Monografias.com > Antropología
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Antropologia




Enviado por samidejsj



Partes: 1, 2

     

    Indice
    1.
    Introducción

    2. El debate posmoderno, como modo de
    pensar

    3. La
    mundialización-globalización, como
    contexto

    4. Latinoamérica,
    como lugar de encuentro y posibilidad

    5.
    Bibliografía

    1.
    Introducción

    Todas las épocas o periodos de la historia de la humanidad han
    sido marcados por una doble toma de conciencia: una
    con respecto al pasado inmediato que las ha forjado y otras con
    respecto al futuro que está por construirse.
    Con este presupuesto,
    pretendemos dar paso a un tema de gran importancia en nuestra
    época actual. En el marco del "Debate
    Posmoderno" queremos ofrecer una visión sobre el impacto
    cultural que ha generado el fenómeno de la
    Mundialización-Globalización en el mundo y más
    específicamente en el contexto de Latinoamérica. Dicho fenómeno tiene
    sus raíces en el pasado y su visión en el
    futuro.
    Con frecuencia, se habla de la crisis europea
    e inclusive hay quienes se refieren a ella como la crisis de la
    civilización occidental. En general el mundo
    contemporáneo se nos presenta a diario en medio de
    tensiones políticas,
    económicas y militares, a través de luchas de
    liberación nacional y de pugnas de estrategias por
    la hegemonía del poder
    mundial.
    Como parte de este proceso de
    agitación individual y obedeciendo a causas
    históricas y culturales, irrumpe el grupo de
    países asiáticos, africanos y latinoamericanos
    identificados por la denominación de países de
    Tercer Mundo o Países No Alineados, como para significar
    por encima de las muchas diferencias, y de las características y condiciones propias de
    cada uno de los países una vocación
    histórica de reafirmación nacional frente al
    predominio de los países desarrollados.
    Una crisis histórica y cultural se dio en el siglo XV con
    el Renacimiento,
    otra se produce en el siglo XX con la emergencia de nuevas
    sociedades y
    con los signos de limitación del racionalismo
    europeo. Con el Renacimiento
    surge el antropocentrismo y el nuevo humanismo que
    hace del hombre el
    sujeto más importante de toda acción y
    reflexión. La conciencia del hombre moderno trataba de
    sustituir los valores
    místicos y teológicos de la Edad Media por
    el nuevo de la razón.
    En el siglo XX la crisis histórica y cultural se presenta
    ante las contradicciones del sistema
    capitalista y un aparente agotamiento del racionalismo moderno.
    Una nueva situación parece surgir con el neocapitalismo,
    en primer lugar, y la conciencia de las nuevas sociedades
    emergentes, por la otra.
    El tema central de este trabajo es el impacto cultural que ha
    generado la Mundialización-Globalización en el
    mundo y de manera muy especial, en el escenario de América
    Latina. Su presencia resalta o subyace, explícita o
    implícita, a lo largo de esta introducción y de esta investigación. Su desarrollo lo
    asumimos, en esta ocasión, a través de tres escenas
    fundamentales: El Debate Posmoderno, como modo de pensar, La
    Mundialización-Globalización, como contexto y
    Latinoamérica, como lugar de encuentro y posibilidad.
    Cabe aclarar que no pretendemos enaltecer estos fenómenos
    ni tampoco satanizarlos, simplemente nuestro análisis está enfocado a mostrar los
    diferentes puntos de vista desde los cuales se pueden mirar,
    según los diferentes críticos y estudios del tema.
    Como tampoco es de nuestro interés
    agotar las posibilidades de reflexión que este problema
    antropológico nos plantea, quizás sea sencillamente
    un acercamiento tímido y escueto, a una crisis
    histórica y a una posibilidad humana.
    Tal vez las preguntas y los cuestionamientos, al finalizar este
    trabajo sean mayores que los que podamos tener al inicio de este,
    no importa, será nuevamente una posibilidad más de
    volver sobre nosotros mismos y reflexionar sobre la posibilidad
    de pensar y vivir en una aldea global, que tiene como mayor
    fortaleza, no la unidad sino la diversidad.

