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Un soneto, poesía y prosa



  1. Introducción
  2. Un
    soneto poesía y prosa
  3. Glosario

INTRODUCCIÓN

Tantos años han pasado sin que yo haya olvidado
el más mínimo detalle de mis experiencias en el
Oriente Colombiano. Cuarenta y cinco años transcurrieron
para decidir la escrita de estas páginas sobre algunas de
mis experiencias, conocimientos o aprendizajes de culturas que la
globalización día a día, tiende a cambiar el
paisaje y sus costumbres.

Aún existen antiguos lugareños que en
medio de la nostalgia, evocan los tiempos idos de los que hablo y
retrato en mi soneto.

Quizá existen algunos reductos en los confines
más profundos donde la autenticidad del paisaje, y las
costumbres que conocí, aún se conserven.

Le colocaremos música de fondo; donde se escuche
el arpa, el cuatro el tiple y las maracas.

Los videos siguen indelebles en las telas del infinito,
donde para Dios nada es ignorado.

Y lo que está gravado en nuestra mente,
jamás estará olvidado.

Aquí en el Tolima grande también hay cosas
bellas para contar; y en el poema dedicado a esta tierra,
también tendrá el acompañamiento de su
música folclórica que igualmente le da
el color y sabor de tierra Colombiana.

UN SONETO POESIA
Y PROSA

Salí de mi amada Neiva, más o
menos a los veintiún años.

Por culpa de las mujeres, expertas en los
¡engaños!

Desafié al destino que Dios me
había deparado, sin entender yo, que el camino ya estaba
trazado

Al Vichada llegué y de la
civilización, quedé desconectado;

fueron los Guahíbos quienes con su
amistad, hospitalidad,

me acogieron extasiaron…

Por la mañanita observé al
sol grandeRadiante, iluminado.

Vi al astro atardecer entre arreboles,
agigantado en un cielo rojo, rojo encarnado.

Más luego llegué al Meta para
lidiar con ganado;

con un patrón Doctor, que al Sena
había desfalcado.

Me echaron del Hachón, por bueno,
por honrado…

Pues no quise alcahuetear, a ese
bribón descarado

Mi disgusto fue grande, la injusticia me
había ganado

Lo desafié a un duelo, con un
treinta y ocho cargado;

para mostrarle al villano, qué es un
huilense enojado!

Ese mismo día trabajo ya
había encontrado;

para laborar en salud como malario
consagrado,

a combatir el paludismo en Casanare, Meta,
Vaupés y todo el oriente infectado.

Navegué por el Guaviare, supe
qué son cachiveras, varaderos y
raudales,

Comí muchas clases de mariscos;
mañoco y casabes. Dormí en grandes malocas, y en
chinchorros de cumare.

Aprendí a cazar con Guayaberos y
Tukanos, a pescar con el arpón.

Me entrené a conducir canoa, con
astucia y atención.

Recorrí la serranía donde
habita el jaguar, la pantera y los pumas!

Conocí al bello paujil, adornado de
negras plumas.

Quise conocer la madre – monte, para
refugiarme en su

abundante cabellera!

Quería hacerla sentir bien sexi, y
no esa temible fiera! Después, exploré el
Casanare.

Visité a Tauramena, Monterrey,
Villanueva, y donde el oro negro, a borbotones sale!

Bajé a las sabanas; bañadas
por el rio Cravo, Charte, Uejar,

Unéte, Chitamena, Caño
Güira y el Cusiana!

Me hospedé en casa de Álvaro
parra, Guadalupe Salcedo y los
Bautistas;

Próceres de la revolución del
llano, liberales aunque no comunistas.

Cabalgué por los caminos que
atravesaban los esteros;

sintiéndome embebido por los
paisajes llaneros.

Escuché al carrao con su triste
canto, vi al pato real, al güirilí, al carretero, y a
las aves emigrantes;

Todo como obra de Dios, en su bello y
Divino arte!

En un carrizal, observé al
garzón gigante, al oso palmero erguido de
pié;

temerario y desafiante!

En la sombra de un guarataro un potro negro
azabache!

y a la distancia unos cuantos venados
pasteando juntos,

con un oso hormiguero o guache.

Debajo de un matapalo, un chácharo
masticaba una mapaná.

Qué animal tan geróstico,
atrevido por demás!

Cabalgando en la mañana bordeando
los surales, divisé trompillos y corozos;

de un comején salían, los
cucarros ponzoñosos.

Muchas veces en penumbras llegué a
viejos fundos y antiguos hatos.

Arrimando a la talanquera saludaba con
respeto y con recato.

Pasando largos minutos, un silencio
sepulcral sin señales ni respuesta…

De pronto se escucha la pauralata, canta
sin ser descubierta!

El firmamento relampaguea amenazando con
una posible tormenta;

Con decisión entro, prendo la
linterna, alumbro en el entorno,

encontré un viejo jagüey;
cubierto de algas de hojas y de escombros.

Pude comprobar, que se trataba de un lugar
deshabitado.

La modernidad los motivó a
trasladarse para otro lado;

Empero a pesar de esa ausencia del
habitante inveterado,

en las praderas hace presencia, la graciosa
madre del ganado!

Rancho antiguo con registros
akásicos de pasados avatares;

evocando aquellos tiempos de alborozo,
parrandones y pesares…

–Pija chico! aliste el corral para que
entren las machiras bestias, que a las tres de la
mañana,

partiremos para los lejanos
sabanales.

La gritería de los vaqueros, el
mugir de los cementales!

castrando, marcando los
orejanos,

escogiendo de la vacada vieja y gorda, una
res de la que comerán,

los blancos, los vaqueros, y algunos
animales.

Todo el movimiento que hizo el hato
bullicioso con

peones y candores,

hoy sufre un cambio de soledad, quietud,
silencio, sinsabores…

Con un patio sembrado de tumbas de
abolengos con primores,

fueron generosos, hospitalarios, bailadores
y cantores!

Sacudía la mesa y un taburete del
polvero, y encendiendo una vela,

organizaba mis documentos contemplando una
vieja cartuchera.

Desensillaba mi mula, –no me
perturbarían los mal llamados muertos!

Pues si algunos de esos difuntos en
espíritu ahí se han quedado,

yo me los imaginaba, contentos por tener un
visitante encarnado.

Yo no creo en almas yertas de los llamados
finados! Pero sí en los espíritus, que
continúan muy vivos,

vivos en el otro lado!

Después de larga jornada, donde
cercas o alambradas no encontré,

al lejano Hato de los Lobos por la
tardecita llegué.

El encargado muy atento, instrucciones
claras me dio a saber,

-Ten cuidado camarita! con el Caribe y el
guacamayo. En un simple descuido te hacen colgar los
guayos.

Mucho ojo con la cuatro narices la sapa y
la mapaná, si te llegan a morder, derechito a la tumba
vas!

Pero también con ese insecto llamado
Yatirana! El pene se te esponja! se te inflama;

a pesar del fuerte dolor, se te alborotan
las ganas.

Si no consigues hembra, la muerte, por el
afrodisiaco te gana.

En época de invierno la sabana se
inunda, no corre brisa;

en el horizonte se ocultan, nubarrones a
prisa!

En tiempos de verano el cielo está
límpido; soplan vientos…

Los caminos están secos; trillados y
polvorientos!

Crucé una madre vieja sombreada por morichales.
se asoleaban las icoteas y con ellas las galápagas,
enfrenté a una anaconda, constrictora de
animales!

Atravesando la sabana, una gran tempestad
me alertó! Se oyeron truenos, relampaguearon
centellas,

sobre unas palmas de corozo, un rayo
cayó!

matando cinco vacas, de eso me salvé
yo.

En las playas del Upia, del Cusiana, Meta y
caño Nare, las gaviotas con su enojo, muestran ser
territoriales.

Por un camino distante corre y canta el
alcaraván;

desconociendo viajeros errantes, que por
esos senderos van!

Cae la noche oscura, húmeda,
presagiosa! corea el sapo vaquero, aparece la bola de fuego, como
bella y fulgurante diosa!

Sorpresivamente, vi la candileja entre
chocando sus tizones!

Desafiando leyendas, o mitos sin
razones!

