Monografias.com > Religión
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Ecología vegetal




Enviado por Jesús Castro



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Interacción vegetal con el medio
    inorgánico
  3. Interacción
    vegetal-vegetal
  4. Interacción
    vegetal-animal
  5. Interacción
    vegetal-hombre
  6. Generación y regeneración vegetal
    de ecosistemas
  7. Conclusión

Este artículo pretende contestar lo más
eficazmente posible la siguiente pregunta, basada en los estudios
del Génesis: ¿Si las plantas que requieren insectos
para su polinización fueron eliminadas durante el Diluvio,
y también los insectos, cómo es que existe tan gran
abundancia de ellas hoy día?

Introducción.

Monografias.com

La palabra ECOLOGÍA proviene de los vocablos
griegos "oikos" (casa) y "logos" (conocimiento). Por lo tanto, en
una primera aproximación, se puede decir que la
Ecología es la ciencia que estudia la casa o el ambiente
de los seres vivos, y a éstos dentro de dicho ambiente. En
el "ambiente" se incluyen las propiedades físicas, que
pueden ser descritas como la suma de factores abióticos
locales (por ejemplo, el clima y la geología), y los
demás organismos que comparten ese hábitat
(factores bióticos).

El término fue introducido en 1869
por el alemán prusiano Ernst Haeckel en su trabajo
"Morfología General del Organismo". En un principio,
Haeckel entendía por "Ecología" la ciencia que
estudia las relaciones de los seres vivos con su ambiente, pero
más tarde amplió esta definición al estudio
de las características del medio, que también
incluye el transporte de materia y energía y su
transformación por las comunidades
biológicas.

La "Ecología de las plantas" o
"Ecología vegetal" estudia las relaciones de las plantas
entre sí y con el ambiente que las rodea. Entre los
factores ambientales más importantes están
la luz, la temperatura, las características
del suelo, los factores mecánicos (viento, nieve, oleaje)
y los animales.

Interacción vegetal con el medio
inorgánico.

La revista DESPERTAD del 8-3-2004,
página 31, editada por la Sociedad Watch Tower Bible
And Tract, informa:

«Asombrosa supervivencia. De nuestro corresponsal
en Namibia. Nos hallamos en el desierto de Namibia (África
suroccidental). Hoy el aire está limpio y fresco, y no hay
nubes. A medida que el Sol gana altura, aumenta el calor en este
asombroso mundo de dunas y llanuras pedregosas azotadas por el
viento. Al mirar alrededor, divisamos un montón de hojas
verdes. ¿Qué será? Cuando nos acercamos, nos
topamos con una planta rarísima, designada por la ciencia
con el nombre latino "Welwitschia mirabilis", cuyo segundo
componente significa "maravillosa".

Sólo se encuentra en estado natural en los yermos
de Angola y Namibia. Es tan peculiar que se clasifica como un
género propio, el único de su familia, que
comprende una sola especie. "De las 375.000 especies vegetales
conocidas, ninguna despierta tanto interés entre los
botánicos ni ofrece tanta resistencia a su afán
catalogador", dice Chris Bornman en su libro "Welwitschia
—Paradox of a Parched Paradise" (La welwitschia, paradoja
del paraíso árido).

Aunque parezca hojarasca rodeando un
tronco, en realidad se trata tan sólo de dos hojas
reducidas a tiras por el viento desértico. En
afrikaans se la denomina "tweeblaarkanniedood" (dos hojas no
pueden morir). ¡Qué nombre tan adecuado! Soporta
hasta 40 °C de día y gélidas temperaturas de
noche, ya que no hay árboles que frenen los fuertes
vientos.

A diferencia de la mayoría de las especies, no
depende por completo de sus raíces para absorber el agua.
Pese a vivir en el desierto de Namibia, que registra una
precipitación anual inferior a 25 milímetros y
donde a veces no llueve en años, logra crecer y mantener
su verdor. La ciencia se ha preguntado por mucho tiempo
cómo lo hace. Por lo visto, sus hojas absorben la niebla
matinal arrastrada hasta el desierto por los vientos
periódicos de la costa.

Las dos hojas son perennes y no dejan de
crecer. En cierta ocasión, cuando se desenredó una
de ellas, medía más de 8,8 metros.
¿Qué ocurriría si los extremos no se secaran
o partieran? "En el transcurso de mil quinientos años
—explica la revista científica Veld &
Flora—, la hoja alcanzaría los 225
metros".

Pero ¿es tan longeva esta planta?
Según The World Book Multimedia Encyclopedia, "crece
lentamente y suele vivir de mil a dos mil años".
Ciertamente, una asombrosa supervivencia. ¿A qué
debemos atribuir el hecho de que esta singular planta viva tanto
en condiciones tan duras? En esencia, a la sabiduría
infinita del Creador».

Monografias.com

Interacción
vegetal-vegetal.

Existen en Internet ciertas informaciones muy bien
documentadas, las cuales, aunque son usadas por defensores del
creacionismo contra los partidarios del evolucionismo, en
realidad ponen de relieve lo que ya hemos visto en
artículos anteriores: la vulnerabilidad del esquema
evolutivo y su inestabilidad frente a algunos nuevos
descubrimientos.