    2. El debate posmoderno,
    como modo de pensar

    Posmodernidad Y Modernidad Del
    Mundo Hacia
    América
    Latina

    1. Posmodernismo y Modernismo

    La forma de pensar que hoy empieza a imponerse en este
    nuevo milenio podría clasificarse como una nueva
    conciencia posmoderna, de acuerdo con el sentido más
    extendido de Posmodernidad.
    Este movimiento
    apareció primero en el mundo del Arte, más
    concretamente en el campo de la arquitectura. Los
    criterios por los cuales se rige es el juicio estético, es
    decir, que son las directrices que generan el pensamiento de
    los hombres actuales. Sus manifestaciones pueden apreciarse en la
    vida cotidiana, en la moral, en
    la política e
    incluso en la
    ciencia.
    La Posmodernidad como idea surge contrastando con la
    categoría de la modernidad, concebida en los
    términos de etapa histórica llena de fe en
    progreso, en los valores de la
    razón y la tecnoindustria, de la erradicación de
    las trabas para la superación humana, una fase de gran
    desarrollo del gran capital, pero
    también de una utopía socialista. Esto procesos
    socioeconómicos encaminan a una sociedad como la
    de América Latina a construir proyectos
    culturales que intentarían renovar las prácticas
    simbólicas con un sentido experimental.
    La modernidad alude al proceso de la humanidad durante los
    últimos siglos, encaminando grandes transformaciones en el
    mundo a través de un progreso evolutivo, en medio de una
    universalidad en la historia que busca un nivel de vida mejor y
    de una unidad entre los pueblos y el optimismo de frente a la
    eficiencia de
    la ciencia. La
    razón de la modernidad es señalar un instrumento
    para la liberación del hombre y su búsqueda del
    valor de la
    democracia.
    Habermas, define la modernidad como proyecto de
    la
    Ilustración que asume la idea de progreso como su
    paradigma
    fundamental. Esta idea de progreso implica el optimismo
    lógico de la creencia en el desarrollo infinito de la
    razón, lo mejor de la vida humana.
    La modernidad nació de la integración del mundo clásico pero
    superándolo a la vez; "por ello la idea de progreso lleva
    implícita la de evolución, de superación, lo cual
    nos conduce a la convicción de que lo nuevo siempre es
    mejor y lo último mejor que lo primero." Una de las
    primera expresiones de esto es Francia, esta
    manifestación comenzó en 1769, y trato sobre
    pintura y
    escultura, esto luego influyó en los productos de
    la industria. Su
    continuidad se dio hasta mediados del siglo XIX en donde se
    internacionalizan; en el siglo XX los Americanos toman el
    protagonismo del progreso, hasta que esta idea comienza a
    desilusionar, este criterio se presentara probablemente en los
    países tercermundistas en este nuevo siglo.
    Si la modernidad consagra como valor lo "último"
    ¿cómo podremos definir Posmodernidad? la mejor
    forma de definirla, es decir que la Posmodernidad es lo que
    está después de lo último, la modernidad.
    Los modelos
    modernos a la hora de concebir evoluciones sociales son
    historicidad, esto se presenta desde la modernidad, hasta los
    inicios de la dialéctica de Hegel, que
    siempre nos invitan a pensar en un final feliz. Pues bien, sea
    porque ese final ya ha llegado a su fin, o porque no puede
    llegar, o porque nos cansamos de esperar que llegara, el mundo ha
    tomado un nuevo paradigma sociocultural, esto nos lleva a
    caracterizar esa situación como un paso más
    adelante, que se denomina Posmodernidad.
    Habermas, deja servida una polémica en la que defiende el
    fin de la modernidad y los que opinan que el proyecto moderno
    aún no esta agotado. Lo cierto es que hay un cambio en los
    distintos ámbitos, estos son: lo político, lo
    social, lo económico e industrial. Estos síntomas
    culturales nos permite hablar de una nueva conciencia, de una
    "Conciencia Posmoderna."

