Monografias.com > Salud
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Prevalencia del consumo de alcohol en adolescentes españoles en los últimos 15 años: una revisión sistemática



  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Metodología
    (material y método)
  4. Resultados
  5. Discusión
  6. Referencias

RESUMEN

El consumo de alcohol en adolescentes españoles
se encuentra ampliamente extendido, a pesar de las consecuencias
negativas para la salud física y psicológica, y de
las conductas de riesgo asociadas.

Objetivo: El objetivo de este estudio es realizar
una revisión sistemática de los estudios de
prevalencia de consumo de alcohol en los adolescentes
españoles de 12 a 18 años.

Metodología: Revisión
sistemática de estudios descriptivos sobre prevalencia de
alcohol mediante una búsqueda bibliográfica en IME
y ScieLo de artículos publicados entre 1997-2012, con
ampliación posterior mediante identificación de
otros estudios en las referencias citadas. Se encontraron
1.730 artículos, de los que 20 fueron considerados
relevantes.

Resultados: La prevalencia de consumo en alguna
ocasión oscila entre 43,7 y 92,7%; el esporádico
entre 26,8 y 73,3%; el habitual entre 2,4 y 37,8%; el consumo
moderado entre 45,6 y 56,8%; y el consumo de riesgo entre 9,4
y 18,6%. El consumo aumenta con la edad. Los
consumos experimentales y a primeras edades son similares entre
sexos, siendo superior en hombres el consumo de riesgo y en
edades más tardías. La edad de inicio tiene una
tendencia creciente desde 1998 (12,4 años) hasta 2010
(14,9 años).

Conclusiones: la prevalencia de consumo de
alcohol es preocupante por su extensión generalizada a
casi toda la población adolescente, que ha adoptado el
hábito de consumo alcohólico adaptándolo a
su cultura de ocio, especialmente de fin de semana.

Palabras clave: adolescencia,
alcohol, conductas de riesgo, prevalencia.

ABSTRACT

Alcohol consumption in Spanish, adolescents is
widespread, despite the negative consequences for the physical
and psychological health, and associate disk
behaviors.

Aim: The objective of this study is to conduct a
systematic review of prevalence studies of alcohol consumption in
Spanish adolescents of 12-18 years.

Methods: Systematic review of descriptive studies
on the prevalence of alcohol by a literature search of articles
ScieLo IME and published between 1997-2012, with
later expansion by other studies identified in the references
cited. 1,730 articles were found, of which 20 were considered
relevant.

Results: The prevalence of use sometime between
43.7 and 92.7%, the sporadic from 26.8 to 73.3%, the usual 2.4 to
37.8%, moderate consumption of 45, 6 and 56.8% and hazardous
drinking between 9.4 and 18.6%. Consumption increases with age.
The experimental consumption and early age is similar between
sexes, being higher in men consuming risk and later age. The age
of onset has an increasing trend since 1998 (12.4 years)
to 2010 (14.9 years).

Conclusions: The prevalence of alcohol
consumption is a worryingly wide data generalized to almost all
the teenage population, which has adopted the habit alcoholic
adapted to their culture of leisure, especially
weekend.

Keywords: adolescence, alcohol,
risky behavior, prevalence.

INTRODUCCIÓN

Desde la infancia el alcohol se encuentra presente en el
contexto social, vinculado a los momentos de ocio y bienestar, su
consumo, posteriormente, se convierte en un factor fundamental
del ocio de los adolescentes, especialmente durante los fines de
semana1.

Sin embargo, las consecuencias para la salud del
organismo, especialmente de los adolescentes, son notables a
nivel físico4 y psicológico porqué afecta al
sistema nervioso central5, produciendo delirium tremens,
alucinosis, psicosis paranoide, encefalopatía, etc. En la
adolescencia se ha asociado el consumo de alcohol a los estados
de ánimo negativos, como depresión y
ansiedad6,7.

A pesar de las consecuencias negativas del consumo de
alcohol, según la Encuesta Estatal sobre Uso de Drogas en
Enseñanzas Secundarias
(ESTUDES)8, la droga más
consumida por los estudiantes de 14 a 18 años sigue siendo
el alcohol. En 2010, el 75% había consumido bebidas
alcohólicas alguna vez en su vida, mientras que un 63%
eran consumidores, quiere decir, que habían
consumido alcohol dentro de los 30 días anteriores a la
realización de la encuesta. También se ha
constatado la precocidad de muchos adolescentes en el inicio del
consumo de alcohol3, 9,10.
Según la ESTUDES8, la edad media de inicio de consumo de
alcohol se sitúa entre los 13 y 14 años. El hecho
de ser una droga legal, provoca que exista una cierta
permisividad paterna con respecto a su consumo3.

