Monografias.com > Educación
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Nueva ley universitaria, y profesores mayores de 70 años (Perú)




Enviado por Eudoxio Peñaranda



Partes: 1, 2

  1. Una escuela para la
    vida
  2. La
    libertad
  3. El
    trabajo
  4. Una escuela
    alegre
  5. Por qué las
    normas
  6. Competencia contra
    competitividad
  7. ¿Cómo?
  8. Participación de la
    comunidad
  9. Una actitud hacia
    la vida

  • 10.¿Por
    qué?

  • Capítulo
    I. Una
    escuela para la vida

    La ESCUELA ACTIVA es la escuela de la
    acción. Por eso es activa. La acción es vida. Es
    pues la vida el insumo por excelencia que sustenta nuestro
    trabajo educativo. Así lo enunciamos a partir de nuestra
    certidumbre de que, respecto del aprendizaje informativo, no lo
    hay más completo que aquél en el que el alumno es
    sujeto activo, y respecto de lo formativo el propio alumno vive y
    actúa conforme a valores universales irrenunciables, de
    cuya operancia y permanencia él mismo es depositario y
    guardián. Afirmamos pues que la ESCUELA ACTIVA aspira a
    una educación integradora de todas las facultades humanas,
    en la que la vida del educando es tanto el instrumento que educa
    como el objetivo educativo.

    Monografias.com
    Entendemos como aprendizaje integral el que resulta de
    vivir aquello que se aprende por encima de aquel en el que el
    maestro predica y el alumno es oyente pasivo. Para este efecto,
    la escuela debe constituirse en un núcleo social con vida
    propia, en donde el niño es el actor principal de su
    proceso educativo. Y enfatizamos: el objetivo final de la ESCUELA
    ACTIVA es educar, lo cual es mucho más que instruir,
    informar y hasta domesticar. Y entendemos por educación el
    acto de amor -no de lucro- que deviene la acción
    transformadora hacia estadios humanos superiores.

    Por ser este proyecto tan ambicioso respecto de sus
    métodos, técnicas, objetivos e ideología,
    hemos de concluir que la ESCUELA ACTIVA es, sobre todas las
    cosas, una actitud ante la vida.

    Postulamos que la educación no es -nunca
    debería de ser- aquella que cumple con informarnos sobre
    las cosas, sino la que nos acerca y nos pone en armonía
    con ellas investigándolas, conociéndolas,
    distinguiéndolas, discriminándolas. Para que esa
    necesaria armonía se manifieste, es necesario acercar al
    educando a la naturaleza de todas las cosas y las ideas, lo cual
    se consigue propiciando la investigación, el
    espíritu inquisitivo, la exposición y la
    crítica. Permitir que el niño conozca y se
    identifique con el mundo que lo circunda, estimulando el
    surgimiento y la manifestación de la vida que vive en
    él, es el principio y uno de los objetivos fundamentales
    de la educación activa. Puede afirmarse, consecuentemente,
    que la ESCUELA ACTIVA educa para la vida por medio de la
    vida.

    Las implicaciones sociales y familiares que ello supone
    suelen ser trascendentales. El hecho simple de aprender para
    vivir y para elegir una vida, en lugar de aprender para convertir
    la mente en una gaveta inerte de datos memorísticos, casi
    siempre inútiles e innecesarios, es lo que constituye la
    diferencia entre esta escuela y las escuelas tradicionales-
    convencionales. Y, por cuanto esto implica el advenimiento de
    toda una conducta ante la vida, en vez de la preservación
    de un mero sistema deshumanizado y dogmático -a menudo en
    franca contraposición con lo establecido en el medio
    familiar- es preciso adquirir conciencia de que este advenimiento
    implica una valiente y honesta reconsideración de muchos
    de los presuntos valores, costumbres y tradiciones sociales y
    familiares que son comunes.

    Monografias.com Pueden
    mencionarse, entre otros, el respeto a la personalidad del
    niño, el derecho a su determinación, el
    reconocimiento a su derecho a la libertad racional y constructiva
    y, muy especialmente, la conciencia inequívoca de que el
    niño no es ni debería ser jamás un adulto
    minimizado, sino una criatura profundamente sensible,
    infinitamente matizada e incomparablemente abierta a la
    creatividad, a la investigación, a la curiosidad, a la
    movilidad, a la fantasía y también -¿por
    qué no?- a las formas naturales de rebeldía contra
    aquello que lo lesione, subestime o destruya su
    naturaleza.

    Capítulo
    II. La libertad

    La ESCUELA ACTIVA tiene como norma invariable el respeto
    a la personalidad del niño. He aquí una especie de
    revelación : ¡El niño tiene personalidad! El
    niño no es una copia accidental de los adultos, pero
    sí puede ser, como tantas veces es, la copia inconsciente
    o el renuevo consciente de ellos. ¿Cuántos adultos
    pueden honestamente hacer profesión de fe en el principio
    de no intervención en la personalidad natural del
    niño? En términos de estricta justicia, ¿es
    razonable imponerle al niño respeto a nuestra personalidad
    y a nuestras normas en tanto que nosotros, los adultos, seamos
    incapaces de reconocer y de observar las leyes que rigen el
    universo de los niños?