Por ejemplo, bajo la denominación
"Sedín – notas y reseñas", con fecha
13-3-2011, el señor Santiago Escuain explica que "las
plantas mantienen redes sociales". Dice:

«Las plantas pueden ser estacionarias
en general, pero tienen conexiones. De hecho, están tan
bien conectadas que tienen a la vez intranets, extranets e
internets. En el interior de sus propios vasos se comunican con
proteínas y moléculas de ARN desde la raíz a
los brotes; en el exterior disfrutan de muchas relaciones
sociales con otros organismos. Incluso "hacen amistad" con sus
compañeros, como los humanos lo hacen en Facebook. Debajo
de nuestros pies se extiende una verdadera red de comunicaciones
mediante la que las plantas mantienen relaciones de
colaboración o competición, vigilancia,
señalización y detección, en el seno de la
"rizosfera" (ver Nota, a continuación).

Ferris Jabr escribía esta semana en New Scientist
acerca de las comunicaciones de las plantas. "El mundo soterrado
de las plantas es una red social de poderosas alianzas y de
nepotismo", comenzaba diciendo el artículo. "La
decodificación de sus mensajes podría llevar a un
cambio radical en las explotaciones agrícolas
y en los bosques". Jabr escribe en términos darwinistas de
competición, supervivencia, defensa y selección de
parentesco, pero el reportaje trata en realidad de los asombrosos
mecanismos que emplean las plantas para comunicarse.

Monografias.com

"Hemos sabido por algún tiempo que
las plantas se comunican entre sí, pero sólo ahora
nos estamos dando cuenta de cuán sutiles y sofisticadas
pueden ser sus interacciones. Las plantas están
constantemente escuchando discretamente el parloteo
químico de las otras —a veces con empatía, a
veces de forma egoísta—. Algunas plantas, como el
rododendro escandinavo, ayudan a sus vecinas compartiendo
recursos. Otras plantas reconocen parientes próximos y los
favorecen frente a los extraños. Y al menos una planta
parásita se guía con el aroma químico
delatador de su huésped…".

"Las plantas no salen de fiesta ni a ver una
película, pero tienen una red social", dice Suzanne
Simard, una ecóloga de la Universidad de la Columbia
Británica en Vancouver, Canadá. "Se prestan apoyo
mutuo y luchan entre sí. Cuanto más exploramos la
señalización y comunicación de las plantas,
tanto más aprendemos. Es realmente algo
increíble".

Naturalmente, la atribución de egoísmo o
pugna a las plantas es un injustificado antropomorfismo. Sin
ojos, oídos o cerebros, las plantas tienen unas
misteriosas capacidades para enviar señales y responder a
ellas. Algunas de estas señales, que describía Jabr
en el artículo, son compuestos volátiles
dispersados flotando por el aire. Pero aún más
asombrosas son las vías de filamentos fúngicos en
la tierra que pueden transmitir mensajes y nutrientes de planta a
planta:

"Por debajo del suelo de un bosque, cada
cucharada de tierra contiene millones de diminutos organismos.
Estas bacterias y estos hongos forman una relación
simbiótica con las raíces de las plantas, y ayudan
a sus huéspedes a absorber agua y elementos vitales como
el nitrógeno, a cambio de un continuo suministro de
nutrientes. Ahora, una inspección más detenida ha
desvelado que las hebras fúngicas unen físicamente
las raíces de docenas de árboles, a menudo de
diferentes especies, formando una red unida de micorrizas (ver
Nota, a continuación). Estas redes que se extienden debajo
de nuestros pies son verdaderas redes sociales".

Por medio de estas vías micóticas, las
plantas comparten no sólo nutrientes, sino además
información, dice Jabr. "Cuando, por ejemplo, una oruga
comienza a masticar en una planta de tomate, las hojas producen
unos compuestos nocivos que a la vez repelen a la atacante y
estimulan a las plantas alrededor a preparar sus propias
defensas". Las plantas reconocen a su propia especie y trabajan
juntas para el bien común. Pero las plantas se encuentran
también dentro de comunidades de organismos diversos que
se benefician mutuamente de las contribuciones que cada uno hace
a la comunidad.

Todavía no podemos hablar el lenguaje de las
plantas, pero sabemos que se comunican por medio de
códigos constituidos por "compuestos solubles que incluyen
fenoles, flavonoides, azúcares, ácidos
orgánicos, aminoácidos y proteínas,
segregados por las raíces a la rizosfera". Aunque "sigue
siendo un misterio cómo éstos indican las
afinidades", una aplicación práctica sería
que los agricultores plantasen cultivos con los "amigos" de las
plantas —"el posicionado estratégico de diferentes
cultivos u hortalizas de modo que se beneficien entre sí
disuadiendo plagas, atrayendo polinizadores y mejorando la
captación de los nutrientes". En otras palabras, en lugar
de plantar monocultivos saturados de pesticidas,
podrían volver a los métodos de los nativos
americanos, que estuvieron empleando estos procedimientos durante
siglos.