El consumo de alcohol en adolescentes está
asociado a la visita a bares o pubs, espacios abiertos (el
botellón, o ingesta de alcohol en playas, parques,
descampados, etc.) y discotecas, siendo el cubata la forma de
consumir alcohol más usada durante el fin de semana,
frente a la cerveza entre semana8. No obstante, ha cambiado el
hábito de consumo, ya que se ha incrementado la
prevalencia de borracheras, que ha pasado del 16,1% en
1994 al 35,6% en 20108. El fenómeno del
botellón, por el que los adolescentes se
reúnen para adquirir la bebida alcohólica en los
comercios y consumirla posteriormente en la vía
pública11 se ha generalizado en los últimos 15
años entre los adolescentes, que han convertido el alcohol
en el nexo de socialización de este tipo de encuentros12.
De hecho, el consumo de alcohol por los pares es un importante
factor de riesgo, ya que entre aquellos adolescentes que tienen
amigos que consumen alcohol existen más posibilidades de
contacto con este tipo de droga13.

El panorama de consumo de alcohol a edades tempranas es
un problema de salud pública y, conocer la prevalencia de
su ingesta entre los adolescentes españoles es el primer
paso para prevenir los riesgos asociados a su consumo, Por este
motivo, el objetivo de este artículo es realizar una
revisión sistemática de los estudios de prevalencia
de consumo de alcohol en los adolescentes españoles de 12
a 18 años.

METODOLOGÍA (MATERIAL Y
MÉTODO)

Para identificar los trabajos publicados sobre la
prevalencia del consumo de alcohol entre los adolescentes
españoles, se utilizaron las bases de datos del
índex medicus español (IME) y de ScieLo.

La búsqueda de los trabajos científicos de
prevalencia se realizó con los siguientes criterios de
búsqueda:

a) Tipo de estudio: estudios realizados
mediante un muestreo aleatorio.

b) Unidad de análisis: adolescentes
españoles de edades comprendidas entre los 12 y 18
años.

c) Ámbito de estudio: estudios a
nivel nacional, regional o local en el Estado
Español.

d) Evento: consumo de alcohol.

e) Años de publicación: 1997
a 2012.

Las palabras clave utilizadas para la búsqueda
electrónica (en la forma de descriptores o de palabras)
fueron: alcohol, adolescentes, prevalencia, drogas legales,
España. Se utilizó la siguiente ecuación de
búsqueda:

(ALCOHOL OR DROGAS LEGALES) AND (ADOLESCENTES OR ESO OR
ESCOLARES OR EGB) AND (PREVALENCIA OR CONSUMO).

El número de artículos localizados
inicialmente se amplió mediante la identificación
de estudios citados en las revisiones y en las referencias
citadas en los artículos de las bases de datos, que se
ajustaron a los términos de búsqueda.

Se excluyeron los trabajos de muestreo intencional o no
representativo, y aquellas medidas fuera del ámbito
geográfico español.

Para cada artículo, se extrajeron los siguientes
datos: autores, título, año del estudio, año
de publicación, ámbito geográfico, unidades
de medidas del consumo de alcohol, tipo de muestreo,
tamaño de muestra, edad de las poblaciones de estudios,
prevalencias del consumo de alcohol global, según edad de
grupo, y edad de inicio del consumo. (Tabla 2),

Se clasificaron los estudios según el tipo de
consumo (en alguna ocasión, esporádico, habitual,
consumo moderado, consumo de riesgo) y el grupo de edad
(Educación Secundaria-ESO-Bachiller, Educación
Secundaria

+Bachiller). En cada una de estas categorías se
analizó la homogeneidad de las prevalencias mediante el
test de la Ji-Cuadrado y el análisis de residuos
estandarizados y ajustados. En los estudios con prevalencias
homogéneas (residuos estandarizados-ajustados<1,96), y
con el fin de obtener un estimador global, se calculó la
prevalencia sintética, ponderando la proporción del
consumo de alcohol por el tamaño muestral de cada estudio.
La fórmula aplicada fue la siguiente:

Prevalencia sintética: = Monografias.com

ni: tamaño de la muestra del
estudio i: pi: prevalencia del consumo de alcohol en el estudio
i.

De forma análoga se sintetizaron los resultados
sobre la edad de inicio del consumo en los trabajos publicados
durante el mismo año, mediante la siguiente
fórmula:

Edad de inicio del consumo sintética
= Monografias.com

ni= tamaño de la muestra del
estudio = edad de inicio del consumo en el estudio.

Previamente se comprobó la
homogeneidad de medias.

RESULTADOS

En esta revisión se describen 20 estudios sobre
prevalencia de consumo de alcohol en adolescentes
españoles que fueron realizados en la década de los
90 del siglo XX y primeros años del siglo XXI, recogiendo
datos comprendidos entre 1987 y 2010. Estos datos proceden de
estudios descriptivos transversales.

Para la clasificación de las prevalencias de
consumo se han establecido categorías de frecuencia de
consumo (consumo habitual y consumo esporádico),
así como de intensidad de consumo (moderado, de riesgo).
También se ha creado la categoría de "consumo en
alguna ocasión", que refiere un consumo que no sigue un
patrón determinado, sino que depende de la
situación y no es habitual (tabla 1).

El rango de edades de los escolares y adolescentes
oscila entre los 10 y los 19 años,
perteneciendo casi todos ellos al nivel educativo de secundaria
(en la actualidad ESO, anteriormente BUP) o similar, como es la
formación profesional (FP). Sólo un estudio fue
realizado mediante una muestra de escolares de menos de 12
años (Pérula et al., 1998), seleccionados en un
centro de educación general básica (EGB, actual
Primaria, segundo ciclo). El resto de artículos han
estudiado adolescentes con edades superiores a 12 años
hasta 19 (tabla 2).

