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Matrimonio ayer y hoy. Comunidad de vida




Enviado por Ivan Rocha



    INTRODUCCIÓN

    El matrimonio es un tema discutido hoy por los
    jóvenes y la sociedad , pero que desafortunadamente no se
    toma con seriedad, sino que solo se realiza por tener
    quizás un estatus y lograr así buenos puestos de
    trabajo cargos o reconocimientos por la sociedad.

    Pero todo esto se ha dado ya que los medios de
    comunicación muchas veces han colocado el matrimonio como
    cosa del demonio, dándole una imagen totalmente negativa y
    grotesca, sin tener en cuenta la importancia que la Iglesia pide
    a las parejas de hoy, que se entregan teniendo presente las
    gracias que se obtienen de Dios, quien llama a los esposos a
    vivir el mismo amor con que Él amó a la Iglesia y
    se entregó por ella, asumiendo y redimiendo su
    condición de pecado en el que se encontraba la
    Iglesia.

    Es por esto que decimos que por la virtud redentora de
    Cristo y la acción salvífica de la Iglesia los
    cónyuges son conducidos a Dios desde una paramnesia y
    ayuda en la sublime misión de la paternidad y la
    maternidad. En atención a lo expuesto, en este trabajo
    buscaremos dar concepción más cercana de lo que es
    realmente el matrimonio, desde una concepción
    bíblica y antropológica y los aportes de algunos
    teólogos que han investigado acerca del
    matrimonio.

    En segundo lugar, gracias a una encuesta que hemos
    realizado a la población, y valiéndonos de esos
    resultados hemos podido desarrollar el segundo capítulo
    sobre las diversas causas que no permiten al hombre de hoy vivir
    el matrimonio, seguidamente tendremos en cuenta lo expuesto por
    el Código Derecho Canónico y algunos documentos de
    la Iglesia y finalmente propondremos una catequesis mas no un
    cursillo matrimonial, sino una catequesis que le permitirá
    prepararse para toda su vida matrimonial.

    1.
    CONCEPCIÓN BÍBLICA Y ANTROPOLÓGICA DEL
    MATRIMONIO

    1.1 CONCEPCIÓN
    BÍBLICA

    En la Sagrada Escritura y en la cultura hebrea podemos
    hallar una concepción del matrimonio no muy diferente a
    otros pueblos de su alrededor como Babilonia, Egipto, Persia o
    Asiria; ya que son culturas donde la relación hombre y
    mujer procede de unos arquetipos divinos y unos relatos
    originarios mitológicos sobre la sexualidad, la
    fecundidad, el amor o el matrimonio1.

    De esta manera el matrimonio es visto en estas culturas
    como reflejo de la realidad divina. Asimismo estos pueblos
    teniendo en cuenta una serie de acciones rituales buscan atraer
    la bondad del don divino, que se manifiesta en la fecundidad por
    medio de la magia y mediante relaciones sexuales diferentes: el
    Rey con las sacerdotisas, los hombres con las prostitutas
    sagradas,…etc.2

    En este mismo contexto encontramos al teólogo
    Flórez G. quien nos afirma que la creación de la
    primera pareja es la eclosión final del proceso
    cósmico que da origen a la naturaleza y donde se da la
    coronación de una obra que no tiene finalización
    con la creación del hombre, sino que requiere
    además la conformación de la mujer y como resultado
    la unión de la pareja, llamada a amarse y
    complementarse3.

    Entre los relatos que se nos presentan en el
    Génesis, podemos ver la realidad de la pareja humana como
    muestra que radica en la misma condición unitaria del ser
    humano. La mujer forma parte del ser mismo del varón y da
    respuesta a una exigencia de ayuda y compañía
    sentida por la pareja. Ambos, el hombre y la mujer son llamados a
    la creación de una misma comunión de vida (se hacen
    una sola carne 2, 24)4.
    La unidad de la pareja humana es según el relato
    bíblico, una realidad que proviene del mismo
    origen del ser humano, como es reflejado en el hecho de que los
    nombres del varón ("ish") y de la mujer
    ("ishsa") tenga una misma raíz
    filológica.5.

    El relato (sacerdotal) del Génesis referido
    anteriormente nos permite completar la visión Yavista del
    matrimonio, ya que alude a la fecundidad de la pareja humana. Con
    fórmula estereotipada, afirma que Dios es quien
    creó al hombre en primer lugar a "imagen y semejanza macho
    y hembra los creó", bendiciéndolos después
    "sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y
    sometedla" 6

    Como vemos en el párrafo anterior en el libro del
    Génesis hay referencias y relatos acerca del matrimonio
    (Gen1, 27-28; 2,18-24), donde Dios siempre estando presente en la
    vida del ser humano lo bendice y lo llama a vivir en plenitud
    cerca de Él.