Las Ondinas son espíritus que en el
agua está su hogar;

bellas ninfas y sirenas con perfumes de
azahar!

En las noches tormentosas chilla el pollo;
se escucha el silbador algo más!

Pues no es mito ni leyenda, es la pura
realidad!

No obstante, a ese jodido del diablo nunca
vi!

Es invento de los profanos,
imaginación, mística con frenesí!

–Siga camarita! desmonte desensille y
guinde donde quiera!

Es el saludo del filántropo llanero
que por sus tradiciones,

en otras tierra nunca viera!

–Muchas gracias mi caro amigo!

traigo hamaca mosquitero en la magalla.
También velas naipes y dados!

Jugaremos toda la noche, hasta terminar
bien trasnochados!

—Ven catire, sigue sin pereza, a comer
topocho, carne, café amargo,

que está servido en la
mesa.

Las cachirres y chigüiros son comunes,
y se encuentran por doquiera!

Quise concientizar al cazador, para que no
los extinguirá!

No como caripiare, morroco ni mono
araguato!

Me recuerda la sobrevivencia, del
guerrillero en el bajo pato.

En una macolla de guafa, una lapa y un
picure se habían engaritado;

por culpa de cazadores, venidos de otro
lado.

Fueron años aprendiendo la cultura y
el lenguaje del llanero.

Son dramas, episodios, escenarios, donde no
falta el caballo y el sombrero.

Gratos recuerdos, que siempre están
indelebles en mi mente con firmeza!

Aprendí a convivir sin miedo, con
los espíritus de la naturaleza!

Así fui olvidando un pasado de
traiciones y tristezas….

Una noche de plenilunio, en la sabana
plácidamente dormí…

Arrullado por los Nomos, por las Hadas, con
aromas a jazmín.

Desinteresado en buscar amores, por
entregarme con fiereza,

para dedicarme al servicio, con humildad y
con modestia!

–Señora: –Tómese estas
tableticas de aralen, araplin y piramitamina;

mañana estará usted sana,
contenta cantando en la cocina.

Un veinticuatro de Diciembre, de Santa
Elena, partí para Chavinave.

Me recibió Rufino Lara, muy contento
el me dijo:

–bien venido catire al Casanare!
des-ensille y guinde junto a mí!

Cuénteme de su tierra todo lo que
usted sabe!

La tertulia fue muy larga, y con el cantar
del gallo, por fin me adormecía.

Soñé con un negro guando que
risueño me hablaba, con cordura y
cortesía:

–A tí, yo no te espanto ni de noche
ni de día,

porque yo como difunto, conozco como es tu
estilo de vida;

el destino te invoca a escribir los
misterios de esta región,

que para muchos es desconocida!

–Los amo! los respeto como los
médiums emisarios, pues nosotros comprendemos cómo
son de necesarios.

Volví a mi pueblo, no como el hijo
prodigo; venia fortalecido, contando anécdotas.

Enigmas, experiencias, bellos recuerdos de
prodigiosas tierras!

Evocando pasajes de filántropos
llaneros,

su folclor, su candor, y también sus
rezos misteriosos y hechiceros!

No volveremos a ver, pastando al criollo
rojo san Martiniano;

estos desarrollaron genes resistentes al
invierno, al verano

Son culturas diferentes, la del Huilense y
la del llanero!

Allá zapatean joropo;

aquí, se baila bambuco y
sanjuanero!

Allá se sirven allácas;
Aquí, tamal y bizcochuelo! La carne asada en la hoguera es
ícono del llanero!

Acá, el asado de cerdo, la lechona y
el cordero! Allá la canción bandera es Alma
Llanera!

Aquí! es la canción del
barcino, con el folclor y su casta fiera!

Allá acompañan la carne con
topocho, Aquí, el chocolate con bizcocho.

Allá se aprecia el sombrero pelo de
guama.

Acá el Palermo, el suaza que por lo
fino, alcanzó mucha fama.

Allá se escucha el lamento de ese
día fatídico, en quebrada blanca!

