INTRODUCCIÓN
El matrimonio es un tema discutido hoy por los
jóvenes y la sociedad , pero que desafortunadamente no se
toma con seriedad, sino que solo se realiza por tener
quizás un estatus y lograr así buenos puestos de
trabajo cargos o reconocimientos por la sociedad.
Pero todo esto se ha dado ya que los medios de
comunicación muchas veces han colocado el matrimonio como
cosa del demonio, dándole una imagen totalmente negativa y
grotesca, sin tener en cuenta la importancia que la Iglesia pide
a las parejas de hoy, que se entregan teniendo presente las
gracias que se obtienen de Dios, quien llama a los esposos a
vivir el mismo amor con que Él amó a la Iglesia y
se entregó por ella, asumiendo y redimiendo su
condición de pecado en el que se encontraba la
Iglesia.
Es por esto que decimos que por la virtud redentora de
Cristo y la acción salvífica de la Iglesia los
cónyuges son conducidos a Dios desde una paramnesia y
ayuda en la sublime misión de la paternidad y la
maternidad. En atención a lo expuesto, en este trabajo
buscaremos dar concepción más cercana de lo que es
realmente el matrimonio, desde una concepción
bíblica y antropológica y los aportes de algunos
teólogos que han investigado acerca del
matrimonio.
En segundo lugar, gracias a una encuesta que hemos
realizado a la población, y valiéndonos de esos
resultados hemos podido desarrollar el segundo capítulo
sobre las diversas causas que no permiten al hombre de hoy vivir
el matrimonio, seguidamente tendremos en cuenta lo expuesto por
el Código Derecho Canónico y algunos documentos de
la Iglesia y finalmente propondremos una catequesis mas no un
cursillo matrimonial, sino una catequesis que le permitirá
prepararse para toda su vida matrimonial.
1.
CONCEPCIÓN BÍBLICA Y ANTROPOLÓGICA DEL
MATRIMONIO
1.1 CONCEPCIÓN
BÍBLICA
En la Sagrada Escritura y en la cultura hebrea podemos
hallar una concepción del matrimonio no muy diferente a
otros pueblos de su alrededor como Babilonia, Egipto, Persia o
Asiria; ya que son culturas donde la relación hombre y
mujer procede de unos arquetipos divinos y unos relatos
originarios mitológicos sobre la sexualidad, la
fecundidad, el amor o el matrimonio1.
De esta manera el matrimonio es visto en estas culturas
como reflejo de la realidad divina. Asimismo estos pueblos
teniendo en cuenta una serie de acciones rituales buscan atraer
la bondad del don divino, que se manifiesta en la fecundidad por
medio de la magia y mediante relaciones sexuales diferentes: el
Rey con las sacerdotisas, los hombres con las prostitutas
sagradas,…etc.2
En este mismo contexto encontramos al teólogo
Flórez G. quien nos afirma que la creación de la
primera pareja es la eclosión final del proceso
cósmico que da origen a la naturaleza y donde se da la
coronación de una obra que no tiene finalización
con la creación del hombre, sino que requiere
además la conformación de la mujer y como resultado
la unión de la pareja, llamada a amarse y
complementarse3.
Entre los relatos que se nos presentan en el
Génesis, podemos ver la realidad de la pareja humana como
muestra que radica en la misma condición unitaria del ser
humano. La mujer forma parte del ser mismo del varón y da
respuesta a una exigencia de ayuda y compañía
sentida por la pareja. Ambos, el hombre y la mujer son llamados a
la creación de una misma comunión de vida (se hacen
una sola carne 2, 24)4.
La unidad de la pareja humana es según el relato
bíblico, una realidad que proviene del mismo
origen del ser humano, como es reflejado en el hecho de que los
nombres del varón ("ish") y de la mujer
("ishsa") tenga una misma raíz
filológica.5.
El relato (sacerdotal) del Génesis referido
anteriormente nos permite completar la visión Yavista del
matrimonio, ya que alude a la fecundidad de la pareja humana. Con
fórmula estereotipada, afirma que Dios es quien
creó al hombre en primer lugar a "imagen y semejanza macho
y hembra los creó", bendiciéndolos después
"sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y
sometedla" 6
Como vemos en el párrafo anterior en el libro del
Génesis hay referencias y relatos acerca del matrimonio
(Gen1, 27-28; 2,18-24), donde Dios siempre estando presente en la
vida del ser humano lo bendice y lo llama a vivir en plenitud
cerca de Él.
