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Matanza de Haitianos de 1937




Enviado por wandaandujar



    Antecedentes de la Matanza.

    Desde hacia mas de un siglo
    los haitianos habían estado
    penetrando pacíficamente en el país acentandose en
    tierras agrícolas abandonadas por los dominicanos en
    tiempos de la Primera República. Por mas esfuerzos que se
    hicieron en el siglo XIX por llegar a un acuerdo con
    Haití, nunca fue posible aclarar la cuestión de los
    limites
    fronterizos, pues el tratado de 1874 fue un instrumento
    defectuoso, y las negociaciones de Lilis poco antes de morir
    otorgaron derechos a los haitianos
    sobre tierras hasta entonces reclamadas por los dominicanos.
    Durante muchos años, a principios del
    siglo XX, se procuro llegar a un arreglo sobre los limite
    fronterizos, el cual solo pudo alcanzarse en 1929 durante el
    Gobierno de
    Horacio Vásquez. Pero a pesar de haberse firmado el 21 de
    enero de ese año un Tratado sobre la fijación de
    Limites, en el
    país quedaron viviendo varias decenas de miles de
    haitianos que trabajaban como obreros de la industria
    azucarera o como sirvientes en las casas de familia o como
    agricultores y pequeños comerciantes en el sur y en la
    Línea Noroeste cerca de la Frontera.

    Esos haitianos estaban completamente marginados de la
    vida dominicana y el territorio por ellos ocupado era una
    extensión de la República de Haití. La
    moneda haitiana circulaba libremente hasta el pueblo de Mao y era
    aceptada por el comercio de
    Santiago, en el Cibao. En el sur la moneda circulaba hasta Azua.
    A pesar de los nuevos limites
    fronterizos, fijados en 1929, había zonas del país
    en donde la población no pertenecía a la
    República y era ajena a las disposiciones y leyes del
    Gobierno
    Dominicano. Inspirado quien sabe porque el Presidente de ese
    entonces Rafael Leonidas Trujillo viajo a Dajabón a
    principios de
    octubre de 1937 y allí pronuncio un discurso
    señalando que esa ocupación de los haitianos de las
    tierras fronterizas no debía continuar, ordenando luego
    que todos los haitianos que hubiesen en el país fueran
    exterminados.

    Fueron varias las causas que determinaron la matanza.
    Fenómenos sociales tan complejos como este tienen mas de
    un origen . Sin embargo entre los diversos factores que
    provocaron la matanza de 1937, uno de los principales lo fue
    también la aspiración trujillista de "blanquear" la
    raza.

    Desde el acenso de Trujillo a la presidencia en 1930
    hasta agosto de 1934 una estrecha relación entre
    República Dominicana y Haití. La misma fue
    interrumpida por una invasión militar norteamericana en
    Haití que se produjo en los meses de agosto a septiembre.
    Luego de esta intervención las relaciones entre el
    Gobierno
    Dominicano y Haitiano se mantuvieron activas hasta octubre de
    1937.

    Uno de los objetivos
    durante este primer periodo de gobierno de
    Trujillo era evitar que Haití fuese la base de reuniones y
    el punto de partida para que los exiliados dominicanos atacaran
    la república Dominicana buscando derrocarlo. Quería
    también como ya planteamos, tener la línea
    fronteriza bien definida por lo que firmo un Pacto
    Político a partir de 1936 con el Presidente haitiano,
    Stenio Vincent.

    En dicho pacto se tomo la decisión de no publicar
    en el país ni difundir a través de otro medio de
    comunicación nada en contra del país
    de Haití, ni comentarios racistas que pudiesen ofender a
    este país y su gobierno. La
    amistad entre
    estos dos mandatarios era excelente y nunca se pudo prever un
    desacuerdo entre ellos.

    Mientras que los norteamericanos, dueños de la
    mayoría de los ingenios dominicanos "importaba" mano de
    obra haitiana para el corte de la caña de azúcar.
    Trujillo por su parte intentaba deportar la mayoría de
    haitianos residentes en el país que no fueran braceros, y
    a su vez acaparando inmigrantes de raza blanca de todo el mundo
    con el propósito de refinar la raza dominicana y
    desaparecer la raza negra. En 1932 se propuso la
    deportación de braceros haitianos y cocolos, mediante una
    Ley de
    Inmigración existente desde el gobierno de
    Vázquez, pero las presiones norteamericanas viendo que se
    ponía en peligro su mano de obra lograron que esto no se
    llevase a cabo, ese mismo año se deportaron miles de
    haitianos, pero que no eran braceros.

    Para tratar de disminuir el trafico de braceros que
    implementaban los ingenios, Trujillo dicto una Ley de
    "Dominicanización de la Industria
    Azucarera", que obligaba a los ingenios a utilizar un 70% de mano
    de obra dominicana, pero tuvo que ceder a las presiones de los
    ingenios y los exoneraba anualmente de esta practica.

    En el año de 1934 estableció un nuevo
    impuesto a las
    exportaciones,
    mientras que reducía el impuesto de
    inmigración que afectaba el trafico de
    braceros, lo que facilito su importación y obligo a que
    los haitianos que trabajaran en los ingenios llevasen una placa
    numerada que indicara el ingenio donde laboraban. Al mismo
    tiempo
    Trujillo promulgo una ley para
    estimular la inmigración de campesinos blancos en la
    zona fronteriza, pero estos no respondieron como se esperaba a
    este llamado. Para el censo de 1935 la población demostró un aumento en la
    población negra de la zona y en la cantidad
    de haitianos residentes en el país. A razón de este
    censo se impusieron una serie de reglamentos a los extranjeros
    para sacar la cédula de identificación personal a base
    de certificados consulares, casi imposible de cumplir por la
    mayoría, pero otra vez tuvo que ceder ante las presiones
    norteamericanas y derogar dicha ley.

    En los primeros nueve meses de 1937 se hicieron todos
    los esfuerzos posibles para promover la inmigración blanca y expulsar a los
    haitianos del país. La cantidad de ellos iba aumentando en
    forma acelerada y en julio del mismo año promulgo una
    nueva ley que obligaba
    a los extranjeros a conseguir una certificación de
    nacimiento y ciudadanía en su consulado quien no la
    tuviese seria deportado fuese bracero o no, el plazo par cumplir
    con esta ley prescribía en enero de 1938. Esta vez
    Trujillo no cedió ante las presiones y negó las
    exoneraciones de la Ley de Dominicanización de la Industria
    Azucarera.

    La Matanza.

    El 28 de septiembre de 1937 en la
    mañana se inicio al sur de Dajabon el exterminio de los
    residentes haitianos, los mataban con cuchillos, palos y machetes
    con la intensión de que pareciese un motín llevado
    a cabo por campesinos dominicanos; intensificándose y
    expandiéndose a partir del 2 de octubre. Entre 12,000 y
    25,000 nacionales haitianos fueron asesinados en esta matanza,
    las cifras no son exactas debido al clima de
    especulación preponderante en la época.

    El ministro haitiano en Santo Domingo Evremont
    Carrié, se presento delante Trujillo para presentar sus
    quejas al respecto. Trujillo dio ordenes para parar la
    operación, aparentemente, pues la matanza de haitianos
    continuo hasta el 15 de noviembre de forma disminuida y
    esporádica.

    Desde el sur de Dajabón se extendió por
    toda la zona norte, hasta llegar al este. La Vega, Bonao, Puerto
    Plata y Samana fueron los mas afectados, pero las provincias
    donde mas haitianos residían, eran Barahona y Azua, donde
    no hubo asesinatos en octubre, sino en febrero de 1938 aunque en
    menor escala.

    Los protagonistas de esta masacre fueron militares y
    algunos presos de confianza. La población civil en ningún momento se
    unió, como se pretendió alegar después,
    inclusive, muchos civiles trataron de ocultar nacionales
    haitianos en sus hogares.

    Todas sus propiedades fueron apropiadas por los
    militares.

    La prensa dominicana
    por su parte, no dio ninguna noticia a respecto en los primeros
    días al igual que la prensa
    haitiana.

    El Presidente Vincent estaba temeroso de que con
    cualquier publicación al respecto ofendía a
    Trujillo lo que provocaría un ataque a su
    país.

    Primeras Acciones
    Diplomáticas.

    El Presidente Vincent mando a buscar al Ministro
    dominicano en Puerto Príncipe, Enrique Jímenes,
    quien se desempeñaba en el cargo desde julio de
    1936.

    Vincent le entrego copia de los cables que acababa de
    recibir de la frontera (los cuales, Jimenes, envió por
    correo a Trujillo), al tiempo que le
    pidió que fuese a Santo Domingo y le presentase el punto
    de vista haitiano al Presidente Trujillo. Para esa época,
    el nuevo Ministro norteamericano en Puerto Príncipe no
    había llegado a ese país, por lo que la matanza
    sucedió cuando la Legación estaba en manos del
    Encargado de Negocios,
    Harold D. Finley. Este reporto al Departamento de Estado que la
    solicitud de Vincent a Jimenes no implicaba que se habían
    roto las relaciones diplomáticas. Con la previa
    aprobación del gobierno, Jimenes salió hacia Santo
    Domingo la mañana del 8 de octubre, después de
    haber visitado a Vincent para informarle que el Presidente
    Trujillo consideraba los reportes como exagerados, pero que se
    había ordenado un investigación.

    El día 7, Carrié había salido hacia
    la República Dominicana, pero a través de Cabo
    Haitiano y Dajabón, con instrucciones de hacer una
    investigación y reportar directamente a
    Vincent.

    La noticia de la matanza debilitaba políticamente
    al gobierno de Vincent, obligándolo a negociar con
    rapidez, buscando algún tipo de satisfacción
    publica. El escándalo no podía ocultársele a
    la opinión publica haitiana por mucho tiempo y esta
    exigiría a Vincent que hiciera algo. En cuanto a Trujillo,
    y en lo que se respecto exclusivamente a sus asuntos
    políticos internos, dado el carácter dictatorial de
    su régimen, la matanza no le afectaba.

    El día 8 de octubre Vincent mando a buscar al
    Encargado de Negocios
    norteamericano y le entrego copia de los oficios y cables que
    había recibido sobre maltratos y atrocidades.

    Finley dijo que no tenia instrucciones de su gobierno,
    pero que personalmente como amigo suyo y de su país,
    esperaba que no se tomasen medidas que pudieran hacer mas
    difícil un acuerdo amigable. Vincent le replico que estaba
    tratando de manejar el asunto con la mayor inteligencia y
    discreción; que había prohibido la
    publicación de cualquier detalle sobre el asunto en la
    prensa
    haitiana y que le había dicho al Ministro dominicano,
    antes de su viaje, que lo menos que el pensaba que el Presidente
    Trujillo podía hacer era castigar a aquellos que
    habían cometido las atrocidades y compensar
    económicamente a los que habían sufrido, incluyendo
    sus familias.

    Nueva Política
    Migratoria

    El Secretario de Justicia,
    Julio Ortega Frier, visito el 15 de octubre la Legación
    norteamericana para supuestamente examinar los textos de los
    acuerdos fronterizos existentes entre los Estados Unidos y
    México.
    Allí explico que estudiaba un plan mediante el
    cual los haitianos que vivieran en la parte dominicana de la
    frontera, fueran enviados a otros lugares del país, y dijo
    que se buscaba firmar un acuerdo con el gobierno haitiano, par
    impedir la penetración de haitianos en una zona de entre
    cincuenta y cien kilómetros del lado dominicano de la
    frontera. Del lado haitiano, se establecería una zona
    similar, de la que estarían excluidos los
    dominicanos.

    El funcionario agrego que era imperativo un cambio en la
    política
    de inmigración dominicana, y que
    cesaría la inmigración de negros desde Haití
    y las Antillas Inglesas. El mercado
    fronterizo seguiría siendo autorizado, pero bajo controles
    en cuanto a lugares y rutas, no pudiendo pernoctar en el
    país los haitianos que se dedicasen a este
    negocio.

    Participación Norteamericana en las
    Investigaciones.

    El día 19 de octubre, el Canciller
    Interino, Sumner Welles envió al Presidente Roosevelt el
    oficio del día 11 preparado por la legación
    norteamericana en Santo Domingo, con informaciones sobre la
    matanza. En su carta de
    remisión afirmo: "El Presidente de Haití se ha
    comportado con un extraordinario grado de prudencia. Ha logrado
    obtener del Presidente de la República Dominicana un
    acuerdo para que una investigación conjunta tenga lugar por
    parte de representantes de los dos gobiernos y, aparentemente, ha
    obtenido compromisos en el sentido de que se pagaran
    compensaciones".

    El 21 de octubre, trece días después de
    terminada la matanza, y tres semanas después de su inicio,
    la prensa
    internacional publico su primera noticia al respecto. El
    representante de The New York Times en Kingston, Jamaica,
    reportaba un incidente fronterizo en el que "varios" haitianos
    habían sido tiroteados por soldados dominicanos. Los
    haitianos, según el articulista, se habían
    establecido en terrenos recientemente adjudicados a la
    República Dominicana como resultado de un acuerdo
    fronterizo.

    Los Estados Unidos en
    un principio no se mostraron muy interesados en el conflicto, fue
    al mes de la matanza cuando Washington decidió presionar a
    Trujillo para que diese una satisfacción adecuada al
    pueblo haitiano, pues ya el propio Presidente Roosevelt
    había tomado cartas en el
    conflicto.

    Esta también el aspecto de que a Washington le
    preocupaba la posibilidad de una invasión dominicana a
    Haití y como esto podía afectar la paz
    interamericana, justificaba una acción diplomática
    norteamericana, aun dentro del principio de no
    intervención.

    Washington no quería ofrecer sus buenos oficios
    por el momento pero, de tener que hacerlo, lo haría a
    través de un mecanismo Panamericano, y no en forma
    individual.

    Intermediación
    internacional.

    La opinión publica en Haití
    ya no permanecía callada ante la noticia, e insinuaba una
    intervención internacional. Así, el día 21,
    la Asociación Haitiana para la Sociedad de
    Naciones declaro que el incidente debía ser resuelto con
    toda dignidad y conforme a las reglas internacionales.

    Ningún régimen dictatorial de América, de los tantos en numero y variedad
    de matices que han consternado el alma de sus pueblos, supero al
    de Trujillo, hasta su extinción en 1961, en generar
    situaciones conflictivas que motivaran, el recurso a los
    mecanismos del Sistema
    Interamericano.

    Por iniciativa propia o de los gobiernos hostiles a su
    régimen se apelo a ellos, creados como paulatinamente lo
    fueron para garantizar el mantenimiento
    de la paz y la seguridad en este
    hemisferio.

    Aun no bien estructurado el Sistema en su
    conformación actual, cuando la Unión Panamericana
    había sustituido en denominación y funciones a la
    antigua Unión de Repúblicas Americanas como centro
    de promoción cultural y comercial entre los
    países del continente y como órgano asesor de la
    serie de Conferencias Internacionales Americanas, en las cuales
    se dio paulatino ordenamiento jurídico a planteamientos
    surgidos de conflictos
    entre naciones del hemisferio, el gobierno de Trujillo dio lugar
    a que se apelara en 1937 a uno de los instrumentos ya
    establecidos para la solución pacifica de controversias:
    El Pacto Gondra.

    Los Tratados y
    convenciones suscritos en cada una de estas Conferencias
    Internacionales Americanas, de cuyos instrumentos originales era
    generalmente depositaria la Unión Panamericana, fueron
    configurando los principios de
    Derecho
    Internacional Publico Americano.

    Este extemporáneo encuentro de Trujillo con el
    Sistema
    Interamericano, el primero de una serie pero el de mayor
    trascendencia y que tuvo lugar con motivo de la matanza de
    haitianos en 1937.

    El Pacto Gondra.

    El 23 de noviembre, abogados
    especializados en asuntos internacionales del Departamento de
    Estado
    contestaron la solicitud hecha por el Subsecretario de Estado Sumner
    Welles sobre que podía hacer Haití para lograr
    procedimientos
    de conciliación en caso de que el Presidente de la
    República Dominicana rehuse a aceptar los buenos
    oficios.

    Específicamente sugerían que se convocaran
    a las Convenciones de Conciliación Interamericana de 1929,
    y el Tratado para Evitar Conflictos de
    los Estados Americanos, mejor conocido como el Pacto Gondra. Bajo
    dichos tratados se
    había creado una comisión permanente, a la cual
    Haití debía dirigirse, para que fuese convocada una
    comisión de investigación.

    El 18 de diciembre la Cancillería Dominicana
    accede a participar bajo el Pacto Gondra.

    Se organizan dos comisiones, una de investigación y otra permanente las cuales
    darían curso a las negociaciones entre ambos
    países.

    El Estado
    haitiano demandaba una indemnización y por primera vez
    surge una cifra de indemnización Trujillo se
    ofrecía a pagar al Gobierno Haitiano US$750,000 (
    US$150,000 cuando los congresos de ambos países hubiesen
    ratificado el acuerdo y US$100,000 anuales entre enero de 1939 y
    enero de 1944).

    En la segunda propuesta de Vincent se planteaban los
    siguientes aspectos:

    • Se reiteraba el sometimiento del acuerdo a la
      Comisión Permanente.
    • Se aceptaba el considerando de que haitianos
      habían perdido la vida, o habían sido
      heridos.
    • No se mencionarían militares dominicanos como
      posibles culpables.
    • Se aprobaba el monto de US$750,000, pero en base a un
      pago inicial (sin esperar sanción congresional) de
      US$350,000 (en vez de US$150,000), y pagos anuales durante 4
      años en vez de 6 años.
    • A los haitianos poseedores de inmuebles en Santo
      Domingo, le serian devueltas sus propiedades, entre
      otros.

    A pesar de que prácticamente se había
    llegado a un acuerdo, todavía se programada para el 14
    de enero de 1938 una segunda reunión bajo el Pacto
    Gondra.

    En esta se decidió que ambos países
    negociarían directamente, emitiendo al final un resumen
    sobre lo pactado, el cual debería ser enviado a la
    Comisión Permanente del Pacto Gondra.

    En la contrapropuesta de Trujillo se plantea lo
    siguiente:

    • Se aceptaba el sometimiento del acuerdo a la
      Comisión Permanente.
    • El pago inicial subía de US$150,000 a
      US$250,000.
    • Se insistía en que los haitianos debían
      impedir la entrada ilegal de sus ciudadanos al territorio
      dominicano, y sufragar los gastos de su
      negociación, pero a base de un modus
      operandi que luego se negociaría
    • Se aceptaba la devolución de los bienes
      inmuebles pertenecientes a haitianos.
    • El acuerdo requería la ratificación del
      Congreso de cada país.

    Acuerdo Final.

    Se acordó una
    indemnización de US$750,000.

    El 31 de enero de 1938, la Comisión Permanente
    del Pacto Gondra se reunió en Washington para la firma
    del acuerdo entre ambos Estados.

    La delegación dominicana estaba compuesta por:
    Andrés Pastoriza y Manuel de Jesús Troncoso De La
    Concha y la delegación haitiana por su parte la
    conformaban Abel Leger y Hoffman Philip.

    El gobierno Dominicano hace un primer pago de
    US$250,000 al gobierno haitiano, los cuales fueron producto de
    un préstamo obtenido por el
    Estado.

    Poniendo así fin a las múltiples
    disputas entre ambos Estados y ratificando el Estado
    dominicano sobre el control
    fronterizo que debía iniciar el Gobierno haitiano para
    evitar la inmigración haitiana a la República
    Dominicana.

    Wanda Andujar

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