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Adolescencia y Drogadicción (página 2)




Enviado por siliar



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El efecto del jugo extraído de las
cápsulas inmaduras de la adormidera (papaverácea
somnífera) era ya conocido en el país del Nilo
desde muchos años antes. Ocho siglos antes de Homero, en
1600 a. de C. la traducción de un papiro nos dice que hubo
un médico que recomendaba el opio como "un medicamento
para mitigar el llanto exagerado de los niños
pequeños". Había que tomar "cápsulas de
amapola y granos que se mezclan con la suciedad que las moscas
dejan en las paredes, hasta formar con él toda una masa
que se filtra y se da a los niños a partir del cuarto
día".

Cuando Yago, en la tercera escena del tercer acto del
Otelo de Shakespeare, habla sobre su intriga, menciona
también dos drogas:

Ni la adormidera ni la
mandrágora

ni todos los adormecedores jugos de la
naturaleza

te ayudarán a recuperar el dulce
sueño

que hasta ayer fue tuyo.

Que el opio y otras drogas sean mencionadas por
Shakespeare más de doscientas veces no tiene nada que ver
con una pasión personal del escritor -los sabios del
Renacimiento, en todos los países, siempre estuvieron
decididos a investigar de nuevo el mundo, y las drogas
tenían para ellos un especial interés-.

García da Horta, informa, en su Historia de las
drogas, de ciertas contradicciones: el opio es un "veneno
estimulante que los turcos toman para vencer el cansancio, pero
no como afrodisíaco, como algunos creen
estúpidamente, pues el opio no sólo no aumenta el
apetito carnal, sino que apacigua la llamada de la
carne".

En ningún libro, hasta entonces, se
mencionó el peligro de hábito que implica el
consumo del opio. El primero en mencionarlo fue el sacerdote
Samuel Purchas, contemporáneo de Shakespeare.

La droga más extendida en el mundo libre
occidental es, actualmente, el Valium. Uno de cada tres hogares
en la República Federal de Alemania la tienen en sus
botiquines caseros. En el caso de abuso, si se toma una
sobredosis, se puede sufrir de mareos y pérdida de
conciencia, el producto es una causa de adicción. Los
tranquilizantes son una droga legal, y aunque pueden producir
algunos accidentes profesionales, han sustituido a otros
productos preocupantes derivados del opio.

En Inglaterra la mayor parte de los libros que tratan
las drogas, se basan en la apreciable cantidad de investigaciones
e informes que en su época se editaron y, con ellos, se
llega fácilmente a la impresión de que el opio fue
un problema específico de las Islas Británicas.
Esto no es cierto, si se tiene en cuenta la cantidad de opio
consumido en Europa. En lo único que los ingleses superan
al resto de los europeos es en la mayor precisión en los
informes.

No hay duda de que podrían llenarse muchos metros
de estantería con la literatura que se ha escrito sobre el
efecto y estímulo que las drogas ejercen en la
producción de obras de arte. La razón que la
pregunta no haya podido obtener, hasta ahora, una respuesta
precisa es muy simple. En primer lugar no hay ninguna droga capaz
de dar vida a un mundo propio imaginario. Todo lo que puede
hacer, en el mejor de los casos, es juntar y dar forma a una
serie de experiencias diversas. Ésta es una cualidad que
las drogas comparten con los sueños y con la
fantasía artística, por lo que el papel de las
drogas en la creación artística es sólo
complementario, relativo.

En el caso de las drogas alucinógenas como el
hachís, repetidas veces se ha tratado de descubrir si
existen "modelos de fantasía" que sean fruto
específico de la droga. La mayoría de los
científicos han llegado a la conclusión que las
drogas alucinógenas lo único que hacen es acentuar
la capacidad de fantasía ya existente en la mente del
artista, pero no son capaces de crear nada por sí mismas.
La droga cuyo uso está más extendido entre los
artistas es el alcohol, y tiene al parecer, dos
características peculiares: En la mayoría de los
artistas su función se limita a ayudarles a superar el
estado de stress causado por el trabajo creativo, como una
especie de vacaciones psíquicas; en los alcohólicos
graves produce un oscurecimiento de su mundo representativo y una
tendencia a la búsqueda de temas
"fantasmagóricos". Del alcohol se puede esperar
más o menos lo mismo que de los narcóticos y, por
lo tanto, no debe sorprender a nadie que en algunas épocas
un número sorprendente de escritores y otros artistas se
den al alcohol y acaben por pasarse al opio y sus
derivados.

En 1898 la firma Bayer saca a la venta un producto,
(probado por un período de apenas dos meses) con el nombre
de Heroína que según los científicos los
resultados fueron:

  • ? Contrariamente a la morfina, esta nueva
    sustancia produce un aumento de la actividad.

  • ? Adormece todo sentimiento de
    temor.

  • ? Incluso las dosis más pequeñas
    hacen desaparecer todo tipo de tos, hasta en los enfermos de
    tuberculosis.

  • ? Los morfinómanos tratados con esta
    sustancia perdieron de inmediato todo interés por la
    morfina.

Ese mismo año, logran otro importante
descubrimiento "Aspirinas" el sustituto de los salicilatos, y
Heroína el medicamento ideal para eliminar la tos.
Años después se descubrió que la
Heroína de Bayer producía adicción y la
empresa decidió dejar de vender este producto.

El camino que condujo a las drogas a la clandestinidad
recorre en todos los países civilizados el mismo camino
diabólico: establecimiento de una rigurosa obligatoriedad
de recetas especiales para conseguir todo tipo de derivados del
opio; leyes penales muy severas contra la falsificación de
recetas, así como contra los médicos que las
prescriben a la ligera. Con ello, desde luego, no podía
hacerse desaparecer el problema sino, simplemente, sacarlo de la
superficie para pasarlo a la clandestinidad.

La guerra de Vietnam, fue testigo del matrimonio de la
heroína con la política. Las guerras subversivas
son por lo general, financiadas con negocios ilegales y desde la
segunda guerra mundial, el mercado de armas clandestino es en
muchos casos idéntico al de la droga. Se dice que en la
guerra de Vietnam, la CIA, manejaba tres compañías
de aviación: Air America, Continental Air Service y Lao
Devlopment Air Service (en Indochina). Estas
compañías se las conocía como Air Opium. De
acuerdo con un informe de la CIA a finales de la década
del 60, los ingresos de los gobernantes en Vietnam y Laos
provenían de las siguientes fuentes: 1- Venta de Cargos de
importancia en el gobierno. 2- Sobornos 3- Corrupción
militar y 4- El contrabando de opio.

Otro ejemplo de la relación de las drogas con la
política es la gran cantidad de diplomáticos
sorprendidos con gran cantidad de drogas entre su equipaje en los
últimos años.

Clasificación

Alucinógenos

Se sabe que gran cantidad de sustancias de muchas y
variadas composiciones químicas producen parecidos efectos
psicoactivos en la mente humana. Algunos de estos compuestos son
sustancias naturales, algunas extraídas de otras
sustancias y algunas son sintéticas. Los efectos de este
tipo de drogas varían significativamente en cada persona.
Estas variaciones son en parte debidas a las expectativas y el
ambiente de cada uno y a otros factores no farmacológicos.
Algunas drogas como el LSD se han utilizado anteriormente en
psicoterapia. Hoy, se utilizan muy poco en ese
terreno.

Estas drogas generalmente se toman por vía oral.
La tolerancia a ellas se crea rápida y significativamente.
Sus efectos varían desde algunos minutos hasta varias
horas. Los efectos, favorables y desfavorables, son
principalmente psicológicos. El LSD no se descubrió
hasta 1938. Sus efectos en el cerebro no fueron totalmente
conocidos hasta 1943. Numerosas drogas con efectos parecidos han
circulado desde tiempos prehistóricos y las plantas que
las producen pueden crecer en casi todos los sitios. Se han
utilizado estas drogas por todo el mundo. Con frecuencia, su
utilización se consideraba un fenómeno
místico o religioso que acercaba a las personas a los
dioses y a la naturaleza.

Alucinógenos naturales. Las setas crecen
por todo el mundo. Existen miles de tipos distintos, algunas son
comestibles, algunas son venenosas y algunas contienen sustancias
alucinógenas. El alucinógeno natural que contienen
es una sustancia química llamada psilocibina.
Estas setas se pueden comer, cocinar, secar o machacar.
Generalmente se consumen por vía oral, en cápsulas
o en tabletas. La psilocibina provoca la sensación de
percibir cosas en lugares que no son normales. Con frecuencia se
ven alucinaciones muy coloridas, se tiene la sensación de
ligereza y mucha relajación. También causa diarrea
y retorcijones, así como escenas retrospectivas. El efecto
comienza aproximadamente a los quince minutos después de
su ingestión y puede continuar hasta nueve
horas.

El peyote es un cactus pequeño sin espinas con
una parte central o botón y una raíz en forma de
zanahoria. Crece en los desiertos de México y en el
sudoeste de los Estados Unidos. La parte central contiene una
sustancia química llamada mescalina. Esa parte
central se corta en rodajas y se seca para formar un botón
mescal que se mantiene en la boca hasta que se ablanda y luego se
traga o se utiliza para hacer té. La mescalina
también se puede obtener sintéticamente y se
encuentra en forma de cápsulas o tabletas. Los efectos que
produce son, cambios o interrupciones en las funciones normales
del cerebro y alucinaciones. Alrededor de una hora después
de su ingestión son frecuentes las nauseas y los
mitos así como respiración entrecortada,
aumento del ritmo cardiaco y temblores. Estos efectos pueden
durar hasta 12 horas y sus reacciones pueden ser variables.
Efectos tipo caleidoscopio, "ver" la música en colores u
"oír" la pintura como si fuese música, representan
algunas de las experiencias sensoriales de las que se tiene
conocimiento. Los Aztecas en América del Sur utilizaban el
peyote en sus ceremonias religiosas como hacían los
americanos nativos.

