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El impacto del plan colombia en la agrcultura colombiana: Situacion actual y perspectivas




Enviado por pabloagudelo



     

    Indice
    1.
    Introducción.

    2. Plan Colombia: un proyecto
    ambicioso

    3. Perspectiva acertada del Plan Colombia
    en la agricultura.

    4. Un panorama negativo para la
    agricultura
    colombiana
    .

    6. Bibliografía

    1. Introducción.

    El Plan Colombia es una
    propuesta del Estado
    colombiano, con apoyo internacional, para la recuperación
    de la normalización del país en todos sus
    frentes, basado en una serie de inversiones
    económicas y sociales en las áreas rurales y
    urbanas más deprimidas y azotadas por la violencia y
    víctimas de la guerrilla y los paramilitares, que
    financian sus actividades con secuestros, extorsión,
    cultivos ilícitos y narcotráfico. Por tanto, se pretende
    invertir en el país una serie de recursos de
    origen nacional, mediante la deuda publica,
    e internacional, mediante la mesa de negociaciones de
    países amigos para restablecer el orden social, que se ha
    ido perdiendo debido a la indiferencia y ausencia del Estado, quien
    incumple con los propósitos básicos para los cuales
    fue creado. Así las cosas, la implementación del
    Plan Colombia definitivamente generará un sinnúmero
    de consecuencias políticas,
    económicas y sociales para la sociedad en
    general y para la agricultura
    colombiana en particular. Su impacto debe ser objeto de un
    análisis critico y detallado para
    establecer los efectos que eventualmente subyacen a la
    ejecución del Plan Colombia en relación con la
    agricultura, pues es allí donde se desarrollan los
    principales sucesos del conflicto.
    La agricultura es uno de los sectores que más se ha visto
    afectado con motivo de los cultivos ilícitos, el conflicto
    armado y la pobreza. Por
    tanto, es uno de los cometidos fundamentales del Plan Colombia el
    apoyo económico y la implementación de políticas
    que permitan el desarrollo
    eficiente de la agricultura como sector impulsador de la economía del
    país. Es prudente, entonces, analizar cuales son las
    consecuencias que decanta a la agricultura colombiana el
    estratégico Plan Colombia, para hacer frente al estado
    coyuntural que atravesamos en procura de superar la crisis
    crónica que sufre la agricultura. Por ello, pretendo
    mediante este artículo dar cuenta de la incidencia de
    dicho Plan en el sector mostrando sus aciertos, sus deficiencias,
    las oportunidades de desarrollo que
    representa y la solución de conflictos al
    interior del país.
    A continuación presento los factores relevantes que
    inciden en el análisis evaluativo del impacto del Plan
    Colombia en la agricultura colombiana dando cuenta de aquellas
    eventuales consecuencias que devienen a la ejecución del
    Plan y cotejándolas con la situación colombiana
    actual para reconocer los aspectos estructurales del problema y
    desarrollar algunas políticas dirigidas a garantizar su
    transformación. En primer lugar se retomarán los
    aspectos generales en Plan Colombia: un proyecto
    ambicioso en donde se comentaran sucintamente sus antecedentes ;
    en segundo lugar las consecuencias positivas más
    representativas de la implementación del Plan en
    Perspectiva acertada del Plan Colombia en la agricultura; en
    tercer lugar las eminentes consecuencias nefastas en El panorama
    negativo para la agricultura colombiana; y por último, la
    conclusión final de la investigación que denuncia objetivamente
    las falencias y el impacto real del Plan Colombia en la
    agricultura colombiana en un futuro próximo.

    2. Plan Colombia: un
    proyecto
    ambicioso.

    El Plan Colombia ha sido iniciado mediante los
    diálogos con la narcoguerrilla de los cuales han surgido
    nuevas ideas, reforma y contrarreformas no solo a dicho plan sino
    a toda la estructura
    política y
    social del Estado, invitando a participar de ellos a todos,
    participes directos e indirectos, nacionales e internacionales,
    ya que este problema a traspasado nuestras fronteras, debido en
    gran parte a que el negocio del narcotráfico se convirtió en un
    problema social y económico en todo el mundo. Al cabo de
    los años los actores armados han hecho uso del terreno
    abonado por el desencanto estatal y de sus dirigentes hacia la
    base de la estructura del
    país, el pueblo, que se sintió motivado e incitado
    a escuchar y participar en nuevas alternativas de solución
    a sus graves y continuos problemas a lo
    largo de la historia. En los gobiernos
    recientes se ha querido recobrar lo perdido, pero ha sido tarde,
    ya que sus opositores han realizado arduas labores que los han
    fortalecido y enriquecido y no van a renunciar de la noche a la
    mañana.
    La implementación y el desarrollo del Plan Colombia se ha
    vuelto mas necesaria y apremiante debido a las condiciones
    precarias a las que hemos llegado: nacionales desplazados de su
    condición natural, obligados a cambiar totalmente su forma
    de vida, de un momento a otro, perdiendo hasta su propia identidad y
    creando otro problema en las áreas urbanas a las cuales se
    ven obligados a llegar.
    El deterioro es general, la industria y el
    comercio se
    ven obligados a cerrar sus puertas, el desempleo se
    incrementa, la economía, en
    términos reales no crece, la fuga de capitales y de
    recurso humano al exterior, no existen incentivos para
    invertir en el país. El Estado da
    palos de ciego, por un lado esta dispuesto a ponerse al frente de
    la gran solución y por otro lado no propicia las
    condiciones para reinvertir en el país, continua el
    despilfarro y la corrupción
    a gran escala, le roban
    al país en cada oportunidad y no se le brinda el apoyo
    necesario a quien pretenda aportar su granito de arena.
    Considero que el país carece de gobierno y se
    encuentra disipado, no existe orden jurídico,
    jerárquico y estructural. Muy poco se planifica, controla
    y se le ponen términos a las políticas, mientras el
    tiempo no se
    detiene y no perdona.
    El campo es el gran damnificado inicialmente, cuyas
    gravísimas consecuencias las sufriremos en un corto
    tiempo en las
    áreas urbanas: ocupación por parte de los
    desplazados; desabastecimiento de alimentos
    básicos; servicios
    públicos insuficientes, de baja calidad y a un
    alto costo; stress,
    confusión y malestar al vernos cada día situados y
    encorralados por la inseguridad,
    reflejada en el secuestro,
    chantaje y delincuencia
    constante. Sin embargo, por el momento, se debe continuar
    dialogando con los grupos alzados en
    armas de una
    forma abierta y franca, negociando lo que se deba negociar,
    contraprestaciones reales y verificables de parte y parte,
    siempre en el respeto a los
    derechos
    humanos; y en lo posible, un alto en el conflicto armado,
    porque desde ningún punto de vista es justificable
    quitarle la oportunidad de vida a las personas.
    Intentar la imposición por la fuerza armada
    seria acabar el país. Todos los implicados tienen la
    oportunidad de intentar su acción política y social de
    solución, dentro de un marco razonable, con
    propósitos y metas verificables por parte nuestra y con el
    apoyo y la verificación internacional.

    3. Perspectiva acertada del
    Plan Colombia en la agricultura.

    El Plan Colombia en la agricultura colombiana
    será muy provechoso siempre y cuando, sus recursos sean
    aplicados para tal fin y no sean desviados a otros planes o a los
    bolsillos de las personas a cargo. Además, deberán
    ir acompañados de medidas complementarias para que la
    situación planeada sea la cierta y no se caiga en un
    problema mayor.
    Comenzando con la erradicación de los cultivos
    ilícitos y la implementación de cultivos
    alternativos, deberán realizar precisamente estudios de
    factibilidad
    en cuanto al producto
    indicado, su medio
    ambiente, créditos blandos y a largo plazo,
    asistencia técnica, maquinaria adecuada y moderna,
    comercialización directa de sus productos por
    parte de los agricultores asociados en cooperativas,
    cierre de importaciones a
    productos con
    producción natural, incentivos
    tributarios y por producción para abastecer suficientemente
    el mercado nacional,
    incentivos para exportar los excedentes y lograr acuerdos
    internacionales con bajos aranceles y
    suficiente representación, publicidad y
    mercadeo en el
    exterior.
    Todo lo anterior deberá estar acompañado de
    programas
    sociales para la reubicación del campesino desplazado por
    la violencia, y
    por que no, hacer participes a los grupos
    guerrilleros y paramilitares, que en sus bases son conformados
    por campesinos, que han tomado dicho camino en busca de un mejor
    estar propio y de sus familias en muchos de sus casos, en otros,
    obligados a tomar las armas. Estos
    programas de
    reubicación y de reinserción deberán estar
    enfocados al bienestar del núcleo familiar: viviendas
    rurales dignas para ser habitadas, servicios
    públicos básicos, escuelas y docentes capacitados,
    asistencia medica, odontológica y sicológica para
    mitigar los traumas sufridos.
    Definitivamente el Plan no debe ir acompañado del
    integrante militar, esto generaría mas violencia en todo
    el país. Estos recursos que son altísimos,
    deberán emplearse en el componente social, apoyo al agro,
    al desempleo, al
    fomento de la industria y al
    apoyo a las exportaciones.
    Los recursos prometidos como aporte por parte del país no
    deberán de recaudarse por medio de mas impuestos u otros
    tributos
    disfrazados como sobrecostos a los productos, tasas,
    contribuciones, bonos o inversiones de
    carácter obligatorios. Estamos cansados y
    quebrados por pagar y pagar mas y mas impuestos,
    dineros que solo se invierten a la sociedad en un
    pequeño porcentaje, la mayor parte sabemos que no cumple
    con la ultima finalidad de subvencionar a la población mas necesitada del país,
    que es su gran mayoría la campesina; de una u otra forma
    van a parar a manos de políticos corruptos.
    Se debe comprometer al mundo entero para que realicen sus
    donaciones por que en todo el mundo han existido consumidores,
    productores, comercializadores de productos ilícitos, y a
    la vez otros países han sostenido esta situación
    para realizar sus negocios de
    armas, monopolios de servicios y productos para ingresar al
    país, entre otros. Simultáneamente se debe de crear
    una veeduría internacional para fiscalizar y apoyar los
    diversos programas, su desarrollo, correctivos, puesta en marcha
    y costos, hasta
    informar y entregar los resultados presentados.
    La siembra de nuevos cultivos deberá ir en forma
    simultanea con la erradicación de los cultivos
    ilícitos, aplicando para ello una técnica manual y
    maquinaria en el campo, no arrojar sobre ellos ningún tipo
    de productos químicos, que hacen daño al medio
    ambiente y a
    los seres humanos, ocasionando graves y definitivos perjuicios al
    hábitat natural cuyo efecto es incorregible y costosísimo, restando recursos a los planes
    y programas propios para la agricultura.
    El Plan Colombia destinado exclusivamente a la agricultura seria
    la real reforma
    agraria de que todos los gobiernos han planeado sin éxito:
    asignación de tierras expropiadas al campesinado, apoyos
    técnico y económico, abastecimientos de las
    canastas familiares, excedentes para exportación, empleos suficientes y para
    todas las áreas de la economía, partiendo de una
    reactivación de la agroindustria.
    La economía nacional se basaría en la agricultura,
    de donde provendrán más alternativas de industrias y
    comercio
    basados en aquella. Sería regresar a nuestra
    vocación de país agrícola donde el
    campesinado se siente a gusto, se proteja a la madre naturaleza como
    proveedora de todos los alimentos y
    recursos.
    En una economía mundial donde cada vez escasean mas los
    alimentos, tendríamos la oportunidad de ser grandes
    proveedores de
    los mercados
    internacionales, seriamos fuertes y competentes con lo que la
    naturaleza nos
    ofrece, que esta a nuestra mano y que siempre hemos hecho. Es la
    gran oportunidad de rediseñar nuestra economía
    basada en la agricultura, y con el aporte seguro de todo el
    mundo. Pasaríamos de una pretendida economía
    industrial, a la cual poco accedemos por falta de inversión y de alta tecnología, a una
    economía natural a nosotros de donde obtendríamos
    grandes recursos que se pueden enfocar a otras actividades
    industriales y de tecnologías de punta.

    En pleno siglo xxi tenemos la oportunidad de ser uno de
    los mayores proveedores
    agrícolas del mundo, obteniendo recursos económicos
    para reinvertir en la base del Estado y realizar la verdadera
    reforma política y social que necesitamos.
    La anhelada reforma
    agraria es posible mediante la correcta destinación de
    los recursos del Plan Colombia, además es una de las
    formas de frenar el conflicto armado en los pueblos, al demandar
    mano de obra, con salarios justos,
    que a la vez, reactive el ciclo económico:
    producción de mercados de
    bienes y
    servicios.
    Todo su desarrollo y ejecución, previamente planificado y
    probado, da altas posibilidades de ser la solución al
    conflicto armado y político que vivimos. Durante su avance
    deben de hacerse los correctivos necesarios, no puede ser un plan
    rígido ni estático, debe estar sujeto a cambios a
    medida que vaya arrojando resultados. Se pueden probar
    alternativas y programas implantados en otros países,
    ajustados a nuestros realidad y cultura.
    El presidente en sus exposiciones ha dicho que la
    destinación de los fondos obtenidos del Plan Colombia
    tienen un carácter
    preferentemente social. El apoyo al sector agrícola le ha
    merecido mayor importancia y por ello ha planeado conjuntamente
    con la guerrilla una reforma estructural de la agricultura
    mediante la recuperación de la tierra, el
    intercambio de cultivos ilícitos por cultivos tecnificados
    que obtengan competitividad
    en el mercado
    internacional, acuerdos de intercambio comercial, la
    solución negociada del conflicto armado, garantizar la
    vida de los agricultores y proteger, estimular y subsidiar el
    sector agrícola.

    4. Un panorama negativo para
    la agricultura colombiana.

    La fumigación indiscriminada prevista,
    generará una nueva dinámica de traslado de los cultivos
    ilícitos y de la producción de materia prima.
    Con ello se intervendrá más bosque natural, se
    incrementará la
    contaminación de fuentes de
    agua
    extendiendo los impactos ambientales por la instalación,
    cosecha y procesamiento de la hoja de coca. De este modo se
    modificará el mapa de los cultivos ilícitos de
    grandes concentraciones a pequeños feudos selva adentro,
    los cuales se constituirán – una vez normalizados los
    circuitos de
    comercialización – en puntos de llegada de
    los emigrantes forzosos en búsqueda de subsistencia
    económica. Generará procesos de
    desplazamiento forzoso que afectarán las débiles
    estructuras
    sociales existentes en las zonas de colonización,
    afectando gravemente el fortalecimiento del actor más
    importante en la puesta en marcha de los programas de desarrollo
    alternativo. Incrementará el índice de desempleo
    por el desplazamiento de la economía informal que gira
    alrededor del comercio de la pasta de coca y que en algunos
    lugares donde se ha fumigado ha alcanzado a significar hasta un
    80% de la población desplazada.
    Así mismo, continuará destruyendo la
    economía legal de las zonas de colonización, la
    cual es hasta ahora insostenible sin la ayuda de la coca dado el
    bajo potencial productivo, el débil apoyo gubernamental y
    el mismo desestímulo provocado por la irracionalidad en la
    fumigación de cultivos ilícitos llegándose a
    fumigar escuelas, viviendas y fuentes de
    agua, entre
    otros. Profundizará la polarización social en
    contra del Estado, dada la ineficiencia de este para reconocer,
    proteger y fortalecer a la población civil involucrada en
    la economía ilegal, lo cual facilitará el
    afianzamiento y legitimación de la guerrilla en el sur de
    Colombia. Todo este costo sin que
    consiga, como se ha demostrado en el caso colombiano, efectividad
    real en la disminución de áreas de marihuana,
    coca o amapola. Las recientes cifras mostradas por la CIA de
    120.000 hectáreas de coca son un argumento contundente
    para evidenciar que el país que más ha fumigado en
    el mundo es el país que muestra
    más tendencia al crecimiento de los cultivos
    ilícitos. Desafortunadamente en la actualidad los
    resultados de la política de fumigación son
    contundentes y desalentadores. Entre 1986 y 1999 el área
    sembrada en coca en los países andinos paso de 240.800 a
    183.000 hectáreas, o sea, se redujo en 57.800
    hectáreas. Para los mismos años, el área
    cultivada en Colombia paso de 24.200 a 122.500 hectáreas
    lo que significo un aumento considerable. Mientras tanto la
    fumigación crecía aun más
    rápido.

    Evolución de los cultivos ilícitos de coca
    1985-1998

    Años

    No. De Hectáreas

    1985

      19.513

    1998

    101.800

    Fuente: Policía
    Antinarcóticos y Departamento de Estado E.U.

    En efecto, se gastaron como mínimo U. S.
    $316'028.000 desde 1986 para tener un área que se
    incrementó en un 421.7% a 1998, justo en el lapso de
    ejecución de esa suma en los programas de
    sustitución de cultivos. De este modo el desarrollo
    alternativo junto con las fumigaciones aéreas que
    constituyen las dos acciones
    más importantes de la política de reducción
    de la oferta
    dirigidas contra la producción, presentan
    simultáneamente la más contundente bancarrota.
    La implementación del Plan Colombia genera necesariamente
    una reforma en la agricultura, pero es una reforma a la
    colombiana, financiada y vigilada por otros países, cuyo
    alcance no logramos percibir por el momento: ¿Seremos
    despensas agrícolas de ellos y a qué precio?
    ¿Ellos tendrían sus fincas en nuestros territorios?
    o ¿Estaríamos hipotecando una vez más al
    país?.

    5.
    Conclusión

    El Plan Colombia apunta a la rehabilitación e
    inversión principalmente en zonas afectadas
    por la violencia, cultivos ilícitos o de conflictos
    ambientales, sobre la base de una articulación de las
    comunidades y del Estado. Formalmente, es una oportunidad de
    desarrollo para la agricultura porque prevé la
    sustitución de cultivos ilícitos, el desarrollo
    alternativo y una fuerte inversión como política
    para hacerle frente al problema económico y social que
    viven los campesinos y para contrarrestar uno de los principales
    negocios de
    financiamiento
    de los grupos al margen de la ley (Guerrilla y
    Paramilitares). Sin embargo, las propuestas del Plan Colombia
    para la agricultura colombiana se convierten en más de lo
    mismo: más endeudamiento, más
    militarización, más daño al medio ambiente
    mediante más erradicación forzosa de cultivos,
    más violaciones a los derechos humanos, más
    injerencia norteamericana, más conflicto a nombre de la
    paz, la prosperidad y el fortalecimiento del Estado, y más
    corrupción
    con la
    administración y destinación de los fondos
    obtenidos: condicionamientos económicos y
    políticos, desvío de recursos, serruchos,
    comisiones, clientelismo, etc. Todo esto lo vaticina la
    situación actual, que solo da evidencia de la falta de
    compromiso de los actores del conflicto y los problemas de
    transparencia que se suscitan del gobierno.
    Además siendo los campesinos los principales destinatarios
    de todas las políticas gubernamentales no tienen
    representación ni vinculación directa en las
    decisiones convirtiendo la implementación del Plan
    Colombia en un mecanismo impositivo que no pondera las
    consecuencias negativas que pueden desatarse sobre la
    población campesina y la economía
    nacional.

    6. Bibliografía.

    Kintto, Lucas. De la coca al Fusarium. En: Plan
    Colombia: La paz armada. Quito: Editorial Planeta, 2000. http://www.eurosur.org/rebelion/plancolombia/fusarium300101.htm

    Oficina
    Internacional de Derechos Humanos
    Acción Colombia. Síntesis
    del Documento No 6 de OIDHACO. Plan Colombia: "Una Estrategia sin
    Solución" . Bruselas: febrero, 2000. http://www.nodo50.org/usocolombia/placolombia.htm

    Ospina, Juan Manuel. El rumbo perdido del Plan Colombia. En:
    Revista Andi
    Número 165 Julio-Agosto de 2000. Págs. 42-46.
    Proceso de
    paz. Plan Colombia. Reportajes. En:
    http://www.procesodepaz.com/historico/Temas_Plan_Colombia/
    Saad, Tared William. El Plan Colombia y sus alcances en América
    Latina, el Caribe y Venezuela.
    Internet, 2000.
    http://www.rebelion.org/plancolombia/tared211200.htm.

    Resumen.
    El Plan Colombia surge como una necesidad del Estado colombiano
    de hacerle frente a los grupos insurgentes y así mismo
    recuperar la economía nacional. La implementación
    del Plan Colombia producirá unas consecuencias muy serias
    para la agricultura colombiana, tanto positivas como negativas.
    Desde la perspectiva formal del gobierno el alcance promete la
    posibilidad del desarrollo alternativo para el sector, sustentado
    en la erradicación y sustitución de cultivos
    ilícitos y una consecuente reforma agraria en aras de
    posibilitar su progreso mediante financiación,
    tecnificación y exportación. Otro sector más
    realista prevé que la inversión del Plan
    tendrá efectos nefastos para los campesinos y para el
    sector en general porque involucra violencia, corrupción,
    intervensionismo y afectación ambiental. Un
    análisis objetivo y
    detenido de la estructura del Plan Colombia y las estadísticas referentes a los cultivos
    ilícitos nos permiten vaticinar un efecto desastroso en el
    sector según la estructura y la dinámica que maneja el Plan actualmente
    porque no resuelve efectivamente las necesidades del sector, que
    están representadas en la solución del conflicto
    armado y en la recuperación de su
    economía.

     

     

     

     

    Autor:

    Pablo Agudelo Pulgarín.

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