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Por: Marcelo Yánez
RELACIONES
HUMANAS
El conocimiento personal de sí mismo
Su importancia radica en la formación integral de la persona humana persona
Mejorar su estilo de vida
Su perfil personal
Su autorrealización
Cuerpo
Las dimensiones de la persona humana
Alma
El perfil del ser humano
Espíritu
Consigo mismo
Con los demás
Con la naturaleza
Con Dios
¿Qué es?
Estructura Tipos
La personalidad
Características
Dignidad sexual
Que estos escritos, permitan a cada uno, como miembro de la Iglesia, vivir la propuesta
del Señor Jesús en la construcción de una nueva sociedad basada en el Amor, no
aisladamente o dentro de un esquema de pensamiento, o a lo mejor situados en la idea
sin acción. Debemos hacerle frente a la realidad y ponernos cara a cara con el otro, en la
búsqueda del respeto, de la justicia, del gozo, del amor mutuo, de la amistad clara y
cordial.
El amor al otro como otro, es encanto, belleza, bondad, santidad, don (járis). Don de sí
mismo, una entrega personal, una opción sin retorno.
No hay amor mayor que el que da su vida por el amigo (Jn. 15,13)
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RELACIONES HUMANAS
INTRODUCCIÓN
Constante ha sido la preocupación de la inteligencia humana, en la búsqueda del
significado de la vida y su trascendencia final, más allá de los límites del tiempo y
del espacio; así como el de conocer el valor de las acciones del individuo y sus
implicaciones en la vida social; y el de determinar las causas de la felicidad o el
sufrimiento.
Para responder a éstas interrogantes, surgieron las filosofías antiguas y modernas,
la psicología, el derecho, las religiones y las mitologías. Y a pesar de los trabajos
científicos, el problema del destino humano está lejos de ser resuelto y seguirá
preocupando por mucho tiempo la conciencia atormentada del hombre.
En todo momento, en toda circunstancia y en todos los campos tropezamos con
problemas de Relaciones Humanas. Su estudio actualmente es de una verdadera
ciencia, al mismo tiempo que un arte.
Hoy más que nunca necesitamos direccionar nuestras relaciones humanas, por el
camino del éxito y de la superación, automotivarnos personalmente, puesto que lo
que se siembre eso se cosecha, amor igual amor, odio igual odio; es por eso que
siempre debemos estar preparados en éste campo para no tener mayores
contratiempos en nuestro convivir diario.
El obtener y conservar la cooperación y confianza de los integrantes de un grupo, así
como el de establecer relaciones positivas y de éxito en cada dimensión de la persona
es el objeto de las relaciones humanas.
El comportamiento y los actos humanos son el fundamento de las Relaciones
Humanas. Sin olvidarnos que existen factores que determinan el comportamiento de
la persona como son: la influencia genética, los factores ambientales (sociales –
culturales naturales etc.), y la propia voluntad personal, que es donde comienza
el éxito.
El hecho reside en que el ser humano a pesar de condicionamientos sociales,
ambientales y aún genéticos, puede gracias a un sistema de austera disciplina y
sabia dirección, superar dichos condicionamientos y enrumbarse por el trayecto de
la paz interior, de la serenidad, del equilibrio emocional y de realización íntegra.
El que sea honrado, recto, y fiel consigo mismo y con los que le rodean, de hecho que
podrá sobreponerse al fracaso y al engaño, recibiendo la aprobación de su
consciencia, que es eco de la voz del Supremo Creador del Universo. Por tanto el éxito
radica en la fuerza de voluntad de la propia persona, que viene a ser el esfuerzo
razonable y persistente, transformado en energía que se aplica para coronar con éxito
las metas y aspiraciones.
Ha diferencia del sórdido concepto de los fatalistas, no existe la suerte, porque es un
hecho real el apotegma de Flank Lloid Rigthe : El hombre es el arquitecto de su
propio destino. La buena suerte hay que hacerla, crearla y conquistarla. Cada uno
puede conquistar su propia buena suerte.
1.- IMPORTANCIA
Lo primero que observamos en el ser humano es su acción, su obrar. Después nos
preguntamos por los motivos de su conducta. La conducta humana viene a ser la
manifestación de la unidad bio psico social y espiritual del ser humano, la
revelación misma de su ser profundo, el resultado del diálogo contínuo entre materia
y espíritu.
