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Llanura Chacopampeana y el Amaranto




Enviado por latiniando



     

    Llanura Platense

     La región
    geográfica formal denominada llanura platense ocupa el
    sector noreste de la porción americana emergida de nuestro
    país. Es semejante y continuación de las otras dos
    grandes llanuras de América del Sur: la del Orinoco y la
    del Amazonas. Estas grandes llanuras son cuencas sedimentarias
    que tienen como ejes a grandes ríos y sus respectivas
    redes
    hidrográficas. Cada una admite subdivisiones según
    distintos criterios.

     

    Límites

     

    Por el Norte, los límites de la llanura platense
    en la parte argentina no son
    de transición sino de carácter político. Los
    ríos Pilcomayo, Paraguay y Alto
    Paraná definen el límite septentional de la llanura
    argentina.

    Hacia el Oeste, los límites, francamente de
    transición, están representados por los piedemontes
    de las grandes masas orográficas occidentales.

    Hacia el Sur el límite se establece en el
    río Colorado y hacia el Este el límite está
    representado por los ríos Aguapey, Uruguay, de la
    Plata y el océano Atlántico.

     

    Subdivisiones

     

    La gran llanura platense, que en su sector argentino
    ocupa aproximadamente 1.200.000 km2, está integrada por
    las siguientes subregiones geográficas formales: Chaco (o
    llanura chaqueña), esteros correntinos y Pampa (o llanura
    pampeana).

     

     

     

    Chaco

     

     

    El chaco presenta cuatro subunidades
    morfológicas:

     

    – Chaco alto, en contacto con las Sierras Subandinas y
    Pampeanas.

    – Chaco deprimido, ocupa el área central,
    presenta extensas superficies ocupadas por bañados y
    esteros.

    – Chaco bajo, se extiende a lo largo de la orilla
    derecha de los ríos Paraguay y
    Paraná. Sufre inundaciones periódicas por los
    desbordes del Paraná y Paraguay.

    – Diagonal fluvial de Santiago del Estero, zona llena
    surcada por los ríos Salado y Dulce.

     

    Población actual del ámbito
    chaqueño

     

    La población se concentra en la faja costera del
    este, con densidades que pueden alcanzar a 70 hab/km2.

    En la zona central y occidental, las densidades son muy
    bajas. Se registra menos de 1 hab/km2.

    En la diagonal fluvial las densidades son mayores, pero
    sin alcanzar los valores
    del este.

     

    Resistencia es la ciudad más poblada. El
    censo de 1991 registró 291.083 habitantes. Tiene un
    trazado en damero, con grandes plazas magníficamente
    arboladas. Una característica única en el
    país es la existencia de grupos
    escultóricos en las veredas, las que con frecuencia
    presentan jardines a lo largo de la calle.

     

    Formosa, de 153.855 habitantes, fundada por el
    coronel Luis J. Fontana en 1879, se caracteriza por el profuso
    arbolado de sus calles. Es un activo puerto y centro
    comercial.

     

    Presidencia Roque Sáenz Peña, con
    64.476 habitantes, y Villa Ángela, con 30.940 habitantes,
    son importantes centros agrícolas.

     

    Reconquista constituye el centro de
    población más importante del Chaco sasntafesino y
    está emplazado en una zona de gran desarrollo
    agropecuario.

     

    En la diagonal fluvial se encuentra Santiago del
    Estero
    , la ciudad más antigua del país, fundada
    en 1553 por Francisco Aguirre.

    Otras ciudades de la diagonal fluvial son Añatuya
    y Las Termas del Río Hondo.

     

    La economía se caracteriza por el predominio de
    las actividades primarias y, dentro de ellas, la agricultura y
    la ganadería.

     

     

    El Chaco ribereño

     

    El sector oriental de la región chaqueña,
    ribereño de los grandes ríos navegables y con
    buenas aptitudes climáticas para el desarrollo de
    la agricultura

     

    El Chacho santafesino

     

    La valoración económica del Chaco
    santafesino se inició en el sur, desde Santa Fe, y
    comenzó con la explotación forestal. Nació
    así un pueblo planificado. Villa Guillermina y,
    posteriormente Villa Ana, La Gallareta y Tartagal, todas
    enlazadas con el ferrocarril que transportaba los rollizos de
    quebracho colorado hasta las plantas de
    extracción de tanino.

