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¿Tectónica de placas? Problemas que resolver




Enviado por Leroy Beskow



  1. Introducción
  2. Dificultades en la teoría de las placas
    tectónicas
  3. ¿Por qué tectónicas de
    placas?
  4. La
    orogenia diluvial
  5. El
    catastrofismo diluvial de la biblia

INTRODUCCIÓN

La formación de los grandes cordones
montañosos es uno de los grandes enigmas para los hombres
de ciencia. Ninguna de las teorías existentes ofrece una
explicación satisfactoria. La problemática de la
orogenia, que Alfred Wegener trató de explicarla con una
deriva de los continentes, se centra en el origen de la fuerza
inicial que levantó hasta 10 kilómetros de altura,
grandes extensiones de la superficie terrestre y marítima
de nuestro planeta. Lógicamente, nunca se pudo explicar el
origen de esa fuerza; y menos los cambios de dirección de
los continentes durante el trayecto, para poder ubicarse en la
posición que hoy conocemos. La última propuesta: la
Tectónica de Placas o Tectónica Global de Harry
Hess y sus colegas, con las variantes que hoy se ofrecen,
sólo puede dar una explicación parcial del
problema.

Siendo que los relieves de las superficies submarinas no
han sido alterados por las causas que modificaron la superficie
terrestre, es hoy muy importante para su estudio. Es aquí,
en medio del océano Pacífico, donde podemos
encontrar al Mauna Kea, la montaña más alta del
mundo; sobrepasando sobre la superficie del mar 4.205 metros, y
sumando, desde su base abisal, 9.754 m. Lógicamente, viene
la pregunta: ¿Cómo se pudo formar en medio de una
placa tectónica, y siendo el extremo sur de una cadena
montañosa submarina, que en el norte se origina en las
Islas Aleutianas? Hoy no se forman cordones montañosos,
sino volcanes aislados o en grupos de dos o tres a partir de una
misma fuente ígnea. Pero al fondo de los océanos,
hay cadenas que suman más de 100.000
montañas submarinas; la mayoría en medio de las
placas tectónicas que se divulgan, y contrariando la
dirección de los plegamientos que, según la
teoría, deberíamos esperar.

Gracias a los nuevos conocimientos científicos,
sumados a las revelaciones que encontramos en las Sagradas
Escrituras, podemos examinar esta nueva posición
orogénica, mientras comparamos las descripciones con las
imágenes conocidas de relieves marítimos y
continentales. Es especialmente el relieve oceánico, que
nos muestra que la fuerza transformadora tuvo otro
origen.

DIFICULTADES EN
LA TEORÍA DE LAS PLACAS
TECTÓNICAS

Las cadenas montañosas submarinas recorren la
mayor parte del planeta, extendiéndose a más de
60.000 kilómetros; y en algunos lugares, como se puede ver
fácilmente en la superficie abisal del océano
Pacífico, las cadenas montañosas recorren
diagonalmente de NO a SE, en medio de la llamada Placa del
Pacífico. ¿Hay aquí una explicación
razonable? ¿Qué tiene que ver con las placas
tectónicas, la formación abisal que dejó un
megatsunami en el Cañón Central, separando
Groenlandia del continente norteamericano dentro de la misma
Placa Norteamericana? Las profundas huellas submarinas son bien
claras. ¿Qué explicación se da a las huellas
de inmensos remolinos que se pueden apreciar en el fondo del mar
de Centroamérica; al norte de Alaska y en el estrecho de
Bering? Los movimientos tectónicos de las placas no pueden
formar esos remolinos submarinos. Éstos son producidos por
el agua; y sabemos que las formaciones de la superficie abisal,
son mejor conservadas para su examen actual que las
terrestres.

Le llaman placas tectónicas, a las grandes
estructuras geológicas que se forman en las cortezas
oceánicas y continentales sobre la litósfera,
mientras flotan sobre una capa rocosa más blanda, llamada
astenósfera o manto superior. Se cree que son 15, de las
cuales 7 son las mayores, y forman los continentes con sus
plataformas continentales. Esto lo podemos apreciar en la
siguiente imagen.

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Figura 1

Según la teoría, se inicia hace unos 200
millones de años con las "derivas continentales" de Alfred
Wegener, siempre pensando que los continentes se mueven
constantemente sobre la astenósfera, como barcos sobre un
mar viscoso. Pero, fue justamente por las críticas
generalizadas que creó la teoría de Wegener, que
los teóricos de las Placas Tectónicas presentaron
su nueva teoría. Sin embargo, todavía
continúan apoyándose en la teoría anterior,
creando así nuevas contradicciones.