Los tamaños muéstrales oscilan entre 132
(Senra, 2010) y 5.013 adolescentes (Ariza et al., 2000), siendo
el total de adolescentes que formaron parte de los diferentes
estudios de 22.189, que fueron seleccionados para los
correspondientes estudios mediante diversos procedimientos de
muestreo por conglomerados, representativos, aleatorio
estratificado y aleatorio simple.

Los ámbitos geográficos son
representativos de todo el territorio nacional, incluyendo las
islas Canarias (Cabrera et al., 2004), y se encuentran repartidos
entre diferentes comunidades autónomas de distintas
zonas geográficas y de diferentes
características socioeconómicas. Se realizaron
estudios en la Comunidad Valenciana (Espada et al., 2000; Pons y
Berjano, 1999; Pons, 1998; Torregrosa et al., 2007),
Andalucía (Pérula et al., 1998, Pérez et
al., 2005, Alcalá et al., 2000), Cataluña
(Salamó et al., 2005, Martínez et al., 2011,
Guitart et al., 2011, Ariza et al., 2000), Canarias (Cabrera et
al., 2004), Castilla la Mancha (Orgaz et al., 2005), Cantabria
(Paniagua et al., 2001), Asturias (Moral, 2003; Moral et al.,
2010), Galicia (Almazán et al; 2005), Murcia (López
et al., 2000) y Navarra (Dura, 2002).

En relación con la prevalencia del consumo de
alcohol en alguna ocasión (tabla 3), se encuentran 18
estudios en los que se incluye esta categoría, de los
cuales en dos de ellos se estudian adolescentes de nivel
educativo de ESO, en otros dos de Bachillerato y en el resto con
adolescentes de ambos ciclos educativos. La prevalencia de
adolescentes que han consumido en alguna ocasión bebidas
alcohólicas oscilan entre el 43,7% (IC 95%:
39,5-47,9) del estudio de Pérula (1998) y el
92,7% ponderado de los estudios de Ariza (1999), Orgaz (2005) y
Pons y Berjano (1999). El primero de ellos analiza el consumo de
alcohol entre los escolares, con un promedio de edad de 12,4
años y un rango de edades entre 10 y 15 años en una
Zona Básica de Salud de Córdoba, con datos
recogidos en el año 1993. Los factores asociados al
consumo de alcohol en alguna ocasión fueron la edad (OR
= 0,83; IC95%: 0,70-0,98), ser varón (OR =
1,78; IC 95%: 1,16-2,73), el consumo de alcohol en los hermanos
mayores (OR = 2,25; IC 95%: 1,35-3,75), la ingesta
de medicamentos para el nerviosismo (OR = 5,33; IC 95%:
1,26-22,5), bajo rendimiento escolar (OR = 1,002; IC 95%:
1,001-1,005), consumo de tabaco (OR = 4,55; IC 95%: 2,40-8,61) y
sentimiento de soledad (OR = 1,41; IC 95%: 1,01-1,97). El estudio
de Ariza et al. (2003) recogió datos de 5.013 escolares
entre 12 y 13 años de edad de la ciudad de Barcelona en
cinco años no consecutivos (período 1987-1999),
observándose un descenso significativo del consumo de
alcohol por lo menos una vez en dicho período. En el
año 1987 se encontró una prevalencia de 73,4% de
adolescentes que había probado el alcohol, siendo dicha
prevalencia de 59,3% en 1999 (p < 0,0001). El estudio de Orgaz
et al. (2005) seleccionaron, en el año 2003,
a 625 adolescentes toledanos entre 13 y 18
años de tercero y cuarto de ESO y primero de Bachillerato,
encontrándose que el 93,4% (IC 95%: 91,1-95,2)
había consumido alcohol en alguna ocasión. Los
estudios de Pons y Berjano (1999), Ariza et al. (2003), Orgaz et
al. (2005) muestran la prevalencia más alta de consumo de
alcohol en alguna ocasión, con el 92,7% de los 6.758
adolescentes encuestados que reconocen haber probado el alcohol.
En el estudio de Pons y Berjano (1999), la edad media es de 16,3
años, el 80% de los sujetos tienen edades comprendidas
entre 15 y 17 años.

