeciso y obtuso. Cuando no le envenena la vanidad y la
envidia, diríase que duerme sin soñar. Pasea su
vida por las llanuras; evita mirar desde las cumbres escalan los
videntes y asomarse a los precipicios que sondan los elegidos.
Vive entre los engranajes de la
rutina"54
La filosofía como racionalidad crítica nos
permite liberarnos de los ídolos, de los prejuicios, de
las alienaciones; pero ¿cuáles son las
enajenaciones que nos deshumanizan? El tener, el poder, el
consumismo, el hedonismo sin límites, la banalidad de la
vida, del vivir sin ideales ni principios. Los principios y las
convicciones se hacen en la praxis de la existencia, en el
quehacer con profundidad y sentido, en vivir con razones en la
verdad.
3.2.- Problematicidad
El hombre es el único ser problematizador16 y
vive problematizándose, en Filosofía es más
importante la problematización que las resoluciones.
Aristóteles definía al problema como método
(aporía, aporética, estado de perplejidad,
du-bitatio), el preguntarse dentro de un orden inteligible y
recto. Un problema no es más que una pregunta
racionalmente justificada17
Hay una serie de problemas filosóficos, tales
como:
El universo, ¿tiene un origen temporal o es
eterno? Si tuvo un origen, ¿hace cuánto tiempo? O
si es eterno ¿cómo explicar el proceso evolutivo
que se evidencia?
¿Qué es el hombre? Tal vez la pregunta
más adecuada es ¿quién es el hombre? Desde
el Homo Sapiens hasta la fecha el hombre busca conocerse,
¿se conoce a sí mismo el hombre o es un
enigma que se niega a ser descifrado? Max
Scheler, filósofo alemán, afirmaba en los
umbrales del siglo XX: En la historia de
más de diez mil años somos nosotros la primera
época en el hombre se ha convertido para sí mismo
radical y universalmente en un ser
"problemático": el hombre ya no sabe lo que es y
se da cuenta de que no lo sabe87
La maldad existe entre los seres humanos, se ha
adquirido mucha ciencia por las investigaciones; se tiene tanta
tecnología, hasta tal punto se habla de la sociedad del
conocimiento, sin embargo el mal se extiende en todas
partes.
¿Qué es el mal? ¿Por qué
razones los más "sabios", sabiendo y reflejamente, hacen
el mal? ¿Es posible erradicar el mal de la naturaleza
humana?
3.3.- Solicitud por la
verdad
Pilatos preguntó a Jesús
¿Qué es la verdad? Nadie se ocupa de la verdad ni
busca hacerse radiante, hay una inmensa voluntad de oscurecer la
verdad, nos acercamos al eclipse de la verdad. La mentalidad de
la ambigüedad y de la clandestinidad pública se va
imponiendo, el hombre se hace máscaras para no verse a
sí mismo ni ver el rostro viviendo del otro. Alan
García Pérez doctor en Derecho y presidente
constitucional, se refería a los nativos: Ya
está bueno, estas personas (nativos) no son ciudadanos de
primera clase que puedan decirnos, 400 mil nativos a 28 millones
de peruanos, tú no tienes derecho de venir
aquí (…) quien piense de esa manera
quiere llevarnos a la irracionalidad y al retroceso primitivo19
Desde la óptica del doctor hay dos clases de ciudadanos:
primera y segunda. ¿Cuáles son los criterios para
diferenciarlos? No les parece que es una manifestación
implícita de la mentalidad irracional por la que, fundada
en el derecho positivo, hicieron los griegos y romanos, a unos
libres y otros esclavos; en tiempos medievales, unos son siervos
y otros son señores; en el siglo XIX, Carlos Marx
Pressburg, distinguía entre burgueses y proletarios; en
plena sociedad del conocimiento, unos son ciudadanos de primera y
otros de segunda, esta tesis ¿es verdad o es una forma de
deshumanización del hombre por el hombre?
El hombre es libre para la verdad y para el
engaño; por eso mismo, por su libertad, es un ser en
"deuda", responsable de querer o no la verdad del "mal" que por
la falsedad absoluta se produce en el mundo21, con mucha
franqueza en su tiempo Jean Paul Sartre manifestaba: vivimos en
un mundo en la que todos hacen trampas. ¿Qué es la
verdad? ¿Realmente la verdad nos hace libres? ¿El
hombre es libre o se hace la ilusión de ser
libre?
3.4.- Holístico
La filosofía es una disciplina universal,
razón por la cual se considera a ella como la madre de
todos los saberes. El filósofo era el hombre
polifacético, por cierto, el saber estaba todavía
muy limitado; visión que se mantuvo hasta la modernidad,
como se observa en la praxis filosofar de Renato Descartes,
Guillermo Leibniz, Blas Pascal; Francisco Bacón; Manuel
Kant, Federico Hegel.
A partir del siglo XIX, aceleradamente las diversas
ciencias particulares adquieren su DNI, se independizan y buscan
convertirse en ciencias supremas. Los científicos se
ilusionan en constituirse en los rectores de las conciencias
humanas. El resultado, por una parte ascenso material en todas
sus dimensiones y, por otra asimilación sesgada,
unilateral, fragmentada de la realidad cósmica, humana y
de Dios, cuyo resultado: el hombre contra el hombre, como se ve
en la orgía irracional de 1914-1918, 1939-1945, de cuyas
ceniza ha surgido la mentalidad holística.
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