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Energía Atómica




Enviado por latiniando





    Integrantes :

    Leonardo Moreno

    Gustavo Molini

    Pablo Agüero

    Luciano Lopez

    Horacio Schlapffer

    Introducción

    La radiación está presente desde
    el origen del Universo, hace
    aproximadamente 20000 millones de años, ya que intervino
    en la gran explosión: Big Bang. Es así que la
    radiactividad existía en nuestro planeta mucho antes que
    la aparición de la vida sobre el mismo, todo organismo
    vivo contiene vestigios de sustancias radioactivas. Pero hace
    menos de un siglo que la humanidad descubrió este
    fenómeno gracias a científicos como Henri
    Becquerel, Wilhelm Röentgen y Marie y Pierre Curie entre
    otros.

    En 1945 se puede decir que comenzó
    trágicamente la "Era Nuclear" con la caída de las
    primeras bombas
    atómicas en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. A partir
    de allí la certeza de que las bombas nucleares
    podrían acabar con nuestra civilización afecta a
    las decisiones políticas
    y la actitud hacia
    la guerra. Pero
    afortunadamente el hombre ha
    logrado el uso pacífico de esta energía como por
    ejemplo en la Medicina.

    ¿Qué es la energía
    nuclear?

    Es aquella que se libera como resultado de cualquier
    reacción nuclear. Puede obtenerse bien por fisión o
    por fusión. En
    las reacciones nucleares se libera mayor cantidad de
    energía que en las producidas en explosiones
    convencionales.

    ¿Qué es un átomo?

    Es la menor parte de un cuerpo del que constituye su
    base. Está formado por un núcleo de neutrones y
    protones alrededor del cual giran los electrones como si se
    tratara de un sistema
    solar.

    ¿Qué son los
    radioisótopos?

    También reciben el nombre de isótopos
    radiactivos. Estos pueden ser naturales o artificiales. Se
    emplean con objetivos tan
    diversos como mejorar los cultivos de plantas
    alimenticias, para la conservación de alimentos, en la
    esterilización de productos
    médicos, análisis de hormonas y
    para estudiar la contaminación
    ambiental entre otros.

    ¿Qué es el
    uranio?

    Es uno de los combustibles nucleares más
    importantes. Contiene núcleos fisionables y puede
    emplearse en un reactor nuclear para que en él se
    desarrolle una reacción nuclear de fisión en
    cadena.

    ¿Qué es la
    radioactividad?

    Es la desintegración espontánea de
    núcleos de átomos inestables con proyección
    de rayos radiactivos, partículas o cargas
    eléctricas dotadas de gran velocidad y
    acompañada de emisión de radiación
    electromagnética penetrante.

    ¿Qué es la Fisión
    Nuclear ?

    La fisión nuclear es una reacción en la
    que una emisión de neutrones y radiaciones, es
    acompañada por la liberación de una gran cantidad
    de energía.

    Ilustración 1
    Diferencia entre Fusión y
    Fisión

    ¿Qué es la Fusión
    Nuclear ?

    Esta es una reacción
    entre núcleos de átomos ligeros que conduce a la
    formación de un núcleo más pesado,
    acompañada de liberación de partículas
    elementales y de energía.

    ¿Qué es una Reacción
    Nuclear en Cadena ?

    Esto es una sucesión de
    fisiones en la que los neutrones liberados en cada
    reacción producen nuevas fisiones.

    La Energía
    Nuclear como opción para revertir el Efecto
    Invernadero

    Las centrales nucleares no polucionan al ambiente con
    dióxido de carbono. Por
    esa razón, son propuestas como alternativa para
    contrarrestar al efecto
    invernadero. El dióxido de carbono,
    generado al quemar combustibles fósiles (petróleo,
    gas,
    carbón), tiene la propiedad de
    absorber la luz; por eso,
    cuando aumenta su concentración en la atmósfera
    también se incrementa la temperatura
    promedio en la Tierra, al
    generarse un fenómeno análogo al provocado por las
    paredes de un invernáculo. El efecto invernadero siempre
    existió en nuestro planeta; pero, al aumentarse
    artificialmente y en forma abrupta la concentración de
    dióxido de carbono, se
    está alterando el balance hasta ahora natural entre la
    energía que nos llega desde el Sol (siempre
    la misma) y la vuelta a emitir hacia el espacio (ahora menos),
    produciendo como consecuencia un recalentamiento que
    determinará un ascenso del nivel del mar y desequilibrios
    climáticos impredecibles.

    ¿Cuántas plantas de
    generación atómica hay en el mundo?
    ¿Cuántas hay en nuestro País?
    ¿Qué pasa con la salud de los trabajadores de
    esas plantas?

    De acuerdo con información divulgada por la OIEA (Organización Internacional de
    Energía Atómica), actualmente funcionan en el mundo
    443 centrales nucleoeléctricas.

    Argentina tiene dos centrales en funcionamiento (Atucha
    I y Embalse) y una en construcción (Atucha II).

    Atucha I está en la provincia de Buenos Aires,
    tiene una potencia de 350
    MW y aporta una generación anual de 3000 GW. La Central
    Nuclear de Embalse, en Córdoba, es más poderosas:
    650 MW y 4500 GW, respectivamente. Atucha II, en construcción junto a Atucha I,
    tendrá una potencia de 750
    MW. Las dos que están en funcionamiento entregan su
    energía al Sistema
    Interconectado Nacional. Es una red eléctrica que
    abarca gran parte del país, desde Neuquén hasta
    Salta, pero no a la Patagonia. La
    generación eléctrica de origen nuclear es
    aproximadamente el 13 % del total del Sistema
    Interconectado Nacional.

    Ilustración 1
    Vista Aérea de la Central Atucha
    I

    En todas partes, quienes operan instalaciones de este
    tipo están sometidos a rigurosos y sistemáticos
    controles médicos, lo que determina que en la
    práctica su expectativa de vida es muy superior a la de la
    población vecina.

    ¿Cuándo comenzaron a realizarse
    experiencias nucleares en la Argentina?