El consumo experimental de alcohol tiene unas cifras de
prevalencia muy similares entre ambos sexos en la mayoría
de los estudios revisados. Espada et al. (2000) encontró
una prevalencia de consumo de alcohol en alguna ocasión en
varones de 70,1% y de 65,3% en mujeres; Paniagua et al. (2001),
que encontró una prevalencia de 69,2% (IC 95%: 67,2-71,1),
indica que el sexo no es un factor relacionado con el consumo de
alcohol; Pérez et al. (2005), que encontró una
prevalencia de 75% (IC 95%: 71-84), tampoco encontró una
vinculación del consumo experimental de alcohol con el
sexo, al igual que ocurre en el estudio de Orgaz et al. (2005),
en el que siendo la prevalencia de consumo de alcohol en alguna
ocasión mayor en el grupo de mujeres (94,80%, frente a
91,94% en los varones), dicha diferencia no es
estadísticamente significativa; Salamó et al.
(2010), que observó una prevalencia de consumo
experimental del 58%, encontró que el 57,7% de los chicos
y el 58% de las chicas habían probado el alcohol, siendo
ambos porcentajes estadísticamente iguales (
2 = 0,95; p > 0,05). Sin embargo,
Pérula et al. (1998) observó diferencias
significativas entre chicos y chicas en la experimentación
con el alcohol, ya que el 48,8% de los niños
declaró haber consumido alcohol frente al 38,2% de las
niñas ( 2 = 5,48; p <
0,05). Otro estudio en el que se han observado diferencias en
función del sexo, en esta ocasión siendo la
prevalencia mayor para las mujeres, es el de Martínez et
al. (2012), en el que participaron 2.564 adolescentes de
Cataluña entre 14 y 18 años en el marco de la
Segunda Oleada del Panel de Familias e Infancia, en el que se
encontró que el 66,9% de las mujeres y el 61,5% de
los hombres había probado el alcohol alguna vez en
su vida ( 2 = 7,89; p
<</font> 0,01).

En la tabla 4 se encuentran los estudios en los
que se extrajeron cifras de prevalencia relativas al consumo
esporádico de los adolescentes. Existen 13 estudios, en
los que se ha observado que las prevalencias de consumo
esporádico oscilan entre 26,8% (IC 95%: 23,2-30,8),
según Pérula et al. (1998) y el 73,3%
(Martínez et al. 2010). Los estudios realizados con
muestras de ESO-Bachiller tienen una prevalencia de consumo
esporádico superior a los estudios realizados con muestras
de ESO, indicando la diferencia que existe en el consumo de
alcohol en función de la edad. El estudio de Senra (2010),
realizado sobre 132 adolescentes entre 12 y 17 años,
muestra un consumo etiquetado como ocasional del 45,5%. Al tener
en cuenta el sexo, el 35,9% de los varones y el 24,1% de las
mujeres se declara consumidor ocasional, lo que implica una
diferencia significativa, como señala la autora. Los datos
obtenidos por Cabrera et al. (2004) muestran que el 44,1% de los
1.399 adolescentes entre 12 y 18 años de Lanzarote
examinados consumen alcohol de forma ocasional (IC 95%:
42,56-46,70).

En las muestras de ESO, el estudio de Espada et
al. (2000) obtuvo una prevalencia 29,9% en consumo
esporádico, de los que el 6,5% había consumido
alcohol en la última semana, el 42% hacía menos de
un mes, el 33,8% en el último año y el
16,9% hacía más de un año. Dicha prevalencia
es algo superior en el trabajo de Salamó et al. (2005),
que alcanza un valor del 37,1%, siendo muy igualada la
prevalencia en función del sexo, ya que el
36% de los chicos y el 38% de las chicas se consideran
consumidores ocasionales ( 2 = 0,64;
p > 0,05).

En la tabla 5 se presentan los resultados
relativos a la prevalencia del consumo de alcohol en grado
habitual en la población adolescente española.
Todos los estudios que recogen cifras de prevalencia de consumo
habitual incluyen sujetos de ESO y Bachillerato. Se han
encontrado 10 estudios que incluyen una
clasificación del consumo habitual (ver tabla 1). La
muestra total seleccionada es de 13.752 adolescentes entre 12 y
19 años.

La mayor prevalencia de consumo habitual ha sido
hallada en el estudio de Espada (2000) (37,8%; IC 95%:
34,8-40,8). En este estudio se observa que la gran mayoría
de adolescentes que beben de forma habitual tiene un
patrón de consumo de uno (72,4%) o dos días a la
semana (20,5%). Este consumo se suele restringir en la
mayoría de los sujetos a los fines de semana (87,7%).
Sólo un 7% bebe alcohol durante toda la semana y el 5,3%
entre semana.

Por el contrario, la prevalencia más baja
de consumo habitual se encuentra en el estudio de López
(2001), que encontró un porcentaje de 2,4% (IC 95%:
1,5-3,3) de sujetos que beben alcohol a diario. No
obstante, también se observó que, entre los
escolares que beben, el 51,8% (IC 95%: 48,7-54,9) consume alcohol
los fines de semana, lo que supone una prevalencia
del43,23% (IC 95%: 40,17-46,29). El estudio de Orgaz
et al. (2005) observó una prevalencia de consumo diario
del 8% (IC 95%: 6,05-10,48), siendo este consumo más
frecuente en varones (11,07%) que en mujeres (5,19%) (
2 = 6,52; p < 0,05).
También se encontró que un elevado porcentaje de
adolescentes consume alcohol de forma habitual los fines de
semana (69,60%; IC 95%: 65,84-73,31). El estudio de Cabrera
(2004) ha registrado una prevalencia similar de consumo habitual
(9,5%; IC 95%: 7,96-11,04).

En la categoría de consumo moderado de
alcohol se han encontrado dos artículos (Pons, 1998;
Moral, 2003) (tabla 6). El artículo de Pons (1998) indica
una cifra de prevalencia de consumo moderado de 56,8% (IC
95%: 53,9-59,7). En este estudio, la
categoría de consumo se obtuvo mediante un análisis
clúster a partir de las respuestas de los sujetos a la
escala HABICOL-92, que permite estimar el consumo de alcohol. El
estudio de Moral (2003) indica una prevalencia de consumo
moderado de 45,6%, calculada a partir de la autopercepción
del propio sujeto de su hábito
alcohólico.

