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Síntesis del resumen histórico del proceso bolivariano revolucionario




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    Síntesis del resumen
    histórico del proceso bolivariano
    revolucionario

    ….. PARA ENTENDER LO QUE SUCEDE HOY,
    ES NECESARIO CONOCER LO DE AYER; PORQUE CUANDO LOS PUEBLOS NO
    CONOCEN SU HISTORIA, SON OBJETO FACIL DEL ENGAÑO Y LA
    DOMINACION …..

    ….. DICHOSO AQUEL QUE TIENE UNA HISTORIA QUE
    CONTAR …..

    Humberto Vargas Medina

    La guerra por nuestra independencia comenzó el
    mismo día que los conquistadores europeos arribaron al
    sitio conocido hoy como Macuro, en las costas del sureste de
    nuestra Península de Paria, el 03 de Agosto de 1498; ese
    día comenzó la resistencia de nuestros pobladores
    aborígenes para conservar sus vidas, cultura y tierras,
    ante la voracidad insaciable de los indeseables visitantes. Para
    comprender la historia de la resistencia indígena es
    fundamental definir las tres concepciones históricas que
    legaron los españoles para caracterizar a los pueblos
    indígenas del Continente: uno, indios de paz; dos, indios
    de trabajo y, tres, los indios de guerra. ¿Por qué
    es importante tener presente estas tres categorías?;
    Porque a través de esta tres vertientes se desarrollaron
    todas las formas de lucha de los pueblos indígenas
    sometidos por la corona espanola en la América Meridional.
    Para los españoles era importante conocer si los
    indígenas los recibían en posición de paz,
    con indiferencia o en posición de guerra. Ante la
    presencia de los indios de guerra, los españoles iniciaban
    el combate. Los indígenas que reaccionaban con
    rebeldía y se les enfrentaban, eran considerados indios de
    guerra, que por lo general esta última denominación
    la atribuían como principal rasgo caracterizador de la
    familia lingüística Caribe. Ante los indios de paz
    los españoles realizaban una relación de dominio y
    de catequización. El grupo denominado indios de trabajo se
    conformó por aquellos indígenas que perdían
    en combate militar con los españoles. También
    confluían aquí los indígenas de paz. Los
    pueblos nativos que inicialmente aceptaban en forma
    pacífica a los españoles, brindándoles
    amistad, al poco tiempo empezaron a sentir los embates de la
    esclavitud y otras formas de opresión colonial. Los
    invasores se creían con pleno derecho a utilizar sus
    mujeres, sus niños, a saquearle sus pertenencias y a
    disponer de ellos, en forma agresiva y violenta. No les
    respetaban sus ancestrales condiciones de vida: sus viviendas,
    sus animales, sus cultivos, sus instrumentos o utensilios de
    trabajo, sus montañas y sitios sagrados. Abusaban como si
    el mundo espiritual aborigen no tuviera ningún valor. Esto
    fue calentando el espíritu guerrero nativo.

