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Testimonios de víctimas del Stronismo en Carapeguá (página 2)




Enviado por Luciano Román Medina



Partes: 1, 2

A mí me persiguieron desde 1956 hasta 1964,
inclusive perdí un hijo por culpa de la dictadura. Mi hijo
se llamaba Juan Antonio, le llevaron a la comisaría de
Carapeguá donde le preguntaron qué era lo que
pasaba en mi casa, él saltó por uno de los
policías y le dieron un golpe con una pistola en la
espalda, que le causó una lesión en la
columna, él no llegó a caminar más y
después de 10 años de ese incidente
falleció".

Boicoteo

La persecución llegó hasta el
punto de entorpecer los negocios y las actividades de las
víctimas.

"Después de obtener la libertad la azucarera
María Auxiliadora no me compró más la
caña de azúcar, yo era el mayor productor en
aquella época, llegué a entregar hasta800 toneladas
anualmente. Entonces alquilé un local de la señora
Eduvigis Amarilla de Benítez para producir miel de
caña de azúcar. Hasta un tiempo esta señora
me alquiló el local, luego no me cobró
más.

Yo seguía usufructuando las instalaciones de la
señora Eduvigis, pero curiosamente una tarde, a las 13
horas aproximadamente le prendieron fuego, y no quedó nada
de la pequeña fábrica, no supimos quiénes
fueron, presumimos que pudo haber provenido de gente cercana al
Gobierno o de la azucarera María Auxiliadora".

Caso 2:
Andrés Zárate

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Foto 3: Andrés Zárate,
extinto dirigente colorado perseguido durante el
stronismo

Origen de la
persecución

Sobre el caso de Andrés Zárate, su hijo
Carlos Zárate sostiene que l a persecución
inició a causa intrigas sobre supuestas sublevaciones que
Stroessner maquinó para sacar del camino a sus ex amigos y
colaboradores.

"Como había tantos golpes de estado en aquella
época en el Paraguay, algunos amigos militares, Osta,
Sardi y otros propiciaron la vuelta de Stroessner y se encargaron
de alzarlo al poder pensando que sería una buena
opción. En aquella época le trajeron primeramente a
Stroessner en la casa de don Zacarías Arza, en
Asunción y luego a Carapeguá en la casa del
Atanasio J. González. Mi papá (Andrés
Zárate), Osta, Sardi, don Atanasio y otras pocas personas
sabían que Stroessner estaba en Carapeguá, y
solían ir a visitarle.

En 1955, después de un año de estar en el
poder Stroessner ya empezó a perseguir a todos los amigos
quienes colaboraron para que llegara a la Presidencia de la
República, comenzando por los militares: Capitán
Osta, Cnel. Candia, Sardi…; con la excusa de que estos se
habían sublevado. Sin embargo, actualmente no existe
ningún documento que prueba la existencia de la
sublevación de los militares citados, Stroessner solo
maquinó para perseguir a sus amigos, correligionarios y no
correligionarios".

Detenciones

Las detenciones se realizaron por orden superior, sin
ningún fundamento legal. Las víctimas del
régimen eran discriminadas y la gente no quería
tratar con ellas por temor a ser alcanzada por la
persecución. Los detenidos eran fichados, en las fichas se
detallaban los detalles físicos de las víctimas:
estatura, color de piel, nariz, cabello, etc. (Véase Anexo
1 y 2).

"Mi papá (Andrés Zárate) fue el
primer civil apresado en la Artillería de Paraguarí
el 16 de diciembre de 1955, él era vicepresidente de la
Seccional Colorada de Carapeguá, pero ante la ausencia de
Osta, que era el presidente, mi papá se desempeñaba
permanentemente como el Pte. El segundo civil apresado fue el Sr.
Rodolfo Udrízar, presidente de la Seccional de
Paraguarí, eso fue en 1955. En aquella época el Dr.
Numa Mallorquín se desempeñaba como delegado de
Gobierno y renunció porque no quería perseguir a
sus correligionarios colorados, su hermano Mario
Mallorquín que era embajador, también
renunció a consecuencia de eso. (Véase Anexo
3)

Mi papá y sus hermanos Clotilde, Apolinor,
Gerónimo, Leandro y Tranquilino fueron perseguidos y
detenidos varias veces por orden superior. En aquella
época ningún abogado se atrevía a
defenderte, nadie quería dar la cara por un amigo,
inclusive cuando estabas preso nadie iba a visitarte por temor a
que sea identificado con el preso; y terminara siendo perseguido
también. Eras como un leproso en la sociedad, la gente se
escondía y no quería tratar contigo por temor.
Recuerdo que una vez mi mamá se fue junto al Dr. Luis
María Argaña, presidente de la Corte Suprema de
Justicia, pero no había caso, nadie podía
defenderle a mi papá.

Ellos cuando detenían a las personas las
fichaban: sacaban fotos, tomaban huellas dactilares,
describían su aspecto físico, registraban a
qué partido pertenecía, que profesión o
trabajo realizaba, etc.; de manera a echarles ojo y no
podías escaparte luego del sistema de persecución.
Tenían una organización muy fuerte, quizás
fueron adiestrados por los yanquis o los alemanes. (Véase
Anexo 3).

Mucha gente que quería ponerse bien con el
Gobierno se iba con intriga y actuaban de
"pyragüe" y así ya comenzaba la
persecución".

Exilios y confinamientos

La persecución afectó a
varios sectores de la sociedad: colorados, liberales,
sacerdotes…; todos a quienes el régimen
consideraba opositor.

"La mayoría de los que fueron amigos de
Stroessner y le ayudaron para asumir el poder fueron confinados,
exiliados y vivían en la clandestinidad. Fue así
que se formó el Movimiento Popular Colorado (MOPOCO),
porque pensaron que Stroessner no era colorado por la
persecución que hacía a la gente de dicho
partido.