En el Génesis 2,18-24 encontramos la
narración de la costilla de Adán y la
bendición que Dios dio a la primera pareja. Esta misma
bendición el sacerdote, como representante de la divinidad
en la tierra, derrama sobre las parejas en el matrimonio: "Creced
y multiplicaos" (Gen1,28), dando así la gracia de la
fecundidad. Encontramos también dos principios que el
hombre debe tener en cuenta para su vida en pareja:
la especial igualdad y solidaridad, compañía
ideal del hombre y la mujer, y la idea de
fecundidad, de procreación, como una bendición de
Dios7.
En un estudio más atento de la Sagrada Escritura,
encontramos un texto notable del Antiguo Testamento, es el Cantar
de los cantares, poema erótico del amor humano entre el
hombre (el amado) y la mujer (la amada), que aunque no mencione
el nombre de Dios, se consideró como un libro inspirado de
la Biblia. El amor humano aparece como algo hermoso y bueno,
más fuerte que la muerte (Ct 8,6-7). Por esto
mismo, los profetas de Israel utilizan el símbolo del amor
humano entre esposo y esposa para expresar el amor de Dios a su
pueblo. Oseas (Os 1- 3), Jeremías (Jr 3; 31),
Ezequiel (Ez 16; 26), Isaías (Is 40-55) hablan de la
alianza de Yahvé con su pueblo y de las infidelidades de
éste para con su Dios, en términos de amor
conyugal. Dios es un esposo siempre fiel, frente a Israel, esposa
adúltera e infiel, que ha corrido detrás de otros
dioses. El libro de Tobías resume las enseñanzas
del Génesis y de los profetas y nos ofrece la fe de Israel
sobre el matrimonio8.
1.1.1. Poligamia
Otro punto a tratar en el Génesis es la
poligamia, donde el hombre teniendo dos o más esposas
mantiene una convivencia, el fin de esta práctica es la
supervivencia, por la gran mortalidad que existía (Gen
4,19; 29,14-30), también en 2 Samuel encontramos la
convivencia de varias mujeres con el rey David (2 Sam
11).
Desde este breve análisis literal de la Sagrada
Escritura podríamos señalar que este tema tiene
origen en la época de los patriarcas, en tiempos de
Abraham y Jacob y donde este tema fue vinculado con
el concubinato, ya que manteniendo relaciones con
otras mujeres, esclavas, donde no existía la
intención de tener más mujeres sino de tener
más hijos y así adquirir más gracias de Dios
(Gen16, 1-3; 29,9-18; 2, 23-24).
Al igual vemos que desde una legislación
judía y desde una moral sobre el matrimonio se resalta que
la mujer debe ser fiel a su marido. En el Deuteronomio se
señala el castigo de muerte que se da para aquella mujer
que cometía adulterio y al hombre cómplice (Ex
20,14-17)9. Mas la aplicación
de la ley depende de las circunstancias que se podía ver
en casos concretos (2Sam12,1-14; Jn 8,3-11
)10.
Por lo que diríamos que la ley mosaica parte
desde un principio y es que la unión es sagrada y debe ser
respetada de las dos partes ya que es fundamental para la vida en
pareja11.
Por otra parte, en el levítico se prohíbe
expresamente la unión entre consanguíneos (Lev
18,6-17; 20,11-12.17.19-21) aunque esta ley de la exogamia se
cumple en los primeros años de la historia de Israel de
forma relativa. La legislación judía sobre el
matrimonio muestra una clara preferencia hacia la unión
entre judíos e incluso entre allegados, en beneficio de
una descendencia de la propia familia12.
1.1.2. El divorcio
Otro tema a tratar es el divorcio, tema que es marcado
en los matrimonios de hoy por falta de comprensión,
diálogo y respeto, estas tres cualidades son de suma
importancia para una vida de pareja. Aunque este tema no es algo
de hoy sino que también era muy común en la
antigüedad donde la mujer estaba subordinada a
la decisión que adoptara el marido. Por otra parte La ley
mosaica acerca del divorcio, tal como se prescribe
en el libro del Deuteronomio, que tratando de reglamentar esta
práctica que alcanzaría graves repercusiones en
prejuicio de la institución familiar y de la esposa (Gen
20,12) 13.