    Por eso la lucha guerrillera tuvo por escenario toda la
    Madre Tierra. Se fueron organizando pequeñas unidades o
    patrullas militares, compuesta por indios arqueros o
    flecheros, lanceros, macaneros o pedreros, que asumían
    posiciones ofensivas en defensa de sus pueblos. Se trataba de
    pequeñas unidades que operaban cuando los castellanos
    iniciaban la incursión en áreas indígenas
    consideradas de interés comunitario, militar o
    cosmogónico. Y estas mismas áreas, eran para los
    europeos, objeto de interés para la explotación
    minera, o que por razones geopolíticas, presentaran
    magníficas condiciones para asegurar y consolidar la
    empresa colonizadora. Las tácticas de lucha guerrillera
    fueron variadas, de acuerdo al medio natural y a las condiciones
    de las fuerzas nativas. Se desarrollaron en el monte, en
    ríos, y a través de asaltos navales en los mares.
    Posteriormente, a partir del siglo XVI, con la llegado de los
    esclavos traídos por los europeos desde África, se
    sumaron nuevos esfuerzos y actores a la lucha por la
    independencia y la libertad; la razón de la
    rebelión de los negros, desde el mismo momento de su
    llegada a Abya Yala, no pudo ser otra que la opresión de
    la que fueron sujeto de forma sistemática, sostenida,
    injusta. La primera forma de resistencia fue la fuga desde las
    unidades de producción hacia las montañas y parajes
    solitarios, donde la vegetación exuberante y los terrenos
    pantanosos conformaron un conjunto de barreras y
    obstáculos, para que sus propietarios no los pudieran
    capturar e igualmente para poder fundar sus cumbes o palenques y
    vivir como negros cimarrones, dedicados a una agricultura de
    subsistencia y a la práctica del contrabando con los
    holandeses, ingleses y franceses. Con relación al caso de
    la Venezuela colonial, encontramos que los esclavos negros,
    mulatos, zambos y los negros libres e indígenas, llevaron
    a cabo varias rebeliones y conspiraciones, las cuales fueron
    motivadas por factores internos como: atropellos e injusticias
    que sufrían los grupos étnicos antes mencionados en
    la haciendas, plantaciones y hatos, asimismo, su deseo de superar
    la injusta convivencia social y política con los
    estamentos circundantes y las aspiraciones de los negros y
    mulatos, todavía imprecisas y confusas, a una vida libre e
    igualitaria. Por otro lado, a finales del siglo XVIII
    surgió un venezolano insigne, pensador, filosofo,
    sociólogo, político y por sobre todo, educador;
    quien logro sincretizar todos los aportes de tres cosmovisiones,
    de tres culturas diferentes (la aborigen, la europea y la
    africana) que se mezclaron holísticamente, para
    entregarnos el resultado sincrético mestizo de una nueva
    cosmovisión, de una nueva forma de ver la realidad del
    mundo y de la vida por parte de una nueva variedad de la especie
    humana identificada como los mestizos criollos venezolanos; nos
    estamos refiriendo al maestro de maestros Simón
    Carreño Rodríguez, Simón Rodríguez o
    Samuel Robinson, quien, como producto de su inigualable
    pensamiento, nos lego una riqueza filosófica, conceptual y
    teórica, original y única.

    Pero la obra del Maestro Robinson no quedo
    exclusivamente en el campo teórico de su fuero personal,
    no, el Maestro Rodríguez tuvo la
    visión y la capacidad de sembrar toda su riqueza
    conceptual en el terreno más fértil que pudo
    existir en aquel momento, sembró todos sus inéditos
    conocimientos y sentimientos, nada más y nada menos que,
    en el cerebro y en el corazón del joven más
    inquieto de la época, el cerebro y el corazón de
    Simón José Antonio de la Santísima Trinidad
    Bolívar Palacios y Blanco, en Simón Bolívar.
    Posteriormente, en su largo peregrinaje al caminar, cabalgar y
    navegar por todas las tierras y aguas de la América
    Meridional, Simón Bolívar convirtió en
    realidad todo ese Ideario que su Maestro Robinson había
    sembrado en él; no solo lo enriqueció con sus
    magistrales concepciones del Manifiesto de Cartagena, la Carta de
    Jamaica , el Discurso ante el Congreso de Angostura, la
    argumentación de la Convocatoria al Congreso
    Anfictiónico de Panamá, la Constitución de
    Bolivia, entre otros, sino que lo concreto en hechos al fundar
    naciones, y más que naciones, construir Patrias, en los
    espacios geográficos de nuestro continente que hoy
    están ocupados por seis países de la actualidad.
    Fue de esta manera como el pensamiento y obra de Simón
    Rodríguez se convirtieron en la original base conceptual,
    filosófica, política y doctrinaria que es orgullo
    de los venezolanos del presente: nuestro grandioso "Ideario
    Bolivariano" y sus raíces Robinsoniana, Bolivariana y
    Zamorana. La historiografía imperante, desarrollada bajo
    los preceptos y enseñanzas que la hegemónica
    cultura occidental y mediterránea de coloniaje mental nos
    ha impuesto, establece que oficialmente el proceso de
    independencia de los venezolanos comenzó el 19 de Abril de
    1810 por iniciativa de los blancos criollos mantuanos, con el
    propósito de defender y proteger los amenazados intereses
    de la Corona Española en estos territorios de sus colonias
    americanas.

