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Biobibliografía del poeta cubano Raúl Hernández Novás (1948-1993)



    APUNTES
    BIOGRÁFICOS

    RAÚL HERNÁNDEZ NOVÁS nació
    en la Ciudad de La Habana, el 1 de agosto de 1948 Ciudad de La
    Habana y falleció en la misma ciudad el 12 de
    junio de 1993. Hijo de Berta Novás

    García (1917-1985) y de Restituto
    Hernández Pérez (1915-1994), a pesar de ser un
    niño tranquilo que poseía una excelente
    educación, su infancia fue muy triste, debido a que a los
    cinco años le fue descubierta una comunicación
    interauricular, producto de una cardiopatía
    congénita que marco definitivamente al
    individuo y al poeta.1

    Monografias.com

    Sobreprotegido por sus padres que temían por su
    vida, Raúl desarrollo tempranamente su capacidad
    intelectual. A los cinco años aprendió
    a leer y comenzó a ser aficionado de los juegos de mesa,
    sobre todo de aquellos en los que debía
    pensar mucho para encontrar soluciones.

    Rápidamente aprendió el inglés,
    llegando a hacer algunas traducciones poéticas y se
    convirtió en un verdadero apasionado de la
    astronomía, ciencia que despertó su interés
    y lo llevo a coleccionar varios volúmenes relacionados con
    estos temas.

    Junto a su hermana Ana María curso estudios
    primarios en la escuela particular "Enrique José Varona",
    donde trabajaban cuatro maestras hermanas: Eva, Victoria,
    Margarita y Amanda Monreal Valdivieso, procedentes de
    Camagüey.

    Dueño de una singular inteligencia, el
    niño se destacaba por su subrayado interés por las
    diversas asignaturas impartidas, siendo elogiado por sus
    resultados académicos, incluso en la asignatura de
    Religión que era obligatorio cursar y aprobar.

    Las maestras, profundamente religiosas y patriotas,
    inculcaron a Raúl sus ideales acerca del amor religioso y
    del amor patrio; s in embargo, al concluir el sexto grado, un
    desagradable episodio relacionado con sus maestras y la naciente
    Revolución, llevo a Raúl a decidir no continuar sus
    estudios en la escuela.

    Posteriormente hizo la secundaria y el preuniversitario
    en la escuela "J esús Menéndez" del municipio Playa
    y en el I nstituto de Marianao, respectivamente.

    Operado –según la hermanadel corazón
    a los 17 años, Raúl quedó
    psíquicamente afectado para la realización de
    actividades físicas y este tema, como el del niño
    que vio morir en el hospital en los días de la
    operación, también se convirtió en una
    obsesión en su vida y en su obra.

    La vocación literaria de Raúl
    comenzó en la infancia. En 1959, a la edad de once
    años escribió sus primeros poemas que, en su
    mayoría, estaban relacionados con acontecimientos
    revolucionarios, a través de los cuales se ejercitaba en
    el aprendizaje de la métrica y de la rima. Según su
    hermana, Raúl escribió un extenso poema dedicado a
    Alemania que Nicolás Guillen publicó en su columna
    del periódico Hoy y, por ese motivo,
    recibió la visita de un funcionario de la embajada de la
    entonces R.D.A que le obsequió algunos libros. Raúl
    sólo tenía 12 años y ya su
    texto mostraba verdaderas inquietudes poéticas de un
    niño que había comenzado su aventura
    literaria a través de los cuentos de Perrault y las
    aventuras de Julio Verne. También cuando la familia
    visitaba a Benito Novás, el adolescente Raúl
    tenía la oportunidad de conocer a los clásicos de
    la literatura universal en la bien nutrida biblioteca del
    tío, vis iblemente entusiasmado por las cualidades y el
    interés de su sobrino poeta.

    Su hermana y otras personas describen al Raúl
    adulto como un individuo extremadamente callado y tímido,
    con marcada tendencia hacia la melancolía y los estados
    depresivos, hasta el punto de tener que recurrir al uso
    permanente de los psicofármacos, pero todos coinciden e su
    agudo sentido del humor, su nobleza y su capacidad para perdonar
    a los que le hacían daño.