    1. Categorías Sociológicas.

    Queremos comenzar con una pregunta ¿Qué es
    el individuo?, el momento actual que vivimos es la consecuencia
    actual de la desaparición de la persona, en el
    sentido de Descartes como
    sujeto lógico, esto debido a las políticas
    contractualistas y en la perdida del ser como ser humano. Prueba
    de ello es que en la política no se lucha por ideales sino
    por sectores del electorado hasta el extremo de que en los
    partidos no hay diferencias ideológicas. La persona en
    sentido moderno, se afirma en oposición a los otros, y en
    relación dialéctica construida con las leyes que rigen
    el destino de los estados, dando posibilidad a la violencia y a
    la trasgresión de la ley.
    El individúo, hoy no vive en la creación del
    consenso sobre la normalidad, está dado como un hombre que
    se dedica a vivir de la estadística y a copiar sin buscar ser el
    mismo. No es que sea el final del sujeto en sentido
    apocalíptico, sino que ese ideal de modernidad, al igual
    que el de progreso, ya ha sido realizado. La persona hoy sigue
    funcionando al igual que la sociedad sigue progresando, pero es
    dado por su propia dinámica y no como una idea de
    solución a un proyecto que nos diera una luz clara para
    donde seguir.
    Ya no se puede hablar de una acción social responsable,
    sino más exactamente de acontecimientos
    estadísticos. El ideal de persona es la propia conquista
    de su liberación; se puede decir que hoy en día esa
    liberación está concluida, se ha alcanzado la
    máxima expresión en: liberación de las
    ciencias
    políticas, la liberación sexual, la
    "liberación de los niños",
    "la liberación de la conciencia", y de todas las
    artes.
    Después de esto no nos queda sino una figura de la
    sociedad bastante deforme, puesto que todos los limites se han
    rebasados sin encontrar donde detenerse, es ya una
    anomalía de sociedad.
    Es evidente que el traspaso de los límites es
    dado por un exceso de conformismo que se traduce en un
    hiperdimensionismo tan saturado como vacío, en donde se ha
    extraviado la esencia de lo social y del cuerpo. Ya no hay
    límites, es como si el cuerpo quisiera engullir el medio.
    Esta sobre dimensión no solo afecta a las persona sino que
    afecta a en su raíz a la sociedad cultural. Es traducido
    en un mundo sin limites en la información, en los servicio de
    bienes.
    Curiosamente esta disponibilidad infinita conduce a un estado
    característico de nuestra cultura: el
    aburrimiento, y no precisamente el aburrimiento romántico
    sino al aburrimiento integral al que se llega por el hecho de
    poder hacerlo todo, por el hecho de haber recorrido todo espacio
    que ocupa un proyecto voluntario; se podría decir hoy es
    una acción sin destino. Ese ocuparnos de las cosas sin
    responsabilizarnos de ellas es lo que nos conduce a crecer
    desaforadamente y a no satisfacernos de todo lo que conseguimos.
    A esto hay que sumarle la falta de proyectos, estado
    característico de la desilusión que no lleva al
    aburrimiento.
    La consecuencia primordial es el terror y el terror es la
    consecuencia de la superación por medios
    violentos, esto nos encamina a una revolución
    que tiene sentido en el mundo moderno; el terror es más
    violento que la violencia como efecto total, esto es dado gracia
    a una anomalía, fundamentada en una libertad sin
    limites, que nos conduce a una arbitrariedad absoluta en donde no
    hay iguales y nos deja sin proyecto de sociedad.
    Todos somos rehenes de nuestro destino, ese destino no
    está en nuestras manos sino que está en manos de
    nuestro sistema que se basa en la manipulación. La
    dialéctica del esclavo ha sido cambiada por la del
    rehén, esta es un relación que se fundamenta en el
    chantaje.
    Es triste decir, que lo obsceno en la Posmodernidad es no saber
    donde ni cuales son los límites y seguir
    excediéndolos. Lo sexual se traduce a lo
    pornográfico. Cuando excedemos los limites aparece lo
    obsceno como una figura social; con la desaparición de
    escena ya no hay espectadores, ni actores, sino mirones, ya no
    hay realidad sino apariencia, ya no hay valor de uso y valor de
    cambio, el valor de uso fue una ilusión de la modernidad;
    hoy sabemos que no hay más que simples y eternos
    intercambios. Es un revuelto de todo: política, sexo, arte,
    ciencia, deporte,
    dialéctica, pero todo dado para que produzca un
    rendimiento o un interés particular. La trasgresión
    llego hasta la verdad.
    Nuestra realidad social como un escenario, nos mantiene en una
    ilusión, dejándonos involucrar de los distintos
    ámbitos pero sin participar de ellos. Es como si
    desapareciera la quimera y rigiera la desilusión, esta
    característica es la base de nuestra cultura moderna.
    Aparece en la escena un consumismo desaforado, basado en el
    placer desordenado y en definitiva el culto a las apariencias
    como única forma posible de realidad, es el juego infinito
    de las apariencias y del culto al cuerpo, convirtiéndonos
    en cosas y además desechables o reemplazables, sin tomar
    en cuenta la destrucción del ser. Esto lo acompaña
    la falta de memoria, en
    donde nos fundamentamos para olvidar fácilmente nuestros
    compromisos, tanto con la sociedad, como con las personas.
    Otro gran problema, es la valoración de la
    información, porque no hay referencia para ello, lo
    único que cuenta es la rapidez de los procesos. Esta
    rapidez vertiginosa con que la información se distribuye
    afecta a todos los ámbitos de la vida y es lo que a hecho
    concebir una estética de la velocidad. Es
    probable que la velocidad no nos lleve a ningún destino, y
    nos guié a una era del vacío. En fin en esta
    época todo vale, pero es entonces cuando realmente se
    puede decir que nada vale realmente, es la era de lo "light", se
    terminó la era del ser para comenzar la era del
    estar.