La importancia del estudio de la conducta humana, es cada vez más real y efectivo,
dada la inmensa complejidad de las relaciones interpersonales y sociales.
La historia humana data, cómo el ser humano ha tenido un extraordinario éxito en
el conocimiento, el dominio, la transformación y el aprovechamiento de la naturaleza,
han sido espectaculares los avances de las ciencias físicas.
Sin embargo la ciencia del comportamiento humano, a pesar de los aportes de la
psicología y el psicoanálisis, se encuentra en flor y los problemas de relación
vivencia y convivencia de unos hombre con otros son tan agudos como lo fueron
veinticinco siglos atrás. Ahora analicemos estas ideas al respecto, y nos daremos
cuenta, cuán complicada se hace la convivencia humana, a medida que ha
desarrollado la ciencia:
– Richard Lázarus afirma: O el hombre aprende a conocer los móviles de su
conducta y de los demás, sus motivaciones, sus incentivos, y sus frustraciones, o
perece devorado por el hombre
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Albert Einstein: No sé cómo será la III guerra mundial, pero sí la IV… con
piedras y palos.
Thomas Hobbes: El hombre es lobo del hombre y la sociedad es una guerra de
todos contra todos.
Ec. 4,1: Contemplé además los abusos que se cometen bajo el sol: por una parte
vi las lágrimas de los oprimidos, que no tienen quien los consuele; por otra parte,
la brutalidad de los opresores a los que nadie detiene.
Como se nota el comportamiento humano es suficientemente complejo, y por lo
mismo la función de las Relaciones Humanas es decisiva, formar integralmente al
ser humano, para mejorar su estilo de vida y su perfil personal. Fomentar la
autorrealización de la persona hacia el logro del éxito y la felicidad, en ello se resume
su acción.
Las Relaciones Humanas no son justificables para la venta de insumos materiales,
sino para la compra de la autorrealización personal, pero en función de la comunidad.
En la comunidad todos son personas para personas, las relaciones que se establecen
son prácticas en amor y caridad; cada uno sirve al otro por el otro mismo, en la
amistad de todos en todo. En ella estamos en casa en seguridad, en común (Hch.
2,46s).
2.- LA ALEGRÍA DE VIVIR Y LA FELICIDAD
¡Pero entonces! …
¿En verdad existe la felicidad?…
¿Qué es? …
¿Dónde encontrarla? …
¿Qué o quién me la da? …
La alegría de vivir es la manifestación de la felicidad. La felicidad es la plenitud de
bienestar que sentimos dentro de nosotros, es la complacencia en lo que nos pasa o
en lo que tenemos, es el gozo de un bien que poseemos.
La felicidad tiene un efecto externo, visible que es la alegría. La felicidad se siente
en lo profundo del alma y la alegría salta a la vista.
¿Por qué somos felices y, por lo tanto estamos alegres?
Porque tenemos lo que deseamos. La alegría tiene una estrecha relación con nuestras
ambiciones y deseos. Si ponemos más condiciones a la felicidad, es decir, si
necesitamos mucho para ser felices, nos será más costoso estar alegres.
Las cosas pequeñas y sencillas
Aprender a disfrutar de las cosas pequeñas y sencillas que nos ofrecen cada día es
una condición de la alegría. Aunque nos importan mucho los grandes ideales y los
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proyectos a largo plazo, éstos solo causan alegría cuando se consiguen; si es que se
consiguen. Por eso debemos dividir los planes en pasos asequibles tanto en
posibilidades como en tiempo. Solo así la felicidad y la alegría estarán siempre
presentes en nuestras vidas.
La frustración
Todos experimentamos pequeñas frustraciones diarias y una gama intermedia de
frustraciones de todas las intensidades. En todas ellas existe un elemento común: no
logramos nuestro deseo y por eso nos invade la tristeza, perdemos el buen humor,
nos ponemos nerviosos y desaparece la sonrisa. En estos casos es importante buscar
las razones por las cuales nos sentimos así, para enfrentarlas y superarlas de manera
adecuada, aunque signifique renunciar a algo.