Teniendo en cuenta lo anterior podemos hallar en la
Sagrada Escritura un modelo de fidelidad y amor como es la
unión de Dios para con su pueblo, ya que si la vida de
pareja es llena de infidelidad genera una ruptura y dolor. El
profeta Oseas (1-3) nos presenta un paralelismo entre la
relación de Dios y su pueblo con la relación de
Oseas con su mujer que permanece infiel y prostituida con otros
hombres. El profeta Jeremías en el capítulo 2 nos
deja ver un noviazgo desde la vista de Dios, en el
capítulo 3 desde una conversación que mantiene con
Dios nos presenta el repudio de un hombre a su mujer,
preguntándole a Dios: "¿podrá
volver a él? ¿No sería como una tierra
manchada? Dios responde: Pues bien, tú has fornicado con
muchos compañeros, ¡y vas a volver a mí!
oráculo de Yahveh Alza los ojos a los calveros y mira:
¿en dónde no fuiste gozada? A la vera de los
caminos te sentabas para ellos, como el árabe en el
desierto, y manchaste la tierra con tus fornicaciones y malicia.
Se suspendieron las lloviznas de otoño, y faltó
lluvia tardía; pero tú tenías rostro de
mujer descarada, rehusaste. ¿Es que entonces mismo no me
llamabas: «Padre mío; el amigo de mi juventud eres
tú?; ¿tendrá rencor para siempre?,
¿lo guardará hasta el fin?» Ahí tienes
cómo has hablado; las maldades que hiciste las has
colmado" (Jer 3).
Como podemos ver en el texto de Jeremías, Dios
rechaza la fornicación de parte del hombre en cuanto que
lo aleja de su presencia divina. En Ezequiel 16 y 23, encontramos
casos de prostitución en las cuales Dios repugna; en el
texto de Isaías casi todo el capítulo 40 y 55 son
vistos como elemento del perdón que junto a
la fidelidad son acciones de Dios que el hombre debe cada
día imitar14.
1.1.3. Endogamia (Eros y ágape)
En este mismo orden de ideas hay textos en el AT, que
siendo significativos nos permiten ver un tema como es la
endogamia y la indisolubilidad e igualmente vemos el eros y el
ágape enriqueciendo al sacramento con toda su riqueza y
diversidad de aspectos. Por tanto, si el matrimonio cubre al
hombre en su totalidad corpórea, y el cuerpo es
necesariamente sexuado y donde la diferenciación sexual
supone la existencia del eros, se podría decir que tanto
el cuerpo, como el sexo y el eros hacen parte del mismo
sacramento, en cuanto que son signos de la
existencia indisoluble del matrimonio (Cant 1,2; 3, 1-2;
7,7-13).15
Ahora bien cabe decir que la misma teología y la
antropología dan el reconocimiento y el valor positivo del
"eros" en el hombre. Supuesta la diferenciación sexual,
"eros" es esa fuerza del hombre que arranca de la
atracción de los sexos y que nos impulsa al encuentro con
el otro, como capaz de saciar nuestra tendencia16.
Borobio D, nos plantea que el eros necesita del
ágape, es decir del amor verdadero. De un amor, sin dar
muerte al eros, sino que lo encause de sentido ofreciendo el
verdadero marco de realización. "Ágape" es don,
oblación, comunicación personal, aceptación
y solicitud no egoísta, mirada al otro sin llegar a
destruirlo, en cuanto que la pareja conformando un solo cuerpo
debe ser el uno para el otro sin ninguna restricción, es
de esta forma que nos plantea esa necesidad del ágape del
eros, ya que el eros y el ágape no están llamados
a ponerse, sino a la
complementación17.
1.1.4. La dote
Otro punto que se plantea en el AT es la dote a la
familia de la novia, en oriente esta práctica es muy
común y hoy día es todavía practicado.
Cuando los padres dan a sus hijas en matrimonio, se genera una
disminución de la eficacia ya que las hijas solteras eran
las que se entendían del ganado de sus padres (Ex. 2:16),
así por ejemplo en esta cita bíblica es visto que
los trabajos del campo y labores que sus padres le
ordenaban.