    El crecimiento de la población, así como
    las migraciones se asocian a los ciclos económicos comunes
    en la región. La crisis
    taninera produjo éxodos de gran magnitud.

    En el extremo norte del departamento Patiño
    (Formosa), las crisis del
    algodón, sumadas a la forestal -en especial la que
    atañe a los hornos de carbón- contribuyeron a
    expulsar población rural. Esta sale a veces sólo
    temporariamente e intercala su ocupación local con otras
    fuera de la región.

     

    Una población en crisis en el
    área algodonera

     

    La subregión algodonera abarca doce departamentos
    de la provincia del Chaco. La decadencia de la producción
    algodonera trajo aparejado un acelerado despoblamiento en favor
    de las ciudades de mayor importancia y del frente fluvial
    industrial del Litoral. Sólo el departamento Comandante
    Fernández escapa a este fenómeno, gracias a la
    influencia de la ciudad cabecera, que polariza las corrientes de
    migración rural y ha crecido en el período
    1960-1970 con una tasa anual media de 27,8 por mil
    habitantes.

     

    El ciclo del algodón

     

    La colonización pionera inició a comienzos
    de siglo, en la planicie central chaqueña, el ciclo del
    algodón. Su impulso y crecimiento fue fundamental para la
    valorización de las tierras agrícolas, y el
    movimiento de
    la población hacia la llanura central constituye en la
    Argentina la
    más reciente colonización de tierras
    vírgenes.

    Las plantaciones algodoneras prosperaron desde principios de
    siglo, desplazando lentamente las áreas de
    explotación forestal y de cultivos intensivos.

     

    La elaboración de azúcar en el Chaco
    comenzó en 1885, fecha en que se inaguró en Las
    Palmas el primer trapiche destinado a elaborar la
    producción de unas 500 hectáreas cultivadas con
    caña. Además de incrementar su producción
    azucarera, la empresa Las
    Palmas del Chaco Austral diversificó con el correr de los
    años su producción, generándose un conjunto
    industrial que comprendía una fábrica de tanino,
    una instalación para desmotado de algodón, una
    fábrica de aceite y una destilería de alcohol. En
    torno al complejo
    fue creciendo un núcleo poblado que llegó, en 1947,
    a tener 4.358 habitantes. Problemas de
    diversa índole enfrentados con posterioridad por la empresa
    obligaron a reducir las actividades y, consecuentemente, la
    población de Las Palmas descendió a 3.590 personas
    en 1960 y 2.805 en 1970.

     

    El aumento de los precios del
    algodón a fines de la Primera Guerra
    Mundial, provocado por la reducción de la
    producción estadounidense, aceleró el ritmo de
    expansión de las áreas sembradas y determinó
    la reactivación de las corrientes migratorias, procedentes
    ahora del este europeo. A este aporte se sumó el flujo de
    correntinos, santiagueños y santafesinos atraídos
    por la demanda de
    mano de obra de los obrajes de la zona central chaqueña.
    El auge de la producción algodonera determinó que
    estos pobladores criollos alternaran sus labores de hacheros con
    el trabajo en
    la cosecha del algodón.

    La incorporación de los agricultores europeos al
    proceso
    productivo tuvo como finalidad suplir las carencias de la
    oferta interna
    de mano de obra. Los inmigrantes proporcionaron la mayoría
    de la mano de obra requerida, contribuyendo a que los precios del
    algodón se mantuvieran bajos.

    La mayor parte de ellos (alemanes, yugoslavos, polacos,
    búlgaros y checos) se ubicó en explotaciones de 100
    hectáreas, a lo largo de la vía férrea y en
    sucesivos emplazamientos según el momento de su llegada.
    El incesante incremento del área sembrada fue impulsado
    por el gobierno nacional
    a través de la creación de nuevas colonias
    agrícolas y medidas de fomento para el cultivo.

    El fraccionamiento posterior de las parcelas dio lugar a
    la aparición de una estructura
    minifundista, lo cual, en combinación con el monocultivo
    del algodón y la falta de mercado para
    éste, generó las crisis agracia
    y demográfica.