Ser feliz en la vida
Es conveniente mirar la realidad con unos lentes de color de rosa, decía el profesor a
sus alumnos para contagiarles optimismo. Una alumna pidió la palabra y
dirigiéndose al profesor, le dijo: ¿no será mejor recomendarnos que miráramos lo que
tienen de rosa las cosas? El profesor quedó atónito . ¡Qué lección de verdadero
optimismo le acababa de dar aquella muchachita! Solemos estar más de cerca del
pesimismo; y debemos hacer el esfuerzo de acercarnos al optimismo si queremos dar
sentido a la vida, si queremos ser felices.
El optimismo es una actitud, una forma de querer ver la vida y amarla.
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Receta
secreta
de la felicidad
Porciones para toda la
familia:
Ingredientes:
1 Kg. de recuerdos
infantiles
2 tazas de sonrisas
2,5 Kg. de esperanza
100 gr. de ternura
5 latas de cariño
40 paquetes de alegría
1 pizca de locura
8 Kg. de amor
5 Kg. de paciencia
Preparación
1º Limpia los recuerdos,
quitándoles las partes que
estén echadas a perder o que
no sirvan. Luego de ello,
agrégales una a una todas
las sonrisas, hasta formar
una pasta suave y muy
dulce.
2º Ahora viene el siguiente
paso: añade las esperanzas y
permite que reposen, hasta
que doblen su tamaño.
3º Lava con agua cada uno
de los paquetes de alegría,
pártelos en muy pequeños
pedacitos y mezcla
totalmente con todo el cariño
que encuentres.
Lectura:
Se feliz
Cuenta la leyenda que un hombre oyó decir que la felicidad era un
tesoro. A partir de aquel instante comenzó a buscarla. Primero se
aventuró por el placer y por todo lo sensual; luego por el poder y la
riqueza; después por la fama y la gloria; y así fue recorriendo el mundo
del orgullo, del saber, de los viajes, del trabajo, del ocio y de todo cuanto
estaba al alcance de su mano.
En un recodo del camino vio un letrero que decía: le quedan dos meses
de vida.
Aquel hombre, cansado y desgastado por los sinsabores de la vida se
dijo: Estos dos meses los dedicaré a compartir todo lo que tengo de
experiencia, de saber y de la vida con las personas que me rodean. Y
aquel buscador infatigable de la felicidad, solo al final de sus días,
encontró que en su interior, en lo que podía compartir, en el tiempo que
le dedicaba a los demás, en la renuncia que hacía de sí mismo por
servir, estaba el tesoro que tanto había deseado.
Comprendió que para ser feliz se necesita amar, aceptar la vida como
viene; disfrutar de lo pequeño y de lo grande; conocerse a sí mismo y
aceptarse como se es; sentirse querido y valorado, pero también querer
y valorar ; tener razones para vivir y esperar y también razones para
morir y descansar.
Entendió que la felicidad brota en el corazón, con el rocío del cariño, la
ternura y la comprensión. Que son instantes y momentos de plenitud y
bienestar; que la felicidad está unida y ligada a la forma de ver a la
gente y de relacionarse con ella; que siempre está de salida y de
apertura, que para tenerla hay que gozar de paz interior. Finalmente
descubrió que cada edad tiene su propia medida de felicidad y que sólo
Dios es la fuente de la suprema alegría, por ser Él: amor, bondad,
reconciliación, perdón y donación total. Y en su mente recordó aquella
sentencia que dice: Cuánto gozamos lo poco que tenemos y cuánto
sufrimos por lo mucho que anhelamos.
Ser feliz es una actitud.
Autor anónimo
Revista
La Familia 13 X 2003
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4º Aparte , incorpora la
paciencia, la pizca de locura
y la ternura cernida.
Reserva.
5º Divide en porciones
exactamente iguales todo el
amor y cubre estas porciones
con la mezcla anterior.
6º Hornéalas durante toda
tu vida en el horno de tu
corazón.
7º Disfrútalas siempre con
toda tu familia… con el sabor
de lo nuestro.
Consejos
1º Puedes agregar a la
mezcla anterior dos
cucharadas de comprensión
y 300 gr. de comunicación
para que esta receta te dure
para siempre.
2º No dejes de compartir esta
receta con todos tus amigos
el
y conocidos.
Efectos colaterales
Te ayuda a mejorar
espíritu.