Alucinógenos sintéticos. El
LSD o dietilamida del ácido
lisérgico
, se conoce como ácido. En 1943,
cinco años después de su descubrimiento, el Dr.
Hoffman estaba trabajando en su laboratorio farmacéutico
cuando empezó a sentirse enfermo. En el intento de repasar
su trabajo sobre hongos, descubrió que había
fabricado uno conocido como el LSD-25. Esta fue la única
variable diferente que encontró. Para comprobar su
teoría, se administró a sí mismo una
pequeña cantidad y se sentó a tomar notas.
Después de casi una hora, se sintió mareado,
impaciente, con trastornos visuales y con una risa incontrolable.
Estas notas fueron las últimas que escribió en su
cuaderno y tuvo gran dificultad en escribirlas. El Dr. Hoffman
continuó experimentando en un "viaje" de seis horas de
LSD. Al día siguiente se sentía bien, pero muy
cansado. Este es el primer caso de un informe documentado de los
efectos del LSD.

Desde entonces el LSD ha sido utilizado por los
militares para "lavados de cerebro" e incluso para incapacitar a
las fuerzas enemigas. Se reemplazó rápidamente por
otros compuestos más específicos y efectivos. Los
médicos lo utilizaron en psicoterapia pero su
utilización ha decaído desde mediados de los 60. En
1962 el LSD llegó a ser una droga muy popular en el
mercado negro. Debido al estricto control de abastecimiento por
los fabricantes y las regulaciones de las administraciones, se
vio envuelto en el mercado negro muy deprisa. Este mercado
aumentó el abastecimiento de esta droga hasta tal punto
que se exportó fuera de los Estados Unidos. Desde 1966 no
es legal la fabricación y distribución del LSD en
Estados Unidos.

El LSD es una de las drogas sintéticas más
poderosas. Una quinta parte de un gramo de una tableta (el
tamaño de una aspirina), contiene suficiente LSD para
producir efectos a tres mil personas. Es cien veces más
fuerte que la psilocibina y más de cuatrocientas veces
más fuerte que la mescalina. El LSD es un polvo blanco
insípido, incoloro e inodoro. Pueden hacerse tabletas,
cápsulas o líquidos y generalmente se traga, aunque
con frecuencia se inyecta en vena.

El LSD afecta a las funciones del cerebro,
principalmente a los receptores de serotonina. El efecto empieza
de treinta a noventa minutos después de su
ingestión y puede durar hasta doce horas. Este efecto se
denomina comúnmente como "viaje". Los efectos del LSD son
muy similares a los que producen los alucinógenos
naturales descritos anteriormente pero más intensos. Son
comunes los cambios emocionales, esos son espantosos para el
consumidor. También puede causarles la pérdida del
sentido de "acciones normales" o sus consecuencias. El consumidor
puede tender a realizar acciones sobrehumanas y sentirse sin
control alguno. Las escenas retrospectivas pueden durar muchos
años, aunque no se vuelva a consumir esta
droga.

Los efectos físicos en el consumidor de LSD son
sudores, pérdida de apetito, insomnio, boca seca y
temblores. También puede aumentar el latido cardiaco, la
temperatura y la presión sanguínea.

La feniclidina se conoce a menudo como "polvo
de ángel", es uno de los alucinógenos más
peligrosos y también muy extendido. A diferencia de otros
alucinógenos, la feniclidina provoca drogodependencia. La
feniclidina originariamente se desarrolló para su
utilización como producto adjunto a la anestesia. Pronto
se descubrió que causaba confusión, alucinaciones,
ansiedad, ataques e incluso daños en el cerebro. Es un
polvo cristalino puro y blanco. Con frecuencia se traga en forma
de cápsulas o tabletas, se esnifa o se inyecta.
Generalmente se espolvorea o rocía sobre la marihuana, el
tabaco o perejil triturado y se fuma.

Los efectos de la feniclidina comienzan de dos a cinco
minutos después de ser ingerida, llegan al máximo
en dos horas aproximadamente y pueden durar hasta seis horas. Los
efectos residuales necesitan dos días para desaparecer.
Las escenas retrospectivas son corrientes con la feniclidina y
pueden ocurrir meses después de su ingestión. Bajo
los efectos de esta droga las cosas se ven y se oyen de manera
muy diferente. La feniclidina afecta a las funciones motrices
normales como el andar o el hablar, aumenta los latidos cardiacos
y la presión sanguínea. Los efectos secundarios
más frecuentes son sudoración, vista borrosa,
mareos, entumecimiento, nerviosismo, irritación,
dificultad para concentrarse e impaciencia. Los efectos
secundarios más graves van desde el estado de coma y
convulsiones, hasta un fallo cardiaco o apoplejía. La
feniclidina puede provocar cambios de comportamiento raros e
impredecibles. Los adictos pueden intentar hazañas
sobrehumanas o cometer violentos crímenes. A menudo
padecen graves problemas mentales.

Cocaína y Crack

La cocaína es una droga alcaloide
extraída de las hojas del árbol de la coca. Es un
estimulante del sistema nervioso central que provoca euforia
(sensación de sentirse bien). El crack es una
droga poderosa. Es una forma de cocaína más barata
y muy disponible que se presenta en pequeños trozos con
apariencia de jabón y se conoce vulgarmente como "perica"
o "farlopa". Aquí nos referiremos a ella con el
término genérico de cocaína.

Cuando se produce la inmunización temporal o la
tolerancia a los efectos de la cocaína muchos consumidores
tienden a aumentar la dosis. La cocaína se puede esnifar
(aspirar), inyectar o fumar. Generalmente se mezcla con otras
sustancias más baratas. El crack es el resultado de
calentar la cocaína con levadura en polvo. Generalmente se
fuma en una pipa de agua y es la forma de cocaína que
causa más adicción.

En 1883 un físico militar alemán, el Dr.
Theodor Aschenbrandt, consiguió un suministro de
cocaína pura y lo distribuyó entre los soldados
bávaros durante las maniobras de otoño.
Informó del aumento de la capacidad de los soldados para
soportar el cansancio.

Un lector que quedó fascinado con los informes
del Dr. Aschenbrandt, fue un joven neurólogo
vienés, indigente, de veintiocho años, el Dr.
Sigmund Freud. Algunos de los descubrimientos iniciales de Freud
sobre la cocaína, como el de ser una droga psicoactiva,
quedaron ampliamente confirmados en investigaciones posteriores.
Otras investigaciones revelaron que el uso repetitivo de grandes
dosis de cocaína produce una psicosis paranoide
característica en casi todos los que la utilizan y que
aumenta la tendencia a su abuso. Una característica
peculiar de esta psicosis son las alucinaciones como que
hormigas, insectos o serpientes corren por encima de la
piel.

En 1890 la naturaleza de la cocaína a crear
adicción y psicosis era bien conocida. Se utilizaba
frecuentemente como anestesia local. En los Estados Unidos, fue
muy utilizada en la Coca-Cola, en tónicos y en otros
medicamentos patentados. Se prohibió en 1914. La
cocaína destruye las membranas mucosas, inflamando y
agrandando las vías respiratorias. Estos efectos se dan
más en las personas que esnifan cocaína, lo que
todavía se practica. También es un estimulante que
acelera el sistema nervioso, el latido cardiaco y la
respiración.

La adicción a la cocaína se diferencia de
otros tipos de adicción en al menos dos aspectos. Incluso
después de la utilización de grandes dosis de
cocaína, si se priva de la utilización de esta
droga, no se sufre de crisis de abstinencia como el delirium
tremens producido en los alcohólicos o el síndrome
de abstinencia del opio. Los efectos físicos son menores.
La falta de cocaína se caracteriza por una
depresión para la que la cocaína parece ser el
único remedio. El impulso de reducir la utilización
de cocaína es muy fuerte. Sobredosis de esta droga puede
derivar en convulsiones e incluso la muerte.

Por otra parte, la adicción a la cocaína
puede provocar graves psicosis bajo sus efectos. Esto es muy
distinto a la mayoría de los síndromes de
abstinencia que duran horas o días después de dejar
la droga.

Grandes dosis de cocaína pura, producen
sensación de gran tensión y un exceso de
agitación. Los cocainómanos descubrieron que
mezclando la cocaína con la morfina o la heroína se
reducían estas sensaciones. Los que utilizan morfina o
heroína descubrieron que la combinación aumenta los
efectos y el buen humor producido por esas drogas. Esta mezcla se
conoce como "speed".

Estimulantes

La utilización de la cafeína en
las distintas culturas tiene una larga historia. Todavía
es una de las drogas que no recibe la suficiente atención
a la hora de tratar el abuso y adicción a las drogas. Sin
embargo, sus efectos fisiológicos y psicológicos en
el organismo hacen evidente que la cafeína es una de las
drogas de las que más se abusa y que puede causar
adicción. No es probable que la cafeína se ponga
bajo control gubernamental en un futuro inmediato, porque se
considera, en general, benigna, su uso es socialmente aceptable
(incluso se incita a su consumo) y las fuentes de
obtención de la cafeína están controladas
por grandes sociedades alimenticias (que tienen un gran
interés en mantener alto su nivel de consumo). Sin
embargo, a nivel individual se debería ser consciente de
los efectos de la cafeína y del potencial de su
abuso.