Acá, de Armero, añoranzas;
tristes recuerdos de lo que otrora fue,

la bella ciudad blanca…

No quiero dejar pasar, un importante
detalle, es que esta cultura, es del Tolima grande!

De regreso, encontré a una chica que
no por el acaso, en mi casa estaba!

Sentí un fuerte impacto en mi alma
atribulada!

¿Seria la esposa que el destino me
deparaba?.

Hablamos de casamiento para nunca
terminar!

con un ramo de orquídeas yo la
llevé al altar!

Han pasado tantos años, cuarenta y
algo más!

Rodeados de hijos y nietos amando la vida,
y logrando vivir en paz…

La juventud es bella, ilusa y de
quimeras!

pues los años vienen galopando con
ímpetu de fiera!

Ya pronto, viejos con menos
vida,

nos miramos al espejo con tristeza y
melancolía….

Si el encanto corporal fue parte de nuestra
gran felicidad,

la experiencia y la madurez embellecen el
Alma, para toda la eternidad!

Mi corazón está en el Llano,
el de mi esposa en el Huila!

Escuche lo que ella dice, como opita
encantada!

–Del conjunto de paisajes, la
gastronomía, y la cultura de otros tiempos,
no de la importada!

–Detesto la pantalla chica, y
también los medios de comunicación,

Pues trajeron los enlatados gringos, y
desordenaron la nación!

–Aparecen los metaleros; entre estos,
cocaineros, sin duda marihuaneros!

Traen piercins, aretes, tatuajes, yines
rotos, mechas largas, luengas barbas,

Algunos satánicos grafiteros, que
para lo sociedad, es una terrible carga..

–Disfrutamos de la música y
canciones de Jorge Villamil
Cordobés,

Silba y Villalba, Álvaro
Córdoba, Garzón y Collazos, Emeterio y Felipe los
Tolimenses,

Empero son muchos más, los cantores
huilenses!

–Ahora pongan atención amigos, que
les hablaré de esta grandiosa tierra!

Donde suena el sanjuanero, a pesar de vivir
en guerra!

–Cruza un rio grande con recuerdos y
quimeras, trae aroma de caña, del pindal y
platanera;

Es el rio de las espumas, oh! majestuoso
Magdalena!

También tenemos desierto, el
desierto de la Tatacoa! Allí encontramos grandes
fósiles, de dinosaurios, y de una
prehistórica boa.

Un volcán nevado que desde Neiva se
divisa!

En un cielo azul despejado, con aires de
sonrisa!

Una gran represa profunda ancha y agitada!
como un gran centro turístico,

con plato, de patacón, mojarra frita
o azada!

Y qué decir de llano grande, llanura
bella! con sus vegas y platanales,

donde también reverdecen, sus
exuberantes arrozales.

De las empinadas montañas, el viento
trae olor a panela y café!

Sus variados frutales, que por doquiera
usted ve!

De Neiva al Espinal en las llanuras aradas
y extensas, ajonjolí, algodón vino de
palmas,

todo trabajado, por la raza de los
Coyaimas.

Aquí abundan las orquídeas
las amapolas y las rosas, Son paisajes de acuarelas colmados de
mariposas!

Hay muchas lecherías y el
ordeñador, de esta leche cuaja!

El pescador duerme en su bohío,
techado con palma, encerrado con barro y paja!

Allá cerca a Natagaima, se aprecia
el cerro de Pacandé! Y en el copo de un guayabo, canta el
pájaro diostedé!

¿Y la música? Muchos son los
instrumentos para cantar rajaleñas:

El tiple, la guitarra, la puerca, la
carrasca, el chucho, las maracas, la tambora!

Para aquellos que acompañan, con una
voz vibrante y sonora!

Están las bandas de viento que tocan
en las corralejas! Con toros mañosos y bravos, de los que
no cortan rabo ni orejas!

Tenemos caballos diestros de paso, y otros
en los que montan buenos vaqueros!

Con rejo de cuarenta brazas, enlazan,
arcionan, sacando humo con olor a cueros!

Y si hablamos de mitos y
leyendas,

Aquí abundan más que las
malas yerbas.

Dicen que existe el Mohán, el Duende
y el Tunjo de Oro,

No los he visto jamás! empero
tampoco los ignoro.

Y así Amigos llaneros; del Tolima
grande, les conté muy pocas cosas!

Yo los invito a que vengan, a estas tierras
prodigiosas…

Las narrativas aquí expuestas no son
imaginación ni desaciertos.

Solamente testimonios, que no son ciencia
ficción, ni cuentos….

Libartm.

GLOSARIO

Teniendo en cuenta que gran parte del
vocablo del llanero no es muy conocido fuera de esa
región, consideramos necesario presentar un glosario que
por lo regular son modismos criollos y que a la vez hace parte de
su estilo de vida y su folclor.

Cachivera- remolino y especie de
catarata

Varadero- parte extremadamente ancha y baja
de un rio Raudal – parte corrientosa agitada ondulada de un
rio Marisco – carne de animales silvestres

Mañoco– afrecho de la yuca brava,
residuo del casabe producto indígena

Cumare –palma de la cual se extrae la
fibra para confeccionar de manera artesanal hamacas. Tukano–
etnia del Vaupés

Guayabero– etnia del Vaupés
Estero– lago temporal de invierno Carrao – ave cantora
canto nostálgico

Guirili – patico silvestre de las
pampas llaneras Carretero — patico silvestre que habita en los
esteros. Carrizal — guaduilla, sirve para confeccionar
instrumento musical.

Guarataro — árbol frondoso de
mediano tamaño, Matapalos – arbustivo planta
parásita

Chácharo — variedad de cerdo
salvaje de la familia del cafuche.

Mapaná –serpiente larga delgada
agresiva Sapa— serpiente con aspecto de cobra.
Cuatronarices—la serpiente talla x Pija—sentido de
admiración.

Blancos — los patrones, dueños de
Hatos venidos de otra región.

Geróstico –calificativo que indica
feo, asqueroso.

Surales — terreno plano accidentado en
forma de profundas zanjas

Trompillo —mediano árbol.
Cuyos frutos son como pequeños trompos.

Corozo – palma de cuesco muy
común también en el plan del Tolima.

Fundo —minifundio o finca. Hato
—Hacienda latifundio. Pauralata —ave de canto triste.
Jaguey, –poso, cisterna, aljibe. Caribe
—Piraña.

Machiro—malicioso, desconfiado,
arisco. Guacamayo — temblador, pez eléctrico.

Yatirana — el incesto llamado
Machaca. Su veneno es de gran poder afrodisiaco.

Madre del ganado —Vaquilla bella y
graciosa, espíritu elemental.

Registro Akásico — videos en el
éter universal, en las telas del infinito.

Madrevieja —antiguo cauce de un caño o rio
desviado. Moriche palma de hoja ancha propia de los humedales.
Icotea —tortuga con morfología extraña,
fea.

Galapaga –tortuga común. Alcaravan
–tare, pelaronzo.

Bola de fuego – semejante a un
balón encendido. Elemental del orden de las
salamandras.

Candileja —elemental del orden de las
salamandras.

Hondinas – espíritus
elementales de los ríos y los mares. Del orden de las
ondinas

Pollo de viento — espíritu
elemental del orden de las sílfides.

Silbador – espíritu elemental
del orden de las sílfides Camarita —diminutivo
cariñoso de camarada. Guindar —colgar, amarrar
hamaca.

Jodido –- tipo, individuo, persona admirable o
destacada. Magalla — funda alargada en la que se guarda la
hamaca y otros pertrechos.

Se coloca en el anca del caballo Catire —persona
de piel blanca. Topocho —cachaco, popoche.

Cachirre —babilla familia de los
anfibios. Macolla de guafa—mata de bambú Caripiare
–lagartija de gran tamaño

Lapa —boruga

Picure —guara,
ñeque.

Morroco —morrocoy quelonio de gran
tamaño Araguato —mono cotudo, en coro se escuchan
como si fuesen marranos.

Guando —fantasma
asustador.

Encargado—- Mayordomo,
Administrador.

Allacas –especie de tamal alargado con
fórmula un poco diferente al tamal huilense.

 

 

Autor:

Libardo Trujillo
Medina

Neiva Huila

Junio, 2014

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