    A fines de 1949 comenzaron a construirse instalaciones
    para investigación en la isla Huemul, del Lago
    Nahuel Huapi, bajo la dirección del científico
    alemán Ronald Richter -que había entusiasmado al
    entonces presidente Juan Domingo Perón con
    la posibilidad de reproducir reacciones nucleares controladas en
    nuestro país. Por influencia de Richter, Perón
    llegó a cometer un grave error histórico, el 24 de
    marzo de 1951, cuando señaló en un breve discurso "al
    mundo" que la Argentina
    había obtenido la "liberación controlada de la
    energía atómica". Al poco tiempo, una
    comisión investigadora determinó la falsedad de los
    pretendidos logros del científico, quien fue separado de
    su cargo en noviembre de ese año. Por entonces, el
    gobierno
    nacional tenía entre sus objetivos
    convertir a la Argentina en un
    país de avanzada en materia
    nuclear, exclusividad de los Estados Unidos y
    la desaparecida Unión Soviética. Aquella costosa
    aventura nuclear dejó como saldo la creación, el 31
    de mayo de 1950, de la Comisión Nacional de Energía
    Atómica (CNEA), para dar marco administrativo a las
    actividades de la isla Huemul; con el tiempo,
    constituyó el grupo de
    trabajo más exitoso de la historia científica
    nacional.

    ¿Cuál es el marco jurídico
    en que se desarrolla la energía
    nuclear en la Argentina?

    Por ahora, la actividad nuclear en la Argentina
    está regida por el Decreto-Ley 22498/56,
    ratificado por Ley 14467/56,
    más el Decreto 1540, de agosto de 1994, que dividió
    la Comisión Nacional de Energía Atómica en
    tres. La CNEA quedó a cargo de la investigación y el desarrollo de
    nuevas tecnologías, el ENREN (Ente Regulador Nuclear)
    asumió el control de las
    seguridad de
    todas las actividades nucleares y Nucleoeléctrica
    Argentina, a ser transferida a la actividad privada, se encarga
    del funcionamiento de las centrales. Mientras tanto, el Congreso
    está tratando una nueva Ley Nuclear, para
    darle un marco jurídico completo al proceso de
    privatización en marcha. Por otra parte, para cubrir el
    vacío legislativo que se creó a partir de la
    exclusión de los residuos radiactivos de la Ley 24051, de
    Residuos Peligrosos, la diputada Mabel Müller
    presentó un proyecto de
    ley que regula
    su gestión
    en todo el país, incluyendo el problema de los
    subproductos de la medicina nuclear,
    que también está recorriendo su camino
    parlamentario.

    ¿Qué se está haciendo con
    el plutonio producido en las centrales nucleares
    argentinas?

    El plutonio forma parte de los elementos combustibles
    gastados en las centrales nucleares (Atucha I y Embalse).
    Están siendo guardados en piletas, bajo el agua, junto
    a sus respectivos reactores. Permanecerán en ese lugar
    seguro durante
    las próximas décadas, hasta que se resuelva
    cuál de las tecnologías disponibles es la
    más conveniente para reprocesarlos, y así volverlos
    a utilizar, o para depositarlos en un lugar definitivo
    (repositorio).

    La producción de concentrados de uranio en el
    país en 1994, 1995 y 1996 fue la siguiente (expresado en
    toneladas de uranio):

    199419951996
    CNEA46,839,418,9
    Privados24,618,5No

     

    En la actualidad, el único yacimiento que
    está en condiciones de explotación de Uranio es el
    de Sierra Pintada, ubicado al sur de la Provincia de Mendoza, a
    unos 40 Km. al oeste de la ciudad de San Rafael. Ese distrito
    uranífero fue descubierto por la Comisión Nacional
    de Energía Atómica, en 1968, mediante
    prospección aérea. Las rocas que
    contienen al mineral son de origen volcánico y de edad
    pérmica (270 millones de años). El yacimiento fue
    explorado y ubicadas sus reservas por perforaciones. La
    explotación comenzó en 1976 y se realiza por el
    método de
    cielo abierto (canteras). El mineral se procesa en una planta de
    concentración que posee la CNEA en el mismo lugar, con una
    capacidad nominal de 120 toneladas anuales. Desde el año
    pasado, por razones de mercado, la
    producción minera está suspendida y
    la planta de concentración trabaja con mineral
    extraído con anterioridad y a un ritmo mínimo.
    Hasta la fecha, el yacimiento ha producido unas 2.000 toneladas
    de concentrado de uranio.

    ¿Podría repetirse en Atucha la
    historia de
    Chernobyl?

    En Chernobyl, cuando advirtió el peligro, el
    operador no pudo detener la excursión de potencia en
    marcha. El reactor RBMK siniestrado tenían 28 barras de
    seguridad, de las
    222 de control; tardaban
    20 segundos en ser insertadas y 10 segundos en hacer sentir su
    efecto. En las centrales argentinas ese número es similar,
    28 para el CANDU 600 (Cadmio) y 29 para Atucha I (Hafnio); pero,
    tardan en insertarse 2 segundos y su efecto se hace sentir al
    segundo.

    Por otro lado, tanto en Embalse como en Atucha existe el
    sistema de
    inyección de venenos solubles para la parada de emergencia
    (Gadolinio en el CANDU y Boro en Atucha).

    En aquel RBMK el sistema de
    seguridad era el
    mismo sistema de
    regulación, con 5 niveles de seguridad.

    En Atucha I se tiene el sistema de regulación, el
    sistema de parada de barras y el sistema de inyección de
    Boro. Los tres son independientes, con su lógica
    y sus detectores asociados.

    En Embalse se opera con un sistemas de
    regulación, otro asociado para bajar la potencia al 20 %
    (4 barras), el de parada 1 (28 barras) y el de parada 2
    (inyección de Gadolinio). Los cuatro son también
    independientes entre sí, pudiendo cada uno detener al
    reactor en caso de funcionamiento anormal.

