El pasado 26 de septiembre del 2014 tuvo lugar en el
municipio de Iguala, del Estado de Guerrero, al sur de
México, una marcha de los estudiantes de la Escuela Normal
Rural "Raúl Isidro Burgos" de Ayotzinapa, ("cuna de la
conciencia social"), donde se forman profesionales de la
educación para las áreas rurales del Estado de
Guerrero y de otros estados de México.
"Iguala de la Independencia", es un municipio que debe
su importancia (poco conocida) a hechos históricos
vinculados con la independencia mexicana. Aquí se
firmó en 1821 el "Plan de Iguala" que reconocía la
Independencia de México del colonialismo español,
se creó el ejército mexicano y la bandera mexicana,
entre otros hechos. Fue la primera capital del Estado de
Guerrero.
La marcha de los normalistas de Ayotzinapa anticipaba el
viaje de éstos a la capital federal para la
conmemoración de los 46 años de la masacre de
Tlatelolco. Aquí, el 02 de octubre de 1968, estudiantes,
obreros, intelectuales y profesionales que se habían
congregado en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco,
en la capital mexicana, para exigir al gobierno mayor
autonomía universitaria, libertad de los presos
políticos, fin de la represión estatal y mejores
condiciones laborales, fueron masacrados por el ejército y
la fuerza especial "Olympia". Gobernaba México, por
entonces, Gustavo Díaz Ordaz, del Partido Revolucionario
Institucional (PRI).
La masacre de 3 estudiantes a los que desollaron y la de
otras tres personas que transitaban por la calle, puso el nombre
de Iguala y de Ayotzinapa en todas las portadas de los medios,
evidenciando la situación que se vive en el Estado de
Guerrero, considerado bastión del narco tráfico, de
la corrupción y del cohecho, generados por EEUU, para
asegurar la funcionalidad del crimen organizado a sus intereses.
Cuarentaitres estudiantes más, fueron desaparecidos y
hasta el día de hoy no se sabe sobre su
paradero.A raíz de esta situación se
han descubierto fosas comunes en las afueras de la ciudad de
Iguala, pero, se dice, que los cadáveres encontrados no
son los de los estudiantes "desaparecidos".
El alcalde de Iguala y su
consorte
La pareja trabajó activamente con el
cártel de la droga, "Guerreros Unidos", que ha convertido
a Iguala en el feudo del crimen organizado. El Alcalde y su
consorte recibían millonarios sobornos en dólares
del narco tráfico y de la corrupción.
Según información de la
Procuraduría de la República, el alcalde Abarca
pagaba entre dos y tres millones de pesos (más de 200 mil
dólares) a la mafia de "Guerreros Unidos" para tener a
Iguala bajo control. No menos de 600.000 pesos (unos 50 mil
dólares) eran usados para el control de la policía
local.
Los Abarca llevaban una vida de lujo y gozaban de todo
tipo de comodidades y una fortuna, proveniente del
narcotráfico y la corrupción, en bienes inmuebles y
negocios entre joyerías y un centro comercial.
Inmediatamente de producidos los hechos del 26 de
septiembre, la población sindicó al alcalde y a su
consorte de estar directamente implicados en los asesinatos y la
desaparición de los estudiantes. Razón por la que
tuvieron que ocultarse aprovechando la red mafiosa con la que
cuentan. Viajaron a Ia capital federal para contar con las
seguridades pertinentes en caso de un posible arresto. Hace unos
días fueron "hallados" y detenidos.
Las circunstancias tienen indudablemente que ver con el
serio peligro que corrían sus vidas frente a la
indignación de todo el pueblo mexicano que los sindicaba
como los culpables mediatos de las muertes de los normalistas y
de las otras tres personas, así como de la masacre que es
evidente haya ocurrido con los otros 43 estudiantes. Aparte,
sobre el alcalde pesa el asesinato a tiros que él mismo
hiciera contra un contendor político por la
alcaldía de Iguala.
La comparsa gubernamental
Peña Nieto, fantoche de turno en el gobierno
mexicano, y las autoridades del poder judicial y de la
policía han explicado su detención como el
resultado de una "paciente labor de inteligencia". Tal como es
usual llamar a los contubernios entre la policía y las
mafias y al "soplonaje" institucionalizado.
A sabiendas de lo que se oculta tras los hechos de
Iguala, el "yuppie" que Estados Unidos decidió poner en el
gobierno de México para dar una imagen renacida del
añoso y mafioso PRI, no tuvo empacho alguno en decir "yo
espero que esta detención contribuya al esclarecimiento y
la investigación".
Por su parte y coincidiendo con su jefe, el gobernador
del Estado de Guerrero que aún permanece en el cargo, dijo
"confiar que con esta detención se logren "pistas" que
permitan averiguar lo ocurrido a los 43 normalistas
desaparecidos".
Nada más claro: los dos "confían" en que
la detención servirá para "mecer" la
indignación del pueblo de Ayotzinapa, hasta que se les
pase. Total, esta ha sido siempre la receta del poder corrupto
frente a todo conflicto, a todo horror, a todo
genocidio.
El tiempo es un aliado clave para adormecer conciencias.
Y la fórmula completa no sólo para aletargar, sino
para seguir haciendo más de lo mismo: el tiempo más
las disculpas y la "reparación". La forma perversa de
ponerle precio a la vida de los pobres y de comprar su silencio,
impuesta por las agencias "humanitarias" del terror y el crimen
de la ONU y del Departamento de Estado norteamericano.
El Gobernador, además, no sólo ha tenido
el cinismo de calificar la tragedia como un "rompecabezas" y el
arresto como un "triunfo indiscutible" para el Gobierno, sino que
ha dicho, que "la detención debe dar confianza a los
familiares de los muchachos desaparecidos de que se ha puesto
todo el interés del Estado y sus instituciones para
encontrar con vida a los 43 normalistas". Es decir, si los
encuentran muertos, o no los encuentran, la culpa no es del
Estado, menos de él.
Pero no sólo esto. Ya adelantó juicio
respecto de su socio en la maraña de corrupción y
crimen que envuelve a Guerrero. Ha dicho que el alcalde Abarca y
su mujer, "aunque no sepan dónde están los
desaparecidos, sí conocen quiénes son los
principales dirigentes y dónde se esconden los miembros
del grupo que los hizo desaparecer". Lo que quiere decir que si
no los encuentran, el alcalde y su consorte están, de
antemano, limpios de polvo y paja.
Por lo pronto, todo pasó ahora a la
jurisdicción de la capital mexicana y el alcalde y su
consorte prestarán sus declaraciones en la sede de la
Subprocuraduría Especializada en Investigación de
Delincuencia Organizada (SIEDO), son sede en México
DF.
La continuidad de Tlatelolco
68"
En cualquier caso, y como es de esperar, no habrá
ni inculpados, menos culpables, ni sentencia o pena alguna. La
nueva edición de la matanza de Tlatelolco 68", a cuya
conmemoración (el 02 de Octubre) intentaban viajar los
normalistas asesinados y desaparecidos, se cumplió
siguiendo la misma pauta.
Como escena final, el presidente Peña Nieto
dirá, tal cual lo hiciera Gustavo Díaz Ordaz, hace
46 años, "sentirse muy orgulloso de ser presidente de
México y haber servido y salvado al país, les guste
o no les guste".
Ayotzinapa, por su parte, no es la primera vez que se
tiñe con la sangre de normalistas. En diciembre del
2011, dos estudiantes de la misma escuela normal rural
"Raúl Isidro Burgos", murieron por disparos de
policías federales y estatales, y de agentes
ministeriales, durante un violento desalojo de una autopista a la
altura de Chilpancingo, actual capital de Guerrero.
Aprovechando el contexto de la violencia, el gobierno
títere de México que cada día se acerca
más a un Estado Confederado de los EEUU, los organismos de
seguridad nacional de este país han puesto la mira en las
normales rurales. Éstas han desempeñado,
históricamente, un rol importante en la lucha contra la
injerencia norteamericana sobre la política
económica, energética, industrial del estado
mexicano y contra los Tratados de Libre Comercio y el modelo
neoliberal que han sumido al pueblo mexicano en una profunda
crisis de sobrevivencia.
Las escuelas normales han sido la columna vertebral del
sistema educativo mexicano rural, la alfabetización y la
educación campesina. La acción de los sucesivos
gobiernos del PRI y de sus facciones con nombres aparentemente
distintos pero igualmente corruptos y vinculados con el
narcotráfico, han ido ahogando presupuestalmente su
existencia habiendo reducido su número de 36 a sólo
17. La formación académica y profesional que
adquieren los normalistas difiere de los modelos impuestos por el
BM, el BID y/o USAID orientados hacia el desarraigo poblacional,
la desculturización y la privatización. Se dice,
incluso que la escuela Normal de Yanotzinapa, por su
ubicación, era un obstáculo para la
producción y el transporte de goma de opio, amapola y
heroína.
La reflexión sobre lo ocurrido el pasado 26 de
septiembre en Iguala no se limita, por tanto, a la coincidencia
entre los 46 normalistas "desaparecidos" y los 46 años de
la matanza de Tlatelolco y del oprobio que esto significa. Pues
no hubo un solo detenido, ni un solo culpable, ni una sola
sentencia.
La reflexión alude a la nueva puesta en escena de
la barbarie que instituyera EEUU con el Partido Revolucionario
Institucional (PRI) en México, a fines de 1920 y que se
repite sistemáticamente contra los más pobres que
buscan en la educación una alternativa para salir de la
ignorancia y contribuir a la emergencia de una respuesta
alternativa al modelo capitalista que se nutre del
narcotráfico, generaliza la corrupción, extiende el
crimen institucionalizado.
Autor:
Rubèn Ramos
www.alizorojo.com
Noviembre, 07, 2014