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Historia económica, política y social de México




Enviado por evander



    La conquista de México
    Tenochtitlan.

    La expedición de Cortés es la tercera que
    envía Diego de Velázquez gobernado de Cuba con fines
    de exploración y comercio.
    Tocan tierra en
    Yucatán. Encuentran a Aguilar, español que ha
    aprendido la lengua maya.
    En Campeche obsequian a cortes a la India
    Malí sí, que habla nahuatl y maya.

    Funda Veracruz, Moctezuma le pide no continuar. Confunde
    a los emisarios con sus caballos y cañones. Cortes al
    avanzar hacia el interior, se da cuenta de las fuertes
    rivalidades entre los indígenas. Al llegar a Tlaxcala
    derrota a Xicotencatl y establece una alianza con los
    tlaxcaltecas.

    Avanza por sola y protestando una posible emboscada
    realiza la matanza de Toluca. Llega a México,
    Moctezuma lo recibe y le entrega simbólicamente la ciudad,
    cortes hace que le muestran los libros de
    tributos y los
    mapas de la tierra.
    Llega a México un
    mensajero del resguardo de Cortés en Veracruz, le avisa de
    una expedición capitanea por Pánfilo Narváez
    con órdenes de aprehenderlo y regresarlo a Cuba.

    Cortés hacer prisionero a Moctezuma, deja a Pedro
    de Alvarado a cargo de la ciudad, sorprende a Narváez y lo
    derrota. Alvarado permite una celebración religiosa e
    intenta despojar a los indígenas de sus joyas
    ceremoniales, desencadena la matanza del templo mayor, y de esta
    manera se realiza el levantamiento de los mexicas en
    Tenochtitlan.

    Cortés regresa a México en
    medio de una rebelión de mexicas y se lamenta que
    estallara la rebelión. Los mexicas mantienen sitiados a
    los españoles que se han atrincherado en el palacio de
    Moctezuma. Cortés intenta apaciguar la rebelión
    utilizando a Moctezuma pero los tenochcas se sienten traicionados
    por su emperador y esto culmina en el asesinato de
    Moctezuma.

    Los españoles son superados por los mexicas
    Cortés huye por medio de puentes portátiles, pierde
    mucha gente y casi todo el botín "es la derrota, la noche
    triste". Cortés se refugia en Tlaxcala durante el camino
    es atacado por grupos
    indígenas logra derrotar a algunos en Otumba. Los mexicas
    se dedican a reconstruir la ciudad no creen que los
    españoles regresen.

    Estalla una peste de viruela en la ciudad, traída
    por un negro de la expedición de Narváez. Muere por
    la peste Cuitlahuac sucesor de Moctezuma.

    La peste a diezmado a la población y los españoles vuelven
    sobre la ciudad, Cortés Corta los abastecimientos y
    establece alianzas entre los pueblos contra los mexicas. Al mismo
    tiempo que
    avanza el cerco de cortes, se suceden riñas internas entre
    la clase dominante, y son asesinados todos los príncipes y
    los hijos de Moctezuma. Cortés, fuertemente apertrechado
    arrasada la ciudad.

    Los mexicas están desmoralizado, "donde
    están nuestros príncipes", "quién es el que
    nos inspira valor". Los
    tenochcas que aun quedan hacen base en Tlatelolco y se enfrentan
    a los españoles, hacen cautivos a algunos españoles
    y varios indígenas aliados de los mismos y los sacrifican
    frente al ejército de Cortés.

    El hambre azota la ciudad, mientras que los
    españoles y sus aliados forman un numeroso
    ejército. Perece Tlatelolcatl uno de los últimos
    jefes mexicas, la rebelión comienza extinguirse. Capturar
    a Cuauhtemoc último emperador mexicas el día 13 de
    agosto de1521, con lo que el episodio de la conquista de México
    Tenochtitlan llega a su fin.

    La ganadería.

    Los problemas
    técnicos y humanos que afrontó la agricultura no
    se presentaron en y desarrollo de
    la ganadería. En el campo de la riqueza ecuatorial la
    cultura
    indígena no ofreció a los conquistadores ninguna
    especie de ganado. La introducción inicial de las diversas
    especies de ganados en cantidades reducidos por las dificultades
    de transporte se
    transformó en una fabulosa población animal. Los reales de minas
    utilizaron la ganadería como fuerza motriz,
    de carga y fuente básica de alimentación. Los
    mayores problemas
    suscitados por la ganadería derivaron de su progresivo
    aumento.

    El ganado caballar fue el primero en hacerse presentes
    como cabalgadura. Algunos nobles y caciques indígenas
    alcanzaron el privilegio de poseer caballo, distinción que
    por ley se les
    restringió más tarde. La rápida
    multiplicación del ganado caballar redujo su precio y hasta
    los españoles y mestizos pobres dispusieron de
    caballo.

    Las telas de abrigo exigidas por el clima y la
    costumbre europea, hicieron que el ganado lanar u ovino ocupara
    lugar destacado en la incipiente economía colonial
    interna, lo mismo que de ganado caprino, este último muy
    solicitado por la dieta de los peninsulares y conveniente por su
    adaptabilidad a tierras secas y quebradas. Los miembros del
    clero, cuyo vestuario también requería lana como
    materia prima,
    resultaron empeñosos propulsores de ganado ovino,
    fomentando la crianza del mismo.

    Peonia era una porción de tierra de 50
    pies de ancho y 100 de largo. La caballería media 100 pies
    de largo y 200 de ancho (0.41 Km2). Por lo común se le
    conoció, con el nombre de sitios de ganado. Estos limites fueron el
    origen de la estancia, unidad ganadera de la Nueva España.
    Las medidas citadas datan de 1513 y fueron aplicadas hasta que se
    dio la evolución del sitio a la estancia, unidad
    ganadera peculiar de la Nueva España.
    Las medidas situadas datan de 1513.

    Los dueños de las estancias Toluqueñas,
    saturadas de ganados trasladaron sus rebaños a la inmensa
    zona comprendida entre el río San Juan y Zacatecas. La
    región adyacente más tarde conocida como el
    Bajío, se transformó en el sostén
    agropecuario de la minería
    guanajatense.

    El proteccionismo del gobierno central
    se manifestó en las instrucciones recibidas por los
    Virreyes. Así, las dadas a Velasco, 1550, serían
    las de comisionar a un oidor de la audiencia para que visitara
    las estancias sin ser requerido por los indios y viera si estaban
    en perjuicio. En la nueva Galicia, la falta de población aborigen sedentaria,
    contribuyó al aumento de ganado que se dispersó con
    entera libertad por
    tierras que nadie reclamaba. D.

    Medidas encaminadas a precaver los daños de
    labranza y pueblos indígenas fue la de establecer la
    distancia que debía separar sus propiedades de las
    estancias de españoles. Las ordenanzas del 26 de mayo de
    1567, modificadas por reales cédulas de 1687 y 1695. Las
    primeras debían haber un espacio de 1000 varas entre las
    estancias y los poblados; las cédulas reales alargaron la
    distancia a 1100 varas.

    La institución de la Mesta fue la
    asociación de dueños del ganado formado por
    propietarios de estancias que a la ves la eran de ganados. El
    cabildo de la ciudad de México estableció en 1529
    la
    organización de la Mesta local. En 1537 el cabildo
    promulga las primeras ordenanzas autorizadas por el virrey de
    Mendoza en 1539. los alcaldes de la Mesta estaban facultados para
    perseguir delitos de robos
    de ganado y castigar a los culpables. denunciaron
    mitad

    El auge de la ganadería era palpable a mediados
    del siglo XVI en 1553 las estancias de Jilotepec tenían
    entre 20 y 30 mil cabezas de ganado menor. Dos años
    después, 1555 el Valle de Matalcingo 60 estancias sumaban
    más de 150 mil cabezas de ganado vacuno yeguas.

    A partir de 1580 se empezó a observar una
    reducción apreciable en la multiplicación del
    ganado. No puede hablarse de una decadencia generalizada de la
    ganadería, sino más bien de un proceso
    natural de reajuste exigido por las condiciones del medio ya
    estabilizado en el XVII; reducción de pastos, uniformidad
    de las razas de ganado existentes, población consumidora limitada,
    legislación restrictiva que fijó límites a
    la estancia y número de animales. Todo
    orientándose a una nueva situación
    económica; ganadería y agricultura se
    van reuniendo en una forma de explotación más
    racional y utilitaria; la hacienda.

    La minería.

    El atractivo de los metales preciosos fue un
    factor importante en la conquista de la nueva España, se
    fueron descubriendo las grandes minas de plata. Zacatecas,
    descubierta en 1546. se convirtió en la segunda ciudad
    más importante de la nueva España. En
    1552, las minas y Pachuca empezaron a explotadores. En 1554,
    descubren las minas de la región del Norte. En 1564,
    comienzan a explotar se las minas de Guanajuato.

    El minero se enfrentó a muchos problemas en
    el siglo XVII, la escasez de mano de obra indígena se
    resolvió tratando de equilibrar las demandas de los
    mineros con las necesidades de los pueblos de indios en 1631, se
    autorizó un repartimiento limitado al 4% de los varones
    indígenas de un pueblo mayores de 18 años para las
    minas; también se facilitó la obtención de
    negros esclavos; trató de atraerse a las minas
    trabajadores asalariados ofreciendo un jornal de cuatro reales
    diarios, superior al pagado por muchos agricultores. Sin embargo,
    la mano de obra faltó. En el siglo XVII, decae
    sensiblemente la producción de plata.

    Hubo otros problemas como
    la técnica extractiva de la plata se utilizaba la
    amalgamación con él azogue cuya producción quedó supeditada a este
    ingrediente. Declarado monopolio de
    la corona desde 1559. la irregularidad de los suministros hizo
    que el procedimiento de
    repartir equitativamente los azogues por mano de oficiales, pero
    no hubo el resultado positivo, siguieron dominando la preferencia
    y la especulación. A mitad del XVII, la producción de plata se reduce tanto que la
    economía
    de nueva España se
    repliega dentro de sus fronteras.

    Transformaciones sociales.

    Nueva España, deja de ser un lugar colonizado y
    de avanzado para los españoles, y se convierte en un
    país. Se crea la hacienda, como centro productor y centro
    de vida autosuficientes; se configuran nuevos complejos
    económicos.

    Los encomiendas.

    En cuanto a servicios
    religiosos la encomienda siempre fue muy deficiente, en lo que
    toca a Mercedes de encomiendas, la corona más bien
    confirmo, no siempre que buen grado, lo que aquí se
    había hecho. La corona hizo esfuerzos por evitar la
    aparición de nuevas encomiendas y su continuidad,
    así como hacer que los tributos de
    indios entraran al Real erario.

    En el XVII la encomienda se encontraba en total
    decadencia, desde 1570 en adelante los encomenderos no gozaban
    del servicio
    personal de
    sus encomendados.

    Así surgió el repartimiento; servicio
    retribuido con un salario. Los
    hacendados optaron en muchas ocasiones por pagar el tributo al
    encomendero, y alegaban que los indios preferían estar en
    la hacienda y no en los pueblos sujetos a encomienda.

    La abolición legal y definitiva de la encomienda
    en el siglo XVIII fue un hecho ya consumado en el
    XVII.

    Los obrajes.

    La industria
    textil en nueva España implicaba competencia para
    uno de los principales productos de
    Castilla. El virrey Enríquez trató de impulsar la
    exportación de lana novohispana a la
    península ibérica. Las necesidades de un consumo local
    hicieron qué los obrajes en que se elaborarán telas
    de lana, algodón, jergas, frazadas sombreros y aún
    algunos en que se labraba la seda. Se extendieron a los
    principales centros del virreinato.

    El obraje resultaba una empresa
    cuestionable, la principal inversión era la mano de obra. Empleaban a
    personas condenadas por diversos delitos a la
    prestación de servicios
    forzosos; a los trabajadores contratados, trataban de retenerlas
    endeudándolos con el adelanto de salarios y pagos
    en especie que les daban a elevado precio.

    Se conceden nuevas licencias para abrir obrajes
    advirtiendo que no se emplean indios, o, en los casos en que se
    permitía, se solicitaban condiciones de buen tratamiento.
    México, Puebla, Oaxaca y Valladolid. En 1599 estas
    ciudades, por ser cabezas de obispado, se facilitarían las
    visitas de autoridades civiles y eclesiásticas que velan
    por el buen tratamiento y libertad de
    los trabajadores.

    Las autoridades se empeñan en reducir los
    obrajes, ante las quejas por el mal tratamiento de los indios, se
    trató de que los obrajes adquirieran esclavos negros, no
    se llevó a la práctica porque resultaba
    excesivamente costosa.

    Producción y demandas son imposibles de calcular
    debido al deficiente control y a la
    abundancia de obrajes y obrajuelos que escapaban de las visitas
    de las autoridades.

    La república de los indios

    • A los indios trato de incorporárseles a la
      más pura cristiandad, según la entendían
      entonces los españoles conmovidos por las guerras que
      se desarrollaban dentro y fuera de Europa
      contra herejes e infieles.
    • Esta era la manera de pensar de la corona
      española, pero no de los hombres de empresa que
      llegaban mas a la nueva España a aprovecharse de los
      indios que a adoctrinarlos en las enseñanzas de Cristo.
      A este intento de explotación obedeció la
      creación de los cabildos en los pueblos de indios. Aun
      así hubo orden, pero falta de paz.
    • El pleito y la demanda de
      justicia
      ante el virrey, es instrumento de intromisión en ele
      orden indígena que pretendía dejarse a salvo de
      la voracidad de los españoles y gente mal
      intencionada.
    • En los pueblos de indios desaparece la complicada
      jerarquía de principales mayores, menores, medios, etc.
      Para dar paso a ala simple división entre macehuales o
      gente común y autoridades de la república, como
      nos lo indica muchas demandas y mandamientos de
      protección a favor de algunos caciques y principales que
      habían sido mandados a prestar servicio o
      conminados al pago del tributo, como lo hacían los
      macehuales.
    • Estas medidas de amparo y
      protección, para los caciques y principales, muestran la
      perdida de poder y
      prestigio de estos pueblos.
    • A la
      organización política de los
      pueblos de indios correspondió una organización económica: La
      comunidad
      , hubo cajas de comunidad,
      donde se guardaba el dinero
      del común, debidamente aseguradas.
    • El patrimonio
      principal de las comunidades eran sus tierras, su
      posesión para el común aprovechamiento,
      favoreciendo la cohesión social de los pueblos. De esta
      manera las agresiones e intereses en perjuicio de los indios
      hizo de estos grandes pleiteadores, maliciosos, siempre
      inconformes.
    • El mayor "cuchillo" de los indios eran los pleitos,
      pues servían de instrumento de los arribistas y
      vividores, mestizos, mulatos, españoles y hasta
      religiosos, ganado o perdido el pleito, consumían en su
      provecho la miserable hacienda de los indios.
    • Pese a tantas dificultades el modelo de
      pueblos y comunidades era el operante y único en la
      mente de las autoridades. Lo difícil era eliminar la
      malicia con que se le trocaba en instrumento de
      destrucción.
    • El clero moldeaba a la población indígena, y el antiguo
      espíritu comunitario de los pueblos favorecía
      la empresa, el
      enemigo de esta labor eran "los españoles" gente
      perversa para los religiosos. Con ello lograron un ascendiente
      sobre la población indígena, superior a la que
      tuvieron las autoridades civiles.
    • La organización social, política y
      religiosa trato de llevarse hasta los indios bárbaros.
      Las congregas y reducciones en que se intento asentarlos en el
      norte de la nueva España, tenían como modelo a los
      pueblos del centro. Aunque muchas congregas se dispersaron, se
      volvieron a integrar y dispersar a lo largo del
      XVII.

    La república de los españoles.