    Tanto en Atucha como para Embalse, la probabilidad de
    falla simultánea de todos los sistemas es de
    uno en millones.

    Por otro lado, el moderador de los RBMK es Grafito,
    mientras que nuestras centrales utilizan Agua Pesada.
    Aquí no puede ocurrir la reacción explosiva que se
    dió en Chernobyl, del grafito con el aire y el agua.
    Sí, en cambio, se
    podría dar una liberación de hidrógeno en el
    improbable caso de que los sistemas de
    seguridad
    fallaran. Pero, sería improbable la formación de
    hidrógeno en cantidad suficiente como para estallar,
    debido, principalmente, al gran volumen que
    poseen nuestras centrales para su expansión (Embalse 50000
    m3, contra 100 m3 del Chernobyl), lo que baja
    automáticamente su presión. Aparte, la atmósfera tiene
    condiciones reductoras, para prever un caso de esta naturaleza.

    Finalmente, el RBMK 1000 de Chernobyl poseía una
    contención parcial, en la parte inferior, que
    incluía una pileta para condensación en el caso de
    eventual pérdida de vapor. En Atucha todas las
    instalaciones críticas están dentro de dos
    edificios concéntricos, poderoso sistema de
    contención, una esfera de acero y una de
    hormigón.

    El RBMK 1000 hubiese requerido un edificio de
    contención mas robusto que los de Atucha I y Embalse.

    Seguridad
    Nuclear

    La seguridad nuclear se basa en evitar que se produzcan
    escapes incontrolados de sustancias radiactivas, lo cual es
    necesario para proteger a los operadores de la central y al
    público en general. Por esta razón las pastillas de
    uranio (primera barrera), de una cerámica especial
    altamente resistente, que es donde se produce la fisión
    nuclear, se introducen en vainas herméticas (segunda
    barrera). Estas vainas, conformando un Elemento Combustible, se
    introducen dentro de una vasija, que junto al circuito
    primario-moderador forman la tercera barrera; la vasija va dentro
    de un gran muro de hormigón armado, que constituye el
    blindaje biológico y permite que trabajen los operadores
    sin peligro alguno (cuarta barrera).

    La vasija y el blindaje biológico van dentro de
    una esfera de acero que los
    envuelve (quinta barrera). Esta a su vez, es rodeada de un
    edificio de hormigón armado con paredes de más de
    medio metro de espesor, que constituye un nuevo blindaje
    biológico (sexta barrera, y es una defensa física capaz de
    soportar los mayores impactos del exterior).

    Tan importante como tener una buena selección del
    sitio, un diseño
    óptimo y una construcción perfecta, es que, la
    operación de la instalación sea segura, lo cual se
    logra con personal
    altamente calificado.

    Uno de los rasgos distintivos de las plantas nucleares
    en cuanto a la seguridad, está dado por la "redundancia de
    equipos". Lo que indica que para cumplir una determinada
    función de seguridad, si son necesarios 2 equipos, las
    centrales cuentan con 3 ó 4 de ellos dependiendo de la
    función que deban cumplir.

    Además están diseñadas con
    "criterios de diversidad". Esto se refiere a tener distintos
    tipos de medición de una misma señal o distintos
    fabricantes, para evitar fallas de modo común, es decir
    que involucren a más de un componente a la vez. Por
    último también tratando de evitar este tipo de
    fallas (ej: incendios),
    que impliquen la pérdida de equipos que cumplen una misma
    función, se encuentren físicamente separados unos
    de otros.

    ¿Qué sucedió exactamente
    en Chernobyl? ¿Por qué ocurrió?
    ¿Qué impacto ecológico
    causó?

    El accidente ocurrido en la madrugada del 26 de abril de
    1986 consistió, básicamente, en una
    conjunción de fallas humanas y de diseño
    de la planta. Se originó en una serie de pruebas que,
    con el fin de mejorar la seguridad, se iniciaron en el reactor.
    La idea era verificar que la inercia de una turbina era
    suficiente, si se producía una interrupción abrupta
    de la alimentación eléctrica, para que los
    generadores mantuvieran en funcionamiento al sistema de refrigeración hasta que arrancasen los
    generadores diesel de emergencia.

    En los reactores "occidentales" esta eventualidad
    está prevista en el diseño
    del reactor, admitiéndose una demora de hasta 30 segundos
    de los diesel que deben cubrir la falla. Por aquí, este
    tipo de pruebas
    está prohibido o se encuentra estrictamente
    reglamentado.

    En la unidad 4 de la Central de Chernobyl, se
    intentó ese experimento después de haberlo
    realizado, con éxito, en la unidad número 3. Para
    llevarlo a cabo, era necesario llevar el reactor a un 30 % de su
    potencia de
    funcionamiento (3200 MW térmicos).

    El 25 de abril, a la 01:00 se comenzó a bajar
    potencia y a las 13:00 hs el reactor ya estaba funcionando a un
    50 % de potencia, cuando se desconectó una de las dos
    turbinas. En ese punto, las autoridades del sistema pidieron que
    se lo mantuviera por necesidades de la red eléctrica. La
    central quedó esperando la autorización para
    iniciar la experiencia, cosa que ocurrió a las
    23:00.

    A las 23:10 se bajó la potencia del reactor. Por
    un error de operación (PRIMER ERROR) la potencia se
    bajó a un 1 %, provocando la condensación del vapor
    presente en el núcleo. Como el agua
    absorbe más neutrones que el vapor, esto introdujo
    reactividad negativa.

    Si la "reactividad" es cero la reacción en el
    núcleo se autosostiene y la población neutrónica se mantiene
    constante; entonces, se dice que el reactor está
    crítico. Si es positiva la población neutrónica crece y, por lo
    tanto, la potencia del núcleo aumenta. Si es negativa la
    población neutrónica disminuye y el
    reactor tiende a apagarse. Adicionalmente – al bajar la potencia
    del reactor – la concentración de Xe131 subió,
    introduciendo un fuerte aporte negativo adicional de reactividad.
    Es un "producto de
    fisión" que actúa como gran absorbente de
    neutrones. Esta situación produjo preocupación en
    los operadores, ya que el reactor se apagaba inexorablemente.
    Entonces, decidieron extraer todas las barras de control del
    núcleo, algo que no estaba permitido por los manuales de
    operación (SEGUNDO ERROR). Fue posible porque el diseño
    no contemplaba el enclavamiento del mecanismo.