Históricamente, la cafeína se ha utilizado
durante muchos siglos en el Este y en la América
precolombina, antes de su introducción en Europa. Mientras
en Europa se favorecía el consumo de alcohol como la droga
elegida (lo que explica la gran variedad de sus manifestaciones
que existe en esta parte del mundo) no pasó mucho tiempo
desde que los comerciantes y exploradores comenzaran a traer el
café de Arabia y Turquía, el cacao del Nuevo Mundo,
el té de China y la planta de cola del oeste de Africa. La
cafeína tuvo una gran aceptación popular. Es
importante resaltar que, desde su comienzo como bebida popular en
Europa, la utilización del café aumentó a
pesar de las advertencias gubernamentales, religiosas y
médicas y sus esfuerzos por reprimirlo. En muchos
aspectos, la llegada de la cultura en torno a la cafeína
trajo consigo tanto histerismo como muchas de las drogas
actuales.

La cafeína se encuentra hoy como se encontraba
originalmente, en el café, té, chocolate, y algunas
bebidas sin alcohol. También está disponible en
pastillas que se venden para ayudar a mantenerse despierto y
alerta, como afrodisíaco y como reductor del apetito.
Aunque no se considera como una droga de la que se pueda abusar,
un sorprendente número de defensores de la cafeína
sostienen contradictoriamente que, aunque no es una droga y
sólo se toma para su disfrute, una taza de café es
necesaria por las mañanas al despertarse o levantarse. En
efecto, varios estudios han demostrado que se puede ser adicto a
la cafeína y que los síntomas que se manifiestan
por la falta de cafeína son irritabilidad, pereza, dolor
de cabeza, depresión y/o nerviosismo. Además, en
los tests en los que se ha pedido a personas no bebedoras que
bebieran una cantidad de café o de té con los
niveles de adicción comunes, han presentado nerviosismo y
problemas gastrointestinales. Se puede llegar a abusar gravemente
de la cafeína, incluso se pueden tomar de siete a quince
tazas de café (o su equivalente) en una sesión. En
situaciones tan extremas, se ha notado delirio, taquicardia,
temblores y psicosis de cafeína, además de una
alteración gastrointestinal aguda. Por ello, es evidente
que la cafeína es una droga que crea adicción,
afecta mentalmente y presenta el potencial de su
abuso.

A pesar de estas consideraciones, la cafeína es
relativamente benigna como droga que crea adicción.
Estudios al respecto han demostrado que pequeñas dosis de
cafeína mejoran la memoria a corto plazo, la
puntuación en los tests que dependen del reconocimiento de
un dibujo cerrado y la habilidad motriz. Tampoco se debe
desestimar el aumento de la productividad en la sociedad actual
por los efectos estimulantes de la cafeína. Sin embargo,
se debe sopesar todo esto con los efectos que produce a largo
plazo la utilización de cafeína.

Las úlceras y otros trastornos digestivos son
más frecuentes entre los consumidores de cafeína,
así como los problemas relacionados con la propiedad
estimulante de la cafeína (incrementa el riesgo de paro
cardiaco, de hipertensión y problemas de personalidad).
Muchos de los problemas a corto plazo que se presentan por
sobredosis o abuso de la cafeína están bajo control
al ser una droga legal de uso refinado. Sin embargo, se
desconocen los efectos de larga duración.

Marihuana

La marihuana es el nombre común con el que se
conoce a la planta Cannabis sativa. También es el
nombre que se le da a la droga que se prepara con las hojas secas
y la parte superior de las flores de esta planta. Estas hojas y
flores contienen varios componentes químicos conocidos
como canabinoicos. Una de estas sustancias químicas, la
llamada TCH o delta-9-tetrahidrocanibinol, crea el estado
conocido como "estar colocado" afectando a las funciones normales
del cerebro. La potencia de la marihuana varía enormemente
de un caso a otro.

La planta de marihuana ha existido desde hace más
de 5.000 años y se ha utilizado de muchas maneras. En la
antigua China se utilizaban las fibras de esta planta para tejer
cuerdas y ropa. Los griegos y los romanos hacían medicinas
con ellas. Otros han utilizado el aceite para fabricar
jabón e incluso se ha utilizado como alpiste.

Como en la antigua China o Roma, los colonialistas
americanos utilizaban la planta de marihuana. En los siglos XVII
y XVIII, utilizaban las fibras de la planta para hacer cuerdas y
tejer sus ropas. En el siglo XIX la parte superior de la lona que
cubría las armas estaba a veces hecha con las fibras de la
planta de marihuana.

La utilización de la marihuana para "colocarse"
llegó a ser muy popular en los Estados Unidos durante los
años 20 y 30. Muchas personas tenían miedo de esta
droga y se aprobaron leyes para controlar su utilización.
En 1937 el Congreso de los Estados Unidos aprobó una ley
que limitaba el uso de la marihuana en cualquier lugar del
país.

En los años 60, la marihuana llego a ser
más popular que nunca. Los estudiantes universitarios y de
las escuelas superiores comenzaron a utilizar la droga como una
forma de demostrar lo maduros e independientes que eran. Los
"hippies" y los "hijos de la flor" hicieron de la marihuana parte
de su manera de vivir.

En los años 70 y 80, los estudios sobre el uso de
la marihuana han demostrado a los científicos que es, de
hecho, una droga muy perjudicial. Hoy día, cada vez menos
gente que consume marihuana e incluso menos que la prueban aunque
sea sólo una vez. Sin embargo, la marihuana es
todavía la droga ilegal más extendida.

El extracto de cannabis, marihuana, fue en su tiempo
utilizado médicamente de forma extensiva y todavía
tiene mínimas aplicaciones médicas en algunos
países. La marihuana es única en cuanto a los
efectos químicos y psicológicos que produce. El
desarrollo de la tolerancia a la marihuana requiere "sentirse
bien" o "llegar más alto". Se puede desarrollar una
dependencia psicológica tan fuerte como la que provoca la
cocaína. Las alucinaciones no son efectos secundarios de
esta droga, pero con frecuencia es un síntoma de
sobredosis.

Generalmente la marihuana se fuma, pero también
se puede tomar por vía oral en las comidas o en las
bebidas. Se ha demostrado que provoca enfermedades en los
pulmones y en el corazón. El humo contiene gases
químicos y venenosos que provocan cáncer.
También puede destruir los tejidos pulmonares y disminuir
el sistema inmunológico del organismo destruyendo los
glóbulos blancos.

Narcóticos

Los narcóticos han sido las drogas fundamentales
en las subculturas y en las sociedades respetables a
través de los años. En 1885, los opiáceos
estaban disponibles en preparados que no necesitaban
prescripción. Incluso en los refrescos más comunes
presentaban derivados del opio como ingredientes. Aunque algunos
lo consideraban inmoral, la utilización de los preparados
de opio, -como el láudano o fumar opio- estaba legalizado.
En 1942 el Congreso Americano prohibió a nivel nacional el
cultivo de la amapola de opio o adormidera. En el siglo XIX la
adicción no se consideraba como la desgracia social que se
considera hoy. Las parejas no se divorciaban por causa de
adicción a los narcóticos y los trabajadores no
eran despedidos por esta causa. Sin embargo, desde entonces se ha
descubierto la verdadera naturaleza de la adicción y se
han conocido sus terribles consecuencias, tanto para los
individuos como para la sociedad. Hoy en día la clase de
drogas denominadas "narcóticos" incluyen algunas de las
más peligrosas, con más adicción y
más abuso en la sociedad moderna.

Formalmente, el término
"narcóticos" se refiere a los derivados de la
adormidera que actúan como hipnóticos o
tranquilizantes. Los derivados más conocidos incluyen el
opio, la morfina, la codeína y
la heroína. Los tres primeros aparecen de forma
natural en la adormidera, mientras que el último, la
heroína, está hecha de morfina acetilada. Todos
ellos se han utilizado médicamente en algún momento
de la historia, la morfina y la codeína todavía se
utilizan extensamente como analgésicos. Se creyó
que la heroína era un tratamiento viable contra la
adicción de la morfina (un problema muy extendido a
finales del siglo XIX y hasta la mitad del siglo XX). Como
resultado, la heroína produjo más reticencia,
adicción y daños psicológicos que la morfina
a la que supuestamente reemplazaba. La codeína es
quizás la última de estas drogas, siendo el
opiáceo de acción más suave, pero
también crea adicción y presenta el potencial de su
abuso. De hecho, haciendo la consideración que muchas
más personas tienen acceso legal a la codeína (con
receta) que a la heroína (que no se prescribe), es muy
posible que el número de adictos y el abuso de la
codeína sean superiores a los de heroína, que es
más difícil de conseguir.