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HOY HAGO FORMAL PROMESA
De ser tan fuerte, que nada ni nadie pueda perturbar la paz de mi espíritu.
De hablar de salud, progreso y felicidad a todos los que encuentre.
De hacer sentir a mis familiares y amigos que hay de grande en ellos.
De ver todo por el lado noble y hermoso, haciendo que mi optimismo sea
sincero.
De pensar sólo en lo mejor, abandonando todo pensamiento negativo y
esperar solo lo mejor con sinceridad.
De tener tanto entusiasmo por el éxito de los demás, como por el mío
propio.
De olvidar los errores del pasado y luchar por las grandes realizaciones del
porvenir.
De llevar todo el tiempo un semblante alegre y tener una sonrisa y un
pensamiento noble para todos.
De emplear tanto tiempo en mi mejoramiento, que no tenga lugar para
criticar a los demás.
De ser tan grande para la pena, tan resistente para la cólera, y tan fuerte
para el miedo, que mi felicidad no tema la presencia del dolor.
De ser tan libre, incluso para convivir alegremente con todas las
contradicciones.
3.- DIMENSIONES DEL SER HUMANO (persona)
Siendo una la integridad de la persona, para mejor comprenderla digamos
que está integrada por tres realidades: cuerpo, alma y espíritu.
Tridimensionalidad que corresponde a su ser integral (1Ts. 5,23).
Es probable que experimentemos una confusión entre alma y espíritu, pues
son términos que se han utilizado en calidad de sinónimos.
EL CUERPO.- Constituye nuestra realidad biológica, integrada por la
anatomía (estructura y transformaciones del cuerpo) y la fisiología
(funcionamiento de todos los órganos y sistemas del cuerpo.
Este cuerpo tiene que ser valorado, respetado y cuidado como el sagrario,
donde habita nuestra alma y nuestro espíritu, aunque los tres completa
unidad.
Con el cuerpo, el ser humano se expresa y pone al servicio de los demás una
serie de habilidades y destrezas que lo convierten en un ser útil a sí mismo/a,
a los demás y a la naturaleza. Pero el cuerpo por sí mismo, no es nada, si no
está animado por el alma y el espíritu; en un cementerio también hay cuerpos,
exactamente iguales al de cualquier humano vivo. Por eso, aunque el cuerpo
es naturaleza humana, no toda la naturaleza humana es cuerpo, y no es
autosuficiente como para existir por sí mismo.
El cuerpo como naturaleza humana, es la realidad objetiva, social e histórica,
con la que nos mostramos al resto; con el cuerpo somos miembros del mundo.
En el cristianismo ésta realidad objetiva, social e histórica, es positiva y
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digna, cuando el dolor del cuerpo (la carne) es superado; el hambre es
satisfecho; o las necesidades de morar, vestir, trabajar, etc., han sido
consideradas y sensibilizadas y materializadas como prácticas de justicia y
liberación (Mt. 25,35 46) .
Notemos que el cuerpo, es lo único santo entre todas las cosas creadas, tiene
una dignidad suprema después de Dios. Por ello todo lo ligado a la
corporalidad es bueno, tiene dignidad, es positivo, no es rechazado como: el
gozo, la sensibilidad, el gusto, el esfuerzo, la sexualidad, la satisfacción, la
salud e higiene, el ejercicio físico, etc. ; excepto la falta (pecado), entendida
cuando la carne domina o se totaliza idolátricamente.
La moral capitalista dominante, niega el valor del cuerpo, para poder
dominarlo, explotarlo, torturarlo, sin culpabilidad. Para sacarle el mayor
provecho posible, a cambio de una miseria de salario.
Los cristianos, al contrario valoramos el cuerpo, lo apreciamos, lo cuidamos,
porque todo lo creado por el Padre de la Vida, es bueno y digno, la fe afirma
que ha de resucitar en el último día.
Cuerpo : en español,
body : en inglés,
básar : en hebreo,
soma : en griego,
corpus : en latín.
* Salud y bienestar corporal
Propongo a continuación algunas sugerencias que podrán ser útiles para
lograr equilibrio, armonía, aceptación y estado de bienestar del propio cuerpo
como realidad existente en éste mundo:
– Vida al aire libre: tener más contacto con la naturaleza. Salir los fines de
semanas y en vacaciones a las playas, selvas, montañas, frecuentar
parques, zonas donde hayan plantas y árboles. Reconciliarse con la
naturaleza.