    Pero como los tiempos de revolución nos exigen
    releer, reinterpretar y reescribir nuestra historia, ahora
    conocemos que aquellos blancos criollos, aprovechándose de
    las dificultades que enfrentaba el imperio español de
    entonces, como consecuencia de la invasión francesa a su
    territorio, tomaron ventaja de la situación imperante,
    para hacerse del control del gobierno en la Capitanía
    General de Venezuela con el propósito de acceder a todas
    las prerrogativas sociales, políticas y económicas
    exclusivas de los blancos europeos, que el conquistador
    español les negaba. Siendo así, entonces el proceso
    iniciado en 1810 no constituyo un proceso de independencia para
    comenzar una guerra de emancipación a favor del pueblo
    mestizo criollo y demás pobladores, que se encontraban
    sufriendo los rigores de la conquista imperial de una potencia
    europea en nuestros territorios; vale decir, el movimiento
    iniciado en 1810 y legalizado en 1811, no inicio en Venezuela una
    guerra revolucionaria liberadora que procurara la
    emancipación, la liberación y la
    reivindicación de toda la población venezolana de
    la época, puesto que, al contrario, ese movimiento solo
    buscaba favorecer una de las clases privilegiadas existentes: los
    blancos criollos o mantuanos. La gran mayoría
    poblacional existente a comienzos del siglo XVIII integrada
    por mestizos, pardos, indígenas, negros, mulatos y zambos,
    no se identifico con aquella lucha iniciada por los blancos
    criollos, nunca sintieron esa causa como propia, ellos
    percibieron desde su inicio, que una mayor posesión de
    poder de los mantuanos, dueños de fincas y esclavos,
    arreciaría y radicalizaría el dominio que los
    social y económicamente poderosos ejercían sobre la
    masa poblacional de la época; esta fue la principal causa
    del fracaso de lo que los historiadores llaman "la Primera
    Republica" y "la Segunda Republica", el pueblo nunca estuvo
    identificado con aquella lucha, por el contrario, una numerosa
    representación de la población, liderizados por el
    caudillo realista José Tomas Boves, enfrento a los blancos
    criollos derrotándolos y acabando con lo que fue,
    después de la Campana Admirable, el proyecto de la Segunda
    Republica. Ante el fracaso de la Segunda Republica El Libertador,
    Simón Bolívar, llego a Jamaica en procura de apoyo
    ingles para la causa criolla, donde escribió su famosa
    "Carta de Jamaica", pero al no conseguirlo zarpa hacia
    Haití, único país libre en la América
    Meridional de la época, donde gobernaba el Prócer
    Alejandro Petion. Durante las conversaciones de El Libertador con
    el Presidente Petion, el Héroe Haitiano convence a nuestro
    Padre Fundador de que para el éxito futuro de su
    misión se hace vital cambiar radicalmente la
    direccionalidad de la lucha en Venezuela: "transformar la guerra
    librada hasta ese momento en procura de beneficios para los
    intereses mantuanos, en una guerra de emancipación, en una
    guerra popular y revolucionaria, liberadora de la gran masa
    poblacional venezolana esclavizada, sometida, subyugada y
    marginada por obra de los conquistadores europeos y la
    oligarquía blanca criolla".