    1. La Posmodernidad como Conciencia

    Este planteamiento que nos hace esta nueva era, es de
    una manera particular de pensar. Su principal
    característica es la del pensamiento fragmentado y no
    fuerte, es decir, un subjetivismo integral. El debilitamiento del
    ser necesariamente nos conduce a un debilitamiento del pensar,
    como consecuencia de esto se fortalecen las estructuras
    retóricas del pensar en detrimento, de las estructuras del
    rumiar. El utilitarismo se convierte en el único criterio
    valido para regir nuestra vida.
    Desaparece la razón y comienza el juego de las fachadas.
    Es la era de la seducción y en ella no se encuentra
    ningún fundamento de la verdad, es decir reina las
    apariencias, la fascinación, y el juego de manipular al
    otro y nunca dejar determinar nada. Lo femenino como un arma de
    seducción. El destino que la razón había
    definido en todos los campos ha sido sustituido por la
    seducción; hoy es el único reto y sus huellas
    pueden encontrarse en los distintos ámbitos de la vida.
    Cada vez lo más estético es el único
    criterio, pero es que lo estético no convence, como la
    razón, lo estético solamente seduce.
    En la ciencia también es dura la posición del
    pensamiento, puesto que se a colocado como manifiesto esta forma
    de pensar. El desorden que caracteriza el mundo de hoy abarca
    también la materia
    física.
    El universo
    mecanicista (de Descartes) ha dejado el paso a un universo mucho
    más estable. Retomar las teorías
    del albur y creer que si algo pierde su equilibrio
    causara un daño descomunal e irreparable. Los sistemas cerrados
    desaparecen abriendo un espacio a los sistemas que
    interactúan unos con los otros, dando como resultado la
    impredecibilidad de los sucesos.
    La razón moderna converge en la idea de lo absoluto, ese
    absoluto que, al modo hegeliano, está al final de todo
    proceso de desarrollo y que puede ser considerado como dios, como
    verdad última, como sociedad civil,
    etc. Muerto el absoluto no quedad sitio para la razón,
    solo para la sinrazón; por eso, cada suceso ya no tiene
    sentido y se convierte en un evento puro, sin secuelas. Es el
    desvanecimiento del sentido, el sentido es el sin
    sentido.

