Los realistas
después del triunfo
Brigadier general D.José
Ordóñez
Proyectó y dirigió el ataque con
decisión
y valentía.Fue el héroe de la
jornada
Prologo
Mariano Torrente y el general Andrés García Camba
conforman una vertiente de la historiografía española
que ha incursionado en la variedad de los sucesos relacionados
con la guerra de la independencia de los países
sudamericanos de habla hispana. Sumar sus aportes a los
clásicos americanos (Siglo XIX)
para conocimiento del lector, no dudo resultará esclarecdor
con vistas a penetrar, cotejar e interpretar cabalmente tales
acontecimientos, vistos desde ambas perspectivas.
Sabemos que Cancharrayada fué un imprevisto y
desafortunado suceso para las armas independentistas,
resultado de un oportuno ataque nocturno del ejército
realista.
Sin embargo, solo diez y siete días perduró su
fugaz proyección, resultado de la inconmovible certeza
patriota del triunfo final.
A.P.R.
Guillermo Miller que revistaba en plaza de capitán en
las baterías de la segunda línea, del Ejército
Unido nos cuenta que:
El ataque povocó confusión porque fué
efectuado justo en el momento en que la segunda división el
ejército patriota estaba por efectuar el cambio de
ubicación proyectado para evitar precisamente un ataque
nocturno. Los realistas, sospecharon la puesta en marcha de
algùn plan enemigo para neutralizarlo, y se pusieron en
marcha en cuanto oscureció. Con tal acertada decisión,
lograron poner en fuga al ejército patriota.
En rigor debemos señalar que, éstos, no
dejaron de estar preparados para recibirlo, y pudieron
fácilmente haberlo rechazado.
Sucedió, en razón del efecto que produce un
ataque en la oscuridad de la noche, en el ánimo de tropas
bisoñas; razón por sí solo suficiente, para dar
origen a una derrota completa. No es justo tampoco hacer
responsables a los generales que la mandaban, ya que no les
fué posible contener los efectos del terror pánico que,
apoderándose de algunos en el primer momento, corrió
velozmente por las filas en medio de la oscuridad, lo cual, hizo
ineficaz las medidas de aquellos para evitarlo.
Los Jefes Realistas
"El primero hallaba el camino sembrado de
abrojos y el segundo de flores".
García Camba: "Los dos jefes realistas de
mayor graduación eran opuestos en lo personal y en lo
profesional, lo cual se traducía negativamente en el
accionar del ejército.
Mariano Osorio (1) (General en
jefe) tenía talentos no comunes, bastante
instrucción y mucha política; pero su demasiada
circunspección, daba a todas sus providencias un
carácter de perplejidad e irresolución.
José Ordoñez (2) (segundo en
el mando) era de ingenio poco fecundo, de modales
populares, y nada cursado en la carrera política, más,
a su vez, abundaba en valor decisión y firmeza;
diríamos: – ¡¡un genuino gallo de riña!!
Aquel reconocía la importancia del enemigo que iba
a combatir, y éste lo despreciaba, convencido sinceramente
de que sería irresistibles los esfuerzos de sus bizarras
tropas. El primero hallaba el camino sembrado de abrojos y el
segundo de flores. Y como en Ordóñez, era más
fresca la fama de sus hazañas (3) fue el centro de las
demostraciones de admiración, júbilo y aprecio de los
partidarios de la causa realista por donde transitaban".
A. García Cambal
1) 1777-1819 Fue tomado prisionero en la batalla
de Maipú. Murió en San Luis con otros prisioneros
realistas que se sublevaron en contra de la guarnición que
estaba a cargo de su custodia.
2) 1789-1819. Enfermó y murío en La
Habana (Cuba) en tránsito a la
Península.
Torrente: "Desde el momento en que la división de
Lima arribó su a Talcahuano sede los pue notó aquella
falta de armonía y franqueza entre Osorio y
Ordóñez, que fué el origen emponzoñado de mil
males. Ambos tenían entusiasmo, inteligencia y
decisión; ambos deseaban dar días de gloria a la
España, y sellar con su sangre la fidelidad al monarca
español; pero ambos al parecer tenían aspiraciones que
no eran conciliables" M. Torrente
El Patriota
"El la señalaba como su mejor
campaña…"
El general San Martín era un consumado estratega,
frío, astuto, metódico, detallista. Sus línea de
operaciones durante la campaña de la cual daremos noticias,
fue desarrollada en un doble trayecto y en un espacio de
novecientos kilómetros. La que, finalmente, habría de
converger en un punto preciso, aquel en que debía darse el
golpe final al enemigo. Tal rigor lo revela como un aventajado
discípulo de la escuela de Federico (a) Y, pese a
que los dioses de la guerra le fueron esquivos en el
desconcertante e imprevisto desenlace, él la señalaba
como la mejor, bajo su mando.
a) Federico II, 1812-1886 llamado "el Grande".
Se lo conoce por sus grandes victorias militares y por la moderna
organización del ejército
prusiano.
Carlos.M. Von Clausewicz: "La estrategia
determina el lugar y el momento en que debe combatirse y las
tropas con que debemos verificarlo, por consiguiente, por esta
triple determinación, tiene una influencia escencial sobre
el desarrollo del combate". T.I, Cap. VIII, p.301. Circulo
Militar Bs. As.
Casimiro Marcó del Pont,
II
Acciones Preliminares
"Marchaban muy ufanos descontando lograr la reconquista
de Chile …"
García Camba: Luego del triunfo patriota en Chacabuco
, "el virrey Pezuela concibió el atrevido proyecto de
reconquistar el reino de Chile, y aceleró los aprestos de
una expedición, cuyo mando confió a su hijo
político elbrigadier D. Manuel Osorio, coronel de
artillería. Esta expedición, compuesta de tres
batallones, dos escuadrones de caballería (1) y doce piezas
de campaña zarpó del puerto del Callao afines de ese
año (1817) Coincidentemente empezó a dudarse
melancólicamente del éxito de esta expedición,
máxime si se ponía en campaña antes del arribo de
otra anunciada ya de la península y que había de
dirigirse por el Cabo de Hornos.
Se fundaba este triste presentimiento en que, además
de la naturaleza de la empresa, el concepto público, que
reconocía en Osorio un buen jefe de maestranza, aunque no le
reconocía todas las cualidades requeridas para tan
importante mando, y en que también, los enemigos con quienes
iba a combatir ahora, eran muy distintos de los que había
vencido en Rancagua en 1814, y debían estar, como era
natural, orgullosos de sus recientes triunfos.
En efecto, la fácil pérdida del interesante
reino de Chile fué un suceso de inmensa trascendencia, fatal
para las armas españolas.
Se supo que, hacía tiempo, organizaba el general San
Martín un ejército con éste objeto en Mendoza, en
la banda oriental de la cordillera de los Andes. Las tropas
realistas componían entonces una fuerza de 7.000 hombres;
pero el astuto enemigo supo distraer de tal modo la atención
del general Marcó del Pont, que lo hizo caer en el
gravísimo error de pretender cubrir una línea de muchas
leguas de extensión, quedando por consiguiente, débil
en todos los puntos. Obtenido este deseado resultado se puso San
Martín en marcha el 17 de enero (1818) con 4.200 hombres de
tropa de línea, 12 piezas de artillería y 1.200
milicianos; atravesó la cordillera por Santa Rosa,
(Las dos columnas principales la cruzaron por los pasos
de Uspallata y Los Patos) y alcanzó y
batió el 12 de febrero en Chacabuco la división del
brigadier Rafael Maroto. Fué tal la sensación que esta
desgracia produjo en el resto de las esparcidas tropas reales,
que al día siguiente se abandonó la capital sin
más pensamiento que el de acudir a Valparaíso, cada uno
como podía, para embarcarse para Lima, aumentando el
desorden y el espanto de las familias que se afanaban a ganar un
buque, porque se creían comprometidas. Consiguientemente
Marcó del Pont muchos jefes y oficiales, las principales
autoridades y la mayor parte de la tropa cayeron en poder de los
vencedores, quienes sin más resistencia, invadieron todo el
país hasta los confines de la fiel provincia de
Concepción de Penco.
La imparcialidad exige confesar que la propia
organización de un ejército en Mendoza, con las
dificultades que ofrece el país, el plan de la invasión
a Chile y su entendida ejecución, recomiendan el mérito
de San Martín; más con todo, sin los errores que
cometió el general español no era probable perder aquel
hermoso reino con una sola acción de vanguardia".
Mariano Torrente
Torrente: "Engreído el coronel
Ordóñez con los preciosos triunfos conseguidos sobre
las tropas de San Martín (2) continuaba sosteniendo con el
mayor lustre la plaza de Talcahuano, cuando tuvo el consuelo de
ver arribar á aquel puerto la brillante expedición
organizada en Lima por el virrey Pezuela y confiada al mando del
brigadier Osorio. Se componía ésta de 3.407 hombres de
todas las armas, los que reunidos a la tropa que mandaba el
referido Ordóñez componían una fuerza de 5.000
soldados útiles para entrar en campaña.
Apenas tuvieron noticia de este desembarco los caudillos
O"Higgins y Brayer (3) se retiraron a Concepción, y
sucesivamente tuvieron orden de desamparar aquella ciudad y toda
su provincia, y de retirarse a la de Santiago, a incorporarse con
otra división de 3.000 hombres, mandada por el jefe
principal San Martín. Hasta que se supo con certeza el
desembarco de la expedición verificada en Talcahuano, se
mantuvo éste en observación en las inmediaciones de
Valparaíso, recelando de que aquella pudiera amagar por ese
lado. Disipado este primer temor formó su plan de reunir en
un cuerpo todas las fuerzas del reino para dar un golpe decisivo
a los realistas.
La retirada de O"Higgins selló la barbarie y
ferocidad que ha caracterizado siempre a los revolucionarios de
América. La vandálica orden de que evacuar hacia la
provincia de Santiago todos los habitantes de la de
Concepción, sin exceptuar edad ni sexo, cubrió aquel
dilatado camino de ciento cincuenta leguas, de infelices familias
que iban sucumbiendo al peso de la fatiga, de los duros
tratamientos de las angustias y de las privaciones. La pluma no
acierta a describir los actos de brutalidad cometidos en esa
ocasión contra los fieles habitantes de la referida
provincia. El fuego y la espada acabaron de destruir cuanto
había podido sustraerse a la rapacidad y violencia de los
soldados titulados de la patria. Las casas, las haciendas, los
campos, los animales de servicio, todo fue inutilizado sin que a
aquellos pueblos miserables les quedase ni aún el
estéril recurso de lamentar sus desdichas. (4)
Luego que hubo desembarcado Osorio, trató de
proveerse de caballos para salir a la persecución de los
prófugos; y expedidas á este fin, las necesarias
providencias, se reunieron 2.000 de ellos a los siete días,
y asimismo el número suficiente de acémilas y de
bueyes.
Como Osorio se hallaba con toda la protección del
virrey, no era extraño que aspirase al mando supremo de
aquel reino: no podía ver Ordóñez con indiferencia
que viniese otro a recoger el fruto de sus padecimientos y
sacrificios. (Se refiere a la exitosa defensa que le cupo al
comando de las fuerzas que defendieron las fortificaciones de
Talcahuano) Hete allí, una de las causas que influyeron
poderosamente en los reveses que sufrieron los realistas en
aquella campaña.
Los primeros síntomas del descontento fueron cortados
sin embargo, por la mediación de algunas personas celosas
del bien público tanto como con el grado de brigadier que de
parte del virrey había llevado Osorio para
Ordóñez, a fin de hacer menos sensible su desaire.
Sofocado ambos por entonces su mutuo resentimiento, se dedicaron
con el mayor tesón y energía a conducir a feliz
término la empresa de la reconquista. Después de
haberse detenido en Concepción algunos días para
revisar los cuerpos, organizar la caballería y preparar la
tropa, haciendo con esta mira algunos simulacros de guerra para
salir con lucimiento de la campaña que iba a abrirse,
levantaron el campo en el
mes de febrero, y avanzaron varias de sus partidas de
caballería hasta
Chillán".
San Martín logró desconcertar al mando realista
amagando con argucias ("Guerra de
Zapa") su promocionada invasión sobre un frente
de unos 900 kilómetros. Marcó del Pont (5) y los suyos
aturdidos y desconcertados ante la inminencia del
ataque, incurrieron en el error de dividir su
ejército; el cual, aunque fuerte de 7.000 hombres,
resultó insuficiente para cubrir todos los pasos reconocidos
a lo largo de tamaña extención. Conforme a ese plan, el
ejército patriota cruzó la cordillera en varios puntos.
Los realistas advitieron la presencia de las columnas
principales, solo cuando éstas habían ya cruzado la
cordillera.
Después de la batalla de Chacabuco consecuencia de
aquella brillante operación, una división al mando del
director O"Higgins, puso sitio a Talcahuano, enclave fortificado
y último bastión ocupado por el enemigo. Urgía la
toma de esa plaza antes que pudiera ser cabecera de un eventual
desembarco con refuerzos procedentes de Lima. Sin embargo, la
guarnición de la plaza al mando del audaz e imprevisible
coronel José Ordoñez, resistió con denuedo los
ataques de la división destinada para tal fin, pese a sus
gloriosos y tenaces intentos.
Algún tiempo después, cuando el jefe patriota
supo de la fuerte expedición que acababa departir de Lima,
al mando de Mariano Osorio, (6) dió instrucciones a
O"Higgins de levantar el asedio a Talcahuano y de desplazarse con
su división hacia el norte, a fin de unificar ambas
divisiones. Parte de la ubicada en el área capital, bajo el
mando directo de San Martín, fué destinada a Las
Tablas, (En rigor solo la
caballería) ese lugar estaba ubicado al sur de
Valparaiso, a fin de cubrir la costa central del país ante
la posibilidad de que el ejército realista, proveniente de
Lima, hiciera pie en las inmediaciones de ese puerto, ubicado a
solo 125 kilómetros al noroeste de Santiago. La orden
impartida a O"Higgins impedía a los realistas la posibilidad
de derrotar ambas divisiones en detalle. Las instrucciones
también incluían arrasar todo cuanto pudiera facilitar
la marcha y la subsistencia del enemigo; no tanto para que este
no pudiera avanzar, sí, para que fuese desastrosa su
retirada a que el general argentino pensaba obligarlo para cuando
aquél hubiera avannzado más allá del río
Maule. Su plan consistía en inducirlo a que lo cruzara, y a
su vez, impedirle su contramarchara, tras lo cual, obligarlo a
dar batalla en condiciones desfavorables; esto es, estrecharlo
contra esa barrera natural (pues éste era muy
caudaloso) con un movimientos de flanco, hasta
hacerlo capitular.