    Con el reactor operando prácticamente sin barras,
    se alcanzó un 7 % de potencia, en un estado de alta
    inestabilidad. (Las barras de control absorben
    los neutrones excedentes, manteniendo al reactor estable o
    crítico. Su remoción introduce reactividad
    positiva).

    El reactor poseía un sistema automático de
    control de caudal
    por los canales. Al trabajar a tan baja potencia, el sistema
    hubiese tendido a la parada. Para evitarlo, los operadores
    desconectaron el sistema de parada por caudal e iniciaron el
    control manual del mismo
    (TERCER ERROR). Nuevamente, la falta de enclavamientos
    permitió esta maniobra.

    En ese momento, todo el refrigerante estaba condensado
    en el núcleo. A las 1:23:04 del 26 de abril de 1986, se
    decidió desconectar la turbina de la línea de
    vapor, para iniciar la prueba. Para poder hacerlo,
    los operadores tuvieron que hacer lo propio con otros sistemas de
    emergencia (CUARTO ERROR).

    Al desconectar la turbina, las bombas comenzaron
    a alimentarse por la tensión provista por el generador
    durante su frenado inercial. La tensión fue menor y las
    bombas trabajaron
    a menor velocidad.
    Entonces, se formaron burbujas de vapor en el núcleo,
    insertando una altísima reactividad y, por lo tanto, un
    brusco incremento de potencia.

    A la 1:23:40 el operador quiso introducir las barras de
    corte. Pero, ya era tarde! Para ese entonces, el reactor ya
    estaba a varias veces su potencia nominal.

    La presión en los tubos subió
    rápidamente, provocando su ruptura. Estallaron!!!,
    levantando el blindaje de la parte superior del
    núcleo.

    Algunos fragmentos de combustible y grafito en llamas
    fueron lanzados hacia afuera, cayendo sobre el techo de turbinas
    adyacentes, causando una treintena de incendios.
    Para las 5:00, los bomberos habían apagado a la
    mayoría de ellos, con un terrible costo en vidas
    por la sobreexposición.

    Luego de fracasar en su intento de inundar al
    núcleo, los soviéticos decidieron cubrirlo con
    materiales
    absorbentes de neutrones y rayos gamma (plomo, sustancias
    boradas, arena, arcilla, dolomita). Del 28 de abril al 2 de mayo,
    se dedicaron a hacerlo desde helicópteros. Cavaron un
    túnel por debajo de la central, para introducir un piso de
    hormigón y evitar la contaminación de las napas de agua
    subterránea. Así consiguieron que cesaran las
    grandes emisiones de material radiactivo.

    El reactor fue finalmente recubierto con un
    "sarcófago" de hormigón, que provee un blindaje
    suficiente como para trabajar en los alrededores. Para evacuar el
    calor
    residual, se instalaron ventiladores y filtros.

    La consecuencia inmediata del accidentes fue
    la muerte de
    31 personas, 2 por la explosión y 29 a causa de la
    radiación. Todas formaban parte del personal de la
    planta.

    Muchas hectáreas de campo quedaron inutilizadas
    por la deposición de material radiactivo. Teniendo en
    cuenta las dosis recibidas por los 135.000 habitantes de los
    alrededores, los modelos
    matemáticos predicen un incremento de menos del uno por
    ciento sobre la tasa normal de cáncer (20 %) en el
    área.

    ¿Durante cuánto tiempo pueden
    guardarse con seguridad los residuos nucleares, de Atucha I y
    Embalse, en piletas junto a los
    reactores?

    El almacenamiento de
    los elementos combustibles ya gastados bajo el agua, en
    piletas junto a los reactores de Atucha I y Embalse, está
    previsto por un tiempo
    mínimo de 50 años. En Embalse, por una
    cuestión de capacidad, también se están
    utilizando silos para almacenarlos en seco, luego de haber
    decaído su radioactividad durante más de 5
    años en las piletas; también en este caso, esos
    residuos de la generación nucleoeléctrica
    podrán quedar ahí durante 50 años.

    Tratamiento que reciben actualmente los
    residuos radioactivos.

    Los repositorios, o lugares de disposición final
    de los residuos, tienen por objetivo el
    aislamiento de los residuos de la biosfera y son
    sistemas
    diseñados utilizando el criterio de barreras
    múltiples; es decir, son barreras ingenieriles
    (hormigón, matrices
    vítreas, contenedores metálicos, etc.) y
    geológicas (formaciones rocosas adecuadas), independientes
    y redundantes de manera tal que la falla de una de ellas no
    comprometa la seguridad del sistema. Uno de los objetivos
    fundamentales de los repositorios es evitar el contacto de los
    residuos con el
    agua.

    Nuestro país tiene en operación un
    repositorio para residuos de baja actividad y, en estudio, uno
    para residuos de media actividad. En la década pasada se
    comenzó a estudiar el probable emplazamiento de un
    repositorio geológico para residuos de alta actividad.
    Después de un relevamiento en todo nuestro territorio, se
    decidió que Gastre (en Chubut), por sus características, podría ser uno de
    los lugares apropiados, hasta que en agosto de 1993 el proyecto fue
    oficialmente descartado por la CNEA.

    Los elementos combustibles quemados de una central
    nuclear, una vez descargados del reactor, son almacenados en
    piletas bajo agua para su
    decaimiento radiactivo y enfriamiento, puesto que tienen alta
    actividad. Luego de un cierto tiempo, pueden
    permanecer en esas piletas, como en Atucha I, o ser almacenados
    dentro de contenedores estancos de acero inoxidable
    en silos especiales de hormigón, como está
    sucediendo en Embalse. En ambos casos, se trata de
    almacenamientos transitorios, hasta que nuestro país
    decida su destino posterior. Es importante aclarar que las
    piletas y los silos mencionados están dentro de cada
    central nuclear, en zonas controladas bajo condiciones de total
    seguridad. Esta práctica es empleada en todos los
    países comprometidos con la actividad nuclear. Los
    elementos combustibles "quemados" podrán permanecer
    así hasta que la evolución de la tecnología y de los
    requerimientos energéticos determine cuál es el
    camino posterior más indicado; no debe olvidarse que
    representan un valioso recurso potencial por contener plutonio,
    que puede ser el combustible para una nueva generación de
    reactores.

    Los países que utilizan energía nuclear en
    beneficio de sus habitantes deben ser responsables de los
    subproductos y consecuencias que generan sus instalaciones. Por
    lo tanto, deben gestionar apropiadamente sus propios residuos, de
    modo tal que no signifiquen un riesgo para
    el hombre y su
    ambiente tanto
    para las generaciones presentes como para las futuras. Hasta el
    presente, ningún país ha exportado los residuos
    radiactivos generados en sus instalaciones nucleares a otros
    países.

    Francia e Inglaterra
    reprocesan comercialmente elementos combustibles quemados para
    países que no cuentan con las instalaciones necesarias;
    los residuos generados en este proceso los
    retornan, convenientemente acondicionados, al país de
    origen para su disposición final.

    De acuerdo a algunos cálculos, habría en
    la actualidad alrededor de 100.000 toneladas de residuos
    radiactivos que podría ser interesante enviar al sol para
    librarse de ellos. Es algo así como el peso de un gran
    transatlántico. Desde el punto de vista económico,
    es inimaginable esa solución con las actuales
    tecnologías espaciales. Todavía se habla de cientos
    de dólares para cada kilogramo de carga puesto en
    órbita.

    Además, nadie puede asegurar la confiabilidad
    absoluta de los lanzamientos con cargas peligrosas. En estos
    días, quedó nuevamente demostrado con el fracaso de
    la nave rusa Marte96; se intentó enviarla a ese planeta
    mediante un cohete Protón pero terminó en el
    Océano Pacífico, desparramando una pequeña
    cantidad de plutonio que llevaba para alimentar sus fuentes de
    energía.

    Por otra parte, por qué enviar los combustibles
    nucleares gastados al espacio cuando encierran elementos (por
    ejemplo plutonio) que, seguramente, serán imprescindibles
    para generar energía en el futuro??

    Hay tiempo para eso; podemos esperar cientos de
    años, hasta estar seguros de que ya
    no los necesitaremos. Dentro de varios siglos, seguramente
    será casi trivial enviar grandes cargas al sol y
    estarán disponibles otras formas de energía,
    quizás la fusión,
    para cubrir las necesidades.

    Mientras tanto, no tiremos elementos que pueden resultar
    valiosos. Guardémoslos con infinitos cuidados, como se
    está haciendo, desarrollemos tecnologías para
    garantizar ese adecuado manejo.

    El problema es garantizar que ciertos materiales
    críticos no lleguen a estar en poder de
    gobernantes fuera de control o de organizaciones
    terroristas, que puedan utilizarlos para fabricar bombas
    nucleares

    El almacenamiento en
    seco de los elementos combustibles gastados (denominados
    comúnmente quemados por asimilación a los
    combustibles fósiles después de su combustión) es una de las dos alternativas
    existentes para almacenarlos. La otra es la vía
    húmeda, que consiste en piletas con agua en
    circulación en las que se los sumergen, colocados en
    bastidores (perchas) o dentro de recipientes.

    En seco, los elementos combustibles gastados son
    almacenados sin necesidad de agua en
    circulación, para su refrigeración. En este caso, el medio es un
    gas inerte o
    aire, y la
    transferencia de calor ocurre
    por convección natural. Se trata de un medio pasivo de
    refrigeración, que no necesita
    prácticamente ningún mantenimiento.

    En Argentina – al igual que en otros países como
    Canadá, EEUU y Alemania – se
    construyeron instalaciones destinadas a este fin para cubrir
    necesidades propias de la Central Nuclear de Embalse.

    Elementos combustibles quemados hace tiempo, con
    más de 6 años de residencia en piletas junto al
    reactor, son depositados en cofres estancos y estos -a su vez-
    almacenados en cámaras (silos), de hormigón armado
    reforzado, todo dentro de los límites de la central
    nuclear.

    Las paredes de los silos, de 85 cm de espesor, absorben
    la radiación y el calor que
    emiten los elementos combustibles quemados en su decaimiento.

    EFECTO DE LAS
    RADIACIONES.

    Está demostrado que el hombre
    puede soportar 250 mSv (miliSievert, unidad usada para medir la
    radiactividad) producidos por las radiaciones sin percibir
    ningún efecto detectable, e incluso este valor puede
    alcanzar los 1.500 mSv, recuperándose en algunas semanas.
    Además no hay que olvidar que el hombre ha
    vivido normalmente en un ambiente
    radiactivo (2,4 mSv/año).

    A pesar de todo lo mencionado, y como un desafío
    más, se tiende a que las centrales nucleares en
    operación normal aporten un porcentaje mínimo de la
    radiactividad natural (0,05 mSv); con lo cual sus efectos
    serán inferiores a los de la propia naturaleza.

     

    CONTROL DE LAS
    RADIACIONES

    En operación normal, los productos
    radiactivos están confinados dentro de la pastilla de
    uranio. Para evitar su escape, se fabrica el combustible con la
    máxima calidad y se
    diseña la central de forma tal que el combustible no sufra
    daño durante la fabricación. Márgenes de
    seguridad adecuadas en el diseño
    del núcleo, y un sistema de protección
    automático, impiden las maniobras erróneas que
    puedan dañar al combustible.