En cuanto a la detección del consumo de
riesgo en hábitos sobre alcohol en población
adolescente (tabla 7), se han encontrado tres estudios
(Pons, 1998; Moral, 2003; Guitart, 2010). El estudio
que ha hallado una prevalencia más alta de consumo de
riesgo es el realizado por Pons (1998), que observó que el
18,6% (IC 95%: 16,3-20,9) de los adolescentes encuestados,
procedentes de una muestra de Bachillerato, tienen un consumo que
se puede clasificar dentro de esta categoría, según
los resultados de la prueba de conglomerados realizada a partir
de las respuestas dadas a la escala HABICOL-92. En el estudio de
Guitart et al. (2010) aparecen dos prevalencias distintas de
consumo de riesgo en hábitos alcohólicos, en
función del instrumento utilizado. La valoración
realizada con el AUDIT-C arrojó una prevalencia de 11,3%
(IC 95%: 9,3-13,3), mientras que la evaluación realizada
mediante la inclusión en el Programa de Medidas
Alternativas (PMA) indicó una prevalencia del 4% (IC 95%:
2,8-5,2). El estudio realizado por Moral et al. (2003) muestra
una prevalencia de consumo de riesgo de 9,4% (IC 95%: 7,8-11),
entendiendo como tal el consumo auto percibido
excesivo.

Por último, en la tabla 8 se presentan las
edades de inicio promedio de consumo de alcohol en todas las
muestras analizadas en función del año de
publicación de los estudios. Se observa que, con
oscilaciones, parece existir una tendencia al retraso en el debut
en el consumo de bebidas con alcohol, que se ha incrementado
desde el año 1998 hasta el año 2010, pasando
de 12,4 años a 14,9 (ver figuras
1).

La edad media de inicio más temprana
observada es de 12 años, en los estudios de Alcalá
et al. (2002) y Senra (2010). Espada et al. (2000) han detectado
que los varones no comienzan el consumo de alcohol a una edad
más temprana que las mujeres, ya que los primeros
comienzan a los 12,1 años, frente a 12,2 años en
las mujeres, sin que esta diferencia sea estadísticamente
significativa. Moral et al. (2010) han observado que el grupo de
adolescentes entre 12-15 años tiene un consumo de alcohol
más bajo que el grupo entre 16-18 años, y que
conforme aumenta la edad se encuentra un mayor
consumo en todas las categorías (excesivo, moderado, poco)
y una menor prevalencia de no consumo.

El estudio de Durá (2002) también
indica que los alumnos de 3º y 4º de ESO tienen una
prevalencia en consumo de alcohol significativamente superior a
los de 1º y 2º. Además, en todos los cursos y
categorías de consumo se ha observado que las mujeres
consumen menos que los hombres.

DISCUSIÓN

Los resultados obtenidos en esta revisión
sistemática indican que el consumo de alcohol se encuentra
ampliamente extendido en la población adolescente
española entre 10 y 19 años de edad. Se puede
afirmar que casi todos los sujetos que han participado en los
diferentes estudios han probado el alcohol por lo menos una vez
en la vida, lo que la ESTUDES8 también parece corroborar
con estos resultados, según se trata de la droga
que se encuentra más extendida entre los
adolescentes. Los resultados también indican la precocidad
en el debut del consumo de alcohol, de acuerdo con los hallazgos
de estudios similares29, 30,31 que se
sitúa, actualmente en 14,9 años, aunque con una
tendencia observable al incremento de la edad de inicio desde el
año 1998, en la que se situaba en 12,4
años. Resulta alarmante la elevada proporción de
adolescentes que realizan un uso de alcohol que puede ser
considerado de riesgo, llegando a rozar una quinta parte de los
sujetos entre 15 y 19 años, lo cual puede ser considerado
como una auténtica epidemia en cuanto a hábitos
tóxicos.

Las prevalencias relativas al consumo de alcohol
en alguna ocasión están asociadas, en muchos de los
adolescentes, a una actitud experimental en este grupo de edad.
Espada et al3 señalan que el 42% de los adolescentes
prueban el alcohol por curiosidad, cifra muy similar a la hallada
por Senra15, que se sitúa en el 38,6%. La presión
de los pares también es un factor de inicio
en el consumo muy importante, con un 27% de los adolescentes
motivados por esta causa3, aunque existen cifras dispares, ya que
Senra15 ofrece un porcentaje del 12% de adolescentes impulsados
por esta causa. La influencia social es patente cuando se observa
que cuando los adolescentes no son consumidores de alcohol sus
amigos tampoco lo son, mientras que es más raro encontrar
no consumidores entre los amigos de adolescentes que sí
tienen este hábito. Según Paniagua et al24, los
amigos (54,1%) y los familiares (16,4%) son los principales
iniciadores en este hábito. Esta tendencia hacia la
experimentación es especialmente constatable durante los
fines de semana, que es el momento en el que los
adolescentes consumen más alcohol, como se indica en
los estudios de Orgaz et al23, López et al27, aunque los
estudios descriptivos de cohortes muestran un descenso de la
prevalencia de consumo de alcohol en fines de
semana16.

