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Hiperpituitarismo




Enviado por paglayan



    Anatomía y fisiología normales, patología,
    generalidades
    .

    HIPÓFISIS

    Alteraciones patológicas del
    funcionamiento de la glándula
    pituitaria

    Anatomía :

    La glándula hipófisis o pituitaria,
    anida sobre la fosa hipofisiaria del hueso esfenoides, en la base
    del cráneo, localizada posterior e inferior a la fosa
    craneal posterior, queda separada de la fosa craneal media, esta
    hendidura recibe el nombre de silla turca, la porción
    anterior, el tubérculo de la silla turca, está
    flanqueada por proyecciones posteriores de las alas del
    esfenoides, la apófisis clinoides anterior. El dorso de la
    silla forma la pared posterior y sus esquinas superiores se
    proyectan hacia la apófisis clinoides posterior (fig.
    1). En el adulto normal, la glándula tiene un peso
    de 0,5 a 0,8 gramos y un tamaño de 10 a 15 mm de
    diámetro, está conformada por dos componentes
    funcionales estructuralmente separados: un lóbulo
    anterior, también llamado adenohipófisis,
    constituido por células
    epiteliales secretoras, conforma dos tercios del volumen de la
    glándula y un lóbulo posterior, conocido como
    neurohipófisis, que constituye la parte neurosecretora,
    entre los lóbulos anterior y posterior, existe un tercero
    que los separa denominado lóbulo intermedio vestigial.
    (fig. 2, 3), (1) (2).

    Sobre el techo de la fosa hipofisiaria, se
    encuentra el denominado diafragma de la silla turca, se trata de
    una lámina horizontal, circular y pequeña de
    duramadre, está formada por el pliegue dural que rodea a
    la hipófisis, alojada en la fosa, en el individuo normal,
    tiene la función de evitar que la membrana aracnoidea y
    por lo tanto el líquido céfalo raquídeo,
    entre a la silla turca. El diafragma selar posee una abertura
    central que da paso a las venas hipofisiarias y al tallo o
    infundíbulo hipofisiario que conecta al tálamo con
    la hipófisis. (fig. 4)

    Sistema portal hipotálamo
    hipofisiario:

    La hipófisis anterior es la
    glándula mas ricamente vascularizada de todos los tejidos de los
    mamíferos, tiene extensos senos capilares entre las
    células
    glandulares. Casi toda la sangre que entra
    en estos senos, pasa primero por un lecho capilar situado en el
    extremo inferior del hipotálamo, llegando a
    continuación, a través de pequeños vasos
    portales hipotálamo hipofisiarios, hacia los senos
    hipofisiarios anteriores. Una pequeña arteria, riega la
    parte inferior del hipotálamo, llamada eminencia media,
    conectada por debajo con el tallo de la hipófisis. Hay
    pequeños vasos sanguíneos que penetran hacia el
    interior de la eminencia media, volviendo posteriormente a su
    superficie y uniéndose entre sí para formar los
    vasos portales hipotálamo hipofisiarios, que a su vez
    descienden a lo largo del tallo de la hipófisis para
    llevar sangre hacia los
    senos hipofisiarios anteriores. La sangre arterial
    proviene de las carótidas. (fig. 1), (1)
    (2)

    Histofisiología :

    Entre el hipotálamo y la hipófisis,
    se conforma un eje que controla la función de varias
    glándulas endocrinas como la tiroides, las suprarrenales y
    las gónadas, y participa en varias actividades
    fisiológicas. Constituye actualmente un foco de
    atención y búsqueda en el entendimiento de la
    interacción cerebral y endocrina. Si se produce un
    daño o una interferencia en la glándula pituitaria
    que cause estados de hipo o hiperfunción, estos sin duda
    resultarán en cambios devastadores en la vida de una
    persona. Los
    lóbulos anterior y posterior son totalmente diferentes
    (figs. 2, 3). La neurohipófisis (posterior)
    está constituida por fibras nerviosas desmielinizadas,
    enmarañadas, que contienen gránulos secretores de
    hormonas
    hipofisiarias posteriores almacenadas, vasopresina y oxitocina.
    Estas hormonas son
    producidas en el hipotálamo y son transportadas a
    través de conexiones nerviosas hacia el lóbulo
    posterior.

    La adenohipófisis (anterior) es la
    principal porción secretora de la hipófisis,
    está compuesta por cinco tipos celulares funcionales
    principales que producen las seis hormonas
    trópicas principales que son las siguientes: Hormona del
    crecimiento – (GH), secretada por las células
    somatotropa, al MO se ven acidófilas; Prolactina –
    (Prl), segregada por las células
    mamotropas, al MO se ven también acidófilas;
    Propiomelanocortina, de la cual derivan la adrenocorticotrofina
    (ACTH), la hormona melanocito estimulante (MSH),
    endorfinas y lipotropinas, es secretada por las células
    corticotropas que al MO se ven basófilas; Hormona tiroideo
    estimulante (TSH), segregada por las células
    tirotropas, también basófilas; Hormona
    folículo estimulante (FSH) y Hormona luteinizante
    (LH), ambas secretadas por las células
    gonadotropas, que son basófilas al MO.

    Hay otro tipo celular, las células
    cromófobas que no reaccionan con anticuerpos frente a
    ninguna hormona conocida, se dividen en tres tipos: 1)
    células inactivas desde el punto de vista secretor, con
    escasos gránulos y con cantidades de hormona por debajo
    del umbral de manifestaciones clínicas e
    inmunohistoquímicas; 2) células nulas (no
    secretoras); 3) oncocitos que derivan de los dos tipos
    anteriores.

    La TSH (tiroideo estimulante), la FSH
    (folículo estimulante) y la LH (luteinizante), son
    glucoproteínas compuestas por una subunidad alfa,
    común a las tres, y diferentes subunidades beta que son
    específicas para cada hormona.

    El hipotálamo regula la actividad
    funcional de las células secretoras a través de la
    liberación de hormonas
    (factores) estimulantes e inhibidoras y por mecanismos de
    retroalimentación (feetback).

    Funciones hormonales:

    Hipófisis anterior:

    Hormona de crecimiento, (GH): induce el
    crecimiento de casi todas las células y tejidos del
    cuerpo.

    Adrenocorticotropina, (ACTH): hace que la corteza
    suprarrenal secrete hormonas
    corticosuprarrenales.

    Hormona tiroideo estimulante, (TSH): induce la
    secreción de tiroxina y triyodotironina por la
    glándula tiroides.

    Hormona folículo estimulante, (FSH): causa
    el crecimiento de los folículos ováricos antes de
    la ovulación y fomenta la formación de
    espermatozoides en el testículo.

    Hormona luteinizante, (LH): induce a la
    ovulación, estimula a los ovarios para que secreten
    hormonas sexuales femeninas y a los testículos
    para que secreten testosterona.

    Prolactina, (Prl): fomenta el desarrollo
    mamario y la secreción de leche.

    Hipófisis posterior:

    Debemos hablar del sistema
    hipotálamo neurohipófisis, ya que estas hormonas se
    secretan en los cuerpos de neuronas grandes de los núcleos
    supraópticos y de las partes lateral y superior de los
    núcleos paraventriculares del hipotálamo,
    posteriormente viajan por las prolongaciones axónicas
    hasta la neurohipófisis donde son almacenadas para su
    posterior liberación.

    Hormona atidiurética o vasopresina, (ADH):
    produce la retención de agua por los
    riñones con lo que se incrementa su contenido en el
    organismo, en grandes concentraciones, produce
    vasoconstricción y eleva la presión
    arterial.

    Oxitocina: produce la contracción del
    útero durante el parto, contrae
    las células mioepiteliales de las mamas, ayudando a la
    expulsión de leche cuando
    el niño succiona.

    Hormonas
    hipofisiotrópicas:

    Son segregadas en el hipotálamo y regulan
    la secreción de hormonas de la hipófisis anterior,
    incluyen a la hormona liberadora de hormona del crecimiento
    (GRH); somatostatina que inhibe la secreción de GH y TSH a
    la que también se la ha encontrado en las células D
    de los islotes pancreáticos; dopamina, que actúa
    como inhibitoria de la Prl; hormona liberadora de tirotropina
    (TRH); hormona liberadora de corticotropina (CRH), también
    secretada por la placenta; hormona liberadora de gonadotropina
    (GnRH), que también tiene actividad inhibidora de la
    prolactina. (1) (2) (3) (4)

    Patología:

    Consideraciones de los tipos celulares de la
    hipófisis anterior:

    Las células secretoras de GH constituyen el
    50% de las células adenohipofisarias; los
    lactótropos proliferan durante el embarazo y son
    los responsables del aumento del tamaño de la
    glándula al doble de lo habitual debido a los niveles de
    estrógeno; Las células secretoras de TSH,
    demuestran una hipertrofia evidente en eventos de
    insuficiencia tiroidea primaria; Las gonadotropas se hipertrofian
    y originan que la glándula crezca durante los estados de
    insuficiencia gonadal primaria como menopausia y síndromes
    de Klinefelter y de Turner; Las mamosomatotropas contienen GH y
    PRL, estas células son las que con mayor frecuencia se
    encuentran en los tumores hipofisiarios.

    Hiperpituitarismo:

    Debe tenerse como regla general que, siempre que
    se detecte una hiperfunción del lóbulo anterior de
    la glándula pituitaria, ha de sospecharse de un adenoma,
    ya que en casi el cien por cien de los casos con esta
    clínica se demuestra a posteriori la existencia del
    adenoma. Por el contrario, no debe suponerse de un trastorno
    hipotalámico que estimule en exceso a la hipófisis.
    Está claramente documentado que los pacientes que sufren
    cuadros depresivos, experimentan una elevada activación
    del eje hipotálamo – hipofisiario – adrenal de
    forma cíclica especialmente en el horario de siete y media
    a diez de la tarde / noche, aunque esto no constituye claramente
    un caso de hiperpituitarismo. En otros casos de sobre
    exposición al stress como en el
    caso de excombatientes, se puede también determinar la
    existencia de una hipersecreción hipofisaria por
    desequilibrio del citado eje. (5) (6)
    (7)

    Los adenomas en general son productores de mas de
    un tipo de hormona, en su mayoría son productores de PRL
    (tabla 1), y según los autores e investigadores, son
    responsables del veintiocho al sesenta por ciento de los tumores
    hipofisarios primarios, los adenomas secretores de GH se
    presentan en el veinte por ciento de los casos, y los productores
    de ACTH en aproximadamente el diez por ciento. Los tumores no
    funcionantes representan apenas otro diez por ciento de todos los
    adenomas hipofisiarios.

    Morfológicamente, se dividen en
    microadenomas y macroadenomas, casi todos de origen monoclonal,
    incluso los plurihormonales, los primeros con un diámetro
    de hasta diez milímetros, y los segundos mayores de este
    diámetro. Los microadenomas, se definen como adenomas
    intrasillares, que se presentan con exceso hormonal, sin
    crecimiento de la silla, el que es reconocido como un
    síntoma tardío de esta patología, se
    presentan en un gran número de casos, especialmente por
    hallazgos casuales en autopsias no seleccionas, actualmente con
    la disponibilidad de las técnicas de diagnóstico por imagen como por
    ejemplo la TAC (tomografía axial computada), se
    diagnostican con mucha mas frecuencia, antes de la
    aparición de la sintomatología que incluso a veces
    no se manifiesta con posterioridad. En el seguimiento de algunos
    de estos incidentalomas o adenomas encontrados por accidente
    mientras se efectuaba una exploración para diagnóstico de alguna otra
    patología, se detecta lo siguiente: solamente pacientes
    con incidentalomas mayores a diez milímetros de
    diámetro desarrollaron aumento de la masa tumoral, en un
    uno por ciento aumentaron de tamaño en forma
    asintomática, en otro uno y medio por ciento los
    tamaños se redujeron. Generalmente los pacientes con este
    tipo de incidentaloma de causas desconocidas, siguen un curso
    benigno por lo menos durante seis años sin requerir
    intervenciones neuroquirúrgicas para su tratamiento.
    (7) (8) (9)

    Los macroadenomas, originan crecimiento sillar
    generalizado, los que miden hasta dos centímetros y
    están confinados al interior de la silla turca son
    bastante manejables, mientras que aquellos con expresiones
    suprasillares, laterales o de seno esfenoideo ofrecen gran
    número de dificultades.

    Los adenomas hipofisiarios se tratan con
    cirugía, radiación o fármacos, bien para
    suprimir la hipersecresión por parte del adenoma o su
    crecimiento que es de por sí bastante lento. En la
    actualidad es posible obtener resultados en la mayoría de
    los pacientes, sin embargo en el caso de los tumores mas grandes,
    se necesitan tratamientos múltiples y pueden no ser tan
    exitosos.

    Prolactinomas:

    La hipersecreción de PRL es la mas
    frecuente anomalía endocrina debida a trastornos
    hipotálamo hipofisiarios. Este tipo de tumor es
    responsable del veinticinco por ciento de los casos de amenorrea,
    esta se manifiesta en el noventa por ciento de las mujeres con
    prolactinomas quienes además sufren de galactorrea, en
    el hombre
    pueden provocar impotencia y esterilidad y también
    ocasionalmente ginecomastia y galactorrea. La incidencia es mayor
    en mujeres, posiblemente debido a que la sintomatología
    lleva a una consulta mas temprana por parte de las mismas. La
    disfunción gonadal en mujeres, se debe a la interferencia
    con el eje hipotálamo – hipofisiario – gonadal
    por la hiperprolactinemia, la función menstrual se repone
    cuando los valores se
    reducen a lo normal. (10)

    Adenomas
    somatotrópicos:

    Gigantismo y Acromegalia:

    Son los segundos en frecuencia detrás de
    los prolactinomas, por lo general son causantes de gigantismo,
    cuando comienza antes de la madurez y acromegalia cuando se
    desarrolla con posterioridad al término del crecimiento,
    la mayoría de los pacientes con gigantismo
    presentarán muestras de acromegalia si la
    hipersecresión persiste durante la adolescencia y
    la edad adulta. Estos adenomas son de dos tipos
    histológicos, densamente y escasamente granulados, aunque
    sin diferencias en el grado de secreción de GH y de
    manifestaciones clínicas en los pacientes. En la
    acromegalia está incrementada la secreción de GH y
    su control
    dinámico es normal. La secreción permanece
    intermitente, sin embargo los episodios secretores se presentan
    al azar. Está ausente el brote nocturno característico y hay respuestas anormales a
    la supresión y a la estimulación, se ha perdido la
    supresión por glucosa y es raro encontrar
    estimulación por hipoglucemia. La TRH y GnRH pueden causar
    liberación de GH, mientras que en situación normal
    no lo hacen. La dopamina y sus agonistas que en condiciones
    normales estimulan la secreción de GH, originan la
    supresión paradójica en cerca del setenta al
    ochenta por ciento de los pacientes acromegálicos. Esta
    enfermedad es incapacitante y desfigurante con morbilidad y
    mortalidad tardías elevadas si no se la trata, la
    incidencia según el sexo es
    aproximadamente igual, la edad promedio del diagnóstico es de cuarenta años y
    los síntomas comienzan entre cinco y diez años
    antes.

    Los síntomas incluyen la
    proliferación de los tejidos blandos,
    con crecimiento de manos y pies y engrosamiento de las facciones,
    acompañado de incremento de sudoración,
    intolerancia al calor,
    piel grasa,
    fatiga y aumento de peso, son frecuentes acné, quistes
    sebáceos, papilomas, acantosis nigricans en cuello y axila
    e hipertricosis en mujeres. Las manifestaciones sistémicas
    que acompañan a estos síntomas son letargia,
    aumento de necesidad del sueño, fotofobia de causa
    desconocida. En momentos anteriores, debido al diagnóstico tardío, eran frecuentes
    las hemianopsias por compresión del quiasma óptico,
    no sólo en este tipo de tumor sino en todos los
    macroadenomas, especialmente en los extrasillares. Existen casos
    de secreción ectópica de GH que tienen
    manifestaciones típicas de acromegalia, especialmente en
    las denominadas neoplasias endocrinas múltiples. La
    acromegalia trae algunas otras complicaciones mas, como ser el
    incremento en el riesgo de
    contraer carcinoma de colon, carcinoma esofágico,
    pólipos gástricos y duodenales, hipertensión
    arterial, cardiomegalia, diabetes,
    accidentes
    cerebro
    vasculares. La elevada prevalencia de complicaciones
    cardiovasculares, la mayoría de ellas
    asintomáticas, y de relevancia clínica, ponen de
    manifiesto la importancia de realizar una evaluación
    cardiovascular de forma sistemática. La elevada incidencia
    en distintas formas de carcinomas a partir de la acromegalia,
    sugieren un rol para los receptores de GH en las líneas de
    células cancerosas.(11) (12) (13)
    (16)

    Tumores corticotropos:

    Síndrome de Chushing:

    En general se trata de microadenomas
    basófilos pequeños, el exceso en la producción de ACTH produce el
    Síndrome de Cushing por exceso en la secreción de
    cortisol, es en esencia un hipercortisolismo, se acompaña
    de hirsutismo, acné y alteraciones menstruales. La
    hipersecresión hipofisiaria de ACTH es responsable en un
    sesenta y cinco a setenta por ciento de los casos de
    hipercortisismo endógeno, en raras ocasiones se trata de
    un macroadenoma. (fig. 5) En un quince por ciento de
    los casos de enfermedad de Cushing no se ha descubierto
    ningún adenoma hipofisiario, existe la duda sobre si se
    trata de un adenoma no descubierto. Las suprarrenales se
    encuentran siempre hiperplásicas. La secreción
    ectópica de ACTH es responsable en el quince por ciento de
    los casos de Cushing. Histológicamente los tumores
    están formados por capas compuestas de células
    uniformes, bien granuladas, con ordenamiento sinusoidal y gran
    cantidad de ACTH, son de tipo benignos siendo excepcionales los
    reportes de tipo maligno. La enfermedad de Cushing constituye un
    trastorno hipofisiario primario, las anomalías
    hipotalámicas son secundarias a hipercortisolismo, esto se
    basa en la frecuencia de adenomas hipofisiarios, la respuesta a
    su eliminación y la interpretación de las
    anomalías hipotalámicas como secundarias a
    hipercortisolismo. El análisis de la respuesta al tratamiento
    mediante microcirugía hipofisiaria clarifica la
    patogénesis de la enfermedad de Cushing. La
    eliminación selectiva de microadenomas hipofisarios por
    medio de cirugía transesfenoidal corrige la
    hipersecreción de ACTH y el hipercortisolismo en la
    mayoría de los pacientes. La enf. De Cushing se presenta
    con síntomas de hipercortisolismo, exceso de
    andrógeno suprarrenal, obesidad de
    distribución central, hipertensión,
    intolerancia a la glucosa, disfunción gonadal, y a veces
    cara de luna llena, plétora, osteopenia, debilidad
    muscular proximal, tendencia a hematomas, trastornos
    psicológicos y estrías violáceas. La
    relación en función del sexo es de
    ocho mujeres por varón.

    Adenomas hipofisarios secretores de
    tirotropina:

    Son tumores raros, se manifiestan con
    hipertiroidismo con bocio en presencia de TSH elevada, a menudo
    son de gran tamaño y ocasionan deterioro en los campos
    visuales, signo que generalmente lleva a la consulta y alerta
    sobre la problemática.

    Adenomas hipofisarios secretores de
    gonadotropina:

    Existen escasos casos documentados, habitualmente
    son cromófobos y muy grandes, se presentan con deterioro
    visual, se los considera no funcionantes antes de obtener las
    mediciones de LH y FSH, los sujetos muchas veces son impotentes o
    infértiles. La cirugía en estos casos es algo
    complicada y se requiere radioterapia.

    Tumores no funcionantes:

    Casi siempre son grandes cuando se establece el
    diagnóstico, se presenta con cefaleas y
    defectos del campo visual.

    Tumores malignos:

    Los infrecuentes tumores malignos de la
    glándula pituitaria, suelen imitar a los adenomas tanto en
    la forma clínica de presentación como en la
    radiológica, frecuentemente presentan pérdida del
    campo ocular, temblor en los movimientos extraoculares y
    pérdida de la sensibilidad facial. Se debe observar la
    velocidad de
    progreso de los síntomas muy atentamente para poder realizar
    un diagnóstico diferencial. Se debe contar también
    con la demostración de metástasis, generalmente a
    ganglios linfáticos, hueso, hígado y a veces otras
    localizaciones. (14)

    Síndrome de la silla
    vacía:

    Se presenta cuando el espacio subaracnoideo se
    extiende hacia la silla turca y aparece parcialmente lleno con
    líquido céfalo raquídeo. (fig. 4)
    En general se debe a incompetencia genética
    del diafragma de la silla, aunque también puede darse post
    cirugía. Estudios recientes sugieren que el infarto de un
    macroadenoma pituitario puede ser frecuentemente la causa del
    síndrome de la silla vacía.
    (15)

    Comentario:

    La cantidad disponible de datos
    estadísticos, clínicos y farmacológicos,
    todos ellos bien documentados facilitan la comprensión de
    este tipo de patologías. Dada la proximidad del sistema
    neuroendócrino con los componentes mas sutiles de la
    existencia humana, y la sabida influencia que los factores
    pulsátiles emocionales como ser las iras o enojos, o
    placeres tienen sobre el funcionamiento de los ejes
    neuroendócrinos vistos y sobre los componentes
    inmunológicos, sería recomendable ahondar en esos
    aspectos como causales de patología.

    Citas
    Bibliográficas:

    1./ Moore Keith L.: Anatomía con
    orientación clínica, Editorial médica
    Panamericana, 3° edición, 1° reimpresión
    1995,

    2./ Greenspan Francis & Baxter Jonn D.:
    Endocrinología básica y clínica,
    1995

    3./ Fawcett D. W.: Tratado de histología,
    Interamericana Mc Graw Hill, 11° edición,
    1994

    4./ Romeo JH: Hyperfunction and hypofunction in
    the anterior pituitary. Nurs Clin North Am 1996 Dec; 31
    (4):769-778. PMID 8969337, MUID 97124024

    5./ Robbins: Patología estructural y
    funcional, Interamericana Mc Graw Hill, 5° edición,
    1995. 1226 – 1231.

    6./ Young E. A. Y otros: Increased evening
    activation of the hypothalamic-pituitary-adrenal axis in
    depressed patients. Archives of general psychiatry. 51(9):701-7,
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    receptors in combat veterans. Archives of general psychiatry.
    52(7):583-593, 1995 July. Medline
    0000756-950700-007

    8./ Donovan Lois E. & otros: The natural
    history of the pituitary inicidentaloma. Archives of internal
    medicine. 155(2):181-183, 1995 january 23. Medline
    0000779-950123-006

    9./ Soule SG & Jacobs HS: The evaluation and
    management of subclinical pituitary disease. Postgrad Med J 1996
    May; 72(847):258-262. PMID 8761496, MUID
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    10./ Tyson D & Otros: Prolactin-secreting
    macroadenomas in adolecents. American journal of diseases of
    children. 147(10):1057-61, 1993 october. Medline
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    11./ Marin F. & Otros: Heart disease in
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    1991;51:93-94

    ÍNDICE ALFABÉTICO DE
    TEMAS:

    Acromegalia pág. 8

    Adenomas hipodiarios secretores de
    gonadotropina pág. 10

    Adenomas hiposarios secretores de
    tirotropina pág. 10

    Adenomas somatotrópicos pág.
    8

    Anatomía de la hipófisis pag.
    1

    Comentario pág. 12

    Enfermedad de Cushing pág.
    9

    Funciones hormonales de la hipófisis
    anterior pág. 3

    Funciones hormonales de la hipófisis
    posterior pág. 4

    Gigantismo pág. 8

    Hiperpituitarismo, generalidades pag.
    5

    Histofisiología pag.
    2

    Patología, generalidades pág.
    5

    Prolactinomas pag. 7

    Síndrome de la silla
    vacía pág. 11

    Tumores corticotropos pág.
    9

    Tumores malignos pág.
    11

    Tumores no funcionantes pág.
    11

     

     

    Autor:

    Andres Mariano V. Paglayan

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