Muchos fueron los perseguidos: colorados, liberales,
comunistas, sacerdotes, etc.; todos los que se oponían al
régimen. En Carapeguá por ejemplo, están un
tal médico Martínez, de Potrero a quien acusaron de
comunista y murió a consecuencia de torturas,
Origüela de Espartillar, Matías Rodas, caudillo
colorado de Potrero, Ramón Cabello…"

Impacto de la persecución en la
familia

Los militares y policías realizaron
abuso de poderes, y no respetaron las propiedades
privadas.

"Al principio, cuando todavía era chico no
sentía miedo, pero a medida que iba creciendo y
éramos más conscientes ya vivíamos
atemorizados. Ellos venían un día antes
(policías y militares) a cercar la casa, y hacían
parecer que sus procedimientos eran legales. Entraban a la casa y
decían que buscaban armamentos, rompían colchones y
llevaban lo que querían. A veces venían de la
Artillería, otras veces de la Delegación de
Paraguarí y también de Investigaciones".

Torturas

En el caso de Andrés Zárate no se puede
afirmar con seguridad que sufrió torturas, no obstante,
existe la posibilidad de que haya sido torturado considerando los
relatos de los que fueron sus amigos y conocidos.

"Mi papá no llegó a contar dentro de la
familia que haya sufrido torturas, pero sus conocidos contaron
que fue torturado. A él también lo llevaron a
Investigaciones, en Asunción, y ahí nadie iba en
balde. Él murió a los 49 años a consecuencia
de un tumor cerebral en el año 1972".

Miguel Ángel Pangracio Ciancio (2005, Pág.
179) sostiene al respecto: "El Cap. Osta, destacado por su
coraje, su hermano Mesde y su padre sufrieron la arbitrariedad al
ser detenidos y confinados, sin derecho a ejercer su defensa. Los
hermanos Zárate fueron brutalmente apaleados en la
Artillería por ser amigos y compueblanos de los
Osta".

Asimismo, sobre los carapegüeños
perseguidos, entre ellos Andrés Zárate,
Miguelángel del Valle Castillo transcribe una carta
fechada en Asunción el 22 de mayo de 1956 y
publicada en FIRMEZA de Francisco Trinidad que expresa lo
siguiente:

"a) Desde hace más de 20 días le tienen
preso en la Policía de Investigaciones a Mesde Osta; b)
igual hicieron con su hermano, el capitán Geraldo Osta, a
quien le tienen incomunicado en el Estado Mayor, juntamente con
el Tte. Concepción Zarza; c) En las mismas condiciones se
encuentra el correligionario Tte. Juan Benítez, que hace
unos días le perdió a la madre estando él en
prisión. Le mandaron para la inhumación, pero no le
permitieron asistir al novenario; d) En Carapeguá fueron
allanados casas de meritorios correligionarios. Comenzaron por el
padre del amigo Osta (presidente éste, a la sazón,
de la Seccional Colorada local), pasando luego a la de un viejo
luchador colorado, don Matías Rodas, hacendado y miembro
permanente de la Seccional, e) Como decían que andaban en
busca de armas no las hallaron, le llevaron de paso al ex Alcalde
Ramón Cabello. Le tuvieron ocho días preso en el
Regimiento; f) Enseguida nomás volvieron en busca del
correligionario Andrés Zárate, vicepresidente en
ejercicio de la Seccional. Hasta este momento lo tienen en la
Artillería, sin comunicarle la causa; g) A la fecha ya lo
llevaron también al Presidente de la Juventud Colorada
Clotilde Zárate, y a los hermanos de
éste"

Caso 3: Caso
Geraldo Osta Mendoza

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Foto 4: Artilleros (de izq. a der.), mayor
Sindulfo Pérez Moreno, general Alfredo Stroessner y
capitán Geraldo Osta.

Origen de la
persecución

Geraldo Osta Mendoza fue uno de los militares de la
Artillería que colaboró para que Stroessner llegara
al poder, constituía el círculo de amigos del
dictador antes de que este llegara a la presidencia. Murió
en el Uruguay en 1992 sin regresar nunca más al Paraguay.
Según Geraldo Osta Sarubi, hijo de Geraldo Osta Mendoza,
la persecución se originó por intrigas y miedo que
tenía Stroessner de los militares, por los acostumbrados
golpes de estado en aquella época.

"Probablemente la persecución se inició
por intrigas en torno a Stroessner, porque en aquella
época eran acostumbrados los golpes de estado, las
asonadas… Mucha gente le atribuye al capitán
José María Argaña que era el que le llenaba
la cabeza a Stroessner de historias de conspiraciones en contra
de su gobierno. A causa de estas intrigas la persecución
alcanzó a sus amigos de causa, porque Stroessner
volvió del exilio gracias al Tte. 1° Geraldo Osta
Mendoza en aquella época y los subtenientes Eduardo Sardi
y Eladio Gómez.

Resulta que a Stroessner le gustaban mucho los cuentos,
a varios solía reclamar -pero usted no me cuenta nada, por
qué no me visita y me cuenta algo, algo tiene que
pasar-. La forma de llegarle y ponerse bien con él
era llevándole cuentos, historias de conspiraciones y de
opositores.

A Stroessner, del exilio lo trajeron a Asunción y
luego a Carapeguá a la casa de don Atanasio J.
González, después cuando la gente ya empezó
a murmurar lo llevaron a la estancia Tacuary, la que actualmente
es la estancia Cabaña Zuni, de la familia de Casimiro
Segovia. Dicen que allí vestía bombacha de
peón de estancia, usaba sombrero ala ancha y hacía
de playero, o sea, barría "óga okára"
(alrededores de la casa) y nadie sabía quién era.
De vez en cuando bajaba a pescar en el arroyo Tacuary, porque le
gustaba mucho la pesca. En ese tiempo según se dice, los
militares "ojegustapa Carapeguápe" (se hicieron de novias
en Carapeguá), y después de terminar la visita que
generalmente duraba hasta las ocho, ocho y media de la noche
porque ni siquiera había luz eléctrica, los novios
se retiraban e iban a planear el golpe con
Stroessner, entre ellos estaba también mi papá
(Geraldo Osta Mendoza).