Los datos de prevalencia de alcohol son
consistentes con los de estudios internacionales. En Estados
Unidos, Johnston et al32 encontraron que el 77,9% de
los varones y el 78,5% de las mujeres de 12º grado de
secundaria (17-19 años) habían consumido alcohol en
alguna ocasión. La Encuesta de Conductas de Riesgo entre
Jóvenes de 200933 (Youth Risk Behavior Surveillance, 2009)
encontrón que el 72,5% de los estudiantes habían
probado el alcohol, que fue algo mayor en mujeres (74,2%) que en
hombres (70,8%). En Brasil34 se han encontrado prevalencias de
consumo en los últimos 30 días en adolescentes
entre 11 y 15 años del 23% (21,7% en mujeres y 24,2% en
varones), siendo destacable el hecho de que el 11,9% de los
niños y niñas de 11 años ya había
probado el alcohol.

Respecto a las diferencias de consumo entre
hombres y mujeres, en principio se podría pensar que la
prevalencia es mayor entre los varones. Sin embargo, los
investigadores sugieren que dichas diferencias están
desapareciendo, y que los hábitos alcohólicos
están convergiendo35. Sin embargo, según Windle36
existe más convergencia en ciertos indicadores de consumo
alcohólico que en otros. Entre los adolescentes de
primeros cursos de secundaria parece existir una
mayor similitud entre las prevalencia de consumo en hombres y
mujeres, mientras que a partir de los 17 años se observa
que la prevalencia de consumo de alcohol en hombres es superior.
Los estudios revisados muestran que las mujeres tienen un mayor
consumo ocasional que los hombres, mientras que en éstos
es superior la prevalencia de consumos de riesgo o
habituales28. Las mujeres tienen una conducta
experimental igual a la de los hombres respecto al consumo
de alcohol. Orgaz et al23 encontraron que el 94,8% de las mujeres
había probado el alcohol en alguna ocasión, frente
al 91,94% de los hombres. Los consumos de fin de semana y la
prevalencia de embriaguez también son muy
parecidos entre ambos géneros. Sin embargo, cuando
se observan las conductas de riesgo, como el consumo diario, la
prevalencia es superior en varones23. Tampoco existen diferencias
en función del género en la edad de inicio, que se
sitúa en torno a los 12 años tanto para hombres
como para mujeres3. La igualdad entre hombres y mujeres muestra
que los patrones de ocio son muy parecidos en la adolescencia
entre ambos sexos.

La edad es uno de los mejores predictores de las
conductas de uso de alcohol entre adolescentes,
encontrándose que los consumos son mayores conforme
aumenta la edad21. Otros estudios internacionales también
han llegado a la misma conclusión34. Los diferentes
umbrales de acceso legal al alcohol no parecen influir en el
consumo de los adolescentes. En España el
consumo de alcohol es legal a partir de 18 años,
frente a 21 de Estados Unidos. Sin embargo, las prevalencias de
consumo son muy similares entre ambos
países.

Las diferencias en consumo se pueden observar
sobre todo entre los adolescentes más tempranos y los
adolescentes tardíos19, aunque la tendencia es creciente a
lo largo de toda la adolescencia en ambos sexos21. Esta tendencia
puede estar relacionada con la iniciación de los
adolescentes en las conductas consideradas propias de los
adultos, por lo que existe una mayor tolerancia al
uso de esta droga conforme se van aproximando a la mayoría
de edad.

No obstante, los resultados obtenidos hay que
interpretarlos con las debidas cautelas, debido a las
limitaciones del estudio. Uno de ellos es la rápida
evolución de las conductas de ocio en los últimos
20 años, que deben hacernos considerar si los datos
obtenidos sobre patrones de ingesta de alcohol tienen sentido en
la actualidad, en una sociedad en la que los jóvenes se
encuentran sumergidos en el ámbito de las
tecnologías de la información y de las redes
sociales. Por otra parte, no se han establecido las variables que
podrían incidir en la prevalencia de consumo de alcohol,
como el ámbito rural o urbano o el estatus
socioeconómico. La inclusión de esta
población podría suponer una modificación
sustancial de los resultados.

Estos resultados muestran que estamos ante un
auténtico problema de salud pública, por las
consecuencias negativas que el alcohol tiene para la salud de los
adolescentes, tanto física37 como psicológica38 y
por su relación con otras conductas de riesgo33.
Lamentablemente, existe una alta permisividad social hacia este
tipo de conductas, lo que se manifiesta en la
creencia de muchos adolescentes de que el alcohol no es una
droga y que no produce dependencia27. Se trata de un problema muy
difícil de erradicar, ya que se encuentra muy vinculado a
las actividades de ocio de los adolescentes durante los fines de
semana, pasando el alcohol a formar una parte fundamental de
dicha cultura de ocio. Sin embargo, es necesario promover
campañas educativas para las familias y los adolescentes
encaminadas a educar a esta población en las consecuencias
negativas del consumo de alcohol, así como establecer
otras alternativas de ocio más saludables relacionadas con
el deporte y las actividades al aire libre.

En un futuro, es necesario realizar un
análisis descriptivo y comparativo del consumo de alcohol
en diferentes ámbitos (rural vs urbano, familia de
procedencia monoparental vs biparental, etc.) con el fin de
encontrar aquellos factores relacionados con la ingesta de
alcohol en los adolescentes, así como establecer un
programa educativo en colegios e institutos encaminado a promover
conductas saludables en relación con el alcohol y el
ocio.

Monografias.com

Monografias.com

Monografias.com

Monografias.com

Monografias.com

Monografias.com

Monografias.com

Monografias.com

Tabla 8. Edad de
inicio

Año de

publicación

Edad de

inicio

1998

12,4

1999

14,1

2000

12,2

2002

13,6

2003

13,6

2005

13,3

2008

14,8

2010

14,9

Monografias.com

REFERENCIAS

1. Sánchez L. Consumo de
alcohol en la población juvenil. Adicciones:
Rev. de Socidrogalcohol 2002; 14:99-114.

2. Hidalgo MI, Redondo AM. Consumo de drogas en la
adolescencia. Pediatr Integral 2005; IX
(2):137-155.

3. Espada JP, Méndez FX, Hidalgo MD.
Consumo de alcohol en escolares: descenso de la edad de inicio y
cambios en los patrones de ingesta. Adicciones 2000;
12(1):57-64.

4. Pons J, Berjano E. El consumo abusivo de
alcohol en la adolescencia: un modelo explicativo desde la
psicología social. Plan Nacional Sobre Droga,
1999.

5. Squeglia LM, Schweinburg AD,
Pulido C, Tapert SF. Adolescent Binge Drinking
Linked to Abnormal Spatial Working Memory Brain Activation:
Differential Gender Effects. Alcoholism: Clin Experiment Res
2011; 35:1831-1841.

6. Ahonen EQ, Nebot M, Giménez E. Negative
mood states and related factors in a simple of adolescent
secondary school in Barcelona (Spain). Gac Sanit 2007;
21(1):43-52.

7. Martínez Hernáez A,
MaríKlose M, Juliá A, Escapa S, MaríKlose P.
Consumo episódico excesivo de alcohol en adolescentes: su
asociación con los estados de ánimo negativos y los
factores familiares. Rev. Esp Salud Pública
2012; 86:101-114.

8. Observatorio Español sobre
las Drogas y la Toxicomanía. Encuesta Estatal
sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias (ESTUDES).
Madrid: Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad,
2011.

9. de la Villa M, Rodríguez FJ, Ovejero A,
Sirvent C. Cambios actitudinales y reducción del consumo
de alcohol en adolescentes a partir de un programa de
intervención psicosocial. Adicciones 2009;
21(3):207-220.

10. Almazán R, Sousa E, Fernández N,
Mate FJ. Prevalencia y patrones de consumo de alcohol en una
población de adolescentes. Aten Primaria 2006;
38(8):465.

11. Cortés MT, Espejo B, Martín del
Río B, Gómez C. Tipologías de consumidores
de alcohol dentro de la práctica del botellón en
tres ciudades españolas. Psicothema 2010;
22(3):363-368.

12. Calafat A, Juan M, Becoña E, et al. El
consumo de alcohol en la lógica del botellón.
Adicciones 2005; 17(3):193-202.

13. Pérez A, Martínez ML,
Pérez R, et al. Alcohol en adolescentes, estudio sobre
dependencia y relación con aspectos psicológicos y
sociofamiliaries. Medicina de Familia (And) 2005;
6(1):28-33.

14. Pérula de Torres LA, Ruiz Moral R,
Fernández García JA, Herrera Morcillo E, de Miguel
Vázquez MD, Bueno Cobo JM. Consumo de alcohol entre los
escolares de una zona básica de salud de Córdoba.
Rev. Esp Salud Pública 1998; 72:331-
341.

15. Senra Valera M. Educar en habilidades sociales
para prevenir el abuso de alcohol en la adolescencia. REOP
2010;2(2):423- 433.

16. Ariza C, Nebot M, Villalbí
JR, Díez E, Tomás Z, Valmayor S.
Tendencias en el consumo de tabaco, alcohol y cannabis de
los escolares de Barcelona (1987-1999). Gac Sanit 2003;
17(3):190-195.

17. Cabrera Mateos JL, Mendoza Luzardo MC,
Gutiérrez Riquelme F. Consumo de alcohol en adolescentes
de tres municipios de Lanzarote. Semergen 2004;
5:210-217.

18. Pons Díez J. El modelado familiar y el
papel educativo de los padres en la etiología del consumo
de alcohol en los adolescentes. Rev. Esp Salud Pública
1998;72:251-266.

19. Torregrosa MS, Inglés CJ,
Delgado B, Martínez-Monteagudo MC. Frecuencia
del consumo de drogas legales: Diferencias de edad
en la adolescencia. Rev. Esp Drogodependencias 2007;
32(2):181-195.

20. Alcalá Cornide M, Azañas Ruiz S,
Moreno Torres S, Gálvez Alcaraz L. Consumo de alcohol,
tabaco y otras drogas en adolescentes, estudio de dos cortes. Med
Fam (And) 2002; 3(2):81-87.