Aunque el abuso de los narcóticos se centra en
sus efectos, que proporcionan un placer momentáneo, muchas
personas se han introducido en ese mundo a través de
tratamientos médicos. El valor medicinal de los
narcóticos es inestimable. La morfina y la codeína
se han utilizado como analgésicos en pacientes para los
que sería cruel tratarlos con calmantes más suaves,
como la aspirina y el paracetamol. Para los dolores
postoperatorios, crónicos y los traumatismos agudos
inductores de dolor, la codeína ha encontrado muchos
partidarios y con frecuencia se combina con analgésicos
más suaves que proporcionan a los pacientes un alivio de
amplio espectro. El principal efecto de los narcóticos es
deprimir las funciones del sistema nervioso central disminuyendo
la transmisión de los signos de dolor al cerebro. Sin
embargo, resultan comprometidas otras funciones del SNC (Sistema
Nervioso Central) como el control involuntario de los
músculos, del sistema motriz y la coordinación. Una
sobredosis de cualquier narcótico ocasiona
confusión, delirio, pérdida de fluidez verbal,
estado de coma y muerte. Por consiguiente, es absolutamente
indispensable seguir las indicaciones del médico al tomar
cualquier narcótico o sustancia sintética
análoga bajo prescripción facultativa. El efecto a
largo plazo de los narcóticos, incluso recetados, es una
dependencia física.

Esta dependencia física no va siempre
acompañada de degradación hepática, renal o
neurológica rotunda u observable, se manifiesta mediante
invariables síntomas de abstinencia que incluyen graves
dolores de cabeza (que para calmarlos requieren fuertes dosis de
narcóticos), convulsiones o temblores, fiebre y/o
escalofríos y delirio. Lo que hace que la heroína
sea particularmente una terrible droga, es su capacidad para
crear adicción después de una única dosis.
Los síntomas de abstinencia descritos, pueden ocurrir
incluso después de la primera experimentación con
heroína, aumentando las posibilidades de una fuerte
adicción. Además, la adicción plantea un
dilema incluso a las personas con más sentido moral: deben
decidir entre practicar el robo para proveerse de una dosis de
heroína o sufrir la angustia del síndrome de
abstinencia en su estado más terrible. En muchos casos
forzados (como cuando no se encuentra otra dosis o se está
encarcelado), el síndrome de abstinencia es tan fuerte que
llega a ocasionar la muerte.

Estos casos ilustran el grave peligro de la
heroína, aunque los casos de adicción que puede
provocar una única dosis de heroína son
excepcionales, del 3 al 5%. Muchos han sido consumidores
ocasionales de opio o de morfina que se han pasado a la
heroína, generalmente por vía intravenosa.
Después de varias semanas, en que la frecuencia de consumo
se incrementa de una vez al mes a los fines de semana, pronto se
llega a consumir heroína diariamente y no se puede dejar
sin pasar por una grave experiencia debilitando los
síntomas de abstinencia. El heroinómano tiene que
comprar droga continuamente y permanecer fuera del colegio o
trabajo mientras esté bajo sus efectos. Los adictos a la
heroína generalmente pierden sus amistades, trabajos, no
descansan lo suficiente, no tienen una seguridad financiera u
otras comodidades que proporciona un estilo de vida
autosuficiente mientras estén dominados por esa
adicción.

Se ofrecen varias vías para el que desee
"deshacerse del vicio" del consumo de los
narcóticos. Una sería abandonarlo rotundamente y de
repente, lo que ocasiona el denominado "mono". Sin embargo, este
método es casi imposible para la mayoría de los
adictos pues los síntomas de abstinencias que tienen lugar
son tan fuertes e intensos, que es probable que el adicto elija
volver a la utilización de la droga en vez de sufrir esa
agonía. Además, enfrentarse al síndrome es
sólo la primera parte de la lucha contra la
adicción. Seguidamente aparecen los síntomas de
abstinencia más intensos, lo que se conoce como
"síndrome de postadicción". Es durante este
período, que puede durar varias semanas o meses, cuando
los adictos en fase de recuperación experimentan
depresión, ansiedad y anhelo. Con frecuencia, durante este
tiempo vuelven a caer en el consumo de la droga. Otra
opción son los programas de mantenimiento, aunque a muchos
adictos no le solucionan su problema.

La metadona (una sustancia sintética
análoga a la heroína) se prescribe con frecuencia
como droga a utilizar para apartar la adicción a la
heroína. Los programas de mantenimiento con metadona
están prosperando en la ayuda del síndrome de
abstinencia y de postadicción para miles de adictos a la
heroína. Por sus efectos análogos, aunque
más suaves que los de la heroína, se puede llegar a
abusar de la metadona, y de hecho se abusa. Con todo, el sistema
de soporte que acompaña a los programas de mantenimiento
con metadona ayudan a prevenir la recaída de los adictos y
es, pensándolo bien, una bendición para muchos
miles de ex-adictos.

Se adjunta como ANEXO I, un cuadro en donde se
clasifican los Tipos de Drogas descriptos
anteriormente.

Drogadicción

Causas

Existe en nuestros días una preocupación
en el ámbito mundial por la extensión e intensidad
con que se presenta el flagelo de la
drogadicción.

Todos los paises están involucrados y atentos a
formar una conciencia que permita el control de este mal y por
tal motivo buscan no solo prevenir sino tratar de conocer mas
profundamente las causas que llevan al hombre a sumarse a las
huestes de los adictos.

El hombre desde la antigüedad se visto tentado a
seguir el camino del placer enfermizo buscando el paraíso
a través de la intoxicación descontrolada. Este
fenómeno estaba circunscripto a determinadas elites,
atraídas por el esnobismo, tratando de despegar de la
realidad para encontrar la satisfacción de placeres no
posibles de lograr fuera de la intoxicación sofisticada.
Por otro lado tenemos los que llegan a la droga por problemas
psicoafectivos, buscando llenar vacíos que sus afectos no
logran compensar.

Pero hoy, y de allí la preocupación
generalizada, se ha extendido de tal modo su utilización
que podemos identificarla como una enfermedad
social
, pudiendo definirla como "aquella que
dañando el organismo y la mente del enfermo, trasciende
sus límites, para invadir y propagarse a los otros
individuos de su medio, mediante la interacción social;
atacando y destruyendo la trama de la sociedad y desencadenando
secundariamente vicios sociales tales como la
desocupación, la delincuencia, la violencia, la
promiscuidad y el deterioro de los vínculos
familiares."

Analizando la drogadicción podemos identificar
factores básicos que concurren para su presencia, y se
ejemplifica en el ANEXO II:

  • 1. un agente exterior: la
    droga

  • 2. un medio facilitador: el medio
    sociocultural

  • 3. un ser humano cuyas carencias lo
    transformen en terreno fértil para que
    momentáneamente o permanentemente caiga en el uso de
    drogas.

Accionar sobre estos factores conducentes resulta la
preocupación que ya hemos mencionado, si desmenuzamos cada
uno de ellos nos daremos cuenta que tratar de eliminar o
minimizar la presencia de la droga es por demás
difícil por no decir imposible, ya que sus componentes
podrán se elegidos entre muchas opciones y que se
encuentran en casi todas partes. Un elemento activador es el gran
desarrollo de las comunicaciones, las sofisticación de los
medios utilizados para su transporte y el crecimiento de las
organizaciones destinadas a la comercialización,
promoción y distribución de la droga.

Sobre el segundo factor se puede actuar con mayor o
menor posibilidad de éxito. Como veremos más
adelante existen varios modelos de prevención que han sido
creados y modelados para crear en la sociedad un crecimiento
cultural que permita neutralizar las condiciones de superioridad
con que nos enfrentamos. Esto no solo represente una tarea
difícil por la desigualdad de las "armas"
empleadas, sino una falta de unidad mundial para tratar de
encontrar modelos válidos de lucha.

Por lo expuesto resulta que lo más adecuado y con
reales posibilidades de éxito es el conocimiento y
tratamiento del individuo y su medio ambiente inmediato, para que
a través de una acción preventiva, activa e intensa
se logre proteger al ser humano y por extensión a la
sociedad, de ser alcanzada por la enfermedad.

Es indudable que los cambios culturales ocurridos en la
sociedad en los últimos años ha favorecido la
aparición de un campo propicio para el desarrollo de la
"personalidad adicta temprana". Con respecto a los
cambios culturales, podemos hacer mención de sensaciones
de vacío, carencia de ideales, valores y metas, tendencia
a la depresión; sin duda ayudados por las condiciones
socioeconómicas producidas por la globalización,
falta de oportunidades y escasez de trabajo que influyen en el
desempeño familiar afectando los procesos de desarrollo de
la personalidad en los estadios más precoces de la
infancia.

Partiendo del concepto "la droga es una muleta,
incapaz de prevenir la invalidez psíquica
",
debemos entonces encarar el estudio de la drogadicción
partiendo del análisis del ser humano desde los inicios de
su vida, su relación con el medio ambiente inmediato y su
desarrollo en las etapas de adolescente y adulto.

Perfil de Identidad

Introducción

La drogadicción debe ser estudiada dentro de un
marco psicosocial, si no hay droga no hay
drogadicción.

Otro concepto importante es el de la disposición
del individuo a usar drogas. Este fenómeno es inherente a
la condición de fragilidad y finitud del ser humano.
Debemos tener en cuenta que drogadicción no es un
diagnóstico que se corresponde en forma lineal con una
estructura de personalidad definida. Es cierto que entre los
adolescentes que hoy usan drogas, hay un porcentaje muy
significativo de trastornos narcisistas de la personalidad, pero
esta no es una condición excluyente, ya que también
pueden existir trastornos neuróticos, psicóticos,
depresiones graves, etc.. Por otra parte hay personas que padecen
algunos de estos cuadros y que jamás se drogan.

En primer término, las personas con diferentes
patologías podrán usar drogas si existe la
posibilidad de tener acceso a su suministro. Donde esta
alternativa no existe, la persona podrá desarrollar otras
conductas adictivas: el juego, el trabajo, la comida,etc. , pero
no una drogadicción fármaco-dependiente.

La droga es una necesidad que se registra como una
constante a lo largo de la historia de la humanidad, y cuyo
fundamento está basado en la incapacidad humana para
aceptar la condición de finitud inherente al
fenómeno de la vida.

El hombre es el único animal que no acepta su
destino biológico que es nacer, crecer, reproducirse y
morir. Todos los demás desarrollan esta secuencia
aceptándola como un mandato natural.

Para ampliar este concepto Kalina hace una
disociación absolutamente artificial, y considera al
hombre como un cuerpo y una mente.

El cuerpo del hombre es igual al de cualquier animal,
nace, crece, se reproduce ( o no ) y muere. Tiene que cumplir el
destino biológico. Nuestra mente, en cambio, siempre ha
querido escapar de este determinismo biológico, y
sólo mentalmente podemos intentar trascender los
límites que nos corresponden. Nuestra fantasía nos
permite hacer cualquier cosa que deseemos, siempre que esta
realización sea en el nivel mental. En cambio, en el nivel
corporal, físico, la finitud y la muerte como final
inevitable de nuestra existencia es un hecho capital que duele
intensamente y cuesta aceptar, y cuanto más débil
es una persona más dificultad tiene para tolerar el
conocimiento de la realidad que es la vida.

Kalina se refiere a la fragilidad de los adolescentes,
en el sentido de aquellos que han sufrido grandes frustraciones,
que han lesionado su YO, debilitando y distorsionando sus
posibilidades de un normal funcionamiento.

Estos adolescentes tienen más problemas para
aceptar sus limitaciones, su finitud, por eso cuando tienen que
enfrentarse a situaciones que experimentan como terribles,
horrorosas, un recurso defensivo es refugiarse en su interior y
si esta interioridad está muy dañada, lesionada,
carente de objetos buenos internalizados, producto de relaciones
parentofiliales amorosas, que ayuden a encontrar sentido a la
vida, es decir, desilusionante, su sensibilidad a la oferta
externa de substancias mágicas que les brinden ilusiones
aumentan peligrosamente.

Factores que influyen en el desarrollo de una
drogadicción

Según Kalina y llegando a una gran
simplificación, la respuesta es la falta de amor, el
abandono y las consecuencias psicológicas
correspondientes.

Luego especificaremos otros factores que influyen, y los
analizaremos con mayor detalle. Volviendo a la falta de amor, el
hombre al nacer y durante una cantidad de tiempo importante,
necesita dedicación, atención y cuidados amorosos
para poder desarrollarse e integrarse adecuadamente.

Cuando esta condición falla, vemos entonces
aparecer con gran frecuencia los trastornos de la personalidad y
también las adicciones.

Esto nos lleva a analizar algunos elementos que Kalina
considera importantes para explicar el desarrollo de una
adicción.

Factores constitucionales:

Estudiosos de la psicología infantil, como Klein,
consideran que hay niños que nacen con
características psicológicas de origen
constitucional diferentes, por ejemplo hay niños que nacen
con una menor capacidad para tolerar la ansiedad, que son
más impulsivos y que tienen características
diferentes a otros niños.

Se está investigando las bases
neuroquímicas de la conducta y ya se sabe por ejemplo, que
el feto responde con alteraciones del ritmo cardiaco,
succión del dedo y movimientos a situaciones de
estrés de la madre.

Podemos suponer entonces que a través de mensajes
neuroquímicos se va plasmando una pauta de respuestas
conductuales en germen, que después del nacimiento se
expresarán en diferencias de respuestas
psicológicas entre un niño y otro frente a la
ansiedad, el miedo, la frustración, etc.

Tampoco podemos olvidar que la ingestión por
parte de la madre de ciertas substancias como alcohol, tabaco,
psicofármacos y otros, también van a ejercer su
efecto sobre la evolución y estructuración
biopsicológica del feto-futuro hombre.

Relaciones objetales tempranas: (constancia
objetal)

Si al nacer un niño, su madre está bien
sustentada por su pareja y por condiciones ambientales adecuadas,
es más posible que pueda ser atendido por ella como un
otro.

En esa fase y durante los primeros años el
niño, necesita dedicación, amor y cuidados que le
permitirán desarrollarse e ir fortaleciendo su
YO.

En la medida en que ha recibido mejor calidad de amor,
respeto por él mismo y un buen concepto de límites
entre uno y otro, va desarrollándose dentro de él,
la génesis de una conducta madura.

Todo esto se logrará si las primeras relaciones
del niño con la madre son adecuadas y si el objeto
primario, la madre, permanece constante y disponible, por lo
menos durante los primeros meses de vida.

El alejamiento de la madre o la incapacidad de dar todo
este sustento al niño, Kalina lo llama micro o
macroabandono, y va a provocar alteraciones de las relaciones
objetales tempranas, y por lo tanto dificultará el logro
de un YO maduro posteriormente, lo que predispondrá
a la aparición de una adicción, si se cumplen
además otras circunstancias, porque este factor
recién expuesto no es específico como base
predisponente.

Depresión Materna:

Existe un micro o macroabandono del cuidado del
niño en los casos de depresión materna.
Normalmente, frente al nacimiento de un hijo las madres tienen
reacciones depresivas.

El parto y el período de postparto es una etapa
de cambios muy importantes para la mujer. Hay madres que
presentan depresiones muy serias, y la persona depresiva es
alguien siempre hambrienta de estima.

En esta situación, la madre atenderá
posesivamente a su hijo, no porque este la necesite, sino porque
ella lo necesite a él, o sino directamente lo
abandona.

Este es un proceso que se desarrolla y se extiende en el
tiempo, y a través del cual la madre usa al niño
para ella misma, venciendo los límites del niño
para acomodarlo a sus necesidades.

Se produce una simbiosis que no se va a resolver en
forma normal, a través de los procesos de
separación – individuación.

Las técnicas de acción para llegar al
otro, en vez de las verbalizaciones, las invasiones del
territorio del otro y su manipulación permanente, los
modelos tóxicos, los dobles mensajes inductores, las
mentiras, etc. van configurando un cuadro particular.

Desarrollo del Self: (Si-Mismo)

El niño nace dotado de un equipo
psicológico (self) que le permite realizar
su primera acomodación a la estructura de su ambiente. Su
forma y su estilo de adaptación dependerán del
interjuego que se de entre sus recursos constitucionales,
psíquicos y biológicos, y los vínculos con
los objetos que el medio externo aporta (la familia mas
próxima) y entre estos dos, los sucesos
infantiles.

En este punto, es de fundamental importancia el
vínculo que se mantenga entre la madre y el
niño.

La capacidad de la madre para soportar la angustia,
calmar y dar consuelo, hacen que el niño se sienta bueno,
querido y aceptado tal cual es.

Esto estimula la relación afectiva y el contacto
con la realidad. El sujeto (bebé) necesita encontrar un
objeto (madre) que le aporte gratificaciones que dirija, modele y
contenga sus impulsos, que alivie y regule sus tensiones y que lo
haga sentir grande e importante.

Cuando la madre no puede responder a los deseos y
necesidades del bebé, el self de este, se conforma
desvitalizado, depresivo y con importantes sentimientos de
vacío.

Esta situación es el germen que en el futuro
generará las ansias de dependencia patológica
(estructura adictiva).

También, podemos observar que son familias, en
general con mala alianza marital, donde muchas veces el precario
vínculo que mantiene la relación es un hijo
dependiente e inmaduro que canjea su independencia por la
enfermedad.

De esta manera, la drogadicción pasa a ser el
precio que se paga para no crecer. Son familias que suelen tener
un pasado con situaciones ocultas, secretos familiares, pasados
difíciles, que viven como vergonzosos, con contradicciones
y mentiras.

Puede suceder que el padre, una figura ausente de afecto
y preocupación por el hijo, que suele tener una apariencia
de fortaleza, utiliza la prepotencia para desvalorizar a la
madre, acentuando su predominancia, logrando de este modo el
desamparo del hijo por ambos, ya que una madre no respaldada por
el padre del niño no puede cumplir su rol con
tranquilidad.

Es común también, que se trate de padres
dedicados de manera exagerada al trabajo, con poco contacto
familiar, desinteresados de la educación y aspectos
afectivos de sus vidas.

Las características recién descriptas se
constituyen en sustratos cargados de hostilidad que
estarán en la base de la patología del
superyo.

Sobreviene entonces una alteración del sistema de
valores y una incapacidad de asumir normas de autocrítica,
capacidad de culpa y preocupaciones frente a si mismo y hacia los
demás, que devienen en conductas delictivas.

Esta generación de estructuras vulnerables
produce un daño más grave en estas primeras
épocas, por ser las que encierran el germen del basamento
de la personalidad, extendiéndose a etapas posteriores de
la educación, que no es otra cosa que la formación
del carácter y del sistema de valores a los cuales la
persona se ajustará y tomará como guía en la
vida.

Relación con la figura paterna:

Para Kalina, la figura paterna es un factor clave para
la aparición o no de una drogadicción. Aunque su
papel en los primeros momentos de la vida no es tan capital como
el de la madre, al dar estabilidad al hogar y al vínculo
entre la madre y el hijo, va generando las condiciones más
adecuadas para que el buen desarrollo del niño se
efectúe adecuadamente.

En la historia de la evolución de un futuro
drogadicto, la figura paterna no es capaz de sostener las
dificultades de su esposa y por otro lado no reacciona frente a
la simbiosis madre – hijo, para evitar así hacerse cargo
de las necesidades y exigencias de su esposa y/o del
hijo.

Lo que constituía una díada de
explotación se ha transformado en una tríada de
explotación, al utilizarse al hijo para que la pareja
subsista.

A través de ese pacto perverso se instala el
modelo de "hacer la vista gorda " (denominación
de Kalina ), algo así como una negación parcial
pactada, que luego el adicto introyectará y la
convertirá en el modus vivendi, así como la
tendencia de ser un explotador – explotado.

En otras palabras, incorporará una
ideología de vida donde una parte de su YO
hará la vista gorda a las actuaciones de la otra, en
especial en todo lo que respecta a las actuaciones
adictivas.

Invasión de los límites del
otro.

En el tipo de relaciones descriptas anteriormente, nadie
es un otro como un otro, sino que está al servicio del
otro.

Hay una permanente invasión de los límites
y se establecen relaciones del tipo narcisista caracterizadas por
la manipulación.

Hay además un permanente uso de la
negación, por lo que no se perciben o se niegan los que
existen en la familia, pues "se piensan unos a otros" y
no conocen el valor de preguntarle al otro que le
pasa.

Importancia del cuerpo y negación del mismo en
el adicto. Negación de la finitud:

En la disociación que hace Kalina del cuerpo y de
la mente , el cuerpo marca la condición bilógica
del hombre.

El adicto niega esta circunstancia, hace "la vista
gorda
". Siente odio hacia su cuerpo, ya que éste por
su finitud le impide vivir la ilusión de la grandiosidad
que busca.

Ahora bien, el adicto vive una paradoja trágica,
como todo ser humano necesita y busca un límite para poder
integrarse al resto de la humanidad, pero cuando lo encuentra se
desespera porque este mismo límite le marca su
finitud.

En consecuencia busca sobrepasarlo, atacándolo y
buscando una grandiosidad que no puede ser satisfecha, y al
encontrar un nuevo límite ante la intolerancia del cuerpo
al tóxico, reaparece nuevamente la condición de
finitud..

Observemos que en este juego se reproduce un modelo
interpersonal familiar, donde siempre se espera de él (o
se desea) algo que no puede cumplir.

Su búsqueda incesante de genialidad responde a su
necesidad de corresponder a ese deseo. Así, esto se repite
una y otra vez, hasta llegar a la sobredosis, que representa la
posibilidad de marcar un límite que detenga el ciclo, el
límite máximo que es la muerte.

Esta negación del cuerpo y su finitud se
complementa con el sentimiento que tiene el adicto de tener un
YO demasiado frágil, que ha sido invadido y
explotado desde pequeño sin respeto a sus
límites.

Cuando encara su vida no tiene fuerzas para enfrentar
los límites de la realidad externa, y entonces recurre a
las drogas que operan como una fuerza extra que le ofrecen la
ilusión de poder vivir una existencia con una menor
vulnerabilidad que la que realmente tiene.

Constelación y personalidad
preadictiva.

Kalina dice que no hay trastorno de personalidad o
condición psicopatológica específica en la
base de las adicciones.

Pero también plantea la existencia de algunas
características que él llama
"constelación preadictiva".

En el perfil del adicto hay que buscar los modelos
familiares que complementan los factores predisponentes al
desarrollo de esta enfermedad.

A través de mensajes verbales y no verbales la
familia se encarga de mostrar al niño una serie de
conductas adictivas que tienen que ver con el uso abusivo de
medicamentos, en especial psicofármacos, tabaco,
café, trabajo, comida, etc.

Con estas conductas está dando un mensaje de
cómo enfrentar las viscisitudes de la vida, lo que unido a
otras condiciones externas va a generar la adicción
futura.

Mucha gente, adolescentes y adultos usan o experimentan
alguna vez con drogas; sin embargo no se convierten en adictos,
los que se transforman en drogadictos son los que tienen una
"constelación preadictiva".

El uso indiscriminado de medicamentos, el uso del tabaco
en forma compulsiva frente a cualquier ansiedad, el uso de
alcohol o de comidas frente a la ansiedad, o el comprar o
trabajar o hacer cosas compulsivas para calmar la angustia va
construyendo en el hijo, un modelo donde el pensar, esperar y
controlar los impulsos no existe; en cambio la acción y
especialmente la acción tóxica sustituyen el
pensar.

Así se genera una personalidad preadictiva que al
juntarse con la droga pasa a la categoría de
adicta.

En otras palabras, en estos grupos familiares o
equivalentes no se aprende el control de impulsos porque no
existe nadie que lo enseñe. No hay modelos coherentes de
reflexión, de espera.

El adicto está siempre pidiendo, es decir
buscando la gratificación inmediata porque no
aprendió a mediatizar el impulso con el
pensamiento.

Es un ser crónicamente "hambriento". Por
estas características es que Freud planteó la
importancia de fijaciones orales en la dinámica de la
adicción, y en esta fijación se fundamentó
la clásica descripción de la existencia, en la
personalidad del adicto, de un YO débil, incapaz de
tolerar las frustraciones.

Estos grupos familiares o equivalentes, pueden ofrecer,
modelos simbióticos o cismáticos.

En ambos predomina la rigidez de los roles, separados en
el cismático y mantenidos juntos por encolamiento en los
simbióticos como fundamento para la subsistencia del
vínculo parental.

Estos conceptos nos explican la falta de repertorio de
recursos psicológicos que en un futuro presentarán
los adictos para enfrentar las dificultades de la
vida.

Dentro de la constelación y personalidad
preadictiva debemos reiterar aquellos factores de índole
sociocultural que inducen el desarrollo de las
adicciones.

La cultura alcohólica y tabáquica de
nuestro país es un ejemplo de esto.

Adolescencia y drogadicción

Entonces, ¿que se modifica en el psiquismo del
joven que llega a la adolescencia?

1) Los impulsos instintivos.- La
pubertad, con el desarrollo de la capacidad reproductiva y
orgásmica, trae aparejada una eclosión de la
sexualidad que muchas veces toma "por sorpresa" al
adolescente aun no habituado a satisfacer sus deseos
sexuales.

Esta irrupción incipiente de la sexualidad
genital se pone de manifiesto tanto en sensaciones
físicas, -sus preocupaciones románticas, su
masturbación, sus escrúpulos morales y sus
obsesiones sexuales- como en las costumbres grupales o la
vestimenta, tendiente a seducir al sexo opuesto.

Ahora bien, en la mayoría de las concepciones
psicológicas tradicionales, se ha tendido a centrar el
proceso de transformación adolescente en el desarrollo de
su sexualidad. Sin duda este es un aspecto fundamental, pero por
cierto que no el único. A las otras transformaciones nos
referimos a continuación.

2) El YO, o sea el agente encargado del
gobierno y distribución de los impulsos. Todo el sistema
defensivo, los mecanismos que utiliza el YO para
protegerse, están sometidos a una mayor presión y
el YO tiene que modificarse para afrontarla. Pero los
cambios del YO, no se reducen a sus funciones en
relación con los impulsos instintivos; también se
consolida, en el comienzo de la adolescencia, la
transición del pensamiento concreto a otro de mayor nivel
de abstracción, simbólico.

Meltzer menciona, como se suele creer y realmente
así parece ser, en muchos casos, que el adolescente esta
fundamentalmente interesado en la sexualidad, pero en realidad
él esta preocupado por el conocimiento y el
comprender.

3) Surgen nuevos objetos de amor.- Se
produce una desidealización de las figuras parentales que
priva al joven de la protección omnipotente que le
significaban sus padres cuando él era
pequeño.

Asimismo, existen fuertes contradicciones entre la
tendencia del joven a alejarse de sus objetos infantiles de amor,
asimilando previamente en su personalidad características
de sus figuras parentales, y el hecho de que estas
identificaciones se vuelvan más y más
prescindibles.

Hay oscilaciones erráticas del humor, vaivenes
emocionales en el transcurso de los cuales se suelen restablecer
antiguas formas de relación objetal. Inconscientemente se
reaniman fantasías de fusión con los objetos,
merced a las cuales el joven intenta fortalecerse y protegerse de
la sensación de fragilidad que le produce la perdida de la
imagen de sus padres vistos como todopoderosos en sus primeros
años.

Esto se pone de manifiesto en la búsqueda de
ídolos y líderes que satisfagan estas necesidades
primitivas de idealización, al tiempo que le permitan
tomar distancia de sus antiguos amores familiares.

También aparecen las llamadas vivencias del
vacío. El adolescente atraviesa necesariamente por
momentos en los que se siente vacío y teme esa
sensación desagradable que se reitera sin que el pueda
gobernar su aparición.

A veces la sensación de vacío se liga a
alguna razón conocida: la perdida de algún amigo/a,
o un novio/a, la muerte de algún ser querido, un fracaso
escolar. La vivencia de vacío consiste en una experiencia
dolorosa y perturbadora que los jóvenes a veces llaman
"depresión". No es tristeza, mas bien es
hastío, desinterés, sensación de futilidad
ante la vida, así como pérdida de la normal
capacidad para enfrentar la sociedad y sobreponerse a
ella.

Las vivencias de vacío, tal como los sentimientos
de vergüenza, inferioridad y los procesos de
idealización y desidealización son resultado de
fenómenos de desequilibrio narcisista, perturbaciones en
los sectores de la personalidad que regulan el estado del
si-mismo (self) y la valoración que el individuo hace de
si mismo, su autoestima.

Ahora bien, desde la timidez vergonzante hasta la
desfachatez y los aires grandiosos de superioridad, desde la
introversión inhibida hasta la arrogancia, podemos
adscribir sin dificultad estas características de los
fenómenos de desequilibrio narcisista a un joven que esta
atravesando una adolescencia normal, siempre y cuando no
constituyan pautas rígidas y estereotipadas de
funcionamiento y en tanto se alternen con momentos de
alegría, entusiasmo e ilusiones esperanzadas.

La adolescencia es la etapa más suceptible para
desarrollar una drogadicción, pues es el período de
resolución del proceso simbiótico.

Es cuando se produce la
separación-individuación, la separación del
grupo familiar, el duelo por la exogamia y el enfrentamiento con
el mundo externo.

Si el adolescente tiene un YO débil,
producto de todos los factores expuestos anteriormente, entonces
va a necesitar una fuerza extra para poder cumplir con este
desafío, y si tanto la familia como la sociedad le
muestran que las drogas son el combustible adecuado para afrontar
las exigencias de la vida, él podrá poner en marcha
la "experiencia tóxica".

Una de las patologías más suceptibles de
ser vulnerable, es la de los trastornos de la personalidad, en
especial en los casos de personalidad fronteriza, porque son
seres deficitarios en su personificación.

En síntesis, si nos colocamos ante las realidades
que debe enfrentar el adolescente de nuestra época, y si
le sumamos la estresante tarea de asimilar los cambios propios de
su crecimiento, tanto corporales como psicosociales, se hace
aún más claro comprender por qué los
adolescentes son una población de alto riesgo.

La búsqueda de riesgos

En la adolescencia, las emociones y riesgos son buscados
porque consolidan el sentimiento del sí-mismo. Un joven lo
explicaba mejor: "solo se tiene la máxima seguridad de
estar vivo, y bien vivo, cuando un escalofrío te recorre
la espalda
" .

Lichtenberg, un autor que ha estudiado profundamente la
búsqueda de emociones y riesgos, dice que por ello, es
parte de este "desafío regulatorio" para los
padres ver como sus hijos se exponen a emociones ante las cuales
el sí-mismo del chico se refuerza, y el riesgo es
controlado. Un antecedente y prototipo infantil de ello es la
sensación de ser arrojado al aire y caer en los brazos
fuertes y seguros del padre.

El adolescente busca emoción y riesgo en un
intento de expandir y consolidar su sí-mismo, mientras
mantiene estas experiencias bajo su control, con cierto grado de
autorregulación. Quiere ser él mismo quien elija
cual riesgo asumirá y cual no. Quiere él decidir
cuales serán sus modelos, cuales sus rivales en estos
desafíos.

El también deseará elegir en que
"brazos" confiar para que lo sostengan; un líder
político, su entrenador deportivo, una novia o un novio, o
el amigo más influyente de su grupo, que ahora ha conocido
el "excitante" mundo que le provee la
marihuana.

Toda esta actividad del adolescente transita el terreno
de la normalidad, y mas allá del éxito o fracaso de
los intentos, usualmente es beneficiosa para su desarrollo. El
joven aprende de los demás y de si mismo. Pero, he
aquí una de las injurias que nuestro tiempo produce en la
juventud, esa demanda de emociones y riesgos puede hallar la
oferta de la droga, provista muchas veces por el grupo, al que el
adolescente necesita como marco de referencia.

Es cierto que las distorsiones sensoperceptivas que
producen las drogas adictivas suelen provocar una
perturbación del sentido del sí-mismo mas que esa
consolidación que el joven busca. Pero no es menos cierto
que merced a las drogas se viven emociones hipertensas y las
modificaciones del esquema corporal crean la ilusión de
una expansión del self. Por otra parte, el solo hecho de
consumir algo prohibido entraña un desafío personal
que, para colmo, a veces es compartido por otros amigos o
ídolos especialmente valorados por el
adolescente.

El proceso de transformación adolescente es
naturalmente más complejo que esta apretada
síntesis, pero a nuestros fines lo importante es que en
todas las características mencionadas podemos encontrar
motivos internos de peso, para acercarse a la droga. No es menos
cierto también que de igual modo hallamos en los
jóvenes fuertes razones para combatirla, sustentadas en
poderosos ideales y valores éticos.

En términos generales podemos decir que la
perturbación del equilibrio ya mencionada acarrea
sentimientos tanto placenteros como
displacenteros. Los placenteros van desde la sana
alegría y frescura juvenil hasta estados de franca
exaltación del YO. Los sentimientos displacenteros oscilan
entre la inferioridad, la vergüenza y culpa ya nombradas,
hasta estados de tristeza, de esa vasta, difusa y a veces
profunda melancolía adolescente tan bien descrita por
muchos poetas.

Ahora bien, con frecuencia los adolescentes perciben que
muchas sustancias psicoactivas permiten un alivio transitorio a
esos estados disforicos y también una huida temporaria de
otras circunstancias vitales externas desagradables, de orden
familiar o social.

La droga constituye, en este sentido, el intento de
restablecer el equilibrio perturbado por estos procesos de
reacomodacion psíquica. Aquellos jóvenes que por
factores constitucionales o ambientales presentan un umbral bajo,
la tolerancia a la frustración y poca capacidad de
soportar el sufrimiento y esperar su recuperación
espontanea, padecen más intensamente la desarmonía
emocional de su edad y caen con mas facilidad en esta
seudosolución química.

La Presión Social

Decíamos que el joven se halla en una
búsqueda de nuevos objetos extrafamiliares para
experimentar, y lucha contra su propia dependencia infantil de
las figuras parentales. En consecuencia, pasa a depender en mayor
grado de su grupo social y se torna mas influenciable en sus
opiniones, costumbres y hábitos por la presión que
ejercen los medios modernos de comunicación, que muchas
veces presentan el consumo de drogas como privilegio exclusivo,
placentero y excitante.

De un modo más directo aun, la necesidad de
nuevas figuras de identificación alienta la
incorporación de patrones de conducta pertenecientes a
otros jóvenes o adultos mas o menos cercanos, que gocen de
estima, prestigio y reputación. Esto puede brindar al
adolescente que sufre por su debilidad relativa, una
sensación de madurez y pertenencia grupal en la medida que
consume drogas. Le facilita también el afrontar
situaciones de honda angustia social. Cree sentirse mas fuerte,
mas aun si, como ocurre especialmente merced al uso del algunos
alucinógenos, se siente cohesionado con sus pares y con
sus ídolos.

Otra perspectiva interesante de la situación
grupal de los adolescentes surge de aplicar las ideas de Meltzer
sobre la visión de la sociedad que tienen los
adolescentes.

Este autor observó que los adolescentes
distinguen básicamente tres comunidades:

1) la de los niños, débiles, dependientes
y sometidos al arbitrio de los adultos;

2) la de los adultos, los que ostentan el poder, el
conocimiento y el pleno derecho a la sexualidad y

3) la propia, la de los adolescentes, que se sienten
relegados pero poseedores de la fuerza, la justicia y la
esperanza.

Enfocando el consumo de drogas desde esta perspectiva
podemos observar como muchos adolescentes, vacilantes por
naturaleza en cuanto a su ubicación grupal, pueden
utilizar el consumo de drogas en su intento por diferenciarse
tanto del grupo desvalorizado de los niños como del de los
adultos, al que de esa manera combaten también en sus
preceptos.

También es necesario considerar la influencia que
tiene la imagen que brindan los padres y la presión que
ejerce el grupo social a través del uso de drogas
"legales". El consumo de alcohol y tabaco es parte
integral y crucial de la secuencia adictiva. Su uso precede,
prácticamente siempre, al de las drogas ilegales,
independientemente de la edad en que se inicie el consumo estas
últimas. Es muy raro el comienzo directo con drogas
ilícitas.

Las primeras sustancias que los jóvenes suelen
experimentar son alcohol y tabaco (cerveza, vino y cigarrillos).
Mas adelante pasan a las bebidas blancas y/o a la marihuana.
También es muy raro que se utilicen otras drogas ilegales
como la cocaína o los opiáceos sin pasar
previamente por la marihuana.

Se desprende de esto la influencia toxicomanígena
perniciosa que pueden ejercer al respecto sobre el niño el
consumo abusivo de alcohol, cigarrillos o tranquilizantes por
parte de los padres, modelos tempranos de
identificación.

A veces la falla del medio familiar radica en su
insuficiencia para proveer seguridad y calma al niño que
por cualquier suceso cotidiano esta angustiado, con temor o
ansiedad por motivos internos o externos. El abrazo tierno, que
permite una suerte de fusión del niño con su madre
o padre serenos, es en ocasiones imposible por la magnitud de la
angustia o irritación que sufren los propios
padres.

Naturalmente, la acción patógena no se
ejerce en episodios únicos o aislados sino por efecto de
una sucesión acumulativa de pequeños traumas. Esto
determina un déficit estructural de la personalidad, en
aquellos aspectos que al desarrollarse proveen al individuo de la
capacidad de autoapaciguarse, de tolerar y atenuar su angustia,
de evitar su difusión.

Mas adelante estos individuos buscarán en las
sustancias psicoativas un elemento compensatorio que les permita
eludir la invasión de angustia que ellos no pueden evitar
con sus propios recursos.

Ahora bien, no podemos abandonar el tema de la
presión social sin referirnos al contagio, al papel que
cumplen adictos y traficantes en la difusión del consumo
de drogas.

Existe una vasta mitología popular acerca de
vendedores siniestros y viciosos que corrompen a jóvenes
ingenuos a través del engaño o la seducción.
Sin embargo, esto es usualmente falso. En términos
generales, los traficantes de drogas comercian con clientes
conocidos y habituales, y prefieren no arriesgarse a vender su
mercancía a desconocidos por mas jóvenes e
inocentes que parezcan.

Como lo señala el informe norteamericano sobre la
Estrategia para el Control de las Drogas, quienes no se han
iniciado en el consumo rara vez aceptan una sustancia desconocida
de una persona extraña,

Mas aun, es muy infrecuente que un adolescente haga un
esfuerzo individual para buscar drogas por primera vez. En
realidad no es necesario, porque las experiencias iniciales con
drogas surgen del ofrecimiento de otros consumidores con los que
se tiene un vinculo personal.

La amistad

Al entrar un adolescente en el terreno de la
adicción, renuncia a un tipo de mundo con determinados
valores éticos y mediante su mutación entra a
formar parte de otro, donde no existe tal ética y por lo
tanto no puede existir la amistad, que significa un tipo de
vínculo que requiere como condición indespensable
el respeto al otro como un otro, complementado por una
historia en común que puede tener muchas variables en
cuanto a la situación y al tiempo de
duración.

La vinculación por factores miméticos
circunstaciales y/o parciales es la característica
esencial de los vínculos entre los adictos.

En vez de identificaciones asimiladas y producto de
interacciones a través del tiempo, en el mimetismo basta
verse, usar algunos términos semejantes cargados de
significados mágicos y ya somos amigos.
Posteriormente el cemento vincular en vez de ser el amor es el
miedo.

Algunas conclusiones

No todo el que experimenta con drogas se hace
adicto.

Existen bases predisponentes individuales, familiares y
sociales que condicionan la posibilidad de una
adicción.

La adicción es una de las formas en que puede
exteriorizarse la actividad de la parte psicótica de la
personalidad.

Toda adicción constituye una vía hacia la
muerte, es decir una práctica suicida a corto o a largo
plazo, dependiendo de una amplia gama de variables.

Todo adicto en forma consciente procura mediante
técnicas psicopáticas no exentas de
seducción histérica, conseguir
"feligreses" para su grupo, a esta actividad Kalina la
denomina proselitismo y a los que la realizan
mutantes.

Estos viven huyendo de sus angustiantes y a veces
horroríficas vivencias de vacío interior y soledad,
para lo cual aprendieron en su contexto familiar y social que las
drogas psicotóxicas son un instrumento para lograr este
objetivo y que además le brindan una ilusión de
identidad, generalmente grandiosa y hasta
épica.

La droga no representa algo, sino es algo
para el adicto. Estamos frente a una ecuación
simbólica, es decir que están operando los niveles
concretos del funcionamiento mental.

Esto significa que está en actividad la parte
psicótica de la personalidad.

El adolescente al hacerse adicto adquiere una nueva
identidad ya es alguien: "un adicto", y si logra
en el contexto en que vive que se agreguen otros miembros a su
causa, además de sentirse menos solo, podrá llegar
al ideal inducido que "ellos son el ser
superior
".

Kalina señala que el proselitismo se ejerce
mediante tácticas psicopáticas y/o seducción
histérica pero afirma también con énfasis
que la motivación profunda de esta actividad humana, que
está más allá del miedo al vacío y a
la soledad, es la envidia. El adicto sabe en su interior "que
vendió su alma al diablo
", pero necesita negarlo.
"Yo dejo cuando quiero", "lo hago por placer",
"mi vida es mi vida y hago lo que quiero con ella",
etc..

Pero cayó en la esclavitud y esta
percepción es trágica, no puede aceptarla,
él que creyó burlar su castración
está condenado a muerte, la máxima
castración.

Pero, por su debilidad yoica no puede aceptar esta
terrible verdad, y aquí surge la veta psicopática
movilizada por la envidia.

La necesidad de destruir valores morales en el otro es
una necesidad psicopática que no se puede ignorar, y esto
se ve claramente según Kalina, cuando un adicto deja de
consumir e intenta construir un nuevo proyecto de
vida.

Los adictos pertenecientes a su grupo de "amigos"
rápida o lentamente intentarán sabotear sus logros,
pues sino su esclavitud se les vuelve patética y en cambio
intentan salvarse maniacamente realizando racionalizaciones como:
"mal de muchos, consuelo de tontos", "somos los
adictos, los demás son los caretas
", etc.

Como hemos dicho anteriormente un adolescente por
experimentar con drogas no se vuelve necesariamente adicto,
existe una personalidad previa en la cual coexisten factores
predisponentes que hacen que ciertas personas sean vulnerables al
proselitismo del adicto.

Pero en un mundo en crisis como el que vivimos
actualmente, estos factores predisponentes existen con una
frecuencia abrumadora.

Prevención

Hay programas que dicen que hay que intentarlo, otros
que dicen que lo último que hay que hacer es intentarlo,
porque en la medida que lo hacemos rompemos todo contacto con la
realidad y después es muy difícil
restablecerlo.

La prevención estaría dada en poder
modificar las condiciones, desarrollar un trabajo preventivo
trabajando con todas las redes sociales

Es muy difícil clasificar los procesos adictivos
por su grado de complejidad y diversidad, también por la
problemática de identificar si la adicción es un
síntoma o constituye una enfermedad
central
.

Tomando como referencia los factores dinámicos de
la personalidad, nos permitiría ordenar las diferencias
entre síntoma y enfermedad encontrando una base
estructural común. Problemas conductuales del paciente
drogadicto (orígenes psicodinámicos), y la
estructura de su psiquismo nos presenta una comprensión
más profunda y amplia que puede ser utilizada:

  • para establecer el tipo de tratamiento

  • para conocer y evaluar el
    pronóstico

  • para ilustrar los métodos y oportunidades de
    los programas de prevención.

Hemos hablado de tener en cuenta los vínculos
tempranos como condicionamientos de los problemas adictivos,
podríamos dar una guía práctica general para
la prevención y terapéutica
clínica:

  • necesidad de una correcta empatía entre
    padres y niño

  • que los padres superen sus problemas
    narcisísticos

  • que los padres posibiliten al niño la
    experiencia de sostén, protección física
    y afectiva a la posibilidad de experimentar frustraciones,
    límites graduales y adecuados a la fase de desarrollo
    que permitan y estimulen formación de
    estructuras

  • la adaptación, la capacidad de tolerancia a
    la angustia y la frustración

  • el reconocimiento del NO-YO y la renuncia a la
    omnipotencia infantil.

La orientación de los padres para la
prevención en este sentido también apunta a evitar
los mensajes contradictorios dado que cumplen un papel
fundamental en la cura y prevención de sus hijos
(principalmente adolescentes).

Para cumplir con la función de prevención
es necesario informase y formarse de las características
clínicas, psicológicas y sociales de la
drogadicción.

Las mejores posibilidades de prevención de muchos
males sociales devienen de la estructuración de una
sociedad sana donde el amor, los anhelos, el fervor, la lealtad
no sean vanas palabras.

Tipos de Prevención

Los planes de prevención deberán tener en
cuenta cuales son las influencias nocivas que proyecta la
sociedad sobre la patogenia del adicto y que influyen en la
postergación de su curación.

Deben entenderse como:

  • 1. Prevención primaria: Todo aquello que
    se efectúe con respecto a la macro comunidad en su
    conjunto, actuando antes que la drogadicción se
    manifieste. (EVITAR)

  • 2. Prevención secundaria: Es la que
    trata de limitar la enfermedad ya declarada, asistiendo
    terapéuticamente al adicto. (TERAPEUTICO)

  • 3. Prevención terciaria: Es la que trata
    de recuperar al máximo el potencial de la persona.
    (REHABILITACION)

También se puede clasificar a la
prevención en:

  • 1. Prevención específica: Es la
    que se relaciona directamente con el
    fenómeno.

  • 2. Prevención inespecífica: Son
    las acciones generales no relacionadas directamente con el
    fenómeno.

Hay una interrelación permanente entre un tipo de
prevención y otra. Como ejemplo podemos citar que en la
medida que se esta trabajando sobre la reinserción social,
se está haciendo también prevención primaria
y secundaria.

Modelos de Prevención

Existen cuatro modelos tradicionales que toman en cuenta
3 elementos:

Lo hemos planteado dentro de las Causas de la
Drogadicción (Pag. 22) SUSTANCIA (droga), MEDIO y
PERSONA.

Los cuatro modelos representan el marco conceptual que
toma quien trabaja en acciones de prevención. Al mismo
tiempo representa una determinada ideología, una forma de
pensar la realidad. Por eso es importante determinar el enfoque
del modelo seleccionado.

I. MODELO ÉTICO-JURÍDICO

Centra el análisis en la substancia
(droga). La droga es la protagonista.

Clasifica a las drogas en: a.) legales, b.)
ilegales

Partes: 1, 2, 3
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