Encontramos otro texto paralelo (Dt 22:28, 29) indicando
el precio que se debía pagar al padre de la novia de una
forma apropiada, y eran cincuenta piezas de plata, si los dos se
casan, pero si el hombre llegase a pedir el divorcio
perdía automáticamente el derecho de todo lo
adquirido; en cuanto que cincuenta piezas de plata eran una suma
considerable, seguramente lo suficiente como para inducir a
más de una joven amante Israelita a gobernar sus
pasiones.18
En la Sagrada Escritura encontramos diversos casos donde
se habla de la dote como práctica muy común, de
igual modo encontramos el caso de pagar con su servicio como es
el caso de Jacob que no teniendo los recursos pagó a su
suegro con su servicio (Gen 29 ,18). Otro caso que se nos
presenta es el del rey Saúl quien requería la vida
de cien filisteos como dote y así David le asegura a Mikal
como su esposa. (1S 18, 20-27). Otras de las prácticas que
se llevaban a cabo, en cuanto la dote eran entregando
personalmente a los padres de la novia y una parte muy
mínima a la novia. Como podemos ver son prácticas
comunes en oriente y que en la Sagrada Escritura son muchos los
pasajes que dejan entrever las costumbres de los reyes, profetas
y patriarcas (Gen. 61; Jue. 1,15).
Al respecto desde un contexto civil el abogado Belluscio
Augusto Cesar afirma que la dote fuera de los regímenes
típicos explicados en su libro Manual de Derecho
de Familia, podemos encontrar que existen instituciones
especiales que no alcanzan a tener existencia independiente, sino
que van anexas a dichos regímenes. Que teniendo una
aparición en el tiempo, donde la primera de ellas es la
dote, aportando bienes de hecho por la esposa al marido, en
propiedad o en usufructo, destinado a contribuir a solventar las
cargas del hogar, donde la disolución del
régimen se restablece en valor o en especie,
equitativamente19.
Por otra parte desde un ambiente cristiano, en el NT
podríamos decir con palabras del teólogo Borobio D,
el matrimonio cristiano simboliza la historia de un amor personal
que tuvo origen en la creación, y que más adelante
alcanzando su suprema realización en Cristo llega a su
desarrollo en la escatología. Mas el matrimonio entre dos
cristianos no es un acto aislado en la historia, sino que es un
eslabón de la gran cadena de la misma historia, que
simboliza y hace presente el amor esponsal de Dios a
los hombres. 20
Es así que teniendo en cuenta el amor infinito de
Dios para con la humanidad y encontrando el punto culminante de
este amor en Cristo en su pasión, muerte y
resurrección, en el misterio pascual, es que decimos que
los hombres se casan en el Señor, ya que el matrimonio
representa una actualización de acontecimiento pascual;
así podemos ver el sentido cristiano y la importancia como
sacramento21.
Teniendo en cuenta lo que nos afirma Borobio,
podríamos resumir a continuación que el misterio de
la muerte de Cristo en la cruz, por amor, significa el eros y el
amor y la muerte matrimonial, en cuanto que en la pasión
encontramos palabras de un amor verdadero, sin condiciones,
entrega verdadera que vence al egoísmo y abre camino a la
esperanza definitiva, donde se podría decir que el amor
pascual es la auténtica gracia sacramental
del matrimonio.
Desde nuestro punto de vista las Sagradas Escrituras,
nos llevan a tener en claro que el matrimonio como una sociedad
permanente entre el hombre y la mujer, conforman una sola carne
ante los ojos de Dios, por lo tanto no puede intervenir la mano
del hombre para romperlo.
El teólogo Borobio D, afirma que el matrimonio
sin duda alguna es una de las realidades humanas más
importantes y ricas de la vida. Configurado de otra forma, ya que
siempre ha existido en todos los territorios, la forma más
atractiva de convivencia y amor. Sin embargo, no siempre se ha
estimado, valorado y apreciado indistintamente los diversos tipos
de matrimonio de la historia. Ya que en la historia y en la
cultura cristiana han legado un modelo de matrimonio
monogámico, estimado como el << espacio >>
único de relación sexual y generación, y
fundado en un compromiso indisoluble. Encontramos que este modelo
de matrimonio es puesto a diversas interpretaciones y
aplicaciones, es hoy << contestado >> por algunos
sectores y grupos. Po eso se dice que "el matrimonio
se encuentra en crisis"22.
En esta perspectiva me permito afirmar que el matrimonio
como un compromiso hecho por dos personas por amor se convierte
en una realidad terrena; muchos hombres de numerosas
épocas han asumido esta unión.
Considerándolo como un hecho natural y humano. Ya que este
simple hecho muestra qué punto se trata de una realidad
que tiene por si misma sus valores, su sentido, su consistencia.
En sí el matrimonio no necesita ninguna añadidura
de sentido religioso para tener sentido, y por eso, tanto
creyentes como increyentes se casan sin dudar del valor
de aquel acto23.