    Con los apoyos brindados por el Prócer Haitiano y
    después de la históricamente conocida
    Expedición de Los Cayos, Simón Bolívar llego
    a Carupano, en la costa norte-central de la Península de
    Paria, el día 02 de Junio de 1816 y comenzó su gran
    tarea para la transformación de nuestro proceso de
    independencia; entre muchas otras decisiones, El Libertador emite
    dos trascendentes decretos : 1) Decreta la abolición de la
    esclavitud y la liberación de los esclavos y 2) Decreta la
    incorporación a las huestes patriotas de todos los
    venezolanos, particularmente, la incorporación a las
    Fuerzas Armadas de la Independencia de toda aquella masa
    poblacional que hasta ese momento se había mantenido al
    margen o contra el Proceso que el liderizaba. Estas dos grandes
    decisiones transformaron la guerra de independencia en una Guerra
    Revolucionaria para la liberación y emancipación de
    todos los venezolanos, y, mediante la integración
    vico-militar (pueblo sin uniforme – pueblo
    uniformado) crearon el Ejercito Popular Bolivariano, aquel
    Ejercito forjador de libertades que libero territorios, creo
    patrias y fundo republicas en las costas caribeñas y del
    pacifico, en los llanos del norte-central y a todo
    lo largo de la extensa Cordillera Andina de la
    América del Sur. Fue así entonces, como el
    día 02 de Junio de 1816 nació el "PROCESO
    BOLIVARIANO REVOLUCIONARIO" y también se creó el
    Ejército Popular Bolivariano, para luchar por la
    liberación, la emancipación y la libertad de todos
    los pueblos de la América Meridional. Si bien nuestro
    glorioso Proceso Bolivariano Revolucionario tuvo extraordinarios
    logros, avances, conquistas, crecimientos y desarrollos a partir
    de su inicio ese 02 de Junio de 1816, concretándose de
    hecho la construcción de la III Republica con la
    fundación de Colombia la grande, Colombia la original y
    verdadera, la independencia de Perú y la fundación
    de Bolivia; con la desaparición física del Padre
    Fundador y líder original, supremo y eterno de nuestro
    Proceso Bolivariano Revolucionario, el 17 de Diciembre de 1830,
    culmina la PRIMERA ETAPA de este brillante y original Proceso.
    Desafortunadamente, a partir del año 1830, con la muerte
    de El Libertador y la fragmentación o división de
    Colombia, el Gran Proyecto Bolivariano Revolucionario fue
    desmontado y puesto a un lado por más de ciento veinte
    años, finalizando así su primera etapa; con un solo
    paréntesis en este lapso, cuando a partir del año
    1859 se intentaron solucionar los problemas que la Independencia
    había relegado, a través de la "Guerra Federal," la
    "Guerra Brava" de integración cívico-militar cuya
    esperanza libertaria, reivindicadora e igualitaria se
    extinguió el 10 de Enero de 1860, con la muerte del
    "Valiente Ciudadano y General del Pueblo Soberano" Ezequiel
    Zamora. Solo fue a finales de la década de los años
    cincuenta y comienzo de los sesenta, del Siglo XX, cuando la
    antorcha bolivariana fue reencendida en el inicio de su segunda
    etapa; entonces, desde el seno de la juventud revolucionaria que
    luchaba en la clandestinidad contra la dictadura del General
    Marcos Pérez Jiménez y por iniciativa de los
    revolucionarios Duglas Bravo, Eloy Torres y Teodoro Petkoff entre
    otros, surgió una brillante idea para la
    continuación del proceso de la lucha revolucionaria en
    nuestro País, con el acertado planteamiento de: "La
    necesidad de la integración
    cívico-militar-religiosa" para la liberación
    nacional ; propuesta esta, que en 1957 fue presentada ante el
    XIII Pleno del Partido Comunista Venezolano, cuyo comisario
    político del momento era el combatiente Guillermo
    García Ponce, y en cuyas deliberaciones se aprobó
    la tesis de la unidad de todas las fuerzas políticas,
    religiosas, cívicas y militares que se oponían a la
    dictadura (el Partido Comunista creo el llamado "Aparato Militar
    de Carrera" del cual formo parte el Coronel Arráez
    Morles).

    Surgió entonces la idea de la organización
    de la Junta Patriótica y hacia allá se enfilaron
    los esfuerzos, haciendo un llamado a los partidos más
    importantes de entonces: Unión Republicana
    Democrática (URD), primero con Amílcar Gómez
    y luego con Fabricio Ojeda quien fue elegido como Presidente de
    esa Junta; Comité Político Electoral Independiente
    (COPEI), con Aristigueta Gramcko; Acción
    Democrática (AD), con Silvestre Ortiz
    Bucarán y el propio Partido Comunista (PCV), con el
    integrante de su Buro Político Guillermo García
    Ponce. Esta decisión de integración fue un gran
    acierto histórico, porque la Junta Patriótica se
    convirtió en la vanguardia del pueblo contra la dictadura,
    siendo así, que luego de la Insurrección Militar
    del 01 de enero de 1958, comandada por el Teniente-coronel Hugo
    Trejo y con la participación de los Mayores Martin Parada,
    Gilmon Báez, Emiliano Pena, Antonio Bolívar, Luis
    Evencio Carrillo, Edgar Suarez y Hely Mendoza Méndez, y
    los capitanes Masso Perdomo, Luis Pena, Luis Sucre, Tineo
    Arismendi, José Rosales, Mario Fajardo, Antonio Zuloaga y
    Vargas Medina, entre otros, y de las posteriores movilizaciones
    populares de estudiantes y obreros durante casi todo el mes, que
    se produce el derrocamiento de Pérez Jiménez el 23
    de Enero del mismo ano. Después de derrocada la dictadura
    y traicionado el proyecto revolucionario emancipatorio por los
    gobiernos derivados del Pacto de Punto Fijo (acuerdo inicialmente
    firmado por Rómulo Betancourt, Jovito Villalba y Rafael
    Caldera en Nueva York, a instancias del estadounidense Nelson
    Rockefeller), la juventud y los movimientos revolucionarios
    cívico-militares-religiosos se ven obligados de nuevo a la
    lucha clandestina, a la guerra de guerrillas, a una guerra
    irregular para lograr la autonomía e independencia
    nacional; y es así, como el inicio de la segunda etapa del
    Proceso Bolivariano Revolucionario se fortalece, complementa y
    consolidada a partir de la década de los años
    sesenta del siglo próximo pasado, cuando en el seno de
    esas mismas fuerzas revolucionarias, en las montanas del estado
    Falcón, en el Frente José Leonardo Chirinos ( desde
    donde surgen los "Documentos de la Montana" y el escrito del
    profesor Pedro Duno titulado "Marxismo-Leninismo Bolivariano"
    publicado en 1969), se propuso la nacionalización de la
    base doctrinaria de la lucha popular en nuestro país,
    asumiéndose el "Ideario Bolivariano" y sus raíces
    Robinsoniana, Bolivariana Y Zamorana como los fundamentos de la
    liberación. Desde entonces, esta integración
    libertaria cívico-militar comenzó a entregar sus
    frutos y las bases doctrinarias del Ideario Bolivariano
    renacieron, como base de la lucha revolucionaria en nuestro
    País.

    La nacionalización de la base doctrinaria del
    Proceso Bolivariano Revolucionario sustentándola en el
    árbol de las tres raíces: Robinsoniana, Bolivariana
    y Zamorana; nos permite una aproximación
    ideológica, cuyo basamento original es de mucha
    credibilidad para los venezolanos; esto es un rescate innovador
    del Ideario de Simón Rodríguez, del legado
    intelectual y las experiencias de Simón Bolívar y
    del pensamiento de Ezequiel Zamora, que constituye la más
    completa y nítida definición filoso-socio-
    política comprensible para el común y corriente de
    los mestizos venezolanos, sin contradicción alguna, por
    ser tres raíces propias y complementarias. En cada uno de
    aquellos tres personajes históricos se da una
    porción de esas tres partes que sincretizadas
    holísticamente, nos entregan como resultado un
    todo sinérgico, nos entregaron ese original y
    completo Ideario Bolivariano, que la actual Venezuela Mestiza
    reclama con angustia en las presentes circunstancias: del Ideario
    de Simón Rodríguez se obtiene la guía para
    la formación y educación del pueblo, basada en la
    realidad de sus características étnicas y en las
    particularidades de su entorno socio-geográfico-cultural;
    del legado intelectual y de las experiencias de Simón
    Bolívar emana una concepción del Estado Nacional
    Mestizo y Tropical que necesitamos fundar; y, del pensamiento de
    Ezequiel Zamora proviene el signo de la igualdad y la justicia
    sociales que nos debemos. En síntesis, el Ideario
    Bolivariano es una ideología original y propia, distinta a
    aquellas ideologías concebidas a la sombra de la cultura
    occidental mediterránea o de culturas existentes en otros
    continentes; es un Ideario que se fue desarrollando a la luz del
    profundo e inédito contenido de la realidad mestiza que se
    estaba creando en nuestras tierras y también, al calor de
    las experiencias del arduo proceso de fundar naciones muy
    particulares y especificas en lo étnico, en lo social, en
    lo cultural, en lo político, en lo económico y en
    lo geográfico: Este, nuestro Ideario Bolivariano, es una
    base doctrinaria original, para un pueblo especial con un entorno
    muy particular. Es importante señalar que todo el proceso
    que va de los años sesenta a los noventa del siglo XX,
    tiene al insurreccionalismo como una constante en la
    práctica política de los partidos y movimientos que
    promovieron la lucha de resistencia.

    De hecho, en el año 1962, son las insurrecciones
    cívico-militares- religiosas de Carupano, el 04 de Mayo,
    comandada por el Capitán de Fragata Jesús Teodoro
    Molina Villegas y con la participación del mayor Vegas
    Castejón, del Teniente de Navío Fleming Mendoza,
    del profesor Simón Sáez Mérida y del
    sindicalista Eloy Torres, entre otros, y Puerto Cabello, el 02 de
    Junio, comandada por el Capitán de Navío Manuel
    Ponte Rodríguez y con la participación del
    Capitán de Fragata Pedro Medina Silva, del Capitán
    de Corbeta Víctor Morales, del Teniente de Navío
    Carlos Fermín y del Teniente de Fragata Pausides
    González, entre otros, las que detonaron masivamente la
    guerra de guerrillas en nuestro País, mediante la
    organización de las Fuerzas Armadas de Liberación
    Nacional (FALN), donde nuevamente está presente la
    integración cívico-militar, como sustento de la
    lucha revolucionaria en Venezuela, a finales de ese mismo
    año de 1962; pero esa expectativa de triunfo
    revolucionario, a pesar de aquellos gloriosos esfuerzos, tuvo que
    continuar en una larga espera hasta el 27 de Febrero de 1989
    (27F), el 04 de Febrero (4F) y el 27 de Noviembre (27N) de 1992.
    Entonces fue así, como en los anos de las décadas
    sesenta y setenta del siglo XX, se organizo y desarrollo en el
    País una lucha guerrillera coordinada por las Fuerzas
    Armadas de Liberación Nacional (FALN), y con esta, se
    intensifico en las fuerzas rebeldes, el proceso de
    captación de militares patriotas que pudiesen ser
    incorporados a esa nueva etapa de lucha emancipadora nacional,
    ocurriendo en consecuencia, como ya mencionamos, las
    Insurrecciones Cívico-Militar-Religiosas de Carupano
    y Puerto Cabello en el año 1962 y los
    posteriores capítulos del Proceso Bolivariano
    Revolucionario que nutren la copiosa historia
    contemporánea de nuestra Patria. Es en este escenario,
    donde a finales de los años setenta y comienzo de los
    ochenta de ese mismo siglo, se inician las relaciones
    clandestinas del Oficial de Aviación William Izarra
    Caldera con muchos de los líderes revolucionarios de aquel
    momento, particularmente, con el comandante Guerrillero Duglas
    Bravo del Partido de la Revolución Venezolana (PRV), y con
    los profesores Pedro Duno, Simón Sáez Mérida
    y Domingo Alberto Rangel, entre otros; comenzando así, el
    entonces Capitán de Aviación Izarra Caldera, un
    proceso de captación, reclutamiento, formación y
    organización clandestina al interior de la Fuerza
    Aérea, de aquel personal militar que manifestaba su
    convicción de compromiso revolucionario para con la
    Patria, incorporando entre aquellos, a los Tenientes de
    aviación: Francisco Visconti Osorio, Miguel Crespo
    Jiménez, Daniel Torrealba Ramos y Jorge Garrido
    Martínez.

