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El proceso migratorio en Rusia




Enviado por Evelyn Garriga Arias



  1. Resumen
  2. La
    emigración
  3. La
    inmigración
  4. El
    marco jurídico; su aplicación y
    evolución
  5. Conclusiones
  6. Bibliografía

Resumen:

La República Federativa de Rusia, mayor entidad
estatal derivada de la desintegración de la Unión
Soviética, fue protagonista de un espectacular movimiento
migratorio en sus primeros quince años de vida. En un
principio, casi hasta fines de la década del noventa,
Rusia fue un destacado emisor de migrantes, pero posteriormente,
debido a la progresiva superación de la inestabilidad
interna y a la notable recuperación económica
generada por los altos precios de los hidrocarburos, el
país se convirtió en importante receptor,
presentando un saldo migratorio positivo al terminar el primer
lustro del presente siglo. En los últimos años, el
gigante euroasiático presenta patrones migratorios
similares a los prevalecientes en los principales
países desarrollados y como en aquellos es
escenario de políticas restrictivas, que fomentan la
discriminación y la xenofobia y en ocasiones la
violencia.

Palabras claves:

Desintegración de la Unión
Soviética, Espacio posoviético, migrantes,
emigración, inmigración, discriminación,
Xenofobia, ultraderecha

La última década de la pasada centuria y
la primera del presente siglo han sido testigos de masivos
movimientos migratorios internacionales, que para el 2005
llegaron a totalizar casi 200 millones de personas. Ello ha sido,
sobre todo, el resultado de la desigualdad que provoca el
extendido modelo económico neoliberal entre el Norte
desarrollado y el Sur atrasado y cada vez mas dependiente. Pero
también han influido en esta situación, entre otros
factores, los conflictos armados en varias partes del mundo, las
catástrofes naturales de todo tipo, así como las
consecuencias derivadas del colapso del socialismo
eurosoviético.

En la desaparecida Unión Soviética, las
migraciones se producían principalmente a nivel interior,
entre repúblicas y regiones. Eran migraciones de trabajo,
movimientos militares, así como los desplazamientos
forzados de población durante y después de la
Segunda Guerra Mundial. Las fronteras soviéticas estaban
cerradas y muy pocos eran los ciudadanos con autorización
para abandonar el país. Solamente las personas de
"nacionalidad" judía, reconocidas así por la
legislación soviética, tuvieron a partir de los
años setenta la posibilidad de emigrar. Pero en 1991, la
transformación del gigante euroasiático en 15
repúblicas independientes cambio el orden
establecido.

La República Federativa de Rusia, el más
grande y poblado de los países generados por la
desintegración de la Unión Soviética, ha
sido protagonista en el período enunciado de un
espectacular flujo migratorio, el mayor de Europa y uno de los
mas importantes a nivel internacional. Se calcula que en los
años noventa el volumen migratorio ruso representó
alrededor del 10 por ciento del total mundial, en gran medida
debido al éxodo provocado por las severas consecuencias de
la transición a la economía de mercado.

Lo dicho bastaría para justificar el creciente
espacio que viene ocupando el tema migratorio en el debate
público ruso, pero hay otras importantes razones: la
crisis demográfica que vive el país desde su
surgimiento y la demanda de mano de obra provocada por la
recuperación económica que se inició con el
nuevo milenio. La crisis demográfica se
expresa en una disminución poblacional de 150 a 142
millones entre 1991 y 2007, tendencia que se
mantiene debido a la baja natalidad (10%), alta tasa de
mortalidad (16%) y la reducción de la esperanza de vida,
que hoy es de 69 años para los hombres y 70 para las
mujeres. Según el Comité del Estado para las
Estadísticas, esta situación es el resultado de las
malas condiciones de vida, el alcoholismo, las enfermedades
prevenibles y las muertes violentas, entre otros
factores.

El interés que suscita el tema migratorio en
amplios sectores de la población esta relacionado
también con el auge de las corrientes nacionalistas y el
endurecimiento de la política exterior rusa, que fomentan
tendencias xenófobas y racistas en la sociedad y las
instituciones publicas, que se reflejan en conductas oficiales y
en una legislación cada vez más discriminatorias,
dejando entrever una clara preferencia nacional rusa.