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Foto 5: Casa que fue de Atanasio J.
González, donde Stroessner estuvo escondido después
de su regreso del exilio (actualmente, escuela especial Nueva
Luz, y Biblioteca Pública de Carapeguá)

Esta gente que le trajo a Stroessner era
componente del primer anillo y cuando él asumió el
Comando del Ejército, mi papá saltó al cargo
de Comandante de Artillería, que era un cargo
que aún no le correspondía, porque él era
capitán y para ser comandante como mínimo
debía ser coronel, eso también pudo causar
molestias entre algunos militares y empezaron a ponerle palos
debajo de la rueda, hablarle mal de él al
presidente."

Para sacarle fuera Geraldo Osta de la milicia Stroessner
planificó y llevó a cabo una estratagema, donde se
le implicó al Comandante de Artillería en una
supuesta sublevación para sacarle del camino.

"El 20 de diciembre de 1955 papá estaba
participando de un acto en la Escuela Militar en Asunción,
y al salir de ahí José María Argaña
le dijo-el presidente quiere hablar con usted urgente en su
casa-. Papá se presentó y Stroessner le
manifestó-tengo un problema en la Caballería,
mándeme la infantería de su Unidad-, porque en la
Artillería hay también un grupo de
infantería que abre camino, la Artillería es un
arma de largo alcance pues. Papá le contestó -no
voy a dividir la Unidad, si hay algún problema yo voy a
venir a la cabeza- bueno vaya y venga- le respondió
Stroessner.

Al día siguiente, que fue el 21 de diciembre J.
M. Argaña, a las 10 de la mañana aproximadamente
viene en avión a traerle la orden de traslado de la
Unidad, que no se puede mover así nomás, porque sin
una orden superior podría significar una
sublevación; entonces dónde está la supuesta
conspiración si la orden venía de ellos. Más
bien fue un autogolpe planificado para sacarle a papá del
camino y a otros para dominar el ejército, primer paso
para hacer un ejército a su medida.

El 21 de diciembre se desplazó con la
Artillería hacia Asunción. Llegaron a la Facultad
de Agronomía de San Lorenzo, ahí Stroessner le dijo
a papá -andate de vacaciones, llevá tus ayudantes e
inscribite en el curso de Estado Mayor…- y un mes
después lo apresó. La cuestión era sacarle
de su Unidad, de la posibilidad de defenderse. Lo mismo hizo con
Virgilio Candia a quien mandó como agregado militar a
Estados Unidos, y cuando volvió después de cuatro
años lo apresó.

Hay que considerar que Stroessner, primeramente
limpió las Fuerzas Armadas de posibles contrarios, de
aquellos que probablemente no le iban a dejar gobernar o dejar
ser el único mandamás del país. Los
militares eran muy influyentes en esa época, fíjese
que lo del 13 de enero de 1947, los militares se reunieron para
tratar el destino del país, y Stroessner en aquella
oportunidad votó en contra del partido Colorado; propuso
para que gobernara el país una Junta Militar, él
nunca fue colorado, jamás se afilió al partido
Colorado. Una vez limpiada las Fuerzas Armadas ya le fue
fácil someter a la Junta de Gobierno.

En este contexto, papá también fue
víctima de la persecución stronista, después
de salir de la milicia ni siquiera podía llegar hasta
Carapeguá, venía hasta San Lorenzo y ahí los
policías ya lo atajaban, porque en Paraguarí estaba
la Artillería pues, que era su Unidad. Temían que
viniese y entrase a la Artillería donde estaban sus amigos
y podrían hacer algo".

Confinamientos y exilios

Los confinamientos y exilios formaron parte de la
persecución, esto fue utilizado por el gobierno para sacar
del camino a adversarios políticos y a personas que
quizás constituían un peligro para el
régimen.

"Mi padre (Geraldo Osta Mendoza) estuvo 8 años
preso, confinado en Bahía Negra, Peña Hermosa y
Caazapá, de aquí se escapó; un cura de
nombre Wilfrido Rivas le puso en un camión que
transportaba banana al Mercado 4, Mercado de Abasto no
existía en aquella época. Llegó a
Asunción y se asiló en la embajada de Brasil,
después partió para ese país; pero como en
el Brasil también había un gobierno dictatorial y
no era seguro para él, pasó al Uruguay. En el
Uruguay prosiguió sus estudios de Ingeniería Civil.
Llegó a ejercer la profesión en ese país
siendo director de obra en la construcción del puente que
une Gualeguaichú con Fray Bentos de Uruguay.

Cuando se fue Miguel Teófilo Romero como
embajador paraguayo al Uruguay, ya cuando papá era
director de obra, según me enteré se fue a llevarle
un mensaje de Stroessner a papá para que viniera a
Paraguay a encargarse de Itaipu, que todo lo que pasó
está aclarado, que metió la pata y
compañía. Se enteró que papá era un
ingeniero de mucha capacidad. Entonces mi padre se reunió
con sus hermanos y le contestó que no, que él ya
volvió a formar una familia, tenía una nueva
profesión, él no estaba en condiciones de
arriesgar; si bien ya se aclaró su situación, su
entorno iba a volver a conspirar como lo hacía antes, ya
no se sentía con ganas de arriesgar lo que había
logrado otra vez.

Él no vino nunca más al Paraguay ni
después de la caída de la dictadura. En dos
oportunidades Andrés Rodríguez, siendo ya
presidente habló conmigo para que le pidiera a mi
papá que vuelva. Pero papá no quiso volver
más, consideraba a Rodríguez un traidor, traidor de
sus camaradas militares, porque los que se sublevaron el 21 de
diciembre contra el comandante de Caballería, Mayor
Virgilio Candia, fueron el capitán Andrés
Rodríguez en aquella época y el capitán
Robert o Cubas Barboza".

Torturas

La persecución incluyó
torturas psicológicas y la imposición de trabas a
las actividades que realizaban las víctimas.