– Ejercicios físicos y respiratorios: ejecutar una disciplina de ejercicio físico
moderado y frecuente, respirar profundamente, caminar descalzo por la
hierba tierna. La respiración de aire es el primer alimento de la persona;
en la Biblia dice que Dios hizo al hombre del polvo de la tierra y alentó en
su nariz el soplo de vida.
– Mantener costumbres sanas: evitar placeres y diversiones en los que se
trasnocha, y se hacen practicas en contra de las buenas costumbres y la
moral.
– Alimentación variada, nutritiva y suficiente: aumentar el consumo de
vegetales en estado natural, y disminuir alimentos de origen animal:
carnes, embutidos, y productos lácteos, etc. El exceso de proteínas se
acumula en el organismo, origina la obesidad y el aumento del colesterol
en la sangre. Disminuir especias y condimentos fuertes. El exceso de sal.
Sin embargo es preferible quedarse siempre con un poco de hambre cada
vez que se ingiera alimentos.
– Serenidad: ayuda al cuerpo las prácticas de relajamiento y meditación,
para lograr autocontrol, dominio del carácter y de las emociones,
sensaciones y reacciones.
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– Vida alegre y sencilla: es necesario buscar el lado positivo de las cosas,
tener un fuerte deseo de vivir, de hacer algo por los demás, prestar un
servicio por el que se sienta motivado y útil. También es necesario llevar
una vida sencilla sin ostentaciones, lujos, modas, ni vanidades, marchando
siempre en pos de una vida realmente libre de complicaciones, sin
tensiones, stress, temores y angustias por tener más bienes materiales.
– Aseo e higiene son muy importantes. Hay que poner especial cuidado en
la limpieza corporal, el pelo, el cepillado de los dientes, las manos y la cara.
Es recomendable lavarse las manos después de cualquier actividad que
comporte suciedad, tener especial cuidado con sus uñas. Si se las muerden,
suele afectar al campo de la psicología y hay que consultar a un experto.
* Saber vivir
Muchas veces los estados de ánimo negativos, las depresiones, el nerviosismo
y muchas enfermedades, provienen de no tener una alimentación adecuada,
un horario sano, una buena digestión, una dosis oportuna de vitaminas,
algunos ejercicios de relajación y de respiración, una buena caminata o un
poco de gimnasia. A veces nos sentimos mal y creemos que es sólo un problema
espiritual y psicológico, o que se debe solo a las heridas que recibimos; sin
pensar que se debe también a que no atendemos debidamente a las
necesidades del cuerpo.
Muchas veces incluso olvidamos e ignoramos el propio cuerpo, lo que es un
modo de despreciarse a sí mismo. Por eso, detenerse a masajear los pies, las
manos o la cara, no es perder el tiempo, vanidad o sensualidad barata. Es un
modo de aceptarse a sí mismo, valorarse, amarse; aceptarse como existente y
como parte del universo.
Muchos de nosotros no estamos cómodos en nuestro cuerpo, ni vivimos
plenamente presentes, en forma vibrante, nuestra corporalidad.
Pero también es importante aceptar el propio cuerpo descubriendo que,
aunque haya detalles que a mí no me gustan es obra de Dios, el artista más
maravilloso, que lo pensó, lo imaginó, y lo ama así como es, porque es obra
suya. Cuando la Biblia me dice que El me amó con amor eterno (Jr. 31,3),
me hace pensar que Él desde siempre pensó en mi cuerpo, lo quiso y lo esperó
así como es, y para Él es bello, tiene un sentido y un lugar en éste universo,
con su estatura, su color, sus formas, etc.
Parte del amor al propio cuerpo, que es un regalo de Dios, es brindarle al
cuerpo placeres y estímulos positivos. Según la Biblia, la comida, la bebida y
los placeres vienen de Dios y son un don de Dios que no han de ser
despreciados (Ec.2,24s ; 3,12s; 5,17; 11,10; 12,1), porque Dios los creó para
que los disfrutemos (1Tim. 6,17). Y más allá de que uno tenga poco o mucho,
con lo que tenga debe ingeniarse para pasar un buen día y darse algunos
gustos: Tratarse bien (Sir. 14,11s). Bailar, comer lentamente, disfrutar el
aire libre, escuchar música, mantenerse siempre activo. Las cosas de este
mundo son saludables (Sab. 1,14).