La
emigración.

Con la apertura de las fronteras, se observo una fuerte
emigración a principios de los 90, dirigida
fundamentalmente a Alemania, Israel, Estados Unidos y las
repúblicas de la antigua URSS. Entre 1990 y 2003, poco mas
de cinco millones de personas abandonaron Rusia, tres millones de
las cuales se dirigieron a las antiguas repúblicas
soviéticas, sobre todo a las centroasiáticas.
Israel fue el segundo destino mas importante al recibir cerca de
un millón de judíos rusos.

A principios de los noventa, se desarrolló un
comercio pendular con los países limítrofes
(Turquía, China, Polonia) denominado "comercio de maletas"
(compra al por mayor y reventa al por menor), fuente de ingresos
complementarios para las personas que se vieron muy afectadas por
las consecuencias económicas y sociales de la
liberación económica, que se tradujo en la llamada
terapia de choque. Esta forma de migración
económica se fue reduciendo desde finales de la
década, en la medida que el país se fue ordenando y
comenzó la recuperación
económica..

Desde 1999, los refugiados originarios de Chechenia
constituyen la mayor parte de los emigrantes, en particular hacia
Europa. La demanda de asilo procedente de la Federación
Rusa, compuesta principalmente por chechenos, se ha multiplicado
por cuatro a partir del 2000. Según la Organización
Internacional de Migraciones, Rusia se ha convertido
en el principal país de origen de los solicitantes de
asilo en 29 países industrializados.

La
inmigración.

De acuerdo con cálculos de 2007, Rusia
había acogido a más de 15 millones de personas
desde el censo de 1989, lo que la convierte, según
diversas fuentes consultadas, en el segundo o tercer país
de inmigración del mundo, sin considerar la alta cifra de
inmigración ilegal. Se ha producido un saldo migratorio
positivo de casi 6 millones de personas, pero ello no ha
permitido frenar la caída demográfica aunque ha
atenuado su amplitud. Como veremos a continuación, parece
ser que los principales inmigrantes de Rusia han sido los rusos,
si bien se observa la presencia de un flujo continuo durante el
período, procedente sobre todo del Caucano y del Asia
Central.

a/ Los "pies rojos".

Con la fragmentación de la URSS, un gran
número de rusos que vivían en las repúblicas
periféricas se encontraron en nuevos estados
independientes sin hablar el idioma y sin identificarse
totalmente con ellos. El miedo ante las leyes represivas, en
particular la obligación de hablar las lenguas nacionales
de los nuevos estados y/o las tensiones y conflictos llevaron a
cinco o seis millones de rusos a volver, o para algunos, a ir a
una Rusia en la que jamás habían vivido pero que
consideraban como su patria natural.

A mediados de los años noventa, este
fenómeno fue perdiendo intensidad. De unos 23 millones a
finales de 1980, en la actualidad 18 millones de rusos
podrían vivir todavía en las antiguas
repúblicas soviéticas. En algunos casos constituyen
fuertes minorías, como ocurre en las tres
Repúblicas bálticas (Lituania, Estonia, Letonia),
ahora miembros de la Unión Europea, en las que muy a
menudo no han podido recibir la ciudadanía y son
ferozmente discriminados.

Tras la caída de la URSS, ninguna ley sobre la
repatriación ha permitido facilitar la vuelta de esos
"pies rojos". Debe tenerse en cuenta, al respecto, que el
gobierno ruso considera la presencia de fuertes minorías
en las repúblicas periféricas como base de
influencia. Recientemente se ha observado una evolución de
la política gubernamental. La crisis
demográfica y la necesidad de mano de obra hacen necesaria
la llegada de migrantes a los que las políticas de estado
intentan tanto atraer como de seleccionar. De esta forma, el
decreto presidencial 637, del 22 de junio de 2006, previó
un programa de ayudas al retorno, en vigor desde enero del 2007.
Se ha previsto un procedimiento simplificado para recibir el
permiso de residencia y un permiso de trabajo, así como
ayudas para la mudanza. Las personas que llegan reciben la
propuesta de un trabajo y de ayuda para alojarse.

Las Organizaciones No Gubernamentales que trabajan en
este ámbito ponen de relieve el hecho de que 1.500.000
rusos o ruso-hablantes viven en el territorio de Rusia y que
desde hace años no han podido conseguir la
ciudadanía rusa. En la actualidad, sería necesario
que salieran del país y que volvieran a entrar para poder
beneficiarse de las nuevas medidas. A pesar de la publicidad,
existen dudas sobre la capacidad de las 12 regiones que
participan en el programa piloto para financiar las ayudas de
repatriación. Por añadidura, aunque los
representantes oficiales hacen hincapié en el hecho de que
se trata de acoger a personas de todas las nacionalidades y que
el término oficial de compatriotas incluye a todos
aquellos que nacieron en la URSS y a sus familias, un gran
número de comentarios políticos y mediáticos
destaca una preferencia por los migrantes "ruso-hablantes sin
acento".

El decreto presidencial 637 define, por otra parte, a
los compatriotas como personas "educadas en las tradiciones de la
cultura rusa, con dominio del ruso y que no desean perder los
vínculos con Rusia". La falta de precisión
existente muestra las contradicciones de la política
migratoria rusa, atrapada entre la necesidad de solucionar los
más rápidamente posible el problema de la falta de
mano de obra y la tentación de utilizar la
situación de los "pies rojos" al servicio de un discurso
nacionalista.

b/ Los refugiados de los conflictos de la antigua
URSS.

Tras 1991 varios conflictos han estallado en diferentes
Repúblicas de la antigua URSS: En Abkazia (Georgia), en el
Alto-Karabagh (territorio armenio en Azerbaiyán), guerra
civil en Tayikistán. Estos conflictos han obligado a una
parte de la población a escapar y han provocado oleadas de
refugiados en el interior mismo de estos países,
pero también hacia Rusia. Según la
asociación Asistencia Cívica
(www.refugee.memo.ru), el 77% de estos migrantes forzados
son rusos.

En el territorio de la Federación Rusa, el
conflicto entre Osetia del Norte e Inguchia, en
1992, provocó que unos 60 mil inguches fueran
expulsados del distrito oseta de Prigorodny. Se calcula que entre
10.000 y 20.000 han vuelto en 14 años, mientras que 15.mil
podrían haber emigrado a Rusia, el resto se encuentra
todavía en los campos de refugiados o en una
situación de extrema precariedad en Inguchia.

Particular atención merece la situación
especial de los chechenos, expulsados de su república por
primera vez cuando estalló la guerra de 1994-1996 y
posteriormente por el nuevo conflicto en 1999. El estatuto de
"desplazados" casi nunca se les ha reconocido. A pesar de ser
ciudadanos rusos, los chechenos se topan con muchas dificultades
a la hora de que se reconozcan sus derechos y su situación
es equiparable a la de los refugiados de otros países
desde el punto de vista de las discriminaciones que sufren y de
los problemas a los que deben hacer frente. Suele decirse, no sin
fundamento, que Rusia quiere a Chechenia pero no a los
chechenos.

c/ Los migrantes económicos de la antigua
URSS.

Desde finales de los años 90, Rusia atrae a un
gran número de migrantes económicos procedentes de
Ucrania, de los países del Cáucaso (en particular
de Armenia y Georgia) y de Asia central. Se calcula que en el
2003 el número de trabajadores oficiales extranjeros en
Rusia era de 380.000, de los cuales 180.000 procedían de
los referidos países. A ellos se sumaban los procedentes
de toda la antigua URSS en situación irregular, así
como una importante mano de obra china y turca. La
Organización Internacional de Migraciones calcula que para
el 2008 existían 5 millones de extranjeros en
situación ilegal, mientras que el informe del Banco
Mundial ofrece una estimación considerablemente baja,
alrededor de 1.500.000. Por la parte rusa, el Servicio Federal de
Migraciones calcula entre 10-12 millones de extranjeros en Rusia,
de los que 7 millones trabajarían de forma ilegal. El 40%
trabaja en el sector de la construcción, 20% en el
comercio al por mayor y al por menor, mientras el resto labora en
los diferentes sectores industriales y
agrícolas.

Utilizadas en ocasiones con un objetivo político,
las cifras pueden aumentar de forma considerable, como
ocurrió durante una declaración del presidente
Putin ante la dirección del oficialista partido Rusia
Unida, el 17 de noviembre de 2006, en la que manejó una
cifra extraordinariamente exagerada de inmigrantes ilegales.
Según dicha declaración, el número de estas
personas sobrepasaba el 60% de los extranjeros que se encontraban
entonces en el país.

d/ La especial situación de la etnia
romaní.

Obligados a sedentarizarse en 1956 en todo el territorio
de la URSS, las familias romaníes/gitanas han visto
cómo, después de 1991, las fronteras
administrativas se han transformado en fronteras reales y han
cortado vínculos familiares o de otra índole.
Además, dos minorías realizan migraciones
pendulares y viven en Rusia en condiciones especialmente
precarias: los Madiary, originarios de los Cárpatos
(frontera de Ucrania y de Hungría) y los Liouli,
originarios de Asia Central.

e/ Inmigrantes procedentes de países fuera de
la antigua URSS.

Con relación a este grupo de inmigrantes, se
deben destacar determinadas situaciones especialmente
delicadas:

-la de los afganos. Se calcula que 100.000 afganos no
pueden volver a su país tras la caída del
régimen apoyado por la URSS hasta 1989. Sólo unas
pocas decenas de ellos han conseguido el estatuto de
refugiado.

-la de los estudiantes extranjeros, procedentes en gran
parte de países de África o de Asia e incluso de
América Latina, que mantenían relaciones de
colaboración con la URSS y que son cada vez más a
menudo víctimas de violencias racistas.

El marco
jurídico; su aplicación y
evolución.

A pesar de que desde hace años los expertos
insisten en la oportunidad que brinda la inmigración para
solucionar la crisis demográfica rusa, el poder la
considera desde una perspectiva exclusivamente policial,
confiando casi exclusivamente al Servicio Federal de
Migraciones1 la misión de sofocar la inmigración
extranjera. En enero 2007, se establecieron nuevas normas,
encaminadas a simplificar tanto los trámites para los
nuevos llegados (y así poder tener un panorama más
completo de la inmigración) como a seleccionar mejor a los
migrantes, una política que evoca claramente la
noción de inmigración selectiva, al estilo de la
que se aplica en los países desarrollados del
Occidente.

Entrada y residencia.

Desde junio del 2000, Rusia se retiro del acuerdo de
Bishkek de 1992 sobre la libre circulación entre los
países de la Comunidad de Estados Independientes. Prefiere
firmar acuerdos bilaterales con los diferentes estados,
utilizando como arma política la autorización o no
de entrada en el territorio únicamente con el pasaporte
interior (tarjeta de identidad). Los nacionales de determinados
países de la CEI deben poseer un pasaporte internacional
(Tayikistán), otros deben obtener un visado (Georgia,
Turkmenistán).

Aunque en principio la constitución de la
Federación Rusa permite la libre circulación en el
territorio, el peso del legado del sistema soviético sigue
siendo importante. En la época soviética, el
sistema propiska permitía controlar los desplazamientos;
algunas ciudades estaban prohibidas y hasta los años 1950,
los campesinos no poseían pasaporte, siendo así
imposible para ellos circular en el territorio. Por otra parte,
desde principios de los años 1990 existe en Rusia un
sistema de registro relativamente complejo, en el que se debe
distinguir entre:

-el registro permanente, (registro en el lugar de
residencia): este registro, que se realiza en el servicio de
pasaportes del Ministerio del Interior, es necesario para poder
acceder a un determinado número de derechos como
obtención de un pasaporte, matriculación en los
establecimientos de educación superior, acceso a los
cuidados médicos normales, obtención de la
nacionalidad, etc..

-el registro temporal: toda persona que permanezca en
una ciudad más de tres días debe registrarse en el
servicio de pasaportes.

