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El camino que nos conduce infaliblemente a la paz, la alegría y la felicidad (página 8)



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Hay diversidad de operaciones. ¡Porque llega la hora y puede ser justo ahora, cuando el Espíritu Santo será derramado otra vez de una manera tan maravillosa, que muchos correrán de un lado a otro y se incrementará el conocimiento! ¡El conocimiento del Señor cubrirá la tierra así como las aguas cubren la superficie de los grandes abismos!

Vendrá Su reino y Su voluntad será hecha en la tierra como lo es en el cielo. "Los hijos y las hijas de Dios otra vez profetizarán y los jóvenes verán visiones y los ancianos soñarán sueños." Tal vez no habrá dones milagrosos porque no serán requeridos. Pero sin embargo habrá tal cantidad milagrosa de santidad, tal extraordinario fervor de oración, tal real comunión con Dios y tanta religión vital y tanta difusión de las doctrinas de la cruz, que todo mundo verá que verdaderamente el Espíritu es derramado como agua y como las lluvias que descienden de arriba. Oremos por eso, laboremos continuamente por eso y busquémoslo de Dios.

3. Otra obra adicional del Espíritu que manifestará de manera especial Su poder, será la resurrección general. Tenemos razón para creer por la voz de Dios y de Su Palabra (el Hijo), también será efectuada por el Espíritu. Ese mismo poder que levantó a Jesucristo de entre los muertos, también vivificará los cuerpos mortales. El poder de la resurrección es tal vez una de las mejores pruebas de las obras del Espíritu. ¡Ah, mis amigos, si pudiéramos desprender el manto de esta tierra por un momento, si el verde césped pudiera cortarse y pudiéramos ver dos metros abajo en sus profundidades, qué mundo se revelaría! ¿Qué veríamos? Huesos, esqueletos, podredumbre, gusanos, corrupción Y ustedes dirían, ¿Vivirán estos huesos secos? ¿Se pueden levantar? ¡Sí, en un momento! En un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta, los muertos serán resucitados. Él habla, ¡están vivos! ¡Véanlos dispersos, pero el hueso se junta con su hueso! ¡Véanlos desnudos, pero la carne los recubre nuevamente! Véanlos aún sin vida. ¡Ven de los cuatro vientos, oh, aliento y sopla sobre estos muertos! Cuando el viento del Espíritu Santo viene, ellos vivirán y estarán de pie como un gran ejército.

Concluión del capítulo El Espíritu es poderoso. No debes desconfiar de El para llevarte al cielo. Su poder es tu baluarte y toda Su omnipotencia te defiende. El poder del Espíritu es nuestro poder y nuestra fortaleza.

¿Por qué habrías de dudar de Su poder? Ahí está tu hijo, ahí está tu esposa por la que has suplicado con tanta frecuencia: no dudes del poder del Espíritu. "Aunque tardare, espéralo; porque sin duda vendrá." Ahí está tu hijo/a, tu esposo/a, tú has luchado por su alma y aunque es un infeliz tan endurecido y desesperado que te trata mal, hay poder en el Espíritu. Espera y confía.

No duden que el poder del Espíritu los levante. Ustedes que recuerdan lo que Dios, no desconfíen nunca del poder del Espíritu. Ustedes han visto el desierto florecer como el Carmelo. Ustedes han visto el desierto florecer como una rosa. Confíen en Él para el futuro. Salgan pues y laboren con esta convicción: el poder del Espíritu Santo es capaz de todo. Vayan a la Iglesia, vayan a distribuir sus folletos, vayan a su empresa misionera, vayan a rezar en sus habitaciones con la convicción de que el poder del Espíritu es nuestra gran ayuda.

Para los que voluntariamente están cometiendo pecados soy un convencido de que hay esperanza para algunos de ellos. Esta prédica escrita no puedo salvarlos, yo no puedo conmoverlos; a veces puede que lloren, pero luego se secan sus ojos y todo termina, pero yo sé que mi Señor sí puede. Ese es mi consuelo.

Hay esperanza para ti; este poder te puede salvar como a cualquiera. Es capaz de romper tu corazón aunque sea de hierro, puede hacer que de tus ojos broten las lágrimas aunque hayan sido como rocas anteriormente. Su poder es capaz de todas tus ideas, de hacerte de inmediato un hijo de Dios, de justificarte en Cristo si tan solo lo quisieras.

Hay poder suficiente en el Espíritu Santo. Él puede traer a los pecadores a Jesús. Entonces di: "atráeme, soy infeliz sin Ti." Síguelo, síguelo y a medida que Él te conduzca, pisa sobre Sus huellas y regocíjate de que Él haya iniciado una buena obra en ti, porque hay una evidencia de que Él continuará haciéndolo hasta el final. Y, tú que estás abatido, pon tu confianza en el poder del Espíritu, descansa en la sangre de Jesús y tu alma es salva, no solamente ahora, sino a través de toda la eternidad pudiendo gozar de La Paz espiritual que tanto ansía el alma. CAPÍTULO XVI

LA PAZ ESPIRITUAL

"La paz os dejo, mi paz os doy". Juan 14: 27. Nuestro Señor estaba cerca de Su muerte, a punto de partir de este mundo, y de subir a Su Padre; por tanto, hizo Su testamento; y este es el bendito legado que deja a los fieles: "La paz os dejo, mi paz os doy." Podemos estar completamente seguros de que este testamento de nuestro Señor Jesucristo es válido y el vive para supervisar que el testamento se cumpla. Ahora, Jesús nos puso condiciones para recibir esa paz que el da y es que no volvamos a pecar porque su sangre nos redimió, con su sangre nos compró pues nos hizo nuevamente libres, libres de pecado. Nos dijo que nunca más volvieramos a la esclavitud de nuevo (del pecado). La donación, el bendito legado que nuestro Señor ha dejado aquí, es Su Paz. Dios ha hecho una alianza de paz entre Su pueblo y el universo entero. "Pues aun con las piedras del campo tendrás tu pacto, y las fieras del campo estarán en paz contigo." "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien." La Providencia que una vez estaba apartada y parecía trabajar en contra de nuestro bienestar, está ahora en paz con nosotros. La felicidad y las bendiciones nos caen continuamente del cielo cuando caminamos por la senda que Jesús nos señaló. El nos dijo: Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida.

Volviendo a la Paz de Jesús, también se refieren a la paz que existe en medio del pueblo de Dios, la paz de cada quien hacia su hermano. Hay una paz de Dios que reina en nuestros corazones por medio de Jesucristo, por la cual estamos unidos con los lazos más estrechos de unidad y concordia con cada uno de los hijos de Dios, con quienes nos encontramos en nuestra peregrinación aquí abajo. Sin embargo, dejando por el momento estos dos tipos de paz, (Paz para con tus hermanos) procedamos a considerar otros dos tipos de paz, y que ciertamente conforma la parte más rica de esta bendición.

Nuestro Salvador se refiere aquí a LA PAZ con Dios, y a LA PAZ CON NUESTRA CONCIENCIA. Primero hay paz con Dios, pues Él "nos reconcilió consigo mismo por Cristo;" Él ha derrumbado la pared que nos separaba de Yavhe, y ahora hay "¡en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!" Cuando el pecado es quitado, Dios no tiene motivos para la guerra contra Sus criaturas: Cristo ha quitado nuestro pecado, y por tanto hay una Paz sustancial virtual establecida entre Dios y nuestras almas. La Paz con Dios es el tratado; La Paz en la conciencia es su publicación. La paz con Dios es la fuente, y la paz en la conciencia es el arroyo de cristal que nace de allí.

Entonces, el legado de Cristo es una paz doble: una paz de amistad, de acuerdo, de amor, de unión eterna entre el elegido y Dios. Además es una paz de dulce gozo, de quieto descanso del entendimiento y la conciencia. La conciencia refleja la complacencia de Dios. "Justificados, pues, por la Fe, tenemos Paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación." Hablemos entonces de esta Paz: I. LA PAZ QUE GOZA EL VERDADERO CRISTIANO CON DIOS Y CON SU CONCIENCIA TIENE UN SÓLIDO FUNDAMENTO SOBRE EL CUAL DESCANSAR. No está construida sobre una ficción de tu imaginación, sobre un sueño engañoso de tu ignorancia; sino que está construida sobre hechos, sobre verdades, sobre realidades esenciales; está fundada sobre roca, y aunque caigan las lluvias no se derrumbará, porque su cimiento es seguro.

Cuando un hombre tiene fe en Cristo, no es sorprendente que tenga paz, pues ciertamente tiene garantía de gozar de la más profunda calma que un corazón mortal pueda conocer. Pues él razona consigo mismo de esta manera: "El que creyere y fuere bautizado, será salvo." Ahora, mi fe está fija sinceramente en el grandioso sacrificio sustitutivo de Cristo, por tanto he sido justificado de todo, y permanezco acepto en Cristo como un creyente. La consecuencia necesaria de eso es que se posee paz mental. Si Dios ha "castigado" a Cristo por mí, no me castigará de nuevo. "Limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado." "Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios." ¿Quién puede temer quien crea que ha sido perdonado? Ciertamente sería muy extraño que su fe no le infundiera una santa calma en su pecho.

Además, el hijo de Dios recibe su paz de otro conducto de oro, pues un sentido de perdón ha sido derramado en abundancia en su alma. No solamente cree en su perdón por el testimonio de Dios, sino que siente el perdón. ¿Sabes lo que es esto? Es algo más que una creencia en Cristo; es el fruto maduro en plenitud de la fe, es un privilegio muy encumbrado y especial que Dios otorga después de la fe. Si todos los testigos falsos que hay en la tierra se pusieran de pie y le dijeran a un hombre de fe que Dios no está reconciliado con él, y que sus pecados permanecen sin perdón, él se reiría hasta la burla; pues dice: el Espíritu Santo ha derramado abundantemente en mi corazón el amor de Dios.

Él siente que está reconciliado con Dios. Ha subido desde la fe hasta el gozo, y cada uno de los poderes de su alma siente el rocío divino conforme es destilado desde el cielo. El entendimiento lo siente, ha sido iluminado; la voluntad lo siente, ha sido encendida con santo amor; la esperanza lo siente, pues espera el día cuando el hombre completo será hecho semejante a la Cabeza de su pacto, Jesucristo. ¿Cómo puede sorprender que el hombre tenga paz con Dios cuando el Espíritu Santo se convierte en un huésped real del corazón, con toda su gloriosa caravana de bendiciones? ¡Ah!, pobre alma atribulada, qué paz y gozo indecible reinarían en tu alma si simplemente creyeras en Cristo. Sí, dices, pero yo quiero que Dios me manifieste que soy perdonado. Pobre alma, no hará eso de inmediato; Él te ordena creer en Cristo primero, y después te manifestará el perdón de tu pecado. Somos salvos por fe. Cuando le creo a Cristo y le tomo Su palabra, aun cuando mis sentimientos parezcan contradecir mi fe, entonces, como una recompensa gratuita, Él honrará mi fe, permitiéndome sentir aquello en lo que creí cuando no lo sentía. El creyente también goza, en épocas de favor, de tal intimidad con el Señor Jesucristo, que no puede sino estar en paz. ¡Oh!, hay dulces palabras que Cristo susurra al oído de Su pueblo, y hay visitas de amor que Él hace, que un hombre difícilmente creería aunque se le dijera. Ustedes deben saber por ustedes mismos en qué consiste tener comunión con el Padre y con Su Hijo Jesucristo. Ciertamente Cristo se manifiesta a nosotros de una manera que no lo hace con el mundo. Todos los pensamientos sombríos y espantosos son desterrados. "Yo soy de mi amado, y mi amado es mío." Este es el sentimiento del espíritu que lo absorbe todo. Y qué maravilla es que el creyente tenga paz cuando Cristo habita así en su corazón, y reina sin rival allí, así que no conoce a ningún otro hombre sino sólo a Jesucristo. Sería un milagro de milagros si no tuviéramos paz; y la cosa más extraña en la experiencia cristiana es que nuestra paz no continúe más, y la única explicación de nuestra miseria es que nuestra comunión se ha roto, está echada a perder, pues de lo contrario nuestra paz sería eterna. Un hombre que vivió una vida de santidad dijo: "¡Qué nos sorprende que un hombre cristiano tenga paz cuando trae consigo las escrituras del cielo en su pecho!" Nosotros sabemos que el cielo es un lugar preparado para una gente preparada, y a veces el cristiano puede exclamar con los apóstoles: "con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz." Sintiendo que Dios le ha dado la aptitud, él descubre que esta preparación es una garantía para la esperanza de que entrará en el lugar de habitación del glorificado. Puede levantar su mirada, y decir: "aquel mundo brillante es mío, mi herencia asegurada; la vida me impide recibirla, pero la muerte me llevará a ella; mis pecados que he confesado y de los cuales me he arrepentido profundamente no pueden destruir el contrato escrito por el cielo; el cielo es mío; el propio Satanás no puede impedirme entrar. Yo debo estar, yo estaré donde está Jesús, pues mi espíritu Lo anhela, y mi alma está enlazada con Él." Oh, hermanos, no es una sorpresa, cuando todo es bendición por dentro y todo es calma arriba, que los hombres justificados posean "la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento." Tal vez ustedes dirán, bien, ¡pero el cristiano tiene problemas como otros hombres: pérdidas en los negocios, muertes en su familia, y enfermedades en su cuerpo! Sí, pero él tiene otro fundamento para su paz: una seguridad de la fidelidad y de la veracidad del pacto de su Dios y Padre. Él cree que Dios es un Dios fiel; que Dios no echará fuera a quienes ha amado. Para él todas las providencias oscuras no son sino bendiciones encubiertas. Cuando su copa es amarga, él cree que fue preparada por amor, y todo terminará bien, pues Dios garantiza el resultado final. Por tanto, ya sea que haya mal tiempo o buen tiempo, cualesquiera que sean las condiciones, su alma se abriga bajo las alas gemelas de la fidelidad y del poder de su Dios del Pacto. El espíritu santificado está tan resignado a la voluntad de su Padre, que no rezonga. Él está contento de tomar precisamente lo que el Padre le envía, sabiendo que su Padre lo entiende mucho mejor de lo que él se entiende a sí mismo. Él cede el timón de su barco a la mano de un Dios lleno de gracia; y él mismo recibe la capacidad de dormir tranquilamente en la cabina; él cree que su capitán tiene poder sobre los vientos y las olas; y cuando a veces siente su barco sacudido por la tormenta. "Aunque los vientos y las olas asalten mi quilla, Él la preserva; Él la gobierna; Aun cuando la barca parece más tambaleante. Las tormentas son el triunfo de Su arte; Ciertamente Él puede esconder Su rostro, pero no Su corazón." Entonces no sorprende que tenga paz, cuando puede sentir esto, sabiendo que Quien ha comenzado la buena obra, tiene tanto la voluntad como el poder de perfeccionarla, hasta el día de Cristo.

II. Habiendo descorrido el velo del fundamento secreto de la paz del cristiano, debemos reflexionar un poco acerca de SU NOBLE CARÁCTER. La paz de otros hombres es innoble y despreciable. Su paz nace en la guarida del pecado. Sus padres son la arrogancia y la ignorancia. El hombre no sabe quién es, y por tanto piensa que es algo, cuando no es nada. Dice: "yo soy rico y próspero en bienes," cuando en verdad, está desnudo, y es pobre y es miserable. El nacimiento de la paz del cristiano no es así. Esa paz es nacida del espíritu. Es una paz que Dios el Padre da, pues Él es el Dios de toda paz; es una paz que Jesucristo compró, pues Él ha obtenido la paz con Su sangre, y Él es nuestra paz; y es una paz que el Espíritu Santo obra: Él es su autor y la deposita en el alma. Entonces nuestra paz es hija de Dios, y su carácter es semejante a Dios. Su Espíritu es su progenitor, y es como su Padre. ¡Es "mi paz," dice Cristo! No es la paz de un hombre; sino la paz serena, calma y profunda del Eterno Hijo de Dios. Oh, si sólo tuviera esta única cosa dentro de su pecho, esta paz divina, el cristiano sería ciertamente algo glorioso; y aun los reyes y los hombres poderosos de este mundo son como nada cuando se les compara con el cristiano; pues lleva una joya en su pecho que ni todo el mundo podría comprar, una joya elaborada desde la vieja eternidad y ordenada por la gracia soberana para que sea la gran bendición, la herencia real justa de los hijos elegidos de Dios. Entonces esta paz es divina en su origen; y también es divina en su alimento. Es una paz que el mundo no puede dar; y no puede contribuir a su sustento. Los bocados más exquisitos que alguna vez haya degustado el sentido carnal, serían amargos para la boca de esta dulce paz. Ustedes pueden traer su trigo fino, su dulce vino, su aceite desbordante; sus exquisiteces no nos tientan, pues esta paz se alimenta con alimento de ángeles, y no puede saborear ninguna comida que salga de la tierra. Si le dieran a un cristiano diez veces más las riquezas que posee, no lograría que tuviera diez veces más paz; sino probablemente diez veces más angustia; pueden engrandecerlo en honor, o fortalecerlo en salud; sin embargo, ni su honor ni su salud contribuirían a su paz; pues esa paz fluye de una fuente divina; y no hay arroyos tributarios de las colinas de la tierra que alimenten esa divina corriente; el arroyo fluye del trono de Dios, y es sustentado únicamente por Dios.

Entonces es una paz nacida y alimentada divinamente. Y déjenme señalar de nuevo que es una paz que vive por encima de las circunstancias. El mundo ha tratado con empeño de poner un fin a la paz del cristiano, pero nunca ha sido capaz de lograrlo. Podemos decir: "Oh Señor, da a tus siervos esa paz que el mundo no puede ni dar ni quitar." ¡Ah! Todo el poder de nuestros enemigos no puede quitárnosla. La pobreza no la puede destruir; el cristiano en ropas harapientas puede tener paz con Dios. La enfermedad no la puede estropear; acostado en su cama, el santo está gozoso en medio de los fuegos. La persecución no la puede arruinar, pues la persecución no puede separar al creyente de Cristo, y mientras él sea uno con Cristo su alma está llena de paz. ¡Oh, mundo! Te desafiamos a que intentes robar nuestra paz. No nos vino de ti, y tú no puedes arrebatárnosla. Está puesta como un sello sobre nuestro brazo; es fuerte como la muerte e invencible como la tumba. Tu torrente, oh Jordán, no la puede ahogar, aunque tus profundidades sean negras y hondas; en medio de tus tremendas ondas nuestra alma está confiada, y descansa quieta sobre Quien nos amó y se dio a Sí mismo por nosotros. Él hombre y mujer de Cristo, encuentra sus perlas más brillantes en las aguas más oscuras, y levanta sus joyas más preciosas de los basureros más inmundos.

Y también, entre más turbado está un cristiano, su paz es más pura; mientras más pesada sea la envolvente marea de sus penas y dolores, más tranquila, y calma, y profunda es la paz que reina en su corazón porque sabe que está limpio de pecado y al estarlo, puede inhundarlo la pena pero, la paz de su conciencia no se la puede quitar nadie. Es paz nacida y alimentada divinamente, y está muy por encima de la influencia del torbellino de este mundo.

Cuál es la naturaleza de esta paz, que es profunda y real?. "La paz de Dios," dice el apóstol, "que sobrepasa todo entendimiento." Esta paz no sólo llena todos los sentidos hasta el borde, hasta que cada potencia es saciada con delicia, pero el entendimiento que puede comprender todo el mundo, y entender muchas cosas que no están dentro del campo de visión, aun ese entendimiento no puede comprender la longitud y la anchura de esta paz. Y no sólo el entendimiento no podrá entenderla, sino todo entendimiento es superado.

Así es la paz y la calma que reinan en el cristiano. Paz perfecta, la define David; otro la llama grandiosa paz. Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo. Hay tal bienestar, que no está en contradicción con el arduo trabajo, con la agonía por las almas de los hombres, con un verdadero deseo de mayores logros en la vida divina; hay tal bienestar (no se puede ganar mediante todos los aparatos del lujo, ni por todas las exaltaciones de la riqueza) un bienestar en el que ni una sola ola de turbación rueda sobre el pecho lleno de paz, sino que todo es calma, todo es claridad, y todo es gozo y amor. Y para que nadie se quede sin entender lo que he dicho, voy a tratar de repetirlo brevemente mediante un ejemplo. ¿Ven a ese hombre? Él ha sido llevado a un tribunal cruel; ha sido condenado a muerte. La hora se acerca: es llevado a prisión, y colocado allí con dos soldados para que lo vigilen, y cuatro grupos de cuatro soldados delante de la puerta. La noche se avecina: él se acuesta, ¡pero en qué posición tan incómoda! ¡Encadenado en medio de dos soldados! Él se acuesta y se duerme. No se trata del sueño del criminal culpable, cuyo simple sentido de terror hace pesados sus párpados; sino un sueño calmo dado por Dios, que finaliza en una visión angélica mediante la cual él es liberado. Pedro duerme, a pesar de que la sentencia de muerte está sobre su cabeza, y la espada está presta para penetrar en su alma. Allá están Pablo y Silas: ellos han estado predicando, y sus pies son arrojados en el cepo por eso. Ellos morirán en la mañana; pero a medianoche ellos cantan alabanzas a Dios, y los prisioneros los escuchan. Uno hubiera creído que en ese calabozo tan asqueroso, ellos se habrían quejado y gemido toda la noche, o que al menos hubieran caído dormidos; pero no, ellos entonaban himnos a Dios, y los prisioneros los escuchaban. He ahí la paz; la calma, la quietud del heredero del cielo. Doquiera que haya habido un verdadero cristiano, el mundo ha hecho su mejor esfuerzo para quitarle su paz; pero es una paz que no puede ser apagada nunca: vivirá continuamente, sin importar qué cuerdas le pongan en el cuello, con las tenazas hirviendo destrozándoles el cuerpo, con la espada entrando hasta los huesos.

III. LOS EFECTOS DE ESTA DIVINA PAZ. Los benditos efectos de esta divina paz son, primero que nada, gozo. Ustedes advertirán que las palabras gozo, y paz son reunidas con mucha frecuencia; pues el gozo sin paz sería un gozo infeliz y profano. Ahora, la paz divina da gozo al cristiano al punto que, todos los gozos de la tierra son menos que nada y vanidad, comparados con esa bendición.

Podríamos tener una bendición como nunca antes la hemos conocido si nos reconciliamos con Dios a través de Cristo; pues sin eso, nunca conoceremos el gozo real ni el placer duradero.

Entonces, el primer efecto de esta paz es gozo. Luego sigue otro: amor. Aquel que está en paz con Dios por medio de Cristo es constreñido a amar a Quien murió por él. ¡Precioso Jesús! clama, ¡ayúdame a servirte! Tómame como soy, y dame capacidad para algo. Úsame en Tu causa; envíame al lugar más remoto de la tierra, si Tú quieres, para mostrarles a los pecadores el camino de salvación; yo iré gozoso, pues mi paz aviva la llama del amor, para que todo lo que soy y todo lo que tengo sea Tuyo, deba ser Tuyo. A continuación viene un anhelo de santidad. Aquel que está en paz con Dios no tiene deseos de pecar; pues es muy cuidadoso para no perder esa paz. Es como una mujer que ha escapado de una casa en llamas; después le tiene miedo hasta una vela, para evitar cualquier peligro parecido. Camina humildemente con su Dios. Constreñido por la gracia, este dulce fruto del Espíritu, la paz, lo guía a esforzarse para guardar todos los mandamientos de Dios, y para servir a su Señor con toda su fuerza.

Adicionalmente, esta paz nos ayudará a soportar la aflicción. Pablo dice:

"calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz." Nos capacita para andar sobre los agudos pedernales del dolor, sí, sobre víboras; nos da poder para caminar sobre las espinas de este mundo, sin que nuestros pies sufran cortaduras; caminamos sobre los fuegos y no nos quemamos. Este divino pie de la paz nos permite caminar sin cansancio, y nos permite correr sin desmayar. Yo puedo hacerlo todo cuando mi alma está en paz con Dios.

No hay ningún sufrimiento que mueva mi alma al dolor, no hay terrores que hagan palidecer mis mejillas, no hay heridas que me fuercen a un temor ignominioso, cuando mi espíritu está en paz con Dios. Convierte al hombre en gigante; hace crecer a un enano hasta alcanzar el tamaño de Goliat. Se vuelve el más poderoso de los poderosos; y mientras los débiles se arrastran sobre esta pequeña tierra, inclinados hasta el propio suelo, él la recorre como un Coloso. Dios lo ha hecho grande y poderoso, porque Él ha llenado su alma de paz y de gozo desbordantes.

Esta paz da intrepidez ante el trono y el propiciatorio del Padre. Sentimos que hemos sido reconciliados, y por lo tanto ya no estamos a una distancia, sino que nos acercamos a Él, inclusive hasta Sus rodillas; desplegamos nuestras necesidades ante Él, suplicamos por nuestra causa, y descansamos confiando en el éxito, porque no hay enemistad en el corazón de nuestro Padre hacia nosotros, ni tampoco en nuestro corazón hacia Él. Somos uno con Dios, y Él es uno con nosotros, por medio de Jesucristo nuestro Señor.

IV. INTERRUPCIONES DE LA PAZ. Todos los cristianos tienen un derecho a la paz perfecta, pero no todos ellos la poseen. Hay momentos en que prevalecen sombrías dudas, y tememos decir que Dios es nuestro. Perdemos una conciencia de perdón, y andamos a tientas al mediodía como si fuese de noche. ¿Cómo puede ser esto? Yo pienso que estas interrupciones se pueden deber a una de cuatro causas.

1.

Feroces tentaciones de Satanás. Hay períodos en los que con crueldad inusitada Satanás asalta a los hijos de Dios. No es de esperarse que ellos mantengan una perfecta paz mientras sostienen un combate con Apolión. Cuando Cristiano fue herido en su cabeza, y en sus manos, y en sus pies, no es de sorprender que haya gemido en grado sumo, y como Bunyan lo expresa: "Durante todo ese tiempo no le vi ni una sola mirada placentera, hasta que percibió que había herido a Apolión con su espada de dos filos; entonces, en verdad, sonrió, y miró hacia arriba; pero ese fue el combate más espantoso que yo haya visto jamás." Dios siempre está en paz con quienes han sido reconciliados con Él por Cristo; pero hay un disturbio del gozo de esa paz, y eso sucede a menudo por los aullidos de ese gran perro del infierno. Él viene en contra nuestra con todo su poder, con sus fauces abiertas listo para tragarnos rápidamente, y si no fuera por la misericordia divina lo haría. No es de sorprender que a veces nuestra paz sea afectada cuando Satanás es fiero en sus tentaciones. 2. Yo creo que muchas de nuestras dudas y temores surgen de la ignorancia doctrinal. Tal vez ustedes no tienen una visión clara de ese pacto llevado a cabo entre el Padre y Su Hijo glorioso, Jesucristo; ustedes no saben deletrear la palabra Evangelio sin mezclar la palabra ley en ella. Tal vez no han aprendido plenamente a mirar fuera del yo, a Cristo, para todo.

Muchos creyentes no han llegado a discernir entre la obra del Espíritu y la obra del Hijo; ¿y cómo puede sorprendernos, si ustedes son ignorantes, que algunas veces ustedes no tengan paz? Aprendan más de ese precioso Libro, y su paz será más continua.

3. Además, esta paz es usualmente dañada por el pecado. Dios esconde Su rostro detrás de las nubes del polvo que es levantado por Su propio rebaño conforme avanzan por el camino de este mundo. Nosotros pecamos, y luego nos dolemos por ese pecado. Dios todavía ama a Su hijo, aun cuando peca. Si ustedes pueden tener paz, y sin embargo vivir todavía en pecado, fíjense bien, ustedes no han sido regenerados. Si ustedes pueden vivir en la iniquidad, y sin embargo tener paz en sus conciencias, esa conciencia está cauterizada y muerta. Mas el cristiano, cuando peca, comienza a dolerse; si no en el mismo momento en que cae, no pasa mucho tiempo antes que la vara de su Padre le golpee la espalda, y comience a llorar. 4. Nuestra paz puede ser interrumpida también por la incredulidad. Ciertamente este es el cuchillo más filoso de los cuatro, y cortará más rápido el hilo dorado de nuestros gozos.

Y ahora, si ustedes quieren mantener una paz permanente e inquebrantable, miren siempre al sacrificio de Cristo; no permitan que su ojo se vuelva a ninguna otra cosa que no sea Cristo. Cuando te arrepientas, todavía mantén tu ojo en la cruz; cuando trabajes, trabaja con la fuerza del Crucificado. Todo lo que hagas, ya sea un auto-examen, ayuno, meditación, u oración, hazlo todo bajo la sombra de la cruz de Jesús; o de lo contrario, puedes vivir como quieras, pero tu paz no será sino algo lamentable; estarás lleno de intranquilidad y de problemas amargos. Vive cerca de la cruz y tu paz será continua. Caminen humildemente con su Dios. La paz es una joya; Dios la pone en el dedo de ustedes; si se vuelven orgullosos de ella, Él se las quitará. La paz es un vestido noble; si presumen de su vestido, Dios los desvestirá. Recuerden la boca del hoyo de donde fueron sacados, y la cantera de la naturaleza de donde fueron cortados; y cuando tengan la brillante corona de paz en su cabeza, recuerden sus pies negros; además, aun cuando esa corona esté allí, cúbranla y también el rostro con esas dos cosas, la sangre y la justicia de Jesucristo. De esta manera ustedes mantendrán su paz.

Y también caminen en santidad, evitando cualquier apariencia de mal. "No os conforméis a este siglo." Defiendan la verdad y la rectitud. No permitan que las máximas de los hombres tengan influencia en el juicio de ustedes. Busquen al Espíritu Santo para que puedan vivir a semejanza de Cristo, y vivir cerca de Cristo, y su paz no será interrumpida.

En cuanto a quienes no han tenido nunca paz con Dios, sólo puedo tener un sentimiento hacia ustedes, es decir, piedad. ¡Pobres almas! ¡Pobres almas!

¡Pobres almas!, que nunca conocieron la paz que Jesucristo da a Su pueblo. Y mi piedad es más necesaria ya que ustedes mismos no tienen piedad por ustedes.

¡Ah!, almas, viene el día cuando ese Dios con Quien ustedes están enemistados, los mirará a la cara.

Tendrán que verlo; y Él es "fuego consumidor." Tendrán que ver un horno ardiente, y hundirse, y desesperar, y morir. ¿Morir, dije? Peor que eso. Tienen que ser lanzados al abismo de condenación, donde morir sería una bendición que jamás podrá ser concedida. ¡Oh!, ¡que Dios les dé paz por medio de Su Hijo! Si ustedes están ahora convencidos de pecado, la exhortación es: "Cree en el Señor Jesucristo." Tal como eres, se te ordena que pongas tu confianza en Él, que ciertamente murió sobre el madero; y si haces esto, todos tus pecados te serán perdonados ahora, y tú tendrás paz con Dios; y, muy pronto, tú lo sabrás en tu propia conciencia y te gozarás. ¡Oh!, busquen esta paz y persíganla; y sobre todas las cosas, busquen al Hacedor de paz, Cristo Jesús, y serán salvos. Dios los bendiga por Su Hijo Jesucristo. Amén.

CAPÍTULO XVII

LAS PROMESAS DE DIOS

"Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré. Si me amáis, guardad mis mandamientos". Juan 14: 13-15 A continuación podrán conocer solamente algunas de las promesas que Dios nos hace si somos obedientes con sus mandamientos, preceptos, estatutos y ordenanzas y actuamos en la vida de acuerdo a lo que ya hemos estudiado anteriormente.

Te invito a que las leas con mucha calma, meditando en ellas y, cuando algún versículo te "diga algo", especial para tu vida, entonces quédate ahí sin importar la cantidad de tiempo que pueda tomarte en tus meditaciones. Lo que interesa es que puedas "saborear" el texto y contemplarlo a la luz del rostro de nuestro Salvador.

Leyendo estas promesas el alma descansa. Bueno es para nosotros los creyentes ir caminando por la vida con estas promesas en mente y creyendo en ellas. No dudes, solo aférrate de ellas en fe sin miedo, guárdalas en tu mente y recuerdalas en tus oraciones y apela a ellas siempre y fundamentalmente en en momentos dificiles. Estas han sido prometidas para nosotros, ¡y de verdad Dios no se arrepiente de su palabra!

Las consecuencias de la victoria, de los que vencen y no se doblegan por las cosas del mundo, los que se han apartado del pecado y actúan de acuerdo a la Ley de Dios, a sus preceptos, estatutos, ordenanzas, consejo y obediencia son:

· Ap.2:7 Al que venciere, le daré a comer del "árbol de la vida", el cual está en medio del paraíso de Dios. Esto evoca el alimento que Cristo da o, mejor aún, que es él mismo para los suyos. En el evangelio de Juan, se presenta ya como aquel que responde plenamente a la sed y al hambre del alma, como el que satisface sus más profundas necesidades

· Ap.2:11 El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte. (la primera muerte es aquella en que la persona se separa de Dios por causa del pecado. Se le llama muerte espiritual o primera muerte)

· Ap.2:17 Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe. (La referencia a la «piedrecita blanca» puede tener que ver con la antigua práctica de usar dos guijarros, uno blanco y otro negro, para indicar aprobación o desaprobación. El hecho de recibir una «piedrecita blanca» de parte de Dios ¡equivalía a ser aprobado por Él!. Puede que el «nombre nuevo» sea sencillamente el nombre de «Jesús».)

· Ap.2:26 Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre; 28 y le daré la estrella de la mañana.

· Ap.3:5 El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles. (Este verso afirma a los creyentes acerca de su condición eterna en Cristo. Este verso afirma que los creyentes nunca han de perder su salvación).

· Juan, el escritor del libro de Apocalipsis y quien tambien escribió el libro de 1 Juan nos dice quien es el vencedor y como y porque vence.

· 1 Juan 1-5 Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él. En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos;(1) y sus mandamientos no son gravosos. Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?

· Ap.3:12 Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo. (Esto significa que nosotros somos piedras vivas de la edificación de un edificio para el Dios Vivo en donde Dios mora, en donde Dios quiere que su nombre sea glorificado.

· Ap.3:21 Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. (Significa que heredaremos todas las cosas que Jesús ha recibido de su propio Padre: vida Eterna)

La Biblia es como una gran promesa. A traves de todo el Antiguo Testamento va la promesa de la simiente de la mujer, que herirá la cabeza de la serpiente, del Rey Mesías, del "Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" y de la vida eterna en Él.

La vida eterna

· Jn.3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

· Ro.8:1. Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús.

· Jn.5:24 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.

· Jn.10:27-28 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.

· Jn.6:47 De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna.

· Jn.8:51 De cierto, de cierto os digo, que el que guarda mi palabra, nunca verá muerte.

La Paz de Dios

· Jn. 14:27 La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.

· Fil. 4:6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

· Sal. 119:165 Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo.

· Mt.11:28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. 29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.

Ser hijo, familiar y amigo de Dios.

· Jn. 1:12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.

· Ef. 2:19 Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios.

· Jn. 15:15 Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.

La protección Salmo 91 Tú que habitas al amparo del Altísimo y resides a la sombra del Omnipotente, dile al Señor: "Mi amparo, mi refugio, mi Dios, en quien yo pongo mi confianza". El te librará del lazo del cazador y del azote de la desgracia; te cubrirá con sus plumas y hallarás bajo sus alas un refugio. No temerás los miedos de la noche ni la flecha disparada de día, ni la peste que avanza en las tinieblas, ni la plaga que azota a pleno sol. Aunque caigan mil hombres a tu lado y diez mil, a tu derecha, tú estarás fuera de peligro: su lealtad será tu escudo y armadura. Basta que mires con tus ojos y verás cómo se le paga al impío. Pero tú dices: "Mi amparo es el Señor", tú has hecho del Altísimo tu asilo. La desgracia no te alcanzará ni la plaga se acercará a tu tienda: pues a los ángeles les ha ordenado que te escolten en todos tus caminos. En sus manos te habrán de sostener para que no tropiece tu pie en alguna piedra; andarás sobre víboras y leones y pisarás cachorros y dragones. "Pues a mí se acogió, lo libraré, lo protegeré, pues mi Nombre conoció. Si me invoca, yo le responderé, y en la angustia estaré junto a él, lo salvaré, le rendiré honores. Alargaré sus días como lo desea y haré que pueda ver mi salvación". Las respuestas de las oraciones

· Mt.7:11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?

· Jn:14:12-14 De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.

Y todo lo que pidiereis al padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificadon en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.

· Jn.15:7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que querásis, y os será hecho.

· Jn.15:5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.

La influencia de Dios en nosotros

· 2 Cor.3:18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.

· Filipenses 2:13 porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.

· Ro.8:29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo

· Ez.36:26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.

· Mr.16:17-18 Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.

· Lc.10:19 He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará.

La recuperación

· Sal.103:3 El es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas las dolencias; El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias; El que sacia de bien tu boca De modo que te rejuvenezcas como el águila.

· 1P.2:24 quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.

Ofrendas serán recompensadas

· 2Corintios: 9:6 Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.

· Pr.3:5-10 Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal; 8 Porque será medicina a tu cuerpo, Y refrigerio para tus huesos. Honra a Jehová con tus bienes, Y con las primicias de todos tus frutos; Y serán llenos tus graneros con abundancia, Y tus lagares rebosarán de mosto.

El futuro, la esperanza

· Jer.29:11 Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Yahvé, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.

Cuidanza, la vida del justo

· Ro.8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

· Mt.28:20 y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.

· Mt.6:25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber… 32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

· Lc.12:7 Pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues; más valéis vosotros que muchos pajarillos.

· Prov.4:18 Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, Que va en aumento hasta que el día es perfecto.

· 1P5:6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; 7 echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. 10 Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.

· Sal.112:1-9 Bienaventurado el hombre que teme a Yahvé, Y en sus mandamientos se deleita en gran manera. Su descendencia será poderosa en la tierra; La generación de los rectos será bendita. Bienes y riquezas hay en su casa, Y su justicia permanece para siempre. Resplandeció en las tinieblas luz a los rectos; Es clemente, misericordioso y justo. 5 El hombre de bien tiene misericordia, y presta; Gobierna sus asuntos con juicio, 6 Por lo cual no resbalará jamás; En memoria eterna será el justo. No tendrá temor de malas noticias; Su corazón está firme, confiado en Yahvé. Asegurado está su corazón; no temerá, Hasta que vea en sus enemigos su deseo. Reparte, da a los pobres; Su justicia permanece para siempre; Su poder será exaltado en gloria.

· Fil.4:19. Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

· Prov.3:5. Fíate de Yavhé de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.

· Is.57:15b Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.

· Is.40:31 "…pero los que esperan en Yahvé tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán." El don del Espíritu Santo

· Hch.2:38-39 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre del Padre, del hijo y del Espiritu Santo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare."

· Hch.1:8 pero recibireis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.

· Jn.7:38 El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.

· Joel 2:28-29 Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.

Real Sacerdocio

· 1P.2:9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.

El Amor de Dios

· Prov.8:17 Yo amo a los que me aman, Y me hallan los que temprano me buscan.

· Ro.8:38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39. ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

· Jn.14:21. El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.

· Sof.3:17 Yahvé está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos.

La Salvación

· Mr.16:16 El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.

· 1Ts.5:9 Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo,…

· 1Pd.1:5 …sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.

· Ro.10:9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.

· Joel 2:32 Y todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo.

La misericordia, el perdon

· Prov.28:13 El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.

· Jer.31:3 Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.

· Joel 2:13 Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Yahvé vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo.

· Jn.1:16 Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.

· 1Jn.2:1 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.

· Is.1:18b si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.

El humilde recibe perdón

· Is.57:15 Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.

· Is.66:2b …pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.

· Stg.4:6 Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.

· Sal.37:11 Pero los mansos heredarán la tierra, Y se recrearán con abundancia de paz.

· Sal.22:27 Comerán los humildes, y serán saciados; Alabarán a Jehová los que le buscan; Vivirá vuestro corazón para siempre.

· Sal.147:6 Yahvé exalta a los humildes, Y humilla a los impíos hasta la tierra.

· Sal.149:4 Porque Yahvé tiene contentamiento en su pueblo; Hermoseará a los humildes con la salvación.

El regreso de Jesús

· Jn.14:2-3 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mi mismo, para que donde yo estoy, vosotros también esteis.

· Mt.25:31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria,…

· Isaias 25:9 Y se dirá aquel día: He aquí, este es nuestro Dios, le hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación.

· Zac.14:5 y vendrá Yahvé mi Dios, y con él todos los santos.

· Jud.14-15. De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí vino el Señor con sus santas decenas de millares, para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él.".

· Job 19:25-27. Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo. Y después de deshecha esta mi piel, En mi carne he de ver a Dios; Al cual veré por mí mismo, Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mí.

· Sal.96:11-13 Alégrense los cielos, y gócese la tierra; Brame el mar y su plenitud. Regocíjese el campo, y todo lo que en él está; Entonces todos los árboles del bosque rebosarán de contento, Delante de Yahvé que vino; Porque vino a juzgar a la tierra. Juzgará al mundo con justicia, Y a los pueblos con su verdad.

· Ap.22:7. !!He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.

· Ap.22:20. El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús.

· 1Ts.4:15-17. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcangel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.

La Resurrección

· Jn.11:25-26 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?

· Dan.12:1-3 …pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro. Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para la vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua. Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad.

· Jn.5:29 y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.

· Os.6:2 Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él.

· Jn.6:39 Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.

· Jn.6:40 Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.

· Jn.6:44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.

· Jn.6:54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.

· Is.26:19 Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán. !!Despertad y cantad, moradores del polvo! porque tu rocío es cual rocío de hortalizas, y la tierra dará sus muertos.

· Ap.20:6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

El Futuro Maravilloso, la gloria futura de Jerusalén e Israel

· Is.66:18 Porque yo conozco sus obras y sus pensamientos; tiempo vendrá para juntar a todas las naciones y lenguas; y vendrán, y verán mi gloria.

· Is.25:6-8 Yahvé de los ejércitos hará en este monte a todos los pueblos banquete de manjares suculentos, banquete de vinos refinados, de gruesos tuétanos y de vinos purificados. Y destruirá en este monte la cubierta con que están cubiertos todos los pueblos, y el velo que envuelve a todas las naciones. Destruirá a la muerte para siempre; y enjugará el Señor toda lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque el Señor lo ha dicho.

· Zac.14:7. Será un día, el cual es conocido de Yahvé, que no será ni día ni noche; pero sucederá que al caer la tarde habrá luz. 8 Acontecerá también en aquel día, que saldrán de Jerusalén aguas vivas, la mitad de ellas hacia el mar oriental, y la otra mitad hacia el mar occidental, en verano y en invierno. 9 Y Yahvé será rey sobre toda la tierra. En aquel día Yahvé será uno, y uno su nombre. 10 Toda la tierra se volverá como llanura desde Geba hasta Rimón al sur de Jerusalén; y ésta será enaltecida, y habitada en su lugar desde la puerta de Benjamín hasta el lugar de la puerta primera, hasta la puerta del Angulo, y desde la torre de Hananeel hasta los lagares del rey. 11 Y morarán en ella, y no habrá nunca más maldición, sino que Jerusalén será habitada confiadamente. 20. En aquel día estará grabado sobre las campanillas de los caballos: SANTIDAD A YAHVÉ; y las ollas de la casa del Señor serán como los tazones del altar. 21 Y toda olla en Jerusalén y Judá será consagrada a Yahvé de los ejércitos; y todos los que sacrificaren vendrán y tomarán de ellas, y cocerán en ellas; y no habrá en aquel día más mercader en la casa de Yahvé de los ejércitos.

· Ro.11:26 y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, Que apartará de Jacob la impiedad

· Am.9:11-14. En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David, y cerraré sus portillos y levantaré sus ruinas, y lo edificaré como en el tiempo pasado,… He aquí vienen días, dice Yahvé, en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador de las uvas al que lleve la simiente; y los montes destilarán mosto, y todos los collados se derretirán. Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel,…(Aqui no se trata más especificamente las profecias sobre el regreso de los judios.)

· Os.14:6-8. Se extenderán sus (=Israel) ramas, y será su gloria como la del olivo, y perfumará como el Líbano. Volverán y se sentarán bajo su sombra; serán vivificados como trigo, y florecerán como la vid; su olor será como de vino del Líbano. Efraín dirá: ¿Qué más tendré ya con los ídolos? Yo lo oiré, y miraré; yo seré a él como la haya verde; de mí será hallado tu fruto.

· Is.11:6. Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja. Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora. No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena de conocimiento de Yahvé, como las aguas cubren al mar.

Nuevos Cielos, Nueva Tierra

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· Apocalipsis.21:1-3. Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalen, descender del cielo, de Dios dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.

· Apocalipsis 21:4-7 Enjugará Dios toda lagrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá mas llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.

· Is.25:6/65:17 Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento. 18 Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo.

· Is.65:23-25. No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición; porque son linaje de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos. Yantes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oido. El lobo y el cordero serán apacentados juntos, y el león comerá paja como el buey; y el polvo será el alimento de la serpiente. No afligirán, ni harán mal en todo mi santo monte, dijo el Señor.

· Is.66:22 Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago permanecerán delante de mí, dice el Señor, así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre.

· Apocalipsis 21:1-5 Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos

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¡JESÚS VUELVE PRONTO! Epílogo: Es posible que mas de alguno pueda decir que este libro es ambicioso en el sentido que con la aplicación de estas enseñanzas puedan adquirir la paz, la alegría y la felicidad. Acepto tu incredulidad tan humana en estos tiempos pero, también puedo decirte que, por experiencia personal, probada en muchos y en mi propia existencia, soy un convencido que estas enseñanzas, aplicadas a la vida diaria, son el camino mas expedito para el logro de la felicidad. Estoy convencido que quien haga suya las promesas de Dios en Su Pacto, no tendría necesidades de acudir a asistencia de psicólogos, psiquiatras o hechar mano a creencias superticiosas, esotéricas o metafísicas.

En las Sagradas Escrituras encontramos absolutamente todas las indicaciones, pautas, caminos y enseñanzas para ser alegres como Dios te exige que lo seas, para que en tu vida reine la paz y la felicidad por siempre. Amen

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La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. Juan 14:27 Agradecimientos: Gracias Padre Celestial por iluminarme con Tu Santo Espíritu y junto a Tu Hijo Jesús, el haberme dado la posibilidad de escribir este libro. Dedicatoria: A mis hijos Nathalie, Jorge, Abel-Ana y Eiline Oportus. Para todas las personas de buena voluntad que incansablemente buscan el camino que conduce a la Paz, la Alegría y la Felicidad.

 

 

Autor:

Jorge Edgardo Oportus Romero

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8
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