No hay que olvidar, por ejemplo que la Biblia alaba el vino, porque alegra el
corazón del hombre (Sal 104,15). Y vale la pena leer el siguiente elogio:
Como la vida es el vino para el hombre, si lo bebes con medida.
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¿Qué es la vida a quien le falta el vino,
que ha sido creado para contento de los hombres?
Regocijo del corazón y contento del alma … (Sir. 31,27s)
La Biblia elogia también otros placeres del cuerpo, como el aceite, y los
perfumes (Prov. 27,9). A través de esos regalos de Dios debemos sentirnos
amados por Dios, acariciados por Él, que creó todo para nosotros, que más allá
de nuestra realidad nos expresa su amor a través de la lluvia que limpia,
purifica y da vida, del sol con su luz y su calor, etc. (Mt. 5,44s).
EL ALMA.- Significa el principio espiritual en el ser humano (Catecismo
I.C. # 363). En efecto el alma constituye aquello que hace que seamos
personas humanas y no árboles o asnos. El alma es el albergue de los
fenómenos psíquicos, de la vida afectiva y de la vida volutiva.
* Los fenómenos psíquicos
Son las funciones cerebrales (vida intelectiva), que reflejan la realidad
objetiva. Forman los fenómenos psíquicos: las sensaciones, las percepciones,
la atención, la memoria, el pensamiento, el lenguaje, imaginación.
* La vida afectiva
Se relaciona con nuestras inclinaciones y preferencias. La integran: el humor
fundamental, las emociones, los sentimientos, las pasiones, etc.
* La vida volutiva
Es la voluntad, la fuerza interior que nos impulsa, para actuar ( de tendencia
hacia el bien), en la que están directamente implícitos los valores, y
efectivamente la libertad como capacidad de elección.
La unidad del alma y el cuerpo es tan profunda que se debe considerar al alma
como la forma del cuerpo. Estos elementos en el ser humano no son
separados (dicotomía), mucho menos contrarios, sino que se sirven
mutuamente y son tan importantes el uno como la otra, y su dignidad es tan
grande respecto al uno como a la otra.
Para los griegos de la edad antigua, el alma (psique), era divina, increada o
eterna, inmortal e incorruptible. Mientras que el cuerpo era el origen del mal,
de la corrupción. Así fue que los griegos tomaron a broma a Pablo, cuando les
habló de la resurrección de la carne (He. 17,32). ¿Para qué necesitaríamos el
cuerpo en la felicidad al volver con los dioses, si el alma es inmortal? De ésa
manera pensaban los griegos esclavistas, que hacían trabajar a sus esclavos
en sus cuerpos, que para ellos en realidad nada valían. El alma y el cuerpo
para los griegos eran dos principios contrarios en el ser humano (dualismo).
Para nosotros, alma cuerpo, son además de unidad en su naturaleza; unidad
respecto de su misión en el mundo; unidad de su fin sobrenatural (Dios) y de
sus medios para alcanzar este fin; … y unidad en el rescate realizado para
todos por Jesucristo.
Alma : en español
Soul : en inglés
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Nefesh: en hebreo
Psique: en griego
Anima: en latín
EL ESPÍRITU.- Procede del hebreo ruaj, (fuerza vital, soplo, viento,
energía). Es lo más íntimo y profundo del ser humano. Lo más secreto de
la conciencia, capaz de descubrir la luz de la verdad, el amor, y la justicia
(a Dios).
Dicho en otros términos, constituye esa fuerza vital interior, que empuja al
ser humano hacia la trascendencia, llevándolo más allá de su propia
existencia. Su sentido más fuerte es la presencia o manifestación de Dios y su
poder en cada hombre o mujer.
Ez. 1,12: el espíritu es la fuerza conductora, de los que se dejan guiar por el
Espíritu. Aquella fuerza creadora de Dios, que promueve a los profetas. Es la
esencia inmanente de Dios en cada uno, bien dispuesto y que resiste todo.
No podemos confundirlo con el alma, pues ésta se ocupa todavía de
actividades materiales y sensitivas, por lo que necesita de muchas razones
para ejecutarlas; pero el espíritu no busca razones o justificaciones de su ser
y hacer. Ejercita la libertad para la elección del bien y del Bien Mayor : Dios
y su bondad.