    Monografias.com Pensamos
    al respecto que la relación entre el adulto y el
    niño, para que sea armoniosa, debe basarse en el respeto a
    la personalidad mutua. No deberíamos los adultos, en
    conciencia, exigir ni imponer a los niños el deber de
    respetarnos en tanto no estemos dispuestos a reconocerles su
    derecho a ser respetados. Un principio importante de respeto es
    no inhibir en el niño el descubrimiento del sentido de la
    libertad. Nos referimos a la libertad entendida como una
    herramienta que permite el desarrollo de todas las facultades
    humanas y nunca como las "libertades" que algunas personas o
    instituciones le han adjudicado a la escuela activa y que no
    corresponden ni remotamente ni a su filosofía ni a su
    metodología.

    Monografias.com La
    libertad en la Escuela Activa debe entenderse como la no
    inhibición y la no represión de la acción
    física, intelectual y espiritual del niño, a lo
    cual debe añadirse el ambiente que favorezca el
    florecimiento de todo ello. Ser libre es hacerse libre.
    ¿Cómo? Ejerciendo la libertad, mas no la libertad
    que degrada, sino aquella que construye e integra en el ser
    humano todo lo mejor y más positivo de su naturaleza. La
    libertad constructiva hace predominar las razones sobre las
    pasiones y el ejercicio de ella es propio de seres maduros,
    aquellos que no la convierten en caos, anarquía y
    libertinaje. Tiene sus riesgos, pero creemos que es más
    deseable una libertad riesgosa que una servidumbre tranquila.
    Sólo siendo libre puede practicarse la libertad. A partir
    de esto, la Escuela Activa aspira a crear en el niño la
    conciencia de la libertad, entendida ésta, ya lo
    enunciamos, como el instrumento que permite el surgimiento y la
    evolución de todas las facultades. Mencionamos antes las
    "libertades". Identificamos éstas con el sinnúmero
    de licencias que cierto liberalismo demagógico propio de
    mercachifles de la educación han postulado como lo propio
    de la escuela activa y de todo quehacer educativo. Freinet, el
    ideólogo por excelencia precisamente de la Escuela Activa,
    ha apuntado al respecto: "La libertad no es en manera alguna una
    entidad que pueda existir fuera de la vida y el trabajo. La
    libertad nunca es más que relativa. Sólo los
    espíritus pervertidos por una educación en exceso
    formal han podido elevar la libertad a la categoría de una
    necesidad individual o social. Lo que cuenta en todas las
    circunstancias no es la libertad por sí misma, sino la
    posibilidad más o menos grande que tenemos de satisfacer
    nuestras necesidades esenciales, de aumentar nuestro poder, de
    elevarnos, de triunfar en la lucha contra la naturaleza, contra
    los elementos y los enemigos. Para lograrlo, somos capaces de
    aceptar los más duros sacrificios en cuestión de
    libertad.

    Lo que nos pesa, lo que nos aniquila es que se nos
    contraríe en la satisfacción de esas necesidades,
    que se nos impida ascender, que se nos constriña una vida
    y unas necesidades que son la negación misma de nuestras
    aspiraciones dinámicas. Ser libre es ir regiamente por el
    camino de la vida, inclusive si ese camino se halla rigurosamente
    delimitado, encuadrado por múltiples
    obligaciones

    La privación de la libertad es la imposibilidad
    en que caemos de marchar así hacia la luz, consciente o
    no, cuya atracción sentimos. Es extraviarse por senderos
    sin finalidad donde nuestros enemigos nos dominan sin cesar,
    despojando de cualquier sentido humano nuestros
    esfuerzos."

    Monografias.com Y Neill,
    el creador de Summerhill, a quien injustamente se le han
    adjudicado todas las desviaciones y perversiones de la
    educación contemporánea, apuntó al respecto:
    "Es imposible fijar leyes entre la libertad y la licencia: cada
    padre debe juzgar individualmente por dónde pasa la
    línea divisoria. A menudo debemos decirle no a una
    criatura, aunque seamos firmes partidarios de la libertad.
    Evidentemente, los padres que nunca dicen "no" están
    creando a un niño consentido que no estará en
    condiciones de enfrentar la realidad posterior. Semejante
    niño se criará con la idea de que el mundo debe
    suministrarle todo lo que desea. Actualmente, muchos padres
    abrigan la idea de que cuando se coarta al niño se le
    convierte en un tarado o en un Al Capone. ¡Falso! Los
    padres deben decir no cuando el no es necesario. No deben
    permitir que su hijo los intimide. El hecho de dar a los
    niños todo lo que quieran puede implicar que se les
    conceda un amor que sus padres no son capaces de brindarles…"
    Por último, con respecto a la libertad, Ferriere, el
    creador de la Escuela Activa, señaló: "No se puede
    conceder un grado de libertad a una comunidad de niños o
    adolescentes, cualquiera que sea su edad, si no han demostrado
    que la merecen. ¿Cómo saberlo? Muy sencillo: el que
    sabe obedecer, sabe ordenar; el que sabe gobernar, sabe
    gobernarse. El criterio para definir la madurez de un grupo
    será la obediencia de sus miembros a condición de
    que las órdenes dadas por el maestro, por el jefe o por la
    colectividad, en forma de leyes, ¡no sean irracionales!."
    La naturaleza del niño sano es activa. Si hay niños
    pasivos, tristes o indolentes ello es atribuible, entre otras
    cosas, a que la educación que recibe también es
    así: triste, verbalista, autoritaria y pasiva. Pero la
    educación activa, que es la educación en la
    acción liberadora y constructiva, permite el surgimiento y
    el desarrollo de la auténtica naturaleza infantil, y de
    allí que la escuela, al ponerse en armonía con el
    niño mediante la acción y la libertad, deba ser
    activa.La libertad en la ESCUELA ACTIVA debe ser identificada,
    consecuentemente, con la actividad, la productividad, el
    trabajo.

    Conviene, finalmente, otra reflexión en torno a
    la libertad. Hemos definido ésta como la herramienta que
    nos sirve para el desarrollo y la integración de todas las
    aptitudes y facultades humanas y ella no está jamás
    fuera del ser que la hace posible.

    Pero la manifestación de la libertad nunca
    deberá ser una manifestación irracional y meramente
    instintiva, sino que deberá darse dentro de los
    límites del respeto y la armonía. Estos
    límites deberán ser siempre lo propio, lo
    intrínseco del ser; no de otra manera podría ser,
    so pena de entrar en conflicto o choque con las formas sociales
    de toda índole. Son por tanto el orden y la disciplina las
    condiciones irrenunciables de la libertad. Por ello, la divisa de
    una de las primeras escuelas reformadoras de Europa fue
    ésta: la libertad es la obediencia a la ley. Carlyle, por
    su parte, señaló al respecto: "pasar de la
    obediencia a la libertad es el proceso que debe llevar la
    educación cuando se enfoca desde el ángulo de la
    autoridad". Piaget, en fin, se refiere a la autonomía como
    lo propio de la libertad, y la define como un procedimiento de
    educación que tiende, como todos los demás, a
    enseñar a los individuos a salir de su egocentrismo para
    colaborar entre sí y someterse a las leyes
    comunes.

    Los espíritus desorientados o hasta pervertidos
    por formas de educación excesivamente rígidas
    suelen identificar el orden, la autonomía y la disciplina
    con formas autoritarias o represivas de educación. Nada
    más lejos de la verdad. La disciplina, entendida
    ésta como la fuerza interna que motiva al individuo a
    realizar lo que debe hacer en el momento indicado, está
    estrechamente vinculada con los espíritus libres. Quien
    carece de respeto por la disciplina o la identifica con la
    represión, no es apto para la libertad.

    Capítulo
    III. El trabajo

    La ESCUELA ACTIVA es un centro de trabajo. La
    razón de ello es que toda propuesta educativa que se
    respete deberá estar siempre vinculada al trabajo,
    entendido éste como la acción que pone en juego
    todas las formas de energía : física,
    artística, intelectual, moral.

    La educación convencional, excesivamente
    formalista, vertical y autoritaria, ha dejado huellas dolorosas
    en muchos adultos. Son éstos quienes querrían
    eximir a sus hijos de la escuela del trabajo porque asocian
    éste con el castigo, la represión y la venganza. Es
    éste el origen de los niños tristes,
    apáticos y pasivos que desde muy temprano muestran rechazo
    hacia la escuela.

    Cuando el trabajo es en exceso repetitivo,
    memorístico y además se le usa como instrumento de
    castigo, lo natural es que el niño lo rechace o cumpla con
    él a la fuerza. Pero si el trabajo escolar pone en juego
    la energía creativa de toda índole que es propia
    del niño, entonces éste se apasionará
    ilimitadamente con el juego-trabajo. Al encontrarlo gratificante
    y vivirlo con interés, el niño estará en
    condiciones de involucrarse hasta lo insospechado en esta
    acción, que es precisamente lo que educa, por cuanto pone
    en práctica las facultades todas del educando. En la
    ESCUELA ACTIVA sí es permitido -y también
    recomendable- que los padres entren a las aulas a observar. En la
    mayoría de los casos se sorprenderán al encontrar
    grupos de niños que trabajan jubilosamente en las
    más diversas cosas: un periódico mural, una
    conferencia individual o en equipo, un experimento de
    biología en el laboratorio, un trozo de recta
    histórica, un texto libre, una ilustración en la
    que el colorido salta y recrea la vista, una asamblea de grupo,
    etcétera. Todo ello forma parte de un conjunto de
    técnicas ampliamente experimentadas en la propia escuela y
    que son precisamente el sustento pedagógico de la
    institución.

    Monografias.com En la
    escuela tradicional la técnica más socorrida -si
    así se le puede llamar- es aquella en la que un maestro
    verbaliza durante varias horas al día sobre tópicos
    que en la mayoría de los casos no suscitan la
    mínima atención del alumno, aunque éste
    aparentemente escuche rígidamente el discurso. El
    aprendizaje resultante de esta inveterada acción docente
    es a menudo deplorable. Cómo no calificarla sí en
    tanto el niño no tiene absolutamente ninguna
    participación en semejante forma de aprendizaje. Pero si
    al mismo niño, sin importar su condición social,
    económica o cultural, se le da la oportunidad de
    investigar el tema, de ampliarlo, criticarlo, ilustrarlo y
    exponerlo verbal y gráficamente, ese mismo tema se
    convierte en la rica materia prima objeto y razón de ser
    del trabajo.

