"…… En una economía
pequeña y abierta sin duda uno de los elementos centrales
de la politica economica sera siempre la politica cambiaria. Esta
representa el vinculo comercial y financiero con el exterior y su
manejo tendra siempre importantes repercusiones con respecto a la
estabilidad global del sistema y en
relacion con la creacion de las condiciones que faciliten una
adecuada asignacion de recursos entre
los sectores
productivos…………"
"…… La estrategia de
crecimiento escogido por nuestro país durante la
última decada y media ha sido una estrategia
denominada de desarrollo
hacia afuera, abriendo nuestra economía al comercio
internacional para así fomentar el desarrollo
tanto del sector exportador como del sector que sustituye
importaciones.
En el logro de dicho objetivo la
politica de fijación de un tipo de cambio
real "alto", entre otras ha jugado un rol
preponderante…….."
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo tiene por finalidad presentar los
principales aspectos de la política cambiaria en
Chile entre
los años 1974-1995. Para ello hemos separado nuestro
trabajo en dos secciones. Antes de esto mostramos una
pequeña referencia teórica para explicar los
principales determinantes del tipo de cambio
y su incidencia en este. La primera sección analiza lo
sucedido en el período 1974-1982. En ella expondremos las
políticas adoptadas por la autoridad de
la época frente al caos economico heredado del gobierno de la
Unidad Popular, para depués hacer frente a las crisis
internacionales ( como la crisis del
petroleo ) y las politicas acordes al nuevo modelo
economico que se implantaba en nuestro pais. Además se
explican las razones que motivaron a la autoridad
económica a fijar el tipo de cambio
en 1979, con sus respectivas consecuencias, y las condiciones que
hicieron necesario devaluar el peso en junio de 1982.
En la segunda sección presentamos el periodo
1983-1995. En el se analizan los dilemas que debieron enfrentar
las autoridades con respecto a la crisis de la
balanza de pagos sufrida en el periodo anterior, para despues
pasar a un periodo en que se abre la cuenta de capitales y la
abundancia de divisas se vuelve el principal problema de la
politica cambiaria.
MARCO TEORICO
Las divisas no son un bien o activo que en general
generen utilidad a su
poseedor, por ello su demanda ( y
oferta )
tienen un caracter
diferente al de otros bienes,
servicios o
activos. La
divisa se demanda ( y se
ofrece ) a cambio de otra
moneda por las transacciones que se puedan realizar con esta
última, y que no se pueden realizar con la moneda original
por ejemplo para la compra de productos en
el exterior ( importación ); y su contraparte, el cambio a
moneda nacional de pagos ( ventas )
realizados por extranjeros en el exterior (exportaciones
).
Es una demanda
derivada, porque depende de las transacciones que se hacen en el
mercado de
bienes y
servicios que
se transan con el resto del mundo, esto quiere decir que cada
transacción en este mercado tendra
como contrapartida una transacción en la demanda ( y
oferta ) de
divisas.
Ademas cabe señalar que al demandar una divisa (
moneda extranjera ), se ofrece moneda nacional a cambio. Por
ende, la funcion de
demanda de
divisas es la otra cara de la funcion de
oferta de la
moneda nacional.
El tipo de cambio
se define como el valor de una
moneda ( divisa ) en terminos de otra moneda. Para efectos de
esta investigacion, y en aras de la simplicidad, definiremos el
tipo de cambio
como la cantidad de pesos chilenos necesarios para adquirir un
dolar estadounidense, en un periodo de tiempo.
Definiremos ademas una apreciacion o revaluacion como una
disminucion del tipo de cambio,
producto de
las fuerzas del mercado, o de una
decision administrativa respectivamente y una depreciacion o
devaluacion
como un aumento del tipo de cambio,
producto de
las fuerzas del mercado, o de una
decision administrativa, respectivamente.
El mercado cambiario
es donde se transan las divisas y se fija el tipo de cambio
vigente para el periodo. En el caso de un sistema cambiario
libre el tipo de cambio de equilibrio se
determinara por la oferta y demanda
de divisas, en el punto de equilibrio
entre la cantidad ofrecida y la cantidad demandada. Si el mercado
cambiario es libre y eficiente y se ajusta rápido a
perturbaciones, uno podrá esperar que el tipo de cambio se
encuentre, en general,en equilibrio.
La demanda de divisas la podemos representar en la
siguiente ecuación:
D = D[ M(Y, P*/P) , SC(r/r*)]
M1 > 0 ; M2 < 0 ; SC1 > 0
donde:
D: demanda de divisas.
M: demanda de importaciones.
P: nivel de precios.
r: tasa de interés
SC: colocación de capitales en el exterior y un
asterisco(*) denota las variables del
resto del mundo.
La oferta de
divisas la podemos definir de la siguiente forma:
O= O[ X(Y*,P*/P) , EC(r/r*) ]
X1 > 0 ; X2 > 0 ; EC1 < 0
donde:
O: oferta de
divisas.
X: exportaciones.
EC: es la entrada de capitales del resto del
mundo.
Las variables con
subíndice denotan las derivadas
parciales de la función respecto de las variables
correspondientes. En esta relación se ha especificado el
carácter derivado de la demanda por divisas. El componente
endógeno de ésta proviene de la demanda por
importaciones
y colocación de capitales en el exterior.
Cuando el tipo de cambio es fijado administrativamente
por las autoridades el análisis precedente cambia en cierta
medida. Si bien los determinantes del tipo de cambio son los
mismos, y siguen operando de igual forma, lo que varía es
la intervención que realiza la autoridad
monetaria en el mercado cambiario para mantener la paridad de la
divisa. Si la autoridad
desea mantener el tipo de cambio fijo debe ofrecer cambiar (
comprar o vender ), al precio
prefijado, cantidades ilimitadas de divisas. Para ello,
naturalmente, la autoridad debe
mantener una reserva de divisas suficiente para cubrir cualquier
eventualidad.
Al abrirse la cuenta de capitales la tasa de interés
doméstica juega un papel
fundamental. Esto es así, dada la rentabilidad
que obtendrían las inversiones
extranjeras al existir un diferencial entre la tasa de interés
doméstica e internacional. Al ser la tasa de interés
domestica mayor que la internacional la rentabilidad
obtenida en nuestro país sería mayor que la
obtenida en el extranjero, lo cual atraería flujos de
capitales aumentando la oferta de divisas presionando a la
diminución del tipo de cambio. A su vez al ser la tasa de
interés
domestica menor que la internacional la rentabilidad
obtenida lo cual disminuiría los flujos de capitales
disminuyendo la oferta de divisas presionando a un aumento del
tipo de cambio.
PERIODO 1973-1980
Situación cambiaria vigente a
septiembre de 1973.
Desde 1930 a 1973 la economía Chilena se
caracterizo por la escasa importancia asignada al sector externo
como factor para su desarrollo.
El análisis de las causas que condujeron
finalmente a la situación cambiaria imponente en
septiembre de 1973 requiere conocer el contexto en que esta
política
se desarrollo a
partir de la "gran crisis de
1930".
Hasta entonces la estrategia de
crecimiento del país se basaba en su sector
exportador.
Frente a las fuertes oscilaciones que presentaba la
economía
mundial, se postulo la creación de un sector industrial
que permitiese sustentar un ritmo de crecimiento más
estable. El desarrollo de
este sector se apoyaría esencialmente en la existencia de
una demanda interna que hasta entonces era satisfecha con
importaciones.
En materia
cambiaria, la política
prácticamente invariable desde 1932 hasta 1956,
consistió en el establecimiento de una amplia gama de
tipos de cambio, tanto para los retornos de las exportaciones
como para las importaciones.
En 1956 se intento efectuar una simplificación de
las normas de
operación en materia de
comercio exterior
y una reestructuración del sistema de
cambios múltiples, dejando un tipo de cambio para las
mercaderías y otro para turismo y transacciones de
capital. Lo
anterior propendía a una mayor apertura de la economía al exterior
y a una revitalización del sector privado como elementos
claves para el crecimiento
económico del país, pues se estimaba que la
estrategia de
desarrollo hacia adentro o de industrialización lanzada se
había agotado. Hasta fines de la década del 60, se
actúa en el sentido de cambiar la acción del
estado y la
del sector privado como forma de impulsar el crecimiento
económico, provocando, además, una expresión
del mercado interno a través de la creación de
acuerdos de integración regional.
Para ello se requería efectuar algunas
modificaciones en materia de
política
cambiaria y arancelaria. Así se establece un tipo de
cambio de devaluaciones programadas, de modo de mantener un
cierto nivel del tipo de cambio real.
Durante el periodo 1971-1973 el país
comenzó a experimentar un acelerado proceso de
estatización y un retorno a la idea de crecimiento hacia
adentro que vino a condensar todos los problemas que
ya se habían presentado. A esto se agrego además un
quiebre del sistema
institucional y un desajuste generalizado de los mercados, entre
ellos el sector externo, con tipos de cambios múltiples
dependiendo de los productos que
se exportaban o importaban.
Esta política
determinó que a septiembre de 1973 hubiere un mercado
bancario-comprador con un tipo de cambio de Eº 85 por
dólar y uno vendedor con seis "listas" en que el tipo de
cambio abarcaba desde Eº 25 por dólar hasta Eº
1300 por dólar.
De lo anterior se desprende que el acceso al mercado de
divisas estaba muy reglamentado y, en consecuencia,
existían trabas para operar en forma fluida. Esta
situación, unida al hecho de la sobrevaluación del
peso, genero un
creciente exceso de demanda de divisas y provoco la existencia de
un fuerte mercado rojo, lo cual vino a agudizar la
situación recién descrita provocando desajustes
cada vez mas importantes.
I) Evolución del régimen cambiario
desde 1973 a 1979
Características básicas del
régimen cambiario 1973-1979
El marco económico inicial de esta experiencia
cambiaria se caracterizaba por severos problemas de
desequilibrio en la balanza de pagos,
agotamiento de los recursos
internacionales (ver cuadro 5), elevados servicios de
deuda externa,
proliferación de restricciones no arancelarias y tasas de
inflación altas y fluctuantes.
Al Banco Central la
correspondió desempeñar un rol fundamental como
operador y ejecutor de la nueva política cambiaria, la
implementación de esta en conjunto con la política
de rebaja gradual de aranceles fue
el requisito previo que permitió al país abandonar
los moldes ya tradicionales de economía cerrada,
iniciando, a su vez, el proceso de
integración comercial en el
exterior.
La función del tipo de cambio fue
básicamente la de servir como instrumento regulador del
nivel del comercio
exterior, pero lo cual adoptó una política
cambiaria de minidevaluacines, efectuadas por el Banco Central.
Este procedimiento
permitió en el corto plazo, mantener un tipo de cambio
acorde con las condiciones económicas
impuestas.
En el periodo 73-79 se distinguen, básicamente,
tres grandes etapas caracterizadas por frecuentes ajustes; la
primera etapa concluye en 1976, la segunda corresponde al periodo
junio 1976 a febrero de 1978, la tercera abarca hasta mediados de
1979, que se establece un valor fijo
para el tipo de cambio nominal.
Primera etapa:
Tipo de cambio reptante, periodo enero
1973-junio 1976
Tipo de cambio reptante:
Consiste en devaluar ( o revaluar ), en forma periodica y
con ajustes pequeños, el tipo de cambio de acuerdo a la
diferencia entrre las tasas de inflacion
domestica y externa relevantes.
a) Medidas iniciales en el periodo
septiembre-diciembre 1973
"Las condiciones vigentes (sept. de 1973) no
hacían posible pensar siquiera en la posibilidad de
implantar una política de tipo de cambio fijo o una de
tipo de cambio flotante. La primera debido a que la
situación de déficit fiscal
crónico financiado por el Banco Central
había implicado una perdida de reservas insostenible; la
segunda, debido a que una condición necesaria para lograr
un sistema de tipo
de cambio flexible, estable, es que el Banco Central,
además de no intervenir en transacciones de divisas,
conduzca su política
monetaria en forma también estable, a fin de que los
especuladores pueden pronosticar el comportamiento
del mercado".
"Con esas condiciones, una política de tipo de
cambio reptante pareció ser la mas adecuada. Esta
permitió mantener un tipo de cambio congruente con el
proceso
inflacionario que vivía el país en aquella
época. En esta forma, se logro minimizar los efectos de la
inflación sobre los precios
relativos de bienes
transables y no transables y así incentivar en forma
importante el comercio
exterior, especialmente las exportaciones no
tradicionales. Asimismo se evitaron los riesgos de
variaciones bruscas en el valor del tipo
de cambio". (Párrafos extractados del discurso
inagural del Sr. Alvaro Bardón, enero de 1980.
Boletín del Banco Central
nº 625 marzo de 1980)
A groso modo el tipo de cambio fue utilizado como
instrumento de incentivos al
sector exportador; como instrumento que permita reflejar
verdaderamente la relación entre los precios
internos y los internacionales; como medio para lograr en un
plazo prudente el equilibrio de
la balanza de pagos;
como forma para estabilizar las expectativas inflacionarias al
otorgar certidumbre acerca de la evolución de los costos de los
insumos importados y de los retornos elevados de las exportaciones;
para complementar la política de rebajas arancelarias
implementada posteriormente; y por definición, para servir
como elemento de apoyo en el proceso de
apertura comercial y financiera al exterior. (Exposición
de los ministros de economía y hacienda Sres. Fernando
Ceriz y Lorenzo Gotuzzo, 13 de junio de 1974).
Además, a base de la estrategia de
apertura de la economía implementada a partir de sept.
1973, se determino la necesidad de efectuar, en primer termino,
una reducción de los niveles arancelarios vigentes. Es
así como la primera etapa de la reforma arancelaria tenia
por objeto alcanzar una estructura
arancelaria en que la tasa nominal máxima fuera de 35% y
la mínima de 10%, meta que debía alcanzarse durante
el primer semestre de 1978, haciendo aproximaciones a
través de ajustes arancelarios semestrales. Es así
como a partir de una situación de arancel nominal promedio
de 94%, con una tasa máxima superior al 500% existente en
el segundo semestre de 1973, se llego a una tasa arancelaria de
10%.
Para llevar a cabo las medidas de ajuste cambiarias el
1º de octubre de 1973 se redujeron los mercados
cambiarios a tres: de corredores, bancarios y para los retornos
del cobre.
El mercado bancario y el mercado de corredores se
utilizaron para efectuar todas las operaciones de
comercio
exterior, a un tipo de cambio equivalente a 280 Eº por
dólar, o su equivalencia en otras monedas. Como
excepción a esta regla general y dado el carácter
especial que tenían las operaciones
corrientes de las exportaciones de la minería el
cobre, el
Banco Central adquiriría las divisas provenientes de los
retornos de sus exportaciones en un tipo de cambio de 110 Eº
por dólar. Por otra parte, en el mercado de corredores se
efectuarían las operaciones
derivadas del
turismo a un tipo
de cambio equivalente a 850 Eº por dólar.
b) Medidas desarrolladas durante
1974.
Durante 1974 se elimino el tipo de cambio diferenciado
para los retornos del cobre
(agosto), el tipo de cambio para el mercado de corredores, es
decir, el tipo de cambio aplicado a los costos de viaje
se mantuvo. Inicialmente hubo dos revaluaciones del orden del 2%
y posteriormente hubo 15 devaluaciones del orden del
7,1%.
Por su parte el tipo de cambio para el mercado bancario,
el tipo de cambio aplicado a importaciones y exportaciones, fue
periódicamente devaluado para evitar que el valor del tipo
de cambio se deteriorara al modificarse la relación de
precios
internos y externos. Con ello se logro, por un lado, fomentar las
exportaciones y por otro, regular automáticamente la
demanda por importaciones. Esto abría la posibilidad de
lograr en un plazo prudente el equivalente de la balanza de
pagos.
c) Decisiones tomadas en el periodo enero
1975 a junio de 1976.
Durante 1975 se mantuvo vigente la política
cambiaria, arancelaria y de fomento de exportaciones, que
permitió duplicarles en un año, excluyendo el
cobre. Las
políticas cambiarias y arancelarias mas la
política
monetaria interna, permitieron al país reconstruir sus
reservas internacionales lo que a su vez produjo una lógica
consecuencia, una mejor imagen del
país frente a los organismos financieros externos, tanto
publico como privado.
La política cambiaria consistió en
devaluaciones pequeñas y periódicas del tipo de
cambio, con el objetivo de ir
adecuándolo a la variación de los precios
internos y externos, por un lado, y a las condiciones de balanza de pagos,
por otro.
Durante 1975 el mercado de corredores y el bancario
empiezan a converger las hasta que el 26 de agosto de 1975 se
llego a un mismo tipo de cambio para ambos mercados, de 6000
Eº por dólar.
El tipo de cambio continuo siendo el principal
instrumento empleado para alcanzar el equilibrio en
la balanza de pagos. Para 1975 se preveía un
déficit en balanza de pagos del orden de los 1200 millones
de dólares, pero se concluyó con un déficit
de 285 millones. A su vez en los primeros cinco mese de 1976 se
logro un superávit de alrededor de 250 millones.
Según Jorge Cauas (ministro de hacienda) "este cambio
espectacular era el fruto de la política
económica general y particularmente del fuerte
mejoramiento del tipo de cambio".
Desde enero de 1976 hasta el 29 de junio del mismo
año el tipo de cambio experimento 64
devaluaciones.
El 29 de junio de 1976, el ministro de hacienda anuncio
el nuevo tipo de cambio que regiría a contar del
día siguiente, el cual seria de 12,50 por dólar y
crecería 5% durante el mes de julio hasta el 4 de agosto.
A partir de dicho mes, el tipo de cambio comenzó a
anunciarse por intermedio de la publicación de una tabla
el día 4 del mes siguiente. La variacion del tipo de
cambio en dicho periodo debía ser igual a la
variación del IPC del mes anterior.
En 1976, como resultado de un incremento en las
exportaciones, especialmente las no tradicionales, la balanza de
pagos reflejo un superávit de balanza
comercial de 460,6 millones de dólares y un aumento de
las reservas internacionales de 450,2 millones de
dólares.
Segunda etapa:
Revaluaciones y devaluaciones 1977 a febrero
de 1978.
El 4 de marzo de 1977 se procedió a revaluar el
peso en 10% por lo que el dólar estaba a $19,75
pasó a valer $17,77; entre el 5 de marzo y el 4 de abril
el tipo de cambio aumento en un 4% y entre el 5 de abril y el 4
de mayo en un 3%. Para los periodos siguientes el reajuste del
tipo de cambio se hizo en la forma ya habitual, que era la
correspondiente a la tasa de variación del IPC habido en
el mes anterior.
"… Esta medida significo una baja importante en el
costo de las
importaciones, tanto de los insumos como de bienes
finales, y por lo tanto ocasiono una baja de costos de
producción de numerosos productos; a
su vez significo un freno natural a las posibilidades de alzar
los precios internos por parte de las distintos productores
nacionales. Abarato también el precio interno
de todos los productos
exportables. Durante 1977 hubo una rebaja general de aranceles que
fue acompañada, simultáneamente, de un aumento de
un 6% del tipo de cambio. Según Sergio de Castro "al
crearse una verdadera situación de competencia
externa se estableció una mas estrecha relación
entre el nivel del arancel y el tipo de cambio. En estas
condiciones, una medida por la cual se rebajan aranceles
corresponda con la devaluación simultánea, tiene el
efecto de mantener la protección promedio a la industria que
vende en el mercado interno y de aumentar la protección a
las actividades exportadoras. Además, se estimo que dados
los niveles arancelarios actuales y la situación de
equilibrio en que se encuentra la balanza comercial, una discriminación en el arancel debe ir
acompañado de un alza compensativa en el tipo de
cambio".
"En consecuencia, la anticipación de la rebaja
arancelaria no tiene por finalidad aumentar la competencia de
las importaciones, sino que se lleva a cabo para mejorar la
eficiencia, a
través de una mejor clasificación de las reglas del
juego. Para
los periodos siguientes, el reajuste del tipo de cambio se
hará en la forma ya habitual y corresponderá a la
inflación habida en el mes anterior."
El gobierno Chileno
estaba consciente de que para un país pequeño como
Chile el
desarrollo de las exportaciones era uno de los factores
dinámicos mas relevantes.
Tercera etapa:
Hacia el tipo de cambio fijo, febrero 1978-
junio 1979
En febrero de 1978 el gobierno anuncio
un cambio de política cambiaria, que consultaba tasas
decrecientes de devaluación. Estas equivalían,
aproximadamente a la inflación mensual registrada en el
mes anterior. Se patió con una tasa decreciente de 2,5%,
para llegar en diciembre a 0,7%.
En febrero de 1978 el ministro de hacienda planteo que
se mantendría esta política durante el año
siguiente, teniendo como meta la mantención del tipo de
cambio real que, por un lado, garantizase a los exportadores,
especialmente a los no tradicionales, una adecuada rentabilidad
en su gestión
y, por otra, que permitiese traer al país los productos que
se requieren del extranjero a precios razonables.
II) Tipo de cambio fijo: junio 1979-junio
1982
A continuación nos referiremos al periodo de tipo
de cambio fijo en nuestro país, haciendo una reseña
de las causas que posibilitaron la fijación del tipo de
cambio en 1979 y de las condiciones que llevan a su
devaluación en junio de 1982.
a) Las condiciones que posibilitaron la
fijación del tipo de cambio en junio de
1979.
El 29 de junio de 1979 el ministro de hacienda, Sr.
Sergio de Castro, se dirigió al país para anunciar
un conjunto de medidas económicas. Entre estas garantizaba
que el presupuesto
fiscal
consolidado para 1979 cerraría sin déficit alguno,
o con un pequeño superávit, de manera que se
estaría eliminando un factor inflacionario. De hecho en
1979 se logro un superávit en el presupuesto
fiscal
equivalente al 7,2% del gasto gubernamental y por otra parte la
tasa inflacionaria medida por la variación del IPC se
redujo de 375,9% en 1974 a 38,9% en 1979.
Además, se considero fundamentalmente un manejo
de reservas internacionales que inspirara confianza en la
responsabilidad de la política
económica y en la solvencia del país. En
diciembre de 1979 el nivel de reservas internacionales del Banco
Central había llegado a US$2300 millones. Este aumento en
las reservas internacionales fue consecuencia de un
superávit de la balanza de pagos
producido a raíz de tres hechos:
1) La adopción
de un tipo de cambio reptante, lo cual permitió que el
tipo de cambio fuera congruente con el proceso
inflacionario, al tiempo que
promovía un clima de
estabilidad para las transacciones internacionales, tanto
financieras como comerciales.
2) El segundo hecho fue la reforma financiera cuyo
objetivo era
lograr un eficiente mercado de
capitales mediante la liberación de la tasa de
interés
interna, la eliminación de trabas de carácter
institucional y una paulatina integración financiera con el exterior.
Entre diciembre de 1973 y diciembre de 1979, los créditos
financieros externos ingresados al sector privado aumentaron 6,7
veces.
3) La apertura comercial del país como
consecuencia de la reforma arancelaria antes expuesta. Mientras
en el primer semestre de 1974 la tasa arancelaria promedio
alcanzaba a 85% y la máxima (excluyendo al sector
automotriz) a 750%, en julio de 1979, mes en que se concluyo el
programa de
desgravación, la tasa promedio fue de 10% pero todas las
importaciones, con excepción de algunos rubros
menores.
La progresiva apertura comercial permitió el
aumento en el volumen del
comercio
(importaciones mas exportaciones) desde US$3945 millones a
US$8025 millones en 1979, es decir, experimento un aumento de
103%. Entre 1974 y 1978, la balanza
comercial fue superavitaria, lo que contribuyo a generar el
superávit global de la balanza de pagos
en el periodo y, por lo tanto, la acumulación de reservas
internacionales.
Controlado el déficit del sector publico
y estructurado un nivel adecuado de reservas, el gobierno anticipo
la adopción
de una política conducente a una mayor estabilidad
cambiaria.
A partir del 30 de junio de 1979, se procedió a
fijar el tipo de cambio a un valor de $39
por dólar, que era prácticamente, el que
correspondió al programado al 31 de diciembre de 1979 de
acuerdo a la tabla de devaluaciones diarias.
Con esta medida se obtuvo, indudablemente, una mayor
estabilidad en el sector externo, sin poner en peligro un
razonable equilibrio en la balanza de pagos.
Desde el punto d vista inflacionario, se esperaba que se
produjera un freno a las alzas de los precios que iban mas
allá de lo estrictamente necesario, puesto que los
costos de
importación ya no se veían afectados por la
devaluación interna. Esta situación
reduciría las expectativas de inflación, reforzando
el avance hacia la estabilidad de precios.
b) Evolución de la economía Chilena
entre 1979 y el tercer trimestre de
1981.
Este periodo se caracterizo por un desarrollo acelerado
y estable en todas las áreas de la
economía.
El PGB real creció 8,3% en 1979 y 7,5% en 1980 y
8,3% promedio de los nueve meses de 1981 con relación a
igual lapso de 1980. La formación bruta de capital fijo
creció a tasas de 16,8% en 1979, 22,4% en 1980 y 19,4%
como promedio de los primeros trimestres de 1981 con respecto a
igual periodo de 1980. En cuanto a la participación de la
inversión en el PGB, esta alcanzo -como
promedio- a 14,5% en 1978 y 19,5% en 1981.
El aumento de la inversión fue el resultado de una
combinación de factores, entre los que pueden destacarse:
el desarrollo financiero, que logro incrementar la disponibilidad
de fondos tanto internos como externos; el reforzamiento de los
mecanismos de la competencia, que
permitieron al país asignar mas eficientemente sus
recursos
productivos; y por ultimo, la apertura comercial, que impulso el
desarrollo de nuevos mercados en el
extranjero mediante la creación de un sector exportador
moderno y dinámico, al tiempo que el
sector de sustitución de importaciones era estimulado a
mejorar sus niveles de eficiencia.
La apertura comercial y financiera del país,
unida a la estabilidad en las transacciones que garantizaba el
tipo de cambio fijo, llevo a que el volumen del
comercio
(exportaciones mas importaciones), que en 1979 alcanzo a US$8025
millones, aumentara a US$10476,1 millones en 1981, lo que
significo un incremento del 30% entre ambos periodos. Asimismo,
se diversifico notablemente la estructura de
las exportaciones y de las importaciones, permitiendo al
país llegar con sus productos a nuevos mercados
extranjeros, como también disponer a su vez de una mayor
cantidad y calidad de
bienes
importados.
c) El ajuste
contractivo
A partir del cuarto trimestre de 1981, la
economía entro en un proceso contractivo, el que
tendió a agravarse en los meses siguientes. La producción, las inversiones y
el empleo cayeron
violentamente, al igual que disminuía la tasa de
inflación. Al mismo tiempo, la
balanza de pagos se hizo deficitaria, ocasionando una
reducción significativa de las reservas internacionales
del país.
No existe aun consenso acerca de las principales causas
que han originado el proceso recesivo, como tampoco acerca de su
magnitud y duración.
En el presente trabajo se intenta una
interpretación, estableciendo diferencias entre los
factores de orden externo y aquellos de naturaleza
interna.
1) Factores
externos:
A mediados de 1981, la economía mundial entro en
una etapa recesiva debido, fundamentalmente, a los intentos de
las naciones industrializadas por estabilizar sus
economías mediante la aplicación de políticas
monetarias restrictivas.
Es así como la tasa de crecimiento anual del
dinero en los
países industrializados se redujo persistentemente entre
1979 y 1982. En 1979, el dinero
creció 9,7%; 6,7% en 1980 y 5,9% en 1981.
Simultáneamente, la tasa de inflación, que en 1980
alcanzo a 11,9%, se redujo a 10% en 1981 y a 8,5% (en doce meses)
en el primer trimestre de 1982 respecto al primer trimestre de
1981.
Por otra parte, las tasas de interés
internacionales aumentaron de 12% como promedio de 1979, a 14% en
1980 y a 16,8% en 1981 (Tasa Libo).
Con referencia al promedio de 1980, el dólar
estadounidense se revaluó en 1981 un 24,3% con
relación al marco alemán; un 14,7% con
relación a la libra esterlina, y se devalúo un 2,7%
con respecto al yen japonés. Durante el primer trimestre de
1982, y en comparación con el promedio de 1980, el
dólar se revaluó en 29,1%, 25,9% y 3,0%, con
respecto al marco, a la libra y al yen,
respectivamante.
La revaluación del dólar constituye el
resultado de la política
monetaria fuertemente contractiva aplicada por Estados Unidos,
en comparación con la adoptada por otros países
desarrollados, particularmente los europeos.
El crecimiento promedio del PNB real en Alemania y
Estados Unidos
alcanzo a 3,7% en 1979, fue de 0,8% en 1980 y de 0,9% en
1981.
El desempleo para el
conjunto de países de la OECD, que en 1980 alcanzaba a5,8%
de la fuerza de
trabajo, aumento a 6,8% en 1981 y a 7,5% en el primer semestre de
1982.
Según unas estimaciones del Fondo Monetario
Internacional, los precios de productos básicos -como
resultado de la contracción económica mundial-
bajaron en 14,7% en 1981 en comparación con los niveles de
1980 y en 21.3% durante el primer trimestre de 1982 con respecto
a igual periodo de 1981.
Efectos en Chile.
La condición de economía abierta
permitió que Chile fuera
particularmente sencible a las contingencias de la
recesión internacional.
La revaluación del dólar en los mercados
internacionales motivo que el peso Chileno, al estar asociado a
la moneda norteamericana, se revaluara en igual medida. Esto se
tradujo en una importante perdida de competitividad
de la industria
nacional de bienes transables. Valorizadas en monedas distintas
al dólar estadounidense, las exportaciones se hicieron mas
caras y las importaciones mas baratas, lo cual desincentivo a las
primeras e incentivo a las segundas. En relación con el
valor promedio de 1980, el peso Chileno se revalúo en 1981
en 12,1% con respecto al del marco, la libra y el yen,
considerados en conjunto. Durante el primer trimestre de 1982, la
revaluación del peso con respecto al promedio de 1980 fue
de 19,3%, es decir, similar a la del dólar.
Por otra parte, los precios internacionales de los
principales productos de exportación de Chile experimentaron una
brusca caída a partir de 1981. Considerados los precios de
los productos mineros, agropecuarios y del mar e industriales en
conjunto, su baja alcanzo a 15,3% en 1981 con respecto al
promedio de 1980, y a 14% en el primer semestre de 1982 en
comparación con igual periodo de 1981. El precio
internacional del cobre
-producto que
genera aproximadamente el 40% de las exportaciones totales- bajo
desde 81,98 centavos de dólar la libra en enero de 1981 a
65,23 centavos en mayo de 1982.
Las cantidades exportadas de los productos considerados
mostraron aumentos de 1,3% y de 17% en el primer semestre de 1982
con respecto al volumen exportado
en el primer semestre de 1981.
El efecto combinado de precios y cantidades de exportación derivo en una reducción
del valor total exportado por el país. Mientras en 1980
las exportaciones alcanzaron a US$4705 millones (FOB), en 1981
fueron de US$3959,8 millones, es decir, cayeron en 16%. Durante
el primer semestre de 1982, las exportaciones alcanzaron a
US$1963,3 millones, monto ·% inferior a los US$2022
millones registrados durante el primer semestre de
1981.
Contribuyo al deterioro de la posición comercial
del país la implantación de barreras
proteccionistas y la puesta en practica de diversas formas de
subsidios a las exportaciones por parte de algunos países,
como una forma de corregir sus balanzas de pagos deficitarias y
sus latas tasas de desempleo.
Las importaciones totales crecieron substancialmente en
1981 con respecto a 1980. Mientras en 1980 el valor total
importado ascendía a US$5469 millones, en 1981 esta cifra
se elevo a US$6516,9 millones, es decir, se incremento en 19%
(Este fue el resultado combinado de dos factores: la
revaluación del peso, que abarato las importaciones, y el
alto endeudamiento del país durante 1981, que motivo un
mayor gasto y en particular un mayor volumen de
importaciones). Sin embargo, como resultado de la
contracción del gasto agregado del país, en 1982
las importaciones declinaron sensiblemente. En el primer semestre
del presente año, las importaciones cayeron un 35%
respecto a igual periodo de 1981.
La caída de las exportaciones, unida al aumento
de las importaciones, permitió que el déficit
comercial del país, que en 1980 ascendía a US$764
millones, aumentara a US$2571,1 millones en 1981, es decir,
subió en 237%. A raíz de la caída en las
importaciones en el primer semestre de 1982, el déficit
comercial acumulado fue de US$94,2 millones, frente a los
US$1157,1 millones del primer semestre de 1981.
El alza de las tasas de interés internacionales
significó para el país un mayor costo por
servicios
financieros. Por cada punto adicional de incremento en la tasa de
interés, el país debió cancelar
aproximadamente US$140 millones en 1981.
Los mayores pagos por servicios
financieros, sumados al déficit comercial de 1981,
significaron que el déficit en cuenta corriente creciera
desde US$1971 millones en 1980 hasta US$4814 millones en 1981, es
decir, ascendió en 2,4 veces.
El creciente déficit en cuenta corriente, el
elevado endeudamiento del país, la quiebra de
algunas empresas
importantes y la intervención de algunas instituciones
financieras a fines de 1981 ( El 2 de Noviembre se intervino el
primer grupo de
Bancos:
Español, Talca, De Fomento de Valparaíso, Regional
de Linares y las financieras Cash, General Financiera, Finansur y
Financiera de Capitales. El estado tuvo
que aportar mas de US$1000 millones para evitar su quiebra.),
provocaron un cambio de actitud en la
banca
internacional con respecto a su política crediticia hacia
Chile. Este cambio se produjo en una mayor cautela en el
otorgamiento de créditos, razón por la cual los
ingresos de
capitales se redujeron a partir de 1982. Así, el total de
créditos ingresados durante el primer semestre de 1982,
fueron en 48,5% menores con respecto a los ingresados en igual
periodo de 1981.
Como resultado de lo anteriormente expuesto, la balanza
de pagos global comenzó a ser deficitaria a partir del
cuarto trimestre de 1981. Al mismo tiempo, las
reservas internacionales del Banco Central, que en diciembre de
1980 alcanzaban a US$4073,9 millones, se habían reducido
en US$754,7 millones a junio de 1982, totalizando US$3319
millones en esta ultima fecha.
El proceso de
ajuste
Como consecuencia de la adopción
del régimen de tipo de cambio fijo, la perdida de reservas
internacionales del Banco Central produjo una contracción
en la base monetaria. La emisión nominal como promedio
mensual cayo un 13% entre enero de 1981 y enero de 1982, y un 11%
entre junio de 1981 y junio de 1982. Al mismo tiempo, la
emisión real como promedio mensual declino también
en ambos periodos en 20% y 15% respectivamente.
La reducción de los saldos monetarios indujo a
los agentes económicos a ajustar los saldos monetarios
deseados a los efectivos, principalmente por la vía de la
disminución del gasto agregado en consumo e
inversión. La alternativa de equilibrar el
mercado monetario a través de un movimiento de
capitales externos resulto poco viable, por cuanto el país
enfrentaba dificultades en la obtención de créditos
externos de mediano y largo plazo. Además, la existencia
de una cuenta de capitales de corto plazo cerrada dificultaba aun
mas el flujo rápido de fondos externos. Por ello, el
retorno del mercado monetario a una posición de equilibrio
se inicio con gran lentitud. Esta situación motivo que la
tasa de interés interna se incrementara considerablemente,
reforzando con ello la caída en el gasto, particularmente
en inversión.
La perdida de ingreso real causada por el desequilibrio
externo, unida a la contracción monetaria, impuso una
presión adicional sobre el gasto para que este se ajustara
a los menores niveles de ingreso.
El exceso de gasto de un país equivale al
déficit en su cuenta corriente. Este déficit era
bastante significativo en Chile; por ello, el esfuerzo de ajuste
que debió hacer el país fue considerablemente alto.
El exceso de gasto sobre el ingreso alcanzo su punto
máximo durante el tercer trimestre de 1981, periodo en el
cual llego a 24%. En el segundo trimestre de 1982, esta cifra se
había reducido a 3% (cifra estimada).
Contrariamente a lo esperado, la contracción de
la base monetaria y del gasto agregado no tuvo un efecto notorio
sobre los precios de los bienes no transables internacionales.
Estos precios mostraron resistencia a
bajar y algunos de ellos, como los salarios reales,
aumentaron significativamente durante 1981 y en el primer
semestre de 1982.
Por otra parte, los precios de los bienes transables
(especialmente los importables) mostraron una importante
caída, debido principalmente a la revaluación del
dólar estadounidense (y del peso) en los mercados
cambiarios internacionales. Este hecho contribuyo decididamente a
que la tasa de inflación interna cayera abruptamente
durante 1981 y en el primer semestre de 1982.
La evolución de los precios de los bienes
transables y no transables impidió un cambio en los
precios relativos internos que facilitara el ajuste. En vez de
mejorar, el tipo de cambio real, medido como un cuociente entre
los índices de precios de bienes transables y de bienes no
transables, bajo en 23% entre el ultimo trimestre de 1982 e igual
periodo de 1981. La caída en el tipo de cambio real
continuo hasta junio de 1982.
2) Factores
internos
Pueden destacarse principalmente dos elementos de orden
interno que tendieron a demorar y a hacer rígido el
proceso de ajuste impuesto a la
economía nacional como consecuencia del desequilibrio
externo: la rigidez en los salarios reales y
el alto costo del
crédito.
Salarios reales.
La rigidez a la baja de los salarios reales
impuso a su vez una rigidez a la baja de los bienes no
transables, provocando con ello un deterioro en el tipo de cambio
real.
La rígida manteción de los salarios se
constituyo en el segundo factor (el primero había sido la
revaluación del peso) que restaba competitividad
a la industria
nacional de bienes transables, al impedir que los costos de esta
actividad se redujeran en forma consistente con los precios de
los productos.
Los salarios reales
en vez de bajar aumentaron en 10% entre diciembre de 1980 y
diciembre de 1981. Entre junio de 1981 y junio de 1982, se
incrementaron nuevamente en 6,8%.
La principal causa del persistente aumento de los
salarios reales provino de los salarios nominales que se
encontraban por ley indexados al
IPC rezagado. Como resultado de ello, una caída en la tasa
de inflación, como la ocurrida durante 1981, motivo que
los salarios reales se incrementaran en forma continua durante
1981 y parte de 1982.
Cabe destacar que la política de salarios
indexados introdujo un segundo numerario en la economía,
el que no causo mayores problemas,
mientras la inflación de origen externo que afectaba a los
bienes no transables era del orden del 30% anual; pero la
caída de la inflación durante 1981, principalmente
la del componente de transables, permitió que los
numerarios dólar fijo y salarios reales rígidos
entraran en una inconsistencia provocando con ello efectos reales
de consideración, haciendo cada vez menos competitivos a
los productos Chilenos.
Costo real del
crédito
Entre 1981 y 1982, se produjo una violenta alza en el
costo real del
crédito
interno, introduciendo un tercer elemento que le restaba competitividad
a la industria de
bienes transables, obligándola a operar con un costo financiero
real excesivamente alto.
Para el crédito
en moneda nacional, el costo real -que en 1980 fue de 13,24%
anual- aumento a 39,72% en 1981 y a 62,22% en febrero de 1982,
fecha en que alcanzo el máximo nivel. En junio de 1982, el
costo real se redujo levemente, llegando a 45,89%
anual.
Parte del aumento en el costo del crédito
en pesos se debió al alza experimentada por las tasas
internacionales de interés. El costo real del crédito
en moneda extranjera vario en la forma siguiente: -10,12% en
1980, +10,73% en 1981, +22,66% en febrero de 1982 y +14,14% en
junio de 1982. En una serie mas larga y mas completa de tasas de
interés, puede observarse una correlación positiva
entre el costo del crédito en moneda nacional y el
equivalente en moneda extranjera.
Además del argumento anterior, la violenta
caída no esperada en la tasa de inflación interna
contribuyo notablemente a incrementar el costo real del
crédito al no producirse un ajuste simultáneo en la
tasa de interés nominal; sin embargo, lo que debe
explicarse con mayor detalle es le alto spread existente entre la
tasa de interés en pesos y la tasa de interés en
dólares.
En un estudio realizado por Sjaastad, se observa que,
desde la fijación del dólar en 1979, el spread se
mantuvo estable en 1,5 % mensual. En dicho estudio se concluye
que la apertura creciente de la cuenta de capitales ha tenido un
efecto leve en la reducción del spread; que las
expectativas de devaluación no han afectado sensiblemente
la magnitud del diferencial, y que la explicación hay que
encontrarla principalmente en los altos costos de arbitraje.
Con relación a la apertura de las cuentas de
capitales, deben mencionarse dos aspectos. El primero de ellos se
refiere a que la apertura total de la cuenta de capitales,
incluso aquel segmento que prohibía el endeudamiento de
corto plazo, se efectúo recién en el segundo
trimestre de 1982. En otras palabras, la cuenta de capitales se
mantuvo solo parcialmente abierta durante la casi totalidad del
periodo de fijación, por lo que los desequilibrios
monetarios tendieron siempre a corregirse con considerables
retrasos y en forma poco fluida.
El segundo aspecto alude a que cuando se abrió la
cuenta de capitales de corto plazo, la situación
económica y particularmente la posición financiera
de la banca nacional se
encontraban deterioradas, razón por la cual se observo una
reducción en el flujo neto de capitales externos
contrariamente a lo que se hubiera esperado.
En suma, puede inferirse que la persistencia de una
cuenta de capitales segmentada y entreabierta, durante
prácticamente todo el periodo de fijación,
constituye una causa de la mantención de los spread a
altos niveles.
Obviamente, esta explicación requiere de un mayor
análisis que permita obtener una
conclusión definitiva al respecto.
El argumento de los costos de arbitraje aporta
otra valiosa explicación al problema de los spread. A los
bancos
comerciales en Chile no se les permitía arbitrar en
monedas directamente; por ejemplo, tomar un crédito en
dólares en el extranjero y prestarlo en pesos en Chile.
Esta situación implicaba para los bancos elevados
costos de transacción que bien pueden haber constituido
una causa de los marcados diferenciales existentes en el periodo
de análisis.
Finalmente, debe mencionarse que los argumentos de la
cuenta de capitales entreabierta y de los costos de arbitraje deben
ser considerados sólo como proposiciones sujetas a
confirmación, luego de un estudio mas
riguroso.
3) Efectos macroeconómicos del
ajuste
El ajuste del exceso de gasto hacia menores niveles de
ingreso real imprimió una dinámica recesiva a la economía
nacional. La rigidez salarial y el alto costo real del
crédito fueron elementos decisivos que provocaron un
agravamiento en el costo del ajuste.
Con todo, el PGB promedio de 1981 creció en 5,3%
en términos reales. Sin embargo, a partir del ultimo
trimestre de 1981, el PGB comenzó a declinar
persistentemente. Así, en el segundo trimestre de 1982, el
PGB real bajo en 13% (cifra estimada), con respecto a igual
periodo del año anterior.
El producto del
sector transable cayo en 11% en el segundo trimestre de 198/2
comparado con igual periodo de 1981. En el mismo lapso, el
producto del
sector de no transables bajo un 8% real. LA mayor caída
observada en el sector de transables es consistente con la
perdida de competitividad
de este sector por las causa ya expuestas: deterioro en el
precio de
transables, rigidez salarial y altas tasas reales de
interés.
El desempleo
creció significativamente en el periodo. Al considerar el
periodo 1979-1982, el nivel de desempleo mas
bajo correspondió a junio de 1981. A partir de dicho mes,
la tasa de desocupación aumento persistentemente hasta
llegar a 23,1% en agosto de 1982.
El aumento del desempleo es
consecuencia de dos factores: el aumento continuo en los salarios
reales en circunstancias recesivas y la caída de la
demanda agregada
que afecto a la totalidad de los sectores económicos del
país.
La contracción económica global causo
problemas de
insolvencia en algunas instituciones
financieras. La relación colocaciones vencidas sobre
capital y
reservas de dichas instituciones
creció de 10,5% en diciembre de 1980 a 22,4% en diciembre
de 1981 y a 56,1 en junio de 1982.
La difícil situación de las finanzas en
empresas,
bancos y
financieras provoco una actitud
cautelosa de la banca extranjera,
lo que significo para el país recibir menos crédito
externo. Esto, a su vez, agravo el desequilibrio
externo.
Frente a la situación descrita, las autoridades
decidieron incorporar una mayor flexibilidad al mecanismo de
ajuste, al mismo tiempo que iniciar políticas
reactivadoras. Por ello, el 14 de junio de 1982, el peso fue
devaluado en 18%, aproximadamente, finalizando con esto la
vigencia de tipo de cambio fijo iniciado en junio de
1979.
Frente a la devaluación de junio de 1982, el
aumento en la deuda externa de
alrededor de US$4000 millones en 1974 a casi US$14000 millones en
1982, y los altos costos de endeudamiento el sistema finaciero
colapso, debido xxx xxxxx la banca nacional el
13 de enero de 1983.
EL PERIODO
1983-1989.
Este período comienza con una total
confusión que refleja la crisis total
en que se encontraba la economia nacional asi como el profundo
desconcierto que al respecto existia en las autoridades. Asi, en
conjunto con la devaluacion del
14 de junio de 1982, el tipo de cambio se liga a una canasta de
monedas el tipo de cambio se liga a una canasta de monedas
integradas por el dolar norteamericano, el yen japones, el marco
aleman, la libra esterlina y el franco frances. Dicha canasta
ademas se reajustaba diariamente un 0,2%. En agosto (recordemos
que en junio de ese año se habia reajustado un 18% pasando
de 39 a 46 pesos), se inicia un breve periodo de tipo de cambio
libre que finaliza un mes despues con un tipo de cambio fijado en
$66 por dolar ( es decir, se elimina la canasta ), reajustado
diariamente de acuerdo a la inflacion del mes
anterior menos un 1% mensual. El 23 de enero de 1983, tras la
intervencion de la banca en enero
del mismo año, se devalua nuevamente el peso para dejarlo
en $73,3 por dolar, el que se reajustaria de acuerdo a la
inflacion sin
descuento alguno. A mediados de diciembre del mismo año se
sube el tipo de cambio a $87,2 por dolar y se establece que se
reajustaria de acuerdo a la inflacion interna
menos un porcentaje equivalente a la inflacion externa
relevante. Finalmente el primero de agosto de 1984 se acordo
imponer una banda de fluctuacion para el valor del dolar en
aproximadamente el 0,5%.
Cabe destacar que este esquema cambiario, es decir, el
de una paridad central reajustada diariamente segun la inflacion
del mes previo menos la inflacion extrena relevante, inserta
dentro de una banda de fluctuacion, es el esquema que en terminos
generales se ha mantenido hasta la actualidad.
La crisis externa generada en el período anterior
obligaba a las autoridades a generar recursos externos
para hacer frente a la escasez de divisas en que se encontraba el
país. En ese momento la única alternativa
disponible, además de renegociar la deuda externa, lo
que obviamente se hizo, era generar una fuerte devaluación
en la moneda. Pero el temor de las autoridades era que esta
devaluación produjera presiones inflacionarias ( por
ejemplo: un aumento en los costos de los insumos importados ), lo
que haría peligrar los logros experimentados en esta
materia desde
1974. Sin embargo, en los años anteriores la
economía había sufrido una fuerte recesión,
habiendo una disminución de la demanda agregada,
lo que trajo consigo una tendencia hacia la disminución
del precio de los
no transables (véase cuadro N°XX) lo que
contrarrestó las presiones al alza de las fuertes
devaluaciones que tuvieron lugar esos
años.(completar)
Aparte de las devaluaciones se implementa una
política de significativo ajuste del gasto público,
para que de este modo se le pueda dar un mayor espacio a la
devaluación sin producir presiones inflacionarias.
Así podemos observar que entre junio de 1982 y 1989 la
moneda doméstica se devaluó en términos
reales en más de un 100% (ver gráfico N°XX),
sin que esto haya contribuido a un mayor aumento en la
inflación, situándose esta con algunos altibajos en
torno al 20% (ver
cuadro N°XX).
El objetivo
primordial en esta época era hacer frente a la
restricción externa (nula apertura de capitales), que
atravesaba el país, por lo que la inflación
pasó a ser un objetivo
secundario. Así que cada vez que por consideraciones
externas se evaluó que era recomendable una
devaluación, las autoridades optaron por tomar esta,
aunque generaran efectos inflacionarios, los cuales se
consideraron un mal que había que aceptar. La razón
de esto es que en un plano donde hay escasez de divisas no
cabía otra alternativa. Sin embargo, estos brotes fueron
contrarrestados en gran medida por el ajuste que hubo en el
gasto. La banda de flotación se amplió en sucesivas
ocasiones durante este período.Comenzó con un 0,5%
en 1984, lo que era visto como un precio razonable entre los
precios de compra y venta. En junio
de 1985 se amplió cerca del 2%, en enero de 1988 a cerca
del 3% y en junio de 1989 a casi el 5%.
En la última etapa del período fue
frecuente modificar la regla de indización del
dólar acuerdo por considerarse excesivas las variaciones
del IPC (en 1988 se modificó 3 veces).
Cabe destacar que entre junio de 1989 y el primer
trimestre de 1990 el tipo de cambio se mantuvo pegado al limite
superior de la banda de flotación. Esto se puede explicar
por lo bajos que eran los flujos de capital,
además se estaba concluyendo la normalización de la crisis de la deuda y
existía incertidumbre de los cambios políticos (
traspaso a un sistema de gobierno
democrático ) que se acercaban los que hicieron temer a
muchas personas por un eventual cambio en la política
económica, lo que los llevó a aumentar la
demanda de divisas para cubrirse ante cualquier
eventualidad.
EL PERIODO
1990-1995
En 1990, Chile vuelve a los mercados de capitales
voluntarios, lo que mejora sustancialmente la restricción
externa predominante hasta ese momento. Es más, el
país se vuelve atractivo para los inversionistas
extranjeros, esto se explica por la política
monetaria restrictiva del momento que hizo subir en forma
significativa las tasas domésticas de interés
(aumentando así el diferencial de tasas de interés
nacional-internacional ). Así se pasa de un período
en donde había escasez de divisas a uno en donde hay
abundancia de estas. También esto se veía reforzado
por el hecho de que devaluaciones anteriores produjeron un
notable crecimiento del sector transable de la economía,
traduciéndose esto en que la cuenta corriente mostraba una
significativa mejoría.
A fines de 1989 el Banco Central pasa a ser
independiente del Gobierno, con el objetivo de mantener la
estabilidad de precios y regular el normal funcionamiento de los
pagos internos y externos. Para hacer cumplir esos objetivos los
instrumentos que la ley le entrega
son el manejo de la política cambiaria y
monetaria.
Ahora en este nuevo contexto el objetivo
antinflacionario pasa gradualmente a ser el principal objetivo de
la política macroeconómica. El Banco Central pone
gran esfuerzo en esta materia, al
mismo tiempo que con los abundantes flujos de capital y las
mejores condiciones externas se traduce en que el objetivo de un
tipo de cambio real alto seguido hasta ese entonces, pierda
fuerza en
favor de un objetivo de tipo de cambio real que pasa a
denominarse de equilibrio de mediano y largo plazo. Es así
como a mediados de 1990 se empiezan a producir presiones hacia la
apreciación de la moneda, las que con ciertos altibajos se
han mantenido hasta la fecha. Podemos apreciar que entre 1990 y
(1994) el tipo de cambio real se ha apreciado en torno a un
15%,(REVISAR) llegando a un nivel similar al que tenía en
1986, aunque muy superior al comienzo de la década de los
80.
Podemos apreciar observando el Gráfico XX, que a
comienzos de 1989 y hasta finales del primer semestre de 1990 el
tipo de cambio se encontraba en el techo de la banda para
después pasar en poco tiempo al piso de la banda. Luego de
un año y medio en que este estuvo en la parte baja de la
banda y en el cual el Banco Central adquirió gran cantidad
de reservas internacionales, las cuales aumentaron de US$3.000
millones en 1989 a US$9.000 millones en 1992, se decide revaluar
el dólar acuerdo en un 5% y aumentar la banda de
flotación de un %5 a un 10% aproximadamente. Esto produce
una nueva disminución del tipo de cambio real, el cual se
ha mantenido relativamente estable con una leve tendencia a la
apreciación.
EL OBJETIVO DE LA POLÍTICA
CAMBIARIA
El objetivo cambiario después de la crisis y
hasta fines de los años 80 fue el de un tipo de cambio
real alto, el cual permitiera hacer frente a la
restricción externa que enfrentaba el país por esos
años.
Después cuando la crisis se dio superada, o sea,
comenzaron a llegar al país gran cantidad de flujos de
capital lo cual provocó presiones para que la moneda
nacional se apreciara, fue necesario replantearse el tema. El
país recordaba con angustia la crisis sufrida
anteriormente, por lo que una apreciación demasiado alta
de la moneda es mirada con desconfianza, ya que no se
quería vivir de nuevo la situación de una
restricción externa. Es más, a pesar de que el tipo
de cambio estuvo pegado al piso de la banda de flotación y
que las señales de apreciación de la moneda eran
muy claras, la revaluación no se llevó a cabo sino
hasta enero de 1992, es decir, año y medio después
que comenzaran las presiones para que se revaluara el tipo de
cambio; sin embargo anteriormente, en 1991, había habido
una pequeña revaluación del tipo de cambio acuerdo
de un 2%, pero su objetivo había sido más bien
compensar las ganancias del sector exportador como consecuencia
de la disminución de aranceles que
en esa misma fecha bajaron de un 15 a un 11%, (ver cuadro
estadístico). Lo importante aquí es que se quiso
estar totalmente seguro de que las
presiones eran un fenómeno de carácter estructural
y no algo transitorio que se pueda revertir en cualquier
momento.
En este nuevo contexto el objetivo de la política
cambiaria fue el de promover un ahorro externo
razonable. Razonable entendido como aquel ahorro externo
necesario en un país en vías de desarrollo para
financiar parte de su inversión doméstica pero no tan alto
para significar una acumulación de deuda externa tal
que la economía pase a ser vulnerable ante cualquier shock
externo, luego no podemos pretender que sea nulo o negativo,
sabiendo que Chile es un país que requiere de esta para
financiar sus altas tasas de inversión. Como tampoco esta
se podría llevar a niveles tales que llevaran al
país a una situación de endeudamiento externo
similar al de los años 80. En conclusión la
inversión externa es necesaria, pero no se puede depender
de ella. En rigor esta fue la manera como se interpreto el
objetivo de normal funcionamiento de los pagos externos
establecidos en la ley de
autonomía del Banco Central.
La forma de operacionalizar este objetivo fue establecer
que en el mediano y largo plazo la economía Chilena
debería tener déficits en cuenta corriente de entre
3% y 4% del PIB. Esto ya
que por un lado se estima que el producto potencial crece en
torno al 6% al
año y suponiendo una inflación internacional de
aprox. 2%, se tiene que el producto en dólares ( para
permitir una comparación ) con tipo de cambio real
constante, crece un 8% al año. Por otro lado la deuda externa es
aprox. un 50% del PIB, luego un
déficit en cuenta corriente de un 4% del PIB significa
que la razón deuda externa a PIB se
mantiene constante ( la tasa de crecimiento de la deuda es aprox.
igual a la mitad de la tasa de crecimiento del PIB, luego la
razón del 50% permanece constante en el largo plazo
). El rango que se quiere mantener es entre el 3 y el 4 por
ciento, lo que significa que no se quiere pasar el limite de 50%
del PIB de endeudamiento externo. Por el contrario se estima
prudente disminuirlo gradualmente. Además es un porcentaje
considerado razonable en términos de financiamiento
externo a la inversión doméstica.
El rango de 3 a 4 por ciento del PIB no es rígida
en el corto plazo, luego no es fuente de preocupación si
un año por algún motivo se esta por debajo o por
arriba de este limite, siempre y cuando las estimaciones de
mediano y largo plazo estén en el rango mencionado. Un
ejemplo de esto es lo ocurrido en 1991 y 1992, en que el
déficit en cuenta corriente fue muy inferior a dicho
rango, debido a la apertura de la cuenta de capitales y a la
certidumbre del proceso político. Luego de un tiempo se
estimo que se estaba frente a un fenómeno de
carácter permanente (nótese la importancia de esta
implicación), lo que se tradujo en la revaluación
de principios de
1992. Mientras que en 1993 un shock negativo de términos
de intercambio ( el precio del cobre cayo cerca de un 17%, la
celulosa un 28% y la harina de pescado un 22% ), se tradujo en un
déficit en cuenta corriente de 5% del PIB. Este episodio
se estimo como de carácter transitorio por lo que no se
llevo a cabo ninguna acción especial. Mas aún la
reversión de esta situación en el primer semestre
de 1994 confirmo que se trataba de un evento esencialmente
transitorio, ( el precio del cobre subió un 22%, la
celulosa un 47% y la harina de pescado se mantuvo relativamente
constante )(ver anexo XX).
En Chile círculos vinculados a la economía
nacional cuestionan, esta forma de mirar las cuentas externas
y la política cambiaria, es decir, mantener en orden al
3-4 % el déficit externo, bajo el argumento que la
magnitud del déficit en cuenta corriente no importa
siempre y cuando financie una mayor inversión.
Según este argumento la mayor inversión genera en
el futuro los recursos
necesarios para hacer frente al mayor endeudamiento externo. Si,
por el contrario el mayor ahorro externo
financia solo un mayor consumo y no
una mayor inversión, entonces sí es motivo de
preocupación. Este es el típico argumento que han
sostenido autoridades de algunos pises de América
Latina cuando se les a criticado por la apreciación
cambiaria y los déficits externos que han experimentado
últimamente. También fue el argumento común
en Chile a fines de los años 70 y comienzos de los 80,
cuando el déficit en cuenta corriente subió a
cifras de dos dígitos del PIB (en 1981 fue de un
13,9%).
Si bien sería absurdo negar que es preferible que
el déficit en cuenta corriente financie mayor
inversión versus menor ahorro interno
mayor consumo), la
opción actual de política cambiaria en Chile sigue
sosteniendo que la magnitud del déficit en cuenta
corriente es importante, esto básicamente por dos
razones:
a) Las crisis externas, cuando vienen son por lo general
muy rápidas, en el sentido que no dejan tiempo para que la
inversión en sector transable rinda sus frutos.
b) En periodos como el actual de flujos masivos de
capital, la inversión se produce por lo general en
sectores no transables, cuyos productos suben significativamente
de precios. En efecto es común por ejemplo ver
booms tanto de producción como de precios en la construcción y en los servicios. Luego la
nueva inversión no es la requerida para afectar una
eventual crisis externa.
Además de lo anterior no es extraño ver en
estos periodos alzas importantes de los salarios y del consumo.
Así el mayor ahorro interno
no solo financia mayor inversión sino también mayor
consumo. Este
fue precisamente el caso Chileno de principios de los
años 80 cuando el ahorro interno cayo notoriamente.
Además aunque así hubo un aumento en la
inversión este se oriento básicamente a la construcción.
Aun aceptando los fundamentos de la política
cambiaria en Chile en la actualidad queda pendiente un punto.
Este tiene que ver con el porque los agentes toman sus decisiones
de inversión dando demasiada importancia al tipo de cambio
spot. En otras palabras, es muy probable que una
apreciación significativa de la moneda no sea sostenible
en el mediano plazo ¿porqué a pesar de eso se sigue
concentrando la inversión en el sector no transable? O
incluso un paso previo a eso, ¿Porqué el tipo de
cambio se llega a apreciar hasta un nivel reconocido como
insostenible en el mediano plazo? Para explicar porque el tipo de
cambio, o el precio de cualquier activo, puede alejarse de sus
determinantes fundamentales, puede recurrirse a argumentos
fundamentales, puede recurrirse a argumentos que asumen
irracionalidad de los agentes.
Todo lo anterior no significa que necesariamente la
ocurrencia de fuertes déficits en cuenta corriente tenga
que ser sucedida por crisis de la balanza de pagos. Es evidente
que si dichos déficits han sido orientados a mayor
inversión, si la inversión se ha orientado
mayoritariamente al sector transable, y si este sector es
rápido en responder, entonces las probabilidades de
enfrentar con éxito un cambio en las condiciones de la
economía mundial o en las percepciones de los
inversionistas extranjeros son mejores. Sin embargo es evidente
que si el endeudamiento externo se mantiene a un nivel razonable,
la vulnerabilidad de la economía ante shocks externos
será menor. Y esto es especialmente relevante para
economías como las de América
Latina, donde la norma ha sido sufrir constantes shocks
provenientes de la economía mundial.
DILEMAS DE LA POLÍTICA
CAMBIARIA
Teniendo en cuenta el objetivo de la política
cambiaria descrito anteriormente, es necesario abocarse ahora a
que tipo de política cambiaria satisface mejor dicho
objetivo. Es decir, cuales son, bajo esta óptica,
los beneficios y los costos de una política de tipo de
cambio fijo, de tipo de cambio flexible o de bandas de
fluctuación y porque Chile opto por esta ultima
opción.
Además discutiremos la política monetaria
que acompaño a esta política cambiaria.Bajo la
óptica
que hay una especie de tipo de cambio real de equilibrio de
mediano y largo plazo, que alejarse de el podría producir
desequilibrios mayores en la economía y que el mercado en
ciertas ocasiones puede tender a un tipo de cambio
considerablemente alejado de este concepto de tipo
de cambio real de equilibrio, un esquema de tipo de cambio fijo o
semifijo parece ser lo mas conveniente. Sin embargo, dado que es
imposible conocer con exactitud el tipo de cambio real de
equilibrio, dado que es además un concepto
dinámico y dado que un tipo de cambio fijo implica una
fuerte limitación a la política monetaria, es
importante darle cierta flexibilidad.
Los argumentos anteriores han convencido a las
autoridades Chilenas de seguir una política cambiaria de
paridad central con bandas de fluctuación. La paridad
central, como ya se menciono, se reajusta diariamente por la
inflación del mes previo menos una estimación de la
inflación internacional que ha fluctuado en el tiempo en
torno al 2%. Esta
paridad central esta ligada a una canasta de monedas que incluye
el dólar norteamericano, el marco alemán y el yen
japonés. Así, la paridad central
para la canasta se anuncia con un mes de anticipación para
todos los días del mes siguiente, mientras que la paridad
central entre peso/dólar o peso/cualquier otra moneda se
anuncia diariamente en la medida que se conocen las paridades de
las distintas monedas en los mercados internacionales.
La banda de fluctuación tal como ya se ha
mencionado, se ha ido ampliando con el tiempo. Desde enero de
1992, esta tiene una amplitud de aprox. el 10%. Se ha favorecido
una banda amplia sobre la base del hecho que es necesario un
grado razonable de manejo de la política
monetaria para la consecución del objetivo
inflacionario. Esto es aún mas importante en un contexto
globalizado como el actual, con gran movilidad de capitales,
donde la política monetaria pierde grados de libertad.
Se ha discutido mucho también en el caso de Chile
sobre la necesidad de una política
fiscal mas flexible, que ayude a la política monetaria
en su rol de estabilidad de precios, para que así no se
produzcan fuertes fluctuaciones en el tipo de cambio en un
contexto de amplia movilidad de capitales. Ha sido propuesto, por
ejemplo, darle al Ejecutivo un manejo restringido de la tasa del
IVA.
Además de lo anterior el Banco Central tiene la
facultad para intervenir al interior de la banda de
fluctuación, en lo que se denomina la flotación
sucia.
Luego, si estima que en un periodo determinado hay
escasez o abundancia transitoria de divisas que esté
significando fluctuaciones indeseadas en su precio, puede salir a
vender o comprar dichas divisas. El objetivo de la
flotación sucia nunca ha sido pretender quebrar tendencias
sino mas bien atenuar fluctuaciones transitorias del tipo de
cambio. Por lo mismo que las intervenciones del Banco Central en
este campo han sido menores.
En cuanto a la política monetaria, desde hace una
década en Chile se ha implementado una política de
tasas reales de interés de corto plazo. Así, el
Banco Central fija la tasa de interés real de sus
instrumentos de corto plazo (90 días) dejando libertad al
mercado para que adquiera la cantidad que desee de estos
instrumentos. Esta tasa de interés tiene una influencia
decisiva sobre la tasa de interés de mercado del mismo
plazo. Los instrumentos del Banco Central de mas largo plazo
(hasta 20 años) son licitados en volúmenes
predeterminados, siendo el mercado el que determina su tasa de
interés.
En este contexto la esterilización de los efectos
monetarios del influjo de divisa es instantáneo. En
efecto, ante un influjo masivo de divisas el Banco Central las
adquiere para evitar que el tipo de cambio se aprecie mas
allá del piso de la banda de fluctuación. Dado que
el Banco Central sostiene la tasa de interés de corto
plazo, la cantidad de dinero que se
emite se absorbe mediante la adquisición de los
instrumentos de corto plazo del instituto emisor.
Una critica que ha recibido la combinación de las
políticas monetaria y cambiaria que ha
seguido al Banco Central de Chile es que se persiguen dos
objetivos,
tasa de interés real y tipo de cambio real, que pueden ser
mutuamente inconsistentes. En otras palabras, se argumenta que
por consideraciones inflacionarias internas es necesario un
ajuste monetario reflejado en mayores tasas de interés,
esto puede significar un tipo de cambio real inconsistente con
los objetivos de
la política cambiaria.
Si es así y si el Banco Central insiste en
mantener la banda cambiaria, se producirá un influjo
masivo de capitales que deberá comprar para mantener la
paridad cambiaria. Para esterilizar dicho efecto monetario y
así mantener la tasa de interés consistente con su
política monetaria, deberá emitir deuda interna a
una tasa de interés que es mayor que la tasa de
interés internacional (ceteris paribus), por lo que se
producirán perdidas cuasifiscales. Si este proceso
continua por un periodo prolongado el costo cuasifiscal puede
llegar a ser de tal magnitud que ponga en peligro el equilibrio
macroeconómico.
En rigor, la critica es valida solo a partir de 1990 ya
que antes de esas fecha para efectos prácticos la cuenta
de capitales estaba cerrada para Chile. Así por muy alta
que fuera la tasa de interés difícilmente iban a
entrar capitales en forma significativa, a partir de ese
año, Chile vuelve a los mercados voluntarios de
crédito externo, lo que en conjunto con una
economía internacional cada vez mas globalizada, tanto en
su comercio como
en los movimientos de capital, hace que la política
monetaria pierda grados de libertad.
Debe destacarse, en todo caso, que este periodo ha
estado
caracterizado por un hecho bastante inusual en los mercados
internacionales, que es el referido a las históricamente
bajas tasas de interés de corto plazo que han prevalecido
en los Estados Unidos,
lo que aumenta el diferencial entre tasas de interés
interna y externa. Esto ha significado un volumen
importante de flujos de capital de corto plazo que ha complicado
aun mas la política monetaria doméstica ya que el
Banco Central ha tenido que aumentar sus reservas. El Banco
Central ha implementado una serie de medidas para hacer frente a
la perdida de control de la
política monetaria. Algunas de estas medidas se describen
a continuación:
a) Revaluación discreta en conjunto
con una devaluación continua
Una primera medida, que se aplico a comienzos de 1991,
cuando aun no estaba claro si esto era un fenómeno muy
coyuntural o si efectivamente había un cambio permanente
en las condiciones externas que Chile enfrentaba, fue aumentar la
pendiente de la banda de flotación, pero con una
revaluación compensatoria. En términos de la
ecuación de arbitraje:
i = i* + Et(dev) + p
i = tasa nominal de interés interna
i* = tasa de interés internacional
Et(dev) = expectativas de devaluación en
términos porcentuales en el periodo t
p = medida del riesgo-pais
Dado que se estaba produciendo un gran influjo de
capitales ya que el lado izquierdo de esta ecuación era
superior al lado derecho, se aumento la tasa de
devaluación diaria del peso (el termino Et(dev) ). Sin
embargo, dado que la presión era hacia la
revaluación, por lo que devaluar era ir totalmente en
contra del mercado, esto se implemento con una revaluación
inicial. Así, se decidió que por 2 meses el
descuento de inflación externa que se hacia a la paridad
central de la banda iba a ser inferior a la verdadera
inflación internacional, pero que la consecuente
devaluación que se iba a producir durante esos 2 meses,
seria compensada con una devaluación inicial sorpresiva
del mismo monto. Esta misma operación se realizo dos veces
consecutivas.
El problema con este tipo de medidas es que sus efectos
son básicamente de corto plazo. los agentes inmediatamente
internalizan este comportamiento
del Banco Central y en sus decisiones consideran tanto la
revaluación inicial como la revaluación gradual
posterior, por lo que en la práctica no los afecta en
absoluto. Además, aun mas importante, cuando las
expectativas son a una revaluación y persisten por un
periodo prolongado, la banda de flotación se hace no
creíble y los agentes especulan en contra de ella
independientemente si su pendiente es mayor o menor. Por ultimo,
cerca del fin del periodo que duraba est medida, las expectativas
que esta se repitiera y, por lo tanto, sobreviniera una
revaluación discreta, constituían un fuerte
incentivo a entrar capitales.
b) El encaje
A mediados de 1991 se decidió tomar una medida
que atacara mas frontalmente el problema consistente en un encaje
a los créditos externos de menos de un año. Aunque
ha habido cambios menores en la operatoria de este encaje, la
idea es que los créditos externos que ingresan al
país deben constituir un encaje no remunerado de 30% del
monto ingresado al Banco Central. Así el encaje
actúa como un impuesto que
encarece el costo de endeudarse en el exterior. En
términos de nuestra ecuación de arbitraje:
i = i* ( 1 + h ) + Et(dev) +
p
donde h representa la tasa de encaje al financiamiento
externo. La idea es que h sea tal que ambos lados de la
ecuación tiendan a igualarse, bajo el supuesto de tipo de
cambio real constante.
El encaje a los créditos externos solo los afecta
durante el primer año. El objetivo es gravar mas
fuertemente a los créditos de mas corto plazo bajo el
supuesto de que estos están mas asociados a flujos
transitorios que se pueden revertir en cualquier momento. La
razón por la cual a estos créditos de largo plazo
se les aplica de igual forma el encaje durante el primer
año es el temor que las excepciones, de este o de
cualquier otro tipo terminen restando eficiencia al
encaje en cuanto facilitan su evasión.
De hecho hay que destacar que, a pesar de los poco
optimistas pronósticos en relación a la efectividad
del encaje los montos de este que se han constituido en el Banco
Central son de tal magnitud que sugieren que la evasión ha
sido menor a lo que algunos pensaron originalmente en base a
experiencias de otros países (rellenar). Por otro lado
otros indirectamente corroboran la efectividad del encaje al
demostrar que la inclusión de este mejora el poder
explicativo de una regresión sobre flujos de capital de
corto plazo al país. en todo caso, el tema del encaje no
ha estado exento
de controversias. Diversos analistas lo critican como una medida
suboptima para mantener el poder de la
política monetaria (siendo lo optimo un ajuste de tipo
fiscal).
Sostienen que significan una mala asignación de recursos,
por cuanto no permite utilizar fondos externos mas baratos.
Asimismo, se dice que puede llevar a inequidades en tanto los
agentes mas sofisticados y menos regulados pueden evadirlo,
mientras que los menos sofisticados y los mas regulados no pueden
hacerlo.
La respuesta del Banco Central a estas criticas ha sido
que no desconoce los costos a nivel microeconómico que
estas medidas producen, pero que sus beneficios a nivel
macroeconómico en términos de un mayor poder de la
política monetaria en un contexto de estabilidad cambiaria
los superan.
También se ha dado la posibilidad a los que
ingresan créditos externos de pagar el costo financiero
del encaje al momento de ingresar el crédito en vez de
enterar el monto del mismo. De esta manera se evita el que estos
agentes se tengan que endeudar en el exterior por un monto
superior a sus verdaderas necesidades, con el fin de enterar el
encaje.
c) Revaluación y ampliación de
la banda de fluctuación
En lo que siguió de 1991 los flujos de capital
continuaron ingresando en forma masiva al país. La
razón básica estribo en que, a pesar del encaje, se
fue haciendo cada vez mas evidente que el peso estaba
sobrevaluado y por lo tanto era inminente una revaluación.
El déficit en cuenta corriente durante los años
previos fue muy bajo (bastante inferior al 3% del PIB mencionado
anteriormente) por lo que era claro que el país no estaba
utilizando en forma optima el ahorro externo disponible. De
hecho, desde 1988 el déficit en cuenta corriente se
mantenía en niveles inferiores a esa cifra, y si antes no
había producido presiones devaluatorias era simplemente
porque en al practica Chile no tenia acceso a créditos
externos. Apenas estos empiezan a llegar, las presiones
revaluatorias comienzan a tomar fuerza. En
nuestra ecuación (#$) el termino E(dev) se hizo muy
negativo con lo que contrarrestaba ampliamente los otros
términos del lado derecho de la ecuación, haciendo
muy atractivo el ingreso de capitales al país y su
conversión en moneda local.
Hubo inicialmente una resistencia de
las autoridades a aceptar una revaluación del peso mas
allá del piso de la banda de flotación. Para
entender esta resistencia hay
que tener en cuenta el trauma que había significado la
crisis de los años 80. Se quería estar
completamente seguro que se
estaba asistiendo a un cambio estructural de las condiciones
externas de la economía Chilena (acceso a capitales
internacionales y mejoría de las cuentas externas)
antes de tomar una medida que en la practica significaba aceptar
esa nueva realidad. A comienzos de 1992 ya no cabían dudas
al respecto, por lo que se procedió a revaluar la paridad
central de la banda en un 5%. Adicionalmente y dado lo
difícil que estaba siendo el manejo de la política
monetaria en este nuevo contexto de movilidad de capital, se
decidió, tal como se menciono anteriormente, ampliar el
ancho de la banda de aproximadamente un 5% a un 10%. Aunque
inicialmente el tipo de cambio se acerco bastante al piso de la
nueva banda no ha llegado a pegarse a este desde entonces (
aunque estuvo bastante cerca de hacerlo a principio de 1993
).
En síntesis, se le dio mayor flexibilidad a la
política cambiaria con una banda amplia que, si bien su
paridad central da señales en términos de tipo de
cambio de mediano y largo plazo, esta lejos de representar un
tipo de cambio fijo esto ha significado disponer de un manejo
monetario mas autónomo.
d) La canasta
Tal como se mencionó anteriormente uno de los
elementos que mas ha complicado el manejo monetario durante estos
años han sido las inusualmente bajas tasas de
interés que han prevalecido en Estados Unidos.
Dado que la política cambiaria en Chile estaba ligada al
dólar norteamericano, la tasa de interés externa
relevante para motivos de arbitraje era la tasa en
dólares. Es así que, para aminorar este efecto el
Banco Central de Chile decidió, a partir del 6 julio 1992,
modificar la regla cambiaria, a objeto de lograr una mayor
independencia
relativa en el manejo de su política monetaria. En efecto,
la creciente integración de la economía Chilena a
los mercados internacionales de capitales había provocado
una mayor interrelación entre las políticas
monetarias y cambiarias internas y la situación financiera
internacional, mientras que la modalidad cambiaria prevaleciente
hasta esa fecha hacia excesiva la dependencia de la
política monetaria de Chile con la de los Estados Unidos.
En la nueva modalidad la regla cambiaria vincula la
política monetaria doméstica a las políticas
monetarias de los estados unidos, Alemania y
Japón, y, por tanto, la independiza de cada una de ellas n
particular.
La nueva regla cambiaria liga la cotización del
peso Chileno al valor de una canasta de monedas integrada en un
50% por el dólar de los Estados Unidos de
Norteamérica, un 30% por el marco Alemán y un 20%
por el Yen Japonés. Las ponderaciones de cada moneda
dentro de la canasta se derivan de la importancia relativa de las
distintas áreas monetarias en nuestro comercio
internacional. Esta nueva modalidad cambiaria opera sobre la
base de las paridades dólar/marco y dólar/yen las
que conjuntamente con el valor de la paridad central de la banda
de fluctuación del día 3 de julio de 1992 fijaron
el valor inicial de la canasta cambiaria para ese día en
$271,41. de esta forma la canasta quedo compuesta por 0,3497
dólares, 0,3182 marcos y 17,45 yenes. A partir de dicho
valor inicial, el valor de la canasta se reajusta diariamente
conforme a la variación de la inflación,
descontando la inflación externa relevante para nuestro
país. esta ultima se ha estimado en 2,4% anual.
La naturaleza de
esta regla cambiaria hace que el costo del financiamiento
externo que enfrenta la economía Chilena no sea el de los
Estados Unidos, Alemania o
Japón en particular, sino que dependa, además, de
la variación que experimentan las paridades de la moneda
de estos países en los mercados internacionales. Por un
agente que se endeude en dólares, marcos y yenes en igual
proporción a la contenida en la canasta referencial, dicho
costo de endeudamiento corresponde al promedio ponderado del
costo de endeudamiento en esos 3 países.
Por supuesto el ligar el tipo de cambio a una canasta
con porcentajes representativos del comercio exterior
tiene además la evidente ventaja, dentro del esquema
Chileno, que al menos teóricamente estabiliza en forma mas
perfecta el tipo de cambio real de la paridad central. En efecto,
dado que el tipo de cambio real se mide en relación a los
países con que Chile comercia, el ligar el tipo de cambio
a una canasta de las monedas de estos países aísla
el efecto que cambios en las paridades internacionales puedan
tener sobre el tipo de cambio real.
CONCLUSION
La caotica situación económica en que el
gobierno militar debió hacerse cargo del país,
hacia impresindible adoptar una politica cambiaria destinada a
mejorar la situacion de la balanza de pagos que permitiera
aumentar el crecimiento de nuestro pais, basandolo en un
desarrollo hacia afuera abriendo la economia al comercio
internacional, de modo de hacer eficiente nuestra
economia.
Fue así, como las politicas, tanto cambiarias
como arancelarias, llevaron a un mejoramiento de nuestra economia
permitiendo en 1979 fijar el tipo de cambio, dada la gran
cantidad de reservas internacionales que ostentaba el Banco
Central y la estabilidad que buscaba mantener el
gobierno.
La politica cambiaria en Chile durante el periodo 83-95
ha consistido en una paridad central que se reajusta de acuerdo a
la inflación pasada, descontando una estimacion de la
inflación internacional, es decir, una de tipo de cambio
real constante. Junto con esto ha existido una banda de
fluctuacion que se ha ido ampliando con el tiempo de modo de
darle mayor autonomia a la politica monetaria. Se han producido,
dentro de este esquema , devaluaciones y revaluaciones discretas.
Asi mismo, ha habido ataques en contra de los limites de la
banda. El más notable fue, quizás, el que termino
en enero de 1992 con una revaluacion de la banda, conforme a las
presiones revaluatorias.
A pesar de que en el esquema de la politica cambiaria se
ha mantenido mas o menos inalterado durante la ultima decada en
estudio, las distintas herramientas
que se han usado han dependido de la situacion y circunstancias a
las que ha estado sujeta
la economia. Mientras que en los años 83-89, se
buscó un tipo de cambio real alto para hacer frente a la
restricción externa, en los años venideros el
objetivo fue evitar que la inevitable apreciación,
producto del reingreso del país a los mercados
internacionales de capital, llegará a niveles que pudieran
hacerse insostenibles en el mediano plazo.
El desarrollo del sector exportador es una prueba de que
la politica cambiaria, al menos desde esta perspectiva, ha sido
exitosa. Cabe destacar que este sector ha seguido experimentando
tasas de crecimiento muy superiores a las de la economía
como un todo, incluso durante el período de
apreciación de la moneda. en cuanto al objetivo de moderar
la apreciación de la moneda durante el período de
influjo masivo de capitales, también podemos decir que se
ha logrado, no sin algunos inconvenientes, los que han sido
bastantes inferiores a las de otros países de la regiones
en la situación descrita.