    • La república de los españoles como
      cuerpo social y político no lo fue tan expresamente
      acotada y ordenada como la república de los indios en la
      legislación codificada, pues esta ultima fue materia de
      disposiciones y libros
      especiales en las distintas recopilaciones que se hicieron a lo
      largo de la época virreinal.
    • La república de los españoles esta mas
      implicada que expresa, pues su existencia y su modo de convivir
      se asumen como hecho dado y corresponden no a especificas
      leyes de
      Indias, si no a la legislación general del Reino de
      Castilla, que era al que los nuevos reinos americanos se
      habían agregado.
    • Podían aspirar a los cargos de cabildos todos
      los hombres que no fueran indios, "mestizos", negros o
      castas.
    • Se consideraban "españoles" no solo a los
      criollos, si no a los mestizos nacidos de unión legitima
      y a los que tuvieran una débil proporción de
      sangre india.
    • Los cabildos de ciudades y villas fueron un refugio
      de los criollos como vía de prestigio mas que de
      poder
      político, y lograron importancia en la sociedad
      novohispana poseída por el afán de honor y fama.
      Así también tuvieron esta función los
      grados académicos. Mientras que los cargos de verdadera
      importancia (oidor, abogado de la real audiencia y otros) se
      reservaban por lo general a peninsulares, (el de virrey,
      siempre).
    • Sin embargo la verdadera nobleza era la de
      España, el mayor honor era "la nobleza de Castilla",
      todo titulo de Castilla traía aparejado uno o más
      mayorazgos; pero había familias sin títulos
      aunque con mayorazgos, que constituían una especie de
      nobleza menor. El mayorazgo contribuye a la formación de
      grandes dominios urbanos y rurales, puesto que e vinculo se
      podía siempre sumar, pero nunca restar.
    • Los privilegios bien definidos crearon una sociedad
      estamental, en la que la situación de las personas se
      determinaba por el nacimiento y por la pertenencia a grupos
      preestablecidos, una sociedad
      dispuesta a rechazar cambios y gente advenediza.
    • La inquisición no solo sirvió como
      tribunal religioso, sino también político (Pues
      entonces no había la separación que se elaboro y
      aclimato años después) más
      eficaz.

    Castas y gente menuda

    .

    • Fuera de todo orden de república andaba la
      gente menuda, mestizos, castas y negros, participaban en los
      desordenes de nota se les acuso de haber incitado a los indios
      en los grandes motines de la Ciudad de México (1624,
      1692 y 1697), junto con ellos andaban españoles pobres y
      pícaros faltos de fortuna, sobrados de mañas y
      malicias, como los mestizos y castas. Muchos de ellos se
      destacaron como hábiles artesanos y lograron ser
      incluidos en ele seno de los gremios; fueron los capataces
      ideales en las haciendas de labor y en el manejo de los
      ganados, en las minas y los obrajes.
    • Los negros no sujetos a la esclavitud eran
      un constante quebradero de cabeza, las disposiciones que se
      reúnen en todos los otros libros,
      soluciones
      dictadas a partir del siglo XVI.

    El ejercicio del poder.

    • En las relaciones del gobierno, debe
      considerarse por una parte, la envoltura o forma de las mismas,
      y por otra, los grupos y
      personas con poder. El
      poder de la
      Corona de Castilla sobre los dominios americanos de
      había afirmado prácticamente en el siglo
      XVI.
    • Para el siglo XVII, el regalismo de los juristas,
      hombres de doctrina y conciencia
      cristiana, se encargara de afirmar teóricamente el poder
      de la corona. El Papa otorga el Regio Patronato Indiano como
      sostén necesario para la empresa
      evangelizadora y política de las
      Indias.
    • Para ejercer el poder hubo una jerarquía bien
      organizada: En la península, un dispositivo central para
      todas las Indias: El rey y el consejo de Indias, cuerpo
      colegiado que actuaba como legislador, administrador y
      juzgado de ultima instancia. Mientras en la nueva España
      también existía un dispositivo central, compuesto
      por el virrey y la Real Audiencia. En los distritos o
      jurisdicciones había alcaldes mayores y en las villas y
      ciudades de españoles y pueblos indios estaban los
      cabildos.
    • El orden racional con sus aciertos y errores, fue el
      resultado de la labor de una inmensa burocracia, la
      mayor conocida hasta entonces en el mundo
      occidental.
    • A los ojos de los súbditos, el rey era un
      señor que protegía a sus vasallos. Para librarse
      de las propias autoridades de su fuero, los
      eclesiásticos solían hacer uso del recurso de
      fuerza,
      alegando que antes de su propio carácter de
      eclesiásticos, estaba su condición de vasallos
      del rey, "amo y señor natural".
    • Frente al clero secular hubo mas posibilidades de
      imponer el orden; El clero secular por su parte, no era tan
      secular en sus tendencias cuando se trataba de
      restársele poder. Era un grupo
      igualmente cerrado cuando se disputaban sus lugares y
      preeminencias.
    • Criollos y españoles con poder local
      competían por los puestos; Las familias con
      posibilidades lograban adueñarse de estos, para
      perpetuar su influencia en elites locales. A mas del prestigio
      para sus miembros, el cabildo tenia influencia en el comercio y
      otras actividades económicas de las villas y
      ciudades.

    La situación económica y social hasta
    1750

    De 1640 a 1740 transcurren el llamado siglo de la
    depresión económica, sin duda los
    menos conocidos del periodo colonial, no parecen ocurrir hechos
    importantes.

    Nace la hacienda y peonaje; sé naturalista la
    compra de cargos públicos y se difunde la
    concepción de patrimonio de
    los mismos; se establece la potencia
    económica y política de las
    corporaciones: iglesia,
    comerciantes, hacendados; se arraiga el dominio de una
    minoría blanca sobre la gran masa de indios y
    castas.

    En este siglo como en el anterior El factor más
    influyente en la formación de la nueva sociedad es el
    sector externo; la relación con la metrópoli que
    veía las colonias como inagotable fuente de recursos para sus
    competencias
    con las potencias del viejo mundo. De ahí que el comercio y la
    minería
    intervinieran tan poderosamente en la economía de la Nueva
    España. Como consecuencia el siglo de la depresión,
    será también el del recurso interno, la de la
    formación de una economía colonial que
    tratará de adecuar sus sistemas de
    producción y de intercambio a los requerimientos
    locales.

    Hasta hace poco se aceptaba la tesis de que
    el XVII, fue de depresión
    económica general se afirmaba que el catastrófico
    derrumbe de la población indígena durante el XVI
    heredó al XVII una aguda escasez de mano de obra que
    afectó todas las actividades económicas.

    Se descubrió la existencia de una aguda crisis
    comercial en el XVII, por la máxima actividad en el
    tráfico trasatlántico en el periodo que va de
    1596-1620.

    Durante ese periodo la nueva España ocupó
    El papel
    principal como exportador de materias primas y como importador de
    artículos europeos, pero a partir de 1620 esta
    situación cambió en forma radical.

    Las importaciones
    sufren un descenso de 20%, la nueva España ya no era un
    exportador exclusivo de oro y plata.

    Se obligó a buscar capital dentro
    de la propia colonias. Y lo encontraron en los llamados
    mercaderes de la plata, en los comerciantes de la sólo de
    México. Quienes junto con la iglesia, eran
    los únicos que disponían de capital
    líquido.

    La minería
    como la agricultura,
    la ganadería y el comercio dejan
    de atender los requerimientos de la metrópoli para
    convertirse en actividades dedicadas a satisfacer las necesidades
    internas. Incluso se transforman actividades tan tradicionales
    como la agricultura y
    promueve la aparición de una nueva agraria. Pero a partir
    de 1600 el derrumbe de la población redujo
    considerablemente el tributo y la agricultura
    indígena.

    Desde 1600 comienza el desarrollo de
    la hacienda y el rancho manejado por españoles. La
    encomienda y el repartimiento forzoso de trabajadores fueron
    sustituidos desde 1632 por la contratación libre y
    remunerada de los operarios, por lo menos en derecho y en ciertas
    regiones de economía más
    desarrollada.

    por causa del derrumbe de la encomienda se forman los
    peones acasillados, forma de trabajo que se prolonga hasta
    principios de
    siglo XX

    El derrumbe demográfico fue aprovechado por los
    hacendados para ocupar tierras de las comunidades, ensanchar sus
    propiedades y comenzaba a dominar los reducidos mercados.

    El estímulo de esta economía fuertemente
    arraigada en su región fue la minería,
    que a su ves rompió durante este mismo siglo las muchos
    ataduras que la unión con el sector externo.

    Aquí sé la el auge de prisiones como
    Zacatecas provocados en gran medida por las exigencias de la
    metrópoli, que primero redujo el abasto de mercurio para
    enviarlo a Perú y luego obligó a los mineros a
    pagar deudas atrasados, produciendo la inversión directa en la explotación
    de los yacimientos.

    Esta hacienda fue la quien desarrolló durante el
    siglo XVII en los alrededores de las ciudades de México,
    Puebla y Guadalajara. Su precisión consolidación a
    lo largo de esta canturía es uno de los hechos
    económicos y sociales más importantes de la
    historia
    colonial. Entre otras cosas, su desarrollo
    precipitó los cambios síntesis, si en el siglo XVI
    la agricultura y el abasto de productos
    agrícolas dependía de la población
    indígena, desde mediados del siglo XVII ya no ocurre lo
    mismo, para estas fechas los españoles habían
    creado una agricultura manejaba por ellos.

    En suma, puede crisis que no
    hay depresión
    económica en la nueva España, pero sí una
    crisis
    profundos Sicilia di un nuevo ordenamiento de la dicotomía
    y la sociedad. Durante
    el siglo XVI insistió un sosiego señorial que
    vivía de la explotación del indígena, en el
    XVII la población blanca había creado una nueva
    economía, manejada. Los consumos unos sistemas
    más capitalista los que señoriales.

    Las consecuencias sociales y políticas
    de esta transformación fueron también considerables
    se le otorgó a la minoría blanca los medios para
    asegurar su dominio sobre la
    población indígena.

    La iglesia
    sufrió cambios profundos entre 1550 y 1630 perdió
    el fervor misionero de los años iniciales y cerró
    las puertas a las ideas renacentistas que en aquel tiempo algunos
    soñaban aplicar en la nueva España. La corona
    cedió a la iglesia el
    impuesto del
    diezmo.

    Su en las canchas, pueblos y ciudades pequeñas
    eran la autoridad
    máxima ante quien se exponían los conflictos y
    problemas,
    además de representantes de la iglesia y
    el estado
    desempeñaban múltiples funciones.

    En un escalón inferior al ocupado por la iglesia
    y el consulado de comerciantes estaban los grandes mineros y
    agricultores. El vuelco que en el siglo XVII experimentó
    la economía hacia la autosuficiencia fue esencial para la
    consolidación y mineros y agricultores. La minería
    fue vistosa durante este siglo, la escasez de capital y el
    bajo nivel tecnológico fueron impedimentos serios para su
    estabilidad económica. En cambio, las
    transformaciones que afectaron a la agricultura fueron
    determinantes en la aparición del grupo y fueron
    ricos y hacendados.

    A mediados de siglo estos grupos ligados
    por intereses económicos, procedencia étnica y
    lazos de parentesco. Integraban la minoría y efectiva y
    realmente dirigía la colonia. Era la iglesia y no la
    fuerza civil
    la que mantenía la paz en la colonia y quien unía
    los diversos grupos
    étnicos y sociales en un solo bloque de creyentes. Era
    ella quien socialista, a la población. Estas enormes
    tareas de gobierno y
    consumación social le reparó privilegios y poderes
    que más tarde, cuando el estado
    trató que cancelamos, habría de originar uno de los
    conflictos
    más arduos y prolongados de la historia
    mexicana.

    Las reformas implantados puro los Borbones buscaban
    remodelar tanto la situación interna de la
    Península como sus relaciones con las colonias. Se
    pretendía absorber todos los atributos del poder que se
    habían delegado en grupos y corporaciones así
    entonces se pretendía asumir la dirección política, administrativa y
    económica del reino.

    Para comprender mejor la importancia dices estas
    reformas comienza oposición que suscitaron cuando se
    intentó su aplicación debe recordarse las características más importantes del
    gobierno creado
    por los Habsburgo. Se inspiraron en la doctrina de Santo
    Tomás, dos principios
    condensa esa doctrina:

    1. – la sociedad y el orden público que la
    envuelve están regidos por preceptos hubo leyes naturales
    externas e independientes de la voluntad humana. Una virtud de
    estas leyes, la
    sociedad ha sido naturalmente organizadora en un sistema
    jerárquico en el cual cada persona o
    grupo cumple
    propósitos que, rebasando a personas y grupos, tratan de
    satisfacer los fines del orden natural.

    2. – las desigualdades inherentes a esta sociedad
    jerarquizada supone que cada persona acepta
    la situación que le corresponde en ella y el
    cumplimiento de las obligaciones
    relativas a esa situación.

    Estos principios de la
    filosofía política española formaron la
    conducta y los
    conflictos
    políticos de la sociedad colonial el principio de y toda
    sociedad, independientemente de su organización y religión está
    gobernada por leyes naturales,
    permitió la incorporación de los indios y de sus
    formas de cubiertas dentro del imperio español. La idea de
    que la sociedad se divide naturalmente en partidas
    orgánicas, a las cuales ley está
    asignadas diferentes jerarquías y señalados
    derechos y
    obligaciones
    relativas a su situación, legalizó la desigualdad
    social y la diferencia funcional que se creó en nueva
    España inmediatamente después de la
    conquista.

    La recompensa de servicios
    mediante el otorgamiento de prebendas y la dotación de
    privilegios es uno de los rasgos típicos de la forma de
    dominio
    tradicional como arraigo en nueva España con gran fuerza y
    creó grupos y cuerpos extraordinariamente
    diferenciados.

    En lugar de un proceso que
    hiciera a todos los ciudadanos iguales ante la ley y el estado
    burocrático se promovió una diferenciación
    de clases.

    Finalmente, debe agregarse si esta racionalidad
    política interna del sistema crea
    barreras muy grandes al desarrollo
    racional de la economía el patrimonialismo es naturalmente
    opuesto al desarrollo
    racional de la economía por la arbitrariedad, que impone y
    distribuye la carga tributaria.

    Las reformas político –
    administrativas.

    Las reformas Borbónicas tuvieron cumple sentido
    político final cancelar una forma de gobiernos e imponer
    otras.

    En fuegos España la corporación más
    poderosa tanto por su fuerza
    moral como por
    su riqueza y las funciones
    políticas que presenta, era la iglesia, y
    especialmente el clero regular. Los borbotones intentaron reducir
    la fuerza del clero asegurar prohibiendo la fundación de
    nuevos conventos en América. La compañía de
    Jesús, la orden más conflictiva por su
    adhesión al papa. Por su influencia indisputada en la
    educación
    superior, por su gran riqueza y su carácter independiente,
    fue sorpresivamente expulsada de todos los dominios americanos en
    1767.

    Sin duda el golpe más serio que afectó a
    la iglesia fue la Real cédula sobre enajenación de
    bienes
    raíces y cobro de capitales de capellanías y obras
    Pías para la consolidación de vales reales,
    expedida el 26 de diciembre de 1804. esta Real cédula
    extendía a la nueva España la política de
    desamortización que los Borbones habían comenzado a
    aplicar en España desde 1798. pues mandaba recoger como
    préstamo los capitales que se sacara de la venta de los
    bienes
    raíces de la iglesia, así como el capital
    circulante que ésta poseía o administrador en
    las colonias.

    Esta estructura y
    destino especial que los bienes de la
    iglesia y la nueva España explica que la ejecución
    de la Real cédula provocara las más violentas y
    generales reacciones contra la metrópoli. Con
    excepción de los comerciantes ricos la célula
    afectaba a los principales sectores económicos de nueva
    España, y sobre todo a la agricultura.

    La reales audiencia, la institución si más
    poderosa después del virrey, fue objeto de cambios que
    aceptaron su composición. Además de servir como
    asesor y consultó del virrey en muchos asuntos, estaba
    integrado por oidores y alcaldes del crimen (criollos y mestizos)
    aunque los reglamentos de la misma decían que éstos
    integrantes no podían ser más que
    españoles.

    Entre las reformas administrativas de esta época
    como debe mencionadas la di los alcaldes mayores. Sus facultades
    comprendían y conocimiento
    en primera instancia de la jurisdicción civil y criminal
    en los pueblos de indios pero como ocurrió con casi todos
    los funcionarios de este tipo, los bajos salarios hicieron
    qué los alcaldes mayores violan los principios
    básicos de su cargo, es decir proteger al indígena.
    La corona les exigía a ellos y a sus tenientes letrados,
    una fianza y la presentación de fiadores para asegurar el
    pago de los impuestos que
    ellos recolectaban.

    El crecimiento
    económico

    El crecimiento en la economía obedeció a
    causas más profundos que las reformas borbónicas.
    De condiciones específicas de la estructura
    social y económica de la nueva España. Condiciones
    internas. Se observa en el cuadro un lento, pero progresivo
    aumento de la población, como prueba de esto.

    la población

    Se observó una recuperación importante de
    la población de la nueva España en la segunda mitad
    del siglo XVI.

    Hay una distribución de los habitantes
    geográficamente desigual, México, Puebla,
    Guadalajara, Michoacán, Querétaro y Guanajuato es
    la zona más poblada, seguida por la región sudeste;
    Oaxaca y Yucatán, dejando casi sin blanco la faja
    más cercana a las costas y la extensión de tierra que
    pasó luego a los Estados
    Unidos.