"Creo que no fue torturado, él jamás
mencionó torturas físicas, pero torturas
psicológicas y persecuciones sí. Él
después de dejar la milicia estudió
Ingeniería civil y cada vez que iba a dar examen lo
llevaban preso, por eso nunca podía pasar de curso, ese
fue uno de los motivos para que abandonara el
Paraguay.

Aquí sus compañeros de Ingeniería
fueron Facetti, W asmosy…, quienes eran más
jóvenes en comparación con mi papá que ya
tení a 32 años por ahí. Mi padre en aquel
entonces era el más ferviente anticomunista en la
Facultad, según me contó el Ing. Facetti en una
entrevista cuando fue Ministro de Obras Públicas. Incluso
cuando éramos jóvenes a nosotros nos gustaba el Che
Guevara y compañía, y él discutía con
nosotros. Paradójicamente estaba perseguido por ser
supuestamente comunista".

Caso 4: Geraldo
Osta Sarubi

Nacimiento

El nacimiento de Geraldo Osta Sarubi, hijo de Geraldo
Osta Mendoza se produjo cuando la persecución ya
había comenzado contra su familia. Esta persecución
le impidió conocer a su mamá y relacionarse con su
papá en los primeros años de la
infancia.

"Resulta que, después de ocurrir lo del 21 de
diciembre Ña Eligia le dice a Stroessner -no
le vaya a hacer más daño a Geraldo, él te
ayudó mucho; además yo soy amiga de Elba (mi
mamá), por qué no le enviás como agregado
militar a los EEUU, sacale del cuartel- Stroessner aceptó,
pero qué pasó, al morir mi mamá
terminó el compromiso.

Por eso a mí me duele la muerte en manos del
mejor médico a causa de un derrame interno. El
médico no la atendió, estaba tío Mesde y
mamá le dijo –andá llamá al
médico porque me siento mal- vino el médico y dijo
–de mimada te plagueás, el útero nomás
se está poniendo en su lugar-, y no la atendió.
Después mamá le dijo otra vez a tío Mesde
–llamá al médico porque me siento mal, ya
apenas te hablo-. Vino el doctor le tomó el pulso pero ya
se fue, ya falleció. La dejaron morir porque había
un compromiso de por medio pienso yo. Cuando yo nací
murió mi mamá, o sea, no la llegué a
conocer. Y a mi padre lo conocí cuando tenía 8
años, yo vivía con mi abuelo Salomón Osta
que era de origen libanés, y lo llamaba papá a
él y mamá a mi abuela que se llamaba
Carolina".

Persecuciones y
Detenciones

La persecución alcanzó a los familiares de
las personas que eran consideradas opositoras o peligrosas para
el régimen.

"Cuando era niño permanentemente nuestra casa era
visitada por policía, generalmente al amanecer.
Solían llevarle a mi abuelo (Salomón Osta) dos o
tres días y después lo soltaban otra vez. Era un
hostigamiento permanente. Cuando Stroessner iba a venir a
Carapeguá, nuestra casa estaba cercada por policías
cuatro días antes, hasta que el dictador se
fuera".

Las detenciones se realizaron en forma arbitraria y los
tratos que recibieron los presos fueron inhumanos.

"A mí me detuvieron 3 veces: en 1973 en
Encarnación, en 1977 en Paraguarí y en
1988 en Carapeguá.

Cuando me detuvieron en Encarnación un día
23 de diciembre de 1973, yo estaba viniendo del Uruguay donde
había ido a vivir con mi papá verdadero (Geraldo
Osta Mendoza); la primera noche dormí sentado y recostado
en la pared con los presos comunes, prácticamente dos
días comí galleta nomás, porque la comida de
la prisión era incomible; por primera vez vi locro "hykue
hûa" (zumo negro); cinco centímetros de costra
tenía el tacho donde cocinaban el locro, pero
después por el hambre que tenía ya comí como
tallarín.

A la mañana te daban cocido negro con dos
galletas. Cuando te ibas al baño se iba contigo un soldado
con su fusil, ahí te vigilaba y te decía
–pyaépy mba"éiko la rejapoiteía
(rápido qué es lo que hacés tanto)-; ni en
el baño podías estar tranquilo.

Para bañarse teníamos que ir al patio
donde había dos duchas feas en mal estado, y ahí
nos bañábamos todos juntos, desnudos con una
promiscuidad total. Solo a veces te sacaban para asearte, cada 3
o 4 días y rápido tenías que bañarte,
lavar la ropa, llevar y poner en la celda para que se seque "vai
vai", lo más necesario.

Felizmente un día vino un muchacho que
cayó preso por un problema en un baile, enseguida le
sacaron a él y le pusieron en una pieza que estaba en la
antesala para entrar a la celda grande. Estaba un oficial que no
era de carrera, joven aún, no sé por qué
regla de tres se apiadó de mí y cuando entraba
él de guardia me traía la mitad de su
comida.

Cuando se le saca al muchacho para llevarle a la pieza
que estaba en la antesala d e la celda principal, le dijo al
oficial –enohêna che ndive péa, che
socioitéo (sacá conmigo ese, es mi verdadero
socio)- y accedió el oficial.

Un día cuando estaba ese oficial de guardia le
planteé sobre la posibilidad de que me dejara realizar una
llamada telefónica a Asunción, y me aceptó.
Una noche llamó al 21551, en aquel entonces
solo era 5 números; le atendió una tía de
nombre Hilda Sarubi. El oficial le dijo –su
sobrino está acá detenido en Encarnación- y
cortó. Esto hizo que esta tía que vivía en
Asunción viniera a Carapeguá a contarle a mi abuela
lo que había ocurrido conmigo, porque yo salí del
Uruguay pero quedé detenido en Encarnación, la
policía tampoco comunicó nada, nadie sabía
dónde estaba, pudieron haberme matado
inclusive.