Antes de entrar en el Nuevo Testamento, tengamos en
cuenta el breve recorrido por el Antiguo Testamento donde vemos
que desde la creación, el hombre es unido y
bendecido para unirse y tener una familia, mas no es algo que el
hombre estableció hoy en día o unas
épocas anteriores, sino que es una obra magnífica
de las manos del Creador. Por lo tanto el Antiguo Testamento en
el libro del Génesis en sus primeros capítulos nos
afirma que es una unión donde el hombre abandonando su
madre y a su padre se une a una mujer y así forma una sola
carne (Gen 2, 7- 24).
Otros libros del Antiguo Testamento como el libro del
Éxodo que en el capítulo segundo, habla de un
hombre que va a la casa de Leví y toma una mujer como
esposa y da descendencia (Ex 2,1); al igual que en el libro de
Tobías encontramos la bendición matrimonial (Tob
7,9c-10.11c-17), así mismo en el capítulo siguiente
encontramos una oración que se hacía en pareja y
que permitía la unión de una vida en común
(Tob 8, 5-10).
En este mismo marco de ideas, en el libro del Cantar de
los Cantares encontramos versículos donde se alaba a Dios
por los esposos y por las esposas (Cant 2, 8- 10.14.16ª;
8,6-7a), esto permite ver que el hombre se interesa por sentir el
amor cada día más cerca y en búsqueda de ser
correspondido.
1.1.5. Nuevo Testamento
Por lo que podría decir, el matrimonio es una
institución humana que se encuentra en casi todas las
culturas y desde el Antiguo Testamento se considera
creación de Dios (Gén 1,28; 2,24) y más
tarde retomada por el mismo Jesús en el Nuevo Testamento
(Mt 19,4-6), la relación matrimonial entre marido y mujer
se convierte en una imagen de la alianza de Dios con su pueblo
(Os 1-3; 1s 54,4-8), y aunque rota esta alianza por el mismo
pueblo, Dios no deja de amarlo y permanece fiel (Jer 2,2.20; Ez
16; Is 61,10; 62,4-5), demostrando la imagen esponsal que
más tarde se refleja en Jesús con la
Iglesia.
Esta imagen esponsal pasa al Nuevo Testamento, en el que
los esposos han de ser reflejo de la relación de Cristo
con su Iglesia (Ef 5,22-32). En el Catecismo se nos presenta el
amor de Dios con que hizo toda la creación y la
explicación del sexto mandamiento donde Dios
dice: «Habéis oído que se dijo: "No
cometerás adulterio". Ya que todo el que coloca sus
ojos en una mujer deseándola, ya cometió adulterio
con ella en su corazón (Mt 5, 27- 28). Por otra
parte también se plantea que el amor de Dios vive en
sí mismo en un misterio de comunión personal de
amor.24.
Con el transcurrir de la historia la Iglesia ha expuesto
de muchos modos su interés por el matrimonio, tanto que
algunos de los Padres han intervenido en la enseñanza y
han dejado en claro desde las palabras de Jesús deducida
de los mismo evangelios y cartas paulinas que el matrimonio desde
su indisolubilidad no es una simple exposición de
principios, sino que se tienen en cuenta los
planteamientos morales dados en las comunidades de
creyentes en Jesús.25
Desde esta misma enseñanza de los Padres de la
Iglesia, encontramos al Pastor de Hermas que a mediados del siglo
II se plantea sobre el adulterio como causa de separación
conyugal. Pero aunque haya dicha separación no debe
existir la posibilidad de casarse de nuevo, mas si la persona que
cometió el adulterio se arrepiente debe reconciliarse con
su pareja26.
Otros Padres como Justino y Atenágoras condenan
el divorcio y el adulterio. Iniciando el siglo III los Padres
alejandrinos Clemente y Orígenes dicen estar en desacuerdo
acerca de un nuevo matrimonio cuando hay ruptura conyugal por
causa de un adulterio. Por esta misma época el escritor
latino Tertuliano coloca a consideración que ni el
conyugue culpable ni el inocente puede contraer
matrimonio nuevamente27.
Esto nos permite ver que en los primeros siglos,
época de los Padres de la Iglesia, se condenaba
fuertemente el adulterio, estableciendo condenas que
prohibían a las parejas que cometía
adulterio contraer nupcias, en cuanto era considerado una
unión adultera, teniendo en cuenta la indisolubilidad como
principio fundamental para la vida conyugal28.
1.1.6. La indisolubilidad
La indisolubilidad es un tema también discutido
en la teología y en los primeros siglos, donde se dice que
no es un contrato contra todo riesgo, que se hace en el momento
del matrimonio y sentir seguridad del éxito, sino que es
propiedad del matrimonio cristiano, que se realiza en nombre del
amor Divino que es infundido a los esposos y que es confirmado
por Cristo con su ejemplo y su gracia. Este amor es llamado a
fortalecerse en la adversidad, a afianzarse con el entendimiento
y la colaboración de los esposos en la realización
de sus proyectos matrimoniales y familiares, y con la ayuda de
otros matrimonios que comparten la misma fe en el
sentido sagrado del matrimonio cristiano29.
En el Nuevo Testamento también encontramos
normas, como las tablillas domésticas que permiten tener
una vida en común más llevadera como conviene en el
Señor. (Col 3,18-22), a vivir en plenitud desde un amor
que no espera nada, un amor incondicional que lo comprende todo,
lo soporta todo (1Pe 3, 1-7). Así mismo todo esto nos
permite ver que desde el ejemplo de amor de nuestro Señor
Jesucristo todo es posible, entendible y durable, en cuanto que
existe un amor incondicional.
Mas a partir de las normas o tablillas domésticas
se nos pide a que a ejemplo de Jesús desde el amor para
con la Iglesia y entregando su vida sin condición alguna,
toda pareja debe vivir cada día de la misma manera.
Así mismo la Sagrada Escritura nos permite ver la
importancia del matrimonio en la vida de Jesús, en cuanto
que su primer milagro fue en una boda y así dio comienzo a
su vida pública
(Jn 3, 1-13).
Teniendo en cuenta las tablillas domésticas, el
teólogo Bernhad. H en el libro la "Nueva alianza en
los sacramentos" nos presenta el matrimonio cristiano como
camino de salvación, nos llama a ver el matrimonio como
una verdadera bendición si vive en Cristo nuestro
Señor, ya que desde la fidelidad, el dialogo y el respeto
del uno al otro puede convertirse en un camino de
salvación30.
Por otra parte se coloca en consideración la
fuerte batalla que el cristianismo, mantiene con grandes
corrientes que presentando el matrimonio y la familia como algo
estrictamente profano, como realidades a resolver
únicamente de cara al mundo presente. Amplios sectores de
la masa, incluso entre los mismo bautizados hay muchos que
dejándose arrastrar incautamente por concepciones
laicistas que mienten el sentido del matrimonio. Ya que todo esto
no está escondido para nadie, en cuanto que todo siego
habrá podido ver la destrucción que se presentado
el santuario familiar31.
Por otra parte el evangelista San Juan, nos plantea a lo
largo de su evangelio que el amor es el eje fundamental para la
verdadera felicidad y colma con creces nuestra esperanza, en
cuanto que este fue el gran mandamiento que dejó Cristo:
amar sin medida (Jn 15, 9-12).
El apóstol San Pablo por su parte en sus cartas
nos da una lección sobre el amor cristiano y plantea que
el amor es comprensible, servicial y no tiene envidia; el amor no
presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta,
el amor no pasa nunca, ya que si amamos en Dios Él
permanece en nosotros (1Cor 13,4-8).
En esta misma carta el apóstol San Pablo nos
habla también de la permanencia por siempre de la mujer a
su marido, mas si llegase a separarse no podría volverse a
casar, pero si se reconcilia de nuevo el marido no la rechace
(1Co 7, 1- 11; 17-40); esto nos deja entrever que
hay indisolubilidad, es decir, que debe haber una
fidelidad hasta que falte una de las partes.
En otras cartas encontramos la respuesta a preguntas que
muchos de nosotros nos hacemos diariamente acerca de la
durabilidad del matrimonio y donde San Pablo nos responde; la
primera pregunta es ¿Cómo deben relacionarse los
esposos con sus esposas? (Efesios 5:25-28),
"Maridos, amad a vuestras mujeres, así como
Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí
mismo por ella. Así también los maridos deben amar
a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a
sí mismo se ama".
Como vemos no es un realidad tan sencilla. Mas el reto
es grande, pero se logra si hay amor.
La segunda pregunta es ¿Cómo debe la
esposa relacionarse con su esposo? Efesios 5:22-24,
"Las casadas estén sujetas a sus propios
maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la
mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es
su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la
iglesia está sujeta a Cristo, así también
las casadas lo estén a sus maridos en
todo".
Teniendo en cuenta lo dicho por San Pablo, el
sometimiento de la mujer a su marido lo podríamos entender
como una donación en Cristo, en cuanto que en el
matrimonio se da donación y se comprometen los dos a
respetarse y amarse hasta que una de las partes fallezcan y
lograr así una felicidad familiar.
Por otra parte encontramos al apóstol San Pedro,
afirmando que los esposos deben honrar a sus esposas, (1 Pedro
3:7), "Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente,
dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y
como coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras
oraciones no tengan estorbo".
En el Apocalipsis encontramos referencia a la boda, en
donde se habla de las bodas del Cordero (Cristo) donde hay
fidelidad y amor verdadero, e igualmente encontramos de aquellos
hombres y mujeres que elegidos por Dios han entregado
su vida al servicio de Él, que entregados en cuerpo
y alma dejan el mundo del eros y se adentran a vivir un mundo
desde lo espiritual.
1.1.7. Aspectos litúrgicos
La celebración del matrimonio es muy común
en las diversas culturas, como pudimos ver a lo largo de este
capítulo, aunque en Oriente reviste de gran solemnidad,
por medio de dos ritos, el primero es dedicado a la solemnidad
del compromiso matrimonial, conocido como <<oficio de
esponsales> >, el segundo dedicado ya a la bendición
de los esposos que tiene lugar en << el rito de la
coronación>>. Preside toda la ceremonia el
sacerdote. La bendición nupcial adquiere una
tradición oriental creciente importante, donde termina
siendo considerada elemento decisivo de la
celebración sacramental del matrimonio32
Cabe considerar que con la reforma, se genera un cambio
en la celebración del matrimonio en cuanto que se ve
simplemente ya como un encuentro de parejas y de la comunidad
cristiana con la Palabra de Dios, descubriendo así el
sentido y la riqueza del matrimonio a la luz de la fe, pero
así mismo para adquirir un favor divino33.
Más algunos teólogos enfatizan de manera
especial la función de la Iglesia en la celebración
del matrimonio, pues el origen de la salvación está
en Cristo que nos la comunica principalmente a través del
bautismo y la eucaristía. Los cristianos casados, unidos
al misterio de Cristo por el bautismo, toman conciencia de una
forma específica del vínculo de amor que une a
Cristo y a la Iglesia34.
1.1.8. Los Matrimonios Mixtos
Los matrimonios mixtos entre cristianos de diferentes
iglesias, han instaurado siempre un problema serio religioso y
humano. A lo largo de la historia, la Iglesia ha
sido persistente en la norma de no permitir más que el
matrimonio entre los bautizados. Con la
división de las iglesias, se comienza a ver un problema y
este es el de los matrimonios mixtos o interconfecionales,
contraídos entre bautizados de distinta confesión
religiosa. La Iglesia católica discurre que estos
matrimonios pueden ocasionar dificultades graves para la fe y la
armonía espiritual de los esposos, para la
educación de los hijos y para la convivencia familiar,
tanto que se considera como principio desaconsejar estos tipos de
matrimonios y tratar de prevenir las consecuencias que pueden
derivarse de ellos en el caso de que se
celebren35.
La disciplina de la Iglesia católica en
relación a los matrimonios mixtos o interconfecionales
varía según el convenio con el nivel de
comunión o dialogo que existe entre dichas iglesias
(CIC1124-1129)36.
Para finalizar esta parte bíblica cabe decir que
todo esto sería una vana ilusión si no se contara
con la ayuda que viene de lo alto: con el poder del Señor.
Bien dice el salmo 127: "Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles". La felicidad de un hogar
no puede prescindir de la presencia de Dios37.
1.2
CONCEPCIÓN ANTROPOLÓGICA
Teniendo claro que la antropología estudia al
hombre en su integridad, su entorno y la sociedad, desde una
visión teológica lo que se busca es un punto de
vista desde la revelación y las Sagradas Escrituras dando
así un concepto del hombre cristiano. Por otra parte el
matrimonio es una institución social conformando un
vínculo conyugal y donde el lazo enjuiciado por la
sociedad y dispociones jurídicas dado entre familias se
despliegan obligaciones y derechos implantados por el derecho y
la sociedad.
Desde la perspectiva que ya tenemos de la
antropología y entrando en contexto podemos ver los
estudios que se han realizados acerca del matrimonio, como el de
la Licenciada Welch Ruiz Sánchez A. en su artículo
El Sacramento del Matrimonio donde el amor divino y humano
se encuentran38. Donde se hace un estudio con la
ayuda del teólogo Borobio D, que cita en la mayor parte de
su investigación de la que tomaremos algunos
apartados.
Afirma la antropología que el matrimonio como
realidad de este mundo y querida por Dios es la obra excelente de
la creación, realidad más profunda y radicalmente
humana, paradigma de todo vínculo interpersonal,
realización eminente del existir para los demás, y
con la ayuda de la filosofía, se adentra en el misterio de
la persona, de su realización en el amor y del valor de su
corporeidad, de tal modo que se vea reflejado el querer de Dios,
justamente, que las personas procuren
encontrarse39.
Por tanto en el matrimonio la dos personas buscan la
plenitud personal y compartida, se comprometen a sí mismos
en el encuentro interpersonal abierto a otros y
dándose así su propio destino y en búsqueda
de la mutua promoción y liberación en
un proyecto común. Por tanto el concepto de persona que
subyace a una afirmación sobre el matrimonio es relevante
y lo condiciona.40
Desde la filosofía personalista se ha interesado
en recuperar el carácter relacional del concepto de
persona, por tanto sus aportes son significativos para
profundizar en los vínculos matrimoniales: "la persona es
una realidad total corpóreo-espiritual del individuo, que
se experimenta y realiza a sí misma como totalidad desde
el yo- centro de su mismidad. Es, si se prefiere, una totalidad
centralizada y abierta o relacional, en
búsqueda de
realización"41.
Las palabras del Teólogo Borobio, nos permiten
traer a colación el tema del egocentrismo, donde el hombre
se centra en sí mismo buscando su felicidad sin tener en
cuenta muchas veces la felicidad de su pareja si hay hijos deja
la responsabilidad a su pareja y desentendiéndose de todo.
Pero a si también encontramos el hombre que es capaz de
poseerse y entregarse al otro, la vida matrimonial se vuelve un
espacio donde se genera el propio desarrollo, en comunión
con las aspiraciones y necesidades del cónyuge e
igualmente el matrimonio es considerado como un lugar
privilegiado para compartir con el otro
mutuamente42.
Esto nos dejaría en claro que la vida de pareja
es fácil cuando hay un compromiso con el otro y donde hay
un amor que supone un "yo" y capaz de recibir un "tu" despojado
de egoísmos, con disposición generosa al
descubrimiento del otro, un amor que entrega todo por el
sí y construye un nosotros compartido43.
Todo esto lo reafirma el teólogo Borobio ya que
en sus escritos nos deja ver el matrimonio como una
institución donde se puede lograr una vida en común
desde una aceptación total, apertura y
disposición al otro, mas no debe presentarse una
relación de compasión o solicitud
simplemente, sino una relación donde lo esencial es la
verdad y la justicia, convirtiendo un encuentro en dialogo y
amor44.
Por otra parte desde la antropología encontramos
que desde la creación se instituyó el matrimonio
entre sexos opuestos y con el transcurrir el tiempo se ha visto
como tradición, pero hoy día es tergiversado en
cuanto que se busca una formalización de parejas del mismo
sexo.
Por consiguiente el encuentro interpersonal que se
encarna en la amistad, fraternidad, los vínculos
parentales llega a su máxima expresión, de donde se
dice que es el lugar privilegiado en la relación
matrimonial45 . Por lo tanto se llega a convertir en un paradigma
de todo ser con los demás extramatrimonial a
condición de que este cimentada en el amor, ya que en
él se llega descubrir el verdadero sentido del ser con los
demás46.
Determinado por Borobio como "la inclinación y
sentimiento especial de acogida, afirmación y
búsqueda del otro, esa comunicación con el otro que
lleva a superar la soledad; ese estar y ser solidario con el otro
que conduce a su realización", el amor es la forma notable
de relación interpersonal. Lo es porque reconoce con
justicia el valor del tú, su particularidad, ya que es
capaz de ir y brindarle la compañía a la integridad
a la que está llamado, en autonomía y para la
libertad. Por lo que podríamos decir que el amor esponsal,
ya que abarca a la persona en su integridad, es decir, en sus
dimensiones espirituales psicológicas corporales y
afectivas. De donde nos afirma Borobio sin ninguna duda alguna es
que ningún amor el hombre compromete su personalidad y
libertad como es la unión
conyugal47.
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