El espíritu nos permite trascender, es decir ir más allá de nuestra propia
realidad humana, terrena y generacional.
Estos tres componentes forman al ser humano integral y total, en unidad
indivisible, a quien hemos de formarle y educarle.
4.- PERFIL DEL SER HUMANO
Se refiere a la manera cómo deberían ser las relaciones de la persona humana,
en su contexto vital y fundamentalmente en su trato personal consigo mismo,
con los demás, con la naturaleza (como creación) y su relación con Dios.
Relación personal consigo mismo/a (como unidad de cuerpo alma
espíritu) .- Cuando la persona logra ser consciente de sí mismo/a, de su
realidad y existencia personal, se siente libre y responsable, se acepta y se
supera. Conoce sus valores (fuerzas) y sus defectos (debilidades), los
integra a su vida. Por lo que prefiere experimentar, antes que aprender de
lo que le dicen los demás. Ama la vida, es feliz y realizado con lo que le da
la vida. Enfrenta con valor los retos. Recordemos que uno puede ser y
hacer todo lo que se propone si tiene fe, optimismo y voluntad de hacerlo.
Ese es el tipo de relación que debe gobernar nuestro Yo.
Soy un poco de tierra con anhelos de cielo…
Relación personal con los demás (de proximidad/ prójimo).- La persona es
una estructura de interioridad, pero también una realidad abierta.
Claramente afirma Aristóteles que el ser humano es por naturaleza una
realidad social. El hombre es un animal político. Esta dimensión política
del hombre equivale a la posibilidad de comunicación que éste posee. La
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persona en cuanto realidad abierta, demuestra su radical indigencia. No
es una realidad que se baste a sí misma. Precisa del cosmos y precisa de
los demás seres humanos. Esta relación personal con los demás ha de ser
de fraternidad (hermandad), en el servicio, de solidaridad, de tolerancia,
de justicia y de amor de preferencia a los más pequeños y humildes de éste
mundo. No olvidemos que la apertura del Yo al Tú y de opción preferencial
al Otro, empieza en el propio ambiente familiar y se extiende al plano de
las relaciones interpersonales y de éstas al comportamiento social y
finalmente al comunitario que es la realización del Yo personal en el
Nosotros.
Relación personal con la naturaleza (como hija de Dios y hermana
nuestra).- Toda la naturaleza y la historia humana son creación de Dios, y
tienen su valor. Toda criatura por tanto tiene una chispita de bondad y de
perfección propias pero a la vez donadas. Por eso el ser humano debe
respetar la bondad de cada criatura para evitar un uso desordenado de
las cosas, que desprecie al Creador y acarree consecuencias nefastas para
los hombres y para su ambiente. La naturaleza y las cosas que hay en ella
son para compartirlas entre todos (sentido de justicia) y administrarlas
con sabiduría y no para sentirse dueños absolutos de ella. Ya lo expresa
San Francisco de Asís en su admirable cántico al Hermano Sol, ser
hermano de todas las criaturas y siervo humildísimo de cada una de ellas.
Lo que se trata es de hacer ver un modo distinto de estar en el mundo,
ya no más sobre las
cosas, sino junto a ellas como hermanas y hermanos en una misma casa,
con un mismo Padre.
Relación con Dios (de filiación como hijos y un Padre).- Para los cristianos
la relación personal con el Dios de la Vida, es de ABBA (es decir Papito),
como enseña Jesucristo a nombrarle al Padre Bueno (Rom. 8,15; Gál. 4,6).
La esencia de Dios es el Amor, por eso la persona que se comunica con Dios
ha de sentirse amada, dichosa, profundamente. Libre pero responsable
como su Padre. La vida de la persona no es algo predestinado, ni escrita
de antemano; en el trato con Dios Padre, siempre cabe la palabra
alianza.
A continuación, se detalla una carta que te permitirá entender y asumir
responsablemente tu dimensión personal en diálogo permanente contigo
mismo, con el prójimo, con la naturaleza y con Dios como Abba:
AMOR:
Ambato,………………………………..
Sr. ……………………………………….
Ciudad: ………………………………..
Presente: ……………………………….
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