Entonces mis familiares de Carapeguá empezaron a
moverse y gracias a la señora Nida
Páez de Virgili, senadora nacional en ese tiempo y mi ex
profesora, que intercedió por mí, me
soltaron. Pero tardó todo enero otra vez para que me
liberen porque en ese momento estaban todos de
vacaciones.

Yo, para viajar al Uruguay tenía que ir a la
Delegación de Gobierno a pedir permiso y a exponer las
causas de mi salida del país. En la época en que
Darío Filártiga ya era Viceministro del Interior y
Martini Odone, Delegado de Gobierno en 1986 más o menos,
fui a pedirles permiso para viajar al Uruguay por un problema de
salud. En mi presencia Odone le llamó a Filártiga
por teléfono quien le respondió -que se vaya, si
tiene problema veremos después cómo
arreglamos…-; esa era la respuesta del Gobierno, una
soberbia absoluta, ni haciendo lo que ellos querían te
ganabas su respeto.

En 1984 ocurrió otro incidente, mi señora,
mi hija Carolina que en aquel entonces tenía
3 años y mi abuela viajaron al Uruguay para un
tratamiento médico, porque uno de mis tíos, hermano
de mi papá que es médico estaba en ese país.
A la vuelta, en el aeropuerto metieron a mi señora a una
pieza y la quisieron desvestir, yo atropellé y
derribé a uno de los policías, eché la
puerta a patadas; pero gracias a Dios no me hicieron
nada.

La última vez que me detuvieron fue en 1988.
Nosotros teníamos una propiedad en Bajo Guasu
(compañía de Carapeguá) que era de mi
bisabuelo paterno. Yo cultivaba caña dulce a instancias de
los hijos de Doña Nida Páez, que eran pr opietarios
de una fábrica de azúcar; ellos me ayudaron con
tractores para cultivar. Había un muchacho de nombre
Domingo Mosqueira, que era de familia liberal, él
tenía un camión con el cual me ayudaba a traer
caña de azúcar a la fábrica. Un día
me dijo –no tenés una parrilla para prestarme porque
mañana es el cumpleaños de mi mamá -tengo-
le dije, y me invitó esa noche para que vaya a comer con
ellos "puchero ava" (caldo de menudencias).

Vino a mi casa Domingo Mosqueira para llevar la parrilla
y cuando est ábamos sacando, aparece el comisario Carduz
que vivía casi frente a la casa de mi abuelo y me dijo
– ¡mba"éinde comunista tuja!
Eñehuntajeýma liberálre,
pehupijeýtama arma hína (¡qué,
comunista viejo!, te juntás ya otra vez con liberal, van a
alzar armas ya otra vez)- yo le contesté –mba"e arma
piko rohupíta, parrillánteko…
(¡qué arma vamos a alzar!, parrilla
nomás…) –pero cállese- nos
respondió. Nos detuvieron y nos llevaron a la
comisaría de Carapeguá, se fue con nosotros un
subalcalde de apellido Gaette, que me decía
–ekirirîntena chugui, oka"úko- (callate
nomás de él, porque está borracho). Entramos
a la comisaría y llamaron a Asunción para que
envíen por nosotros una

"Caperucita", que era el camión que utilizaban
para transportar a los detenidos, se le decía
así porque era roja con un gorro que prendía
luz.

Al rato ya se enteró también la familia de
Domingo Mosqueira y por suerte su mamá tenía una
hermana que se llamaba Elizarda, de acuerdo con lo que se dice,
la sopa que quería comer Montanaro, Ministro del Interior,
era la preparada por Elizarda; si Montanaro quería comer
sopa se le llamaba a Elizarda. Según nos enteramos por la
afinidad que tenía con el Ministro, doña Elizarda
intercedió por nosotros para que nos soltaran, cosas muy
particulares dentro del Gobierno.

Nosotros ya estábamos esperando la "Caperucita",
al rato suena el teléfono y se ordena que nos liberen. Al
día siguiente, Carduz nuevamente estaba en el mismo lugar
sentado escuchando una grabadora. Avanza un auto, entra en el
garaje y había sido era doña Elizarda, que al bajar
se encuentra con Carduz y lo manda al "carajo"; creo que pronto
le costó el traslado, doña Elizarda fue la que hizo
todo".

Exilios

"Cuando yo quise volver al Paraguay, fui al Ministerio
del Interior, Montanaro no me recibió, sí lo hizo
Miguel Ángel Bestar, Subsecretario de Estado, yo no
sabía para qué venía al Paraguay, le dije
que yo me crié en Carapeguá, mis abuelos estaban
acá, yo soy paraguayo y que quería volver a mi
país, es más se me ocurrió decirle que me
prohibiera salir antes de que me prohibiera entrar. Él se
ríe y me dice –pero qué tonto mi hijo, yo
quiero que te vayas otra vez al Uruguay porque aquí no hay
garantía para tu familia-. Me fui otra vez al Uruguay y no
pude volver más durante 4 años.

Al asumir Miguel Teófilo Romero como embajador en
el Uruguay- fue a visitar a mi papá en Fray Bentos, mi
papá le pidió que intercediera por mí,
gracias a eso pude volver al Paraguay".

Caso 5: Samuel
Tillería

Origen de la
persecución

La persecución comenzó por las intrigas de
un seccionalero, y se llevó a cabo en dos etapas: el
primero en la era de Edgar L. Insfrán y el segundo en la
era de Sabino Augusto Montanaro.

"Yo trabajaba como supervisor en el Crédito
Agrícola de Habilitación y también
enseñaba en la escuela Comercio 1 General Díaz de
Carapeguá, que era de carácter privado, actualmente
es el Colegio Mcal. José Félix
Estigarribia.

Al parecer un seccionalero ambicionó mi cargo en
el Crédito Agrícola de Habilitación (CAH) y
comenzó a decir de mí que yo era comunista, por eso
empezó la persecución. Sin embargo, en aquella
época el CAH estaba manejado por norteamericanos y
teníamos prohibido participar en política
partidaria e integrar algún comité partidario. Yo
no estaba afiliado a ningún partido, pero m e gustaba el
partido Febrerista, era también un joven idealista. Porque
tenía el apelativo de comunista no podía ser
ascendido de cargo en el CAH, lo cual significaba menos
retribución por mi trabajo.