Tanto los ciudadanos rusos como los extranjeros
están sometidos a este sistema de doble registro; la
ausencia de registro puede dar lugar a multas e incluso a la
expulsión de los extranjeros del país. Sin embargo,
en la práctica la mayoría de los refugiados o
inmigrantes en Rusia, así como muchos migrantes del
Cáucaso del Norte tienen muchas dificultades para
conseguirlos, en especial en el caso del registro permanente. De
hecho, el proceso implica que alquilan de forma legal su vivienda
y que el propietario acepta registrarlos en su propiedad, lo que
ocurre raras veces (si los propietarios aceptan alquilar a los
extranjeros, en la mayor parte de los casos es sin declararlos).
Vulnerables, los migrantes son las primeras víctimas de
los controles realizados por la policía según el
aspecto físico, y de las extorsiones de fondos para
legalizar su situación. La existencia de agencias que
realizan falsos registros fomenta aún más la
corrupción y protege sólo de forma parcial a las
personas que recurren a ellas.

Por añadidura, los extranjeros que desean vivir
en el territorio ruso deben asimismo obtener un permiso de
residencia temporal, una vez que han presentado toda una serie de
documentos sobre justificación de ingresos, certificado de
salud, etc.

Desde el 15 de enero del 2007, se han establecido nuevos
procedimientos simplificados. Los recién llegados a Rusia
ya no tienen que solicitar un registro, simplemente deben
informar al Servicio de las Migraciones o enviar un formulario
especial por correo. La obtención de un permiso de
residencia temporal también se ha simplificado,
sólo se necesitan la tarjeta de migración (que se
entrega al pasar la frontera), un documento de identidad y un
certificado de sanidad. Este mismo permiso de residencia
serviría como permiso de trabajo.

Las ONG de defensa de los derechos humanos saludan este
cambio a un sistema de declaración única. Al mismo
tiempo, las multas que se aplican a las personas que no siguen
estos trámites han aumentado. Por otra parte, es
difícil saber cómo estas nuevas normas serán
entendidas y aplicadas en la práctica y posteriormente
será necesario realizar una evaluación de la
situación para comprender los efectos de estos cambios.
Sin embargo, las ONG rusas ya ponen de relieve el hecho de que
estas nuevas normas sitúan en una situación
delicada a las personas que residen desde hace años en
Rusia y que se encontrarán en la misma situación
que las personas que acaban de llegar al país.

Permiso de trabajo

Aunque las autoridades rusas afirman haber facilitado
desde enero del 2007 la entrada y la residencia de los
extranjeros, el acceso de los migrantes económicos al
mercado de trabajo está por el contrario mucho más
controlado. De hecho, las nuevas leyes adoptadas y en vigencia
desde enero del 2007 modifican también el sistema de los
permisos de trabajo. Hasta la fecha, existía un sistema de
cuotas de mano de obra extranjera para los nacionales de
países a los que Rusia exige un visado. Desde el 15 de
enero del 2007, las autoridades regionales y el gobierno federal
pueden establecer cuotas para todos los migrantes
económicos, tomando en consideración su
ciudadanía, profesión y calificación. Para
el 2007, estas cuotas fueron fijadas en 6 millones de personas
para los países con los que Rusia ha establecido un
sistema sin visado y a un poco más de 300.000 para el
resto.

Por otra parte, desde el 15 de enero del 2007, se
tomaron medidas de índole discriminatoria en el comercio
al por menor. La proporción de extranjeros que trabajaban
en los mercados no debía superar el 40% y sin derecho a
vender alcohol o medicamentos. Para un futuro cercano se
preveía que los extranjeros ya no podrían trabajar
bajo ninguna circunstancia en los mercados.

Estatuto jurídico de los refugiados /
desplazados internos.

En 1993, se votaron dos leyes, una sobre los
"refugiados" , otra sobre los "desplazados internos": el
término de desplazado designa a los ciudadanos rusos que
han abandonado su lugar de residencia debido a un conflicto de
masas o por otro motivo; mientras que el término de
refugiado concierne a los nacionales de otro
país.

De hecho, sólo una parte de los migrantes
forzados se han beneficiado de estas leyes. La asociación
Asistencia Cívica calcula que 4 millones de migrantes
forzados llegaron a Rusia entre 1992 y 2003, de los cuales
1.400.000 recibieron el estatuto de refugiado o de desplazado,
aunque algunos de ellos han perdido dicho estatuto
posteriormente. Se debe tomar en consideración que las
personas que obtuvieron el estatuto son sobre todo de origen
ruso.