    En el Génesis 2,18-24 encontramos la
    narración de la costilla de Adán y la
    bendición que Dios dio a la primera pareja. Esta misma
    bendición el sacerdote, como representante de la divinidad
    en la tierra, derrama sobre las parejas en el matrimonio: "Creced
    y multiplicaos" (Gen1,28), dando así la gracia de la
    fecundidad. Encontramos también dos principios que el
    hombre debe tener en cuenta para su vida en pareja:
    la especial igualdad y solidaridad, compañía
    ideal del hombre y la mujer, y la idea de
    fecundidad, de procreación, como una bendición de
    Dios7.

    En un estudio más atento de la Sagrada Escritura,
    encontramos un texto notable del Antiguo Testamento, es el Cantar
    de los cantares, poema erótico del amor humano entre el
    hombre (el amado) y la mujer (la amada), que aunque no mencione
    el nombre de Dios, se consideró como un libro inspirado de
    la Biblia. El amor humano aparece como algo hermoso y bueno,
    más fuerte que la muerte (Ct 8,6-7). Por esto
    mismo, los profetas de Israel utilizan el símbolo del amor
    humano entre esposo y esposa para expresar el amor de Dios a su
    pueblo. Oseas (Os 1- 3), Jeremías (Jr 3; 31),
    Ezequiel (Ez 16; 26), Isaías (Is 40-55) hablan de la
    alianza de Yahvé con su pueblo y de las infidelidades de
    éste para con su Dios, en términos de amor
    conyugal. Dios es un esposo siempre fiel, frente a Israel, esposa
    adúltera e infiel, que ha corrido detrás de otros
    dioses. El libro de Tobías resume las enseñanzas
    del Génesis y de los profetas y nos ofrece la fe de Israel
    sobre el matrimonio8.

    1.1.1. Poligamia

    Otro punto a tratar en el Génesis es la
    poligamia, donde el hombre teniendo dos o más esposas
    mantiene una convivencia, el fin de esta práctica es la
    supervivencia, por la gran mortalidad que existía (Gen
    4,19; 29,14-30), también en 2 Samuel encontramos la
    convivencia de varias mujeres con el rey David (2 Sam
    11).

    Desde este breve análisis literal de la Sagrada
    Escritura podríamos señalar que este tema tiene
    origen en la época de los patriarcas, en tiempos de
    Abraham y Jacob y donde este tema fue vinculado con
    el concubinato, ya que manteniendo relaciones con
    otras mujeres, esclavas, donde no existía la
    intención de tener más mujeres sino de tener
    más hijos y así adquirir más gracias de Dios
    (Gen16, 1-3; 29,9-18; 2, 23-24).

    Al igual vemos que desde una legislación
    judía y desde una moral sobre el matrimonio se resalta que
    la mujer debe ser fiel a su marido. En el Deuteronomio se
    señala el castigo de muerte que se da para aquella mujer
    que cometía adulterio y al hombre cómplice (Ex
    20,14-17)9. Mas la aplicación
    de la ley depende de las circunstancias que se podía ver
    en casos concretos (2Sam12,1-14; Jn 8,3-11
    )10.

    Por lo que diríamos que la ley mosaica parte
    desde un principio y es que la unión es sagrada y debe ser
    respetada de las dos partes ya que es fundamental para la vida en
    pareja11.

    Por otra parte, en el levítico se prohíbe
    expresamente la unión entre consanguíneos (Lev
    18,6-17; 20,11-12.17.19-21) aunque esta ley de la exogamia se
    cumple en los primeros años de la historia de Israel de
    forma relativa. La legislación judía sobre el
    matrimonio muestra una clara preferencia hacia la unión
    entre judíos e incluso entre allegados, en beneficio de
    una descendencia de la propia familia12.

    1.1.2. El divorcio

    Otro tema a tratar es el divorcio, tema que es marcado
    en los matrimonios de hoy por falta de comprensión,
    diálogo y respeto, estas tres cualidades son de suma
    importancia para una vida de pareja. Aunque este tema no es algo
    de hoy sino que también era muy común en la
    antigüedad donde la mujer estaba subordinada a
    la decisión que adoptara el marido. Por otra parte La ley
    mosaica acerca del divorcio, tal como se prescribe
    en el libro del Deuteronomio, que tratando de reglamentar esta
    práctica que alcanzaría graves repercusiones en
    prejuicio de la institución familiar y de la esposa (Gen
    20,12) 13.