     

    Si bien los factores que han engendrado la crisis
    económica y demográfica del área algodonera
    venían prefigurándose desde antiguo, el punto
    culminante de la misma se produce en la década de 1960.
    Hacia 1958, la superficie sembrada con algodón
    alcanzó su máxima expansión.

    La liberación de mano de obra como consecuencia
    de la crisis algodonera no ha encontrado factores que la
    compensen. La implantación de nuevos cultivos
    (maís, girasol, sorgo, trigo, etc.) se ha realizado
    combinando características de extensividad y
    mecanización, lo que redunda en una escasa demanda de
    fuerza
    laboral; la
    actividad forestal y sus industrias
    derivadas se
    encuentran también estancadas y el sector urbano muestra escasa
    capacidad de generación de nuevos empleos.

     

     

      

    Las migraciones

     

    Los movimientos de la población guardan estrecha
    relación con los ciclos económicos, cuyo auge
    coincide con una intensificación de la atracción
    demográfica y a cuya decadencia se asocia la
    expulsión de pobladores. Además de esta tendencia
    que se registra en períodos de tiempo más
    o menos prolongados, existe otro tipo de migración, de
    carácter estacional, determinada por la índole de
    las actividades encadenadas a lo largo del año; así
    el hachero encuentra trabajo preferentemente en el invierno,
    desplazándose hacia la siembra y la carpida del algodonial
    en primavera y verano, participando en la cosecha a fines de
    verano y principios de
    otoño, volcándose hacia los servicios
    urbanos el resto del tiempo libre,
    hasta recomenzar su labor en el monte.

    Buena parte de esta mano de obra flotante se
    radicó en el área algodonera, en la que se
    había instalado ya más del 75% de los extranjeros
    llegados al Chaco hasta 1930. Muchos hijos de estos
    pequeños agricultores, lo mismo que los cosecheros
    nómades, son expulsados de la zona como consecuencia de la
    crisis del algodón.

     

    La paralización de numerosas fábricas de
    aceite y desmotadoras significó el desempleo para
    miles de chaqueños y acarreó la decadencia y la
    agonía de estos pueblos fantasmas en una zona que es
    todavía potencialmente rica, donde se da la paradoja de
    que la superusina de Barranqueras trabaje a plena potencia
    iluminando pueblos desocupados y electrificando campos que se
    despueblan, ya que si bien éstos se cubren con nuevos
    cultivos, la mecanización a ellos asociada es un
    factor

    más de éxodo.

     

    El Chaco occidental

     

    Las condiciones ecológicas del chaco occidental
    definen en este espacio un vacío demográfico. En el
    sector formoseño, éste se produce por una
    deserción poblacional cuyo origen es la falta de agua. En
    cambio, al sur
    y oeste de la planicie algodonera los terrenos bajos, sociados a
    suelos
    impermeables, constituyen una valla para un asentamiento efectivo
    de nuevas actividades productivas y provoca también un
    vacío de población.

    La actividad fundamental del área es la
    explotación forestal: madera,
    leña y carbón. Cada una de las sucesivas crisis que
    esta actividad ha venido afrontando han generado la
    expulsión de sus habitantes, debido a la escasez de otras
    alternativas.

    El número de hornos de carbón en los
    departamentos forestales de la provincia del Chaco alcanza a 305,
    ocupando un promedio mensual de 4.104 personas.

    Como el proceso de la
    elaboración de carbón insume más de seis
    meses desde su inicio hasta el logro del producto, y el
    cobro de las entregas realizadas se efectiviza a veces con
    más de un año de atraso, se producen frecuentes
    paralizaciones en la actividad obrajera, que en muchas ocasiones
    llevan a su cese definitivo. En condiciones normales de
    explotación los hacheros complementan sus actividades de
    obraje entre primavera y verano con la agricultura,
    la que, de todos modos, no es suficiente para subvenir a sus
    necesidades.

     

     

     

     Llanura Pampeana

     

    Se ubica en el centro-este del país. Predomina la
    llanura, aunque con áreas diferenciadas que permiten
    establecer subregiones morfológicas, que son:

    – Pampa ondulada

    – Pampa deprimida

    – Pampa elevada

    Se incluyen tres sistemas
    serranos:

    – Tandilia, formada por sierras bajas y aisladas.
    Culmina en el cerro La Juanita de 524 metros.

    – Ventania, que presenta dos cordones: occidental, con
    las sierras de Puán, Curamalal y Ventana, culmina en el
    serro Tres Picos de 1243 metros; y el oriental, más bajo,
    formado por las sierras de Las Tunas y
    Pilliahuincó.

    – Mahuidas, cerros bajos y aislados, a lo largo del
    Valle del Río Chadileufú- Curacó.

     

    Ciudades

     

    Las ciudades más pobladas son:

    Buenos Aires: es
    un centro multifuncional (comercial, residencia de poderes
    políticos, puerto exportador e importador, centros
    educativos y culturales).

    – Córdoba: el auge de la economía
    agropecuaria exportadora y el papel de la
    ciudad como centro organizador de la campaña,
    motivó un fuerte crecimiento de la población y de
    las actividades industriales. A partir de la década del 50
    se desarrollaron las industrias
    automotrices, aeronáuticas y metalmecánicas
    relacionadas con el agro.

    – Rosario: es el centro de una de las zonas
    agrícolas más ricas del país. El puerto
    presenta actividad continua. Tiene en el parque Independencia
    uno de los más extensos espacios urbanos forestados del
    país.

    – La Plata: es una de las pocas ciudades argentinas
    trazadas con criterios urbanísticos. Se destaca por la
    amplitud de sus avenidas, magníficamente
    arboladas.

    – Mar del Plata: es la ciudad turística
    más importante del país. Centro pesquero y de
    industrias
    conserveras.

    – Santa Fé: centro agrícola y comercial,
    establece las comunicaciones
    con el nordeste y noroeste del país.

    – Santa Rosa: es una ciudad moderna, centro
    administrativo y cultural. Es la capital de La
    Pampa.

     

     

    Humanización del paisaje y uso de la
    tierra

     

    Desde el punto de vista de las funciones
    económicas tiene importancia destacada la variedad
    climática del frente fluvial porque ha permitido la
    implantación de un tipo de fruticultura y horticultura
    favorecido por el alto coeficiente de humedad en las estaciones
    intermedias -primavera y otoño- que dilata el
    período libre de heladas, a lo cual se debe la
    localización en la franja de aquellos plantíos
    sensibles a las heladas prematuras y tardías.

    Puede afirmarse que la franja inmediata al frente
    fluvial figura entre las áreas de paisaje agrario
    más intensamente humanizado de la Argentina.

    Se han considerado para su comparación en cuanto
    a la estructura
    agraria, tres divisiones políticas que participan del
    frente y una de un partido vecino a fin de establecer
    comparaciones que serían mucho más notables si se
    hubiera escogido un partido bonaerense del Oeste, de la pampa de
    las invernadas, o de la cuenca del Salado.

     

    Algunos rasgos peculiares del estado agrario
    del frente fluvial, son el alto índice de extensión
    de los plantíos, que son una manifestación de
    agricultura
    especializada; y los cultivos hortícolas, desarrollados
    sobre todo en el departamento de Rosario. En ambos casos, la
    consecuencia es la creación del paisaje rural denso y
    cerrado.

     

     

    Crecimiento de los centros urbanos del frente
    fluvial

     

    Del análisis de cifras censales comparativas de
    la población de las principales urbes, se advierte el alto
    crecimiento de los centros de reciente industrialización,
    Sal Lorenzo, San Nicolás y Campana, y se excluye el caso
    de Escobar, dependiente de la influencia de Buenos
    Aires.

     

     

    Proceso de industrialización

     

    La pampa reúne el 86% del total de los
    establecimientos y el 81% de los obreros industriales del
    país, y en este espacio regional el frente con sus
    industrias de
    base (siderurgia, petroquímica, de equipos y
    química pesada) provee de materiales a
    las numerosas fábricas de sus alrededores. La
    industrialización de la pampa ha pasado por tres etapas
    principales:

     

    – Una primera etapa de dependencia de la
    producción agraria local, en que la industria fue
    variando a medida que se diversificaba la producción
    agrícola. Su más lejano antecedente lo constituyen
    los saladeros, que con gran impulso se iniciaron en 1815, en
    Quilmes. Reemplazaron a las "vaquerías" en la
    explotación pecuaria, y se adueñaron del frente, ya
    que el tipo y modalidad de trabajo exigían la
    cercanía del río, en contraste con la actividad en
    el interior de la pampa de aquéllas.

    Sus sucesores, los frigoríficos, se sometieron a
    la misma imposición geográfica en la parte media
    del frente. Como resultante florecieron las curtiembres,
    sucedidas luego por manufacturas de cuero. También las
    fábricas de aceite de lino se instalaron en los puertos
    por su destino de exportación, y las de aceite comestible
    y alcohol
    utilizando el maíz del cinturón de la zona;
    sumándose además las de productos
    lácteos.

     

    – La segunda etapa de industrialización
    comprendió las fábricas que producen
    artículos de destino a la región, pero cuyas
    materias primarias pueden proceder de otras regiones. Así,
    desde 1930 floreció la industria
    textil, a la cual se suman las fábricas de calzado,
    productos
    alimenticios, farmacéuticos, materiales de
    construcción, electrodomésticos y gran diversidad
    de industrias
    livianas.

     

    – La tercera etapa se relaciona con la
    localización de las industrias pesadas de base y de
    equipos, factible debido a una previa organización
    industrial, fundada por disponibilidad de energía, un
    sistema
    energético interconectado; un complejo sistema de
    comunicaciones
    marítimas, fluviales y terrestres ferroviarias y
    carreteras; además de abundante mano de obra y un gran
    mercado consumidor.

     

    Las cifras arrojadas en los últimos censos
    indican que la región pampeana participa con alrededor de
    cien mil fábricas en el P.B.N., y de éstas
    aproximadamente un 70% son producto de la
    Capital
    Federal y Gran Buenos Aires. En
    lo que respecta a la ocupación de personal afectado
    a dichos establecimientos, la región ocupa aproximadamente
    un millón de personas de las cuales un 70% proviene
    también de los sectores mencionados. El consumo
    energético (significativo para el área industrial)
    varía desde menos de 10.000 por 1.000 Kw. hasta alcanzar
    200.000 a 500.000 por 1.000 Kw en Avellaneda, San Martín,
    La Matanza.

    En orden decreciente, Córdoba le sige en cuanto a
    importancia industrial, con concentración de industrias
    alimentarias desde antiguo, a las que se le suman la automotriz,
    ferroviaria, aeronáutica y química. En la prov. de
    Bs. As. adquiere importancia el triángulo
    Azul-Olavarría-Tandil en la fabricación de cemento y
    maquinaria agrícola.

     

     

    Los cultivos pampeanos

     

    Con respecto al trigo, éste cereal, una de de las
    primeras siembras de los españoles, constituye una
    producción fundamental para el país y es de la
    región pampeana de donde surge aproximadamente el 89% del
    total.

    El maíz, se distribuye extensamente en el
    territorio argentino, especialmente en el norte y noroeste, pero
    la mayor concentración de cultivo corresponde a la Pampa
    Ondulada a causa de sus favorables condiciones climáticas,
    como son las lluvias tardías de verano y de
    otoño.

    En ambos casos, se ha logrado una eficiente
    selección de semillas que ha determinado el aumento en el
    tonelaje de las cosechas. En el caso del maíz supera al
    aumento de la superficie cultivada, debido a la mayor productividad por
    hectárea. También las máquinas cosechadoras
    conllevan a un significativo mejoramiento de la
    producción.

    También la región mantiene la más
    alta proporción de cultivos de avena, centeno, cebada y
    lino. Se utiliza la semilla de lino como aceite industrial y su
    fibra para tejidos, siendo
    la primera la producción casi exclusiva.

    Gracias al cultivo de oleaginosas la Argentina
    dejó de importar aceite de mesa. Parte de ese resultado se
    debe a los cultivos de algodón del Chaco; asimismo han
    contribuido otros cultivos que prosperan en la pampa como el
    girasol y el maní. La soja ha tenido
    una amplia difusión en años recientes, debido a su
    gran valor y
    aplicabilidad diversa.

    Mucho menor importancia adquiere la producción de
    frutales de la región, con respecto a los
    cereales.

    La horticultura, de gran valor
    económico, y bajo agricultura
    intensiva, se da generalmente en las zonas suburbanas de las
    grandes ciudades debido al carácter perecedero de sus
    cosechas, que requieren, también, gran cantidad de trabajo
    rural especializado. La pampa produce el 35% del total nacional.
    Se dan casi todas las variedades de huerta y en algunas especies,
    como la papa, la producción llega al 90%.

    Con la ocupación agrícola, fueron
    plantados muchos árboles en la región pampeana
    -llanura sin árboles- para cumplir una función
    protectora. La explotación indiscriminada, ya sea para la
    obtención de madera o para
    abrir paso a la instalación humana en el área de
    mayor densidad de la
    Argentina, pone de manifiesto la acción antrópica
    en detrimento del recurso.

     

    En la pampa, la ganadería ha influido sobre la
    agricultura,
    al destinar grandes extensiones de tierra al
    cultivo de plantas
    forrajeras que sustenten aquella actividad. Y es la pampa la
    región que reúne entre el 90 y 95% de la
    producción nacional, en la que se destacan los
    alfalfares.

    En suma, la agricultura pampeana representa las dos
    terceras partes del total del país. Consecuentemente el
    P.B. está representado por la agricultura en un 7% y la
    ganadería en un 5%.

     

     

    Características de la estructura
    agraria pampeana

     

    En un estudio oportunamente realizado sobre "aspectos de
    la geografía agraria de la región pampeana" se
    eligieron tres áreas de estudio: la cuenca del Salado, la
    pampa ondulada y el frente fluvial, en las cuales se
    estudió una porción importante de la región
    pampeana, coherente y continua correspondiente a la pampa del sur
    de Santa Fé y norte de Buenos Aires,
    excluyendo la semiaureola metropolitana y su perímetro
    rural.

    De dichos estudios surge un paisaje pampeano con fuertes
    rasgos propios de individualidad.

    El valor de
    la tierra va
    en orden decreciente de la primera a la última
    subregión. En cuanto a la estructura
    agraria, se observa homogeneidad, pues la mayor parte de los
    establecimientos rurales tienen entre 25 y 100 hectáreas
    para el caso del frente fluvial.

    Hay descenso de la población activa agropecuaria,
    que migra hacia los centros urbanos y es reemplazada por medios
    técnicos.

     

    – En la cuenca del Salado la principal actividad
    derivada de la explotación ganadera es la cría de
    vacunos. Son indicadores de
    progreso la generalización de la inseminación
    artificial, el pastoreo con alambrado eléctrico y el
    manejo de campos con pasturas inducidas adaptadas a terrenos
    bajos y anegadizos.

    Los establecimientos avícolas han proliferado,
    dadas las exigencias del mercado interno
    para consumo,
    teniendo como factores desencadenantes de esta actividad, la
    proximidad y buena comunicación de la subregión,
    con Bs. As. principalmente.

    La actividad agrícola se desarrolla en
    función de la ganadera. Los guarismos destacables de
    superficie sembrada y cosechada, de rendimiento por
    hectárea y producción, no guardan ninguna
    relación en cuanto a importancia con las otras dos
    subregiones de este estudio.

    Las producciones más significativas, en cuanto a
    rendimiento total y por hectárea, son el maíz,
    avena, trigo y cebada entre los cereales, el girasol entre las
    oleaginosas y la alfalfa y los sorgos entre las forrajeras.
    Éstas últimas adquieren importancia debido a la
    aplicación de criterios intensivos, además de
    extensivos en la cría de vacunos.

    La tecnificación es de escasa importancia. Pocos
    establecimientos poseen maquinarias de su propiedad y es
    común que éstas pertenezcan a cooperativas
    formadas por los mismos establecimientos rurales.

     

    – En la subregión de la pampa ondulada el uso de
    la tierra es
    preferentemente agropecuario pues más de un 80% de la
    superficie se dedica a dicha actividad. En lo referente a la
    producción agrícola se señala, que los
    cereales, oleaginosos y forrajeras cubren la mayor parte del
    área sembrada. Se destacan la alfalfa, para corte y
    pastoreo; el maíz, con muy buen rendimiento, y el trigo.
    En oleaginosos se distingue el girasol, seguido por el lino. El
    predominio de la alfalfa está relacionado con el progreso
    de la ganadería, que ha pasado de la explotación
    con campos naturales a la cría intensiva con
    praderización, con formación de reservas. El
    progreso es evidente y trasunta la tecnificación en
    proceso de
    desarrollo. El
    buen rendimiento por hectárea cosechada es producto del
    adelanto que supone el empleo de
    semillas híbridas; tal el caso del maíz.

    La pampa ondulada, posee mayor cantidad de ganado
    vacuno, la mitad de la superficie agraria está dedicada a
    la agricultura. La tecnificación ha aumentado
    considerablemente.

    La actividad avícola es importante en la
    subregión, y el aumento es creciente debido a la
    proximidad a la Cap. Fed.

    Existen en la subregión molinos harineros para la
    industrialización de granos. Otra actividad que ha logrado
    la subregión es la eficaz industrialización de
    productos
    derivados de la ganadería, en especial de leche y sus
    derivados.

    La mayor parte de la superficie agraria de la pampa
    ondulada es explotada por sus propietarios; el resto está
    arrendada.

     

    – La subregión del frente fluvial presenta una
    aptitud agraria que origina una agricultura intensiva con gran
    subdivisión de la tierra,
    alta densidad de
    población y un régimen fundiario caracterizado por
    la avanzada subdivisión de la propiedad que
    ha creado en la subregión una fisonomía agraria,
    una estructura y
    un paisaje muy particulares.

    La actividad principal es la agricultura especializada e
    intensiva, dedicada a la fruticultura. Hay cultivos industriales
    y forestación comercial, como ya se ha
    considerado.

     

     

    La integración regional

    Principales centros del sistema urbano
    pampeano

     

    En el estudio de la dinámica regional de la
    pampa, que la cohesión interna ya sea interregional o
    regional, se articula por medio de las redes de comunicación
    y transporte.

    El sistema urbano de
    la región tiene características
    radiocéntricas y hacia el centro principal convergen las
    redes de transporte.
    Los centros urbanos presentan una distribución
    homogénea y la llanura propende a la regularidad de esa
    distribución.

    Es el centro de comunicación en el país:
    los ferrocarriles, caminos y las vías aéreas
    nacionales tienen su kilómetro cero en Buenos Aires.
    Posee, por tanto, instalaciones portuarias, ferroviarias, grandes
    caminos de acceso, autopistas, una amplia red de subterráneos y
    aeropuertos.

     

    Por ser el centro económico del país, las
    principales instituciones
    bancarias nacionales tienen sus casas matrices en la
    ciudad, y es aquí donde se centralizan las operaciones y
    transacciones que abarcan todo el país, a través de
    organizaciones
    financieras, mercados de
    valores,
    bolsas, instituciones
    de seguro y de
    comercio.

    Como el Gran Buenos Aires es el principal centro
    industrial de la República, la Capital y el
    anillo urbanizado concentran casi la mitad de los
    establecimientos fabriles de todo el país y el mayor
    número de obreros industriales.

    Como centros urbanos destacados del frente urbano
    industrial descuellan Rosario y La Pata.

     

    La ciudad de Mar del Plata es la ciudad turística
    más importante del país, pero su
    característica de ciudad balnearia es uno de sus aspectos,
    ya que es un verdadero centro multifuncional debido a sus
    servicios de
    nivel cultural sanitario y comercial, con una
    intensificación en la instalación industrial. Su
    puerto es el primero del país en cuanto a actividades
    pesqueras, también polifuncional: incluye actividad
    industrial, cerealera, deportiva, militar, de combustibles y de
    cabotaje.

    Cuenta con una Universidad
    Nacional y centros de investigación, muchos de los cuales
    se orientan hacia la problemática del mar y su
    aprovechamiento.

     

    Bahía Blanca es puerto de exportación de
    granos de toda la franja meridional de la pampa, núcleo
    industrial (frigoríficos), y desempeña
    además un papel
    culminante en el enlace interregional de la pampa con la patagonia. En
    tal aspecto su función principal se concreta en la
    exportación frutícola del alto valle, que exige una
    adecuada instalación de depósitos
    frigoríficos.

     

     

    Circulación e integración
    pampeana

     

    El relieve llano
    y la ausencia de grandes ríos interiores o de masas
    boscosas difíciles de atravesar facilitaron desde los
    orígenes de la ocupación humana de la pampa la
    circulación en todos los sentidos, y,
    consecuentemente, la integración social y económica
    de la región.

    Las vías férreas llegaron con la
    expansión agropecuaria. Su tendido tampoco encontró
    obstáculos de consideración en la topografía
    de la región, permitiendo su trazado sin necesidad de
    obras previas de puentes, viaductos o desmontes de
    consideración. Los ferrocarriles respondieron a la
    estructura agroportuaria de la economía del país,
    por lo que respondieron a un esquema radial que aún
    persiste, con centros en Bs. As., Rosario y Bahía
    Blanca.

    Un cierto número de rutas secundarias presta al
    sistema carretero
    el carácter de una verdadera red, cuya mayor densidad
    corresponde precisamente a la región pampeana.

    La circulación fluvial de la región sigue
    el eje Plata-Paraná y sirve especialmente a los puertos
    del frente fluvial. También los puertos marítimos
    de todo el país sostienen un sistema de circulación
    estrechamente relacionado con la pampa.

     

     

     

    Proyecto: el
    Amaranto

     

     

    Nuestro proyecto se basa
    en cultivo de amaranto y una planta industrial para la
    producción de sus derivados.

    El amaranto es un cultivo originario de México y
    Perú. Las plantas
    forrajeras de los amarantos son muy apetecibles por el ganado
    vacuno, ovino, porcino y equino.

     

    Ubicación

     

    La industria se
    instalará en el departamento de Toay del cual extraeremos
    el agua para
    el riego (artificial). Las 100 hectáreas de campo con las
    que contaremos estarán próximas a la industria.
    Elegimos esta zona ya que cuenta con el clima propicio
    para el desarrollo de
    la actividad a realizar y por la proximidad con Santa Rosa, donde
    se encuentra ubicada la Escuela
    Agrotécnica de Santa Rosa, quien nos proveerá de
    las semillas para el primer cultivo.

     

    Técnica de cultivo

     

    El cultivo será en forma cuatrienal en
    períodos de 1 año debido a que el suelo no es
    renovable. El cultivo y la industria
    serán mecanizadas obteniendo las maquinarias necesarias en
    Zanello (Las Varillas, Córdoba).

     

    Producción

     

    De la cosecha extraída, un 40% de las semillas
    será destinada para las siembras siguientes. La industria
    a instalar se encargará de tostar el 60% de los granos
    restantes para producir bizcochos, galletas, panes, tortas,
    fideos, tallarines y papillas para niños destetados.
    Asimismo, las hojas de estas plantas
    podrán comercializarse como hortalizas por su alto tenor
    de hierro,
    calcio, fósforo y vitamina A. También se
    comercializará el harina que puede ser consumida por
    celíacos.

    La industria estará dividida en sectores de
    producción, algunos de los cuales se encargarán de
    la industrialización de esta planta para su uso
    ornamental, forrajero, granífero, hortícola y
    tintorero.

     

    Destino de la producción

     

    La producción obtenida será negociada con
    consumidores dentro del territorio argentino y extranjeros
    interesados en nuestros productos.

     

    Personal

     

    El personal a
    contratar será aproximadamente de 5 personas encargadas de
    los cultivos por hectárea. Dicho personal
    tendrá un sueldo base de $280 por mes, contando
    adicionalmente asignación familiar, obra social y aporte
    jubilatorio, además de premios e incentivos para
    quienes mejor se desempeñen. A cargo del personal
    estarán ingenieros agrónomos con experiencia, que
    deberán reunir ciertos requisitos.

    Los empleados encargados de la producción
    contarán con un sueldo base de 300, con los adicionales
    mencionados anteriormente, y serán aproximadamente 300
    personas. Quienes liderarán este grupo
    serán profesionales referentes al tema.

     

    Objetivo

     

    Disminuir el índice de desocupación
    creando alrededor de 650 puestos de trabajo, satisfacer las
    necesidades del cliente
    ofreciendo una variedad de productos de
    excelente calidad, evitar
    la aremia en mujeres embarazadas y la xenoftalmia por falta de
    vitamina A gracias al alto tenor de hierro,
    calcio, fósforo y vitamina A que contiene nuestro producto, el
    Amaranto.

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