    3. La
    mundialización-globalización, como
    contexto

    1. El concepto de
      "Mundialización" es sin duda uno de los que siguen
      suscitando actualmente los debates más vivos y
      contradictorios. Aceptado por algunos como una realidad
      ineludible o incluso natural de nuestro tiempo,
      denigrado por otros porque lo entienden como una
      uniformización del mundo impuesta por la única
      verdadera potencia
      actual, Estados
      Unidos.

      Hoy por hoy, es en el campo económico donde
      principalmente el fenómeno de la Mundialización
      aparece como más patente, y una forma de sus marcas
      visibles es la desregulación económica y
      financiera que no cesa de afectar a los países pobres,
      empobreciéndolos todavía más. Existen
      súper industrias
      y multinacionales de toda clase que se han liberado desde
      hace decenios de la tutela de Estados y constituyen,
      actualmente, un poder gigantesco en el que más de un
      Estado debe contemporizar.
      Es cierto que la gran potencia económica sigue siendo
      Estados Unidos y la Mundialización aparece claramente
      según sus detractores, como una especie de
      americanización del mundo, pues ante otros
      países pretende imponer su modelo
      social, su visión del mundo y su lengua, es
      decir, se intenta sustituir al otro a través de la
      cultura. La Mundialización entendida como una
      americanización del globo aspira, por un lado, a la
      hegemonía económica y por el otro a la
      hegemonía política, llamada comúnmente
      como imperialismo americano.

    2. Aproximación al concepto

      Sin embargo, dicha hegemonía se realiza
      también en el terreno cultural. Puesto que no es
      necesario demostrar la importancia de la lengua inglesa en
      las relaciones
      internacionales, el ingles se sigue convirtiendo en la
      lengua común de los cinco continentes.
      Este simple hecho pone de manifiesto que la
      mundialización afecta íntimamente la
      cuestión intercultural. Más que los siglos
      anteriores, el siglo XX ha visto establecerse la
      mundialización, que pone en contacto culturas muy
      distintas. La diversidad cultural está sometida a la
      dinámica de está mundialización que
      algunos acusan de uniformización. Asistimos a un
      continuo movimiento de difusión de los modelos de
      producción y consumo a
      escala
      planetaria, ligada a mundialización de las
      tecnologías e intercambios, además de unas
      profundas mutaciones económicas, sociales y culturales
      que conllevan un replanteamiento de los modelos de
      integración social.