Obtención de la nacionalidad
(ciudadanía rusa)

Según lo estipulado por la ley votada en 1992,
los ciudadanos de la antigua URSS que residían de forma
permanente en Rusia en aquel momento, obtenían de forma
automática la ciudadanía rusa, de igual forma que
los ciudadanos instalados después de 1992 y que no
poseían otra nacionalidad. En abril del 2002, se
votó una nueva ley sobre las nacionalidades, a la que se
añadirá en junio del mismo año una ley sobre
"la situación jurídica de los extranjeros". El
problema surge a partir del momento en que para solicitar la
naturalización, es necesario estar registrado "en el lugar
de residencia permanente" mientras que muchos de los solicitantes
cuentan únicamente con un registro temporal o ni siquiera
están registrado. Además, las personas que desean
obtener la nacionalidad rusa deben renunciar a su nacionalidad,
un paso que muchos dudan en dar. Así, aunque algunos
cientos de miles de personas reciben la nacionalidad rusa al
año, otros miles siguen estando fuera del sistema. En el
censo del 2002, 400.000 personas fueron declaradas
apátridas y 1.300.000 no pudieron indicar su
ciudadanía.

Las expulsiones.

La situación jurídica de los migrantes es
tan frágil que algunos de ellos han visto cómo se
les ha privado del estatuto que habían obtenido:
privación del estatuto de refugiado, del permiso de
residencia o incluso de la ciudadanía.

-En el marco de la campaña antigeorgiana del
otoño 2006, algunos georgianos vieron como su registro
temporal o permanente, su permiso de residencia e incluso la
decisión de concederles la ciudadanía eran
anulados. Decenas de georgianos se encontraron en los centros de
retención tras fallos judiciales expeditivos y fueron
expulsados a Georgia

-Otra situación delicada es la de los refugiados
uzbecos. Como Rusia colabora estrechamente con el régimen
autoritario uzbeco en la « lucha contra el terrorismo
», decenas de personas acusadas de ser islamistas, miembros
del partido Hizbut-Tahrir, fueron condenadas en Rusia.
También fueron expulsadas de Rusia, incluso a veces una
vez que se les había retirado su nacionalidad..

Migraciones y aumento de la xenofobia y
las discriminaciones.

El otoño del 2006 se convirtió en un
momento decisivo tanto desde el punto de vista político
como jurídico. Hasta ese momento numerosos informes y
artículos habían puesto de relieve los ataques y
los asesinatos racistas de los que eran víctimas los
inmigrantes que trabajaban en Rusia, en particular en los
mercados, teatro de acciones colectivas violentas de grupos de
skinheads o de otros movimientos ultra- nacionalistas y
militarizados, acciones que rara vez son llevadas ante la
justicia. Pero la política oficial del Estado ruso no era
abiertamente hostil a la inmigración. La situación
se modifico con los conflictos interétnicos en Kondopoga,
en Carelia, en septiembre, y posteriormente la crisis
diplomática con Georgia, a finales de
septiembre-principios de octubre de 2006, que se constituyeron en
pretexto para el cambio de discurso y de política por
parte de las autoridades rusas.

Desde entonces, comenzó a decirse abiertamente
que los trabajadores extranjeros son demasiado numerosos y se les
designa como la causa principal de la dificultad que tienen los
rusos para encontrar trabajo, en especial en los mercados, como
lo muestra la nueva legislación. Un responsable del
Servicio federal de las migraciones ha expresado la voluntad de
imponer un límite importante a la inmigración de
los "no rusos" al declarar que un porcentaje mayor al 20% de
inmigrantes significa que se ha superado el umbral de tolerancia
para la población "de pura cepa".

Además de las dificultades para obtener una
situación legal, los migrantes se topan con numerosos
problemas para encontrar una vivienda. Lo anuncios "sólo
para rusos" o "negros abstenerse" son múltiples. Por otra
parte, la hostilidad contra los inmigrantes es evidente; por
mencionar sólo una cifra, una encuesta del centro Levada
realizada en noviembre-diciembre 2004 indicaba que el 58% de las
personas encuestadas aceptaban la idea de que la
administración de su ciudad o de su barrio prohibiera la
residencia a las personas de origen caucásico o a las
personas originarias de Asia Central. En octubre del 2005, el
partido Rodina, en un anuncio electoral (finalmente prohibido),
hacía un llamamiento para "limpiar la basura de
Moscú", aludiendo a los inmigrantes de cabello
moreno.