    Sin embargo, a pesar de las precauciones anteriores, se
    presupone la hipótesis de que haya fugas en el
    combustible, que pudieran contaminar el agua de refrigeración que circula por la vasija;
    también se postula la hipótesis de fugas en la vasija y sus
    tuberías asociadas. Por esta razón, se instala un
    sistema para el tratamiento de las fugas de los equipos de la
    central, y se impide que estos efluentes traspasen de forma
    incontrolada la contención.

    Para asegurar que el público no sufra
    ningún daño los operadores de las centrales
    están obligados a medir la radiactividad del ambiente, y
    comprobar, mediante controles en el agua, aire, suelo y alimentos, que
    las personas que viven en los alrededores, puedan respirar, beber
    y comer los alimentos de la
    zona sin peligro alguno. Estos controles también son
    realizados en forma independiente por el Ente Regulador.

    ¿Puede explotar espontáneamente
    un repositorio?

    Un repositorio nuclear no puede explotar, a no ser que
    le pongan una bomba a propósito. No es posible una
    reacción de fisión en cadena, como dentro de los
    reactores, porque su coeficiente de reactividad es negativo.
    Incluso, si se apilaran compactados todos los elementos
    combustibles gastados también sería negativo; por
    eso son residuos: si todavía tuvieran reactividad
    serían combustibles. Por otra parte, no puede darse una
    explosión química, como las de
    la pólvora, porque no son químicamente inestables,
    ni siquiera a altas temperaturas.

    ¿Es posible apresurar la
    degradación de los materiales
    radiactivos y así disminuir su
    peligrosidad?

    Sí, es posible. Ese proceso se
    llama "quemado de actínidos". Se logra irradiando esos
    materiales
    peligrosos con protones o neutrones. Los núcleos
    radiactivos absorben las partículas y transmutan a
    isótopos de decaimiento más rápido,
    convirtiendo "residuos de alta" -miles de años- en
    "residuo de media" -cientos de años. Pero, la
    limitación es económica: con la tecnología actual, es
    muy caro porque consume mucha energía. Hay líneas
    de investigación en marcha para mejorar el
    proceso; por
    ejemplo, se trabaja con ciertas energías particulares
    -resonancias- donde se incrementa notablemente la probabilidad de
    que las partículas sean absorbidas.

    Ilustración 3
    Vista del Reactor de la CNEA RA3

    ¿Cómo serán las centrales
    de una NUEVA GENERACION, anunciadas para comienzos del
    próximo siglo?

    Se estima el costo de
    desactivación de una central nuclear en 200 a 300 millones
    de dólares si se respetan todas las normas de
    seguridad contempladas hoy por hoy. Esto equivale a una
    milésima de dólar por KWH generado durante la vida
    útil del equipo.

    Con las nuevas centrales (AP 600 de la Westinghouse, GE
    80 de la General Electric, EPR de EDF, Francia y KWU
    de la Siemens Alemana) se busca: abaratamiento de costos, simpleza
    de diseño, acortamiento de tiempos de construcción y la aplicación de una
    filosofía de seguridad denominada inherentemente segura;
    disminuirán el riesgo de
    accidentes, en
    especial los asociados a errores humanos, como los que provocaron
    los trágicos acontecimientos de Chernobyl en 1986.
    Particularmente en la Argentina, la generación
    nucleoeléctrica deberá competir con el gas, por ahora la
    fuente más barata para generar electricidad,
    pero las reservas de este combustible fósil no son
    infinitas.

    La Energía
    Nuclear Utilizada en la Medicina :

    La "Medicina
    Nuclear"

    Los isótopos radiactivos, en especial algunos
    obtenidos artificialmente mediante reacciones nucleares,
    representan un arma poderosísima para el médico e
    investigador en la actualidad.

    Son vitales para el diagnóstico precoz de las enfermedades y en algunos
    casos también con fines terapéuticos.

    A través de la medicina nuclear
    es posible analizar cualquier órgano, habiendo comenzado
    las investigaciones
    varias décadas atrás en trastornos de la tiroides y
    en sangre. Pero con
    los progresos de los equipos de detección perfeccionados
    por la ingeniería electrónica y los avances en materia de
    radiofarmacia y radioquímica, gradualmente se fue
    ampliando el espectro a prácticamente todas las
    especialidades clínicas y quirúrgicas.

    Junto a la técnica radiológica y al
    ultrasonido, esta especialidad es uno de los pilares en el
    diagnóstico por imágenes.
    Pero la diferencia sustancial entre la radiología y la
    medicina nuclear es que mientras en la primera la fuente de rayos
    se encuentra en un aparato fuera del organismo, en la segunda el
    paciente es quien recibe el material radiactivo y será
    él mismo el encargado de emitir la radiación que
    luego será captada por el detector .

    La medicina nuclear consiguió en los
    últimos diez años tal desarrollo que
    actualmente es capaz de brindar información diagnóstica de utilidad, sobre
    todo en relación con el funcionamiento de los
    órganos, al resto de las especialidades médicas.
    Gracias a ella se puede desde analizar la función cerebral
    de un paciente hasta estudiar el tránsito
    esofágico, la evacuación gástrica o la
    capacidad de filtrado del riñón.

    Si se administran determinadas dosis de yodo radiactivo
    a una persona, es
    posible determinar y localizar ciertos trastornos de la
    glándula tiroides. En el tratamiento de ciertos tipos de
    cáncer, los isótopos radiactivos son de gran
    utilidad. Se
    ha observado que algunos tejidos
    cancerosos absorben ciertos materiales
    radiactivos con más facilidad que los tejidos normales
    que lo rodean. De esta manera no sólo se comprueba si un
    tumor es maligno, sino además es posible combatirlo. El
    yodo radiactivo se utiliza con éxito en la
    localización de tumores cerebrales.

    El fósforo radiactivo se usa en el tratamiento de
    la leucemia. Ciertos isótopos radiactivos del sodio son
    muy útiles en el estudio de la circulación de la
    sangre. El oro
    radiactivo se utiliza en el tratamiento de ciertos tejidos
    cancerosos. El cobalto-60 y el cesio-137 se usan para destruir
    tejidos
    enfermos, a través de la teleterapia y la
    braquiterapia.

    Todos los isótopos radiactivos anteriormente
    nombrados no existen en la naturaleza y se
    fabrican normalmente, en los reactores nucleares de investigación.

    MEDICINA NUCLEAR EN CARDIOLOGIA Y
    ONCOLOGIA

    En cardiología el aporte de la energía
    nuclear ha permitido obtener información sobre el estado de
    la circulación coronaria (por ejemplo establecer si un
    paciente padeció de un infarto o tuvo isquemia) y en
    oncología permite detectar antes que con cualquier otro
    método
    convencional la presencia del cáncer.

    En este campo se está desarrollando una
    técnica que es la esperanza más grande en la lucha
    contra el cáncer.

    La misma se inició en las investigaciones
    del científico argentino César Milstein a quien le
    valieron el Premio Nobel.

    Se trata de los cuerpos monoclonales que se basan en el
    principio de reacción entre antígenos y
    anticuerpos.

    El tumor produce sustancias que a la vez que le son
    propias resultan ajenas para el resto del organismo. Esas
    sustancias son los antígenos que generan la
    formación de anticuerpos. La técnica consiste en
    agregarles a estos últimos una carga radiactiva e
    inyectarlos en el tejido tumoral. El efecto que producen es la
    destrucción completa de las células
    malignas sin dañar el resto del tejido, como sucede cuando
    se aplica la cobaltoterapia o la quimioterapia.

    En cuanto a la utilización de
    radioisótopos se está investigando la posibilidad
    de aplicarlos en el tratamiento de las metástasis que
    algunos tumores malignos producen en hueso, aunque su empleo
    sólo contribuya a mitigar el dolor al paciente.

    También con radioisótopos se hacen
    estudios in vitro sacando una muestra de
    sangre y de
    orina al paciente por medio de la técnica del
    radioinmunoanálisis que permite el dosaje muy exacto y
    aún de cantidades muy pequeñas de sustancias
    naturales del organismo, como las hormonas, que
    resultarían de otro modo indetectables. Esta
    práctica se emplea, por ejemplo, para medir la
    concentración en sangre de una
    droga
    anticonvulsionante con la que se trataba un paciente
    epiléptico y así ajustar la dosis exacta que
    precisa.

    La Dra. Elsa Cristina Raslawski, directora del Servicio de
    Radioterapia del Hospital de Pediatría Dr. Juan P.
    Garrahan nos da su opinión con respecto al
    tema :

    "La aplicación de terapias basadas en la
    energía atómica requiere de personal y
    equipos altamente especializados."

    ¿Cuáles son las aplicaciones de
    la energía
    nuclear en su especialidad?

    Se utiliza en servicios de
    radiodiagnóstico, radioterapia y medicina nuclear para
    diagnóstico y tratamiento de las enfermedades.

    ¿Con qué equipo
    trabajan?

    En radiodiagnóstico con un tomógrafo
    computado y en radioterapia con equipos convencionales de rayos
    para tratamientos superficiales de piel. Tenemos
    también bomba de cobalto que es un isótopo que se
    usa para el tratamiento de lesiones malignas profundas y
    acelerador lineal de electrones, para el mismo
    fin.

    ¿Cuáles son las
    ventajas?

    Las radiaciones se utilizan tanto para tratamiento como
    para diagnóstico y tienen la ventaja de que
    permiten analizar no sólo las formas de los órganos
    sino también su función.

    ¿Existen riesgos?
    ¿Cuáles son?

    Las que se utilizan son radiaciones ionizantes, que
    aún en poca cantidad si el tratamiento es prolongado son
    nocivas para todos. Pueden producir la aparición de
    tumores, en el caso de que esto suceda afecta solamente el lugar
    donde se recibió la radiación (si se aplicó
    en la mano el tumor puede aparecer allí). Se debe tener
    mucha precaución, también con las mujeres
    embarazadas, porque la aplicación de estas radiaciones en
    determinadas etapas del embarazo puede
    afectar al feto produciendo malformaciones.

    ¿Son peligrosas, entonces, las
    aplicaciones?

    Son peligrosas y para evitar todos esos riesgos
    sólo deben ser aplicadas por personal
    altamente capacitado.

    Los Ecologistas y La Energía
    Nuclear

    Greenpeace dice: "Un 5% de la energía mundial es
    nuclear", pero se olvida que representa casi el 20% de la
    energía "eléctrica" mundial. Los reactores son para
    producir electricidad, no
    para cocinar o calefaccionarse directamente; tampoco son para
    mover los autos. 500
    millones de habitantes utilizan electricidad
    nuclear.

    En la Argentina hay repositorios para todos los residuos
    de este tipo (nucleares) y todos los estándares
    internacionales son cumplidos. Los ecologistas suelen confundir
    los diferentes tipos de residuos radioactivos y trasladan esa
    duda a la gente, aprovechando los miedos que despiertan un tipo
    de residuos específico: los de alta actividad.

    En el año 1995, un comité especial de las
    Naciones Unidas
    evaluó las tecnologías de repositorios para este
    tipo de residuos y consideró aceptables algunas soluciones que
    los "antinucleares" rechazan. Evaluó también una
    solución que proponen los ecologistas de Greenpeace y la
    encontró peor que la propuesta por los
    científicos.

    La industria
    nuclear sabe perfectamente qué hacer con las centrales
    cuando se deban cerrar. Hay mucha experiencia científica y
    hasta hay empresas que se
    hacen cargo del trabajo, dejan al reactor en las condiciones que
    se le solicite, devuelven los residuos radiactivos empaquetados –
    cada uno según su tipo – y recuperan el sitio para
    cualquier uso posterior, ya que no queda contaminado.

    Tomemos el problemático tema de Chernobyl. Nadie
    puede defender las centrales de ese tipo, ya que sería
    como defender represas hidroeléctricas hechas de madera, frente
    a las represas de hormigón; pero, cuidado, no confundamos
    los riesgos de unas y
    otras.

    La mortalidad debida a Chernobyl se puede estimar, en
    base a los riesgos conocidos
    de la radiación. De acuerdo a todo lo visto, el
    número sería 100 veces menor que las cifras citadas
    por los ecologistas. Es tan grosero el error que no guarda
    relación con nada razonable. Por ejemplo, la
    radiación que recibió la gente por el accidente se
    puede comparar con la radiación a la que nos somete el
    medio ambiente
    en forma natural, porque la radiación "artificial" no es
    distinta – ni en tipo ni en calidad – a la
    radiación natural.

    La radiación que recibieron los pobladores de las
    regiones más contaminadas (270.000 personas) fue
    equivalente a 30 años de radiación natural, en los
    lugares menos contaminados (6.800.000) fue equivalente a 6
    años y para los evacuados (135.000) fue equivalente a 5
    años.

    ¿Cómo se pueden morir casi un
    millón de personas irradiadas, de un total de 7 millones,
    como dice Greenpeace, si en total recibieron una dosis
    equivalente a la radiación natural de 7 años? Si
    así fuera la mitad de la población estaría muerta a los 35
    años por culpa de la radiación natural.

    Ciertamente, no son aceptables las centrales nucleares
    que fallen como las de Chernobyl, ya que 5000 o 10000 muertos son
    inaceptables para una sociedad
    civilizada, aunque esas cifras sean 100 veces menores de lo que
    muchos piensan; pero, cuidado con mentir para atacar estas
    centrales, ya que el fin no justifica los medios.

    Es falso que puedan ocurrir accidentes
    como el de Chernobyl en viejas centrales
    occidentales
    . El riesgo de
    accidente depende del tipo de diseño y ninguna central
    occidental es equivalente a las de Chernobyl. No hay estudios
    comparativos de riesgos,
    según los diseños, que fundamenten lo que dice
    Greenpeace.

    Un reactor occidental no puede físicamente
    explotar como el de Chernobyl, ya que la energía que tiene
    almacenada no le permite aumentar la potencia como hacen esas
    centrales rusas. Las centrales de Chernobyl no tienen esfera
    metálica de contención o algo equivalente. Los
    operadores occidentales no pueden anular los sistemas de
    seguridad, como hicieron en Chernobyl en aquella trágica
    oportunidad, ya que no tienen comandos a tal
    efecto en la consola ni en ninguna otra parte de la central. Y
    estas no son las únicas diferencias.

    Pasemos ahora a otro tema clave: el efecto
    invernadero.
    El calentamiento del planeta se debe en un
    50 % a la generación de electricidad con
    recursos
    fósiles. Para reemplazar a las centrales fósiles,
    se deberían colocar 2000 reactores nucleares (los
    reactores de la generación del 90 son del doble de
    potencia de la media actual) que en 30 años
    implicarían 70 reactores al año.

    Hoy en día una central se construye en 4
    años y medio. Para enfrentar al efecto
    invernadero mediante las centrales nucleares, habría
    que tener en construcción 300 centrales si las
    necesidades se mantienen en los actuales valores. Hoy
    en día hay 70 centrales en construcción; por lo
    tanto, habría que multiplicar sólo por 5 el ritmo
    actual.

    No es casual que los expertos en energía
    consideren que la energía nuclear ha demostrado madurez
    como para reemplazar a las energías fósiles, cuando
    se busque este objetivo. Hoy
    en día se considera demostrado que un mayor uso de
    energía nuclear disminuye las emisiones de dióxido
    de carbono en
    forma real.

    Para Greenpeace decir que la energía nuclear ha
    demostrado su competitividad, para reducir el calentamiento de
    la Tierra, es
    parte de una conspiración científica internacional.
    Recuerda a los que dicen que el mundo fue creado en 7 días
    y sostienen que los arqueólogos, para fraguar la actual
    interpretación de la evolución del planeta, entierran huesos para luego
    ellos mismos encontrarlos.

    Conclusión :

    En este siglo el hombre ha
    descubierto una nueva fuente de energía: la
    nuclear.

    Todos los países se han esforzado en
    contribuir a su aplicación pacífica y, como
    consecuencia de este trabajo conjunto, se han desarrollado las
    centrales nucleares para la producción de energía
    eléctrica.

    Gracias a este esfuerzo de colaboración
    que se inició en los años cincuenta, la humanidad
    se ha encontrado con que dispone ahora de una nueva fuente de
    energía prácticamente ilimitada que le permite
    hacer frente a los problemas que
    están planteando los combustibles convencionales,
    reduciendo su utilización a los fines para los que
    resultan insustituibles y evitando su consumo en la
    producción de energía
    eléctrica.

    Durante este tiempo, se ha podido demostrar que
    las centrales nucleares producen energía eléctrica
    de una forma fiable, segura y
    económica.

    Las investigaciones
    para lograr la energía de fusión se
    vienen realizando en los países más avanzados del
    mundo, pero aún no se la puede considerar una
    solución inmediata para el problema
    energético.

    Con lo expuesto anteriormente, podemos decir
    que la producción de energía atómica
    ha "madurado" técnica, científicamente y en lo que
    se refiere a la seguridad para los operarios de estas centrales,
    para el resto de las personas y para el medio
    ambiente, lo suficiente como para que sea posible usarla en
    reemplazo de las energías generadas por la quema de
    combustibles fósiles. Esto seria una gran ayuda para
    nuestro planeta.

    También creemos que hemos despejado la
    mayoría de las dudas con respecto a los "temibles"
    residuos producidos por las centrales nucleares, aunque no dejan
    de ser un problema hasta que estemos técnicamente
    avanzados como para poder
    reaprovecharlos o librarnos definitivamente de ellos.

    Bibliografía :

    El material utilizado en la realización
    del trabajo fue extraído 100% de Internet, de fuentes
    confiables : La página de la Comisión Nacional
    de Energía Atómica, (www.cnea.edu.ar) ; La
    pagina de Nucleoélectrica Argentina S.A
    (www.datanet.com.ar/atucha) ; El Instituto Balseiro
    (www.cab.cnea.edu.ar), entre otras.

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