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Cajas rurales de ahorro y crédito (CRAC’s) en el Perú: Crecimiento desordenado y crisis 1994- 2002



    Sumario

    Este documento aborda desde el lado histórico, la
    cuestión del desempeño y crecimiento de las Cajas
    Rurales de Ahorro y Crédito del Perú en el periodo
    1994 – 2002; durante el cual se sentaron las
    bases del desarrollo de estas valiosas instituciones para el
    financiamiento rural. Aquí se pone al descubierto las
    incertidumbres y facilidades que una economía de mercado
    otorga a entidades nuevas incursionando en los mercados
    financieros a nivel nacional; alejados de la
    centralización y concentración geográfica en
    las que operan las IF"s de la capital de la república.
    Mediante un enfoque de cartera se analiza las condiciones del
    equilibrio empresarial que son causa de los ajustes y desajustes
    e incluso de la crisis de las IF"s. Este enfoque también
    ayuda a comprender las potencialidades de mercado de las CRAC"s
    – la cual está determinada por la metodología
    especialmente elaborada a tal fin, para su oportuno
    desenvolvimiento en la financiación rural.

    Introducción

    El inicio de un nuevo gobierno constitucional en
    Perú en el 2001, ha revivido el interés de las
    autoridades y de los peruanos en general por la
    descentralización nacional. Ello se ha visto reforzado
    porque conjuntamente con el gobierno, los partidos
    políticos y la sociedad civil, después de un arduo
    trabajo por la búsqueda de consenso para la
    recuperación del país han arribado a un Acuerdo
    Nacional en julio de 2002, uno de cuyos puntos le confiere
    atención prioritaria a esta.

    La descentralización nacional tiene diversos
    aspectos por atender y convoca a muchos sectores para definir
    vías de acción que faciliten su puesta en marcha en
    el país. Precisamente uno de ellos se relaciona con la
    descentralización productiva y el desenvolvimiento de
    mercado en los distintos poblados localizados en el área
    rural del país. Ampliar la base de la producción
    nacional compromete dinamizar a todas las unidades productivas
    fuera de los centros urbanos de producción y acopio
    tradicionales ya existentes.

    La preocupación de los dirigentes
    políticos por la descentralización productiva, no
    significa que esta no exista en el país o que esté
    totalmente paralizada. Mas bien y para precisar, será
    menester indicar que los esfuerzos realizados en el pasado y
    hasta el presente, no han rendido los frutos esperados. La
    descentralización productiva está ocurriendo con
    gran lentitud y debilidad, lo que se deja sentir en
    las poblaciones con las que se encuentra ligada; en ellas
    no repercute en mejoras de su nivel de bienestar y de calidad de
    vida.

    La descentralización de la producción es,
    sin duda, el punto focal de los esfuerzos públicos y
    privados para poner en marcha la recuperación de los
    mercados internos. En efecto, una red productiva que se extienda
    e integre a todos los centros y unidades productivas, sea cual
    fuere su tamaño y por muy apartados que se encuentren;
    genera impulsos favorables al desarrollo económico y
    social de las localidades como del país. Esto se
    debería, por ejemplo, a la mejora de ingresos y riqueza de
    la población en las áreas rurales.

    En un estudio publicado de la CEPAL- GTZ en el 2001, se
    indica que en América Latina la micro y pequeña
    empresa (MyPE's) es el segmento productivo que se encuentra
    descentralizada y tiene una presencia importante en las
    áreas rurales. Lo que sucede muy poco con la mediana y
    casi nada con la gran empresa. Esta apreciación
    contrastada con la realidad peruana se corrobora fehacientemente
    y más aún, por la experiencia vivida y con
    excepción de la minería; la mediana y gran empresa
    tienen serias dificultades para impulsar la
    descentralización.

    Entre los muchos mecanismos disponibles para afianzar e
    impulsar la descentralización de la producción
    nacional involucrando a las áreas rurales, destacan el
    facilitar los flujos monetarios de los pagos, así como el
    financiamiento que se requieren allí. En una
    economía de mercado, lo que posibilita el aumento y la
    diversificación de la producción es la facilidad
    para transar los bienes y servicios (comprar y vender); lo que se
    logra con la presencia del dinero y de las instituciones que lo
    proveen a los agentes de la sociedad.

    La existencia actual de la actividad financiera en los
    medios rurales del país tendría un gran impacto
    para estimular el crecimiento de la producción de bienes y
    servicios; y a la vez, atraer en estos lugares, la
    inversión destinada a crear unidades productivas o ampliar
    las que están en operación. Dicha actividad
    financiera rural comprende la participación del sistema
    financiero nacional, el cual involucra procesos complejos de
    operación y de participación de instituciones
    dedicadas al negocio financiero; las mismas que son supervisadas
    y reguladas por las autoridades correspondientes.

    Las instituciones del Sistema Financiero Nacional que
    ofrecen sus servicios en los sectores rurales, son las Cajas
    Rurales de Ahorro y Crédito ( CRAC"s ); las mismas que
    iniciaron sus operaciones en 1993 y en el 2002 habían 12
    en operación. Estas IF"s estuvieron actuando en las
    áreas del territorio nacional en las cuales, los espacios
    económicos y financieros corresponden a la
    descentralización a la que se refiere este
    estudio.

    El que hayan negocios financieros en el área
    rural transmite positivas señales de mercado a empresarios
    e inversionistas, quienes se encuentren deseosos de acometer
    emprendimientos en dichos lugares. La presencia de una
    institución financiera es ejemplo a otros negocios y
    actividades de los éxitos que se pueden alcanzar
    allí. Si bien en el medio rural hay un sin número
    de desafíos, no es menos cierto que se encuentran
    también oportunidades para ser bien aprovechadas y obtener
    apreciables beneficios individuales y colectivos.

    De acuerdo a lo expuesto, analizar detenidamente el
    desenvolvimiento de las CRAC"s a nivel nacional, resulta
    particularmente relevante para conocer de primera fuente
    cómo están funcionando en los mercados locales a
    los que concurren; apoyando de esta manera, la
    descentralización productiva vigente. A consecuencia de
    este análisis, podrá percibirse las potencialidades
    de las Cajas para acometer tareas de mayor compromiso con el
    impulso de las economías locales y por ende con la
    profundización de la descentralización del
    país.

    No obstante el funcionamiento de algunas CRAC"s en las
    áreas rurales, en el Perú actual existe una amplia
    desigualdad en la oferta y atención de servicios
    financieros a las personas naturales y jurídicas; cuando
    se compara la capital de la república con el resto de las
    localidades del país. En estas últimas, existe
    todavía una notoria carencia y falta de servicios de las
    instituciones financieras hacia las personas y negocios que se
    encuentran allí establecidas. Esta situación
    conspira contra el buen funcionamiento del mercado y el bienestar
    de la población.

    Descentralización y financiación rural,
    tienen mucho en común y comparten en el inmediato futuro
    un mismo camino por recorrer. En efecto, a inicios del 2003 en
    nuestro país empiezan sus actividades los recientes
    gobiernos regionales elegidos. Ellos tienen la tarea de poner en
    marcha la descentralización, donde hay reservada una
    participación protagónica; para las IF"s ( CRAC"s )
    orientadas a la financiación rural.

    En las regiones, el sector privado de los negocios
    locales y de la población; por ahora tienen fuertes
    expectativas de bienestar, tan sólo de saber que la
    descentralización está en marcha a partir del 2003.
    Esta será para ellos, un mecanismo de servicios
    públicos que trasladará a la localidad; algo de lo
    mucho que se retenía en la capital de la república.
    Hay pues, razones para sostener que surgirá una
    dinámica local.

    Las buenas expectativas – al momento de su
    realización en el 2002 – sin duda tropezarán con la
    falta de servicios financieros en las localidades. Esto
    quizá no ocurrirá en todas, porque algunas de ellas
    cuentan ya con los servicios financieros; pero en la gran
    mayoría de localidades no hay presencia de ningún
    tipo de institución financiera. Por tanto no se facilita
    la movilización de los recursos locales, ni atrae los
    recursos de fuera de la localidad; que se encuentren ociosos sin
    ninguna asignación específica.

    El estudio – desde una perspectiva histórica –
    expone a las Cajas Rurales de Ahorro y Crédito (CRAC"s) en
    el Perú, primero bajo un Crecimiento Desordenado y de
    Crisis, sus Potencialidades de Mercado en el periodo 1994- 2002;
    a fin de contribuir a la ampliación de estos negocios y
    sus operaciones, para atender las justificadas demandas de
    servicios financieros de las localidades al interior del
    país, afianzando con ello, los avances que las
    descentralización pudiera lograr.

    1. Financiamiento
    Rural a nivel nacional

    El financiamiento rural, tal como se aplica en el
    país, de por si denota que dicha actividad está
    condicionada a un lugar de destino. Es el hecho que ni en las
    regulaciones financieras, ni en la práctica operativa de
    este tipo de transacciones financieras se encuentra establecido
    el significado del vocablo rural para la acción del
    financiamiento. La precisión del término rural
    deviene en importante para precisar los alcances de este
    financiamiento y su impacto en quienes resulten beneficiarios de
    aquel.

    Las imprecisiones del significado del financiamiento
    rural es un aspecto que será abordado con detalle
    más adelante en este estudio; específicamente, en
    relación a la práctica operativa, con los problemas
    y dificultades existentes en conseguir una apropiada
    delimitación del mercado, para lograr una máxima
    penetración en ellos. Con el propósito de evitar
    mayores confusiones con el significado de financiamiento rural,
    aquí se pretende dar un paso adelante y presentar una
    definición que ayude a superar la actual
    imprecisión; de esta manera esta delimitación
    ayudaría a dirigir y concentrar nuestra atención en
    lo rural.

    Por la complejidad que conlleva la adecuada
    comprensión e interpretación del término
    rural, es menester efectuar algunas precisiones de éste
    antes de proceder a utilizarlo en las cuestiones financieras a
    desarrollarse en este estudio.

    El término rural tiene un alcance nacional y por
    ello, no se refiere a ninguna localidad en particular. Su
    significado está relacionado a una generalidad espacial
    que abarca a todo el conjunto de actividades que recae en el
    ámbito rural

    El ámbito o área rural es una
    categoría de identificación de actividades
    realizadas por los seres humanos con particular referencia a una
    localidad o espacio geo- económico. En consecuencia, esta
    categoría de identificación puede responder a
    diversas fórmulas de precisión como por ejemplo: la
    población, las características geográficas
    de los espacios, la referencia particular al medio ambiente o la
    naturaleza, las definiciones de política y administrativas
    de las localidades y aún en razones por contra a lo
    urbano, tomando a éste como opuesto a lo rural

    El área rural como categoría de
    identificación en el presente estudio, tiene su pivote en
    la población afincada a un lugar denominado
    genéricamente como rural. Esto es a consecuencia que el
    financiamiento es una actividad cuya atención es apoyar a
    las personas en realizar ciertas actividades vinculadas con la
    producción, inversión o consumo en las áreas
    rurales. Hay pues la necesidad de cuidar y mantener un
    vínculo estrecho entre territorio y población, como
    anfitriones o receptores del financiamiento.

    Entonces, ¿Cómo definir el área
    rural sustentando el binomio población-territorio ? Esto
    se consigue con el fundamento, a partir de las precisiones
    efectuadas por los demógrafos de la población
    peruana. En ellos se hace necesario distinguir la
    localización de la población del país
    entre lo urbano y rural; por esta razón, lo rural
    según dichos profesionales, está referido a
    territorios poblados de 2000 o menos habitantes. Con este
    criterio, en la actualidad menos del 40 % de la población
    total de los peruanos vive en áreas rurales.

    En una sobre – simplificación de los hechos, en
    muchos estudios referidos con las actividades que realiza la
    población de las áreas rurales se identifican
    aquellas sólo con las agrícolas o agropecuarias; si
    bien estas actividades involucran al grueso de la
    población, esto no significa que sean las únicas o
    que su realización sea de corte exclusivo allí. Los
    negocios son de diversa índole. Hay actividades
    agro-industrial, industrial, piscicultura, servicios, comercio,
    artesanías, turismo, etc.

    Identificar áreas rurales con población
    realizando actividades con sentido empresarial, exige de mayores
    precisiones. En particular, desde el lado del ingreso y la
    riqueza, en este ámbito se encuentra la población
    que se auto-sostiene con la que está en situación
    de pobreza y pobreza extrema. El presente estudio al referirse a
    transacciones financieras rurales, involucra sólo a la
    población que está en capacidad de generar
    ingresos, con lo cual son clientes o posibles clientes de los
    negocios financieros rurales.

    Esta delimitación del estudio no significa que el
    financiamiento rural esté excluido de los problemas de
    pobreza o pobreza extrema de las áreas o espacios en los
    que opera. Más bien, su impacto se dejará sentir en
    las líneas de frontera al generar accesibilidad a quienes
    se encuentran en el límite, no recibiendo financiamiento,
    pero están en capacidad de ser origen de ingresos
    sostenidos. Ellos al llegar a ser clientes de los negocios
    financieros, ensancharán las fronteras de operaciones del
    financiamiento rural.

    Hasta aquí, hemos realizado una primera
    aproximación a lo que significa rural como ámbito
    de destino del financiamiento. En esta perspectiva también
    diríamos que nos hemos acercado a bosquejar un perfil del
    "cliente rural" beneficiario de dicho financiamiento.
    Por los argumentos que más adelante se exponen, tanto el
    financiamiento rural, como el cliente rural serán
    perfeccionados; con los cuales nuestro interés por conocer
    la situación actual de este financiamiento se verá
    fuertemente enriquecido.

    1.1 El
    Financiamiento Rural: Antecedentes y
    Características

    El financiamiento rural en el Perú tiene un
    pasado muy prolongado; especialmente, si este es visto como parte
    de la financiación a las actividades agrícolas y
    pecuarias. En esta perspectiva, la financiación rural se
    organizó e impulsó con la creación del Banco
    Agrario; institución Pública de fomento en los
    años 30 del siglo pasado. Por aquella época y
    según datos de la población, el país era
    eminentemente rural, la población urbana era
    definitivamente menor y la participación de la agricultura
    en la producción nacional estaba cercana al
    30%.

    Entre los años 30's y fines de los 60's, la
    financiación al sector agrícola y pecuario
    más que rural tenía como líder de mercado al
    Banco Agrario, al que le seguían la banca comercial y la
    banca regional de aquel entonces. La orientación del
    financiamiento era hacia productos de exportación o
    producción extensiva, principalmente de la costa. La
    financiación a la producción agro – pecuaria de
    alimentos y de pequeña escala de la costa, sierra y selva
    que caracteriza a la financiación rural fue
    modesta.

    Desde los años 70's hasta fines de los 80's,
    periodo que se inicia con la reforma agraria a nivel nacional, la
    financiación al sector agro-pecuario y al rural
    sufrió un golpe decisivo; prácticamente
    quedó en pié sólo el proveniente del Banco
    Agrario. El resto del sistema financiero contrajo severamente su
    otorgamiento y desembolso de recursos. Fue un periodo en el cual
    el Banco Agrario destinó cerca del 80% de sus recursos a
    la gran agricultura y el resto fue para la mediana,
    pequeña y micro-productores a nivel nacional.

    Este no fue un buen periodo para la sociedad rural y la
    vida en el campo. Algunos indicadores parecen así
    demostrarlo, la población del país en su conjunto
    alcanzó su mayor perfil urbano, en tanto que lo rural
    acentuó su descenso. La contribución de la
    producción agropecuaria a la producción nacional
    declinó severamente y de manera continua. Hacia fines del
    periodo, se empequeñeció este sector productivo
    hasta alcanzar sólo el 12 % del PBI. Los niveles de
    pobreza y pobreza extrema del área rural se agudizaron de
    manera alarmante, en la sierra y selva.

    La liquidación del Banco Agrario hacia comienzos
    de los años 90's, así como el resurgimiento de la
    producción capitalista y comercial de la agricultura de
    exportación y de tipo extensivo en la costa y selva;
    propiciaron la vuelta de los bancos privados a otorgar
    financiamiento a este sector. Hecho que no ocurrió con la
    financiación rural, repercutiendo muy adversamente en los
    negocios y la población rural. Prácticamente este
    sector quedó abandonado y a la deriva por falta de
    recursos y de otros servicios financieros.

    Según los críticos del desempeño
    del Banco Agrario, éste no fue una buena experiencia para
    el financiamiento rural. El banco actuó como financiador
    del sector agro-pecuario, sin tener una orientación clara
    y precisa para la financiación rural. Este hecho estuvo en
    evidencia porque menos del 15% de su cartera crediticia se
    dedicó a los pequeños productores de las zonas
    rurales, exclusivamente dedicados a lo agro-pecuario. Otros
    servicios bancarios o financieros a dichos lugares
    prácticamente no se ofrecieron.

    Frente a esta dramática realidad de la
    población rural y sus actividades productivas, la
    administración Fujimori, ensayó diversas
    fórmulas para recuperar el financiamiento rural y sobre
    todo, crear mecanismos de apoyo a la reactivación de los
    mercados. La más notable y que merece toda la
    atención de este estudio fue la creación de las
    Cajas rurales de Ahorro y Crédito en Julio de 1992. El
    propósito fue la introducción de nuevas
    instituciones financieras directamente comprometidas con las
    actividades financieras en las áreas rurales.

    Desde 1993 hasta la fecha que se redacta este estudio,
    la financiación rural ha ingresado por nuevas vías
    operativas. Los mercados de la financiación rural del
    país con el ingreso de las Cajas Rurales en operaciones ha
    sido sacudida por un remezón innovador. La presencia de
    estas nuevas entidades han sido parte del punto de
    inflexión que detuviera la aguda depresión de
    dichos mercados. Esa dinámica responde a la acción
    especializada de las instituciones empujadas a rehacer espacios
    financieros muy debilitados.

    En el 2002, el financiamiento rural comprende la
    provisión de servicios financieros a las familias, los
    medianos, pequeños y micro productores, así como de
    otras entidades localizadas en el área rural del
    país. Dichos servicios se constituyen en un soporte
    valioso para la realización de las actividades cotidianas
    y permanentes de las localidades, generando los medios de deuda o
    cancelación de transacciones comerciales, financieras,
    crediticias, de inversiones y de otra índole que conlleva
    una economía monetaria y de libre mercado.

    Tales servicios financieros incluyen los de
    captación, colocación y otros servicios
    relacionados con las transacciones monetarias que requieren los
    pobladores y agentes de la sociedad y los negocios. En este
    último caso por ejemplo, mecanismos para el pago de
    servicios públicos o la compra y venta de moneda
    extranjera.

    1.2 El
    Financiamiento Rural En El Sistema Financiero
    Nacional

    El financiamiento rural en el Perú de acuerdo con
    los antecedentes reseñados aquí, en ningún
    momento, por lo menos de los últimos setenta años,
    ha estado aislado del sistema financiero nacional (SFN). Ello no
    significa que este mecanismo de atención financiera a las
    áreas rurales, sea el único o exclusivo;
    existen otros mecanismos fuera del sistema, de los cuales
    se valen las familias y negocios para obtener los recursos
    financieros que requieren. No obstante esta realidad en adelante
    sólo estudiaremos la financiación proveniente del
    SFN.

    Es importante percibir al SFN como la estructura
    institucional con las cuales se desenvuelve el mercado;
    específicamente, desde el lado de la oferta. Tal
    estructura está constituida por instituciones e
    instrumentos que son parte consustancial del quehacer financiero
    en el país. En su funcionamiento está estructura se
    transforma en un conjunto de mercados por instrumentos, siendo
    participes en ellos, la oferta de todas las instituciones
    habilitadas para las correspondientes transacciones.

    Las instituciones del SFN tienen funciones
    especializadas con las cuales se logra generar la red operativa
    que se observa en los mercados. En este sentido, las funciones
    crean una primera diferenciación entre instituciones a
    tomar en cuenta. Hay instituciones directrices del sistema, las
    que están constituidas por las entidades reguladoras o
    supervisoras, y aquellas otras que son operadoras y se conocen
    mejor como intermediarios financieros (IF's); los que pueden
    contar o no con instituciones auxiliares para el mejor
    desempeño de mercado.

    En las instituciones operadoras o IF's es donde se
    localiza el financiamiento rural, cuando estas ofrecen y colocan
    sus servicios financieros a las familias y negocios de las
    áreas rurales. Esta atención dirigida, al igual que
    toda la oferta del sistema financiero, en el presente se realiza
    bajo condiciones de mercado; de allí que la
    financiación rural seguirá las turbulencias,
    ajustes y mutaciones tanto de su propio mercado, como de la
    influencia que reciba de otros mercados conformantes del
    SFN.

    De esta sucinta presentación del SFN, claramente,
    se reconoce la importancia de éste para el funcionamiento
    eficiente del mercado. Esto es que fallas en el sistema se
    transmitirán directamente al mercado y con él a los
    clientes o mejor a los demandantes de los servicios financieros.
    Por fallas del SFN debemos entender dificultades, trabas,
    obstáculos, distorsiones y rigideces para atender sin
    discriminaciones a todos los segmentos del mercado.
    También, la distorsión de precios o tasas de
    interés en los servicios será otra de las fallas de
    mercado

    En esta perspectiva, el financiamiento rural es un brazo
    institucional del SFN para llegar a segmentos espaciales del
    mercado financiero, por muy alejadas o recónditas donde se
    encuentren. Esta llegada debería efectuarse exenta de
    fallas de mercado para que los servicios allí ofrecidos
    generen a las familias y negocios rurales, accesibilidad de
    mercado, amplia cobertura de servicios y el máximo alcance
    de las actividades que requieran de tales servicios. Así,
    el mercado estaría realmente ofreciendo a
    satisfacción de los clientes los servicios
    allí.

    Desde el lado de la oferta, estos tres puntos de
    eficiencia de mercado: accesibilidad, amplia cobertura y
    máximo alcance, se constituyen en baluartes para la
    existencia del financiamiento rural en nuestro país.
    Aspectos en los cuales el SFN viene prestando muy poca
    atención para el caso de pequeños y micro-
    productores. Por esta razón, cada uno de los tres puntos
    se tratará de manera separada, a fin de precisar –
    cuál es su real contribución de mercado para la
    reactivación productiva de estas zonas de
    producción y población.

    La accesibilidad de mercado visto desde el lado de la
    oferta de las IF's es limpiar todas las vías de ingreso al
    mercado hacia los clientes o demandantes. Las IF's están
    comprometidas a facilitar a todos los solicitantes de servicios,
    de los medios que coadyuven a concretar la atención
    requerida. Esto va más allá de proveer
    información, o la publicidad y difusión de los
    servicios; en realidad, hay que eliminar los obstáculos
    que lo impidan sean como regulaciones, restricciones o cualquier
    otra traba que sin generar riesgos anormales cierren el paso al
    cliente.

    La amplia cobertura de mercado implica en que los IF's
    tienen que hacer esfuerzos propios por atender al mayor
    número de demandantes de mercado. Esto es hacer el
    máximo uso de su capacidad instalada a corto plazo y
    cubrir todo el mercado cuyo potencial indica su aprovechamiento.
    Los IF's tienen que ser suficientemente pro-activos y
    dinámicos para avanzar en la penetración del
    mercado, llegando así a amplios segmentos de la
    población rural para incorporarlos a los beneficios de los
    servicios financieros.

    El máximo alcance de mercado de los IF's conlleva
    la diversificación apropiada de servicios a ofrecerse a la
    sociedad rural que satisfagan sus necesidades financieras. La
    financiación rural implica la oferta de diversos servicios
    ya que la atención es diferenciada por clientes; algunos
    servicios son para las familias y otros para los productores. Los
    IF's tienen entonces que disponer de una cartera de productos o
    servicios que respondan a las particularidades propias de las
    demandas de la áreas rurales.

    Recapitulando, el financiamiento rural, en este estudio,
    es visto como parte integrante del sistema financiero nacional.
    Esto significa que las finanzas rurales no están al
    margen, ni excluidas de las actividades financieras contempladas
    por el marco legal y regulatorio a nivel país, en el cual
    las instituciones, los instrumentos y las transacciones se
    encuentran sujetas, así como a su respectivo control y
    supervisión. En pocas palabras, este es el financiamiento
    rural formal y toda actividad financiera por fuera de sus
    fronteras será informal.

    1.3 Instituciones
    Financieras en el Financiamiento Rural

    La experiencia peruana con la financiación rural,
    tal como ha sido expuesta de manera sucinta señala la
    presencia de diversas IF's en estos mercados. Dependiendo de los
    periodos históricos, las IF's han sido bancos comerciales,
    bancos de fomento, bancos regionales, bancos múltiples e
    instituciones financieras no bancarias: Financieras, Cooperativas
    de Ahorro y Crédito, Cajas Municipales de Ahorro y
    Crédito, Cajas Rurales y las EDPYMES.

    La realización del financiamiento rural por medio
    de las IF's es una modalidad de financiación indirecta o
    más conocida como de intermediación financiera;
    desde un plano conceptual, ésta reúne
    múltiples virtudes que sirven tanto para el desarrollo
    financiero en las áreas rurales y la puesta en marcha del
    financiamiento rural. Uno tiene que ver con los cambios y avances
    de mediano y largo plazo y el otro, con las condiciones de los
    mercados a corto plazo. Así, ambos aspectos se
    complementan y retro-alimentan.

    La intermediación financiera especializada en el
    desarrollo financiero rural cambia la estructura financiera
    vigente, por otra que responda mejor a los requerimientos de
    ahorro e inversión en el crecimiento de las localidades en
    las que opera. Los negocios financieros lideran el mercado,
    respondiendo a los retos que acarrea la transformación
    productiva y social en el campo. En este caso, ayudaría
    también al efecto positivo de la globalización
    financiera; que cada día se hace más compleja, por
    las operaciones y la naturaleza cambiante de los mercados
    financieros.

    A corto plazo la financiación indirecta rural
    contribuye al buen funcionamiento de los mercados por los medios
    que ésta dispone para lograr una amplia cobertura y
    alcance en productos que sirven a todos los segmentos de la
    población, se encuentren o no vinculados con la
    financiación de los negocios rurales. Más
    aún, las IF's en el proceso de captar y colocar fondos
    repercute favorablemente en el comportamiento económico de
    los agentes de la sociedad rural, al propiciar en ellos un mejor
    manejo y uso racional de los recursos disponibles

    Según lo señalado líneas arriba, en
    la financiación rural del país vienen participando
    diversas IF's tales como bancos e instituciones financieras no
    bancarias. Desde el punto de vista de la propiedad éstas
    pueden ser de carácter público o privado. El
    interés de los bancos y de los no-bancos por el mercado de
    la financiación rural revela que este es un mercado
    apetecible para el desenvolvimiento de los negocios financieros;
    en los cuales se hace necesario actuar con una visión de
    futuro y de servicio a la sociedad rural.

    Este comentario viene a cuenta de lo informado por los
    estudios de la descentralización del país, o
    estudios de los magros desempeños regionales. En dichos
    estudios se presentan indicadores financieros relacionando la
    capital de la república con las provincias del interior,
    donde también se encuentran localizadas las
    áreas rurales. En estos indicadores se muestra que las
    provincias son proveedoras de fondos a la capital. Vale decir que
    el sistema financiero ha extraído ahorros de estos
    lugares, sin invertirlos allí y trasladarlos a la
    capital.

    Más todavía, los referidos estudios
    revelan que esta fórmula operativa de las IF's viene
    ocurriendo desde siempre; lo cual evidentemente ha contribuido a
    la descapitalización de las provincias en favor de la
    capital. Se estima que el 80% de los ahorros del país son
    absorbidos por la capital. Esta situación tiene funestas
    consecuencias, en especial para las áreas rurales, que
    requieren de fondos para afianzar y expandir la producción
    local, generar negocios y sitios de trabajo, aumentar los
    ingresos y la riqueza local.

    Hay diversos trabajos donde arrecian las críticas
    contra los bancos comerciales del pasado, hoy bancos
    múltiples. Se dice que estas instituciones incursionan en
    los mercados financieros provinciales, sólo con el
    afán de captar fondos y no de colocarlos. Más
    aún, se argumenta que es una fórmula muy barata de
    disponer de fondos permanentes; de allí que la
    ubicación de sus oficinas fuera de la capital, sólo
    estén orientadas a la captación. Las colocaciones
    sólo responden a negocios de alguna manera allegados a
    estas instituciones.

    A pesar del descontento y la insatisfacción con
    el desempeño del pasado banco de fomento agrario, su
    liquidación puso al descubierto un secreto a voces que la
    banca privada tiene intereses muy focalizados para los
    agro-negocios y casi nada por la financiación rural. Ante
    esta realidad, el gobierno ha vuelto a echar mano de la banca de
    fomento. Hace poco fue creado el agro-banco para actuar como
    banco de primer y segundo piso en la financiación
    agro-pecuaria y rural. Se pretende así mantener distancias
    con el pasado banco, pero no de los clientes.

    En las instituciones financieras no-bancarias, si bien
    el comportamiento mostrado difiere de los bancos, ello no quiere
    decir que haya sido satisfactorio. Entre estas instituciones han
    prevalecido resultados mixtos con la financiación rural.
    Por ejemplo, han ocurrido hechos similares a los bancos con las
    financieras; pero diferentes con las cooperativas y las cajas
    municipales. En estas últimas, su presencia en la
    financiación rural no ha respondido a las expectativas
    generadas por ellas; ya que si bien han actuado en provincias, se
    han concentrado preferentemente en el ámbito
    urbano

    En las instituciones financieras no-bancarias merece
    destacar la presencia de la Corporación Financiera de
    Desarrollo S. A. (COFIDE), institución
    cuasi-pública, con operaciones de segundo piso en el
    sistema financiero nacional. Entre los diversos sectores a los
    que provee fondos, se encuentran la financiación rural.
    Este segmento, aún cuando no tiene participación
    significativa de la cartera de créditos de la
    corporación; visto del lado del destino, es un financiador
    importante para las cajas de ahorro, incluyendo las
    rurales

    Sintetizando lo expuesto y con el propósito de
    ilustrar como estaría operando la financiación
    rural, se presenta el Gráfico Nº 1.1, de acuerdo a lo
    que viene ocurriendo con la intermediación financiera
    comprendida por el SFN en el Perú. En el Gráfico se
    distingue bien la financiación de los mercados formales e
    informales. En los primeros, la intermediación opera en
    dos niveles uno de tipo básico y el otro de tipo avanzado.
    En el primero operan los IF's de primer piso; en tanto que en el
    segundo, se encuentran las IF's de segundo piso.

    De acuerdo con el Gráfico Nº 1.1, las Cajas
    Rurales de Ahorro y Crédito están localizadas,
    entre las instituciones financieras no bancarias y en la
    intermediación de primer piso, correspondiente al lado de
    la oferta en el mercado formal de la financiación rural.
    Esta ubicación revela que las Cajas Rurales en el mercado
    de la financiación rural no se encuentran solas y menos
    aislada del SFN. Esta sin duda, es parte de la estructura
    financiera del país y tiene los mecanismos y posibilidades
    de mercado para alcanzar allí un liderazgo.

    1.4 Instituciones
    Financieras Pertenecientes al Financiamiento
    Rural

    La existencia de instituciones especializadas en la
    financiación rural es algo reciente en el Perú.
    Estas IF's son las Cajas Rurales, las cuales iniciaron
    operaciones en 1993 y de acuerdo con la ley de su
    creación, así como de sus correspondientes
    estatutos; son negocios financieros privados dedicados a la
    financiación rural, su ámbito operacional
    está en línea con la concepción del
    financiamiento rural que se sustenta en este estudio. La
    financiación rural antes de 1993 no involucró a
    ninguna IF pública, ni privada de corte
    especializado.

    Contrariamente a lo sucedido en el Perú, en otros
    países hay una amplia experiencia con IF's especializadas
    en financiación rural y que forman parte de sus SFN's. En
    Guatemala, México, Venezuela y España se tienen
    IF's dedicadas expresamente a atender en sus demandas de
    servicios financieros a la sociedad rural. Muchas de ellas, al
    momento que el Perú comenzaba a vivir su propia
    experiencia, ya habían logrado posicionarse en el mercado,
    con un buen conocimiento, expertise y know-how de este tipo de
    negocio financiero.

    De acuerdo con la información disponible, la
    existencia de estas IF's especializadas en aquellos
    países, ha sido respuesta a la búsqueda por
    encontrar vías expeditivas de atención; así
    como de acciones apropiadas al mercado particular de los
    demandantes rurales. Los IF's convencionales tienen un preferente
    sesgo por la financiación urbana, sin verse
    atraídos por una actuación intensiva en los
    mercados rurales. Este comportamiento de los IF's
    respondería a la falta de experiencia y de conocimientos
    para operar en tales mercados.

    En consecuencia, el surgimiento y evolución de
    las IF's especializadas en la financiación rural en el
    exterior tuvieron como principal propósito llenar un
    vacío de mercado. Sin embargo, esta tarea no es simple y
    menos fácil, se tienen que enfrentar desafíos
    diversos desde la práctica creación de un mercado,
    hasta el factor cultural que caracteriza a los clientes rurales.
    Vencidos tales retos, el mercado que al comienzo es
    pequeño, luego se acrecienta y genera una demanda firme y
    sostenida por los servicios financieros de todo tipo.

    De la experiencia internacional se puede señalar
    que no existe un modelo único de IF especializada en la
    financiación rural. En términos generales, podemos
    señalar que estas IF's pueden ser bancos ó
    instituciones financieras no-bancarias. Las razones de por
    qué unas y no otras; al parecer, son más de tipo
    político que técnico. La elección de un tipo
    de IF a especializarse en financiación rural proviene de
    los gobernantes y políticos, antes que sea resultado de un
    detenido análisis de la problemática de la
    financiación en el ámbito rural.

    Un aspecto a rescatarse aquí de la experiencia
    internacional de las IF's especializadas, es la naturaleza de su
    operatividad frente al mercado. A partir de allí, se
    percibe el impulso que trae este tipo de IF's frente a otra de
    tipo convencional; muy sujeta a la colocación de sus
    productos estandarizados. En las IF's especializadas se han
    desarrollado de manera conjunta y diferenciada, los servicios en
    la atención a la sociedad rural. Se arranca distinguiendo
    en la oferta de productos destinados a las familias; de los que
    sirven a los negocios.

    En el caso de productos y servicios para la familias,
    las IF's especializadas han desarrollado lo que se conoce
    convencionalmente como banca personal y banca hipotecaria. Ambos
    tipos de banca están convenientemente diseñados y
    aplicables a los requerimientos de las personas en el sector
    rural. Específicamente, en la banca hipotecaria, por
    ejemplo, los préstamos se conceden para la
    construcción o compra de la vivienda rural, bajo las
    condiciones propias de las hipotecas e ingresos de las familias
    de estos lugares.

    En cuanto a los productos y servicios para los negocios,
    las IF's especializadas han desarrollado lo que se conoce
    convencionalmente como banca corporativa y banca para la micro y
    pequeña empresa (MyPE's). Ambos tipos de banca son
    aplicables a los negocios en el ámbito rural tanto para
    los que están marcha como a los que se inician en el
    mercado. La financiación aquí responde a las
    particulares condiciones de la generación de los flujos de
    efectivo según tamaño y estacionalidad del negocio,
    dando prioridad a la capacidad de pagos.

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