Un tiempo estuve perseguido en la época en que
Edgar L. Insfrán era Ministro del Interior,
después se acabó la persecución sin que me
hayan detenido.

Cuando ya estuvo Sabino Augusto Montanaro como Ministro
del Interior, los "pyrague" dijeron de mí que
era mendefleitista; también era amigo de los
Zárate, a lo mejor por esa razón me tacharon de
seguidor de Epifanio Méndez Fleitas, pero yo ni siquiera
era colorado.

Esta vez la persecución se agravó y fui a
esconderme en la casa de un prestatario del CAH, en la
compañía Aguai"y de Carapeguá; ahí me
escondía entre los cañaverales, luego ya no
podía vivir más así y pensé en
entregarme. Yo tenía mi familia (esposa e hijos), por eso
no quería ir a Buenos Aires y abandonarlos a su propia
suerte.

Entonces hablé con el Monseñor Mercado,
cura párroco de Carapeguá en ese tiempo y director
del colegio Gral. Díaz donde yo trabajaba con él.
Recuerdo que me fui con el Monseñor para entregarme y dijo
a los policías –na"áme arúma
peême la Tillería, aníkena pembyepoti hetaite
(aquí les traigo a Tillería no lo golpeen
demasiado)".

Apresamiento

No todos los que fueron apresados sufrieron torturas
físicas, pero sí torturas psicológicas.
Generalmente la indagación declaratoria estaba orientada a
que la víctima confiese su adhesión o pertenencia
al comunismo.

"Me presenté en la Delegación de Gobierno
de Paraguarí y de ahí nos llevaron en una camioneta
roja a la Comisaría 8va en Asunción, donde me
tomaron la declaración, me preguntaron si yo era comunista
entre otras cosas. En ese lugar pud e presenciar muchas noches de
torturas, eso fue en 1965.

Estuve nueve días preso, pero gracias a Dios a
mí no me torturaron físicamente pero
psicológicamente sí. Recuerdo una vez cuando un
policía me pidió para que le pasara una escoba que
estaba cerca de mí, yo pensé que me iba a golpear
con ella pero empezó a darles a los otros presos, y por
suerte yo me libré. Probablemente ellos sabían
también que yo no era comunista o lo que los "pyrague"
decían de mí, por eso quizás no
recibí torturas.

El daño más grande que me hicieron fue el
calificativo de comunista que recibí, siendo de familia
muy católica y la discriminación que sufría
a consecuencia. Incluso mi papá se desempeñaba como
catequizante en las capillas de Carapeguá".

Caso 6: Edilberto
Jara

Monografias.com

Foto 6: Edilberto Jara Rojas, ex miembro
del MOPOCO, redactor de su declaración de principios
aprobados por la convención de 1973 en Buenos Aires,
Argentina

Origen de la
persecución

La persecución se inició a
causa de las protestas estudiantiles que se organizó por
la suba del pasaje que afectó de forma masiva a los
estudiantes.

"Durante las huelgas estudiantiles en protesta por el
alza de los pasajes que se llevó a cabo apenas iniciado el
año lectivo, las fuerzas represivas actuaron con suma
violencia y practicaron una detención masiva, entre las
que me tocó ser arreado al Departamento Central de
Policía. Éramos liberados a corto plazo, pero nos
volvían a detener, hasta que llegaron a ejercer
represiones de suma violencia, con el Gral. Ramón Duarte
Vera, a la sazón Jefe de Policía, y el Comisario
Gral. Erasmo Candia, Jefe de la Policía Política al
frente de las operaciones represivas, bajo la conducción
ideológica del Dr. Edgar L. Insfrán, Ministro del
Interior del Régimen.

Dada la gravedad de la situación y por el abuso
de las fuerzas represivas intervino el Parlamento Nacional,
entonces unicameral y unipartidaria (exclusivamente colorada).En
respuesta, Alfredo Stroessner decidió no solamente ignorar
la preocupación de los legisladores, sino que
olímpicamente optó por disolver el Poder
Legislativo, apresar, confinar y exiliar a la
mayoría de sus miembros.

Volví a ser detenido en junio de 1959, en el
marco de una redada para descabezar el Movimiento Estudiantil.
Algunos de los detenidos fueron confinados al Chaco, a Fortines
militares. Entre los años 1959 – 62 fui detenido varias
veces. Eran por pocos tiempos y generalmente se limitaban a duras
amenazas".

Detenciones y torturas

Se prohibieron la participación a actos
públicos a la persona perseguida y las detenciones fueron
reiterativas y aparatosas. En los interrogatorios y torturas no
solo participaron policías o militares de bajo rango, sino
comisarios, subcomisarios, etc.

"A finales del año 1962 fui detenido en mi
domicilio y llevado al Departamento de Investigaciones.
Allí fui sometido a bárbaras torturas por el
temible Subcomisario Raimondi, los oficiales Colmán y Ruiz
Paredes. Fui dejado en libertad por brevísimo tiempo. En
febrero fui nuevamente conducido al Dpto. de Investigaciones para
ser interrogado por el Ofic. Ruiz Paredes. En marzo de 1963 fui
arrestado en la vía pública, en las intercepciones
de la Av. Choferes del Chaco y la calle Pacheco, por una Brigada
comandada por el Comisario Inspector Raúl Riveros
Taponier. Me condujeron a la guardia de la Jefatura de la
Policía de la Capital; al amanecer me trasladaron al Dpto.
de Investigaciones, donde fui sometido a las más crueles
torturas directamente por el Comisario Riveros Taponier, que
tenía como ayudante al ofic ial 1° Sanabria, para
llenar la pileta, maniatar y atar los pies del prisionero a ser
sometido al suplicio.

Este periodo de detenciones y apresamientos, que
duró seis meses, fue la más brutal que
padecí. Los tipos de torturas que practicaron conmigo
fueron la inmersión a la pileta, los golpes en la planta
de los pies y la picana eléctrica. Participaron
directamente en las torturas y los interrogatorios el Jefe de P
olicía, Gral. Ramón Duarte Vera, el Comandante del
RI 14, Gral. de Div. Patricio Colmán, el Comisario
Inspector Raúl Riveros Taponier, un Comisario General,
Jefe del Personal de la Policía de la Capital, el Oficial
1° Sanabria en aquella época y otros que no
llegué a identificar.

En noviembre de 1969, fui arrestado en la Facultad de
Filosofía en ocasión de la Ceremonia de
Graduación de Egresados del Instituto de Ciencias
Básicas. Fui conducido con toda aparatosidad a la Jefatura
de Investigaciones donde el Jefe de la Sección
política, un tal Benítez me notificó que
tenía terminantemente prohibido asistir a actos
públicos".

Persecuciones de
amedrentamiento

Las persecuciones de amedrentamiento
provocaron que la víctima sea discriminada y marginada en
la sociedad.

"Estas persecuciones consistían en que en
cualquier lugar donde me encontrare o me cruzare con la
policía política era demorado aparatosamente, de
tal manera que las personas que se encontraban conmigo
también se amedrentaran y evitasen mi
compañía. Esto era una especie de muerte por
aislamiento social y hasta familiar. Ni siquiera nuestros
parientes querían tratar con nosotros, si por ahí
la policía preguntaba a los compañeros u amigos por
nosotros, ellos decían que no nos
conocían".

Rumbo al exilio

En el exilio en países vecinos, las
víctimas tampoco se sintieron seguras, porque en el marco
del Operativo Cóndor, se realizaron también
detenciones y torturas.

"Tras mi última detención en enero de
1972, fui ayudado por el Gral. de División Leodegar
Cabello para escaparme hacia la Argentina, donde me acogí
al asilo político. Pero la mano de la tiranía era
larga, de tal manera que en el marco del denominado Operativo
Cóndor fui detenido en Buenos Aires, juntamente con 12
compatriotas más. Todos fuimos torturados e inclusive
algunos fueron entregados a la policía de Alfredo
Stroessner.

Un segundo exilio me fue concedido por la
Confederación Helvética (Suiza) a pedido del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas. En Europa fui presidente de
la International Solidarity Commission Paraguay,
Organización no Gubernamental que se ocupaba de la Defensa
y Promoción de los Derechos Humanos en el Paraguay ante la
Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Comunidad
Europea y otros organismos gubernamentales y no
gubernamentales.

Regresé al Paraguay inmediatamente después
de la caída de la Tiranía de Alfredo
Stroessner. Me reincorporé a todas las actividades
ciudadanas de mi patria".

Discusiones

Persecuciones

En los casos entrevistados, las persecuciones realizadas
por el Gobierno de Stroessner en la zona de Carapeguá,
fueron arbitrarias, es decir, al margen de la ley y emanadas de
orden superior.

La persecución en Carapeguá tiene la
particularidad de haberse focalizado contra los propios
correligionarios del partido Colorado, incluyendo a personas que
lo ayudaron para llegar al poder. Según Carlos
Zárate, esta situación motivó la
formación del Movimiento Popular Colorado (MOPOCO), porque
desconfiaron de la inclinación partidaria de Stroessner.
Geraldo Osta es más tajante al respecto, y sostiene que el
dictador no era colorado y jamás se afilió al
partido. Como ejemplo menciona que en la reunión del 13 de
enero de 1947 Stroessner votó en contra del partido
Colorado y propuso que sea una Junta Militar la que gobierne el
país. Esta afirmación contradice a González
(2011, Pág. 42) quien afirma que Stroessner salió a
favor del partido Colorado en la reunión del 13 de enero,
pero que sus enemigos políticos lo negaron para
desprestigiarlo.

Sobre el partido político de Stroessner, los
estudios históricos recientes afirman que se afilió
en 1951 al partido Colorado. Al mismo tiempo, es importante c
onsiderar que llegó al poder gracias al partido Colorado;
fue un candidato propuesto por los colorados y se mantuvo en la
presidencia gracias a los mismos. La persecución llevada a
cabo contra los propios colorados, hizo que estos pensaran que
Stroessner n o era colorado. Resulta raro que el dictador se haya
mantenido 35 años en el poder gracias a los votos de los
colorados, considerando que varios de estos últimos fueron
víctimas de la persecución. Esto indica que
Stroessner gracias a la persecución y el terrorismo de
Estado, formó una sociedad sumisa que por miedo se callaba
y le votaba incluso no estando de acuerdo con el sistema de
gobierno.

Sin embargo, la persecución en Carapeguá
no solo afectó a colorados, sino a gente de otros
partidos, a personas vinculadas con alguna institución u
organización, y en síntesis a todos a quienes se
consideraba como opositor del Gobierno.

Causas de las
persecuciones

Entre las causas de la persecución figuran
asuntos de carácter político, formación de
organización e intrigas o delación por parte de los
"pyrague" (delatores) y la supuesta adhesión o pertenencia
al partido Comunista.

En el caso de los Zárate y los Osta el motivo de
la persecución fue de carácter político. Las
familias mencionadas, en principio propiciaron la venida de
Stroessner a Carapeguá cuando este estaba exiliado en
Argentina y apoyaron para que pueda llegar al poder. Stroessner
supo sacar lección de los múltiples golpes de
estado protagonizado por militares, por eso en primer lugar
depuró las Fuerzas Armadas; en este contexto Geraldo Osta
Mendoza fue sacado de la milicia, confinado y exiliado a Uruguay,
porque el dictador lo consideró como un militar que no le
permitiría gobernar a su antojo o porque temía de
que pueda protagonizar algún golpe.

Las organizaciones fueron reprimidas por la dictadura.
Blas Miranda, también colorado pero opositor del
régimen padeció persecución por haber
formado parte de una comisión obrera, que tenía por
objetivo defender los derechos de los trabajadores. Esta es una
de las acciones más graves que llevó a cabo el
gobierno, porque impidió el desarrollo de las comunidades,
suprimió la iniciativa y emprendimientos de la gente,
dejó una impronta en la sociedad paraguaya que en muchos
casos espera todo de arriba o del gobierno, espera que se le diga
lo que debe hacer.

La mayoría de las víctimas no mencionaron
la existencia de un delito o motivo legal para la
persecución y en más de una ocasión
afirmaron la "orden superior". Esto refleja la intromisión
del poder Ejecutivo en los asuntos de justicia, y lo más
grave aún para pisotear las leyes.

Detenciones y
apresamientos

Los operativos de detención estuvieron marcados
por la violencia y el abuso de poder por parte de policías
y militares. Las víctimas mencionan que usaban la
violencia, y en supuesta búsqueda de armamentos
rompían y llevaban lo que querían.

Los tratos brindados a las víctimas fueron
crueles incluyendo golpes físicos, violencias
psicológicas. Los presos permanecían en
pequeños cuartos hacinados, donde en ocasiones
hacían sus necesidades fisiológicas.

Torturas

Dos de las víctimas entrevistadas mencionaron
haber padecido torturas que fueron la inmersión en la
pileta, el golpe en la planta de los pies y la picana
eléctrica. Relatan haber presenciado las torturas sufridas
por varias personas que también estaban presas al m ismo
tiempo que ellos. Sin embargo, los malos tratos y las torturas
psicológicas afectaron a la mayoría de las
víctimas.

En varios casos los policías o militares que
torturaban a las víctimas querían que confesaran su
pertenencia al comunismo, que era como un pecado durante el
stronismo y motivo suficiente para ser apresado.

Exilios y confinamientos

En los casos de los Osta y Edilberto Jara la
persecución incluyó el confinamiento y el exilio.
El exilio aparentemente no es tan cruel, no obstante, tuvo un
costo humano irreparable para las víctimas y sus
familiares, esposas, hijos…, quedaron abandonados a su
propia suerte. Al mismo tiempo, los que fueron exiliados debieron
construir una nueva vida en el exterior con lo difícil que
implicaba para un inmigrante sobresalir en un país
extranjero.

A veces los exiliados tuvieron que recorrer de un
país a otro, ya que en el marco del operativo
Cóndor, en un país con régimen dictatorial
igual se corría peligro.

Consecuencias de la
persecución

El sufrimiento experimentado por las víctimas
durante el stronismo ha dejado recuerdos dolorosos que hasta hoy
perduran. En el caso concreto de Blas Miranda, perseguido por
formar parte de una organización de trabajadores, los
sucesos vividos tienen consecuencias directas con su salud,
manifiesta padecer enfermedades cardiacas y traumas
psicológicos.

Estos sufrimientos experimentados por las
víctimas demuestran lo cruel que puede ser un gobierno
dictatorial que generalmente favorece el abuso de poderes por
parte de los gobernantes y la sumisión del
pueblo.

Conclusiones

Se concluye que Alfredo Stroessner accedió a la
Presidencia de la República de manera no
auténticamente legal, a través de un golpe de
Estado contra el gobierno de Federico Chaves y unas elecciones
amañadas, preparadas para que solamente él pudiera
ocupar el poder. Esto se dio en un momento de inestabilidad
política en el Paraguay, cuando en un periodo de seis
años se sucedieron seis presidentes que en la
mayoría de los casos fueron derrocados por golpes de
Estado o se vieron forzados a renunciar.

Esta forma y momento de llegar al poder, explica en
algunas medidas todas las acciones maquiavélicas que el
dictador llevó a cabo para mantenerse en el gobierno. En
este contexto, las persecuciones que afectaron a los
carapegüeños, fueron causadas por cuestiones de
carácter político, formación de
organizaciones e intrigas.

Para sacar del camino a Geraldo Osta Mendoza, un militar
de la Artillería, de quien posiblemente Stroessner
desconfiaba y tenía cierto miedo, maquinó una
supuesta sublevación en la cual lo implica. Los
Zárate, dirigentes colorados que fueron ami gos del
dictador antes de asumir al poder, fueron perseguidos porque el
régimen los consideró como disidentes del
gobierno.

Al dictador no le importó partidos
políticos, sexo, edad, amigos; fue implacable contra los
que eran considerados sus opositores. La formación de
organización cuyo fin era solo defender los derechos de
los trabajadores fue duramente reprimida en Carapeguá.
También se constatan que las persecuciones se iniciaron
por intrigas de los "pyrague" (delatores), que para agradarle al
gobierno u obtener favores muchas veces inventaron
mentiras.

Estas persecuciones incluyeron abusos de poderes de
parte de los policías y militares que llevaron a cabo los
procedimientos de detención, tratos crueles a los presos,
torturas físicas y psicológicas; y algo muy grave
que mencionaron las víctimas es el aislamiento social, es
decir, nadie quería tratar con los perseguidos, hasta los
parientes, por temor a ser alcanzados por el sistema de
persecución.

Por último, se puede aseverar de forma
categórica que el Gobierno de Stroessner constituye una de
las páginas negras de la historia paraguaya,
sistematizó la corrupción en la entidades
estatales, enlutó a varias familias; y hasta hoy
permanecen algunas secuelas negativas emanadas de esos 35
años de dictadura que prácticamente anuló la
conciencia crítica y moldeó una clase de sociedad
sumisa con poca reacción ante los problemas
sociales.

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Dictámenes y Fallos Judiciales de Trascendencia

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Fuentes digitales

Fundación Internacional José
Domingo Carrillo. Alfredo Stroessner.
http://www.fundacionjoseguillermocarrillo.com/sitio/tesastrossner.html

Museo Virtual MEVES. MEMORIA Y VERDAD SOBRE
EL STRONISMO. http://www.meves.org.py/

 

 

Autor:

Luciano Román
Medina

Partes: 1, 2
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