    Esta tarea le condujo, en el lapso transcurrido entre
    los años 1979 y 1985, inicialmente a la
    organización del Movimiento R-83, y a estructurar
    posteriormente la ALIANZA REVULUCIONARIA DE MILITARES ACTIVOS
    (ARMA). El líder de "ARMA" concreto también en
    aquel tiempo, las relaciones internacionales de esa
    Organización político-militar clandestina con los
    gobiernos de Nicaragua, Cuba Irak y Libia, con el
    propósito de obtener apoyo para el funcionamiento,
    desarrollo y consolidación de la insurrección
    cívico-militar en Venezuela. Es desde el proyecto de
    "ARMA" y durante aquella etapa del Proceso Revolucionario
    Venezolano, que se iniciaron y formaron los hoy combatientes
    bolivarianos, quienes, en el seno de la Fuerza Aérea,
    conformaron el grupo de los oficiales más antiguos que
    liderizaron la Insurrección Cívico-Militar del 27
    de Noviembre de 1992 (27N). Es el Partido de la Revolución
    Venezolana (PRV) en clandestinidad, la organización
    política que heredo y continuo con el proyecto y proceso
    de la integración Cívico-Militar para la lucha
    revolucionaria en nuestro País, organizando en
    consecuencia, a finales de los años setenta, el "Frente de
    Militares de Carrera", bajo la responsabilidad del profesor
    Nelson Sánchez (Harold); y es este Profesor, quien por
    iniciativa del también Profesor y militante del PRV
    Adán Chávez Frías, recibe e incorpora al
    joven Teniente Hugo Chávez Frías en el ano 1979, al
    seno de esta organización política clandestina,
    desarrollándose entonces, a partir de ese momento, un
    proceso intenso de organización cívico-militar y
    captación de militares del Ejército Venezolano, que
    posteriormente los condujo a la organización del
    MOVIMIENTO BOLIVARIANO REVOLUCIONARIO 200 (MBR – 200) y a
    la Insurrección Militar del 04 de Febrero de 1992 (4F).
    Con el transcurrir del tiempo, el fortalecimiento y la
    profundización de esta integración trisectoriada
    (cívico-militar-religiosa) para la lucha revolucionaria en
    nuestro país, vivió tres momentos o hitos
    históricos de muy trascendentes y decisivos efectos
    en la Venezuela Contemporánea, vivió los tres
    últimos grandes capítulos del Proceso Bolivariano
    Revolucionario en el siglo XX, a saber: La Insurrección
    Civil del 27 de Febrero de 1989 (27F), la Insurrección
    Militar del 4 de Febrero de 1992 (4F) y la Insurrección
    Cívico-Militar del 27 de Noviembre de 1992 (27N);
    concretándose así, a finales del siglo
    próximo pasado, "La Conjunción
    Cívico-Militar 27F-4F/27N" como resultado de "La
    Integración Cívico-Militar para la Lucha
    Revolucionaria Popular" en nuestra Patria; finalizando de esta
    manera, la segunda etapa de nuestro largo y glorioso Proceso
    Bolivariano Revolucionario. El 02 de Febrero de 1999
    comenzó la tercera etapa del Proceso Bolivariano
    Revolucionario, con la asunción del
    Comandante Hugo Chávez Frías a la Primera
    Magistratura Nacional; esta es la etapa, la tercera del Proceso,
    que recién acaba de concluir el 05 de Marzo del Dos Mil
    Trece con la desaparición física del Presidente
    Hugo Chávez Frías y durante la cual, se lograron
    muy importantes, grandes y valiosísimos avances
    revolucionarios que nos han conducido a la necesidad de dar un
    salto estelar, un salto cualitativo y grandioso, para lograr la
    pervivencia de nuestro Proceso Bolivariano Revolucionario en el
    tiempo. Necesitamos desarrollar, fortalecer y consolidar el Poder
    Popular y la Democracia Participativa y Protagónica,
    así como también, debemos fusionar el Poder Popular
    Comunal con el Poder Publico, a los efectos de colectivizar la
    dirección, gerencia y administración de la cosa
    pública para empoderar realmente al pueblo venezolano, tal
    como siempre lo hemos soñado. Complementariamente,
    necesitamos acometer un completo y profundo proceso de
    formación social y política, sustentado en nuestra
    identidad integral mestiza, en nuestro Ideario Bolivariano y en
    las características y realidades de nuestro medio
    circundante. Este salto nos conduciría al inicio de la
    Cuarta Etapa de nuestro Proceso Bolivariano Revolucionario y
    garantizaría su existencia durante todos los tiempos por
    venir.

     

     

    Autor:

    Gral. de Brig. (Aviación) Francisco
    Efraín Visconti Osorio

    CHAGUA

    Comandante de la Aviación Militar Combatiente
    durante las Insurrecciones Militar del 4F y Cívico-
    Militar del 27N

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