    La colonización del Norte que se inicio desde
    mediados del siglo XVI hasta la segunda mitad del XVII, por
    nuevos filones de plata.

    La penetración de rusos, anglosajones y franceses
    en la frontera norte provocó una corriente migratoria que
    dio lugar a la formación de nuevos reales de minas. Los
    reales de minas más al sur, los presidios militares y las
    misiones jesuitas y franciscanas casi nunca formaron poblaciones
    de más de mil habitantes, como en el norte minero, el
    rasgo distintivo de estas aglomeraciones era volverse
    autosuficientes y autárquicas.

    Los bienes que no
    se producían en el lugar se traían del centro, en
    caravanas que tardaban meses en hacer el difícil recorrido
    de las regiones desérticas, montañas y ríos,
    además de planicies desoladas. Se formo una sociedad y una
    economía distintas de la del centro y sur. Los pobladores
    se habituaron a bastarse a sí mismos porque allí no
    había indios de paz que trabajaran por ellos.

    El Bajío desde 1790, era señalada como la
    más densamente poblada de todo el Reino. A diferencia del
    centro del país, se desarrolló una población
    no aglomerada en una u dos ciudades, si no en islotes que eran
    interdependientes entre sí.

    Las comunicaciones
    entre esas ciudades eran débiles, era notable su
    dependencia del centro del país. De cresta manera todas
    las transacciones eran controladas desde la ciudad de
    México. Así entre más lejos estaba una
    población del centro, más dependía de
    él. Esto explica que hacia 1689 gran número de
    españoles residentes en la ciudad de México, se
    dedica al comercio.
    Después de comercio, los españoles de la
    península, monopolizaron la burocracia, la
    gran mayoría de los altos puestos eran de
    españoles.

    Los españoles nacidos en México siempre
    fueron considerados como una raza de segunda clase, no
    podían aspirar a puestos políticos, estuvo los
    orillo a convertirse en abogados, sacerdotes o militares. En ello
    encontraron los fundamentos ideológicos para darse cuenta
    de su condición de ciudadanos de segunda clase. Asimismo,
    fortalecieron la conciencia de un
    sentido patriótico, de este grupo
    saldría más tarde la ideología y los
    caudillos de la revolución
    de independencia.

    La fuerza de trabajo en y si sustentaba la sociedad tuvo
    una recuperación importante en el siglo XVIII.

    El comercio exterior
    y la minería.

    Al hablar del comercio exterior
    hay que referirse a los almaceneros de la nueva España, y
    sus contrapartes de Sevilla. Un acuerdo común unió
    a los comerciantes de uno y otro lado; mantener el monopolio
    comercial para su beneficio exclusivo.

    La corona tuvo un control excesivo
    del tráfico con las colonias, con lo que el comercio exterior
    quedó rezagado ante el de otros países.

    Cuando en 1778 los Borbones liquidaron el sistema de flotas
    y otorgaron libertad a
    todos los puertos y comerciantes americanos para realizar sus
    transacciones con España. Fueron los pequeños
    comerciantes del interior quienes más resueltamente se
    identificaron con estas medidas, aprovechando la coyuntura para
    oponerse al consulado de México.

    La primacía de la ciudad de México fue
    también vulnerada por el contrabando, otra consecuencia
    del sistema comercial
    Los fletes altísimos que se cargaban a las
    mercancías para cubrir el costoso transporte de
    las flotas, de los múltiples impuestos que la
    corona imponía al comercio para obtener los ingresos que no
    le daban en la península, aumentaban el precio de
    venta de estas
    mercancías que invitaba al contrabando.

    Se le otorgo a Inglaterra el
    permiso de la trata de negros con la nueva España,
    más un permiso para introducir mercancías en
    Veracruz, y otros puertos. Por estos conductos y el contrabando,
    los ingleses inundaron los mercados de la
    nueva España con mercancías baratas y calidad.

    Las guerras de la
    metrópoli con Inglaterra y
    otros países, lograron que Inglaterra
    impusiera un bloqueo hacia las colonias, con lo que se
    aumentó el tráfico con navíos
    norteamericanos que sirvieron de enlace entre las colonias y la
    corona. A principios del
    siglo XIX y comercio estaba profundamente penetrado por los
    intereses comerciales del vecino del Norte, y la mayor parte de
    las transferencias se hacían en bancos
    norteamericanos.

    La agricultura.

    La agricultura experimentó un desarrollo
    aún más vigoroso; pero no fue parejo el crecimiento
    rápido de la producción en el Bajío, Guadalajara,
    Michoacán y el norte extremo.

    En el norte extremo, los cueros, el ganado en pie, la
    lana y las carnes saladas representaban los principales productos de
    exportación de estás zonas. La
    región central y sur del país siguió el
    crecimiento general.

    Chalco, Atengo y en el valle de Toluca,
    satisfacía la demanda del
    gran mercado de la
    capital. El
    trigo y la cebada los importaba del Bajío y de Puebla. Los
    valles de Puebla Tlaxcala, productores importantes de
    maíz, frijol; redujeron sus sembradíos de
    trigo.

    La grana cochinilla tuvo un gran desarrollo en la
    primera mitad del siglo XVIII en Oaxaca, pero se estanco y
    decayó a finales del siglo.

    En la intendencia de Veracruz, el cultivo de cereales
    tradicionales cubría sobradamente las necesidades
    internas, y con frecuencia se quemaba gran es parte de la
    producción de maíz. Falta de
    compradores. Durante y siglo XVIII los cultivos de la caña
    de azúcar y la vainilla, se desarrolla.

    La agricultura del Bajío, Guadalajara,
    Michoacán y el norte era más comercial y estos
    orientada a mercados situados
    fuera de la región. La que se practicaba en el centro y
    sur se auto consumía que gran parte y sólo una
    porción pequeña de ciertos cultivos salía al
    exterior.

    El Bajío, Guadalajara, Michoacán y el
    norte los dueños de la tierra son
    criollos, mestizos y castas, sin que falten los españoles
    e indígenas, pero que número reducidos.

    El mercado
    género estas diferencias; uno amplio, abierto y en
    expansión. , Se sumó en el Bajío y el norte.
    Cuya penetración en ese mercado
    dependía de su capacidad de ofrecer precios bajos,
    la reducción de los precios no
    podía conseguirse rebajando los salarios o
    explotando más la mano de obra, porque esta era
    escasa.

    A la inversa, la agricultura que se desarrolla durante y
    siglo XVIII en la parte central y sur del país arrastraba
    la herencia de las
    practicas indígenas tradicionales, y las deformaciones de
    la hacienda latifundista, que se había edificado sobre la
    explotación de la mano de obra y el control
    monopolico de los reducidos mercados
    urbanos.

    En nueva España, la crisis
    agrícola originados por la reducción violenta de
    las cosechas fue mucho más intensa y dramática que
    en las sociedades
    europeas de la misma época porque la mayor parte de la
    población dependía de un solo producto, el
    maíz. El hambre, las caravanas de inmigrantes, la
    propagación de enfermedades y el incremento
    de los desocupados y mendigos, creó un ambiente de
    tensión y zozobra en las ciudades que culminaba en el
    motín o el incendio de las casas y graneros de los
    acaparadores.

    Apenas se difundía la noticia de la
    pérdida de las cosechas, pequeños y medianos
    agricultores eran asediados por los acaparadores, quienes los
    presionaban a vender las pocas reservas que tenían del
    año pasado.

    El campo se quedaba sin reservas desde los primeros
    días de crisis.

    Cuando la mayoría que la población
    padecía, los hacendados y acaparadores obtenía sus
    máximas ganancias al vendedor a precios
    altísimos los granos y alimentos. Esto
    hacía a la hacienda una unidad beneficiaria de los efectos
    de la crisis, también le obtuvo el monopolio de
    la oferta de
    alimentos
    cuando todos sus competidores estaban arruinados

    .

    La desigualdad periódica de las cosechas afecto
    asimismo el régimen de propiedad de
    la tierra, los
    pequeños, medianos y grandes agricultores muestran que en
    tanto los últimos siguieron produciendo al año
    siguiente de la crisis, los primeros y los segundos se
    reponían con gran dificultad, o no lo lograban y hasta
    dejaban de ser propietarios. Pero así como el
    pequeño agricultor no soportaba dos o tres años
    malos, el gran hacendado difícilmente sobrevivir a tres o
    más años continuamos de buenas cosechas y precios bajos.
    Todos los estudios recientes muestran que una familia muy pocas
    veces lograba conservar sus tierras más allá de la
    tercera generación.

    La iglesia con enorme peso social, político y
    moral, le
    abrió tres vías para intervenir directamente en la
    agricultura; 1) como propietaria; 2) como receptora del impuesto pagado
    por los agricultores, y 3) como prestamistas de la mayor parte de
    los agricultores.

    Uno de los soportes sobre los que se levantó la
    potencia de la
    iglesia fue el diezmo. Era un impuesto sobre la
    producción bruto. El pago del diezmo se hacía en
    especie, pues en ciertas épocas y regiones se hizo en
    dinero, en los
    años de mala cosecha obtenían grandes ganancias,
    como muestran sus entradas por venta del diezmo
    en los años de crisis. La iglesia recibía
    donaciones, legados testamentarios y diversos bienes de toda
    la población.

    Los conventos y juzgados de capellanías y obras
    Pías dedicaron una parte de su capital a la compra de
    propiedades y otra muy considerable la prestaban bajo
    garantía hipotecaria. Los mayores beneficios de estos
    préstamos fueron para los agricultores, quienes ante
    cualquier emergencia acudían al juzgado de
    capellanías en demanda de tal
    o cual cantidad, que aseguraban pagar en término de cinco
    o nueve años, obligándose a dar anualmente cinco
    por ciento del total del dinero
    recibido en préstamo.

    Inestabilidad social y desajuste
    político.

    Las grandes transformaciones administrativas, políticas,
    económicas y sociales que padece el país en esta
    época no producen estabilidad, ni el movimiento de
    1810 es provocado principalmente por una revuelta popular que
    viera en él la vía para una solución de sus
    aflicciones sociales y políticas.

    Desequilibrios de la sociedad novohispana ocasionados
    por el rapidísimo crecimiento
    económico y las reformas borbónicas que lo
    acompañaron.

    En nueva España la división crecimiento de
    los años 1770-1800 produjo efectos desestabilizadores,
    rompió un lentisimo reacomodo económico social,
    como por que se dio en el seno de una sociedad extremadamente
    desigual. Una de sus consecuencias fue desplazar del polo del
    crecimiento
    económico y de la concentración de la riqueza
    del centro del país hacia el Bajío, el occidente y
    el norte.

    Otra consecuencia, buscada por las reformas
    económicas de los Borbones, fue el fortalecimiento del
    sector externo de la colonia, con el fin de hacerlo más
    dependientes de la metrópoli.

    Así, al mismo tiempo que las
    reformas económicas y de política
    fiscal tornaron a Nueva España más colonia que
    nunca, el efecto multiplicador que tuvieron estas reformas en la
    economía interna, destacó la certeza, por una
    parte, de que la metrópoli solo cuidaba de sus intereses y
    que éstos solían contraria los de la colonia; Y por
    otra, que nueva España era auto suficiente, que su
    desarrollo y potencialidades podrían ser mayores si
    prescindía de su atadura con España.

    Si el auge económico fue casi general, el reparto
    de sus beneficios, al contrario, no fue nada equitativo, dada la
    tremenda desigualdad social existente. El malestar y las
    expectativas provocadas por este reparto desproporcionado se
    intensificaron, por causa de la política que adoptó
    la corona con determinados grupos. Ganó privilegios al
    grupo de
    mineros y dejando a los agricultores y empresarios criollos fuera
    de las grandes ganancias, no tenían acceso a las
    retribuciones sociales y políticas
    que se daban a los españoles.

    La presión tan intensa y generalizada que en esta
    época se ejerció sobre el grupo indígena
    sólo tiene comparación con los peores momentos de
    la conquista y primeros años de la colonización,
    muchas de las principales instituciones
    sociales y culturales que aún conservan fueron dislocadas
    o quebrantadas por el acelerado proceso de
    cambio
    económico que se vivió en que 1750 y 1800. Las
    tierras comunales sufrieron ésta ves el asalto combinado
    de la hacienda y el rancho en expansión; grandes
    haciendas, ingenios azucareros, ranchos y estancias ganaderas
    convirtieron a los campesinos tradicionales en peones y
    jornaleros.

    Otra manifestación del desajuste social provocado
    por el crecimiento
    económico rápido fue la aparición de
    nuevos grupos que no tenían cabida en el orden
    establecido; las castas que hacia fines del siglo XVIII llega a
    formar el 22 por ciento de la población total. Mucho menos
    numeroso pero de mayor peligrosidad política fue el grupo
    de los nuevos ricos que nació con el auge, estos
    individuos repentinamente enriquecidos se adaptaba en forma
    imperfecta al sistema, y eran
    frecuentemente rechazados por éste.

    La frustración social que de ellas se
    apoderó fue seguida de un proceso
    paralelo de frustración política. Las reformas
    Borbónicas incrementaron la frustración social y
    política de varias maneras. Por una parte, cerrando el
    paso de criollos y mestizos a puestos y posiciones
    políticas que su misma representatividad les había
    ganado; impidiéndoles el acceso a los altos puestos
    militares y eclesiásticos; marginándolos, en fin,
    de manera sistemática y creciente.

    Así, desterrados de la vida política
    propiamente dicha, pero teniendo abierto el acceso a los cabildos
    municipales, los curatos y los niveles inferiores y medios del
    ejército, comenzaron a transformar estas instituciones
    en cuerpos políticos dedicados a la defensa de sus
    intereses. Es tu adquiere importancia política plena
    durante 1808 ante la abdicación del monarca
    español, el cabildo de la ciudad de México propone
    al virrey seguir provisionalmente en el gobierno. De esta
    proyección del cabildo surgió la crisis que
    acabó en la deposición del virrey. Asimismo es
    conocida la participación de curas y oficiales del
    ejército criollos en todas las conspiraciones anteriores a
    1810.

    El tercer factor fue la modernidad, la
    penetración en nueva España de las ideas y la
    cultura del
    siglo de las luces. Los principales introductores de las nuevas
    ideas y costumbres fueron en primer lugar los gobernantes y
    funcionarios encargados de llevar acabo las reformas
    Borbónicas. Quienes adoptaron estos hábitos con
    mayor pasión y rapidez fueron los nuevos ricos y la
    emergentes clase media urbana. Incorporar en la vida corriente
    los principios del despotismo ilustrado, aplicar el filantropismo
    social, racionalizar la administración y la hacienda
    pública, o simplemente combatir los monopolios,
    significó para estos hombres entrar en grandes pugnas con
    los intereses y grupos establecidos y más directamente
    ligados a la península. La batalla inicial la desataron
    los jesuitas. Sus enseñanzas y escritos introdujeron los
    cambios siguientes; aparición que las primeras
    críticas sistemáticas a los métodos y
    dogmas escolásticos, apertura a las nuevas corrientes y
    filósofos europeos, introducción de
    la física
    experimental o moderna en los cursos de
    filosofía, desarrollo del eclecticismo científico y
    adopción
    de nuevas orientaciones metodológica ser tanto en la
    recepción filosófica como en la
    enseñanza.

    El padre Juan Benito de Gamarra, convirtió el
    colegio de San Francisco de Sales de San Miguel el Grande en un
    foco de modernidad. Su
    triunfo marca el momento
    en que las ideas renovadoras se imponen a las tradicionales de la
    institución más conservador, la propagación
    de la filosofía y la ciencia
    moderna ya no se detiene. Otro signo inminente del cambio
    ocurrido es el relajamiento e incapacidad del Santo oficio para
    reprimir y contener la circulación de obras
    prohibidas.

    Se observa el esfuerzo obsesivo de esta
    generación por quebrantar la mentalidad tradicional,
    introducir de un golpe las ideas ilustradas y crear las
    condiciones para que se aplique a la realidad circundante. La
    nueva España entre 1770 y 1810 padeció las amargas
    quemaduras de la contradicción, la frustración y el
    desgarramiento interior.

    De los varios grupos y sectores que promovieron el
    cambio mental
    e hicieron circular las nuevas ideas que estaban cambiando a su
    época, el formado por sacerdotes y prelados padeció
    con mayor intensidad que nadie el doloroso tránsito que
    habría de recorrer el país.

    Con todo, la generación de gobernantes ilustrados
    cumplió cabalmente su tarea de puente entre un mundo que
    se resquebrajaba por todos lados y otro cuyos contornos
    contribuyeron a iluminar. Entre 1790 y 1810 la difusión de
    las ideas y la efervescencia social son más intensas que
    nunca en la nueva España.

    La gran explosión que precipita al país a
    la época moderna tiene como antecedente esos tres procesos que
    hemos tratado de esbozar en las páginas precedentes; un
    rapidísimo crecimiento
    económico que destruyen toda las estructuras
    sociales forjados atravesó de un siglo de lento reacomodo
    y hace más evidentes las desigualdades existentes; una
    inflexibilidad casi total de la fábrica política y
    social para dar cabida a los nuevos grupos y absorber las
    contradicciones y expectativas creadas por el proceso
    anterior; y una difusión también acelerada de las
    ideas de la modernidad que le
    darán fundamento a los grupos marginados para proyectar y
    racionalizar sus reivindicaciones. No es un azar que el
    área del Bajío y Michoacán, que
    experimentó el mayor crecimiento económico,
    concentró el número más alto de criollos y
    albergo a los focos más avanzados de renovación
    intelectual, haya sido la matriz de la
    insurrección que encabezo Hidalgo.

    Los actores del drama.

    El sistema económico exportador o descansaba en
    la explotación minera y en el sector financiero y
    comercial que financiaba la producción de metales preciosos y su
    exportación a la metrópoli. En la
    segunda mitad del siglo XVIII, sobre todo a partir de 1740 y 1803
    la minería alcanza un auge extraordinario.

    El comercio exterior
    estaba controlado por unos cuantos firmas de asiento en las
    ciudades de México y Veracruz, y que guardaban estrechas
    relaciones con empresas de
    Cádiz. El decreto de comercio libre de 1778, que
    rompió el monopolio del
    puerto de Cádiz para comerciar con las colonias y
    levantó las prohibiciones de que nueva España
    comerciar con otros países americanos, a la larga fomento
    la proliferación de nuevos establecimientos comerciales.
    El decreto de comercio libre sirvió, para que algunos
    comerciantes, invirtiera fuertes capitales en la minería,
    contribuyendo así a su auge.

    Muchos propietarios de minas empezaron su carrera como
    comerciantes y banqueros, mineros y comerciantes exportadores
    formaban el grupo económicamente hegemonico en la
    última época de la colonia.

    Su hegemonía estaba ligada al mantenimiento
    de una economía de enclave, pues como su beneficio
    derivaba de la exportación a la metrópoli.
    Así su suerte privilegiada descansaba en la
    situación de dependencia de nueva España. En el
    seno de ese grupo privilegiado no podría encontrarse la
    menor oposición entre criollos y peninsulares. La
    distinción entre europeo y criollo se resolvía
    así en una generación.

    Intereses comunes ligaban a la burocracia
    política con ese grupo. La gran mayoría de los
    puestos administrativos y militares importantes y aún en
    la carrera eclesiástica eran asignados a inmigrantes de la
    península. La burocracia
    política había aumentado considerablemente a partir
    de las reformas administrativas introducidos por los Borbones. Al
    grupo privilegiado de mineros y comerciantes la unía tanto
    su situación de poder común su común
    necesidad de mantener los lazos de dependencia la
    metrópoli.

    El proceso de concentración de tierras y manos de
    unos cuantos hacendado criollos aumentaba. Con todo, las
    condiciones para una acumulación de capital en el sector
    agrario eran aleatorias. En los años de crisis, los
    hacendados dependían de sus fuentes de
    crédito. El capital financiero de que
    defendían estaba en manos de la iglesia. La inmensa
    riqueza de la iglesia provenía de tres fuentes.
    Recibía rentas de sus propiedades; el diezmo; pero su
    principal base económica radicaba en capitales impuestos a censo
    redimible sobre propiedades de particulares. Cada juzgado de
    capellanías, cada cofradía, era una especie de
    banco.
    Prestaba a los hacendados, a los industriales y a los
    pequeños comerciantes fuertes capitales a un interés
    módico y a largo plazo. El crédito
    de la iglesia era vital para los terratenientes, sobre todo en
    años de crisis.

    La relativa liberación del comercio interior
    auspiciado por los Borbones y, sobre todo, el cierre del mercado a los
    productos
    provenientes de España, había propiciado una
    incipiente producción de bienes de consumo
    destinados al mercado interno.
    A fines del siglo XVIII la mitad de la población
    trabajadora estaba empleada en la industria
    textil y en el Bajío y 18% de la fuerza de trabajo se
    repartía entre la extracción minera y la
    pequeña industria.
    Para mantener la situación de dependencia, la corona
    había establecido miles de trabas legales que
    impedían la consolidación y ampliación de
    ese sector productivo. Se prohibieron expresamente muchas
    industrias
    para evitar la competencia a las
    españolas. La ampliación del mercado se veía
    obstaculizada también hubo un complejo sistema de tarifas
    aduanales y alcábalas, que entorpecían el comercio
    y encarecían mucho los productos. Sin
    embargo, las disposiciones no siempre se atacaban. El ingenio de
    los americanos y la prudencia de los virreyes se aunaron
    numerosas ocasiones para establecer industrias que la
    ley
    expresamente prohibía.

    Las trabas eran, más formales que reales. La
    teoría
    legislativa resultaba inaplicable ante la fuerza con que empezaba
    a desarrollarse contra la ley la
    economía novohispana. Existía un desajuste entre la
    esfera legislativa y administrativa. Aquella no
    correspondía al progreso de la producción y se
    había convertido en una rémora inútil. Al
    contrario del sector exportador, terratenientes, clero e
    industriales gozaban su preeminencia económica en la
    ampliación del mercado interno. Y a ello justamente se
    oponía la política final seguida por los Borbones.
    Para sufragar sus perpetuas guerras, la
    corona aumento mucho sus impuestos y
    exacciones. A principios del siglo XIX, la nueva España
    suministraba a la metrópoli las 3 cuartas partes del total
    de sus ingresos de las
    colonias. La explotación colonial había llegado a
    su punto máximo.

    El 26 de diciembre de 1804,un decreto real ordenaba la
    enervación de todos los capitales de capellanías y
    obras pías y exigía que se hicieran efectivas las
    hipotecas, vendiendo las fincas de crédito
    vencido. La economía interna de la colonia resintió
    terriblemente este despojo.

    Por fin la regencia escucha las reiteradas quejas y
    ordenó el 14 de Enero de 1809, que cesaran los efectos de
    la
    célula. A finales del siglo XVIII y principios del
    XIX, la nueva España vio reforzado su situación de
    dependencia, por una parte, el auge del sector exportador
    permitió la consolidación de los grupos
    económicamente dominantes; pero en cierta medida
    estimuló también la producción
    interna.

    El antagonismo entre criollos y noche quienes nunca
    corrió con suerte entre las familias privilegiados.
    Más bien, sería creación de los letrados de
    las clases medias que se harán los voceros de los
    intereses americanos. La clase media mejor que ninguna otra,
    tenía conciencia de no
    poder realizar en la sociedad la función a la que su
    preparación y su vocación la orientaba. Su falta de
    un puesto adecuado en el mundo real los obligará a
    evadirse hacia el reino ideal de las artes y del saber. Esta
    sociedad formaba una elite intelectual unida por la
    insatisfacción común. Económicamente
    improductivo, esta intelligentsia acaparaba una arma terrible: la
    ilustración, depositada casi toda ella en
    sus manos. El aumento de la riqueza a fines del siglo XVIII
    había beneficiado la oligarquía económica y
    a la ves agudizado los contrastes sociales. En comparación
    con los peones rurales, los obreros de las minas, aunque
    trabajaban en condiciones sumamente duras, estaban mejor pagados.
    Con todo, su condición había empeorado a finales de
    siglo. Pero el problema más grave a principios del siglo
    XIX era el crecimiento desmesurado de la plebe en las ciudades.
    Esta plebe era caldo de cultivo para cualquier explosión
    violenta.

    Ascenso a la revolución
    popular.

    Con el levantamiento de Dolores el movimiento a
    favor de la independencia
    se transforma. Las grandes masas trabajadoras entran en escena.
    Su rápido inicio y la falta de organización lo convierten en un movimiento
    anárquico y explosivo. En San Miguel el grande, las tropas
    que comanda Allende se unen a las de Hidalgo.

    Al carecer de pertrechos, después de derrotar a
    las tropas Españolas, Hidalgo por temor a que la turba
    saquee la ciudad, y por que del norte el ejercito de Félix
    María Calleja, que podría atacarlos en unos
    días, decide regresar a Celaya. El ejercito se divide,
    Allende marcha a Guanajuato con el grueso de las tropas. La plebe
    se levanta en varias ciudades, toman Guadalajara e Hidalgo se
    desplaza hacia ella. También en el norte y en el centro se
    toman varias ciudades, entre ellas San Luis, Zacatecas.
    José María Morelos comienza a levantar gente en el
    sur.

    La revolución
    de 1810 es diferente a las anteriores, es un movimiento
    campesino. Hidalgo es de la idea de su clase, guardar el trono
    para Fernando VII, mientras tanto formar un congreso con
    representantes de todas las villas y las ciudades. Sin embrago al
    solicitar la ayuda del pueblo. Lo erigen como su representante,
    hasta convertirlo en vocero de sus propios deseos.

    Muchos comienzan a cobrar conciencia que
    tras el orden instituido, subyacen los intereses de unos cuantos.
    Entre los criollos portadores de la ilustración comienzan a surgir criticas
    certeras. Desde el destierro de Villaurrutia, que dio mucho de
    que hablar, se acentúa la oposición entre criollos
    y gachupines.

    Además, llegan noticias inquietantes, las tropas
    francesas han ocupado casi la totalidad del territorio
    Español, y varias colonias del sur y del caribe ya
    están gestando movimientos similares, apoyados en los
    ayuntamientos. Sin embrago la clase hegemonica, sostiene un
    férreo control de la
    situación y si los criollos quieren triunfar,
    tendrán que apoyarse en los campesinos.

    Las grandes masas promulgan a Hidalgo
    "Generalísimo" y la rebelión toma un giro de apoyo
    hacia las clases populares; Hidalgo, al legislar en su nombre
    (Del pueblo), de hecho lo pone como soberano sin
    distinción de clase social. Hidalgo abroga los tributos,
    suprime la distinción de castas y por primera vez en toda
    América, declara abolida la esclavitud.

    Allende no puede asimilar el sesgo de la rebelión
    y tiene diferencias con Hidalgo, por el partido que ha
    tomado.

    Ante la rebelión popular la clase criolla
    acomodada, que no había tomado partido, se opone
    abiertamente a la rebelión, sobre todo el alto
    clero.

    Los acontecimientos comienzan a ser desfavorables para
    la rebelión a partir de noviembre de 1810. Aunque el norte
    es tomado por los insurgentes, en el centro se alistan nuevos
    cuerpos del ejercito bien armados, con el apoyo de los mineros y
    hacendados. Hidalgo y Allende, camino a Monclova, son emboscados
    y capturados. Juzgados en Chihuahua y ejecutados, sus cabezas son
    exhibidas en la alhondiga de Granaditas de Guanajuato, donde a
    nombre del pueblo habían obtenido su primera
    victoria.

    Aun así, en Zitácuaro se forma una
    "Suprema junta gubernativa de América", y Morelos se vuelve el dirigente
    popular que la rebelión requería.

    Conforme avanza el movimiento,
    muchos de los elementos de la clase media, toman partido en su
    favor. A la sombra de Rayón y de Morelos, divulgan ideas
    ilustradas de la revolución. Algunos letrados como
    Joaquín Fernández de Lizardi y fray Servando Teresa
    de Mier, apoyan con sus escritos la rebelión
    insurgente.

    Es este último, quien desarrolla con más
    fuerza los argumentos históricos y jurídicos en que
    apoyan los insurgentes su pretensión de independencia.

    América posee, en efecto su propio "pacto
    social", que la constituyo como parte integrante de la
    monarquía española, y que Carlos V contrajo con los
    conquistadores y con los mismos indios a quienes considero
    vasallos a cambio de
    concederles exenciones y privilegios. De esta manera, se alegaba
    que las Américas son reinos independientes de
    España sin otro vinculo con ella que su rey. Ya que el
    soberano dotó a la Nueva España de todos los
    derechos de un
    reino independiente, con sus propias cortes y su propio consejo
    de indias, separado del consejo de Castilla, y de su propia
    jurisdicción eclesiástica. El único vinculo
    entre América
    y España es el soberano. Sin embargo estas
    garantías fueron alienadas por los sucesivos virreyes que
    pasaron por alto este pacto social. El movimiento insurgente
    inicia el rescate de ese origen perdido.

    Siguiendo estas ideas, los únicos afectados
    serian los grupos que tenias su poder basado en la dependencia de
    América.

    Estas ideas eran de la clase ilustrada que no
    podía adoptarlas hasta que el movimiento popular sea
    derrotado.

    Morelos, por su parte, no se limita a reivindicaciones
    políticas. Su agrarismo, aunque moderado, es claro.
    Suprime las cajas de comunidad para
    que los labradores "perciban rentas de sus tierras como suyas
    propias". En sus sentimientos de la nación esboza
    un nuevo sistema teñido de un humanismo
    igualitario y cristiano.

    En un plan abandonado
    en Cuautla, seguramente redactado por los seguidores de Morelos,
    se observa el rechazo del régimen colonial, ya que se
    observa un Igualitarismo nacido de la revolución, así, el régimen
    considerado es como modelo de
    opresión. Entonces las demandas de los americanos ya no se
    fundan en el pacto social, que los conquistadores establecieron
    con la corona, sino en los derechos de los Indios,
    antiguos y legítimos dueños del
    país.

    Las tropas de Morelos emprenden una nueva campaña
    en el sur después de la evacuación de Cuautla.
    Toman Tehucán, dominan los actuales estados de Oaxaca y
    Morelos, y gran parte de los de Puebla y Veracruz. Después
    Orizaba y Jalapa, y por fin se apoderan de Acapulco.

    Descenso y fin de la revolución
    popular.

    Mientras la revolución en la Nueva España
    estallaba, en la isla de León, cerca de Cádiz, se
    reunían los españoles en ausencia del rey. Aunque,
    ahora las asambleas no tomaban una forma estamental, poco
    después de la rebelión de Hidalgo, la asamblea
    inicia sus sesiones.

    Declararon que la soberanía residía en la
    cámara única, representante del pueblo. Los
    diputados americanos hablaron a favor de los derechos de las colonias, y
    asimilaron prontamente la ideología dominante, la gran
    revolución
    francesa. Los diputados europeos se negaban a aplicar estas
    doctrinas en las colonias. La situación colonizada de los
    americanos les permitía dar a las doctrinas liberales un
    alcance universal que los colonizadores vacilaban en
    asumir.

    Con todo la lucha de los representantes de
    América fue un factor decisivo en la liberación del
    régimen colonial.

    El 18 de Marzo de 1812 se firma en Cádiz la nueva
    constitución española, basada en
    gran medida en la francesa de 1793 y 1795, la cual otorgaba
    grandes poderes a las cortes, reduciendo el papel del rey
    al poder
    ejecutivo, proclamaba la soberanía del pueblo, decretaba la libertad de
    prensa y de
    expresión y abolía la inquisición. A la vez
    establecía la paridad de las colonias con la
    metrópoli, en lo que a cortes y distribución de empleos administrativos
    respecta.

    El 30 de septiembre de 1812, el virrey Venegas la
    promulgo en México. Aunque nunca se aplico formalmente,
    impulso el movimiento electoral para integrar las diputaciones y
    favoreció su autonomía frente al virrey.

    Mientras tanto, los insurgentes necesitaban establecer
    un cuerpo que tomara medidas urgentes de gobierno, y permanencia
    del movimiento. Por iniciativa de Morelos el 15 de septiembre de
    1813, se reunió, en la ciudad de Chilpancingo, el congreso
    representante de las regiones liberadas. Desde sus inicios el
    congreso quedo casi dominado por la clase media. El 6 de
    noviembre el consejo de Chilpancingo rechazo la monarquía
    y estableció la república. De inmediato se
    comenzó a discutir la constitución apropiada para la nueva
    nación.

    La constitución de Apatzingán, fruto
    del congreso, se inspiraba, al igual que la de Cádiz, en
    las constituciones francesas de 1793 y 1795. Establecía el
    sistema representativo nacional, la separación de tres
    poderes, los derechos del ciudadano y la
    libertad de
    expresión. Sin embargo, la constitución no consagraba ninguna medida
    agraria, ni sentaba las bases para ninguna reforma en el
    régimen de la tenencia de la
    tierra.

    Con la instauración del congreso, la dirección política de la insurgencia
    pasaba a manos de un cuerpo colegiado, que actuaba material y
    espiritualmente, alejado de las masas, El choque del congreso con
    los caudillos populares, resultaba inevitable.

    Mientras tanto Morelos intenta tomar la ciudad de
    Valladolid; pero es derrotado, desde entonces la estrella de la
    revolución declina. En los meses siguientes son derrotados
    Mariano Matamoros y Hermenegildo Galeana.

    Félix María Calleja virrey desde el 4 de
    mayo de 1813, en sustitución de Venegas, suprime la nunca
    aplicada constitución de Cádiz y restablece
    la inquisición.

    Calleja regresa a España y Juan Ruiz de Apodaca
    lo sustituye, y de inmediato inicia una política doble
    para aniquilar lo que queda de la rebelión. Ofrece
    indultos a los insurgentes e inicia una campaña militar
    decisiva. Ya solo quedan grupos aislados al mando de Guadalupe
    Victoria en Veracruz, y las guerrillas encabezadas por Vicente
    Guerrero.

    La generosa expedición de Francisco Javier Mina
    es la ultima acción importante en la insurrección
    popular.

    La oligarquía criolla en el
    poder.

    Las largas campañas convirtieron cada
    ejército en una unidad autosuficiente, mas ligada al
    general que al poder central. En 1812 comenzaron a llegar tropas
    de Europa, la
    abierta preferencia que les demostraban los peninsulares, la
    discriminación en los premios otorgados,
    que les favorecían, fueron causas de general descontento
    entre las tropas de veteranos. Para 1820 la insatisfacción
    era general. Los oficiales criollos veían que a pesar de
    tantos años de guerra, no
    habían podido obtener los galones que creían
    merecer. Los soldados se encontraban pobres cansados y se
    sentían discriminados. Por otro lado muchos oficiales del
    ejercito empezaban a tener intereses comerciales nuevos. El
    ejercito controlaba el comercio interior al mayoreo.

    Por otra parte el gobierno recayó en una junta, y
    en ella se privaba el mismo ambiente
    liberal de 10 años antes. Las cortes emitieron una serie
    de decretos en contra del poder temporal de la iglesia. La
    situación para la iglesia novohispana era particularmente
    grave.

    Muchos funcionarios europeos empezaron a temer un
    movimiento encabezado por la iglesia. Agustín de Iturbide,
    es nombrado jefe del ejercito que habría de atacar a
    Vicente Guerrero, pero este mediante una hábil
    campaña epistolaria, logra la adhesión de los
    principales jefes militares. Lograda esta, redacta un plan en Iguala
    aclamado por los soldados.

    El plan de Iguala
    logra unificar a toda la oligarquía criolla. El proyecto de
    independencia
    aparecía fuertemente ligado a otras dos
    ‘garantías’: el mantenimiento
    de la religión y del orden social, en la
    unión de todas las clases.

    El 3 de agosto desembarca en Veracruz Juan de
    O’Donojú, nombrado jefe político de Nueva
    España. Queda sitiado en la ciudad por las tropas de
    Iturbide. En Córdoba, se reconoce la independencia,
    pero quedan a salvo los derechos de la casa reinante
    española.

    Agustín de Iturbide al frente del ejercito
    trigarante, entra en la ciudad de México el día 27
    de septiembre. Después de 10 años de luchas la
    independencia se ha consumado.

    La proclamación de la independencia
    política no se termina con el proceso revolucionario. Los
    antiguos insurgentes van a reunirse de nuevo para continuarlo.
    Una vez mas los letrados de clase media van a tomar la
    iniciativa; pero ahora la revolución popular ha terminado
    y los letrados han perdido contacto real con el
    pueblo.

    El 24 de febrero de 1822 se instala el congreso
    constituyente. Gracias a la convocatoria aprobada quedo dominado
    por la clase media. Sin embargo las pretensiones de Iturbide eran
    ser soberano único, apertrechandose en el plan de Iguala
    decía que al ser el portador de la voz del pueblo el
    debía ser el representante de la soberanía. Existe, pues, una doble
    pretensión de la soberanía, por una parte el poder
    ejecutivo dice detentarla, así como el aparato
    legislativo.

    Se abre una pelea entre el congreso e Iturbide, la cual
    culmina con la elevación de Iturbide al trono y la
    instauración de una monarquía. En Michoacán,
    se organiza un complot para restablecer la república. Los
    conspiradores se entienden con algunos diputados. Iturbide
    aprovecha esto y manda detener 15 de ellos. El congreso queda
    disuelto el 31 de octubre. Iturbide justifica la
    institución de la monarquía, alegando que el
    proyecto del
    congreso era inaplicable para la realidad de la nación.
    Esta posición despótica le granjea a Iturbide la
    enemistad de los liberales dispuestos a luchar por la
    república, y la de los antiguos borbonistas que deseaban
    la restauración de la dinastía
    Española.

    En Veracruz el 1° de enero de 1823, Antonio
    López de Santa Anna, se subleva, lanzando un proyecto
    republicano. Se unen a él, antiguos insurgentes como
    Guadalupe Victoria, Guerrero y Nicolas Bravo. Después los
    borbonistas hacen lo propio.

    El 29 de Marzo 1823, acaba el efímero imperio;
    Iturbide abdica de la corona y parte poco después al
    exilio. El congreso restablecido, proclamó el derecho de
    constituir la nación en la forma que más le
    conviniera.

    Mientras se establecía la constitución
    adecuada, el gobierno quedo confiado a un triunvirato, formado
    por Guadalupe Victoria, Nicolas Bravo y el general Pedro
    Celestino Negrete.

    Problemas internacionales del nuevo
    país.

    Del 24 de febrero al 27 de septiembre de 1821, todo
    parecía favorecer las aspiraciones de independencia y de
    paz.

    Las cortes declaraban que el 12 de febrero que el
    convenio celebrado con O’Donojú era "ilegitimo y
    nulo en sus efectos para el gobierno español y sus
    súbditos".

    Chile, Colombia y
    Perú fueron, por encontrarse en las mismas circunstancias,
    los primeros en reconocer la independencia de
    México; sin embargo Estados Unidos,
    no quiso adoptar una posición diferente a la
    europea.

    En el congreso de Verona, reunidos en octubre de 1822,
    la Santa Alianza decidió ayudar a Fernando VII a
    restablecer su poder absoluto en España.

    En 1823 se llego a temer que la Santa Alianza apoyara a
    España en la reconquista de sus colonias americanas, hasta
    que los primeros ministros de la Gran Bretaña y Francia
    acordaron que solo a España correspondía
    intentarlo.

    Estados unidos parecía desear reclamar de nuevo
    Texas como parte de la Luisiana. Rusia reclamaba la propiedad de
    California y el reino de Guatemala
    había decidido independizarse al desaparecer el imperio
    mexicano.

    El gobierno de México decidió entonces
    enviar como ministro plenipotenciario en la Gran Bretaña a
    Mariano Michelena. El tratado de amistad y
    comercio se firma el 6 de abril de 1825, después de
    resolver el problema de la libertad de cultos para los ingleses
    en México, los impuestos de
    importación y la definición de lo que se
    consideraría como barco Mexicano.

    *El bloqueo de San Juan de Ulua a manos de
    Españoles, capitulo en 1825.

    Los tratos con Francia, uno
    de los países que mas intereses comerciales tenia con
    México, había empezado de 1824 sin mayores
    resultados dados sus lazos con la Santa Alianza.

    Los dos reconocimientos de independencia que desde el
    comienzo mas interesaban a México, el del Vaticano y el de
    España, fueron los mas tardíos. Fue una de las
    preocupaciones del gobierno republicano. Desde 1824 se
    envío al canónigo Francisco Pablo Vázquez
    como enviado ante la Santa Sede.

    Guadalupe Victoria dio un paso mas para acercarse al
    Papa al asumir la presidencia y le escribió una carta en la que
    anunciaba la paz reinante en México, la buena nueva que la
    constitución consagraba a la católica como la
    religión
    única, su reciente elección y sus deseos de
    entablar relaciones. El Papa contesta a Victoria en 1825; lo
    felicitaba por la paz y concordia que decía
    existían en el país y expresaba satisfacción
    por el deseo de la nación mexicana de seguir siendo
    católica. El Vaticano sorpresivamente reconoció la
    independencia de
    México el 29 de noviembre de 1836.

    El tratado de paz y amistad entre
    México y España fue firmado con toda solemnidad por
    Miguel Santa María en nombre de la República
    Mexicana y por José María Calatrava en el de
    España, el 28 de diciembre de 1836.

    Problemas para establecer el
    estado.

    A partir de 1804, en que el decreto real del 26 de
    diciembre ordenaba la enajenación de todos los capitales
    de capellanías y obras pías, el capital novohispano
    no había dejado de trasladarse a la
    metrópoli.

    Por si no fuera suficiente esa sangría
    económica, la revolución de independencia
    había reducido la agricultura a la mitad, la
    minería a una tercera parte y había dañado
    severamente la naciente industria y el
    comercio.

    Y si se toma en cuenta que el gobierno había
    empezado a tener déficits además de deudas, se
    comprenderá la situación tan apurada del nuevo
    país.

    La constitución de 1812 contribuyo mucho a la
    transformación, ya que significo un autentico
    enfrentamiento de los españoles con las realidades de su
    propio país.

    La desconfianza del centro privaba entre los diputados.
    Por eso no es de extrañar que se aprovechara cualquier
    ocasión para debilitar la antigua provincia de Nueva
    España, que ahora constituía el Estado de
    México. La oportunidad se presentó con la necesidad
    de erigir un Distrito Federal, para lo cual se considero
    necesario usar la ciudad de México. La república
    federal estaba constituida por 19 estados y 4 territorios, el 4
    de octubre, se firma la constitución.

    La actitud ante
    la iglesia se convirtió en uno de los problemas que
    dividirían la opinión de los mexicanos, que eran y
    querían continuar siendo católicos. El
    resentimiento antiespañol tenia aún mas
    tradición en el suelo mexicano
    que el anticlericalismo, pero la independencia lo había
    avivado al despertar la ilusión de que la independencia
    solucionaría viejos problemas, entre ellos la
    desaparición de los españoles de los puestos
    importantes.

    Se comienzan a formar los precursores de los partidos
    políticos ya que existía la logia de los
    masones escoceses, o novenarios, y los yorquinos, o
    guadalupanos.

    El gobierno estableció el centralismo como
    un decreto provisional y se enfrascó en elaborar otra
    constitución. La primera república central
    duró seis años, y un solo periodo constitucional.
    Por diversos motivos, en 1840, algunos dudaron que el
    régimen centralista fuera una buena solución. Por
    primera vez se oyó una voz que claramente abocaba a una
    monarquía con un príncipe extranjero;
    Gutiérrez de Estrada lo proponía en una carta a
    Bustamante.

    Los últimos dos gobiernos centralistas estuvieron
    ensombrecidos por la inminente guerra con
    Estados
    Unidos. José Joaquín Herrera, un moderado,
    trato de conciliar los diversos partidos y evitar la guerra con el
    reconocimiento de la independencia de Texas.

    Después de once años de intentos
    frustrados, el federalismo
    volvió al poder. Yucatán volvía a unirse al
    pacto federal con la ayuda que le prestaba el centro para
    enfrentarse a la guerra de
    castas que lo aquejaba.

    Una economía en
    bancarrota.

    No se logro, implantar un sistema fiscal
    eficiente, tanto por manejarlo con personal
    inexperto como por el obstáculo de la soberanía estatal. Sin duda uno de los
    factores decisivos fue la fuga constante d capital que
    precedió a la consumación de la
    independencia.

    Iturbide aprovecho el entusiasmo causado por la
    independencia para solicitar contribuciones voluntarias con que
    equipar al ejercito. El advenimiento de la república se
    recibió como un respiro, sobre todo por los cambios
    políticos inmediatos. Se suprimieron los prestamos
    forzosos, se detuvo la emisión de papel moneda y
    se hicieron esfuerzos por economizar.

    Se comenzaron a pedir créditos a otras naciones,
    como Inglaterra. Como
    México no pudo pagar ni siquiera el primer crédito, la deuda se siguió
    acumulando, complicándose con los intentos del
    representante financiero en Londres, F. de Lizardi Co., Por
    cobrase intereses emitiendo bonos no
    autorizados.

    A partir de 1835 se entraba en el imperio del agio y del
    total caos financiero. Entre 1835 y 1840 hubo 20 secretarios de
    hacienda.

    La república también había visto en
    la minería la esperanza de volver a la opulencia del siglo
    XVII. En 1824 sustituyó las cargas fiscales que pesaban
    obre ella por un impuesto del 3%
    sobre el valor del
    metal, y autorizo la libre importación de
    azogue.

    La publicación del libro de
    Humboldt había despertado ya el apetito Europeo por las
    riquezas de las colonias españolas. Alemanes y franceses
    no quisieron quedarse atrás, y formaron la
    compañía Alemana de Indias.

    Zacatecas fue el estado que
    continuo explotando sus minas con mayor éxito. Alaman fue
    un importante promotor de la minería, como también
    de la industria. No
    solo logro atraer el capital, sino que derogara la
    prohibición de que los extranjeros explotaran las
    minas.

    La industrialización fue el sueño de
    algunos visionarios de aquel tiempo. Alaman se
    percato con claridad de los problemas que suponía el
    desarrollo industrial, la necesidad de capital, de mecanizar las
    manufacturas existentes, eximir de impuestos la
    importación de maquinaria y decretar tarifas protectoras.
    El entusiasmo fabril fue tal, que no se desanimó con los
    obstáculos, ni con los impuestos que aparecieron con el
    tiempo, ni
    siquiera con la extinción del Banco de
    Avío en 1842.

    La agricultura cuya producción se redujo a la
    mitad con las guerras de
    independencia, tardó bastante en recuperarse de la
    pérdida de tantos brazos que trabajaban. A diez
    años de la consumación de la independencia, los
    campos de México aún tenían un aspecto
    desolado, la inseguridad
    había dejado los poblados casi abandonados. Hasta los
    años treinta no se estabilizó el precio de
    la
    tierra.

    A pesar de todo, los peones siguieron trabajando y las
    haciendas comenzaron a mejorar. Michoacán solucionó
    el problema con la repartición de tierras de la comunidad el 18
    de enero de 1827, dando a cada familia
    posesión y propiedad
    exclusiva de su porción correspondiente.

    Al igual que al comercio, la inseguridad
    afectó a la agricultura. Los hacendados se vieron
    obligados a organizar su propia defensa mediante piquetes de
    rancheros contra indios salvajes en el norte o contra los
    bandidos de otras regiones. Los bandidos trataban con
    consideración a los propietarios para obligarlos a
    entregar el dinero a
    cambio de dejárseles en paz.

    El comercio que había alcanzado un cierto
    desarrollo en el siglo XVIII se benefició, con la apertura
    de los puertos mexicanos a todas las naciones en 1821 y la
    sustitución de los múltiples impuestos por uno de
    25% sobre el valor del
    artículo.

    Desde 1824 se empezó a acuñar el peso de
    plata con el águila, así como usar la letra de
    cambio. Pero no existía un sistema monetario en la
    república. Entre 1825 y 1842 cerca de 60 millones de pesos
    de oro y plata, fueron acuñados.

    Así pues, a pesar de que el gobierno nacional
    estuvo en quiebra
    durante estas primeras décadas de vida independiente y del
    constante caos en la vida política del país, la
    nación continuo avanzando.

    Cultura y sociedad.

    La sociedad que entro gozosa en la vida independiente
    significaba el más grande obstáculo para poner en
    practica la retórica de los políticos. De cada 100
    habitantes, 18 eran blancos, 22 castas y 60 indios. El buen
    numero de criollos pobres constituirían el germen de los
    grupos extremistas que ambicionaban un cambio radical. Todos
    aquellos que solo tenían acceso a puestos menores en la
    administración en la iglesia o el
    ejercito.

    Las circunstancias impulsaron ciertos cambios de
    actitudes en
    las clases
    sociales que permiten agruparlas, después de 1821, en
    empresarial, eclesiástica, oficialista y
    popular.

    La empresarial estaba constituida por comerciantes,
    industriales, mineros y grandes hacendados.

    La clase eclesiástica tuvo algunos cambios, como
    el predominio criollo y la radicalización de ideas entre
    algunos de sus miembros.

    La clase oficialista estaba formada por oficiales del
    ejercito y por la burocracia.

    La república iba a tener el ideal liberal de
    lograr un ejercito profesional pequeño, respaldado por la
    gran milicia.

    En los primeros años de la independencia el
    ejercito tuvo gastos absurdos,
    originados por el temor a España y la necesidad de liberar
    San Juan de Ulúa. Se pidió disciplina y
    una ley que castigara con rigor a la deserción, pero todo
    resulto inútil ante un ejercito alimentado con una leva
    que alistaba por la fuerza a los vagabundos y criminales de la
    población grandes y a los indios del campo y de los
    pueblos pequeños. El ejercito en si lo formaban unos
    cuadros superiores muy nutridos. El deterioro del ejercito
    continuo al mezclarse sus jefes en las diversas facciones
    políticas y su situación seria cada vez mas
    política y menos de defensa.

    Los sueldos que recibían situaban a los miembros
    del ejercito en diferentes clases de la sociedad mexicana. Cada
    partido que tenia el poder quería tener el apoyo del
    ejercito.

    La clase popular estaba constituida por todos los que no
    formaban parte de las clases mencionadas es decir, la mayor parte
    de la población: rancheros, indios, peones, trabajadores
    de las minas, obreros, sirvientes, vendedores ambulantes,
    dulceros, voceadores de periódicos, eloteros, lecheros,
    pepenadores, aguadores, etc. Como sociedad de una época de
    transición de ideas y actitudes
    cambiantes, parece difícil de expresar.

    La ciudad, como todo el país, era de contrastes.
    Para las décadas de 1830 a 1840se habían construido
    suntuosos palacios, sus almacenes
    ostentaban artículos de lujo, sedas, encajes, vinos,
    alhajas pero las calles tenían un empedrado que apenas
    permitió rodar a los soberbios carruajes y estaban llenas
    de inmundicias que despedían un olor
    irrespirable.

    Las distracciones mas populares eran el juego de
    pelota, el billar, las peleas de gallos a las que era tan afecto
    Santa Anna y sobre todo las corridas de toros.

    Entre toda aquella gente tan heterogénea
    había un poco de todo, ricos y pobres, cultos e
    ignorantes, progresistas y tradicionalistas, racionales y
    supersticiosos.

    Los ideales educativos mexicanos estaban ya expresados
    en las memorias
    presentadas por los discípulos novohispanos a las
    cortés de Cádiz. La constitución de 1812
    ordenaba que "en todos los pueblos de la monarquía se
    establecerán escuelas de primeras letras".

    Por lo general los niños de familias ricas
    estudiaban en su propio hogar con tutores especiales.
    También había algunos maestros renombrados que
    enseñaban por una cuota mas o menos razonable. Los
    niños de familias pobres asistían a escuelas
    parroquiales, donde aprendían a leer y contar, así
    como el catecismo. Las niñas asistían a las Amigas
    donde les enseñaban a leer también, la doctrina y
    las labores propias de su sexo. En
    México, la compañía Lancasteriana se fundo
    en 1822 con la apertura de las escuelas. Pronto se extendieron
    escuelas mutuas por todo el país, y el método fue
    declarado oficial para las escuelas gratuitas municipales. Las
    mesas tenían unas cajillas llenas de arena donde los
    niños escribían un con un palito, y solo hasta que
    habían aprendido bien se le permitía usar tinta y
    papel,
    materiales muy
    caros.

    En otros niveles educativos los mejores colegios
    coloniales siguieron siendo el núcleo principal de la
    enseñanza media, como el de San Juan de Letrán,
    donde se formaron jóvenes inquietos que ocuparían
    puestos importantes en la vida del país hacia mediados de
    siglo.

    Muchos de los viejos colegios coloniales, secularizados
    en parte, se convirtieron en lo que serian los colegios
    nacionales e institutos científicos y literarios de los
    estados, que habían de influir en la formación de
    la primera generación republicana.

    México y las ambiciones de los grandes
    poderes.

    El panorama nacional no solo se nubló,
    según se ha visto, con los problemas internos, sino que en
    las tres primeras décadas de la nación tuvo que
    hacer frente a las amenazas externas; las de España que se
    materializaron en intentos de invasión en 1829; la
    guerra de
    independencia de Texas que no puede considerarse un problema
    interno, por el apoyo abierto que recibió de Estados Unidos,
    la guerra con Francia de
    1938.

    El problema de Texas y la invasión norteamericana
    parecen, vistos a distancia, inevitables. La colonización
    anglosajona iniciada para proporcionar u refugio a los disidentes
    calvinistas ingleses, seguros de la
    corrupción
    de la vida inglesa y del peligro que corrían en Inglaterra. Como
    fervorosos creyentes, buscaban fundar la ciudad de Dios en la
    Tierra,
    considerándose pueblo elegido. Los antecedentes directos
    se remontan a los tratados
    diplomáticos entre el gobierno Español y el
    Norteamericano.

    Algunos mexicanos con visión, como Ramos Arizpe y
    Lorenzo Zavala, se aseguraron concesiones entierra texana. Texas
    se convirtió en palabra mágica en Estados Unidos, y
    una compañía y un banco
    vendían los permisos otorgados en forma gratuita por los
    mexicanos.

    Muchos mexicanos se preocupaban por el estado de las
    cosas en Texas, en especial cuando los primeros ministros de
    Estados Unidos, Poinsett y Butler, expresaron el deseo de comprar
    Texas, pretensión que ofendió a los mexicanos, pero
    que tenia tradición entre los norteamericanos, que ya
    habían comprado tierras a las compañías
    inglesas, a los indios a los franceses (Luisiana) y a los
    españoles (las Floridas). La prensa
    norteamericana comenzó a hablar de la pronta compra de
    Texas, cosa que aumento la preocupación del gobierno que
    para entonces recibió el informe del
    general Mier y Terán en que se pintaba una
    situación perdida.

    El gobierno promulgó una nueva ley el 6 de abril
    de 1830 por la cual Texas pasaba a depender de la
    federación en cuanto a asuntos de colonización,
    además de prohibir la entrada de nuevos norteamericanos al
    estado.

    Mientras tanto, la nueva ley de abril de 1835 que
    prohibía la venta de tierras
    para evitar la especulación, había caldeado los
    ánimos de Texas.

    Santa Anna tomado prisionero firma los tratados de
    Velasco, y ordeno a los mexicanos retirarse, más, esta
    retirada no obedeció a las ordenes del prisionero, sino a
    la falta de elementos para enfrentarse al enemigo.

    Francia declara la guerra a México, pide el pago
    inmediato de las reclamaciones más doscientos mil pesos
    por gastos de
    guerra.

    Mientras tanto el comercio de Santa Fe había
    familiarizado a los norteamericanos con regiones del oeste de
    Texas, y los ojos empezaron a fijarse en California. A pesar de
    los esfuerzos de México por impedir que se repitiera la
    historia de
    Texas, California se fue llenando de norteamericanos. Una
    escuadra norteamericana apareció desde 1840 frente a las
    costas del pacifico. Los mormones se asentaron en Utah y miles de
    norteamericanos entraron al Oregon.

    El primer intento de anexión fue rechazado por el
    congreso y, para evitar un segundo tropiezo, se ideo pedir una
    resolución conjunta de las dos cámaras, que
    podía pasar por simple mayoría. Los norteamericanos
    no entendían la tozudez mexicana, pues a pesar de
    necesitar dinero, se
    negaban a vender tierras deshabitadas.

    El cónsul norteamericano en California tenia
    instrucciones de repetir el episodio texano.

    Estados Unidos invade México, donde a pesar de la
    popularidad de la guerra no fue posible organizar la defensa. Se
    carecía de un verdadero ejercito, de armas y de
    dinero. El 13
    de enero de 1847, toda la alta California quedó ocupada.
    México se rehusaba a negociar la paz. Santa Anna se
    multiplico tratando de conseguir fondos, reunir hombres y comprar
    armas.
    Estuvieron a punto de obtener la victoria en San Luis
    Potosí.

    Gómez Farias, expidió un decreto el 11 de
    enero de 1847 que ordenaba la ocupación de bienes
    eclesiásticos hasta por quince millones de pesos. Mientras
    el ejercito de Santa Anna se retiraba, después del fracaso
    de Angostura y se iniciaba el asedio de Veracruz. Santa Anna
    regreso el 21 de marzo, se hizo cargo del ejecutivo y
    restableció la paz. Al final se vio obligado a derogar el
    decreto a cambio de 10000 pesos para organizar la
    defensa.

    La guerra había costado a Estados Unidos 25400
    soldados de los 104284 movilizados para hacer la guerra. Frente a
    la penuria de la hacienda mexicana, Estados Unidos gastaron 122
    051 040 dólares. Los grandes territorios obtenidos
    valían, sin duda, el esfuerzo y el gasto, y
    permitían a Estados Unidos convertirse en potencia
    continental. Los meses de ocupación norteamericana
    servirían para los sueños mexicanas de grandeza de
    1821 se esfumaran por completo. A pesar de la costosa perdida, el
    país superaría el peligro de desintegración,
    y el pesimismo profundo y la experiencia traumática
    despertarían la conciencia
    nacional.

    El liberalismo
    militante.

    México después de la
    guerra.

    En Guadalupe Hidalgo se firmo el 2 de Febrero de 1848 un
    tratado de paz, amistad y
    limites entre
    México y Estados Unidos. Firmada la paz con Estados
    Unidos, el congreso de México se ocupo de la
    elección de un presidente constitucional.

    El elegido fue el general José Joaquín
    Herrera, los primeros pasos de su gobierno se encaminaron a crear
    el clima de seguridad y
    orden. Redujo los gastos
    públicos suprimiendo empleos inútiles y reduciendo
    el ejercito. Pero la crisis económica se imponía;
    los ingresos no
    bastaban para cubrir las obligaciones.
    A principios de 1850 el gobierno recibió la noticia de que
    los indios bárbaros habían penetrado por
    territorios de Durango, asesinado a varias familias, talado los
    campos, quemado las casas, apoderándose del ganado y
    llevando cautivos a considerable numero de personas.

    A mediados de 1850 los partidos
    políticos comenzaron a prepararse para la
    sucesión presidencial. Arista, fue electo presidente de la
    república.

    El presidente invitaría a Santa Anna. El plan triunfante
    en varios estados acabo por precipitar la caída de
    Arista.

    Dictadura de Santa Anna.

    Un día antes de la renuncia de Arista, el 5 de
    enero de 1853, el coronel José Manuel Escobar, agente de
    los conservadores, fue enviado a Turbaco, Colombia, a
    entrevistarse con Santa Anna y ofrecerle la presidencia. Lucas
    Alaman le expuso los principios que profesaban los conservadores:
    primero conservar la religión
    católica, la abolición completa del sistema federal
    y todo cuanto se llamara elección popular, y la
    organización de un ejercito competente.

    Antonio López de Santa Anna llegó a
    México el 20 de Abril, día mismo en que
    recibió a manos de Lombardini el poder presidencial. Para
    deshacerse de sus enemigos políticos, Santa Anna
    comenzó por desterrar a Arista y después a la
    mayoría de los hombres de importancia del partido
    liberal.

    El presidente pretendió, traer soldados
    extranjeros que vinieran a protegerle. En agosto se
    expidió una ley que se llamo de conspiradores,
    según la cual los reos de este delito
    debían ser sumariamente juzgados en consejo de guerra y
    fusilados en seguida.

    A fines de año, surgió un nuevo problema
    con estados unidos, el gobernador de Nuevo México declaro
    que el territorio de la Mesilla pertenecía a los Estados
    Unidos, quien indemnizó a México con 10 millones de
    pesos.

    El 16 de Diciembre se expidió un decreto por el
    cual declaro que el presidente continuaría con sus
    facultades omnimodas por todo el tiempo que juzgara necesario,
    escogería sucesor; en fin, que su tratamiento seria el de
    Alteza Serenísima. Santa Anna no ignoraba los planes que
    se fermentaban en el sur y desconfiaba profundamente de
    Álvarez. A fin de reprimir cualquier movimiento en esta
    región, Santa Anna empezó a remover a los empleados
    civiles y militares, sustituyéndolos por adictos al
    gobierno, y con cualquier pretexto, envío dos batallones a
    proteger el departamento.

    La rebelión de Ayutla y las primeras
    leyes de
    reforma.

    Álvarez comunico a los habitantes de Guerrero las
    verdaderas intenciones del gobierno, hizo saber que la
    invasión de los soldados del ejercito era con la
    intención de hacerlos caer en una tiranía. El grupo
    de desterrados por Santa Anna, al saber de la rebelión de
    Álvarez, envío un emisario a hablar con él.
    Una vez dispuesta la lucha, se reunieron con éste Ignacio
    Comonfort y un grupo de opositores al régimen santannista.
    Comonfort hizo algunas reformas al plan original y diez
    días después proclamo el plan de Ayutla. Santa Anna
    tomó severas disposiciones, como la de amenazar a muerte a
    quienes poseyeran un ejemplar del plan y no lo entregaran a la
    autoridad.
    Santa Anna patrio para Acapulco para controlar la
    rebelión. La revolución se propagó
    después de la expedición de Santa Anna y para
    contenerla el gobierno apeló al terror. El gobierno
    multiplicaba las disposiciones tiránicas y el espionaje
    hacia diariamente víctimas que eran
    desterradas.

    A principios de 1855 nuevos caudillos se unieron a la
    causa, Santa Anna hizo otra expedición al sur a finales de
    febrero y un mes después otra a Michoacán, sin
    lograr sofocar la insurrección. A su regreso a
    México en junio, temiendo que la rebelión le
    cortara la retirada, decidió abandonar la presidencia de
    la república, el 9 de agosto salió de la capital
    rumbo al puerto de Veracruz.

    Finalmente, los rebeldes firmaron con Comonfort, en
    Lagos una convención por la cual aceptaron que sus propios
    planes no se oponían con el de Ayutla, y reconocieron como
    general en jefe de la revolución a Juan Álvarez y a
    Comonfort como su representante. En seguida se nombro la junta de
    representantes que habría de elegir presidente interino.
    La mayoría se inclino por Juan Álvarez, quien
    estableció su gobierno en Cuernavaca y dispuso que
    Comonfort fuera a la capital para iniciar las reformas que
    exigía la revolución.

    Juárez tenia preparado un proyecto de ley,
    que vino a ser la primera de las cinco medidas reformistas
    dictadas por el gobierno interino. La ley de la administración de justicia y
    orgánica de los tribunales de la Nación del
    Distrito y Territorios, mas conocida como la ley
    Juárez
    , suprimía los tribunales especiales, con
    excepción de los eclesiásticos y militares. Meses
    después de publicada la ley Juárez, se dio la del
    25 de julio, que desamortizaba los bienes del clero.

    La constitución de 1857.

    El presidente de la cámara convocada por el
    presidente Álvarez, Ponciano Arriga, expresó con
    gran vehemencia las ideas de reforma y libertad. El articulo
    5° del plan de Ayutla, dispuso que el congreso extraordinario
    se ocuparía de constituir a la nación en forma de
    república representativa popular. La ley Juárez,
    así como la ley Lerdo, fueron ratificadas en todas sus
    partes. Una conquista del movimiento reformista, fue incluir un
    capitulo de garantías
    individuales o derechos del hombre y un
    sistema jurídico protector de dichas garantías.
    Varios diputados intentaron la reforma del sistema de propiedad.
    Tras largos debates de un año, el 5 de Febrero de 1857 se
    proclamaba la constitución acompañándola de
    un breve manifiesto. Las demás garantías y
    libertades consignadas en esta nueva constitución
    existían ya en la constitución de 1824 y en las
    leyes orgánicas.

    La guerra de reforma.

    Al día siguiente de poner en libertad a
    Juárez, este patrio hacia Guanajuato; el día 19 de
    Enero de 1858 declaro establecido allí su gobierno. Los
    bandos políticos se definieron en forma terminante: de un
    lado los conservadores, con el programa de
    Zuloaga; del otro los liberales con el principio de legalidad
    proclamado en Guanajuato. A mediados de Febrero, Juárez
    estableció su gobierno en Guadalajara. El 13 de marzo una
    parte de la guarnición de Guadalajara se pronuncio por el
    plan de Tacubaya y Juárez fue hecho prisionero. En abril
    Juárez y su gabinete se embarcaron en Manzanillo rumbo a
    Panamá,
    donde siguieron la vía de Estados Unidos hasta desembarcar
    en Veracruz.

    Durante el primer año de la guerra, los generales
    Miarmon y Márquez obtuvieron brillantes victorias sobre
    las tropas liberales. A fines de Diciembre en Ayotla, se
    pronuncio con su brigada el general Miguel María Echegaray
    con el plan de Navidad,
    formando así un tercer partido que no estaba ni con
    Juárez, ni con Zuloaga.

    Por su parte, los conservadores consideraron ventajoso
    al reanudación de relaciones con España mediante el
    tratado celebrado en París el 26 de diciembre de 1859,
    entre Juan N. Almonte, y Alejandro Mon.

    Entretanto, la guerra continuaba en todo territorio
    nacional, Miramon, deseoso de imprimir a su política una
    marcha más fija y determinada, cambio su ministerio y
    publico un manifiesto en el que exponía el programa
    político que se proponía seguir. Juárez,
    días antes publico otro en que quedo definido el programa de la
    revolución liberal, las leyes llamadas de reforma, basadas
    en la separación de la iglesia y el estado.
    Miramon sufrió una completa derrota, que trajo consigo la
    ocupación de Guanajuato y de todo el Bajío por las
    fuerzas liberales. Miarmon, regresó a la capital y
    reorganizo su ministerio.

    En el mes de Noviembre, Miramon declaro la ciudad de
    México en estado de
    sitio y se apodero de 600 000 pesos pertenecientes a ciudadanos
    ingleses, que estaban depositados en legación. Entonces
    empezó a mover las operaciones
    militares. Al mes siguiente salió rumbo a Toluca, que cayo
    en su poder.

    Triunfo del partido liberal.

    Días después apareció
    González Ortega en las inmediaciones del valle de
    México, con 16 000 hombres. Miramón salió a
    su encuentro y el 22 de diciembre comenzó el combate en
    las lomas de San Miguel Calpulalpan. Las tropas conservadoras
    fueron completamente derrotadas. Miramón con unos cuentos jefes,
    se volvió a la capital llevando la noticia de su
    fracaso.

    El 25 de diciembre por la mañana entraron a la
    capital las primeras tropas de González Ortega y el 1°
    de enero hizo su entrada triunfal el ejercito liberal. La causa
    constitucionalista había conseguido la victoria
    después de tres años de lucha. La separación
    entre la iglesia y el estado ponía termino a los conflictos
    entre ambas instituciones.

    En la capital se esperaba con ansia la llegada del
    presidente Juárez para conocer la marcha que
    proponía seguir. Al día siguiente de la llegada de
    Juárez a México el ministro de relaciones, Melchor
    Ocampo, dirigió a los representantes de España, del
    Vaticano, de Guatemala y de
    Ecuador, sus
    correspondientes comunicados mandándoles salir de la
    república.

    A la caída de Miramón, Zuloaga se proclamo
    presidente de la república y todos los generales y jefes
    del partido conservador lo reconocieron. La lucha en los campos
    de batalla seguía causando víctimas y en la capital
    se conspiraba contra el gobierno. Los partidos
    políticos estaban más divididos que nunca y
    trabajaban con empeño para hacer triunfar sus ideas, unos
    pedían la dictadura de
    Juárez o la de González Ortega, seguir sus
    preferencias, otros que el consejo se erigiera en
    convención nacional y se adueñara de todos los
    poderes.

    El congreso de la unión se instalo en el mes de
    mayo. Las sesiones fueron tormentosas. La asamblea
    autorizó al gobierno contratar un empréstito de un
    millón de pesos y a suspender las garantías
    individuales y todas las libertades, inclusive la de prensa. En la
    asamblea del 4 de junio se aprobaron dos decretos, el primero,
    autorizaba al gobierno para proporcionarse recursos de
    cualquier manera; con el fin de destruir la reacción. En
    el segundo, quedaron fuera de la ley y de sus garantías y
    de sus propiedades, los asesinos de Melchor Ocampo, todos del
    partido conservador. Tres días después, se
    expidió un decreto suspendiendo por seis meses varias de
    las más importantes garantías otorgadas por la
    constitución.

    La asamblea declaró a Juárez presidente
    constitucional de la república y el 15 de este mes,
    presento el juramento de ley. El 2 de julio, González
    Ortega fue nombrado presidente de la Suprema Corte de Justicia,
    cargo que tenia implícito el de Vicepresidente.

    El mes de julio concluyo sin que se hubiera llegado a
    nada efectivo en el terreno de las operaciones
    militares, lo que producía desaliento en la administración. En la capital el gobierno
    dictaba las disposiciones necesarias para los preparativos de la
    guerra en caso de que se rompieran las hostilidades con las
    potencias extranjeras invasoras.

    Los monarquistas mexicanos, residentes en Europa, al tener
    noticias de la ruptura de las relaciones diplomáticas de
    Francia e
    Inglaterra, aprovecharon esta coyuntura para intentar una vez
    más establecer la monarquía.

    El hecho de que en México coexistieran dos
    gobiernos estimulaba a los monarquistas. En estas cuitas,
    surgió el nombre de Fernando Maximiliano, que había
    adquirido cierta popularidad en Europa por sus
    ideas progresistas al gobernar Lombardia. Hidalgo comunicó
    a Gutiérrez, que por entonces se encontraba en
    París, que tendría que marchar a Viena para hacer
    las gestiones necesarias. En Viena el ministro conde de Lechberg,
    participo al emperador Francisco José los proyectos de los
    monarquistas mexicanos, que Napoleón III apoyaba, y ambos
    decidieron plantear el asunto al principal interesado, el
    archiduque Fernando Maximiliano.

    Por esta época llego Miramón a Europa; cuando se
    entero de los planes monárquicos dijo encolerizado que en
    México no existía ningún partido
    monárquico; por el contrario, Santa Anna, en una carta dirigida al
    archiduque, declaro que no un partido, sino la inmensa
    mayoría de la nación anhelaba la
    restauración del imperio de Moctezuma. Maximiliano, a
    pesar de las advertencias, deslumbrado por las declaraciones
    favorables, acepto la corona de México.

    La alianza tripartita y la Convección de
    Londres.

    Entre tanto, Juan Antonio de la Fuente, enviado en 1861
    como representante de México en Inglaterra y Francia, vio
    que las disposiciones adoptadas por estos gobiernos a
    consecuencia de la ley expedida el 17 de julio eran completamente
    hostiles para nuestro país. Después de discutir
    varios proyectos, se
    firmo en Londres el 31 de octubre la convención, por la
    cual la reina de España, el emperador de los franceses y
    la reina de Inglaterra, se comprometían a adoptar las
    mediadas necesarias para enviar a la costa de México
    fuerzas de mar y tierra
    combinadas, en numero suficiente para tomar y ocupar las
    diferentes posiciones del litoral mexicano. Terminados los
    preparativos para la expedición a México, las tres
    potencias enviaron sus instrucciones oficiales a los comisionados
    designados.

    Las noticias que llegaban del exterior eran cada vez mas
    graves; el gobierno, consciente del gran peligro que amenazaba a
    la república y de la necesidad de tomar las medidas
    necesarias para impedirlo, desplegó gran actividad para
    fortalecer su resistencia, el
    29 de noviembre expidió una amplia ley de amnistía
    por todos los delitos
    políticos que se hubieran cometido desde el 17 de
    diciembre de 1857 hasta la fecha.

    El gobierno fue facultado omnímodamente para
    cuantas providencias juzgare convenientes, sin mas restricciones
    que salvar la independencia e integridad del territorio, la forma
    de gobierno establecida por la constitución y los
    principios y leyes de Reforma, autorizándolo
    además. Para firmar tratados y
    convenciones y ponerlos en vía de ejecución sin
    necesitar la aprobación del congreso.

    Al recibir la noticia de la ocupación de
    Veracruz, el gobierno expidió un decreto, cerrado el
    puerto al comercio de altura y cabotaje, declarando traidores a
    los mexicanos que se uniesen a los Españoles o de
    cualquier manera favoreciesen su causa. La escuadra francesa
    ancló en Sacrificios al día siguiente y el 8
    desembarco en Veracruz el general Primm, y tomo el mando de las
    fuerzas españolas. Los aliados acordaron enviar una nota
    colectiva al presidente de la república, en la cual
    exponían las deudas no pagadas y la falta de seguridad de sus
    compatriotas. A este efecto invitaba (el gobierno de
    México) a los plenipotenciarios que pasaran a Orizaba a
    discutir y concluir con los comisionados mexicanos los convenios
    que aseguraran a las potencias aliadas la satisfacción de
    sus reclamaciones.

    Se reunieron y firmaron el 19 de febrero los
    preliminares de la Soledad. Ratificados por el presidente y los
    representantes ingleses y franceses, los preliminares de la
    Soledad, quedaron elevados a la categoría de una solemne
    convención entre el gobierno mexicano y los
    plenipotenciarios extranjeros.

    Casi al mismo tiempo, miembros influyentes del partido
    conservador, proclamaron abiertamente, en el puerto de Veracruz,
    su propósito de cambiar la forma de gobierno en
    México y el general Juan N. Almonte, se declaro
    depositario de la confianza del emperador. Protegido por las
    armas
    francesas, partieron de Veracruz rumbo a Córdoba a donde
    llegaron el 25 del mismo mes.

    La guerra con Francia.

    Los comisarios, después de una acalorada
    discusión, rompieron la alianza firmada en Londres. El
    mismo día, se informo al gobierno de Juárez de la
    ruptura de la alianza, del reembarco de las fuerzas
    españolas e inglesas y del retroceso de los franceses a
    Palo Ancho, conforme a lo pactado en los preliminares de la
    Soledad. El gobierno, el 12 de abril expide un decreto,
    declarando traidores a los mexicanos que permanecieran en los
    lugares ocupados por los franceses, llamando a las armas a todos los
    mexicanos. Rotos los preliminares de la Soledad, se
    estableció en Orizaba un simulacro de gobierno a cuyo
    frente estaba Almonte; reconocido como jefe supremo de la
    república, organizo su gabinete con miembros del partido
    conservador.

    Los franceses no respetaron lo pactado en los
    preliminares de la Soledad y avanzaron hacia Córdoba y
    Orizaba. El ejercito mexicano, al mando de Zaragoza, se
    sitúo en las cumbres de Acutzingo para impedirles el paso.
    Después de algunos fracasos, Zaragoza renunció a
    atacar Orizaba y se retiro al otro las}do de las cumbres para
    rehacer su ejercito. Un decreto de Juárez fechado en
    septiembre ordenaba que, la población masculina entre 16 y
    60 años debía trabajar un día a la semana en
    las fortificaciones que se levantaban para resistir el ataque de
    las tropas invasoras.

    El general Forey publico en febrero una proclama
    asegurando una vez más a los mexicanos que las miras de
    Francia eran nobles y generosas. González Ortega
    declaró el 10 de marzo el sitio de Puebla y de las
    poblaciones situadas en un radio de 8
    leguas.

    El 10 de junio hizo su entrada a la capital él
    ejercito frances-mexicano, al día siguiente Forey dio una
    proclama a los mexicanos en la que aconsejaba la fraternidad, la
    concordia, y el verdadero patriotismo; que dejaran de ser
    liberales y reaccionarios, que fueran únicamente,
    mexicanos.

    Se formo la asamblea de notables, que presento su
    dictamen con las proposiciones siguientes: 1°. Que la
    nación adoptaba la monarquía moderada, hereditaria
    con un príncipe católico. 2°. Que el soberano
    tomaría el titulo de emperador de México. 3°.
    Que la corona imperial se ofrecería al príncipe
    Fernando Maximiliano, archiduque de Austria, para si, y sus
    descendientes. 4°. Que en el caso de que por circunstancias
    imposibles de prever no llegase a tomar posesión del
    trono, la nación mexicana se remitiría a la
    benevolencia del emperador de los franceses para que le indicase
    un príncipe católico.

    Los generales Doblado y González Ortega enviaron
    en enero una comisión a Saltillo para pedir a
    Juárez que se separa de la presidencia, como medio para
    negociar con la intervención un arreglo que pusiese
    termino a esta. Juárez se negó diciendo que no era
    su persona la
    atacada por la intervención y los conservadores, sino la
    forma republicana de gobierno y que el estaba resuelto a
    permanecer en el cargo mientras se hallaran en peligro las
    instituciones,
    combatiendo para defenderlas y conservarlas. Juárez
    situó la capital de la república en
    Monterrey.

    Se sucedieron batallas entre los ejércitos
    mexicano-franceses y los juaristas. Apenas evacuaban los unos un
    lugar, cuando era ocupado por otros, la lucha era una guerra sin
    fin.

    Tal era la situación militar en ele mes de mayo
    de 1864 en vísperas de la llegada de a México de
    Maximiliano y Carlota.

    El segundo imperio

    Decidida la aceptación de la corona de
    México por el archiduque Fernando Maximiliano de
    Habsburgo. En París celebró con Napoleón III
    dos acuerdos, un público y otro secreto, que sería
    firmados después de que fuera proclamado oficialmente
    emperador de México. La primera parte del pacto
    establecía el número de soldados franceses y el
    tiempo que estarían en México.

    De capital importancia fueron las condiciones
    económicas impuestas a Maximiliano, pues firmó
    obligaciones
    que representaba una carga imposible para un estado abrumado
    económicamente como México. En la parte secreta del
    convenio se establecía que "cualquiera que fuesen los
    acontecimientos que pudiesen ocurrir en Europa, la ayuda de
    Francia nunca faltaría al nuevo imperio".

    El 10 de abril de 1864 Maximiliano fue proclamado en el
    castillo de Miramar emperador de México. Ese mismo
    día firmó la convención militar acordada
    provisionalmente en París, el acta de empréstitos
    sobre la emisión de 300 millones de francos, decretos
    referentes al reclutamiento
    de los cuerpos de voluntarios austríacos, el encargo a
    Velázquez de León de la formación de un
    gobierno y el nombramiento de Almonte como lugarteniente del
    imperio.

    Al tomar posesión del gobierno, Maximiliano
    pensó en hacer desaparecer el odio de los partidos y
    atraer a todos a colaborar con él. Deseando ampliar la
    acción de la prensa,
    Maximiliano dispuso acabar con la censura previa, todo individuo
    podía emitir libremente sus opiniones sobre los actos
    oficiales para manifestar los inconvenientes de los
    mismos.

    El emperador quería demostrar en los mercados
    financieros de Europa que el país estaba tranquilo y
    que podría recorrido sin peligro. En el mes de diciembre
    Maximiliano, siguiendo a las influencias de sus ministros y del
    general Bazaine, se deshizo igualmente del general
    Márquez, a Miramón lo envió a Berlín,
    con el cargo de ministro plenipotenciario.

    El Nuncio apóstol pico, Pedro Francisco Meglia,
    en quien Maximiliano cifraba las esperanzas de solucionar el
    conflicto
    religioso llego a la capital en el mes de diciembre. El papa
    envió al emperador una carta con Meglia
    en que debía anular todas las leyes de reforma, establecer
    la religión
    católica con exclusión de cualquiera otra como base
    apoyo del imperio mexicano, una completa libertad de los obispos
    en el ejercicio de sus funciones
    eclesiásticas, el restablecimiento de las ordenes
    religiosas, el sometimiento de la enseñanza tanto
    pública como privada a la superior vigilancia del clero y
    la eliminación de todas las trabas que mantenían a
    la iglesia dependiente del estado.

    Maximiliano, en vez de detener el non possumus
    pontificio, decidió zanjar por sí mismo la
    cuestión. En enero de 1865 se publicó un decreto
    según el cual las bulas y breves papales no podía
    ser publicadas y ejecutadas sin el consentimiento Imperial. Esto
    significó el completo rompimiento con el Nuncio y con la
    parte más rica y de mayor influencia de clero del
    país. Maximiliano promulgo en febrero del decreto que
    establecía la libertad de cultos y disponía la
    revisión de las ventas de los
    bienes de clero. El rompimiento entre Maximiliano y la iglesia
    quedó consumado.

    Otra de las principales preocupaciones de Maximiliano
    fue la cuestión financiera. Para él, los mexicanos
    que dirigía el ministerio de hacienda no estaban
    capacitados para hacerlo, por lo cual escribió a
    París pidiendo que le dejaran al financiero Carlos
    Eustaquio Corta, en cuya capacidad tenía una gran
    confianza. Pero este no quería permanecer en México
    y antes de finalizar el año de 1864 regresó a su
    país.

    Para celebrar el primer aniversario de la
    aceptación de la corona, el emperador promulgo el estatuto
    provisional de imperio que no satisfizo a ningún partido.
    Creaba nuevos departamentos ministeriales, una ley
    establecía la
    organización de los ministerios y designaría
    los ramos que hubiesen de encomendárseles. Maximiliano
    emprendió en este mes un viaje al interior del
    país, durante el cual acordó formar una brigada de
    fuerzas mexicanas que serviría de pie para la
    organización del ejercito entregando al general
    austríaco Thun realizar la idea. La Emperatriz Carlota
    emprendió a principios de este mes un viaje a
    Yucatán; al partir, Maximiliano le entregó unas
    instrucciones secretas en las cuales le decía que
    Yucatán debía constituir el centro de
    gravitación de los demás Estados de América
    central a los cuales se quería mover "a inclinarse hacia
    la península". El deseo del emperador era ver al imperio
    mexicano como potencia central
    de América.

    Almonte llegó a París en el mes de mayo
    con un proyecto de
    acuerdo secreto que debía sustituir al tratado de Miramar.
    En él se estipulaba que las tropas francesas permanecieran
    en México por tres años más hasta que el
    país estuviera pacificado, que el gobierno francés
    se encargara de sostenimiento de las mismas y que al terminar ese
    plazo dejasen sus materiales de
    guerra. Napoleón se negó a revocar la orden de
    repatriación de las tropas y tampoco accedió a
    ninguna de las proposiciones del proyecto presentado por
    Almonte.

    Antes de partir para México, Maximiliano
    atendió a los trabajos preparatorios para la organización de la legión
    austríaca que estaría al servicio de
    imperio mexicano. El emperador consintió y pronto las
    tropas belgas se unieron al ejército que combatía a
    la República. Además de estos soldados negros,
    Napoleón para completar sus efectivos, le pidió al
    sultán de Egipto un
    batallón de negros del Sudán, de Nubia y de
    Abisinia.

    De junio a diciembre de este año la
    campaña militar llegó hasta el norte. En el mes de
    julio la división Franco mexicana hizo su entrada en
    Durango y en agosto tropas imperialistas ocuparon Ciudad Victoria
    y Bagdad en Tamaulipas. La rendición en Oaxaca por el
    general Porfírio Días en febrero de 1865,
    marcó el punto de apogeo de la expedición
    francesa.

    Guaymas cayó en poder de las fuerzas
    expedicionarios en marzo, pero para abril las tropas republicanas
    ocuparon nuevamente Saltillo y Monterrey. El coronel imperialista
    Ramón
    Méndez derrotó en el mes de octubre en Santa
    María Amatlan, Michoacán, a una división
    mandada por el general José María Arteaga, quien
    cayó prisionero junto a otros jefes y
    oficiales.

    En el mes enero de 1866 Napoleón, dando como un
    hecho la consolidación del trono de Maximiliano,
    envió a México al embajador para arreglar con el
    empedrado la retirada de las tropas francesas.

    Marqués y Miramón desembarcaron en
    Veracruz en el mes de noviembre, se entrevistaron con Maximiliano
    y le aconsejaron que no abdicara, ofreciéndole sostenerle
    en el trono.

    En enero Miramón organizó un cuerpo del
    ejército con el que marchó al interior, el primero
    de febrero sostuvo un combate con el general Escobedo en la
    hacienda de San Jacinto. En esta acción Miramón fue
    derrotado y Escobedo obtuvo más de cien prisioneros, de
    los cuales cerca de ochenta eran franceses. Todos los prisioneros
    extranjeros fueron fusilados, así como Joaquín
    Miramón, hermano del general derrotado. Al partir de
    México el 5 de febrero, Bazaine escribió a
    Maximiliano una carta
    solicitándole que abdicara y ofreciéndole llevarlo
    a Europa. Maximiliano no la contestó.

    Aunque Estados Unidos nunca acepto el establecimiento y
    la consolidación del imperio de Maximiliano, la guerra por
    La que estaba pasando le impidió actuar directamente en
    favor del gobierno republicano y le obligo, declararse neutral.
    Al terminar la guerra de secesión, ya en completa libertad
    de acción y con un ejercito fuerte, se dispuso a cambiar
    su política. Maximiliano Realizo varios intentos por que
    su, Imperio fuera reconocido sin embargo Estados Unidos siempre
    se negó. En una curiosos sucesión de hechos casi al
    mismo tiempo que Napoleón retira sus tropas de
    México Estados Unidos reconoce la soberanía de
    Juárez.Al partir el ejército expedicionario, el
    Imperio apenas dominaba las ciudades de México, Puebla,
    Veracruz, Querétaro y Morelia, todo el resto del
    país estaba en poder de las tropas
    republicanas.

    Una vez libre de la tutela de Napoleón III,
    Maximiliano decidió ponerse al frente de sus tropas para
    emprender la campaña del interior. Querétaro era el
    punto donde iba a reunirse las tropas imperiales para hacer
    frente a las fuerzas republicanas de Escobedo y de Ramón
    Corona. Escobedo, con 25 000 hombres, puso su sintió el 6
    de marzo.

    El primer ataque formal se hizo el día 14, las
    tropas republicanas fueron rechazadas sufriendo considerables
    pérdidas. Marqués, nombrado lugarteniente del
    Imperio con facultades omnimodas, al llegar a la ciudad de
    México y enterarse de que Porfírio Días
    amenazaba a Puebla, partió con mil hombres para
    defenderla. Antes de llegar fue atacado por las fuerzas
    republicanas que habían ocupado la ciudad el 2 de abril
    Marqués regresó derrotado a México seguido
    de cerca por Porfírio días, que rodeó la
    ciudad con quince mil hombres.

    Maximiliano y sus generales Miramón y
    Mejía fueron juzgados conforme a la ley de 25 de enero de
    1862, que condenaba a la pena de muerte
    a todo aquel que atenta contra la independencia nacional. No se
    estimaron esfuerzos por salvar a Maximiliano. Sus defensores se
    presentaron en San Luis, donde había establecido
    Juárez el gobierno, para solicitar al presidente el
    indulto de prisionero, sin embargo Juárez no cedió.
    la ejecución de Maximiliano, Miramón y Mejía
    tuvo lugar el 19 de junio de 1867 en el cerro de las
    campanas.

    El liberalismo
    triunfante

    República restaurada

    Regreso de Juárez y del
    civilismo

    El verano del año de 1867 quedó con justa
    razón inscrito en el catálogo de los inolvidables.
    Acababan de esparcirse las noticias, de la caída de
    Querétaro, la captura y muerte del
    emperador Maximiliano de Habsburgo y la entrega de la ciudad de
    México.

    Porfírio días entró triunfalmente a
    la capital y los patriotas comenzaron a hacer desmanes hasta la
    llegada de Benito Juárez.

    Juárez correspondió a la metrópoli,
    que lo recibía con un postér literario donde
    constaba una frase muy aplaudida en 1867, la que decía
    que: "el gobierno de la República no se dejaría
    inspirar por ningún sentimiento del pasión contra
    los que han combatido". Ahora nos conmueve más la que
    dice: "entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al
    derecho ajeno es la paz.

    Gabino Barreda eran un discurso
    resumió en tres palabras del plan peleado por los
    liberales: "libertad, orden y progreso". Libertad
    política, de trabajo, religiosa, de expresión,
    económica y de casi todo, como medio; orden en los sentidos de
    paz, concordia, ley, sistema y jerarquía, como base; y
    progreso, o sea producir cada vez más, lo más
    posible, en los diversos órdenes de la vida. Así
    fue como México durante diez años, fue asunto de
    una minoría liberal cuya elite la formaban dieciocho
    letrados y doce soldados.

    Los treinta.

    Al restaurar sé la República, la edad
    promedio de los dieciocho cultos era de 45 años y la de
    los doce militares, de 36. La docena armada tuvo un origen social
    más humilde que el de los cultos. De éstos,
    sólo Altamirano y Juárez lloraron en cuna pobre.
    Lerdo y Lafragua fueron retoños de familias ricas. La
    mitad del ala culta del juarismo se dedicó
    públicamente a los blandos recreos de la poesía.

    La gran mayoría de los cultos iniciaron su
    día pública enseñando en las escuelas donde
    habían aprendido tanto por lo menos seis de los doce
    militares ingresaron a la carrera de las armas en el
    funesto 47, cuando la invasión de los vecinos del norte.
    Los demás, en alguna de las muchas revueltas que asomaban
    al país. Al sobrevenir la intervención francesa y
    el segundo imperio los cultos del ala liberal se desinflaron. Los
    más ilustres estuvieron en el escondite del paso del Norte
    mientras que iban los franceses y Max. Payno le aceptó
    puesto al emperador. Zarco pasó la frontera, y desde
    Estados Unidos escribió artículo tras
    artículo contra los imperialistas.

    Con todo, concluida la lucha, los militares sólo
    consiguen una tajada menor del botín. Días apenas
    cera diputado; corona, comandante militar; Escobedo, gobernador
    de San Luis Potosí y presidente de la suprema junta de
    justicia
    militar.

    A la caída del imperio los papeles se
    trastocaron: Los héroes se sumieron en la penumbra y los
    picos de oro subieron al deslumbrante escenario de la
    política nacional. Y sucedió que a la hora de
    reconstruir a México servían de muy poco las tres
    virtudes de los héroes: el valor, la
    matonería y el patriotismo. En cambio, hacían falta
    la cultura, la
    lucidez, la experiencia política y demás virtudes
    de los letrados.

    Programa liberal.

    Juárez hasta su muerte en
    1872, y Lerdo del 72 al 76 serían presidentes de la
    República sucesivamente entre los diez años
    comprendidos entre 1867 y 1877. desde los tres poderes la
    intelectualidad liberal mexicana resolvió que para
    homogeneizar a México y ponerlo a la altura de las grandes
    naciones del mundo contemporáneo se necesitaba, en el
    orden político, la práctica de la
    constitución liberal de 1857 la pacificación del
    país, el debilitamiento de los profesionales de la
    violencia y la
    vigorización de la hacienda pública; en el orden
    social, la inmigración, el parvifundio y las
    libertades de asociación y trabajo; en el orden
    económico, la hechura de caminos, la atracción de
    capital extranjero, el ejercicio de nuevas siembras y métodos de
    labranza, el desarrollo de la manufactura y
    la conversión de México en un puente mercantil
    entre Europa y el remoto oriente y en el orden de la cultura las
    libertades de credo y prensa, el
    exterminio de lo indígena, la educación que
    haría "a todo México un tesoro nacional
    común" y el nacionalismo
    en las letras y en las artes.

    El primero y principal propósito de la elite
    liberal en el poder fue "aplicar la constitución
    íntegramente y sin pestañear", según escribe
    Cosio Villegas. Antes que nada y sobre todo se quería el
    federalismo,
    la separación y el equilibrio de
    los tres poderes, la participación popular en la vida
    pública mediante el voto. Esto es, se proclamó un
    respeto mayor al
    derecho ajeno y uno menor al derecho propio, según la
    nueva programación, cualquier mal entendimiento
    debía dirimirse ha gritos y bufidos sin acudir a los
    golpes y menos aún al machete, al cuchillo o al
    rifle.

    La elite liberal practicó el culto al individuo.
    Su papel de
    apóstoles impuso la obligación de introducir el
    bien en la casa ajena antes que en la propia, o por lo menos al
    mismo tiempo. Su fin sencillamente enriquecer a su patria a
    fuerza de ferrocarriles, empréstitos, plantaciones
    agrícolas y fábricas de mil cosas. Como el dinero no
    lo era todo, apenas la mitad, la República restaurada,
    para ser verdaderamente enunciada, programó también
    las libertades religiosas y de prensa, el transculturamiento del
    indio, la escuela gratuita,
    laica, obligatoria y positiva y el fomento del nacionalismo
    en las letras y las artes.

    La jefatura que tomó en sus manos la patria en
    1867 se propuso transformarla en los órdenes
    político, social, económico y cultural conforme a
    ciertas ideas abstractas y a un modelo
    concreto:
    Estados Unidos.

    Realidad reaccionaria.

    Obstáculos de todo orden se oponían al
    plan liberal. Aunque Juárez y su gente asumieron la
    modernización del país a sabiendas de que "una
    sociedad como mera nuestra, que ha tenido la desgracia de pasar
    por una larga serie de años de revueltas intestinas, se de
    plagada de vicios, cuyas raíces profundas no pueden
    extraer pararse en un solo día, ni con una sola medida",
    no parece que hubieran previsto la enormidad y la anchura de las
    tradiciones necesitadas de demolición. Por ejemplo, no
    parece que le hubieran tomado la medida justa al indiferentismo
    político de la gran masa. Contra la democracia
    hospedaba la indiferencia de la sido todavía. Contra el
    pacifismo conspiraban tres costumbres. En primer lugar la
    ambición política de los militares que no
    conocía otro modo de saciar se fuera del levantamiento en
    armas, en segundo, el modo de vivir que a la sombra de la guerra
    habían adoptado algunos miles de mexicanos: el bandidaje,
    profesión bastante lucrativa, no exenta de satisfacciones
    de varia índole y muy difícil de dejar. En tercero,
    las pretensiones de autonomía de las tribus y de muchas
    sociedades
    locales que por las buenas no iban a conseguir
    satisfacción de un régimen empeñado en la
    unidad nacional, patriótico hasta las cachas. Nuestra
    tierra chamuscada había perdido todos sus encantos; no
    resultaba interesante al capitalismo
    internacional.

    Ninguno de los objetivos
    liberales encontraba clima propicio en
    México. Tan inclemente era para la democracia y
    el progreso económico como para la ciencia
    moderna, las religiones de manga ancha y
    la filosofía positivas que. El espíritu religioso
    de éstos no comulgar con el ideal de Melchor Ocampo de
    circunscribir la religión católica al claustro de
    la conciencia y de la moralidad privadas y menos aún con
    la solución juarista de permitir el crecimiento de otras
    religiones, sobre
    todo las protestantes. Los únicos que no eran plenamente
    católicos estaban aun menos dispuestos a ser protestantes
    o deístas. Aún la política del nacionalismo
    en las letras y en las artes encontraba resistencia en
    las tradiciones regionalistas y sobre todo en el humanismo
    conservador reacio a soltar las ubres de las empresas
    transnacionales de cultura con
    sede en Roma y en
    Madrid.

    Acción modernizadora.

    El mayor éxito de la República restaurada
    fue en algunos casos laicos de la cultura. La religión
    católica permaneció inconmovible y exclusiva. Lerdo
    expulsó a los jesuitas y a las hermanas de la Caridad,
    hizo constitucionales las leyes de reforma y dispuso su juramento
    por parte de los funcionarios públicos. Tras las leyes
    vienen la apertura de escuelas y las apasionadas discusiones
    sobre métodos
    pedagógicos. En 1868, con moldes enteramente positivistas,
    se funda la escuela nacional
    preparatoria. A partir de 1868 se pone de moda abrir
    escuelas primarias, medias y superiores.

    La década de México comprendida entre los
    años 1867 y 1876 contó con un equipo de
    civilizadores y patriotas pequeños pero extremadamente
    grande por su entusiasmo y su inteligencia;
    con un programa de
    acción múltiple, lúcido, preciso y vigoroso
    y con un clima nacional
    adverso a las prosperidades democrática, liberal,
    económica, científica y nacionalista.

    Ascensión del porfirismo

    Regresó de Días y del
    militarismo.

    El otoño del 76 se inicia con erisipela y fuga
    del adusto y severo presidente de la suprema corte de justicia, el
    abogado don José María Iglesias. Por razón
    de la erisipela, se refunde en casa de la que no sale hasta
    quince días después y disfrazado de sacerdote. El
    26 de octubre suceden por fin lo tan ansiosamente querido. El
    presidente de la República es declarado reelecto para el
    periodo del primero de diciembre de 1876 al 30 de noviembre de
    1880. Iglesias se pone feliz. Reparte a puños del plan de
    Toluca, el manifiesto donde sostiene que las elecciones
    presidenciales no valen nada porque en muchos distritos no las
    hubo y en otros fueron resultado de la violencia
    militar sobre los electores. Lerdo de Tejada, el presidente el
    funciones, las
    tuvo casi todas consigo hasta la primera quincena de noviembre.
    Con todo, don Sebastián Lerdo de Tejada no renunció
    a la presidencia. Acompañado como por sus ministros y una
    escolta de caballería abandonó la ciudad
    México en la madrugada del 21 de noviembre sin prestar
    oídos a versos injuriosos. En aquella madrugada del 21, el
    presidente constitucional se encaminó a Morelia para
    asentar allí su gobierno y desde allí seguir
    luchando. Mientras Lerdo huía, Porfírio, en la
    tarde del 23 de noviembre, entraba a la capital de la
    República que lo recibía con el júbilo
    acostumbrado para los vencedores.

    En eso, Porfírio Díaz dispuso el cese de
    todos los empleados y funcionarios del gobierno federal y
    proclamó oficialmente el plan de Tuxtepec y sus reformas
    de palo blanco. Es decir, proclamó cinco cosas mayores:
    no-reelección de presidente de la República y
    gobernadores de los Estados; desconocimiento del gobierno de don
    Sebastián Lerdo de Tejada por abusivo de la autoridad,
    despilfarro, injusto, asesino, extorsionador, vendepatrias y
    otros crímenes; reconocimiento de los gobernadores con la
    única condición de que se adhieran al plan;
    comisiones para supremos poderes de la unión a los dos
    meses de ocupado México, y entrega provisional del
    poder
    ejecutivo al presidente de la suprema corte de justicia, es
    decir, a don José María Iglesias si aceptaba el
    plan de Tuxtepec.

    Condensados de historia política y
    social de México del libro de
    Daniel Cosio Villegas, "Historia general
    de

    México" . Desde la conquista de México
    hasta comienzos del porfirismo.

    Enviado por:

    Edgar Vandér Caballero

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