El ambiente hostil generalizado en contra de los
migrantes, alimentado en particular por los medios de
comunicación y los partidos políticos, se nutre
tanto de los estereotipos de la época
soviética como de todos los que están relacionados
con las nuevas amenazas. Muy a menudo se acusa a los migrantes de
ser los responsables del aumento de la criminalidad, del
tráfico de drogas, de las perversión de la
población rusa ("nos roban a nuestra hijas y mujeres"), de
vivir entre ellos, de no hablar su idioma, de no ser capaces de
integrarse.

En aras de la "higiene" se les acusa de ser una amenaza
para la salud de la población local (los inmigrantes en
situación irregular no tienen acceso a los servicios de
urgencia). Se les acusa también de desequilibrar el
mercado laboral al aceptar salarios demasiado bajos y el mercado
de los alquileres al pagar demasiado por el alquiler de sus
viviendas. El fenómeno de la mendicidad aumentó de
forma considerable a principios de los 90, se acusa a los
"extranjeros" de mendigos y de vivir a expensas de la
población rusa, de no trabajar. Se reprocha a los que
trabajan de forma ilegal el no pagar impuestos, el envío
de divisas a sus países de origen y por lo tanto de
perjudicar el desarrollo de la economía

Al mismo tiempo, se considera que la mayor parte de los
inmigrantes trabaja en el comercio. Vistos como minorías
"que tienen éxito", se les acusa de favoritismo
étnico y de clientelismo "contratando sólo a las
personas del mismo origen e impidiendo acceder al empleo a los
rusos", pero también de vender a precios muy elevados
mercancía de mala calidad. Con el establecimiento en enero
del 2007 de las cuotas que limitan la presencia de los
extranjeros en los mercados y que prohíben que vendan
productos "peligrosos" (alcohol, medicamentos), las autoridades
dan crédito y legitiman aún más la idea de
que los extranjeros podrían pervertir a la
población, poner en peligro la salud y, por supuesto,
ocupar el lugar de los rusos en el mercado laboral, tal y como lo
demuestran los discursos pronunciados tras los acontecimientos de
Kondoponga.

Las violencias racistas.

Desde hace años, las violencias cometidas por los
skinheads y los asesinatos racistas se multiplican. En el 2006 se
registraron por lo menos 54 muertes por ataques racistas
según el centro Sova, asociación antirracista.
Dicho centro considera que en el 2006, 520 personas
fueron víctimas de ataques racistas y precisa que los
datos no están completos. Según
Amnistía Internacional, en el 2005 se habían
producido 28 muertes y 336 agresiones por motivos
raciales.

Determinadas ciudades, como San Petersburgo o Voronej,
se han convertido en lugares en los que las agresiones y muertes
ocurren de forma continua, ya se trate de miembros de la etnia
romaní o de personas originarias de Asia Central, de otras
partes de Asia, de África o del Cáucaso. El 21 de
agosto del 2006, una bomba estalló en el mercado
Tcherkizovskiy en Moscú, matando a más de 10
personas e hiriendo a otras 50. Según las
investigaciones, los terroristas formaban parte de grupos
nacionalistas y su objetivo eran los extranjeros (especialmente
de Azerbaiyán) que trabajaban en el mercado. Las
víctimas no pueden solicitar la protección de la
policía (asimismo objeto de denuncias debido a las
discriminaciones o violencias racistas), ni la de la justicia,
muy a menudo especialmente clemente con los autores de los
ataques racistas, quienes rara vez son considerados como
tales.

La campaña antigeorgiana que comenzó en el
otoño 2006 es un ejemplo, ya que saca a la luz las
prácticas de la policía o de la justicia, pero
sobre todo porque muestra cómo la política oficial
rusa puede transformarse en una política claramente
racista. Esta campaña comenzó en octubre del 2006,
poco después de la teatral detención, por parte de
las autoridades georgianas, de 4 oficiales rusos acusados de
espionaje. A pesar de su liberación, Rusia
reaccionó cortando las conexiones postales, los ejes de
carreteras y el tráfico aéreo con Georgia y cesando
la expedición de visados para los georgianos.

El presidente Vladimir Putin solicitó en ese
momento que se fortaleciera el control de los mercados con miras
a proteger "los intereses de los productores rusos y de la
población rusa nativa" y denunció el control de los
mercados por parte de los grupos nacionales "de índole
nacionalista". En el país, la policía se ha
centrado en los comercios o empresas dirigidos por georgianos,
controlando o cerrando una gran parte de ellos. Las personas de
origen georgiano instaladas desde hace años en Rusia,
donde han nacido, quienes en algunos casos poseen la nacionalidad
rusa y no se consideran de ninguna manera migrantes, se han
convertido, tanto al igual que los extranjeros "de pasaporte", en
el objetivo de las prácticas represivas de las
autoridades.

El Servicio Federal de las Migraciones ha declarado,
además, que no decretará más cuotas que
autoricen a los ciudadanos georgianos a trabajar de forma oficial
en Rusia. La campaña estuvo acompañada por una
amplia propaganda en los medios de comunicación en contra
de los apellidos de origen georgiano; incluso en las escuelas se
han establecido listas de niños con apellidos georgianos,
antes de que las autoridades federales mismas hicieran un
llamamiento a la moderación, pretextando los abusos de
algunas autoridades locales.

Conclusiones.

En los últimos 20 años, Rusia ha sido
protagonista de uno de los mas grandes movimientos migratorios de
la contemporaneidad. En un principio, hasta fines de los
años 90, el país fue un destacado emisor,
situación derivada de la profunda crisis política,
económica y social que siguió a la
desintegración de la Unión Soviética. Pero
en la medida que se fue logrando un aceptable nivel de orden y
estabilidad y, sobre todo, de recuperación
económica facilitada por los altos precios de los
hidrocarburos en el mercado internacional, Rusia se fue tornando
en país receptor de migrantes, lo que ha contribuido a
disminuir los efectos de la aguda crisis demográfica que
provoco la difícil situación de finales de los
años 80 y de una buena parte de los 90.

En la actualidad, el gigante euroasiático exhibe
parámetros migratorios muy similares a los de los
países desarrollados occidentales. También existe
gran coincidencia con el Occidente en la política
migratoria oficial, que se caracteriza por ser notablemente
selectiva y discriminatoria. En Rusia, como en Europa y los
Estados Unidos, estas políticas han conducido a la
violencia y la xenofobia contra los extranjeros, fomentando el
auge y la beligerancia de posiciones nacionalistas
extremas.

Bibliografía:

-Brown, F. y Dacal, A : .Rusia. Del socialismo real
al capitalismo real.
Editorial de Ciencias
Sociales, La Hababa, 2005.

-Colectivo de autores.: Historia Universal del siglo
XX.
Editorial Síntesis S.A., Madrid, 2001.

-Díaz Lezcano, Evelio: Breve
Historia de Europa Contemporánea (1914-2001
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Editorial Feliz Varela, La Habana, 2009.

Centro de Estudios sobre el Espacio
Postsoviético. Moscú, Rusia. Informes sobre
movimientos migratorios desde y hacia Rusia.
Universidad
Lomonosov, Moscú, 2008.

-Fernández, A: Historia del mundo
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España, 1995.

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historia de las migraciones".
2005 Sitio WEB:
www.cnice.mecd.es

– Mateu G, A. "El nuevo reto europeo: la
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Sitio WEB:
www.noticias.com

-Merino, H y González, E.: "Las migraciones
Internacionales", Dastin Ediciones, s/a.

-Veiga, F: El desequilibrio como orden. Una historia
de la posguerra fría 1990-
2008.
Alianza Editorial, España, 2009.

 

NOTAS:

1 El Servicio Federal de Migraciones fue
creado en 1992 y estuvo subordinado a varios ministerios hasta
que en el 2004 quedo bajo el mando del Presidente
Vladimir Putin

 

 

Autor:

Evelyn Garriga Arias

Licenciada en Historia

Dr. Evelio Diaz Lezcano

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