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Figura 2

Wegener inició su teoría gracias a las
semejanzas que existen en los bordes continentales africanos con
los sudamericanos, especialmente entre una parte este de Brasil y
el oeste de Africa, en la zona del Golfo de Guinea. Pronto sus
seguidores encontraron semejanzas paleontológicas,
paleoclimáticas, geológicas, paleomagmáticas
y edades radiométricas. Lamentablemente, en su entusiasmo
por buscar las semejanzas, no tomaron en cuenta las diferencias
que otros científicos tuvieron que hacerles notar; ni
previeron la llegada de la teoría de las Placas
Tectónicas, que echaría por tierra la
mayoría de sus argumentos.

Harold Jeffreys fue el primer crítico de la
teoría wegeneriana, explicando que la fuerza de gravedad,
como afirmaba Wegener, nunca podrá ser la causa del
traslado de un continente. Y que sería una abierta
contradicción pretender un libre movimiento de los
continentes sobre material rocoso más blando, que cuando
se encuentra con otro lo pare en seco arrugándolo hasta 10
kilómetros de altura, entendiendo que este último
también estaría flotando libremente sobre la misma
blanda astenósfera. Además, Wegener nunca
explicó los cambios de rumbo de los continentes para poder
ubicarse en la posición actual, ni por qué otros,
como la Placa India, tuvieron que moverse con más rapidez
que otros.

Como la teoría de las Placas Tectónicas se
basa primeramente en la hipótesis de la Pangea o
continente único, le sumó a esos problemas mayor
confusión. Observe en la figura 1 que para poder
desprenderse de la Placa Antártida y llegar a la
posición actual, la Placa India tendría que haber
pasado por arriba de dos placas: La Placa Africana y la Placa
Australiana.

Según Wegener, el continente sudamericano estaba
inicialmente unido al africano. Pero si volvemos a la figura 1,
en la teoría de las Placas Tectónicas esto no pudo
ocurrir, porque al borde oeste de la Placa Africana lo hace
llegar hasta el centro del océano Atlántico, con la
cordillera submarina llamada Dorsal Mesoatlántica, de
donde se cree que se separan ambos continentes. En verdad, al
presentar también los océanos como placas, la
teoría de H. Hess le quitó a los continentes toda
posibilidad de traslación. Ya no se moverían sobre
el manto como un barco sobre el agua, sino más bien como
una cinta transportadora o una escalera mecánica entre dos
límites. La "cinta transportadora" nacería en una
Dorsal oceánica, y bajaría al tocar un continente
hasta llegar al manto, y volver a subir para continuar el
proceso. El mecanismo permanecería en el mismo lugar, pues
la teoría de las placas no deja lugar para ningún
traslado, pero sí se movería el material de la
superficie. Observe la figura 3.

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Figura 3

A pesar de lo que se ha divulgado con tanto entusiasmo y
llamativamente hasta los teóricos de las placas
tectónicas le siguen dando su apoyo, a pesar que su misma
teoría lo rechaza , todavía no hay pruebas
suficientes para afirmar que los continentes se separan. Las
mediciones dan datos tan contradictorios que los del laboratorio
oceanográfico Glomar Challenger y otros anunciaron: "Hay
que revisar los detalles del pasado terrestre cada vez que el
Challenger toca puerto con nuestros datos". Por eso
también "tratan de determinar con qué frecuencia
los continentes chocaron, se separaron y se volvieron a soldar
entre sí".1 Y A. Keneps
aclaró que las informaciones más recientes son
"tanto perturbadoras como reveladoras".2
Kahle fue más directo, cuando dijo que la cantidad
de datos paleontológicos y paleoclimáticos
estudiados, sugieren que los continentes "nunca" se han
movido.3 Es evidente que la
teoría de Tectónica de Placas no puede basarse en
la teoría wegeneriana.

¿POR
QUÉ TECTÓNICAS DE PLACAS?

Los geólogos vieron que en los movimientos
terrestres la superficie se comporta muchas veces como placas,
que al quebrarse forman extensas líneas de quiebre. Y Hess
pensó que esto también se podía producir a
escala continental, pues observó que, además de la
existencia de cordones montañosos, la mayoría de
los volcanes forman también líneas que
podrían señalar límites de inmensas placas
continentales. A esto le sumó las largas y profundas fosas
oceánicas, que también podrían estar
señalándolas.

Pero volvamos a ver la figura 3. En la imagen se
dibujó tres salidas de volcanes bajo el agua, dos de ellas
se forman desde el manto (la zona de naranja). Uno sobrepasa el
fondo del océano y forma un volcán marítimo.
Pero el otro, debajo de una dorsal oceánica, no vuelca su
mayor fuerza ígnea hacia arriba, sino sólo hacia
los lados, moviendo la litósfera y produciendo en los
continentes plegamientos de cerca de 10 kilómetros de
altura. ¿Qué ocurre aquí, que no puede
liberar su fuerza hacia el océano, que es muchísimo
más fácil? Se ha buscado una respuesta, pero la
misma imagen que presentan la contradice. Sus teóricos
dicen que el magma sube, pero al llegar a la
superficie y enfriarse, vuelve a caer por gravedad, empujando la
litósfera. Pues entonces, ¿por
qué el otro volcán que en la figura 3
está al lado, vuelca el magma arriba, formando una
montaña submarina, y por qué sucede lo mismo con
100.000 volcanes submarinos más?

El argumento sirve para explicar el accionar del magma,
cuando los volcanes submarinos y terrestres no
tienen el poder suficiente como para poder derramar el material
ígneo fuera del volcán. Pero en este caso, se
está hablando de una fuerza tan poderosa que puede mover
continentes enteros. Y el problema se agranda al saber que del
surco de las dorsales oceánicas se descubrió una
actividad volcánica continua, mostrando gran cantidad de
fumarolas y salida de magma a 5 km de profundidad,
volcándolos a cada lado de los cordones montañosos,
donde se cristaliza rápidamente. Por eso a cada lado de
las dorsales submarinas se ve material rocoso más joven.
Uno de los últimos informes viene del Centro Nacional de
Oceanografía en Southampton.4
Algunos de los volcanes de estas dorsales se levantan sobre
la superficie del agua, formando islas, como Islandia; y
más recientemente Surtsey (1963).

Es evidente que la hipótesis de Hess y Dietz
tiene grandes dificultades, y es necesario que la
Tectónica de Placas sea corregida: No podemos aceptar que
el magma de las dorsales prefiera mover miles de
kilómetros de litósfera, y levantar plegamientos en
los continentes de hasta 10 kilómetros de altura, en lugar
de buscar una fácil salida en los surcos abiertos de las
dorsales, donde continuamente despide magma y
fumarolas.

Observe en la figura 1 la Placa del Pacífico que
está en color crema, y luego en la figura 4 véalo
tal como es, según los resultados oceanográficos
obtenidos.

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Figura 4

En primer lugar, llama la atención las anchas
huellas del relieve submarino de color rojizo, que nacen en el
cordón montañoso del Himalaya; pasan por el sur de
Australia, y luego se dirige al norte penetrando una parte en el
continente norteamericano, y la otra choca con las
montañas de Alaska, y toma dirección oeste para
formar las fosas abisales de las Aleutianas en el estrecho de
Bering. Luego se ve cómo la gran fuerza transformadora de
esos lugares, pierde fuerza cerca de las costas asiáticas,
y las huellas no muestran un claro borde occidental de la Placa
del Pacífico, como asegura Hess, sino como el dibujo de un
árbol invertido, señalándonos con claridad
el ramal del paso de un gran movimiento subacuático, como
un megatsunami, que se perdió en las costas australianas y
en el centro del Pacífico.

En segundo lugar, si la Placa del Pacífico
naciera en la Dorsal del Pacífico, empujándola
hacia el noroeste para chocar con el cordón de las
Aleutianas, ¿por qué los plegamientos del
fondo oceánico no toman una dirección
este oeste, como debería esperarse, sino noroeste
sureste?

En tercer lugar, además de que Hess no pudo
explicar la ubicación ni la dirección de las largas
cadenas montañosas que recorren en medio de la Placa del
Pacífico, al observarlas con detenimiento, esas cadenas de
las cuales cuatro son las más largas se ven en hilera
doble, a cada lado de las largas fosas. Eso se produce cuando una
fuerza recorre el trayecto hundiendo o cavando el fondo abisal, y
produciendo un levantamiento, o acumulando material a los
costados. Y eso también se produce cuando un
vehículo se mueve sobre tierra mojada. El peso del
automóvil empuja, haciendo fuerza hacia el centro de la
tierra, y el barro busca alivio a la presión,
moviéndose a cada lado de las ruedas, produciendo
así dos elevaciones paralelas como se muestra en la figura
4. Por supuesto, en el fondo oceánico, ese levantamiento
produjo los cordones montañosos, cuyos picos hoy son
volcanes apagados en su mayoría.

Entonces, volviendo a lo que muestra la figura 4,
¿el océano Pacífico es una placa
según la hipótesis hessiana, o nos está
mostrando la tremenda acción de megatsunamis? Según
Ager, "los huracanes, las inundaciones o los tsunamis pueden
hacer más en una hora o en un día que lo que
alcanzaron a hacer los procesos ordinarios de la naturaleza en
mil años".5

Los tsunamis:

La palabra japonesa tsunami ( de tsu: puerto, y nami:
ola) señala a las grandes olas marinas que penetran en los
continentes, transformando su superficie. Además de la
acción volcánica, también se han producido
por caídas de meteoritos y asteroides, y por el derrumbe
del costado de una montaña junto al mar. Los más
peligrosos y destructivos son los megasunamis, que pueden formar
olas de más de 100 metros de altura, y pueden mantener el
poder y la altura de sus olas atravesando todo un océano.
En 1958, un deslizamiento de tierra en Alaska, produjo olas de
hasta 500 metros de alto. Y en Indonesia, en 2004, uno de ellos
cuya fuerza fue calculada como equivalente a 23.000 bombas
nucleares como la que detonó en Hiroshima, y donde once
países sufrieron sus estragos, llegó a la velocidad
de 800 kilómetros por hora.