    Freinet, a quien ya mencionamos como nuestro faro de luz
    en la ESCUELA ACTIVA, dice al respecto del trabajo: "Para
    mí, la educación del trabajo rebasa con mucho la
    mera concepción del esfuerzo del hombre. Es a la vez motor
    estimulante y finalidad para la grande y múltiple empresa
    de la vida. No sólo es un medio de prepararnos para
    producir la riqueza social; es también un aspecto
    individual que, por otra parte, no podríamos separar y que
    distinguimos por necesidad explicativa. Mediante el
    trabajo-juego, el niño, y también el hombre,
    aspiran, conscientemente o no, a conocer, a experimentar y luego
    a crear, para dominar la naturaleza y su propio destino." Sigue
    hablando Freinet: "El niño tiende naturalmente a subir del
    trabajo primitivo a la actividad diferenciada, a fin de llegar
    hasta el conocimiento intelectual, a la cultura filosófica
    y la concepción moral de la vida. Realizará esta
    ascensión tanto más pronto y con tanta mayor
    maestría cuanto mejor constituido esté; inclusive
    se detendrá quizá en el camino si sus facultades no
    le permiten ir más adelante. Pero una parte del trayecto
    quedará al menos franqueada y ciertas facultades se
    habrán desarrollado. La escuela habrá dejado su
    huella eminente hasta en los anormales y los disminuidos…El
    hombre está hecho de tal modo que -y esto a la vez
    constituye su debilidad y su grandeza- no sabe acomodarse a la
    facilidad y, cuando se acomoda, ha abdicado ya
    trágicamente ante la vida." Un párrafo más
    al respecto, dedicado particularmente a madres y padres
    sobreprotectores que confunden la escuela activa con la escuela
    del facilismo, la justificación a priori y la
    supresión del esfuerzo: "El hombre busca siempre la
    dificultad; está en su naturaleza el superarse sin cesar,
    el conocer el porqué de las cosas, el plantearse problemas
    y buscarles solución. Esta tendencia es natural y
    sólo una pedagogía mortífera ha podido
    aniquilar así las posibilidades innatas del
    niño."

    Monografias.com
    Detengámonos un momento ante esto de
    "pedagogía mortífera" a la que alude Freinet. Se
    está refiriendo concretamente a los padres, a los
    maestros, a las instituciones que subordinan el trabajo al inocuo
    estar a gusto, a las innecesarias "libertades" y "licencias", a
    las absurdas gratificaciones con las que se pretende
    inútilmente reemplazar la irrenunciable
    manifestación amorosa.

    Tenemos que recobrar el instinto. Reeducar las diversas
    piezas del organismo. Reabrir los trayectos obstruidos u
    obstaculizados por dogmas y formalismos atávicos en la
    educación. Tenemos, en fin, que restablecer ese circuito
    que, mediante un juego suave y sin deterioro, conduce las
    funciones primarias hasta las emanaciones ideales, que son el
    esplendor constructivo de nuestra personalidad. No habrá
    entonces funciones viles y materiales, por una parte, y funciones
    nobles y superiores, sino una función única que
    lleva a la exaltación máxima de nuestro ser. Esta
    función se llama TRABAJO. Toca a los educadores llevar
    adelante, mediante la organización escolar y en
    armonía con los padres, la cultura psicológica y
    física, la cultura artística y moral, la cultura
    intelectual a manera de fundir, mediante el trabajo, todas esas
    disciplinas, arbitrariamente separadas por élites
    intelectualoides, en un bloque unificado y animado por el propio
    trabajo, entendiendo éste como la única alternativa
    para el ascenso, el crecimiento y la
    realización.

    Capítulo
    IV. Una escuela alegre

    En la Escuela Activa es el maestro la figura
    emocionalmente más cercana a los niños. Es
    él quien guía, quien colabora con ellos, quien
    ayuda a tomar decisiones, quien proporciona fuentes de
    información, quien respeta y es respetable; es en fin, el
    que no amenaza ni intimida ni limita y hasta puede ser objeto de
    crítica si, a juicio del grupo, comete alguna injusticia.
    Esta relación maestro-alumno hace posible un tipo de
    niño capaz de amar, de comprender y de respetar a los
    demás, en justa correspondencia con el amor, la
    comprensión y el respeto que recibe. En este ambiente se
    produce la armonía de intereses que hace posible uno de
    los más caros ideales de la Escuela Activa:
    ¡salvaguardar la alegría del niño! Cuando
    acudir a la escuela es motivo de júbilo y de euforia, el
    niño vive de acuerdo con su naturaleza. Si la
    relación maestro-alumno está fortalecida por lazos
    afectivos legítimos, esta relación no solamente se
    traduce en un elevado índice de aprovechamiento, sino que
    coadyuva poderosamente al florecimiento de la madurez emocional,
    al establecimiento de relaciones interpersonales constructivas y
    a la adquisición de la seguridad y la confianza necesarias
    para toda la vida futura del niño. Esto es consecuencia
    natural de que el niño no tiene que luchar contra el
    maestro ni defenderse de él. No habiendo desgaste de
    energía por estos canales, no teniendo que rebelarse el
    niño contra actitudes inflexibles tanto en lo
    académico como en lo emocional, el niño es
    precisamente eso: ¡niño! La escuela activa quiere
    seguir sutilmente la pista de la evolución natural del
    niño, jamás precipitarlo para que alcance en el
    menor tiempo posible -a costa de neurosis prematuras- otras metas
    y otros objetivos que no sean los propios de su edad.