Con tales miras, había ocultado cuidadosamente su
ejército en distintos lugares del país y aún en
Cuyo, para evitar que el enemigo tomara conocimiento de su
verdadero potencial, y pudiera rectificar su plan de
operaciones.
Al tomar conocimiento que el ejército enemigo avanzaba
a marchas forzadas y se aproximaba al lugar previsto por su plan,
comprendió que había llegado la hora de reunir su
fuerza y abrir campaña. Avanzó hasta San Fernando
(ver plano Nª1) y dió
instrucciones a O"Higgins a que acampara en Quechereguas y en
Curicó. Allí envió una división de 1.500
hombres, (caballería) al mando del
general Antonio González Balcarce.
En el bando realista el tiempo apremiaba, ya que la escasez
de víveres y recursos en una tierra arrasada, era motivo
más que suficiente para que el general español,
procurase adelantar sus marchas con rapidez. Tal decisión
era estimulada también por la animosidad de algunos jefes
engreídos que se jactaban de vencer a los
"insurgentes" al solo amago de su presencia. Con tal
actitud, avanzaron muy ufanos estrechando distancias con los
patriotas.
No obstante, las cosas no resultaron tal como pensaban, ya
que cuando tomaron conocimiento a través de espías y de
algunas avanzadas desprendidas de su vanguardia, de la
envergadura real de su enemigo, cesaron de inmediato su avance. Y
este se patentizó, a partir del enfrentamiento en
Querecheguas, cuando la vanguardia real al mando del coronel
Primo de Rivera, chocó con una partida avanzada patriota al
mando del coronel Freyre (compuesta de 170 hombres
de caballería) y, pese a que el enfrentamiento
no pasó de ser una escaramuza, los realistas asumieron que
debían luchar con un enemigo combativo y organizado. Visto
lo cual, su vanguardia retrocedieó a Camarico. A partir de
ese punto, todo el ejército realista retomó con
presteza el camino hacia el sur, con vistas a ponerse bajo la
protección de las baterías de la fortaleza de
Talcahuano.
Penetrado de tales intenciones, San Martín
dividió su ejército en dos cuerpos que marcharon tras
ellos, a fin de darle alcance; uno de distracción por el
camino Carretero dedsde y hacia Santiago (Oeste) y el
otro, o sea la columna principal, por el de Tres Montes, que
costeaba las caídas de la cordillera. (Este)
Maniobras concebidas sin que los realistas (7) hubiesen advertido
su proximidad. Su plan, tal como habíamos mencionado,
tenía como objetivo salir al Maule por el oriente, envolver
el flanco izquierdo y amenazar la retaguardia del enemigo, por
entonces, en precipitada retirada. Por lo demás, resultaba
improbable que Osorio hubiera podido continuar la retirada sin
ser alcanzado por el Ejército Uindo; significa que el jefe
realista no más alternativa que dar batalla ó
encerrarse en Talca, sin recursos de ningún tipo; y, en
consecuencia, sin otra salida que la rendición sin
condiciones. Su estrategia era irreprochable. Pocas veces se
habrá ejecutado en la guerra de la independencia una
operación más hábil, y de un cálculo
matemático más decisivo, ya que Osorio creía que
el ejército patriota quedaba todavía campado al
norte.
Fácil es imaginar la sorpresa de los jefes realistas
al enterarse que su enemigo marchaba en paralelo a su flanco
izquierdo, y, a una distancia de poco menos de una legua hacia el
Este, con la clara intención de envolverlo.
A propósito, decía el barón de
Jomeini:
"Maniobrar de forma tal de hacer combatir las
fuerzas principales propias contra partes de las del enemigo"
"Uno debería apuntar a su flanco y de allí a su
línea de retirada" Edward Mead Earle"Creadores de la
estrategia Moderna P. 195. Círculo Militar Bs. As.
Argentina.
Ante tal perspectiva, Osorio forzó aún más
sus marchas, y alcanzó a llegar a Talca, con el último
aliento, ya que el ejército patriota le picaba su
retaguardia a solo a 2.500 metros de distancia.
San Martín intentó detenerlos al cruzar el
río Lircay y luego, casi en las puertas de Talca, con tal
propósito, adelantó su caballería y
artillería de campaña. para forzarlos al combate, sin
embargo no pudo lograrse tal propósito.(8)
Como ya eran pasada las cuatro de la tarde y creyendo muy
avanzado el día para comprometer una batalla formal con tan
estrecho margen. (A las seis de la tarde comenzaba
el crepúsculo) y al notar además, el
cansancio de la tropa después de dos días de marchas
forzadas, dispuso la reconcentración de todas sus fuerzas, y
en la mañana siguiente, dar a las operaciones el impulso que
debía ser definitivo (9)
Notas II
1) A los realistas de esa arma San Martín los
llamaba "maturrangos" haciendo notar su inferioridad con
relación a la patriota.
2) El ejército Unido, durante el sitio de
Talcahuano estuvo comandado por el General O"Higgins teniendo
como segundo al coronel Las Heras.
3) Militar de origen francés, que había
militado en las tropas de Napoleón. Por entonces
ejercía el mando en jefe del estado mayor del Ejército
Aliado.
4) El amigo Torrente aprovecha toda circunstancia
para dirigir duras críticas al bando patriota. En este caso,
dejar al ejército enemigo sin medios de subsistencia es
parte de la guerra de recursos utilizada por todos los
ejércitos del mundo. Cuando hay éxodo todos padecen.
(Hoy diríamos (Daños colaterales) No pocos lo
habrán asumido con entereza y resignación atentos a la
necesidad estratégica de tal cometido. La utilizó el
general Belgrano al evacuar Jujuy, también los guerrilleros
salteños (1814/1821) para obstaculizar el avance realista en
la frontera norte de Las Provincias Unidas.
5) Ejercía la presidencia y la comandancia
militar de la Capitanía General de Chile
(1765-1821)
6) Vencedor en la batalla de Rancagua 1-2/10/1814,
cuya consecuencia fué que Chile pasara nuevamente a poder de
los realistas.
7) Se reconocía a las tropas del rey, con el
mote de "los godos".
8) "Para dar batalla en aquel momento favorable,
puso 1.600 jinetes al mando de Balcarce con la orden de acometer
la retaguardia de los enemigos y de obligar a su ejército a
ponerse en línea. Pero como eran ya más de las cuatro
de la tarde, los realistas habían tenido tiempo de formar su
infantería detrás de los zanjones y escabrosidades de
los arrededores de Talca, que a causa de eso, se llamaba campo de
Cancha Rayada -llano zanjeado- y la caballería patriota que
lo ignoraba, y que fué lanzada con un frente mucho más
extenso que el del enemigo, se envolvió a si misma, fué
recibida con un fuego nutrido y tuvo que retirarse atomar nueva
formación. Creyose que había tiempo todavía de
obligar al enemigo a batirse; se mandón en apoyo de la
caballería al N° 2 de Chile, que tomaron el flanco del
enemigo, y se llevaron al encuentro 20 piezas de artillería;
pero ya no daba lugar a nada la proximidad de la noche; y el
general San Martín mandó suspender los movimientos y
formar el campamento". López, T. 4,
P.86
"La numerosa artillería enemiga (patriota)
dice el general Osorio, no dejó de hacernos daño,
siendo el más interesantela desgracia ocurida al coronel del
regimiento de Burgos don José maría Beza" herido (al
caer de su caballo) que lo inabilitó para ponerse al frente
de la "segunda división" .En la línea realista
comenzó a notarse cierta perturbación como si deseara
evitar el combate.
9) "Un escuadrón de cazadores de la
escolta, despachado bajo las órdenes del comandante Bueras,
para favorecer la retirada s de la artillería que había
adelantado O"Higgins, cumplió puntualmente ese encargo; y
como él ejército realista hubiera continuado
retirándose a Taca, aquel valiente oficial dispersó las
últimas partidas enemigas persiguiéndolas hasta las
entradas de la ciudad. Buera vovía de su misión a
reunirse con los suyos en los momentos en que el sol se ocultaba
en el horizonte" Barros Arana, Historia … Parte Octava, p.
275
III
Antes del Ataque
"Nunca acorrales a un tigre
herido"
Rabindranat
Tagore
General Andrés García
Camba
García Camba: "Osorio (1) se encontraba ante
una situación crítica. Hallábase a la vista de un
contrario muy superior; y con el caudaloso Maule cinco leguas a
retaguardia, y era fácil por lo tanto reconocer el positivo
riesgo que ofrecía la continuación de la
retirada
En este estado el brigadier Ordóñez (2) el
coronel del batallón Burgos Baeza y otros jefes manifestaron
a Osorio que no alcanzaban más medio de salvación
posible, que el de atacar con decisión el campamento enemigo
antes de que amaneciera. En dicho pensamiento, convino al fin el
jefe superior, fiando a Ordóñez (3) su
ejecución.
Las tropas destinadas a ejecutar este osado golpe de mano,
formaron silenciosamente en tres columnas : La de la derecha al
mando del coronel Primo de Rivera, jefe de estado mayor, la del
centro al del brigadier Ordóñez y la de la izquierda al
teniente coronel Bernardo de la Torre."
Torrente: "La situación era muy apurada; el
desaliento había alcanzado hasta los jefes menos
aprehensivos; algunos individuos se fugaron en aquella noche
llevando a la provincia de Concepción el terror y la
desconfianza; solo un atrevido golpe de extrema valentía,
podía salvarlos de su inevitable ruina: atacar por sorpresa
el campamento enemigo que distaba media legua de Talca, era la
única áncora de su esperanza. Apenas se propuso este
atrevido proyecto fué recibido por todos con entusiasmo, el
mismo Osorio no lo desaprobó a pesar de su reticencia en
acometer empresas que no tuvieran todas las apariencias de
obtener un buen resultado". (4) "Llenas las tropas del más
ardiente entusiasmo, rompen su marcha para caer sobre el enemigo,
tomando por norte el paraje en que habían quedado (el
ejército enemigo) por la tarde" (5)
Guillermo Miller, afirma en sus Memorias que el general San
Martín se proponía atacar en la mañana del 20.
(6)
Tal como sabemos, en la tarde del día 19 a ambos
ejércitos lo separaba solo, algo menos de media
legua.
Así pues, desde las torres de Talca pudieron los
realistas corroborar las fuerzas superiores del Ejército
Unido y en consecuencia, asumieron que se hallaban en una
posición desesperada. A su frente, se avistaban soldados y
jefes de una reputación ya consagrada; y a sus espaldas un
río caudaloso, que no era posible trasponer sin una evidente
y desastrosa derrota.
General José de San Martín
En el recinto de Talca los realistas estaban en activo
movimiento. Al encerrarse en la ciudad en las últimas horas
de la tarde, tenían el convencimiento de su inferioridad
numérica y de las dificultades de su situación. Ante un
cuadro tan desfavorable no les cabía duda que una batalla
campal contra un ejército más numeroso, más
diciplinado y mejor provisto de lo que se creía hasta
entonces, no podían esperar menos que una derrota segura. No
le quedaban alternativas favorables, La retirada al otro lado del
Maule, donde se habrían hallado en mejores condiciones, para
prolongar la guerra, había llegado a ser una misión
imposible. El permanecer encerrados en Talca, les habría
permitido sostener un sitio más o menos largo, aunque solo
serviría para prolongar su agonía, y sin la más
mínima esperanza de alcanzar un resultado positivo. No
podían recibir refuerzos, ni contaban con los recursos
más necesarios para su subsistencia ni aún en el corto
plazo. En esas horas de incertidumbre y ansiedad, el general
Osorio se mostraba débil e irresoluto, persuadido de que
solo la protección del cielo a través de la milagrosa
intervención de la virgen del Rosario, patrona jurada de las
armas realistas, podía salvarlo del desastre.
Ordóñez, por el contrario, siempre resuelto y animoso,
sostenía que un golpe de audacia podía asegurar
todavía el triunfo de las armas del rey. En la junta de
guerra que celebraron apresuradamente, propuso hacer esa misma
noche una salida con sus mejores tropas, caer de sorpresa sobre
el ejército patriota, cuanto menos tratar de desorganizarlo
y porque nó, también vencerlo totalmente. Ciertamente
familiarizado con este tipo de operativos que ya había
instrumentado exitosamente en la defensa de Talcahuano contra el
cerco patriota . De su valor y osadía nos da noticias el
general Las Heras veinticinco años después de tales
sucesos. "- ¡¡Un diablo!! , (Ordoñez) yo no me
hubiera confiado en él" Nunca más vigente aquel
dicho de Napoleón que afirmaba que:
"Nada es seguro, todo es
relativo, ergo, no hay proyecto humano que no pueda revertirse si
el que lo ejecuta, lo hace con determinación, valentía
y audacia"
Con la decisión ya tomada, Ordoñez, avezado,
perspicaz y cojonudo, hizo realidad una vez más, aquella
antigua sentencia que afirma que "al que madruga
…" Decíamos que se empeñó en ejecutar
su plan en cuanto oscureciera, sin dejarle al enemigo margen de
maniobra. Y, tal como veremos, fue una acertada decisión,
mediante la cual, salvó al ejército realista de su
total aniquilamiento.
El general San Martín había previsto el ataque
del enemigo, tomando en cuenta que los realistas atentos y
concientes de su inferioridad, bien podrían intentar atacar
su campamento en horas de la noche. Atento a lo cual, había
concebido un plan para desbaratarlo, que cosistió en cambiar
la posición de su ejército. Es decir, reubicarlo del
noroeste al norte de la ciudad de Talca, (Ver en
plano N° 2) Hecho el traspaso, el nuevo
dispositivo, quedaría formando un ángulo de unos
100°, respecto de su anterior posición. Los realistas
encontrarían solo el espacio vacío, y al ejército
patriota, ubicado estrategicamente, sobre el flanco izquierdo de
las columnas enemigas. En el lugar desalojado, ubicaría solo
algunas partidas de caballería a fin de que alertaran sobre
un posible ataque, y, tras efectuar la primera resistencia,
tratarían de inducirlos hacia direcciones equivocadas.
Luego, movería su ejército, para ganarle la retaguardia
al enemigo y consumar al otro día su rendición
incondicional. ¡Un plan casi perfecto!; solo había que
realizar los movimientos proyectados y … aguardar el
alba.
Lo cierto es que a todos nos ocurren, imprevistos en los
que resulta hasta creíble admitir aquello de que "El
hombre propone pero el diablo… !
A las 21 horas el ejército realista estaba ya formado
para atacar. Noche cerrada, muy cubierto el cielo. Al cabo, el
enemigo se puso en movimiento sobre el campo patriota. Poco antes
de esa hora, el Ejército Unido comenzaba a cambiar la
ubicación de sus líneas.
Para efectuar tales movimientos, San Martín
comisionó al general O"Higgins, al coronel de ingenieros
Antonio Arcos y al jefe del estado mayor general Brayer, la
ejecución de sus órdenes. Antes de efectuar los cambios
el Ejército Unido estaba dispuesto en tres líneas
paralelas; (Ver plano N° 2) la ubicada al
frente, estaba comandada por el coronel Hilarión de la
Quintana, la segunda situada unos quinientos metros detrás,
revistaba al mando del general O"Higgins y en la última, la
reserva, ubicada al pie de unas alturas llamadas de Baeza,
(Plano Efectuado el traslado, su flanco
derecho quedaría apoyado por una batería de diez piezas
con frente al camino público que va de Norte a Sur. (Inocua
porque ya había agotado su munición en el cañoneo
de la tarde contra la línea enemiga)
Las características del terreno no permitína
realizar el desplazamiento de las dos divisiones en forma
simultanea, El suelo estaba cortado por zanjones y por huellones
provocadoas por el tránsito de ganados. Tal como veremos, se
cometieron errores en la instrumetación de la tarea. El
más notorio fué principiar el traslado con el primer
cuerpo, que era el que guardaba el frente; ante lo cual, se
corrían dos peligros:
A) Si esa línea era atacada durante el cambio de
posiciones, quedaba sin formación y expuesta a
desorganizarse, llevado su desconcierto y desorden a la segunda
ubicada detrás.
Gral. Bernardo O"Higgins
B) Realizado el movimiento de la división ubicada al
frente, la segunda línea quedaba desguarnecida y sin que la
primera pudiera sostenerla con efectividad en medio de la
oscuridad.
C) De manera que, el personal asignado a la tarea,
debían en primer lugar haber comenzado la rotación por
la segunda línea, así como también, adelantar
varios puestos avanzados escalonádos y sobre todo a mayor
distancia de la primera y no como erroneamente se dispuso en la
ocasión, es decir próximos a ésta.
D) Encender fuegos so pretexto de alumbrar la mudanza, del
ejército, con lo cual, se enviaba gratuitamente
significativos puntos de referencia a las columnas de ataque
enemigas.
E) El Campamento patriota se ubicó próximo a la
ciudad. Tal vez por exeso de confianza en el triunfo.
F) Ubicar las partidas de prevención próximas a
la primera línea del ejército
(caballería) y prescindir de
infantería.
Notas III
1) Mariano Osorio. No solo los referentes de la
estrategia militar del
siglo XIX, sino también el sentido común,
aconsejaba no dar batalla teniendo
a retaguardia ríos caudalosos de
problemático vado.
2) Habíamos ya mencionado que José
Ordoñez. Defendió exitosamente la plaza de Talcahuano
ante los ataques de una división patriota.
4) Con relación a su reticencia, debemos
suponer en su descargo, que tal actitud remite, a una estricta
observancia de las instrucciones que recibió del virrey
Joaquín de la Pezuela, tocante a solo presentar batalla,
cuando sopesara posibilidades de éxito.
5) Habíamos mencionado también, que una de
las divisiones había ya mudado de
posición.
6) Memorias del General Miller, p. 87 No tenían
otra alternativa. Preferían morir a caer prisioneros, a
causa de las pésimas condiciones de extrañamiento a que
eran sometidos los hombres de ambos bandos.
IV
Triunfo Realista
"Audaces fortuna juvat"
19 de marzo de 1818
Gral. Carlos Von Clausewitz: "El efecto moral, que la
sorpresa lleva consigo, cambia con frecuencia la situación
más desperada en una favorable para el que con la sorpresa
goza, impidiendo con el cambio que el otro llegue a una
resolución ordenada; al decir esto tenemos presentes no solo
a los primeros primeros jefes, sino a todos en general, porque el
efecto de la sorpresa tiene la cualidad de aflojar
considerablemente los lazos de unidad, con lo cual aparece
facilmente la individualidad de cada uno de
aquellos"
"Si la supremacía moral de una de ellas es capaz
de producir el desaliento y aturdir a su contrario en la
sorpresa, logrará mayores éxitos con ésta y hasta
recogerá seguros frutos en lugar de ser batida"
De la Guerra, T.1, Cap.8, P.316, Círculo Militar de
Buenos Aires.
Torrente: Como esta operación se hizo con
tanta precipitación y en el silencio de la noche, se fueron
rezagando muchos soldados deseosos de evitar una catástrofe
que temían pudiera sobrevenir a aquellos valientes, los que
se vieron reducidos por lo tanto a poco más de dos mil
infantes y 1500 caballos. No bien habían andado medio cuarto
de legua cuando la división de la izquierda, (1) se
encontró con una partida de caballería enemiga, y
recibió enseguida una terrible descarga de fusilería y
artillería, del campamento que se hallaba en la cresta del
cerro distante a pocos pasos. Aunque vaciló por algún
momento la columna de los fieles, volvió sin embargo muy
pronto de su primer estupor, y atacó con denodado
espíritu el citado cerro del que se apoderó en pocos
minutos, así como del hospital de sangre, de varias piezas
de artillería, y de todos los equipajes del cuartel
general.
Las divisiones del centro y la derecha debían haber
"faldeado" aquella colina y envuelto las tropas que trataban de
retirarse, por lo contrario, orientaron su ataque por el paraje
en que estaba empeñada la izquierda, (Tener
presente este detalle) con grande peligro de
haberse destrozado unas tropas con otras, (No
puidieron evitarlo) si la casualidad no las
hubiera hecho reconocer prontamente a pesar de oscuridad y de la
confusión del combate.
Desconcertados los insurgentes con este inesperado y
brusco choque, se entregaron a la más vergonzosa
dispersión, excepto una brigada que ya había mudado de
posición a órdenes del coronel Las Heras. No fué
menor el desorden de los soldados realistas que cayeron
furiosamente sobre el campo enemigo, y a los que no fué
posible organizar hasta la mañana siguiente. Solo el digno
comandante del batallón "Arequipa" don José Rodil supo
mantener ordenado su cuerpo bisoño, y formar un punto de
reunión para los dispersos.
Se arrojó Ordóñez con tanto ardor como
confusión con la sola compañía de Zapadores sobre
San Martín, que parece trataba de rehacerse en el llano,
según lo señalaron algunos cazadores, y con ellos el
teniente coronel Latorre, habiéndose debido más
particularmente a los bizarros esfuerzos del bien organizado
batallón de Arequipa, la dispersión de aquellos grupos
rebeldes. Todavía quisieron rehacerse en las barrancas del
Lircay, pero superado por los realistas este último
obstáculo, aunque con alguna pérdida quedaron
dueños del campo, huyendo el enemigo, en todas direcciones
con el mayor desconcierto, excepto el citado coronel Las Heras,
que pudo verificar su repliegue con los dos batallones (2) de que
se ha hecho mención, aunque sin haber podido salvar sus
trenes, equipaje y caballos".
Emblema Realista
García Camba: Las tropas realistas fueron
Lanzadas al ataque y favorecidos por la oscuridad de la noche
cayeron de improviso sobre el campo de Cancha Rayada. Los puestos
avanzados de los patriotas colocados al descubierto fueron
dispersados y hechos prisioneros. La línea hizo una descarga
casi sin dirección y enseguida se apoderó de ella un
pánico terror. Habiendo sido herido el general O"Higgins,
todos huyeron en una confusión espantosa excepto el ala
derecha. Así pues el ala izquierda y el centro de la
línea se dispersaron completamente. Ocurrió que en el
momento del ataque el ejército independiente estaba
efectuando un cambio de frente de la izquierda a la derecha de la
línea, pasaban algunos batallones y la artillería de
Buenos Aires. El resultado se tradujo en la victoria por el bando
realista. Quedaron en su poder un considerable número de
cargas de municiones y equipajes.
El Ataque visto desde la perspectiva
americana
A las 6 de la terde en esa latitud, el
crepúsculo tornábase en noche
…
Habían trascurrido ya algo más de cuatro
horas del exitoso ataque enemigo; en el que lograron la
dispersión dell Ejército Unido.
Los patriotas dejaron sobre el campo 20 cañones,
el parque, los bagajes y el hospital de
campaña.
Algunos investigadores afirman que las bajas
registradas en ambos ejércitos fueron
equivalentes.
Solo la primera línea,
(División derecha) al mando del
coronel Las Heras, había logrado sustraerse del desorden
general, en razón de efectuar a tiempo su cambio de
posición y de estar protegidas en su torno por un gran
zanjón.
Eran las 12.45 de la noche cuando el citado jefe dió
orden a su columna de emprender la retirada hacia el norte. En
tales instantes, y al decir de Mitre, "El cielo solo
esparcía una leve claridad sobre el campo". A la cabeza
de 3.300 hombres se dirigió en tal dirección por el
camino de Talca (por el que había transitado
en dirección opuesta, pasado el mediodía el
ejército español). Atravesó el
río Lircay, perseguido solo por un escuadrón realista
al que contuvo con su actitud en el vado.
A media mañana del día 20, su columna se hallaba
ya a 26 kilómetros del campo de la acción…
El ataque
(Plano Nº 2 en el cual se muestra que la
primera división ya había desplazado a la posición
programada)
"El general O"Higiggins había conservado en la
ocasión su aplomo
y entereza …"
Tal vez al lector pueda interesarle el relato de algunos
episodios del afortunado ataque nocturno. Intentaremos
recrearlos.
Aquella fue una noche cerrada, en la cual se produjeron
importantes bajas en ambos bandos, resultado de choques entre
ambos y entre propios. Con tal intención, transcribiremos
todas las versiones que al respecto surgen de la
historiografía clásica
(sigloXIX) y en caso de que su agudeza
perciba que tales datos son insuficientes, apelamos a su
imaginación, la cual puede suplir, tal vez con ventaja, lo
ocurrido en un ataque nocurno.
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