    En 1966 comenzó los estudios universitarios en la
    especialidad de matemática, llegando a aprobar
    satisfactoriamente el primer año, pero al cabo de ese
    tiempo decidió cambiar la carrera, situación que
    alarmó a los padres que llegaron a pensar que su hijo
    perdería los estudios. No obstante, pudo ingresar en la
    especialidad de Letras, graduándose en 1972 como
    Licenciado en Lengua y Literatura Hispánicas en la
    Universidad de La Habana.

    Después de graduado, comenzó a trabajar en
    el Centro de I nvestigaciones Literarias de la Casa de las
    Américas (1972), institución donde se mantuvo hasta
    sus últimos días y que sólo abandonó
    durante unos meses debido a la enfermedad de su padre. En esta
    institución y por su arduo y valioso trabajo como
    investigador y ensayista alcanzó la categoría
    científica de investigador auxiliar.

    En 1982 recibió el Premio de poesía
    convocado por el periódico Juventud Rebelde
    por Los ríos de la mañana.

    Al principio renuente a dar a conocer sus textos en
    libros, los poemas escritos durante su período
    universitario (1967-1971) los reunió en Enigma de las
    aguas
    y fueron publicados gracias a su gran amigo Emilio de
    Armas quien poseía una copia del cuaderno y lo
    envió al concurso 13 de Marzo de la Universidad de La
    Habana donde resultó premiado por un jurado integrado por
    Cintio Vitier, Jesús Orta Ruíz y Omar
    González. El original, que contenía los poemas
    escritos entre los 19 y los 22 años, había sido
    quemado por Raúl.

    Elogiado por Cintio, quien vio en la obra del poeta al
    gran creador que sería posteriormente, Enigma…
    fue publicado en 1983, muchos años después de haber
    sido escrito cuando la poesía recorría otros
    caminos. Además, apareció después su segundo
    libro: Da Capo, que vio la luz en 1982 y había
    recibido la Primera Mención en el concurso UNEAC de
    1978.

    A éste le siguieron Embajador en el
    horizonte
    (1984), Al más cercano
    amigo
    (1987, Primera Mención UNEAC en
    1981), Animal civil (1987, finalista en el
    año 1986 del Certamen Literario
    Latinoamericano de la Editorial Universitaria
    Centroamericana (EDUCA) de Costa Rica, Premio Julián
    del Casal de la UNEAC 1985 y Premio de la Critica
    1987), Sonetos a Gelsomina (1991, Premio de la Critica
    de ese año) y el poema "Atlas Salta" (Revista Casa de
    las Américas
    # 188, jul.-sept., 1992, pp. 83-109),
    publicado como libro en 1994 por la Colección La Rueda
    Dentada de las Ediciones Unión y la Editorial Letras
    Cubanas.

    Por su trabajo como crítico literario en 1989 y
    1990 recibió el Premio Mirta Aguirre. También por
    su trabajo en la edición crítica de la
    Poesía completa de César Vallejo el
    Ministerio de Cultura le otorgó el Diploma como
    científico más destacado del quinquenio
    1986-19902.

    Hacia 1992 su padre, arrastrado por la avanzada
    arteriosclerosis que padecía, intentó suicidarse
    cortándose las venas, nueva circunstancia que
    sacudió las sensibles y deterioradas entrañas de
    Raúl quien, en una hora próxima al
    crepúsculo actitud muy típica de los
    románticosdel sábado 12 de junio de
    1993, después de tres intentos fallidos,
    según pudieron comprobar los peritos, puso fin al Gran
    Viaje de su vida con un disparo de revólver.

    Su muerte no sólo segó un brillante
    destino poético sino que estremeció las
    sólidas columnas de la poesía insular,
    arrebatándonos a uno de los pocos autores de su
    generación capaces de reunir magistralmente en su obra el
    profundo drama del hombre finisecular y un amplio conocimiento
    lírico y estrófico, inusual en la literatura cubana
    de los 70, 80 y 90.

    Fue autor de la selección Tres poetas
    centroamericanos
    , publicada en 1987 por la Casa
    de las Américas.

    Textos suyos aparecieron en las revistas Casa de las
    Américas, La Gaceta de Cuba, Letras Cubanas, Unión,
    Revolución y Cultura, Imagen
    (Caracas), El
    Caimán Barbudo
    , entre otras y en las
    antologías El Salvador en armas (Ed. Casa de las
    Américas, 1984), Usted es la culpable (Ed. Abril,
    1985), Anuario de poesía (Eds. Unión,
    1994) y La isla poética (Eds. Unión,
    1998).