    Teniendo en cuenta lo anterior podemos hallar en la
    Sagrada Escritura un modelo de fidelidad y amor como es la
    unión de Dios para con su pueblo, ya que si la vida de
    pareja es llena de infidelidad genera una ruptura y dolor. El
    profeta Oseas (1-3) nos presenta un paralelismo entre la
    relación de Dios y su pueblo con la relación de
    Oseas con su mujer que permanece infiel y prostituida con otros
    hombres. El profeta Jeremías en el capítulo 2 nos
    deja ver un noviazgo desde la vista de Dios, en el
    capítulo 3 desde una conversación que mantiene con
    Dios nos presenta el repudio de un hombre a su mujer,
    preguntándole a Dios: "¿podrá
    volver a él? ¿No sería como una tierra
    manchada? Dios responde: Pues bien, tú has fornicado con
    muchos compañeros, ¡y vas a volver a mí!
    oráculo de Yahveh Alza los ojos a los calveros y mira:
    ¿en dónde no fuiste gozada? A la vera de los
    caminos te sentabas para ellos, como el árabe en el
    desierto, y manchaste la tierra con tus fornicaciones y malicia.
    Se suspendieron las lloviznas de otoño, y faltó
    lluvia tardía; pero tú tenías rostro de
    mujer descarada, rehusaste. ¿Es que entonces mismo no me
    llamabas: «Padre mío; el amigo de mi juventud eres
    tú?; ¿tendrá rencor para siempre?,
    ¿lo guardará hasta el fin?» Ahí tienes
    cómo has hablado; las maldades que hiciste las has
    colmado" (Jer 3).

    Como podemos ver en el texto de Jeremías, Dios
    rechaza la fornicación de parte del hombre en cuanto que
    lo aleja de su presencia divina. En Ezequiel 16 y 23, encontramos
    casos de prostitución en las cuales Dios repugna; en el
    texto de Isaías casi todo el capítulo 40 y 55 son
    vistos como elemento del perdón que junto a
    la fidelidad son acciones de Dios que el hombre debe cada
    día imitar14.

    1.1.3. Endogamia (Eros y ágape)

    En este mismo orden de ideas hay textos en el AT, que
    siendo significativos nos permiten ver un tema como es la
    endogamia y la indisolubilidad e igualmente vemos el eros y el
    ágape enriqueciendo al sacramento con toda su riqueza y
    diversidad de aspectos. Por tanto, si el matrimonio cubre al
    hombre en su totalidad corpórea, y el cuerpo es
    necesariamente sexuado y donde la diferenciación sexual
    supone la existencia del eros, se podría decir que tanto
    el cuerpo, como el sexo y el eros hacen parte del mismo
    sacramento, en cuanto que son signos de la
    existencia indisoluble del matrimonio (Cant 1,2; 3, 1-2;
    7,7-13).15

    Ahora bien cabe decir que la misma teología y la
    antropología dan el reconocimiento y el valor positivo del
    "eros" en el hombre. Supuesta la diferenciación sexual,
    "eros" es esa fuerza del hombre que arranca de la
    atracción de los sexos y que nos impulsa al encuentro con
    el otro, como capaz de saciar nuestra tendencia16.

    Borobio D, nos plantea que el eros necesita del
    ágape, es decir del amor verdadero. De un amor, sin dar
    muerte al eros, sino que lo encause de sentido ofreciendo el
    verdadero marco de realización. "Ágape" es don,
    oblación, comunicación personal, aceptación
    y solicitud no egoísta, mirada al otro sin llegar a
    destruirlo, en cuanto que la pareja conformando un solo cuerpo
    debe ser el uno para el otro sin ninguna restricción, es
    de esta forma que nos plantea esa necesidad del ágape del
    eros, ya que el eros y el ágape no están llamados
    a ponerse, sino a la
    complementación17.

    1.1.4. La dote

    Otro punto que se plantea en el AT es la dote a la
    familia de la novia, en oriente esta práctica es muy
    común y hoy día es todavía practicado.
    Cuando los padres dan a sus hijas en matrimonio, se genera una
    disminución de la eficacia ya que las hijas solteras eran
    las que se entendían del ganado de sus padres (Ex. 2:16),
    así por ejemplo en esta cita bíblica es visto que
    los trabajos del campo y labores que sus padres le
    ordenaban.

    Encontramos otro texto paralelo (Dt 22:28, 29) indicando
    el precio que se debía pagar al padre de la novia de una
    forma apropiada, y eran cincuenta piezas de plata, si los dos se
    casan, pero si el hombre llegase a pedir el divorcio
    perdía automáticamente el derecho de todo lo
    adquirido; en cuanto que cincuenta piezas de plata eran una suma
    considerable, seguramente lo suficiente como para inducir a
    más de una joven amante Israelita a gobernar sus
    pasiones.18

    En la Sagrada Escritura encontramos diversos casos donde
    se habla de la dote como práctica muy común, de
    igual modo encontramos el caso de pagar con su servicio como es
    el caso de Jacob que no teniendo los recursos pagó a su
    suegro con su servicio (Gen 29 ,18). Otro caso que se nos
    presenta es el del rey Saúl quien requería la vida
    de cien filisteos como dote y así David le asegura a Mikal
    como su esposa. (1S 18, 20-27). Otras de las prácticas que
    se llevaban a cabo, en cuanto la dote eran entregando
    personalmente a los padres de la novia y una parte muy
    mínima a la novia. Como podemos ver son prácticas
    comunes en oriente y que en la Sagrada Escritura son muchos los
    pasajes que dejan entrever las costumbres de los reyes, profetas
    y patriarcas (Gen. 61; Jue. 1,15).

    Al respecto desde un contexto civil el abogado Belluscio
    Augusto Cesar afirma que la dote fuera de los regímenes
    típicos explicados en su libro Manual de Derecho
    de Familia, podemos encontrar que existen instituciones
    especiales que no alcanzan a tener existencia independiente, sino
    que van anexas a dichos regímenes. Que teniendo una
    aparición en el tiempo, donde la primera de ellas es la
    dote, aportando bienes de hecho por la esposa al marido, en
    propiedad o en usufructo, destinado a contribuir a solventar las
    cargas del hogar, donde la disolución del
    régimen se restablece en valor o en especie,
    equitativamente19.

    Por otra parte desde un ambiente cristiano, en el NT
    podríamos decir con palabras del teólogo Borobio D,
    el matrimonio cristiano simboliza la historia de un amor personal
    que tuvo origen en la creación, y que más adelante
    alcanzando su suprema realización en Cristo llega a su
    desarrollo en la escatología. Mas el matrimonio entre dos
    cristianos no es un acto aislado en la historia, sino que es un
    eslabón de la gran cadena de la misma historia, que
    simboliza y hace presente el amor esponsal de Dios a
    los hombres. 20

    Es así que teniendo en cuenta el amor infinito de
    Dios para con la humanidad y encontrando el punto culminante de
    este amor en Cristo en su pasión, muerte y
    resurrección, en el misterio pascual, es que decimos que
    los hombres se casan en el Señor, ya que el matrimonio
    representa una actualización de acontecimiento pascual;
    así podemos ver el sentido cristiano y la importancia como
    sacramento21.

    Teniendo en cuenta lo que nos afirma Borobio,
    podríamos resumir a continuación que el misterio de
    la muerte de Cristo en la cruz, por amor, significa el eros y el
    amor y la muerte matrimonial, en cuanto que en la pasión
    encontramos palabras de un amor verdadero, sin condiciones,
    entrega verdadera que vence al egoísmo y abre camino a la
    esperanza definitiva, donde se podría decir que el amor
    pascual es la auténtica gracia sacramental
    del matrimonio.

    Desde nuestro punto de vista las Sagradas Escrituras,
    nos llevan a tener en claro que el matrimonio como una sociedad
    permanente entre el hombre y la mujer, conforman una sola carne
    ante los ojos de Dios, por lo tanto no puede intervenir la mano
    del hombre para romperlo.

    El teólogo Borobio D, afirma que el matrimonio
    sin duda alguna es una de las realidades humanas más
    importantes y ricas de la vida. Configurado de otra forma, ya que
    siempre ha existido en todos los territorios, la forma más
    atractiva de convivencia y amor. Sin embargo, no siempre se ha
    estimado, valorado y apreciado indistintamente los diversos tipos
    de matrimonio de la historia. Ya que en la historia y en la
    cultura cristiana han legado un modelo de matrimonio
    monogámico, estimado como el << espacio >>
    único de relación sexual y generación, y
    fundado en un compromiso indisoluble. Encontramos que este modelo
    de matrimonio es puesto a diversas interpretaciones y
    aplicaciones, es hoy << contestado >> por algunos
    sectores y grupos. Po eso se dice que "el matrimonio
    se encuentra en crisis"22.

    En esta perspectiva me permito afirmar que el matrimonio
    como un compromiso hecho por dos personas por amor se convierte
    en una realidad terrena; muchos hombres de numerosas
    épocas han asumido esta unión.
    Considerándolo como un hecho natural y humano. Ya que este
    simple hecho muestra qué punto se trata de una realidad
    que tiene por si misma sus valores, su sentido, su consistencia.
    En sí el matrimonio no necesita ninguna añadidura
    de sentido religioso para tener sentido, y por eso, tanto
    creyentes como increyentes se casan sin dudar del valor
    de aquel acto23.

    Antes de entrar en el Nuevo Testamento, tengamos en
    cuenta el breve recorrido por el Antiguo Testamento donde vemos
    que desde la creación, el hombre es unido y
    bendecido para unirse y tener una familia, mas no es algo que el
    hombre estableció hoy en día o unas
    épocas anteriores, sino que es una obra magnífica
    de las manos del Creador. Por lo tanto el Antiguo Testamento en
    el libro del Génesis en sus primeros capítulos nos
    afirma que es una unión donde el hombre abandonando su
    madre y a su padre se une a una mujer y así forma una sola
    carne (Gen 2, 7- 24).

    Otros libros del Antiguo Testamento como el libro del
    Éxodo que en el capítulo segundo, habla de un
    hombre que va a la casa de Leví y toma una mujer como
    esposa y da descendencia (Ex 2,1); al igual que en el libro de
    Tobías encontramos la bendición matrimonial (Tob
    7,9c-10.11c-17), así mismo en el capítulo siguiente
    encontramos una oración que se hacía en pareja y
    que permitía la unión de una vida en común
    (Tob 8, 5-10).

    En este mismo marco de ideas, en el libro del Cantar de
    los Cantares encontramos versículos donde se alaba a Dios
    por los esposos y por las esposas (Cant 2, 8- 10.14.16ª;
    8,6-7a), esto permite ver que el hombre se interesa por sentir el
    amor cada día más cerca y en búsqueda de ser
    correspondido.

    1.1.5. Nuevo Testamento

    Por lo que podría decir, el matrimonio es una
    institución humana que se encuentra en casi todas las
    culturas y desde el Antiguo Testamento se considera
    creación de Dios (Gén 1,28; 2,24) y más
    tarde retomada por el mismo Jesús en el Nuevo Testamento
    (Mt 19,4-6), la relación matrimonial entre marido y mujer
    se convierte en una imagen de la alianza de Dios con su pueblo
    (Os 1-3; 1s 54,4-8), y aunque rota esta alianza por el mismo
    pueblo, Dios no deja de amarlo y permanece fiel (Jer 2,2.20; Ez
    16; Is 61,10; 62,4-5), demostrando la imagen esponsal que
    más tarde se refleja en Jesús con la
    Iglesia.

    Esta imagen esponsal pasa al Nuevo Testamento, en el que
    los esposos han de ser reflejo de la relación de Cristo
    con su Iglesia (Ef 5,22-32). En el Catecismo se nos presenta el
    amor de Dios con que hizo toda la creación y la
    explicación del sexto mandamiento donde Dios
    dice: «Habéis oído que se dijo: "No
    cometerás adulterio".
    Ya que todo el que coloca sus
    ojos en una mujer deseándola, ya cometió adulterio
    con ella en su corazón (Mt 5, 27- 28). Por otra
    parte también se plantea que el amor de Dios vive en
    sí mismo en un misterio de comunión personal de
    amor.24.

    Con el transcurrir de la historia la Iglesia ha expuesto
    de muchos modos su interés por el matrimonio, tanto que
    algunos de los Padres han intervenido en la enseñanza y
    han dejado en claro desde las palabras de Jesús deducida
    de los mismo evangelios y cartas paulinas que el matrimonio desde
    su indisolubilidad no es una simple exposición de
    principios, sino que se tienen en cuenta los
    planteamientos morales dados en las comunidades de
    creyentes en Jesús.25

    Desde esta misma enseñanza de los Padres de la
    Iglesia, encontramos al Pastor de Hermas que a mediados del siglo
    II se plantea sobre el adulterio como causa de separación
    conyugal. Pero aunque haya dicha separación no debe
    existir la posibilidad de casarse de nuevo, mas si la persona que
    cometió el adulterio se arrepiente debe reconciliarse con
    su pareja26.

    Otros Padres como Justino y Atenágoras condenan
    el divorcio y el adulterio. Iniciando el siglo III los Padres
    alejandrinos Clemente y Orígenes dicen estar en desacuerdo
    acerca de un nuevo matrimonio cuando hay ruptura conyugal por
    causa de un adulterio. Por esta misma época el escritor
    latino Tertuliano coloca a consideración que ni el
    conyugue culpable ni el inocente puede contraer
    matrimonio nuevamente27.

    Esto nos permite ver que en los primeros siglos,
    época de los Padres de la Iglesia, se condenaba
    fuertemente el adulterio, estableciendo condenas que
    prohibían a las parejas que cometía
    adulterio contraer nupcias, en cuanto era considerado una
    unión adultera, teniendo en cuenta la indisolubilidad como
    principio fundamental para la vida conyugal28.

    1.1.6. La indisolubilidad

    La indisolubilidad es un tema también discutido
    en la teología y en los primeros siglos, donde se dice que
    no es un contrato contra todo riesgo, que se hace en el momento
    del matrimonio y sentir seguridad del éxito, sino que es
    propiedad del matrimonio cristiano, que se realiza en nombre del
    amor Divino que es infundido a los esposos y que es confirmado
    por Cristo con su ejemplo y su gracia. Este amor es llamado a
    fortalecerse en la adversidad, a afianzarse con el entendimiento
    y la colaboración de los esposos en la realización
    de sus proyectos matrimoniales y familiares, y con la ayuda de
    otros matrimonios que comparten la misma fe en el
    sentido sagrado del matrimonio cristiano29.

    En el Nuevo Testamento también encontramos
    normas, como las tablillas domésticas que permiten tener
    una vida en común más llevadera como conviene en el
    Señor. (Col 3,18-22), a vivir en plenitud desde un amor
    que no espera nada, un amor incondicional que lo comprende todo,
    lo soporta todo (1Pe 3, 1-7). Así mismo todo esto nos
    permite ver que desde el ejemplo de amor de nuestro Señor
    Jesucristo todo es posible, entendible y durable, en cuanto que
    existe un amor incondicional.

    Mas a partir de las normas o tablillas domésticas
    se nos pide a que a ejemplo de Jesús desde el amor para
    con la Iglesia y entregando su vida sin condición alguna,
    toda pareja debe vivir cada día de la misma manera.
    Así mismo la Sagrada Escritura nos permite ver la
    importancia del matrimonio en la vida de Jesús, en cuanto
    que su primer milagro fue en una boda y así dio comienzo a
    su vida pública

    (Jn 3, 1-13).

    Teniendo en cuenta las tablillas domésticas, el
    teólogo Bernhad. H en el libro la "Nueva alianza en
    los sacramentos"
    nos presenta el matrimonio cristiano como
    camino de salvación, nos llama a ver el matrimonio como
    una verdadera bendición si vive en Cristo nuestro
    Señor, ya que desde la fidelidad, el dialogo y el respeto
    del uno al otro puede convertirse en un camino de
    salvación30.

    Por otra parte se coloca en consideración la
    fuerte batalla que el cristianismo, mantiene con grandes
    corrientes que presentando el matrimonio y la familia como algo
    estrictamente profano, como realidades a resolver
    únicamente de cara al mundo presente. Amplios sectores de
    la masa, incluso entre los mismo bautizados hay muchos que
    dejándose arrastrar incautamente por concepciones
    laicistas que mienten el sentido del matrimonio. Ya que todo esto
    no está escondido para nadie, en cuanto que todo siego
    habrá podido ver la destrucción que se presentado
    el santuario familiar31.

    Por otra parte el evangelista San Juan, nos plantea a lo
    largo de su evangelio que el amor es el eje fundamental para la
    verdadera felicidad y colma con creces nuestra esperanza, en
    cuanto que este fue el gran mandamiento que dejó Cristo:
    amar sin medida (Jn 15, 9-12).

    El apóstol San Pablo por su parte en sus cartas
    nos da una lección sobre el amor cristiano y plantea que
    el amor es comprensible, servicial y no tiene envidia; el amor no
    presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta,
    el amor no pasa nunca, ya que si amamos en Dios Él
    permanece en nosotros (1Cor 13,4-8).

    En esta misma carta el apóstol San Pablo nos
    habla también de la permanencia por siempre de la mujer a
    su marido, mas si llegase a separarse no podría volverse a
    casar, pero si se reconcilia de nuevo el marido no la rechace
    (1Co 7, 1- 11; 17-40); esto nos deja entrever que
    hay indisolubilidad, es decir, que debe haber una
    fidelidad hasta que falte una de las partes.

    En otras cartas encontramos la respuesta a preguntas que
    muchos de nosotros nos hacemos diariamente acerca de la
    durabilidad del matrimonio y donde San Pablo nos responde; la
    primera pregunta es ¿Cómo deben relacionarse los
    esposos con sus esposas? (Efesios 5:25-28),

    "Maridos, amad a vuestras mujeres, así como
    Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí
    mismo por ella. Así también los maridos deben amar
    a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a
    sí mismo se ama".

    Como vemos no es un realidad tan sencilla. Mas el reto
    es grande, pero se logra si hay amor.

    La segunda pregunta es ¿Cómo debe la
    esposa relacionarse con su esposo? Efesios 5:22-24,

    "Las casadas estén sujetas a sus propios
    maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la
    mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es
    su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la
    iglesia está sujeta a Cristo, así también
    las casadas lo estén a sus maridos en
    todo
    ".

    Teniendo en cuenta lo dicho por San Pablo, el
    sometimiento de la mujer a su marido lo podríamos entender
    como una donación en Cristo, en cuanto que en el
    matrimonio se da donación y se comprometen los dos a
    respetarse y amarse hasta que una de las partes fallezcan y
    lograr así una felicidad familiar.

    Por otra parte encontramos al apóstol San Pedro,
    afirmando que los esposos deben honrar a sus esposas, (1 Pedro
    3:7), "Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente,
    dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y
    como coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras
    oraciones no tengan estorbo".

    En el Apocalipsis encontramos referencia a la boda, en
    donde se habla de las bodas del Cordero (Cristo) donde hay
    fidelidad y amor verdadero, e igualmente encontramos de aquellos
    hombres y mujeres que elegidos por Dios han entregado
    su vida al servicio de Él, que entregados en cuerpo
    y alma dejan el mundo del eros y se adentran a vivir un mundo
    desde lo espiritual.

    1.1.7. Aspectos litúrgicos

    La celebración del matrimonio es muy común
    en las diversas culturas, como pudimos ver a lo largo de este
    capítulo, aunque en Oriente reviste de gran solemnidad,
    por medio de dos ritos, el primero es dedicado a la solemnidad
    del compromiso matrimonial, conocido como <<oficio de
    esponsales> >, el segundo dedicado ya a la bendición
    de los esposos que tiene lugar en << el rito de la
    coronación>>. Preside toda la ceremonia el
    sacerdote. La bendición nupcial adquiere una
    tradición oriental creciente importante, donde termina
    siendo considerada elemento decisivo de la
    celebración sacramental del matrimonio32

    Cabe considerar que con la reforma, se genera un cambio
    en la celebración del matrimonio en cuanto que se ve
    simplemente ya como un encuentro de parejas y de la comunidad
    cristiana con la Palabra de Dios, descubriendo así el
    sentido y la riqueza del matrimonio a la luz de la fe, pero
    así mismo para adquirir un favor divino33.

    Más algunos teólogos enfatizan de manera
    especial la función de la Iglesia en la celebración
    del matrimonio, pues el origen de la salvación está
    en Cristo que nos la comunica principalmente a través del
    bautismo y la eucaristía. Los cristianos casados, unidos
    al misterio de Cristo por el bautismo, toman conciencia de una
    forma específica del vínculo de amor que une a
    Cristo y a la Iglesia34.

    1.1.8. Los Matrimonios Mixtos

    Los matrimonios mixtos entre cristianos de diferentes
    iglesias, han instaurado siempre un problema serio religioso y
    humano. A lo largo de la historia, la Iglesia ha
    sido persistente en la norma de no permitir más que el
    matrimonio entre los bautizados. Con la
    división de las iglesias, se comienza a ver un problema y
    este es el de los matrimonios mixtos o interconfecionales,
    contraídos entre bautizados de distinta confesión
    religiosa. La Iglesia católica discurre que estos
    matrimonios pueden ocasionar dificultades graves para la fe y la
    armonía espiritual de los esposos, para la
    educación de los hijos y para la convivencia familiar,
    tanto que se considera como principio desaconsejar estos tipos de
    matrimonios y tratar de prevenir las consecuencias que pueden
    derivarse de ellos en el caso de que se
    celebren35.

    La disciplina de la Iglesia católica en
    relación a los matrimonios mixtos o interconfecionales
    varía según el convenio con el nivel de
    comunión o dialogo que existe entre dichas iglesias
    (CIC1124-1129)36.

    Para finalizar esta parte bíblica cabe decir que
    todo esto sería una vana ilusión si no se contara
    con la ayuda que viene de lo alto: con el poder del Señor.
    Bien dice el salmo 127: "Si el Señor no construye la casa,
    en vano se cansan los albañiles". La felicidad de un hogar
    no puede prescindir de la presencia de Dios37.

    1.2
    CONCEPCIÓN ANTROPOLÓGICA

    Teniendo claro que la antropología estudia al
    hombre en su integridad, su entorno y la sociedad, desde una
    visión teológica lo que se busca es un punto de
    vista desde la revelación y las Sagradas Escrituras dando
    así un concepto del hombre cristiano. Por otra parte el
    matrimonio es una institución social conformando un
    vínculo conyugal y donde el lazo enjuiciado por la
    sociedad y dispociones jurídicas dado entre familias se
    despliegan obligaciones y derechos implantados por el derecho y
    la sociedad.

    Desde la perspectiva que ya tenemos de la
    antropología y entrando en contexto podemos ver los
    estudios que se han realizados acerca del matrimonio, como el de
    la Licenciada Welch Ruiz Sánchez A. en su artículo
    El Sacramento del Matrimonio donde el amor divino y humano
    se
    encuentran38. Donde se hace un estudio con la
    ayuda del teólogo Borobio D, que cita en la mayor parte de
    su investigación de la que tomaremos algunos
    apartados.

    Afirma la antropología que el matrimonio como
    realidad de este mundo y querida por Dios es la obra excelente de
    la creación, realidad más profunda y radicalmente
    humana, paradigma de todo vínculo interpersonal,
    realización eminente del existir para los demás, y
    con la ayuda de la filosofía, se adentra en el misterio de
    la persona, de su realización en el amor y del valor de su
    corporeidad, de tal modo que se vea reflejado el querer de Dios,
    justamente, que las personas procuren
    encontrarse39.

    Por tanto en el matrimonio la dos personas buscan la
    plenitud personal y compartida, se comprometen a sí mismos
    en el encuentro interpersonal abierto a otros y
    dándose así su propio destino y en búsqueda
    de la mutua promoción y liberación en
    un proyecto común. Por tanto el concepto de persona que
    subyace a una afirmación sobre el matrimonio es relevante
    y lo condiciona.40

    Desde la filosofía personalista se ha interesado
    en recuperar el carácter relacional del concepto de
    persona, por tanto sus aportes son significativos para
    profundizar en los vínculos matrimoniales: "la persona es
    una realidad total corpóreo-espiritual del individuo, que
    se experimenta y realiza a sí misma como totalidad desde
    el yo- centro de su mismidad. Es, si se prefiere, una totalidad
    centralizada y abierta o relacional, en
    búsqueda de
    realización"41.

    Las palabras del Teólogo Borobio, nos permiten
    traer a colación el tema del egocentrismo, donde el hombre
    se centra en sí mismo buscando su felicidad sin tener en
    cuenta muchas veces la felicidad de su pareja si hay hijos deja
    la responsabilidad a su pareja y desentendiéndose de todo.
    Pero a si también encontramos el hombre que es capaz de
    poseerse y entregarse al otro, la vida matrimonial se vuelve un
    espacio donde se genera el propio desarrollo, en comunión
    con las aspiraciones y necesidades del cónyuge e
    igualmente el matrimonio es considerado como un lugar
    privilegiado para compartir con el otro
    mutuamente42.

    Esto nos dejaría en claro que la vida de pareja
    es fácil cuando hay un compromiso con el otro y donde hay
    un amor que supone un "yo" y capaz de recibir un "tu" despojado
    de egoísmos, con disposición generosa al
    descubrimiento del otro, un amor que entrega todo por el
    sí y construye un nosotros compartido43.

    Todo esto lo reafirma el teólogo Borobio ya que
    en sus escritos nos deja ver el matrimonio como una
    institución donde se puede lograr una vida en común
    desde una aceptación total, apertura y
    disposición al otro, mas no debe presentarse una
    relación de compasión o solicitud
    simplemente, sino una relación donde lo esencial es la
    verdad y la justicia, convirtiendo un encuentro en dialogo y
    amor44.

    Por otra parte desde la antropología encontramos
    que desde la creación se instituyó el matrimonio
    entre sexos opuestos y con el transcurrir el tiempo se ha visto
    como tradición, pero hoy día es tergiversado en
    cuanto que se busca una formalización de parejas del mismo
    sexo.

    Por consiguiente el encuentro interpersonal que se
    encarna en la amistad, fraternidad, los vínculos
    parentales llega a su máxima expresión, de donde se
    dice que es el lugar privilegiado en la relación
    matrimonial45 . Por lo tanto se llega a convertir en un paradigma
    de todo ser con los demás extramatrimonial a
    condición de que este cimentada en el amor, ya que en
    él se llega descubrir el verdadero sentido del ser con los
    demás46.

    Determinado por Borobio como "la inclinación y
    sentimiento especial de acogida, afirmación y
    búsqueda del otro, esa comunicación con el otro que
    lleva a superar la soledad; ese estar y ser solidario con el otro
    que conduce a su realización", el amor es la forma notable
    de relación interpersonal. Lo es porque reconoce con
    justicia el valor del tú, su particularidad, ya que es
    capaz de ir y brindarle la compañía a la integridad
    a la que está llamado, en autonomía y para la
    libertad. Por lo que podríamos decir que el amor esponsal,
    ya que abarca a la persona en su integridad, es decir, en sus
    dimensiones espirituales psicológicas corporales y
    afectivas. De donde nos afirma Borobio sin ninguna duda alguna es
    que ningún amor el hombre compromete su personalidad y
    libertad como es la unión
    conyugal47.

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