Por un estudio del terreno, algunos geólogos
sostienen que al fin de período cretácico, en la
península mexicana de Yucatán, podría haber
caído un asteroide que produjo la muerte de todos los
dinosaurios. En verdad, hay varios lugares que pueden indicarnos
la caída de asteroides. Y si uno grande de ellos hubiera
caído en algún mar, el megatsunami que hubiera
generado, habría dado vuelta al mundo dejando sus huellas
hasta hoy; pues es en los océanos donde se conservan mejor
para su investigación. Por eso, vea ahora el recorrido
completo de una fuerza que cambió la superficie del
planeta, y que se puede apreciar claramente en los océanos
(figura 5).

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Figura 5

¿Observa cómo las dorsales submarinas
recorren el mundo entero, dejando marcas como rutas
confeccionadas para vehículos que viajan a grandes
velocidades, es decir con curvas poco pronunciadas? Esto no se ve
en las líneas de falla de la figura 1 que dividen las
Placas Tectónicas, porque, naturalmente, las fisuras
tendrían que formar ángulos bien marcados. Por eso
en la figura 1, a las dorsales se les agregaron pequeños
ángulos para que sean más convincentes.

LA OROGENIA
DILUVIAL

Los paleontólogos y paleoclimáticos vienen
anunciando descubrimientos en los polos, que revelan que hubo un
tiempo cuando en esos lugares el clima era benigno, y estaba
poblado con vida vegetal y animal de zona
tropical.6 Y creen que puede ser
explicado por un cambio de la posición del eje de la
tierra por el choque de un gran asteroide. Actualmente su
inclinación es de 23.5º, pero piensan que los
períodos glaciares del Cuaternario, pudo haber variado en
algunos grados. En verdad, en cada gran movimiento
telúrico y marítimo el eje se mueve
levemente.

¿Qué fuerza provocó ese cambio tan
grande, para que hoy los polos tengan tan bajas temperaturas? Si
fue, como se cree, por el impacto de un gran asteroide, es
lógico esperar una reacción de la hidrósfera
terrestre; y esa es la más lógica
explicación cuando examinamos las huellas del relieve
submarino del planeta.

La Dorsal Mesoatlántica que viene del polo norte,
se encuentra en la India con la dorsal que después recibe
el nombre de Dorsal del Pacífico Oriental. Y es
aquí donde nos encontramos con la pared terrestre
más alta del mundo: la cordillera del Himalaya, con 10 de
las 14 cimas de más de 8.000 m de altura.
Según vemos en la figura 5, es la pared que detuvo el
megatsunami que formó la Dorsal Mesoatlántica, que
al rodear el sur de África toma el nombre de Dorsal Oeste
del Océano Índico y luego Dorsal de Carlsberg, para
chocar con la pared Himalaya. Una pequeña parte del
megatsunami que choca en el Himalaya, pasa sobre el gran
paredón y forma sobre China esas ramificaciones que se
ven. Pero la fuerza mayor del megatsunami se divide en dos,
produciendo los dos deltas más grandes del planeta, a cada
lado de la India. Entonces el megatsunami principal forma la
Dorsal Noventa Este y la Dorsal Este del Océano
Índico hacia el Océano Pacífico, con una
rama formando la Fosa de Java. La otra parte se encuentra con la
cola del megatsunami, que lo lleva por el Mar Rojo y por el Golfo
de Omán para formar la Dorsal Mediterránea y el
remolino que se ve en el Mar Negro. Y finalmente, en el
Océano Atlántico, crea los remolinos en
Centroamérica, y más al norte, las cuencas abisales
de la costa este de Norteamérica.

Esos dos grandes círculos uno de ellos
interrumpido por el Himalaya que forman las dorsales submarinas
en el planeta, se debe no sólo a la dirección del
megatsunami, sino también a la rotación de la
tierra. Vea la figura 6 donde las flechas señalan la
dirección del megatsunami. El cambio de color de las
flechas, señala el cambio de rumbo. Y vemos que sobre la
Dorsal Mesoatlántica, el megatsunami recorre el mismo
lugar con sentidos opuestos. Cuando se dirige al norte y pasa al
este de Groenlandia Islandia es un volcán posterior, y
Surtsey el más reciente , el megatsunami
pierde fuerza en el Mar de Láptev, y luego forma dos
ramales: Uno cava el Cañón Central,
separando América del Norte de Groenlandia, y
el otro pasa sobre América del Norte, al este de la
cordillera.

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Figura 6

Continuando con esa inmensa ola marina que cambia la
superficie de la tierra, en el momento cuando la Biblia
señala el final de diluvio universal mediante el fuerte
"viento sobre la tierra" para secarla (Gén. 8:1); y
produciendo los cambios más drásticos sobre la
superficie, el megatsunami forma la Dorsal del Pacífico
Antártico y luego la Dorsal del Pacífico Oriental.
Y cuando llega a las costas de México de divide en dos. El
ramal este forma la Fosa de México y sigue al norte entre
los dos cordones montañosos de EE. UU., para continuar el
círculo sobre Alaska y formar un gran remolino en el Mar
de Bering, hasta encontrar la salida en la Fosa de las Kuriles. Y
la parte oriental del megatsunami, bordea la costa oriental de
Norteamérica (donde hoy se ubica la falla de San
Andrés) y se encuentra con las islas de las Aleutianas,
formando la gran Fosa de las Aleutianas y luego la Fosa de las
Kuriles.

Ya perdiendo fuerza, el megatsunami se divide, formando
las fosas de las Islas Filipinas y de las Islas Marianas y
finalmente en un gran número de ramales. Algunos de ellos
continúan su marcha cruzando la Dorsal del Pacífico
Oriental y forma el relieve que se ve entre Sudamérica y
la Antártida, mediante la ayuda del brazo que se
había formado en el gran remolino de la planicie abisal de
Bering. Este último ramal del megatsunami resulta ser el
más largo del Océano Pacífico, pues se
inicia al norte de la Fosa de las Kuriles, cruza por en medio del
océano y forma el Archipiélago de Fuamotu y termina
con la Dorsal de Chile; choca con la cordillera de los Andes y
forma la parte sur de la Fosa del Perú y de Chile, para
pasar finalmente al Océano Atlántico.

Es posible que la onda de este megatsunami, formado por
ese choque del asteroide, haya recorrido el planeta dos veces por
día, con olas de más de 2.000 metros de altura;
produciendo, por el peso, el hundimiento sucesivo de la
superficie abisal, y creando así esas miles de fisuras de
dirección perpendicular al avance. Es muy probable que
debido a la fuerza central de estas grandes olas marinas, todos
los volcanes que ahora se ven sobre las dorsales, se hayan
formado después, de lo contrario hubieran sido arrasados
por completo. Y al perder su fuerza, esos megatsunamis formaron
las fosas más profundas, y finalmente las fosas menores en
forma de ramas.

Los cordones montañosos submarinos nos dicen, que
las cordilleras terrestres no se formaron por choques de los
continentes o placas tectónicas, sino por el peso de los
megatsunamis y el choque contra hileras de volcanes, como se ven
en el fondo de los océanos, dejando el material que
llevaban en su seno entre esas elevaciones; formando así
paredes de miles de kilómetros, y cavando al pie las fosas
marinas con el agua que descendía de los volcanes. La
obducción y las deformaciones de los estratos terrestres,
muestran los movimientos que se producen, principalmente por las
fuerzas ígneas de la litósfera y la corteza. Pero
no se ha probado que eso suceda también a nivel
continental; y las fosas marinas se formen porque la corteza y la
litósfera de una placa tectónica en
colisión, desciendan a grandes profundidades del
planeta.

EL CATASTROFISMO
DILUVIAL DE LA BIBLIA

Eliminemos los prejuicios:

Existe una larga lista de regiones que a su
formación geológica los geólogos le
atribuyen una drástica invasión acuática.
¿Por qué todavía se niega un cataclismo
mediante un diluvio mundial, pero se acepta cualquier otra clase
de catastrofismo? Puede ser por el prejuicio de que un libro
religioso pueda decir algo que se pueda probar por la ciencia. Es
verdad que los religiosos medievales estaban enceguecidos, por
unir las descripciones bíblicas con las erróneas
filosofías aristotélicas. Y fue gracias a los
investigadores sin prejuicio, que hoy muchos milagros y llamados
misterios se cumplen por leyes naturales. Pero, no cometamos el
error de rechazar la Biblia en que muchos científicos
creyentes basaron sus pruebas, simplemente porque es
religioso.

Sería lamentable que algunos hombres de ciencia
llegaran a saber que la Biblia se adelantó hasta 3.500
años a algunos descubrimientos de la ciencia, y decidan
negar la redondez de la tierra, y que ella "cuelga" en el espacio
sin caerse, porque la Biblia lo dijo antes. O que nieguen el
circuito de los vientos y corrientes oceánicas; que el
aire tiene peso; que al cumplir la cuarentena de Moisés en
medio de las burlas de los científicos del siglo XIV se
pueda parar en seco una peste, como ocurrió con la peste
negra europea; que la grasa animal es perjudicial para el hombre,
y que hay cierto grado de variación en las especies,
simplemente porque lo dijo antes un libro religioso. No les
pedimos que anuncien en las escuelas estatales, que estas
verdades ya estaban escritas en la Biblia. Sólo esperamos
que en su interior sean más humildes y respeten el derecho
de Autor.

Comparemos las descripciones bíblicas con los
hechos de la ciencia:

Hay ciertas dudas en algunos estudiosos de la Biblia,
para aceptar el libro de Génesis como una
descripción real de los hechos. Algunos creen que el
diluvio pudo ser sólo por un cubrimiento parcial de las
aguas. Pero esas dudas pueden disiparse con un estudio
serio.

1º. Moisés usó muchas
veces la expresión "tierra" o "toda la tierra" para
referirse a una región terrestre, como "la
tierra de Gosén" y de "Israel" (Gén. 47:27; 48:21;
Núm. 21:24; 32:4; Deut.

4:1). Pero, para referirse a un cataclismo diluvial de
extensión universal, se valió de la
expresión: "Sobre la faz de toda la tierra"
(Gén. 8:9). Estas palabras las empleó
también en Génesis 1:29 y 11:4,8,9,
cuando es claro que habla de toda la superficie de nuestro
planeta. El profeta podría haber empleado varias palabras
que señalan una inundación local, como
sheteph, zaram, nahar o nachal. Pero usó
la palabra mabbul para señalar un diluvio
claramente universal.

2º Para asegurarnos de que se refiere a un diluvio
universal, en Génesis 9:15 Moisés cita a Dios
cuando dijo que "no habrá más diluvio de aguas
para destruir toda carne". Los hombres de ciencia hablan
de la muerte por ahogamiento de muchos animales en distintas
partes de la tierra, pues se han encontrado enormes cementerios
de dinosaurios y de otras especies. Así que, si sostenemos
que esas muertes fueron producidas por más de un diluvio
¾local o de gran extensión mundial?, y no por uno
que destruyó "toda carne" (kol basar) que no
estaba en el arca, Dios no estaría cumpliendo su
palabra.

3º En Génesis 9:11,15,16 Dios también
dice que no habrá otro diluvio. Pero todos sabemos que la
tierra fue cubierta por muchos diluvios locales posteriores al
que describe Moisés.

4º El Señor estableció un pacto que
tampoco puede ser considerado sólo para una zona
terrestre: El pacto del arco iris en las nubes, a fin de
hacernos recordar que "no habrá más diluvio de
aguas para destruir toda carne" (Gén. 9:15-17). Si el
diluvio bíblico inundó sólo la zona de la
mesopotamia, al sur de los montes de Ararat, no hubiera podido
"destruir toda carne" sino solamente las que habrían
estado en la parte central de esa zona inundada. Los que en ese
momento hubieran estado en las orillas, donde terminaba la parte
inundada, habrían salido para refugiarse en zonas vecinas,
como siempre ocurre en estos casos. Además, el pacto del
"arco en las nubes" para asegurarnos que no habrá otro
diluvio como describe el Génesis, nos hablaría del
fracaso de Dios para cumplir sus promesas. Y este pacto ya no
tendría validez, pues los diluvios locales se suceden en
gran cantidad.

5º Cuando Moisés dice que pereció
"toda carne", incluye toda vida de todo el planeta; y por eso
incluye las "aves" (Gén. 7:21,23). Todos sabemos
que las aves migratorias pueden recorrer hasta la mitad del globo
terrestre, para poder evitar los temporales y los tiempos
fríos del invierno. No es posible, entonces, aceptar la
teoría de la destrucción de las aves por una
inundación local, donde todas ellas habrían
perecido.

6º Los viajeros saben que muchas veces el cielo
sobre una localidad que se inunda, en ciertos momentos puede
asemejarse a una inmensa catarata. Sin embargo, los cielos de las
zonas vecinas pueden permanecer despejados. El diluvio
bíblico cubrió "todos los montes altos que
había debajo de todos los cielos" (kol
shamayin
) (Gén. 7:19). Es decir que todas las
altas zonas terrestres fueron cubiertas por un mismo cielo
lluvioso.

7º En Génesis 10:32, Moisés no dice
que al fin del diluvio los hijos de Noé se esparcieron
entre las naciones vecinas, sino que "de estas familias"
se esparcieron las naciones7 en la tierra. Es decir, que
esos hijos fueron los únicos seres vivientes que pudieron
formar las naciones posteriores al diluvio.

8º Si traducimos más fielmente los
manuscritos hebreos, tendríamos que leer Génesis
7:19 de esta manera: "Y las aguas crecieron [rabá: crecer,
fortalecer] mucho y mucho sobre la tierra; y fueron cubiertas
todas las montañas, [aún] las altas que [estaban]
bajo todos los cielos, cinco y diez [quince] codos desde arriba
crecieron [gabar] las aguas, y fueron cubiertas las
montañas" 8

Según esta traducción, las
aguas no "subieron", sino que "crecieron"; se fortalecieron.
Y cuando cubrieron las altas cimas, crecieron "desde
arriba" de ellas hasta excederse quince codos (unos
siete metros).

9º. Pero algunos creen que en ningún momento
se cubrieron "todas las montañas" a la vez. Por eso
sostienen que en todo el diluvio siempre hubo cimas que se vieron
sobre las aguas, hasta el momento cuando las olas subieron y
cubrieron algunas de estas cumbres. Pero en este caso no se
podría cumplir Génesis 8:5, cuando dice: "Y las
aguas fueron decreciendo hasta el mes décimo; en el
décimo, al primero del mes, se descubrieron las
cimas
de los montes". Aquí, la Revelación dice
que las "cimas de los montes" se las vio hasta que las aguas
llegaron a su nivel más alto, y nuevamente después
de un tiempo de inundación global, cuando las aguas
decrecieron (chacer).

10º En un diluvio parcial no muere "todo"
(kol) ser (Gén. 7: 21-23), no sólo porque
muchos que estarían cerca de los límites de
inundación podrían salvarse, sino también
porque en las altas montañas pueden encontrarse algunas
cavernas cuyas entradas están a un nivel más bajo
que sus laberintos. Ésas cuevas se habrían llenado
de pequeños animales, y las olas no habrían podido
ahogarlos sino solamente por medio de una inundación, cuyo
nivel fuera más elevado que todas las cavernas. Si el
nivel de las aguas hubiera llegado a la altura de los montes
Ararat, que en ese momento tenían igual altura9, no
habría habido lugar para que los animales se salvaran. Y
es fácil saber que un diluvio cuyas aguas subieron hasta
unos 3.760 metros sobre el nivel del mar, no habría
inundado sólo las tierras mesopotámicas, sino todos
los continentes, menos los picos más elevados que se
levantaron después del descenso de las
aguas.10 Es decir, los que se
levantaron después por el gran viento y los megatsunamis,
que transformaron la superficie terrestre en la parte final del
diluvio.

11º. Si desde la semana de la creación hasta
el diluvio, la tierra seca ocupaba más o menos un tercio
en un continente único (Pangea), y el agua del gran
"abismo" los dos tercios restantes, ¿a dónde se
fueron las aguas primitivas del gran "abismo" que antes
cubrían todo el planeta (Gén.
1:2,9,10)? Es claro que una parte subió a la
expansión (1:6). Sin embargo, esa parte sería
insuficiente para poder dar una explicación aceptable. De
acuerdo a los datos obtenidos, el total de la hidrosfera
terrestre se compone de 98% de agua de los océanos; 1,2%
de agua de los hielos; 0,002% de los ríos, y
sólo 0,002% de la atmósfera. Nivelando toda
la superficie terrestre, las aguas cubrirían nuestro
planeta hasta una profundidad de 2.600 metros.

Se entiende que debido a las informaciones que tenemos,
la temperatura antediluviana tuvo que ser más
cálida y homogénea. Además del cambio de eje
de la tierra, esto explica la existencia razonable de una humedad
atmosférica mayor a la actual, para mantener la vida
terrestre en un gran invernadero. Sin embargo, si esta humedad
hubiera sido diez veces mayor a la actual, el ascenso de toda
ella sólo habría hecho descender el nivel de los
océanos en un 0,02%. Si la humedad hubiera sido 100 veces
mayor, lo que en este caso podría haber impedido que se
vieran las estrellas de noche y posiblemente la luna —aun
cuando la humedad se hubiera extendido hasta la alta
atmósfera—, el nivel de las aguas
sólo habría descendido un 0,2%. Por lo tanto la
explicación no la podemos encontrar aquí.
Además, la teoría de la deriva de los continentes
tampoco encaja con las descripciones que da Juan en
el Apocalipsis, cuando describió su visión de la
tierra nueva: "Vi un cielo nuevo y una tierra nueva;
porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar
ya no existía más
"

(Se refiere a los grandes mares y los
océanos Apoc. 21:1).

Un cubrimiento terrestre por
inundación mundial:

Según vimos, la Biblia dice que la
inundación del diluvio fue total y mundial. Pero, en
primer lugar, debemos tener en cuenta que la tierra que estaba
cubierta por el "abismo", antes que Dios hermoseara el mundo en
la semana de la creación, subió y surgió del
agua (Sal. 104:8; 2 Ped. 3:5). Pero no formó una gran isla
semejante a la que sostiene la teoría de la Pangea, sino
que en Salmos 136:6 nos dice: "Al que
extendió la tierra sobre las aguas
".

No dice que en la semana de la creación
elevó la tierra para que permaneciera seca junto a
las aguas del gran "abismo", sino que la "extendió"
(raqà) "sobre (al) las aguas".
Pero, ¿cómo se puede aceptar que algo más
denso se pueda mantener extendido sobre otro elemento menos
denso?

La Biblia lo explica así, en 2 Pedro 3:5: "Y la
tierra proviene del agua y mediante el agua se mantiene". Y en 1
Samuel 2:8 aclara: "Porque de Jehová son las
columnas
de la tierra, y él afirmó sobre ellas
el mundo". La expresión "mundo" (tebél),
generalmente se refiere a toda la existencia sobre la superficie
del planeta (Sal. 9:8; 98:9; Prov. 8:29), desde la base
basáltica hasta la superficie (Sal. 18:15).

Al subir Dios una parte de la tierra seca sobre el gran
abismo y extenderla sobre él, esa tierra (ge)
pudo permanecer (sunistera) sobre el agua
(údatos) mediante pilares a manera de
"columnas" de roca, que formó desde "los cimientos" (1
Sam. 2:8; Sal. 104:5; Prov. 8:29). Así que, al levantar en
la creación la superficie terrestre, el "gran abismo"
descendió a esas grandes cavernas subterráneas y
formó "las fuentes del gran abismo" (Gén. 7:11).
Notemos que esas fuentes de agua subterráneas no
contenían el agua de lagos o pequeños mares, sino
del "gran abismo", que los que sostienen la teoría de la
Pangea le llamarían Panthalassa. Una pequeña parte
de esas aguas quedó sobre la superficie terrestre formando
pequeños "mares" (Gén. 1:10), "ríos, lagos y
lagunas",11 "distribuidas con
mucha regularidad".12 No como
hoy, que hay arroyos y al mismo tiempo océanos.

En el diluvio Dios hizo "temblar sus columnas"
(ammud: Job 9:6). La superficie terrestre se
hundió y brotó el agua de las fuentes
subterráneas hasta cubrir toda la tierra como al
principio, con la pequeña ayuda del agua de la
atmósfera. Al fin del diluvio, se produjo el segundo
descenso de las aguas a las fuentes subterráneas. Pero
esta vez en menor proporción que la primera, permitiendo
que desde entonces se viera la relación tierra-agua en
proporción invertida a lo que estaba antes del diluvio
(agua 71% y tierra 29%), y con una profundidad media de los
océanos de 3.794 metros ¾ese
porcentaje de profundidad se debe principalmente a las grandes
fosas marinas.

Cuando la tierra sea renovada, la Revelación nos
habla de un tercer descenso de las aguas terrestres. Entonces,
otra vez, como al principio, no existirán grandes "mares"
(Apoc. 21:1), como sostienen los que apoyan la teoría de
la Pangea y la Tectónica de Placas, porque, como es obvio,
los océanos y los grandes mares no fueron ni serán
útiles para el hombre en su perfección. Elena G. de
White lo explica en forma muy razonable y sencilla:

"El mar separa a los amigos; establece una
barrera entre nosotros y aquellos a quienes amamos.
El vasto e insondable océano rompe nuestros
vínculos. En la tierra nueva ya no
habrá
mar, ni habrá
allí "galera con remos".13
Así la proporción tierra-agua será
invertida por segunda vez, a fin de permanecer en la
proporción original, como en los días de
Adán y Eva.

NOTAS:

1 Donal Schiller, "La terrible fuerza que
modeló a nuestro planeta", Selecciones, (Buenos
Aires: R.D., mayo de 1978), pp. 55-60.

2 A. Keneps, "Deep Sea Drilling Projet",
Geotimes, (Nº 22, 1977), pp. 18,19.

3 C. F., Kahle, "Plate
Tectonics-Assessments and reassessments", American Assocition
of Petroleum Geologists Memoir, USA: 1974), p.
23.

4 Web: Ecoticias.com, 10 de enero de
1012.

5 D. V. Ager, The Nature of the
Stratigraphical Records, (New York: John Willer and Sons,
1973), p. 49.

6 Web: J. De Jorge, "La Antártida
fue un paraíso tropical con palmeras y baobabs", ABC,
Ciencia, (Madrid: 1º de agosto de 2012).

7 Todo el énfasis en negrita es y
será mío.

8 Ricardo Cerni, Antiguo Testamento
Interlineal Hebreo-Español, (Barcelona: Edit. Clie, 1990),
Gén. 7:19, p. 40.

9 Cuando descendían las aguas y
Noé vio la parte elevada de los dos picos más
altos, apenas pasaban unos pocos metros sobre el agua. Elena G.
de White, Spiritual Gifts, vol. III, (USA: White Estate), p.
77.

10 La cumbre mayor del Ararat es un
volcán cuaternario, donde no se encuentran basaltos
almohadillados en su superficie. Por lo tanto, la parte
más elevada, es decir desde 3760 m hasta la cumbre, se
habría producido a consecuencia del cataclismo final del
diluvio, cuando las aguas descendieron. (Francis Nichol, ed.,
Comentario Bíblico Adventista del 7º Día, (M.
V., Calif.: Pub. Inter., 1978), p. 80).

11 Elena G. de White, Historia de la
Redención, (Bs. Bs.: ACES, 1980), p. 20.

12 ––––,
Testimonios Selectos, v. 2, (Bs. As.: CES, 1927), p.
21.

13 ––––,
¡Maranata: El Señor Viene!, (Bs. As.: ACES, 1976),
p. 349.

 

 

Autor:

Leroy E. Beskow

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