Monografias.com

Las complejas interconexiones que
establecen los hongos y las raíces funcionan como
verdaderos puertos de entrada y salida de señales que
siguen sus protocolos de comunicaciones.

¿Acaso estas capacidades fueron apareciendo
mediante una lenta evolución durante millones de
años? El "misterio abominable" en palabras de Darwin
—la emergencia (o surgimiento) de las plantas florales, el
grupo más grande y diverso de plantas en la tierra—
recibió otro golpe esta semana. Unas hermosas y detalladas
hojas que parecen como si hubiesen sido prensadas entre las hojas
de un libro aparecieron exquisitamente preservadas en los
estratos del Jehol en China, según comunicaba New
Scientist. Con una edad asignada de 123 millones de años,
esto sitúa a una avanzada angiosperma "como
aproximadamente coetánea con los antecesores de todas las
plantas florales que existen hoy".

El periodista Colin Barras decía que
"las plantas con flores tenían una ventaja evolutiva sobre
las coníferas y otras gimnospermas que existían en
aquel tiempo, y rápidamente se extendieron por todas
partes". Pero el problema de estas explicaciones es que hablan de
la supervivencia de los más aptos, pero dejan a un lado la
llegada de esos "más aptos". Incluso asumiendo su propia
cronología, los evolucionistas no tienen
explicación para el hecho de que unas complejas plantas,
con sus redes de comunicación y todo, aparezcan
repentinamente, plenamente formadas, sin
antecesores».

NOTA:

La RIZOSFERA es una parte del suelo
inmediata a las raíces de las plantas, donde tiene lugar
una interacción dinámica con los microorganismos.
Las características químicas y biológicas de
la rizosfera se manifiestan en una porción de apenas 1 mm
de espesor a partir de las raíces.

En un sentido más amplio, la
rizosfera se puede considerar como la porción de suelo en
la que están las raíces de las plantas, ya que es
un zona donde se dan toda una serie de relaciones físicas
y químicas que afectan a la estructura del suelo y a los
organismos que viven en él, proporcionándole unas
propiedades diferentes. Se pueden destacar dos
características de la rizosfera:

• Presencia de numerosos organismos en
mayor densidad que en el suelo normal, como pueden ser bacterias,
hongos y microfauna (por ejemplo: nematodos, ácaros,
insectos).

• Estabilidad de las partículas
de suelo, tanto por la acción mecánica de las
raíces, como por la acción agregante de los
exudados de los diferentes organismos presentes (plantas y
microorganismos).

• Es el lugar de destino de
carbohidratos, productos de la fotosíntesis y que las
plantas exudan por sus raíces para proveer energía
a los microorganismos, quienes en retribución protegen a
las raíces de organismos patógenos y además
solubilizan minerales haciéndolos más asimilables.
Se estima que al menos un tercio de los fotosintatos son exudados
para este propósito.

La rizosfera provee un complejo y dinámico
microambiente, donde bacterias y hongos, en asociación con
las raíces, forman comunidades únicas. En la figura
siguiente se muestra la diversidad de organismos que
interactúan entre sí y con la raíz,
conformando la comunidad de la rizosfera:

A= Ameba, que ingiere bacterias,

BL= Bacterias limitadas por
energía,

BU= Bacterias no limitadas por
energía, RC= Carbohidratos derivados de la
raíz,

SR= Células descamadas de pelos
radiculares,

F= Hifas de hongos, N=
Nematodos.

La palabra MICORRIZA, de
origen griego, define la simbiosis entre un hongo (mycos) y las
raíces (rhizos) de una planta.
Como en otras relaciones simbióticas, ambos participantes
obtienen beneficios. En este caso la planta recibe del hongo
principalmente nutrientes minerales y
agua, y el hongo obtiene de la planta hidratos de carbono y
vitaminas que él por sí mismo es incapaz de
sintetizar, mientras que ella lo puede hacer gracias a la
fotosíntesis y otras reacciones internas.

Monografias.com

Muchas plantas presentan micorrizas para aumentar la
absorción de agua y sales minerales del suelo. Las
micorrizas son la asociación entre raíces de una
planta y el micelio de un hongo, de forma que toda la
extensión del micelio participa en la absorción de
nutrientes para la planta.

El MICELIO es el talo de los hongos,
formado comúnmente de filamentos muy ramificados y que
constituye el aparato de nutrición de estas plantas. El
TALO es el cuerpo de las talofitas (algas y hongos), equivalente
al conjunto de raíz, tallo y hojas de otras
plantas.

En la Naturaleza, la simbiosis que forma la micorriza se
produce espontáneamente. Se estima que entre el 90 y el
95% de las plantas superiores presentan micorrizas de forma
habitual. Es posible que un mismo hongo forme la micorriza con
más de una planta a la vez, estableciéndose de este
modo una conexión entre plantas distintas; esto facilita
la existencia de plantas parásitas (algunas de las cuales
ni siquiera realizan la fotosíntesis, como las del
género Monotropa), que extraen todo lo que necesitan del
hongo micobionte y las otras plantas con las que éste
también establece simbiosis. Así mismo, varios
hongos (en ocasiones de especies diferentes) pueden micorrizar
una misma planta al mismo tiempo.