    Monografias.com Hay
    infinidad de escuelas que fincan su presunto éxito en la
    prisa. Pueden llamarse escuelas "priseras" porque tienen mucha
    prisa en precipitar la madurez y el aprendizaje. Lo que se
    consigue, en todo caso, es que el niño memorice más
    y mejor, mas no que comprenda aquello que memoriza y que en
    tantos casos es aprendizaje inútil. El tiempo que vivimos
    los adultos, tiempo de competitividad salvaje y de celeridad
    neurótica, ha trastocado el ritmo de maduración del
    niño. Así infinidad de gente cree que la buena
    escuela es aquella que produce niños que en primer
    año escriben cincuenta palabras por minuto, dominan el
    inglés y operan la computadora. ¿Y el niño,
    en dónde quedó el niño, aquel ser en capullo
    cuyo ritmo natural es pausado, sereno y sutil? La escuela
    jamás debería perder de vista que precipitar la
    madurez es un atentado contra su naturaleza. El niño tiene
    derecho a vivir su vida al ritmo que le es propio, y este ritmo
    no está signado por la precipitación
    neurótica, que es sello distintivo de nuestro tiempo. En
    virtud de lo anterior, queremos una escuela dinámicamente
    serena, rítmicamente activa, en contraste con tantos
    centros de domesticación en los que la represión es
    sinónimo de orden y el autoritarismo ha suplantado la
    disciplina. Una escuela, en fin, en la que el niño viva su
    vida activamente, involucrándose, participando,
    comprometiéndose con el proceso educativo que corresponda
    justamente al momento que vive física, emocional e
    intelectualmente, esto quiere decir: a su edad.Y es preciso tomar
    en cuenta que la edad del niño no debería
    jamás ser precipitada en aras de formas de madurez falsas
    o aparentes que invariablemente lesionarán su ritmo
    evolutivo natural.

    Monografias.com Muchos
    padres vienen a la Escuela Activa y aducen como principal motivo
    para inscribir a un niño que en la escuela donde se
    encuentra es rechazado porque el niño es muy inquieto.
    Nosotros pensamos que los niños que no son natural y
    sanamente inquietos deben estar enfermos…o domesticados por una
    educación represiva. En aquellas escuelas, la inquietud
    del niño se reprime y se mata. En la Escuela activa la
    inquietud del niño es la materia prima que, transformada
    en trabajo, da por resultado un aprendizaje racional y un proceso
    gradual de madurez del que resulta el niño maduro e
    inteligente.

    Capítulo
    V. Por qué las normas

    En la Escuela Activa hay normas. En toda sociedad como
    en toda persona debe haberlas. La ausencia de ellas produce
    ambientes peligrosamente caóticos que los propios
    niños en un momento dado llegan a rechazar. Por cuanto la
    conducta del niño está regida particularmente por
    la de los modelos que le son más cercanos, se infiere que
    son los adultos, padres y maestros, los primeros responsables de
    la transmisión de las normas primarias y fundamentales. A
    la escuela corresponde mucha de la implementación y
    conservación de las normas que, llevadas a la
    práctica, dan lugar al orden.

    Monografias.com Al
    acostumbrarse a un orden determinado, el niño carece de
    condiciones para hacer valer sus caprichos y para negarse a
    cumplir las normas establecidas. Se ejercita en la capacidad de
    saber contenerse y regular su comportamiento. No hay ni
    remotamente alguna forma de crueldad o de desamor por parte de
    los educadores en el sostenimiento permanente del respeto al
    orden. En el desarrollo del niño tienen excepcional
    importancia las reglas del comportamiento establecidas en la
    familia y en la escuela.

    Monografias.com Un hogar
    o una escuela cumplen justamente sus fines educativos en la
    medida en que forman en el niño su necesidad de
    normatividad. Si la vida del pequeño está sujeta a
    normas irracionales, si está desorganizada tanto en lo
    interno como en lo externo, esto se traducirá en
    inseguridad y apatía. Pero si la vida está
    organizada, su memoria se enriquece con un contenido útil
    que se va ampliando gradualmente. En la vida cotidiana surgen
    constantemente dificultades ante el niño, como surge
    también un gran número de fenómenos
    inesperados.

    Para comprenderlos y superarlos, su mente ha de trabajar
    activamente. El niño no debería ser nunca sujeto
    pasivo del mundo que le circunda. Por el contrario: es preciso
    que lo conozca, lo observe y lo transforme en experiencia y
    conocimiento. El adulto no deberá obviar siempre las
    dificultades y obstáculos que surgen ante el niño,
    sino fortalecer permanentemente sus capacidades y recursos para
    enfrentarlos y resolverlos.

    En la Escuela Activa queremos aquellos padres que
    aspiran a un desarrollo integral del niño; aquellos que le
    dan oportunidad, como nosotros, de observar, experimentar,
    dialogar, antes que eximirlo del esfuerzo que a veces ello
    implica.

    Acerca de todo ello es conveniente reiterar que la
    normatividad, como el orden y el trabajo, no están
    reñidos con la Escuela Activa. Con lo que sí
    están reñida es con el caos, la pasividad y la
    improductividad. Quienes han identificado la Escuela Activa con
    estas ideas han dañado gravemente a sus hijos y han
    convertido a algunas dizque escuelas activas en centros de
    libertinaje.

    Capítulo
    IV.
    Competencia contra competitividad

    Conviene tenerlo claro: en la Escuela Activa no
    trabajamos para hacer niños competitivos, sino seres
    competentes. Estamos persuadidos de que formar niños que
    ven un rival a vencer en cada compañero puede llegar a
    hacer personas exitosas, aunque no necesariamente felices y
    realizadas. Aspiramos a que el niño se esfuerce, trabaje y
    se prepare para ser superior cada día ante sí
    mismo, no para rivalizar con sus compañeros convertidos de
    alguna manera en enemigos a vencer.

    Monografias.com
    Difícilmente podemos no condenar la agresividad y la
    violencia que en tantas y tan variadas formas nos acosan. Junto
    con la condena a ello, deberemos tener en cuenta que la violencia
    y la agresividad son en buena medida el resultante de la
    educación dramáticamente competitiva, tan
    proliferada en la sociedad contemporánea.

    No estamos en contra de la excelencia, del ascenso del
    hombre hacia dimensiones superiores. La excelencia la
    contemplamos como el objetivo del ser humano que ha integrado
    todas sus facultades y aptitudes, lo cual solo conseguirá
    si no subordina el ser al poseer, el vivir al existir. Pero
    sí condenamos la formación conductista fundada en
    la competitividad, el elitismo, el racismo, los dogmas y
    fanatismos y tantas formas de pseudovalores que aplastan la
    sensibilidad y la inteligencia del niño. Y dejan
    sólo al descubierto las formas más primarias de su
    persona.

    Monografias.com Con base
    en ello, la Escuela Activa aspira a coadyuvar a la
    formación de seres pensantes, críticos,
    éticos, honestos y solidarios que se identifiquen con las
    causas superiores de la conciencia y el espíritu. Decimos
    que coadyuvamos, esto es, ayudamos y nos solidarizamos, con los
    padres que procuren para sus hijos esta forma de
    educación. Pues en ningún momento debemos perder de
    vista que, en principio y finalmente, son los padres y es a ellos
    a quienes compete la educación de sus hijos.

    De allí que le adjudiquemos tanta importancia a
    que exista una clara y total identificación entre los
    fundamentos educativos de la escuela y los del hogar. Esta
    identificación principia con el respeto a las normas. Si
    las que rigen el hogar y la escuela son afines el niño no
    sentirá el derecho de violarlas. Más bien él
    mismo procurará que sean respetadas pues esto le
    representa seguridad.

    Capítulo
    VII. ¿Cómo?

    La Escuela Activa procura dar al educando, a
    través de una cultura general, la capacidad de juzgar y
    discriminar por encima de la acumulación de conocimientos
    memorizados. La cultura general se va dando gradualmente a medida
    que el niño tiene oportunidad de conocer sin restricciones
    el mundo que lo circunda. El cultivo de los gustos preponderantes
    de cada niño, sistematizados posteriormente,
    desarrollará después sus intereses en un sentido
    vocacional. La enseñanza se basa en los hechos y en la
    experiencia; la adquisición de conocimientos es muchas
    veces el resultado de observaciones e investigaciones personales,
    visitas a museos o industrias, lectura, medios audiovisuales,
    etcétera. La teoría viene después de la
    práctica en cuantas ocasiones ello es posible. Las
    conclusiones generales, las leyes y los sistemas, vienen muchas
    veces de la observación de los casos particulares, de los
    efectos. Esto contribuirá definitivamente a despertar el
    espíritu científico, necesarísimo en nuestro
    tiempo.

    Monografias.com La
    enseñanza actualizada por medio de motivaciones naturales
    recogidas por el niño en su propio medio contribuye al
    enriquecimiento de la vida del propio niño. Al adquirir la
    "materia prima" que el mundo le ofrece y elaborar con ella, en la
    escuela, una gran cantidad de "productos intelectuales" o de
    habilidades específicas, permite al niño participar
    activamente en la vida de la comunidad.

    Esto afirma su personalidad, se enriquece con nuevas
    experiencias, y todo ello constituye motivaciones que dentro o
    fuera de la escuela, en un proceso de constante
    transformación, va conformando de manera dinámica
    la personalidad auténtica del niño -no la impuesta
    por los mayores- , todo lo cual incidirá en la
    visión y en las decisiones de su vida toda.

    Las tareas extraescolares no son optativas. El tiempo de
    la escuela no es suficiente para el aprendizaje. Importa mucho
    crear hábitos de trabajo, tanto de afirmación como
    de investigación. Estos últimos son muchas veces
    sobre temas que apasionan al niño, y es aquí cuando
    los padres se convierten en colaboradores de sus hijos. En vez de
    que el niño ejecute una labor en muchas ocasiones
    inútil por repetitiva y poco creativa, el trabajo de
    investigación sí suele apasionar al niño, y
    los padres deberán reforzarlo. El trabajo de
    memorización y mecanización es también
    eventualmente necesario, aunque en la mayoría de los casos
    va precedido por la comprensión de lo que se memoriza, por
    ejemplo, en las matemáticas y en la lengua nacional o
    extranjera.

    Mencionamos antes lo referente a la competitividad. Y
    agregamos: es preciso que en esta escuela padres y niños
    superen la creencia tan proliferada de que son los premios y las
    recompensas el objeto de la educación. Lo deseable es que
    el niño se imponga a sí mismo el reto de ser cada
    vez mejor ante sí mismo. En vez de compararse con los
    demás, es preferible que se compare consigo mismo. Su
    premio deberá ser la satisfacción de su propia
    superación, en vez de la subvaloración de los
    demás.

    Práctica importantísima dentro de la
    escuela es la formación del espíritu de equipo.
    Aquí, el niño merece el necesario respeto a su
    personalidad y a su individualidad, mas no se propicia el
    individualismo. Por el contrario, estamos convencidos de que en
    la sociedad en que vivimos cada vez cobra mayor importancia el
    trabajo en equipo, y por ello lo fomentamos desde que el
    niño se incorpora a la comunidad.

    Monografias.com El
    niño es parte integrante de un grupo social: importa que
    él tenga conciencia de ello, como deben tenerla los
    demás, a manera de que unos y otros respondan a las
    demandas sociales de cada momento y circunstancia. En el aula se
    fomenta el trabajo en equipo con técnicas muy afortunadas,
    como lo son el periódico mural, la conferencia, las
    maquetas, la asamblea escolar, el teatro y otras. Este trabajo
    afianza en el niño el compañerismo, el
    espíritu de colaboración y lo prepara positivamente
    para su participación en la vida en la
    colectividad.

    Creemos que la educación no debe ser impuesta de
    afuera hacia adentro, como se practica convencionalmente, sino de
    adentro hacia afuera, mediante la experimentación, la
    práctica y la crítica. El discurso verbalista del
    maestro deja mucho que desear en comparación con el
    resultado que se obtiene cuando se permite al alumno el
    autoaprendizaje y el autogobierno. El texto libre es una
    técnica para el aprendizaje del español sumamente
    atractiva para el niño porque es éste el principal
    protagonista del trabajo, en vez de un oyente pasivo y a menudo
    aburrido. El autogobierno escolar es, por otra parte, una
    experiencia extraordinariamente enriquecedora para el niño
    por cuanto lo inicia en el espíritu de la responsabilidad
    cívica y la democracia. Ejemplo de ello es la asamblea
    escolar, que está integrada por alumnos y maestros y en la
    cual se examinan, analizan, ventilan y critican todos aquellos
    asuntos que atañen a la vida de la comunidad escolar. En
    esta asamblea, niños y maestros toman decisiones, hacen
    críticas, presentan sugerencias y felicitaciones y someten
    a votación asuntos que así lo requieran. En este
    ambiente democrático los maestros pueden encauzar las
    actividades hacia resultados educativos, siempre con la
    participación del educando. Esta, que es otra
    técnica propia de la escuela, sirve para que el
    niño aprenda a exigir el cumplimiento de derechos, a
    defenderse de las injusticias, a responder de sus actos, a saber
    discutir y aceptar la crítica, y en fin, a ser cooperador
    responsable de sus actos y vigilante de los actos de los
    demás.

    La Escuela Activa confiere superior importancia al
    desarrollo de la creatividad del niño: física,
    plástica, artística o sensorial. Todas las
    manifestaciones de creatividad deberán ser puestas
    invariablemente al servicio del aprendizaje y de la
    formación interna. No hay materia prima más noble
    que la creatividad propia del niño, cuando ésta se
    pone al servicio de su proceso educativo, y por ello jamás
    deberá inhibirse o reprimirse. Corresponde a maestros y
    padres cultivar la creatividad. Los frutos se harán tanto
    más evidentes cuanto mayor la sensibilidad de los adultos
    para encauzar las aptitudes creativas.

    Monografias.com

    Capítulo
    VIII. Participación de la comunidad

    La Escuela Activa es una casa abierta tanto a padres
    como a investigadores y observadores en general. En contraste con
    la mayoría de las escuelas que funcionan como
    depósitos confinados de niños, aquí se
    permite conocer el trabajo que se realiza en las aulas, como se
    permite también aportar sugerencias, dar pláticas a
    los alumnos, conseguir visitas educativas y, en fin,
    comprometerse en serio con su papel de educadores alternos de la
    escuela. No es posible ignorar que cada vez resulta más
    difícil disponer de tiempo para cumplir con las
    responsabilidades que esta escuela exige de los padres:
    supervisar tareas extraescolares, hablar con los maestros cuando
    se requiere, coordinar conferencias de sus hijos y conseguirles
    material de apoyo, asistir a juntas, etcétera. Sin embargo
    es imposible renunciar a esta exigencia so pena de que el
    resultado educativo que los padres exigen de la escuela resulte
    afectado.

    Monografias.com Ya
    mencionamos que en esta escuela no tienen cabida dogmas ni
    fanatismos de ninguna índole: políticos,
    religiosos, sociales o familiares. Aspiramos a que nuestro
    trabajo de educadores no esté al servicio de ninguna
    facción, partido o ideología, sino de la verdad
    objetiva y de la razón esclarecedora.

    En el área de las Ciencias sociales se habla por
    igual de Cristo, de Buda o de Mahoma que de Fidel Castro, Marx,
    Gandhi, Churchil o Clinton. Y en la de ciencias naturales se
    trabaja con espíritu científico, e igual se exponen
    juicios de Einstein, Galileo, Darwin que de los conservaduristas
    que fomentan el culto a la cigüeña. Esta postura, a
    menudo antagónica con la de tantas escuelas, tiene su
    razón de ser en nuestra certidumbre de que la escuela
    debería ser siempre una luz que ilumine el ascenso del
    hombre hacia su liberación y no un medio para su
    opresión, servidumbre y explotación.

    En torno a las escuelas activas en general se han creado
    bastantes mitos y algunas verdades. La diversidad de criterios e
    intereses con que ha sido usado el membrete "escuela activa" lo
    ha propiciado. Por una parte, cierta corriente esnobista y
    oportunista ha hecho creer que la escuela activa es aquella que,
    abdicando de su cualidad de rectora de una moral racional, deja a
    los alumnos la delicada responsabilidad de autoeducarse en este
    aspecto.

    En los años sesenta, período de
    proliferación de toda clase de experimentos "activos",
    cundió esa idea. Poco tiempo después,
    simultáneamente con el descrédito, llegó el
    fracaso de casi todas ellas. Se pasó por alto que la
    educación moral (no necesariamente ligada con alguna
    religión) está fundada en valores universales
    irrenunciables. El valor, la honestidad, la verdad o la honradez
    no están sujetos a ondas o modas. Dejarlos de lado o
    hacerlos optativos es renunciar a la más cara de las
    cualidades de la educación, venga de la escuela o del
    hogar. La Escuela Activa, ésta, funda y cultiva valores.
    Renunciamos a propiciar el analfabetismo moral.

    Por todo lo expuesto y más, la Escuela Activa
    debe estar profundamente identificada con la familia. Sin esta
    identificación, nuestra escuela no funciona. La idea es
    proporcionar al niño marcos de referencia uniformes, esto
    es, que el niño no deberá encontrar en el seno
    familiar aquello que la escuela rechaza, y viceversa. Si el
    niño encuentra actitudes uniformes en la escuela y en el
    hogar, esto lo capacitará ampliamente para todo su proceso
    educativo. La escuela, la familia y la sociedad han de
    constituirse en un círculo armonioso. Si padres y maestros
    trabajamos multirateralmente para hacer de los niños seres
    positivos, productivos y honestos; si nos empeñamos en
    fomentar realmente su capacidad de juicio; si les abrimos todos
    los caminos de la creatividad, de la investigación, de la
    crítica y la autocrítica, del análisis y del
    raciocinio; si nos esforzamos, en fin, por vencer a todos los
    fantasmas que nos cierran el paso, entonces si podremos afirmar
    que estamos transformando nuestra sociedad.

    Aspiramos a que la familia comparta nuestro
    propósito de eliminar del panorama educativo las metas
    mediocres, a dotar al niño de objetivos elevados. Queremos
    trabajar con la convicción de que desde cualquier nivel en
    el que les toque actuar, los egresados de esta escuela
    sabrán respaldar sus exigencias y sus acciones con
    actitudes de responsabilidad, valor y honestidad. Es éste
    el camino que les permitirá someter a juicio todas las
    acciones que afecten de un modo u otro la vida del país,
    al mismo tiempo que serán capaces de enfrentarse a las
    exigencias que ellos mismos se hayan planteado.

    No ignoramos que es difícil llegar a los
    objetivos planteados. Por esto nos es imprescindible contar con
    la participación de los padres. No todos los padres.
    Sólo aquellos que compartan la necesidad de transformar,
    mediante la educación, la sociedad que nos toca vivir y,
    sobre todo, la que les tocará vivir a los niños de
    hoy.

    Mucha gente hay que se preocupa ante la perspectiva de
    la sociedad del futuro. A todos ellos les decimos que tengan
    presente en todo momento -como nosotros lo tenemos en la Escuela
    Activa- que los hombres de las generaciones futuras, que son los
    niños de hoy, tendrán que conquistar, con o sin
    nuestra participación, más de una libertad,
    más de un derecho y más de una conciencia cuya
    necesidad ni siquiera sentimos hoy. De aquí que para
    recibir a un niño en la Escuela Activa valoremos a los
    padres y su actitud ante la vida. Es deber de padres y maestros
    instrumentar a los niños y capacitarlos para manejar los
    valores universales de todos los tiempos. Pero no termina
    aquí nuestra responsabilidad: estamos obligados a
    prepararlos para crear los valores y aptitudes que les permitan
    realizarse con plenitud en el mundo de mañana. Ello
    será posible si tomamos en cuenta que la función
    educativa no consiste en imponer criterios personales ni en
    ejercer una autoridad arbitraria, sino en despertar nobles
    aspiraciones en el niño de hoy, basadas en el amor, la
    razón y la justicia.

    Capítulo
    IX. Una actitud hacia la vida

    No caben en la Escuela activa la estrechez de miras,
    ideales y objetivos. Todo aquí debe estar siempre abierto
    y eliminada la tendencia hacia la estandarización
    convencional. La escuela activa no es una entidad que limita sino
    que, por el contrario, ofrece a los espíritus creadores la
    oportunidad de aumentar el potencial creativo y de desarrollar un
    amplio espíritu de iniciativa.

    La dinámica de la escuela está siempre en
    expansión, y sus lineamientos generales obedecen a pautas
    muchas veces señaladas por los intereses de los
    niños cuyas inquietudes, adecuadamente encauzadas, se
    proyectan siempre hacia un futuro cada vez más rico y
    complejo que ellos ya están construyendo en el
    presente.

    Partes: 1, 2

    Página siguiente 

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter