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La industria en Andalucía: el sector energético (página 2)




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3. Factores de competitividad.

La industria
andaluza presenta una fuerte orientación hacia
producciones de demanda media
y débil, y una escasa presencia de actividades de demanda
creciente. Esta especialización productiva no se
corresponde con la tendencia de la industria
nacional, que está registrando un mayor desarrollo de
las actividades en las que se están produciendo las
principales transformaciones productivas a nivel
internacional.
La razón de este desajuste entre demanda y producción parece radicar en la existencia
de determinadas ventajas competitivas en términos de
rentabilidad
que explican el comportamiento
diferencial de la industria andaluza y su orientación
hacia actividades de menor demanda.
La concentración de la industria andaluza en determinadas
fases del proceso
productivo, limita el desarrollo de
las distintas producciones, condicionando, por tanto, su
posición competitiva en los mercados.
La actividad industrial en Andalucía se ha ido
concentrando en fases poco avanzadas del proceso de
transformación, -lo que se relaciona, al menos
parcialmente, con la localización de determinados enclaves
industriales- y se ha producido también una
especialización en actividades generadoras de escaso
valor
añadido.

Productividad.
En términos de productividad del
factor trabajo, los niveles de la industria andaluza son
similares a la media de la industria nacional. No obstante, es
importante destacar una mayor productividad
aparente del trabajo en las andaluzas de extracción y
transformación de minerales no
energéticos.
Para determinar la situación competitiva de las distintas
ramas industriales, es fundamental el análisis de la productividad medida a
través del valor
añadido por hora trabajada, y su comparación con la
situación de la industria nacional, al permitir valorar el
nivel de eficiencia
productiva respecto a la industria nacional de manera más
precisa que la productividad aparente del trabajo.

En 1990 la productividad relativa de la industria
andaluza, según este indicador, se sitúa en niveles
similares al promedio nacional. La comparación con la
situación existente a principio de los años
ochenta, sin embargo, pone de manifiesto una posición
más desfavorable en este aspecto.
La menor productividad relativa de la industria andaluza entre
1981 y 1990 se justifica por el comportamiento
de la división de energía y agua, –
particularmente del sector energético-, que reduce en
más de un tercio sus niveles de productividad en este
periodo, mientras que el resto de las divisiones mantienen unos
niveles superiores a los promedios nacionales.

La división de extracción y primera
transformación de minerales no
energéticos es la de mayor productividad relativa,
especialmente, en la producción y primera transformación
de metales, y en la
industria química.
Junto a éstas, la productividad relativa es mayor en
alimentación, bebidas y tabaco, y
material de transporte. En
la producción de material de transporte, la
elevada productividad relativa se origina, especialmente, en la
fabricación de aeronaves, y automóviles y sus
accesorios, subsectores que han mejorado su posición
competitiva en términos de productividad en el
período 1980-90.

CUADRO 5. Productividad relativa de la Industria
Andaluza 1990 (España =
100)

Mayor de 115

Industria química

Material de transporte

Minerales metálicos

Producción y primera
transformación de metales

115-100

Alimentación, bebidas y tabaco

Industrias minerales

100-85

Minerales no metálicos

Material eléctrico

Energía

Agua

Papel y artes gráficas

Menor de 85

Transformados de caucho

Otras industrias manufactureras

Textil y confección

Madera y corcho

Fabricación de productos metálicos

Maquinaria y equipos

Calzado y cuero

 

Dentro de la división de transformados
metálicos, las actividades de maquinaria y material
eléctrico y electrónico son, junto con el material
de transporte, las únicas que han experimentado ganancias
de productividad entre 1981 y 1990.
Los sectores textil, calzado y cuero, papel y artes
gráficas, madera y
corcho, etc y, en general, la mayor parte de las industrias
manufactureras, presentan notables diferencias de productividad
respecto a la industria nacional, reflejando una escasa competitividad.
La industria andaluza, por tanto, presenta niveles de
productividad relativa similares a los nacionales, reflejando la
existencia de ciertas ventajas competitivas, sobre todo en las
actividades de producción y primera transformación
de metales,
industria química, y en algunas
ramas de las industrias alimentarias, que constituyen
especializaciones de la industria andaluza. Sin embargo, la
situación es desfavorable en producciones de demanda
fuerte, tales como fabricación de maquinaria y equipos, y
material eléctrico y electrónico, que tienen una
escasa significación en la estructura
industrial andaluza.

Costes de producción.
El análisis de los costes de la industria
andaluza pone de manifiesto una estructura
similar a la del conjunto de la española: el peso de los
consumos intermedios supera el 60% de los costes totales y el 40%
restante se dedica a la remuneración de los factores
productivos. No obstante, la situación competitiva de la
industria andaluza, desde este punto de vista, se ha ido
consolidando durante la década de los ochenta: el
excedente bruto de explotación sobre la producción
bruta se ha ido incrementando, y de manera muy intensa en el
último quinquenio, compensando el menor crecimiento de los
consumos intermedios.

Costes laborales.
La industria andaluza presenta unos costes de personal por hora
trabajada inferiores a los de la nacional. Aparentemente esta
situación podría implicar, dependiendo de cada
producción concreta, una situación más
competitiva de la industria andaluza, pero también menores
requerimientos de cualificación del factor trabajo o una
cierta concentración en fases poco avanzadas del proceso
productivo.
En cuanto a las producciones, el mayor diferencial de costes
laborales por hora trabajada se da en la división de
energía y agua; sin
embargo estas actividades presentan unos costes laborales
unitarios superiores a los nacionales, por lo que las ventajas
iniciales asociadas a menores salarios
nominales desaparecen al ser explotaciones poco
productivas.

La división de extracción y
transformación de minerales no energéticos
presenta, junto a menores costes de personal por hora
trabajada, los costes laborales unitarios relativos más
bajos del conjunto de la industria andaluza, reflejando, por
tanto, una clara posición competitiva, especialmente en
siderurgia y primera transformación de hierro y
acero.
A nivel subsectorial, la fabricación de maquinaria y
equipos constituye la industria con menores costes laborales por
hora trabajada respecto a la industria nacional.
Por otro lado, los subsectores alimentación, bebidas
y tabaco, y
material de transporte son los únicos que mantienen en
1990 unos costes laborales por hora trabajada superiores a los
correspondientes en la industria nacional.

CUADRO 6. Costes laborales unitarios relativos de la
Industria Andaluza 1990

(España =
100)

Mayor de 115

Agua

Calzado y cuero

115-100

Papel y artes gráficas

Textil y confección

Energía

Fabricación de productos metálicos

Maquinaria y equipos

100-85

Minerales no metálicos

Material eléctrico

Madera, corcho y muebles

Alimentación, bebidas y tabaco

Transformación caucho y materias
plásticas

Industrias minerales no
metálicos

Menor de 85

Otras Industrias manufactureras

Minerales metálicos

Material de transporte

Producción y primera
transformación de metales

Industria química

 

Los menores diferenciales de costes laborales se dan
entre las industrias manufactureras, como las ramas de textil y
confección, calzado y cuero, y papel y artes
gráficas, reflejando que, en algunos casos
se trata de producciones correspondientes a las primeras fases de
transformación y con una situación competitiva
escasamente consolidada. Asimismo, en estas actividades los
costes laborales unitarios son relativamente elevados, lo que
refleja una mayor intensidad del factor trabajo en estas
producciones y una escasa modernización.

Consumos intermedios.
El peso del consumo de
bienes
intermedios sobre la producción industrial andaluza, que
se situaba a principios de la
década por encima de los niveles nacionales, se ha
reducido notablemente entre 1985 y 1990, situándose
incluso por debajo.
Los consumos intermedios son más elevados en aquellas
ramas productivas que requieren un menor nivel de
transformación, lo cual indica el elevado consumo de
materias primas que requieren las primeras fases de los procesos
productivos. Especialmente elevada es la significación de
los consumos intermedios en aquellas producciones de la industria
química y agroalimentaria con menor grado de
transformación.
Las industrias manufactureras, que requieren consumos intermedios
más costosos conforme se avanza en el proceso productivo,
presentan en Andalucía un reducido ratio de consumos
intermedios sobre la producción, lo cual refleja de nuevo
que en la región se concentran también las primeras
fases de estas producciones.
Por tanto, exceptuando algunas industrias manufactureras, la
industria andaluza presenta una buena posición competitiva
desde el punto de vista de los costes; el excedente de
explotación supera al promedio nacional, ya que los costes
de personal y los niveles relativos de consumos intermedios son
relativamente inferiores.

Inversión.
Las diferencias en cuanto a la inversión realizada en las distintas ramas
industriales permiten identificar aquellas industrias que
presentan una favorable posición competitiva en los
mercados,
asociada a mayores niveles de modernización de sus
estructuras
productivas y, aquellas otras que, en sentido contrario, precisan
acometer procesos de
renovación para mejorar su posición
competitiva.
Considerando globalmente el período 1981-90, la industria
andaluza en su conjunto presenta casi el mismo nivel de inversión por unidad de producto que
la industria nacional.
No obstante, parece que la mayor intensidad relativa de las
inversiones se
concentra en el primer quinquenio, mientras que entre 1986 y 1990
la formación bruta de capital por
unidad de producto de la
industria andaluza es inferior en un 12% respecto a la industria
española.

En correspondencia con las ventajas competitivas que se
han detectado en la industria andaluza, la mayor intensidad
relativa de las inversiones se
produce en aquellas actividades que presentan mayores niveles de
productividad y rentabilidad.
Destacan, de este modo, los niveles de formación bruta de
capital por
unidad monetaria de producto en minerales metálicos,
industria química y fabricación de productos
metálicos; mientras que las transformaciones
manufactureras, en general, presentan ratios
inferiores.

Junto a estas actividades destaca, asimismo, la mayor
formación bruta de capital por unidad monetaria de
producto de la industria del papel y artes gráficas, lo
cual, teniendo en cuenta la débil posición
competitiva de estas actividades, hay que vincularlo con los
intensos procesos de reconversión que han tenido que
realizar estas industrias para incorporar nuevas
tecnologías que le permitan incrementar la
competitividad de sus productos.

En sentido contrario, la formación bruta de
capital por unidad monetaria de producto es relativamente
inferior en Andalucía en calzado y cuero, y
transformación del caucho, destacando especialmente
algunas ramas textiles y alimentarias que han experimentado en
1990 una cierta descapitalización.

Por tanto, se puede concluir que las inversiones en la
industria andaluza se dirigen preferentemente hacia las
actividades con mayores ventajas competitivas y en algunas otras
que han requerido la adaptación a importantes cambios
tecnológicos. Además, los sectores con mayores
ventajas comparativas y que suponen cierta especialización
industrial suelen resultar más atractivos a los inversores
extranjeros.

Dimensión de los establecimientos.
En conjunto, la dimensión media de la industria andaluza
es notablemente inferior a la nacional. Las mayores dimensiones
relativas se dan en aquellas actividades que constituyen una
cierta especialización de la estructura industrial de la
región y que presentan, además, un mayor nivel
competitivo en función de
los indicadores
analizados anteriormente. Las actividades industriales
relativamente menos competitivas presentan, sin embargo, un
tamaño relativamente inferior.
No obstante, aunque el reducido tamaño relativo de algunas
empresas
supone un inconveniente para competir en el mercado y puede
explicar las desventajas competitivas de algunas industrias, hay
que destacar, asimismo, la existencia de actividades en las que
la menor dimensión empresarial no impide producciones
competitivas.

Utilización de servicios
exteriores.
Este último indicador de competitividad a analizar ha
adquirido notable importancia en los últimos
años.
El grado de utilización de servicios
externos por parte de la industria andaluza en su conjunto
durante 1990 es inferior al de la industria nacional,
habiéndose incrementado notablemente este diferencial
respecto a 1981, debido a la mayor intensidad con que se han ido
utilizando estos servicios en la industria nacional. En la
industria andaluza, donde también se ha generalizado la
utilización de estos servicios en estos años
destaca, sin embargo, el descenso en la utilización de
servicios de otras empresas en la
actividad de energía y agua, que se ha reducido en
más de una cuarta parte en este período.

La industria alimentaria, que constituye una clara
especialización de la industria andaluza y presenta buenos
niveles de competitividad, cuenta con numerosas actividades con
una mayor propensión relativa respecto a la industria
nacional a utilizar servicios externos de otras empresas,
destacando especialmente: molinería, licores, tabacos y
bebidas. Asimismo, entre el material de transporte destaca la
construcción naval, que también ha
presentado ventajas competitivas en 1990, por lo que se puede
interpretar que la externalización de servicios guarda una
estrecha relación con sus niveles competitivos.

No obstante, algunas actividades textiles pese a los
menores niveles competitivos presentan una elevada
utilización de servicios externos, por lo que en estos
casos, y dada su naturaleza, se
podría considerar que no se debe a la contratación
de servicios avanzados sino a otro tipo de servicios.

Rentabilidad.
La industria andaluza no presenta grandes diferencias de
rentabilidad respecto a la industria nacional; no obstante,
durante la década de los ochenta, la rentabilidad (medida
a través del Excedente Bruto de Explotación sobre
la producción bruta) ha tenido una evolución creciente. Así, entre 1980
y 1990, al igual que en el conjunto nacional, el excedente bruto
de explotación sobre la producción bruta se ha ido
incrementando, y de manera muy intensa en el último
quinquenio. Este proceso, sin embargo, no se ha reproducido en el
conjunto nacional, con lo que la participación del
excedente bruto de explotación en la producción
bruta de la industria andaluza en 1990 supera el promedio de la
industria nacional.

Subsectorialmente se observa cómo en 1990 tan
solo la industria textil mantiene un excedente bruto por debajo
de la media nacional. La especialización de este sector en
producciones con baja productividad del trabajo, y el deficiente
nivel técnico de los equipamientos explican la reducida
rentabilidad, que es especialmente intensa en las actividades de
acabados textiles. Las restantes ramas industriales, sin embargo,
han mejorado su posición relativa, destacando
principalmente material de transporte.

Teniendo en cuenta la rentabilidad de la industria
andaluza en función
del excedente bruto de explotación por unidad monetaria de
producto, se observa, por un lado, que los niveles son similares
a los de la industria nacional pero, por otro, y aunque en 1990
la rentabilidad de la industria andaluza es ligeramente superior
a la nacional, los niveles de partida en 1981 mostraban una
situación aún más ventajosa, lo que no se
corresponde con la evolución detectada al considerar el
excedente bruto de explotación sobre la producción
bruta.

 

CUADRO 7. Excedente bruto por unidad de producto
relativo.

C.N.A.E.

ACTIVIDADES

1981

1990

11-15

Energía

0,91

16

Agua

0,53

0,76

DIV. 1

ENERGÍA Y AGUA

13,93

0,88

21

Minerales metálicos

1,34

22

Prod. y 1ª transf. met.

2,06

1,05

23

Miner. No metálicos

1,22

24

Indust. miner. No metálicos

1,43

1,20

25

Industria química

0,77

11,15

DIV. 2

EXTRACC. TRANSF. MIN. NO
ENERGÉTICOS

1,33

1,22

31

Fabr. prod. Metálicos

1,82

1,02

32,33,39

Maquinaria y equipos

0,99

0,98

34,35

Mat. eléct. y
electrónico

0,54

1,04

36-38

Material de transporte

2,17

DIV. 3

IND. TRANSF. METALES

0,96

1,52

41,42

Aliment. Bebidas y tabaco

2,26

1,04

43,453-4

Textil y confección

1,05

1,03

44,451,4

Calzado y cuero

0,83

1,03

46

Madera, corcho y muebles

1,15

1,08

47

Papel, artes gráficas

1,31

1,02

48

Transf. Caucho

0,72

1,04

49

Otras Indust. Manufact.

1,42

1,02

DIV. 4

OTRAS INDUSTRIAS MANUFACTURERAS

1,80

1,04

TOTAL INDUSTRIAS

1,71

1,10

 

Por tanto, se puede concluir que el incremento de la
rentabilidad relativa de la industria andaluza entre 1980 y 1990
no se debe al mayor excedente generado por la producción
de bienes y
servicios para la venta, sino al
generado por los restantes conceptos que integran la
producción bruta.

Comercio exterior.
El intenso proceso de integración internacional de la economía andaluza ha
determinado una significación creciente del comercio exterior
en su caracterización económica, sobre todo, de
bienes industriales, que originan la mayor parte de los
intercambios comerciales exteriores.
Un rasgo característico del comercio
exterior de bienes industriales es su elevada orientación
en el intercambio con el resto de España. Así, del
total de bienes importados de sector industrial, el 81,5%
proceden de otras comunidades autónomas, frente al 18,6%
que viene del extranjero. Asimismo, el destino de las exportaciones es
fundamentalmente el resto de las regiones españolas,
seguido de la Comunidad Europea
y, finalmente, el resto del mundo.

CUADRO 8. Importaciones-exportaciones
según origen/destino del sector industrial.

IMPORTACIONES

EXPORTACIONES

Resto de España

81,5%

72,6%

Comunidad Europea

6,2%

14,8%

Resto del mundo

12,3%

12,6%

TOTAL

100%

100%

 

Por el lado de las importaciones
industriales, que suponen el 72,4% de la producción
efectiva del sector, destacan especialmente, por su mayor
volumen, las
de construcción de vehículos y sus
piezas, seguida de las extractivas.
Respecto a las exportaciones, que suponen el 48% de la
producción efectiva del sector industrial, sobresalen las
ligadas a la industria agroalimentaria, al igual que
ocurría en 1980. De tal forma, que el 54,8% de la
producción efectiva de estas ramas es exportada hacia el
exterior, fundamentalmente hacia otras comunidades
autónomas.
Tras la industria agroalimentaria, es de resaltar el refino de
petróleo,
que representa casi el 20% del total exportado por la industria,
y se dirige básicamente al resto de España.
Teniendo en cuenta la producción efectiva de esta rama, la
intensidad exportadora de la misma es muy elevada,
dirigiéndose casi el 59% de la producción hacia la
exportación.

Analizando las estadísticas que ofrece la Dirección General de Aduanas resulta
de interés
para un mejor conocimiento
de las relaciones comerciales andaluzas con otros países.
De él se desprende la creciente importancia que tiene la
comercialización de productos industriales
hacia el extranjero, que en el período 1988-92 suponen el
92,8% de las importaciones totales y el 80,7% de las
exportaciones.

En su estructura interna, el comercio de
bienes industriales hacia el extranjero está fuertemente
determinado por su peculiar especialización y escasa
diversificación. En este sentido, las exportaciones
están muy polarizadas en torno a ramas
manufactureras ligadas a los recursos
naturales y, especialmente, en las industrias
agroalimentarias.

SECCIONES

1980-82(%)

1990-92(%)

I. Anim. vivo

2,01

1,52

II. Reino vegetal

7,40

20,51

III. Grasa y aceites

3,83

7,87

IV. Bebidas y tabaco

17,64

11,57

V. Minerales

14,88

10,36

VI. Químicos

10,44

6,76

VII. Plásticos

0,91

0,33

VIII. Pieles

0,46

0,27

IX. Madera, corcho

1,12

0,76

X. M. Fabr. papel

4,29

2,38

XI. Textiles

1,83

1,58

XII. Calzado, somb.

0,34

0,14

XIII. Piedra, yeso

0,51

0,52

XIV. Perlas

2,33

1,42

XV. Metales comunes

10,30

11,83

XVI. Máquinas

3,38

2,88

XVII. Transporte

17,53

17,06

XVIII. Optica, foto

0,34

1,03

XIX. Armas
y munic.

0,09

0,00

XX. Muebles, juguetes

0,36

0,39

XXI. Arte,
antigüedades

0,00

0,00

Soo. no clasif.

0,00

0,83

TOTALES

100,00

100,00

CUADRO 9. Exportaciones de
Andalucía por secciones del arancel.

Junto a los productos alimenticios, destaca la elevada
capacidad exportadora de la industria química, así
como la de metales comunes y material de transporte.
Las exportaciones de otras industrias manufactureras son muy
reducidas, lo que permite afirmar que las exportaciones
industriales dirigidas a otros países se concentran en
aquellas actividades que presentan ventajas competitivas y un
cierto grado de especialización.

4. Infaestructura
energética

Introducción.
La disponibilidad de fuentes de
energía suficientes y competitivas es tan vital para el
desarrollo regional como la existencia de mano de obra
cualificada y de buenas líneas de comunicación.
La situación general del sector energético andaluz
es similar a la del conjunto del sector en España, y se
caracteriza por una fuerte dependencia del petróleo
como fuente de energía.

Sobre la situación actual cabe destacar los
siguientes aspectos:

  • Los consumos de energía en Andalucía
    son inferiores al de otras Comunidades y países
    avanzados de nuestra esfera, y crecerán en la medida
    que se desarrollen las actividades productivas y se extiendan
    nuevas utilizaciones domésticas.
  • Andalucía presenta una carencia de
    energía primaria, teniendo que adquirir del orden del
    90% de la utilizada.
  • Aunque no llegarán a suponer una
    fracción importante de la oferta
    total, cabe destacar el potencial que ofrecen los recursos
    energéticos renovables, especialmente los de tipo
    solar, eólico y el procedente de la
    biomasa.

El Plan
Energético Nacional (PEN) intenta disminuir la dependencia
del petróleo mediante la diversificación del
abastecimiento de fuentes de
energía, destacando la importancia del gas natural como
sustitutivo del mismo y mejorar la eficiencia del
consumo de energía mediante el ahorro y la
conservación, y minimizar la absorción de recursos en la
producción energética final.

Generación de energía
eléctrica.
Podemos dividir la evolución de la energía
eléctrica en Andalucía en tres etapas:
La primera etapa cubre los años 1980 y 1910; en ella las
iniciativas típicas tenían una escala local o
aún menor, un fuerte predominio de la generación a
vapor y disponían de recursos técnicos y
financieros limitados. Se trata de una típica fase
expansiva de un producto nuevo pero tecnológicamente ya
bien definido, llena de promesas genéricas y plagada
también de concretas amenazas para la viabilidad
individual de las iniciativas.

La segunda se sitúa entre principios de
siglo y mediados de los años veinte. En estos años
la escala de
actividades creció hasta alcanzar dimensiones comarcales y
aún mayores. La tecnología ya
permitía aprovechar centrales alejadas de los centros de
consumo y el sector contaba y con medianas y hasta grandes
empresas capaces de atraer importantes recursos financieros. Las
redes
eléctricas crecieron y se diversificaron y garantizaron
una demanda suficiente y estable. La electricidad vino
a transformarse en un artículo de primera necesidad y de
bajo coste en la mayor parte de Andalucía.

La tercera etapa se inicia en los años veinte y
contempla la interconexión de las redes regionales en las que
se producían intercambios regulares de energía a
gran escala; conduce también a la diversificación
de usos y de modos de generación y a la
optimización y reducción de los costes. A partir de
ese momento la electricidad
pasó a ser la forma de energía proteiforme y
ubicua, característica de las sociedades
avanzadas. Las más importantes empresas andaluzas
típicas de esta tercera etapa, ya muy pocas, fueron
Sevillana de Electricidad, Mengemor, Hidroeléctrica del
Chorro y la sociedad de
Fuerzas Motrices del Valle de Lecrín. Todas ellas se
configuraban como grandes holdings industriales y financieros, en
los que continuamente se integraban otros negocios
eléctricos.

Actualmente Andalucía cuenta con el siguiente
equipo de generación:

  • Ocho grandes centrales térmicas que
    totalizan una potencia
    de 2.887,5 MW.
  • Sesenta y seis centrales hidráulicas de tipo
    mediopequeño con una potencia
    global de 1.050 MW.
  • Dos parques eólicos con una potencia total
    de 30 MW.
  • Catorce centrales cogeneradoras térmicas que
    totalizan una potencia de 172 MW.

La potencia global del equipo de generación
representa un 9,8% de la potencia total instalada en
España.
A fin de promover la utilización de recursos renovables
propios en la producción de energía, se
apoyará la instalación de centrales generadoras de
energía que aprovechen dichos recursos, disminuyendo
así la dependencia energética de la Comunidad
Autónoma Andaluza.
Por otra parte, las insuficiencias y carencias en cuanto a
infraestructura eléctrica en el medio rural aconsejan
proseguir la política de apoyo a
las inversiones destinadas a nuevas instalaciones o la mejora de
las existentes, siendo los condicionantes de tipo
económico y medioambiental los que determinen, en cada
caso, la técnica más adecuada.

Infraestructura gasista.
En toda Europa el
gas natural se
utiliza crecientemente por su elevado grado de eficiencia
energética, su coste más moderado, su importancia
estratégica como sustitutivo del petróleo, y su
menor incidencia sobre el medio
ambiente.
La dotación de infraestructuras gasistas en
Andalucía ha avanzado en los últimos años,
contándose en la actualidad con importantes instalaciones
para el transporte, suministro y distribución de gas natural.
Desde 1988 se ha establecido una planta de almacenamiento y
regasificación en Huelva que ha sido ampliada
recientemente; se ha construido el gasoducto hasta Sevilla, que
suministra un 10% del suministro total a nivel nacional; en
Cádiz, ha entrado en funcionamiento una planta de aire propanado;
y, por último, en 1992 se ha puesto en servicio el
gasoducto Huelva-Sevilla-Córdoba-Madrid.

Energías renovables.
Aunque hay una coincidencia generalizada en la asunción de
las ventajas ecológicas de las energías renovables
frente a otras fuentes de energía, éstas no se han
implantado masivamente y ocupan un papel relativamente marginal
en los esquemas de producción energética de nuestro
país y de la mayor parte de los países
occidentales.
El panorama en Andalucía es, en cierta medida y en algunos
aspectos, diferente del panorama general, debido al apoyo
decidido de la Junta de Andalucía en su desarrollo.
Entre las circunstancias que han favorecido el desarrollo de las
energías renovables en Andalucía, se encuentran la
ubicación en esta región de importantes centros de
investigación, entre los que cabe
citar:

  • La Plataforma Solar de Almería, uno de los
    más importantes centros de investigación de energía
    solar en Europa.
  • Las plantas
    eólicas de Tarifa, que conjugan la
    investigación y desarrollo con la
    producción.
  • Las instalaciones del Instituto Nacional de
    Técnicas Aeroespaciales (INTA) en
    Arenosillo, Huelva.

Destaca, además, la biomasa como una de las
fuentes de energía renovables de mayor relevancia en
Andalucía, bien sea procedente de los residuos urbanos,
agrícolas, forestales o industriales, o bien a partir de
potenciales cultivos con finalidad energética.

También hay que destacar la importancia de Tarifa
por su potencial de energía eólica. Se ha creado
la empresa
pública Sociedad
Eólica de Andalucía, bajo presidencia del Instituto
de Fomento, que fusiona la gestión
de los dos Parques Eólicos más importantes de la
zona: PESUR, con una potencia de 20 MW y Energía
Eólica del Estrecho, con una potencia de 10 MW.

5. Empresas andaluzas del
sector energético

Historia.
El nacimiento de la Compañía Sevillana de
Electricidad en 1894 coincide casi exactamente con la
aparición en España de las primeras normas
jurídico-administrativas sobre la electricidad.
Las primeras instalaciones de que dispuso directamente la
Compañía Sevillana de Electricidad en el momento de
su fundación eran de producción térmica,
aunque mediante motor y no por
evaporación de agua.

El crecimiento acelerado de la demanda eléctrica
llevó a la necesidad de una mayor producción y a
solventar una serie de problemas
técnicos manifiestos. De éstos, el más
importante sería el ocasionado por el aumento y
caída de la tensión, por lo que en 1899 y 1905 se
instalaron dos estaciones de acumuladores en las calles Lagar y
Feria de Sevilla.

Las centrales de Arjona y Mozas eran insuficientes, por
ello en 1903 se amplía la de la calle Arjona con otro
motor a gas y se instala
una nueva central en el barrio de san Bernardo. No parecía
aconsejable la exclusiva dependencia del carbón como
fuente de energía, de ahí la necesidad de abrir
negociaciones con Hidroeléctrica de Guadiaro,
llegándose a un acuerdo en 1909 por el que Sevillana
adquiría toda la energía sobrante a Guadiaro con la
condición de que ésta renunciase a adquirir
abonados en Sevilla capital.
De 1906 a 1908 se extiende la primera red en un radio de 25
kilómetros alrededor de Sevilla capital. En 1910 se
amplía el radio de
acción a unos 30 kilómetros y se incorporan los
pueblos de la campiña utrerana a través de la
distribuidora Utrerana de Electricidad.
En 1914 son ya más de 24 los municipios abastecidos, con
una población total que sobrepasa los 325.000
habitantes. En 1936 la Compañía aparecía ya
claramente definida como la empresa
hegemónica del sector eléctrico en
Andalucía.
Las grandes disponibilidades de liquidez en los años
1940-1947, favorecieron los planes de expansión que van a
culminar en 1951 con la fusión de
Sevillana de Electricidad y Mengemor.
A comienzos de 1950 Sevillana distribuía electricidad a
469 municipios que sumaban 3.666.000 habitantes. A partir de 1960
se acelera el proceso de absorciones que va a culminar al inicio
de la década de 1980, con un mercado en
Andalucía-Badajoz integrado al completo por Sevillana.
De 1957 a 1973 los aumentos de la demanda fueron continuos y para
Sevillana lo fueron con unos valores por
encima de la media nacional. A raíz de la crisis del
petróleo de 1973 las compañías dependientes
del fuel-oil, y entre ellas Sevillana, pasaron a conocer una
etapa de dificultades derivadas en
buena parte de los problemas para
prever los crecimientos de la demanda a fin de adecuar a ella la
planificación de la
producción.

Los años siguientes se caracterizaron por la
inminencia de la adhesión de España a la Comunidad
Europea. El proceso de globalización y permeabilidad de las
economías de los países miembros, que ese
acontecimiento va a impulsar, otorga al concepto
"competitividad" un significado transcendental como variable
estratégica.

El panorama existente al iniciarse el año 1983,
obligó a la aplicación de una política definida por
los siguientes objetivos:

  • Acomodación del aumento de la capacidad de
    generación a crecimientos de demanda de electricidad
    más moderados que los registrados
    anteriormente.
  • Financiación ortodoxa de las nuevas
    inversiones a las que debía hacer frente el sector
    eléctrico.
  • Programación unificada de la
    explotación del parque de generación a
    través de una empresa
    de mayoría pública.

La compañía en la actualidad.
Sevillana presta sus servicios actualmente a un mercado de
100.000 km2 de extensión, que abarca la
totalidad de la Comunidad Autónoma de Andalucía y
el sur de la de Extremadura.
La demanda del mercado ha ascendido a 24.398 millones de kw/h,
con un incremento del 3,9% sobre el año anterior.
Los grandes clientes
industriales, que representan una cuarta parte del mercado, han
tenido un incremento conjunto del 6,8% en 1997. Han destacado por
la importancia del consumo el sector químico, con un 9,5%,
así como el sector siderúrgico, con un aumento del
14,6% y el sector cementos, con un incremento del
8,2%.

CUADRO 1. Estructura del mercado de
Sevillana.

Sectores

Clientes

Energía facturada GWh

Estructura %

Incremento 97/96 %

Industrial

76.270

8.410

38,7

4,7

Servicios

568.562

6.419

29,5

6,8

Residencial

2.925.760

6.020

27,7

1,7

Distribuidores

123

897

4,1

5,8

Total

3.570.715

21.746

100,0

4,5

CUADRO 2. Contribución por
sectores al incremento de la energía facturada
(Incr.)

Comercio y servicios

1,6

Siderurgia y fundición

0,8

Química y petroquímica

0,7

Alimentación, bebidas y tabaco

0,6

Residenciales

0,5

Agricultura

0,3

Administración y otros servicios
públicos

0,3

Cemento y otros materiales de
construcción

0,3

Distribuidores

0,2

Refinerías de petróleo

0,1

Extractivas

(0,4)

Resto

(0,5)

Total

4,5

 

Para dar respuesta a lo previsto en la Ley del Sector
Eléctrico en lo referido a la comercialización de la energía a
clientes
cualificados, que para 1998 son los que efectúan consumos
superiores a 15 GWh, por año y punto de suministro, el
Grupo ha
creado en 1998 la empresa Endesa
Energía, S.A. La nueva empresa
servirá para reforzar las relaciones con este grupo de
clientes, mediante la presentación de ofertas de valor,
innovadoras y adecuadas a las particularidades del cliente.
En 1997 el Grupo Endesa afrontó una profunda
reorganización para dotarse de una estructura organizativa
propia de un grupo industrial integrado. La nueva estructura
responde al concepto de grupo
industrial integrado cuya gestión
se articula por líneas de negocio, apoyadas por las
direcciones corporativas y por las empresas
integradas.

6. Sociedad Eólica De
Andalucía

Introducción
La Sociedad Eólica de Andalucía tiene por objeto
social la
organización y explotación de actividades y
negocios que
guardan relación con la generación,
explotación y venta de
energía eléctrica, producido con recursos
eólicos.

Accionariado:
El capital social al 31 de diciembre de 1995, se encuentra
totalmente suscrito y desembolsado, estando representado por 7500
acciones
nominativas de 100000 pesetas de valor nominal cada una.
La relación de accionistas y su participación en el
capital social al 31 de diciembre de 1995 es la siguiente: (Ver
gráfico 1)

CUADRO 1 Relación de accionistas y su
participación en el capital.

% Participación

Nº de Acciones

Importe Nominal de Participación
(pesetas)

Sociedad para la Promoción y Reconversión
Económica de Andalucía, S.A.

23,33

1750

175000000

Nuevas Iniciativas Energéticas del Sur,
S.A.

23,33

1750

175000000

Empresa Nacional de Electricidad,
S.A.

23,33

1750

175000000

Abengoa, S.A.

16,67

1250

125000000

Instituto para la Diversificación y
Ahorro
de la Energía

6,67

500

50000000

Edotecnia, Sociedad Cooperativa Catalana Limitada

6,67

500

50000000

Total

100

7500

750000000

 

Durante el mes de octubre de 1995 los distintos
accionistas de la Sociedad han manifestado su conformidad a la
transmisión por parte de la Empresa Nacional de
Electricidad, S.A. a Made Energías Renovables, S.A. de su
participación en el capital social de la
Sociedad.

Acontecimientos pasados relevantes:
El hecho más importante es su reciente constitución mediante escritura
pública en Sevilla el 5 de Agosto de 1993 como resultado
de la fusión de
las empresas Planta Eólica del Sur, S.A. y Energía
Eólica del Estrecho, S.A.

Tamaño de la empresa:
La dimensión de la S.E.A. podemos examinarla en
función de varios criterios, uno de los más
aceptados es clasificar una empresa por
su tamaño en función del número de
trabajadores que tenga, por ello, podemos catalogar a la S.E.A.
como una empresa pequeña, ya que cuenta con tres
operarios, además del Consejo de Administración. Sin embargo, si tenemos en
cuenta el volumen de
inversión que la empresa realiza o ha realizado, y tenemos
también en cuenta el tamaño de las empresas
competidoras vemos que la sociedad puede englobarse como una
empresa de tamaño medio dentro del sector.

Información general sobre el sector,
identificación de empresas competidoras:
S.E.A. encuentra su función social encuadrada dentro del
sector energético, dominado histórica y actualmente
por las sociedades de
energía química y nuclear. Aún así,
la creciente preocupación de la sociedad por el deterioro
medioambiental ha provocado que la mayor parte de los grupos
políticos potencien empresas dedicadas a la
producción y venta de energía alternativa, dentro
de las cuales se encuadra la energía eólica,
hidráulica, solar, etc.

Si nos ceñimos exclusivamente a la parcela
sectorial eólica descubrimos que en España
comenzaron a surgir sociedades con esta labor a principios de los
años 80 y que su continuo crecimiento, no sólo en
términos de beneficios sino también en
número de empresas, hace pensar que sea un sector
aún por explotar.
Y así lo corroboran los datos obtenidos
que muestran los proyectos en fase
de ejecución que tendrán como resultado un aumento
de la producción de energía de 79 MW para 1997.
Además, y según estudios realizados, en
consideración a la evolución actual de la tecnología que existe
para parques eólicos, contemplan la posibilidad de
instalar 2400 MW en zonas de alto potencial.

España, se encuentra en 1995 en el 5º
puesto, en el ranking de MW producidos con una producción
de 116 MW, y siendo sólo superado por Alemania,
primera productora europea con 1136 MW, Dinamarca con 641 MW,
Holanda con 250 MW y Reino Unido con 193 MW.

Estos 116 MW se encuentran repartidos de la siguiente
forma:

  • 66 MW en los parques eólicos de
    Tarifa.
  • 26 MW en las Islas Canarias.
  • 4 MW en Galicia.
  • 5 MW en Aragón.
  • 10 MW en Navarra.
  • 5 MW en Cataluña.

A la vista de dicha distribución destacamos los principales
competidores directos de S.E.A: Energía Eólica y
Solar de España, S.A. con domicilio social en Tenerife y
con unas ventas
superiores a los 100 millones de pesetas; Energías
Renovables, S.A. de Zaragoza con ventas de 290
millones de pesetas; Gamesa Eólica de Pamplona (Navarra);
Kw Tarifa en Cádiz; Central Eólica de Cabo Villano
en Galicia; Made Energías Renovables, S.A. en Madrid con
ventas superiores a los 8 mil millones de pesetas; Sevilla de
Poliester, S.A. en Sevilla y Eólicas de Agaete,
última en constituirse que tiene como domicilio social Las
Palmas de Gran Canarias.
En cuanto a nivel tecnológico, España dispone de
una potencia unitaria por máquina de 100 y 130 kw estando
esa magnitud al nivel de competencia
europeo y con la implantación de los primeros
aerogeneradores nacionales de potencia unitaria entre 500 y 600
kw.

Otra información relevante:
Las reseñas macroeconómicas se hacen necesaria en
el análisis de cualquier empresa, puesto que las
múltiples variables de
la economía
afectan a las empresas de forma directa.
Los años 1994 y 1995 están caracterizados por una
recuperación de las expectativas de crecimiento
económico, que soslaya a la crisis de
años anteriores. No obstante parece que ya a finales de
1995 esta bonanza económica comienza a remitir y los
índices de crecimiento comienzan a afianzarse.
El líder
económico mundial, Estados Unidos,
vio como su PIB se
incrementaba en un 3% en 1995 y con una inflación del
2,3%. En Japón,
han aumentado las expectativas de crecimiento, dejando
atrás un periodo de debilidad económica.
Pero ha sido Europa la que más expectación ha
tenido, con vista a la Unión
Europea y la creación del Mercado Único. Europa
ha controlado el precio del
dinero, sus
déficits, y en general todos sus índices que no han
impedido que el PIB se
incremente.
España se enfrenta en 1996 a un posible cambio de
gobierno que
produjo en 1995 las consecuencias de la incertidumbre que este
hecho conlleva. Pero España creció a pesar de todo,
luchó contra el desempleo, se
mantuvo la inflación, la evolución de los tipos de
interés
siguió la tendencia europea situándose en junio de
1995 en un 9,25%.

Centrándonos en el sistema español
energético, hay que decir que está altamente
regulado, controlado por la Comisión del Sistema
Eléctrico nacional. Así, los precios se
encuentran regulados por el Ministerio de Industria y
Energía, no haciendo posible la competencia de
las empresas en cuanto al precio,
invirtiendo consecuentemente en investigación para el
abaratamiento de la producción.

La sociedad en el futuro.
En Andalucía, con la tecnología disponible en la
actualidad, se podrá llegar a instalar en un futuro, la
siguiente potencia de energía eólica por
zonas:

Localidad

MW

Tarifa

400

Vejer de la Frontera

200

Los Barrios

100

Jaén

50

Almería

100

TOTAL

850

 

7.
Bibliografía

Programa Industrial para Andalucía. JUNTA DE
ANDALUCÍA. Consejería de Economía y
Hacienda.
La industria andaluza no alimentaria y el sector servicios.
Francisco J. Ferraro.
Informe anual
1997. Sevillana de Electricidad. Grupo Endesa.
Compañía Sevillana de Electricidad. Cien
años de Historia. Fundación
Sevillana de Electridad.
Informe anual
1994. Sociedad Eólica de Andalucía.
Informe anual 1997. Sociedad Eólica de
Andalucía.

 

 

 

 

Autor:

Gloria Álvarez
24 años

Partes: 1, 2
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