Las ventajas proporcionadas por la
micorrización para las plantas son numerosas. Gracias a
ella, la planta es capaz de explorar más volumen de suelo
del que alcanza con sus raíces, al sumársele en
esta labor las hifas (filamentos que constituyen el micelio) del
hongo; también capta con mayor facilidad ciertos elementos
(fósforo, nitrógeno, calcio y potasio) y agua del
suelo. La protección brindada por el hongo hace que,
además, la planta sea más resistente a los cambios
de temperatura y la acidificación del suelo derivada de la
presencia de azufre, magnesio y aluminio.

Por si todo esto fuera poco, algunas
reacciones fisiológicas del hongo inducen a la raíz
a mantenerse activa durante más tiempo que si no estuviese
micorrizada. Todo esto redunda en una mayor longevidad de la
planta: de hecho, se ha comprobado que algunos árboles,
como los pinos, son incapaces de vivir más de dos
años cuando están sin micorrizar. En otras
especies, esta unión es tan estrecha que sin ella la
planta no puede subsistir, como es el caso de las
orquídeas. Las plantas cuyas semillas carecen de
endosperma (sustancias alimenticias de reserva) dependen
completamente del hongo para alimentarse y germinar
posteriormente.

La infección de la raíz por el hongo se
produce a partir de propágulos presentes en el suelo.
Pueden ser esporas y trozos de hifas del hongo y también
raíces ya micorrizadas. Con el fin de asegurar el
éxito de la empresa, la siembra de la mayoría de
plantas comestibles o de decoración y las repoblaciones
forestales que se llevan a cabo en la actualidad acompañan
las nuevas plantas y brotes con fragmentos del hongo más
adecuado para establecer asociaciones micorrícicas con
cada especie que se vaya a cultivar.

La mayoría de las plantas terrestres
presentan micorrizas, y lo más probable es que las
restantes desciendan de plantas micorrizadas que han perdido
secundariamente esta característica. En el caso de los
hongos, la mayor parte de las 5000 especies identificadas en las
micorrizas pertenece a la división Basidiomycota, mientras
que en casos más excepcionales se observan integrantes de
Ascomycota. La tercera división que se ha
observado formando micorrizas es Glomeromycota, un
grupo que, de hecho, sólo se conoce en
asociación micorrizógena y cuyos
integrantes mueren cuando se les priva de la presencia de
raíces.

Según su morfología, las micorrizas se
dividen en distintos grupos entre los que cabe destacar dos
principales: las ectomicorrizas y las endomicorrizas. Las
ectomicorrizas se caracterizan porque las hifas del hongo no
penetran en el interior de las células de la raíz,
sino que se ubican sobre y entre las separaciones de
éstas; se pueden observar a simple vista y presentan la
llamada "Red de Hartig"; este tipo de micorrización es el
que predomina entre los árboles de zonas templadas, siendo
especialmente característico en hayas, robles, eucaliptus
y pinos; los hongos son tanto Basidiomycota como Ascomycota. En
las endomicorrizas, en cambio, no hay manto externo que pueda
verse a simple vista; las hifas se introducen inicialmente entre
las células de la raíz, pero luego penetran en el
interior de éstas, formando vesículas alimenticias
y arbúsculos. Por ello se las conoce también como
"micorrizas VAM" (o micorrizas
vesículoarbusculares); los hongos pertenecen
a la división Glomeromycota y se dan en todo tipo de
plantas, aunque con predominio de hierbas y
gramíneas; abundan en suelos pobres como los de las
praderas y estepas, la alta montaña y las selvas
tropicales; en el bosque atlántico aparecen junto a las
ectomicorrizas.

Monografias.com

Interacción
vegetal-animal.

La interacción entre animales y plantas,
así como entre dos especies de seres vivos cualesquiera,
puede tener tres resultados fundamentales: positivo, neutro o
negativo. La interacción se dice Positiva cuando al menos
una especie se beneficia y ninguna se perjudica, se dice Neutra
cuando ninguna especie se beneficia ni se perjudica, y se dice
Negativa cuando al menos una especie se perjudica.

NOTA:

Según el relato del Génesis, el
jardín de Edén era un "paraíso de placer",
no un paraíso de "displacer". Esto nos lleva a suponer que
las interacciones entre los seres vivos que lo poblaban, incluido
el hombre (en su estado de perfección), eran positivas y
neutras. Esta armoniosa y bendita situación no se observa
hoy día en ninguna parte de la naturaleza, por muy cuidada
y hermosa que esté. Los grandes y majestuosos bosques, los
bellos parques o reservas naturales, los jardines mejor
diseñados… todos adolecen de un mismo defecto
fundamental: la existencia de las especies vivientes que los
habitan se encuentra frecuentemente en interacción
negativa.

El ser humano es incapaz de dotar de
equilibrio positivo al ecosistema más sencillo; es decir,
no puede hacer que dicho ecosistema conste de interacciones
exclusivamente positivas y neutras. De hecho, él mismo es
incapaz de aportar la clave para que sus propios
congéneres vivan entre sí en permanente paz. El ser
humano ha fracasado completamente en cuanto a producir paz
duradera en la sociedad de la que forma parte, a pesar de los
innegables adelantos científicos y tecnológicos. A
esta lamentable impotencia parece aplicarle bien las siguientes
palabras del fiel profeta de la antigüedad: "Al hombre
terrestre no le pertenece su camino. No pertenece al hombre que
está andando siquiera dirigir su paso" (Libro de
Jeremías, capítulo 10, versículo
23).

Del estudio de las Santas Escrituras se
puede inferir que el ser humano, bajo la imprescindible
guía del Creador, podría encargarse de mantener la
paz entre los animales (domésticos y salvajes) y cuidar la
biosfera terrestre para que toda ella permanezca en un estado de
equilibrio positivo, tal y como Dios hizo que sucediera en el
jardín de Edén. El Génesis informa:
"Jehová Dios plantó un jardín en
Edén, hacia el este, y allí puso al hombre que
había formado… Y Jehová Dios procedió a
tomar al hombre y a establecerlo en el jardín de
Edén para que lo cultivara y lo cuidara" (capítulo
2, versículos 8 y 15).

Sin embargo, en ninguna parte de la Sagrada
Escritura encontramos la idea de que el hombre sea
capaz de gobernar al hombre con éxito. El
hombre, pues, no ha sido creado con la facultad de sojuzgar
al propio hombre; aunque sí tiene la
capacidad de sojuzgar a la biosfera (pero con la condición
añadida de hacerlo en base a las directrices
divinas).

La revista DESPERTAD de Abril-2007, páginas 16 y
17, cita algunas interacciones positivas entre animales y
plantas. Respecto a la interacción más positiva de
todas, a saber, el MUTUALISMO o SIMBIOSIS, en donde todas las
especies implicadas salen ganando, informa:

Monografias.com

«Algunos de los árboles más
majestuosos del mundo, como la ceiba y el baobab, dependen de los
murciélagos para su polinización. Ciertos
murciélagos frugívoros realizan un doble servicio:
esparcen el polen cuando se alimentan de néctar y
dispersan las semillas de los frutos que comen. En Australia, un
grupo de pequeños marsupiales llamados "falangeros" van de
flor en flor para darse un banquete de néctar. De este
modo, sus cuerpos peludos trasladan el polen de una
flor a otra.

Mariposas y polillas. Estos hermosos insectos, que se
alimentan principalmente de néctar, recogen el polen
mientras van volando de flor en flor. En el caso de algunas
orquídeas bellísimas, las polillas son las
únicas responsables de su polinización.

Nectarinas y colibríes. Estos coloridos pajaritos
revolotean sin parar de una flor a otra libando su néctar.
En el proceso, el polen se les adhiere a las plumas de la frente
y del pecho».

En cuanto a interacciones negativas está la
HERBIVORÍA, que es una especie de depredación
efectuada por un animal herbívoro contra la planta de la
que se alimenta. La DESPERTAD del 8-12-1995, página 29,
cita un ejemplo bajo el título "Plantas con
memoria":

«Cuando reciben ataques, muchas plantas producen
sustancias químicas para repeler a sus agresores. La
revista New Scientist explica que algunas también
conservan el ataque en la "memoria", lo que les permite fabricar
las toxinas repelentes con más rapidez en caso de
repetirse la agresión. Cuando una oruga se pone a masticar
una hoja de tabaco, desencadena en la planta la
elaboración de "ácido jasmónico", que viaja
hasta las raíces. Esto, a su vez, inicia la
producción de "nicotina", que regresa a las hojas para que
no sean apetitosas al insecto. Las plantas cuyas raíces se
vieron expuestas con anterioridad al ácido reaccionaron
con más rapidez a los ataques. "De ello se deduce que las
plantas sí tienen una cierta memoria", señala el
profesor Ian Baldwin, de la Universidad Estatal de Nueva York en
Buffalo».

Otro ejemplo similar se encuentra en la
DESPERTAD del 8-11-1986, página 13, bajo el tema "Cuando
los árboles hablan":

«El kudú, antílope africano con
magníficos cuernos en espiral, es un animal de apariencia
majestuosa. Por ello, los defensores de los animales silvestres
se alarmaron cuando en unas pequeñas reservas
zoológicas sudafricanas una gran cantidad de kudús
comenzaron a morir de inanición. Las muertes eran
inexplicables ya que en las reservas había suficientes
árboles que proveyeran alimento a los animales. Sin
embargo, después de mucha investigación se
halló la asombrosa explicación: ¡Los
árboles habían estado "hablando" entre
sí!

¿Absurdo? Pues bien, la revista South African
Panorama informó lo siguiente: "Los árboles tienen
un arma secreta en contra de los kudús y otros animales
que se alimentan de sus hojas […] Cuando un kudú come de
las hojas del árbol, éstas son estimuladas a
producir una especie de tanino conocido como tanino K". Esto
impide que los kudús digieran debidamente las hojas y,
entonces, desisten de comerlas. "Pero, ¿no pudieran ellos
sencillamente pasar a otro árbol?", quizás pregunte
usted. Es ahora cuando los árboles
"hablan".

Monografias.com

El profesor van Hoven alega en la revista
"Custos" que "se ha probado recientemente, más allá
de toda duda, que cuando las hojas de una planta reciben
daño, compuestos aromáticos —a los que otras
plantas de la misma especie son sensitivas— son lanzados al
aire". En efecto, los árboles advierten a sus
árboles vecinos de que hay animales hambrientos en la
zona. ¿Y cómo responden estos otros? Produciendo de
igual manera en sus hojas el nocivo tanino. Después de
todo, ¡su supervivencia corre peligro! "Las plantas que
carecieron de esta capacidad para defenderse […]
inevitablemente desaparecieron con el transcurso del tiempo",
especula el profesor van Hoven. De modo que relativamente poco
después que un kudú comienza a mordisquear las
hojas, puede que una especie de árbol tras otro comience a
"cerrar" su surtido de alimento. En efecto, parece que
transcurren varios días antes que las hojas del
árbol dañado regresen a su estado
normal.

El mecanismo protector natural de los árboles es
un verdadero problema cuando a los kudús se les mantiene
en una reserva pequeña. No pasó mucho tiempo antes
que los investigadores notaran que la tasa de mortalidad de los
kudús en las reservas pequeñas era seis veces
más elevada que en las grandes. ¿Por qué?
Por la excesiva concentración de kudús. El profesor
van Hoven dice: "Aconsejamos a quienes están a cargo de
las reservas […] a no tener más de tres o cuatro
kudús por cada 100 hectáreas […] Si llegara a
haber más, es recomendable que se les proporcione alimento
durante el invierno".

Por supuesto, será necesario duplicar bajo
condiciones naturales los resultados de las investigaciones
realizadas en el laboratorio antes que se sepa con certeza
cuántos de los árboles realmente "hablan" y hasta
qué grado lo hacen. No obstante, aun estos resultados
preliminares hacen destacar el diseño de la
creación viva y la impresionante inteligencia del Dios que
hizo todas las cosas».

NOTA:

El relato sagrado informa, acerca del Sexto
Día Creativo: «Dios pasó a decir: "… A toda
bestia salvaje de la tierra y a toda criatura voladora de los
cielos y a todo lo que se mueve sobre la tierra en que hay vida
como alma he dado toda la vegetación verde para alimento"
(Génesis, capítulo 1, versículos 29 y
30).

Estas palabras parecen indicar que no era el
propósito original del Creador que los animales, ni el
hombre, se alimentaran de otros animales, sino más bien de
vegetales. Además, para el caso de los animales, como el
kudú, la alimentación debería estar
constituida exclusivamente por vegetación
verde.

Por lo tanto, el hecho de que el
kudú se alimente de hojas verdes y reciba como respuesta
una "reprensión" por parte de los vegetales parece
contradecir la norma divina expresada en el Génesis
tocante a la alimentación original asignada a los
animales. ¿Será esto un indicio de que el
Génesis no es, después de todo, un libro coherente
con la realidad? Es decir: ¿Habremos encontrado
verdaderamente una prueba de que el Génesis no es
más que una simple leyenda inventada por el
hombre?

La DESPERTAD del 8-2-1982, páginas 14 y 15,
contiene la siguiente curiosidad: "[Tenemos] el pequeño
escarabajo que vive en el árbol de mimosa. La hembra de
este escarabajo trepa el árbol de mimosa, se arrastra
hasta la punta de la rama, corta una hendidura en la corteza y
pone sus huevos allí. Luego se arrastra hasta el centro de
la rama, roe alrededor de la rama con suficiente profundidad como
para cortar a través del cambium, y el extremo de la rama
muere y se desprende. Los huevos del escarabajo se esparcen y al
tiempo los escarabajos salen, y el ciclo comienza de nuevo. En
cambio, el árbol de mimosa se beneficia. Se le poda, y
debido a esto vive 40 ó 50 años… el doble de lo
que viviría de otro modo. De hecho, el árbol de
mimosa despide un olor para atraer al escarabajo de la mimosa, y
este pequeño escarabajo no puede reproducirse en
ningún otro árbol".

Los jardineros de experiencia han observado
que la poda correcta de las plantas da fuerza y vigor a
éstas, mejorando la floración y el desarrollo de
las mismas. La poda bien hecha favorece la adecuada
distribución de las ramas, y de este modo garantiza que la
luz del sol llegue también al interior de la planta, para
que crezca de manera armónica y florezca mejor. Las podas
regulares despejan la cortina de ramas emitida por la planta,
para que llegue el aire y la luz al centro de la copa de la
misma.

Todas las plantas agradecen que se les
dé, en cualquier tiempo (salvo durante las heladas), una
poda de limpieza que suprima sus partes secas, enfermas o
inútiles. La supresión de los tallos florales una
vez la flor se ha marchitado (arbustos), y la supresión
del fruto en aquellas plantas cuya semilla no se aprovecha
(ciprés, rosal) evita el agotamiento y se debe practicar
si se quiere conservar la belleza de los ejemplares. La poda
será beneficiosa siempre que con ella se consiga mantener
las hojas de la planta más en contacto con el aire y con
el sol.

Monografias.com

Estos datos nos permiten reflexionar en el papel de
podadores naturales de arbustos que los kudús y otros
herbívoros de alta talla, como la jirafa, podrían
desempeñar en ecosistemas suficientemente grandes y
complejos, sobre todo en un estado terrenal de equilibrio
perfecto, como el que debió existir en el jardín de
Edén. Ahora sólo podemos barajar hipótesis,
ya que no disponemos de estudios concluyentes, pero la cantidad
de experiencias que se han informado en cuanto a la capacidad de
las plantas para utilizar a los animales en beneficio propio nos
permite imaginar que entre los árboles y estos
herbívoros ramoneadores podría existir alguna clase
de interacción simbiótica. Por ejemplo, las plantas
necesitadas de poda en altura facilitarían "comida
fácil" a los herbívoros corpulentos, mientras que
las plantas ya podadas, o las que no necesitan poda,
utilizarían estrategias y mecanismos disuasorios que
alejarían de sí a tales animales. Por su parte,
dichos animales procrearían más o menos en
función de la oferta de alimento disponible, al objeto de
mantener siempre una población equilibrada de
herbívoros (fenómeno que ya es conocido en
Biología de Poblaciones: a saber, el control
espontáneo o natural de una población animal por
escasez de alimento o disminución de espacio territorial,
una de cuyas derivaciones cursa con la tendencia transitoria
hacia el desarrollo lento de los individuos, el retardo
reproductivo y la menor cuantía de crías por
parto).

Interacción
vegetal-hombre.

La revista DESPERTAD del 22-9-1980,
páginas 21 a 24, bajo el tema "Cooperación para
sobrevivir" (redactado por el corresponsal de dicha revista en el
Perú), expone:

«La teoría evolucionista de
Darwin sostiene que todas las formas de vida están
envueltas en una competencia, en una lucha encarnizada por
sobrevivir. Muchos biólogos y otros científicos ven
la cooperación, la unión y la armonía entre
las varias formas de vida como la llave a la supervivencia. La
revista Time, en la reseña de un libro escrito
recientemente por el Dr. Lewis Thomas, biólogo y
presidente del Centro de Cáncer Sloan-Kettering, de Nueva
York, declara: "Thomas presenta el argumento de que en la
naturaleza la tendencia irresistible es hacia la simbiosis, la
unión, la armonía. El modo posdarwiniano de ver la
vida como una lucha constante y asesina… no encaja con los
hechos que Thomas ha visto".

Monografias.com

Una mirada de cerca a nuestras fuentes
actuales de alimento nos convence de que la cooperación, y
no la competencia, es el modo de sobrevivir. Casi todo lo que
necesitamos en sentido nutritivo proviene de tan sólo 30
cultivos principales y, en cuanto a carne, de 7 fuentes animales.
En casi todo caso los centenares de millones de toneladas
métricas de alimento que consumimos nos los suministran
plantas y animales que el hombre ha adaptado y domesticado de
modo que están en una relación singular y armoniosa
con él. Sin estos fieles colaboradores, la
población actual de más de 4.000 millones de
personas no podría sobrevivir. A la inversa, la
mayoría de las plantas cultivadas y animales domesticados
también perecerían sin el constante cuidado y
atención que les da el hombre.

Desde el mismísimo principio de la historia
humana el hombre pudo ver las cualidades y posibilidades de
ciertas plantas y animales como fuentes de alimento. De hecho, la
Biblia declara que el Creador dio al hombre el ejemplo respecto a
eso al llegar a ser él mismo el primer Agrónomo.
Él plantó un hermoso jardín con toda la
variedad necesaria para proveer a la primera pareja humana su
alimento (Génesis 2: 8, 9). Además, en la primera
parte de la Biblia se menciona a animales domésticos que
serían usados por el hombre. Era la voluntad del Creador
que el hombre ejerciera dominio sobre las formas inferiores de
vida y las usara prudentemente para proveerse lo necesario. El
hombre, ejerciendo su inteligencia, podría usar todas las
otras formas de vida que había en la Tierra y cooperar con
ellas para asegurar su propia supervivencia, así como
también la de la infinita variedad de vida vegetal y
animal.

La relación entre el hombre y las
formas inferiores de vida puede compararse a la relación
que existe entre el alfarero y su barro. El alfarero perito usa
sus materias primas para hacer vasos cerámicos de variedad
infinita y de un sinnúmero de usos. De la multitud de
organismos vivientes, el hombre, mediante la selección y
entrecruzamiento, forma plantas y animales que satisfacen las
necesidades de él. Por supuesto, estos organismos tienen
dentro de sí el potencial de responder a los esfuerzos que
el hombre hace por adaptarlos a su gusto y uso.

En el caso de los animales, el término
"domesticar" revela algo acerca del proceso. La palabra viene de
la raíz latina que quiere decir "casa". Por lo tanto,
domesticar quiere decir que se trae al animal dentro del arreglo
casero, y se sigue este mismo proceder en el caso del cultivo de
las plantas, de modo que tanto animales como plantas llegan a
estar bajo la supervisión y cuidado directos del hombre.
Así se edifica una relación de interdependencia. El
hombre llega a depender de las plantas cultivadas y de los
animales domesticados para poder sobrevivir, y ellos, a su vez,
dependen de él. Es un proceso de reorganizar las formas
silvestres en conformidad con los intereses del
hombre.

Para ilustrar un poco más cómo se lleva a
cabo este proceso, consideremos el modo en que posiblemente se
haya adaptado al uso doméstico una planta que produce
semillas, como el trigo. El trigo es una de las plantas
cultivadas de mayor antigüedad. Sin duda el hombre pudo ver
el valor de las semillas comestibles de los antepasados
silvestres del trigo. Cosechó estas plantas y entonces
decidió plantarlas y cultivarlas para facilitar aumentar
la producción. Ese primer paso inició un
procedimiento de selección que llevó a su
adaptación a las necesidades humanas.

Las nuevas variedades llegaron a depender
de sus cultivadores para sobrevivir. Sin embargo, las
plantas cultivadas no están enteramente aisladas de
las variedades silvestres, y de vez en cuando ocurre un
cruzamiento, lo cual, en algunos casos, mejora la calidad de la
planta. El hombre, siempre alerta para mejorar su cultivo que le
suministra alimento, escoge las variedades mejoradas y las
siembra. Y el proceso continúa, con el resultado de que
constantemente aparecen variedades mejoradas.

Monografias.com

Las variedades de trigo que actualmente proveen una
cosecha mundial de casi 400 millones de toneladas métricas
al año no son las mismas variedades de trigo que se
sembraban en tiempos bíblicos. Aquellos trigos de la
antigüedad eran de la clase llamada "trigos con gluma", es
decir, tenían una "gluma" o envoltura interior parecida a
cascarilla que se tenía que romper después de la
cosecha. En cierto punto en el transcurso del tiempo el trigo
"escanda" experimentó una mutación (un cambio
básico en su composición genética) de modo
que ahora la gluma se abre fácilmente cuando se cosecha la
espiga. Al mismo tiempo la espiga se hizo más dura, de
modo que mantiene las semillas en su lugar hasta la cosecha. Esta
variedad de trigo tiene 21 pares de cromosomas, y evidentemente
los cromosomas adicionales fueron el resultado de un cruzamiento
con una planta silvestre del género "egílope"
(triuncialis). Variedades de este trigo para pan son las que
actualmente producen la mayor parte de la cosecha mundial de
trigo.

NOTA:

Un trigo que se cultivaba en la
antigüedad era de la clase que se llama "escaña
menor" (triticum monococcum). Un examen citológico
(celular) revela que es una planta "diploide". Cada célula
de la planta contiene siete pares de cromosomas. Otro trigo de la
antigüedad era "tetraploide", pues tenía 14 pares de
cromosomas. Este trigo, al que se llama "escaña mayor" o
"escanda", era el trigo de Egipto hasta después que
Alejandro Magno conquistó aquel país en el cuarto
siglo antes de la Era Común, cuando fue reemplazado por
una nueva variedad de trigo para el pan.

La maravillosa capacidad que poseen las plantas y los
animales para responder a la dirección inteligente da
testimonio del potencial genético que cada forma de vida
tiene dentro de sí. Para ilustrar este punto: la planta de
mostaza silvestre (brassica oleracea) ha producido, bajo la
dirección del hombre, seis diferentes plantas cultivadas
que adornan nuestras mesas y agradan nuestro paladar. En cada
caso, al realizar el proceso de adaptación, se escogieron
y enfatizaron ciertas partes de la planta original. De la planta
original tenemos col (yema terminal desarrollada), coliflor (la
parte de la flor), colinabo (el tallo), col de Bruselas (las
yemas laterales), brécol (los tallos y las flores) y col
rizada (las hojas). La col rizada es la planta que más se
asemeja a la planta de mostaza original.

A medida que el conocimiento biológico va
aumentando, el hombre puede mejorar la selección y dirigir
con mayor acierto la formación de diferentes y nuevas
variedades de trigo, arroz, maíz, etc. Esto ha producido
una "revolución verde". Las nuevas variedades están
produciendo 10 veces más que sus progenitores. Pero hay un
peligro: el depender demasiado de una escasa variedad de plantas.
Las patatas (papas) son un ejemplo de esto. Se desarrolló
el cultivo de las patatas en uno de ocho centros generales o
zonas geográficas establecidas con ese propósito.
Hace unos 1.800 años se les sometió a este proceso
en las tierras altas de los Andes a lo largo de la costa
occidental de América del Sur, donde hoy se hallan
más de 150 variedades. Cuando los invasores
españoles conquistaron a América del Sur, llevaron
consigo la patata o papa a Europa, donde llegó a
aclimatarse. Andando el tiempo, la patata fue llevada a Irlanda,
donde medró. Los irlandeses llegaron a depender de esta
cosecha como su principal fuente de alimento. ¿Qué
resultado tuvo esto? Hambre, cuando una inesperada enfermedad
vegetal atacó la patata, destruyó la cosecha de
1845-46, y muchos irlandeses se vieron obligados a emigrar a
otros países.

Partes: 1, 2

Página siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter