Indice
1.
Caracterización de la industria
andaluza
2. Rasgos
básicos.
4. Infaestructura
energética
5. Empresas andaluzas del
sector energético
6. Sociedad Eólica De
Andalucía
7.
Bibliografía
1.
Caracterización de la industria
andaluza
La industria en la estructura
productiva de Andalucía.
La estructura
productiva de la economía andaluza se
ha caracterizado tradicionalmente por una elevada
participación de las actividades agrarias, un sector
industrial poco desarrollado y un notable peso de las actividades
vinculadas a los servicios. No
obstante, en los últimos años se han experimentado
importantes cambios en la composición del valor
añadido, produciéndose una pérdida de
importancia relativa de la agricultura,
mientras que se ha incrementado la participación de la
construcción y, sobre todo de los servicios.
En Andalucía existe una diferencia importante en
el proceso de
terciarización respecto a lo ocurrido en el resto de
economías más avanzadas, donde ha sido el propio
desarrollo
industrial el que ha ocasionado la externalización de
numerosas actividades, favoreciendo el desarrollo de
los servicios.
Entre los principales rasgos que caracterizan la
estructura productiva de la economía andaluza
destaca, por tanto, la menor entidad del sector industrial, que
se pone de manifiesto en la reducida participación
relativa en la producción y el empleo
regionales.
El Proceso De
Industrialización En Andalucía.
La
industrialización hasta el plan de
estabilización de 1959.
La situación descrita de la industria andaluza no
sólo se justifica por la propia dinámica reciente del desarrollo
económico de la región, basada en el turismo y las actividades
agroalimentarias, sino también por la tardía
incorporación de Andalucía al proceso de
industrialización que la economía española
inicia a finales de los años cincuenta y por las propias
características del modelo de
industrialización seguido en el país en los
años siguientes.
En el siglo XIX se localizaron en la región las
primeras industrias
siderúrgicas y textiles del país. Ello
permitía prever un favorable desarrollo industrial, de
hecho, a mediados de siglo Andalucía era, tras
Cataluña, la segunda región industrial
española. Sin embargo, el proceso de
industrialización en estos años no respondió
a una verdadera transformación de la estructura social y
económica de la región, sino que fue resultado de
la inversión de capitales comerciales ante la
existencia de determinados costes de oportunidad y una coyuntura
económica propicia, lo que explica su escasa integración con el sistema
productivo y su rápido desmoronamiento.
Los primeros años del siglo XX se caracterizan
por una cierta reactivación de la siderurgia y el sector
textil algodonero. Pero esta recuperación no
respondía a un proceso de reindustrialización, sino
que fue resultado de una situación coyuntural favorable.
Durante estos años se fue acentuando además la
orientación de la industria andaluza hacia la
transformación de productos
agrarios.
En los años cincuenta de este siglo se inicia en
España
una cierta industrialización. La liberalización
económica que supuso el Plan de
Estabilización de 1959, potenció un mayor
desarrollo del sector; sin embargo este fenómeno no se
reproduce en el ámbito regional, sino que Andalucía
participa en la industrialización española
suministrando mando de obra procedente de la agricultura.
La industria en los años sesenta y setenta.
En estos años buena parte del territorio regional se
benefició de la aplicación de diversos instrumentos
de promoción pública, aunque con
desiguales resultados y con actuaciones más vinculadas, en
algunos casos, a resolver graves situaciones de desempleo que a
sentar unas bases sólidas para el desarrollo de la
industria en la región. Los subsectores industriales en
los que se basaban estas actuaciones, constituyen,
fundamentalmente, industrias
básicas y tradicionales, con procesos
productivos poco avanzados y escasa modernización relativa
en algunos casos, con una débil vinculación a los
recursos y a la
demanda de la
región, y una escasa articulación con el sistema
productivo, constituyendo verdaderos enclaves
industriales.
Otros rasgos característicos del proceso de
industrialización de los años sesenta y setenta,
que han afectado a la posición dependiente de la industria
andaluza son: la fuerte dependencia de las inversiones
extranjeras, que se orientan preferentemente hacia sectores
estratégicos y actividades para las que la economía
andaluza presenta ciertas ventajas competitivas; y la dependencia
del exterior en cuanto a inputs intermedios y tecnología, que
constituye un importante obstáculo para la mayor
industrialización de la región, en tanto que la
escasa capacidad de inversión implica la renovación de
los procesos de
producción.
Por tanto, en Andalucía, cuya base
económica ha sido fundamentalmente agraria, el modelo de
desarrollo adoptado en estos años ha significado, en
cierta medida, la marginación respecto al proceso de
industrialización seguido en España,
configurándose una industria desarticulada y subsidiaria
de la nacional.
Así, la grave crisis
económica de mediados de los setenta afectó muy
negativamente al sector industrial andaluz, reduciéndose
significativamente su participación en el VAB regional, y
destruyéndose un importante volumen de
empleo.
Durante esta etapa de recesión se produjeron,
además, importantes transformaciones que afectaron al
conjunto de la economía andaluza y, particularmente, al
sector industrial. Las nuevas tendencias de la demanda y los
cambios tecnológico explican las variaciones de la
producción y los nuevos requerimientos de factores
productivos.
La industria andaluza en la década de los ochenta
y primeros años noventa.
La economía andaluza inicia la década de los
ochenta en una situación de crisis
generalizada. Exceptuando el débil
crecimiento de los servicios, en todos los sectores se produjo
una recesión productiva hasta 1985, que valorada en
conjunto situaba a la economía andaluza en una
posición relativa algo más desfavorable que la
española.
Sin embargo, en la segunda mitad de la década, se
produce una expansión generalizada de todos los sectores
productivos. Andalucía se incorpora, tardíamente,
al avanzado ciclo de crecimiento de las economías
occidentales, protagonizando un intenso crecimiento por encima de
las economías de su entorno.
El inicio de los años noventa supone una nueva
inflexión de la actividad económica en el
ámbito internacional que, con cierto retraso, ha afectado
también a la economía andaluza.
En el sector industrial se pueden distinguir tres etapas
claramente diferenciadas. La crisis económica de los
primeros años de la década afectó
especialmente al sector industrial, que registró
importantes pérdidas de empleo y una brusca
reducción del VAB, siendo necesario acometer intensos
procesos de reconversión.
Durante el período de expansión iniciado a
mediados de la década, la industria ha jugado un papel
destacado, no sólo porque ha mejorado su situación
de debilidad relativa en el sistema productivo andaluz, sino
porque se han ido desarrollando actividades dinámicas y
con buenas perspectivas de futuro, a la vez que se han producido
transformaciones de cierta entidad. Sin embargo, desde 1990, la
nueva etapa de bajo crecimiento ha determinado que la
aportación de este sector al crecimiento de la
economía andaluza haya ido disminuyendo.
La evolución de la industria andaluza, en
términos generales, y según se observa en el cuadro
1, no presenta grandes diferencias respecto al conjunto nacional,
aunque es importante señalar que si bien la
recesión industrial fue más profunda en
Andalucía que en el resto del país, también
la recuperación del sector ha sido más
intensa.
En el período 1980-84 el valor
añadido bruto de la industria andaluza experimenta un
descenso anual acumulativo en términos reales del 1,4%. La
escasa diversificación y la fuerte especialización
en sectores tradicionales, que resultaron ser los más
sensibles a la crisis, o la mayor competencia
internacional y el deterioro del comercio
exterior, fueron factores que contribuyeron a agravar la
situación en estos años, surgiendo la necesidad de
acometer procesos de reconversión con las consiguientes
reducciones de la capacidad productiva y del empleo.
C.N.A.E. | Andalucía | España | |||
1985 | 1990 | 1985 | 1990 | ||
11-15 | Energía | 15,0 | 112,2 | 18,2 | 16,3 |
16 | Agua | 1,2 | 1,7 | 0,9 | 1,1 |
DIV. 1 | ENERGÍA Y AGUA | 16,2 | 13,8 | 19,1 | 17,4 |
21 | Minerales metálicos | 1,8 | 2,2 | 0,3 | 0,3 |
22 | Prod. y 1ª transf. Met. | 5,6 | 3,1 | 4,6 | 3,5 |
23 | Miner. No metálicos | 1,4 | 1,8 | 0,7 | 1,2 |
24 | Indust. Miner. No met. | 6,7 | 8,1 | 5,7 | 6,2 |
25 | Industria química | 12,2 | 7,7 | 9,1 | 8,5 |
DIV. 2 | EXTRACC. TRANS. MINER. NO ENERG. | 27,7 | 22,8 | 20,5 | 19,7 |
31 | Fabr. Prod. metálicos | 5,5 | 4,0 | 7,5 | 7,5 |
32,33,39 | Maquinar. y equipos | 1,8 | 1,3 | 4,7 | 4,7 |
34,35 | Mat. eléct. y electrón. | 1,9 | 2,1 | 5,1 | 5,7 |
36-38 | Material transporte | 3,1 | 12,9 | 6,9 | 9,7 |
DIV. 3 | INDUST. TRANSF. M. | 12,2 | 20,4 | 24,3 | 27,7 |
41,42 | Alimen,bebidas, tabaco | 31,9 | 30,1 | 15,5 | 14,5 |
43,453-4 | Textil y confección | 4,5 | 4,1 | 5,9 | 5,2 |
44,451,4 | Calzado y cuero | 0,4 | 0,4 | 1,7 | 1,3 |
46 | Madera,corcho,muebl. | 2,2 | 2,4 | 3,3 | 3,5 |
47 | Papel, artes gráficas | 3,6 | 4,2 | 5,3 | 6,1 |
48 | Transf. caucho | 1,0 | 1,0 | 3,5 | 3,7 |
49 | Otras ind. manufact. | 0,4 | 0,6 | 0,7 | 0,8 |
DIV. 4 | OTRAS INDUSTRIAS MANUFACTURERAS | 43,9 | 43,0 | 36,0 | 35,3 |
TOTAL | 100,0 | 100,0 | 100,0 | 100,0 |
CUADRO 1. VAB Industrial.
1985-1990
VAB de cada sector en relación al total
(Porcentaje)
En 1985 el sector crece un 9,4% y en los años
siguientes esta recuperación va a ser, además,
más intensa que la registrada, no sólo a nivel
nacional, sino también en los restantes países
comunitarios. Desempeñando el sector industrial un
papel
determinante en la expansión de la economía
andaluza. A partir de este año la ocupación
industrial aumenta a un ritmo del 3,7% anual que, aun siendo
importante, manifiesta que el sector industrial tenía
ciertas limitaciones en su capacidad de generación de
empleo.
La inversión exterior, por otro lado, también ha
sido creciente en el sector industrial en esos años,
orientándose preferentemente hacia sectores con cierto
grado de especialización y ventajas comparativas.
Desde una perspectiva sectorial, el comportamiento
positivo de la segunda mitad de la década se explica por
la importante presencia de los sectores con mayor crecimiento a
nivel nacional y por la menor presencia de industrias con mayores
dificultades para incorporarse a la expansión. Es decir,
en estos años la industria andaluza no ha tenido una
dinámica propia, sino que se concentra en
ramas industriales con gran crecimiento a nivel
nacional.
El final de la década, sin embargo, marcó
el fin del ciclo expansivo de la industria andaluza, con un
cierto retraso respecto a la evolución del sector a nivel internacional.
Ello es debido al menos a tres razones:
- La debilidad de la demanda interior.
- La atonía de la economía
internacional, que no ha permitido mejorar el comercio
exterior de productos
industriales. - El retroceso de la inversión que, si bien
durante la segunda mitad de los ochenta había sido
determinante en el crecimiento de la producción y el
empleo industriales, su desaceleración en los primeros
años de la década de los noventa está
limitando su consolidación.
La menor importancia relativa de la industria en la
estructura productiva andaluza se justifica por la presencia de
ciertos factores que, aunque han tenido importantes
transformaciones en los últimos años, caracterizan
todavía un sector industrial menos desarrollado respecto a
otros espacios económicos de su entorno.
Localización.
La industria andaluza está desigualmente distribuida en el
territorio, destacando la fuerte concentración en pocas
zonas de la región y la existencia de determinados
núcleos de especialización.
La mayor concentración industrial se produce en el
área occidental, destacando el triángulo
constituido por Sevilla, Huelva y Cádiz. En Sevilla se
genera el 24,4% del valor añadido de la industria
andaluza, su tejido industrial está bastante
diversificado, ya que están representadas la mayor parte
de las actividades industriales. Huelva constituye, asimismo, una
de las principales áreas industriales de la región:
genera un 9,8% del valor añadido bruto industrial en 1989.
En Cádiz (28% del VAB) destaca el elevado número
medio de trabajadores por empresa, debido a
la existencia de empresas de gran
tamaño. No obstante se caracteriza, asimismo, por la
escasa diversificación subsectorial y la elevada
concentración espacial de estas actividades.
La provincia de Málaga concentra el 10,7% del
valor añadido industrial de la región y el 14,6%
del empleo. Lo más destacable en esta provincia es la
escasa representatividad de los subsectores energéticos,
extractivos, y de producción y transformación de
metales, y la
importante concentración de industrias perteneciente al
subsector eléctrico-electrónico.
En el resto de la región la presencia de
actividades industriales es considerablemente menor, aunque no se
debe olvidar la existencia de un importante área
industrial en Jaén, especialmente en los sectores de la
automoción y alimentación y en
otros como en la industria farmacéutica y la electrónica.
Especialización productiva.
La aportación de los distintos subsectores al VAB
industrial y su comparación con el conjunto nacional,
reflejan que la industria andaluza está menos
diversificada que la española, concentrando su
producción en pocas actividades y manifestando por tanto,
una elevada especialización interna.
La distribución subsectorial explica alguna de
las características relevantes de la industria andaluza.
El cuadro 2 pone de manifiesto la conocida especialización
de la industria andaluza en el subsector de alimentación, bebidas
y tabaco. Un examen
más desagregado pone de manifiesto que la
producción de energía es la actividad que aporta
más valor añadido al sector industrial (por ello
será estudiada con mayor detalle posteriormente), seguida
del material de transporte;
aceites y grasa vegetales; cementos, cales y yesos; cerveceras;
confección; panadería y bollería y bebidas
alcohólicas.
Las actividades más escasamente representadas en
Andalucía en términos relativos son la
fabricación de instrumentos de óptica
y precisión, productos farmaceúticos, productos
químicos para el consumo final,
maquinaria y material eléctrico y
electrónico.
1980 | 1994 | |||||
Subsector | %VAB | %And/Esp | (1) | %VAB | %And/Esp | (1) |
Productos Energéticos | 24,97 | 13,6 | 1,00 | 27,20 | 12,9 | 1,02 |
Mineral y met. férreos o no | 4,90 | 8,8 | 0,65 | 4,38 | 12,6 | 1,00 |
Miner. no met. y pdtos. der. | 13,27 | 17,9 | 1,32 | 7,01 | 10,6 | 0,84 |
Productos Químicos | 5,32 | 8,0 | 0,59 | 6,32 | 6,9 | 0,55 |
Pdtos. met, máq. y mat. el. | 6,83 | 4,6 | 0,34 | 7,91 | 4,6 | 0,36 |
Material de transporte | 5,70 | 8,0 | 0,59 | 6,67 | 8,1 | 0,64 |
Alimentos, bebidas y tabaco | 27,28 | 17,9 | 1,32 | 28,91 | 17,5 | 1,38 |
Textil, cuero, calzado y vest. | 5,58 | 6,1 | 0,45 | 5,13 | 5,9 | 0,47 |
Papel, art. de papel e impr. | 2,38 | 6,0 | 0,44 | 2,68 | 5,4 | 0,43 |
Productos de industrias div. | 3,78 | 4,9 | 0,36 | 3,79 | 4,8 | 0,38 |
TOTAL | 100 | 10,4 | 100 | 9,6 |
CUADRO 2. Especialización
subsectorial de la industria andaluza.
Indice de especialización.
Tamaño de las empresas.
La industria andaluza presenta un reducido tamaño medio,
si se considera el número de ocupados por establecimiento.
Así, en 1990, el número medio de empleados por
establecimiento industrial en Andalucía era un 22%
inferior al promedio nacional, donde la industria emplea a unas
13,4 personas por establecimiento.
Esta baja dimensión media, pone de manifiesto la
escasa importancia de grandes empresas industriales en la
región y la fuerte proliferación de pequeñas
y medianas empresas con tradición familiar y, en muchos
casos, de carácter
artesanal.
En consonancia con la especialización productiva
de la industria andaluza, las mayores dimensiones se dan entre
las industrias más vinculadas a los recursos
naturales: industrias extractivas de minerales
metálicos, producción y primera
transformación de metales, e
industrias agroalimentarias. Sin embargo, las actividades
industriales que requieren un proceso de transformación
más avanzado, presentan un tamaño relativamente
inferior.
Un aspecto importante a señalar es que los
establecimientos de mayor dimensión pertenecen en su
inmensa mayoría a empresas de capital
exterior o público. Estas características de la
propiedad
suele tener una correspondencia con el bajo nivel de
autonomía de las grandes plantas
industriales andaluzas y a la preponderante vinculación
productiva con el exterior, lo que caracteriza a la
mayoría de los grandes establecimientos industriales
andaluces como "industrias de enclave", con escasa
vinculación productiva con el entorno, explotadora de
recursos
naturales, con escasa actividad de I+D y alejada de las
decisiones estratégicas de los grupos
empresariales a los que pertenecen. Por el contrario, las
pequeñas empresas son eminentemente de propiedad
regional.
El reducido tamaño medio de los establecimientos
industriales se relaciona también con la ineficacia
productiva y las dificultades para rentabilizar economías
de escala, siendo
poco adecuado a las necesidades de competitividad.
Rama de Actividad C.N.A.E. | Micro (0-9) | Pequeñas (10-50) | Medianas (50-250) | Grandes (+250) | Totales |
1. Energía y agua | 17,14% | 37,14% | 31,43% | 14,29% | 100,00% |
2. Extracción y min. | 39,39% | 52,61% | 6,06% | 1,94% | 100,00% |
3. Industr. Transf. | 56,80% | 36,57% | 4,85% | 1,78% | 100,00% |
4. Otras Industrias | 41,38% | 48,23% | 8,95% | 1,43% | 100,00% |
TOTAL INDUSTRIA | 43,80% | 46,71% | 7,79% | 1,70% | 100,00% |
CUADRO 3. Tamaño de las Empresas
Industriales en función
del número de trabajadores.1992
Articulación productiva.
Otro factor que caracteriza a la industria andaluza, es su
débil articulación interna y con el resto del
sistema productivo de la región.
En términos globales, la capacidad del sector industrial
de contribuir al crecimiento general de la economía
está en torno a la media
de todos los sectores productivos. Sin embargo, existen una serie
de ramas industriales, que son las extractivas, producción
y primera transformación de metales, energía
eléctrica, y refino de petróleo,
en las que la capacidad de contribución al crecimiento
general de la economía es especialmente elevada, por ello,
se puede afirmar que la economía andaluza tiene una gran
dependencia de estas producciones industriales. Sin embargo, en
general, no existe una buena articulación interna, ya que
la economía depende mucho de ellas pero se abastece
principalmente del exterior, especialmente en el caso de la
producción y primera transformación de
metales.
Por otro lado, y en cuanto a la capacidad de generar
efectos de arrastre, globalmente la media del sector industrial
es algo superior a la del conjunto del sistema productivo, sin
que se puedan apreciar grandes diferencias entre las distintas
ramas productivas. Tan sólo se pueden destacar el textil,
la química
básica, las industrias cárnicas, la
producción y primera transformación de metales, y
los productos químicos para la agricultura, ya que el
consumo de
bienes
intermedios que realiza del resto de las ramas productivas por
unidad de producto, es
relativamente más elevado. No obstante, se aprecian
filtraciones hacia el exterior, dirigiéndose la demanda de
inputs intermedios fundamentalmente hacia el resto de
España y el extranjero.
Tecnología.
El menor desarrollo tecnológico relativo de las industrias
andaluzas se manifiesta, tanto si se considera el grado de
incorporación y producción de nuevas
tecnologías, como la capacidad de investigación de las empresas. En la
industria andaluza es muy limitado el uso de nuevas
tecnologías, destacando la escasa producción de
innovaciones. Además, esta situación se debe, no
sólo a la propia naturaleza de las
industrias localizadas en la región, sino también a
la escasa inversión que realizan en investigación y desarrollo.
Las empresas con disponibilidad de recursos
tecnológicos más avanzados se concentran
principalmente en las actividades industriales más
tradicionales, destacando entre otras las industrias
metalúrgicas y agroalimentarias y, en menor medida, las
actividades de electrónica e informática, química, minería y
textil.
En cuanto a la producción de tecnología, el
reducido número de patentes desarrolladas por la industria
andaluza indica que el nivel de innovación tecnológica es muy
limitada. En este aspecto, además, se reproduce la
concentración en las industrias de larga
implantación a la que se ha hecho referencia al analizar
la utilización de tecnologías, de manera que el
68,5% de las patentes desarrolladas se han producido en la
industria agroalimentaria.
Por otro lado, los recursos destinados a la investigación científica son muy
limitados. Aunque la situación relativa es aún
más deficiente si nos centramos en la investigación
empresarial.
Por último, destacar el papel jugado, durante los
últimos años, por la
Administración, mediante una intensa política de
incentivación de la inversión y
modernización tecnológica de Andalucía, y de
atracción de capitales foráneos.
Productividad.
La productividad
aparente del factor trabajo en la industria andaluza, medida por
el valor añadido bruto por ocupado, no presenta, en
términos globales, diferencias sustanciales respecto al
conjunto de la industria nacional. No obstante, subsectorialmente
sí existen fuertes contrastes. Las actividades de
extracción y transformación de metales presentan en
líneas generales los mayores niveles de productividad en
relación con la industria nacional, sobre todo en
química.
CUADRO 4. Productividad del Trabajo. 1990
C.N.A.E. | Andalucía | España | |
11-15 | Energía | 14,6 | 15,7 |
16 | Agua | 3,9 | 3,5 |
DIV. 1 | ENERGÍA Y AGUA | 10,9 | 12,9 |
21 | Minerales metálicos | 8,6 | 7,5 |
22 | Prod. y 1ª transf. met. | 7,4 | 6,1 |
23 | Miner. No metálicos | 4,8 | 4,0 |
24 | Indust. miner. No metálicos | 5,1 | 4,9 |
25 | Industria química | 9,4 | 7,4 |
DIV. 2 | EXTRACC. TRANSF. MIN. NO | 6,7 | 5,9 |
31 | Fabr. prod. Metálicos | 2,6 | 3,4 |
32,33,39 | Maquinaria y equipos | 3,1 | 4,2 |
34,35 | Mat. eléct. y | 4,9 | 5,4 |
36-38 | Material de transporte | 6,5 | 5,2 |
DIV. 3 | IND. TRANSF. METALES | 4,6 | 4,4 |
41,42 | Aliment. Bebidas y tabaco | 4,6 | 4,3 |
43,453-4 | Textil y confección | 2,1 | 2,7 |
44,451,4 | Calzado y cuero | 1,9 | 2,8 |
46 | Madera, corcho y muebles | 1,8 | 2,3 |
47 | Papel, artes gráficas | 4,2 | 5,1 |
48 | Transf. Caucho | 3,4 | 4,0 |
49 | Otras Indust. Manufact. | 3,0 | 3,6 |
DIV. 4 | OTRAS INDUSTRIAS MANUFACTURERAS | 3,7 | 3,7 |
TOTAL INDUSTRIAS | 4,8 | 4,9 |
En sentido contrario, los menores niveles relativos de
productividad corresponden a la mayoría de las denominadas
industrias manufactureras y, especialmente, al calzado y cuero,
papel y artes gráficas, madera, y al
sector textil.
Al igual que ocurre en las industrias nacionales, en
Andalucía existen también fuertes diferencias entre
los distintos sectores en Andalucía, lo que se explica,
por una parte, por las propias características productivas
de los distintos sectores y, por otra, por la coexistencia de
sectores con ciertos rasgos de modernidad,
frente a otros de carácter
más artesanal. En este sentido, la industria andaluza
presenta mayores niveles de productividad en aquellos sectores en
los que está más especializada. Sin embargo, los
menores niveles corresponden a las industrias manufactureras, que
tienen un peso relativo.
Sector público industrial.
La mayor presencia relativa del sector
público respecto al promedio nacional constituye otro
rasgo característico del sector industrial en
Andalucía.
El sector
público de la industria andaluza lo componen, por un
lado, un conjunto de empresas públicas estatales y por
otro, empresas públicas de titularidad
autonómica.
De todas ellas, las empresas del grupo
INI-TENEO son las que tienen mayor incidencia sobre la industria
andaluza, tanto por el número de trabajadores y volumen de
inversiones,
como por el importante efecto inducido que algunas de ellas
ejercen sobre otras empresas productivas del sector.
Las industrias del grupo INI
ubicadas en Andalucía son, en su mayoría,
industrias manufactureras. Concretamente, los sectores
industriales con mayor presencia son los relacionados con
actividades como defensa; construcción naval y reparaciones; y
aeronáutico, donde la actuación del sector
público se justifica por la necesidad de producir
determinados bienes o de
realizar inversiones que la empresa
privada no puede acometer.
La presencia de estas industrias en Andalucía es
importante, no sólo por el empleo que generan en la
región, sino también por pertenecer a sectores
estratégicos para el desarrollo industrial andaluz y con
capacidad de generar efectos inducidos sobre otros
sectores.
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