    Algunas de sus décimas aparecieron incluidas en
    Amnios, en la antología El Salvador en
    Armas
    publicada por la Casa de las Américas y en la
    revista Cuba en el ballet.

    Como Casal, Raúl se fue a dormir con los
    pequeños, llevándose consigo la cruz de su estirpe.
    Solamente poetas como Zenea, la Zambrana, Martí y el autor
    de "Nihilismo", pulsaron como el las desgarradoras cuerdas de la
    más elevada poesía. Sus libros Animal
    civil
    y Sonetos a Gelsomina, se encuentran entre
    los de mayor aliento escritos por los poetas cubanos de todas las
    épocas.

    NOTAS
    PUNTUALES

    Poeta medular, Raúl Hernández Novás
    (1948-1993), transformado en mito por sus exégetas y por
    los valores intrínsecos de su obra, es uno de los poetas
    cubanos que mayor comunión estableció con las
    esencias líricas y espirituales que envuelven nuestra I
    sla. Su poesía y sus ensayos rebasan lo puramente
    idealista, metafísico o materialista y se convierten en
    símbolos de nuestra cubanía que va más
    allá de confitados mirabeles, voluptuosos fruteríos
    y alucinantes paisajes del trópico para ser una actitud
    muy nuestra de asumir e interpretar la realidad y el espacio
    físico que nos toca.

    Hernández Novás, como uno de los
    pináculos de la catedral poética nacional,
    padeció la poesía, concibió su obra como una
    poética del padecimiento y la enfrentó al reto de
    la posteridad, sin embargo, muy poco conocemos del individuo
    capaz de escribir poemas como "Sobre el nido del cuco", "Los
    ríos de la mañana" y verdaderos sonetos
    antológicos.

    HISTORIA DE UNA
    RELIQUIA FAMILIAR

    Juana Pérez Estévez y Plácido
    Hernández Rivero, ciudadanos de Tenerife, integraron los
    numerosos grupos de emigrantes europeos que llegaron a Cuba entre
    finales del siglo XI X y principios del XX.

    Plácido era un hombre de elevado espíritu
    y deseos de trabajar que transitó por
    diversos oficios en la capital del país antes y
    después de conocer en La Habana a su esposa Juana,
    matrimonio del cual nacieron dos varones: Restituto y
    Plácido.

    Debido a los avatares económicos de la familia,
    en medio de una oscura época nacional, Plácido
    (padre) se vio obligado a trabajar como policía durante
    algunos años del período republicano y, al concluir
    sus servicios, no le fue reclamado el revólver con el que
    recorría las calles habaneras para justificar su
    mínimo salario, de ahí que el siniestro artefacto
    se convirtió en una especie de símbolo
    demoníaco que pasó de generación en
    generación hasta que fue patrimonio de un gran poeta
    atormentado como aquellos Casal, Zenea, Luisa Pérez y
    Heredia del romanticismo y el modernismo cubanos.

    Restituto, luchador clandestino contra la tiranía
    de Fulgencio Batista, en una oportunidad se vio
    obligado a deshacerse del arma por temor a ser delatado por uno
    de sus compañeros de lucha que cayó en manos del
    régimen, y le pidió a su esposa Berta
    Novás que sacara el revólver de la casa. La esposa,
    sin consultar a Restituto, acudió a una amiga de la
    infancia que estaba casada con un alto funcionario batistiano
    para que se encargara de guardar la reliquia pero, ante la
    negativa que recibió como respuesta, colocó el arma
    dentro de un cartucho y lo arrojó bajo un árbol
    hasta que fue recuperado por Berta cuando pasó el peligro.
    ¡Solamente el destino puede explicar por qué nadie
    encontró el revólver que estuvo todos esos
    días en un lugar visible y transitado!