    3. Mundialización y Cultura

      La globalización, se entiende como la
      apertura y la puesta en comunicación de sistemas diversos que
      adquieren de esta manera nuevas propiedades emergentes y que
      pueden alcanzar a veces una dimensión planetaria. Es
      la sociedad abierta y global. No se trata solamente de
      apertura de sistemas económicos a los cuales el
      término de globalización se refiere casi
      siempre en la actualidad, sino también de sistemas
      políticos, culturales, sociales, científicos y
      tecnológicos, genéticos y ecológicos.
      La
      globalización no es nueva en la historia de la
      humanidad, siempre se ha producido, con consecuencias
      comparables, a cuando ha habido grandes e imprevistos
      avances
      tecnológicos en el campo de las comunicaciones y del desarrollo de la
      industria, la economía, la política y todo lo
      que gira en torno al
      avance de la sociedad.
      El término globalización se refiere a una
      intensificación sin precedentes y una
      aceleración de un flujo cada vez mayor de las
      comunicaciones y el movimiento de gente, tecnología, dinero,
      bienes, imágenes e ideas a través de las
      fronteras nacionales. Esta interacción más
      allá de las fronteras vincula –de hecho o
      potencialmente– a individuos, organizaciones, países y culturas. Sin
      embargo, la interdependencia que resulta de esos
      vínculos es frecuentemente asimétrica.
      En su sentido más pleno, la globalización es un
      proceso que surge de dos desarrollos históricos
      mutuamente conexos. Uno es el avance en las
      tecnologías de las comunicaciones, la
      información y el transporte. El otro es la
      implementación de políticas liberales y la
      apertura de mercados
      locales al flujo internacional de bienes, servicios,
      tecnología y, en especial, de capital. Estos son
      desarrollos polifacéticos, que involucran actividades
      económicas, ecológicas, socioculturales y
      políticas interconexas que penetran todas las esferas
      de la vida diaria.
      Max Weber
      señala una visión que se haya trascendida por
      procesos mayores y más globalizadores, bajo cuya
      dinámica se formó en Occidente, en los
      últimos dos siglos, el tipo de sociedad moderna,
      característica de los países de Europa
      Occidental y Estados Unidos.
      El motor del
      actual proceso de globalización es la globalización económica.
      Entenderemos mejor esta economía global en su contexto
      histórico. La ola actual de globalización
      económica es fundamentalmente distinta de la primera
      ola que ocurrió aproximadamente entre 1870 y 1914.
      Durante aquel primer período, la reducción de
      barreras en las transacciones internacionales condujo
      primariamente a mayores intercambios de artículos y
      productos.
      En este segundo y actual período, más
      allá del aumento de los intercambios, la
      globalización económica desemboca en una mayor
      articulación entre las economías nacionales de
      mercado.
      Se da a través del crecimiento de la inversión extranjera directa, el
      aumento de empresas de
      responsabilidad compartida, y la
      integración sin precedentes de los mercados
      financieros internacionales. Con el mayor flujo de
      información (comercio
      electrónico), este mercado de
      capitales goza de tal apertura que le permite operar
      más allá de las regulaciones nacionales. El
      aumento de capital de corto plazo dentro del flujo global de
      capital internacional genera mayores posibilidades de
      inestabilidad económica y social (por ejemplo, la
      crisis asiática).
      La decisión de abrir el mercado nacional y local, por
      parte de quienes definen las políticas
      gubernamentales, se implementa a través de
      políticas fiscales (sobre el presupuesto, la tasa de
      cambio y los impuestos).
      Históricamente, los gobiernos que sufren una escasez
      crítica de capital financiero se han visto en la
      necesidad de tomar tales medidas, debido a los
      condicionamientos que las instituciones financieras bilaterales y
      multilaterales ponen a sus préstamos.
      Tales condiciones llamadas "políticas de ajuste
      estructural económico" han exigido que los gobiernos
      adopten políticas fiscales asociadas con la
      globalización. Pero si esas políticas de ajuste
      estructural no van acompañadas de políticas
      sociales apropiadas (alivio a la pobreza,
      cuidado de la salud, educación) llevan con frecuencia a
      excluir a los pobres de los beneficios del crecimiento
      económico e incluso a su mayor
      empobrecimiento.
      Más aún, junto con la mayor apertura en el
      flujo de bienes y capital, vemos contradicciones en las
      políticas nacionales de países industrializados
      que promueven la globalización. Por ejemplo, las
      políticas de migración de muchos países, que
      restringen el movimiento poblacional a través de la
      frontera, son contrarias a la creciente liberalización
      del mercado de capital financiero, bienes y servicios.
      Además, algunas políticas nacionales protegen
      el empleo
      doméstico mediante medidas que favorecen productos que
      ya no resultan competitivos a nivel internacional.

    4. Globalización
    5. Globalización y Cultura

    En nuestro tiempo existe una conciencia creciente de la
    interdependencia de todos los pueblos en una herencia
    común. La globalización de la economía y de
    la sociedad avanza a ritmo acelerado, impelida por el desarrollo
    en los campos de la tecnología, la
    comunicación y la empresa.
    Aunque este fenómeno pueda comportar muchos beneficios,
    puede ocasionar también injusticias a escala masiva:
    programas de
    ajuste económico y fuerzas de mercado, desentendidos de su
    consecuente impacto social, especialmente sobre los pobres;
    "modernización" homogeneizante de culturas en formas que
    destruyen culturas y valores tradicionales; creciente desigualdad
    entre naciones y –dentro de una misma nación– entre ricos y pobres, entre
    poderosos y marginados. En justicia
    debemos oponernos a todo eso, trabajando por construir un orden
    social basado en genuina solidaridad,
    donde todos puedan ocupar el puesto a que tienen derecho en el
    banquete del Reino.
    (Congregación General XXXIV, Decreto 3, numeral 7).
    La Compañía de Jesús ha reconocido que la
    globalización es un proceso dinámico de resultados
    ambivalentes: puede aumentar el potencial para un desarrollo
    humano más amplio y puede también empobrecer al
    pueblo en una escala masiva. La gente tiene la vivencia de la
    globalización desde diversas perspectivas, con
    comprensiones y juicios diversificados. Algunos mantienen
    expectativas eufóricas de prosperidad (como se
    expresó, por ejemplo, en el Foro Económico Mundial de
    Davos). Otros ven este proceso con pesimismo, como el causante de
    todos los males sociales (como, por ejemplo, las organizaciones
    que protestaron contra la existencia de la
    Organización Mundial del Comercio, en
    Seattle).
    El rechazo a la globalización surge con frecuencia de la
    preocupación de que las culturas locales queden malogradas
    por los valores occidentales asociados a la expansión de
    las políticas de libre mercado. La gente percibe la
    globalización como la imposición de una forma ajena
    de vida y se siente impotente al no tener ninguna voz en las
    decisiones sobre políticas. Cuando la frustración
    pesa más que la esperanza de desarrollo humano, la
    globalización aumenta el potencial de tensiones sociales.
    Si las políticas económicas no toman en cuenta las
    fuentes de
    tales tensiones sociales, corren el riesgo de
    exacerbarlas.
    Por otra parte, la globalización puede también
    despertar un sentido contrapuesto de potencial hacia nuevas
    formas de ejercer la libertad y la responsabilidad para mejorar
    las condiciones materiales de
    vida. Más aún, la gente va tomando conciencia de
    que, con este potencial, emerge en su vida cotidiana algo
    así como una identidad
    global, que coexiste de alguna manera con su cultura local. De
    ahí, la necesidad de entender la globalización en
    relación a las culturas locales.
    Pero además, la globalización es desigual tanto en
    la manera en que influye sobre las culturas locales como en la
    manera en que queda afectada por su encuentro con cada cultura
    local. Es desigual porque los procesos ocurren en cada
    país a velocidades distintas y porque hay también
    variación en el rango y profundidad de su influencia.
    Queda afectada por cuanto, al tiempo que impacta a la gente,
    queda a la vez moldeada por ella, tanto si la respuesta es reacia
    como si es receptiva.
    Carlos Marx,
    describe en un reportaje sobre "los futuros resultados del
    dominio
    británico en la India".
    "Inglaterra tiene
    en la India una doble misión que
    cumplir: una destructiva y otra renovadora la destrucción
    del antiguo orden social asiático y la creación de
    las bases materiales de un ordenamiento social occidental en
    Asia.
    Típico en la primera constatación es una
    comparación entre el Informe Pearson y
    la declaración aprobada en diciembre de 1980 sobre
    "estrategia
    internacional de desarrollo para la tercera década de
    desarrollo de las Naciones Unidas".
    Pese a que la Comisión Pearson estaba integrada por
    especialistas y banqueros occidentales, y a que el documento de
    NN UU fue elaborado con la participación mayoritaria de
    representantes de estados del Tercer Mundo, ambos documentos
    reflejan en sus bases ideológicas el mismo objetivo:
    crecimiento cuantitativo orientado hacia la creación de
    una moderna sociedad industrial. Los aspectos socio-culturales se
    mencionan en el número 42 solo en una frase subordinada,
    pero en el "Informe de la Comisión Norte-Sur", en la que
    estaban representadas personalidades destacadas de Norte y Sur,
    no se los menciona, salvo en la introducción del
    presidente de la comisión, Willy Brandt.
    Otro aspecto que es bueno señalar sobre los efectos de la
    globalización, es el de los campesinos mayas en Chiapas,
    México,
    son caracterizados como no productivos porque rinden sólo
    dos toneladas de maíz por
    acre. Sin embargo, la producción de alimentos
    completa es de 20 toneladas por acre cuando se consideran
    también sus frijoles y sus calabacitas, sus verduras y los
    árboles
    frutales.
    En Java
    pequeños agricultores cultivan 607 especies en los
    jardines de sus casas. En el África Sub- Sahariana las
    mujeres cultivan 120 plantas
    diferentes, un solo jardín hogareño en Tailandia
    tiene 230 especies y los jardines africanos contienen más
    de 60 especies de árboles. Las familias rurales en el
    Congo comen hojas de más de 50 especies diferentes de
    árboles de sus parcelas.
    Un estudio en Nigeria oriental vino a descubrir que las huertas
    hogareñas ocupaban solamente el 2 % de la tierra
    cultivable del grupo familiar y equivalían a la mitad del
    total de la producción agrícola. En Indonesia el 20
    % del ingreso de la familia y
    el 40 % de la provisión de alimentos domésticos
    proviene de huertos hogareños administrados por las
    mujeres.
    Mientras las mujeres y los pequeños campesinos alimentan
    al mundo mediante la biodiversidad
    se nos dice insistentemente que sin ingeniería
    genética y sin globalización de la agricultura el
    mundo se morirá de hambre. En contra de toda la evidencia
    empírica que muestra que la
    ingeniería genética
    no produce más alimentos y en los hechos a menudo lleva
    una declinación productiva, se promueve constantemente
    como la única alternativa a nuestro alcance para alimentar
    a los hambrientos. Es por eso que preguntamos,
    ¿Quién alimenta al mundo? la
    industrialización y la ingeniería genética
    de los alimentos y la globalización del comercio en la
    agricultura son recetas para crear hambre, no para alimentar al
    pobre.
    En vez de reconocer que los intereses comerciales se construyen
    sobre la naturaleza y la
    contribución de otras culturas, la ley global ha elevado a
    los altares el mito
    patriarcal de la creación de nuevos derechos de propiedad
    sobre las formas de la vida, del mismo modo como el colonialismo
    usó el mito del descubrimiento como base para hacerse de
    las tierras de otros como colonias.
    La economía global de libre mercado ha llegado a ser una
    amenaza a la sustentabilidad, y la misma sobre vivencia de los
    pobres y de las demás especies está en juego, no
    como un efecto lateral o como una excepción, sino de un
    modo sistemático a través de la
    reestructuración de nuestra visión del mundo desde
    sus bases más fundamentales. La sustentabilidad, la
    donación y la supervivencia han sido puestas fuera de la
    ley económica en nombre del la competitividad
    y de la eficiencia del mercado.
    La búsqueda de la satisfacción de las necesidades
    básicas fortalece la identidad cultural, ya que la
    reorientación de los vínculos económicos
    exteriores hacia una producción para el consumo interno se
    vincula al esfuerzo y la preocupación por lograr la
    cohesión social interna y el bienestar común.
    La durabilidad de este planteamiento debe atribuirse a la
    posición asumida por los gobiernos de los países en
    desarrollo en relación con su propia tradición e
    historia, e incluso con una gran parte de su propia población, una relación que
    está impregnada de una visión idealizada, orientada
    según las tendencias de desarrollo occidentales. Esto se
    debe también a las instituciones de desarrollo de los
    países industriales occidentales, "que están
    más interesados en la realización y la
    aplicación técnica para alcanzar éxitos que
    en los valores culturales, las tradiciones y los
    diagnósticos etnológicos, los que no se quiere
    preservar o movilizar para nuevos desarrollos, sino
    superar".

    Partes: 1, 2

    Página siguiente 

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter