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Condon – Preservativo




Enviado por adryim



    Usar
    preservativos

    Estar infectado/a por el VIH no implica abstenerse
    de tener una vida sexual

    satisfactoria ni limitar la sexualidad,
    pero se deben adoptar las medidas

    necesarias para proteger a la
    pareja.

    Ni la marcha atrás, ni la ducha vaginal, ni
    los espermicidas, ni los anticonceptivos, ni

    el diafragma protegen de la transmisión del
    VIH.

    Muchas de las parejas donde uno es seronegativo/a
    no se protegen adecuadamente,

    bien por una solidaridad mal
    entendida con el que está infectado, bien como
    una

    forma de negar la enfermedad, o por otros muchos
    motivos que cada pareja debe

    plantearse abiertamente y con
    valentía.

    +Siempre que tengas relaciones sexuales de
    penetración debes usar un

    preservativo, y deberás usarlo
    correctamente.

    +La penetración vaginal sin condón
    es aun más peligrosa durante la

    menstruación.

    +No olvides que existen muchas formas de quererse
    que procurarán placer sin

    penetración.

    ¿Cómo se usa correctamente un
    condón?

    Ten los preservativos a mano y cuantos más
    mejor.

    Compra sólo preservativos homologados por
    las autoridades sanitarias.

    Controla la fecha de caducidad

    Almacena el condón en lugar fresco, seco y
    al abrigo del sol/luz.

    Maneja el condón cuidadosamente para no
    dañarlo (rasgarlo con las uñas,
    dientes,

    anillos, etc.).

    Coloca el preservativo antes de cualquier contacto
    genital para evitar la exposición a

    fluidos que puedan contener agentes
    infecciosos.

    Comprime el extremo cerrado del condón para
    expulsar el aire y
    colócalo sobre el

    pene erecto, dejando un espacio libre en la punta
    para que se deposite el semen.

    Desenrolla el condón cuidadosamente
    cubriendo totalmente el pene.

    Usa el condón durante toda la
    penetración. Tras la eyaculación, retira el
    pene

    lentamente antes de que haya desaparecido la
    erección, sujetando el condón por
    su

    base para asegurar que no haya salida de semen
    durante la retirada.

    Quita y desecha el condón tirándolo
    a la basura, nunca al
    WC.

    Nunca reutilices un
    condón.

    Contestación a preguntas
    frecuentes

    ¿ El VIH puede atravesar

    la membrana de látex de

    los preservativos ?

    NO. Estudios de laboratorio
    han demostrado que el látex intacto de

    los condones constituye una barrera eficaz frente
    al VIH y otros

    microorganismos que causan enfermedades de
    transmisión sexual

    (gonorrea, herpes, hepatitis B,
    clamidia y citomegalovirus).

    ¿ Son eficaces los

    condones en la

    prevención de la

    infección por el VIH ?

    Sí. El preservativo como tal es eficaz. Sin
    embargo ello depende de

    que lo uses siempre y
    correctamente.

    ¿ Con qué se debe

    lubricar un condón ?

    Los preservativos normalmente llevan una
    pequeña cantidad de

    lubricante. Si deseas una lubricación
    adicional, sólo debes utilizar

    lubricantes solubles en agua
    (glicerina, KY, Praxigel u otros de venta

    en farmacia).

    Los productos
    grasos (vaselina, aceites, cremas corporales,
    etc.)

    destruyen el condón en muy poco tiempo.

    ¿ Se rompen los

    preservativos ?

    La rotura de los condones es un hecho infrecuente
    y se debe,

    principalmente, al uso de lubricantes oleosos
    (aceites); exposición al

    sol, calor,
    humedad; rasguños con los dientes o las
    uñas,

    manipulación inadecuada y falta de
    experiencia.

    Pensando en el otro

    Parejas sexuales
    regulares

    Puede ser duro decir a tu pareja que estás
    infectado/a pero más duro será que pueda infectarse
    por

    falta de confianza y afrontar los sentimientos de
    culpa que de ello se deriven.

    Parejas
    esporádicas

    Surge la duda sobre decirlo o no decirlo y esa
    angustia puede llevarte a no tomar nunca la
    iniciativa.

    No te apures y toma las medidas de
    precaución necesarias (preservativo).

    No pongas a riesgo a tu
    pareja por tu falta de coraje para decirle que estás
    infectado/a o por tu

    indecisión para adoptar medidas de
    prevención.

    Si no le dices nada, ¡Protéjele!.
    ¡;No descargues tu responsabilidad en tu pareja!.

    Quizá no hayas utilizado nunca o pocas
    veces preservativos: es el momento de hacerlo sin
    remilgos.

    Usarlo no es complicado, te proporcionará
    seguridad, y si
    tienes imaginación para erotizarlo le
    verás

    más ventajas.

    Hay situaciones que favorecen su no
    utilización: el abuso de alcohol u
    otras drogas, el
    temor al

    rechazo, el miedo a la disminución del
    placer sexual, la depresión,
    los conflictos de
    pareja, el deseo

    no confesado de tener un hijo, la necesidad de
    sentirse "normal", un amor
    apasionado.

    Las prácticas sexuales orales
    (felación y cunnillingus) también entrañan
    un riesgo de
    infección por el

    VIH, aunque mucho menor que el de las
    prácticas de penetración. Evita que el semen o
    fluidos

    vaginales (especialmente, sangre menstrual)
    entren en contacto con tu boca o la de tu
    pareja.

    SALUD PUBLICA DE MEXICO

    SEPTIEMBRE-OCTUBRE DE 1993, VOL.35,
    No.5

    ENSAYO

    TITULO:

    PREVENCION DE ENFERMEDADES DE
    TRANSMISION SEXUAL Y SIDA

    MEDIANTE EL USO DEL CONDON

     

     

    Autor:

    CARLOS DEL RIO-CHIRIBOGA, M.C.,
    M.S.P.-1

    PATRICIA URIBE-ZUÑIGA, M.C., ESP.
    PED.-2

    RESUMEN

    En este artículo se hace una
    revisión de la bibliografía existente y un
    análisis de los estudios más
    relevantes de los últimos años sobre la eficacia del
    condón en la prevención de enfermedades de
    transmisión sexual, con modelos
    experimentales, epidemiológicos y de
    seroconversión. Estos estudios permiten afirmar que, si
    bien el condón no es 100 por ciento eficaz, sí se
    aproxima mucho a esta cifra, cuando se usa correctamente y en
    forma sistemática. La posibilidad de ruptura de los
    condones informada en algunos estudios fue del 0.5 por ciento
    para relaciones heterosexuales y del 3.6 por ciento al 10.5 por
    ciento en relaciones homosexuales. La mayoría de los
    estudios refieren tasas bajas de falla adjudicables a problemas de
    fabricación y control de
    calidad de condones. Debido a las dificultades que existen
    para que una mujer pueda
    negociar el uso del condón masculino, en los
    últimos años se ha desarrollado el condón
    femenino . Proporcionar información sobre los condones y
    ofrecerlos baratos en todos los lugares posibles, no basta si
    no se toman en cuenta todos los factores que facilitan o
    dificultan su promoción. La educación
    sexual es fundamental como estrategia de
    prevención de ETS y embarazos no
    deseados.

    Palabras clave: condones; uso y eficacia del
    condón,

    HIV/SIDA,
    prevención, enfermedades de
    transmisión sexual

    Del Río-Chiriboga C.

    Uribe-Zúñiga
    P.

    Prevención de enfermedades de
    transmisión sexual y SIDA mediante
    el uso del condón Salud
    Publica Mex 1993; 35: 508-517.

    El término condón se atribuye a un
    médico de la corte de

    Carlos I de Inglaterra, de
    apellido Condon, quien propuso al monarca que incorporara este
    elemento en sus prácticas sexuales, con el fin de tratar
    de limitar su ya numerosa descendencia. Sin embargo, existe
    evidencia del uso del condón entre los egipcios hacia el
    año 1350 a.C.

    Apareció, por vez primera, un tratado
    sobre uso del condón para prevenir enfermedades de
    transmisión sexual en el libro
    titulado Morbo Gallico, del anatomista italiano Gabriel
    Fallopio y publicado en 1564. Fallopio hace referencia a la
    sífilis y recomienda utilizar un condón de lino
    como medida de protección contra esta
    enfermedad.

    En un trabajo publicado en 1989, Potts y
    Short(1) afirmaron que el uso del condón surgió
    como medio de protección ante el contagio de las
    enfermedades de
    transmisión sexual y no como un método
    anticonceptivo, utilidad que se
    le dio posteriormente.

    A pesar de que el condón ha sido
    utilizado durante mucho tiempo, el
    puritanismo característico de la sociedad
    occidental lo ha mantenido en la obscuridad y como un tema
    intocable en sociedad. Sin
    embargo, con la aparición de la epidemia del
    síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) a
    principios
    de la década de los ochenta, el condón se ha
    convertido en uno de los principales métodos
    para prevenir la transmisión sexual del virus de la
    inmunodeficiencia humana (VIH).

    Las otras medidas para prevenir las enfermedades sexualmente
    transmisibles son: la abstinencia sexual; tener relaciones
    sexuales sólo con una pareja y además que
    ésta no padezca alguna enfermedad de transmisión
    sexual; practicar el "sexo
    seguro".

    Si bien los métodos
    anteriores constituyen teóricamente una alternativa, en
    la mayoría de las culturas y por diferentes razones, no
    se utilizan con la frecuencia necesaria. Varios estudios han
    mostrado que en diversas sociedades
    los hombres, y cada vez más las mujeres, tienen durante
    su vida más de una pareja sexual. Es mayor el porcentaje
    de hombres con más parejas sexuales que el informado
    entre las mujeres.(2)

    El término "sexo
    seguro" con
    frecuencia se utiliza como sinónimo de "sexo con
    condón", pero las únicas prácticas
    sexuales que pueden incluirse en ese concepto son
    aquéllas en las que no existe penetración ni
    intercambio de secreciones sexuales (semen, líquido
    pre-eyaculatorio, secreciones vaginales) o sangre.
    Así, dentro de ese método
    se incluyen, entre otras, la masturbación, las caricias
    y los abrazos. Por ello, al referirse al uso del condón
    o de cualquier otra barrera mecánica durante una relación
    sexual con penetración, es preferible hablar de
    "sexo
    protegido".

    Se puede afirmar que ante la amenaza de las
    enfermedades de
    transmisión sexual, incluyendo el sida, la
    educación es la piedra angular de
    cualquier programa o
    estrategia de
    prevención.

    A lo largo de los años se han dado
    diferentes enfoques a la educación
    sexual , que van desde el reproductivo hasta la educación basada en el rechazo y el miedo
    a la actividad sexual, tácticas muy utilizadas por
    distintos grupos
    conservadores de la sociedad; sin
    embargo, éstas nunca han sido eficaces para disminuir
    las tasas de infecciones de transmisión sexual o los
    embarazos no deseados. Hasta el momento no se ha demostrado que
    la falta de información o de educación
    sexual formal retrase o evite el inicio de las relaciones
    sexuales entre los jóvenes y, por el contrario,
    sí lo ha favorecido sin que se tomen las medidas
    preventivas necesarias.

    Frecuencia del uso

    Los datos sobre
    frecuencia de uso del condón son difíciles de
    obtener y comparar de un estudio a otro, pero se sabe que es
    uno de lo métodos
    anticonceptivos menos utilizados en planificación familiar a nivel mundial.
    En un estudio realizado en Tailandia, en 1987, menos del dos
    por ciento de los que practicaban algún método
    anticonceptivo usaba condones.(3) Sin embargo, a partir del
    surgimiento del sida, y a pesar
    de la dificultades para obtener información, se observa un incremento en
    su uso.

    La Organización Mundial de la Salud estima que
    diariamente se llevan a cabo 100 millones de relaciones
    sexuales, de las cuales 910 mil terminan en embarazos, 356 mil
    en enfermedades de
    transmisión sexual y unas seis mil en infecciones por
    VIH.

    Por otro lado, se calcula que en 1990 se usaron
    en el mundo aproximadamente seis mil millones de condones.(3)
    Pero esta cantidad dista mucho de los 13 mil millones que se
    estima hubieran sido necesarios para todas las relaciones en
    las que se corría riesgo de
    exposición al VIH, a otras enfermedades transmisibles
    sexualmente, o de embarazos no deseados. Vale la pena mencionar
    el importante papel que ha
    jugado la Agencia de los Estados Unidos
    para la Ayuda y el Desarrollo
    Internacional (USAID), que en 1991 proporcionó un
    billón de condones a países en desarrollo y
    que mundialmente es uno de los principales distribuidores de
    condones gratuitos.

    Por lo que toca a México se calcula que en 1990 se
    vendieron de 30 a 32 millones de condones (J.M. Urrutia.
    Comunicación personal). Si
    además se suman los 15 millones que distribuyó el
    sector público de manera gratuita, se puede concluir que
    se usaron aproximadamente de 45 a 50 millones de condones en
    1990, asumiendo que todos fueron utilizados en las relaciones
    sexuales.

    Sin embargo, es evidente que esa cantidad es
    insuficiente para evitar en México, en forma significativa, las
    enfermedades transmisibles sexualmente y las infecciones por
    vih. Si se calcula que existen de 35 a 40 millones de hombres
    en edad sexualmente activa, entonces esos 50 millones de
    condones servirían para que cada individuo utilizara de
    uno a dos por año. Asimismo, con los datos
    anteriores se calcula que el condón se utiliza
    regularmente en menos del 5 por ciento de las relaciones
    sexuales cada año.

    También es evidente que no todos los
    hombres sexualmente activos
    tienen prácticas de riesgo para la
    adquisición de enfermedades sexualmente transmisibles.
    Por ejemplo, un estudio realizado en Kinshasa, Zaire,
    mostró que el 35 por ciento de los 1 063 hombres
    monógamos casados y el 2 por ciento de las 1 084 mujeres
    monógamas casadas informaron haber tenido relaciones
    sexuales extramaritales en el año anterior al
    estudio.(4) En la información que se ha recabado en las
    investigaciones
    con mujeres dedicadas a la prostitu- ción en la Ciudad
    de México, de 1987 a 1990 se encontró
    que el 56.2 por ciento de los clientes eran
    casados.(5)

    Varios estudios basados en los modelos
    actuales de transmisión del vih sugieren que si tan
    sólo el 15 por ciento de hombres en poblaciones urbanas
    que tienen múltiples parejas sexuales usaran condones
    consistentemente, la seroprevalencia del VIH en dicha población no aumentaría.(6) Por
    ello las campañas de distribución y uso de condones deben
    hacer énfasis en la conveniencia de usar el
    condón, con el fin de disminuir en forma significativa
    el riesgo de
    adquirir enfermedades de transmisión sexual, VIH y
    embarazos no deseados. Asimismo, deben dirigirse a las
    poblaciones con más alto riesgo, concretamente en los
    hombres con más de una pareja sexual, trabajadores del
    sexo
    comercial y adolescentes.

    Eficacia del
    condón

    Desde su aparición, el condón
    masculino ha sido producido con diversos materiales:
    desde tejidos
    animales,
    como el intestino ciego de cordero, hasta productos
    químicos, como el látex de diverso grosor. Es
    importante señalar que los condones elaborados con
    tejidos
    animales no
    son recomendables para prevenir enfermedades de
    transmisión sexual, incluyendo el
    VIH/SIDA.

    En el laboratorio
    se ha demostrado que los condones de látex constituyen
    una barrera mecánica eficaz contra los agentes
    causales de gran número de enfermedades de
    transmisión sexual como gonorrea, citomegalovirus,
    herpes virus,
    sífilis, hepatitis B,
    clamidia y VIH. Sin embargo, en la práctica es
    difícil demostrar la eficacia de los
    condones, debido a la dificultad de recabar información fidedigna sobre la
    exposición al virus, su uso,
    los posibles errores humanos en su utilización y, en
    menor medida, las fallas de fabricación. Pese a ello,
    existen varios estudios epidemiológicos que han
    encontrado una asociación directa entre el uso correcto
    y sistemático del condón y una menor frecuencia
    de infección por vih, enfermedades transmisibles
    sexualmente y embarazos no deseados.

    No obstante, es conveniente que al revisar
    dichos estudios

    se haga una diferenciación clara entre
    los que se dirigen al

    análisis de la eficacia del
    condón como método
    de

    planificación familiar y como forma de
    prevención de

    enfermedades transmisibles sexualmente, ya que
    varían los porcentajes de eficacia
    dependiendo del objetivo de
    su uso.

    Otro punto que cabe recordar, es que existe una
    diferencia entre la eficacia del método y
    la del uso del método; es decir, entre la eficacia
    teórica y la práctica. La eficacia del
    método es la que existe cuando el condón se
    utiliza de manera correcta y sistemática; por tanto,
    sólo considera las fallas técnicas. La eficacia
    del uso es la eficacia del método cuando se utiliza en
    la práctica diaria, teniendo en cuenta las fallas
    técnicas y los errores por la falta del uso
    sistemático y correcto por parte del individuo. Por
    ejemplo, la eficacia del condón como método
    anticonceptivo es de 0.4 a 1.4 embarazos por cada 100 parejas
    por año de uso, pero la eficacia del uso es de 10 a 15
    embarazos por cada 100 parejas por año de
    uso.

    Como la principal falla del condón se
    debe a su utilización incorrecta e inconstante, es claro
    que para aumentar su eficacia es necesario enseñar a
    usarlo. Entre los errores más frecuentes están la
    ruptura por utilizar lubricantes de base oleosa, por utilizar
    anillos prominentes o al dañar el condón con las
    uñas cuando se abre el empaque. Otras
    fallas potenciales ocurren cuando los condones se almacenan en
    un sitio cálido, cuando se exponen a la luz directa o
    cuando el condón no se retira inmediatamente
    después de la eyaculación.

    Es importante subrayar que los únicos
    condones que protegen de enfermedades sexualmente transmisibles
    son los de látex y, actualmente, los condones femeninos
    de plástico. No así los condones de tejidos de
    animales,
    que presentan poros que permiten el paso de gérmenes;
    por lo mismo, éstos no deberán ser utilizados
    para este fin.

    Los estudios realizados en los años
    setenta y a principios

    de los ochenta demostraron que los condones
    ayudan a proteger

    de la gonorrea, sífilis, micoplasmas,
    clamidia,

    tricomoniasis, herpes simplex y el
    sida.*(3,7-17)

    Es difícil valorar la eficacia del
    condón en la prevención

    de enfermedades sexualmente transmisibles (ETS),
    debido a

    varios problemas,
    entre los que están: a) los agentes que
    las

    causan tienen diversa infectividad; b) la
    mayoría de los

    estudios se realizan entre personas con frecuentes
    prácticas

    de riesgo; c) existen diversos cofactores que
    intervienen

    para que alguien se infecte; d) la mayoría
    de las

    investigaciones no son a gran escala.

    Pese a estos problemas es
    posible hacer un análisis de la información, mismo
    que se resume a continuación.

    Estudios con modelos
    experimentales

    En un estudio de la Food and Drug Administration
    (FDA), se

    probaron 89 condones de látex en un
    sistema
    diseñado para

    medir el paso de partículas virales en
    condiciones similares

    a las que suceden durante una relación
    sexual; concluyeron

    que el condón reduce diez mil veces la
    transferencia de

    fluido, por lo cual disminuye significativamente
    el riesgo de

    la transmisión del vih, aunque no lo
    elimina

    completamente.(18)

    En otro estudio, realizado en Bélgica con
    un modelo

    experimental que reproducía condiciones
    de presión interna que pueden suceder durante una
    relación sexual humana, se observó que
    sólo había paso de virus en
    condones de tejidos de
    animales y
    no en los de látex. Además se vio que el VIH era
    inactivado por alguna sustancia del condón, que no se
    logró identificar.(19)

    Asimismo, un grupo de
    investigadores de la fda, Baxter Health and Biocon probó
    otro modelo
    experimental, en el que se observó que la cantidad de
    virus que pasan
    a través del condón de látex depende de
    varios factores, como: la unión de partículas
    virales al material del condón; la inactivación
    viral; la unión a las proteínas de los filtros, o diferencias
    de penetración debidas al tipo de virus que se
    está utilizando en el modelo. Los
    investigadores encontraron también que un candidato
    estable para probar estos modelos, en
    relación al vih, es el virus
    Yx174.(20)

    Estudios epidemiológicos y de
    seroconversión

    La Organización Mundial de la Salud (OMS) realizó
    un análisis donde se combinaron datos de nueve
    estudios publicados. Se observó que los usuarios de
    condones tenían dos tercios menos del riesgo de contraer
    gonorrea, tricomoniasis o infección por clamidia que los
    no usuarios. En ese mismo análisis, se descubrió que los
    usuarios de condones tienen un riesgo relativo de contraer VIH
    del 0.4, o sea menos de la mitad del riesgo a que se exponen
    los no usuarios.(21)

    En informes
    publicados en varios países, se encontró que la
    posibilidad de infección del vih disminuía
    considerablemente entre las personas que usaban condón,
    al compararla con la de las que no lo hacían. Por
    ejemplo, un riesgo del 3.43 por ciento disminuyó al 0.74
    por ciento;15 de un 71.43 a 46 por ciento;13 de un 2.38 a 0.72
    por ciento;22 y de un 85.7 a 10 por ciento.(12) En
    síntesis, de estos estudios se desprende que el riesgo
    de infección disminuyó de 1.5 a 8.5 veces en los
    que usaron condón, contra los que no lo
    usaron.

    Las personas que padecen otras enfermedades de
    transmisión sexual, especialmente las que causan
    úlceras genitales -sífilis, herpes, chancroide-,
    tienen una probabilidad de
    dos a siete veces mayor de infectarse con el VIH que quienes no
    las han tenido.(23-27)

    Cabe señalar que se ha demostrado que el
    uso adecuado y sistemático del condón sí
    protege; en cambio, el
    uso adecuado pero no sistemático no protege
    completamente. En un estudio realizado en 563 parejas
    heterosexuales estables de personas con VIH/SIDA, 24 de ellas
    no se infectaron al usar de manera sistemática el
    condón, pero sí se infectaron 44 que lo usaron de
    manera no sistemática.28 En otro estudio en el cual se
    trabajó durante 2.2 años con 53 parejas hombre-mujer, donde
    uno de ellos tenia VIH/SIDA, sólo ocho personas
    resultaron infectadas. El uso del condón
    disminuyó la seroconversión de las parejas
    sexuales de pacientes con VIH, de una manera significativa. En
    todas las parejas que se infectaron influyó de manera
    importante la ingestión de alcohol en
    la decisión de los varones para no utilizar el
    condón. Se encontró que la tasa de
    transmisión del virus en un contacto sexual sin
    protección fue en hombres de 1/286 y en mujeres de
    1/350.(29)

    En un estudio realizado en Rwanda en 1986, se
    elaboró un programa para
    promover el uso del condón entre reclutas militares;
    durante su aplicación, que incluía la distribución de condones,
    disminuyó la incidencia de enfermedades de
    transmisión sexual de 12 por ciento a sólo 5 por
    ciento. Asimismo en Zaire, en un estudio entre prostitutas
    donde se promovía el uso del condón,
    disminuyó la incidencia de VIH del 18 al 13 por
    ciento.(30) En otro estudio realizado en el mismo país
    entre parejas de personas infectadas con VIH, y con un
    seguimiento de 2.2 años, hubo seroconversión en
    dos de 23 hombres y seis de 30 mujeres, con una tasa de cuatro
    a nueve casos por 100 personas/año. El uso del
    condón fue menor entre los que se infectaron: cinco
    contra 100 por ciento en hombres (p= 0.01), y de 25 a 67 por
    ciento en mujeres (p= 0.14).(29)

    También en Zaire se realizó un
    estudio prospectivo en 149 parejas casadas, en las cuales uno
    de sus integrantes no estaba infectado y el otro tenía
    VIH-1; se realizó un seguimiento durante 382.4
    personas/año. Inicialmente, sólo el cinco por
    ciento de las parejas usaba condón y después de
    la intervención el 70.7 por ciento lo usaba en todas sus
    relaciones sexuales. Hubo seroconversión en 3.1 por cada
    100 personas/año de observación.(31)

    En México el Instituto Nacional de Salud Pública en el
    Consejo Nacional para la Prevención y Control del
    SIDA y cuatro hospitales de la Ciudad de México realizó un estudio de
    seguimiento de 239 parejas heterosexuales de personas con
    VIH/SIDA. Se compararon las características de las parejas
    discordantes con las concordantes, tratando de determinar los
    riesgos
    asociados a una mayor posibilidad de adquirir VIH; de 154
    personas seronegativas que se siguieron durante tres
    años, tres mujeres tuvieron seroconversión, lo
    cual representó una tasa de 7.5 x 100 000
    días/personas. No se identificaron factores de riesgo
    para la transmisión entre los hombres. En las mujeres se
    detectaron riesgos
    significativos ante la presencia de leucorrea, con una
    razón de momios (RM) de 2.2, así como en
    úlceras genitales (RM 4.9). Con la información
    recolectada no se pudo encontrar asociación con el uso o
    no del condón.(32)

    Estos estudios, aunque criticados algunos de
    ellos por el pequeño tamaño de la muestra y por
    problemas
    metodológicos, permiten concluir que, si bien no se
    puede afirmar que el condón tenga una eficacia del 100
    por ciento para evitar infecciones sexualmente transmisibles,
    incluyendo SIDA, sí parece evidente que se aproxima
    mucho a esta cifra, cuando se usa correctamente y en forma
    sistemática.(33)

    Fallas del condón

    En varios estudios se ha intentado cuantificar
    la tasa de falla del condón durante el coito. En uno
    llevado a cabo en dos prostíbulos de hombres y uno de
    mujeres en Sidney, Australia, en 1988, se encontró una
    tasa baja: se rompieron tres de los 664 (0.5%) preservativos
    usados durante relaciones anales y cinco de los 605 (0.8%)
    usados en relaciones vaginales.

    La posibilidad de ruptura de los condones
    informada en otros estudios fue del 0.5 por ciento para
    relaciones heterosexuales y del 3.6 al 10.5 por ciento en
    relaciones homosexuales.(34,35)

    En un estudio realizado por Gregory Jay y
    colaboradores, se observó, a través de
    microscopia electrónica, la presencia de
    irregularidades en los condones de látex que
    podían favorecer la velocidad de
    deterioro secundaria a diversos agentes físicos y/o
    químicos y la salida posterior de partículas
    virales, sobre todo en condiciones de intenso
    estiramiento.(36)

    Sin embargo, en la mayoría de los
    estudios se informan tasas bajas de falla, adjudicables a
    problemas de
    fabricación y de control de
    calidad de los condones. La mayoría se deben a
    errores que comete el usuario al utilizar este método de
    prevención. Por ejemplo, los lubricantes oleosos o la
    exposición al calor o a la
    humedad, favorecen la ruptura de los condones de látex.
    Durante la relación sexual, al no retirarse el hombre
    inmediatamente después de la eyaculación, se
    favorece el deslizamiento accidental del condón y la
    salida del semen. Es fundamental evitar estas condiciones y
    errores en el uso, para evitar fallas de los
    mismos.

    La experiencia ha demostrado que, en parte, el
    éxito de los programas de
    planificación familiar se debe a que la
    responsabilidad sobre la reproducción la
    ha asumido la mujer y
    los principales métodos
    utilizados no interfieren con las relaciones sexuales, lo cual
    ha logrado disminuir las tasas de natalidad. Tomando en cuenta
    lo anterior, mientras el condón siga siendo sólo
    masculino y la mujer
    carezca de poder de
    negociación, su uso sistemático se
    mantendrá bajo.

    Las posibilidades de la mujer de
    tomar decisiones o de

    actuar autónomamente se encuentran
    reducidas, debido a

    diversos obstáculos de orden psicosocial,
    cultural y

    jurídico, así como a las escasas
    opciones económicas que se le ofrecen y la consecuente
    dependencia de la pareja masculina.

    Aunado a lo anterior, la utilización del
    condón en un contexto de prevención de
    enfermedades sexualmente transmisibles, se encuentra asociada a
    la desconfianza de la pareja y a la posibilidad de aceptar una
    realidad que frecuentemente se niega, como la infidelidad del
    compañero, lo cual dificulta aún más su
    negociación y uso.

    En este sentido, cabe señalar que si bien
    tardaron mucho en desarrollarse, actualmente existen por lo
    menos tres diseños de condón femenino: uno de
    plástico (Reality, bolsa vaginal, Wisconsin Pharmacal) y
    dos de látex (Women’s choice condon, MD
    Engineering; y Bikini, Ready Health Care).(37) Para evaluarlo
    se han realizado diversas pruebas
    entre mujeres de varios países; se ha probado su alta
    eficacia en la prevención de ets y VIH, la seguridad en
    su uso y la aceptación por parte de la mujer y
    del hombre.(38)

    Actualmente el costo del
    condón femenino es tres veces superior al masculino; sin
    embargo, su uso presenta algunas ventajas como es una mayor
    protección genital, ya que además de cubrir
    mucosa vaginal y pene, abarca los genitales externos femeninos.
    Por otro lado, a pesar de que existen estudios que refieren que
    el varón no se dio cuenta de que la mujer
    tenía colocado un condón femenino
    (particularmente en estudios realizados en mujeres dedicadas a
    la prostitución), ésta no es una
    ventaja que se pueda generalizar, ya que una parte del
    condón sobresale de la vagina y además se ha
    notificado un sonido
    particular en el momento de la penetración, lo cual
    obliga a una negociación con la
    pareja.

    Sobre el condón femenino, en
    México se realizó un pequeño análisis entre mujeres dedicadas a la
    prostitución en la capital del
    país; se observó que a pesar de existir una
    impresión inicial negativa, no hubo molestias
    físicas en la mujer y la
    reacción del cliente fue
    favorable; en ocasiones éste pagaba mayor cantidad de
    dinero para
    que la mujer lo
    volviera a utilizar.(39) Al presente se requiere que, a la
    brevedad posible, se promueva su disponibilidad y uso, no como
    sustituto del condón masculino, sino como una
    opción más para la mujer, ya
    que la negociación sobre su uso con el
    varón se facilita al depender este método de la
    mujer. En Estados Unidos
    de Norteamérica y en Europa ya se
    encuentra disponible el condón femenino con los nombres
    comerciales de Reality y Femidom.

    Importancia de la prevención de las ets
    en el control
    del

    SIDA

    El SIDA es, a todas luces, una enfermedad
    sexualmente trasmisible, por lo que cualquier acción
    para prevenirla repercutirá en la prevención de
    otras ETS.

    El padecimiento de una ets que se manifieste con
    úlceras genitales, puede aumentar la transmisión
    del VIH, hasta 2.5 veces más en un solo coito. La
    mayoría de estas enfermedades son curables y se pueden
    prevenir. Por eso, es importante realizar el diagnóstico oportuno y el tratamiento
    adecuado de cualquier enfermedad causante de úlceras,
    tales como la sífilis y el chancro blando. Es por ello
    que las estrategias
    para diagnosticar y tratar las ets bacterianas, paralelamente
    son preventivas del SIDA.

    Se conocen más de 20 agentes
    patógenos que se propagan por contacto sexual: 11
    bacterias,
    seis virus (incluyendo VIH), tres protozoarios y dos
    ectoparásitos; con esta base se puede concluir que las
    ets son un grupo
    heterogéneo de enfermedades. Esto complica mucho el
    diagnóstico específico, por lo que
    la oms propone un enfoque basado en "síndromes", en vez
    de agentes etiológicos
    específicos.

    Debido a que la conducta
    determinante para que el paciente adquiera una ets es la misma
    que le puede acarrear la infección por VIH, es
    indispensable que cada vez que se diagnostique y trate una ets
    se informe
    sobre HIV/SIDA y se promueva el uso del condón. Esto
    incluye que el paciente cuente con la información
    necesaria para usar un condón correctamente y que se le
    proporcione uno en la clínica o sepa dónde
    conseguirlo.

    Por otro lado, investigaciones
    realizadas en zonas urbanas de México indican que los
    programas de
    información sobre SIDA no perjudican la imagen del
    preservativo como método de planificación familiar. Gracias a una
    campaña informativa de alto impacto y
    penetración, aumentó el
    conocimiento del preservativo como método
    anticonceptivo y de prevención contra el SIDA. Ambos
    tipos de conocimiento
    estaban estrechamente relacionados.(40)

    Entre las razones que refieren las personas para
    no usar

    condones, a pesar de realizar prácticas
    de riesgo, se

    encuentran: que piensan que la pareja puede no
    estar

    infectada; consideran que los condones realmente
    no

    funcionan; olvidan llevarlos; están
    demasiado avergonzados para hablar del asunto; tienen miedo de
    que la pareja se ofenda; se encuentran afectados por el
    alcohol y
    las drogas
    para recordar, querer o poder
    ponerse un condón; sienten que interfiere con las
    relaciones sexuales, disminuyendo la sensación y la
    espontaneidad.41 Pero también otros autores han
    informado que la falta de uso de condones se debe a que no hay
    autocontrol, por la embriaguez, las drogas o
    por la simple locura. El mundo no es tan sencillo y tras los
    impedimentos para usar el condón puede encontrarse un
    gran anhelo de amor o de
    cercanía.(42) Cabe tomar en cuenta todos estos elementos
    en cualquier programa de
    promoción del uso de
    condones.

    Finalmente, debido a la estigmatización a
    la que se asocian las ETS y al inadecuado manejo de la
    información sobre sexualidad
    en los centros de salud, no todos los
    afectados solicitan la atención de este tipo de
    enfermedades y por cada persona que
    busca tratamiento para una ets hay por lo menos otra persona
    más expuesta o infectada. Es necesario ofrecer espacios
    de atención donde las personas acudan con confianza, con
    la seguridad de
    contar con la confidencialidad y el respeto de
    su intimidad necesarios para favorecer la asistencia que
    requieren.

    LA PROMOCIÓN DEL USO DE
    CONDONES

    Para aumentar el uso de los condones es
    necesario instrumentar estrategias
    innovadoras, como puede ser la del mercadeo
    social, donde se busca crear un ambiente
    favorable a la aceptación de la información sobre
    condones, ideando una promoción apropiada para los
    públicos y venciendo diferentes obstáculos que
    dificultan su aceptación y uso.

    No basta proporcionar información sobre
    los condones u ofrecerlos a bajo precio en
    todos los lugares posibles, si antes no se toman en cuenta
    todos los factores que facilitan o dificultan su promoción. Algunos elementos a considerar
    son:

    • Fomento de la conciencia
      sobre los condones. Se debe promover una conciencia
      en los usuarios potenciales de condones, con información
      sobre el tema.
    • Eliminación de las barreras. Es
      fundamental conocer las barreras y los mitos
      existentes sobre el condón para tomarlos en cuenta en
      las estrategias que
      se seleccionen. Las barreras pueden ser psicológicas,
      sociales y estructurales.
    • Mejoramiento de la disponibilidad de los
      condones. Existen diversos mecanismos para favorecer la
      disponibilidad de un producto que
      se está promoviendo, como podrían ser disminuir
      el precio,
      favorecer su distribución, aumentar su producción y desarrollar servicios de
      apoyo.

    CONCLUSIONES

    1. El condón, utilizado de manera
    correcta y sistemática, constituye la única
    medida preventiva (aparte de la abstinencia y la fidelidad
    mutua) de que se dispone en la actualidad para evitar las ETS,
    incluyendo el
    SIDA.

    2. La protección contra las ETS
    (incluyendo el VIH) que ofrece el condón, cuando es bien
    utilizado, es muy elevada; si bien no es absoluta, sí es
    cercana al 100 por ciento.

    3. La educación
    sexual como estrategia de
    prevención de ETS y embarazos no deseados, es
    fundamental. Durante muchos años la educación
    sexual se ha limitado al aspecto reproductivo y a inspirar
    rechazo y miedo hacia la actividad sexual. Es necesario
    proponer e instrumentar programas de
    "educación sexual" que promuevan una
    sexualidad
    más sana y responsable, en donde el preser- vativo o
    condón sea parte integral de los
    mismos.

    4. Si bien se argumenta que la educación sexual y la promoción
    del condón induce a relaciones sexuales tempranas y a
    mayor número de parejas sexuales, los datos obtenidos
    en diversos estudios demuestran lo contrario: cuando hay una
    adecuada educación sexual, el inicio de las
    relaciones sexuales se posterga, y cuando sucede es con mayores
    medidas preventivas, lo que demuestra una mayor responsabilidad. Como escribe Magic Johnson en
    su libro Tu
    puedes evitarlo (el mejor manual para
    prevenir el SIDA que se
    ha publicado): "Si no tienes la madurez para comprar un
    condón, es decir si te da pena, no tienes la madurez
    para tener una relación sexual".

    5. A pesar de la resistencia de
    diversos sectores de la sociedad ante
    la promoción del condón, es necesario llevarla a
    cabo, pues se trata de un asunto de vida o muerte.

    6. El uso del condón es un método de
    prevención de

    enfermedades sexualmente transmisibles y no un
    método

    para aumentar la sensibilidad sexual y el
    erotismo, por

    lo cual la sensación nunca será la
    misma. Es necesario

    aprender a "sentir con el condón", para
    evitar la idea de

    que en uso interfiere y enfría la
    relación sexual.

    ————————————————————-

    Solicitud de Sobretiros: Dr. Carlos del Rio
    Chiriboga, Director Ejecutivo del CONASIDA, Comercio y
    Administración 35, colonia Copilco
    Universidad.

    Fecha de recibido: 3 de marzo de
    1993.

    Fecha de aprobado: 18 de mayo de
    1993.

    • 1 Director Ejecutivo, Consejo Nacional para la
      Prevención Control del
      SIDA (CONASIDA), México
    • 2 Directora de Servicios a
      la Comunidad,
      CONASIDA
    • Rosenberg MJ, Davidson AJ, Chean JH, Judson FN,
      Doublas JM.

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    3-15%: Kolata. "Birth Control" New York Times
    Health, 12 de enero, 1989. Si se considera que la mujer es
    fértil de 6 a 10 días por ciclo, la tasa de falla
    es del 21- 36%.

    Tasa de falla del preservativo en
    homosexuales

    26%: 11% se rompe, 15% se resbala. Wegersna &
    Oud. "Safety and Acceptability of Condoms for Use by Homosexual
    Man as a Prophylactic Against Transmission of HIV During
    Anogenital Sexual Intercourse". British Medical Journal. 11 de
    julio, 1987, p.94.

    30%: Pollner. "Experts Hedge on Condom Value"
    Medical World News,28 de agosto, 1988, p.60.

    Tasa de falla del preservativo en usuarios
    consistentes

    10%: 1/10 esposas de afectados HIV que reportan el
    uso consitente del condón quedaron infectadas.Fischl.
    "Evaluation of Heterosexual Partners, Children and Household
    Contacts of Adults with AIDS" Journal of the American Medical
    Association 257: 640-644, 1987.

    17%: Goerdent. "What Is Safe Sex?" New England
    Journal of Medicine.316 (21): 1339-1342, 1987.

    Impacto de la estrategia en los
    adolescentes,
    según el Olsen & Weed, Instituto de Investigación y Evaluación, Salt Lake
    City.

    • Incremento de 50- 120 embarazos / 1000
      asistentes a programas
    • La "Educación anticonceptiva" incrementa
      la frecuencia de sexo en adolescentes. En 14 años: incremento en
      1.5%
    • En ninguna clínica se obtuvieron menores
      tasas de embarazo.

    Porcentaje de mujeres menores de 18 años
    que quedaron embarazadas durante el primer año de uso de
    anticonceptivos, según el
    método:

    Píldora 11.0% DIU 10.5% Condón
    18.4%

    Espermicidas 34.0% Diafragma
    31.6%

    (Grady. "Contraceptive Failure in the U.S." Family
    Planning Perspectives 28(5): 207, 1986).

    • Los adolescentes
      son los peores usuarios del preservativo:

    83% de los adolescentes
    entre los 14 y 15 años reportan que su primera experiencia
    sexual fue inesperada.

    Usuarios inconsistentes: 21% porque fue
    inesperado,39% "no tuvieron tiempo", o no
    quisieron usar.(Harris. Conducido por IPPF,
    1986).

    Si el condón falla previniendo el SIDA en
    un 10% y se exponen al peligro 100 000 adolescentes =
    10

    000 infectados

    Si la propaganda
    para el uso del condón incrementa la tasa de actividad
    sexual en un 15%, se

    expondrán al peligro 115,000 adolescentes =
    11,500 infectados

    La distribución de condones genera un falso
    sentido de seguridad:

    Jóvenes que creen que son efectivos = 43%
    han tenido actividad genital

    Los que no creen que sean muy efectivos = 30% la
    han tenido. (American Teens Speak. 1986)

    La campaña pro-condones aumenta la
    presión social sobre los jóvenes para tener sexo y
    las posibilidades de contagio. Así lo afirma una encuesta hecha
    a los jóvenes:

    • 61% dicen que la presión social es la
      razón por la cual los chicos no esperan para tener
      relaciones sexuales.
    • 80% de los adolescentes sexualmente activos
      afirman que fueron "iniciados" muy pronto.
    • 84% de las chicas de 16 años para abajo
      quieren que en sus escuelas les enseñen a decir "no" a
      la relación sexual sin herir los sentimientos de la otra
      persona.(The
      Parents’ Coalition for Responsible Sex Education, March
      1991).

    CONCLUSIÓN: La información sobre
    anticonceptivos y propaganda de
    condones es inefectiva para reducir el embarazo en
    adolescentes y el contagio de SIDA.

    Preservativos y VIH(a) en
    adolescentes:

    una evaluación
    médica

    por Raul Alessandri, M. D., Zelig Friedman, M. D.,
    Liliana Trivelli, M.D.

    Linacre Quarterly 1994 (agosto); 61:
    62-74.

    El Dr. Alessandri es patólogo en el Long
    Beach Memorial Hospital desde 1986. El Dr. Friedman,
    alergólogo, es también rabino ortodoxo. El Dr.
    Trivelli es Inspector de la Asociación Americana de
    Bancos de
    Sangre.

    La revolución
    sexual, ampliamente difundida, como suele suceder con muchas
    cuestiones, ha implicado a estratos inesperados de sociedad:
    jóvenes descuidados han llegado a ser sexualmente activos a edades
    más y más jóvenes, con una cohorte de
    promiscuidad, enfermedades de transmisión sexual,
    embarazos ectópicos y aumento exponencial del
    número de embarazos y niños nacidos fuera del
    matrimonio,
    que crecen en un ambiente lleno
    de carencias psicoafectivas. A esto tenemos que agregar el riesgo
    de que el VIH/SIDA puede llegar a ser muy prevalente en este
    grupo, a pesar
    de la decisión política de que el
    SIDA no es una enfermedad de transmisión
    sexual.

    Los preservativos, virtualmente aparcados como
    contraceptivos eficaces, debido a su alta frecuencia de fracaso,
    reducción del placer y empleo
    antipático, han sido resucitados y escogidos como medio
    para "un sexo más seguro", para
    proteger a nuestros jóvenes de esta
    epidemia.

    Hay fallos de bulto en este enfoque que, con un
    poco de honestidad y
    buena voluntad, no pretende ser "la solución 100%,
    sólo lo mejor que podemos ofrecerles a quienes
    llegarán a ser sexualmente activos". No
    solamente no es ninguna solución, sino que puede
    significar multiplicar el problema. El Dr. Noble, un especialista
    en enfermedades infecciosas, lo expone esta manera: "Entregar
    preservativos a los adolescentes es como entregarles pistolas de
    agua para una
    alarma general de incendio".(1)

    Fallo mecánico del
    preservativo

    A) Es bien conocido que los preservativos se
    rompen y se resbalan, incluso en las mejores manos, por
    así decir. Hay dos estudios controlados recientes de
    Trussel et al. que informan de frecuencias de rotura y de
    deslizamiento del 14,6%. En el primer estudio, los autores
    resumen: "Un estudio prospectivo empleando dos marcas de
    preservativos encontró que, de 405 preservativos
    empleados para las relaciones sexuales, el 7,9% o se
    rompió durante las relaciones o al retirarse, o se
    resbaló durante las relaciones; ninguno de estos hechos
    está relacionado con el tipo de preservativo. El 7,2% se
    resbaló al retirarse; no se encontró
    relación entre el deslizamiento del preservativo y su
    marca o el uso
    anterior de preservativos, pero era significativamente
    más alto cuando se usó algún lubrificante
    adicional".(2) En el segundo estudio, un comentario en la
    revista
    Family Planning Perspectives(b), se lee: "Los investigadores
    observan que la alta frecuencia con que los preservativos se
    resbalan y se caen al retirarse -17% de los preservativos que
    no se habían roto o caído durante las
    relaciones-indica un alto nivel de uso inadecuado. Indican que
    un mejor empleo puede
    ser difícil de conseguir, pues todas las mujeres que
    participaron habían recibido instrucciones escritas y
    verbales sobre su empleo
    adecuado".(3)

    B) Control de
    Calidad de la FDA©. En la primavera de 1987, la FDA
    empezó a usar una prueba de pérdida de agua, en la
    que "el preservativo se llena con 300 ml de agua y se
    verifica si pierde" … "Se acepta que tienen un nivel de
    calidad
    aceptable cuando, en cualquier lote dado, la tasa de fallo por
    permeabilidad al agua no
    excede 4 preservativos por 1000. Los lotes que exceden este
    criterio específico de rechazo son retirados o excluidos
    de la venta. Entre
    los lotes de preservativos que tenían un nivel de
    calidad
    aceptable, la tasa de fallos observada estaba en el 2,3/1000".
    En el estudio de febrero del 88 había una tasa de fallo
    global de todos los lotes del 12%, y hubo 16 rechazos de
    preservativos defectuosos.(4) Rechazos relativamente recientes
    incluyen las marcas "Ramses
    Extra Strength" (marzo de 1991) debido a "cantidad inaceptable
    de orificios y fisuras del anillo"(5), "Saxon Wet Lubricated"
    (mayo de 1991) por no pasar el control de
    calidad de la FDA(6), y otro rechazo numeroso fue citado
    por The New York Times en noviembre de 1991.

    La prueba de la permeabilidad ha mostrado que el
    látex no es impermeable a las partículas del
    virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).(7) Los guantes
    quirúrgicos de látex, necesarios para el control
    de la infección, a menudo son permeables: no es raro
    encontrarse sangre en
    manos, y la solución práctica es llevar dos pares
    de guantes. Esta técnica no parece práctica ni
    aceptable con los preservativos.

    C) Sexo anal. A pesar de nuestra
    preocupación por el asunto, no tenemos noticia de que
    existan preservativos para el sexo anal ampliamente
    disponibles. Es posible que los fabricantes estén
    renuentes a anunciar tales productos.
    "A causa del mayor roce durante la relación anal, los
    preservativos deben ser más fuertes de lo normal" afirma
    un estudio sobre seguridad y
    aceptabilidad de los preservativos por hombres homosexuales.
    Cuanto más seguro
    (más grueso) es el preservativo, menor es su
    aceptación.(8) Y la tasa de fallos en el sexo anal es
    mucho más alta que en el sexo vaginal ya que, por
    razones anatómicas y fisiológicas, el recto y la
    vagina no son homólogos. Dadas las cifras proporcionadas
    por la Sección de SIDA del Departamento de Salud de la
    Ciudad de Nueva York, por el tipo y modo de transmisión,
    el sexo anal es particularmente peligroso entre las personas
    jóvenes: antes de los 30 años, implica contagio a
    una edad temprana. En diciembre de 1992, en Nueva York
    había 4587 casos de SIDA en hombres. Se había
    determinado el modo probable de transmisión en 4352
    casos. De éstos, 2687 mantenían relaciones
    sexuales con hombres pertenecientes a grupos de
    riesgo, 261 habían usado drogas por
    vía intravenosa y tenían relaciones sexuales con
    hombres, y 2 habían mantenido relaciones sexuales con
    mujeres pertenecientes a grupos de
    riesgo. El problema es bastante diferente en las mujeres: El
    número del total de casos con menos de 29 años
    era de 1454, de los que 1298 tenían buena
    información y, de éstos, 511, casi el 40%,
    habían tenido relaciones sexuales con hombres
    pertenecientes a grupos de
    riesgo.(9) Es importante fijarse en estas cifras, porque parece
    que el aumento registrado del "SIDA del heterosexual" es,
    básicamente, un problema de la mujer. Las cifras no son
    tan extremas en los datos recogidos
    por el CDC(d), pero hay una diferencia clara y enorme entre el
    riesgo que representan las relaciones heterosexuales para las
    mujeres y para los hombres.Fracaso atribuible al usuarioSe ha
    informado de que el fallo de los preservativos empleados como
    contraceptivos por la población adolescente puede ser hasta del
    50%.(10) Aunque es cierto que un porcentaje muy alto de estos
    fallos es debido a no haberlos usado, tenemos que reconocer que
    hay numerosas publicaciones científicas que afirman que
    la educación sexual/VIH ha fracasado
    sistemáticamente en su intento de producir cambios
    significativos en la conducta de
    los adolescentes, sobre todo por lo que se refiere a un
    comportamiento que reduzca el riesgo de
    contagio.(11-16)

    Los datos están bien resumidos por A. R.
    Shiffman, que afirma lo siguiente: "El
    conocimiento acerca de SIDA o de la infección por
    VIH y su prevención no se asoció con
    ningún cambio en
    las conductas de riesgo, ni tampoco lo estuvo con el
    número de fuentes de
    información acerca de la epidemia, ni con el
    conocimiento directo de pacientes infectados, ni con la
    estimación del riesgo personal, ni
    con el consejo de someterse a una prueba de VIH. De hecho, los
    jóvenes cuyas conductas del riesgo aumentaron más
    fueron los tuvieron más probabilidades de conocer a
    alguien que había muerto de SIDA y que estimaron su
    propio riesgo como alto. La mayoría de los
    jóvenes dijeron que no usaban preservativos
    regularmente, que no les gustaban, y que tenían poca
    confianza en su capacidad protectora".(17)

    Un obstáculo serio para que los
    adolescentes usen preservativos reside en que, frecuentemente,
    sus relaciones sexuales tienen lugar a raíz de un
    impulso repentino. Una encuesta muy
    conocida de Harris, comisionado por Planned Parenthood(e) en
    1986, registró que el 83% de los jóvenes entre 14
    y 15 años declaró que su primera experiencia
    sexual fue inesperada.(18) El Dr. D. Kirby escribió en
    Family Planning Perspectives que, en estudios controlados
    realizados en dispensarios de escuelas, no se había
    obtenido ningún impacto en su uso como contraceptivos.
    Halló que las dos razones más comunes dadas por
    las jóvenes era que "no esperaba tener relaciones
    sexuales" y que "simplemente no pensaba que pudiera quedarme
    embarazada". La mayor parte de las razones, continúa
    diciendo, "no estaba relacionada con el acceso a los
    contraceptivos".(19) Un estudio más reciente, en la
    misma publicación, no encontró ninguna
    disminución de la tasa de nacimientos entre quienes
    acudían al dispensario.(20)

    Varios autores que han estudiado factores
    psicosociales y predictivos de uso del preservativo entre
    estudiantes encontraron que el uso inadecuado del preservativo
    era muy prevalente, y estaba asociado con conductas de alto
    riesgo (promiscuidad, drogas) que,
    a su vez, estaban asociadas con circunstancias vitales
    adversas: poca ayuda de los padres, abuso de medicamentos,
    problemas académicos.

    Por ejemplo, Anderson encontró que el
    empleo
    inadecuado o el no empleo de
    preservativos afectaba al 65,6% de los niños a quienes
    se había hablado acerca del SIDA y al 66,6% de aquellos
    a los que nunca se les había hablado. El empleo del
    preservativo "siempre" era del 34,4% y 33,4% respectivamente.
    También halló que la enseñanza sobre el
    VIH/SIDA no se asocia a un comportamiento sexual menos
    peligroso.(2l)

    Weisman ha registrado que la frecuencia media de
    uso correcto del preservativo en adolescentes era del 16%, algo
    más alta para "relaciones monógamas" y baja para
    casos de relaciones no estables.(22) H. Walter halló, en
    un estudio en la ciudad de Nueva York y en las escuelas del
    condado de Rockland, que, del 36% de los alumnos de 10º
    grado que eran sexualmente activos,
    25,2% usaban los preservativos incorrectamente, y este mal uso
    estaba asociado con promiscuidad y drogadicción.(23) Y DiClemente
    halló que el número de compañeros sexuales
    durante la vida era inversamente proporcional a la frecuencia
    de uso del preservativo.(24)

    D. Orr encontró que sólo el 22% de
    las muchachas que participaron en su estudio había usado
    preservativo durante la última vez que tuvieron
    relaciones sexuales. 55 de las del grupo
    "siempre" no lo había usado la última vez. De
    éstas, el 23% ya había estado
    embarazada y el 19% tenía a la vez una ETS(f)
    (Chlamydia).(25) Y, según la Revista de
    Morbilidad y Mortalidad de enero del 92, menos del 50% de los
    estudiantes usaron un preservativo durante sus últimas
    relaciones sexuales.(26) Un informe
    previo de D. Orr sobre "Actividad sexual prematura como
    indicador de riesgo psicosocial" afirma que sus datos "apoyan
    la idea de que la actividad s

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