    Al triunfar la Revolución en 1959, Restituto
    comenzó a utilizar el arma para realizar
    disparos al aire todos los 31 de diciembre a manera de
    celebración del histórico acontecimiento que
    cambió la vida del país. Muy pronto fue prohibido
    este ritual debido a los riesgos que entrañaba y las
    autoridades confiscaron las armas pero, el hijo de Placido
    Hernández oculto su herencia que posteriormente
    pasó a ser custodiada por su esposa y, con la enfermedad
    de ambos, por su hijo Raúl, el joven alto y encorvado que
    escribía versos, veía películas
    antológicas y escuchaba música en su viejo
    tocadiscos como un poseído por el fatum
    griego.

    CARNE DEL
    MUNDO

    Sólo

    he venido a decir que hace el mar en la
    costa

    desde antiguo, y en que carroza se va
    camino al sol.

    R.H.N: "Sólo he venido"+

    Raúl Hernández Novas nació en
    Ciudad de La Habana el primero de agosto de 1948.
    Hijo de Berta Novas García (1917 -1985) y de Restituto
    Hernández Pérez (1915-1994), a pesar de ser un
    niño tranquilo que poseía una excelente
    educación, su infancia fue muy triste, debido a que a los
    cinco años le fue descubierta una comunicación
    interauricular, producto de una cardiopatía
    congénita que marco definitivamente al individuo y al
    poeta.

    Sobreprotegido por sus padres que temían por su
    vida, Raúl desarrollo tempranamente su
    capacidad intelectual. A los cinco años aprendió a
    leer y comenzó a ser aficionado de los juegos de mesa,
    sobre todo de aquellos en los que debía pensar mucho para
    encontrar soluciones. Rápidamente aprendió el
    inglés, llegando a hacer algunas traducciones
    poéticas y se convirtió en un verdadero apasionado
    de la astronomía, ciencia que despertó su
    interés y lo llevo a coleccionar varios volúmenes
    relacionados con estos temas.

    Junto a su hermana Ana María cursó
    estudios primarios en la escuela particular "Enrique
    José Varona", donde trabajaban cuatro maestras hermanas:
    Eva, Victoria, Margarita y Amanda Monreal Valdivieso, procedentes
    de Camagüey. Dueño de una singular inteligencia, el
    niño se destacaba por su subrayado interés por las
    diversas asignaturas impartidas, siendo elogiado por sus
    resultados académicos, incluso en la asignatura de
    Religión que era obligatorio cursar y aprobar.

    Las maestras, profundamente religiosas y patriotas,
    inculcaron a Raúl sus ideales acerca del amor
    religioso y del amor patrio; sin embargo, al concluir el sexto
    grado, un desagradable episodio relacionado con sus maestras y
    la naciente Revolución, llevo a Raúl a
    decidir no continuar sus estudios en la escuela.

    Posteriormente hizo la secundaria y el preuniversitario
    en la escuela "Jesús Menéndez" del
    municipio Playa y en el I nstituto de Marianao, respectivamente.
    Solitario y aterrorizado ante la presencia humana (como
    escribió en uno de sus magníficos textos de
    Sonetos a Gelsomina) desde pequeño tuvo pocos
    amigos. Aproximadamente hasta 1960 los jimaguas Heriberto y Jorge
    Méndez, de los que no volvió a saber
    después, fueron los compañeros de juegos de los
    hermanos Hernández Novas, amistad que fue muy importante
    en la niñez de ambos. Hasta los 23 años, aunque ya
    de manera esporádica, Raúl se relacionaba con
    Ramón Rodríguez, otro de los amigos de la
    infancia.

    Operado del corazón a los 17 años,
    Raúl quedo psíquicamente afectado para la
    realización de actividades físicas y este
    tema, como el del niño que vio morir en el hospital en los
    días de la operación, también se
    convirtió en una obsesión en su vida y en su
    obra.

    Severos perros han
    mordido

    mi corazón. Contrarios perros se
    disputan mi corazón como una presa.

    "El cráneo azteca", parte I I ,
    Enigma de las aguas, p. 46.

    y te aplaca una memoria los brincos
    inconstantes

    del corazón

    pero en cualquier momento el
    hilo

    puede romperse.

    "Da Capo", fragm. I V, Da Capo, p.
    73.

    Te has rodeado

    de un corazón o una coraza
    prodiga, espinosa.

    "Coraza, corazón", Animal
    civil
    , p. 18.

    La vocación literaria de Raúl
    comenzó en la infancia. A los once años
    escribió sus primeros poemas que, en su mayoría,
    estaban relacionados con acontecimientos revolucionarios, a
    través de los cuales se ejercitaba en el aprendizaje de la
    métrica y de la rima. Según su hermana, Raúl
    escribió un extenso poema dedicado a Alemania que
    Nicolás Guillen publicó en su columna del
    periódico Hoy y, por ese motivo, recibió
    la visita de un funcionario de la embajada de la entonces R.D.A
    que le obsequió algunos libros. Raúl sólo
    tenía 12 años y ya su texto mostraba
    verdaderas inquietudes poéticas de un niño
    que había comenzado su aventura literaria a
    través de los cuentos de Perrault y las aventuras de Julio
    Verne. También cuando la familia visitaba a Benito
    Novás, el adolescente Raúl tenía la
    oportunidad de conocer a los clásicos de la literatura
    universal en la bien nutrida biblioteca del tío,
    visiblemente entusiasmado por las cualidades y el interés
    de su sobrino poeta.

    Refiriéndose a estos años de
    iniciación literaria el propio Raúl escribió
    en una entrevista publicada en El Caimán
    Barbudo
    :

    Empecé a escribir en 1959 con la
    Revolución triunfante, poemas políticos y
    patrióticos. Me influyó mucho la poesía
    popular y revolucionaria del I ndio Naborí, cuya "Marcha
    triunfal del Ejército Rebelde" nos sabíamos de
    memoria. Escribía formas tradicionales: décimas,
    sonetos y romances […] leí por entonces La paloma de
    vuelo popular, Elegías, Edición Losada, que me
    impresionó mucho. Otra impresión muy grande la
    recibí al leer Canción de gesta, de Neruda.
    Empecé a escribir romances endecasílabos como los
    que forman ese libro. 3

    Desde su adolescencia, Raúl comenzó a
    mostrar un tic nervioso en los ojos que, sumado a su
    miopía y a su considerable estatura (en la adultez
    llegó a medir un metro y noventa y cinco
    centímetros) acentúo sus complejos y su baja
    autoestima, apreciable en su obra lírica
    posterior.

    Su hermana y otras personas describen al Raúl
    adulto como un individuo extremadamente callado y
    tímido, con marcada tendencia hacia la melancolía y
    los estados depresivos, hasta el punto de tener que recurrir al
    uso permanente de los psicofármacos, pero todos coinciden
    en su agudo sentido del humor, su nobleza y su capacidad para
    perdonar a los que le hacían daño.

    En 1966 comenzó los estudios universitarios en la
    especialidad de matemática, llegando a aprobar
    satisfactoriamente el primer año, pero al cabo de ese
    tiempo decidió cambiar la carrera, situación que
    alarmó a los padres que llegaron a pensar que su hijo
    perdería los estudios. No obstante, pudo ingresar en la
    especialidad de Letras, graduándose en 1972 como
    Licenciado en Lengua y Literatura Hispánicas
    en la Universidad de La Habana.

    Al concluir la carrera Raúl se enamoró de
    una licenciada en Física: I sabel Ferro Ramos, con la que
    contrajo matrimonio y vivió un leve período, porque
    su relación resulto, al decir de un amigo suyo, realmente
    desastrosa y concluyó con el inmediato
    divorcio.

    Esta tormentosa experiencia marcó para siempre el
    alma del poeta que no sólo la
    describió en un conmovedor poema de su libro Da
    Capo
    (pp. 50-51) sino que constantemente la recordó
    como "la noche vacía de sus bodas" y contribuyó a
    acentuar su tragedia personal al no poder concretar el amoroso
    acto íntimo.

    De piel blanca, espesa barba, pelo y ojos
    castaños, cabellos abundantes y ondulados,
    Raúl caminaba encorvado, lo cual lo hacía parecer
    de menor estatura y su permanente silencio convertía en
    una dificultad la comunicación con otras personas, excepto
    con algunos compañeros universitarios y sus amigos Emilio
    de Armas, Aramís Quintero y Ramón Cabrera Salort,
    poetas como él.

    Después de graduado, comenzó a trabajar en
    el Centro de I nvestigaciones Literarias de la Casa
    de las Américas, institución donde se mantuvo hasta
    sus últimos días y que sólo abandonó
    durante unos mes es debido a la enfermedad de su
    padre.

    Al principio renuente a dar a conocer sus textos, los
    poemas escritos durante su período
    universitario (1967-1971) los reunió en Enigma de las
    aguas
    y fueron publicados gracias a su gran amigo Emilio
    quien poseía una copia del cuaderno y lo envió al
    concurso 13 de Marzo de la Universidad de La Habana donde
    resultó premiado por un jurado integrado por Cintio
    Vitier, Jesús Orta Ruíz y Omar González. El
    original, que contenía los poemas escritos entre los 19 y
    los 22 años, había sido quemado por
    Raúl.

    Elogiado por Cintio, quien vio en la obra del poeta al
    gran creador que sería posteriormente, Enigma
    fue publicado en 1983, muchos años después de haber
    sido escrito cuando la poesía recorría otros
    caminos. Además, apareció después su segundo
    libro: Da Capo, que vio la luz en 1982 y había
    recibido la Primera Mención en el concurso UNEAC de
    1978.

    A éste le siguieron Embajador en el
    horizonte
    (1984), Al más cercano
    amigo
    (1987, Primera Mención UNEAC en
    1981), Animal civil (1987, Premio Julián del
    Casal de la UNEAC en 1985 y Premio de la Critica 1987),
    Sonetos a Gelsomina (1991, Premio de la Critica de ese
    año) y el poema "Atlas Salta" ( Revista Casa de las
    Américas
    # 188, jul.-sept., 1992, pp. 83-109)
    publicado como libro en

    1994 por la Colección La Rueda
    Dentada de la Editorial Letras Cubanas. Totalmente dependiente de
    su madre, que falleció el 28 de julio de 1985, Raúl
    perdió prácticamente todos sus asideros a la
    existencia y las ideas suicidas que venía explicitando
    desde su primer libro ("y nacer fue entonces el comienzo del
    exilio | entonces, ¿para qué quiero esta dura
    tierra | siempre bajo mis pies…? (p. 17) "Como el equilibrista,
    que sabe que va a morir joven | o como Akileo frente al mar,
    mirando a su madre por última vez" (p. 80) fueron entonces
    su única obsesión. La enfermedad de su padre, su
    incapacidad para enfrentar la situación económica
    de la década final del siglo XX en nuestro país,
    sus continuas desilusiones amorosas, transformaron negativamente
    la personalidad del poeta que, a partir de entonces,
    escribió muy poco y dejó de refugiarse en sus
    grandes pasiones: la literatura, la música y el
    cine.

    Después de la muerte de la madre su hermana Ana
    María, acompañada por su esposo y sus
    dos hijos, pasó a vivir al apartamento del municipio
    Playa, donde Raúl acariciaba sus fantasmas y
    rumiaba su aplastante soledad interior y física y su
    aislamiento.

    Hacia 1992 su padre, arrastrado por la avanzada
    arteriosclerosis que padecía, intentó
    suicidarse cortándose las venas, nueva circunstancia que
    sacudió las sensibles y deterioradas entrañas de
    Raúl quien, en una hora próxima al
    crepúsculo actitud muy típica de los
    románticosdel sábado 12 de junio de
    1993, después de tres intentos fallidos según
    pudieron comprobar los p eritos, puso fin al Gran Viaje de su
    vida con un disparo de aquella mortífera reliquia familiar
    que no sólo segó un brillante destino
    poético sino que estremeció las sólidas
    columnas de la poesía insular, arrebatándonos a uno
    de los pocos autores de su generación capaces de reunir
    magistralmente en su obra el profundo drama del hombre
    finisecular y un amplio conocimiento lírico y
    estrófico, inusual en la literatura cubana de los 70, 80 y
    90.

    Como Casal, Raúl se fue a dormir con los
    pequeños, llevándose cons igo la cruz
    de su estirpe. Solamente poetas como Zenea, la Zambrana,
    Martí y el autor de "Nihilismo", pulsaron como el las
    desgarradoras cuerdas de la más elevada
    poesía.

    Nueve meses después de su muerte, el 29 de marzo
    de 1994, falleció su padre.

    CODA

    Considerado injustamente por algunos "abatidos por ajeno
    empeño" como un epígono de los poetas de
    Orígenes, Raúl Hernández Novas pasará
    a la historia literaria insular no como el gran postmoderno que
    pudiera parecer sino como uno de los poetas más intensos
    de los últimos años en Cuba, mérito que
    no podrán quitarle sus detractores, aunque se
    empeñen en urdir un cuerpo ensayístico que anule
    las virtudes del autor de Animal civil y de los
    Sonetos a Gelsomina, fundamentales libros que ya
    están al lado de En la Calzada de Jesús del
    Monte
    , Dador y Los Puentes durante muchas
    lluvias.

    EL
    INTÉRPRETE; ALGUNAS INFLUENCIAS
    RECONOCIBLES.

    There is no end, but
    addition.

    Eliot

    Y si yo soy el traductor de las
    olas

    Paz también sobre
    mí.

    Vicente Huidobro

    El estilo es un concepto agónico. Un poeta lo
    busca durante toda su vida y al final descubre que esa es su
    camisa de fuerza, su muro infranqueable. El punzón de los
    clásicos, al llegar la madurez, se vuelve contra el que lo
    utiliza, para gloria suya o para provocarle una herida
    mortal.

    Es tarea ardua, émula del buscador del pajar
    donde puede ocultarse su aguja perdida, realizar la
    disección de una manera de escribir poesía, para
    definir y estudiar objetivamente las partículas que la
    integran. Sin embargo, es una experiencia sumamente interesante
    intentar el estudio de la "relación dialéctica
    (transferencia, repetición, error, comunicación)
    con otro u otros poetas" 4
    en la que, según Harold Bloom, está atrapado
    todo poeta.

    No se trata, por supuesto, de cazar influencias para
    exhibirlas en intemporales tablillas de arcilla o para acusar a
    un gran poeta de haber fundido en su ecléctica marmita
    ingredientes ajenos y distantes entre sí; se pretende
    meditar acerca del período fundacional del poeta como
    creador, o sea, del ciclo "formación del estilo –
    vida fértil del estilo – aportes del estilo a la
    cultura de un espacio físico y espiritual, atendiendo a
    criterios de una entidad que puede o no haber experimentado las
    bondades y miserias de un modo personal de entender el universo
    y, dentro de él, la Poesía.

    Los hombres que han concebido grandes poemas como se
    sabe no provienen de la Nada. Antes hubo poderosos
    resortes líricos que posteriormente fueron pulsados por la
    nueva sensibilidad de la época.

    A las cualidades especiales que posee un creador hay que
    sumar el influjo que las generaciones
    poéticas ejercen sobre él, los implacables dictados
    de la historia y de su realidad social y la dictadura de sus
    preferencias que conforman, a la larga, su estilo.

    En realidad no sólo en la etapa de
    formación del poeta existen influencias muy fuertes sobre
    él. En su vitalidad creativa caen, como solitarias y
    misteriosas gotas, múltiples presencias que consolidan la
    gruta dinámica y en constante transformación que es
    la personalidad poética. La diferencia respecto al estado
    iniciático de nombrar como si se fuera el primer hombre
    sobre la tierra es que en el "limbo" prácticamente
    hermético de la madurez, las influencias no operan con
    idénticas fuerzas ni fines, porque llega el día en
    que el Poeta se vuelve un tanto hosco respecto a la
    emanación que trata de envolverlo. Ya el creador es un
    individuo próximo a la plenitud (sería un eufemismo
    hablar de plenitud alcanzada) y por lo tanto se considera lo que
    Harold Bloom llama "poeta fuerte" y lo es, o cree
    serlo y estoy nuevamente en el principio porque su estilo se
    transmuta en agónica camisa de fuerza, cruz de la que es
    prácticamente imposible descender.

    Quizás algo parecido le sucedió a
    Raúl Hernández Novás, quien después
    de haber conformado un sólido rumbo
    poético descubrió que ese laberinto no tenía
    salida como su propia existencia. La escritura tal vez se le fue
    convirtiendo en un círculo en rotación alrededor de
    un punto invariable, y como esta era una de sus escasas defensas
    frente a los horrores del físico mundo, intentó
    regresar a la matria, al apeiron, a una estancia
    anterior de suprema inocencia.

    Hernández Novás era un hombre muy culto
    cuyo talento manifestó en múltiples
    ensayos sobre poesía y narrativa y en su propia obra
    poética. Licenciado en Lengua y Literatura
    Hispánicas, desde temprano dejó entrever su honda
    capacidad lírica y su intuición para el estudio de
    la literatura, situac ión que fue favorecida por su
    incorporación como investigador al Centro de I
    nvestigaciones Literarias (CI L) de la Casa de las
    Américas, donde se mantuvo hasta su muerte.

    Conocedor de la poesía y con una adecuada
    orientación, Hernández Novás conformó
    su estilo a partir del conocimiento del cine y de la
    música, de la tradición literaria hispanoamericana,
    de su cercanía espiritual con otras culturas, pero con un
    trasfondo individual al que le confirió dramáticas
    dimensiones. Diríase que asimiló símbolos
    culturales, sobre todo literarios, y los asoció con su
    propia vida, lo que sería en el lenguaje de los
    postmodernos una apropiación consciente, hasta el punto de
    establecer una especie de comensalismo simbólico, una
    unidad indisoluble.

    No quisiera argüir elementos –que
    estánpara defender esta poética desde un punto de
    vista postmoderno que me desviarían del centro del
    estudio. Me limitaré a mencionar la presencia constante de
    intertextualidades en la obra de R.H.N y de variantes como la
    parodia y la autoparodia5, el contrapunto que se establece en
    muchos de sus textos (véase, por ejemplo, "Sobre el nido
    del cuco") entre referencias a otras obras de origen diverso, y
    una marcada tendencia hacia lo sobreabundante, por supuesto que
    con fines muy distintos de los del autor de Paradiso.
    Rasgos que pudieran ser esgrimidos para justificar una posible
    voluntad postmoderna, no descartada, en la poesía de
    Hernández Novás, como cualidad de su
    estilo.

    II

    Resulta prácticamente imposible definir
    cómo se conforma esa manera peculiar, en este caso de
    escribir poesía, de un autor. Por eso este estudio
    será muy discutible y por lo tanto debe verse como
    aproximación o intento de comprender los sedimentos que
    hicieron posible la existencia de R.H.N en la lírica
    cubana.

    ¿En qué orden y con qué intensidad
    aparecen los progenitores del estilo poético?
    ¿Cuándo se puede afirmar que existe un modo
    singular y maduro de erigir la arquitectura verbal en un creador?
    Son preguntas bien difíciles para alguien que emprende el
    estudio de una obra con escasas referencias fuera de ella misma,
    no obstante, es un fértil ejercicio intelectual indagar
    acerca de los orígenes de un sólido
    modo de escribir poesía como fue el de R.H.N quien, al
    decir de Jorge Luis Arcos, […] se convierte en un
    poeta – síntesis de disímiles vertientes
    poéticas. Asimila creadoramente lo mejor del
    conversacionalismo, acentúa la veta existencial, incluso
    asume características francamente neorrománticas, o
    propias del intimismo lírico, a la vez que explaya un
    discurso mitopoético y un trascendentalismo afines con el
    origenismo, así como se nutre de motivos gratos a la
    poesía pura, y desenvuelve una poesía de intenso
    simbolismo y densidad tropológica y no le es ajeno el
    poema de profunda proyección social.
    6

    Hernández Novás interpretó
    disímiles estilos e influencias que incorporó a su
    personalidad poética. Convirtió versos, fragmentos,
    personajes y símbolos en parte inseparable de su obra; de
    modo que no fue un pasivo intérprete de la poesía
    anterior sino alguien que transformó en poética las
    fuentes donde bebió y su sentido trágico del mundo.
    Logró, como Darío, hallar "la palabra que huye", la
    palabra asentada en la tradición y trasladó al
    texto "la carne y sangre de su propio espíritu" como
    pedía Antonio Machado en sus reflexiones sobre la
    lírica. Para decirlo con una paráfrasis de un
    párrafo de Joyce en el Ulises: el arte de
    Raúl nos reveló esencias espirituales sin
    forma
    porque fue muy sensible la profundidad de vida de la
    que emergió.

    Del peruano universal César Vallejo,
    poesía que estudió profundamente y
    prologó en 1988, H.N. no sólo adquirió
    su espíritu y tono confesional sino versos que citó
    explícitamente en varias oportunidades y que
    parodió o usó como intertextualidades
    implícitas en numerosas ocasiones.

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