21. Salamó Avellaneda A, Gras
Pérez ME, Font-Mayolas S. Patrones de consumo
de alcohol en la adolescencia. Psicothema 2010;
22(2):189-195.

22. Guitart AM, Bartroli M, Villalbí JR,
Guilañá E, Castellano Y, Espelt A, et al.
Prevención indicada del consumo problemático de
drogas en adolescentes de Barcelona. Rev. Esp Salud
Pública 2012; 86:189-198.

23. Orgaz Gallego MP, Segovia Jiménez M,
López de Castro F, Tricio Armero MA. Consumo de alcohol en
escolares toledanos, motivos y alternativas. Aten Primaria
2005; 36(6):297-305.

24. Paniagua Repetto H, García Calatayud S,
Castellano Barca G, Sarrallé Serrano R, Redondo Figuero F.
Consumo de tabaco, alcohol y drogas no legales entre adolescentes
y relación con los hábitos de vida y el entorno. An
Esp Pediatr 2001; 55:121-128.

25. Moral Jiménez MV, Ovejero Bernal A,
Rodríguez Díaz FJ, Sirvent Ruiz C. Hábitos
de consumo de alcohol y otras sustancias psicoactivas asociados a
pautas de ocio juvenil. Revista de Psicología Social
Aplicada 2003; 13(2):5-28.

26. Moral Jiménez MV, Ovejero Bernal A.
Consumo abusivo de alcohol en adolescentes españoles:
tendencias emergentes y percepciones de riesgo. Univ. Psychol
2011;10(1):71-87.

27. López JR, Antolín N,
Barceló MV, Pérez M, Ballesteros AM, García
AL. Consumo de alcohol en los escolares de un área
de salud. Hábitos y creencias. Aten Primaria
2001;27(3):159-165.

28. Durá T. Consumo de alcohol en
adolescentes de educación secundaria obligatoria. ANALES
Sis San Navarra 2002;
25(3):281-287.

29. Martínez J, García J, Domingo M,
Machín AJ. Consumo de alcohol, tabaco y drogas en
adolescentes. Aten Primaria 1996; 18:
383-385.

30. Alonso J, Rosado J, Ruiz-Morote R, Alonso J.
Consumo de alcohol y adolescencia: estudio epidemiológico
descriptivo. Aten Primaria 1997; 19:183-187.

31. Castillo JM. Valoración de factores de
riesgo del consumo de alcohol en jóvenes. Aten Primaria
1997; 20: 376-380.

32. Johnston LD, O"Malley PM, Bachman
JG. Monitoring the Future National Survey Results on
Drug Use, 1975–2002: Vol. 1. Secondary School
Students. (NIH Pub. No. 03–5375). National Institute of
Drug Abuse: Bethesda, MD: 2003.

33. Eaton DK, Kann L, Kinchen S,
Shanklin S, Ross J, Hawkins J. Youth Risk Behavior
Surveillance — United States, 2009. MMWR 2010;
59:SS-5.

34. Scheneider Strauch E, Tavares Pinheiro R,
Azevedo Silva R, Lessa Horta B. Alcohol use among adolescents: a
population- based study. Rev Saúde Pública 2009;
43(4):647-655.

35. White HR, Huselid RF. Gender differences in
alcohol use during adolescence. En: Wilsnack RW, Wilsnack SC
(Eds). Gender and Alcohol: Individual and Social Perspectives.
Rutgers Center on Alcohol Studies: New Brunswick, NJ, 1997, pp.
176-198.

36. Windle M. Alcohol Use among
Adolescents and Young Adults [Internet]. National
Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism 2003
[acceso 21 de septiembre de 2013]. Disponible en:
http://pubs.niaaa.nih.gov/publications/arh27-1/79-86.htm

37. McCambridge J, McAlaney J, Rowe R. Adult
consequences of late adolescent alcohol consumption: a systematic
review of cohort studies. PLoS Med 2011; 8(2).

38. Hoel S, Eriksen BM, Breidablik HJ, Meland E.
Adolescent alcohol use, psychological health, and social
integration. Scand J Public Health 2004;
32(5):361-367.

AGRADECIMIENTOS

A Dios todopoderoso por darme vida y conservar mi
salud, al Ministerio de Educación Superior de Ciencia y
Tecnología por ayudarme en la obtención de mis
conocimientos para mi beneficio y de mi país
República Dominicana, a mi familia y amigos que me
apoyaron en todo momento, extiendo un especial agradecimiento al
D. Alberto Manuel Torres Cantero.- Coordinador del Máster
Oficial de Salud Pública, D. Juan José
Gascón Cánovas y Dª Miriam Moñino
García, por brindarme su apoyo y confianza durante mi
trayectoria, sobre todo en los momentos más
difíciles sin perderme la confianza,
Bendiciones.

 

 

Autor:

Robinson Espinal
Núñez

Tutor:

Prof. D. Juan José Gascón
Cánovas

Cotutora:

Dª. Miriam Moñino
García

Máster Universitario en Salud
Pública

Curso 2012/2013

Departamento de Ciencias
Sociosanitarias

Facultad de Medicina

Tesis de Máster en Salud Pública
(Septiembre 2013)

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter