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Personas sin hogar: investigación proyectiva en un centro de acogida



    A- RESUMEN /
    ABSTRACT:

    Se trata de un trabajo de investigación que
    pretende, por un lado, dibujar las bases de un proyecto factible
    para el trabajo socio-educativo con población sin hogar y,
    por otro, proponer mejoras en el trabajo diario del centro de
    acogida.

    Previamente ha sido necesario conocer, en su sentido
    más amplio, las barreras que encuentran los residentes en
    el centro de acogida así como los factores facilitadores
    de su inclusión social.

    Para ello se ha empleado una metodología
    cualitativa, mediante observación participante y ha sido
    utilizada como herramienta el "diario de campo". El
    análisis de resultados se ha categorizado según los
    tres ejes del estudio: Nivel personal, nivel socio- familiar y
    nivel laboral. Así mismo cada una de estas variables han
    sido subcategorizadas en función de los datos recabados.
    El estudio se ha llevado a cabo siguiendo el principio de
    confidencialidad, garantizando el anonimato tanto de usuarios y
    profesionales, como de la propia institución.

    Palabras clave: Personas sin hogar, centro de acogida,
    inclusión social, pedagogía social, propuesta de
    mejora y proyecto factible.

    ABSTRACT:

    This is a research study that wants to draw the
    foundations of a feasible project for the socio-educational work
    with homeless population and, propose improvements in the daily
    work of the shelter.

    Previously has been necessary to know, the limitations
    faced by residents in the shelter, as well as, their facilitators
    for the social inclusion.

    For this it has employed a qualitative methodology witch
    direct observation and has been used as a tool the "field
    journal". The analysis of results has been categorized according
    to the three strong points of the research: Personal scope,
    socio-family scope and labor scope. Also each of these points
    have been divided based on the information collected. The study
    has obeyed the confidential policy, ensuring anonymity of the
    users, professionals, and the institution.

    Key Words: Homeless, shelter, social inclusion, social
    pedagogy, proposal for the improvement, feasible
    project.

    B-
    INTRODUCCIÓN

    En el año 2012, se contabilizaron en
    España un total de 22.938 personas en situación de
    calle. Ello supone una media estatal de 71,3 personas sin hogar
    (de ahora en adelante PSH) por cada 100.000 habitantes. La
    comunidad autónoma1 en la que se desarrolla el trabajo se
    encuentra ligeramente por encima (INE, 2012).

    Además se tiene constancia de la escasa cobertura
    que se ofrece en la región a las PSH en comparación
    con el resto de España y se refleja el trabajo en
    sinhogarismo, en el índice de desarrollo de los servicios
    sociales, como uno de los aspectos más deficitarios.
    También es importante reseñar que esta
    autonomía es una de las que más dinero destina a
    servicios sociales y sin embargo no alcanza los niveles de
    cobertura logrados por otras comunidades autónomas con
    menor gasto (García, Barriaga, Ramírez y Santos,
    2013).

    En el marco estatal, la situación tampoco es
    demasiado satisfactoria en materia de sinhogarismo. Se destaca la
    falta de recursos materiales y humanos, así como unas
    líneas de actuación paliativas y de naturaleza
    asistencialista (Cabrera, 2004).

    Considerando conjuntamente la notable falta de
    inversión en este fenómeno y la detectada necesidad
    de evolución de las intervenciones socio-educativas, el
    presente estudio pretende dar a conocer las barreras que
    encuentran las PSH así como los factores facilitadores de
    su inclusión, para esbozar un proyecto de
    intervención en este ámbito y proponer mejoras
    socio-educativas en el trabajo del centro de acogida.

    Cuando hablamos de población sin hogar, no
    debemos pasar por alto la duración de la situación
    de sinhogarismo, lo que nos permite cuestionarnos el desgaste
    físico- emocional que, en muchos casos, llevan consigo y
    que será desglosado y tenido en cuenta tanto en el marco
    teórico como en el análisis de resultados. En el
    siguiente gráfico se aprecian los largos
    periodos de tiempo sin vivienda:

    1 Dato omitido por motivos
    de confidencialidad.

    Monografias.com

    Gráfico 1: Porcentajes de personas sin hogar
    por tiempo en el sinhogarismo. Espacio muestral: población
    sin hogar del estado: (22.938). Fuente: Instituto Nacional de
    Estadística (2012).

    Apreciamos por lo tanto como un alto porcentaje lleva en
    la calle periodos largos de tiempo, cuyas necesidades en muchos
    casos, como veremos posteriormente con más detenimiento,
    no son cubiertas de manera satisfactoria.

    La comunidad científica considera el empleo como
    vía para conseguir la incorporación social de los
    colectivos en situación de desventaja social (Arias, Mingo
    y García, 2004., Carmona, 2005 y Jiménez, 2008). No
    obstante, se tiene en cuenta el deterioro personal y social de
    una población con múltiples problemáticas a
    distintos niveles y que se consideran necesarios trabajar en el
    proceso de inclusión social.

    Por ello este estudio no pretende tomar el empleo como
    vía exclusiva para la inserción, sino que se
    abordarán también, aspectos personales y
    socio-familiares, insoslayables en el trabajo con colectivos en
    situación de exclusión social.

    Así lo recoge la de la definición de la
    FEANTSA2 que define a las PSH como: "aquellas que no pueden
    acceder o conservar un alojamiento digno, permanente, adecuado a
    la situación personal y que proporcione un marco estable
    de convivencia, ya sea por razones económicas u otras
    barreras sociales, o bien porque presentan dificultades
    personales para llevar a cabo una vida autónoma
    "
    (Portero y Utrilla, 2002).

    C- ESTADO DE LA
    CUESTIÓN

    1- PASADO Y PRESENTE DE LAS PERSONAS SIN
    HOGAR.

    La concepción de esta población ha
    cambiado notablemente a lo largo de las últimas
    décadas. Los primeros términos3 como "indigente",
    "transeúnte", "mendigo", con unas atribuciones
    individualistas muy claras, venían precedidos de un
    entendimiento por parte de la administración y
    opinión social, cuanto menos discriminatorio. Así
    en 1954 se puso en vigor la "Ley de vagos y maleantes"
    que fue sustituida por la "Ley de peligrosidad y
    rehabilitación social
    " en el año
    1970.

    Esta terminología hace recaer sobre la persona,
    la culpa de las situaciones de exclusión, ya que tiende a
    atribuir fenómenos como la marginación y la pobreza
    a características propias del sujeto ya que le considera
    una persona vaga y malvada (Cardona, 2004).

    Lejos de estas definiciones comienzan a surgir nuevos
    términos, menos despectivos y que permiten entender este
    fenómeno desde una perspectiva más social que
    personalista. Actualmente el término utilizado con mayor
    frecuencia es el de "Persona sin hogar" (PSH). Éste
    término hace referencia, no solamente a la
    situación de falta de vivienda sino también al
    plano convivencial, relacional, familiar, personal, asistencial y
    cultural (Rubio, 2007).

    El prisma actual de análisis de los procesos de
    exclusión se enmarca, por lo tanto, dentro de un amplio
    marco socio-económico. El "sinhogarismo", tal como expone
    Cardona (2004) es el fruto de una serie de circunstancias
    interrelacionadas en los ámbitos económico,
    político y cultural, que llevan a desplazar del entramado
    social a aquellos con menos recursos.

    Esta línea de análisis, refuerza los
    argumentos de Tezanos (1997), que distinguía dos grandes
    estratos en las actuales sociedades neo-liberales. Por un lado
    uno conformado por las fuerzas fáticas y las
    conglomeraciones de poder (empresas, poder
    político…), y por otro, un estrato
    marginado-dominado.

    Diversos autores (Tezanos, 1997 y Cardona, 2004)
    consideran que la exclusión social ha de ser entendida, no
    como una situación estática, sino como un proceso
    de evolución de las organizaciones socio-económicas
    neo-liberales.

    Así Cardona (2004) define la exclusión
    social como un "proceso de empobrecimiento que afecta a las
    personas que pese a no estar en situación de pobreza se
    exponen a los factores sociales y del medio
    ", lo que hace
    necesario llevar a cabo prácticas socio- educativas que
    contemplen a la persona en su integridad.

    Por lo expuesto anteriormente, parece obvio que se han
    producido cambios de concepción, perspectiva de
    análisis y tratamiento del colectivo objeto de estudio a
    varios niveles, lo que nos llevan a considerar necesario reflejar
    la influencia que todo ello ha tenido en esta población,
    pudiendo destacar cambios notables los perfiles que conforman el
    colectivo.

    Anteriormente, el "transeúnte"
    predominante era varón, de mediana edad, con bajo nivel
    cultural y procedente de familias desestructuradas. Sin embargo
    en los últimos años, se han introducido nuevos
    perfiles en el colectivo. Así, Sánchez (2010), pone
    de relieve los cambios experimentados en el
    "sinhogarismo", pasando a formar parte de
    él, multitud de nuevos perfiles (figura 1).
    Entre ellos destacan:

    · Varones procedentes de
    centros penitenciarios y de menores

    · Consumidores de sustancias
    psicoactivas

    · Varones de mediana edad
    separados/divorciados

    · Personas con enfermedad
    mental

    · Personas con problemas
    laborales

    · Mujeres jóvenes separadas/
    divorciadas

    · Jóvenes
    universitarios

    · Inmigrantes

    · Familias completas

    · Mujeres víctimas de malos
    tratos

    Figura 1. Nuevos perfiles en
    situación de calle. Fuente: Sánchez
    (2010).

    Como hemos visto, el perfil de las PSH ha cambiado
    notablemente en los últimos años aunque sigue
    siendo predominante el varón de mediana edad.
    Además ha subido estrepitosamente el número de PSH
    de origen extranjero lo que supone tener en cuenta la
    situación de extrema vulnerabilidad en la que se
    encuentran las personas de origen no autóctono.

    Con este colectivo surgen problemáticas
    añadidas debido a su origen, que suponen a su vez
    dificultades para conseguir, papeles, empleo y alojamiento
    (Cabrera y Rubio, 2008)

    Además es destacable que ha aumentado el nivel
    académico general de esta población a la vez que
    han disminuido las personas sin estudios (Muñoz,
    Vázquez, Panadero y Vázquez, 2003).

    En el siguiente capítulo conoceremos más a
    fondo las variables sobre las que se ha sustentado la
    investigación. Estas han sido determinadas teniendo en
    cuenta la opinión de expertos en la materia, además
    de una amplia revisión bibliográfica.

    2- EJES EN LA
    INTERVENCIÓN

    2.1. NIVEL PERSONAL

    En el análisis de esta variable se
    considerarán fundamentalmente las dimensiones salud
    física y mental, ya que tal como muestran diversos
    estudios (Moreno, 2009., Salavera, Puyelo y Orejudo, 2009), son
    aspectos que se ven sumamente deteriorados en personas que se
    encuentran en situación de exclusión
    extrema.

    En una encuesta realizada a personas sin hogar en
    Bizkaia se mostró la existencia de dos grandes grupos
    respecto a la percepción que tienen de su estado de salud.
    Así un 52,5% de los encuestados afirmó que
    tenían buena o muy buena salud y el 15,5% respondió
    que su salud era mala o muy mala. Estos datos llaman
    poderosamente la atención, al afirmar el 48,5% de los
    encuestados el padecimiento de alguna enfermedad grave. De este
    grupo, la mayor parte de la muestra la mayoría afirmaban
    tener hepatitis B ó C (40,2%) y SIDA (30,9%).

    Se aprecia además una alta frecuencia de consumo
    de drogas, ya que un alto porcentaje afirmó haber
    consumido en el último mes, heroína (22,5%),
    cocaína (30,5%) y cannabis (36,0%), y el 18,0% dice
    consumir alcohol normalmente4. Sin embargo, estos altos
    porcentajes quedan lejos de otros tipos de sustancias
    tóxicas, como el éxtasis, opio, ketamina o speed,
    no llegando a superar ninguna de estas sustancias el 1,5% de
    consumidores (Moreno, 2009).

    Vemos que un alto porcentaje de personas sin hogar
    consume algún tipo de sustancia nociva. No obstante cabe
    reseñar que la tipología entre bebedores de alcohol
    y consumidores de otras drogas, tiene notables
    diferencias.

    Cabrera (1998) en Castro (2001) ya afirmaba que para el
    alcohólico crónico la situación de
    sinhogarismo incrementa su adicción, ya que "se hace
    en buena medida en la calle
    ", mientras que para el
    consumidor de otros tipos de drogas, la calle puede ser una
    barrera a la hora de mantener la
    adicción.

    Para estos últimos la calle y en un sentido
    más amplio, la falta de recursos, será un
    obstáculo para continuar el consumo, debiendo abandonarla
    o conseguir dinero por vías ilegales con las consecuencias
    que ello pueda conllevar (Castro, 2001).

    En este sentido, diversos autores (Azurmendi, 1992.,
    Walters, 1994., Rubio y cols., 2006 y Bringas,
    Rodríguez y Moral, 2010) han hecho alusión a un
    riesgo de implicación en actividades delictivas para los
    consumidores de drogas, debido a la adicción a estas
    sustancias: drogo-delincuencia. La tesis de estos autores parece
    confirmarse en este colectivo: el 72,4% de las PSH que consumen
    drogas han sido denunciadas en dos o más ocasiones, frente
    al 27,6% de no consumidores (INE, 2012).

    Por otro lado, parece necesario apreciar, además
    de los consumos de sustancias tóxicas expuestos
    anteriormente los casos de agresión sufridos, debido a la
    situación "de calle". Un 40,8% de las personas sin hogar
    declara haber sufrido agresiones, mientras que el
    24,2% de las mujeres dice haber sufrido algún tipo
    de agresión sexual5 (INE, 2012).

    Además serán tenidos en cuenta los
    problemas mentales que puedan padecer. El estudio de Salavera y
    colaboradores (2009) reveló que un alto porcentaje de
    personas sin hogar (58%) padece 2 ó más trastornos
    de personalidad, y es mayoritario, aquellos que sufren de
    trastorno de personalidad antisocial, un 35,06% del total de PSH
    con algún trastorno, siendo en población general de
    tan solo un 3%. De cerca se encuentran el trastorno dependiente
    (29,9%), narcisista (28,6%) y compulsivo (28,6%).

    A pesar de contabilizarse estos altos índices de
    problemas de salud mental en PSH, parecen no ser suficientes los
    recursos existentes para el abordaje de esta problemática.
    A ello se le suma la limitación científica de las
    investigaciones realizadas en este campo, que tienden a basarse
    más en aproximaciones intuitivas que en diseños
    metodológicos que permitan contrastar correctamente los
    datos sobre esta variable, haciendo de ello un fenómeno
    poco conocido (Muñoz y cols., 2003).

    Considerando conjuntamente estas realidades, aparece la
    necesidad de tener en cuenta el estado de salud y bienestar
    emocional como elemento susceptible de análisis en
    el trabajo de inclusión de este
    colectivo.

    2.2. NIVEL SOCIO-FAMILIAR

    Se exponía anteriormente el cambio de
    tipología de las personas sin hogar, sin embargo se
    mantiene el desarraigo y la fragilidad o escasez total de las
    redes sociales primarias. Martulic (2010) pone de relieve, esta
    falta de vinculación afectiva familiar, y hace referencia
    a las vivencias previas a la situación de
    exclusión. Así su estudio muestra la falta de
    vínculos familiares como experiencias evolutivas previas,
    de gran peso en el proceso de exclusión, en la misma
    línea de otros expertos.

    En este sentido Cabrera y Rubio (2008) según
    datos del I.N.E., ponen de manifiesto el desarraigo como factor
    de riesgo, afirmando que la tasa de riesgo de pobreza6 es de 10%
    en los hogares formados por dos adultos en edad laboral y del
    34,9% en los hogares formados por una sola persona.

    Carbonero (2013), concibe a la familia como un elemento
    de gran incidencia en la pérdida del hogar y sostiene que
    en la actualidad existen "itinerarios de nueva pobreza" causados
    por la falta de protección familiar (importante elemento
    que se detallará en el apartado "C.4. Factores
    protectores"). Estos casos surgen a partir de conductas como la
    violencia doméstica, malos tratos, amenazas y
    expulsión del hogar.

    Además señalan que "la soledad
    […] es sin duda un factor de vulnerabilidad
    importantísimo
    " y que "los vínculos y
    contactos con familiares, amigos, vecinos, colegas etc., suponen
    una maya de seguridad […] y constituyen nuestro capital
    relacional y social
    " (Cabrera y Rubio, 2008).

    Siguiendo esta línea, se considera que la falta
    de redes sociales y de vínculos afectivos sólidos
    pueden suponer una barrera para el adecuado bienestar emocional
    además de ser un importante elemento exclusógeno:
    "iniciarse en la exclusión social extrema conlleva la
    vivencia de un proceso progresivo de pérdida del nicho
    afectivo, social y personal en
    el que
    desarrollarse y proyectarse como seres humanos
    "
    (Sánchez, 2010).

    Por lo tanto consideramos que, en el trabajo con
    personas en situación de vulnerabilidad, las relaciones
    familiares y su restablecimiento se consideran de gran
    importancia aunque en la práctica los planes de
    inclusión social para PSH parecen no contemplarlos.
    Sí es así en el trabajo con otros colectivos como
    es el de las personas con trastornos mentales severos, en la
    denominada rehabilitación psicosocial (Caridad,
    2004).

    Estas iniciativas, tienen la intervención
    familiar como elemento susceptible de trabajo para la
    inclusión, y toman como premisa que "los
    vínculos familiares no pueden ser interpretados como un
    problema, sino como un intento de solución y fuente de
    recursos
    ".

    Por lo tanto parece racional cuestionarse, la
    inclusión de estrategias de intervención familiar
    en el trabajo con PSH, más aún si tenemos en cuenta
    el deterioro relacional que, como se ha expuesto anteriormente,
    sufre este colectivo.

    En el análisis de resultados será tenido
    en cuenta también la relación, satisfacción
    y percepción que la población sin hogar tiene de
    los servicios sociales. En el siguiente gráfico
    (gráfico 2) apreciamos que el colectivo objeto de estudio
    se encuentra claramente dividido en cuanto a la
    satisfacción con estos recursos.

    Monografias.com

    Gráfico 2: La satisfacción de las PSH
    con los servicios sociales. Espacio muestral: Población
    sin hogar del estado (22.938). Fuente: Instituto Nacional de
    Estadística (2012).

    Apreciamos como la población sin hogar se
    encuentra dividida7 en cuanto a su satisfacción con el
    servicio social, existiendo dos grandes grupos. Por un lado,
    aquellos que afirman haberles ayudado nada o poco (44,4%) y por
    otro los que se encuentran satisfechos con los servicios
    sociales, y que afirman que les ha ayudado bastante o mucho
    (55,6%).

    En el siguiente apartado se procederá a analizar
    el empleo, no tanto desde una perspectiva de inclusión
    "única", sino como una variable más que,
    presumiblemente, tenga una relación
    recíproca con las otras dos dimensiones
    expuestas.

    2.3. NIVEL LABORAL

    El empleo es considerado un elemento fundamental en el
    trabajo con colectivos en riesgo de exclusión (Arias,
    Mingo y García, 2004., Carmona, 2005 y Jiménez,
    2008).

    El Plan Nacional para la Inclusión Social del
    Reino de España (2013) expone textualmente que el empleo
    "es un pilar central de la inclusión y su opuesto, el
    desempleo, es uno de los elementos más asociados a la
    pobreza y exclusión social
    ". Además este
    informe destaca el nivel académico alcanzado como variable
    influyente en la experimentación de procesos de pobreza y
    exclusión social.

    Es necesario no perder de vista esta variable en los
    procesos de inclusión social de PSH, ya que como exponen
    Arias y colaboradores (2004), "en el proceso de
    exclusión social vivido por una persona sin hogar ha
    ocurrido bien una circunstancia de pérdida irrecuperable
    del empleo o bien una dificultad extrema de acceso al
    mismo
    ".

    En el siguiente cuadro se exponen los limitadores con
    los que cuenta nuestra población objeto de
    estudio.

    Se puede apreciar (figura 2) como la mayoría de
    competencias susceptibles de desarrollar son de índole
    socio-emocional, lo que refuerza la necesidad de conseguir un
    bienestar óptimo en este aspecto para ayudar en el proceso
    de inserción laboral, en la línea de otros trabajos
    (Repetto y Pérez, 2007 y De Benito, 2013).

    Factores limitadores de la empleabilidad en
    P.S.H.

    Baja autoestima y falta de
    motivación Pasividad en la búsqueda de empleo Poca
    tolerancia a la frustración Dificultad para adaptarse a
    los cambios Dependencia institucional

    Dificultades para resolver conflictos
    laborales Rechazo de acciones formativas Objetivo profesional no
    definido

    Falta de habilidades sociales

    Dificultades en la expresión
    oral

    Escasa experiencia laboral o experiencias
    brebes en distintos sectores

    Figura 2: Barreras en el proceso de búsqueda
    de empleo de las personas sin hogar. Fuente: Elaboración
    propia a partir de Arias y colaboradores (2004).

    Como hemos visto existen una serie de factores
    "limitadores" en el acceso a un empleo que caracterizan a las
    personas en situación de exclusión extrema,
    además de una escasa motivación vivencial (Rubio,
    2007). Además, cabe destacar el capital social de una
    persona como elemento de gran importancia en el proceso de
    inserción laboral.

    Es posible cuestionarse esta variable por encima incluso
    de la formación académica: "la
    intermediación y el acceso al empleo, dependen más
    del capital relacional, de la calidad de los contactos y de las
    influencias de parientes, amigos y vecinos; especialmente para
    ocupar puestos pertenecientes a categorías laborales
    inferiores
    " (Artiles y Lope, 1998).

    Este aspecto no será obviado en el
    análisis de resultados, más aún si tenemos
    en cuenta que se trata de una población que sufre de
    problemas importantes de desarraigo y vínculos afectivos,
    como se expuso en el anterior apartado.

    Sin embargo no debemos olvidar la formación
    académica y profesional de la persona. Adquirir una
    titulación académica, no supone una garantía
    de acceder al mercado laboral, pero si puede ayudar
    en este proceso. La Secretaría General Técnica del
    Ministerio de Educación (2011) reconoce que las personas
    tituladas acceden con más facilidad al mercado de trabajo
    y que el desempleo afecta en mayor medida a aquellos sin
    cualificación.

    Se tendrá en cuenta la formación
    académico- profesional como elemento inclusógeno,
    complementado siempre, como se ha expuesto, con otros factores
    socio-personales.

    El siguiente apartado nos permitirá tener una
    visión más amplia y analítica de los planes
    e intervenciones llevadas a cabo en el contexto del
    sinhogarismo.

    3. PLANES PARA LA
    INCLUSIÓN SOCIAL DE PERSONAS SIN HOGAR

    Existe una tendencia al escuchar el término
    "persona sin hogar", de pensar en situaciones de desamparo total,
    de calle… Sin embargo este concepto puede entenderse desde
    una doble vertiente: la falta de un domicilio donde vivir
    (sinhogarismo restringido) y todas aquellas situaciones donde se
    vive en condiciones poco favorecedoras para el adecuado
    desarrollo socio-personal (sinhogarismo extenso) (Cabrera y
    Rubio, 2008).

    A continuación (tabla 1) apreciamos la
    Tipología Europea sobre sinhogarismo

    (ETHOS). Esta categorización utilizada
    actualmente en el ámbito de los servicios sociales, es
    útil para dar una definición más precisa de
    cada caso particular:

    CATEGORÍA
    CONCEPTUAL

    DESCRIPCIÓN

    Sin techo
    (Rooflessness)

    1- Vive en espacio público (a
    la intemperie)

    2- Duerme en refugio nocturno y/o se
    ve obligado a pasar varias horas al día en un
    espacio público.

    3- Albergue para gente sin hogar/ Alojamiento
    temporal

    4- Refugio para mujeres.

    Sin vivienda
    (Homeless)

    5- Alojamiento para solicitantes de
    asilo e inmigrantes

    6- Instituciones de
    internamiento

    7- Alojamiento con apoyo de
    especialistas

    Vivienda insegura
    (Insecure Housing)

    8- Sin pagar alquiler

    9- Orden de desahucio

    10- Violencia

    Vivienda inadecuada
    (Inadequate Housing)

    11- Estructura temporal

    12- Alojamiento indigno

    13- Hacinamiento extremo

    Tabla 1. Clasificación de las
    PSH según la tipología ETHOS. Fuente: Cabrera y
    Rubio
    (2008).

    En el contexto Europeo, cabe destacar la meta marcada
    por la U.E. de reducir en 20 millones, las personas en riesgo o
    situación de pobreza para el año 2020, mediante
    planes de inclusión, políticas de empleo, mejora en
    la cobertura de los servicios sociales y calidad de sus
    intervenciones etc. (Comisión Europea, 2011).

    En este marco son dos las teorías que se han ido
    gestando para trabajar en el sinhogarismo. En primer lugar, la
    teoría en escalera (continuun of care) sigue el
    modelo dominante en la mayoría de países europeos y
    consiste básicamente en la superación de etapas o
    "escalones", hasta convertirse en personas preparadas para la
    vivienda, llamadas housing- ready (figura
    3).

    Monografias.com

    Figura 3. El modelo en escalera
    o
    "continuun of care". Fuente:
    elaboración propia.

    En segundo lugar, se encuentra el modelo "Housing
    First
    " (figura 4). Sus defensores sostienen que la falta de
    hogar es un factor de inestabilidad y consideran que el primer
    paso para que una persona inicie su proceso de inclusión
    social es disponer de un alojamiento digno, de vivienda.
    Además este modelo lleva consigo un acompañamiento,
    considerado voluntario, de asistencia socio-educativa que
    garantice la inclusión social y laboral y autonomía
    del usuario.

    "El modelo housing first guarda una estrecha
    relación con una visión cercana a la exigibilidad
    del derecho a la vivienda, es decir, garantizar el "derecho a
    techo" sin condicionarlo a cumplimiento de objetivos
    "
    (Pérez, Creanga, Rodríguez, Gutiérrez,
    Millas, Fábregas, Pons, García y Torjada,
    2013)

    Este modelo ha tenido un gran éxito en
    América del norte, consiguiendo el programa
    "Streets to homeless" de Toronto (Canadá) el
    mantenimiento de la vivienda de un 85% de sus
    destinatarios un año después de su inicio.
    Además de esta cifra, un 90% consideraban a la vivienda
    como un factor de gran importancia para su seguridad y
    creían en ellos mismos para labrarse un futuro (Toronto
    Shelter Support, 2007 en Pérez y cols.,
    2013).

    Monografias.com

    Figura 4. El "Housing First". Fuente:
    elaboración propia.

    En el ámbito estatal, se destacan pequeñas
    aproximaciones a este modelo, como es el caso del "Programa
    Municipal de atención a personas sin hogar de Barcelona"
    que contempla bolsas de alquiler social.

    Sin embargo a parte de estos intentos, y en
    términos generales, se pone de relieve que las
    políticas de inclusión parecen estar lejos de
    comenzar a aplicar este tipo de iniciativas, basándose en
    el tradicional modelo "en escalera". Los objetivos
    estratégicos de la inclusión activa definidos por
    el Plan nacional para la inclusión social del Reino de
    España (2013-2016) son los siguientes:

    · "Impulsar la inclusión socio-laboral
    a través del empleo de las personas más vulnerables
    teniendo en cuenta a las familias con hijos menores de edad en
    situación de riesgo de exclusión

    · Garantizar un sistema de prestaciones que
    permitan apoyar económicamente a aquellas personas en
    situación de vulnerabilidad y reducir la pobreza
    infantil

    · Garantizar la prestación de unos
    servicios básicos a toda la población enfocados de
    forma particular hacia los colectivos más
    desfavorecidos,
    especialmente el caso de
    servicios sociales, educación, sanidad, vivienda y
    sociedad de la información"

    Si comparamos este tipo de propuestas, de manera
    más minuciosa, con las realizadas anteriormente podemos es
    posible intuir que las líneas de actuación para la
    integración social de las PSH, se dirigen hacia una
    línea asistencialista, y distanciándose de
    intervenciones socio-educativas que contemplen al sujeto en su
    integridad.

    Así, el Plan para la inclusión de
    2006-2008, citaba como objetivo: "desarrollar programas de
    acogida y alojamiento de media y larga estancia en centros que
    desarrollen actividades de acompañamiento social que
    superen la asistencia básica de alojamiento y
    manutención y realicen acciones
    complementarias
    "

    Esta pretensión parece distar bastante del Plan
    actual (2013-2016) que expone como prioridad: "proporcionar
    alojamiento temporal a personas sin hogar con el fin de prevenir,
    paliar su deterioro físico y problemas de salud,
    especialmente, la enfermedad mental, alcoholismo, adicciones y
    otros estados asociados a su situación
    "

    La última definición choca frontalmente
    con las líneas de actuación que propone la
    comunidad científica. Estas radican, como se ha expuesto,
    en garantizar una intervención socio-educativa
    íntegra y de calidad, que abarque todas las áreas
    de la persona y que deje atrás los recursos meramente
    asistenciales. Recordamos que "la atención a las PSH,
    sigue estando centrada en la asistencia para la supervivencia:
    proporcionar comida cama y ropa
    " (Cabrera, 2004).

    Esta idea se reafirma desde otros sectores. Así
    en el informe de Lamarca y colaboradores (2006), se pone de
    relieve la necesidad de crear dispositivos que trabajen aspectos
    relacionados con la persona y la sociedad y no se limiten a un
    mero asistencialismo: "una vez cubierta la necesidad
    material, muchas de estas personas no continúan avanzando
    en dichos procesos
    ". Este informe además, insiste en
    reforzar la parte relacional como elemento fundamental en el
    proceso de inclusión por un doble motivo.

    En primer lugar expone la necesidad de integrar un
    espacio convivencial, en todos los dispositivos que trabajan con
    problemáticas de exclusión graves. En este sentido
    alega que una falta de este aspecto humano podría dar
    lugar a un fracaso en el itinerario.

    Por otro lado se pretende hacer partícipe a la
    persona de su propio proceso, no "blindando" el servicio social
    para que "la persona identifique el dispositivo como un punto
    de arraigo, de vinculación, como un lugar al que pertenece
    y al que puede volver tras haber sufrido una recaída en su
    proceso
    ".

    Parece por lo tanto, que nos encontramos en una etapa de
    cierto desacuerdo e incertidumbre en las políticas de
    trabajo con PSH. No obstante, en vista de la evolución del
    trabajo en otros países y de las recomendaciones de la
    comunidad científica, se procederá a diseñar
    el proyecto factible, desde una perspectiva multidimensional y
    basada en el innovador modelo "housing first".

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